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LAVATORIO DE LOS PIES

Queremos que el signo de lavar los pies a los demás sea un signo
de servicio, de reconciliación, del perdón que pedimos, del perdón
que nos otorgan y del perdón mutuo que nos une en un abrazo de
hermanos.

1. Lavemos los pies a nuestros mayores, solos y abandonados.


Nos lo han dado todo y ahora los arrinconamos porque son
una carga y ya no nos valen. Les pedimos perdón por nuestra
ingratitud.
2. Nos acercamos a los jóvenes sin ilusión y futuro y les lavamos
los pies con todo cariño. Son los incomprendidos y
descalificados. No nos atrevemos a ponernos en su piel. Les
pedimos perdón por nuestra injusticia.
3. Lavemos los pies a los niños de la calle, sin familia,
aprendices de delincuencia. Les pedimos perdón por nuestra
indiferencia y dureza de corazón.
4. Lavemos los pies de los alcohólicos, nuestros hermanos y,
acercándonos a su corazón, queremos conocer y comprender
las presiones, fracasos y luchas que les han llevado a esta
situación. Les pedimos perdón por haberles juzgado y
condenado.
5. Lavemos los pies a nuestros hermanos cesantes y a los que
amenaza un futuro incierto. Nos hemos encerrado en nuestra
seguridad, en nuestro trabajo y nos hemos desentendido de
ellos. Les pedimos perdón por nuestra falta de solidaridad.
6. Lavemos los pies a los transeúntes y a los que no tienen
hogar. Queremos comprenderles y dar un paso adelante para
no rechazarlos por su forma de vida y sus limitaciones. Les
pedimos perdón por nuestra falta de acogida.
7. Lavemos los pies a los enfermos del sida y a los toxicómanos.
Son personas normales que están enfermas y necesitan
nuestra ayuda para crecer en dignidad. Les pedimos perdón
por haberles aislado y marginado.
8. Lavemos los pies a los enfermos crónicos. Falta en su
horizonte la luz de la salud, tal vez la ilusión, y les hemos
condenado a sobrevivir, olvidando que su situación puede ser
un día también la nuestra. Les pedimos perdón por nuestro
olvido.
9. Lavemos los pies a los insumisos, incomprendidos y tachados
de ingenuos o mentirosos, en los que no hemos sido capaces
de descubrir un proyecto de paz y de servicio. Les pedimos
perdón por nuestros desprecios.
10. Lavemos los pies a los delincuentes que tanto miedo y
tensión nos causan, pero a quienes somos incapaces de
ofrecer soluciones de inserción y de perdón. Les pedimos
perdón todos los males que les hemos deseado.
11. Lavemos los pies a los inmigrantes que llegan a nuestro
país y ciudad buscando un futuro mejor y se encuentran con
nuestro rechazo porque son pobres y diferentes. Les pedimos
perdón por no haberles aceptado y querido como hermanos.
12. Lavemos los pies a las mujeres maltratadas, aisladas y
olvidadas cerca de nosotros. Les pedimos perdón por nuestra
ligereza.

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