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*República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior


Universidad Nacional Experimental “Sur del Lago”
MC. Gestión del Talento Humano
U.C. Int. Gestión del talento humano

Ensayo
GESTION DEL ESTRÉS LABORAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA
(Covid-19)

Integrantes
Ing. Nélida Camarillo
Lic. Rohoxana Peña
Lic. Pablo Soto
Ing. Pedro Pérez

Santa Bárbara de Zulia, 01/10/2020


INTRODUCCION

El estrés es una reacción física en la cual entran varios mecanismos de


defensa para actuar frente a una situación amenazante, este es un fenómeno
cada vez más frecuente que aumenta y afecta el entorno donde viven y laboran
las personas, al conocer la demanda dentro del trabajo cada vez cambia y las
exigencias se hacen más fuertes durante los últimos tiempos. Muchas ocasiones
al momento de aumentar el estrés este puede mejorar los niveles de salud del
individuo, dentro del trabajo puede tener una mayor productividad, en la familia
más atención y la vida cotidiana tienden a ser más efectivos, siempre y cuando no
se dé con excesiva frecuencia e intensidad y supere la capacidad de adaptación
de la persona. Se conoce que cuando existe aburrimiento y falta de motivación al
realizar las tareas pueden ser perjudiciales y se corre el riesgo de no realizarla de
la manera correcta.

Es importante llevar una buena rutina de vida donde no sobrepasen los límites
a los que puedan ser sometidos; esto no quiere decir dejar de cumplir con las
tareas requeridas en el trabajo ni tampoco tenerla como prioridad en la vida, sino
buscar un equilibrio dentro de este mundo globalizado para obtener resultados
significativamente buenos y así una calidad de vida la cual dará satisfacción en
todas las áreas.

Menciona Dearreaza (2008), en el artículo la respuesta al estrés laboral del


periódico El Nuevo Diario.com publicado en el año 2008 pág. 5, que el mundo
globalizado donde se vive exige cada vez más todos los días, hasta el punto de
acelerar desmedidamente el ritmo de las vidas. Se dejan consumir por las grandes
demandas físicas, mentales y emocionales. Esto de vivir bajo las exigencias
enfrentadas diariamente se le llama estrés. Todas las personas están expuestas a
vivir diariamente bajo estrés, lo cual consiste en tensiones donde se debe de
adaptarse para no ser perjudicial sino más bien integrarse de una forma y estilo de
vida y poder ser abierto a las exigencias que esto conlleva. La respuesta del
estrés puede tener varios resultados como son los de adaptación para armonizar
con el estilo de vida de cada persona o una forma en la cual el mismo cuerpo y
mente no logre soportar y la desadaptación a lo que se vive relativamente afecte la
integridad personal. El estrés laboral es manifestado sí las exigencias en el trabajo
van más allá de la capacidad que tienen las personas para poder llevarlo a cabo y
se salen de control y no pueden ser enfrentadas por los mismos trabajadores lo
cual afecta de forma significativa a la empresa al no lograr controlar los altos
índices donde son sometidos sus colaboradores.

EN TIEMPOS DE PANDEMIA

El dinamismo de un mundo por crisis del coronavirus está sacudiendo los


cimientos de nuestra sociedad. Estamos viviendo un cambio de paradigma cultural
y de valores sin precedentes. E indudablemente, esta situación también está
afectando al mundo laboral. Por un lado, se están imponiendo nuevas formas de
trabajo y de organización a un ritmo vertiginoso. Como estamos viendo, el
teletrabajo, los equipos en remoto y la prestación de servicios online han llegado
para instalarse. La toma de decisiones ágiles y creativas y la capacidad de
adaptación son más importantes que nunca.

De esta manera los niveles de responsabilidad organizacional, que han sufrido


este año un aumento exponencial de los niveles de estrés y ansiedad. Están
sometidos a mucha presión intentando adaptarse a todos estos cambios, conciliar
vida familiar y profesional y gestionar miedos, ansiedades e incertidumbres en un
contexto completamente desconocido hasta ahora. Si ya el año pasado la
Organización Mundial de la Salud (OMS) encendió todas las alarmas sobre el
aumento del estrés laboral y sus graves consecuencias -calificándolo como una
pandemia global y reconociendo el burn out (efecto quemado) asociado al
agotamiento mental, emocional y físico causado por el trabajo, como una
enfermedad-, actualmente, como consecuencia del Covid-19, la situación se hace
insostenible.

En la actualidad, los Sistemas de Gestión en seguridad y salud en el trabajo se


han visto desafiados por la aparición de un virus denominado SARS-COV-2, este
hace parte de una familia de virus que pueden provocar enfermedades en
humanos y animales, las cuales se reflejan en síntomas de infecciones
respiratorias que pueden ir desde el resfriado común (gripe) hasta afecciones
respiratorias más graves y complejas como el síndrome respiratorio de Oriente
Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). Este dentro del
ambiente laboral tiene un alto nivel de contagio y a su vez se convierte en un
riesgo biológico peligroso para todos los trabajadores

Esta situación tiene nefastas consecuencias desde un enfoque empresarial:


descenso de la productividad y de los niveles de concentración, aumento del
absentismo laboral y, riesgo de que se produzcan accidentes laborales. Todo ello
supone gastos y pérdidas económicas y repercuten negativamente en la
rentabilidad y en la cuenta de resultados.

Es decir, cómo adaptarse a esta nueva realidad, cómo innovar e implantar


nuevas formas de trabajar y cómo realizar un cambio cultural de este calibre
teniendo en cuenta la bomba de relojería emocional que estamos viviendo.

Si queremos que nuestras empresas no sólo sobrevivan a esta crisis, sino que
además salgan reforzadas, gestionar los niveles de estrés y sus causas, se sitúa
como una prioridad de primer orden a la que dar solución. Ignorar esta realidad,
negar la existencia de las emociones en el entorno laboral o simplemente intentar
bloquearlas por miedo a ser "demasiado emocional o poco profesional", nos
llevará a disfunciones estructurales que aumentarán aún más los niveles de
estrés, la frustración y la ineficacia a la hora de tomar decisiones y resolver
problemas. A medio-largo plazo esta situación, como hemos visto, es insostenible
y acabará influyendo negativamente en la motivación y en el rendimiento laboral.
Si queremos afrontar con éxito los desafíos de esta nueva normalidad, ahora más
que nunca, se pone en evidencia la necesidad de un nuevo estilo de liderazgo
donde la gestión de las emociones con agilidad y de manera eficaz ocupe el lugar
estratégico que le corresponde.

EL ESTRÉS
Entendemos por estrés una respuesta adaptativa, mediada por las
características individuales y/o procesos psicológicos, la cual es a la vez
consecuencia de alguna acción, de una situación o un evento externo que
plantean a la persona especiales demandas físicas y/o psicológicas. Se asume,
así como un “mecanismo de defensa” que conlleva un conjunto de reacciones de
adaptación del organismo.

Se aleja de lo óptimo”). Por lo tanto, muy poca o demasiada tensión (Diestres)


puede resultar en una disminución de la productividad.

La tensión surge también cuando se da un alejamiento de las condiciones de


estrés óptimas, que no puede ser fácilmente corregido y causa un desequilibrio
entre demanda y capacidad de control. Para que se den casos serios de tensión,
la persona debe considerar como serias las consecuencias de no poder satisfacer
las demandas.

Autores como Dolan, García y Díez (2005) y Bresó (2008) incorporan algunos
factores emocionales, conductuales y cognitivos que pueden actuar como
“amortiguadores” del estrés de una persona:

- Autoestima, Autonomía, percepción de Autoeficacia

- Apoyo social: emocional, material o físico

- Humildad y humor, como parte de una buena autoestima.

De esta forma se asume que el estrés tiene diferentes grados o


manifestaciones, y que estas están en relación con las demandas o compromisos
adaptativos (estresores potenciales) y los recursos de control y afrontamiento
situacional con que cuenta, que son afectados por factores personales.

CONCLUSIONES

En una serie de conclusiones, los seres humanos pueden manejar el estrés por
periodos cortos de tiempo. Todo sistema vivo viene preparado para manejar el
estrés por periodos cortos de tiempo, pero resulta que el humano es la única
especie a la cual se somete a un estrés continuo porque de nuevo, los seres
humanos en todo momento están en modo prácticamente de sobrevivencia porque
tiene que competir con todo, tiene que cuidar el trabajo, apariencias, imagen;
ganar el dinero suficiente para vivir, gastar el dinero que no tiene comprando lo
que no necesita para lograr un uso que no conoce; en una suerte de
disfuncionalidad que hace vivir en estrés continuo. Ahora tienen un modelo de
negocio que opera en un modelo costo beneficio en el interés propio que no sabe
mantener relaciones de largo plazo y no le preocupa por el impacto que genere.

Actualmente hay un modelo de gestión basado en comando, control, burocracia,


jerarquía, recompensa y castigo que hace vivir en estrés permanente. Entonces, si
queremos que el ser humano prospere tiene que haber un cambio de orden del
sistema y el estrés tiene que ir desapareciendo en tanto y cuando se entienda
efectivamente que todo el modelo de relaciones que se ha desarrollado, está
basado en unos modelos que hace es generar estrés, desgastes y consumo de la
vitalidad.

El ser humano no ha venido para vivir 80 años, sino para vivir mucho más que
eso, no vive para ganar un sueldo en una empresa, vive para ganar mucho más
que eso. Si alguno de nosotros tenemos la responsabilidad de tomar una gerencia
dentro de una organización, tiene que entender que tenemos que darle cuatro
"salarios" a los trabajadores; "el económico" que se lleva en el bolsillo para
comprar lo que se necesita, ese los da los resultados del negocio; "el emocional",
que es el aferro de sentir apreciado y querido por ser parte de la comunidad de
contribuir a un mejor país (ese lo da el liderazgo); "el mental", es el reconocimiento
que le damos por el extraordinario aporte que tiene para que la organización
cumpla con la misión y alcance su visión (lo da el liderazgo también); y por último
el "salario de significado espiritual", ese que logra ofrecer solo cuando la gente
que viene a una organización hacer vida y entiende que contribuyendo a la
empresa alcance su visión, él y cada uno de ellos encuentre su misión en la vida,
porque el humano necesita abrazar una causa más grande que el de ellos
mismos.
Lo que llena de energía, lo que hace dar lo mejor de uno mismo, es abrazar
una causa que lo llene, no es llenarse el bolsillo, llenarse el bolsillo invita la
profesional dar lo que sabe, pero un negocio transcendente invita a la persona no
solo a dar lo que sabe profesionalmente sino a dar lo mejor de ella.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Bedoya, Montoya & Úsuga Revisión sistémica aplicada en la articulación de la


psicología positiva con el Sistema de Gestión en Seguridad y Salud en el trabajo
en tiempos de pandemia. Medellín, 2020

Bernal (2020) Gestionar el estrés laboral en tiempos de la Covid. LA TRIBUNA


18 agosto, 2020

Dearreaza (2008) El Estrés Laboral y Su Influencia en La Satisfaccio Laboral

Dolan, García y Díez (2005) y Bre- só (2008) Autoestima estrés, y trabajo.


McGraw Hill 2005

https://www.unacomunica.una.ac.cr/index.php/mayo-2020/2970-estres-laboral-en-
tiempos-de-pandemia

https://revistas.uned.ac.cr/index.php/rna/article/view/285/146

http://biblio3.url.edu.gt/Tesario/2014/05/43/Gonzalez-Mayra.pdf

https://repository.ces.edu.co/bitstream/10946/4647/20/12167194922020.pdf

https://www.elespanol.com/invertia/opinion/20200818/gestionar-estres-laboral-
tiempos-covid/513818616_12.html

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