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FORMACION HUMANA DE LOS HIJOS, RECIEDUMBRE

AGAPITO ORTIZ NAJERA

Pedidos o Mundo Cristiono José Lázoro Galdiono, 6 - Madrid - 1 6

Enero, 1971
Con licencia eclesiastica
GEPSA Gráficas publicitorias
Coslada, 31; . MADRID - 2
Depósito Legal M. 26165.1970

SUMAR1O
pág.
Introducción ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 5

PARTE PRIMERA
Qué es la reciedumbre ... ... ... ... ... ... ... ... 7
Hombres débiles ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 8
Hombres fuertes ]O
Hombres recios 10
Voluntad y reciedumbre ... ... ... ... ... ... ... ... 14
En broma y en serio ... ... ... ... ... ... ... ... ... 18

PARTE SEGUNDA
Introducción a un pequeño anecdotario ... ... ... 23
"EI salto del tigre" .. ... ... ... ... ... ... ... ... 24
"Que se vaya al circo" ... ... ... ... ... ... ... 25
"Contamos contigo" ... ... ... ... ... ... ... ... 26
"Mantenga limpia a la familia" ... ... ... ... ... 27
"La batalla de los plátanos" ... ... ... ... ... ... 28
"Maldita regadera" ... ... ... ... ... ... ... ... ... 29

PARTE TERCERA

Rest de reciedumbre ... ... ... ... ... ... ... ... ... 31
Algún consejo práctico ... ... ... ... ... ... ... ... .. . 35

Folletos Mundo Cristiano ... ... ... ... ... ... ... 42
INTRODUCCION

Hace unos meses apareció en esta colección de Folletos Mundo Cristiano el número 85,
titulado Formación humana de los hijos. Su lectura no es imprescindible, aunque sí conveniente, para
la consideración de este otro, en el que se trata con más detenimiento una virtud humana que alli se
esbozaba: la reciedumbre.
No se pretende hacer profunda filosofía sobre el tema; más bien nos desenvolveremos en un
terreno práctico que será más eficaz a la hora de inculcar a los chicos esta virtud.
Ni siquiera nos detendremos en hacer excesivas matizaciones, y así, el término reciedumbre
o fortaleza es sustituido en ocasiones por otros con los que no se identifica plenamente: vigor,
entereza, etc.
Se intenta dar una idea de lo que es esa virtud, con algunas anécdotas complementarias y al
final unos consejos prácticos que los educadores sabrán adecuar a cada chico en particular.
Nunca olvidemos que el educador -padre o profesor-se perfecciona al formar con sinceridad
y sin hipócritas actitudes.
Educar con eficacia exige, ante todo, buscar la propia perfección para que el ejemplo presida
la indicación o el consejo.
Si queremos tener hijos virtuosos, que serán homres íntegros mañana, enseñésmosles el
camino con nuestra vlda ejemplar. Y no olvidemos que "los niños-en frase de Fenelón- tienen más
necesidad de estímulo que de castigo". Estímulo y cariño a raudales. Un arbolillo cultivado
generosamente se hace robusto. En otro caso será frágil y deforme.
Una última consideración. La virtud humana de la fortaleza, como todas las demás, adquiere
su pleno sentido si está referida a Dios.

PRIMERA PARTE

Qué es la reciedumbre

Sin duda hay cosas más fáciles de captar que de definir, y con frecuencia interesa más tener
la idea de algo que su rigurosa y académlca definición. Un ejemplo o una anécdota son, en ocasiones,
más claros y expresivos. Por ello, a lo largo de este folleto acudiremos frecuentemente a ellos.
La reciedumbre, o fortaleza, es una de las virtudes humanas que debe poseer el hombre que
aspire a la perfección. Y, por tanto, una de las que hemos de inculcar a los chicos para que lleguen a
ser hombres maduros. íntegros y responsables.
En una acertada y completa planificación educativa debe ocupar un lugar importante la
formación humana de los educandos. Si los educadores se limitasen, por ejemplo, a formar
muchachos en el terreno intelectual, su labor resultaría incompleta en buen grado.
Y dentro de esta formación humana se encuentra la reciedumbre. ¿Que es la reciedumbre?
·Podríamos definirla como la virtud que lleva paso a_abrirse paso hacia el bien, superando o
luchando enérgicamente por superar las difultades que aparecen en el camino. Con voluntad, dureza,
señorío y dominio del propio yo. Con un sentido del deber que se cumple independientemente de las
dificultades y del dolor.
“Por el bien se expone el fuerte dice Santo Tomás - al peligro de morir”.
Sin embargo, no hemos de confundir la fortaleza con la temeridad o la insensatez.
El fuerte no busca ser herido por propia voluntad. Sin prudencia - que no es la de la carne y
que, generalmente, se identifica con la cobardía - no puede haber fortaleza.
No se trata, pues, de una exposición necia al peligro, sino de una prudente y decidida
determinación, si llega el caso, de exponer lo que sea necesario para la consecución del bien.
Confío en que a lo largo de estas elementales consideraciones se irá perfilando con más
nitidez el contenido de esta virtud, cuya importancia reside no solamente en ella misma, sino también
en la estrecha conexión que tiene con otras muchas virtudes humanas, como la laboriosidad,
generosidad, lealtad, alegría, etc.
Comprendemos bien, por ejemplo. que un hombre recio ha recorrido gran parte del camino
para ser generoso y trabajador.
Un hombre, por el contrario, poco recio, difícilmente será trabajador, ya que el trabajo exige
esfuerzo y éste no se lleva bien con la falta de reciedumbre.
Hombres Débiles
No encuentro otro concepto más claro y conciso que se oponga terminológicamente al de
hombres recios.
Quizá también hubieran sido acertados y descriptivos algunos como los siguientes: hombres
"blandos", "azucarados", "merengues" o "acolchonados".
Es penoso encontrar personas hombres o mujeres que no han sido preparados para afrontar
la vida con reciedumbre. En circunstancias normales esta falta de fortaleza puede pasar inadvertida
para un espíritu poco observador. pero queda claramente de manifiesto ante circunstancias más o
menos desagradables, dolorosas o trágicas.
Por añadidura, la carencia de esta virtud suele con frecuencia acarrear muchos disgustos y
crea un clima de irritabilidad y tensión ambiental que transforma ese remanso de alegría y paz que
debe ser un hogar cristiano, en un campo de minas donde la susceptibilidad, la soberbia y otros
muchos vicios están dispuestos a estallar en cualquier momentn con una violencia inusitada.
Junto a casos muy actuales nos da cierta pena recordar a aquel grupo de hombres que un día
siguieron, deslumbrados, al Señor. Comenzaron el camino con entusiasmo. pero pronto las
dificultades les hicieron titubear y por fin alejarse de la entrega con una frase de claudicación "¡Cuán
dura es esta doctrinal!"
Y así abandonaron a Jesús. que los vio marchar con pena a vivir una vida más cómoda y
aburguesada, llena probablemente de esterilidad.
También con pena vio Jesús marchar a aquel muchacho bueno, cumplidor. pero sin la
generosidad y fortaleza necesarias para abandonarlo todo e ir tras el ideal de una vida absolutamente
entregada a los demás por Dios.

Hombres Recios
Son los fuertes, los que hacen lo que deben, cueste lo que cuete; sin escatimar esfuerzos; los
que honradamente han encontrado el fin de su vida y a él se dirigen sin vacilar; los que saben situarse
por en por encima de una serie circunstancias adversas que a un pusilánime le desviarían de su meta;
los que no temen al calor, ni al frío, ni al hambre o la sed; los que en la batalla tienen miedo pero no
lo parece; los que lloran a solas y momentos después sonríen a su mujer; aquellos que saben mucho
de responsabilidad; los que no se dejan traicionar por el egoísmo o la ambición.
Deseo contarles otra pequeña historia en la que aparecen un hombre y una mujer recios, de
una pieza. Son marido y mujer.
El primer hijo del matrimonio fue una niña que hoy tendrá unos dieciocho años- nació
deforme física y mentalmente. Luego han tenido nueve ninos más, todos encantadores. Los ingresos
son exiguos para sa car adelante, la familia numerosa. y la madre, universitaria, compagina la
atención del hogar con un trabajo que permite paliar el déficit económico de cada mes.
El ambiente familiar es conmovedor; todos ayudan en casa, conscientes de que salir adelante
es labor de conjunto. Hay cariño, generosidad y todas esas virtudes que adornan a una familia.
En las repetidas ocasiones que he ido a pasar un rato en su companía he podido apreciar
cómo los padres y toda la prole miman a la hermanita tarada. La tratan con gran naturalidad y
especial cariño.
Los padres la han ensenado --dentro de sus posibilidades -- a ser útil. Ella tiene su misión en
la casa: ayuda a la madre en la co~ina, hace algunas compras,cuida la lavadora, etc.
Nunca he advertido en sus padres -incluso me lo han comentado charlando del tema alguna
vez el más mínimo complejo o resignación de cara larga. Lo llevan con una alegría que sólo puede
estar fundamentada en una profunda visión sobrenatural y una generosidad y reciedumbre
ejemplares.
Otro caso igualmente conmovedor me viene ahora la memoria. También es ésta una familia
numerosa. Perdonen el inciso, pero estoy cada día más convencido de que los padres que tienen que
sacar adelante a una prole numerosa se hacen fuertes cada día, ante los variados problemas que ello
plantea (puede venir bien la lectura del Folleto Mundo Cristiano núm. 80, titulado Alegrias y apuros
de una familia numerosa).
El padre trabaja mucho y la madre está algo delicada de salud. Los niños, en este caso, no
eran brillantes en los estudios. En especial tres de los diez. Había que hacer un plan para que los
rezagados sacasen el curso. Como no tenían medios para encomendar la tarea a un profesor
particular, no les quedó otra alternativa que realizar la tarea ellos mismos.
Todos los días, durante varios meses, el padre tomó las lecciones a dos de los chicos, les
explicaba lo que no entendían, programó los repasos. etc. Esto le llevaba diariamente cerca de dos
horas. que, ante lo apretado de su horario de trabajo. tenía que sacar del propio descanso.
La madre, con heroísmo y naturalidad ejemplares, se levantaba a las seis de la manana para
hacer lo mismo con el tercero de los pequeños.
Desde luego necesitaba dormir más horas. Su marido-hombre generoso-intentó, sin éxito,
que el tercero de los niños pasase a su "clase particular".
Aunque sea marginal al tema quiero decirles que en junio todos obtuvieron unos resultados
satisfactorios. Incluso hubo algún sobresaliente.
Todos conocemos muchísimos ejemplos y pequeñas.-en otro sentido grandes-gestas
familiares. Se podrían llenar páginas casi hasta el infinito con estas y otras maravillas de padres
virtuosos. No hay espacio. Pero no me resigno a que ignoren esta última: un padre recio que. una vez
más, enseña al mayor de los hijos -de doce anos- a ser recio también.
El diálogo es reconstruido, con la máxima fidelidad posible, en base a lo que el nino me
contó, ya que no fui testigo presencial de la escena a la que de modo especial quiero referirme.
La madre había muerto al dar a luz el quinto niño. Los médicos habían dicho que el riesgo, a
pesar de la predisposición a la embolia, era pequeño. Sin embargo, esta vez vinieron mal las cosas y
los doctores nada pudieron hacer.
El padre estaba en la clínica y los cuatro niños en casa, esperando con ilusión al pequenín y
las noticias que papá les traería.
Así se expresaba el pequeno, días después:
"Papá telefoneó para decirnos que todo iba bien, pero que esa noche no podría venir a casa.
Me dijo: "Muchos besos y hasta mañana; dile a la tía que se ponga". Me fui a dormir, aunque me
extrañó algo la cara de tía Piluca cuando colgó el teléfono. Los pequeños ya estaban acostados.
Al día siguiente fui al colegio. como de costumbre, y al volver a comer estaba allí papá, que
me dio un beso más fuerte que otras veces. Estaba triste y me dijo que me sentara junto a él.
Rápidamente tomó la palabra:
-;Estás contento, Miguel? -Sí, claro. ¿Por qué no había de estarlo? -¿Te pondría triste si
ocurriese alguna cosa dolorosa en el colegio, en casa? Recuerda lo que otras veces hemos hablado
sobre la alegría.
-Depende de qué cosa. Supongo que sí. Pero ;por qué me haces ahora estas preguntas?
-Quería charlar un rato contigo y aunque te extrañe el tema de la conversación, puede suceder
cualquier día una cosa que los hombres llamamos mala, porque nos duele o nos disgusta mucho. Por
ejemplo, una enfermedad o incluso la pérdida de un ser
muy querido. -¿Tiene todo esto algo que ver con mamá? ¿Le ha ocurrido algo?
-¡Calma. hijo! No le ha ocurrido nada malo. ¿Crees que estaría yo tan sereno?... Mamá,
¡fíjate si es bonito!, está en el Cielo porque Dios lo ha querido así. Y si Dios lo quiere, no puede ser
nada malo. ¿No te parece?...
Yo me eché a llorar a moco tendido, porque comprendí lo que había pasado. Casi no pude
darme cuenta, pero me pareció que papá también lo hacía, a pesar de sus esfuerzos por evitarlo...me
tenía abrazado y me daba palmadas en la espalda. Cuando dejé de sollozar él continuó hablándome:
-¡Vamos, Miguel! A ti y a mí nos duele mucho porque la queremos mucho; pero tenemos que
comportarnos como hombres. Los hombres lloran como tú y yo ahora, pero piensa que ella nos ve
desde el Cielo y está, aunque no la veamos, junto a nosotros. Y nos está pidiendo que en esta casa no
falte nunca el cariño que siempre nos dio a todos Por eso, a partir de ahora, tú y yo hemos de
volcarnos con los pequeños, incluida la pequeñita, que ha nacido y es muy guapa y fuerte.
Yo estaba mucho más tranquilo ya-terminaba de contarme el chaval-.. No sé por qué, la
explicación y las palabras de papá me hicieron imaginar que nada había sucedido".
Les aseguro que al recordar esta historia he vuelto a emocionarme, al pensar en la entereza,
reciedumbre y hombría de aquel padre de familia. Estoy convencido de que en aquel hogar siguió
habiendo luz y calor maternales.

Voluntad y reciedumbre

Aunque poderosos argumentos filogenéticos nos hayan convencido de tener una relación de
parentesco con los antropoides, gracias a Dios no es muy próxima, morfológicamente hablando, con
la mayoría de los "homo sapiens". Aún existe alguna raza de hombres primitivos sobre la que está
centrada la atención de muchos antropólogos, que recuerda más vivamente esta proximidad
evolutiva.
Sin embargo, hay una diferencia entre los monos y el hombre que supera radicalmente a las
puramente morfológicas: somos animales. pero... racionales. El humorista Alvaro de la Iglesia diría
al revés.
No somos ángeles -espíritus puros- ni animales irracionales guiados exclusivamente por el
espíritu. Somos, en este sentido, una combinación.
Tenemos una voluntad con la_ que_queremos, en principio, aquello que es bueno. Pero el
cuerpo, diríamos, vive su vida, quiere sus cosas persigue sus fines, que, frecuentemente, están en
franca oposición con los fines del hombre.
Y aquí se plantea la batalle en todo su fragor. Que el cuerpo domine a la voluntad --potencia
anímica-- o que el hombre, con fuerte voluntad, sea Señor de sí mismo.
Incidimos en el manejado concepto fuerza de voluntad. Hay, en efecto, voluntades fuertes y
voluntades débiles; con toda una gama gradual entre dos extremos que pudiéramos considerar
límites.
Me decía un amigo --en broma, naturalmente que él tiene una clasificación a este respecto:
hombres, hombrecillos, monicacos y monicaquillos.
El hombre que posee una fuerza de voluntad es, por lo general, recio y virtuoso, si en otros
aspectos ha sido rectamente formado. Porque puede suceder que ignore algunas vlrtudes o tenga una
escala de valores desordenada.
Algo de esto le ocurría, por eiemplo, a Louis Pasteur, uno de los padres más fecundos y
acreditados de la Bacteriología. De él podemos hacer multitud de elogios profesionales y humanos.
Llevado por una poco común laboriosidad -que ya implica reciedumbre-, permanecía horas y horas
persiguiendo bacilos y buscando remedios para las enfermedades infecciosas que diezmaban a la
humanidad. Aunque también había fracasos. los éxitos eran ininterrumpidos y apoteósicos. Males
cuyas causas eran hasta entonces desconocidas se sinceraban bajo las lentes del microscopio. No
había descanso para él y sus colaboradores.
La labor era ingente y excitante a la vez que. en cierto sentido, competitiva, porque en
Alemania estaba Robert Koch haciendo también geniales descubrimientos, como el del bacilo de la
tuberculosis. que lleva su nombre. Y Pasteur, un poco nacionllista, estaba decidido a conseguir que
Francia ostentase la supremacía en vinos y en lo que a microbios se refería.
El hecho y a esto iba- es que la señora Pasteur veía al genio en contadas ocasiones Este deber
familiar no fue cuidado por aquel hombre trabajador, recio y genial, al que todos debemos v
admiramos tanto.
La voluntad se va haciendo más fuérte a medida que se que se ejercita. Normalmente, los
hombres que aprendieron desde niños a cumplir con su deber, son fuertes, recios con eníca voluntad.
Son los que triunfan en la vida, aunque la mayoría de las veces sea un triunfo discreto que pasa
inadvertido para los demás. Me refiero a esos hombres que llegan a la meta --o se aproximan a
ella-- que noblemente se marcaron. Buenos padres de familia, buenos profesionales, generosos
ciudadanos cuya vida pasa oculta y su heroísmo cotidiano sin divulgación.
En este sentido, Alexander Fleming triunfó, aunque no hubiera descubierto la penicilina.
Este hallazgo, cuyo autor -en palabras del doctor Maraílón "es el hombre Que más vidas humanas ha
salvado en tiempos en que tantos otros han hecho lo posible por destruirlas". se debió al azar, pero
como un día dijera Pasteur, "el azar no favorece más que a los espíritus preparados". Y el de Fleming
lo era.
Reciedumbre es virilidad. hombria que prepara al hombre para su último fin, Así hemos de
entender las Falabras de uno de los autores espirituales más leídos en estos últimos años: "Sé recio.
Sé viril Sé hombre; y después..., sé ángel" (~. Escrivá de Balaguer, Camino, n. 22).
En toda su profundidad y alcance, la reciedumbre nos prepara y dispone para ese último fin:
Imitar a Jesucristo. Esto es la snatidad, a la que todos somos llamados; es decir, empañarnos -
ayudados por la Gracia- en se otros Cristos.
Jesús, por ser perfecto Hombre. ha escuipido el camino que lleva a vivir todas las virtudes,
sobrenaturales y humanas.
Nos da ejemplo de fortaleza durante los treinta y tres años que pasó en la tierra.
En el Huerto de los Olivos, lngustiado ante los terribles sufrimientos que se aproximaban,
suda sangre, pero se identifica con la voluntad del Padre para conseguir nuestra Redención.
San Pablo. como buen discípulo. nos enseña a ser fuertes con la fortaleza con que se entregó
al fin que Dios le había señalado.
Muy expresivo es el siguiente texto de su carta a los Corintios: "¿Son servidores de Cristo?
En delirio hablo: yo más que ellos; en trabajos. muchísimo más; en prisiones. muchísimo más: en
golpes, con gran exceso; en mílerte. muchas veces. De los judíos recibí cinco veces treinta y nueve
azotes; tres veces fui apaleado; una. apedreado; tres, naufragué; un día con la noche pasé en la sima
del mar; muchas veces en camino con peligros de ríos, peligros de bandidos, peligros por parte de mi
linaje, peligro por parte de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el
mar, peligros en los falsos hermanos; con trabajo y fatiga, con frecuentes desvelos, con hambre y con
sed, con ayunos muchas veces, con frío y con desnudez" (2 Cor 2, 23-28).

En broma y en serio

En una revista que confeccionan los alumnos del colegio "Gaztelueta", de Las Arenas
(Bilbao), apareció, por capítulos, una obra que rezuma un fino sentido del humor; su título:
"Introducciór a la vida dura". Voy a transcribirles el primer capítulo. Parece una broma. pero hay en
el fondo material muy interesante para una consideración detenida. El lector sabrá descubrirlo
mientras pasa un rato agradable y divertido. "Es frecuente sentir miedo a l dureza de la vida: estamos
en un siglo en el que se rinde culto a la comodidas, al confort y a evitar todo esfuerzo. De esto a la
“bladenguería” no hay más que un paso.
Se comprende que una viejecita, un enfermo y una señora gorda tengan miedo al cansancio,
al frío o al golpe; pero un mocetón joven que caiga en estos miedos merecería ser "descalificado"
como deportista, como joven y como mocetón.
Las madres no siempre aciertan cuando toman medidas para que sus hijos estén sanos:
tienen grandes sustos cuando se rompen un hueso porque no saben que, para un chico joven,
romperse un hueso es cosa de dos semanas, y, en cambio, no se asustan cuando el chico se vuelve un
perezoso sinvergüenza, cosa que veces no se cura ni en seis meses. También se asustan cuando el
chico enflaquece, y no se asustan cuando engorda, sin saber que esto puede ser grave.
La madre de un aviador amigo mío le despedía siempre diciéndole: vuela bajito y despacio,
sin saber que estas dos cosas son las más peligrosas que hay en el vuelo. Por el contrario, hay que
hacer ver a las madres, abuelas y demás personas tendentes a la blandura. que el golpe, el reaguño, el
rasponzo, el pellizco y el morrón son saludables porque activan la circulación de la sangre y dan
agilidad.
El cansancio no sólo es bueno hasta el grado de resoplar, sino que sigue siendo bueno hasta
grados mucho más elevados: lo que vulgarmente se llama "agotamiento", no es más que un
moderado principio de salud; no hay que preocuparse por él: afortunadamente, estos avisos del
cuerpo están puestos con un alto grado de seguridad, y están muy lejos de lo que podría ser
perjudicial. Un hombre no se muere ni con el doble de esfuerzo que le ha hecho llegar al
“agotamiento".
Sabios investigadores aseguran que el hombre y el perro de caza por ahí se andan, y que a
estos dos les conviene estar más bien "delgados y hambrientos".
Cuando se mueve uno con cierta naturalidad en el mundo de los_porrazos, arañazos,
hambres, esfuerzos y similares, se descubre que no pasa nada, que luego se tiene un, gran bienestar y
sensación de equilibrio mental y muscular, junto con una gran predisposición a la alegría. Por el
contrario, si uno se queda quieto y “protegido” leyendo toda una tarde, es fácil que se vuelva
hipersensible, escamón, temeroso de todo y termine por exigir agua tibia para lavarse.
La vida dura .es muy saludable para la mente. hágase la prueba: escríbase en un papel la
descripción de la actuación de un hombre con una cierta culpabilidad y circunstancias atenuantes.
Póngase a continuación el juicio que nos formemos y la sanción que le impondríamos. A
continuación súbase un monte corriendo hasta llegar al agotamiento, bájese luegoa tumba abierta y
Iéase de nuevo el papel. Se verá cómo el juicio anterior aparece como injusto, y la sanción como el
triple de la que merece de verdad.
Otra sencilla prueba puede realizarse cualquier día de esos en que a uno le parece mal todo
lo que le dicen; basta meter los dedos en un enchufe y procurar mantenerlos unos segundos: se verá
cómo en seguida se retorna a la normalidad (que consiste en que de cada tres cosas, dos parecen bien
y una mal).
Cuando uno llega a estos estados de susceptibilidad, en que casi todo le resulta ofensivo,
basta que pruebe de pagar puñetazos en la pared hasta llegar a que se marquen los nudillos;
rápidamente mejora muchísimo.
Si se llega a la indignación, puede salirse de ella con sólo echarse un vaso de agua fresca por
el cogote o dar unas volteretas por el suelo hasta que se inicie el mareo.
Dos amigos pueden ayudarse mutuamente por medio de la bofetada estoica, juego persa que
consiste en aguantar que el uno le dé al (stro la bofetada del calibre que quiera para después escoger
entre devolvérsela o retirarse; se recuerda que nunca puede uno retirarse después de dar: sólo puede
hacerse después de recibir.

Conviene no olvidar que la vida dura debe. alcanzar muy especialmente a la alimentación:
para ello es muy aconsejable el camping con avituallamiento irregular. Una situación conveniente
puede ser la de tener que vivir varios días con arroz sólo, el cual para variar se hierve a veces con
pinas y otras veces con cardos: así el paladar se acostumbra poco a poco a gustar los suaves matices
de los sabores naturales, y luego se come con más apetito y aprovecha más a la salud. Para hacer más
llevadero el ensayo pueden ponerse nombres franceses a estos platos y escoger entre varios de ellos
escritos en un papel.
La sed se domestica perfectamentc mordiendo limones en vez de beber líquidos durante las
travesías por lugares desérticos.
El frío se combate muy bien con el deporte finlandés llamado panzski, que consiste en
lanzarse por las laderas con la panza sobre la nieve: de esta forma siempre entra nieve por el cuello
de la camisa y sale por los pantalones después de haber refrigerado la panza; recorridos así varios
kilómetros, se puede llegar a la ciudad y mirar con una sonrisa a los que salen del cine con el cuello
del abrigo subido. Si al final de la ladera hay un río o laguna helada, se pue de romper el hielo con el
mismo impulso que se llevaba. y para ello basta practicar el panz-ski en meyba. Se queda así inmune
a los catarros durante tres meses; además, no se protesta cuando la calefacción se estropea.
En las épocas de falta de decisión o decaimiento moral es muy aconsejable poner el colchón
de la cama al final del pasillo y llegar a él corriendo de forma que el salto mortal se inicie tres metros
antes del colchón para quedar sentado en él. Se observa en seguida que cesa el abatimiento y se
empieza de nuevo la vida con decisión y coraje.
En fin, la vida dura en todas sus manifestaciones está al alcance de todos, y si se usa a
menudo se vive contento, se ataca cualquier situación y se hace uno rico".

SEGUNDA PARTE

Introducción a un pequeño anecdotario

Dispongo, como muchos de ustedes, de numerosas anécdotas cuyo conocimiento es fruto del
trato con bastantes padres; unos, amigos personales, y otros, padres de alumnos que se preocuparon
por cambiar impresiones con el preceptor de sus hijos en el colegio.
Como la figura del preceptor en un centro de enseñanza no está -por desgracia- demasiado
generalizado, voy a describírsela a ustedes rápidamente. En España no es de extrañar este
desconocimiento, pues son pocos los colegios que han acogido en su estructura pedagógica esta
figura educativa.
El preceptor -o tutor, si lo prefieren- es un profesor que, aparte de ensenar su asignatura,
lleva la tutoría de varios chicos.
Como se trata de educar, meta muy diferente y de más amplios horizontes que la de enseñar,
el preceptor charla periódicamente con ellos, les orienta en sus estudios, les ayuda a resolver -en un
ambiente de sincera amistad- sus problemas personales; les anima; les forma en otros terrenos que
inciden en la esfera de lo personal, etc. Hay, pues, una amistad mutua sobre la que se apoya una gran
confianza. Es entonces cuando el muchacho es sincero y cuenta abiertamente sus problemas.
recibiendo el consejo oportuno de su "amigo mayor'' o preceptor. Este le va marcando metas
concretas de lucha en todos los aspectos formativos.
Queda esbozada la figura y misión del preceptor. En algún diálogo del anecdotario lo
representaremos por T (tutor).
Hemos respetado la particular terminología de los chicos. aunque Fn algún caso no
simpatice con un léxico muy depurado.

"EI salto del tigre"

Juan Luis se había propuesto, de acuerdo con su tutor. levantarse "automáticamente" a una
hora fija. En general lo conseguía. pero había más fallos que de costumbre aquella semana.
El preceptor le preguntó si había intentado averiguar cuál era la raíz de esos fallos
(evidentemente, la pereza). El diálogo, más o menos, fue así:
J. L.-La culpa la tiene el barómetro.
T.-¿...? Querrás decir el despertador...
J L.-iNo, no! Lo que pasa es que cuando el barómetro baja. hace mal tiempo. y esos días
grises me vence la pereza y me quedo unos minutos mas en la cama. En cambio, los días que hace sol
no falla ni uno. Salto de la cama como un tigre.
Hay que reconocer que. junto a una cierta dosis de pereza, el muchacho tiene sentido del
humor.o de la meteorologia.

"¡Que se vaya al circo!"


Manuel es un cascarrabias; con frecuencia reniega y exterioriza su mal genio. Lo sabe y
lucha por mejorar en casa y en el colegio. por lo demás, es un pequeno genio con un gran corazón.
Quiere ser más amable v cordial.
M.-Lo que pasa es que a veces a uno le "pican",y iclaro!, salta.
T.-Vamos a ver, hombre, ¿qué pasó?
M.-Todo iba fenómeno desde hace una semana. Ni un grito, ni una mala cara. Yo, firme con
mi campana de la amabilidad. y tuvo que venir mi hermano Juanito a estropearlo todo.
T.-Bueno, no creo que sea para tanto. ¿Qué te hizo? M.-Me "mangó" cinco tebeos que me
habían prestado y los hizo pedacitos con la tijera. y encima, a mamá -que lo tiene muy mimado- le
hizo gracia la cara que puse y me dijo que todavía es un niño. Entonces le contesté malhumorado
que, como el nene había salido tan gracioso, que se fuera al circo. Claro, lo peor es el tonillo en que
lo dije De todos modos, luego pedí perdón a mamá, que. dicho sea de paso, me dio cinco duros para
poder devolverle a mi amigo los tebeos.
T.-Pues si es eso todo, no es para que estés con esa cara. Lo que debes hacer cuando tengas
algún fallo, en lugar de desanimarte, es reemprender la lucha con empeño y tratar de compensarlo
con un detalle positivo de cariño.
Pasemos a otra cosa, porque veo que esto marcha. La lucha en estas cosas paqueñas forjan el
carácter y la personalidad de los pequeños de forma insospechada. Los principales tutores deben ser
los padres y el colegio colaborará con ellos en esta delicada misión. He aquí un dato más que ayuda a
comprender la importancia que tiene la conexión padres-colegio-tutor.

"Contamos contigo"

A José María se le acababa de romper un brazo al dar un mal salto en la clase de gimnasia.
En el mismo colegio se lo entablilló provisionalmente, mientras se avisaba a su padre, que llegaría a
recogerle de un momento a otro.
El esperaba sentado en el amplio recibidor, rodeado de alguno de sus compañeros de curso y
de los curiosos de primaria.
Lo cierto es que el chico estaba como si nada hubiera sucedido, y uno de los: pequeños le
preguntó, admirado:
-¿Y no te duele?. porque estás ahí tan tranquilo, y dice don Fernando que te has roto el
"cubito". -Querrás decir el cúbito, ¿verdad, doctor Barnard? -corrigió uno de tercera.
José María se sintió en la obligación de dar una lección a su infantil auditorio. a la vez que
se hacía un poco el "duro".
-¡Pues claro que me duele! Pero, iqué quieres que haga? ;Te parecería bien que llorase? Pues
eso no es de hombres. Si duele se aguanta uno y no se queja como las niñias pequeñas.
El asentimiento fue general y la admiración también, no sólo por la estoica actitud de José
María. Sino también porque es uno de los ídolos deportivos del colegio.
Me permito una advertencia para las madres que incurren en el generalizado vicio educativo
del “maternalismo” y para algunos padres, que también incurren en el defecto.
Maternalismo es pasarse de la raya en el cariño debido a los hijos. Las madres maternalistas
-valga la expresión son las que quisieran tener al “pobrecito” niño en una vitrina (exagerando la
nota), porque lo ven más seguro que en la calle, donde puede atropellarle un coche, le pueden dar con
una piedra, etcétera. Se da cuando se abusa de esas frases y recomendaciones como “no correas”,
“cuidado con el sol”, “no jueges, que te vas a quedar frío”, etc., etc.
Prudencia, sí, pero maternalismo que deforma al chico y le hace débil y mimoso, no.
Tiene mucho fondo psicológico la siguiente escena que presencié en casa de unos amigos:
Estaba el padre jugando con una de las pequeñas - de cuatro años-, y en un descuido le dio con el pie
en la mano. Entonces la niña inició la llorera, pero el padre se adlantó y comenzó a hacer gestos
teatrales de dolor, cogiéndose el pie, como si la pequeña le hubiese hecho daño con la mano.
Lo que iba a ser lloro se transformó en risa infantil y continuó el juego.

“Mantenga limpia a la familia”


Javier, como todos sus hermanos tiene un encargo concreto en casa. De ese modo los padres
fomentan la responsabilidad de los pequeños y todos colaboran en algo, según su edad.

Javier se encarga del aseo de sus dos hermanos Pequeños: pasa "revista" a las manos, uñas,
zapatos,trajes, etc. Pero lo que más le cuesta es que se duchen todos los días. Hablando de ello, me
contaba:
"Son unos "caras”,. Siempre dicen que están limpios y que no les hace falta ducharse. Y. la
verdad, es que cuando vienen del cole no hay por dónde cogerles.
Pero no les vale, y además, de vez en cuando les doy un susto para que no sean ñoños.
Primero, como de costumbre. se enjabonan con agua tibia, y cuando ya están cubiertos de jabón,
camhio la palanca y les cae un ducha de agua fría que les hace salir disparados.
Entoces escucho, divertido. los insultos de rigor, y cuando ya están calmados y secos. les
echo una arenga y les llamo de todo. Así van aprendiendo a ser unos tíos. En verano ya se duchan
con agua fría ellos solos".
Se ve que al pequeno Javier le han enseñado a vivir algunos detalles de reciedumbre Y
procura inculcarlos a sus hermanos, utilizando unos métodos Pedagógicos muy personales.
A mí. sinceramente, no me parece mal.

"La batalla de los plátanos"


La meta que se había marcado Tomás (diez anos) como pequeño sacrificio para aquella
Semana Santa era no tomar plátanos. Se intuye fácilmente que es su frilta preferida.
A la vuelta de vacaciones charlamos un rato, y al tocar este punto, me decía:
"Fue bastante bien la cosa. Sólo fallé un día y lo compensé en la merienda, no poniendo
azúcar en la leche. Pero que conste que ahora me voy a desquitar, que mi trabajo me ha costado".
Fue una buena ocasión para hablarle un poquito de sobriedad. Y lo entendió bastante bien.
Comería plátanos, pero sin glotonería.
Pequeñas batallas como "la de los plátanos" forman a los chicos de un modo decisivo.
Dorque se acostumbran, con metas adecuadas a su edad, a una lucha que les va transformando en
hombres virtuosos.
Vemos también en esta anécdota cómo la formación humana está estrechamente vinculada a
la espiritual. A Tomás le resultará muy fácil entender, cuando se lo expliquen más a fondo, qué es la
mortificación cristiana. el significado de la Semana Santa, etc.

"Maldita regadera"
Conocí a un padre, buen educador. que no estaba dispuesto a que sus hijos fueran unos
perezosos y les "animaba" a vivir una serie de detalles como éste: He conseguido -me decía- que
todos se levanten al primer aviso, aunque no creas que me resulta fácil, pues han sido bastante
dormilones.
Supongo que dormirán las horas necesarias, ¿no? -¡Por supuesto! Mi mujer tiene eso, muy
vigilado de acuerdo con las edades y demás circunstancias. Pero, como te iba diciendo, al principio
ya sabían lo que les esperaba si no saltaban de la cama: a la segunda "ronda" iba provisto de una
pequeña regadera llena de agua. Te puedo asegurar que no falla.
No esta mal el método. incluso, por lo que se ve, muy eficaz para divertirse un rato al
recordar más tarde las reacciones de los perezosos ante la "ducha" improvisada.
Seguramente, la pobre regadera fue objeto de maldición en más de una ocasión.

TERCERA PARTE

Test de reciedumbre

Notas a tener muy en cuenta.


l.-Las preguntas responden a pequeños detalles de esta virtud humana. Con el mismo
criterio podía haberse elaborado otro cuestionario diferente con resultados más o menos divergentes.
2.-No es un test confeccionado científicamente; eso sería más complejo que hacer uno de
inteligencia, por ejemplo. En consecuencia, el índice de reciedumbre que vamos a obtener no será
científicamente riguroso. Pero, en cierto grado, puede orientarnos sobre el nivel de recìedumbre que
posee el muchacho.

3.-Es imprescindible la cooperación de los padres, porque muchas preguntas no tienen


como respuesta un claro sí o no. Incluso el padre o la madre dudarán en más de una. No importa
demasiado. Respóndase con el mejor criterio posible una vez entendido el "espíritu" de la cuestión a
la que hay que contestar.

4.-Conviene hacerlo a modo de diversión, como una conversación entretenida entre padre e
hijo. Seguramente será, además, muy formativa, porque los padres, en base a las diversas cuestiones,
podrán recordarle al chico, amablemente, sus fallos y elogiar sus recias aptitudes --que las habra. en
otras ocasiones. Por ejemplo, en varias de las preguntas podrán plantearse un pequeño "juicio". cuyo
veredicto será el SI o el NO; el fiscal, el padre, y el abogado defensor el mismo chico. La mamá
podría ser el juez.
Pero insisto- el juego debe resultar grato para todos, en especial para el muchacho.
5.-Las respuestas esperadas para un ínidice máximo de reciedumbre se hallan a
continuación de cada pregunta. Con el fin de que pueda ser aplicado a mas de un chico. el
procedimiento mas práctico puede ser el siguiente: anotar en una cuartilla el número y a continuación
la respuesta obtenida entre padre e hijo, después del "ponderado examen de conciencia".

Ejemplo:
N." R.

I SI
2 NO
3 SI
etc. etc.

6.-Ahora basta comprobar el número de coincidencias entre las respuestas obtenidas y las
que aparecen como buenas a continuación de cada pregunta en el cuestionario.
Si, por ejemplo, fueron diez las coincidencias, dividimos este número por el de preguntas
(que es 20) y obtenemos 10/20 = 0,5 (en clasificación de O al 1).Para hallarlo en tanto por ciento
-cifra más expresiva- basta multiplicar por 100, y así, en el ejemplo que nos ocupa, resultará: 0,5 x
100 = 50 por %.
Otro ejemplo: un chico que coincidió en 15 respuestas:
15
--- = 0.75 ; 0.75 x 100 = 75 %
20

Lo ideal. claro. es que saliera un 100 % de reciedumbre. expresión un tanto extraña, ya que,
como se dijo, no pueden aplicarse las matemáticas a las virtudes; se trata de hacernos una idea.
7.-Si el chico no se ha encontrado todavía en la situación que le plantea La pregunta.
entonces hay que utilizar la imaginación.
8.-Y una última advertpncia a los padres. en previsión de un posible desaliento ante la
incertidumbre de alguna respuesta. En caso de duda entre el SI o el NO, sean benévolos una vez y
“malévolos” otra. Así compensaremos. Pero cuidado con los favoritismos, que el niño no será más
recio en el papel que en la realidad.

Cuestionario del test

1. ¿Te levantas inmediatamente cuando te 11aman o suena el


despertador?.................................................SI
(Si los fallos de pereza se dan. pero esporádicamente puede responclerse de modo
afirmativo).

2. ¿Comes lo que te ponen sin protestar. aunque no te guste o no esté bueno lo que te agrada
aquel día........................SI

(Se entiende en general: suponemos que no hay ningún niño que nunca haya protestado).

3. Si una lección o un trabajo te resulta árido o desagradable, ¿sueles afrontarlo en lugar de


eludirlo cómodamente?.........SI

4. Si pasas frío o calor, ¿te sueles quejar mucho?...........NO

5. ¿Haces mimos o te constituyes en el centro de la atención cuando has sufrido un pequeño


accidente, como una patada jugando al fútbol, un martillazo en un dedo. etc?.......................NO

6. En un momento que estás cansado. ¿irías con buena cara a un recado que te supusiese
andar un buen rato?..................SI
7. Cuando estás estudiando, ¿sueles esforzarte seriamente para no
distraerte?..................................................SI

8. Si has de subir varios pisos y está estropeado el ascensor, ¿subes las escaleras con espíritu
deportivo y sin darle la menor importancia?.................................................SI

9. ¿Buscas intencionadamente Y de modo habitual el sitio más cómodo para ver la


televisión?......................................NO

10. Ante una reprimenda o castigo merecido, ¿lo aceptas con una entereza
responsable?........................................SI
11. ¿Desayunarías voluntariamente en la cama?................NO
(Se entiende, como en la siguiente pregunta, que está sano).

12. Admites -admitirías- gustosamente una bolsa de agua caliente para las noches frias del
invierno?..........................NO

(Ya se entiende que a nadie le amarga un dulce : los padres sabrán distinguir entre querer y
desear).
13. En invierno, ¿te duchas o lavas bien con agua fría?......SI
(Sería bueno darle la oportunidad de demostrarlo, si no la ha tenido hasta ahora ; la
Medicina, en circunstancias normales de salud. no tiene nada que oponer a esto aunque muchas
madres así lo crean)
.
14. ¿Duermes la siesta sin recomendación médica?..............NO

15. Imagina que estás en la piscina. ¿Te lanzarías de cabeza desde el trampolín más
alto?........................................SI

(Se supone que no es una imprudencia).

16. Imagina que estás leyendo en una habitación a treinta grados. ¿Protestas si no hay
ventilador?..............................NO
(Distinto sería sugerir, su conveniencia).

17. Haces pequeños sacrificios cristianos, como renunciar a algunos refrescos y helados.
tomar el postre que menos te agrada, etc.SI
18. Si has de tomar una medicina amarga o dolorosa. ¿haces ver o notar lo que
«sufres»?........................................NO

19. ¿Cumples con energía el horario que te has marcado?.......SI

(Por ejemplo, ir a dormir a hora fija. renunciando a un buen programa de televisión).

20.¿Tienes fuerza de voluntad para estudiar las horas


necesarias?...................................................SI

Algún consejo práctico


l.-Como en cualquier otra virtud que se pretenda fomentar en el chico. es de capital
importancia el ejemplo de los padres.
En el folleto número 85 de esta colección, Formación humana de los hijos, se le llamaba
insustituible educador. Y así es. en efecto. Si los padres son recios y cultivan habitualmente la virtud
de la fortaleza, los hijos intentarán ser el espejo de sus padres si éstos han sabido ganar su amistad.
admiración y cariño.
El ejemplo ha de darse. más en concreto, en los pequeños detalles que queremos que el
muchacho viva. A ver quién es capaz de conseguir que un muchacho se levante diligentemente por la
mañana, si su madre, en excelente estado de salud. se levanta tarde y perezosamente. Yo confieso que
no lo conseguí.
Como tampoco creo que haya dado ningún resultado la conversación de casi una hora que
sostuve con un alumno de doce años cuando me dijo que no iba a misa los domingos. Dudo de la
eficacia de aquella charla desde que me enteré que su padre no practica y su madre -también de
escasa formación- “dice que tiene mucho trabajo y va alguna vez. cuando puede”.
Por el contrario, si los padres son virtuosos -en este caso recios-, los chicos lo serán también.
a no ser que erróneamente se les quiera dar una vida facilona y cómoda. Esto, ya lo dijimos. sería
maternalismo del malo.
El ejemplo se ha dicho. es el mejor predicador y de nada servirían pláticas y
recomendaciones sin el vital estímulo de una vida ejemplar.
Aparte que difícilmente puede darse lo que no se tiene. A una persona cuyo fuerte no es el
trabajo, por ejemplo. no se le ocurrirá hablar dp laboriosidad ni sabría cómo hacerlo aunque
incomprensiblemente lo intentase.
2.-Es importante que los chicos se acostumbren a tener un Plan de vida, es decir. un horario
sensatamente confeccionacio, al que se ajustaran con la mayor disciplina posible. Esto fortalecerá su
voluntad, porque frecuentemente les apetecerá hacer una cosa distinta a la prevista, y al hacerla, con
esfuerzo, aumentará su fortaleza.
Es lógico. sobre todo a determinadas edades, que exista cierta flexibilidad en pl
cumplimiento de ese horario, pero malo sería que, con frecuencia, se cobijase en esa flexibilidad el
capricho y la falta de voluntad.
Habrá que introducir modificaciones si varían las: circunstancias, y lógicamente será distinto
el horario de invierno que el de verano.
Vean. a grandes rasgos, el plan que tenía marcado durante el período escolar un preceptuado.
Lo esbozamos entre los dos y quedamos en que se lo enseñase a sus padres para ver si les parecía
bien. Estuvieron de acuerdo.
8,00. Levantarse. Aseo. Desayuno. Tomar autobús.
9,00. Entrada al colegio (allí el horario venía dado).
1,45. En casa. Hojear las lecciones de esa tarde.
2,15. Almuerzo y tertulia familiar Tomar autobús.
3,30. Colegio hasta las 5.30.
6,00. En casa. Jugar con sus hermanos y merendar.
7,09. Estudio y ejercicios.
9,00. Televisión o juego.
9,30. Cena.
10.00. Rosario en familia.
10,15. Variable: TV, lectura. etc.
11,00. Acostarse.
Los días en que no había colegio quedaron más en el aire. Habíamos colocado hora y
media de estudio y el resto a discreción: juego y deportes varios.
En verano resulta. sin duda, más difícil atenerse a un plan predeterminado. No hay colegio y
las horas libres son muchas más. Hay más peligro de que el chico se adocene y ablande si no
prevemos las cosas.

Es de gran interés que. aunque el muchacho haya sacado el curso sin dificultades, no pierda
el hábito de estudio, que en la mayoría de los casos costó no poco trabajo conseguir. Para ello irá
bien que dedique algún tiempo al repaso o a familiarizarse con alguna asignatura del próximo curso;
también es eficaz que los profesores hagan un plan para encomendar a sus alumnos trabajos prácticos
de interés que resultan agradables y obligan al chico a consultar y repasar los libros de texto. Por
ejemplo, si el profesor de Ciencias le ha encargado la recolección y clasificación de una serie de
animalitos o de plantas con una breve descripción de los mismos, el muchacho aprenderá a observar,
se formará y seguramente se divertirá; lo mismo sucede si el profesor de Matemáticas le ha puesto
una serie de sugestivos problemas en los que el alumno ve una inmediata y práctica aplicación.

En esta línea, los padres también pueden dar cauce a muchas iniciativas e inculcar en los
niños múltiples aficiones que llenarán gran parte de su día: trabajos manuales, montañismo.
fotografía. pintura, etc.
Vemos que, en el fondo, se trata de evitar el ocio siempre mal compañero y peor educador Si
no fomentamos en él estas cosas terminará aburrido de leer tebeos o de vagabundear por la calle sin
rumbo fijo.

3.-Que sean deportistas. El deporte es un medio magnífico para fomentar la fortaleza en los
muchachos.
Exige esfuerzo y afán de superación. Acarrea cansancio, fatiga. pequeños accidentes a los
que tampoco haya que tener un excesivo temor.
El chico que hace deporte suele estar sano física y espiritualmente; al menos. tiene más
posibilidades de que así sea. Casi no hay más remedio que volver a Citar aquello de «mens sana in
corpore sano». En cuanto al tipo de deporte, es cosa ya de aficiones personales; pero que no digan,
como aquel chico de hombros caídos. que «sus deportes preferidos eran el ajedrez y el futbolín » .

4.-Inculcarles el espíritu de laboriosidad. Conviene que experimenten personalmente el


profundo significado del «ganarás el pan con el sudor de tu frente». Sudor, en este caso se identifica
con esfuerzo y -.seguimos insistiendo- en que éste viriliza y enrecia.
Por otra parte. sabemos que descuidar algún aspecto formativo es deformar o, al menos.
formar de modo incompleto: Todos ellos están estrechamente vinculados y hemos de hacer
comprender al chico que la vagancia y la ociosidad, además de ser vicios humanos, no son gratos a
los ojos de Dios.
Los educadores podrían pasar del terreno humano al espiritual y deberán hacer ver al
muchacho que el trabajo no es algo ajeno a la perfección cristiana, sino por el contrario. un medio
fundamental para llegar a ella en medio del mundo, llevando una vida corriente, en un sentido qlle
nada tiene que ver con vulgar o aburguesada.
Por un grato deber de justicia. por respeto a la propiedad de las ideas y porque difícilmente
se puede decir más cosas en tan pocas palabras. deseo citar aquí el punto número 359 de Camino:
“Pon un motivo sobre natural a tu ordinaria labor profesional y habrás santificado el trabajo».

La ordinaria labor profesional de los chicos es, normalmente. el esludio y a él deberán


aplicarse con sentido de responsabilidad.
Al hablarles de santidad habrá -quizás- que borrar de su mente la deforme idea que de este
concepto nos han legado algunas dulzonas e irreales biografías de santos. Y hacerles ver que para
aspirar a la perfección ciistiana no hay que hacer cosas raras, sino ofrecer a Dios.
extraordinariamente bien hechas, las cosas ordinarias de cada día.
Quiero terminar con unas palabras de Urteaga en un libro (Dios y los hijos) muy leído y
nunca -por formativo y ameno- suficientemente recomendado:
«Cuando les veáis sufrir (a los hijos). no os ablandéis. No les mintáis cuando les llevéis al
médico. No tengáis miedo a pedirles esfuerzos. Fiaos de su reciedumbre. Estimulad ese heroísmo
latente que vive en el alma de todo muchacho.
Los chicos no lloran en el colegio por el escozor del alcohol sobre la herida: lloran en casa.
cuando la madre añade al alcohol un: ¡pobre hijo. cómo sufrirá! ¿Que preferís una educación viril?
Pues toma nota:
- Hora en punto para levantarse
- Hora en punto para acostarse.
- Más ducha fría que baño caliente para lavarse.
- Si el chico no está enfermo. come lo que se pone en la mesa sin contemplaciones.
- No se sirven desayunos ni lecturas en la cama.
- 36,8 es una «fiebre,, apta para menores en la escuela.
- Sobran en la cama toda clase de botellas calientes.
- Es intolerable que los niños pidan a los demás lo que pueden servirse ellos mismos.
- Los medios de locomoción para ir al colegios son los pies. el Metro. el autobús y el tranvía;
a lo sumo, la bicicleta; pero nunca el coche de papá, porque el niño llega tarde.
Enséñales a terminar bien las cosas. Es un aprendizaje costoso. posiblemente un arte de los
más difíciles de practicar. Y.échalos a nadar donde no haga falta un hombre-rana para sacarlos; pero
échalos a nadar».

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