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La huaconada es una danza ritual Huanca que se representa en el pueblo de Mito, provincia

de Concepción, región Junín, situada en la cordillera andina central del Perú.


Existen referencias escritas sobre la huaconada desde fines del siglo XVI; los huacones son
mencionados en el diccionario quechua de González Holguín de 1608. La danza parece
haberse extendido por un territorio mucho más grande, posiblemente hasta el Collao. Los
españoles no veían con buenos ojos a la danza, asociada al dios cóndor y a Huiracocha, y en
muchos casos trataron de eliminarla.
Hasta ahora, la huaconada de Mito no muestra ningún elemento religioso católico, al menos
no de manera explícita. Mito es un pueblo con una historia de interacción y choque cultural.
Estaba formado originalmente por señoríos huancas. Al llegar los españoles, se asentaron en
el pueblo de Mito, pues estaba cerca a sus centros de operaciones: Jauja y Lima. Mito no era
una comunidad indígena, sino un pueblo de indios y blancos, con una élite española y mestiza.

El 23 de diciembre de 2003, la huaconada de Mito fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por el
Ministerio de Cultura, tal como lo señala la Resolución Directoral Nacional 925/INC-2003, así mismo, en
noviembre del 2012, fue reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por el Comité
Intergubernamental de la Unesco.
La huaconada es la danza de los huacones, una especie de jueces antiguos que regresan a
Mito una vez al año. Con sus látigos, sus máscaras y sus narices y movimientos que se
asimilan a los del cóndor, evocan una justicia mítica y severa.
Algo que es frecuente mencionar en la tradición oral, es que en una época (más o menos hace
unos 70 años), los huacones realmente se convertían en la única autoridad y juez durante los
tres días, castigando a los adúlteros, ladrones y a quienes no tenían la casa limpia con
latigazos. Éstos, salían de una quebrada conocida como el Ayán, a espaldas del pueblo de
Mito.
Los hombres de Mito que cumplen el papel de huacones, ya no castigan a las personas, pero
aún se menciona que durante la huaconada sólo rige la ley del huacón. En una ceremonia, el
alcalde distrital abdica formalmente su autoridad por esos tres días y se la entrega a los
huacones.
Durante la huaconada, los huacones danzan en procesión por las calles de Mito, al compás
de una banda de músicos que repite la misma secuencia de tres melodías una y otra vez. Esta
tonada tiende a hipnotizar. Los huacones se dividen en huacones viejos y 'huacones
modernos. Los viejos se visten a la manera de los huacones originales, sus máscaras
muestran los rasgos de una persona anciana y arrastran los pies en un movimiento particular.
Los modernos utilizan frazadas de tigre y máscaras con rasgos más solemnes; sus
movimientos connotan autoridad y dignidad.
Los huacones emiten rugidos y hacen llamados estandarizados en quechua a individuos entre
la multitud; cuando uno es llamado así, debe acercarse y abrazar al huacón, llamándolo
alcalde, después de lo cual recibe un ligero latigazo.
La referencia más antigua que se recuerda en Mito es la siguiente:
• Sombrero de lana o chuco de fabricación artesanal.
• Máscara de madera con rasgos grotescos.
• Manta de jerga o bayeta a manera de capa, de colores oscuros.
• Pantalón negro, delantal blanco de bayeta.
• Medias de lana, ojotas o llanque de piel de res.
• Látigo tejido de piel de res y mango de madera.
Esta vestimenta se modifica a inicios del siglo pasado:
• Sombrero de paja de origen norteño, con flequillos y cintas de diversos colores
que cuelan a la altura de la espalda.
• Máscara de madera de talla más acabada y menos grotesca, frazadas atigradas
a modo de capa, delantal de seda con diversos colores, con bordados de flores y
otras aplicaciones (que en el pasado eran bordados por las madres o las jóvenes
enamoradas de los danzantes).
• Medias de lana tejidas con figuras andinas.
• Sandalias afelpadas de colores, con orlas, guantes negros de cuero.
• Látigo finamente tejido con adornos y argollas de plata.
En la máscara existe un mensaje que debemos decodificar. ¿Podríamos hablar de un
“contenido ideológico” dentro de la máscara primigenia del Huakón? La máscara es un
símbolo de la creencia en el dios Kon y, por eso, adopta el carácter de sagrado, como lo
hemos explicado en nuestro libro “La Danza de los Sacerdotes del Dios Kon. La
Huaconada de Mito” (2004).
-La presencia fundamental de la máscara, por su antigüedad, por ser tallada utilizando
madera de molle y del quishuar, árboles sagrados del mundo andino.
- El profundo simbolismo de la máscara, que representa un rostro híbrido, cuyo principal
elemento que destaca es la nariz, la cual se asemeja al pico del cóndor que es un ave
sagrada de la cosmogonía andina.
- La danza cuya antigüedad se remonta a más de 1500 años.
- La coreografía de la danza, destacando en ella el Cruce de tronadores, el Cuti-Cuti, el
Inti Palpoy y el Anca Palpoy, figuras coreográficas con profundo significado ritual
vinculadas a las costumbres sociales, económicas y religiosas del hombre miteño y
andino.
- El control sobre la moral de la comunidad y del Ayllu, en la cual el látigo o “tronador” es
el símbolo de esa autoridad y del poder que representa el Huacón, heredero del Consejo
de ancianos prehispánico.
- La tradición oral. Todo el mensaje, la coreografía, la forma de tallar la máscara y la
vestimenta son transmitidos de generación en generación, lo que significa una identidad
colectiva y un orgullo por su tradición.
- La Ceremonia secreta y el Corta rabo. Este ritual también conlleva una profunda
significación. Los ingresantes a la Sociedad de los Huacones son miteños con una
trayectoria moral, que es el ejemplo para los jóvenes y niños, quienes desconocen la
identidad de los huacones, pero saben que son personajes a quienes hay que obedecer,
respetar y que imponen su autoridad dentro de la sociedad miteña.
- Una orquesta toca diversos ritmos al compás de la “tinya”, un tamboril indígena. La
huaconada, que es una síntesis de diversos elementos andinos y españoles, integra
también nuevos elementos modernos.
-Solo pueden ser huacones los hombres de buena conducta y gran integridad moral. La
danza se transmite tradicionalmente de padres a hijos y los vestidos y las máscaras se
heredan.

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