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MATRIMONIAL
Considera que esta disposición viola los artículos 53-4 y 76-18 de la Constitución.
Que si bien el artículo IX del nuevo Concordato dijo que las Altas Partes
Contratantes convienen en que la jurisdicción estatal conozca de las causas de la
separación de cuerpos, esto solo se refiere al trámite o procedimiento a seguir,
pero no a las normas sustantivas del derecho canónico que son las aplicables.
Que los tratadistas del derecho matrimonial católico distinguen entre efectos
esenciales (validez, licitud, separación de cónyuges y derechos conyugales en
general) y no esenciales (bienes y derechos temporales), dejando los primeros a
los tribunales eclesiásticos y los segundos a la autoridad civil.
Que las causales del derecho canónico y las de la Ley 1ª del artículo 4º no
coinciden totalmente, ya que ésta no contempla como causal la educación católica
de los hijos ni el hecho de que un cónyuge dé su nombre a una secta no católica.
Que la separación perpetua solo se permite en derecho canónico para casos de
adulterio.
"Para terminar, me permito resumir las razones en que fundo la violación: La Ley
1ª de 1976 contiene el estatuto que regula el divorcio civil, la separación de
cuerpos y de bienes en los matrimonios civil y católico, y además, señala el
procedimiento para dirimir las diferencias. El artículo 29 dispone que, sin
excepción alguna, la ley se aplique en cuanto a la separación de cuerpos, tanto a
los matrimonios civiles como a los matrimonios católicos. El precepto, por
consiguiente, obliga a los jueces para fallar los procesos de separación de
matrimonios católicos con invocación de las causas determinadas en el artículo 4º
de la misma ley, que sustituye el artículo 154 del Código Civil, ya que
expresamente a ellos remite el artículo 15 de la ley, según el cual el artículo 165
del Código Civil, queda reformado así: 'Artículo 165. Hay lugar a la separación de
cuerpos en los siguientes casos: 1º En los contemplados en el artículo 154 de
este Código, y 2º Por mutuo consentimiento de los cónyuges manifestado ante el
juez competente'. De manera que al universalizar la aplicación del mandato, el
legislador ha invadido una órbita protegida por una norma de carácter superior".
"Tercero. En concepto de esta Procuraduría, los jueces del Estado en los procesos
de separación de bienes deben aplicar las normas civiles sustanciales y, entre
éstas, desde luego, las referentes a las causales que hacen legalmente, posible el
decreto de separación.
"a) Porque la jurisprudencia invocada por el actor (casación civil del 15 de mayo
de 1954) no es aplicable al caso presente por referirse a una situación jurídica
diferente a la contemplada aquí.
"b) Porque para hacer aplicable por los jueces del Estado la legislación canónica
es necesaria una norma especial y expresa que así lo disponga, ya que ello se
sale de lo ordinario y constituye por ello una situación excepcional, no susceptible
por lo tanto de ser establecida tácitamente, ni mediante inferencias o deducciones,
ni por aplicación analógica o extensiva de otros ordenamientos.
"c) Porque así como el artículo VIII del Concordato, según el cual, las causas
relativas a la nulidad o a la disolución del vínculo de los matrimonios canónicos
...son de competencia exclusiva de los tribunales eclesiásticos...' no necesitó
expresar que éstos aplicarán la legislación canónica, así también el artículo IX,
que hizo de competencia exclusiva de los jueces del Estado los procesos o causas
de separación de cuerpos, no necesitaba expresar que tales jueces aplicarían la
legislación del Estado. . . ".
Consideraciones:
Una de las cuestiones en que estas dos potestades tienen especial preocupación
por las consecuencias de todo orden que se originan, es el contrato matrimonial.
"Decreta:
“ ...............................
"ARTICULO II
“ARTICULO III
"ARTICULO VIII
"ARTICULO IX
Agrega, que la forma como está redactado el artículo IX del nuevo Concordato,
"las Altas Partes Contratantes convienen en que las causas de separación de
cuerpos de los matrimonios canónicos sean tramitadas por los jueces del Estado. .
. ", "significa que el trámite se refiere solo al procedimiento pero no puede
entenderse al cambio de las normas sustanciales ".
Se observa:
Entre el proceso civil y el derecho sustancial hay una coherente relación que surge
de la plenitud de la soberanía del Estado porque éste no es delegatario de
ninguna otra potestad para la decisión de los negocios que le competen por
autoridad propia o por pacto internacional.
No habiéndose convenido concretamente la aplicación del derecho canónico, la
deferencia de tales causas a los jueces civiles del Estado colombiano, lleva
consigo la aplicación del derecho sustantivo del Estado. Por lo demás, esta
deferencia a la jurisdicción del Estado, hecha en el Concordato, requería una
reglamentación de parte del Estado, que no podía hacerse sino por ley, tanto de
las causales como del procedimiento para adoptar las decisiones
correspondientes. Es la reglamentación jurídica de una situación nacida de un
tratado público.
Resuelve:
Luis Enrique Romero Soto, Presidente; Jerónimo Argáez Castello, Jesús Bernal
Pinzón, Fabio Calderón Botero, Aurelio Camacho Rueda, Alejandro Córdoba
Medina, José María Esguerra Samper, Adán Arriaga Andrade, Conjuez; José
Eduardo Gnecco C., Guillermo González Charry, Juan Manuel Gutiérrez L.,
Gustavo Gómez Velásquez, Juan Hernández Sáenz, Alvaro Luna Gómez,
Humberto Murcia Ballén, Herrando Rojas Otálora, Alberto Ospina Botero, Julio
Salgado Vásguez, Eustorgio Sarria, Luis Sarmiento Buitrago, Pedro Elías Serrano
Abadía, Ricardo Uribe Holguín, José María Velasco Guerrero.
SALVAMENTO DE VOTO.
2.- De modo formal, y para llenar uno de los requisitos indicados en el artículo 16
del Decreto 432 de 1969, señala el actor, como violados por la norma legal
acusada, los artículos 53-4 y 76-18 de la Constitución; situación esta que
determinó la aceptación de la demanda y el trámite posterior.
II. CONSIDERACIONES
Entre los fundamentos de la decisión anterior, la Corte, por mayoría, expuso éste:
"2ª. Decidir definitivamente sobre la exequibilidad de todas las leyes y los decretos
dictados por el Gobierno en ejercicio de las atribuciones de que tratan los artículos
76, ordinales 11 y 12, y 80 de la Constitución Nacional, cuando fueren acusados
ante ella de inconstitucionalidad por cualquier ciudadano".
Y el inciso tercero del artículo 53 establece: “El Gobierno podrá celebrar con la
Santa Sede convenios sujetos a la posterior aprobación del Congreso para
regular, sobre bases de recíproca deferencia y mutuo respeto las relaciones entre
el Estado y la Iglesia Católica" (se subraya).
Esta naturaleza jurídica y social del Concordato induce, de igual modo, a adoptar
criterios específicos para su interpretación y aplicación. Unos, están consignados
en su texto, de modo particular, en las cláusulas VII, VIII y IX, entre otras; y de
modo general, en la cláusula XXIX que dice: