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Infracciones invocadas.
Consideraciones.
Dichas habilitaciones tienen una meta: otorgar igualdad jurídica "a las mujeres y a
los varones". El Ejecutivo para lograrla, debe corregir diversos artículos del Código
Civil, incluso derogándolos.
-Últimamente, reforma preceptos incluidos entre los que, según la Ley 24, está
capacitada para rehacer; pero con posterioridad el Decreto 772 del 30 de abril de
1975, y ya introducida la demanda que se considera, los modifica otra vez, según
pasa con textos referentes a los artículos 313, 317, 314 y 315 del Código Civil.
Dice :
"El padre y la madre gozan por iguales partes del usufructo de todos los bienes del
hijo de familia, exceptuados:
"1º. El de los bienes adquiridos por el hijo como fruto de su trabajo o industria, los
cuales forman su peculio profesional o industrial.
"2º. El de los bienes adquiridos por el hijo a título de donación, herencia o legado,
cuando el donante o el testador haya dispuesto expresamente que el usufructo de
tales bienes corresponda al hijo y no a los padres; si solo uno de los padres fuere
excluido, corresponderá el usufructo al otro.
"3º. El de las herencias y legados que hayan pasado al hijo por indignidad o
desheredamiento de uno de sus padres, caso en el cual corresponderá
exclusivamente al otro.
"Los bienes sobre los cuales los titulares de la patria potestad tienen el usufructo
legal, forman el peculio adventicio ordinario del hijo; aquellos sobre los cuales
ninguno de los padres tiene el usufructo, forman el peculio adventicio
extraordinario".
El artículo 26 del Decreto 2820 sustituye el 291 antiguo del Código Civil y
establece que "el padre y la madre gozan por iguales partes del usufructo de
todos los bienes del hijo de familia", con excepciones que el mismo precepto
señala, entre las cuales destaca la de bienes donados, legados o heredados por
el hijo, cuando donante o testador hayan dispuesto que el usufructo corresponda
al hijo y no a los padres. En cambio, el precedente artículo 291 C. C. solo
reconocía el mismo usufructo "al padre", no a la madre y apenas contemplaba la
hipótesis de pérdida de usufructo por el padre, en caso de así exigirlo el donante o
testador.
***
El decreto demandado prevé:
"Los padres gozan del usufructo legal hasta la emancipación del hijo".
El precedente artículo 292 del Código Civil establecía que " El padre no goza del
usufructo legal sino hasta la emancipación del hijo". Hoy no es el padre
únicamente quien tiene el usufructo legal aludido sino "los padres". Y el término
del usufructo es el mismo que señalaba el antiguo artículo 292: "hasta la
emancipación del hijo". Desapareció una desigualdad entre padre y madre, y el
nuevo texto lo reconoce. En esto consiste la reforma al artículo 292.
"Los padres administran los bienes del hijo sobre los cuales la ley les concede el
usufructo. Carecen conjunta o separadamente de esta administración respecto de
los bienes donados, heredados o letrados bajo esta condición".
El primer artículo 295 disponía que solo el padre administraba los bienes de los
hijos, sobre los cuales existía usufructo legal. Hoy, establecida igualdad entre los
padres, en el nuevo precepto tal derecho se concede tanto al padre como a la
madre. El artículo 295 en su versión inicial disponía también que el padre no tenía
tal administración " en las cosas donadas, heredadas o legadas bajo la condición
de que no las administre el padre". En la actualidad, si media la condición aludida,
con referencia a ambos padres o a uno de ellos, el texto introducido al Código
Civil por el artículo 29 del Decreto 2820 prevé: " Carecen conjunta o
separadamente de esta administración respecto de los bienes donados,
heredados o legados bajo esta condición", esto es, que no los administren
conjuntamente los padres o solo uno de ellos.
***
Como consecuencia de los artículos 291, 292, 295 y 296 C.C., en vigor antes del
Decreto 2820, el artículo 316 del mismo Código, refiriéndose a las situaciones que
aquellos textos consideraban y solo concernían al padre en su calidad de único
usufructuario y administrador de los bienes de sus hijos menores, disponía:
"Artículo 316 C. C. Cuando se hace al hijo una donación, o se le deja una herencia
o legado bajo condición de obtener la emancipación, no tendrá el padre el
usufructo de estos bienes y se entenderá cumplir así la condición.
"Artículo 8. Adiciónase el artículo 313 del Código Civil con el siguiente inciso:
" `Toda emancipación, una vez efectuada, es irrevocable, aun por causa de
ingratitud'.
"En los términos anteriores se adiciona el artículo 43 del Decreto 2820 de 1974 ".
El artículo 8 del Decreto 772 no solo adiciona los artículos 313 del Código Civil y
43 del Decreto 2820 sino sustituye también el artículo 317 de la misma obra, a
cuyos términos la emancipación es irrevocable por causa de ingratitud.
Por obra de las reformas explicadas, el artículo 43 (sustitutivo del 313 C. C.) ha
perdido su aislada virtualidad y forma un todo con el artículo 8 del Decreto 772, de
forma que aquél no puede atacarse por inconstitucional sin acusar a un mismo
tiempo el segundo. Los artículos 313 y 317 del Código Civil están hoy fundidos en
los artículos 43 del Decreto 2820 de 1974 y 8 del Decreto 772 de 1975. Y para
resolver sobre la corrección de la reforma de tales disposiciones, no basta con
estudiar el artículo 70 del Decreto 2820, por el cual se derogaron, entre otros, los
artículos 313 y 317 C. C., sino, así mismo, de manera necesaria, los artículos 43
del Decreto 2820 y 8 del Decreto 772, que no ha sido impugnado.
***
El artículo 44 del Decreto 2280 varió el artículo 314 C. C., de esta suerte:
"Artículo 44. El numeral 1º del artículo 314 del Código Civil quedará así
***
La Ley 24 de 74, artículo 1, incluye entre los textos que faculta para derogar, los
artículos 154 y 198 C. C., aplicables al caso de la separación de bienes. El artículo
14 del Decreto 2820 dictó una disposición sobre el mismo asunto. Mas,
posteriormente, por el artículo 2 del Decreto 772 de 30 de abril de 1975, repitió lo
que se hallaba previsto en el artículo 14 y reglamentó, además, en diversos
numerales, las causas de separación de bienes, reemplazando la totalidad de los
artículos 198 del Código Civil y 2 de la Ley 8ª de 1922 con este remate: "En los
anteriores términos se sustituye el artículo 14 del Decreto 2820 de 1974".
No cabe dudar que las cuestiones reglamentadas primero por los artículos 154 y
189 C. C., 14 del Decreto 2820 y 2 de la Ley 2ª de 22, y en segundo término, por
el artículo 14 del Decreto 772, están actualmente regidas por éste. Sin
demandarlo -como sucede en el libelo que se estudia- no es dable a la Corte
tomar decisión de fondo sobre regularidad de la derogación del artículo 2 de la
Ley 2ª de 1922.
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Según se desprende de lo narrado, los artículos 313, 317, 314, 315 del Código
Civil y 2 de la Ley 8ª de 1922 ya no rigen como antes regían, porque otros
mandatos regulan los mismos asuntos. En estas condiciones, la demanda que hoy
corresponde resolver, en la parte que ahora se estudia (derogación en su totalidad
de los artículos 313, 317, 314, 315 del Código Civil y 2 de la Ley 8ª de 1922 por el
artículo 70 del Decreto 2820), se refiere a normas carentes de su prístina vigencia,
la cual es presupuesto de toda acción de inconstitucionalidad. Si una disposición
acusada ha cesado de regir en la forma demandada, no existe adecuada materia
sobre la cual pueda producirse el fallo y ser objeto de comparación con textos de
la Carta que se pretendan infringidos. Esta corporación reitera su constante
jurisprudencia sobre incompetencia para decidir acciones de inconstitucionalidad
contra disposiciones que, por cualesquiera circunstancias, hayan sido reformadas,
así sea parcialmente. Tal ocurre con los preceptos que se acaban de citar y la
Corte fallará en consecuencia.
***
Conclusiones.
El artículo 312 del Código Civil no figura entre los autorizados por el artículo 1 de
la Ley 24 de 1974 para ser abolidos ni en sí mismo desatiende ninguna
disposición del Código institucional. Su derogación es inexequible.
Las reformas hechas a los artículos 313, 317, 314, 315, C. C. y 2 de la Ley 8ª de
1922 se formalizaron por diversos mandatos de los Decretos 2820 de 74 y 772 de
1975. Como el único acto demandado fue el 2820, la Corte no tiene competencia
para conocer de tales acusaciones sin estudiar los textos del Decreto 772 a que
ellas conciernen y no hacen parte de la demanda. Por ello se abstendrá de
resolver en el fondo sobre los cargos formulados contra los artículos de que se
acaba de hacer mérito.
Resolución.
Resuelve:
Aurelio Camacho Rueda, Mario Alario D'Filippo, José Enrique Arboleda Valencia,
Humberto Barrera Domínguez, Juan Benavides Patrón, Jesús Bernal Pinzón,
Alejandro Córdoba Medina, Ernesto Escallón Vargas, Federico Estrada Vélez,
Jorge Gaviria Salazar, Germán Giraldo Zuluaga, José Eduardo Gnecco C.,
Guillermo González Charry, José Gabriel de la Vega, Juan Hernández Sáenz,
Alvaro Luna Gómez, Humberto Murcia Ballén, Alfonso Peláez Ocampo, José
María Esguerra Samper, Luis Enrique Romero Soto, Julio Roncallo Acosta,
Eustorgio Sarria, Luis Sarmiento Buitrago, José María Velasco Guerrero.
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Salvamento de voto.
Como es obvio, el Presidente al ejercer las facultades de obrar dentro del marco
preciso de ellas porque, en cuanto las exceda, sus actos resultarán viciados de
inconstitucionalidad.
Dentro del nuevo régimen se estableció que el ejercicio de la patria potestad con
sus atributos de representación legal del hijo de familia, administración y usufructo
de sus bienes, salvo excepciones, les corresponde conjuntamente al padre y a la
madre.
Fue necesario entonces modificar los preceptos del Código Civil que disponían
cosa distinta, e incluso debían derogarse las normas que resultaran "incompatibles
con la nueva legislación "según frase textual del artículo 1º de la Ley 24.
Cabe preguntar entonces si el artículo 316 del Código Civil, que fue derogado por
el 70 del Decreto-ley 2820, es o no incompatible con la nueva regulación de la
patria potestad?
"Cuando se hace al hijo una donación, o se le deja una herencia o legado bajo
condición de obtener la emancipación, no tendrá el padre el usufructo de estos
bienes y se entenderá cumplir así la condición.
Era patente, por lo tanto, la inexequibilidad del artículo 70 del Decreto 2820
acusarlo, en cuanto derogó el 316 del Código Civil, por extralimitación en el
ejercicio de las facultades extra ordinarias concedidas al Presidente por el artículo
1º de la Ley 24 de 1974, desde luego que dicho texto del Código no contrariaba, ni
podía contrariar, por cuanto regulaba materia distinta, "la nueva legislación" a que
las facultades se referían.
Como el parecer mayoritario de la Sala fue distinto, dejo así expuestas las razones
de mi respetuoso disentimiento.
Fecha, ut supra.
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Salvamento de voto.
El artículo 288 original del C. Civil, antes de ser sustituido por el 53 de la Ley 153
de 1887, concedía exclusivamente al padre legítimo el ejercicio de la patria
potestad sobre sus hijos no emancipados, con expresa manifestación de que el
conjunto de derechos en que consistía tal potestad no pertenecía a la madre. Por
ende, el usufructo legal de ciertos bienes del hijo lo tenía solamente el padre
legítimo. Obrando acompasadamente con tal principio, el artículo 316 del mismo
Código estableció que cuando se hacía al hijo de familia donación, o se le dejaba
herencia o legado bajo condición de ser emancipado, no se requería que la
condición se cumpliera al pie de la letra, poniéndole fin a la patria potestad
mediante la emancipación, pues la condición quedaba satisfecha quitándole al
padre el goce del usufructo de los bienes objeto de la liberalidad. El artículo 316,
se repite, quitaba al padre solo el usufructo apuntado, en virtud de que únicamente
éste era titular de los derechos que emanaban de la patria potestad.
Pero como la Ley 153 de 1887, por medio de su artículo 53, en el evento de morir
el padre, extendió a la madre legítima el ejercicio de la patria potestad, desde
entonces se entendió que si al hijo legítimo que, por haber muerto su padre,
estaba bajo la patria potestad de su madre, se hacía donación, o se dejaba
herencia o legado bajo condición de ser emancipado, la madre tampoco tendría el
usufructo de los bienes objeto de la gratuidad y con ello se reputaba cumplida la
condición. Desde la vigencia de aquella ley, pues, se entendió que aunque el
artículo 316 del C. Civil apuntado referíase solamente al padre, menester era darle
la inteligencia de que en los bienes recibidos gratuitamente por el hijo bajo
condición de ser emancipado, no tendría el usufructo ni el padre legítimo ni la
madre legítima, es decir, que no lo tendría quien desde la aceptación, de la
donación, la herencia o el legado condicionales, ejerciera la patria potestad sobre
el hijo de familia donatario, heredero o legatario.
Frente a la inteligencia que, en nuestro sentir, debía darse al artículo 316 del C.
Civil, no podíamos, ni podemos, compartir la afirmación de la ponencia cuando
expresa: "Hoy, después de imponerse igualdad entre padre y madre en lo que
hace al usufructo y administración legales de bienes de los hijos, con las
excepciones que contempla la ley, el artículo 316, que solo prevé situaciones
atinentes al padre y no a la madre, carece de razón de ser. O sea, es incompatible
con los artículos 25, 27, 29 y 30 del Decreto 2820".
Desde luego, que el artículo 316 del C. Civil, como se dejó visto, no establece
desequilibrio jurídico entre los sesos, vulnerando la igualdad de derechos y
obligaciones a que apunta certeramente la reciente legislación, y comoquiera que
tal precepto solo beneficia de una manera directa al hijo de familia que se ve
favorecido con dádiva, aunque bajo condición de que se le emancipe, su
derogatoria por el Gobierno rebasa claramente los lindes de las precisas
facultades que le dio el Congreso.
Finalmente, vale la pena mostrar con un ejemplo, cómo lesiona esa derogatoria
los derechos de los hijos de familia cuando sean donatarios, herederos o
legatarios bajo condición de obtener la emancipación:
Antes, bajo el imperio del artículo 316 del C. Civil, si al hijo bajo patria potestad se
dejaba una herencia o legado, bajo condición de emanciparse, la dicha herencia o
el dicho legado se le defería en el momento de fallecer el Testador, pues la
condición impuesta se entendía cumplida en forma inmediata privando
automáticamente del usufructo sobre el legado o la herencia a quien ejercía la
patria potestad, según el claro mandato del artículo 316. Hoy, en cambio, en virtud
de la derogatoria de este precepto, la herencia o el legado solo será deferido
cuando se cumpla la condición, o sea cuando se obtenga la emancipación. Desde
ahora, el hijo ya no podrá recoger la liberalidad mientras no obtenga la
emancipación, pues las asignaciones condicionales solo pueden reclamarse una
vez cumplida la condición.
Fecha, ut supra.