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La ley busca garantizar que exista certeza legal respecto a cuáles bienes son
propiedad de la persona y cuáles pertenecen a sus hijos, los cuales no
entrarán a formar parte de la sociedad patrimonial que se vaya a crear en
virtud del matrimonio o la unión libre.
Magistrado ponente:
Dr. MANUEL JOSÉ CEPEDA ESPINOSA
I. ANTECEDENTES
Código Civil
Libro 1º, Título VIII
(…)
Artículo — 3º (…)
III. LA DEMANDA
1. El señor Escobar Castrillón considera que el artículo 169 del C.C. viola el
principio constitucional de la igualdad y la dignidad de la persona humana. El
primero de ellos porque “Si la norma ‘llevada a los tribunales’ persigue un
bien o protección, es sólo para los hijos de precedente matrimonio. No así para
los hijos extraños al anterior matrimonio. Ella desconoce la igualdad
asegurada desde el preámbulo de la C.P. ya que ignora y discrimina los hijos
ajenos al primer matrimonio, pues quien va a celebrar segundas nupcias puede
haber procreado hijos por fuera del vínculo precedente, tanto en el desarrollo,
como antes o después de él, y eventualmente administrar bienes de dichos
hijos extramatrimoniales.”
4. Para el demandante, el inciso segundo del artículo 3º del Decreto Ley 2668
de 1988, vulnera los principios constitucionales de igualdad y dignidad huma-
na, por los mismos argumentos expuestos anteriormente.
IV. INTERVENCIONES
1. Competencia
Artículo 3º — (…)
1
Según la sentencia C-427/96 (M.P. Alejandro Martínez Caballero) el fenómeno de la cosa juzgada material
se da cuando se trata, no de una norma cuyo texto normativo es exactamente igual, es decir, formalmente
igual, sino cuando los contenidos normativos son iguales.
Si de segundas nupcias se trata, se acompañarán además, (…)
un inventario solemne de bienes, en caso de existir hijos de
precedente matrimonio, en la forma prevista por la ley.
En ambos casos se establece una protección sólo para los hijos habidos en el
matrimonio, lo cual llevó a esta Corporación a decir en la sentencia C-289 de
2000 que,
5. Las normas que buscan garantizar los derechos de los niños no conllevan
un desconocimiento del principio de la buena fe ni constituyen un trato
indigno
El artículo 170 del mismo Código establece que habrá lugar a nombrar al
curador, incluso si los hijos carecen de todo bien de su propiedad, pues en tal
caso su obligación será, precisamente, testificarlo. Nuevamente se trata de
garantizar los derechos reales de los niños, 5 mediante una persona que
asegure que el patrimonio de éstos en efecto carece de bien alguno.
Finalmente, el inciso segundo del artículo tercero del Decreto Ley 2668 de
1998 contempla la misma obligación a propósito de las segundas nupcias
ante Notario Público. La norma establece como requisito de dicho acto que
en caso de existir hijos se haga un inventario solemne de los bienes en la
forma prevista por la ley, lo cual constituye una remisión a las normas del
código Civil sobre el tema, a saber, artículos 169 a 172.
Así pues, las medidas consagradas en los artículos 169 y 170 del Código Civil
y el artículo 3º del decreto Ley 2668 de 1998 se enmarcan dentro de las
limitaciones que a la luz de la Constitución es posible imponer al principio de
la buena fe. Máxime si se tiene en cuenta que se trata de niños, quienes
además de estar contemplados en la protección genérica de personas en
estado de debilidad contemplada por el artículo 13 de la Carta Política,
gozan de una protección especial por el artículo 44, según el cual la familia,
la sociedad y el Estado tienen la obligación de garantizar el pleno ejercicio
de sus derechos, los cuales prevalecen sobre los derechos de los demás.
7
Corte Constitucional, sentencia C-1109; M.P. Alvaro Tafur Galvis (en este caso la Corte decidió que era
exequible una disposición según la cual “el cuidado inmediato de la persona del demente no se encomendará
a persona alguna que sea llamada a heredarle a no ser su padre o madre, o su cónyuge.”).
5.3. Es preciso señalar además que las normas acusadas en forma alguna
contemplan una presunción de mala fe. La Corte no advierte en ellas una
acusación previa hacia los padres y las madres de los niños, ni la creencia de
que mayoritariamente a estos se les deba proteger de sus progenitores. Una
lectura de las normas sobre familia, bien sea de la Constitución o de las leyes,
evidencia que no son pocas las prerrogativas que el sistema jurídico
contempla a favor de los padres.
Para esta Corte, las normas acusadas constituyen una respuesta del
Legislador a una realidad social en la que desafortunadamente existen casos
en los que el padre, la madre o ambos, abusan de su posición prevalente
respecto de sus hijos, bien sea en términos económicos, físicos, etc.8
VII. DECISION
En conclusión, una norma que exige que se nombre un curador para hacer un
inventario solemne de los bienes que esté administrando la persona que,
teniendo hijos bajo su patria potestad, quiera casarse o conformar unión libre
no viola el derecho a la dignidad humana y el principio de buena fe. De la
misma forma, tampoco desconoce dichas garantías una disposición que
señala que el curador se deberá nombrar, incluso si los hijos carecen de
cualquier bien de su propiedad, en cuyo caso aquél lo deberá testificar.
RESUELVE
8
Corte Constitucional, sentencia SU-478/97; M.P. Alejandro Martínez Caballero (en este fallo la Corte
señaló que la buena fe no es un concepto absoluto y como simple presunción no puede catalogarse en un
grado de superior jerarquía frente a la realidad).
9
Corte Constitucional, sentencia SU-062/99; M.P. Vladimiro Naranjo Mesa (en este fallo la Corte señaló que
la “dignidad, como es sabido, equivale al merecimiento de un trato especial que tiene toda persona por el
hecho de ser tal. Equivale, sin más, la facultad que tiene toda persona de exigir de los demás un trato acorde
con su condición humana. De esta manera, la dignidad se erige como un derecho fundamental, de eficacia
directa, cuyo reconocimiento general compromete el fundamento político del Estado colombiano”).
el inciso primero del artículo 169 como en el inciso primero del artículo 171
del Código Civil.
Tercero.- Declarar exequibles, por los cargos analizados, los artículos 169 y
170 del Código Civil así como el inciso segundo del artículo tercero del
Decreto Ley 2668 de 1998, con excepción de lo resuelto en los dos numerales
anteriores.