Está en la página 1de 9

TECNOLÓGICO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE

ECATEPEC

INGENIERIA EN INFORMÁTICA

TAREA: HISTORIA DE LA ÉTICA

MATERIA: TALLER DE ÉTICA

PROFESOR: SANCHEZ CORNEJO AGUSTIN

ALUMNO: RIOS RAMIREZ ERNESTO

GRUPO: 15151
INDICE

CAPITULO 1 ….................................................................................. 3

1.1.1 SOCRATES …........................................................................... 3

1.1.2 ARISTÓTELES …....................................................................... 6

1.1.3 PLATÓN …............................................................................... 7

1.1.4 DESCARTES ….......................................................................... 8

1.1.5 KARL MARX............................................................................. 9

REFERENCIAS................................................................................... 10
1. Introducción Temática, fragmento extraído de la obra Ética, su autor, el filósofo
español José Luis López Aranguren, analiza el objeto de dicha rama de la filosofía.
Capítulo 1.
Se define la Ética como la parte de la filosofía que trata de los actos morales. Se entiende
por actos morales los medidos o regulados por la regula morum. De tal modo que el
objeto material de la Ética serían los actos humani, (a diferencia de los actos hominis); es
decir, los actos libres y deliberados (perfecta o imperfectamente).
Y el objeto formal, estos mismos actos, considerados bajo la razón formal de su
ordenabilidad por la regula morum.

1.1 MORAL
La moral surge de la psicología o antropología y, materialmente, acota su ámbito dentro
de ella. El objeto material de la Ética ha de ser, por tanto, aquella realidad psicológica
será considerada desde el punto de vista ético.

1.1.1 SÓCRATES
Sócrates implanta la Mayéutica: el arte de ayudar y la asimilación de conocimientos y
definiciones, refiere que la virtud es única, definiendo las virtudes de la ciencia ética que
demuestran la existencia de valores absolutos como el Bien, la justicia y la felicidad,
inmutables para establecer Leyes que son valores que el hombre puede alcanzar
mediante el uso de la inteligencia y la razón.

Si se alcanzan, el hombre es sabio y virtuoso, la sabiduría suprema distingue los bienes


de los males, la intelectualidad moral identificada el saber con virtud y vicio con ignorancia
desde estos tiempos de la Grecia antigua ya se pensaba que para conseguir una
sociedad buena, justa y virtuosa es necesaria la educación.

Las virtudes se adquieren mediante el hábito, tanto las intelectuales como las éticas ya
que el hombre es un ser social “animal político” capaz de vivir y organizar una sociedad.

Las tesis morales defendidas por los sofistas eran las siguientes:
 No existen valores o normas morales universales: cada polis es expresión de una
forma de vida, de concebir la sociedad y la vida en común. Las normas son
convencionales, por lo que hemos de asumir que son también particulares: su validez
alcanza hasta los límites de la sociedad que las crea.

 Hay una “técnica” de la virtud, que, por tanto, puede ser enseñada. Los sofistas se
presentan como maestros de la virtud, especialistas en formar “buenos ciudadanos”,
entendiendo esta expresión en un sentido mora, pero también político y social. Cumplir
con las leyes puede ser una primera condición: saber cómo cambiarlas y cómo convencer
a los demás sería la segunda. El “buen ciudadano”, para los sofistas, es el que domina la
persuasión como medio para lograr sus objetivos. La oratoria y la retórica eran dos
enseñanzas primordiales dentro de la sofística, expertos dominadores del lenguaje.
Sócrates tenía ideas bien distintas en estos ámbitos. También domina el lenguaje, pero
utiliza sus conocimientos precisamente para atacar las tesis de los sofistas. Tal y como
aparece en los diálogos de Platón, Sócrates parte de una humildad intelectual que en
realidad le sitúa en una posición de ventaja: enfrentado el “ignorante” con el “sabio” a
partir de un intercambio de argumentos y objeciones el resultado final suele ser
desconcertante, llegando a la conclusión de que el sabio lo era menos de lo que
pretendía. La ironía y el diálogo mayéutico, basado en un inteligente intercambio de
preguntas y respuestas, neutralizan la soberbia de quien se cree en posesión de la
verdad. Por eso, las ideas centrales de Sócrates van a ir en contra de las de los sofistas:

 Hay valores y normas morales universales: por mucho que cada polis pueda legislar
sobre diversos aspectos de la vida, existen ciertas normas y valores que han de tener un
significado válido para todo ser humano, independientemente de la polis en la que viva.
Una parte de la moral, por tanto, no es convencional, sino natural. Conceptos como
justicia, valor o virtud han de ser aplicables con el mismo significado para todos los seres
humanos. A partir de los ejemplos concretos, hemos de ser capaces de llegar a
definiciones universales.

 La virtud moral (areté) no se puede enseñar reduciéndola solamente a oratoria y


retórica. O en otras palabras: la persuasión sofística no puede entenderse como una
forma de virtud. Del diálogo mayéutico se desprende que la verdad es un descubrimiento
común, y nunca una imposición o un engaño en el que hacemos que los demás piensen
lo que nos pueda interesar en cada caso. La virtud es más bien fruto de la convivencia en
la ciudad, del crecimiento y el desarrollo dentro de la misma. Sócrates se consideraba a sí
mismo como un ser humano creado a imagen y semejanza de las leyes de Atenas,
auténticas “maestras” de la virtud a través de un aprendizaje vivencial.

 La virtud está relacionada con el conocimiento


(intelectualismo moral). Esta idea, que cobrará
una importancia aún mayor en el sistema
platónico, sugiere que la persona que obra mal
lo hace por ignorancia. Saber qué es lo que se
debe hacer en caso, conocer el bien y el deber
es una condición indispensable para hacer el
bien, y Sócrates piensa que aquella persona
que conoce el bien lo hará de una forma
inmediata. Esta idea transmite una visión
optimista de la naturaleza humana: el ser
humano que obra el malo lo hace por
ignorancia, por lo que no es culpable de su maldad. La gran oportunidad de la
naturaleza humana reside, en consecuencia, en la educación.
1.1.2 ARISTÓTELES

Para Aristóteles el bien último del hombre es la felicidad, el dinero, la fama y los honores,
es decir “EL BIEN PERFECTO”, buscando siempre la autosuficiencia, adquirir virtudes
propias, cumplir y desarrollar las funciones propias del ser humano hasta la excelencia ya
que la felicidad es el ejercicio de la inteligencia.

Con respecto a la ética Aristóteles propone que todo lo que conduce al hombre a su
propio bien y al logro de sus verdaderos fines es una acción buena y todo lo que lo desvía
de ese objetivo es una acción mala.

Aristóteles trata de explicar el Bien como fin último. Para ello cree necesario remitirse a la
ciencia ética individual y luego a la ciencia ética política.

El objeto de la ética individual o moral, son las obras humanas y se parte de los juicios
morales para establecer principios generales, con el supuesto que existen en el hombre
tendencias naturales innatas hacia la armonía, la coherencia y el equilibrio, sabiduría que
constituye la base de la ética natural.

Por lo tanto, para Aristóteles existe una naturaleza humana, una forma “a priori” de ser del
hombre con valores absolutos.

Para Aristóteles la felicidad es el fin al que aspira todo hombre, relacionada con la
actividad virtuosa no transitoria sino durante toda la vida, entendiendo por virtudes la
moral y el intelecto, reconociendo que para lograrlo es necesario contar con medios
externos.

Para ser bueno, dice Aristóteles, se necesita desarrollar un buen carácter, el cual se
desarrolla por medio del accionar virtuoso, ya que el hombre tiene ya una predisposición
habitual hacia la virtud.
1.1.3 PLATON

La teorización platónica sobre la moral está ligada a una teoría del conocimiento y una
psicología ligadas a una ontología y una metafísica. Un problema principal que se plantea
Platón en sus reflexiones éticas es el de desentrañar qué se entiende por virtud (areté),
qué es la virtud y a qué modelo de conducta da lugar dentro del Estado.

Platón acepta que la virtud es enseñable (como el sofista Protágoras también defendía)
pero tal enseñanza requiere que quien la imparte posea una cierta sabiduría y una
técnica, sophia y epistemé o techné que los sofistas fingen poseer, pero de la que
carecen.

Para Platón el objetivo de la vida del hombre no puede reducirse a la satisfacción de sus
necesidades materiales. El hombre debe desarrollar por completo su personalidad con el
fin de alcanzar un felicidad identifica con la armonía de su vida.

La ética de Platón es a la vez, una ética eudemonista (una ética de la felicidad) y una
ética de la virtud (areté). Esto significa que la ética está dirigida hacia la consecución del
bien supremo del hombre, la felicidad. Ahora bien, para Platón la felicidad consiste en el
ejercicio de la virtud se alcanza la felicidad que, a su vez, coincide con la perfección del
alma.

Esta perfección sólo se consigue en sociedad. Para Platón, como para Airstóteles, el ser
humano es un animal social por naturaleza, es decir, no es autosuficiente o autáquico, no
puede desarrollarse por completo al margen de la ciudad o el Estado, de ahí que ética y
política estén íntimamente ligadas en el pensamiento de Platón.
1.1.4 DESCARTES
Descartes adopta una moral provisional mientras se encuentra sumida en la duda
metódica y que consiste en 3 reglas básicas de conducta:
1. Obedecer a las leyes y costumbres del propio país, considerando la religión
tradicional y siguiendo las opiniones más moderadas.

2. Consciente en ser la más firme y resuelta en el obrar y seguir con constancia y


satisfacción la opción que se haya elegido.

3. Tratar de superarse a sí mismo más que a la fortuna y esforzarse por cambiar


los propios pensamientos y no tanto por intentar cambiar el orden del mundo.

Por lo tanto, la prudencia (que entendemos necesaria en aquella época, si se quería


investigar sin incurrir en una condenación eclesiástica) Junto con la decisión y la
superación de uno mismo son las tres reglas básicas de la moral cartesiana.

Descartes nos dice que la relación entre cuerpo y alma se asemeja a un combate entre
las pasiones o apetitos naturales que son propias del cuerpo y la razón o la voluntad que
son propias del alma.

Afirmaba que sentía un deseo imperioso de aprender a distinguir lo verdadero de lo falso,


con el fin de ver claro en las acciones y caminar con seguridad por la vida.

Su ética se define como "intelectualista" porque la libertad no consiste en la sola


indiferencia, sino en elegir lo que es propuesto por el entendimiento como bueno y
verdadero. Por lo tanto, la libertad es el "sometimiento positivo de la voluntad al
entendimiento

Descartes confiesa seguir una moral provisoie. El filósofo francés pretende crear una gran
ética, pero antes manifiesta que se ha de guiar por una moral provisional. Esta moral
provisional, de la que vemos aquí parte de la máxima primera y de la máxima segunda, es
una muestra del pragmatismo de la ascendente clase burguesa, que irá poco a poco
socavando los cimientos del Antiguo Regimen en Europa. Se parece a lo que la sabiduría
popular reconoce en el refrán «allí donde fueres, haz lo que vieres».
1.1.5 KARL MARX

Marx inicia su filosofía con una crítica del idealismo y el materialismo, para la cual se
fundamenta en la concepción que tiene del hombre. Para Marx no existe una esencia, en
general el hombre se hace a sí mismo a través de la historia en la sociedad y
transformando la naturaleza.

Para Marx, la ética es ideología pura con la única visión de legitimar lo que hay. Según
Marx los seres humanos no necesitan una moral para ver transformar su mundo,
necesitan que se transformen las condiciones de la humanidad en que vive la mayoría
víctima de la desigualdad y la injusticia, por lo tanto, las ideas morales o filosóficas no
contribuyen a superar este mundo, más bien lo consagran y lo justifican al no darse
cuenta de su procedencia.
Señaló que la ley y la moral son, prejuicios burgueses derivados de intereses burgueses
con la única y exclusiva intención de perpetuar la riqueza en quien la posee. Los valores
morales son los portavoces de los intereses de la clase dominante.

Para Marx, la transformación moral del mundo es pura mentira sino atiende
fundamentalmente a la corrección de una distribución de la riqueza radicalmente injusta e
inmoral y la moral no será capaz de superar la alienación del hombre, sino que será
preciso la transformación de las estructuras materiales que son realmente culpables de la
enajenación de los seres humanos.

“toda teoría moral que ha existido hasta hoy es el producto, en última instancia, de la
situación económica de cada sociedad. Y como la sociedad se ha movido hasta ahora en
contraposiciones de clase, la moral fue siempre una moral de clase; o bien justificaba el
dominio y los intereses de la clase dominante, o bien en cuanto la clase oprimida se hizo
lo suficientemente fuerte, representó la irritación de los oprimidos contra aquel dominio y
los intereses de dichos oprimidos orientados al futuro.” … “La des relativización de la
moral sólo es posible en una sociedad en la cual la explotación del hombre por el hombre
ya no sea una realidad omniabarcante que atraviesa todas las esferas de la vida social e
individual”
Es evidente que falten más personajes por mencionar que través del tiempo han
propuesto ciertas ideas, cabe mencionar que existen muchas fuentes actuales de estos
personajes ya que la ética es un tema muy extenso en donde su fin siempre será el
mismo desde el punto de la filosofía, psicología, antropología, Derecho, historia, etc. Ya
que, en relación con los principios universales sobre los valores morales, el deber, la
dignidad, la justicia entre otros son factores fundamentales de la conducta humana.

REFERENCIAS:
 ALCALDE, CARMEN. La filosofía. Barcelona: Bruguera, 1972
 ALBARRÁN VÁZQUEZ, MARIO. Introducción a la filosofía 1. México: McGraw-Hill,
1994.
 ACEVES MAGDALENO, JOSÉ. Filosofía. Introducción e historia. 2a. ed, México:
Publicaciones Cruz, 1986
 www.icergua.org/latam/pdf/10-segsemestre/01-sexto-semestre/01-fs5/02.pdf
 Acosta, H. (2013). El entramado socio ético en la construcción del conocimiento en
la sociedad red.
obtenido de http://www.dspace.ups.edu.ec/handle/123456789/8709
 Cortina, A (1996). El quehacer ético: guía para la educación moral. España:
Santillana
 Grajales, T. (2000). Tipos de investigación. Obtenido de
http://www.tgrajales.net/investipos.pdf.
 Suarez, J. Martin., & Pájaro, C. (2012). Concepciones del maestro sobre la ética.
Barranquilla, Colombia: Editorial Universidad del norte.

También podría gustarte