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1.

Contratos mercantiles, la clasificación y características de los


contratos mercantiles.

Los contratos mercantiles son aquellos acuerdos de voluntades entre dos o más
personas para producir o transferir derechos y obligaciones. Y esta definición es
tomada del Derecho Civil, ya que en materia Mercantil no existe una definición
propia para los contratos ni en la doctrina ni en la legislación.

En ocasiones los sujetos de las relaciones jurídicas que realizan actos de


comercio entran en duda o conflicto respecto a la naturaleza del contrato que
están por celebrar o han celebrado, es decir, desconocen si el contrato se reputa
civil o mercantil.

Los contratos mercantiles pueden ser celebrados por aquellas personas físicas y
morales que tienen capacidad legal y que no estén impedidas expresamente por la
ley para ejercer el comercio, esto es, por comerciantes.

Además los contratos mercantiles son aquellos que se celebren respecto de


objetos de naturaleza mercantil.

Los contratos mercantiles se encuentran regulados por el Código de Comercio y


demás leyes mercantiles, y a falta de disposición expresa, será aplicable el Código
Civil en Materia Federal.

De acuerdo con el Código de Comercio a los actos mercantiles, les serán


aplicables las disposiciones del derecho civil respecto a la capacidad de los
contratantes y de las excepciones y causas que rescinden o invalidan los
contratos.

 Clasificación de los contratos

 Contratos Unilaterales y Bilaterales: El contrato unilateral es de acuerdo


a voluntad que engendra solo obligaciones para una parte de derechos y de
derecho para la otra. El contrato Bilateral es de acuerdo de voluntades que da
nacimiento a derechos y obligaciones en ambas partes.
 Contratos Onerosos y Gratuitos: Es onerosos el contrato que impone
provechos y gravámenes recíprocos. Es gratuito en que los provechos
corresponden a una de las partes y los gravámenes a la otra. No es exacto, como
afirman algunos autores, que todo contrato bilateral sea oneroso y todo contrato
unilateral sea gratuito.
 Contratos conmutativos y aleatorios: Los contratos onerosos se
subdividen en conmutativos y aleatorios.
 Conmutativo: cuando los provechos y los gravámenes son ciertos y
conocidos desde la celebración del contrato; es decir, cuando la cuantía de las
prestaciones puede determinarse desde la celebración del contrato.
 Aleatorios: cuando los provechos y los gravámenes dependen de una
condición o término, de tal manera que no pueda determinarse la cuantía de las
prestaciones en forma exacta, sino hasta que se realice la condición o termino.
 Contratos reales y consensuales: Los contratos reales son aquellos que
se constituyen por la entrega de la cosa. Entre tanto no exista dicha entrega, solo
hay un ante contrato, llamado también contrato preliminar o promesa de contrato.
 Contratos formales y consensuales: Otra clasificación muy importante,
por las consecuencias que tiene en cuanto a la validez y nulidad de los contratos,
es la que los distingue en solemnes, formales o consensuales. Esta materia
relativa a la formalidad o solemnidad la estudiamos ya al tratar los elementos de
validez de contrato; pero ahora, para definir, diremos que son contratos formales a
aquellos en los que el consentimiento debe manifestarse por escrito. Con un
requisito  validez, de tal manera que si no se otorga en escritura pública o privada,
según el acto, el contrato estará afectado de nulidad relativa. Por consiguiente, el
contrato formal es susceptible de ratificación expresa o tacita; en la expresa se
observa la forma omitida; en la tacita se cumple voluntariamente y queda purgado
el vicio. El contrato consensual en oposición al formal, es aquel que para su
validez no requiere que el consentimiento se manifieste por escrito y, por lo tanto,
puede ser verbal, o puede tratarse de un consentimiento tácito, mediante hechos
que necesariamente lo supongan, o derivarse del lenguaje mímico, que es otra
forma de expresar el consentimiento sin recurrir a la palabra o a la escritura.
 Contratos principales y contratos de garantía o accesorios: Los
principales son aquellos que existen por sí mismos, en tanto que los accesorios
son los que dependen de un contrato principal. Los accesorios siguen la suerte de
los principales porque la nulidad o la inexistencia de los primeros originan a su
vez, la nulidad o la inexistencia del contrato de accesorios

Características de un contrato mercantil

1. Partes. El contrato mercantil requiere de dos partes para ser perfeccionado.


La una el proponente, quien se obliga a dar la cosa, a hacer o no hacer algo y la
otra un aceptante que se compromete a pagar el precio pactado o la obligación
preestablecida.
2. Propuesta. Esta debe ser debidamente aceptada, puede ser verbal o
escrita. El proponente puede retractarse, sin embargo, al hacerlo deberá
indemnizar a su contraparte.
3. Aceptación. Puede ser pura y simple con lo que perfecciona el contrato,
o condicional en cuyo caso se tendrá como propuesta.
4. Perfección. Se llama perfección del contrato al momento en que nace a la
vida del derecho, al momento a partir del cual el contrato comienza a existir y, por
tanto, obliga a las partes contratantes.
5. Prueba. Los contratos mercantiles serán válidos cualquiera que sea su
forma, “con tal que conste su existencia por alguno de los medios que el Derecho
Civil tenga establecidos”.
6. Interpretación. Por norma general los contratos han de interpretarse de
buena fe. Eso implica entender que el contrato ha de ser aplicado pensando que
los contratantes han actuado en forma leal y con confianza recíproca.

2. La definición, precepto legal y elementos personales de los siguientes


contratos:
se entendía, en efecto que precepto legal era el que se contenía en los siguientes
cuerpos de normas:

a. en la leyes ordinarias o corrientes, o sea, las tramitadas de acuerdo


con el procedimiento normal de formación por los órganos
colegisladores
b. los decretos con fuerza de ley dictados por el presidente de la
república, en ejercicio de una ley especial de delegación, emanada
del legislador. Tenía sin duda, la calidad de Decreto con fuerza de
ley, aunque se llamaran reglamentos a aquellos como el conservador
de bienes raíces se dictaban en ejercicio de una ley delegatoria.
c. Los decretos leyes que son los dictados por el Ejecutivo solo cuando
ha asumido conjuntamente la función legislativa.
d. Los tratados internacionales que tienen al ser ratificados y
promulgados, el valor o fuerza de ley.
2.1. Contrato de asociación en participación.

Este tipo de contrato se encuentra normado en los artículos 252 al 259 de la Ley
General de Sociedades Mercantiles (LGSM), definiendo a la asociación en
participación como el contrato a través del cual una persona física o moral
llamada asociante, concede a otras personas físicas o morales
denominadas asociadas, una participación en las utilidades y en las pérdidas de
una negociación mercantil o de una o varias operaciones de comercio, a cambio
de la aportación de bienes o servicios que las asociadas realicen.

De conformidad con dichas disposiciones, entre las principales


características que distinguen a este tipo de contratos se encuentran:

1. Son contratos que deben formalizarse por escrito y como regla general
no están sujetos a registro alguno.

2. La asociación en participación no genera una nueva figura jurídica, por lo


que carece de personalidad jurídica propia, así como de razón social o
denominación; de este modo, tanto el asociante como
los asociados conservan su personalidad jurídica de origen.

3. El asociante, para efectos de sus relaciones comerciales, industriales o


productivas que realice con terceros, actúa en nombre propio, por lo que no
se generan relaciones entre éstos y los asociados.

4. El término de la vigencia del contrato lo estipularán libremente


el asociante y los asociados, periodo que estará condicionado por regla
general a los términos del proyecto económico y/o productivo de que se
trate.

Sin embargo, de conformidad con el artículo 45 de la Ley Agraria, cuando el


contrato comprometa el uso de las tierras ejidales o comunales, el término
no será mayor de 30 años, aunque puede ser prorrogable.

5. El contrato deberá especificar con claridad el objeto del mismo, las


aportaciones concretas que realicen tanto el asociante como
los asociados, así como el acuerdo que asuman respecto al reparto de las
utilidades y pérdidas.

6. Las partes pueden libremente establecer la distribución de las utilidades


y pérdidas. De no especificarse en el contrato, de conformidad con el
artículo 258 de la LGSM, que remite al artículo 16, cuando no hay pacto o
convenio expreso, se distribuirán proporcionalmente a las aportaciones
realizadas. Si existen socios industriales (los que no aportan dinero ni
bienes, sino su trabajo), recibirán la mitad de las ganancias y no reportarán
las pérdidas si las hubiere. Sin embargo, las pérdidas que correspondieran
a los asociados no podrán ser superiores al valor de su aportación.

7. Aunque la LGSM, no especifica las modalidades de la administración de


los proyectos de asociación en participación, las habremos de inferir de las
disposiciones referentes a la Sociedad en Nombre Colectivo, a que remite
la propia Ley en los siguientes términos:

Artículo 259: Las asociaciones en participación funcionan, se disuelven y


liquidan, a falta de estipulaciones especiales, por las reglas establecidas
para las sociedades en nombre colectivo, en cuanto no pugnen con las
disposiciones de este capítulo (artículos 25 a 50 de la LGSM).

Al respecto, el artículo 36 de la propia Ley, establece que en las sociedades en


nombre colectivo, su administración recae en uno o varios administradores,
quienes podrán ser socios o personas extrañas a ella.

Con base en lo anterior, es posible y procedente que las partes constituyan


instancias internas para la administración del proyecto, que permitan coordinar los
procesos productivos, industriales o de comercialización que implique el contrato
de asociación en participación, en donde ambas partes asuman acuerdos
referentes a la ejecución del proyecto de que se trate y, paralelamente, se
constituya como la instancia que evalúe y vigile el debido cumplimiento del
proyecto. Ello estará condicionado a la magnitud e importancia del proyecto, de lo
cual se desprenda dicha necesidad. En caso contrario y no especificándose nada
en el contrato, al asociante –sin la participación de los asociados– le
corresponderá llevar la administración.

Al respecto, cabe mencionar que la administración que se designe no tendrá


facultades de representación ante terceros, en razón de que actuará sólo
internamente, en beneficio tanto del asociante como de los asociados.

Entre otras características que distinguen a las sociedades en nombre colectivo,


se encuentran las siguientes:

a) Los socios no pueden ceder sus derechos en la compañía sin el


consentimiento de todos los demás, y sin éste tampoco pueden admitirse
otros nuevos, salvo que en uno u otro caso el contrato social disponga que
será bastante el consentimiento de la mayoría (artículo 31 de la LGSM).

Para el caso de una asociación en participación, se traduciría en que


el asociante requerirá la aprobación de los asociados, o a la inversa,
cuando se esté en el supuesto de que una de las partes quisiera ceder sus
derechos.

En caso de que se autorice la cesión (artículo 33 de la LGSM) en favor de


persona extraña a la sociedad, los socios tendrán el derecho del tanto y
gozarán de un plazo de 15 días para ejercitarlo, contados de la fecha de la
junta en que se hubiere otorgado la autorización. Si fueren varios los socios
que quieran ejercitar este derecho, les competerá a todos ellos en
proporción a sus aportaciones.

b) El contrato social no podrá modificarse sino por el consentimiento


unánime de los socios, a menos que en el mismo se pacte que puede
acordarse la modificación por la mayoría de ellos. En este caso la minoría
tendrá el derecho de separarse de la sociedad (artículo 34 de la LGSM).

En un contrato de asociación en participación, si no se previeron las


modalidades para una modificación, se requerirá el consentimiento unánime
del asociante y de los asociados.

c) Los socios no administradores podrán nombrar un interventor que vigile


los actos de los administradores, y tendrán el derecho de examinar el
estado de la administración, la contabilidad y papeles de la compañía,
haciendo las reclamaciones que estimen convenientes (artículo 47 de la
LGSM).

En los contratos de asociación en participación se podría designar una


instancia de vigilancia, siendo recomendable cuando se haya integrado una
administración expresa de la asociación en participación; en caso contrario,
cuando corresponda la administración y operación al asociante, sería
suficiente solicitarle proporcione un informe financiero que respalde el
reparto de utilidades y/o pérdidas que se registren en un periodo
determinado.

d) El capital social no podrá repartirse sino después de la disolución de la


sociedad y previa liquidación respectiva, salvo pacto en contrario que no
perjudique el interés de terceros (artículo 48 de la LGSM).

Es recomendable establecer las modalidades de la liquidación en aquellos


contratos de asociación en participación en los que por su naturaleza se
hayan adquirido o aportado bienes, que por las características específicas
del contrato sean de la propiedad de ambas partes y, por ende, se requiera
determinar a quiénes corresponderán al finalizar el contrato.

e) El contrato de sociedad podrá rescindirse respecto a un socio (artículo 50


de la LGSM):

I. Por uso de la firma o del capital social para negocios propios;

II. Por infracción al pacto social;

III. Por infracción a las disposiciones legales que rijan al contrato social;

IV. Por comisión de actos fraudulentos o dolosos contra la compañía, y

V. Por quiebra, interdicción o inhabilitación para ejercer el comercio.

En los contratos de asociación en participación, sólo serían aplicables las


fracciones II y III; y la IV y V parcialmente, cuando los actos fraudulentos los
realice una de las partes en contra de la otra, o cuando la contraparte del ejido o
comunidad se encuentre en alguno de dichos supuestos. Es causa de rescisión si
se aplica parcialmente la fracción I (el uso del capital que haya aportado una de
las partes), no así por el empleo de la firma social en razón de que el contrato de
asociación en participación carece de denominación y/o razón social.

De conformidad a las características descritas, el contrato de asociación en


participación se distingue de los contratos mercantiles en general (contrato
mercantil terrestre de transporte, la compraventa y permuta mercantiles, el
préstamo mercantil, etcétera, los cuales especifican puntualmente los derechos y
obligaciones de las partes y las modalidades operativas que los regulan), en que
el acuerdo de las voluntades de los interesados, otorga la posibilidad de crear
unidades económicas de producción, distribución de bienes o de servicios, sin
personalidad jurídica propia, las cuales se integran con los bienes y servicios de
quienes los aportan, asociados o asociante, los cuales pueden acordar que
determinados bienes o servicios que se aporten o se adquieran, sean
considerados en propiedad de ambas partes (de la unidad económica que
constituyen), para los efectos de llevar a buen término los propósitos que se hayan
fijado, previendo su destino al finalizar el contrato en los términos en que haya
sido suscrito.

2.2. Compraventa mercantil,

El contrato de compraventa mercantil es aquel por el cual una persona (vendedor)


se obliga a entregar una cosa a otra persona (comprador) que se compromete a
pagar un precio. La compraventa mercantil será aquella que tenga por objeto
cosas muebles para revenderlas, bien en la misma forma que se compran o bien
en otra diferente, con ánimo de lucrarse en la reventa.

La compraventa mercantil aparece regulada en los artículos comprendidos entre


el Art. 325 a Art. 345 del Código de Comercio, pero también le serán de
aplicación los preceptos concordantes del Código Civil.

Este contrato es el que tiene mayor importancia entre los de su clase porque se
trata del contrato tipo traslativo de dominio y, además, porque constituye la
principal forma moderna de adquisición de riqueza; es decir, tanto en su función
jurídica como económica, debe merecer un estudio especial.
Como contrato tipo de los traslativos de dominio, aplicaremos sus reglas
principales a la permuta; sufrirán estas modificaciones esenciales en la donación;
también recurriremos a la compraventa para explicar ciertas especialidades del
mutuo, de la sociedad, de la transacción y de la renta vitalicia.

Por otra parte, la compraventa constituye el medio primordial de adquirir el


dominio. Las formas de adquisición del dominio están representadas por el
contrato, la herencia, la prescripción, la ocupación, la accesión, la adjudicación y la
ley. El contrato es en el derecho moderno la forma principal de adquirir la
propiedad dentro de los contratos traslativos de dominio.

La compraventa en el derecho latino moderno, que deriva del Código Napoleón,


es un contrato traslativo de dominio, que se define como el contrato por virtud del
cual una parte, llamada vendedor, transmite la propiedad de una cosa o de un
derecho a otra, llamada comprador, mediante el pago de un precio cierto y en
dinero.

 Compraventa a plazo (en abonos): Es aquella en que el vendedor, por un


lado, realiza la transferencia de la propiedad, y por otro el comprador, se obliga a
realizar el pago fraccionado en un determinado número de cuotas periódicas.
 Compraventa (al gusto): Es aquella que está sometida a la condición futura
e incierta de superar una prueba o degustación que permita averiguar si la cosa
posee la calidad expresa o tácitamente convenida.
 Compraventa con pacto de preferencia: Es aquella en la que se establece,
para el comprador, la obligación de permitir, en caso de futura venta, que una
determinada persona adquiera la cosa, con prioridad sobre el resto de eventuales
compradores. Igualmente, el comprador estará además obligado a informar al
beneficiario del pacto de preferencia sobre la puesta en venta del bien.
 Compraventa con pacto de retroventa: Es aquella en que se atribuye al
vendedor un derecho subjetivo, por el que puede recuperar el objeto vendido.
Cabe añadir que la finalidad económica de esta figura gira en torno a la posibilidad
de que el vendedor adquiera liquidez suficiente, con la futura esperanza de
recuperar la cosa. De ahí que existan grandes facilidades para simular una
compraventa con pacto de retroventa, tratándose realmente de un préstamo
garantizado.
 Compraventa con pacto comisorio.
 Compraventa con arras. Esta es un acuerdo, mediante el pago de una
compensación económica de una suma de dinero, conocida como arras.
 Compraventa con garantía hipotecaria: Es aquel que se realiza cuando el
comprador adquiere un bien mueble o inmueble y en el mismo acto está
adquiriendo e hipotecando. Se hace ante la fe de un notario público y para que se
pueda realizar la compraventa en esta modalidad el bien no debe tener ningún
gravamen, esto se debe demostrar con un certificado que expide el Registro
Público de la Propiedad y Comercio del Estado en donde se esté realizando el
contrato.
 Compra – venta con reservas de dominio: Cuando el vendedor se reserva
el dominio de la cosa vendida, puede se mueble o inmueble, hasta que el
comprador haya pagado la totalidad del precio. El comprador sólo adquirirá la
propiedad del bien con el pago de la última cuota del precio, pero tendrá derecho
al reembolso de la parte pagada, en caso de que el vendedor obtenga la
restitución del bien. La reserva de dominio de bienes inmuebles sólo producirá
efectos frente a terceros a partir de la fecha de inscripción del respectivo contrato
en la oficina de registro de instrumentos públicos. La reserva de dominio de
muebles singularizables e identificables y no fungibles, sólo producirá efectos en
relación con terceros a partir de su inscripción en el registro mercantil, los
automotores se regirán, por las normas que regulan la materia. Ejemplo: las
hipotecas, las pignoraciones

Características

 Es Consensual. - Se perfecciona con el simple consentimiento. Las partes


eligen libremente la forma en que van a hacer su manifestación de voluntad.
 Es onerosa. - hay un desprendimiento y un enriquecimiento recíproco para
el vendedor porque sale de su dominio, pero ingresa el dinero a su patrimonio.
 Es Conmutativa. - En sus dos sentidos salvo que sea compra-venta de
bienes futuros o ajenos. Equivalencia del bien y el precio.
 Es un contrato con prestaciones recíprocas. - Las partes son acreedoras y
deudoras al mismo tiempo.
 Es un contrato de ejecución instantánea. - Compra-venta al contado o
escalonada, si es una compra venta a plazos no puede ser de tractos sucesivos.
 Por la compra-venta en vendedor se obliga a transferir la propiedad del
bien. - se obliga al comprador a pagar el precio en dinero y no en otra cosa o
servicio.

3. 3. Préstamo mercantil

En primer lugar, y para obtener un primer concepto de lo que debemos considerar


un prestamo simple o mutuo, y para diferenciarlo del comodato o prestamo de uso,
debemos acudir al artículo 1740 del Código Civil:

"Artículo 1740.

Por el contrato de préstamo, una de las partes entrega a la otra, o alguna cosa no
fungible para que use de ella por cierto tiempo y se la devuelva, en cuyo caso se
llama comodato, o dinero u otra cosa fungible, con condición de devolver otro
tanto de la misma especie y calidad, en cuyo caso conserva simplemente el
nombre de préstamo.

El comodato es esencialmente gratuito.

El simple préstamo puede ser gratuito o con pacto de pagar interés."

Tras esto, debemos acudir al artículo 311 del Codigo de Comercio para entender


cuando un préstamo debe considerarse como de carácter mercantil:

"Artículo 311.

Se reputará mercantil el préstamo, concurriendo las circunstancias siguientes:

Si alguno de los contratantes fuere comerciante.


Si las cosas prestadas se destinaren a actos de comercio."

En base a lo anterior, podemos decir que el contrato de préstamo será mercantil


cuando se realiza por aquel que tiene por objeto de su actividad la concesión de
préstamos, o cuando quién recibe el préstamo es un empresario que lo destina a
su actividad empresarial.

La legislación aplicable a estos contratos, una vez calificados como mercantiles,


sería el Código de Comercio y demás normativa de carácter especial, quedando
para su aplicación subsidiaria el Código Civil y demás legislación de carácter
común.

Características

 Es un contrato real, y por tanto exige la entrega de la cosa prestada para la


perfección del contrato.
 Es unilateral, y por tanto solo genera obligaciones para el prestatario. Estas
son:
 Con carácter esencial, la devolución o restitución de lo pactado.
 Con carácter eventual, el hipotético pago de intereses.
 Es un contrato no formal, si bien se exige la forma escrita para los contratos
en los que se pacte la generación de intereses.
 Es un contrato traslativo de dominio.

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