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EN ESTE TEORICO TE HE PUESTO VARIAS PUBLICACIONES PARA QUE DIFERENCIES

EMISIONES INDUSTRIALES Y HOGAREÑOS, QUE SON FUENTES DE CONTAMINACION DEL


AIRE.

TE SERVIRA VOLVER A LEER EL TEORICO


DE FUENTES CONTAMINANTES DONDE
TE EXPLICA CADA UNO DE ELLOS.

La peor contaminación está en casa

La contaminación de los productos


químicos de consumo doméstico ya es
equivalente a la de los automóviles en
las grandes ciudades. Estos productos
emiten compuestos orgánicos volátiles
(COV), muy perjudiciales para la salud y
que escapan a la atmósfera. El hogar puede acumular hasta 10 veces más contaminación
que la calle.

Productos de consumo doméstico, como los cosméticos, los pegamentos, las pinturas, las
tintas de impresoras y los artículos de limpieza, constituyen la mitad de los factores
contaminantes del aire urbano, según una nueva investigación que publica la revista
Science.

Esta investigación destaca que la contaminación urbana no se debe únicamente a los


automóviles, las calefacciones o el aire acondicionado, sino que procede también en igual
medida de lo que consumimos habitualmente en el hogar.

Señala asimismo que todos esos productos, generalmente derivados del petróleo, pueden
emitir compuestos orgánicos volátiles (COV), que son muy perjudiciales para la salud y
además se escapan a la atmósfera.
Los compuestos orgánicos son sustancias químicas que contienen carbono y se convierten
fácilmente en vapores o gases. Junto con el carbono, contienen elementos como
hidrógeno, oxígeno, flúor, cloro, bromo, azufre o nitrógeno.

Estos productos domésticos son liberadores de COV y representan en la actualidad la mitad


de las emisiones vinculadas a los combustibles fósiles en las grandes ciudades de los países
industrializados, señala Brian McDonald, investigador principal, en un comunicado de la
Universidad de Colorado Boulder.

COVs dominantes

La contaminación del aire urbano ha estado dominada por los COV procedentes de la
combustión de combustibles fósiles. Esta contaminación ha ido descendiendo, tanto en
Estados Unidos como en Europa: por ejemplo, entre 1981 y 2001, las emisiones tóxicas
vinculadas a los transportes disminuyeron un 8% anual, señalan los investigadores.

Este descenso se ha debido principalmente a la implantación obligatoria de convertidores


catalíticos o catalizadores, que reducen de los gases nocivos expulsados por el motor de
combustión interna.

Este descenso de la contaminación automovilística ha modificado la balanza de


responsabilidades, ya que ha convertido a los COV liberados por productos de consumo
doméstico en los dominantes de la contaminación urbana.

Los COV tienen efectos nocivos para la salud: irritan los ojos, las vías respiratorias, provocan
problemas cardiacos y nerviosos, cefaleas o náuseas. Algunos incluso son cancerígenos y
otros tóxicos por la reproducción o producción de mutaciones sobre ADN (mutagénesis).

Además, su oxidación puede producir aerosoles orgánicos secundarios, que son los que se
derivan de la oxidación de compuestos orgánicos volátiles y principales componentes de las
partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2,5), los mejores indicadores de la
contaminación urbana. Esta oxidación contribuye asimismo a la formación de ozono en la
troposfera, un gas de efecto invernadero que aumenta también los riesgos de fallecimiento
por enfermedades respiratorias.

Combinación de datos

Los investigadores combinaron numerosos datos para cuantificar las diferentes fuentes de
contaminación en las grandes ciudades de Estados Unidos, objeto del estudio. Analizaron
las estadísticas de las industrias de producción de carburantes y de productos químicos
derivados de los combustibles fósiles, en 2012, en todo el país.

A continuación, usando diferentes modelos informáticos, calcularon las emisiones de COV


de los productos domésticos de uso corriente a partir de medidas realizadas en laboratorio,
de datos de consumo de estos productos y de los coeficientes de emisiones de los edificios.
Por último, confrontaron todos los datos con medidas de contaminación del aire urbano en
la ciudad de Los Ángeles.

El resultado fue sorprendente: el 46% de los productos contaminantes más peligrosos


procedentes de los COV son de consumo corriente en hogares. El 27% procede de los
motores de gasolina; el 10% de la gasolina en sí misma; el 9% de la industria de los
hidrocarburos fósiles.

El estudio constata así que los productos domésticos de consumo contaminan tanto como
los automóviles y considera que, aunque los datos utilizados corresponden a Estados
Unidos, los resultados pueden ser válidos también para Europa.

Este impacto
desproporcionado de las
emisiones de productos
químicos domésticos sobre la
calidad del aire urbano se
explica porque la gasolina se
conserva en contenedores
cerrados y los VOC que
contienen se queman para
obtener energía.

Sin embargo, los productos


químicos domésticos están
concebidos especialmente
para evaporarse y por ello su contaminación es intensiva, particularmente en espacios
domésticos cerrados, donde en ocasiones se acumula hasta 10 veces más contaminación
que en la calle.

La conclusión del estudio es clara: si se ha


conseguido reducir la contaminación
automovilística implantando catalizadores,
y las emisiones de CFC para proteger la
capa de ozono, será necesario también, a la
vista de estos resultados, tomar medidas
sobre el uso de los productos químicos de
consumo doméstico para mejorar la calidad
del aire de los hogares y de las ciudades.
Contaminación industrial
Con la llegada de la Revolución Industrial (Inglaterra, entre 1760 y 1800), se diseñaron
procesos de producción utilizando energía y maquinaria para fabricar productos que no
eran directamente proporcionados por la Naturaleza. Aquí nació la gran industria actual.

La contaminación del aire por la actividad industrial en el DF es un problema que se


contempló hace varias décadas (pero nunca se tomaron medidas), al permitirse el
aglutinamiento irresponsable de gran cantidad de plantas industriales contaminantes del
aire.

¿Qué es contaminación industrial? Es la incontrolable degradación del medio ambiente por


el crecimiento industrial no planeado, el cual está directamente relacionado con la descarga
a la atmósfera de sustancias contaminantes sin ningún control de la cantidad, densidad y
composición química. La causa principal de la contaminación industrial es la quema a gran
escala de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón, el gas, más el agua residual
envenenada que contamina tierra, ríos y lagunas.

. La palabra “fósil” deriva del término “fossilis” o excavación, con referencia al hecho de que
la mayoría de los combustibles fósiles (aún los osteolitos exhibidos en los museos de
historia natural), fueron convertidos en fósiles a través de un largo proceso de
permineralización.

El problema de la contaminación industrial afecta al aire, al agua y la tierra. Las causas más
comunes de la contaminación ambiental, aparte de la quema de combustibles fósiles, es el
sobreuso de fertilizantes y pesticidas sin control (como el DDT en los hogares), el manejo y
almacenamiento inapropiado de desperdicios orgánicos e inorgánicos como el plástico,
desechos de fábricas, hospitales, restaurantes, mercados, y conjuntos habitacionales, la
destrucción de televisores analógicos y sus delicados componentes tóxicos, el
almacenamiento inapropiado de medicamentos tóxicos caducados y la baja calidad de los
procesos de refinación del petróleo, generando compuestos orgánicos volátiles y sustancias
químicas que consisten en pequeñas y finas partículas como el humo y los gases que se
elevan a la atmósfera.

La contaminación de la atmósfera es la forma más importante y peligrosa de la


contaminación por las actividades industriales y los automóviles, que crean una enorme
cantidad de sustancias químicas que se liberan todos los días.

Contaminación por las refinerías


Millones de mexicanos se exponen al riesgo de contraer cáncer por respirar todos los días
una severa contaminación tóxica, al vivir en el área de influencia de una refinería de
petróleo.

Una refinería de petróleo es una instalación contaminante que manufactura productos


derivados de un combustible fósil: el petróleo crudo. De él se extraen gasolinas, gas, diesel,
asfalto, aceites lubricantes y otros productos residuales por destilación simple.

El peligro latente de la contaminación del aire por las emisiones peligrosas de las refinerías
de petróleo es causado por dos problemas:

1) El atraso tecnológico de plantas muy antiguas cuyos equipos y procesos no se han


modernizado y no han sido sustituidos por plantas con tecnología más limpia. Al país le
faltan al menos cinco refinerías modernas.

2) Ubicación de las refinerías en centros de población numerosa expuesta a los aires tóxicos
por las emanaciones peligrosas. Un ejemplo es la refinería de Tula de la cual el viento envía
sus peligrosos desechos tóxicos al Distrito Federal.

La EPA (Environmental Protection Agency) de Estados Unidos propone que por principio las
refinerías de petróleo deben monitorear sus emisiones de benceno, que es cancerígeno. Las
emisiones contaminantes de las refinerías no se propagan únicamente por las emanaciones
de sus grandes chimeneas.

La gran mayoría del aire contaminado de las refinerías se presenta a través de otras fuentes
de emisión: aguas residuales, escapes inintencionados y sin control, quema de gas en la
atmósfera, etc. Las refinerías de petróleo queman como desperdicio el exceso de gas no
aprovechado generando una grave emisión de materiales tóxicos contaminantes a cientos
de kilómetros.

El combustible sólido, ligero y poroso que resulta de calcinar ciertas clases de carbón
mineral, material que forma parte del proceso de refinación se utiliza para quemar
produciendo grandes cantidades de tóxicos contaminantes del aire.
Se puede asegurar que la ubicación de las refinerías de petróleo en México, en medio de
núcleos densos de población, ya adquirieron un alto grado de peligrosidad.

¿Cuál eliges tú?

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