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Bloque 2.

La Constitución Nacional
Unidad 2. Estructura constitucional. Características. Derechos y organización
del poder

Los derechos de las


mujeres en la
Constitución Nacional.
Convenciones
internacionales y medidas
de acción positiva
Apunte de Cátedra

Introducción
Con la Reforma de 1994 se incorporaron a nuestra Constitución una serie de artículos que
introdujeron en derechos de las mujeres y obligaciones por parte del Estado. En este apunte,
analizamos cada uno de ellos en detalle.

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UBA XXI - Principios de Derechos Humanos y Derecho Constitucional

El artículo 37°: derechos políticos de las


mujeres
El artículo 37° de nuestra Carta Magna establece:

Esta Constitución garantiza el pleno ejercicio de los derechos


políticos, con arreglo al principio de la soberanía popular y de las
leyes que se dicten en consecuencia. El sufragio es universal, igual,
secreto y obligatorio.
1
La igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres El destacado no es del
para el acceso a cargos electivos y partidarios se garantizará por original, sino de la
acciones positivas en la regulación de los partidos políticos y en el autora de este apunte,
régimen electoral. 1 con fines didácticos.

La desigualdad de oportunidades entre varones y mujeres a lo largo


de la historia se vio reflejada en cada uno de los ámbitos de la vida
pública y privada de las mujeres. El ámbito político-partidario fue uno
de ellos por lo que, en consecuencia, con la sanción de este artículo
se busca garantizar la igualdad real de oportunidades a través de
acciones positivas. De este modo, es obligación del Estado llevar a
cabo acciones concretas en pos de los derechos políticos de las
mujeres.

Con anterioridad a la incorporación de este artículo, en 1991, a través


de la sanción de la Ley 24012, se estableció un piso mínimo de
representación de mujeres en las listas partidarias para los cargos
legislativos nacionales. Estas debían estar compuestas de, al menos,
un 30% de mujeres. Nuestro país fue pionero en la sanción de una ley
de cupo femenino que fue perfeccionándose a través de sucesivas
reglamentaciones. La autora del proyecto original fue la senadora
radical y feminista Margarita Malharro de Torres. Sin embargo, esta
ley no fue suficiente. Es por ello que en 2017, se sancionó la Ley de
paridad N 27412 que dejó atrás el cupo, buscando la efectiva igualdad
en el ámbito de representación política. De acuerdo a esta ley, a
partir de las elecciones para la renovación parcial de ambas cámaras,
en 2019, las listas legislativas deben contener un 50% de candidatas
mujeres y ubicarse de forma intercalada. Esta ley modifica el artículo
60° bis del Código Electoral Nacional estableciendo que:

las listas de candidatos/as que se presenten para la elección de


senadores/as nacionales, diputados/as nacionales y
parlamentarios/as del Mercosur [distrito nacional único plurinominal]
deben integrarse ubicando de manera intercalada a mujeres y
varones desde el/la primer/a candidato/a titular hasta el/la último/a
candidato/a suplente.

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El artículo 75°, inc. 22: convenciones


internacionales
El artículo 75°, inc. 22 otorgó jerarquía constitucional a los tratados
internacionales de derechos humanos y establece que corresponde al
Congreso:
Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y
con las organizaciones internacionales y los concordatos con la
Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a
las leyes.

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la


Declaración Universal de Derechos Humanos; la Convención
Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo; la
Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de
Genocidio; la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas
las Formas de Discriminación Racial; la Convención sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer; la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes; la Convención sobre los
Derechos del Niño; en las condiciones de su vigencia, tienen
jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la primera
parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de
los derechos y garantías por ella reconocidos. Sólo podrán ser
denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo Nacional, previa
aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los
miembros de cada Cámara.

Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego


de ser aprobados por el Congreso, requerirán del voto de las dos
terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara
2
para gozar de la jerarquía constitucional. 2 El destacado es de la
autora de este Apunte.

A partir de los postulados que emanan de los tratados internacionales


con jerarquía constitucional, en especial de la Convención sobre la
Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer
(CEDAW), se incorporaron a nuestro ordenamiento jurídico una serie
de derechos y obligaciones que incrementaron la esfera de protección
hacia la mujer.

La CEDAW se aprobó en 1979 y consagró los derechos civiles, sociales


y políticos de las mujeres. La Argentina ratificó esta Convención en
1985, y en 1994 adquirió jerarquía constitucional, conformando el
bloque de constitucionalidad que vimos en la primer parte de la
asignatura.

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La importancia de la CEDAW radica en las responsabilidades que le


atribuye al Estado para alcanzar la igualdad entre mujeres y varones.
Estas responsabilidades se resumen del siguiente modo:

 Abolir leyes, costumbres, reglamentos y prácticas en vigor que


constituyan una discriminación contra la mujer.

 Consagrar en la Constitución el principio de igualdad de derechos


entre mujeres y hombres y aceptar, por la vía de la ratificación o de
la adhesión, los instrumentos internacionales de las Naciones Unidas y
de las organizaciones especializadas, relacionados con la eliminación
de la discriminación contra la mujer.

 Tomar medidas para formar una opinión pública favorable y


motivar a todos los sectores de la sociedad para desterrar los
prejuicios y las conductas cotidianas fundadas en la idea de
inferioridad de la mujer.

 Solicitar a los Estados la creación de un sistema de protección


jurisdiccional de los derechos de las mujeres y garantizar, mediante la
acción de los tribunales, la protección efectiva de la mujer. En esta
línea, los Estados deben abolir todas las disposiciones penales que
constituyan discriminación contra las mujeres.

En el ámbito de las políticas públicas, la CEDAW establece la


necesidad de implementar acciones afirmativas, es decir, la
obligación de ejecutar políticas tendientes a eliminar la discriminación,
especialmente en campos como la participación política, la educación;
los derechos en el ejercicio de la actividad económica y de la igualdad
de derechos con el hombre, para las mujeres casadas; y en el
derecho privado, especialmente, en lo relacionado con la herencia, la
libre circulación, la libertad para escoger pareja, contraer matrimonio
y en el ejercicio de la autoridad parental.

Por otra parte, en el ámbito regional, es importante mencionar a la


Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra la Mujer, conocida como Convención de Belém do Pará. Fue
aprobada el 9 de junio de 1994 por la Asamblea General de la
Organización de Estados Americanos (OEA) y fue ratificada
posteriormente por la República Argentina mediante Ley 24632, en el
año 1996.

Allí se reconoce que la violencia contra las mujeres “constituye una


violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales”. A
su vez, define la violencia en sus distintos tipos y ámbitos de
manifestación, tanto en el ámbito público como en el privado, y
estipula obligaciones precisas de los Estados a efectos de prevenir,
investigar y sancionar estos hechos. Los Estados firmantes se
comprometieron a implementar políticas específicas, diseñar
programas de educación formales y no formales y fomentar la

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educación y capacitación del personal en la administración de justicia,


policial y demás funcionarios encargados de la aplicación de la ley.

En nuestro país, la Convención de Belém do Pará junto con la CEDAW


constituyen los instrumentos internacionales más relevantes en lo que
refiere a la interpretación de los derechos humanos de las mujeres y
las obligaciones del Estado en materia de no violencia y discriminación
basada en su género.

El artículo 75°, inc. 23: las medidas de


acción positiva
Con la incorporación del artículo 75°, inc. 23 se introdujo una
obligación para el Estado respecto al pleno ejercicio de los derechos
de las mujeres. Este inciso expresa que corresponde al Congreso:

Legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la


igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio
de los derechos reconocidos por esta Constitución y por los tratados
internacionales vigentes sobre derechos humanos, en particular
respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con
discapacidad.

¿Por qué la Constitución -dentro de las atribuciones del Congreso-


establece específicamente promover medidas de acción positiva para
garantizar el pleno goce de los derechos constitucionales de las
mujeres? ¿Qué son las medidas de acción positiva?

Al respecto, Bidart Campos (2008) sostiene:

Es harto evidente que en esta norma hay una remisión explícita a la


parte dogmática, y al inciso 22 del artículo 75°, y que en el 23 se
imprime una tónica indudable de constitucionalismo social.

También dice:

Donde quiera que haya o pueda haber una necesidad, una


diferencia, una minusvalía, allí hay que reforzar la promoción de la
igualdad real y de los derechos humanos.

Las medidas de acción positiva guardan íntima relación con el derecho


a la igualdad ante la ley y la no discriminación, derecho consagrado
en el artículo 16° de la Constitución Nacional y en numerosos tratados
internacionales de los que Argentina forma parte.

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Las medidas de acción positiva son definidas como aquellas que


tienen por finalidad garantizar la igualdad real de trato, eliminando los
impedimentos culturales que condicionan y limitan la igualdad en los
hechos (Gelli, 2004). Exigen una respuesta concreta por parte del
Estado, comprendiendo que no se trata solamente de consagrar
determinados derechos, sino de imponer a los poderes el deber de
promover medidas para hacerlos accesibles y disponibles a todos
(Sabsay, 2011).

Cuando se habla de estas medidas, es preciso tener en cuenta el


concepto de discriminación positiva o discriminación inversa: el
objetivo es conectar la igualdad jurídica consagrada en las normas,
con la igualdad real. Se favorece a determinadas personas o grupos
sociales en mayor proporción que a otras, con el objetivo de equilibrar
la desigualdad que se produce de hecho. Según Sabsay (2011), las
discriminaciones positivas son aquellas:

consistentes en crear una situación diferencial para el grupo que


sufre el acto discriminatorio y que tenga por objeto combatir las
conductas sociales que impidan la vigencia del principio de
igualdad”.

Derechos de las mujeres: una deuda


pendiente
El avance de la sociedad en materia de igualdad es claro, sin embargo
las estructuras de poder no se han modificado de manera sustancial y
subsisten distinciones de género profundamente arraigadas. Pese a
los avances obtenidos por las mujeres en distintos ámbitos como la
política y el mercado laboral, aún hoy subsisten conductas que las
segregan y que dificultan la existencia de una igualdad real de
oportunidades.

Entre las situaciones que hoy dificultan esta igualdad, podemos


mencionar:

 La brecha salarial: los hombres cobran un salario 20,2% mayor 3


Informe sobre la
que las mujeres3.
situación de género del
 El llamado “impuesto rosa” o “impuesto de género” por el cual las 3er trimestre de 2019
empresas de consumo masivo tienden a cobrar algo más por los del departamento de
Estudios Estadísticos de
productos para mujeres.
la Superintendencia de
 La desigualdad en cuanto a las tareas de cuidado que, Riesgos del Trabajo
históricamente han estado a cargo de las mujeres y cuya situación no (SRT).
cambió a pesar de haberse insertado en el mercado de trabajo.

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En este sentido, podemos afirmar que la desigualdad entre hombres y


mujeres sigue siendo una deuda pendiente para el pleno desarrollo de
las mujeres, tanto en su esfera privada como pública. Las medidas de
acción positiva deben tender no solo a modificar desigualdades, sino
también a cambiar las estructuras que las promueven y reproducen.
Entendemos que este sigue siendo un desafío para el Estado.

Bibliografía
Bidart Campos, German J. (2008), Manual de la Constitución Reformada, Tomo III, Buenos
Aires, Ediar, 3ª ed.

Gelli, María Angélica (2004), Constitución de la Nación Argentina comentada y concordada,


Buenos Aires, La Ley, 2ª ed.

Sabsay, Daniel Alberto (2011), Manual de Derecho Constitucional, Buenos Aires, La Ley.

Material didáctico, para uso exclusivo con fines educativos. Se permite utilización total o
parcial citando la fuente.

Cómo citar este texto:

Tanarro, Camila (2020), Apunte de Cátedra. Los derechos de las mujeres en la Constitución
Nacional. Convenciones internacionales y medidas de acción positiva, Buenos Aires, Programa
UBA XXI, Universidad de Buenos Aires.

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