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LA HISTORIA DE LAS AUC.

La expansión: el nacimiento de las


Autodefensas Unidas de Colombia
(1997-2002)
La historia - Auc
1997 fue una época clave para los paramilitares. En
este año, Carlos Castaño logra integrar los diferentes
grupos que delinquían en el país constituyendo las
Autodefensas Unidas de Colombia. Éstas marcarían una
de las épocas mas sangrientas de la historia del país,
en la que se registrarían mas de mil masacres, millones
de personas desplazadas por la violencia, la alianza de
paramilitares y políticos en las regiones y la expansión
del poder paramilitar en todo el país.

En abril de 1997, las


Autodefensas Campesinas
de Córdoba y Urabá, las del
Magdalena Medio y las de
los Llanos Orientales se
unieron para conformar las
Autodefensas Unidas de
Colombia (AUC). En la
Carlos Castaño, jefe político práctica se trató de una
de las AUC. Foto Semana federación de grupos
regionales. (ver documento
de conformación AUC)

Como ha señalado Fernando Cubides, estos grupos


atomizados se reunieron bajo la bandera de las AUC, con el
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propósito de presentarse como una organización con un
mando unificado, un plan nacional, una coordinación
multiregional de las acciones y una agenda con pretensiones
programáticas, todo con miras a lograr un espacio en la
negociación con el Estado y un estatus que garantizara, a
futuro, su reconocimiento como actor político.

A partir de este momento, las autodefensas se trazan la meta


de contener la expansión de la guerrilla e incursionar en las
zonas donde estos grupos tienen sus fuentes de
financiamiento, principalmente del narcotráfico. Siguiendo
este propósito, en 1997, se presentan hechos de violencia en
varias regiones, poniendo de presente el salto que se
comenzaba a producir en el patrón de crecimiento de las
autodefensas.

Presencia de las AUC Durante las negociaciones de


paz entre el gobierno de
1997-2002
Andrés Pastrana (1998-2002)
Haga click sobre la imagen y las Farc, la presencia
para ampliarla territorial de las autodefensas
experimenta un crecimiento
sin precedentes. En
noviembre de 1998,
coincidiendo con el inicio del
proceso de paz, las AUC
asesinan a 40 personas e
incineran alrededor de 100
casas en Bolívar, Antioquia,
Meta y Vichada.

Posteriormente, en diciembre
del mismo año, aprovechando la declaración por parte de las
AUC de una tregua unilateral durante la época de navidad, las
FARC atacaron el cuartel general de Carlos Castaño en el
Nudo de Paramillo.

La retaliación a la incursión guerrillera, que por poco le cuesta

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la vida al comandante de las autodefensas, no se hizo esperar
y, en enero de 1999, las ACCU asesinaron a 130 personas por
tener supuestos vínculos con la subversión.

Evolución de las
víctimas de masacres La intensificación de las
1990-2005 masacres entre 1998 y 2001,
se explica por la lógica de
expansión de los grupos
paramilitares, inscrita en el
propósito de crear un
corredor que dividiera el
norte del centro del país y
que, a su vez, permitiera el
control de la producción de
coca entre Urabá, Bajo
*Haga clic sobre la imagen Cauca, sur de Bolívar y
para ampliarla Catatumbo. De esta forma,
los grupos paramilitares contarían con la posibilidad de
incursionar en las zonas de retaguardia de las FARC, ubicadas
en el sur y oriente del país.

En este período, la tendencia creciente en la violencia se


produce en la medida en que sus protagonistas
desencadenan en la cual dirigen sus acciones contra los
civiles, pues las respuestas para mantener su influencia sobre
las posiciones en disputa se centran en la población.

En la disputa por el control de posiciones estratégicas, la


guerrilla termina respondiendo con las mismas armas de los
paramilitares. De aquí que la guerrilla, particularmente las
Farc, incremente la ejecución de asesinatos y masacres entre

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1997 y 2001, siguiendo a las autodefensas que fueron las que
ostentaron el mayor número de víctimas.

Así mismo, se descubre la


razón del enfrentamiento
entre guerrillas y
autodefensas en regiones
como la Sierra Nevada de
Santa Marta, Norte de
Santander, Chocó, Urabá,
Magdalena Medio, Montes
de María o Nariño, donde
los grupos armados actúan
Marcha de víctimas de la
con especial intensidad
masacre de Chengue atacando civiles inermes,
perpetrada por paramilitares para lograr el control sobre
en el 2001. Foto Semana corredores y zonas de
retaguardia, avanzada y
obtención de recursos económicos.

Comparación del patrón de concentración de los


asesinatos y las masacres
Haga click sobre la imagen para ampliarla

Hay que agregar que las comunidades, ante la presión de los

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grupos armados en los cascos urbanos, ubicados en zonas en
disputa a lo largo de los ríos y carreteras, se ven forzadas a
desplazarse hacia las áreas selváticas, o quedan inmovilizadas
en sus lugares de residencia. En buena parte de estos
escenarios se producen bloqueos económicos y retenes en el
suministro de provisiones. Como resultado, las comunidades
se ven obligadas a desplazarse o imposibilitadas para
moverse y acceder a los servicios mínimos.

A partir de 2002, la disminución de las víctimas de masacres


se relaciona, en primer lugar, con la conducta asumida por las
autodefensas que, tras haber logrado la consolidación de su
dominio en amplios territorios, dejan de recurrir a la violencia
masiva e indiscriminada y, en segundo lugar, con el repliegue
de las guerrillas en escenarios regionales donde la Fuerza
Pública logra retomar la iniciativa en la confrontación armada.

Fuentes

 Fernando Cubides "Los paramilitares y su


estrategia", en: Deas, Malcolm y María Victoria
Llorente (1999), Reconocer la guerra para
construir la paz, Bogotá, Editorial Norma -
Cerec - Universidad de los Andes; y.
“Paramilitares y narcotráfico: ¿Matrimonio
indisoluble?”, en: Rangel, Alfredo (2005), El
poder paramilitar, Bogotá, Fundación Seguridad
y Democracia y Planeta.
 Los principales aspectos sobre la evolución de
la violencia en estas regiones se encuentran en
los estudios elaborados por el Observatorio del
Programa Presidencial de Derechos Humanos
y Derecho Internacional Humanitario.

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Comunicado de las Autodefensas de
Ramón Isaza
Miércoles, 20 de Agosto de 2008 18:28
Un 22 de febrero del año 1978, hace ya 27 años, a
la vereda la Estrella, del Corregimiento La Merced o Las
Mercedes, como se le conoce comúnmente,
en aquel entonces jurisdicción del Municipio de San Luís
(Antioquia), hoy de Puerto
Triunfo, incursionó una patrulla del noveno
frente de las FARC, esta vez con órdenes específicas
de asesinar a varias personas, a quienes
acusaban de colaborar con el ejército,
y como retaliación, porque no les colaboraban con
ganado vacuno, o porcino, o con
aves de corral, con dinero o con hijos para reclutarlos.
En la lista me encontraba yo, Ramón Isaza, por
ese entonces líder comunitario, concejal
en San Luís, en representación de Puerto Triunfo.

En otras ocasiones habían llegado, las primeras,


a manera de visita informativa, luego
a que se les colaborara con animales o dinero, más tarde
se llevaban los animales, o los mataban ahí mismo sin
informar
siquiera. Esto había sembrado el descontento entre los
habitantes de la vereda y algunas medidas
que se tomaron hacían prever que alguna de esas visitas
tendría un desenlace fatal. Analizando eso en
conversaciones que tuve con los vecinos, decidimos
buscar ayuda y
agruparnos para defendernos, para defender
la vereda. Como ya se habían contactado en
otras oportunidades con el
ejército, decidimos entonces ir a
buscar ayuda, esta vez, no para que mandaran
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patrullas hasta la vereda, sino para que nos dieran
armas para nosotros mismos hacerles
frente, en caso de algún ataque que no diera tiempo d
e
avisar. Ya en la, por aquel entonces base Calderón, ubic
ada cerca a Puerto Boyacá, con otros amigos expusimos
la situación al Comandante de la base y luego de
mucho hablar y recibir algunas instrucciones, nos
entregaron 8 escopetas, de varios calibres,
con suficientes cartuchos, ellas
no en muy buen estado, porque eran
de las decomisadas a las personas que no tenían permiso
para portarlas, las cuales repartimos entre quienes nos
habíamos comprometido a conformar este grupo
para autodefendernos y no sufrir más
el chantaje, la intimidación y el saqueo
a que nos estaban sometiendo
y que menguaba gravemente la economía de
nuestros hogares.

Ese 22 de febrero, la sorpresa para las


FARC, fue grande, ―fueron por lana y salieron trasquilad
os‖, pues no lograron su cometido, pero en cambio sí p
erdieron 3 hombres en ese momento
y luego otro, de los 7 que se llevaron heridos. Fue ese
el primer combate librado por los
valerosos hombres de esta vereda contra la guerrilla, y
ese día nacieron las AUTODEFENSAS CAMPESINAS, las que
este próximo martes arriban
a los 27 años de existencia. Ese
día, será especial porque dos acontecimientos se
unen en el tiempo: El último año de existencia de
las Autodefensas, como grupo armado y el primero desi
gnado como día oficial de ellas, de modo que las
generaciones futuras recuerden esta fecha como una de
las más importantes para nuestro país
en materia de paz.

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Como fundador y en representación de
aquellos valerosos hombres
conque enfrenté y dimos un duro golpe a la guerrilla,
luego seguí combatiéndola día tras día, y aún
hoy lo sigo haciendo, recién nombrado, Comandante Gen
eral de AUC, quizás debido a mi incansable lucha por la
paz, seré el anfitrión, en la casa del Bloque Magdalena
Medio, en Santa Fe de Ralito.

Hace 7 años empecé con esta celebración de cumpleaños


de las Autodefensas, lógicamente, con las limitaciones
que la ilegalidad impone, con el ánimo de
rendir un homenaje
a todos y cada uno de los hombres y mujeres que
me han acompañado a través de
nuestra existencia como grupo armado. Por muchas
razones, en especial las de seguridad, esta y las siguien
tes celebraciones no contaron
con la presencia física del Estado Mayor AUC, pero si c
on un acompañamiento de corazón, y en algunas
ocasiones
con algún delegado. Sin importar si estaban o no prese
ntes,
la celebración se hacía pensando en cada hombre de Au
todefensas, ya fuera comandante,
patrullero, político, colaborador, benefactor, y en cada
familia representada en ellos, desde La Guajira, hasta Le
ticia, desde Nariño, hasta el Guainía.

Sin descuidar la guardia, trato, cada año, de


reunir la mayor cantidad de hombres activos, e invito a
los padres, esposas, o en su defecto hermanos, o
algún familiar cercano, de aquellos que han caído
en cumplimiento de la misión que como Autodefensas
Campesinas tenemos, de defender nuestras familias,
el terruño, a Colombia. Hombres a quienes considero
héroes, les rindo ese día un homenaje póstumo.

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Luego de los protocolos militares de rigor, al dirigirme
a los Combatientes, los
invito a seguir en la lucha, a mantener en alto el nom
bre de las Autodefensas Campesinas, a ser ejemplo,
a comportarse como
verdaderos patriotas, los exalto y les doy
―moral‖, como se acostumbra decir dentro del argot
popular. Aprovecho luego para escuchar las quejas, para

enterarme de lo que acontece en cada uno de los frent


es en materia de de manejo de personal,
para conocer los problemas de toda índole que tienen mis
muchachos y tratar de darles personalmente solución.

Desde el día anterior y en la madrugada,


un grupo de personas, entre familiares y amigos, se
apresta a preparar las viandas, otros a
empacar los cientos de regalos, que donados por ganade
ros, comerciantes y amigos de la región
, les entrego a cada uno, como recuerdo. Un radio, u
na grabadora, un
reloj, una ―muda de ropa‖, como decimos en nuestra
tierra, unos zapatos u otras cosas. Otros, a
adecuar un sitio donde,
recibirlos, en fin, ese día es de ellos y para ellos,
es un día para atenderlos y
hacerles ver lo valiosos que son, para tratar de hacer de
esa, una fecha inolvidable, de grata recordación, un mo
mento de paz en medio de la guerra. No solo
son regalos, algunos son condecorados, reconociéndoles s
u valor, su lealtad, su disciplina, compañerismo,
etc. Y a mitad de la tarde empieza la fiesta, música,
trovas, chistes, presentaciones especiales preparadas por
los patrulleros, un compartir, cosa que termina
a tempranas horas de la noche, porque
todo debe volver a la normalidad, fiesta
que como experiencia es gratificante, porque
es una de las pocas oportunidades que tienen
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los homenajeados de charlar de ―tú a tú‖, conmigo y sus
Comandantes inmediatos y de conocer a
muchos que solo habían oído nombrar.

Así se celebra en el Magdalena Medio el día de las


AUTODEFENSAS CAMPESINAS, así se celebrará este año
en Santa Fe de Ralito, así se seguirá celebrando
los próximos años a lo largo y ancho del país, pero
con una variante,
no en la clandestinidad, sino públicamente,
porque habremos entrado en la legalidad después de de
smovilizarnos, pues no desapareceremos, ya que
haremos parte del panorama político, social
y económico de esta Colombia, por la cual hemos sacrifi
cado y muchos ofrendado sus vidas.

Durante estos 27 años, muchas cosas


han pasado, cosas para lamentar, otras que ojalá nunca

se repitan y que no debieron haber pasado, muchas cos


as buenas que rescatar y copiar en lo venidero, experie
ncias y vivencias que seguramente servirán
como base para la creación de
la nueva Colombia que todos soñamos. 27 años que no
pasaron en vano, no importa que el discurso de los ene
migos de la democracia y la paz quieran hacernos ver c
omo el peor mal que ha azotado a
Colombia, porque los hechos demuestran lo contrario. No
importa que se nos tilde de ilegales, porque el
pueblo, soberano, nos declara legítimos y nos considera
sus benefactores. Algún día Colombia
agradecerá que hayamos existido y
el mundo reconocerá que merecíamos un trato diferente,
el tiempo es el mejor aliado, ―amanecerá y veremos‖.

Muchos no estarán en esa fecha participando de


las celebración, entre ellos, los hombres bajo mi mando,
los Comandantes de cada frente
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junto a sus hombres, los hijitos, como cariñosamente
los llamo, esto debido a la distancia física que
nos separa, pero eso no es obstáculo para que estén en
mi corazón, uno a uno desfilarán por mi memoria
y recibirán el abrazo amigo y agradecido
que siempre les he brindado y en ese abrazo silencioso
irá un ruego a Dios para que los cuide y ayude. No
participarán
hombres y mujeres que siempre han colaborado en este
evento y seguramente se mostrarán inconformes, pero
podrán estar seguros que también estarán en mi corazón
agradecido. Se haría larga la lista si
se enumeran las personas y entidades, la mayoría que
nunca han hecho presencia física, pero que han
sido artífices, al obsequiar los regalos, los animales
y otros elementos para la preparación de los alimentos,
la gaseosa, el agua,
un poco de licor, para ellos también
va el saludo y el agradecimiento eterno.

Gracias Magdalena Medio, cuna de Autodefensas, gracias


Colombia, por haber permitido que
durante estos 27 años, paulatinamente, nos
hubieran dejado llegar hasta sus veredas,
poblaciones y ciudades para protegerlos.

Ramón Isaza Arango.


Comandante General AUC

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Dossier Paramilitar
Semana 1989
La historia - Auc
SEMANA revela documentos secretos del gobierno
sobre cómo son, cómo actúan y quiénes financia a los
grupos paramilitares.

La semana pasada, la
noticia fueron los
paramilitares. Pero no
como lo venían siendo
desde principios del año
pasado, por la dosis de
masacres y asesinatos
políticos que perpetraban,
Los grupos paramilitares sino porque ahora, y por
comenzaron a establecerse primera vez, les tocaba
morder el polvo de la
para finales de los 80s. Foto derrota. El martes 4, dos
Semana /León Darío Peláez operativos de las
autoridades -uno en Bogotá y otro en el Magdalena Medio
antioqueño- dieron como resultado la muerte de 10
integrantes de bandas de sicarios paramilitares y la detención
de otros 13.

El primer golpe tuvo como escenario las tranquilas calles de


un barrio residencial al sur de Bogotá, a donde muy temprano
en la mañana llegaron los efectivos del DAS y luego de un
intenso tiroteo que duró más de media hora, dominaron a los
miembros de la banda "Los Justicieros", organización que de
acuerdo con el director del DAS, general Miguel Maza
Márquez, trabajaba a órdenes de Gonzalo Rodríguez Gacha,
"El Mexicano". Entretanto, en el área de Monteloro, del
municipio de San Luis, al suroriente de Antioquia, un

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comando combinado de la Policía Nacional y efectivos
antinarcóticos, se enfrentaba a una banda paramilitar que,
según el general Octavio Vargas Silva, inspector general de la
Policía, estaba dedicada a custodiar predios de propiedad de
Pablo Escobar Gaviria, en el área del Magdalena Medio.

La primera organización habría participado en asesinatos de


dirigentes de izquierda y figuras de la política nacional, entre
ellos el del joven líder de la Unión Patriótica, José Antequera,
hace pocas semanas. La segunda sería parte de la temible
organización paramilitar del Magdalena Medio, dedicada a la
doble función de custodiar fincas, laboratorios y pista del
cartel de Medellín, y perpetrar asesinatos y masacres de
campesinos y demás operativos de tipo paramilitar.

Lo anterior evidenciaba que algo nuevo estaba pasando en


Colombia. El país, acostumbrado a la cuota semanal de
sangre y muerte que ponían en la mayoría de las ocasiones,
civiles del campo y la ciudad, o soldados bachilleres en
camiones emboscados, incluso, guerrilleros de cualquiera de
los grupos alzados en armas, había comenzado a pensar que
mientras los paramilitares se podían pasear en forma oronda
por vastas zonas del territorio nacional, la guerra que el
Estado colombiano tenía que librar contra todos los enemigos
de la democracia se estaba dando selectivamente en contra
sólo de la subversión de izquierda. ¿Cuándo demonios, se
preguntaban muchos, se iban a enfrentar soldados o policías
contra los paramilitares, la subversión de derecha?

Los documentos secretos

Los sucesos de la semana pasada eran una primera respuesta


a esa pregunta y significaban mucho más que una mera
coincidencia. De alguna manera, eran el resultado del trabajo
investigativo que las autoridades habían comenzado a
desarrollar meses atrás, cuando estalló un clamor nacional
para que se actuara en contra de los paramilitares. Los
organismos secretos, las autoridades militares y funcionarios

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de la Presidencia de la República y del gabinete dedicados a
los problemas de la paz y la guerra, habían estado avanzando
en la recopilación y el análisis de la información disponible,
que les permitía armar, en forma casi completa, el
rompecabezas del paramilitarismo. "Después de haber
revisado la documentación -dijo a SEMANA un alto funcionario
que tuvo acceso a la información- pensé que lo único que
hacía falta era comenzar a actuar". Y esto fue precisamente lo
que sucedió la semana pasada.

La información con que cuenta el gobierno es amplia y


detallada. Gracias a ella se conocen ya los orígenes, el
desarrollo y la estructura actual de los paramilitares. Se sabe
cómo se financian, cómo operan, cómo se comunican y cómo
preparan a sus hombres. Se tiene establecido cuál es el nexo
entre estos grupos y la industria del narcotráfico. Además, se
tiene un conocimiento exacto de quiénes son sus jefes
máximos. Se sabe, entre otras cosas, que especialistas
israelíes y británicos han sido traídos al país en forma secreta,
para preparar a los comandos de élite de estas
organizaciones. En fin, se sabe mucho. Así lo pudo establecer
SEMANA después de conocer un paquete de documentos que,
desde distintos despachos oficiales y de seguridad, han
llegado a manos del presidente Virgilio Barco, y que recogen
una vasta información basada en labores de inteligencia,
interceptación de documentos y llamadas telefónicas, y, lo
más importante de todo, valiosos testimonios de desertores
de los grupos paramilitares.

Tal vez el más importante de estos testimonios fue el


suministrado por un médico, que inició su actividad
subversiva en las filas del M-19 y que, después de haberse
amnistiado, hacia el año 1983, fue ilegalmente retenido en el
área de Puerto Boyacá, por efectivos del Batallón Bárbula
que, después de intensos interrogatorios lo habrían entregado
a quienes conformaban la génesis de lo que poco después
serían los grupos paramilitares. Este informante, al igual que
otros que han entrado en contacto con las autoridades, se
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encuentra fuera del país, como beneficiario de un régimen de
protección de su identidad y de su paradero. Aparte de esto,
el gobierno ha reunido datos recogidos en las acciones de la
Policía antinarcóticos en zonas del Magdalena Medio y el Meta,
en los interrogatorios a integrantes de bandas de sicarios
retenidos en los últimos meses, e incluso en llamadas y
escritos anónimos que han dado pistas claves para ubicar a
algunas fichas importantes de la organización paramilitar. El
cruce de estos datos le ha permitido al gobierno trazar la
historia que, en sus principales apartes, SEMANA presenta a
sus lectores, omitiendo, claro está, aquellas informaciones
que, como lo relacionado con la ubicación de pistas y
laboratorios del narcotráfico y los organigramas del
paramilitarismo, deben permanecer bajo reserva para no
entorpecer el avance de las investigaciones.

Salud para todos

A mediados de 1983, los habitantes de Puerto Boyacá y sus


alrededores, que aún entonces eran víctimas de una de las
más feroces actividades de boleteo, extorsión y secuestro por
parte de las FARC, comenzaron a ser testigos de un proceso
que al principio les resultó apenas curioso y atractivo. Grupos
de civiles, en ocasiones armados, empezaron a recorrer la
región llevando a numerosas veredas brigadas de salud que
se convertía en una oportunidad de entrar en contacto con los
campesinos, conocer sus inquietudes y ubicar cuáles de ellos
estaban asociados con las FARC y cuáles, por el contrario, se
mostraban hastiados de las prácticas de la organización
guerrillera. Las brigadas habían sido originalmente una idea
de ACDEGAM, la asociación de ganaderos del Magdalena
Medio, cuyas directivas se encontraban bastante
entusiasmadas con esta práctica.

Por esa misma época, empezaron a aparecer los cadáveres, a


veces mutilados o torturados, de aquellos quienes se les
atribuía algún nexo con la guerrilla. Solía suceder que sobre al
lado de sus cuerpos, se encontrara un letrero con

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inscripciones como "Muerto por comunista". A fines del 83, las
brigadas de salud se habían extendido ya a varias zonas del
territorio nacional que sufrían del mismo mal que el área de
Puerto Boyacá: la guerrilla. Hacendados, comerciantes y
mineros de regiones como Urabá, el Meta, el nororiente
antioqueño, y todo el Magdalena Medio, comenzaron a
patrocinar las brigadas de salud que precedían las llamadas
"operaciones de limpieza", y las primeras masacres que se
dieron en estos tiempos en el país, como la sucedida en
Remedios, Antioquia, a fines del 83.

A pesar de que el fenómeno se había extendido bastante ya,


como lo demostraban los muertos diarios de Puerto Berrio,
Puerto Nare, Puerto Triunfo e incluso Barrancabermeja,
Puerto Boyacá siguió llevando el liderazgo y marcando la
pauta de la nuevas prácticas que se debían realizar. En ese
municipio surgió entonces la primera organización armada de
autodefensa, cuyos fundadores fueron, según la información
recogida, Pablo Guarín -asesinado en 1987, por las FARC-
Carlos Loaiza, Luis Suárez y Gonzalo Pérez. Ellos recogían
aportes de hacendados de la región y reclutaban entre los
hijos de los campesinos, a los jóvenes que debían ingresar a
la primera escuela de autodefensa, llamada "El Tecal" y
ubicada en la finca La Paz cerca a Puerto Boyacá.

Los primeros contingentes de este grupo realizaban


patrullajes por la zona, en ocasiones acompañados por
efectivos del Batallón Bárbula, con asiento en Puerto Boyacá.
Estos patrullajes no sólo buscaban sacar a las FARC de la
región, sino amedrentar a sus antiguos colaboradores y
convertirlos en aliados de la autodefensa. Por aquel entonces,
la organización operaba con módicas contribuciones de los
hacendados, pues su funcionamiento no exigía muchos
gastos. Los sueldos pagados a los patrulleros no excedían los
7 mil pesos mensuales y la comida generalmente era
suministrada por los propios campesinos de las áreas por
donde se efectuaban los patrullajes.

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Pero a medida que crecía la organización, surgían mayores
exigencias de comunicaciones, armamento y equipo en
general. Los patrulleros pedían mejores ingresos y, según uno
de los testimonios recogidos por las autoridades, la plata
comenzó a escasear. No era fácil pedir a los hacendados que
aumentaran sus contribuciones, pues se corría el riesgo de
que pensaran que las cuotas que pagaban a los grupos de
autodefensa iban a terminar siendo más onerosas que el
boleteo de la guerrilla.

La loteria

A principios de 1985, un episodio ocurrido en cercanías del


sitio Dos y Medio, a unos cuantos kilómetros de Puerto
Boyacá, cambió para siempre la historia de la organización.
Un comando de autodefensa, que había montado un retén en
el camino, interceptó un campero cargado de cocaína. El
conductor del campero intentó acelerar para pasar de largo el
retén y se produjo un tiroteo, tras el cual algunos de los
ocupantes del vehículo resultaron heridos. Según uno de los
documentos del gobierno, el cargamento era de propiedad de
Jairo Correa y Pacho Barbosa, este último dueño de la finca
"La Suiza" en Puerto Nare, no muy lejos de allí.

Los propietarios de la carga entraron en contacto con los jefes


de la autodefensa en Puerto Boyacá y se iniciaron
negociaciones que culminaron con un acuerdo. Hubo consenso
alrededor de que narcotraficantes y autodefensas coincidían
en su rechazo a la guerrilla y a los comunistas. El campero y
la droga fueron devueltos y sus dueños entregaron, como
contraprestación, un Toyota de placas venezolanas a la
autodefensa, que desde entonces incluyó en sus patrullajes el
territorio de la hacienda "La Suíza".

Fue el principio de un romance que terminaría en matrimonio:


narcotraficantes y autodefensa se entendieron fácilmente y,
con el paso de los días, los jefes de la organización en Puerto
Boyacá llegaron a tutearse con personajes a quienes las

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autoridades colombianas y norteamericanas acusan de ser los
cabecillas del cartel de Medellín: Pablo Escobar Gaviria, Jorge
Luis Ochoa Vásquez y Gonzalo Rodríguez Gacha, más
conocido como "El Mexicano", todos ellos inversionistas en
esa y otras regiones a donde se había extendido el
cubrimiento de la organización de autodefensa. Algunos de los
dirigentes del área, como Pablo Guarín y Luis Rubio -que
luego sería el primer alcalde electo de Puerto Boyacá, antes
de que una juez le dictara orden de captura y se convirtiera
en profugo de la justicia-, habían conocido a Escobar Gaviria
durante la campaña electoral de 1982, en la cual éste fue
elegido representante a la Cámara.

Los nuevos capitales hicieron olvidar pronto las épocas de


vacas Flacas. Con más dinero, resultó fácil crear nuevas
escuelas de autodefensa, que entonces comenzaron a
combinarse con las de sicarios. Según los documentos
gubernamentales, las dos escuelas más importantes,
conocidas como "Cero-Uno" y "El Cincuenta", estaban
ubicadas respectivamente en el kilómetro 9 de la vía Puerto
Boyacá-El Zambito, y en la vía El Delirio-Ariza, en el
departamento de Santander.

También resultó fácil extender a nuevas regiones la operación


de lo que ya para entonces, eran los grupos paramilitares,
que de la posición inicialmente defensiva de las autodefensas,
habían pasado definitivamente al ataque. El eje Urabá-
Córdoba-Bajo Cauca-Magdalena Medio-Meta estaba ya
prácticamente cubierto por los tentáculos del pulpo
paramilitar cuya cabeza se trazó cuatro metas principales:

-Proteger a la comunidad del boleteo, la extorsión, el


secuestro y demás prácticas de la guerrilla, y preparar para
ello a patrulleros que, camuflados de vaqueros o jornaleros,
debían cuídar las hacíendas, especíalmente las de los
narcotraficantes.

-Preparar y entrenar a los grupos de escoltas de las figuras

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del cartel y de la cúpula paramilitar.

-Preparar y entrenar personal para las labores de producción


de cocaína en los laboratorios del cartel. Esta oportunidad,
que implicaba con el tiempo hacerse a un buen capital, se le
brindaba a aquellos patrulleros que se distinguieran en su
labor.

-Atentar contra militantes y dirigentes de la Unión Patriótica y


otras organizaciones polítícas y sindicales, y contra
representantes del gobierno o de los partidos políticos y
demás sectores de la sociedad, que se opusieran al
narcotráfico. Para ello, era necesario crear grupos de sicarios
profesionales.

Los profesionales

Con el fin de lograr estos objetivos, las más bíen primitivas


escuelas de la autodefensa de "El Tecal", "Cero- Uno" y "El
Cincuenta", fueron reemplazadas por dos nuevos centros de
preparación, para los cuales se diseñaron curiosos exámenes
de admisión y nuevos programas de entrenamiento acordes a
las necesidades narco-paramilitares de la organización (ver
recuadro).

·La escuela "Galaxias", en Pacho, Cundinamarca, que según


los documentos del gobierno, es dirigida por Marcelino
Panesso, alias Benitín y financiada por "El Mexicano". Allí se
preparan "los mejores", según la expresión de uno de los
informantes que habló con las autoridades. Para ingresar a
esta escuela, es requisito al menos ser bachiller y, aún mejor,
haber cursado algunos semestres universitarios.

-"La escuela "Cero-81", en inmediaciones de la Ciénaga de


Palagua, en Puerto Boyacá, supervisada directamente por
Henry Pérez, hijo de Gonzalo Pérez, según lo aseveran los
documentos del gobierno.

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El curso para un patrullero dura entre 30 y 60 días y puede
incluir preparación en los siguientes campos: camuflaje,
armas y polígono, defensa personal, preservación de la
identidad, escoltas, inteligencia y contra-inteligencia,
comunicaciones y primeros auxilios.

Terminada la etapa de entrenamiento, el patrullero recibe una


completa dotación de equipo y víveres. En cuanto al equipo,
consta de hamaca y toldillo, soga de nylon o poliéster,
plástico y carpa, cubiertos, un fusil FAL, G-3 o Galil, una
granada para fusil, entre 200 y 300 tiros de munición, 2 a 4
granadas de mano y un uniforme verde o azul. El
avituallamiento incluye un sobre de sopa o crema, una
panela, una lata de leche condensada, salchichas y una lata
de atún o sardinas.

El patrullero debe levantarse entre las 4 y las 5 de la mañana,


para iniciar sus actividades con un trote de varios minutos y
otros ejercicios físicos. Después de ello, entona los himnos de
la organización (ver recuadro), define el santo-y-seña del día,
y se establecen los relevos, la ubicación de los puestos de
control y los patrullajes. Cada patrullero tiene un código y un
alias, y porta una cédula falsa. Aparte de ello, está sujeto a
rígidas normas disciplinarias, que incluyen la pena de muerte
para quien consuma estupefacientes.

Ingleses e israelíes

Para 1987, la organización paramilitar había alcanzado ya un


nivel que sus financiadores consideraban óptimo. Su
conducción había quedado definitivamente en manos de las
figuras del cartel de Medellín, que se habían convertido en sus
principales financiadores y que la utilizaban tanto para la
labor política y militar, como para funciones directamente
relacionadas con el negocio del narcotráfico. Como le dijo a
SEMANA el director del DAS, general Miguel Maza, "los grupos
paramilitares, como hoy los conocemos en Colombia, son la
interpretación particular que el narcotráfico ha hecho de las

20
autodefensas".

Dentro de esa interpretación, particular interés por optimizar


y hacer más eficiente a los grupos tenía, según uno de los
documentos gubernamentales, "El Mexicano", que ya para
entonces había comenzado a decirle a todo aquel que quisiera
oirlo que había decidido declararle la guerra al comunismo en
todo el territorio nacional. Esta actitud surgía no sólo de una
cuestión ideológica y de un posicionamiento social, sino de las
diferencias que se habían presentado en las selvas del Ariari,
cuando lugartenientes de Rodríguez Gacha acusaron a
hombres de las FARC de haberse robado 10 millones de pesos
en efectivo, que iban a ser utilizados en la compra de bultos
de hoja de coca producida en la región. Las autoridades
dijeron a fines del 87 que estas diferencias estaban detrás del
asesinato del Presidente de la Unión Patriótica y ex candidato
presidencial, Jaime Pardo Leal, por hombres que trabajaban
para "El Mexicano".

Muchos han interpretado que la respuesta al asesinato de


Pardo Leal fue el atentado en el que murió el dirigente liberal
de Puerto Boyacá, Pablo Guarín, a fines del 87. Cuando éste
se produjo, "El Mexicano", según lo revela uno de los informes
de las autoridades, conversó largamente con Henry Pérez, y
ambos estuvieron de acuerdo en contratar instructores
extranjeros para preparar a escoltas y patrulleros. Los
contactos realizados en el exterior por amigos del cartel de
Medellín, permitieron invitar al país a cinco israelíes que
llegaron por Cartagena, un día cercano a la noche del Año
Nuevo de 1988, y permanecieron 45 días en el país, dictando
un curso de entrenamiento en la escuela " El Cincuenta" en
Puerto Boyacá, que después de haber sido cerrada, revivió
para la ocasión.

El curso fue bautizado con el nombre de "Pablo Guarín Vera" y


los cinco instructores israelíes sólo se identificaron ante sus
50 estudiantes con los alias de Amancia, Zadaca, Dean, Teddy
y otro que el informante que suministró estos datos a las
21
autoridades no recuerda. Los 50 alumnos se reclutaron así:
20 del Magdalena Medio, escogidos por Henry Pérez; 20 de
Pacho, escogidos por "El Mexicano"; 5 de los Llanos,
escogidos por Victor Carranza, y 5 de Medellín, escogidos por
Pablo Escobar y Jorge Ochoa. Los instructores le manifestaron
a sus alumnos que una vez terminaran de dictar este curso,
debían desplazarse a fincas en Costa Rica y Honduras, para
entrenar grupos de contras nicaragüenses.

Semanas después, once instructores británicos fueron


contratados para dictar un nuevo curso. Los entrenadores
ingleses se identificaron como "miembros de la Legión
Británica" y distribuyeron entre los estudiantes ejemplares de
la revista "Legión". Cinco de ellos se identificaron con los alias
de Peter, Alex, Gordon, David y George. El curso comenzó a
dictarse en la misma escuela "El Cincuenta", pero una visita
de efectivos de la Policía antinarcóticos al área obligó al
traslado al Putumayo por vía aérea, con escala en una pista
en la zona del Yarí.

El interés de Rodríguez Gacha en estos cursos quedó una vez


más en evidencia cuando asistió personalmente, según uno
de los documentos del gobierno, a la graduación de los
estudiantes, que a partir de entonces se convirtieron en
integrantes de una élite de comandos paramilitares, cuyos
sueldos oscilan entre un millón y un millón y medio de pesos
mensuales. La idea original era la de utilizar este grupo
altamente preparado, para que dirigiera una violenta acción
contra los campamentos del estado mayor de las FARC en La
Uribe, Meta. No se sabe qué los desalentó, si problemas
tácticos o la información de que las cabezas de esa
organización guerrillera ya no permanecen casi en ese lugar.
Tampoco se sabe si la idea de llevar a cabo este ataque sigue
vigente.

Estructura y finanzas

Los documentos que el gobierno se encuentra analizando


22
revelan con bastante claridad cómo funciona la estructura
operativa y de mando de la organización paramilitar. No hay
duda de que Puerto Boyacá, cuna de estos grupos y que un
funcionario definió como "una especie de república
independiente paramilitar", sigue siendo el epicentro desde el
cual se controlan las principales bases y escuelas, y desde
donde se trazan políticas y objetivos.

En ese municipio, la organización paramilitar tiene una clínica


a su servicio, una imprenta, una droguería una armería, un
computador y -este es uno de los datos que mayor
preocupación le ha causado al gobierno- un centro de
comunicaciones que opera con la colaboración de las oficinas
de Telecom en esa población. Según lo revelan los
documentos de las autoridades, el centro de operaciones es
un edificio de dos plantas que en la primera está ocupado por
una droguería. En la segunda está la clave, según el
testimonio de un desertor del paramilitarismo, que se ofreció
a colaborar con las autoridades. Allí, en este lugar conocido
como "La Central", se encuentran trabajando cuatro
operadores de radioteléfono, en dos turnos diarios de 12
horas. Está además el computador, que reúne y clasifica en
clave, la información y los archivos de la organización. Las
autoridades creen que, debido a algunas deserciones y al
hecho de que los paramilitares ya saben que esta información
está en manos del gobierno, este centro de operaciones
puede haber sido trasladado.

Sea como sea, lo que está claramente establecido es que


desde allí se controla toda la organización, se recibe la
información y se emiten las órdenes. Un segundo centro
satélite está ubicado, según las autoridades, en la población
de Pacho, en Cundinamarca, donde tiene su centro de
operaciones "El Mexicano". Este centro está al mando de
Marcelino Panesso, un desertor de las FARC que ahora trabaja
para los paramilitares. Estas dos poblaciones conforman un
eje que irriga el mando hacia las demás regiones en el
Magdalena Medio, el Meta, Antioquia, Córdoba, el Bajo Cauca,
23
Caquetá y Putumayo (ver mapa). Se sabe además que la
organización cuenta con casas en Montería, Ibagué,
Cartagena, Medellín y Bogotá. Resulta curioso que en la zona
de Urabá, donde se han cometido algunas de las más
cruentas masacres, no exista, según la información, ninguna
"agencia" o centro satélite. Se cree que eso explica que los
autores de las masacres de principios del año pasado en las
fincas "Honduras" y "La Negra", hayan venido del Magdalena
Medio, en lo que habría sido un servicio prestado por la
organización paramilitar a "clientes" de la zona bananera.

La organización cuenta también con 30 pilotos a su servicio, y


una flotilla de aviones y helicópteros. Tiene 120 vehículos,
principalmente camperos, pero también buldózeres y
motoniveladoras, sin contar con las lanchas y planchones para
el transporte fluvial.

En materia de finanzas, los documentos del gobierno revelan


que la organización le cobra una cuota mensual a los
ganaderos y hacendados de las regiones hasta donde ha
llegado su influjo. La cuota pagada por los nacotraficantes es
mucho mayor y, según algunos testimonios, los paramilitares
se estarían financiando casi exclusivamente con las
contribuciones de los "capos", pues las mensualidades de los
hacendados no narcotraficantes tendrían casi un caráter
simbólico y difícilmente bastaría para cubrir los gigantescos
gastos que han aumentado no sólo por cuenta del armamento
y la infraestructura de transporte y comunicaciones, sino de
los sueldos que reciben los distintos empleados de la
organización (ver recuadro).

Los pagos se hacen a través de cuentas corrientes, abiertas


en algunos casos a nombre de personas ficticias. Firman los
cheques Emilio Valderrama, Carlos Lesmes, Luz Marina Ruiz
de Pérez y otros. Las principales cuentas están, según uno de
los anexos de un documento del gobierno, en el Banco
Popular y la Caja Agraria de Puerto Boyacá, y en una oficina
de BIC en Medellín.
24
La información sobre las conexiones entre la organización y
miembro de las Fuerzas Armadas y de la Policía es la que más
celosamente guarda el gobierno. Sin embargo, SEMANA pudo
establecer que, aparte de las acusaciones existentes contra el
mayor Echandía, hoy fugitivo de la justicia, hay datos sobre
las facilidades con que Henry Pérez tramita salvoconductos y
consigue comprar armas de Indumil a través del Batallon
Bárbula.

Los documentos de las autoridades hablan también de


conexiones establecidas entre los grupos paramilitares y
oficiales y suboficiales que han actuado en Montería, Puerto
Boyacá, Puerto Berrío, Puerto Salgar y San Vicente del
Caguán. Según un testigo cuya declaración fue recogida por
las autoridades, en la Navidad de 1987, algunos miembros del
Ejército y de la Policía asignados al área de Puerto Boyacá,
llegaron a la casa de Henry Pérez "a recibir su aguinaldo".

Si se puede

La información recopilada por las autoridades sobre la


cuestión paramilitar resulta sencillamente apabullante. Queda
demostrado, por el mismo hecho de que estos datos hayan
podido recogerse y por los episodios de la semana pasada,
que la organización paramilitar no es invulnerable. Era
necesario descifrar el enigma de su estructura, sus
conexiones, su financiación y su modus operandi. Pero
también era urgente que las autoridades actuaran y
rompieran así el mito de que los paramilitares eran intocables.

Pero cualquier acción en contra de estos grupos resultará


insuficiente si no se analizan primero las causas que los
generaron y se diseñan estrategias para removerlas. La
organizacion paramilitar se ha hecho fuerte allí donde antes
habían mandado, con mano de hierro, los grupos guerrilleros,
que a su vez, se habían hecho fuertes años atrás debido a la
ausencia casi absoluta del Estado.

25
Uno de los aspectos más interesantes del análisis que hay que
hacer, tiene que ver con las razones que pudieron llevar a los
más poderosos narcotraficantes del país, a financiar y asumir
el control casi total de estos grupos. Indudablemente, uno de
los motivos fue que los "capos" comenzaron a adquirir
grandes extensiones allí donde la presencia guerrillera era
nutrida. Y estas compras no fueron accidentales: ellos eran
los únicos que se animaban a comprar en esas regiones
violentas pues creían que podían hacer frente a la amenaza
guerrillera. De ahí que se decidieran a patrocinar primero y
luego asumir el mando, de la organización paramilitar. Pero
éste no fue el único motivo para que lo hicieran. Algunos
analistas del gobierno consideran que en su lucha contra la
guerrilla, también buscaban adquirir cierta legitimidad social
entre algunos sectores del país que pensaban que el gobierno
no era capaz de frenar la amenaza de la subversión de
izquierda. "Incluso--dijo a SEMANA un alto funcionario--se
puede pensar que estos señores han dejado de ser meros
delincuentes comunes como lo eran cuando se dedicaban
exclusivamente al narcotráfico, y pueden estar adquiriendo un
cierto status político, al hacerse convertido en patrocinadores
de la subversión de derecha".

Como puede verse, es posible que los narcotraficantes estén


buscando posicionarse frente al país de un modo que les
permita en un futuro convertirse en interlocutores válidos del
gobierno. Pero, ¿se puede pensar algún día en dialogar con
las cabezas de estos grupos? Tal vez, por el momento, el
ambiente no está maduro para que se abra esta discusión. Sin
embargo, cabe preguntarse por qué, si el gobierno está
dialogando con algunos grupos guerrilleros que se sabe están
hondamente involucrados en actividades de narcotráfico, no
podría, en determinadas circunstancia, entrar en
conversaciones con estos otros grupos. Mejor dicho, lo que
algunos se preguntan es que, si se dialoga con
narcoguerrilleros, ¿por qué no se puede dialogar con
narcoparamilitares?

26
Evidentemente, los golpes de la semana pasada son sólo un
primer paso, y falta ver si las autoridades continúan
recorriendo este camino que tanto se demoraron en tomar.
Independientemente de si en el futuro se plantea algún tipo
de negociación con sectores que puedan estar patrocinando
las acciones paramilitares, lo cierto es que golpear
militarmente a estos grupos -al igual que ha sucedido con
algunas organizaciones guerrilleras- refuerza la posición del
gobierno, de las instituciones y de la democracia colombiana.
Pero mientras llega la hora de resolver todas estas
inquietudes, la verdad es que los operativos de los últimos
días, contribuyen a ver una luz al final del oscuro túnel de la
violencia paramilitar.-- -

Examen de admisión

Nadie puede ingresar a una escuela paramilitar si no cuenta


con una carta de recomendación de un hacendado vinculado a
la organización paramilitar. El aspirante debe responder
primero las siguientes preguntas:

·¿Ha sido afectado por la guerrilla?


·¿Qué ideología tíene?
·¿Dónde trabajaba y cuánto ganaba?
·¿Quiénes son y dónde residen sus familiares?
·¿Qué haría en caso de ser capturado por las autoridades?
·¿Es capaz de matar a papá, mamá o hermano si comprueba
que éstos son guerrilleros?

Himnos y lemas

Estos son algunos de los himnos y lemas que suelen repetir


los integrantes de las bandas paramilitares:

"Yo tenía un compañero


otro igual no encontraré
que siempre marchaba a mi lado
al mismo ritmo y compás.

27
Perdida viene una bala
para él o para mi
a él le tocó y yo lo siento~.

"Nuestro lema es defender


nuestros hijos, nuestro hogar,
nuestros bienes, nuestras tierras,
y lo vamos a lograr.
Un día fuimos comunistas
obligados a luchar
por doctrinas que llegaron
y están contra la paz".

Sueldos

Esta es la escala salarial que cubre los distintos niveles de la


tropa paramilitar:

·Patrulleros: de 30 a 50 mil pesos mensuales.

·Comandantes de patrulleros: de 200 a 300 mil pesos.

·Comandos de élite: entre 1 y 1.5 millones de pesos al mes.

·Administradores de fincas: de 100 a 150 mil pesos


mensuales.

."Cocineros" y químicos profesionales de los laboratorios:


hasta 2 millones de pesos en un mes.

Los sicarios, así como los pilotos que transportan la droga,


ganan de acuerdo con el encargo específico que se les haga.

El mapa paramilitar

1. PACHO (Cun.). Escuela "Galaxias", dirigida por Marcelino


Panesso, alias "Benitín". Centro de operaciones de "El
Mexicano".

28
2. PUERTO BOYACA (Boy.). Escuela "081", dirigida por Henry
Pérez. Epicentro logístico y administrativo de la organización.
Control de todas las operaciones del Magdalena Medio y
algunas a nivel nacional. Nexos con miembros del Batallón
Bárbula. Funciona el centro de comunicaciones y la imprenta.

3. PUERTO BERRIO (Ant.). Treinta hombres armados al


mando de Alfredo Vaquero, alias "Vladimir", autor de la
masacre de La Rochela.

4. DORADAL, LA DANTA, LAS MERCEDES, PUERTO TRIUNFO


(Ant.). Treinta hombres armados al mando de Pedro
Aristizábal, alias "Pedrito", y Ramón Isaza, alias "Lenin"
cerebro de las matanzas de Urabá.

5. YACOPI. Corregimientos Patevaca y Teherán (Cund.). Entre


20 y 30 hombres armados.

6. PUERTO BOYACA. El Marfil y Puerto Pinzón (Boy.). Entre 20


Y 30 hombres armados.

7. MAGDALENA MEDIO SANTANDEREANO. Cimitarra (La


Corcovada, Vuelta Acuña, San Fernando) y San Vicente de
Chucurí (Las Montoyas) No se conoce aún el numero exacto
de hombres armados que operan en la zona.

8. VISTA HERMOSA, PUERTO LOPEZ, ACACIAS Y CAVIONA


(Meta) Treinta hombres armados al mando de Juan de Dios
Toro, alias "Martín".

9. LA AZULITA (Put.). Un contingente al mando de un


sargento retirado del Ejército y de un N.N. con los alias
"Uldarico" y "William".

10. PUERTO ASIS (Put.). Un contingente al mando de alias


"Rendija" .

29
11. SAN VICENTE DEL CAGUAN Y EL RECREO (Caq.).
Contingente al mando de Humberto García. Nexos con la base
militar del área.

12. EJE MONTERIA-PUERTO ESCONDIDO (Cord) Cincuenta


hombres armados almando de Eduardo Ramírez, alias "El
Sarco", y un mayor retirado con el alias de "Gabino". Nexos
con oficial de inteligencia militar conocido como "El Viajero" .

13. CAUCASIA (Ant.). Treinta hombres armados, dirigidos por


alias "Walter", que se esconden en terrenos propiedad de
César Cure y Fidel Castaño.

Los violentólogos opinan

A raíz del asesinato de 12 investigadores de la Dirección


Nacional de Instrucción Criminal, ocurrida el 19 de enero en
La Rochela (Magdalena Medio), a manos de un grupo
paramilitar, SEMANA reunió a 5 profesionales de diversas
disciplinas y estudiosos del fenómeno de la violencia, para
analizar ese nuevo fenómeno que hoy tiene en jaque al país.

Los invitados fueron Jaime Arocha (antropólogo); Dario


Betancur (historiador); Fernando Uricoechea (sociólogo);
María Victoria Uribe (antropóloga), y Rodrigo Lozada
(politólogo). SEMANA reproduce a continuacion los apartes
más importantes de la discusión.

SEMANA. ¿Existe algún tipo de antecedentes o de relación


entre la llamada época de "La Violencia", y la que hoy vive el
país?

FERNANDO URICOECHEA: No. No hay ninguna relación entre


esta violencia con la de los años 50. La violencia anterior era
absolutamente tradicionalista, zapatista si se quiere. No
estaba dirigida contra el statu quo, contra el orden
institucional. La violencia de ahora surge inicialmente como
una insurgencia. Se trata de gente que está fuera del sistema,

30
que se opone a él deliberadamente. La primera es una
violencia de aldeanos, es rústica. La única semejanza que yo
encuentro entre esta violencia y la otra es el carácter
vertiginoso que va asumiendo a medida que se va
permitiendo, y la desfiguración y perversión que toma cada
día. La "Violencia" se encuadraba perfectamente dentro del
sistema y no cuestionaba su legitimidad. Es más, se dio para
acceder al poder a través de los votos tras la hegemonía
conservadora. Perversamente, la única forma de llegar al
poder era extinguiendo las huestes electorales del enemigo.

MARIA VICTORIA URIBE: Yo estoy haciendo un trabajo sobre


las masacres de la "Violencia", ocurridas entre los años 48 a
60, y he podido concluir que la lucha bipartidista liberales-
conservadores fue, en muchos casos, la sombrilla, la
apariencia. Detrás de la mayoría de masacres había
problemas de tierras, de robo de café, de venganzas, de
ajuste de cuentas, guerras privadas que nada tenían que ver
con la confrontación bipartidista.

FERNANDO URICOECHEA: Me preocupa que al alegar el


carácter general, histórico, que ha tenido la violencia en
Colombia, se estimule la pereza científica. Como siempre
hemos tenido violencia, entonces no se podrían identificar los
factores de la violencia de hoy. Yo no creo que uno pueda
conceptuar sobre la base de este tipo de análisis. Pienso que
la violencia moderna, la de los años 60 para acá, se ha
complicado desde que la guerrilla comenzó a utilizar métodos
como el secuestro, la extorsión, el boleteo y la vacuna.

JAIME AROCHA: Eso no es cierto. Existe evidencia judicial que


indica que en las décadas de los 40 y 50, sectores de la
Policía y de los militares pusieron en práctica esos métodos,
sin antecedentes en el país. Si nosotros queremos hacer
arqueología sobre un hecho, la violencia actual, esta podría
ubicarse como la respuesta de una derecha que se cansó de
las prácticas de la izquierda. Es necesario clarificar que el
secuestro, el boleteo la emboscada y todas esas prácticas
31
incorrectas no podemos achacárselas exclusivamente a los
guerrilleros. Esa práctica se ha dado porque existe una
escuela.

S.: ¿Qué opinan ustedes del fenómeno paramilitar?

DARIO BETANCUR: Pienso que existe una derecha organizada,


pero también grupos sueltos que llegan incluso a atentar
contra esa estructura que los ha creado. Pienso que en el
caso concreto de los funcionarios de Instrucción Criminal
habría que sondear el problema de Puerto Boyacá, en donde
ha habido asesinatos en complicidad con el Ejército. Y aquí
cabría la pregunta del millón: ¿Quién nutre de armas a los
paramilitares? ¿Cómo pueden actuar tan libremente sin que
les pase nada? Existen trabajos documentados sobre el
Magdalena Medio que no han podido publicarse por
amenazas, y que demuestran que los paramilitares tienen un
corredor, bajo su jurisdicción, que va desde Puerto Boyacá
hasta Antioquia, pasando por Santander y volteando hasta
Arauca y el el Meta. Y estos grupos actúan, si no directamente
con la complicidad del Ejército, sí al menos con su permiso
tácito.

RODRIGO LOZADA: Me parece que hay otro elemento que


debe tenerse en cuenta: el de los intereses en juego. Creo
que en este tipo de violencia paramilitar predominan intereses
económicos y personales que surgen del hecho de que unos
hacendados y empresarios se sienten asediados,
generalmente por grupos guerrilleros, ante la desprotección
por parte del Estado que es incapaz de brindarles seguridad y
de impartir justicia. Llega un momento en que los tipos se
exasperan, sienten la necesidad de defenderse por sí mismos
y reciben una inyección sustancial del dinero del narcotráfico,
interesado en otros objetivos. La coincidencia de intereses es
puramente coyuntural. Los narcotraficantes, tengo la
impresión, se dejan conquistar por los grupos de derecha en
un intento de buscar aceptación. Su anticomunismo no es
serio, aun cuando algunos posean este sentimiento
32
sinceramente. En este último caso, el apoyo a los grupos
paramilitares no es sólo monetario ni por vivir en
determinadas regiones, sino que pasa a transformarse en una
actividad ideológica.

F. U.: Para complementar lo que acaba de decir Rodrigo, y


modificando un poco su argumento de que los narcos apoyan
a los grupos paramilitares para congraciarse con la derecha,
habría que ubicar las zonas de mayor violencia en la
actualidad. La violencia de hoy se está dando en zonas
atrasadas y en áreas de economía de enclave, como en el
Urabá. En estas regiones, los narcos tienen intereses. En
estas regiones se desarrollan formas de capitalismo salvaje, lo
que traducido a las relaciones laborales origina una
sobreexplotación de la fuerza de trabajo y ninguna garantía.
Estos capitalistas no toleran que sus trabajadores se
sindicalicen y ni siquiera les reconocen los derechos
garantizados en el Código Laboral.

D.B.: Es importante destacar que existe una situación social


que está alimentando el fenómeno paramilitar, y que en las
zonas de economía de enclave la situación social es muy
explosiva. Pero existen núcleos de hacendados y ganaderos
alimentando y estimulando la existencia de estos grupos. Si a
este escenario se agregan las acciones de los narcotraficantes
y de los guerrilleros, que se creen con autoridad para hacer
justicia por ellos mismos, el panorama es dramático.

R.L.: A todo este desolador cuadro habría que agregar que el


Estado no da protección a través de la justicia, ni de sistemas
de seguridad que le permitan al ciudadano común sentir
segura su vida. En este contexto de desprotección surge la
mejor oportunidad para hacer alianzas.

S.: Se han mencionado alianzas de los hacendados con los


narcotraficantes y con algunos miembros del Ejército. ¿Habría
otros sectores involucrados en el problema paramilitar?

33
D.B.: Sí. En el Magdalena Medio por ejemplo, es un hecho que
los grupos paramilitares están siendo alimentados por un foco
perturbador que existe desde hace muchos años: el de los
esmeralderos. El desplazamiento de estos hombres a sitios
como Barranca, Casanare, Arauca, Meta y Antioquia es un
hecho.

S.: ¿Por qué piensan ustedes que la violencia por narcotráfico


ha sido mas cruda en Antioquia que en el Valle, si se supone
que los carteles de Medellín y Cali son igualmente poderosos?

D.B.: Si se hace un análisis de los dos grupos, se puede


concluir que el de Cali es más sutil, más urbano y sobre todo
más cosmopolita. Además, ha invadido todos los sectores
sociales. Por otro lado, el Valle es económicamente más
moderno y desarrollado y los conflictos se resolvieron hace
mucho tiempo. De todos modos, no hay que olvidar que allí
se vivió una violencia muy grande en el año 85. Todos los
días aparecían muertos en lo que se denominó la "limpieza de
Cali". Se mataban basuriegos, prostitutas, homosexuales y
pordioseros, pero también caían guerrilleros del M-19.

F.U.: A esta situación yo agregaría la que se vivió en la


Universidad del Valle. Allí también se dieron amenazas a
profesores, como en la Universidad de Antioquia. Muchos
tuvieron que salir del país o venirse para Bogotá. Sin
embargo, no se dio la escalada criminal que sufrió la
Universidad de Antioquia. La razón es sencilla: en Cali no
existen universidades privadas y la burguesía estudia en la
universidad pública. Al estar tan integrado el narcotráfico con
sectores de la burguesía, se dio una voz de alerta y la
campaña de intimidación se detuvo .

R.L.: Pongo en duda lo que ustedes acaban de decir. No creo


que los narcotraficantes tengan interés de acabar con la
inteligencia del país, ni con los sindicalistas. Creo que su lucha
es únicamente contra la guerrilla y contra todos los que la
apoyan. Vuelvo y repito que creo que ellos tienen un interés

34
meramente capitalista, el de defender sus propiedades.

M. V. U.: Esto que usted ha dicho es sólo parte del problema.


Que los narcos se hayan dedicado a comprar tierra en Urabá o
en el Magdalena Medio, en donde encontraron terreno
abonado para sus propósitos, nadie lo pone en duda. Pero
también es cierto que se trata de personas muy rústicas y
profundamente godas, que no vacilarían en ordenar matar a
alguien que consideren un obstáculo para sus propósitos.

S.: ¿Pero, entonces, por qué los asesinatos de militantes de la


Unión Patriótica, de dirigentes cívicos y populares se siguen
dando como si obedecieran a un plan fríamente calculado y
estructurado?

R.L.: Yo creo que no puede haber un plan estructurado


nacionalmente. Aun cuando no soy un experto en el tema del
narcotráfico, no me puedo imaginar a un grupo de personas
negociantes, que compiten salvajemente por los mercados,
sentados en una mesa diseñando cómo, cuándo y dónde le
deben echar plomo a la guerrilla y todavía menos que puedan
saber quiénes son los auxiliadores "legales" de los alzados en
armas.

No creo en una campaña para acabar con la izquierda del


país. Esta hipótesis supondría que todos los "narcos" tienen
unos puntos en común que van más allá de la naturaleza
mísma de sus negocios, y que aún cuando se enfrentan por
los mercados, en el momento de actuar frente a un enemigo
común se unen.

D.B.: Para mi, el problema es regional. Son focos locales que


estaban sueltos y que después de "limpiar" sus zonas
convergen al centro, comienzan a coger unidad. El foco más
grande está en Puerto Boyacá. Allí, una vez convertido en
"territorio libre", o "territorio anticomunista" --como ellos han
denominado la región--, decidieron extender su acción a todo
el país.

35
Un gringo en tierra de sicarios

La revista norteamericana Rolling Stone publicó en su edición


de abril una crónica del periodista Howard Kohn sobre
Medellín y el narcotráfico. El artículo, titulado Company Town,
narra entre otras cosas, un escalofriante recorrido del autor
por los barrios de esa ciudad que se han convertido en
verdaderos semilleros de sicarios. SEMANA publica uno de sus
apartes.

"Había ido en un taxi con dos reporteros free-lance que me


habían acompañado a visitar a unos detectives, y aún
estábamos sorprendidos tratando de asimilar lo que nos
habían dicho, particularmente lo del muerto de prueba, el test
de asesinato que tienen que pasar los sicarios que deben
probarse a si mismos. Para nuestro taxista eran noticias
viejas. Estaba bien informado sobre la mafia. Dos de sus
amigos habían trabajado en laboratorios de procesamiento de
cocaína. Eran como cadáveres, dijo: "Ellos salían cada cierto
tiempo blancos como fantasmas, después de permanecer
encerrados y de tomar leche como antídoto de los químicos
que usaban en los laboratorios". Otro de sus amigos vivía en
Nueva York, pero frecuentemente regresaba a su casa con
mucho dinero en efectivo. El taxista había rechazado
oportunidades que se le habían presentado para trabajar en
esas mismas cosas. Inclusive habría podido convertirse en
sicario, aunque ahora a los 23 años, la edad lo descalificaba.
La juventud era el límite crítico. "A uno no le importa mucho
vivir o morir", dijo. "Uno tira del gatillo y en los segundos
siguientes puede estarse tomando una cerveza o tirando del
gatillo nuevamente. Uno no lo piensa dos veces".

Para evitar cualquier falla de los nervios o cualquier


remordimiento de conciencia, nos habían dicho los detectives,
estaba el muerto de prueba. Para propósitos de
entrenamiento unicamente, sse seleccionaba una víctima, la
mayoría de las veces un vecino o un pariente, si los
instructores pensaban que el sicario necesitaba una prueba

36
más ruda. Volverse un sicario certificado depende de
dispararle a la víctima escogida en un lugar público con
testigos y a quemarropa, mirándole a los ojos. "Ellos tienen
que aprobar, o tienen que volver a empezar con alguien más",
nos habían dicho los detectives.

El barrio Antioquia es un lugar donde se sabe que los sicarios


vienen a realizar el ritual. Las calles son destapadas, de tierra
roja, cortadas a tajo en las montañas como en zig-zag. El
taxista paró en una esquina para orientarse. Vi cómo unos
niños gritaron y salieron corriendo cuando vieron el carro. Al
principio yo pensé que se reían. Los adultos que habían
estado ocupados barriendo las esclinatas de las puertas o
echando dados en el polvo, rápidamente desaparecieron y se
escondieron en el interior de las rústicas casas. Fue el flash de
unos brazos y unas piernas quemadas por el sol y luego sólo
la mancha brillante de los buganviles contra las paredes de
adobe.

- "¿A dónde fueron?", pregunté. El taxista engranó el carro y,


mirando por encima del hombro, dijo en forma tajante: "Se
están cubriendo. Piensan que somos sicarios".

Nos fuímos, después de haber producido una pequeña


interrupción en una apacible tarde - cuatro extranjeros en un
taxi habían sido evitados al no conocerse sus intenciones. Un
pequeño drama. Sin haber mostrado un arma, un vecindario
se había deshecho, había perdido su seguridad. Vi cómo en
cuestión de segundos el anónimo mecanismo del miedo podía
volverse muy personal y entonces entendí, por primera vez
comprendí completamente, que el temor era primario, que
vivía en todas partes y tocaba a todo el mundo en Medellín".

37
Narcotráfico y su papel en el
desmonte de los paramilitares
La historia - Auc
El 24 de junio de 2002, el Estado colombiano, después
del fallido proceso de paz con las Farc, por primera vez
en la historia del país abrió una investigación por
narcotráfico contra los máximos jefes de esa
organización. La Fiscalía incluyó en la investigación a
Manuel Marulanda, alias Tirofijo, Jorge Briceño, alias El
Mono Jojoy, Raúl Reyes y Joaquín Gómez, entre otros.
“Acusados con anterioridad de cometer delitos como
rebelión, secuestro, terrorismo, concierto para
delinquir y homicidio, pero nunca el tráfico de
drogas”1.

Por Ángela María Puentes


Investigadora FIP

Para entonces, las AUC ya habían entrado en este proceso: El


Departamento de Estado de Estados Unidos calificó a este
grupo de terroristas en 2001, lo que implicaba que varios de
sus líderes, como Carlos Castaño, estaban ad portas de ser
pedidos en extradición.

Tanto las FARC como las AUC aumentaron sus vínculos con el
narcotráfico en la segunda década de los noventa, sin
embargo la evolución de su relación con esta economía ilegal
muestra importantes diferencias, especialmente porque desde
sus orígenes las AUC estuvieron vinculadas con los grandes
carteles. Posteriormente, con la desaparición de las
tradicionales estructuras del narcotráfico, los grupos armados
expandieron su actividad en el negocio, las FARC se
encargaron principalmente de cultivos y laboratorios y
recientemente se la ha visto más enlazada con organizaciones
internacionales de la droga, aunque en un grado menor
comparado con las AUC. Las AUC se disputaron el control

38
territorial de cultivos con las FARC y también estaban
involucrados en el procesamiento, pero su especialización
estaba en las rutas y la comercialización hacia el exterior.

Si bien la participación de los actores armados ilegales en el


negocio de las drogas cobró una importancia fundamental,
esto no implicó que los microcarteles desaparecieran. Éstos,
eran menos visibles para las autoridades, pero seguían
contratando a los dos grupos armados como suministro de
base de coca2. También era usual su contacto y alianzas con
las autodefensas para mantener su seguridad3. Sin embargo,
al parecer su atomización despistó a los gobiernos de
Pastrana y la primera administración de Uribe, quienes
centraron la mayor parte de los esfuerzos de la lucha contra
las drogas en los actores armados ilegales. Esto por su parte
facilitó el crecimiento del Cartel del Norte del Valle y de
narcotraficantes como Don Berna, Macaco, Chupeta, Victor
Patiño, Arcángel Henao, Rasguño, Diego Montoya y Wilmer
Varela, entre otros.

A su vez, una fracción significativa de estos narcotraficantes,


aprovechó su conexión con las autodefensas para unirse a
ellas. En el 2000 los Castaño decidieron vender franquicias de
las AUC a conocidos narcotraficantes, para que se convirtieran
en paramilitares. Visionando una futura negociación de paz,
los narcotraficantes vieron en la compra de franquicias la
mejor oportunidad para lavar su carácter criminal y sus
fortunas4. Es el caso de "Gordo Lindo", "Macaco", "Don
Berna", "Cuco Vanoy", "Los Mellizos", "Juan Carlos Sierra" y
Miguel Arroyave, entre otros, quienes en promedio pagaron
varios milones de dólares por cada bloque.

¿Qué ventaja obtenían las autodefensas al vender franquicias


además de la plata? Esta decisión al parecer fue liderada por
Carlos y Vicente Castaño como una alternativa para negociar
con Estados Unidos el desmantelamiento del paramilitarismo
y del narcotráfico, o de algunos de sus principales líderes. A
cambio Estados Unidos, frenaría su extradición y podría

39
rebajar sus penas por medio del Estado Colombiano y su Ley
de Justicia y Paz.

Sin embargo, la estrategia no resultó como pensó y pronto


Carlos Castaño reveló los errores de esta decisión. El principal
de ellos la profunda fragmentación de las AUC y su
narcotización: ―la destrucción de las Autodefensas fue porque
se narcofeudalizaron en su crecimiento, y es imposible para el
Gobierno diferenciar unas de otras y ya casi ni nosotros‖.
Carlos Castaño acusó por ejemplo, al Bloque Central Bolívar
comandado por Carlos Mario Jiménez ―Macaco‖ y al Bloque
Mineros al mando de Ramiro Vanoy de "involucrarse
irresponsablemente en actividades de narcotráfico", un hecho
que no podría ser sostenible en el corto plazo frente a las
autoridades locales, pero especialmente frente al gobierno de
Estados Unidos que seguía presionando su extradición. Estás
acusaciones y su constante interés de negociar con Estados
Unidos fragmentaron aún más las AUC, y provocaron la salida
de Carlos Castaño como comandante líder del grupo en 2001
y su posterior desaparición.

El Presidente Uribe, decidió negociar la desmovilización de las


autodefensas, aun sabiendas de la complejidad de sus
estructuras, probablemente con el ánimo de matar dos
pájaros de un solo tiro: desmontar uno de los actores
armados del conflicto colombiano y acabar con importantes
estructuras del narcotráfico. Entre 2003 y 2006 se
desmovilizaron 31.671 miembros de las AUC, incluyendo
antiguos Jefes del narcotráfico como Macaco y Gordo Lindo,
entre otros. Sin embargo, el resultado se logró parcialmente
pues tras las desmovilizaciones han salido a la luz
organizaciones que han heredado el negocio de los
comandantes desmovilizados.

Recientemente el Presidente tomó la decisión de extraditar a


15 de los comandantes desmovilizados, tras comprobar que
seguían delinquiendo y que no estaban cumpliendo con los
requisitos de la Ley de Justicia y Paz. Sin embargo, esto ha

40
deslegitimado la negociación de paz, ha mostrado la prioridad
de la lucha contra las drogas frente a la paz, la verdad y la
reconciliación y ha abierto aún más las puertas al rearme y al
surgimiento de nuevas estructuras armadas y del
narcotráfico.

Por su parte, el gobierno mantuvo el Plan Patriota para


combatir a las FARC y ha emprendido grandes operativos
contra el narcotráfico con resultados significativos en los dos
frentes, especialmente la muerte del Negro Acacio y captura
de Chupeta, Rasguño y Diego Montoya o la muerte de Varela.

1 BBC Mundo.com. “Acusan a las farc por narcotráfico”, octubre 24


de 2002, en
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_2355000/23
55829.stm
2 icg, op. cit.

3 "Rasguño", por ejemplo, pidió específicamente seguridad


personal a las Autodefensas del Casanare icg, op. cit., p. 18.
4 Algo similar fue lo que ocurrió en los noventa cuando
paramilitares como xxx aprovecharon la ley de sometimiento a la
justicia que el Estado le ofreció a los grandes narcos, para rebajar
sus penas y esquivar la extradición. Sin embargo, en ese
entonces, los paramilitares no cambiaron su carácter para unirse e
la ley de sometimiento a la Justicia.

41
Narcotráfico y la
creación de la Auc
La historia - Auc
La desaparición de los grandes carteles aumentó la
participación de los grupos armados en el negocio de la
droga. Entre otras cosas, porque a los nuevos
empresarios del narcotráfico no les interesaba
controlar toda la cadena de producción de cocaína, sino
subcontratar partes de la cadena a actores
especializados1. Esto le abrió la posibilidad a los
grupos armados de controlar la producción de cultivos
ilícitos2. De hecho, la guerrilla y los grupos
paramilitares se han especializado tanto en esta
porción de la cadena de producción que se los
responsabiliza de la expansión de cultivos ilícitos en el
país como consecuencia de la intensificación del
conflicto armado3.

Ángela María Puentes* para Verdadabierta

A partir de la segunda mitad


de los noventa la presencia
de cultivos de coca se Laboratorio de
intensificó notablemente en el procesamiento de coca en
territorio colombiano (ya no las selvas colombianas.
era necesario importar la
base de coca de Perú y
Foto editada por
Bolivia) y hubo una nueva VerdadAbierta.com.
distribución de tareas dentro del negocio: los actores armados
estaban al mando de cultivos y laboratorios de
procesamiento, mientras que los narcotraficantes tenían en
control de rutas y el comercio exterior.

El aumento de cultivos fue evidenciado por los campesinos


cocaleros que marcharon entre 1994 y 1996 contra las
políticas antinarcóticos y de fumigación de cultivos ilícitos en

42
Caquetá, Guaviare y Putumayo. Este movimiento que reunió
aproximadamente a 120,000 campesinos, reflejó un notorio
interés de las FARC en el negocio del narcotráfico
(especialmente en los primeros eslabones de la cadena) y ―la
fuerte articulación entre los campesinos y la guerrilla‖4. A su
vez, el movimiento cocalero indicó los cambios que se
avecinaban en el negocio del narcotráfico y la urgencia de
buscar políticas antinarcóticos no solamente punitivas y
orientadas hacia los grandes carteles, sino socio-ambientales
y dirigidas hacia los eslabones más débiles de la cadena.

En 1994, mientras los campesinos marchaban con el apoyo de


las FARC en el sur del país, Carlos Castaño asumió el
liderazgo de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y
Urabá, accu, y en 1997 consolidó las Autodefensas Unidas de
Colombia, auc, con el fin de organizar a los diferentes grupos
paramilitares bajo un mismo proyecto político. La intención de
unificación de las autodefensas requirió grandes sumas de
dinero, que en parte cubrieron con el negocio de la droga. De
esta forma, tanto para las autodefensas como para las farc el
negocio cobró una importancia fundamental, pues los ingresos
del narcotráfico se convirtieron en una de sus principales
fuentes de financiación5.

Las marchas cocaleras y la consolidación de las AUC


demostraron que la coca era un recurso fundamental para los
actores armados pues cumple ―la doble función de
proporcionar base social para estos grupos —principalmente a
través de la fuerza laboral ligada a los cultivos ilícitos— e
ingresos para escalar y expandir su actividad armada‖6. Por
esta razón, a finales de los noventa, los enfrentamientos
entre los grupos armados se intensificaron por el control de
los territorios con plantaciones de coca.

El Departamento Nacional de Planeación, DNP, señaló que el


narcotráfico se expandió en Colombia a partir de 1995 y que
se convirtió en un fenómeno mucho más complejo para el
país por la creciente relación que estaba presentando con los

43
grupos armados. ―Esta relación no sólo había acelerado el
crecimiento del área bajo cultivos ilícitos durante dichos años,
sino que aumentó la capacidad de confrontación de estas
organizaciones sobre la población y el Estado‖7. Así mismo,
mientras los grupos armados, especialmente las farc,
reflejaban un fortalecimiento militar y financiero, durante la
administración Samper la Fuerza Pública pasaba por una
etapa de debilidad y el Estado por una de las crisis
económicas más profundas de los últimos 70 años, generada
en parte por la descertificación de Estados Unidos a Colombia
en su lucha contra las drogas en 1996 y nuevamente en
1997.

Por su parte, la administración Pastrana (1998-2002) empezó


con dos grandes objetivos, uno internacional y otro local. El
primero, mejorar la relación del país con Estados Unidos para
fortalecer la lucha contra las drogas y con ella contra los
actores armados. El segundo, lograr un acuerdo de paz con
las FARC. Pastrana, le propuso a la administración Clinton
(1993-2001) el Plan Marshall para Colombia, un conjunto de
programas de desarrollo económico y social que servirían
para transformar las áreas conflictivas devastadas por la
producción de droga y el narcotráfico, especialmente en el sur
del país8. Esta propuesta terminó convirtiéndose en el Plan
Colombia, ―una estrategia integral que combinó la lucha
contra el narcotráfico y los cultivos ilícitos con el
fortalecimiento de las instituciones, la reconstrucción de la
organización social y el capital humano afectados por la
violencia, y la búsqueda de una solución negociada con las
organizaciones armadas‖9. El Plan Colombia permitió el
fortalecimiento de las Fuerzas Armadas y la Policía, así como
el establecimiento de un ―ambicioso programa de fumigación
aérea de las plantaciones de coca‖10.

Las negociaciones de paz con las FARC no dieron fruto y el


presidente Pastrana decidió catalogar a las farc como un
grupo narcoterrorista. Término que ya había sido usado por el
embajador en Colombia Lewis Tambs en 1984, pero que los

44
Estados Unidos sólo acuñó oficialmente en el nuevo milenio, a
pesar de serios intentos del gobierno Samper de convencer a
Washington de que las farc estaban involucradas en el tráfico
de drogas. Por su parte los atentados del 11 de septiembre, le
dieron ―a los gobiernos de Estados Unidos y de Colombia
nuevos argumentos para intensificar la guerra contra la droga
y, por primera vez, extenderla formal y explícitamente a los
grupos armados involucrados en el comercio ilícito‖11.

En el año 2000, el Departamento de Estado de Estados


Unidos acusó a las farc de buscar el monopolio de la
comercialización de base de coca en el sur del país, y de
tener, al igual que los grupos paramilitares, un mayor control
sobre el proceso total de exportación y rutas para
comercializar la cocaína. Así mismo, señaló que el grupo
armado tenía vínculos con la organización mexicana Arellano
Félix, por lo que el Departamento de Estado concluyó que
Estados Unidos podía pedir a miembros de esta organización
en extradición12.

Captura de Yair Klein, el mercenario


israelí que instruyó a paramilitares
(Semana)
La historia - Auc
Se trata del hombre que enseñó a matar a civiles en
operaciones de comandos de asalto. Trabajó para el
narcotraficante José González Rodríguez Gacha, alias
„El Mejicano‟ aunque él dice que llegó a Colombia traído
por la Fuerza Pública. Se inician los trámites de su
extradición.

45
El recuerdo más nítido de
las acciones del
mercenario israelí Yair
Klein está en viejas
imágenes de noticieros de
televisión cuando se veían
hombres armados disparar
desde sus camionetas a
blancos que simulaban
Yair Klein, el israelí que dio
personas. Los colombianos
entrenamiento militar a empezaron a rumorar que
paramilitares. Foto Semana algo malo se estaba
cocinando en ese simulacro que se realizaba en lujosas
haciendas del Magdalena Medio.

En efecto, a los pocos días el rosario de masacres contra


civiles indefensos empezó a llenar de dolor el país. Segovia,
San Carlos, Urabá. Eran crimines similares en poblaciones
antioqueñas que luego se fueron multiplicando en el resto del
país. Detrás de esos jóvenes sicarios estaba la mano
―formadora‖ del este mercenario, al que pagó el extinto
narcotraficante José Gonzalo Rodríguez Gacha. Eran las
bandas de sicarios que luego crecieron hasta convertirse en
una federación agrupada en las Autodefensas Unidas de
Colombia (AUC). Ese hombre que les dio la instrucción militar
fue capturado en Moscú. La INTERPOL avisó a su similar de
Colombia que de inmediato reportó la noticia al Gobierno.

El presidente Álvaro Uribe al informarse del hecho –según


confirmó el ministro del Interior, Carlos Holguín Sardi-, exigió
de inmediato su extradición, tramite que ya se inició. El
saliente director del DAS, Andrés Peñate, lo calificó de
―terrorista y bandido, entrenador de grupos de sicarios
formadora‖. Y anunció que su extradición puede tardarse
entre 60 días y un año.

Las últimas noticias que conoció Colombia sobre el mercenario


israelí Yair Klein se dieron en 2002. En ese año, el Tribunal
46
Superior de Manizales lo condenó a 10 años y ocho meses de
prisión y a pagar una multa de 22 salarios mínimos. El motivo
era su participación en el fortalecimiento y adiestramiento en
prácticas de guerra a grupos paramilitares. Aunque nunca fue
capturado, parecía que su historia con Colombia había
terminado. Ahora podrá terminar aquí sus días en una cárcel
de Máxima Seguridad.

Recientemente el programa ‗Hablando claro con la prensa‘,


del Canal Caracol, emitió una entrevista con el tristemente
célebre personaje. En ella critica el proceso de
desmovilización de los paramilitares. ―Es una estupidez y una
falta de liderazgo desarticular a los paramilitares sin haber
acabado con la guerrilla. Ahí hay presiones extranjeras
porque el gobierno colombiano no puede ser tan tonto para
ello‖, dijo.

En sus declaraciones al programa, Klein advirtió que volvería


a Colombia si lo necesitaran para acabar con la guerrilla, que
era la importante tarea que inició en el país en 1987 y que no
se ha concluido. Volvería para exterminar a la guerrilla y
porque ―el mejor capítulo de mi vida fue mi paso por
Colombia‖, de acuerdo con sus declaraciones.

Personaje siniestro
El siniestro personaje dice que se lamenta de no haber podido
hacer más para claudicar aquella meta y que la causa de la
guerra era válida en aquel entonces y lo sigue siendo ahora.
Tal y como lo ha venido sosteniendo desde su primera llegada
a Colombia, en el espacio de televisión volvió a ratificar que el
primer contacto con este país fue con el Gobierno.

Su versión es que vino en el 87 para lograr que la Policía


contratara su empresa Speardhead para entrenar a sus
miembros en asuntos de defensa y seguridad personales.
Klein había dicho en años pasados que en ese primer viaje se
entrevistó con el general de la policía Carlos Arturo Casadiego
y con representantes de la empresa Atlas Seguridad. En 1988
47
y 1989 hizo nuevas visitas al país ―porque fue cuando me
contrataron para dictar cursos en Puerto Boyacá‖, según le
declaró a SEMANA en el 2002.

Cuando llegó a aquel sitio, estuvo en un encuentro ―con unos


ganaderos de Acdegam que estaban asediados por las
guerrillas. Y fue así como llegué a esta región a preparar
grupos de autodefensa. Eran ganaderos y campesinos que no
aguantaban más a la guerrilla‖, dijo en aquel entonces y lo
sigue diciendo ahora. La razón era que el Ejército no podía
defender sus derechos, entonces les tocaba asumir la
seguridad por sus propios medios. Según sus palabras, los
entrenamientos eran militares y de defensa y de ninguna
manera de crímenes o asesinatos.

Fidel Castaño, uno de sus alumnos


Su invento se volvió un monstruo. De aquel grupo de 60
hombres que adiestró, salieron temidos asesinos que sirvieron
para manchar de más sangre la historia de Colombia. Un
testimonio que rindió uno de aquellos hombres ante la Fiscalía
en 1993, cuenta que ―recibimos entrenamiento en la finca Las
Tangas. Allá nos enseñaron a manejar armas, explosivos y a
diseñar y montar planes para asesinar gente‖.

El jefe de aquel grupo era, ni más ni menos, que Fidel


Castaño, uno de los padres del paramilitarismo. Según aquel
combatiente, la consigna del jefe era tajante: ―acabar con la
delincuencia del país‖. Y, al finalizar el entrenamiento con
Klein, les dijo que ―por el trabajo que van a hacer, recibirán
una paga de 150 mil pesos mensuales y una bonificación de
200 mil pesos por cada h.p. guerrillero y campesino torcido
que maten‖.

Entre aquel grupo de 60 combatientes, se encontraba el


temido Alonso de Jesús Baquero, conocido en la guerra con el
alias de ‗Negro Vladimir‘. Además de su apodo, cargaba con el
meritorio calificativo de ser el mejor alumno de Klein. Entre
1987 y 1989, asesinó a más de 100 personas. De aquellos
48
años de preparación con el mercenario israelí, ‗Vladimir‘
guardó el recuerdo de haber recibido lecciones sobre la táctica
inglesa y la alemana. ―Consistía en que al enemigo hay que
exterminarlo de raíz‖, comentaba en 1997. Y erradicarlo
significaba había que disparar ante cualquier sospecha.

Tiempos de sangre

―Nos dijeron que un guerrillero o un auxiliador de la guerrilla,


ubicado en un sitio clave, nos podía hacer mucho daño.
Entonces salimos a perseguir a los colaboradores y al brazo
armado de las Farc. Y les dimos muy duro. Al que
detectábamos, le dábamos. Fue apasionante ser alumno de
Klein‖, comentó ‗Vladimir‘ en una entrevista con SEMANA.

Seis meses después del primer entrenamiento con Klein, un


grupo de 40 hombres pasó a la finca La Isla, en Puerto
Boyacá. Aquella era propiedad de José Gonzalo Rodríguez
Gacha, ‗El Mejicano‘, uno de los más sangrientos capos del
Cartel de Medellín. Su interés era formar un grupo de
protectores armados que cuidaran sus extensas propiedades
en aquella región.

De nuevo, el instructor sería Klein, que esta vez se encargó


de convertir a aquellos aprendices en expertos en explosivos,
en tácticas de asalto y en técnicas de asesinato. Como parte
del curso, había una lección consistente en armar y desarmar
un carro bomba en menos de dos horas, según lo recordó en
1993 uno de los alumnos. De esos 40 seleccionados, sólo 20
aprobaron el curso. Entre ellos estaba ‗Vladimir‘. Con el paso
de los años, se supo de la responsabilidad de aquellos
hombres en las muertes del procurador Carlos Mauro Hoyos,
el cantante de vallenatos Rafael Orozco y los hermanos Jairo
y Alex Durán.

Su origen
Estas son sólo algunas de las huellas que dejó el paso de
Klein, un monstruo salido de las propias entrañas del ejército
49
israelí. Desde su adolescencia, como ocurre con la mayoría de
sus compatriotas, ingresó a la carrera militar. Sus méritos lo
llevaron a ser seleccionado para conformar los grupos
especiales de asalto. Fue así como se familiarizó con todos los
secretos de la defensa militar de su país y participó en
acciones tan audaces como la que en 1972 permitió rescatar
a decenas de rehenes cautivos en un avión libio, en el
aeropuerto de Lod, en Tel Aviv.

Para que no quedaran dudas de su eficiencia, a Yair y a sus


sicarios sólo les tomó siete y medio segundos ingresar a la
nave y neutralizar a los terroristas. Por el estilo fueron
muchas de sus actuaciones posteriores. Con apenas 36 años
de edad y con una vasta experiencia en el campo militar, en
1978 decidió dejar el ejército. Fue entonces cuando se dedicó
a los negocios. Primero montó una bomba de gasolina y luego
un restaurante. En ambos fracasó.

Comprendió entonces que la paz no era su negocio y se


enlistó en las Fuerzas Militares de su país y llegó a comandar
un batallón y una brigada de infantería que peleó en la guerra
del Líbano. Esta segunda experiencia militar le duró hasta
1983, cuando entró a engrosar las filas de los casi 100
oficiales de reserva y a crear, como muchos de ellos, su
propia firma de asesorías en seguridad, la Hod Halanit, una
empresa mediana que funciona en una oficina de Tel Aviv. La
decisión de poner los conocimientos militares al servicio de los
negocios es muy común en un país como Israel, donde el
servicio militar es obligatorio. "Si usted toma a un tipo que
crece en una granja y va al ejercito, cuando sale, sabe dos
cosas: cultivar tomates y hacer la guerra. Y hay mucho más
dinero en la guerra‖, dice Aharon Klieman, profesor de ciencia
política de la Universidad de Tel Aviv.

El primer cliente de la Hod Halanit fue un contacto hecho


durante el conflicto del Líbano, la milicia de la Falange
Cristiana, el grupo responsable de las masacres de los
campos de refugiados de Sabra y Shatila. ―La Falange
50
necesitaba cinturones, cascos y equipo personal‖, dijo Klein.
El negocio fue sustancioso. Recibió dos millones de dólares
por la venta de armas y equipo. Desde entonces, se dedicó a
enseñar y promover el arte de la guerra por todo el mundo.
Entonces llegó a Colombia y ayudó a formar el germen de un
monstruo que con el tiempo bañaría en sangre a todo el país.
Luego se marchó y reapareció en el programa de televisión.
Hasta hoy cuando trascendió su captura en Rusia. De donde
debe ser extraditado a Colombia para que responda por sus
sangrientas acciones.

Bonanza Marimbera 1976-1985


La historia - Auc
Miércoles, 29 de Octubre de 2008 11:01
El 16 de mayo de 1961 el Presidente John f. Kennedy
anunció que el segundo proyecto de los Cuerpos de Paz
(una iniciativa del gobierno de los Estados Unidos para
contener el comunismo en países subdesarrollados) se
llevaría acabo en Colombia. 64 voluntarios estuvieron a
cargo de asistir a comunidades rurales en proyectos de
desarrollo agrícola, construcción, educación y salud.

Ángela María Puente


para Verdadabierta
Paradójicamente, parte de
la intensión de desarrollo
rural de los Cuerpos de
Paz en Colombia terminó
en la bonanza marimbera,
una economía agraria de
ciclo corto que le abrió las
puertas al mercado de la
Cultivo de coca en la Sierra
cocaína y la heroína en
Nevada de Santa Marta. Foto Colombia. Los voluntarios
Semana norteamericanos

51
descubrieron las cualidades de la marihuana de la Sierra
Nevada de Santa Marta y se convirtieron en traficantes
menores de un negocio que posteriormente sería manejado
por la mafia norteamericana con la colaboración de traficantes
colombianos.

En Magdalena, Cesar y Guajira, la mafia gringa modernizó los


cultivos y el negocio de la marihuana. Repartió dólares entre
las altas esferas de las autoridades colombianas.
Posteriormente, introdujo personal norteamericano
completamente equipado que interactuaban con los
marimberos2 colombianos que se encargaron de cultivar,
cuidar y vender la marihuana a los gringos, quienes
posteriormente la sacaban del país en aviones y barcos hacia
Estados Unidos.

La bonanza también tuvo gran acogida entre los agricultores


de la costa norte colombiana, pues coincidió con una fuerte
crisis de los cultivos de algodón, asociada con el auge del
contrabando de telas de fibras sintéticas. Para 1974, según el
informe de Jose Ignacio Lara, jefe del DAS en La Guajira, el
80% de los agricultores cultivaba marihuana y los salarios de
los trabajadores del campo se multiplicaban por seis3. Los
cultivos se extendieron a municipios de los departamentos de
Magdalena y Cesar.

Por su parte, el Gobierno de Lopez Michelsen nacionalizó los


capitales de este negocio por medio de la ―ventanilla
siniestra‖ del Banco de la República. Un mecanismo que
permitió al Banco cambiar dólares por pesos sin tener en
cuenta el origen de este dinero. Con esta práctica el Estado
institucionalizó el lavado de dólares producto de las
exportaciones de marihuana, pero también del contrabando e
incluso de la cocaína. Así mismo, una parte de la elite
colombiana (instituciones financieras, terratenientes, y
constructores) vio con buenos ojos este negocio emergente y
ayudó a lavar sus fortunas por medio de la inversión en
negocios lícitos4.

52
La Bonanza Marimbera fue corta 1975-1985, especialmente si
se compara con el negocio de la cocaína en Colombia. Esto se
puede entender por varias razones, entre ellas porque los
colombianos no tuvieron el control de rutas, ni de comercio al
por mayor o de las redes de distribución en los Estados
Unidos. El volumen del producto era muy grande y su
transporte era costoso comparado con las ganancias. Los
norteamericanos empezaron a cultivar marihuana de una
calidad más fuerte en cultivos hidropónicos. El ciclo de
consumo cambia y los consumidores prefieren drogas más
fuertes como la coca. Por último el gobierno de Estados
Unidos intensifica su guerra contra las drogas y esto afecta
fuertemente los grandes cargamentos de marihuana que por
su tamaño y olor son fáciles de detectar. Por la brevedad del
boom de la marihuana no se formó una mafia colombiana a
su alrededor, sin embargo, el negocio dio pie a la
consolidación de las grandes mafias de la cocaína en
Colombia.

Décadas de los setentas y los ochentas: Exportación de base


de coca y control del mercado en USA

La participación de los
traficantes colombianos en
la Bonaza Marimbera fue
local y estuvo enfocada en
la producción, mientras
que la mafia
norteamericana se
encargaba del tráfico:
control de rutas, comercio
Carlos Lehder, cofundador del
al por mayor y redes de
Cartel de Medellín y miembro distribución en los Estados
activo de la política nacional Unidos. En los setentas,
para la época. Foto por el contrario, los
SEMANA. carteles colombianos de la

53
cocaína aprovecharon la gran migración de colombianos hacia
Estados Unidos en la década de los sesenta5, para
monopolizar poco a poco todos los eslabones de la cadena,
especialmente el transporte y la comercialización externa6.

La producción interna de cocaína en los años setenta se


cimentó en la ―importación‖ de base de coca de Perú y
Bolivia, ésta era procesada en laboratorios locales y
posteriormente exportada a Estados Unidos. Los carteles de la
droga trataron de difundir la semilla de coca en el territorio
colombiano a finales de los años setenta, probablemente con
el ánimo de centralizar toda la producción en Colombia, pero
la aparición masiva de cultivos en el país sólo se dio a finales
de los noventa tras la desaparición de los grandes carteles7.

En los ochenta los comerciantes ilegales se agruparon en


grandes organizaciones criminales como el Cartel de Medellín,
Calí, el Central, el de la Costa y los Santanderes8, quienes
además de la producción de drogas, vieron la necesidad de
tener un aparato armado paraestatal, con el fin de proteger
su negocio. Inicialmente, los grupos armados ilegales de
izquierda fueron considerados como una opción para servir a
los intereses de la mafia porque ya tenían una estructura
armada, control sobre territorios de interés de los
narcotraficantes, influencia sobre la población y necesitaban
recursos para la guerra. Las FARC por ejemplo, llegó a
negociar con los narcotraficantes el cuidado de sus
actividades a cambio de dinero, como se evidenció en
Tranquilandia, uno de los más grandes laboratorios de
refinamiento de cocaína del país, al parecer propiedad de los
Hermanos Ochoa, Rodríguez Gacha y Escobar, ubicado en los
Llanos del Yarí, ―en el corazón de un territorio controlado por
las farc‖9. Ante los hechos, el embajador en Colombia Lewis
Tambs acusó a las FARC de ser una narcoguerrilla.

Sin embargo, la relación con la guerrilla fue problemática y


duro poco, tanto las FARC como el M-19 atentaron contra la
mafia colombiana y esto deterioró sus vínculos. En 1983, las

54
farc se tomaron un campamento de Rodríguez Gacha con 180
kilos de coca, armas y 500.000 dólares10. Dos años antes, en
1981, El M-19 secuestró a Martha Nieves Ochoa, hermana de
los hermanos Ochoa, reconocidos narcotraficantes del Cartel
de Medellín. Estos y otros hechos provocaron la reacción de la
elite narcotraficante, que en conjunto con terratenientes,
ganaderos e incluso miembros de la Fuerza Pública,
decidieron crear grupos de paramilitares11.

Una de las primeras respuestas de los carteles del


narcotráfico unidos contra los grupos armados de izquierda,
fue la formación del grupo Muerte a Secuestradores (MAS) en
1981, para rescatar a Martha Nieves Ochoa y otros
secuestrados. El MAS asumió también tareas de protección
para los narcotraficantes y sus propiedades. La nueva clase
terrateniente se adueñó de un 11% de las zonas rurales del
país12 y provocó un ―fenómeno de concentración de la
propiedad en el campo conocido como la contra-reforma
agraria‖13, que intensificó la necesidad de seguridad privada
y el enfrentamiento entre los grupos armados de izquierda y
los carteles con sus nuevos ejércitos14.

En la década de los ochenta los narcotraficantes


complementaron sus capacidades económicas y militares con
acciones políticas abiertas o camufladas que los pusieron en la
arena pública nacional. A principios de los ochenta por
ejemplo, Carlos Lehder fundó el Movimiento Latino Nacional
que ganó algunos puestos públicos en el departamento del
Quindío. Así mismo, Iván Roberto Duque, miembro de
ACDEGAM fachada del paramilitarismo en Puerto Boyacá y
que posteriormente sería conocido como ―Ernesto Baez‖
fundaría el Movimiento de Restauración Nacional (MORENA).
Por su parte Pablo Escobar, como suplente de Jairo Ortega
llegó al Congreso, aunque por poco tiempo. Por su parte, el
Cartel de Cali si bien no buscó protagonismo en la escena
pública, desde los ochenta penetró más discretamente las
instituciones públicas del Estado corrompiendo a sus
funcionarios hasta el punto de financiar una parte de la
55
campaña del ex presidente Ernesto Samper en la década de
los noventa.

Por su capacidad económica, sus acciones filantrópicas y


militares, la clase emergente narcotraficante contó con el
apoyo de ciertos sectores de la población colombiana. Sin
embargo, en la década de los ochenta, la presión de la política
antidrogas de Estados Unidos, y de sectores políticos internos
que se oponían al narcotráfico encabezadas por el Nuevo
Liberalismo, fortalecieron la lucha del Estado contra los
carteles de la droga. La Decisión Directiva de Seguridad
Nacional 221, declarada por el presidente Ronald Reagan
(1981-1989) en 1986, facilitó la militarización de la estrategia
contra las drogas de este país, pues el narcotráfico fue
declarado amenaza letal contra la seguridad del país. A partir
de entonces, con variaciones menores, las administraciones
de George Bush (1989-1993) y Bill Clinton (1993-2001)
mostraron posiciones acordes con la política de Ronald
Reagan.

La extradición fue la principal arma de Colombia y Estados


Unidos contra los narcotraficantes, quienes intentaron
negociar su abolición con el Estado. Llegaron a ofrecerle al
presidente Betancur que se retirarían del negocio y pagarían
la deuda externa, a cambio de no ser extraditados. Ante la
negativa del gobierno el cartel de Medellín en cabeza de Pablo
Escobar con el apoyo de sus aliados, formó el grupo ―Los
Extraditables‖ y emprendió una guerra de acciones terroristas
contra el Estado desde 1984 hasta 199315.

56
El tratado de extradición
fue firmado el 14 de
septiembre de 1979. Sin
embargo, no se hizo
efectivo hasta el 5 de
enero de 1985, como
respuesta del entonces
presidente Belisario
Betancur (1982-1986) al
Sepelio de Rodrigo Lara atentado que le quitó la
Bonilla, Ministro de Justicia, vida al ministro de Justicia
asesinado por Rodrigo Lara Bonilla,
narcotraficantes. Foto perpetrado por el Cartel de
Medellín en abril de
Semana
198416. El magnicidio dio
pie a 28 extradiciones y 50
órdenes de captura con
este fin17.

La extradición y la violencia terrorista del narcotráfico contra


esta medida fueron el tema central de las administraciones de
Virgilio Barco (1986-1990) y César Gaviria (1990-1994). Bajo
el gobierno Barco el país sufrió los más duros golpes de los
extraditables, entre ellos: los asesinatos del director de El
Espectador Guillermo Cano, el procurador general Carlos
Mauro Hoyos, el gobernador de Antioquia Antonio Roldán
Betancur, el candidato presidencial Luís Carlos Galán y cerca
de cien militantes de la Unión Patriótica, incluido el candidato
Jaime Pardo Leal.

1 Statement by President Kennedy Announcing a Peace Corps


Project in Colombia
http://peacecorpsonline.org/messages/messages/467/2072496.htm
l

57
2 Para una descripción más detallada de los marimberos y la
distribución de sus labores vea, Dario Betancourt y Martha L.
Garcia, Contrabandistas, marimberos y mafiosos. Historia social de
la mafia en Colombia (1965-1992), Bogotá: Tercer Mundo Editores,
1994.
3 Ibid. P. 50

4 Alvaro Camacho-Guizado y Andrés López-Restrepo, "From


Smugglers to Drug-Lords to Traquetos: Changes in the Colombian
Illicit Drug Organizations", p. 16, en
http://www.nd.edu/%7Ekellogg/pdfs/LopeCama.pdf
5 During the 1960s, the flow of immigrants from Colombia to the
United States significantly grew, giving way to ethnic transnational
networks, which criminal organizations took advantage of. Alvaro
Camacho-Guizado y Andrés López-Restrepo, "From Smugglers to
Drug-Lords to Traquetos: Changes in the Colombian Illicit Drug
Organizations", p. 8, en
http://www.nd.edu/%7Ekellogg/pdfs/LopeCama.pdf
6 Ana María Díaz y Fabio Sánchez, Geografía de los cultivos
ilícitos y conflicto armado en Colombia, Bogotá: Uniandes, CEDE,
2004, p. 7.
7 María Clemencia Ramírez, Entre el Estado y la guerrilla:
identidad y ciudadanía en el movimiento de los campesinos
cocaleros del Putumayo, Bogotá: Instituto Colombiano de
Antropología e Historia: Colciencias, 2001. International Crisis
Group (icg), Guerra y droga en Colombia, informe sobre América
Latina No.11, enero 27 de 2005, en
http://www.crisisgroup.org/library/documents/latin_america/spanish
58
_and_portuguese/11_war_and_drugs_in_colombia_spanish.pdf
8 Ver Dario Betancourt y Martha L. Garcia, Contrabandistas,
marimberos y mafiosos. Historia social de la mafia en Colombia
(1965-1992), Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1994. Although some
scholars have identified several organizations of cocaine traffickers,
two of them became the focal points around which most of the
business revolved. The so-called Medellín and Cali "cartels" got to
control, in the experts' opinion, more than 70% of the Colombian
exports during the decade of 1980 and half way through the 1990s.
Other less important organizations gravitated around them, and
very few independent ones achieved great commercial success.
9 Internacional Crisis Group, icg, Guerra y droga en Colombia.
Informe sobre América Latina No.11, 27 de enero de 2005, p. 9.
http://www.crisisgroup.org/library/documents/latin_america/spanish
_and_portuguese/11_war_and_drugs_in_colombia_spanish.pdf
10 Equipo Nizkor- Derechos Human Rights (Ed) “Capítulo X. Mafia
y Política”, en Los jinetes de la cocaína, en
http://www.derechos.org/nizkor/colombia/libros/jinetes/cap10.html
11 Eduardo Pizarro Leongómez, Una democracia asediada.
Balance y perspectivas del conflicto armado en Colombia, Bogotá:
Grupo Editorial Norma, 2004. p. 122.
12 Duncan, Gustavo. Del campo a la ciudad en Colombia. La
infiltración urbana de los señores de la guerra, Bogotá: Uniandes,
CEDE, 2005, p. 11.
13 Alejandro Reyes, “Compra de tierras por narcotraficantes”, en
Drogas ilícitas en Colombia. Su impacto económico, político y
social, Editado por Ariel, PNUD y DNE, 1997, pp. 279-346. Citado
59
en Duncan, op. cit., p. 11.
14 Al respecto, Alejandro Reyes menciona cómo el Cartel de
Medellín controló la estructura paramilitar de Puerto Boyacá, el
narcotraficante Fidel Castaño el grupo paramilitar “Muerte a
Revolucionarios del Nordeste” de Córdoba y Urabá, y Gonzalo
Rodríguez Gacha, junto con los esmeralderos Gilberto Molina y
Víctor Carranza, los paramilitares de los Llanos Orientales.
Alejandro Reyes, Paramilitares en Colombia: contexto, aliados y
consecuencias, New York: The Columbia University, New York
University Consortium, 1990, p. 14. Por su parte, En esta empresa,
otras industrias ilegales como los esmeralderos también le dieron
un importante apoyo a los grupos paramilitares. Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), El conflicto, callejón
con salida. Informe Nacional de Desarrollo Humano 2003, p. 29, en
http://indh.pnud.org.co/informe2003_.plx?pga=CO3tablaContenido
&f=1127155495
15 Alvaro Camacho-Guizado y Andrés López-Restrepo, Op. Cit.

16 Este hecho provocó una fuerte división entre el Cartel de


Medellín y el de Cali.
17 Rafael Pardo Rueda, De primera mano. Colombia 1986-1994:
Entre conflictos y esperanzas, Bogotá: Cerec, Grupo Editorial
Norma, 1996, p. 186.

60
La cruzada contra el
narcotráfico
La historia - Auc
Miércoles, 29 de Octubre de 2008 11:15
Con el ánimo de combatir la guerra narcoterrorista, y
mientras la ley de extradición se discutía en la
Asamblea Nacional Constituyente, Cesar Gaviria tomó
varias medidas para frenar las acciones del
narcotráfico, entre ellas la política de sometimiento a la
justicia para narcotraficantes y paramilitares, y la
creación de un Bloque de Búsqueda de la Policía,
apoyado por Estados Unidos. La política de
sometimiento a la justicia proponía que a cambio de la
entrega y la confesión de delitos, el Gobierno le
otorgaba al sometido una rebaja de hasta la mitad de la
pena impuesta. Así mismo, el Gobierno garantizaba la
no extradición para quien se entregara1.

Cuando la Asamblea
Constituyente votó y
aprobó el artículo que
prohibía la extradición de
colombianos, Pablo
Escobar se entregó. Sin
embargo, un año después
de su entrega, Escobar se
fugó de la cárcel y fue
Miembros del Bloque de
dado de baja por el Bloque
Búsqueda en operativo el día de Búsqueda el 2 de
de la muerte de Pablo diciembre de 1993. Tras
Escobar. Foto Semana su muerte el Estado
restauró la extradición y el
cartel de Medellín se desarticuló.

En la lucha contra Escobar, el Estado estableció una alianza

61
con una organización criminal conocida como los Perseguidos
por Pablo Escobar (PEPES). Esta organización, fue liderada
por Fidel Castaño, antiguo aliado de Escobar en el tráfico de
cocaína, e incluía a miembros del Cartel de Medellín y del
Cartel de Calí. Los Castaño, al igual que los miembros que
quedaban del cartel de Medellín (entre ellos Don Berna), se
unieron al Estado en contra del Escobar, después de que éste
asesinara en la cárcel a los hermanos Moncada y Galeano,
cuatro de los principales socios de Escobar. El Cartel de Calí,
por su parte ya había mostrado fuertes diferencias con Pablo
Escobar, por su lucha terrorista contra el Estado. Si bien, los
Gobiernos de Estados Unidos y Colombia vieron con buenos
ojos el trabajo conjunto de la Policía y el Ejército colombiano
con narcotraficantes y paramilitares, esta alianza daría como
fruto fuertes episodios de corrupción dentro de estas
instituciones2.

La segunda mitad de los noventa sorprendió al país con el


triunfo de Ernesto Samper y la noticia de que en su campaña
presidencial había sido infiltrada por dineros del Cartel de
Cali. Así mismo, fueron acusados miembros de sus gabinetes
como el ministro de Defensa y varios congresistas, entre
otros. Ante esta situación y con el ánimo de no dejar la
presidencia, Samper emprendió junto con la Policía (una de
las instituciones más afectadas por la corrupción del
narcotráfico) una batalla contra el Cartel de Cali, que concluyó
con la captura y extradición de los hermanos Gilberto y Miguel
Rodríguez Orejuela (después de que se habían sometido a la
justicia y habían salido de la cárcel).

Con este hecho, los colombianos vieron el fin de los grandes


carteles, y de una de las más duras guerras contra el
narcotráfico en el país. Sin embargo, el espacio dejado por los
grandes capos pronto fue recuperado y atomizado por los
―herederos‖ (guardaespaldas, contadores, sicarios, abogados,
o familiares) de los antiguos carteles. Fuentes de Inteligencia
de la Policía revelaron que para finales de los noventa había
entre 250 y 300 organizaciones de narcotraficantes en el

62
país.3

Documentos exclusivos: así se fraguó


el acuerdo de paz con los 'paras'
La historia - Auc
Lunes, 26 de Abril de 2010 08:00
En noviembre de 2002 el Comisionado de Paz, Luis
Carlos Restrepo, y jefes de las Auc se reunieron en
secreto para pactar un cese de hostilidades.
VerdadAbierta.com publica la transcripción de esa
reveladora reunión, hasta
ahora desconocida.

El 12 de noviembre de
2002 Carlos Castaño, Luis
Carlos Restrepo y Salvatore
Mancuso se reunieron de
forma secreta para acordar
el cese al fuego de las Auc.

-Transcripción de la reunión
secreta entre Luis Carlos
Restrepo y los 'paras'.
-Comunicado de cese al
fuego de las Auc.
-Correo de Carlos Castaño
63
a todos los jefes de las Auc. El 12 de noviembre de 2002,
dos semanas antes de que
-Correo de Carlos Castaño
las Autodefensas Unidas de
a Vicente Castaño. Colombia le anunciaran al
-Correo de Ernesto país su cese al fuego y
Yamhure a Carlos Castaño. empezaran a negociar con el
-Comunicado de cese al gobierno las condiciones
para desmovilizar a sus
fuego del Bloque Central tropas, el ex comisionado de
Bolívar. paz Luis Carlos Restrepo se
reunió en secreto con la plana mayor de ese grupo armado en
un finca en Córdoba. A esta reunión fueron Carlos Castaño,
Salvatore Mancuso, quien era entonces el jefe del Bloque
Catatumbo; Ramón Isaza de las Autodefensas Campesinas del
Magdalena Medio y algunos paramilitares más.

También asistieron los sacerdotes Julio César Vidal, obispo de


Montería, y Germán García, de la Diócesis de Apartadó,
quienes junto a varios representantes de la Iglesia Católica,
buscando frenar el terror paramilitar que estaba dejando un
reguero de víctimas, ya habían establecido contactos con los
paramilitares antes de que asumiera el gobierno Uribe. Esta
reunión, en la que se cocinó el primer borrador de acuerdo de
cómo sería el desmonte del aparato militar de las Auc,
fue grabada por los jefes 'paras'. VerdadAbierta.com encontró
una transcripción de esta grabación en un expediente judicial
y revela en exclusiva su contenido, que arroja muchas luces
acerca de qué y cómo se negoció. (Ver transcripición de la
reunión de los 'paras' y el comisionado).

El documento, una transcripción que los paramilitares hicieron


de la reunión después de haberla grabado, fue hallada en una
caleta de Rodrigo Tovar Pupo, alias ‗Jorge 40‘ y reposa en
varias investigaciones judiciales sobre parapolítica.

―Hay una diferenciación de dos tipos de zonas, unas zonas


que ustedes tienen control, donde no tendrían mayor
dificultad para el cese de hostilidades y otras zonas de

64
frontera podríamos decir‖, dijo Restrepo.

―Como es un cese unilateral y como todavía no hemos tenido


supuestamente contactos con el gobierno, todas las
agresiones que suframos de la subversión estamos en pleno
derecho de responderlas, en caso de que nos ataque, que con
seguridad nos van a seguir atacando‖, advirtió Mancuso.

A lo que Restrepo les respondió: ―Ese es un derecho que no


les podemos quitar. Lo dejo claro. Yo como representante del
gobierno no puedo quitarles a ustedes ese derecho‖.

Y tanto el comisionado Restrepo como el paramilitar


Mancuso estuvieron de acuerdo en que en estas ―zonas de
frontera‖, el gobierno dejaría a los paramilitares "operar
defensivamente" allí, mientras llegaba la Seguridad
Democrática, que el Comisionado definió allí como redes de
informantes, soldados campesinos, aumento de la Fuerza
Pública y el retorno de la institucionalidad.

Así, dijo el Comisionado de Paz, el gobierno garantizaría que


la guerrilla no se fuera a aprovechar del cese al fuego para
volver a tomarse "las zonas controladas por las Auc", que era
una preocupación mayor que los jefes ‗paras‘ negociadores
dijeron tener.

El proceso, según Restrepo, se haría en tres etapas. Primero


el cese de hostilidades, segundo la entrada de la fuerza
pública a las zonas controladas por los ‗paras‘, y tercero, la
desmovilización y el desarme de las Auc. También propuso
delimitar zonas para concentrar las tropas paramilitares.

Se ve que las conversaciones entre gobierno y


paramilitarismo ya venían de tiempo atrás, pues los
paramilitares llevaron a la reunión un borrador del
comunicado que iban a emitir para anunciar su cese al fuego.
El primer punto del borrador era reconocer las Auc como un
actor armado del conflicto político y social, y que fueran
tratados como tal (ver documento borrador). Y aunque el
65
gobierno no reconoció el estatus político que pedían las Auc,
cómo se deduce de las conversaciones, les reconoció ser el
Estado de facto en varias regiones y les permitió mantenerlo
como una salvaguarda con el posible regreso de la guerrilla.

Al no admitir el gobierno que se les daría estatus político,


acordaron que era necesario buscar un mecanismo jurídico
alternativo que les permitiera negociar con las Auc.

El Comisionado habló de reformar la Ley 418, con la que el


gobierno podía iniciar conversaciones con un grupo armado
ilegal, si tenía voluntad de negociar la paz. Así, el Gobierno
podía suspender las órdenes de capturan en contra de los
voceros del grupo y pactar unos territorios de negociación.
Dos semanas después, en efecto, el Congreso aprobó la
reforma a esta Ley que presentó el gobierno.

El e mail del día anterior


Un día antes de esta reunión secreta, Carlos Castaño, forjador
de la alianza de diferentes grupos de autodefensa del país
bajo la sombrilla de las Auc, le había enviado un correo
electrónico a los jefes de todos los diferentes bloques de la
organización ilegal. VerdadAbierta.com hace su contenido
público, pues contribuye a poner en contexto en qué estaban
pensando los paramilitares en la víspera de ese día clave de
negociación.

El correo fue encontrado en una memoria Usb que entregó


Hebert Veloza, alias ‗HH‘, antes de su extradición. (Ver el
correo de Carlos Castaño a los jefes 'paras').

―La salida deberá ser política‖, dijo Castaño,


aconsejó presionar para que el gobierno los considerara un
actor político del conflicto y esforzarse para "no despolitizar la
negociación‖.

Pero el correo electrónico de Castaño muestra que su mayor


preocupación para enfrentar las negociaciones con el gobierno

66
era la infiltración del narcotráfico en las Auc. Con
pragmatismo expuso que ―el tema de la extradición, es
inconveniente incluirlo en la agenda de trabajo con el
gobierno. Debemos (…) prepararnos para hacer nuestra
defensa individual ante los EU‖. Dos meses antes el
Departamento de Estado de Estados Unidos había
solicitado en extradición a Carlos Castaño, Salvatore Mancuso
y Juan Carlos Sierra Ramírez, alias ‗El Tuso‘ para ser juzgados
por narcotráfico en ese país.

Castaño reiteró que ―el gobierno y la comunidad internacional


estarán atentos de quienes en las AUC impulsen la lucha
contra la extradición; yo a esto no le caminaré jamás, por ahí
van los capos y yo al lado de ellos no voy; ya sabemos que
‗Los narcos sólo se unen para matar o traicionar a un amigo‘‖.

―A decir verdad, yo creo que a los Gringos les importa un


carajo lo que pase en el futuro con Mancuso o Castaño (…);
tal vez seamos considerados por ellos, como instrumentos
desechables. Ellos le apuntan a intereses grandes; Petróleo,
capos narcos y territorio estratégico en Colombia (Sic)‖, dijo
Castaño en el correo.

Castaño estaba en contra de que grandes narcotraficantes se


camuflaran de paramilitares para ser cobijados con los
acuerdos de la negociación política con las Auc. A pesar de la
oposición del menor de la poderosa familia fundadora del
paramilitarismo en Córdoba y Urabá, varios narcotraficantes
ya habían "comprado" bloques de las Auc y habían adquirido
mucho peso en la organización paramilitar. Así que lograron
quedar incluidos en los tratos de paz de Santa Fe de Ralito,
entre ellos, Francisco Javier Lindo, alias 'Gordolindo', ‗Los
Mellizos‘ Mejía Múnera y Miguel Arroyave.

Es más, los contactos de Carlos Castaño con la DEA en 2004


para comenzar a negociar directamente la colaboración con la
justicia estadounidense, puso a los narcotraficantes
"purasangre" a sospechar que éste tejía una traición contra

67
ellos. Así que presionaron a su hermano Vicente, para que les
probara su lealtad, enviando a sus hombres a matar a su
hermano menor. Y así fue, en abril de 2004, Castaño cayó
abaleado por los hombres de su hermano.

Luis Carlos Restrepo era consciente del problema que


representaba firmar un acuerdo de paz con una organización
permeada por el negocio ilícito de traficar narcóticos. En la
reunión en la finca de Córdoba el ex Comisionado de Paz dijo
que ―lo que se busca es que el Ejecutivo no negocie con el
narcotráfico...(...)... hay temor de que se use la ley nueva
para negociar con narcotraficantes y delincuentes comunes‖.

Lo que salió de la reunión


Después de la reunión del 12 de noviembre, el ex
comisionado Restrepo consiguió que los paramilitares salieran
de la reunión a anunciar cese de hostilidades, la entrega de
menores combatientes y a colaborar en el retorno de los
desplazados. El compromiso del gobierno de dejarlos
"defenderse" en zonas que aún no controlaban del todo, no se
hizo explícito al país, y hubiera sido difícil de explicarle.

El gobierno además se comprometió con los paramilitares a


darles todas las garantías para la desmovilización. Y dar
un ―debate más profundo, dentro del Congreso o una nueva
reforma constitucional, o una constituyente‖ para negociar la
descentralización del Estado, uno de los puntos que los ‗paras‘
pidieron antes de firmar un pacto.

Restrepo logró que los ‗paras‘ confiaran en él y en las


promesas de Uribe. Dijo que no llevaban un plan
predeterminado y explicó que el Presidente era ―un
amansador de caballos, él va sobre el potro, él va ir ajustando
las cosas en detalle‖.

Al final de la reunión, Mancuso reconoció que el grupo de


jefes de las Auc llegó ―con cara de incertidumbre, de
preocupación‖, pero después de la reunión dijo: ―Ahora veo
caras de felicidad, los veo muy sonrientes, la verdad es que
68
es muy bueno‖.¨

Al final de la reunión los ‗paras‘ se comprometieron a decretar


un cese al fuego unilateral el primero de diciembre de 2002 y
emitir un comunicado donde dejarían claro que su
compromiso es a largo plazo.

Los e mail del día después


Pocos días después de la cumbre entre jefes de las Auc y el
gobierno, Carlos Castaño empezó a redactar el comunicado
final, donde las Auc iban a anunciar el cese al fuego
unilateral. Así se deduce de un segundo correo electrónico al
que tuvo acceso VerdadAbierta.com, que también hace parte
del material de la Usb de alias ‗HH‘.

Se trata de un e mail que le envió Carlos a su hermano


Vicente, en el que le informó que ―la reunión con el
Comisionado de Paz fue muy satisfactoria‖ (Ver el correo de
Carlos a Vicente Castaño).

Según Castaño, el principal logro del encuentro fue que


Restrepo les hizo ―un claro reconocimiento político‖. Castaño
le comentó a su hermano que parte del compromiso era
decretar a partir del primero de diciembre el cese de
hostilidades y que sólo lo iban a anunciar hasta el 29 de
noviembre ―pues hacerlo desde ahora sería alertar a las Farc
para que preparen su arremetida a nuestras zonas‖. En efecto
el 29 de noviembre las Auc anunciaron el cese de
hostilidades.

Sin embargo, en el correo a su hermano, Carlos Castaño se


refierió a apartes de la reunión que no fueron transcritas en el
documento al que VerdadAbierta.com tuvo acceso. Dijo que
Mancuso y Hernán (alias ‗HH‘) denunciaron el Frente Talibán y
sus dueños y que se enfrentaron a Alfonso (Diego Murillo
Bejarano, alias ‗Don Berna‘), que ―se mueve en dos aguas -el
narcotráfico y las autodefensas-‖.

69
Según Castaño el Frente Talibán era un intento de los
narcotraficantes para infiltrar las autodefensas. ‗Don Berna‘
fue un gran narcotraficante, que luego de traicionar a Pablo
Escobar, consiguió dominar su tenebroso imperio de sicariato
y crimen organizado en Medellín, y convertirse en aliado
principal del paramilitarismo.

Y existe además un tercer correo que pone en contexto esta


reunión clave. Días después, el 18 de noviembre de 2002,
Carlos Castaño recibió un correo de Ernesto Yamhure,
columnista, ex primer secretario de la embajada de Colombia
en Suecia. (Ver correo de Ernesto Yamhure a Carlos Castaño).

En su correo, también salido de la memoria Usb de alias ‗HH‘,


titulado ―Consideraciones sobre el primero de diciembre‖
Yamhure le dice a Castaño que ―es recomendable que el
comunicado vaya acompañado por manifiesto de buena
voluntad de todos y cada uno de los comandantes de los
diferentes bloques‖, también aconsejó que los ‗paras‘ tenían
que explicar que el cese al fuego ―no se trata de un gesto
político de corto plazo‖ y que "hay que hacer énfasis en el
tema del acompañamiento y la veeduría internacional".

El comunicado final de las Auc


Finalmente, el 29 de noviembre de 2002, es decir dos
semanas después de la reunión, el país conoció un
comunicado de las Autodefensas Unidas de Colombia en la
que decretaban unilateralmente a partir del primero de
diciembre un cese de hostilidades contra la guerrilla. El texto
de este comunicado tendría varias diferencias con el borrador
discutido el 12 de noviembre (Ver comunicado final de las
AUC).

Días después, los bloques Central Bolívar y Vencedores de


Arauca, que habían estado al margen de estas reuniones con
la Casa Castaño, hicieron público su anuncio de cese de
hostilidades y su intención de iniciar un proceso de paz con el
gobierno (ver documento).

70
Así mismo el 23 de diciembre de 2002 el presidente Uribe
firmó la Ley 782 (ver), con la cual se prorrogaba y se hacían
cambios a la Ley 418 de 1997, el más importante de ellos era
que no era necesario reconocer el estatus político a los grupos
armados ilegales, y de esa forma quedaba abierto el camino
para una negociación con las Auc. Ese mismo día, con la
Resolución 185 de 2002 (ver) el Presidente de la República
ordenó ―integrar una Comisión Exploratoria de Paz para
propiciar acercamientos y establecer contactos con los Grupos
de Autodefensas‖.

¿Cómo se fraguó la tragedia de los


Montes de María?
La historia
Jueves, 02 de Septiembre de 2010 09:00
La violencia que dejó 56 masacres, cientos de miles de
desplazados, ruina económica y una gran tristeza entre
los cultos y luchadores campesinos de esta región entre
Sucre y Bolívar tiene raíces más hondas que la defensa
contra la barbarie guerrillera.

Por la violencia incesante de


'paras' y guerrilla miles de
campesinos de los Montes de
María tuvieron que huir. Foto:

71
El Informador ¿Cómo fue que ocurrió este
horror en los Montes de
María? Medio centenar de
masacres, casi cuatro mil
- Especial multimedia sobre asesinatos políticos,
los Montes de María doscientos mil desplazados,
campos desolados, tugurios
en las ciudades. ¿Por qué tanta impunidad, si eso no era
selva, y había fuerza pública y fiscales, jueces y gobierno,
iglesias y organizaciones civiles? ¿Cómo podían matar a su
gusto y luego salir por las carreteras sin que nadie los
detuviera, estando a un par de horas de Cartagena, la capital
del turismo colombiano? ¿Por qué nadie protegió a esos
campesinos corajudos que llevaban más de dos décadas
luchando por su tierra? ¿Cómo no fueron escuchados estos
pobladores de cultura ancestral ricos de palabras y de música
de gaitas y de tambores? ¿Cómo fue que quienes se
proclamaron sus ―salvadores‖ los arruinaron y solo les dejaron
una tristeza honda en sus corazones?

El paramilitarismo nació en 1997 en una reunión en la finca


Las Canarias de la zona rural de Sincelejo que pertenecía al
ex gobernador Miguel Nule Amín. Esto dice la versión oficial,
si es que se le puede llamar así al inicio formal de una guerra
clandestina. Se hizo para sellar una alianza contra-guerrillera
entre un centenar de finqueros y políticos con algunos jefes
paramilitares que vinieron del vecino departamento de
Córdoba. Eso atestiguaron ante la justicia varios asistentes.

Sin embargo, cuando se mira más de cerca desde dos


décadas atrás, el conflicto en los Montes de María ya venía
subiendo de tono una guerra sorda y sucia, mucho antes de
que los jefes de las autodefensas de la vecina Córdoba,
Mancuso y Castaño, hubieran siquiera pisado estas tierras.

―La primera finca con ‗paras‘ fue en corregimiento de


Carboneros, municipio de Chinú (Córdoba) por allá al
comienzo de los ochenta‖, recuerda Jesús Pérez, líder del
72
movimiento agrario de Palmitos de 75 años y conocedor
reputado de la historia local. Y luego explica que en la
vereda Bajo de la Alegría en San Pedro y en La Mojana, al
sur de Sucre, aparecieron también hombres armados.

Los organizaron hacendados y políticos, que eran los mismos,


pues desde tiempos de la colonia, un puñado de familias eran
las dueñas de esas tierras. Por siglos, los García, los Guerra,
los De la Ossa, los Badel, los Martelo, entre otros, habían
mandado en casi todo en estos montes verdes de ceibas
milenarias. Al despuntar los setenta, sin embargo, la reforma
agraria de Lleras Restrepo anunció que iba a titularles tierras
a arrendatarios que por años habían labrado las fincas de sus
patrones. Los hacendados reaccionaron asustados y sacaron a
miles de campesinos arrendatarios de sus fincas. Viéndose
atacados, los otrora fieles siervos se organizaron con apoyo
oficial en la Asociación de Usuarios Campesinos, más conocida
por su sigla Anuc. Y, al son del acordeón y con el canto de ―la
tierra es pa‘l que la trabaja‖, volvieron a las fincas donde
habían vivido por generaciones y las ocuparon exigiendo
pacíficamente que se las titularan. Invadieron más de 400
haciendas, según los cálculos que en 1976 hizo el
investigador Alejandro Reyes.

―En esa larga lucha de ocupaciones de tierras no hubo diez


muertos‖, dice Alejo Suárez, otro dirigente histórico de la
Anuc cercano a los 80 años, que vive una suerte de exilio en
la fría Bogotá.

Así, entre los años 70 y hasta entrados los 80, los campesinos
consiguieron que el Incora, les titulara 546 fincas en
parcelaciones colectivas y empresas comunitarias, que
sumaban unas 120 mil hectáreas, de acuerdo con las cuentas
que lleva Jesús Pérez.

Alarmados por el cambio súbito de un orden que por siglos


había permanecido inmóvil, algunos dueños de fincas
comenzaron armar a sus peones para golpear a todo aquel
73
que amenazara su feudal modo de vida. Esa fue una semilla
de venganza, que quince años después cobró miles de vidas.

Los „paras‟ originarios


Así, hacia fines de la década de los 80, brotaron
simultáneamente como hongos, unos pequeños grupúsculos
de matones armados en distintos puntos de la quebrada
geografía montemariana y en las regiones aledañas de Sucre,
en el Golfo, las Sabanas y la Mojana. En la zona urbana de El
Carmen de Bolívar estaba La Mano Negra. En Sincelejo, había
una banda llamada La Cascona, que incluso figuraba en la
lista de paramilitares que reveló en octubre de 1987el
entonces ministro de Gobierno César Gaviria ante el
Congreso. En esa misma lista, aparecía la banda ‗Muerte a
Secuestradores y Comunistas‘ en el departamento de Bolívar.
Y estaban Los RR en San Juan Nepomuceno, Los Benítez en
San Pedro y los Encapuchados de Colosó.

En San Juan de Betulia estaban Los Macarenos. Un día,


hartos de las persecuciones, unos 300 campesinos se
juntaron y se los entregaron a la policía. No duraron presos
por mucho tiempo.

―La lógica inicial era que la Policía y la Armada permitió que


varios cuatreros comunes siguieran delinquiendo con la
condición de que les colaboraran en los asesinatos contra
dirigentes sociales‖, dijo a VerdadAbierta un dirigente de la
región. Era la mentalidad de la guerra fría que confundía
guerrilla con dirigencia social, y cualquier intento de cambio
se interpretaba como subversión.

Y un comerciante acomodado de El Carmen describió a


VerdadAbierta el caso de su pueblo: ―En el Carmen hacia el
87 u 88 se formó un paramilitarismo local. Gente que había
estado presa, la fuerza pública los utilizaba, les decían donde
había guerrillas y aparecían los muertos. En la calle 25 a
cualquier hora del día había dos o tres muertos, le decían ‗la
calle del crimen‘‖.
74
En Macayepo (zona rural de El Carmen de Bolívar) había una
banda de ladrones y asaltantes de buses, conocida como Los
Rodríguez. ―El pueblo se armó con 28 escopetas para
sacarlos, pero el comandante de la Armada insistía en los
consejos de seguridad que Los Rodríguez eran gente
decente‖, cuenta un líder político de la región. Tiempo
después, Los Rodríguez se metieron al pueblo y asesinaron al
hombre que había liderado su expulsión de Macayepo.

Rodrigo Mercado Peluffo, alias ‗Cadena‘, quién después se


convirtió en el más sanguinario jefe de las Autodefensas
Unidas de Colombia, hizo parte de la banda de Los Rodríguez,
luego de que la guerrilla le matara a un familiar cercano. En
esto coinciden las diferentes versiones recogidas en la región.
‗Cadena‘, quien hoy se presume muerto, se fue luego de
Macayepo y una familia Sierra que tenía una fama lo contrató
de carnicero en Sincelejo. A la vez, ―por su conocimiento en
el área, siguió siendo guía de operaciones militares de la
Infantería de Marina‖, según dijo en entrevista desde la cárcel
a VerdadAbierta.com, el ex jefe del bloque paramilitar en los
Montes de María, Eduard Cobo Téllez, alias ‗Diego Vecino‘.

De ahí fue contratado como escolta de Javier Piedrahita, quien


había comprado una hacienda llamada Simba, en la vía que
de Sincelejo conduce a San Antonio de Palmito. Según las
denuncias que hizo el entonces senador Gustavo
Petro, Piedrahita, cuyo nombre también sale a relucir en
investigaciones sobre el paramilitarismo originario de
Antioquia, era un caballista cercano a los narcotraficantes
Ochoa Vásquez. Víctimas y desmovilizados del
paramilitarismo han dicho a la justicia que él tenía un grupo
armado por Coveñas, el municipio costero vecino a San
Antonio de Palmito y que fue él quien actuó de enlace entre
las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá de los Castaño y
los finqueros de Sucre para traer el paramilitarismo a los
Montes de María. Fue este caballista quién le presentó
a Carlos Castaño a ‗Diego Vecino‘ en Urabá en 1996, según
75
dijo éste en la citada entrevista.

Dijo ‗Vecino‘ que ‗Cadena‘ se fue a trabajar con Piedrahita


desde 1994, a su Convivir. En realidad, según consta en los
registros de la Superintendencia de Seguridad, este caballista
antioqueño no registró oficialmente su Convivir sino hasta
marzo de 1996, con el sugestivo nombre de ―Nuevo
Amanecer‖. Pero quizás ‗Cadena‘ ya venía siendo parte del
grupito armado que venía operando desde antes de ponerle la
fachada legal de Convivir. ‗Vecino‘ cuenta que a Cadena lo
mandaron a hacer ―el curso de comandante de frente, en las
escuelas de formación de comandantes que tenía Carlos
Castaño en Urabá‖. Apenas estuvo listo, el ex carnicero de
Macayepo se volvió desde 1997, el señor del terror de los
Montes de María.

La Convivir de Piedrahita no fue la única relacionada con


violaciones a los derechos humanos. En marzo 11 de 1996, el
gobierno nacional le autorizó a Álvaro Botero Maya, de una
familia con haciendas en Magangué recibir armas de dotación
militar. Creó la Convivir ‗Esperanza Futura‘ en sociedad con
Héctor Julio Alfonso Pastrana, el marido de Enilce López,
conocida como ‗La Gata‘, que también tenía grandes
intereses en la región. Desde antes de la creación de esta
Convivir, ya había denuncias de la población civil de abusos
por partes de hombres que aparentemente trabajaban para
los Botero Maya. Es de notar que Botero y su socio, que
tenían sus propiedades muy lejos de Palmito y Coveñas,
donde Piedrahita tenía las suyas, crearon la Convivir en la
misma fecha exacta del Nuevo Amanecer. Este detalle hace
pensar que la estrategia de arropar de legalidad a los grupos
paramilitares que ya venían dejando víctimas fue tal vez,
orquestada más arriba.

Piedrahita fue capturado en mayo de 1999 por orden de la


Unidad Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía,
investigado por homicidio y conformación de grupos de
justicia privada.
76
A fines de los 80 surgió otro grupo paramilitar llamado Los
Meza, que se movía de Chalán a Ovejas y hasta San Pedro en
el centro de Sucre. La gente los asociaba con los políticos de
la región, en particular con Álvaro García Romero, y se les
atribuyeron varios desaparecidos. Varios miembros de Los
Meza, hermanos y primos, fueron capturados años después
como autores del asesinato del dirigente de la Anuc Rodrigo
Montes.

Desde 1989 hasta 1994, grupos similares de ‗paras‘, usados


como brazo clandestino de para perseguir a incómodos líderes
sociales, mataron por lo menos a doce dirigentes agrarios de
la región, según los registros de la época. Otros muchos
sobrevivieron porque se exiliaron en otras regiones o en el
exterior. También mataron políticos cívicos y de izquierda (en
especial de la UP) y maestros sindicalizados.

Fortunas sospechosas
No se puede contar el origen del paramilitarismo en los
Montes de María sin tener en cuenta, que desde los años
ochenta llegaron a la región a comprar grandes fincas varios
personajes con fortunas misteriosas, la mayoría vinculados al
narcotráfico o con negocios asociados a éste. Vinieron con
hombres armados, pues estaban acostumbrados a lidiar con
un negocio que se regula a bala. Según lo documentó Reyes,
los municipios de Sucre donde se registraron las mayores
compras de tierra por narcotraficantes en esos años fueron
los del litoral, como Tolú, Toluviejo y San Onofre, que les
abrió un buen corredor de salida de la droga por el Golfo de
Morrosquillo. También compraron tierras en San Benito Abad,
al sur del departamento.

En la región del Golfo se recuerda a ‗Los Carranceros‘.


Llegaron por los noventa, después de que el empresario
esmeraldero, Víctor Carranza, comprara tierras en el Caribe.
Es difícil saber si esta banda era de Carranza, pues éste
empresario que fue juzgado por la conformación de grupos
77
paramilitares y fue hallado inocente. Además en una
entrevista a la prensa Carranza, negó que ―Los Carranceros‖
que también se hicieron famosos en los Llanos, tengan que
ver con él. No obstante, varios testimonios de habitantes de
Libertad y de Rincón del Mar, pueblos del municipio de San
Onofre, dijeron que se daba por entendido de que Carranza
estaba detrás del grupo que usaba su apellido y, que Los
Carranceros cuidaban los corredores de salida de la cocaína
del Golfo de Morrosquillo, desde San Onofre y Maria la Baja y
les cobraban a los nacotraficantes por los servicios de
protección.

En los registros de la Superintendencia de Seguridad, figura


como peticionario de licencia de la Convivir Caser, Samuel
Segundo Mayoriano de San Marcos. La Convivir tuvo permiso
de operar en los municipios de Arjona, Turbaco, en Atlántico y
Santa Catalina en Bolívar. El mismo Mayoriano figura luego
como administrador de la hacienda El Ceibal y de otra llamada
La Cristalina, sobre la Cordialidad en Santa Catalina,
Bolívar. Se dice en la región que el zar esmeraldero y su
viejo socio de negocios Juan Beetar son los patrones de esta
hacienda El Ceibal.

Una de las empresas socias de esta Convivir Caser, que fue


creada un mes después que las de los Botero y la de
Piedrahita, en abril de 1996, tiene como representante legal a
Edgar Montaño Rodelo,. Según las versiones libres de alias
‗Juancho Dique‘, desmovilizado de los paramilitares, y de
alias ‗Geño‘, quien fue de las milicias urbanas de Cartagena
de los ‗paras‘, Montaño Rodelo era el jefe del grupo
paramilitar en Cartagena antes de que se organizara, en
2002, el frente Canal del Dique.

Es decir que hay datos para sospechar que Carranza pudo


haber tenido su Convivir y pudo haber estado asociado a
grupos ilegales en la vecina Cartagena.

Varios dirigentes de La Libertad y de Rincón del Mar, pueblos


78
de San Onofre, recuerdan bien a ‗Los Carranceros‘. Uno de
ellos, Fabián, no los olvida: al primero que mataron fue a su
hermano Jesús María. ―Eran como 30. Allá guerrilla no había,
así que mataban al que querían. Hacían limpieza social. Eran
muy crueles.‖

Una mujer de la región recuerda que se instalaron en una


hacienda entre Pajonales y Libertad, e hicieron campañas de
aseo, le ponían multas a la gente, les quitaban el ganado.
Eran comandados por alias ‗Danilo‘, un antioqueño que vivía
en Cartagena.

Fueron masacrados en un golpe que cobró oficialmente la


fuerza pública. Hoy los desmovilizados han revelado lo que la
gente de la región ya sabía: que cuando llegaron Castaño y
Mancuso a imponer su versión unificada de los paramilitares,
hacia mediados de los noventa, obligaron a todos los grupos
pre-existentes a que se les plegaran. ‗Los Carranceros‘ no
obedecieron las órdenes de los nuevos señores de la guerra, y
éstos ordenaron su exterminio. Luego dejaron que la
autoridad cobrara el éxito.

En la zona aledaña a la ribera del Magdalena, llegaron


después grandes narcotraficantes a comprar fincas y
desarrollar empresas. Fue el caso de Luis Enrique Ramírez
Murillo, alias ‗Miki‘ Ramírez, quien hacia 1994 compró la
bellísima hacienda El Hacha en Zambrano, Bolívar. Informes
de la Procuraduría que datan de mediados de los noventa dan
cuenta de las múltiples matanzas que cometió un grupo
llamado Los Valdés en Bajogrande, corregimiento de San
Jacinto, que dejó decenas de niños campesinos huérfanos,
quienes no entendían mucho qué les había pasado, excepto
que el responsable de su tragedia era un señor llamado Miki
Ramírez. Según dijo Salvatore Mancuso, jefe de las Auc, a la
justicia, este grupo fue el que cometió una de las primeras
grandes masacres de Sucre, la de Pichilín (Morroa), el 4 de
diciembre de 1996.

79
Ramírez, que años después fue condenado por concierto para
delinquir, estaba detrás de la Convivir Montesmar, creada en
noviembre de 1995 con Gabriel Enrique Zapata y Jorge
Hernán López Sandoval como responsables. Zapata era jefe
de seguridad de la empresa de Ramírez, Frutas Tropicales de
Colombia S.A., cuya sede también era en Zambrano. Ésta
empresa ya tenía autorizado un esquema de seguridad,
cuando el superintendente de Vigilancia de la época, Herman
Arias, lo autorizó para que creara además esta cooperativa
rural que le dio acceso a armas de guerra, supuestamente
para uso defensivo.

También, antes de que llegaran ‗los paras‘ de Mancuso a El


Guamo, otro municipio ribereño, ya había comprado fincas
allí ‗Chepe Barrera‘, Según un informe del Observatorio del
Programa Presidencial de Derechos Humanos de 2003, ―el
narcotraficante ‗Chepe‘ Barrera compra tierras (en El Guamo)
y establece un grupo de autodefensa, que ampara la
extensión de su dominio territorial establecido en el
departamento del Magdalena‖.

Un empresario antioqueño de apellido Pineda quien adquirió


tierras en el mismo El Guamo, había traído su grupo de
seguridad privada, según dijo el ex jefe paramilitar
‗Diego Vecino‘ a VerdadAbierta.com. En su finca tenía pista
de aterrizaje y sus dueños avionetas privadas.

Una historia similar, al parecer, fue la de la familia Méndez


que compró tierras en Córdoba-Tetón, Bolívar. Ese grupo que
debió ser de seguridad privada del próspero empresario de
ese apellido, se conoció luego como la banda de Los Méndez
que dejó víctimas en Carmen de Bolívar y hacia el oriente, en
Zambrano. Algunos le atribuyen también a Los Méndez la
masacre de El Salado.

Recambio de guerrillas
A la par con esos ‗paras‘ originarios, crecieron las guerrillas
que ya estaban afianzadas en otras partes del país. ―La
80
primera manifestación guerrillera fue de MIR-Patria Libre –
cuenta Alejo Suárez –un grupo que no pasó de los cien tipos‖.
Estos guerrilleros asaltaron la Caja Agraria en Galera, como a
comienzos de los 80. Luego intentaron tomarse San Pedro y
hubo un muerto y dos heridos. Después ensayaron asaltar
a Palmitos y fracasaron. Mataron a un hacendado, a
Reginaldo de la Ossa. Patria Libre terminó siendo Unión
Camilista-Eln y luego se desmovilizó como CRS en Flor del
Monte, corregimiento de Ovejas, en 1994.

El 7 de noviembre de 1985, los primeros cinco guerrilleros de


las Farc que llegaron a Sucre, celebraron la muerte de los
guerrilleros del M-19 en el Palacio de Justicia. Sectaria, desde
que empezó su carrera de muerte en esos montes sucreños y
bolivarenses, esta guerrilla no fue amiga de la organización
campesina Anuc. La miraba con desdén porque había
negociado con el gobierno la titulación de sus tierras.

―Me enfrenté con ellos, les dije que iban a traer muchas
muertes‖, cuenta un dirigente campesino de la época. ―Ellos
coparon las bases de la Anuc, las juntas comunales. Mataron
activistas agrarios que los resistían. Decían que luchaban por
la tierra de los campesinos, pero no conocí el primer predio
que les hubiera conseguido la guerrilla‖.

Las guerrillas aprovecharon la frustración del movimiento


campesino, que no había conseguido que la reforma agraria
continuara. Las pujas ideológicas internas los dividieron y
varios de sus líderes fueron perseguidos y asesinados. Estas
les hicieron la vida difícil a los campesinos, según cuenta don
Joaquín Maza de Mampuján. ―Uno iba a las zonas de cultivos y
aparecían dos o tres tipos armados y preguntaban que si uno
había visto al ejército; y luego venían a la casa los del ejército
a preguntar por los guerrilleros. A uno lo ponían en una
situación de inseguridad. Muchos prefirieron irse‖.

El profesor de colegio Honey Oviedo de la zona rural de El


Carmen de Bolívar recuerda que creció oyendo hablar de
81
guerrillas por la televisión, pero en su tierra no las había
visto. Un domingo de 1987, escuchó detonaciones en el cerro
de Mica Prieta, helicópteros que sobrevolaban y combates que
duraron más de dos horas. Ya por la tarde su mamá lo mandó
en burro a comprar arroz a una tienda cercana. Tendría como
11 años. Llegó y vio por primera vez a hombres armados, y,
para su sorpresa, también a mujeres. ―El mundo se me quiso
acabar—dice el profesor – El corazón que se me quería salir.
No dije nada convencido de que me iban a matar. ‗No se
asuste‘, me dijeron somos del Epl y luego se pusieron a
contar anécdotas de sus combates‖.

Empezaron a extorsionar pero sobre todo a los grandes


finqueros, cuenta Oviedo. A veces mataban una res de una
finca, la repartían entre los campesinos. ―Hablaban muy
excelente‖, dice. Pero pronto empezó la violencia.
Extorsionaron y secuestraron a Alfonso Torres, el más grande
ganadero de su corregimiento. Él pagó vacunas, rescate y al
final se fue y le entregó las tierras al Incora.

Muchos ganaderos encontraron que esa era la mejor solución


ante el acoso guerrillero. Tenían buenos contactos en el
Incora y algunos hicieron negocio vendiéndole caro al Estado
tierras que nada valían por la inseguridad.

El padre del maestro Oviedo, don Francisco, recuerda que a


comienzos de los noventa, después de que el EPL y el PRT
habían firmado la paz con el gobierno de Barco, un día las
Farc lo citaron a él y a sus vecinos en una escuela. ―Nos
dijeron que ellos iban a mandar para que el campesino
tuviera respaldo frente al gobierno. Yo les dije: ―Les
agradezco lo que han hecho pero es mejor que nos vayan
dejando solos. Meterse con ustedes es para problemas‖.

La primera masacre en los Montes de María, según lo ha


documentado el investigador José Francisco Restrepo de la
Corporación Universitaria del Caribe (Cecar) en Sincelejo, fue
en septiembre de 1992, en El Cielo, un pueblito de Chalán.
82
Hombres armados que aún hoy no se sabe si fueron
guerrilleros o paramilitares, entraron a la casa de una familia
Yepes Parra y mataron a ocho personas.

En 1994 se salieron de la guerra los de la Corriente de


Renovación Socialista (CRS) una facción del Eln, por una
negociación de paz con el gobierno de Gaviria. ―Eran unos
120 hombres y mujeres mal armados‖, dijo un testigo del
momento. Y las Farc, que ya venía copando los espacios que
habían dejado en la zona las otras guerrillas desmovilizadas,
se metió a Sucre con fuerza. Trajo hombres del Magdalena
Medio y también los bajó del Urabá, presionada por la
ofensiva de los hermanos Castaño y del ejército en Córdoba.
En El Carmen de Bolívar, por ejemplo, alias ‗Milton‘ de las
Farc llegó en 1992. Un par de años después la fuerza pública
se fue del lugar. ―Ellos eran la autoridad, daban los permisos
hasta para matar una res‖, dijo Senén Arias, un comerciante
de aguacate de esa ciudad.

La guerrilla, básicamente los frentes 35 y 37 de las Farc, el


Eln y el Erp, se concentró en algunas zonas de los Montes de
María, donde había mayor riqueza o donde pudieran controlar
un corredor estratégico de salida al mar. En Bolívar, coparon
la serranía de San Jacinto, en El Carmen y su zona rural hasta
María la Baja; se extendieron al oriente hacía el río
Magdalena, en Zambrano, El Guamo y Córdoba-Tetón, y en
los municipios en la vía hacia Cartagena, como San Juan
Nepomuceno y San Jacinto. También boletearon a todo el que
pudieron en Ovejas, La Unión, Corozal, Colosó e incluso,
hacia el sur en San Benito Abad, en Sucre. Los primeros
secuestrados de las Farc datan de 1989 y después
comenzaron a asesinar a los que no pagaban.

El 27 de junio de 1995 las Farc mataron al ex gobernador de


Sucre, Nelson Martelo, un hombre muy querido por todos,
ganaderos y dirigentes campesinos, por su mentalidad
progresista y abierta. ―Era un gran tipo‖, dijo un líder agrario.
Ese fue un punto de quiebre, dice el profesor Restrepo,
83
allí arrancó otra etapa.

En esos años de mediados de los noventa el conflicto estalló


en los Montes de María. Las Farc generalizó el secuestro. En
1996, Sucre, con 36 secuestros extorsivos, estuvo entre los
diez departamento más golpeado por este delito en el país.
Las quemas y bombas en las fincas eran cosa diaria. La
Federación de Ganaderos calcula pérdidas multimillonarias.
También quemaban tractomulas y peajes en la carretera
troncal de occidente.

El ex jefe paramilitar ‗Diego Vecino‘ recuerda que el 24 de


agosto de 1995, dormía en la finca ‗Las Melenas‘ que
administraba, cuando fue asaltada por ‗Alfonso Arango‘,
comandante del frente 37 de las Farc.‖Fui sacado de las casa,
todo lo incineraron, lo bombardearon, un ganado que estaba
en los corrales fue masacrado‖, dijo ‗Vecino‘ a VerdadAbierta.

La espiral de violencia de paras y guerrillas fue en ascenso.


No fue, como han querido hacerlo ver algunos de los ex jefes
paramilitares para justificar la barbarie que desataron, que la
ofensiva paramilitar llegó como reacción la andanada
guerrillera. Los primeros paramilitares fueron asesinando, al
tiempo que los primeros guerrilleros fueron secuestrando y
matando selectivamente a ganaderos e incendiando sus
fincas. Era una guerra de baja intensidad, que desde el
principio se peleó más contra los civiles que entre los
armados. Y a medida que los paramilitares traían refuerzos y
crecían, los guerrilleros hacían lo mismo.

En todos esos años la fuerza pública combatió como pudo, y


sin demasiado éxito, a la guerrilla, pero no a los
paramilitares, a los que más bien protegió. Algunos oficiales
de Armada, Ejército y Policía y los ‗paras‘ tenían la puntería
distorsionada por la ideología de la guerra fría y en lugar de
los jefes guerrilleros, sus ―objetivos militares‖ eran líderes
sociales y políticos.

84
Recuerda un empresario de El Carmen: ―No se podía hablar
de nada. Era un tuti-fruti entre guerrillas, paramilitares,
policía, y cuando la Armada venía, lo maltrataban a uno.
Había tres enemigos guerrilla, paras y fuerza pública‖.

Los años del estallido: 1994-1997


El 21 de noviembre de 1994 asesinaron a Rodrigo Montes, un
dirigente de la Anuc y por esos mismos días del 94, fue
amenazado de muerte el alcalde de Chalán, Edinson Zamora,
del Movimiento Cívico, el único que les disputó espacio político
por las vías democráticas a los caciques tradicionales liberales
y conservadores en la región. En el proceso judicial por el
asesinato de Montes, en el que resultó condenada la banda de
Los Meza, un testigo reconoció haber recibido 3 millones de
pesos de uno de ellos para que matara al alcalde Edinson
Zamora, pero no quiso hacerlo porque era su amigo.

A algunos políticos tradicionales también les resultó


conveniente esa guerra sucia. Un grupo de jóvenes liderados
por Luis Miguel Vergara, estudiante de medicina, los
comenzaba a derrotar en las urnas con una promesa de hacer
un gobierno cívico, menos corrupto, que le sirviera realmente
a la gente con el Movimiento Cívico de Sucre. Con las
amenazas y los asesinatos selectivos los ‗paras‘ eliminaron
está opción de renovación política.

―Vergara y Luis Cárdenas, que hizo trabajo social desde


Ciénaga hasta Córdoba, eran los dirigentes, de clase media
corozaleña‖, dijo un sucreño que fue cercano a ellos. ―Un día
mataron al cura de Sincé y la gente se levantó y cogieron a
los asesinos y eran del DAS. A Cárdenas que era director de la
cárcel, le pidieron que dejara fugar a los asesinos y él se
negó. Luego lo secuestraron y él se voló y lo mataron‖.

En marzo de 1996 asesinaron a una pareja de dirigentes


cívicos de Chalán. El 2 de abril siguiente le propinaron
varios balazos, cuando caminaba con un niño en brazos, en
frente a su casa en Sincelejo a Vergara, quien había llegado
85
a ser alcalde de Corozal, y en ese momento era
diputado. Tenía las maletas listas para irse de Sincelejo
porque tenía amenazas de muerte. Mataron quince concejales
del Movimiento Cívico de Sucre, según la cuentas de
simpatizantes suyos.

Al tiempo, las Farc arreciaron su violencia. Acosados los


ganaderos y dueños de fincas empezaron a desesperarse. Un
sacerdote que participó en algunas reuniones en las que éstos
le pedían a la fuerza pública mayor eficacia contra la guerrilla,
recuerda que trataban con rudeza a los comandantes de la
Armada y de la Policía por su ineficacia. Éstos se declaraban
impotentes.

En Bogotá el gobierno Samper, en medio de los escándalos


por la narco-financiación de su campaña, pendía de la cuerda
floja. Los militares y sus aliados a la derecha del gobierno
aprovecharon su debilidad para proponer no una política de
Estado que le diera estrategia y legitimidad a la difícil batalla
que libraban los soldados contra la guerrilla sino un atajo, que
resultó ser desastroso. Les dijeron a los finqueros que se
armaran y se defendieran por sí mismos. Y crearon las
famosas Cooperativas de Seguridad Rural, Convivir, que como
se ha visto, al menos en Sucre y Bolívar, fueron la patente de
corso para que los ‗paras‘ desataran su monstruosa guerra.
Con las Convivir tuvieron armas de uso privativo de la fuerza
pública bendecidas por el Estado y sus sicarios, como lo han
confesado muchos de ellos en las versiones libres,
salvoconductos para matar y huir, amparados por los carnets
de las Convivir.

Para cuando se creó la primera Convivir en los Montes de


María, en abril de 1995, ya la alianza de políticos-ganaderos
sucreños (entre los que había narcotraficantes) y el
paramilitarismo de los Castaño en Córdoba y Urabá se había
fraguado por distintas puntas.

Algunos ganaderos del Golfo de Morrosquillo, que conocían


86
bien los andares de los hermanos Castaño en Córdoba
empezaron a pasarse la voz de la necesidad de invitarlos a
combatir a la guerrilla en los Montes de María. Algunos de
esos grandes finqueros eran también narcotraficantes y
tenían negocios comunes con las Accu.

El caballista cercano a los Ochoa, Javier Piedrahita que era


amigo de ‗Vecino‘, en 1996 lo invitó junto con un ganadero
antioqueño Elías Vélez a una reunión con Castaño. Después
se reunieron muchas veces ‗Vecino‘ y Castaño, hasta cuando
a fines de 1998, según relata ‗Vecino‘, Carlos Castaño lo
invitó a ser el jefe político de las Auc en Sucre.

También a mediados de los noventa, en Córdoba-Tetón y


Zambrano, Bolívar, otros finqueros y agroindustriales (entre
los que estaba Pizano S.A. con sus enormes sembradíos de
madera teka de su empresa Monterrey Forestal), estaban
desesperados con la extorsión y la inseguridad guerrillera.
Algunos de ellos, es difícil precisar quiénes porque no se
conoce de una reunión específica donde esto
ocurriera, buscaron la ayuda de los ―exitosos‖ paramilitares
de Urabá. El narcotraficante Miki Ramírez ya tenía en la
región ribereña a su grupo armado, bastante violento con los
campesinos, pero no había dado abasto con la guerrilla.

Fue Salvatore Mancuso, de Córdoba, el que vino en su auxilio.


Les envió un primer grupo que entró por El Guamo. En el
proceso judicial que se llevó a cabo por el asesinato del
alcalde electo de San Jacinto, Carlos Quiroz Tiedjen, en
noviembre de 1997, un miembro de ese grupo originario de
El Guamo, Edwin Zambrano, alias ―William‖, que se fugó, le
contó a la justicia lo que sabía. Fue un testimonio valioso
porque fue de apenas semanas después de ocurridos los
hechos y como las Autodefensas eran aún eran pequeñas
Zambrano pudo conocer bastante bien a los jefes. A los
fiscales de derechos humanos en Bogotá les sirvió para dictar
la primera orden de captura contra Mancuso.

87
Edwin Zambrano le contó a la justicia entonces, que había
trabajado con ‗Chepe‘ Barrera en el Difícil, Magdalena y con
Neftalí Ramírez, y que después de fue a El Guamo, Bolívar a
la Convivir de alias ‗Leopardo‘. Contó como el primer hombre
que envió Mancuso a ―romper zona‖ a El Guamo fue ‗Darío‘,
esposo de ‗La Chave‘, quien manejaba la radio y la prensa de
Castaño, después vino ‗Lino‘, y por último ‗Leopardo‘ o
‗Chuzo‘, este último hoy en el proceso de Justicia y Paz. Dijo
que en El Guamo había varias fincas a nombre de ‗Leopardo‘,
pero que ―en realidad eran del Mono Mancuso‖, como Las
Pampas, Chimborazo, Totumo, La Marqueza y que allí
―trabajaba el grupo rural que eran como 30 personas y se
hacía entrenamiento‖. También dijo que entrenaban en la
finca El Chimborazo en El Guamo que era de Miki Ramírez.

Zambrano también reveló que ―los jefes de mayor jerarquía


están ubicados en el Urabá antioqueño y son los hermanos
Fidel y Carlos Castaño. Un subcomandante de esa misma
organización es el señor Salvador Macuso, alias ‗El Mono‘, un
señor ‗Doble Cero‘ y el señor Víctor Carranza. Conocí que
estos eran los máximos militares de esa organización‖.

Otro de los compañeros de Zambrano, Alfredo José Rúas de


San Juan Nepomuceno, quién dijo que fue forzado a unirse a
los ‗paras‘. Éstos habían asesinado a su padre y le mandaron
decir que para poder preservar la finca que le heredó, tenía
que ayudarles con información. Terminó metido de lleno en
ese grupo de El Guamo que cometió varios asesinatos. Dijo
además cosas sorprendentes, que detrás de los Castaño
estaba el narcotráfico y que ese era su verdadero interés:
―Hay un primo de Carlos Castaño, que le dicen ‗Jota‘ o
‗Carrancho‘ o ‗El Alemán‘, ellos tienen muchas cocinas por los
lados de Caucasia y Chocó, el tapón del Darién y eso es lo
que estaban peleando, no tanto la guerrilla, sino que dejaran
pasar la droga. Hay otro señor que tiene propiedades por
Caucasia, le dicen ‗Javier‘, pero el nombre propio es Carlos y
la señora Margarita. ‗El Mono‘ Mancuso es como un
lugarteniente‖.
88
Las confesiones de Rúas y de Zambrano también dieron lugar
a que la Fiscalía esclareciera varios homicidios en San Juan
Nepomuceno y en San Jacinto y le abriera investigaciones a
varios miembros de Armada y Policía que le daban vía libre a
los ‗paras‘ para que mataran.

La justicia sabía todo esto desde fines de 1997. Y el entonces


fiscal de derechos humanos Virgilio Hernández en Bogotá
dictó varias órdenes de captura contra los jefes de esa
organización incipiente. Recibió amenazas, tuvo que cambiar
de puesto, y después fue despedido de su cargo. Quizás si
hubiera podido continuar su tarea, el paramilitarismo en el
Caribe se hubiera detenido cuando apenas empezaba.

La decisión moral
En Sincelejo empezó a correr la voz entre las familias de
tradición que ya no salían de la ciudad por temor al
secuestro: que había que apoyar a los Castaño y a Mancuso;
que ellos los librarían de la guerrilla. Hubo reuniones entre las
familias. Algunos tomaron la decisión de no respaldar a los
paramilitares que llegaban de Córdoba. ―No era la manera de
hacer las cosas‖, dijo una fuente que vivió esos días aciagos.
Familias prestigiosas y ricas de toda la vida como los Fadul o
los Arrázola prefirieron irse, vender barato o perder la tierra.
Otros en cambio, como Salomón el sobrino del reputado y
querido doctor Feris, según cuenta un empresario de
Sincelejo, ―era jovencito y Carlos (Castaño) lo convenció de
que se metiera a esa vaina‖. Se volvió el ‗comandante 08‘. Su
hermano Jorge Luis está en juicio por para-política.

Es el cuñado de Jorge Luis Feris, también de una familia


pudiente de la región, Víctor Guerra de la Espriella quien
figura en los documentos como el creador de la convivir
―Orden y Desarrollo‖, en enero de 1997. Guerra de la
Espriella acusado por la Corte Suprema por haber firmado el
Pacto de Ralito que, determinó la Fiscalía, ―buscaba construir
un nuevo orden por fuera de la política de Estado‖, el del
89
proyecto paramilitar. En agosto pasado quedó en libertad
porque lo amparó una tutela de la Judicatura.

Según figura en la resolución de acusación contra Guerra de


la Espriella, fue él quien apoyó a los paramilitares
comandados por Mancuso y Salomón Feris, alias ‗08‘, en
Sucre con la convivir ―Orden y Desarrollo‖. En sus denuncias
ante el Congreso, el entonces senador Petro también aseguró
que esta convivir tuvo además vínculos con Jorge Luis Alfonso
López, el hijo de la empresaria del chance Enilse López.

Según ‗Diego Vecino‘, ―Orden y Desarrollo‖ en realidad fue la


convivir de los ganaderos de Sucre que le encomendaron
gerenciar a Guerra de la Espriella. En otras palabras, fue la
versión anticipada, del trato Las Canarias, la finca de Miguel
Nule Amín, donde los políticos-ganaderos y los paramilitares
formalizaron su alianza para iniciar su proyecto, que el país ya
conoce en qué acabó.

La expansión paramilitar sin embargo consiguió todo menos


acabar con la guerrilla que era supuestamente su principal
objetivo. Esa es la gran ironía de esta historia. Destrozó a las
familias más pobres, dejando centenares de viudas y
huérfanos con sus almas y patrimonios en ruinas. Despojó a
los campesinos de sus tierras y aplastó lo que quedaba de su
liderazgo. Asfixió cualquier renovación política cuando apenas
empezaba a vivir. Les abrió y limpió corredores de tráfico a
los comerciantes de lo ilícito. Les consiguió a empresarios
contratos jugosos con el Estado y, por vías legales e ilegales,
cosecharon, y en algunos casos lo siguen haciendo hoy,
rentas millonarias. Hizo todo eso, pero no acabó con
la guerrilla.

Al contrario, como lo demuestran las cifras, a medida que


crecieron las incursiones del paramilitarismo en los Montes de
María, crecían los ataques de la guerrilla. Entre 1994 y 1996
el número de homicidios en los municipios de Montes de María
y en los vecinos a éstos, prácticamente se duplicó. Las
90
masacres se multiplicaron por seis en Sucre. Y entre 1996 y
1999, en plena expansión de los paramilitares, los secuestros
de la guerrilla se multiplicaron por cuatro.

El terror de unos alimentaba el odio de los otros. Violencia


trajo violencia. Y para cuando se inició el proceso de
desmovilización en 2003, la guerrilla en los Montes de María
estaba entera y su jefe alias ‗Martín Caballero‘ seguía
haciendo retenes en las carreteras y volando torres eléctricas.
Y así como las Farc con todo su odio no les consiguió una
hectárea de tierra a los campesinos, el paramilitarismo con
todo su terror no les trajo un día de tranquilidad.

La historia oficial que va quedando del relato de los


victimarios, esa de que fue sólo una gesta antiguerrillera que
se maleó, hay que enderezarla. El paramilitarismo y la
guerrilla prendieron con fuerza y causaron tanta miseria
humana porque se alimentó de venganzas heredadas y odios
profundos cosechados en una larga disputa por la tierra que
nunca se resolvió. Pero también porque demasiados políticos
y empresarios locales, por miedo, por miopía o por avivatos,
se plegaron a los métodos bárbaros, importados por el
narcotráfico cuando compró grandes fincas e instauró el
sangriento negocio en la región.

La Justicia quedó trunca pues el asesinato de varios de sus


más diligentes funcionarios y la expulsión de otros aseguró la
impunidad.

El Gobierno Nacional no condujo a su fuerza pública por un


camino inteligente de protección de la población civil, sino que
la dejó a su suerte, con sus viejas ideas anticomunistas y la
nueva corrupción del dinero fácil. Además, con las creación de
las Convivir dio vía a libre a cientos de matones en semilla;
fue echarle gasolina a un incendio que apenas empezaba a
prender.

Y claro está, los asesinatos, amenazas sistemáticas a muchas


91
de las mejores inteligencias de la región, la dejó sin defensas.
Llena de miedo, paralizada, la sociedad no tenía a quién
recurrir, que no fuera a los mismos victimarios.

Aún así, resistieron muchos valientes, pero les faltó poder


para detener la máquina de guerra. Y esta sólo ha dado un
respiro a los habitantes de los Montes de María, con la
estrategia doble que vino después. Con la negociación, el
gobierno pudo desmovilizar a los paramilitares de los Montes
de María, del Dique y la Mojana (con todo y las trampas que
pusieron). Y de la mano de unos oficiales valientes, entre los
que se destacó el entonces coronel Rafael Colón, mejor
conducidos desde el gobierno Nacional, la fuerza pública
enderezó su norte y combatió y desvertebró por parejo a
guerrillas y paramilitares.

Este tiempo de mayor reposo ha traído prosperidad a los


Montes de María, y muchos tejedores de sociedad, colectivos,
alianzas de víctimas, laboratorios de paz, redes de
organizaciones sociales, proyectos religiosos –los resistentes
del pasado –afanosos buscan construir bases para una
sociedad mejor, una que haya aprendido las amargas
lecciones.

A pesar de sus esfuerzos, sin embargo, los bajos fondos de


dónde surgió el horrible conflicto siguen ahí: una tierra mal
repartida y una institucionalidad débil incluso para ponerle
orden a la titulación legítima que hoy, después de despojos
sucesivos, sigue siendo un rompecabezas; los negocios del
narco, que se regulan a balazos, siguen prosperando en el
Golfo de Morrosquillo; la misma dirigencia política corrupta y
corta de visión, parece que continúa obsesionada por
mantener sus privilegios y fuentes de riqueza, sin darse
cuenta de que volverán a pagar un precio altísimo en el
futuro; algunos miembros de la fuerza pública o políticos que,
rezagados en la historia, no dejan de ver a peligrosos
comunistas entre los mejores líderes, y siguen matando gente
buena en el campo y, lo peor se salen con la suya.
92
Sólo si cambian estos factores que le sirven de fundamento al
conflicto, podrán realmente los montemarianos evitar que su
triste historia se repita.

Vea el especial haciendo clic sobre la siguiente imagen:

93
De la mano de los mineros llegaron
las Accu a Amalfi, el pueblo de los
hermanos Castaño
La historia - Auc
Domingo, 18 de Octubre de 2009 12:46
Un paramilitar que fue comandante en Amalfi, tierra de
los Castaño, me contó cómo fue que atacaron a la
guerrilla, cómo asesinaron y cómo protegieron a los
mineros de la zona.

Amalfi, Antioquia, el
pueblo donde se
criaron los hermanos
Castaño y donde operó
el ex paramilitar John
Martínez.

- El imperio de los
Castaño Gil de las
ACCU
-'El Profe', Vicente

94
Castaño Varios empresarios buscadores de oro
-'Rambo', Fidel que tenían sus máquinas de
Castaño Gil explotación minera en el municipio de
-Carlos Castaño Gil Amalfi, Antioquia, el pueblo natal de
-El nacimiento de las los hermanos Castaño Gil, líderes del
Autodefensas Unidas proyecto contrainsurgente en
de Colombia (1997- Colombia, llevaron allí en 1995 a las
2002) Autodefensas Campesinas de Córdoba
-Narcotráfico y la y Urabá (Accu)para contrarrestar las
creación de la AUC acciones de la guerrilla del Eln contra
su actividad económica.

La historia me la contó en agosto del año 2000 un jefe


paramilitar que trabajó en esa subregión del Nordeste
antioqueño y quien se me acercó en esa época en busca de
ayuda. Según él, quería abandonar una facción del Bloque
Metro de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá
(Accu) que operaba en Amalfi y pretendía que un periodista le
sirviera de puente con algunas autoridades departamentales
para lograr su propósito. Me buscó porque en algún momento
estuve en esa localidad y allí conoció de mi trabajo en un
periódico regional. Históricamente, la fundación de Amalfi
estuvo ligada a la actividad minera. La historia cuenta que los
primeros colonos llegaron a estas tierras en 1836,
procedentes del Oriente antioqueño y en años sucesivos los
mineros se convirtieron en hombres influyentes social y
económicamente. Este jefe paramilitar, quien se identificó
como John Martínez, no fue la excepción, según me dijo.

Proveniente de una familia clase media de Medellín, había


estudiado Bacteriología en la Universidad de Antioquia, pero
lo sedujo la fiebre del oro y de la mano de varios socios llegó
a Amalfi a finales de la década de los 80. Por varios años
dedicó parte de sus recursos a explotar varias minas y, poco a
poco, se convirtió en un minero experto. Pero la riqueza de la
zona también era atractiva para los grupos insurgentes, entre
ellos el Eln, que tenían presencia en esa subregión desde
finales de los años 80. Sus arbitrariedades, según la versión

95
del paramilitar, ocasionaron la llegada de las Accu. Con John
Martínez tuve dos encuentros, el 8 y el 9 de agosto del 2000.
En ellos, narró con detalles su historia personal; me explicó
por qué mineros como él se habían constituido en
―autodefensas‖ y las razones para involucrarse con las Accu.
Al final de los dos días de conversaciones me pidió un favor:
que esta historia no se publicara sino muchos años después.
En esa época, ya el hombre tenía claro que sus verdades
podrían ser un referente para conocer por lo menos buena
parte de lo que venía ocurriendo no sólo en Amalfi, sino en
algunas poblaciones vecinas.

Esta localidad del Nordeste antioqueño está incrustada en la


historia paramilitar como uno de los municipios más azotados
por la criminalidad contrainsurgente, incluso con acciones
tempranas, la más sonada de todas ocurrió en agosto de
1982, cuando más de 30 campesinos fueron asesinados en la
finca Los Lagartos como retaliación por la muerte del padre de
los Castaño a manos de las Farc. Lo que vino después, con la
llegada de las Accu, habla de cientos de desaparecidos y de
varias fosas comunes donde reposan los cuerpos de cientos
de personas asesinadas en esa localidad.

Hasta el momento no sé qué ha pasado con este jefe


paramilitar. No sé si se desmovilizó o no; si está vivo o
muerto; si logró llegar a cargos de mando superior en las
Accu ; si pereció en la guerra que libró el bloque Metro con los
bloques Cacique Nutibara, Mineros y Central Bolívar de las
Autodefensas Unidas de Colombia (Auc); o sí logró abandonar
las filas paramilitares.

Transcurridos ya nueve años de aquella entrevista, decidí


publicar algunos apartes respetando su voz, convencido de
que algunos datos pueden contribuir a rescatar la memoria de
los efectos del paramilitarismo en esa subregión antioqueña y
a entender mejor el comportamiento de aquellos que hicieron
la guerra con el proyecto paramilitar que se impuso en el país
en esos años.

96
La llegada
―En Amalfi, las autodefensas están desde 1995. Yo fui su
fundador en el pueblo y ahora soy el comandante de ese
grupo. Empezamos peleando solos, defendiendo las minas de
las guerrillas, que no nos dejaban trabajar. No estábamos
legalizados con las autodefensas, pero a medida que fuimos
teniendo poder, pudimos contratar más gente y luego
buscamos el apoyo del Bloque Metro. Hemos crecido a su
sombra, con el apoyo de los mineros. En este momento (año
2000) tenemos 60 hombres.

Nos cansamos de rendirles cuentas a los comandantes


guerrilleros de nuestro trabajo en las minas, pues ellos
controlaban todo. Exponíamos la vida por todos lados. A mis
socios los habían amenazado. Es que estábamos trabajando
para la guerrilla con las máquinas de nosotros. Entonce llegó
el momento en que o nos íbamos y dejábamos las máquinas
ahí tiradas o nos quedábamos y seguíamos trabajando.
Tuvimos una reunión en Medellín, compramos los fusiles y
organizamos la base en la mina La Comba.

Al pueblo entramos a hacer inteligencia con grupos de cuatro


o cinco personas, entre ellas vendedores ambulantes,
emboladores, transportadores, porque no podíamos llegar a la
topa tolondra. De esa manera sabíamos quiénes eran
informantes de la guerrilla. A todos ellos se les fue dando de
baja. Amalfi es el hp pueblo más guerrillero y más sapo,
chismoso que hay. En esa primera llegada es cuando se
cometen los excesos más grandes. Las matanzas más
grandes fueron cuando estábamos metiendo la inteligencia y
antes de que estuviera consolidado.

Trabajamos de civil en el pueblo y todo el mundo sabe


quiénes somos nosotros. Mientras haya policía no podemos
salir de camuflado. Ni el fin de nosotros es estar en contra ni
a favor. ¿Cómo te explico? Estar ahí para que la gente nos
vea, pero que no nos vean con ellos tampoco, ni tampoco
coger un policía solo y pistoliarlo, ni ver un soldado y
97
pistoliarlo, pero sí ha ocurrido en casos como estos: son
cuatro o cinco policías en un hp pueblo que se lo va a tomar
la guerrilla no se dejan cuidar, y llegan a joder, entonces se
da de baja al comandante y se le echa la culpa a la guerrilla.

La crueldad

Entre el año de 1995 y el 2000


pudimos haber asesinado por lo
menos a 200 personas, aunque no
llevábamos una contabilidad de los
difuntos. Muchos de ellos están
enterrados en unas fosas que están
en un cerro a la entrada del pueblo y
en la mina La Viborita.

Amalfi tiene un problema muy


grande, muy berraco: no tiene ríos.
Panorámica de Amalfi: Entonces toca descuartizar a la gente;
"Amalfi tiene un además, para que se descompongan
problema muy grande, más fácil y evitar la identificación.
muy berraco: no tiene Nosotros llegamos a coger, recién
ríos. Entonces toca establecido el grupo, a un tipo que
descuartizar". nos dijeron ganaderos que era
guerrillero y les cobraba la vacuna. Lo cogimos con otro tipo,
y ambos eran guerrilleros. Sabíamos por cuál era el que
íbamos y sabíamos cuál era el que tenía la información.

Los pusimos a un lado de la banqueta y matamos a uno de


ellos. Al otro le decíamos: ―bueno este se murió, usted va a
contar o no va a contar para morirse también‖. Un muchacho
empezó a descuartizar el cadáver y el guerrillo se puso de
todos los colores y nos contó que tenía un hermano entre el
grupo de nosotros. Fuimos a la mina, lo llamamos, le
quitamos el fusil y lo encerramos en un cuarto, le dijimos que
teníamos al hermano y lo dejamos solo un rato. Cuando
volvimos a terminar el interrogatorio, se había ahorcado.

98
El primer asesinato que presencié no me generó susto, sino
risa. Yo me estaba tomando unos tragos en la mina La
Viborita y me llamaron a probar finura. Me hablaron de uno
que le había robado la moto a un primo de un comandante,
grave error. Llegó el hombre y comenzó a acariciarle la
cabeza con el fierro, yo creí que la cosa no iba a pasar a
mayores y se lo descargó. Y después, con la linternita que
tenía, comencé a alumbrar mientras lo descuartizaban.

Bebí toda la noche pensando en mi reacción de risa, no era ni


nerviosa, sino risa, de algo así como siquiera estás muerto
hp. En otra ocasión llegamos al club El Piamonte, que antes
se llamaba el Club Social de Amalfi y matamos cinco
personas. El problema no fue tanto que se hayan dado de
baja, sino que ahí mismo empezaron a descuartizarlas y a
intercambiar las cabezas de los difuntos. Todo eso nos daba
risa. Eso era llegar a extremos. Y después salimos
tranquilamente de allá a comer arepitas al parque principal,
todavía medio ensangrentados.

Si me pregunta por la autoridad, claro que había, pero en una


cosa de esas no se arrima nadie. Es como arrimarse a un tigre
cuando está comiendo carne. Una vez matamos una mujer,
qué muerte más dura. La bajamos del bus que venía para
Medellín. Nos bravió en el parque y nos dijo ―no les tengo
miedo‖. Teníamos información de que estaba con la guerrilla.
Según decían era una bruja. La gente que la mató no durmió
como en un mes. La veían en sueños. Yo no creo en eso, pero
lo que me dejó cabriado fue cuando la pusimos al frente del
hueco, porque no nos gastamos un tiro en ella, sino que la
degollaron.

Antes de hacerlo nos dijo ―yo ahí no quepo háganle otro


poquito‖. Y sí, no cabía. Cuando ampliaron el hueco, dijo ―ahí
sí quepo, empiecen pues‖. Y cuando cayó la cabeza entre el
hueco, los ojos le seguían abiertos. Cargar con muertos es
muy difícil. Vos matas al primero y te duele, no te deja
dormir, pero después seguís matando y eso ya no te importa,
99
te insensibilizas completamente. A mí ya no me afecta nada,
ni las muertes más cercanas.

También hacíamos pasar a los ladrones por guerrilleros. En


cierta ocasión hubo un problema con un camión de
chocolatinas, que se perdió en la carretera para Amalfi. A
nosotros nos llamaron porque alguien del Bloque Metro tenía
que ver con la Nacional de Chocolates y nos dijeron que
solucionáramos eso. Los ubicamos, los emboscamos a ver qué
era lo que hacían y preciso estaban bajando una gente de un
camión para robarlo. En ese momento los cogimos y los
hicimos pasar por Eln. Ese es el tipo de trabajos que
hacemos.

El pueblo se fue calmando, aunque siempre se ejercía mucha


presión desde las bases de las minas La Viborita y La Comba.
Los nombres de los dueños no te los voy a decir, pero tienen
tanta culpa como nosotros, los que estamos haciendo el
trabajo. No me como ese cuento de que tiene menos
responsabilidad el autor intelectual. Creo que es peor, porque
es más cobarde.

El pueblo se tranquilizó, y estuvo calmado un tiempo, pero


siempre no bajaban de tres, cuatro, cinco muertos a la
semana. Todos eran llevados a La Viborita. Allá están casi
todos los muertos, otros están enterrados en el cerro cerca al
pueblo. Si destapan esas fosas, el escándalo que se destapa
es muy grande porque no creo que haya en otros lugares una
fosa común con tanta gente. En esas fosas hay comandantes
propios que se han dado de baja, combatientes propios,
informantes, guerrilleros, civiles como muchos vendedores
que van de pueblo en pueblo, ladrones, mujeres.

100
De la mano con la Fuerza Pública

Hay cosas que no se deberían decir


para no herir el amor propio de los
policías, pero qué tipos tan
pobremente ambiciosos. El problema
de ellos en los pueblos es que ven un
comandante de las autodefensas y no
quiere sino pedir plata. Qué vicio tan
feo. Allá en El Bagre fui a hacer más
de un trabajo, a revisar
personalmente las cosas, y hacía el
trabajo, y ellos lo veían a uno y le
decían: ―ah, usted es el que vino a
Carlos Mario Jiménez, hacer esto y esto... denos la liguita‖.
alias 'Macaco', ex Se transan con 10 mil y 20 mil pesos.
comandante del Eso es muy vergonzoso para la
Bloque Central Bolívar, institución. Si no ven plata no dejan
era según el ex hacer nada.
paramilitar John
Martínez "un traqueto Pero el Ejército es diferente, nunca
que solo puso unos nos ve con malos ojos. Yo dormía en
fusiles y ya". el Comando Operativo N. 9, en el
Bagre. Ese era mi hotel allá. Me ponían dos escoltas o llevaba
los míos y entraba con el armamento, normal.

Yo no puedo ser enemigo del que es enemigo de mi enemigo.


Lo que pasa es que hay veces llegan a los pueblos tenientes
recién salidos de la escuela que no saben nada y son muy
peligrosos, pero pasan un año en el área y no se meten con
uno.

Muchas veces coordinamos los operativos. ¿Qué necesitan


resultados positivos en contra de nosotros? Listo, los
cuadramos, no vamos a entregar a nuestros hombres cada
vez que ellos quieran. Ellos llevan gente de confianza y
nosotros también y nos dedicamos a hacer polígono. Entonces
dicen que es un enfrentamiento. Y después nos ven otra vez

101
en el pueblo charlando. La gente en Amalfi lo sabe.

La fuente de financiación nuestra es la minería, el ganado que


le quitamos a la guerrilla y la coca, eso no se puede ocultar.
Lo que pasa es que con la coca tenemos muchos problemas.
Usted va a Caucasia y ¿qué hace el comandante de
Caucasia?, está es cuidando cocinas. Allá no le dan a un
guerrillero ni por nada. Esos hombres allá se la pasan
borrachos, haciéndole mandados a los dueños de las cocinas.
Allá también está un tipo que se llama Fabio Mejía, fue uno de
los primeros comandantes que llegó al Bajo Cauca. Pero se
hizo muy rico con las cocinas y ahora tiene su rancho aparte.
El Sur de Bolívar lo maneja un tipo que le dicen 'Macaco'. Es
un traqueto que solo puso unos fusiles y ya.

Toda la pasta de coca que sale de allá se la deben vender a


él, a nadie más. Así se hizo millonario.

Nadie conoce la guerra si no está en ella y para meterse a la


guerra tiene que tener un interés común, que lo hayan
tocado, entiende. A mí me dañaron el trabajo en las minas,
me secuestraron y me mataron amigos. Me metí en la guerra
y aquí estoy queriéndome salir. Es que ya llegué al punto del
hastío.

Casi todos los días tengo pesadillas: sueño que me están


matando, que estoy descuartizando a alguien, que saludo a
una persona con la mano de otro. No es fácil llevar una vida
así. Cuando despierto pienso en mi futuro si sigo vivo, pero
no encuentro respuestas. Pasar un día vivo es una victoria. No
sabes cómo te podes morir. Lo más hp es que ninguno de
nosotros se muere de un infarto, de viejo. Los únicos que se
mueren de viejos son los guerrilleros‖.

102
De los ‘guelengues’ al Bloque Élmer
Cárdenas
La historia - Auc
Martes, 31 de Mayo de 2011 18:45
El grupo paramilitar que delinquió en el Urabá
chocoano y en cinco departamentos comenzó con un
grupo de 40 hombres, financiados por un ganadero.

El 12 de abril de 2006 en
Necoclí, Antioquia, 309
paramilitares se
desmovilizaron como
exintegrantes del Bloque
Élmer Cárdenas, a cargo de
Freddy Rendón Herrera
alias ‗El Alemán‘, uno de los
pocos exjefes paramilitares
Freddy Rendón Herrera alias 'El que no fue extraditado en
Alemán' fue el jefe del Bloque 2008.
Élmer Cárdenas desde 1995
hasta abril de 2006. Foto Sin embargo, este Bloque
archivo Semana que delinquió en el Urabá
chocoano y en cinco
'El Alemán' y la
-
departamentos llegó a tener
1.500 paramilitares en sus
parapolítica en filas, dejando 11.127
víctimas entre asesinatos,
Chocó desapariciones y
- ‗El Alemán‘ reveló presuntos desplazamientos, según el
nexos con políticos del Chocó reporte de Justicia y Paz. El
- 'El Alemán' asegura que grupo comenzó con 40
financió 23 políticos en todo el hombres pero con la
país financiación de la Casa
Castaño, los ganaderos y el

103
narcotráfico se expandió por la región.

Durante la audiencia de control de legalidad contra alias ‗El


Alemán‘, la Fiscalía documentó ante un magistrado cómo
nació y delinquió este grupo paramilitar.

De Córdoba a la „mejor esquina del mundo‟


El Bloque Élmer Cárdenas tuvo sus orígenes en las
Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu),
creadas por los hermanos Castaño en Córdoba con el pretexto
de combatir a las guerrillas y dominar las tierras más ricas de
la región. Tras la muerte de Fidel Castaño en 1994, sus
hermanos ordenaron la incursión del oriente Antioqueño con
un grupo llamado ‗Los 20‘ o ‗Los Escorpiones‘, que luego se
convirtió en el Bloque Bananero, a cargo de Hébert Veloza
alias ‗H.H.‘.

Instalado ese Bloque en Turbo y en los municipios de


Apartadó, Carepa y Chigorodó donde se cultivaba el banano,
los hermanos Carlos y Vicente Castaño ya sabían que su
ubicación era estratégica. ―Urabá es considerada la mejor
esquina del mundo por el golfo, por su conexión con
Centroamérica y por las fronteras entre Córdoba, Antioquia y
Chocó. Se ubicaron en las goteras de Necoclí, en el
corregimiento de Pueblo Nuevo, Antioquia‖, dijo un fiscal de
Justicia y Paz.

La Fiscalía explicó que el grupo paramilitar tuvo su semilla en


las Convivir, empresas de seguridad privada, que había en la
zona, y se financió con aportes de la Casa Castaño, el
narcotráfico, el contrabando y cuotas de los ganaderos. Alias
‗El Alemán‘ contó que la pieza clave en esta zona fue el
ganadero Carlos Alberto Ardila Hoyos alias ‗Carlos Correa‘, un
terrateniente que tenía cientos de hectáreas con cabezas de
ganado en el Urabá.

―‗Carlos Correa‘ era el financiero del Frente 58 de las Farc. A


Arnoldo Vergara le dieron la orden de matarlo, pero no lo
104
encontró. Entonces Carlos Castaño lo mandó llamar y le dijo
que se uniera a los paramilitares, que no se hiciera matar y
que creara un grupo paramilitar. Correa formó un grupo y
Castaño le puso de segundo a Vergara para que lo vigilara‖,
contó alias ‗El Alemán‘.

„Los guelengues‟
Así se llamó el grupo creado por ‗Carlos Correa‘, según ‗El
Alemán‘, porque tenía apenas 30 paramilitares y porque en
lugar de llevar equipo de campaña, cargaba sus armas y
municiones en costales de finca. ―Ellos estaban ubicados en
una finca al sur del matadero de Necoclí conocida como ‗La
70‘. En ese punto se unían con ‗Los 90‘, un grupo de
Castaño‖, dijo el exjefe paramilitar.

Alias ‗El Alemán‘ contó que en la década d 1990 trabajaba en


una proveedora de alimentos en el Urabá y que fue así como
conoció a ‗Carlos Correa‘. ―Eso fue en 1995. ‗Carlos Correa‘
me compraba víveres y él me presentó a Carlos Castaño. Me
reuní con él cerca del Mellito sobre el río Mulatos. Le escuché
por primera vez un discurso. Habló de que tocaba defender la
institucionalidad y que el Gobierno era incapaz de mantener la
honra de los hombres. Le expresé que estaba de acuerdo y
me preguntó: ¿Usted de dónde es? Y yo le dije: del pueblo
más hermoso de Colombia, de Amalfi. Entonces de respondió:
primito, bienvenido a las autodefensas‖.

Aunque el jefe del grupo que delinquía en el norte de


Antioquia estaba a cargo de ‗Carlos Correa, la Fiscalía explicó
que desde 1995 ‗El Alemán‘ hizo parte de la vocería del grupo
y a partir de 1997 firmó documentos como parte de la cúpula
de las Auc. Cuando el grupo creció en hombres y en
armas, desde del norte de Antioquia se movilizaron hasta
Riosucio, Unguía y Acandí, para delinquir en el Urabá
chocoano. Después de la muerte en 1997 de Élmer Cárdenas,
un integrante del grupo, los ‗guelengueros‘, luego ‗Grupo de
La 70‘, asumieron el hombre de ese ex paramilitar.

105
Según la Fiscalía, entre ‗Carlos Correa‘ y ‗El Alemán‘ el Bloque
Élmer Cárdenas realizó varias incursiones como el Operativo
La Bonga en Pueblo Nuevo (Antioquia), Operación Horqueta
en La Horqueta (Cundinamarca), Operación Remacho sobre el
río Jiguamiandó (Chocó) y la Toma de Dadeiba (Antioquia),
ocurrida el 25 de diciembre de 2001. Alias ‗El Alemán‘
reconoció que además de delinquir en el norte de Antioquia y
en el Chocó también lo hizo en zonas rurales de Córdoba,
Cundinamarca, Santander y Boyacá (ver nota ―Víctor
Carranza fue autodefensa‖: alias ‗El Alemán‘).

En octubre de 2005, alias ‗Carlos Correa‘ fue asesinado por el


escolta de alias ‗Gaba‘, encargado de las comunicaciones del
grupo paramilitar. Alias ‗El Alemán‘ asumió el Bloque.

Sin nombres
Durante la audiencia de control de legalidad, alias ‗El Alemán‘
reconoció ante los magistrados que su grupo paramilitar
creció con la complicidad de los empresarios de la región. Sin
embargo, no entregó nombres. ―No me vengan a decir que los
gremios empresariales hicieron sus riquezas muy pulcras.
Todas las empresas de la región donde actuamos hoy sus
propiedades tienen más valor. Todos se beneficiaron porque
bajaron los índices de secuestros‖, dijo.

Para delinquir en varias zonas, ‗El Alemán‘ explicó que


desarrollaron una figura llamada PDS, Promotores de
Desarrollo Social, un grupo de hombres adscritos a las
autodefensas que se dedicaban a dar cátedras a la población
sobre cómo y por qué delinquían las Auc.

También, indicó, instalaron como los demás grupos


paramilitares escuelas de entrenamiento que entre el listado
de la Fiscalía fueron mencionadas Mapanaco, El Parque, El
Roble, La Barracuda, Samuel Hernández, Dadeiba y Nueva
Luz, principalmente en Necoclí y en Dadeiba, Antioquia.

―En estas escuelas eran entrenados todos los paramilitares del


106
Bloque. La formación tenía tres fases. La primera era de 51
días, en la cual se enseñaba sobre estructura, estatutos y se
desarrollaban pruebas de estado físico. La segunda, de 30
días, era sobre armas, tiro, cursos de natación, lanzamiento
de patada, brazada, cursos de explosivos y primeros auxilios.
Y la tercera, de 30 días, era sobre estrategia militar,
inteligencia y contrainteligencia‖, señaló la Fiscalía.

En estas escuelas los entrenadores eran extranjeros y ex


militares como Carlos Mauricio García alias ‗Doble Cero‘.
Cuando el magistrado le preguntó a alias ‗El Alemán‘ sobre la
participación de militares, el exjefe del Bloque Élmer Cárdenas
aseguró ―que no nos gustaba trabajar con ellos porque los
que llegaban era porque habían tenido problemas y tenían
malos comportamientos‖. Sin embargo, dijo que algunos de
ellos podrían explicarle al país sobre la lucha antisubversiva.

―Señoría, yo no señalaría con nombre propio a un general


porque en la literatura sabemos que desde 1965 los militares
tienen una línea de apoyo con las autodefensas. Sin que eso
le representara ir a la cárcel, Harold Bedoya, un gran militar y
patriota, podría contarnos un poco la historia y el papel del
Ejército. También Rito Alejo del Río. Hay unos ocho o diez
generales que podrían hablar‖, dijo el exjefe paramilitar.

La audiencia de control de legalidad contra ‗El Alemán‘


continuará hasta el viernes 3 de junio de 2011.

Reactivación: La tregua de los 90 (1992-


1996)
La historia - Auc
Luego de la desmovilización y los procesos de paz con
los grupos guerrilleros del EPL y el M-19 a comienzos
de la década de los noventa, las autodefensas se
someten por primera vez a la justicia y decretan una
tregua. Sin embargo, regresarían a mediados de esta
década con una estructura más poderosa y violenta.
107
En la administración de Cesar
Gaviria (1990-1994), las
autodefensas, que habían
crecido de la mano del
narcotráfico, se sometieron a
la justicia y en varias
regiones hicieron entrega de
armas, acogiéndose a los
Fidel Castaño, fundador de decretos 2047 y 3030 de
1990 y 303 de 1991, que
las Accu. Foto Semana
contemplaban reducción de
penas de la mano con una confesión voluntaria. En este
momento, fueron tres los grupos que se sometieron a la
justicia: un reducto compuesto por cerca de 200 hombres del
grupo de Rodríguez Gacha en Pacho (Cundinamarca), el que
actuó en Puerto Boyacá, al mando de Ariel Otero, con cerca
de 400 integrantes y el de Fidel Castaño que entregó 600
fusiles, así como varias haciendas en su zona de influencia en
Córdoba y Urabá.

En consecuencia, a partir de 1992, se observa una importante


reducción de los asesinatos de civiles, atribuidos a las
autodefensas en los años anteriores.

Pese a que la reducción de las víctimas de la violencia


organizada es marcada, los asesinatos cometidos por la
guerrilla comienzan a recaer en dirigentes y militantes del
movimiento Esperanza, Paz y Libertad, quienes se hallaban en
proceso de desmovilización fruto de las negociaciones entre el
gobierno y el Ejército Popular de Liberación (Epl). Estos
hechos se concentraron en Córdoba y Urabá.

Pese a los grandes esfuerzos realizados en los primeros años


de la década del noventa para lograr la desintegración de las
estructuras más poderosas y con mayor cubrimiento
territorial, los grupos paramilitares tuvieron un nuevo
impulso.

108
Fue así como, con posterioridad a la muerte de Pablo Escobar
en 1993, las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá
(Accu), bajo el mando de Fidel y Carlos Castaño, comenzaron
a registrar una significativa expansión, con el apoyo de
desmovilizados del Epl, asediados en ese momento por las
Farc y la disidencia de Francisco Caraballo.

Entre tanto, los grupos del Magdalena Medio, pese a haber


protagonizado actos de dejación de armas, no se
desactivaron, optaron por frenar su expansión, -excepto en el
sur del Cesar-, no llamar la atención con actos de violencia y,
ante todo, defender territorios fundamentales para el
narcotráfico.

En el gobierno Samper 1994-1998 la avanzada liderada por


las ACCU se manifiesta, inicialmente, en el norte de Urabá. En
1995 se lleva a cabo la entrada al eje bananero y en 1996 la
expansión al Atrato, Occidente y Oriente antioqueño y Nudo
de Paramillo, junto con el inicio de acciones en Sucre,
Magdalena y Cesar.

Hacia finales de 1996, el avance de las autodefensas se


traduce, por una parte, en que las guerrillas registran
pérdidas territoriales muy significativas y, por otra, en que
estos grupos tienen que concentrar mayores esfuerzos para
contener a las estructuras de signo contrario.

En este contexto, tanto los paramilitares como las guerrillas,


en competencia por el dominio del territorio, convirtieron a la
población civil en blanco de su acción, dando una clara
demostración del alto nivel de degradación que comienza a
experimentar el conflicto armado.

Fuentes:

 Comisión Verificadora de los Actores Violentos


en Urabá (1995), "Informe Final", Apartadó, pp
37-40 y Fernando Cubides, Ana Cecilia Olaya y
109
Carlos Miguel Ortiz (1995) "Tendencias en el
Desarrollo Municipal y Violencia en Colombia",
Cap. 3. Centro de Estudios Sociales de la
Universidad Nacional de Colombia, Santafé de
Bogotá.
 Gustavo Salazar, (1999). Paramilitarismo: una
aproximación a sus orígenes y evolución 1980
– 1999, Bogotá, Presidencia de la República.

Cuando 'H.H.' era un 'Escorpión'


La historia - Auc
Domingo, 18 de Septiembre de 2011 11:29
Antes de ser jefe paramilitar, Hébert Veloza fue un
sicario de los hermanos Castaño. Participó en el
exterminio de la UP, asesinó sindicalistas e hizo los
primeros contactos con la
Brigada 17.

Llevaba veneno en la
sangre. Hébert Veloza dijo
que, cuando las Farc le
quitaron el camión en el que
transportaba alimentos y
con el que sostenía a su
familia en el Urabá
antioqueño, buscó a los
Hébert Veloza alias el hermanos Castaño para que
'Mono Veloza' o 'H.H.' fue le dieran ‗trabajo‘. Quería
vengarse.
jefe paramilitar de los
Bloque Bananero y Calima. Los hermanos Carlos y
Foto archivo Semana Vicente Castaño ya eran
reconocidos en la región
porque habían conformado las Autodefensas Campesinas de
Córdoba y Urabá, en 1991 se habían desarmado pero a los

110
pocos años habían decidido rearmarse reclutando a ex
guerrilleros y ex militares para supuestamente hacerle frente
a la guerrilla.

Al aceptarlo, enviaron a Veloza a una finca en Córdoba donde


recibió entrenamiento del ex capitán del Ejército Carlos
Mauricio Rodríguez alias ‗Doble Cero‘ y de allí fue llevado en
un camión hacia el norte del Urabá antioqueño donde la Casa
Castaño controlaba las rutas de narcotráfico del Golfo de
Urabá.

Era finales de 1994 y Veloza hacía parte del ‗Grupo de los 20‘,
una célula paramilitar que en seis años hizo metástasis por
Turbo, Apartadó, Carepa y Chigoró, los municipios conocidos
como los del Eje Bananero por sus extensos sembradíos de
plátano. En sus inicios Veloza, apodado por sus cómplices
como el ‗Mono Veloza‘ o ‗Carepollo‘ y luego conocido en el
Valle como alias ‗H.H.‘, comenzó como un sicario bajo las
órdenes de ‗Doble Cero‘.

A su llegada al norte del Urabá antioqueño, el ‗Grupo de los


20‘ fue divido en dos: uno, que delinquió en las zonas rurales
y otro llamado 'Los Escorpiones' que se instaló en los cascos
urbanos. De este último hicieron parte siete paramilitares: el
‗Mono Veloza‘, Enrique Mestre alias ‗Wilson‘, José Ruperto
García alias ‗El Gato‘, Wílmer Aguado alias ‗Carroloco‘,
Fosferinson Flórez alias ‗Montador‘, Uber Coca alias ‗Uber‘ y
Jesús Albeiro Guisao alias ‗El Tigre‘.

Según lo documentó la Fiscalía, Veloza y sus seis cómplices se


movilizaban en carros y a cualquier hora asesinaban.

Fueron conocidos en la región porque entraban a las casas de


sus víctimas, las sacaban de sitios públicos y de las fincas
donde trabajaban y en muchos casos abandonaron sus
cuerpos en un sitio conocido como La Caleta. ―Era un callejón
ubicado a 3 kilómetros del casco urbano de Turbo. Allí todos
los días dejábamos cuerpos‖, dijo el ex jefe paramilitar que

111
fue extraditado en 2009.

Antes de ser enviado a Estados Unidos por cargos de


narcotráfico, alias el ‗Mono Veloza‘ contó en versiones libres
que Los Escorpiones tuvieron como informantes a los
Comandos Populares, un grupo de desmovilizados del Epl que
siendo perseguido por las Farc decidió delinquir con los
paramilitares. ―Asesinamos gente por información de los
comandos alias ‗Camacho‘, Carlos Vásquez alias ‗Cepillo‘, ‗San
Pedro‘ y ‗El Tigre‘. Este último conocía todas las bananeras.
También nos apoyábamos en los capataces de las fincas que
tenían mucha información‖, dijo el ex jefe paramilitar en la
audiencia.

Así, 'Los Escorpiones' realizaron asesinatos selectivos en


barrios que, según ellos, eran señalados de albergar a
presuntos colaboradores la guerrilla.

Según la documentación que hizo la Unidad de Justicia y Paz,


los barrios Julia Orozco, Gaitán, Bueno Aires y Obrero, de
Turbo, fueron blanco de los paramilitares. Lo mismo sucedió
en los corregimientos El Tres y Nueva Colonia.

―El 24 de marzo de 1995 un grupo armado entró a la vereda


La Esperanza, en el corregimiento El 3, de Turbo, y sin mediar
palabra disparó contra un joven de 27 años. En versión libre,
Veloza dijo que lo asesinaron por informaciones de que
colaboraba con guerrilla‖, leyó la Fiscalía. La historia se repitió
tal cual en otros casi 30 crímenes que la Fiscalía legalizó ante
los magistrados.

Por su sangre fría para disparar contra quienes consideraba


sus enemigos, en poco tiempo el ‗Mono Veloza‘ se convirtió en
jefe paramilitar del Bloque Bananero y una década después
del Bloque Calima. Asesinó a personas señaladas de colaborar
con la guerrilla, persiguió a sindicalistas y participó en el
exterminio de la Unión Patriótica, UP. También hizo los
primeros contactos con la Brigada 17 para delinquir en

112
complicidad con esta unidad del Ejército, hecho por el cual
está en juicio el general (r) Rito Alejo del Río. Durante una
jornada de legalización de cargos ante un magistrado de
Justicia y Paz, la Fiscalía reconstruyó los primeros crímenes
del ‗Mono Veloza‘.

La Brigada 17
Esta es una unidad del Ejército que tiene sede en Carepa y el
general (r) Rito Alejo del Río fue su comandante entre 1995 y
1997, precisamente el mismo período en el que se consolidó
el Bloque Bananero de las Auc según lo ha documentado
Justicia y Paz (Lea: Los ‗paras‘ y la Brigada 17).

Durante la audiencia de legalización de cargos contra alias el


‗Mono Veloza‘, la Fiscalía narró uno de los primeros casos de
complicidad entre los paramilitares y soldados de esa Brigada,
y que está demandado desde 2000 ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos. ―El caso se encuentra
en estado de admisibilidad‖, explicó la Unidad de Justicia y
Paz a los magistrados.

El 16 de diciembre de 1995 cuatro hombres fueron detenidos


por soldados de la Brigada 17, cuando se movilizaban en dos
motocicletas por la vereda La Arenera, en el corregimiento de
Currulao de Turbo. Los tildaron de guerrilleros con base en
señalamientos de un informante. Dos de ellos permanecieron
presos durante tres días.

Cuando las familias fueron el 19 de diciembre a la guarnición


militar a llevarles ropa y comida, les dijeron que los otros dos
hombres también habían quedado libres. ―Un testigo les dijo
que eso no era verdad. Un carro rojo del Ejército los sacó de
la guarnición, escoltado por otra camioneta que transportaba
paramilitares. Los dos hombres intentaron escapar y los
recapturaron‖, leyó la Fiscalía. Desde ese día las familias no
volvieron a saber de ellos.

A partir de las entrevistas a testigos y de la confesión de


113
alias el ‗Mono Veloza‘, la Unidad de Justicia y Paz reconstruyó
que la desaparición de los dos hombres fue cometido por los
paramilitares del entonces naciente Bloque Bananero en
complicidad con el Ejército, un fiscal de la región y agentes
del Gaula de Cali. ―Los hombres fueron sacados de la
guarnición de Carepa (Antioquia), montados en una avioneta
y asesinados luego en Buenaventura (Valle del Cauca)‖, dijo
la Fiscalía durante la audiencia.

En versión libre, alias el ‗Mono Veloza‘ dijo que la Casa


Castaño le ordenó capturar a los dos hombres porque eran
señalados de haber participado en el secuestro de la esposa
de un militar. Veloza le ordenó a su vez a alias Rodrigo López
Lora alias ‗La Marrana‘ que participara en la detención de las
dos víctimas. Así ‗La Marrana‘ primero los señaló y luego
buscó al fiscal que llevaba el caso, quien en complicidad con
los paramilitares expidió las boletas para que los hombres
salieran de la cárcel.

Un testigo que trabajaba dentro de la Brigada le contó a la


Fiscalía que los hombres salieron de los calabozos después del
mediodía del miércoles 19 de diciembre, cuando un sargento
rompió los candados de la celda. ―Fueron sacados en una
camioneta de la Brigada y escoltados por alias ‗La Marrana‘ y
‗El Gato‘ que se movilizaban en una moto. Los hombres
intentaron escaparse y los paramilitares los volvieron a
capturar. Los llevaron a un hotel de Turbo, donde los
inmovilizaron con cinta que se usa para preservar alimentos.
Luego los subieron a un avión que los llevó hasta el puerto
de Buenaventura‖, leyó la Fiscalía.

Alias el ‗Mono Veloza‘ dijo en versión libre que él viajó en otro


avión hasta el Valle del Cauca y les entregó a los dos hombres
a un coronel del Gaula de Cali. Allí alias ‗Memín‘, un infiltrado
de los paramilitares en la guerrilla, interrogó a los dos
hombres que fueron llevados a una bodega de madera. ―No
volví a saber nada de ellos, porque yo me regresé para el
Urabá‖, dijo alias el ‗Mono Veloza‘ durante versión libre. Los
114
cuerpos de las dos víctimas siguen desaparecidos.

La mayoría de los crímenes cometidos por alias el ‗Mono


Veloza‘ o ‗H.H.‘ y presentados en audiencia ante los
magistrados de Justicia y Paz estaban en la impunidad en la
justicia ordinaria. Durante los relatos, la Fiscalía explicó como
en la época, entre 1995 y 1996, los casos fueron archivados y
solo volvieron a reactivarse cuando el ex jefe paramilitar
comenzó confesar los crímenes en 2007 y 2008 antes de ser
extraditado a Estados Unidos.

―La Fiscalía determinó que estos son crímenes de sistema. Es


decir, no fueron hechos individuales sino cometidos a gran
escala, como una estrategia definida por el grupo paramilitar
donde hubo planificadores y ejecutores‖, concluyó la Unidad
de Justicia y Paz que acusó a alias el ‗Mono Veloza‘ por los
delitos de homicidio y desaparición en la mayoría de los
casos.

El exterminio de la UP
La Unión Patriótica nació en 1984 como resultado de los
acuerdos de paz entre el gobierno de Belisario Betancur y las
Farc. El partido fue una fórmula para consolidar las
negociaciones de paz y para que el grupo armado optara por
una salida política al conflicto. ―Pero para nosotros la UP fue
creado por las Farc. Quizá muchos simpatizantes no tenían
que ver con la guerrilla, pero por el hecho de pertenecer a
algo relacionado con lo subversivo, los matamos‖, dijo alias el
‗Mono Veloza‘ desde Estados Unidos.

Con estas palabras, el ex paramilitar reconoció que participó


del genocidio a la UP. En versiones libres le confesó a la
Fiscalía 10 crímenes, que hasta 2008 estuvieron archivados
en la justicia ordinaria. Los casos fueron desempolvados
cuando la Unidad de Justicia y Paz compulsó las copias en las
que el ex jefe paramilitar contó los detalles de estos
asesinatos.

115
Un investigador de la Unidad de Derechos Humanos y
Derecho Internacional Humanitario dijo que nueve fiscales
investigan 1.316 casos relacionados con la UP. ―Tenemos 526
investigaciones en etapa preliminar, 157 en instrucción y 16
en juicio. Con sentencia ya van 103 casos en los que han sido
condenadas 191 personas. En el registro general, 10 de estos
crímenes fueron cometidos por Veloza‖, dijo el investigador
que presentó estos datos a la magistratura en julio de 2011.

―La siguiente víctima era también integrante de la UP. El 18


de abril de 1995 a las 7:40 de la mañana, a 500 metros de la
estación de policía de Carepa, los paramilitares instalaron un
retén. Detuvieron un carro de donde hicieron bajar a la
víctima. La asesinaron por señalamientos de alias ‗Cepillo‘ y
‗El Tigre‘ según confesó Veloza. La Fiscalía investigó y
encontró que la víctima era del comité obrero de una de las
fincas bananeras y defendía los derechos de los
trabajadores‖, leyó la Fiscalía durante la audiencia ante los
magistrados.

El 17 de mayo de 1995 Los Escorpiones buscaron a otro


integrante de la UP y como sucedió con las demás víctimas lo
identificaron en otro retén. ―Ocurrió en la vía entre los
municipios de Carepa y Apartadó, en la vía comunal El
Silencio a 20 metros del casco urbano. Una vez lo
identificaron, lo amarraron y lo asesinaron. El cuerpo fue
abandonado en la carretera‖, leyó la Fiscalía.

También los sindicatos


De forma sistemática como sucedió contra la UP, los
paramilitares señalaron a varios integrantes de los sindicatos
bananeros de tener vínculos con la guerrilla. ―No
perseguíamos a los sindicalistas por ser sindicalistas, porque
su lucha es justa para defender los derechos obreros;
combatimos fue la infiltración de las guerrillas‖, dijo alias el
‗Mono Veloza‘. Los familiares de las víctimas sostienen todo lo
contrario, que ser parte de un sindicato ya era un motivo para
ser blanco de los ‗paras‘.
116
En la audiencia, la Fiscalía documentó siete crímenes contra
sindicalistas, seis de ellos contra miembros del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria,
Sintrainagro, y uno más con otra un integrante de la
Asociación de Institutores de Antioquia, Adida.

Según lo documentó Justicia y Paz, los paramilitares que


delinquieron en el Urabá utilizaron los retenes ilegales para
detener los buses donde se movilizaban los trabajadores de
las bananeras, entre ellos, algunos líderes de los sindicatos de
las plantaciones de banano o de las instituciones educativas
de la región.

El 22 de abril de 1996, por ejemplo, los paramilitares


retuvieron un bus que salía de una finca de Turbo y de allí
bajaron a los pasajeros, entre quienes identificaron a dos
hombres que pertenecían a Sintrainagro. ―La Fiscalía confirmó
que eran primos y que los paramilitares los apartaron y los
asesinaron dentro de una platanera. En versión libre, alias el
‗Mono Veloza‘ confesó que fueron señalados por información
de alias ‗El Tigre‘, el comando popular cómplice de los
paramilitares en la zona bananera‖, contó la Fiscalía.

Durante el año anterior, en 1995, Los Escorpiones dirigidos


por Veloza asesinaron a otros sindicalistas utilizando la misma
táctica. El 29 de junio asesinaron a otra víctima en un retén
que instalaron en la vía al corregimiento de Nueva Colonia. Lo
bajaron del bus, le dispararon y arrojaron su cuerpo en la
comunal San Jorge, un sitio donde hay plantación de banano.

A otras de las víctimas las buscaban en las fincas donde


trabajan y las sacaban en vehículos, que entre la población
eran conocidos como ―los carros de la muerte‖. Así el 23 de
septiembre de 1995 los paramilitares se llevaron a un
integrante del sindicato de maestros Adida, cuando estaba en
la vereda Arenera de Turbo. ―Se lo llevaron en una camioneta
blanca, lo asesinaron y arrojaron su cuerpo en el cementerio
117
municipal. En el crimen participaron alias ‗Uber‘, ‗Wilson‘
‗Gato‘ y el ‗Mono Veloza‘‖, leyó la Fiscalía durante la
audiencia.

La legalización de cargos es una etapa previa antes de que los


magistrados emitan una sentencia que condene al ex jefe
paramilitar y repare a sus víctimas en el Urabá antioqueño y
el Valle del Cauca, donde alias el ‗Mono Veloza‘ delinquió con
los Bloques Bananero y Calima.

Muerte a secuestradores MAS: Los


orígenes del paramilitarismo
La historia - Auc
Viernes, 23 de Septiembre de 2011 16:00
El paramilitarismo en Colombia nació como una
venganza de terratenientes, ganaderos y
narcotráficantes, por las acciones de las guerrillas.

Miembros del "cartel de


Medellín" que financiaron el
MAS: Pablo Escobar,
Carlos Lehder, Gonzalo
Rodríguez Gacha, y los
hermanos Fabio, Jorge Luis
118
y Juan David Ochoa. A finales de los años 70, el
aumento de secuestros,
Fotomontaje VerdadAbierta
robos de ganado y cobros
de vacunas por parte de las guerrillas a terratenientes,
ganaderos y narcotraficantes, originó el surgimiento del grupo
Muerte a Secuestradores, MAS, considerado como la primera
manifestación a gran escala del paramilitarismo.

Pero la historia del país tomó un nuevo rumbo debido a un


secuestro que detonó la guerra entre narcos y la guerrilla,
otrora aliados en el negocio del narcotráfico.

El 12 de noviembre de 1981, Luis Gabriel Bernal Villegas,


miembro de un comando del M-19, secuestró a Martha Nieves
Ochoa, hermana de Fabio, Jorge Luis y Juan David Ochoa,
miembros del Cartel de Medellín.

El secuestro de la hija de ―Don Fabio‖, como era conocido en


el mundo de criadores de caballos de exposición del país, fue
el motivo de la reunión en la que se conformaría el primer
grupo de autodefensas.

El gran congreso de la mafia

El 1 de diciembre de 1981, los hermanos de Martha Nieves


Ochoa convocaron a un encuentro de urgencia que se realizó
en el Hotel Intercontinental de Medellín al que asistieron 223
personas, la mayoría jefes de la mafia, entre ellos, Pablo
Escobar, Carlos Ledher y Gonzalo Rodríguez Gacha.

El objetivo de esta reunión era crear un proyecto que


contrarrestara las acciones de los grupos guerrilleros, y en el
que los asistentes dieron cada uno 2 millones de pesos y 10
de sus mejores hombres. De esta manera nació el MAS, un
ejército privado de 2.230 hombres y un fondo de 446 millones
de pesos para ―recompensas, ejecuciones y equipo‖.

Algunas versiones de la época, recogidas en medios de


119
comunicación, aseguran que en este encuentro participaron
miembros del ejército, directivos de empresas petroleras y de
otras multinacionales, pero sólo hasta la publicación de un
informe de la Procuraduría, se demostrarían los alcances
reales de los tentáculos de la mafia, principalmente dentro de
las Fuerzas Armadas.

Con los hombres


organizados y las armas
compradas, se dio inicio a
la venganza por el
secuestro de Martha
Ochoa.

En retaliación por la acción


del M19, el MAS secuestró
a 25 personas cercanas a
Gabriel Bernal Villegas exigía Villegas Bernal, entre ellas
un pago de 12 millones de a su esposa, Martha
dólares por la liberación de Correa Velázquez.
Martha Nieves. La familia De esta manera se
Ochoa se negó y ofreció una presionó a Villegas y
recompensa pronto lograron la
liberación de Martha Ochoa
92 días después de su rapto y sin pagar un centimo de
recompensa.

Martha Correa, la compañera de Villegas Bernal, quien


paradójicamente había sido amiga de Martha Ochoa, sería
liberada frente a las instalaciones del periódico "El
Colombiano", atada de pies y manos a una reja y cubierta con
mensajes que demostraban la autoría del MAS.

El conflicto se recrudeció luego de la aparición de este grupo


de autodefensas que empezó a expandirse a diferentes
regiones del país: Caquetá en el Magdalena Medio, Meta,
el nordeste antioqueño, Arauca, Casanare y el Valle. Cada

120
vez eran más recurrentes los secuestros, torturas,
desapariciones, y asesinatos de guerrilleros o sospechosos de
simpatizar con ellos, que demostraban la seriedad del grupo
antisubversivo.

Las víctimas: entre insurgentes e inocentes

Las técnicas de terror del MAS empezaron a preocupar a la


sociedad y a las autoridades, mientras la simpatía que había
sentido la opinión pública por este grupo, fue remplazada por
el miedo.

La justicia empezó a ser aplicada por estos particulares


armados, especialmente en las zonas más apartadas del país,
donde la presencia del Estado era casi inexistente.

Fue de esta manera que, decenas de líderes del M-19 fueron


torturados y abandonados inconscientes frente a periódicos
de Medellín con letreros en el pecho que rezaban: ―soy del M-
19. Soy un secuestrador‖ y poco a poco las ―limpiezas
sociales‖ se convirtieron en mecanismos de control de la
subversión.

Cadáveres de hombres acribillados, estrangulados y colgados


en árboles, dejaban al descubierto la crudeza de las nuevas
técnicas del mensaje antisubversivo. Periodistas, juristas y
sindicalistas ampliarían la lista negra de este “escuadrón de
la muerte” que ahora perseguía tanto insurgentes como a
inocentes. No obstante, debido a la complejidad de la
organización interna del MAS, es difícil establecer la autoría
intelectual y material de muchos atentados y acciones que
aún permanecen en la impunidad.

El MAS y el genocidio de la UP
Bajo el gobierno de Betancourt se inició un proceso de diálogo
nacional que pretendía establecer las condiciones adecuadas
para un proceso de paz basado en las garantías para la
participación política de grupos de ―izquierda‖. De hecho, con
la ley de amnistía de 1982, los guerrilleros ―autores,
121
cómplices o encubridores de hechos constitutivos de delitos
políticos‖ podrían reinsertarse al cogerse a los beneficios de la
ley. El brazo político de las FARC y desmovilizados de otras
guerrillas, crearon la Unión Patriótica, UP, partido político que
se convirtió en el principal objetivo de las autodefensas del
MAS.

En el Meta, centro de influencia de las FARC y objetivo de


control paramilitar entre 1986 y 1988, ya habían sido
asesinados más de 300 líderes de la UP, crímenes imputados
en la mayoría de los casos a los miembros del MAS.

Geografía del terror: las víctimas del MAS

Aunque son miles los potenciales crímenes cometidos por este


grupo, son pocos los casos ya comprobados y juzgados.
Muchos de ellos aún se encuentran en la impunidad.

Ver Muerte a Secuestradores MAS: Geografía del terror en un mapa más grande

Victimarios

La ampliación del MAS sumada al aumento de sus ofensivas


de terror y a la sospecha reiterada sobre la participación de
miembros de la fuerza pública, obligaron al Presidente
Betancourt a solicitar una investigación a la Procuraduría
General de la Nación. Los resultados revelaron las verdaderas
dimensiones de los vínculos entre el grupo Muerte a
Secuestradores MAS y los miembros de la fuerza pública.

Según el informe de febrero 20 de 1983, ―a la luz de las


pruebas recogidas hasta el momento existían cargos
suficientes para vincular procesalmente a 163 personas; de
ellas, 59 en servicio activo de las Fuerzas Armadas‖. Solo 33
pudieron ser identificados plenamente. Ver informe de
la procuraduría.
122
La otra guerra de Pablo
Escobar
La historia - Auc
Lunes, 20 de Febrero de 2012 07:33
Pablo Escobar intentó convencer a los paramilitares del
Magdalena Medio a sumarse a su guerra contra el
Estado y el Cartel de Cali. Pero Henry Pérez y Ramón
Isaza desistieron y estuvieron a punto de matar al
capo.

A principios del año 1990,


Pablo Escobar, el capo del
cartel de Medellín, citó en la
hacienda Nápoles a Henry
Pérez y Ramón Isaza, jefes
de las Autodefensas del
Magdalena Medio.

Ramón Isaza hacía parte La reunión transcurrió en


medio de la tensión generada
de la cúpula de las por la solicitud de Escobar de
Autodefensas del involucrar de lleno a los
Magdalena durante la ―paras‖ en la guerra frontal
guerra con Escobar. contra el Estado.

Los viejos aliados no llegaron a ningún acuerdo y se declaró


una guerra que dejó centenares de víctimas y cambió
radicalmente la estructura de poder en la zona.

El encuentro en Nápoles ocurrió un sábado en la mañana,


pero se pactó que la guerra solo comenzaría dos días
después. En sus declaraciones en el proceso de Justicia y
Paz, Ramón Isaza cuenta que a la salida de la reunión le
propuso a Pérez aprovechar la oportunidad y acabar en ese
mismo instante con Escobar.

123
―Matemos a ese hijueputa ahora, mire que no tiene casi
escoltas‖, fueron las palabras textuales de ‗El Viejo‘, como era
conocido Isaza, según el libro Crónicas que da miedo contar,
del periodista Antonio Sánchez. El jefe de las autodefensas le
respondió que le había dado su palabra al capo y había que
esperar a un par de días.

Para ese momento, Escobar se había refugiado en el


Magdalena Medio, huyendo de los comandos élite de la Policía
y de sus enemigos del Cartel de Cali. Había optado por una
guerra de terror contra la sociedad, para presionar la caída de
la extradición en la Asamblea Nacional Constituyente.

Aunque por casi una década había tenido el respaldo militar


de los hombres de Pérez, en ese momento se quedó
prácticamente solo. Pero, ¿cómo y por qué terminaron estos
viejos socios enfrentados en una lucha frontal?

A finales de la década de los 70, Pérez e Isaza eran unos


campesinos de la región que conformaron grupos de
autodefensa para responder a los abusos de la guerrilla. ‗El
Viejo‘ se movía en el margen occidental del río Magdalena, en
Antioquia. Pérez, junto a su padre, Gonzalo, tenían su centro
de operaciones al otro lado del Río, en Puerto Boyacá.

Los dos se conocieron en 1982, cuando Henry atravesó el


Magdalena para pedirle a Isaza ayuda para rescatar a su
padre de manos de la guerrilla, objetivo que lograron unas
semanas después.

Los dos grupos inicialmente estaban formados apenas por


decenas de hombres y armados con escopetas entregadas por
los ganaderos de la región. La situación cambió radicalmente
a partir de del año del secuestro del padre de Henry Pérez,
con la llegada de los narcos del Cartel de Medellín.

Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha compraron miles


de hectáreas de tierra en la zona y comenzaron a financiar las
124
autodefensas, a cambio de protección a sus propiedades y
sus laboratorios de procesamiento de droga.

Del grupo de hombres armados con escopetas se pasó a un


ejército profesional que sembró el terror en la región. Entre
1984 y 1989 decenas de militantes de izquierda fueron
exterminados, y la estructura militar tomó el poder absoluto
de la zona. El apoyo financiero del Cartel de Medellín,
administrado por la Asociación Campesina de Ganaderos y
Agricultores del Magdalena Medio, Acdegam, era el eje de la
economía de la región.

―Todos los sueldos, la comida, los medicamentes,


absolutamente todo se movía por Acdegam‖,contó el
desmovilizado Luis Eduardo Zuluaga, alias ‗Macgyver‘ en una
audiencia de imputación de cargos conjunta en el proceso de
Justica y Paz, en la que también participaron Isaza, Walter
Ochoa, alias ‗El Gurre‘, Oliverio Isaza, alias ‗Terror‘ y John
Freddy Gallo Bedoya, ‗El Pájaro‘.

La situación comenzó a cambiar tras el asesinato de Luis


Carlos Galán, cometido en agosto del 89. El gobierno de
Virgilio Barco comenzó una guerra frontal contra el Cartel que
meses después, en diciembre de ese mismo año, produjo la
muerte de Gonzalo Rodríguez Gacha.

Escobar comenzó a matar policías indiscriminadamente en


Antioquia y sus órdenes se extendieron al Magdalena
Medio. Luego de una masacre de agentes de tránsito en la
glorieta a la entrada de Puerto Triunfo, se citó la mencionada
reunión en la hacienda Nápoles.

Ramón Isaza contó en la audiencia, que Escobar les expresó


su deseo de acabar con la Policía para crear una república
independiente en Antioquia.

―Yo le dije, don Pablo, pensé que usted era más inteligente,
usted mata 100 policías y le meten mil. A él no le gustó y me

125
dijo, piérdase de mi vista‖, recordó Isaza. Según ‗El Viejo‘,
Escobar también les exigió ―vacunar‖ a los ganaderos de la
región para que financiaran su proyecto.

Todas estas peticiones según el ex jefe paramilitar, fueron


rechazadas porque iban en contra de las ideas fundacionales
de las autodefensas, que se centraban en atacar a la guerrilla
y no al Estado.

Existen otros motivos por los cuales Pérez e Isaza no


aceptaron las exigencias de Escobar y comenzó la guerra,
según cuenta Álvaro Jiménez, analista político y ex miembro
desmovilizado del M-19 que visitó la región para la época
como delegado en medio del proceso de Paz por Carlos
Pizarro para evitar agresiones como habia sucedido con la
UP.

Para Jiménez, la muerte del ‗Mexicano‘ le dio un mayor poder


a Henry Pérez en la zona, que lo llevó a pensar junto al resto
de comandantes ―paras‖ jefes de las ACMM , que la guerra
que adelantaba Escobar solo les estaba creando problemas en
la región.

El analista explicó que, por el contrario, Pérez pensó que


aliados con el cartel de Cali y la insitucionalidad armada que
los acompañaba, podían quitarse del camino al capo. La
región y el manejo de la droga sería exclusivamente suyo.

―Las autodefensas habían cometido la masacre de la Rochela


y participado en el asesinato de Galán. Ellos ya se habían
sumado a la guerra que libraba Escobar, no creo que ese
haya sido un punto de divergencia‖, explica Giraldo.

Al contrario si lograban quitarse del camino al capo, la región


y el manejo de la droga sería exclusivamente suyo. ―Las
autodefensas habían cometido la masacre de la Rochela y
participado en el asesinato de Galán. Ellos ya se habían
sumado a la guerra contra el Estado, no creo que ese haya

126
sido un punto de divergencia‖, explicó Giraldo a
Verdaabierta.com.

Ante el anuncio de guerra, Pérez se alió con la Policía, que


perseguía a Escobar. ―A Henry le dio ‗tucutucu‘ (miedo) y
buscó las fuerzas del Estado para respaldarse‖, contó Isaza.

En julio de 1990, seis meses después de la reunión en


Nápoles, según versiones de prensa, Pérez colaboró con la
llamada Apocalipsis II, un operativo militar a gran escala
contra el capo del cartel en el Magdalena Medio. Escobar
logró escapar a Medellín y comenzó a enviar sicarios para
acabar a sus antiguos aliados.

Pérez y sus hombres se volvieron paranoicos y comenzaron a


detener en la autopista a cualquier extraño que viniera desde
Medellín.

Según Walter Ochoa, alías ‗El Gurre‘, los sicarios de Escobar


eran fácilmente reconocibles, porque no eran reconocidos en
la zona. ―Ellos tampoco nos conocían y muchas veces
atacaban indiscriminadamente. En la Danta entraron a un
billar y dejaron cerca de 10 heridos‖, contó 'El Gurre' en la
audiencia, quien agregó que posteriormente capturaron a uno
de los atacantes y luego de interrogarlo confesó ser un
hombre del capo.

A la guerra contra Escobar, se sumaron una serie de


problemas internos dentro de las autodefensas del Magdalena
Medio que las llevaron a una implosión inevitable.

Gonzalo, padre de Henry, había sido uno de los líderes en los


años iniciales, pero ahora andaba por su cuenta cometiendo
desmanes en la zona, según cuentó el periodista Antonio
Sánchez en su libro.

―Carusso‖ como era llamado Gonzalo, se enfrentó a su hijo


por una deuda, según narró Ramón Isaza. ―Le echaron mano

127
a las pistolas. Yo les recordé que eran padre e hijo y que no
tenían perdón si se mataban. Carusso le dijo a Henry: usted
no es capaz de hacerlo directamente, pero si me manda
matar, no dura tres meses vivo‖, contó ‗El Viejo‘.

Isaza explicó que semanas después de este episodio, uno de


los jefes paramilitares de la zona, al que llamaban ―Policía‖,
llamó a Henry para decirle que Gonzalo lo quería
asesinar. ―Él le dijo: es un güevón si se deja matar. Esa
mismo día apareció el reporte de que había muerto ‗Carusso‘
‖, señaló el ex jefe paramilitar.

Según Isaza, esta conversación dejó la sensación de que el


mismo Henry autorizó la muerte de su propio padre.

Para la época, La Asamblea Nacional Constituyente había


tumbado la extradición y en junio de 1991, Pablo Escobar se
entregó y fue recluido en la cárcel de la Catedral en
Envigado. Henry Pérez bajó la guardia ante los hechos, pero
Escobar continúo la guerra.

El 20 de julio de ese año, unos sicarios que se habían


infiltrado en el pueblo con seis meses de anticipación para no
despertar sospechas, asesinaron al jefe de las autodefensas
en medio de la fiesta de la Virgen del Carmen en Puerto
Boyacá. ―Nos informaron que el comandante estaba herido y
que necesitaban sangre O negativa, y yo era el único que la
tenía. Estábamos en una fiesta en una vereda y me fui para
el pueblo, pero cuando llegamos, él ya estaba muerto‖, contó
‗Macgyver‘.

Otro de los factores que deterioró la estructura interna de las


autodefensas, fue el rumor de que ‗doña Marina‘, esposa de
Henry Pérez, era la amante de Ariel Otero, el segundo de la
organización.

Isaza confirmó que apenas un día después del entierro de


Henry Pérez, los encontró ―acostados en la misma cama‖,
128
hecho que ―le produjo mucha indignación‖.

Con la muerte de Pérez, asume la jefatura de la organización


Ariel Otero a quien Escobar siguió persiguiendo.

El nuevo comandante, sin consultárselo a sus subalternos,


inició un proceso de negociación con el gobierno Gaviria, que
terminó con la desmovilización de las autodefensas.

Ramón Isaza y un grupo de sus hombres, ente los que se


encontraban ‗El Gurre‘ y ‗Macgyver‘ siguieron por su cuenta,
peleando contra el capo del Cartel de Medellín, en medio de la
precariedad económica, según contó Isaza.Explican sus
hombres, que comenzaron a colaborar ―indirectamente‖ con
las Fuerzas Militares en la captura de Escobar, haciéndose
pasar por campesinos que le entregaban información al
Ejército, una táctica realizada desde los inicios de las
autodefensas.

En diciembre de 1991, el bando del 'Viejo' tuvo su principal


víctima. John Kennedy, hijo de Ramón Isaza, fue asesinado
en una emboscada cerca de Puerto Triunfo, Antioquia, cuando
transitaba en un vehículo, junto al hoy desmovilizado y
postulado a Justicia y Paz Luis Eduardo Zuluaga, ‗Macgyver‘.

Un mes después, Otero fue asesinado en Cali, por sus propios


hombres, que lo consideraban un traidor a la causa. Su
cuerpo fue trasladado a Puerto Boyacá y tirado en la vía
principal de acceso al pueblo.

La mayoría de los lugartenientes de Otero terminaron del


bando de Escobar, persiguiendo a Isaza, pero ante la caída
del capo, en 1993, iniciaron una guerra interna por el poder
que acabó con la mayoría de los jefes. Isaza no regresó sino
hasta mucho tiempo después a Puerto Boyacá, y continuó con
su grupo del otro lado del Magdalena.

Lamentablemente el horror de la guerra entre Escobar y


129
Pérez no paró con sus muertes. Años después en puerto
Boyacá asumió como líder de las autodefensas Arnubio
Triana, alias ‗Botalón‘ que continúo con el legado de violencia
de sus antecesores. Mientras que Isaza se convirtió en el
señor de la guerra en el Magdalena Medio caldense y
antioqueño.

Las mentiras de Carlos Castaño


La historia - Auc
Tres libros clandestinos del jefe paramilitar muestran
sus mentiras y contradicciones. Castaño negó las
masacres, la persecusión a la izquierda y los nexos de
los militares y políticos
con las Autodefensas.

“Nosotros no somos
paramilitares, no
cometemos masacres, no
perseguimos a los de
izquierda y nunca nos
hemos financiado del
narcotráfico”, son las
cuatro mentiras que Carlos
Castaño intentó sostener
siendo líder de las
En los libros de Carlos autodefensas.
Castaño se recopilan varios
documentos que revelan Sin embargo, aunque
las grandes contradicciones Castaño confiaba en que ―la
historia lo absolvería‖, ocho
de la organización años después de su muerte
paramilitar. Fotomontaje: siguen destapándose oscuros
VerdadAbierta.com capítulos de la lucha
paramilitar.

A finales de los 90 y principios de 2000, época de auge

130
paramilitar, el poder político, económico y militar de las
autodefensas se multiplicó gracias al recrudecimiento de los
métodos de guerra y al fortalecimiento de las relaciones con
políticos y militares, hechos que pusieron a las autodefensas
en el ojo del huracán de la opinión pública nacional e
internacional.

Ante esta situación, 'El Comandante Castaño', como lo


llamaban sus hombres, inició una arremetida de
comunicados y entrevistas a los medios tratando de
esconder lo que ya era evidente: las relaciones de los
paramilitares con el narcotráfico, los vínculos con
sectores políticos, económicos y militares y los excesos
en contra de inocentes.

VerdadAbierta.com tuvo acceso al contenido de los libros:


'Colombia Siglo XXI' de autoria de Castaño,
'Autodefendiendo la vida' de las Auc y a un compendio de
entrevistas en las que Carlos Castaño intentó ser escudero de
las cuatro mentiras que hoy en día han sido completamente
desvirtuadas.

Mentira uno: “Nosotros no somos paramilitares”,


Castaño
Con el paso del tiempo las relaciones entre el paramilitarismo,
con miembros de los grupos políticos y con integrantes de las
Fuerzas Militares se hicieron evidentes.

No obstante, Carlos Castaño siempre intentó disimular el


sistema de colaboración que se había creado entre
funcionarios y los 'paras'.

―Nuestra organización no depende del Estado, por lo que no


aceptamos el calificativo de paramilitares. De tal manera que
no somos susceptibles de ser desmontados o ‗erradicados‘
por el Estado. Nuestra existencia está condicionada
únicamente por la subversión‖, aseguró en una carta enviada
en febrero de 1999 a Human Right Watch, al Cicr y a Alto
131
Comisionado para la Paz de la Onu.

A Carlos Castaño la denominación de paramilitar lo


irritaba. Para él, la organización que lideraba no era
paramilitar sino de autodefensas, razón por la que cada vez
que los medios, las autoridades y hasta el mismo gobierno los
llamaba de esa forma, se enfurecía.

De hecho, Castaño aseguraba que las supuestas relaciones


con políticos y militares no eran más que una estrategia de la
diplomacia subversiva la que intentaba desprestigiar y
satanizar al gobierno y a las Fuerzas Armadas para
presentar malintencionadamente al Estado como cómplice o
auspiciador de las acciones de guerra de los paramilitares.
Todo ésto lo dijo en una comunicación que le envió el 27 de
agosto de 1998 a Fabio Valencia Cossio, para entonces
Presidente del Congreso de la República.

La fecha de la carta coincide con la antesala de la


parapolítica, es decir, con el inicio de una nueva estrategia de
los paramilitares de financiar campañas e involucrarse más en
la política de las regiones.

Adicionalmente, en distintas ocasiones Castaño negó


cualquier relación con las Convivir, cooperativas de seguridad
reglamentadas por el gobierno de César Gaviria y que fueron
implementadas por el de Ernesto Samper, una suerte de
empresas de seguridad privada que, como se ha comprobado,
ayudaron a crear y camuflar grupos paramilitares en
Colombia.

―No tengo nada que ver con las Convivir, absolutamente


nada, en la realidad yo no he visto que las convivir combatan
a las guerrillas. Las convivir hacen inteligencia para las
Fuerzas Armadas no para nosotros‖, afirmó en entrevista con
El Tiempo en 1997.

Incluso llegó a decir que los paramilitares también fueron

132
perseguidos por los militares y que no había complacencia
con ellos. ―Nuestra independencia política y autonomía militar
están demostradas ante la sociedad. Es más, nunca antes las
autodefensas habían estado tan perseguidas como ahora, las
Fuerzas Militares nos persiguen más a las Auc que a la misma
guerrilla‖, dijo en varias entrevistas y comunicados.

“A los militares solo los veo sobre el terreno y


garantizó que nunca he hablado con un general,
excepto cuando estaba en la legalidad”, aseguró Castaño
en entrevista a la revista Cromos en 1998.

A pesar de este intento fallido de ocultamiento, ocho años


después de la muerte de Carlos Castaño se probó que los
vínculos con algunos miembros de las Fuerzas Militares fueron
claves en la expansión de los grupos paramilitares y que
incluso, en muchos casos, miembros de la policía, el ejército y
el mismo DAS daban información de inteligencia y prestaban
sus instalaciones, carros y armas para ejecutar operaciones.
Así mismo se han comprobado las relaciones con diferentes
políticos, sin las que hubiese sido posible el crecimiento del
paramilitarismo en el país.

Mentira dos: “En las autodefensas no hay narcotráfico”,


Castaño

El narcotráfico fue una de


las principales fuentes de

133
financiación para los Desde que empezaron los
rumores acerca de la posible
paramilitares. Castaño trató
extradición de Carlos
de esconder esta relación Castaño por narcotráfico, el
que poco a poco se hizo jefe paramilitar inició una
más evidente. Fotomontaje: campaña de defensa con
VerdadAbierta.com la que intentó desvirtuar
la relación de financiación
que había entre el narcotráfico y el paramilitarismo.

En esta batalla mediática, Castaño enlodó a otros jefes


paramilitares originando conflictos dentro de las Auc por lo
que para muchos se trato de una traición de Castaño.

“Si estamos declarando objetivo militar a la totalidad


de los narcotraficantes ¿Cómo puedo estar trabajando
con ellos?”, respondía Castaño ante la contradicción
denunciada por los medios de comunicación según los cuales
las Auc supuestamente luchaban en contra del narcotráfico
pero se financiaban de él.

―Las autodefensas no producen ni cuidan laboratorios, ni


exportan droga. Hay en Colombia una intensión desde hace
mucho tiempo de narcotizar el conflicto y narcotizar su
solución‖, aseguró Castaño en entrevista al Espectador en
mayo de 1999, tratando de desvirtuar las investigaciones de
las DEA que vinculaban a algunos jefes paramilitares con el
narcotráfico.

Los intentos para esconder esta verdad llegaron hasta la


Embajada de Estados Unidos en una carta enviada desde
Urabá a Curtis Kamman, embajador en Colombia en la que el
paramilitar aseguró que la organización prohibía la
participación o defensa del narcotráfico o de sus intereses,
por lo que negaba cualquier relación con narcotraficantes.

Según otros jefes paramilitares como Rodrigo Pérez Alzate


alias 'Julián Bolívar', aunque Castaño no tuvo relaciones

134
directas con el narcotráfico, pero si conocía y aceptaba la
colaboración entre el narcotráfico y el paramilitarismo, sin la
que no hubiera sido posible la existencia de las
autodefensas. En sus escritos Castaño continuaba con su
negación.

―Los narcotraficantes se escudan malintencionadamente tras


la fachada de las autodefensas, ocasionalmente nuestras
tropas tienen conocimiento de las zonas donde se instalan los
laboratorios, pero nunca cuentan con nuestra anuencia y
mucho menos con nuestra protección‖, señalaba el jefe
paramilitar.

Para responder a un artículo publicado por la revista Semana


el 26 de abril de 1997 en la que un funcionario de la DEA lo
vinculaba con el narcotráfico, Castaño respondió con una
carta al presiente Andrés Pastrana Arango y a Curtis
Kamman, embajador de Estados Unidos, lo siguiente: ―Eso
me ha causado profunda indignación, durante toda mi vida he
sido acérrimo enemigo del narcotráfico y su poder corruptor.
Si comprobaran mis relaciones con el narcotráfico yo
renunciaría a la jefatura de las Auc‖, aseguró.

Castaño llegó a jurar por la memoria de su padre que no


había permitido desviar la lucha subversiva a actividades
verdaderamente delincuenciales y despreciables como el
narcotráfico.

―Oficialmente solicito que no se le dé ningún tipo de


tratamiento político o concesiones jurídicas durante el
proceso de paz, a quienes siendo miembros de las Auc se les
comprueben cargos por narcotráfico‖, afirmación que generó
el descontento de los otros jefes 'paras' que amenazaron con
interrumpir la negociación de Ralito. La justicia ha
comprobado que narcos puros como Diego Fernando Murillo
alias 'Don Berna', Francisco Javier Zuluaga alias 'Gordolindo',
Carlos Mario Jiménez alias Macaco, y Juan Carlos Sierra alias
'El Tuso', tuvieron un papel preponderante en las
135
negociaciones de paz con el Gobierno Uribe y fueron incluidos
en la lista de postulados a Justicia y Paz.

Mentira tres: “No ha habido ni una sola víctima


inocente”, Castaño

Las masacres cometidas por


el Bloque Norte entre 1994
y 2002 dejaron más de
1.500 víctimas directas, en
su mayoría inocentes.

En esa misma época de


auge paramilitar se
incremento el uso de
técnicas de tortura y de
Las masacres de los desaparición, haciendo que
grupos paramilitares dejaron los medios de comunicación
entre 1994 y 2002, más de y las autoridades empezaran
1500 víctimas en su a denunciar los abusos de
mayoría inocentes. Foto: las autodefensas en todo el
país.
VerdadAbierta.com
No obstante, para Castaño nunca hubo víctimas inocentes,
por lo que se atrevía a comparar las masacres con las
cruzadas de la iglesia católica en contra de los herejes que se
realizaron durante la edad media.

¿Usted es católico?, preguntó Luis Cañón periodista del


periódico El Espectador a Carlos Castaño en una entrevista
realizada en 1999. ―Soy católico y conservador‖, respondió
Castaño.

Y como católico, ¿qué piensa de las masacres que ordena?,


ante esta pregunta Castaño respondió comparándose con
Tomas de Torquemada, líder de la inquisición española.

―Yo tengo mi propio concepto de Dios. Yo creo que es la fe

136
realmente lo que me permite estar en armonía con Dios y
tranquilo conmigo mismo. Puedo dormir tranquilo porque
estoy convencido que la gran mayoría de personas que caen
son guerrilleros. No se dispara indiscriminadamente. Lo que
estamos haciendo ahora, lo va a justificar más adelante el
país‖ agregó el desaparecido jefe paramilitar de las Auc.

Ante los cuestionamientos sobre las masacres de El Aro y


Mapiripán, Castaño reiteró en repetidas ocasiones que se
trataba de campamentos guerrilleros, en los que incluso
escondían a los secuestrados.

―Me están satanizando. No soy ningún monstruo. Lo único


que acepto es que mato guerrilleros fuera de combate, que
no son campesinos sino guerrilleros vestidos de civil‖,
aseguró Castaño en entrevista con la revista Cambio 16 en
1997.

¿Se arrepiente de haber cometido graves excesos en


Mapiripán? ―No, de Mapiripán no me arrepiento porque no
cayó ni un solo inocente. ¡Por Dios! La clase de personas que
cayó allí no es para que le produzca a uno preocupación de
ninguna clase‖, afirmó.

Sin embargo, más de una década después de estas


afirmaciones, la evidencia demostró lo contrario. Gracias a las
versiones de los desmovilizados en Justicia y Paz, se ha
comprobado que de las víctimas de las masacres cometidas
por los paramilitares, la mayoría era población civil y no
auxiliadores de la guerrilla como lo afirmaba Castaño. Ver
listado de masacres cometidas por los grupos paramilitares
entre 1997 y 2001.

“Si demuestra que usamos motosierras, me entrego”,


Castaño
En una carta enviada al periodista Juan Gonzalo Betancour
del diario "El Colombiano" el 6 de octubre de 1999, Carlos
Castaño retó a Betancur a responder por una publicación
137
acerca del uso de motosierras como forma de tortura en el
Chocó.

―Demuéstreme que ha habido un solo campesino o guerrillero


a quien las autodefensas le hayan cercenado sus miembros
con motosierras y yo me comprometo a someterme
físicamente a la justicia colombiana. Si no lo hace, usted
responde por los delitos de injuria y calumnia‖, respondió
Castaño ante los señalamientos del medio de comunicación.

Intentando desvirtuar lo que Carlos Castaño denominaba


como ―infames acusaciones‖, pero que en la realidad se
trataba en formas reales de terror usadas por los
paramilitares, el paramilitar no solamente escribió a distintos
medios de comunicación y a la misma Fiscalía, sino que
también presentó su defensa ante instancias
internacionales.

El paramilitar en una carta enviada en octubre de 1998 a


Pierre Gassmann, jefe de la CICR en Colombia, aseguró que
todo era producto de medios de comunicación asaltados en su
buena fe por personas al servicio de la guerrilla, ―no puede
existir ninguna prueba de esta barbarie que se nos señala,
simplemente porque nunca lo hemos hecho‖, agregó en el
comunicado.

Sin embargo, a pesar de las constantes negaciones, ya ha


sido posible comprobar que los grupos paramilitares utilizaron
estos y otros métodos de tortura para infundir temor entre
las poblaciones. Varios paramilitares han contado en Justicia
y Paz como utilizaban esta técnica para desmembrar a sus
víctimas y no solamente en Choco. Es el caso de las masacres
de Bolívar, Trujillo y Riofrío, en el Valle del Cauca, en las que
fueron torturadas y asesinadas 245 personas entre 1986 y
1994.

Según información del grupo de Memoria Histórica, en los


hechos de Trujillo se dio por primera vez el uso de
138
motosierras para desmembrar aún vivas a las víctimas, los
hierros candentes introducidos en los cuerpos y la aplicación
de sal en las heridas abiertas.

Incluso, el mismo Elver Veloza García, alias ‗HH‘, Jefe del


Bloque Bananero y Calima narró en justicia y paz como desde
su vinculación a las Auc en 1994, utilizó motosierras,
descuartizó y torturó a muchas personas en Urabá, Antioquia
y Choco.

Todos estos testimonios que desmienten a Castaño,


ocurrieron antes de sus declaraciones en 1999, cuando esta
técnica y otra más ya eran utilizadas con frecuencia por las
autodefensas.

Mentira cuatro: No perseguimos a los de izquierda

Mario Calderón y
Elsa Alvarado,
investigadores del
Cinep, fueron
asesinados por los
paramilitares en
mayo de 1997. Foto:

139
Para Carlos Castaño eran más Archivo Semana
peligrosas las bases sociales de
apoyo a la subversión que los mismos guerrilleros.

Por esta razón, el paramilitar justificó su persecución a los


personajes que representaban a la izquierda: docentes,
sindicalistas, periodistas y defensores de derechos
humanos, señalándolos como „subversivos
disfrazados‟ , „francotiradores intelectuales‟ o
„subversión institucionalizada‟.

Sin embargo, el ex jefe paramilitar en su arremetida política


rechazó los señalamientos acerca de persecuciones
sistemáticas en contra de sus detractores políticos.

―Las personas que se han muerto y que están dentro de la


izquierda no es por ser de la izquierda sino por ser
guerrilleros‖ aseguraba Castaño en cada intervención pública.

―¿Las autodefensas están contra los militantes de


izquierda?‖, preguntó la periodista Bibiana Mercado de El
Tiempo en entrevista a Castaño en 1997. A lo que el
paramilitar respondió : ―¿Quién lo ha dicho? Hemos respetado
la izquierda democrática de este país. Si la izquierda fuera
sinónimo de guerrilla tendríamos que matar a la mayoría de
intelectuales, a los grandes hombres de los años 60
enamorados de la izquierda‖, aseguró.

Frente a casos como la muerte de los investigadores del


Cinep, Mario Calderón y Elsa Alvarado o el asesinato de
académicos como el profesor Jesús María Valle, que hoy se
sabe fueron ordenados por el jefe paramilitar, Castaño
aseguró en repetidas ocasiones que era completamente
inocente y que lo que pasaba es que la justicia los estaba
persiguiendo porque actuaba bajo orientación de la guerrilla.

En una carta al entonces Fiscal Alfonso Gómez Méndez,


Castaño afirmaba que la Unidad de Derechos Humanos de la

140
Fiscalía era parte de la subversión institucionalizada y que
producía "falsas e irresponsables acusaciones debido a que la
mayoría de sus integrantes tenían proximidad con la
subversión‖.

―Colombia me perdonará y la historia me entenderá‖, era su


frase de defensa cada vez que se le cuestionaba por muertes
de civiles e intelectuales, quienes en la mayoría de los casos
solo tenían como pecado haber sido de ‗izquierda‘.

Gracias a la reconstrucción histórica que ha permitido el


proceso de Justicia y Paz, las mentiras de Castaño hoy no son
más que el intento fallido de esconder verdades incómodas
pero innegables dentro de la expansión y la decadencia del
paramilitarismo

La Morena de extrema derecha que


no fue
La historia - Auc
Jueves, 29 de Marzo de 2012 00:03
Los paramilitares del Magdalena Medio, en alianza con
neonazis como Valenzuela, intentaron jugar en política
con el partido político de sugestivo nombre, pero
fracasaron. Esta es la
historia.

'Báez' fue portada de la


revista Semana en la época

141
en la que intentó llegar al Cuando el gobierno de
Virgilio Barco decretó la
Congreso con Morena en
ilegalidad de las
1989. autodefensas del
Magdalena Medio, en abril de 1989, estos grupos
paramilitares buscaron una estrategia para seguir manejando
las estructuras políticas de la región: crearon el Movimiento
de Reconstrucción Nacional, Morena. El experimento duró
apenas tres meses pero despertó una tormenta nacional, en
un momento en el que el país sufría por la violencia desatada
por el Cartel de Medellín y el genocidio de los dirigentes de la
Unión Patriótica.

Esta región había sido tradicionalmente liberal y los jefes del


partido en Boyacá, Jaime Castro y Jorge Perico Cárdenas
habían aceptado tácitamente el crecimiento de las
autodefensas desde finales de los setenta. Ninguno de ellos
rechazó los votos que les entregaba, el entonces
representante a la Cámara Pablo Emilio Guarín, un cacique
político de Puerto Boyacá y cofundador con Henry de Jesús
Pérez del grupo paramilitar desde muy temprano en la
década de los ochenta.

Guarín fue asesinado en 1987 y dos años después, quiso


llenar su vacío, Iván Roberto Duque, el mismo que años
después, a fines de los noventa integró la comandancia del
Bloque Central Bolívar con el alias de ‗Ernesto Báez‘. Ante la
apertura del gobierno para que varios grupos armados se
desmovilizaran y pudieran participar en política, ‗Báez‘
propuso la creación de un partido político de extrema
derecha. En mayo de 1989, fue lanzado en Bogotá el
Movimiento de Reconstrucción Nacional, Morena, con el
objetivo de participar en las elecciones de 1990.

Duque había llegado al Magdalena Medio menos de dos años


antes, cuando tenía 35 años, proveniente de Manizales, luego
de dejar la Alcaldía del municipio de La Merced, en Caldas,
cargo en el que había sido nombrado en 1987.Según
142
declaraciones del ex jefe ‗para‘ en versión libre dentro del
proceso de Justicia y Paz, viajó al Magdalena Medio por
insistencia de un amigo suyo, Rodrigo Calderón González,
quien lo convenció de sumarse a las autodefensas de Puerto
Boyacá, entonces dirigidas por Henry Pérez.

Duque se ganó la confianza del líder de paramilitar Henry


Pérez y fue nombrado secretario general de Asociación
Campesina de Ganaderos y Agricultores del Magdalena Medio,
Acdegam. La asociación era la fachada de las autodefensas
de Pérez, financiadas ya para ese entonces por los
narcotraficantes que tenían fincas en el Magdalena Medio,
según han contado varios líderes paramilitares en el proceso
de Justicia y Paz.

En Puerto Boyacá ya le decían ‗El Senador‘ porque desde que


llegó por esos lares presumía de haberlo sido, según cuenta
el libro Las Verdaderas Intenciones de los Paramilitares.
Cuando lanzó Morena, quiso entonces ser candidato en la
lista de Morena al Senado.

―La ambición y la codicia me hicieron creer que podía formar


mi propio partido. En ese momento tenía el prestigio, la
gente y el dinero. Mis discursos le encantaban a la gente y a
las autodefensas‖, aseguró ‗Báez‘ en una versión libre en el
proceso de Justicia y Paz.

Pronto comenzaron a aparecer en todo el Magdalena Medio


carteles publicitarios en los que aparecía una mujer de piel
oscura, con leyendas como ―Te quiero por Morena, te quiero
por colombiana‖. ―Acerté con el nombre del movimiento,
porque la gente lo asociaba con la piel teñida por el sol y los
ojos claros de las mujeres de la región‖, recuerda ‗Báez‘.

143
A la izquierda: afiche promocional de
Morena. A la derehca: Iván Roberto Duque,
alias 'Ernesto Báez' en 1989.
Varios jefes de las autodefensas se habían desencantado con
el Partido Liberal, porque sentían que sus líderes los veían
como unos simples aportantes de votos y buscaron tener un
brazo político propio, según cuenta Álvaro Jiménez, analista
político y ex miembro desmovilizado del M-19 que visitó la
región para la época, como delegado de Carlos Pizarro.
Buscaban convencer a los paramilitares del Magdalena Medio
que se sumaran al proceso de paz en el que se había
embarcado el M-19 y otros grupos guerrilleros.

―Lo que ocurrió es que por iniciativa de Duque, (‗Báez‘) en


alianza con sectores del Ejército, se creó un brazo político de
un grupo ilegal. No se puede hablar de un proyecto político,
porque el objeto de las autodefensas era el negocio de la
droga. Con Morena, buscaron tener un espacio para llegar al
Congreso‖, explicó Jiménez.

Al mismo tiempo que el ex jefe ‗para‘ comenzaba con su


campaña política, en Bogotá un grupo de dirigentes de
derecha se sumaron a la idea. El político conservador
144
Armando Valenzuela, quien había trabajado como secretario
de la comisión de cuentas del Senado encabezó el respaldo a
Morena, según cuenta Fernando Vargas, entonces militante
del movimiento y hoy abogado defensor de militares en
procesos penales. Durante los 80 y 90, Valenzuela defendió
en sus textos ideas del nacional socialismo alemán y el
fascismo italiano.

―Valenzuela era una persona muy conocida dentro del Partido


Conservador y convocó a muchos amigos académicos en esta
causa. Nos pareció un gesto bonito el espíritu inicial de las
autodefensas. Luego esa idea se contaminó y nunca se les
perdonó que los hubieran financiado los narcos, mientras que
a otros grupos ilegales sí‖, explica Vargas, quien hoy preside
la ONG Comité Nacional de Víctimas de la Guerrilla.

El discurso de Morena se centraba en denunciar los crímenes


cometidos por las guerrillas y su presunta relación con
partidos políticos de izquierda como la Unión Patriótica y el
Partido Comunista. ―Existen 500 personas secuestradas por
la guerrilla. El Partido Comunista es el sida que carcome el
país‖, dijo Valenzuela a varios medios de comunicación en
julio de 1989.

La idea de dar un espacio político a la extrema derecha fue


aceptada en su momento por varios sectores
sociales. Muchos compararon a Morena con Arena, la Alianza
Republicana Nacionalista, un partido anticomunista fundado
por militares salvadoreños a principio de los ochenta, que
gobernó ese país centroamericano por casi dos décadas.

Precandidatos liberales de la época como Hernando Durán


Dussán, Jaime Castro y Ernesto Samper defendieron al nuevo
movimiento señalando la necesidad de respetar la pluralidad
ideológica. ―La izquierda, la derecha o el centro tienen los
mismos derechos de construir partidos políticos siempre y
cuando se ciñan a la Constitución‖, dijo Durán Dussán a la
revista Semana, mientras que Ernesto Samper señaló que
145
―cualquier esfuerzo por sustituir la confrontación de hecho
por las vías democráticas merece nuestra aceptación‖.

Por el contrario, los líderes de la izquierda de entonces


criticaron la creación de Morena. Dirigentes como el
entonces candidato presidencial por la UP, Bernardo
Jaramillo, que fue asesinado en 1990 y el secretario del
Partido Comunista Gilberto Viera, señalaron que si se
permitía la creación de un movimiento de esas características
el gobierno le daría la bendición a los grupos armados del
Magdalena Medio. ―Me parece que el sicariato legaliza así sus
crímenes‖, dijo Viera a Semana y Jaramillo señaló que
Morena pretendía ―justificar los crímenes contra la UP y
contra el Partido Comunista‖.

Entre julio y agosto de 1989 ‗Báez‘ y Valenzuela recorrieron


en helicóptero cerca de 15 municipios del Magdalena Medio y
el occidente de Cundinamarca. En pueblos como Yacopí,
Morena alcanzó a reunir más de 10 mil personas en
manifestaciones políticas. Cuando se le cuestionó a ‗Báez‘
durante una versión libre sobre el financiamiento para
realizar estas correrías y el mantenimiento de Morena,
respondió que ―todos los episodios que tienen que ver con la
política en Puerto Boyacá y sus éxitos, no hubieran sido
posibles sin el apoyo y la financiación de las autodefensas‖.

Mientras que los líderes de Morena realizaban su gira por el


Magdalena Medio, ocurrió un hecho que puso al grupo en la
mira de las autoridades. En un operativo a una finca del
narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, alias ‗El Mexicano‘,
la Policía encontró un libro de Armando Valenzuela, dedicado
al capo del Cartel de Medellín. El hecho fue denunciado por
el entonces director del DAS, Miguel Alfredo Maza Márquez.

En ―Con las manos atadas‖, un libro escrito a finales del 89


por Valenzuela, el líder de Morena se refirió en términos
racistas a Maza. ―(Maza Márquez)…un policía de labios
negroides y cutis cetrino, ambicioso y astuto (…) ha hecho su
146
fortuna merced a una catarata de inferencias y medias
verdades (…)causando el daño a mi buen nombre, el general
de marras juzgó que lo hecho bastaba para sepultar a
Morena‖, escribió Valenzuela en el libro.

Este hecho causó la división entre los líderes del movimiento,


según el integrante de Morena Fernando Vargas. ―Muchos le
reprochamos lo del libro. Él nos explicó que no conocía a
Rodríguez Gacha y que todo se debió a que alguien le pidió
que hiciera una dedicatoria en uno de sus libros a un
empresario. Insistió en que lo hizo sin saber y de buena fe‖,
señaló Vargas.

Otro punto de divergencia entre la dirigencia de Morena fue el


apoyo a los precandidatos liberales a la presidencia. Mientras
Valenzuela propuso que debían tener un aspirante propio,
‗Baéz‘ dijo públicamente que el movimiento apoyaría a Durán
Dussán.

Cuando sus líderes comenzaron a discutir el respaldo del


grupo a un precandidato presidencial, ocurrió un hecho que
marcó el fin definitivo de Morena: el 18 de agosto de 1989
fue asesinado Luis Carlos Galán. Según Vargas y ‗Báez‘, los
integrantes del movimiento fueron estigmatizados como
cercanos a los posibles asesinos del aspirante liberal.
―Durante el sepelio del aspirante liberal un grupo de personas
comenzó a gritar ‗la Morena de Dussán mató a Galán‘. Las
cosas se pusieron muy peligrosas para nosotros y el
movimiento se disolvió‖, recordó Vargas.

Según cuenta Valenzuela en su libro, varios políticos


liberales, entre ellos, Bernardo Guerra Serna y Alberto
Santofimio Botero, convencieron a ‗Báez‘ de acabar con
Morena y fundar un nuevo movimiento regional dentro del
seno de Partido Liberal. Este fundó el Movimiento Liberal
Democrático y Popular del Magdalena Medio y consiguió una
curul en el Concejo de Puerto Boyacá.

147
Un año después, los líderes de las Autodefensas de Puerto
Boyacá intentaron fundar sin éxito el Movimiento
Agropecuario Nacional, Maná. El día de su lanzamiento, el 20
de julio de 1990, fue asesinado Henry Pérez, según contó en
una audiencia de imputación de cargos dentro del proceso de
Justicia y Paz, el entonces aliado de este grupo, Ramón
Isaza.

Después del final de Morena, Valenzuela publicó varios libros


defendiendo sus ideas de extrema derecha, hasta su muerte
en 2007. El ex dirigente de Morena se convirtió en un
referente para comunidades neo nazis como Tercera Fuerza,
el grupo que apareció a la luz pública en 2011, en un video
expuesto por Noticias Uno y Semana.com en el que sus
miembros rinden culto a Adolfo Hitler.

A la izquierda: página de Internet de Tercera Fuerza


en la que se referencia a Valenzuela como un
símbolo, dentro de la organización. A la derecha:
Fernando Vargas y Valenzuela, posando junto a la

148
bandera de Morena, en 1989.
―Don Armando es amigo personal de Tercera Fuerza y ha sido
baluarte para la lucha nacionalsocialista. Además ayudó a
forjar el pensamiento de varios de sus líderes y ha sido
siempre noble para impartir su sabiduría‖, dice una reseña de
Valenzuela en la página web del movimiento de extrema
derecha.

En 2003, ya como comandante del Bloque Central Bolívar,


‗Báez‘ intentó revivir a Morena y publicó un libro en el que
enunciaba sus consignas ideológicas. Un año más tarde,
comenzaron los diálogos con el gobierno Uribe que lo llevaron
a la desmovilización y a afrontar desde la cárcel el proceso de
Justicia y Paz. Aunque el proyecto de Morena no prosperó,
durante los noventa los paramilitares consiguieron
estructurar un brazo político basado en alianzas con
dirigentes de varios partidos, lo que les significó una
representación de poder en el país.

Los viajes de Yair Klein a Colombia


La historia - Auc
Viernes, 16 de Noviembre de 2012 12:01
El mercenario realizó tres viajes a Colombia para
reunirse con miembros de organizaciones bananeras y
ganaderas. Narró como escapó del país a través de la
frontera con Brasil.

149
Yair Klein entrenó grupos Durante las intervenciones
paramilitares en el Magdalena de Yair Klein ante los
Medio a finales de los magistrados de Justicia y
80. Foto: Semana. Paz, el mercenario israelí
reveló detalles de sus
viajes a Colombia, las
- Militares y políticos fueron cómplices
del entrenamiento a ―paras‖: Klein
personas con las que se
- El entrenamiento de Yair Klein a las reunió para planear los
Autodefensas del Magdalena Medio entrenamientos a los
- La enredada versión de Yair grupos paramilitares y los
Klein sobre Álvaro Uribe acercamientos que tuvo
con las autoridades colombianas.

De acuerdo a la versión de Klein, fueron tres los viajes que


realizó al país para coordinar los entrenamientos en los que
se reunió con miembros de una organización bananera de
Urabá y con jefes paramilitares del Magdalena Medio.

Klein aclaró que entró al país legalmente pero que al


enterarse que sobre él pesaba una orden de captura, huyó a
través de la frontera con Brasil.

En la última intervención de Klein en la audiencia que se


adelanta en contra del ex jefe paramilitar Ramón Isaza y
otros ex 'paras' del Magdalena Medio, el mercenario aclaró
que no tuvo nada que ver con el magnicidio de Luis Carlos
Galán y con el atentado al avión de Avianca, con el que el
Cartel de Medellín intentó asesinar a César Gaviria. Según
Klein, sus viajes a Colombia se limitaron exclusivamente a
coordinar los tres entrenamientos que realizó en Puerto
Boyacá.

―Yo no soy asesino, soy combatiente. Yo entrené a gente para


que se defendiera de la guerrilla no para que atacara a la
población civil‖, aseguró Klein, quien se refirió acerca de los
señalamientos según los cuales el arma con la que fue
asesinado Galán había sido traída por él de Israel.

150
El mercenario negó además haber traído armas de Israel para
los entrenamientos tal como lo había afirmado Luis Eduardo
Cifuentes, alias ‗El Aguila‘, un ex guerrillero que se convirtió
en jefe paramilitar del Bloque Cundinamarca y que recibió el
curso impartido por Klein.

Sobre las versiones que ha rendido Klein sobre la presunta


colaboración de militares y políticos, en las que salpicó al ex
presidente Álvaro Uribe, VerdadAbierta.com conoció que al
final de la legalización de cargos en contra de Ramón Isaza,
alias ‗El Viejo‘, y otros cuatro desmovilizados de las
autodefensas del Magdalena Medio, serán los magistrados de
Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, los encargados
de determinar si otorgan o no credibilidad al testimonio de
Klein para compulsar copias del proceso a las autoridades
correspondientes.

Según el magistrado Eduardo Castellanos, más allá de los


efectos judiciales esta iniciativa de la Sala de Justicia y Paz de
realizar audiencias temáticas pretende aportar a la
reconstrucción de la verdad, en este caso, sobre las escuelas
y los entrenamientos de las autodefensas en el país.

Los tres viajes de Klein

Según el mercenario, las tres veces que vino al país entre


1987 y 1988, lo hizo a través de una empresa contratista del
Ministerio de Defensa Israelí, llamada Hal Cal, aunque dijo no
tener copia de ningún documento que pruebe la relación
laboral con esta compañía. ―Yo no firmé nada con nadie en
Colombia, fue la empresa Hal Cal la que me trajo‖, agregó
Klein.

De acuerdo con la versión del mercenario, al principio la idea


era realizar los entrenamientos en la región de Urabá, por eso
el primer viaje se realizó a esta zona en donde fue recibido
por Luis Meneses, alias ‗Ariel Otero‘. ―Los contactos para los
dos primeros viajes los hice a través de Yitzhat Shoshani,

151
representante en Colombia de Hal Cal‖, narró Klein.

―Nos recibió Luis y nos encontramos en el Club Militar con un


General que nos comentó los problemas de la zona en que
debíamos entrenar, la dificultad del ejército de moverse en la
noche. Después nos encontramos con el presidente de una
organización de cultivadores de banano, quien también nos
explicó que sus fincas podían caer en mano de la guerrilla‖,
aseguró Klein.

Sin embargo, según el mercenario, antes de regresar a Israel


y mientras hacia su informe diagnostico del Urabá, la zona en
donde se iban a hacer los entrenamientos cayó en manos de
la guerrilla y por eso se iniciaron las gestiones con la
Asociación Campesina de Ganaderos y Agricultores del
Magdalena Medio, Acdegam, una organización creada por los
jefes paramilitares de la zona, Henry y Gonzalo Pérez, para
administrar los recursos que recibían del Cartel de Medellín.

―Para el segundo viaje Shoshani me dijo teníamos una


reunión en Bogotá con el presidente de Acdegam, un oficial
del DAS, el presidente del Banco Ganadero y el jefe
paramilitar Luis Meneses alias ‗Ariel Otero‘, señaló Klein.

De acuerdo con el ex militar israelí, los asistentes a la reunión


les explicaron los problemas del Magdalena Medio y les
pidieron empezar lo antes posible con el entrenamiento. ―A la
mañana siguiente viajé a Puerto Boyacá. Nos reunimos en la
oficina de la Alcaldía con Henry Pérez y su padre que eran
líderes de Acdegam, un encargado del Ministerio de
Agricultura, el comandante de la Policía de la zona, un alto
mando militar y por supuesto el alcalde. Salimos a hacer el
recorrido en el terreno e hice las observaciones sobre el
lugar‖, aseguró Klein.

Según Klein luego de regresar a Israel se reunió con su


equipo de instructores. ―Les comenté lo que había visto y el
peligro de la situación. Les pregunté si querían viajar y la

152
respuesta fue positiva‖, agregó.

Tres semanas después y luego de que ‗Ariel Otero‘ aprobó el


plan de entrenamiento, Klein asegura que salió para Colombia
con su equipo. ―No queríamos perder tiempo, seleccionamos
a 30 personas de los 60 que tenían escogidos Acdegam y los
comenzamos a entrenar durante 3 semanas. Al final hicimos
un ejercicio final‖, aseguró Klein, quien agregó que recibió el
pago por sus servicios una semana después en Bogotá.

En uno de sus viajes, Klein aseguró que había visitado las


instalaciones del extinto Departamento Administrativo de
Seguridad, DAS, para ofrecer sus servicios de entrenamiento.
Sin embargo dijo que por permisos de su gobierno y
cuestiones logísticas no se pudo concretarse su participación.

Según Klein, se enteró que tenía una orden de captura de las


autoridades colombianas cuando se encontraba en Bogotá en
su tercer viaje. ―Me contó Arik Afek un amigo empresario
floricultor. Yo viajé a Leticia en avión y de ahí pasé a Manaos
en Brasil. Salí con los sellos de inmigración colombianos, sin
ningún problema‖, dijo el ex militar.

Lo que le iba a contar Vicente


Castaño a la justicia
La historia - Auc
El creador de las Autodefensas aseguró que
empresarios, ganaderos y comerciantes los llamaron
para crear grupos paramilitares. También que
ciudadanos panameños los patrocinaron.

153
En la versión inédita escrita
de 20 páginas, todas ellas
firmadas por Vicente
Castaño, alias 'El
Profe'(descargar), el
paramilitar reveló que las
Autodefensas Campesinas
de Córdoba y Urabá, ACCU,
se expandieron por todo el
Vicente Castaño relató en país por el llamado y la
colaboración que les hicieron
un documento de 20 empresarios, comerciantes,
páginas su única versión mineros y
sobre las Autodefensas ganaderos. Castaño
Campesinas de Córdoba y preparó este documento
para presentarlo ante la
Urabá. Fotomontaje:
Fiscalía de Justicia y
VerdadAbierta.com Paz antes de su
desaparición.

En el escrito - que no tiene fecha, pero que se presume es de


mediados de 2006 - Vicente Castaño aseguró que llegaron a
zonas como Antioquia, Córdoba, los Llanos orientales, Chocó,
Valle del Cauca, Montes de María, Caquetá, Putumayo,
Arauca, Tolima, Casanare y Magdalena, por el apoyo que
tuvieron de ―personalidades influyentes‖.

Castaño se desmovilizó el 3 de septiembre del 2006 con el


Bloque Centauros, pero después de que el Gobierno decidió
recluir a todo el grueso de jefes paramilitares en la cárcel de
Itagüí decidió huir y desapareció en 2007 al parecer
asesinado por órdenes de sus pares en el Bajo Cauca
antioqueño.

Esta única confesión histórica de Vicente Castaño que, según


investigaciones de la Fiscalía, fue escrita después de ser
aprobada la ley de Justicia y Paz en 2005, fue encontrada en
la memoria USB que pertenecía a Carlos Castaño y que fue

154
entregada a la Fiscalía en junio de 2008 por Ever Veloza,
alias ‗HH‘.

En el escrito conocido por VerdadAbierta.com, Castaño hizo


un recuento detallado de cómo las Accu se fueron
expandiendo en buena parte del país, pero no dio nombres de
aquellos que los apoyaron y financiaron. Eso sí, mencionó a
los que consideró hombres claves para las Accu como Raúl
Hasbún, Ángel Gaitán Mahecha y Dario Moreno, entre otros.

Alias 'El Profe' resaltó la importancia que tuvo para la


consolidación del proyecto paramilitar que lideraban él y sus
hermanos Fidel y Carlos, la incorporación de varios ex
guerrilleros del Epl y de las Farc en las filas de las Accu.

En la versión, Castaño aceptó que existió una ―convivencia


pragmática‖ entre las autodefensas y algunos funcionarios del
Estado gracias a la cual fue posible expandirse sin mayores
complicaciones.

―En medio de todo se conformó


el grupo más disímil del
mundo: militares retirados,
ex guerrilleros, ganaderos,
empresarios, comerciantes,
arroceros, cacaoteros,
cafeteros, palmeros, los
cultivadores y
transportadores, la clase
media y las víctimas de la
guerrilla, todos se
orientaron en una sola
causa: la autodefensa”,
afirmó Castaño en la confesión
que estaba preparando.

La paraeconomía de las
Accu

155
Aunque no tuvo oportunidad
de ahondar sobre los nexos
entre empresarios y
paramilitares, Castaño
aseguró que distintos grupos
económicos participaron en
la conformación y
consolidación de las Accu en
el país.
Raúl Hasbún alias 'Pedro
Castaño hizo un recuento de
Bonito' fue uno de los cómo entraron las
primeros empresarios en autodefensas a cada región
financiar la luchar del país gracias al llamado y
antisubversiva. Foto: al respaldo de industriales,
Fiscalia comerciantes y ganaderos, y
que éstos fueron quienes
consiguieron las armas y los hombres para avanzar
militarmente y enfrentar al Epl y a las Farc.

―Debido a la expansión de las Accu y los resultados positivos


en las diferentes regiones, se creó el consenso con las
comunidades y se presentaron peregrinaciones de
personalidades respetables e influyentes de diferentes zonas
de Colombia para solicitar la presencia y ayuda de las
autodefensas‖, aseguró Vicente Castaño, haciendo alusión a
que el paramilitarismo no era un problema rural sino el
resultado del apoyo y el respaldo de quienes vivían en las
ciudades.

El matrimonio entre el paramilitarismo y distintos


sectores económicos sobrepasó incluso las fronteras
del país, ya que según el jefe paramilitar Vicente
Castaño, en el caso de la incursión al Urabá chocoano al
mando de Freddy Rendón Herrera alias el „Alemán‟,
contó con el respaldo de empresarios panameños.

―Ante la agresión de las Farc a la soberanía del hermano país,


156
el gobierno de la señora Mireya Moscoso, en un acto de
dignidad Nacional, dispuso cambios en la estructura de
seguridad, lo cual terminó con la aberrante manguala en la
frontera entre guerrilla y autoridades panameñas. Gracias a
esto y al frente dirigido por el ‗Alemán‘, en reemplazo de
‗Carlos Correa‘ y apoyado por la población y empresarios de
los dos países, se logró la recuperación de la zona‖, afirmó
Vicente en el texto.

De hecho, Castaño señaló que varios empresarios luego se


convirtieron en importantes jefes paramilitares, como
ocurrió con Raúl Hasbún, alias „Pedro Bonito‟, quien fue
el jefe paramilitar del Frente Árlex Hurtado del Bloque
Bananero y de Darío Moreno Calle, representante de mineros
y ganaderos que se desmovilizó con el Bloque Noroccidental y
fue asesinado en 2008.

Hasbún, también conocido como 'Pedro Ponte', actualmente


en Justicia y Paz y recluído en una cárcel de Medellín, fue
clave para la llamada Casa Castaño en la financiación de los
paramilitares por parte de las empresas bananeras en el
Urabá Antioqueño.

Durante su comparecencia ante Justicia y Paz, este


paramilitar ha aportado listas de financiadores de las Auc en
el Urabá antioqueño: ―Hemos entregamos listados de 270
bananeros, 400 ganaderos y 4.200 comerciantes que le
aportaron voluntariamente a las autodefensas. Hoy dicen que
fue a través de las Convivir y que ellos no tenían
conocimiento, eso es mentiras‖.

Hasbún, por su calidad de empresario bananero y conocedor


del negocio, fue el encargado de diseñar el pago de tres
centavos de dólar por caja cobradas a las empresas
comercializadoras de banano en el Urabá antioqueño para
financiar a las Auc a través de la fachada de cooperativas de
vigilancia y seguridad.

157
Por otra parte, Castaño aseguró que en el suroeste
antioqueño, Héctor Restrepo alias „Perra Loca‟ amigo
cercano de Fidel y Carlos Castaño, fue quien en
representación de los sectores económicos pidió la presencia
de los paramilitares que entraron a la región al mando de
alias ‗Gabriel‘ y de alias ‗René‘.

Héctor Restrepo Santamaría, hoy prófugo de la justicia, ha


sido señalado por varios jefes paramilitares como el
comandante del Frente Titiribí del suroeste antioqueño.

En el nordeste antioqueño el origen de las autodefensas se


dio, según Castaño, por Luis Alberto Villegas como
representante de los empresarios, ganaderos y agricultores. A
esta región llegarían las autodefensas comandadas por alias
‗Jota‘ que actuó principalmente desde el municipio de Amalfi y
que luego se expandiría hacia Anorí con el respaldo pleno de
los comerciantes que sostuvieron financieramente a las
autodefensas.

Según la versión de Vicente Castaño, tanto las autodefensas


del suroeste y del nordeste antioqueño se convirtieron en el
Bloque Metro de las Auc, casualmente en zonas donde
señalados empresarios como los Villegas Uribe y los Gallón
Henao han tenido propiedades, así como también la familia
Uribe Vélez, asunto que ha sido señalado por diversos
paramilitares.

En la incursión a Córdoba, especialmente en los municipios de


Planeta Rica, Montelibano, Ayapel y Frente Valencia, la
dinámica fue la misma. Según Castaño en la región los
comerciantes y ganaderos ya estaban organizados, habían
conseguido las armas, los radios y los hombres, por esta
razón el aporte de las Autodefensas fue fortalecer sus
estructuras militares, políticas y logísticas.

Ángel Gaitán Mahecha: pieza clave de las Accu


Dentro de la versión de Vicente Castaño se confirma la

158
participación de Ángel Gaitán Mahecha, mano derecha de
Víctor Carranza, en la conformación de las autodefensas. El
jefe paramilitar relaciona a Gaitán Mahecha como viejo amigo
de Fidel y de Carlos Castaño, y quien facilitó que las
autodefensas de Córdoba y Urabá llegaran a los Llanos
Orientales, a Tolima, al Magdalena y a Arauca.

Gaitán Mahecha ha sido señalado por Jorge Humberto


Víctoria, alias 'Capitán Victoria', como el hombre que sirvió de
enlace entre el esmeraldero Víctor Carranza y Vicente
Castaño para planear la incursión paramilitar a los Llanos
Orientales.

Gaitán fue capturado por el CTI de la Fiscalía en julio de 1998


en el norte de Bogotá, en compañía de los ex congresistas
Carlos Herney Abadía y Jaime Lara Arjona (condenados por el
proceso 8.000), quienes habían salido ilegalmente de su sitio
de reclusión. El 8 de septiembre de 2001 fue asesinado en la
cárcel de La Picota.

A Gaitán Mahecha la justicia colombiana le tenía abierta una


investigación por conformación de grupos paramilitares y le
seguía un juicio por el secuestro de tres escoltas del
narcotraficante Leonidas Vargas, 'El Viejo', quien fue
asesinado en Madrid, España, en 2009. A este proceso
también está vinculado el zar de las esmeraldas, Víctor
Carranza.

―Por gestión de Ángel Gaitán se programó una reunión con un


grupo de campesinos humildes y agricultores, la mayoría de
la tercera edad acompañados de sus hijos y nietos. Estas
personas le llamaron mucho la atención a Carlos Castaño
porque eran tan antiguos como el surgimiento de Marulanda
en la guerrilla‖, de esta forma el paramilitar relató la reunión
con la gente de Tolima en un apartado que en su versión
titula los enemigos de Marulanda.

Según el jefe paramilitar por la simpatía que sintió Carlos

159
Castaño decidió apersonarse de este grupo que capacitó
militar y políticamente en la escuela Acuarela a manera de
donación del estado mayor de las Accu. Este frente operó en
Marquetalia, Santa Helena, Cañaveral, Victoria, El Higuerón,
El Placer, Pavas, El Tablazo y El Hatillo.

En los casos del Meta y Magdalena, según Vicente Castaño,


Gaitán Mahecha sirvió como intermediario entre los
bananeros, industriales, palmeros, ganaderos y
comerciantes y las Autodefensas de Córdoba y Urabá.
Gracias a su gestión fue posible incursionar en las zonas.

Pero Ángel Gaitán Mahecha parece haber influenciado


también en la entrada de los hermanos Miguel ángel y Victor
Mejía Múnera a las autodefensas de Arauca.

―Cuando se decidió terminar de copar el territorio con las


autodefensas ninguno de los bloques existentes se le midió a
semejante osadía, los únicos que aparecieron fueron los
‗Mellizos‘ Mejía, quienes fueron presentados a las Accu por
Ángel Gaitán Mahecha desde tiempo atrás‖ así narrá Vicente
Castaño como se llegó a los mellizos que se convirtieron en lo
comandantes del Bloque Vencedores de Arauca.

En su versión, Vicente Castaño pidió perdón por sus acciones.


"Con esto pongo fin a mi participación en una dolorosa
y luctuosa guerra que no inventamos, no comenzamos,
no eprdimos y no repetiremos, pero que no pudimos
evitar", afirmó el jefe paramilitar.

El híbrido paraguerrillero
A partir de lo que fue considerado por Vicente Castaño como
un debilitamiento de las estructuras de las guerrillas en
Antioquia, se puso en práctica una estrategia de
reclutamiento de guerrilleros para engrosar las filas de los
paramilitares y facilitar las tareas de inteligencia en contra
supuestos subversivos y sus auxiliares.

160
Esta etapa híbrida es considerada por Castaño como un
momento clave para el movimiento, hecho que se evidencia a
través del relato histórico de las Accu en el que se resalta la
importancia que tuvieron algunos ex miembros de las
guerrillas de las Farc y del Epl en la consolidación de
las Autodefensas de Córdoba y Urabá.

Según el desaparecido jefe paramilitar, ―las informaciones


que traían los ex guerrilleros eran más precisas y esto
facilitaba las cosas y evitaba que personas ajenas al conflicto
sufrieran la penuria de la guerra‖.

Por ejemplo, en el caso de Turbo, Antioquia, las autodefensas


recibieron a Hernán Hernández, un ex combatiente de las
Farc, quien de acuerdo con la versión de Castaño fue el
encargado del reclutamiento en las filas del enemigo.

Para lograrlo, Hernández contactaba a las familias de los


guerrilleros que vivían en los municipios del Eje Bananero
para persuadirlos a unirse al movimiento de autodefensa.

―Empezaron a llegar a las Accu más guerrilleros con cargos


muy importantes y con muy buena información sobre el
accionar de la guerrilla en Urabá y zonas aledañas a Turbo‖,
afirmó Castaño en el documento en el que narra cómo se
expandió el paramilitarismo desde Turbo hasta Necoclí,
Currulao, Apartadó y Chigorodo.

Así mismo, en Necoclí se integró al grupo paramilitar Carlos


Ardila conocido con el alias ‗Carlos Correa‘, quien era
financiador del Frente 58 de las Farc. ‗Carlos Ardila‘ fue
considerado como uno de los primeros comandantes de la
región del Urabá.

Alias ‗El Alemán‘ contó que en la década de 1990 trabajaba


en una proveedora de alimentos en el Urabá y fue así como
conoció a ‗Carlos Correa‘. ―Eso fue en 1995. ‗Carlos Correa‘
me compraba víveres y él me presentó a Carlos Castaño. Me

161
reuní con Castaño cerca del Mellito sobre el río Mulatos. Le
escuché por primera vez un discurso. Habló de que tocaba
defender la institucionalidad y que el Gobierno era incapaz de
mantener la honra de los hombres. Le expresé que estaba de
acuerdo y me preguntó: ¿usted de dónde es? Y yo le dije: del
pueblo más hermoso de Colombia, de Amalfi. Entonces de
respondió: primito, bienvenido a las autodefensas‖.

―‗Carlos Correa‘ era el financiero del Frente 58 de las Farc. A


Arnoldo Vergara le dieron la orden de matarlo, pero no lo
encontró. Entonces Carlos Castaño lo mandó llamar y le dijo
que se uniera a los paramilitares, que no se hiciera matar y
que creara un grupo paramilitar. Correa formó un grupo y
Castaño le puso de segundo a Vergara para que lo vigilara‖,
contó alias ‗El Alemán‘ en una versión libre el 31 de mayo de
2011.

Correa crearía un grupo paramilitar compuesto por 30


hombres que fue conocido como 'Los Guelengues', llamado
así porque en lugar de llevar equipo de campaña, cargaba sus
armas y municiones en costales de finca. ―Ellos estaban
ubicados en una finca al sur del matadero de Necoclí conocida
como ‗La 70‘. En ese punto se unían con ‗Los 90‘, un grupo de
Castaño‖, dijo el exjefe paramilitar.

Aunque el jefe del grupo que delinquía en el norte de


Antioquia estaba a cargo de ‗Carlos Correa‘, la Fiscalía explicó
que desde 1995 ‗El Alemán‘ hizo parte de la vocería del grupo
y a partir de 1997 firmó documentos como parte de la cúpula
de las Auc. Cuando el grupo creció en hombres y en armas,
desde el norte de Antioquia se movilizaron hasta Riosucio,
Unguía y Acandí, para delinquir en el Urabá chocoano.
Después de la muerte en 1997 de Élmer Cárdenas, un
integrante del grupo, los ‗guelengueros‘, luego ‗Grupo de La
70‘, asumieron el nombre de ese ex paramilitar.

Sin embargo, para Vicente Castaño el punto cumbre de la


unión para-guerrillera se dio en una celebración conocida

162
como „El día de la Esperanza‟, en el que se realizó el
reclutamiento masivo de guerrilleros del Epl, en 1996. Según
Castaño, Hernán Hernández gestionó una visita a un
campamento de ese grupo, ubicado en Vigia del Fuerte en
Chocó, en el que se propuso la deserción de los subversivos
con el apoyo de Ricardo Lora alias ‗Marrano‘, ex guerrillero
que se había cambiado de bando y que lideraba el grupo
urbano del oriente antioqueño.

El comandante del Epl, alias ‗Giovanni‘ se contactó con alias


‗Marrano‘ quien luego de persuadir a los miembros del grupo,
coordinó su salida en cuatro helicópteros desde Vigia del
Fuerte hacia Urabá. Fue entonces cuando según Vicente
Castaño, los guerrilleros reclutados fueron integrados a la
escuela paramilitar Acuarela para luego ser enviados a
reforzar al Bloque Norte.

De la misma manera, el comandante máximo del Epl en el


oriente antioqueño alias ‗Gonzalo‘ contactó a Hernán
Hernández y a alias ‗Marrano‘ para una nueva desmovilización
y posterior integración de los guerrilleros a las filas de los
paramilitares.

―El mismo Carlos Castaño, fue quien con enorme mística y


tesón dirigió este proceso, contando con la colaboración
entusiasta y valiosa de los excelentes funcionarios: los
doctores Tomás Concha, director nacional de reinserción y
Carlos Rangel, secretario del Ministerio del Interior‖, agregó
Vicente Castaño en su relato haciendo alusión a su tarea de
perdón frente al enemigo.

El gobierno de Virgilio Barco ya había adelantado


negociaciones con los miembros del Epl para 1991, año en el
que se realizaron estas desmovilizaciones en las que participó
Horacio Serpa como Ministro de Gobierno.

Es importante aclarar que estas desmovilizaciones contaron


con el apoyo y el respaldo del gobierno y fueron públicas y

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conocidas por los medios y la opinión pública.

Sin embargo, según el relato de Vicente Castaño las


autodefensas por su propia cuenta, hicieron parte del proceso
realizando jornadas de motivación para la desmovilización.

De acuerdo a la versión del jefe paramilitar, esta


desmovilización de los subversivos no tuvo los efectos
esperados ya que el gobierno incumplió con los compromisos
de reinserción que se habían pactado con los ex gerrilleros.
Esto explica porque muchos de los desmovilizados, según
Vicente Castaño, decidieron volver a tomar las armas y pasar
a las filas del paramilitarismo.

Castaño no pudo ampliar estas declaraciones, ya que las


verdades que conocía desaparecieron con él.

Según el informe de la Procuradoría, más de 59 personas vinculadas a las


Fuerzas Militares estarían relacionadas con el grupo Muerte a Secuestradores.

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