“La escuela de Fráncfort y la denuncia de la razón instrumental”
1. Describir el contexto histórico en el que surgió la escuela de Francfort.
La escuela dé Fráncfort tuvo su origen en el Instituto para la investigación social fundado en Fráncfort a principios de la década de 1920. Con el nombramiento de Horkheimer como director el Instituto fue adquiriendo cada vez más importancia y asumió los rasgos de una escuela dedicada a elaborar aquel programa que ha pasado a la historia de las ideas con el nombre de teoría crítica de la sociedad. Fue la época de posguerra de la primera conflagración bélica mundial, el período que pasó por la experiencia del fascismo y del nazismo en Occidente, y del estalinismo en la Unión Soviética; más tarde conoció el vendaval de la segunda guerra mundial y asistió al desarrollo generalizado e irrefrenable de la sociedad tecnológica avanzada. Por eso en él centro de las reflexiones de los miembros de la escuela de Francfort hallamos tanto las cuestiones políticas más importantes como también aquellos problemas teóricos sobre los cuales había reflexionado el marxismo occidental (Lukács, Korsch), en contraste con pensadores como Dilthey, Weber, Símmel, Husserl o los neokantianos, contraste que los miembros de la escuela ampliarán hasta el existencialismo y el neopositivismo. El fascismo, el nazismo, el estalinismo, la guerra fría, la sociedad opulenta y la revolución pendiente, por una parte; y por la otra, la relación entre Hegel y el marxismo, y entre éste y las corrientes filosóficas contemporáneas, así como también el arte de vanguardia, la tecnología, la industria cultural, psicoanálisis y el problema del individuo en la sociedad de hoy, son los diversos temas que se entrecruzan en el seno de la reflexión de la escuela de Francfort. 2. En términos de Horkheimer ¿Cuál es la finalidad y los temas sobre los que reflexiona la Teoría Social Critica? En 1932 Horkheimer comienza a publicar la Revista para la investigación social, que se propone recuperar y desarrollar los temas propios del archivo, pero asumiendo un planteamiento socialista y materialista, sin duda, cuyo acento se coloca no obstante sobre la totalidad y la dialéctica. La investigación social es la teoría de la sociedad como un todo, no se limita a efectuar indagaciones especializadas y sectoriales, sino que tiende a examinar las relaciones que vinculan recíprocamente los ámbitos económicos con los históricos, los psicológicos y los culturales, partiendo de una visión global y crítica de la sociedad contemporánea. Es así como se instaura el nexo entre hegelianismo, marxismo y teoría freudíana que será un rasgo típico de la escuela de Francfort y que, dentro de las variantes aportadas por los diversos pensadores de la escuela, se convertirá en constante punto de referencia para la teoría crítica de la sociedad. La teoría crítica de la sociedad surge -en la intención de Horkheimer- para promover una teoría de la sociedad existente, considerada como un todo, pero se trata de una teoría crítica, capaz de sacar a la luz la contradicción fundamental de la sociedad capitalista. El teórico crítico es aquel teórico cuya única preocupación consiste en el desarrollo que lleve a una sociedad sin explotación. La teoría crítica de la sociedad persigue de modo plenamente consciente un interés por la organización racional de la actividad humana. La teoría crítica quiere ser comprensión totalizante y dialéctica de la sociedad humana en su conjunto, y para ser más exactos, de los mecanicismos de la sociedad industrial avanzada, con el fin de estimular una transformación racional que tenga en cuenta al hombre, su libertad, su creatividad y su armonioso desarrollo en una colaboración abierta y fecunda con los demás, en vez de que exista un sistema opresor que se vaya perpetuando. Se realiza una crítica a la razón instrumental mediante la razón. 3. ¿En qué consiste la dialéctica negativa de Adorno? Adorno centra su interés en la dialéctica de la negación, en la dialéctica negativa, en la dialéctica que niega la identidad entre realidad y pensamiento, y de este modo descarta las pretensiones de la filosofía con respecto a aferrar la totalidad de lo real, revelando su sentido oculto y profundo. El hecho de que los sistemas filosóficos se jacten de escrutar las intenciones ocultas y evidentes de la realidad es una ilusión fundada en el supuesto indemostrado según el cual el ser se corresponde estrictamente con el pensamiento y se muestra accesible a él. Esto constituye una ilusión, como lo atestigua el fracaso de las metafísicas tradicionales, la fenomenología, el idealismo, el positivismo, el marxismo oficial o la ilustración. Nos dice que la filosofía hoy en día solo sirve para enmascarar la realidad. La dialéctica negativa, en otros términos, no es una dialéctica idealista que disfraza la realidad con armónicos esquemas conceptuales, sino más bien una dialéctica materialista para la cual la realidad (entendida como material) no es en absoluto racional y según la cual una realidad desgarrada, no apaciguada e. irreductible quiebra y desmitifica todos los intentos filosóficos, cualquier totalidad tanto teórica como práctica, y por lo tanto, política: La primacía del objeto se ve demostrada por la impotencia del espíritu en todos sus juicios, así como en la organización de la realidad. El elemento negativo, que el espíritu no logre la conciliación junto con la identificación, se convierte en motor de la propia desmitificación no todo lo real se reduce a lo racional. Aspira a ser una defensa contra la cultura culpable y miserable, puesto que nadie puede ocultar el hecho de que afirma Adorno en Dialéctica negativa- toda la cultura después de Auschwitz. Incluida la crítica urgente que se realiza contra ella, no es más que escoria. Se diferencia de Hegel en que para este la realidad es ideal, es parte del desarrollo del espíritu, es decir la realidad es algo racional. Todo lo que no entra en la estructura racional no entra en la realidad. Hay cosas que no se pueden negar por la razón y son reales; ejemplo: la cultura y la filosofía fueron escoria. 4. En términos de Adorno y Horkheimer ¿Por qué se perdió la confianza en la razón objetiva? ¿de qué manera la industria cultural convirtió el lema de la ilustración en su contrario? ¿Por qué el progreso tecnológico genera deshumanización de la sociedad? Mediante la dialéctica negativa realiza una crítica a la sociedad moderna, a la cultura moderna. Adorno criticó con dureza la sociología de cuño empirista (o positivista), que no logra descubrir la peculiaridad típica de los hechos humanos y sociales, en comparación con los naturales. Este ataque frontal -a veces violento e injusto, pero por lo general poco interesante- contra la cultura contemporánea constituye un ataque contra lo que Adorno considera imágenes desviadas de la realidad, donde vuelven a encontrarse todas las cosas; imágenes que sólo desempeñan la función de servir al poder, en lugar de actuar como portavoz de una realidad desquiciada, como es el caso de la sociedad capitalista. Ambos autores reconocen que la ilustración abarca más que solo el siglo de las luces, comprenden que desde Jenofonotes en adelante la ilustración mediante la idea del progreso permitió al hombre ser amo del mundo mediante la manipulación de la razón. En ella ha prevalecido la idea de que el saber es más técnica que crítica. Y el temor a alejarse de los hechos se hace uno con el temor a la desviación social. De esta manera se ha perdido la confianza en la razón objetiva, lo que importa no es la verdad de las teorías sino su funcionalidad, en vista de los finés sobre los cuales la razón ha perdido todo derecho. En otras palabras, la razón es pura razón instrumental. Es totalmente incapaz de fundamentar o de poner en discusión los objetivos o finalidades que sirven para orientar la vida de los hombres. La razón es razón instrumental porque únicamente puede individualizar, construir o perfeccionar los instrumentos o medios adecuados al logro de fines establecidos y controlados por el sistema. Vivimos en una sociedad totalmente administrada, y en ésta la condena natural de los hombres se muestra hoy inseparable del progreso social La sociedad tecnológica pone en funcionamiento un aparato llamado: “Industria Cultural” comprendido por los medios de comunicación: el cine, radio, televisión, etc. A través de estos medios de comunicación de masas el poder impone valores y modelos de conducta, crea necesidades y establece el lenguaje. Estos valores, necesidades, conductas y lenguaje resultan uniformes porque deben estar vigentes para todos; son amorfos, asépticos; no emancipan, no estimulan la creatividad; al contrario, la obstaculizan porque acostumbran a que los mensajes se reciban de manera pasiva. La industria cultural ha realizado pérfidamente al hombre como ser genérico. Cada uno es, cada vez más, sólo aquello por lo cual puede sustituir a otro: algo perecedero, un mero ejemplar. Él mismo, en cuanto individuo, es lo absolutamente sustituible, una pura nada. Esto también ocurre con la diversión, ya no constituye el lugar de recreo, de la libertad, la genialidad, la alegría auténtica. La industria cultural es la que fija las diversiones y sus horarios. El individuo continúa padeciendo. Al igual que padece las reglas del tiempo libre, que es tiempo programado por la industria cultural. La apoteosis del individuo medio pertenece al culto de aquello que se halla a buen precio. De este modo, la industria cultural no se limita a servir de vehículo a una ideología, sino que ella misma se convierte en ideología: la ideología de la aceptación de los fines establecidos por otros, es decir, por el sistema. La función de estos instrumentos está en dejar las facultades intelectuales suspendidas. La industria cultural de este modo genero lo contrario a lo que buscaba la ilustración. 5. Para Horkheimer ¿Cuál sería la función o aporte de la razón ante la realidad de la sociedad industrial contemporánea? Ante este vacío espantoso, se trata de buscar remedio, apelando a sistemas como la astrología, el yoga o el budismo; también se ofrecen adaptaciones populares de filosofías objetivistas clásicas o incluso se recomiendan las ontologías medievales para su uso moderno”. El paso de la razón objetiva hasta la -subjetiva no se produce por azar, y si aquellas fílosofías.se han derrumbado, ha sido porque sus cimientos eran demasiado débiles. No obstante, el resurgir de estas filosofías -que hoy no son más que filosofías auxiliares- no nos salva, y tampoco el arte logra captar el significado de la realidad u otorgarle uno específico. La realidad, en cambio, es que la naturaleza es concebida, hoy más que nunca, como mero instrumento del hombre; es objeto de una explotación total, a la que la razón no asigna ningún objetivo y por lo tanto no Conoce límites, se considera como algo inútil y superfluo aquel pensamiento que no sirve los intereses de un grupo constituido a los objetos de la producción industrial, tal decadencia del pensamiento fomenta la obediencia a los poderes establecidos, representados por los grupos que controlan el capital o los que controlan el trabajo, la cultura de masas trata de vender a los hombres el género de vida que ya llevan y qué odian inconscientemente, aunque lo alaban de palabra no sólo la fábrica adquiere la capacidad productiva del obrero y la subordina a las exigencias de la técnica, sino que los dirigentes sindicales establecen sus dimensiones y la administran la dedicación de la actividad industrial no conoce fronteras. El ocio es considerado como una especie de vicio, cuando va más allá de la medida en que es necesario para restaurar las fuerzas y permitirnos reemprender el trabajo con más eficacia el significado de la productividad se mide a través de su utilidad con respecto a la estructura del poder, y no con respecto a las necesidades de todos. En esta situación desesperada, el favor más grande queja razón podía hacerle a la humanidad consiste en la denuncia de lo que habitualmente recibe el nombre de razón. La tarea de la filosofía consiste en traducir lo que aquéllos han realizado a palabras que los hombres puedan oír, aunque sus voces mortales hayan sido reducidas al silencio por la tiranía.