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Bueno en este espacio o escrito analizamos el capítulo 2 del libro del texto guía formas básicas de

la angustia, con el tema del capítulo mencionado que es las personalidades depresivas. Bueno en
este capítulo hablamos mucho de esos sentimientos que nos permiten formar o valorar esa
grandeza como lo es el amor que nos brinda esa tranquilidad y felicidad en nuestra vida cotidiana
pero también hablamos de esos sentimientos negativos que a la larga generan los sentimientos
depresivos, por eso con esos seres que amamos mostramos el anhelo de hacer feliz a la persona
amada nos identificamos con esto, intentamos adivinar sus afanes pensamos mas en ella que en
nuestros propios intereses, podemos olvidarnos de nosotros mismos y experimentar un
intercambio de donación y recepción, que nos satisface y que fusiona el tu y el yo en solo
sentimiento, por eso la imagen primordial de este amor es la relación entre madre e hijo, pero
quizás cualquier categoría de amor busca restablecer, esos valores por eso se dice se puede volver
a encontrar ese sentimiento cuando se experimenta el amor a temprana edad.
Por otra parte cuando encontramos a una persona con una personalidad esquizoide utiliza como
medio de autodefensa, el esfuerzo de por acortar distancias tanto como sea posible. De una forma
muy visible. Por otra parte el deprimido busca permanecer lo más cerca posible del tu o esa
persona pero de igual forma vivirá con mayor angustia por el cual el distanciamiento y separación
de la pareja cosa que el trata de evitar, por eso para esta persona con personalidad depresiva la
lejanía supone verse solo, ser abandonado, lo cual puede conducirle a profundas depresiones
hasta la misma desesperación. Esto es precisamente lo que le resulta más difícil a la personalidad
depresiva, porque tendría que acortar los lazos que la atan con esa persona, cosa que puede
provocar de inmediato una nueva angustia de soledad en esta personalidad predomina la angustia
en sus distintas modalidades que son por el aislamiento, separación, desamparo, abandono, dichas
personas pretenden la mayor proximidad y vinculación factibles, mientras que el tipo contrario el
de personalidad esquizoide y descrito anteriormente desea la mayor distancia y desvinculación
posibles para protegerse contra su angustia característica. Por otro lado la personalidad depresiva
advierte que el devenir, de si mismo marca individuación que comparta ineludiblemente el ser
distinto que lo separa de los demás, además opta por renunciar a serlo o no permite que su pareja
lo sea. El depresivo es consciente de la angustia de soledad, la angustia de individuación que
constituye el autentico problema se mantiene inconsciente en gran medida la angustia de que la
propia dependencia o de la pareja puede desembocar en ciertos desarrollos cada vez más alejados
entre sí y con ello a una posible pérdida contiene un núcleo de verdad, es decir que cada paso de
esta individuación y la autonomía nos aísla un poco más, cabe recalcar que la persona con esta
personalidad esta especialmente expuesto a esta clase de ansiedad en el diferenciarse, pensar o
sentir de modo distinto a los demás pueden constatar que la angustia de soledad y que la vivencia
de alejamiento y alineación que por ellos procura eliminar cuanto le distingue de las personas.
Las personas depresivas buscan sumisión que les garantice una seguridad; pero tal sumisión
incrementa la angustia de soledad, por ellos pretenden fijar al otro tan estrechamente como les
sea posible y reaccionar con pánico ante lo más breve a la separación. Así llegan a establecer un
circulo vicioso que solo se puede romperse cuando se atreven a devenir por si mismos a
convertirse en sujetos autónomos pero desde otro punto de vista el esquizoide se defendía de la
confianza y cercanía de los demás aferrándose a la creencia de que los seres humanos son
peligrosos e indignos de fe a fin de evadirse de la angustia también idealizo a las personas sobre
todo a los más próximos a él, disculpándose por sus debilidades o deja de ver sus aspectos
negativos. Además no quiere ver en nada que pueda asustarle o inquietarle ya que ella pondría en
tela de juicio la confiada relación con las demás personas.
Por otra parte las personalidades depresivas incurren en situaciones parecidas pero se dice que
llega constantemente al límite de su capacidad de adaptación y renuncia cuando reconoce que no
puede eludir su propio ser subjetivo, además intenta robar el alma a los persistentes y exageradas
exigencias de sus virtudes de la envidia, que tienen respecto de quienes que sin sentimiento de
culpabilidad ni angustia toman la vida cuanto esta les puede brindar. Dicho reconocimiento puede
ser el punto de partida de su alivio y autoconfianza. Entre las personalidades depresivas mas
alteradas predominan en el trato amoroso, la angustia de soledad por ello se dan las relaciones
más turbulentas con la pareja, un tipo de relaciones propiamente depresivas. Las dos formas más
frecuentes vienen de ofrecer el siguiente aspecto parece como si la personalidad depresiva no
intentase vivir si no inmersa en su pareja en plena identificación con ella en resumen, vive como
si el pensar de otro modo a mantener otras miras y otros gustos y en general diferenciarse del
amigo para querer ser uno mismo fuese un peligro y pudiese despertar la dicha angustia soledad.

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