Ya son dos días de manifestación, y la piedad por parte de la policía, o algún
sentimiento parecido parece no existir, utilizando armas que habían sido decretadas como prohibidas por la alcaldesa Mayor. No se puede sentir otra que repudio y asco por todos esos actos llenos de sevicia, nadie, absolutamente nadie merece morir a tan corta edad, mucho menos a manos de un cerdo sin alma que podría venderte por cualquier cosa.