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Estado Civil de Las Personas
Estado Civil de Las Personas
Del derecho romano viene la denominación derecho civil, ius civile, al que Justiniano
caracterizó como el derecho de la ciudad, de los ciudadanos romanos, contraponiéndolo al
ius gentium, éste último que correspondía al derecho común de todos los pueblos, en
relación a Roma.
En Roma inicialmente en el transcurso de los siglos, respecto al ser humano como sujeto de
derecho, se empleaban dos palabras; CAPUT, STATUS, significando la primera cabeza
individuo o miembro de la especie humana; y la segunda, situación jurídica en la que puede
encontrarse al ser humano, con repercusión inmediata a su capacidad jurídica. Los mismos
estatus hacían referencia a la posición del hombre, es decir, de una persona en cuanto a la
libertad, ciudadanía, y familia abarcando siempre las diferencias de la época en cuanto a la
existencia dilatada del hombre como tal y sus características enmarcadas además de las
marcadas diferencias en las clases sociales de la época romana, como en la diatriba de ser
un hombre libre o ser un esclavo.
Status Libertatis: Estado de Libertad
Status Civitatis: Estado de Ciudadanía
Status Familiae: Estado de famila.
CONCEPCIONES MODERNAS
CONCEPTO AMPLIO: conjunto de condiciones o cualidades de la persona. Que
producen consecuencias jurídicas referidas a su posición dentro de una comunidad política,
familiar y a la persona misma es decir, independientemente en sus relaciones con los
demás.
LA FILIACIÓN
La filiación produce diversos efectos jurídicos de gran importancia, tales como la
nacionalidad, el estado civil y el derecho de alimentos. La filiación es el vínculo jurídico
que une al padre o madre con su descendencia, que genera derechos y deberes recíprocos.
La filiación une a las personas que descienden unas de otras, el concepto más aceptado nos
indica que la relación de filiación es la que se da entre padres e hijos, es decir, entre
generantes y generados. Constituye un hecho natural, ya que tiene su base en un hecho
natural como es la procreación, y un hecho jurídico, puesto que determina las
consecuencias jurídicas; de aquí que pueda distinguirse entre la filiación biológica y la
filiación jurídica.
1.- Filiación biológica: Es el vínculo natural que existe entre generante y generado. Se da
siempre, en todas las personas, pues todo individuo es, necesariamente, hijo de un padre y
de una madre.
2.- Filiación jurídica: Es el vínculo de derecho existente entre padres e hijos, derivado de
la relación biológica que supone la generación. La filiación jurídica, a diferencia de la
biológica, no siempre existe, ya que el derecho, para reconocer efector jurídicos al hecho
natural de la procreación requiere su comprobación.
Tipos de filiación:
Filiación materna y paterna: Como toda filiación surten efectos una vez probadas, siendo
más sencillo comprobar la maternidad que la paternidad.
3.- Filiación Consanguínea: En la filiación consanguínea podemos encontrar dos tipos
principales de hijos, ellos son: los hijos legítimos (nacidos dentro del matrimonio) y los
hijos naturales (nacidos fuera del matrimonio) Art. 77 CRBV: "Se protege el matrimonio
entre un hombre y una mujer, fundado en el libre consentimiento y en la igualdad absoluta
de los derechos y deberes de los cónyuges. Las uniones estables de hecho entre un hombre
y una mujer que cumplan los requisitos establecidos en la ley producirán los mismos
efectos que el matrimonio".
La filiación puede generarse mediante el acto natural de la procreación, o mediante el acto
jurídico de la adopción. En algunos sistemas jurídicos existen diferencias en el tratamiento
legal de los hijos biológicos y los adoptados.
En el caso de la filiación de origen biológico, también se distingue entre la filiación
matrimonial, cuando los progenitores están casados entre sí, y la filiación no matrimonial (o
extramatrimonial), en caso contrario. En algunos ordenamientos jurídicos existen
diferencias en el tratamiento, dependiendo del tipo de filiación, donde el hijo de filiación no
matrimonial (antiguamente llamado hijo ilegítimo) puede tener menos derechos que el de
filiación matrimonial.
Filiación Matrimonial:
Es el vínculo jurídico simultáneo que une al hijo con su padre y con su madre cuando éstos
están casados para la época de la concepción del hijo o para la fecha de su nacimiento. De
este tipo de filiación surge un vínculo entre el hijo, su padre y su madre, porque los padres
están, a su vez, unidos por el matrimonio o, por lo menos, lo estuvieron en el momento de
la concepción o el nacimiento del hijo.
Elementos: En presencia de todos los elementos que se nombrarán a continuación, surge la
filiación matrimonial.
Existencia del matrimonio entre los padres.
- Paternidad.
-Maternidad.
La concepción o el nacimiento del hijo dentro del matrimonio.
Lo más lógico sería tomar en cuenta el momento de la concepción del hijo, a los fines de
determinar la filiación, pero insiste en su dificultad probatoria. Por otra parte, es importante
destacar que si un hijo es concebido antes del matrimonio se considerará proveniente de
una pareja casada, por lo cual, la filiación será matrimonial.
La prueba del matrimonio: La prueba de la filiación matrimonial implica la prueba de sus
cuatro elementos, los cuales son: el acta o partida de matrimonio (para comprobar que el
hijo proviene de la pareja casada), la maternidad, la paternidad y la concepción del hijo
durante el matrimonio Art. 213 CC: "Se presume, salvo prueba en contrario, que la
concepción tuvo lugar en los primeros ciento veintiún (121) días de los trescientos (300)
que preceden el día del nacimiento".
Art. 214 CC: "La posesión de estado de hijo se establece por la existencia suficiente de
hechos que indiquen normalmente las relaciones de filiación y parentesco de un individuo
con las personas que se señalan como sus progenitores y la familia a la que dice pertenecer.
Artículo 59: El menor de edad no puede contraer matrimonio sin el consentimiento de sus
padres. En caso de desacuerdo entre los padres, o de imposibilidad de manifestarlo,
corresponderá al Juez de Menores del domicilio del menor autorizar o no el matrimonio,
oída la opinión de los padres si fuere posible. Contra estas decisiones no habrá recurso
alguno.
Artículo 60: A falta del padre y de la madre se necesita el consentimiento de los abuelos y
abuelas del menor. En caso de desacuerdo bastará que consientan en el matrimonio dos de
ellos. Si esto no fuere posible, corresponderá al Juez de Menores del domicilio del menor
autorizar o no el matrimonio, oída la opinión de los abuelos y abuelas. Contra esta decisión
no habrá recurso alguno.
Artículo 61: A falta de padres, abuelos y abuelas, se necesita el consentimiento del tutor; si
éste no existe, se pedirá la autorización del Juez de Menores del domicilio del menor.
Artículo 62: No se requerirá la edad prescrita en el artículo 46:
1. A la mujer menor que haya dado a luz un hijo o que se encuentre en estado de gravidez.
2. Al varón menor cuando la mujer con la que quiere contraer matrimonio ha concebido un
hijo que aquél reconoce como suyo o que ha sido declarado judicialmente como tal.
Artículo 63: Contra la negativa de consentimiento por parte de los llamados por la Ley a
darlo no habrá recurso alguno, salvo que la negativa fuere del tutor, caso en el cual podrá
ocurrirse al Juez de Primera Instancia del domicilio del menor para que resuelva lo
conveniente.
Artículo 64: Se entiende que faltan el padre, la madre o los ascendientes, no sólo por haber
fallecido, sino también por los motivos siguientes;
1º Demencia perpetua o temporal, mientras dure.
2º Declaración o presunción de ausencia, o estada en países extranjeros de donde no puede
obtenerse contestación en menos de tres meses.
3º La condenación a pena que lleve consigo la inhabilitación, mientras dure ésta.
4º Privación, por sentencia, de la patria potestad.
Artículo 65: Los Jueces de Primera Instancia en lo Civil pueden dispensar el impedimento
que existe entre los tíos y sobrinos de cualquier grado y entre los cuñados.
TEORÍAS DE LA CONCEPCIÓN Y EL ALUMBRAMIENTO
La concepción significará que si el hijo ha sido procreado dentro del matrimonio, entonces
será tenido como matrimonial, aun cuando el nacimiento se produzca fuera del matrimonio;
mientras que el alumbramiento significará que el hijo nacido dentro el matrimonio será
matrimonial, aun cuando hubiera sido concebido fuera del matrimonio. Pues bien,
ambas teorías por separado llevan implícitas injurias, así, si adoptamos la teoría de la
concepción, se considerará extramatrimonial al hijo concebido fuera del matrimonio pese a
que nazca dentro de él, y si adoptamos la teoría del alumbramiento, se considerará
extramatrimonial al hijo nacido fuera del matrimonio pese a que fue concebido dentro de él.
3.1. TEORÍA MIXTA.
Habiendo demostrado la injusticia de ambas teorías en su aplicación por separado, resulta
necesario en beneficio del hijo combinar ambas teorías. El artículo 361 del Código
Civil refiere que el hijo nacido durante el matrimonio o dentro de los 300 días siguientes a
su disolución tiene por padre al marido, en consecuencia, serán, matrimoniales los hijos
nacidos durante el matrimonio aunque hubieran sido concebidos fuera de él, y lo serán los
nacidos después de la disolución del matrimonio si han concebido durante su vigencia. Sin
embargo, una aplicación estricta del artículo 361 del Código Civil puede llevarnos a
situaciones injustas, por cuanto bajo esta presunción, pueden imputarse hijos a maridos que
no se consideren padres de ellos, en razón de no haber cohabitado con la mujer en la época
de la concepción, y por lo tanto dicho marido de la mujer que alumbró el hijo, al no
considerarse padre de él, debe tener acción para enervar esta presunción; y en efecto,
la ley le concede acción pero no en forma irrestricta, limitándose a supuestos que enerven
esta relación paterno filial.
3.2. PLAZO MÁXIMO Y MÍNIMO DE GESTIÓN
La fórmula de artículo 361 del Código Civil es en beneficio del hijo, sin embargo es
necesario, como ya lo hemos manifestado, abrir la posibilidad de que el marido que no se
crea padre del hijo que alumbró su mujer pueda negarlo. Pero cuáles serán sus argumentos
para impugnar al hijo, obviamente estos deberán estar referidos a la negativa de él, de haber
tenido trato íntimo con su mujer y en particular en el período de la concepción. Pues bien,
estas exigencias nos llevan a considerar el plazo de gestación, dentro del cual debe
comprenderse la concepción y el alumbramiento; sobre el particular no es posible
establecer un plazo único de gestación, pues ello dependerá del organismo de la mujer, sin
embargo resulta necesario fijar un plazo mínimo y máximo, y así lo ha entendido el
derecho, estableciendo plazos de 180 días y 300 como mínimo y máximo de gestación.
3.3. LA PRESUNCIÓN PATER IS Y SU APLICACIÓN.
Desde Roma nos llega la presunción pater is quem nuptiae demostrant y que
etimológicamente significa padre es quien las nupcias demuestran, y que se traduce en el
hecho de que si una mujer casada alumbra un hijo, se tiene como padre de éste a su marido,
sin embargo, el hecho de que una mujer casada conciba o alumbre un hijo o no significa
necesariamente que ese hijo sea de su marido. Sobre el particular veamos dos hipótesis:
Nacimiento producido después de 180 días de celebrado el matrimonio o antes
de vencidos los 300 siguientes a su disolución o anulación.- En este caso el hijo
gozará de la llamada presunción pater is est que nuptiae demonstrant, y ello es así por
los deberes que impone el matrimonio, por lo tanto, si se produce el nacimiento de un
hijo dentro de esos plazos, el hijo se reputará del marido de la mujer casada que lo
alumbró.
Nacimiento se produce antes de cumplir los 180 de la celebración de
matrimonio o después de los 300 días de disuelto o anulado el matrimonio.- Aquí la
concepción ha ocurrido fuera del matrimonio, por lo tanto el hijo no goza de la
presunción pater is, pues las relaciones extramatrimoniales no pueden presumirse. Por
otro lado, tratándose del hijo que nace después de los 300 días de haber terminado el
matrimonio, no hay mayor problema en reconocer que ese hijo será extramatrimonial
aun cuando el padre sea el marido de su ex mujer.
ACCIONES DE ESTADO CON RESPECTO A LA FILIACIÓN MATRIMONIAL
En sede matrimonial, quien se considera hijo y no goza de la calidad de tal puede reclamar
tal condición, o quien no se considera padre de un determinado hijo puede impugnar la
condición del hijo, entonces estamos ante acciones de reclamación y de negación o
impugnación. En la reclamación encontramos la de filiación matrimonial, y en la de
negación o impugnación encontramos la negación de la paternidad.
CONTESTACIÓN DE LA PATERNIDAD
En doctrina se distingue la negación o desconocimiento de la paternidad, de la
impugnación. La primera ocurre cuando el hijo tenido por mujer casada no está amparado
por la presunción pater is, de modo que el marido se limita a expresar que no es suyo el
hijo de su mujer, y es a la madre y al hijo a quienes corresponde probar lo contrario. La
impugnación corresponde al marido cuando el hijo tenido, por su mujer y a quien no
considera suyo, está amparado por la presunción pater is, recayendo la carga de la prueba
en el marido.
CASOS DE NEGACIÓN DE LA PATERNIDAD
El artículo 363 del Código Civil modificado por la ley 27048, que el marido que no se crea
padre del hijo de su mujer puede negarlo en los siguientes casos:
6.1. Cuando el hijo nace antes de cumplidos los 180 días siguientes a la celebración del
matrimonio.- Obviamente aquí la concepción se ha dado antes del matrimonio, por lo tanto
ese hijo no goza de la presunción pater is, por cuanto, como ya lo hemos señalado, la ley no
puede presumir relaciones extramatrimoniales, por lo tanto el marido sólo probará la fecha
del matrimonio y la del nacimiento del hijo (artículo 370), recayendo la carga de la prueba
en al madre y el hijo, y además porque no resulta lógico acreditar que no se supo algo o que
no ocurrió algo.
Sin embargo por excepción se limita esta acción, y estos son los caso del artículo 366 del
Código Civil. Así, si antes del matrimonio el marido ha tenido conocimiento del embarazo,
entonces su conducta traducida en la celebración el matrimonio con esa mujer, revela que él
se considera responsable del embarazo, o admite expresa o tácitamente que es su hijo.
6.2. Cuando sea manifiestamente imposible, dadas las circunstancias, que haya
cohabitado con su mujer en los primeros 121 días de los 300 anteriores al del
nacimiento del hijo.- Esta causal está referida a los plazos mínimo y máximo de gestación,
y en particular la concepción. Entonces, cuando el marido acredite que fue imposible tener
trato íntimo con su mujer en el período de la concepción, podrá resultar victorioso. Ahora
bien, esta imposibilidad podría ser ausencia, privación de libertad, enfermedad, accidente,
separación de hecho, pero en cualquiera de estos casos la prueba recae en el marido, pues
en este supuesto la presunción pater is tiene plena vigencia. Un ejemplo fácil de aplicación
de esta causal lo tendríamos con un hijo nacido un 31 de octubre del 2000, entonces el
marido de la mujer que alumbró a ese hijo deberá probar que fue imposible haber
cohabitado con su mujer en los meses enero, febrero, marzo y abril del 2000 que viene a ser
el período de concepción y que abarcan los 121 días a que alude el código.
6.3. Cuando esté judicialmente separado durante los primeros 121 días de los 300
anteriores al del nacimiento del hijo.- Según el artículo 332 del Código Civil, la
separación judicial suspende el deber de cohabitación; tanto marido y mujer ya no tienen la
obligación de tener trato íntimo. Al marido le bastará probar con la resolución judicial de
separación y la partida de nacimiento del pretendido hijo, con la cual estará acreditando que
la concepción se dio cuando ya estaba separado judicialmente de su mujer. Si la mujer
alega que, no obstante la separación judicial, cohabitaron durante el período de la
concepción, o que los cónyuges se reconciliaron después de la resolución de separación,
sobe ella recaerá la obligación de probar tales hechos.
6.4. Cuando adolezca de impotencia absoluta.- Debió estar comprendido dentro del
segundo inciso. Aquí la importancia que s e regula es la coeundi, esto es, la importancia de
realizar el coito. Esta importancia absoluta debe haber existido durante el período de la
concepción. La carga de la prueba recae en el marido.
6.5. Cuando se demuestre a través de la prueba del ADN u otras pruebas de validez
científica con igual o mayor grado de certeza que no existe vínculo parental.- Este
nuevo inciso ha sido adicionado por la ley 17048 del 28 de diciembre de 1998. Refiere la
norma que el juez desestimará las presunciones de los incisos precedentes, cuando se
hubiera realizado una prueba genética u otra de validez científica con igual o mayor grado
de certeza. Recogiendo los últimos avances en genética, el legislador ha introducido una
prueba científica para negar la paternidad, y ello nos parece oportuno y conveniente, en
razón de que se daban muchos casos en que el marido no se encontraba en ninguno de los
supuestos del artículo 363 del Código Civil, por lo que quedaba sin posibilidad de acción.
Sin embargo ahora con esa prueba, podrá recurrirse a la prueba científica, pese a que la
madre y el hijo gocen de la presunción pater is.
PLAZO PARA ACCIONAR
Es breve para favorecer la filiación matrimonial y para no prolongar una situación de
incertidumbre. El artículo 364 del Código Civil dice que debe ser interpuesta por el marido
dentro del plazo de 90 días contados desde el día del parto, si estuvo presente en el lugar, o
desde el día siguiente de su regreso, si estuvo ausente, presumiéndose que conoció el hecho
del parto el mismo día a aquel que regresó. Este plazo es fatal y juega incluso en el caso del
inciso 5º del artículo 363, que el supuesto padre puede tomar conocimiento de la falsedad
de esa imputación vencido el plazo, e incluso al tener dudas sobre esa paternidad, dudas
que le sobrevienen vencido el plazo, realiza una prueba científica en la que se descarta su
paternidad y pese a ello no podría accionar, concluyéndose que nuestros legisladores siguen
prefiriendo la verdad legal antes que la verdad biológica.
3.2. PLAZO MÁXIMO Y MÍNIMO DE GESTIÓN
La fórmula de artículo 361 del Código Civil es en beneficio del hijo, sin embargo es
necesario, como ya lo hemos manifestado, abrir la posibilidad de que el marido que no se
crea padre del hijo que alumbró su mujer pueda negarlo. Pero cuáles serán sus argumentos
para impugnar al hijo, obviamente estos deberán estar referidos a la negativa de él, de haber
tenido trato íntimo con su mujer y en particular en el período de la concepción. Pues bien,
estas exigencias nos llevan a considerar el plazo de gestación, dentro del cual debe
comprenderse la concepción y el alumbramiento; sobre el particular no es posible
establecer un plazo único de gestación, pues ello dependerá del organismo de la mujer, sin
embargo resulta necesario fijar un plazo mínimo y máximo, y así lo ha entendido el
derecho, estableciendo plazos de 180 días y 300 como mínimo y máximo de gestación.
3.3. LA PRESUNCIÓN PATER IS Y SU APLICACIÓN.
Desde Roma nos llega la presunción pater is quem nuptiae demostrant y que
etimológicamente significa padre es quien las nupcias demuestran, y que se traduce en el
hecho de que si una mujer casada alumbra un hijo, se tiene como padre de éste a su marido,
sin embargo, el hecho de que una mujer casada conciba o alumbre un hijo o no significa
necesariamente que ese hijo sea de su marido. Sobre el particular veamos dos hipótesis:
Nacimiento producido después de 180 días de celebrado el matrimonio o antes
de vencidos los 300 siguientes a su disolución o anulación.- En este caso el hijo
gozará de la llamada presunción pater is est que nuptiae demonstrant, y ello es así por
los deberes que impone el matrimonio, por lo tanto, si se produce el nacimiento de un
hijo dentro de esos plazos, el hijo se reputará del marido de la mujer casada que lo
alumbró.
Nacimiento se produce antes de cumplir los 180 de la celebración de
matrimonio o después de los 300 días de disuelto o anulado el matrimonio.- Aquí la
concepción ha ocurrido fuera del matrimonio, por lo tanto el hijo no goza de la
presunción pater is, pues las relaciones extramatrimoniales no pueden presumirse. Por
otro lado, tratándose del hijo que nace después de los 300 días de haber terminado el
matrimonio, no hay mayor problema en reconocer que ese hijo será extramatrimonial
aun cuando el padre sea el marido de su ex mujer.
ACCIONES DE ESTADO CON RESPECTO A LA FILIACIÓN MATRIMONIAL
En sede matrimonial, quien se considera hijo y no goza de la calidad de tal puede reclamar
tal condición, o quien no se considera padre de un determinado hijo puede impugnar la
condición del hijo, entonces estamos ante acciones de reclamación y de negación o
impugnación. En la reclamación encontramos la de filiación matrimonial, y en la de
negación o impugnación encontramos la negación de la paternidad.
CONTESTACIÓN DE LA PATERNIDAD
En doctrina se distingue la negación o desconocimiento de la paternidad, de la
impugnación. La primera ocurre cuando el hijo tenido por mujer casada no está amparado
por la presunción pater is, de modo que el marido se limita a expresar que no es suyo el
hijo de su mujer, y es a la madre y al hijo a quienes corresponde probar lo contrario. La
impugnación corresponde al marido cuando el hijo tenido, por su mujer y a quien no
considera suyo, está amparado por la presunción pater is, recayendo la carga de la prueba
en el marido.
CASOS DE NEGACIÓN DE LA PATERNIDAD
El artículo 363 del Código Civil modificado por la ley 27048, que el marido que no se crea
padre del hijo de su mujer puede negarlo en los siguientes casos:
6.1. Cuando el hijo nace antes de cumplidos los 180 días siguientes a la celebración del
matrimonio.- Obviamente aquí la concepción se ha dado antes del matrimonio, por lo tanto
ese hijo no goza de la presunción pater is, por cuanto, como ya lo hemos señalado, la ley no
puede presumir relaciones extramatrimoniales, por lo tanto el marido sólo probará la fecha
del matrimonio y la del nacimiento del hijo (artículo 370), recayendo la carga de la prueba
en al madre y el hijo, y además porque no resulta lógico acreditar que no se supo algo o que
no ocurrió algo.
Sin embargo por excepción se limita esta acción, y estos son los caso del artículo 366 del
Código Civil. Así, si antes del matrimonio el marido ha tenido conocimiento del embarazo,
entonces su conducta traducida en la celebración el matrimonio con esa mujer, revela que él
se considera responsable del embarazo, o admite expresa o tácitamente que es su hijo.
6.2. Cuando sea manifiestamente imposible, dadas las circunstancias, que haya
cohabitado con su mujer en los primeros 121 días de los 300 anteriores al del
nacimiento del hijo.- Esta causal está referida a los plazos mínimo y máximo de gestación,
y en particular la concepción. Entonces, cuando el marido acredite que fue imposible tener
trato íntimo con su mujer en el período de la concepción, podrá resultar victorioso. Ahora
bien, esta imposibilidad podría ser ausencia, privación de libertad, enfermedad, accidente,
separación de hecho, pero en cualquiera de estos casos la prueba recae en el marido, pues
en este supuesto la presunción pater is tiene plena vigencia. Un ejemplo fácil de aplicación
de esta causal lo tendríamos con un hijo nacido un 31 de octubre del 2000, entonces el
marido de la mujer que alumbró a ese hijo deberá probar que fue imposible haber
cohabitado con su mujer en los meses enero, febrero, marzo y abril del 2000 que viene a ser
el período de concepción y que abarcan los 121 días a que alude el código.
6.3. Cuando esté judicialmente separado durante los primeros 121 días de los 300
anteriores al del nacimiento del hijo.- Según el artículo 332 del Código Civil, la
separación judicial suspende el deber de cohabitación; tanto marido y mujer ya no tienen la
obligación de tener trato íntimo. Al marido le bastará probar con la resolución judicial de
separación y la partida de nacimiento del pretendido hijo, con la cual estará acreditando que
la concepción se dio cuando ya estaba separado judicialmente de su mujer. Si la mujer
alega que, no obstante la separación judicial, cohabitaron durante el período de la
concepción, o que los cónyuges se reconciliaron después de la resolución de separación,
sobe ella recaerá la obligación de probar tales hechos.
6.4. Cuando adolezca de impotencia absoluta.- Debió estar comprendido dentro del
segundo inciso. Aquí la importancia que s e regula es la coeundi, esto es, la importancia de
realizar el coito. Esta importancia absoluta debe haber existido durante el período de la
concepción. La carga de la prueba recae en el marido.
6.5. Cuando se demuestre a través de la prueba del ADN u otras pruebas de validez
científica con igual o mayor grado de certeza que no existe vínculo parental.- Este
nuevo inciso ha sido adicionado por la ley 17048 del 28 de diciembre de 1998. Refiere la
norma que el juez desestimará las presunciones de los incisos precedentes, cuando se
hubiera realizado una prueba genética u otra de validez científica con igual o mayor grado
de certeza. Recogiendo los últimos avances en genética, el legislador ha introducido una
prueba científica para negar la paternidad, y ello nos parece oportuno y conveniente, en
razón de que se daban muchos casos en que el marido no se encontraba en ninguno de los
supuestos del artículo 363 del Código Civil, por lo que quedaba sin posibilidad de acción.
Sin embargo ahora con esa prueba, podrá recurrirse a la prueba científica, pese a que la
madre y el hijo gocen de la presunción pater is.
PLAZO PARA ACCIONAR
Es breve para favorecer la filiación matrimonial y para no prolongar una situación de
incertidumbre. El artículo 364 del Código Civil dice que debe ser interpuesta por el marido
dentro del plazo de 90 días contados desde el día del parto, si estuvo presente en el lugar, o
desde el día siguiente de su regreso, si estuvo ausente, presumiéndose que conoció el hecho
del parto el mismo día a aquel que regresó. Este plazo es fatal y juega incluso en el caso del
inciso 5º del artículo 363, que el supuesto padre puede tomar conocimiento de la falsedad
de esa imputación vencido el plazo, e incluso al tener dudas sobre esa paternidad, dudas
que le sobrevienen vencido el plazo, realiza una prueba científica en la que se descarta su
paternidad y pese a ello no podría accionar, concluyéndose que nuestros legisladores siguen
prefiriendo la verdad legal antes que la verdad biológica.