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Tu Propósito
Define tu historia
Reflexionar sobre tu historia te ayudará a reconectar con tu motivación original para
hacer lo que haces. Además, te servirá después para que la gente te conozca mejor.
Muchos se interesan por lo que haces solo cuando entienden por qué lo haces.
Revisa estos tres grandes tipos de historias y piensa qué aspectos se parecen a la tuya
propia.
Ejemplo
“Tras muchos años lidiando con colitis ulcerosa y sin más solución por parte de la medicina
convencional que fármacos, me decidí a estudiar nutrición y a revisar la literatura científica
sobre este trastorno. Después de mucha investigación, experimentación y de lograr mitigar los
síntomas de mi enfermedad, que ya no es un limitante en mi vida, quiero ayudar a otras
personas que sufren enfermedades inflamatorias intestinales a recuperar su salud gracias a la
mejora de su alimentación y estilo de vida. Sé de primera mano cómo estos trastornos limitan
nuestra vida, y los mensajes de agradecimiento que recibo de mis pacientes me motivan a venir
a mi consulta cada día”.
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conocimiento y experiencia, pero no desde un punto inicial de sufrimiento o
enfermedad sino de éxito en algún ámbito.
Ejemplo
“Desde el instituto me interesé por el mundo del gimnasio y todo lo relacionado con la
recomposición corporal, estudiando todo lo que podía sobre ganancia muscular. Mientras
estudiaba ciencias de la actividad física y el deporte competí en muchos eventos de Men’s
Physique, ganando varios de ellos. Aunque ya no compito sigo investigando mucho sobre este
tema que me sigue fascinando. Gracias a mis conocimientos y pasión por este mundo quiero
ayudar a otras personas a lograr su mejor versión estética”
Ejemplo
“Un día en un museo, viendo las imponentes esculturas clásicas, me vino a la cabeza la idea de
entrenar como ellos. Si en aquella época no existían máquinas de ejercicios, ni sofisticados
aparatos, ¿cómo lograban esos cuerpos? Empecé a investigar sobre métodos clásicos de
entrenamiento, programas de fuerzas especiales de diferentes ejércitos y las transformaciones
de las estrellas de cine. Leí cientos de libros sobre la materia y contacté a decenas de expertos.
Me sorprendió que ninguno de estos métodos de entrenamiento se basaban en máquinas ni
horas de cardio, sino en movimientos naturales. Movimientos que utilizan todo el cuerpo de
manera coordinada. Empecé a entrenar solo con mi cuerpo. Después con kettlebells y algún
peso libre, y los resultados me impresionaron.”
Tu historia
A partir de los ejemplos anteriores, reflexiona sobre tu propia historia, e intenta resumir los
aspectos más relevantes que te llevaron a desempeñar tu labor actual.
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Preguntas reflexivas
Otra forma de ayudarte a definir tu propósito es a través de preguntas como las siguientes.
Evita respuestas generalistas como “ayudar a los demás”, que podría aplicarse tanto a un
profesor de primaria como a un voluntario en una ONG. Busca respuestas más personales y
específicas.
Piensa también en intentar crear una causa, o una misión que te motive de verdad, que usarás
después como filtro para los cursos que quieres hacer, los mentores que quieres buscar y, por
supuesto, los clientes a los que quieres ayudar.
¿Por qué quieres dedicarte realmente a esto (dietista, entrenador, fisio, psicólogo…)? Piensa
en quién quieres realmente ayudar y cómo lo quieres hacer.
¿Qué te gusta compartir con los demás? ¿De qué cosas no te cansas de hablar y debatir
relacionadas con tu trabajo?
¿Con qué tipo de personas quieres trabajar? Atletas, personas que están bien que quieren
mejorar, personas con algún problema, mujeres, hombres, adolescentes, personas mayores…
¿Qué relación quieres tener con tu trabajo? ¿Prefieres más flexibilidad o estructura? ¿Quieres
dedicación completa o a tiempo parcial? Piensa qué otras responsabilidades debes
compatibilizar (hijos, cuidado de otras personas, participación en negocio familiar…)
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Imagina que han pasado unas cuantas décadas y estás retirado ¿Cómo desearías que fueran
tus días? ¿Qué te gustaría hacer a diario?
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Paso 2. Pregunta a los demás
Además de tu reflexión personal, es necesario preguntar a los demás. Las habilidades que nos
diferencian se nos escapan a veces, porque nos resultan fáciles y no les damos importancia.
Solo al preguntar a los demás se hacen visibles estas fortalezas.
Una forma de recabar esa información es creando un Google Form (como este), y enviando el
siguiente mensaje a 8-10 personas que te conozcan razonablemente bien. Intenta seleccionar
personas de distintos ámbitos de tu vida, que te hayan observado por tanto en distintos
contextos.
“Hola xx,
Estoy haciendo un curso para mejorar profesionalmente, y uno de los ejercicios consiste en
identificar mis puntos fuertes. Para ello necesito que un grupo de personas que me conocen
respondan a unas preguntas sencillas, y como creo que me conoces bastante bien, me
encantaría contar con tu opinión.
No te llevará más de cinco o diez minutos, y me será de mucha ayuda. Las respuestas son
anónimas, para que seas lo más objetivo posible.
[Tu nombre]“
Si todavía no tienes claro por dónde van tus fortalezas, puedes realizar un test, como por
ejemplo el de “Conozca sus fortalezas 2.0”.
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Explicita tu propósito
A partir de todo lo anterior, y antes de pasar al siguiente módulo, intenta explicitar tu
propósito, detallando cómo vas a aprovechar tus habilidades únicas para llevarlo a cabo.