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22 Dano Renal Agudo PDF
22 Dano Renal Agudo PDF
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Unidad de Nefrología Pediátrica. Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba.
Sección de Nefrología Pediátrica. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid.
(2)
RESUMEN
• El diagnóstico del daño renal aguo (DRA) debe basarse en criterios KDIGO, modificados por
ERBP, de aclaramiento de creatinina y diuresis.
• Dada la alta incidencia y su influencia negativa en la morbimortalidad debe identificarse el
riesgo individual del paciente, aplicando medidas de prevención y monitorizando su fun-
ción renal y diuresis.
• El tratamiento precoz, sobre todo preventivo, sigue siendo el más eficaz prestando atención
a la sobrecarga de volumen que empeora el pronóstico.
• Es difícil establecer el momento ideal del inicio de tratamiento sustitutivo, siendo el obje-
tivo del mismo conseguir un adecuado control hidroelectrolítico, evitar complicaciones y
permitir una nutrición adecuada.
• El tipo de técnica de depuración depende de los requerimientos y limitaciones del paciente,
la experiencia personal y los recursos locales, sin que se haya podido demostrar superiori-
dad de alguna de ellas.
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DRA, así como los avances en el conocimiento riesgo se multiplica por tres y en los que preci-
epidemiológico y fisiopatológico del mismo, san ventilación mecánica o drogas vasoactivas
ha ocasionado una creciente preocupación en por cinco.
la comunidad científica, que se refleja en la
publicación de guías de práctica clínica y revi- La incidencia de DRA a nivel mundial en niños
siones. Algunos de estos documentos contie- hospitalizados por cualquier causa y aplican-
nen apartados y recomendaciones pediátricas do los criterios KDIGO se ha estimado en uno
y, en otras ocasiones, la falta de evidencia de cada tres con una mortalidad del 14%, sien-
científica hace que se extrapolen recomenda- do tanto la incidencia como la mortalidad ma-
ciones de la población adulta a la práctica clí- yores en países menos desarrollados.
nica pediátrica.
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Los nefrotóxicos son otro factor etiológico im- sencia de polimorfismos de promotores de ci-
portante, a menudo infravalorados, y que pue- toquinas y otras proteínas.
den sumarse a otras causas. Los antiinflama-
torios no esteroideos son la causa del 2,7% del A nivel renal, los trastornos que se desencade-
DRA en niños, siendo más graves cuanto me- nan alteran la función glomerular y/o tubular,
nor es el paciente. Es de reseñar que el DRA dando lugar a alteraciones hidroelectrolíticas.
ocurre típicamente tras la administración de La clasificación clásica del DRA en pre- y post-
estas drogas correctamente dosificadas. renal se utilizaba para valorar si el daño era
reversible con la administración de líquidos de
Otras patologías presentan DRA con gran fre- acuerdo a la patogenia clásica de hipoperfu-
cuencia. Es el caso de los pacientes quemados sión. Así, en etapas precoces, el riñón sería ca-
ingresados en Cuidados Intensivos Pediátri- paz de manejar los líquidos y electrolitos en
cos, de los que casi la mitad presenta DRA, he- respuesta a una hipovolemia resultando en
cho que produce un aumento de la mortalidad una mayor concentración de la orina (osmola-
de forma independiente a su pronóstico de la ridad mayor de 500 mosm/kg) y en una reten-
quemadura. ción de sal (índice de excreción de Na <1% y de
urea <35%) precisando de aportes de líquidos.
Es muy importante establecer pronto la etio- Actualmente se acepta que el fallo prerenal, y
logía del DRA para iniciar tratamiento especí- por tanto reversible, no siempre requiere tra-
fico en los casos en que se pueda. Algunos tamiento con hidratación y además, aunque
biomarcadores podrían ayudar porque están sea reversible, no excluye el daño renal, pu-
más elevados en determinadas etiologías. diendo suponer una forma leve de este. De
esta manera, en lugar, o además, de fallo pre-
y postrenal se recomienda utilizar los térmi-
4. PATOGENIA nos “cambio funcional” y “daño renal”. La valo-
ración de la hidratación del paciente es clave
Hasta hace poco se consideraba la hipoperfu- en el manejo del DRA. La sobrecarga de volu-
sión renal con la consiguiente isquemia y re- men que se produce no es solo consecuencia,
perfusión como el factor determinante del sino que a su vez agrava de forma indepen-
DRA. Pero la hipoperfusión no está presente diente el daño renal. Su presencia empeora
en todos los casos. Actualmente se valora considerablemente el pronóstico de los pa-
como una interacción entre el agente desen- cientes aumentando la mortalidad en relación
cadenante, no siempre hipoperfusión, y la res- directa con el porcentaje de aumento de so-
puesta individual. De esta forma se pone en brecarga de volumen. Evitar dicha sobrecarga
marcha un proceso de producción y liberación es actualmente uno de los pilares básicos del
de mediadores inflamatorios y antiinflamato- tratamiento del DRA.
rios, no solo a nivel renal, se produce disfun-
ción endotelial y se desarrolla una coagula- Pero, además de las alteraciones hidroelectro-
ción en cascada por disminución de ADAMTS líticas clásicas del DRA, la liberación de media-
13. En este contexto tiene importancia la sus- dores inflamatorios y antiinflamatorios tam-
ceptibilidad individual que depende de la pre- bién induce daño a distancia en otros órganos.
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(AKIN). En la valoración del DRA en los niños, bles en cualquier hospital que permite compa-
tanto la clasificación pRIFLE como la AKIN se rar series muy diferentes. Sin embargo, están
han mostrado útiles para identificar etapas basadas en la Crs, que está influida por mu-
tempranas de DRA, aunque para algunos au- chos factores, sobre todo en la infancia, y cuya
tores son más sensibles los criterios pRIFLE. elevación ocurre cuando hay pérdida de más
Todas las anteriores (RIFLE, pRIFLE y AKIN) se del 50% de la masa renal funcionante, siendo
unificaron en 2012 en la guía KDIGO (Tabla 2). por tanto un indicador tardío de DRA.
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Tabla 3. Clasificación del European Renal Best tamiento más eficaz. Ha desarrollado el score
Practice del DRA RAI (renal angina index) en el día 0 de ingreso,
Estadio Un criterio de entre los siguientes que ha mostrado correlación con la evolución
1 • A umento de Cr sérica de 1,5 a 1,9 veces de la función renal al tercer día, permitiendo el
de la basal tratamiento anticipado. Tiene un valor predic-
• A umento de Cr sérica >0,3 mg/dl (26,5 umol/l)
•D iuresis <0,5 ml/kg/hora en 6 horas
tivo mayor que la clasificación KDIGO en todos
sus estadios, pero sobre todo en el estadio I de
2 • A umento de Cr sérica de 2 a 2,9 veces de la basal
•D iuresis <0,5 ml/kg/hora en 2 bloques de 6 horas daño precoz, cuando más interesa discriminar
3 • A umento de Cr sérica de 3 veces de la basal a los pacientes que van a desarrollar DRA. Las
• A umento de Cr sérica 4 mg/dl (353 umol/l) puntuaciones van de 1 a 40 y el valor de 8 el
•D iuresis <0,3 ml/kg/hora en 24 horas día del ingreso marca la diferencia entre un
• A nuria >12 horas
• I nicio de tratamiento renal sustitutivo
buen pronóstico (o daño reversible) y un fallo
renal establecido el tercer día (Tabla 4). Aún
está por confirmar, como parece, si sirve para
mg/dl parece estimar mejor que la Crs el DRA discriminar la necesidad de infusión de volu-
en algunas patologías, pero aún no hay con- men en los pacientes con fallo renal reversible
senso definitivo respecto a este marcador y (RAI <8) y la restricción hídrica en aquellos que
debe probarse su coste-beneficio. En recién van a mantener el fallo renal (RAI >8). Aunque
nacidos, la cistatina C sérica puede tener más no se disponga de las cifras basales de Crs del
valor, pero no hay acuerdo definitivo sobre si paciente para calcular el aclaramiento de crea-
las cifras los tres primeros días corresponden a tinina, el score RAI se ha mostrado igualmente
las maternas, al igual que la Crs, existiendo eficaz cuando se le asigna un aclaramiento de
nomogramas para la cistatina en relación a la creatinina basal por nomogramas de talla
edad gestacional y la edad postnatal. En algu- para valorar a partir de ahí la disminución del
nas etiologías, como la enfermedad renal cró- aclaramiento de creatinina. Mejora la predic-
nica, están elevados de base todos los marca- ción de daño renal de los marcadores bioquími-
dores. La investigación en diferentes contextos cos y permite aplicar estos de forma individua-
de DRA probablemente lleve en un futuro a lizada a pacientes seleccionados, aumentando
que el diagnóstico de DRA se sustente en los su eficacia.
biomarcadores.
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El DRA por sí mismo aumenta cuatro veces la diálisis hasta un tercio de los adultos que pre-
mortalidad y la estancia en Cuidados Intensi- cisaron tratamiento sustitutivo. Se recomien-
vos Pediátricos, de forma independiente a la da evaluar al paciente tres meses tras la recu-
gravedad de la enfermedad de base. peración para valorar alteraciones renales.
Pequeños incrementos de la Crs de 0,3 mg/dl Dada la gran influencia del DRA como factor
se asocian a daño renal y empeoran la evolu- pronóstico independiente en la morbilidad y
ción del paciente. La mortalidad en pacientes mortalidad, el desarrollo de marcadores tem-
hospitalizados aumenta de forma lineal con pranos de lesión renal permitirá establecer un
los estadios de afectación renal desde el esta- tratamiento precoz, actualmente preventivo,
dio I que triplica la mortalidad. En los pacientes que mejore el pronóstico de estos pacientes.
que precisan diálisis, el inicio tardío del trata-
miento sustitutivo (después de cinco días) su-
pone un aumento de la mortalidad del 50%, 7. VALORACIÓN DEL RIESGO DE DRA
mayor cuanto más tardío ha sido el inicio.
Es importante identificar en todos los niños
En el pronóstico del DRA también influye de los factores de riesgo individual para sufrir
forma independiente y lineal el porcentaje de DRA antes de la exposición a determinados
sobrecarga hídrica. insultos como la cirugía o la administración de
nefrotóxicos. En la Tabla 5 se desglosan los
Superado el proceso agudo, muchos pacientes más frecuentes.
mantienen secuelas renales continuando en
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cimiento precoz del DRA. Una vez diagnostica- 10. TRATAMIENTO CONSERVADOR
do, la identificación de la causa, sobre todo si
es reversible, y una intervención rápida pue- 10.1. Fármacos nefrotóxicos
den mejorar el pronóstico del mismo. Cuando
no existe causa aparente o hay historia previa Se deben suspender cuando sea posible y uti-
de uropatía obstructiva, se recomienda reali- lizar otras alternativas, así como ajustar la do-
zar una ecografía urgente. sis al filtrado glomerular estimado en cada si-
tuación, y monitorizar los niveles.
8.1. Prevención de la nefropatía por contraste
• Aminoglucósidos: utilizar dosis única diaria
Es necesario evaluar el riesgo de DRA antes de y monitorizar los niveles valle si se utilizan
la administración de contrastes yodados. En más de 48 horas.
aquellos pacientes de riesgo, se valorará la po-
sibilidad de utilizar otras técnicas de imagen, • Anfotericina B: utilizar formulaciones lipí-
optimizando la indicación de las tomografías dicas de anfotericina B en lugar de la for-
computarizadas y las angiografías, y adminis- mulación convencional. Es preferible el uso
trando la menor dosis posible de contraste, a de azoles y/o equinocandinas para el trata-
ser posible isoosmolar o de baja osmolaridad. miento de las micosis sistémicas y las para-
Se ha de efectuar previamente la expansión de sitosis, en lugar de la anfotericina B con-
volumen con cristaloides (suero salino fisioló- vencional.
gico o soluciones bicarbonatadas) y adminis-
trar N-acetil-cisteína oral en una dosis de 600 10.2. Manejo hemodinámico
mg en niños >7 años, cuatro horas antes de la
infusión del contraste (niños <2 años, 100 mg; En pacientes críticos y otros de riesgo se reco-
niños 2-7 años, 200 mg), monitorizando poste- mienda la monitorización hemodinámica
riormente los niveles de Crs. La utilización de para valoración de la volemia. En situación de
técnicas de depuración como la hemodiálisis shock, se prefiere la reanimación inicial con
intermitente o la hemofiltración para la elimi- cristaloides (excepto en el shock hemorrági-
nación del medio de contraste no ha demostra- co) y la aplicación de estrategias protocoliza-
do un beneficio claro y presenta riesgos. das, junto con el uso apropiado de drogas
vasoactivas (dopamina, noradrenalina, terli-
presina) para alcanzar objetivos terapéuticos
9. MANEJO DEL DRA Y DE LAS hemodinámicos predefinidos que mejoren la
COMPLICACIONES perfusión renal y el transporte de oxígeno a
los tejidos. En pacientes sépticos, se debe va-
No existe un tratamiento específico que consi- lorar la posible insuficiencia suprarrenal rela-
ga interrumpir o revertir el DRA. El tratamien- tiva y en casos de shock resistente a catecola-
to general es de soporte, con el objetivo de minas la indicación de soporte extracorpóreo
disminuir el daño renal y evitar sus complica- (ECMO).
ciones, logrando un adecuado control meta-
bólico y de nutrición.
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Entradas Pérdidas
Ingesta oral o enteral Orina
Fluidoterapia intravenosa Heces
Fármacos, hemoderivados Sondas, drenajes, ostomías
Nutrición parenteral Pérdidas insensibles
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Otros fármacos como los glucocorticoides, los 12. TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES
inhibidores de la apoptosis, los inmunomodu-
ladores, la hipotermia terapéutica o las estra- El tratamiento de las principales complicacio-
tegias de acondicionamiento previo con isque- nes del DRA se resume en la Tabla 7.
mia remota no han demostrado eficacia. La
infusión renal de células madre mesenquima-
les podría tener algún papel futuro. 13. TRATAMIENTO SUSTITUTIVO
Inicio de la técnica
11. NUTRICIÓN
Las indicaciones clásicas del tratamiento sus-
El objetivo es conseguir una nutrición precoz titutivo en el DRA son los síntomas de uremia,
con balance metabólico adecuado, ajustando sobrecarga de volumen y trastornos electrolí-
el volumen de líquidos a la diuresis y la utiliza- ticos graves. Sin embargo, no existen eviden-
ción o no de técnicas de reemplazo renal (Ta- cias sobre el momento ideal de inicio. El obje-
bla 6). Los requerimientos calóricos y proteicos tivo es mantener la homeostasis de líquidos y
dependen de la edad, la situación clínica, la electrolitos, permitiendo la recuperación del
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cular similar a las terapias lentas continuas y cos. Se utilizan ciclos cortos y frecuentes. Las
anticoagulación. Sus principales complicacio- soluciones estándar de diálisis aportan dife-
nes son la hipotensión y síndrome de desequi- rentes concentraciones de glucosa, con lactato
librio electrolítico (Tabla 9). o bicarbonato. Este último está indicado en
recién nacidos y situaciones de hiperlactacide-
13.2. Diálisis peritoneal mia y fallo hepático. No requiere anticoagula-
ción. La limitación principal es la dificultad de
Es una técnica de fácil aplicación, bajo coste, control de la ultrafiltración y sus principales
mínimo equipo y larga experiencia. Era la téc- complicaciones son el malfuncionamiento del
nica de depuración continua más utilizada catéter y las peritonitis (Tabla 10).
hasta los años 90 en los niños con DRA. Está
contraindicada en cirugía abdominal reciente, 13.3. Terapias lentas continuas
sepsis de origen abdominal, malformaciones
de la pared abdominal y de forma relativa en Las terapias lentas continuas (TLC) utilizan
las ostomías. La utilización de catéteres agu- una nomenclatura por siglas que hace refe-
dos de inserción percutánea y cicladoras auto- rencia al tipo de técnica empleada y el acceso
máticas han minimizado los problemas técni- vascular (Figura 2). En estas técnicas la sangre
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HFAVC HFVVC
R R
A V V V
UF UF
HDFAVC HDFVVC
R R
A V V V
D D D D
UF UF UF UF
→ : línea de flujo con bomba; →: línea de flujo; A: arteria; D: diálisis; HDFAVC: hemodiafiltración arteriovenosa continua;
HDFVVC: hemodiafiltración venovenosa continua; HFAVC: hemofiltración arteriovenosa continua; HFVVC: hemofiltración venovenosa continua;
R: reposición; UF: ultrafiltrado; V: vena.
15. SEGUIMIENTO
Mención especial a la Dra. Laura Espinosa
Se recomienda controlar al paciente que ha Román, que ha realizado la revisión externa
padecido DRA a los tres meses para evaluar la de este capítulo.
posible enfermedad renal crónica, considerán-
dolo en cualquier caso como en situación de Los criterios y opiniones que aparecen en este
mayor riesgo de padecerla. capítulo son una ayuda a la toma de decisiones
en la atención sanitaria, sin ser de obligado
Tabla 11. Terapias lentas continuas cumplimiento, y no sustituyen al juicio clínico
del personal sanitario.
Parámetros Terapias lentas continuas
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M, Covic A, Fouque D, Vanholder R, Juillard L, Van ˇ AU, Bülbül A, Uslu AS. Neonatal Kid-
• Zubarioglu
Biesen W. A European Renal Best Practice (ERBP) ney Injury. JAREM. 2013;3:53-9.
position statement on the Kidney Disease Im-
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