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Carl Jung - George Boeree PDF
Carl Jung - George Boeree PDF
1875-1 961
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Jung soñó también mucho con cu estio nes relacio nadas con la
muerte; con el terr itorio d e los mu ertos y el r enacim ien to de los
mismos. Para él, esto represe n taba el inconsc ient e m ismo; no
aquel “pequeño” inconsc ient e del que Freud h izo tan grande, sin o
un nuevo inco nscient e co lect ivo de la humanidad. Un inconsc ien t e
que podía cont ener todas las mu ertes, no solo nu estros fantasmas
personales. Jung empezó a con siderar que los en fermos mentales
estaban poseídos por estos fantas mas, en u na época donde s e
supone que nadie creía en ellos. Con el so lo h echo de “recapturar ”
nuestras mito logías, entend eríamos estos fantasmas, nos
sent iríamos cómodos con la muerte y así superar n uestra s
patologías menta les.
Los críticos han suger ido que J ung estaba simplement e enferm o
cuando todo esto ocurrió. Pero Jung creía que si qu eremos
entend er la ju ngla, no nos po demos cont entar con so lo
desplazarnos por sus alrededores. Debemos entrar en ella, no
importa cuán extraña o at erradora pueda verse.
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Biografía
Carl Gustav Jung nació el 26 d e j ulio de 1 875 en u na pequeña
localidad de Suiza llamada Ke ssew il. Su padre, Paul J ung, fue u n
clér igo rural y su madre fu e Em ilie Preiswerk Jung. E l n iño Car l
creció rodeado de una familia muy educada y extensa que inc lu ía a
unos cuantos c lér igos y a lgunos excéntricos también.
El padre in ic ió a Carl en el lat ín a la edad de 6 años, lo que desde
el princ ipio aceptó con gran in terés, en especia l por el lenguaje y
la lit eratura antigua. Además de leer la mayoría de las lenguas
modernas del occident e euro peo, Jung también leía
alternat ivament e varias o tras lengu as an tiguas como el sánscrito
(el lenguaje or igina l de los libros sagrados hindúes).
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Teoría
Arquet ipos
Maná
Debemos saber que es tos arquet ipos no son rea lment e cosas
biológ icas, como los inst intos de Freud. Son d e mandas más
puntuales. Por ejemplo, si uno s ueñ o con cosas alargadas, Freud
sugeriría que és tas repres entarían el fa lo y en consec uenc ia el
sexo. J ung propondría una interpret ación mu y d ist inta. Inc luso, e l
soñar con el pene no n ecesariamente imp lica una in satis facción
sexual.
La sombra
Sería el “lado osc uro” del Yo (del s í mismo. N.T.) y n uestra parte
negativa o diabólica también s e en cuentra en este espacio. Esto
supone que la sombra es amoral; ni buena n i mala, como en lo s
animales. Un an imal es capaz d e cu idar calurosamente d e su prole,
al tiempo que puede ser un as es ino implacable para obtener
comida. Pero él no escoge ninguno de ellos. Simplement e hace lo
que hace. Es “ inocente”. Pero desde nuestra perspect iva humana,
el mundo an imal nos parece brut al, inh umano; por lo que la
sombra se vuelve algo relacio nado con un “basurero” d e aquella s
partes de nosotros que no quer emos admitir.
La persona
Anima y animus
En todas las cu lturas, las expec t ativas que recaen sobre los
hombres y las mujeres dif ier en. Es tas están basadas casi en s u
totalidad sobre nuestros diferen tes p apeles en la reproducción y en
otros detalles que son casi exclusivamen te tradicio nales. E n
nuestra soc iedad a ctual, todav ía ret enemos muchos remanent es d e
estas expectat ivas tradicio nales. Todavía esperamos qu e las
mujeres sean más calurosas y menos agresivas; que los hombres
sean fuertes y que ignoren los aspectos emoc ionales de la v ida.
Pero Jung creía que esta s expectat ivas significaban que so lo h emos
desarrollado la m itad de nu estro potencial.
Otros arquetipos
A med ida que nos vamos haciendo m a yores, la mayoría de noso tros
empieza a sent irse cómodos con nu estras facetas. Somos un poco
menos idealistas e ing enuos y r econocemos qu e somos una
combinación de bueno y malo. Nos vemos menos amenazados por
nuestros opues tos sexuales y nos volvemos más a ndróginos.
Incluso, en la edad de la vej ez, las mujeres y los hombres t ienden
a parecerse más. Este proceso de sobreponernos por encima de
nuestros opu estos; el v er ambos lados de lo que somos, es llamado
trascendenc ia.
El s elf
Si in ten tamos alejarnos un poco de las cons iderac iones míst icas,
sería recomendable que nos s ituá ramos en una postura más
centralista y equilibrada de nuestra psique. Cuando somos jóvenes,
nos inc linamos más hacia el Yo, así como en las tr iv ialid ades de la
persona. Cuando envejecemos (asumiendo que lo hemos h ech o
apropiadamente), nos dir igimos hacia cons ideracion es más
profundas sobre el s elf y nos acerca mos más a las gentes, hacia la
vida y hac ia el m ismo un iverso. La persona que se ha realizado
(que ha desarrollado su s í m ismo - su self ) es de hecho meno s
egocéntr ica.
Sincron ic idad
Jung nunca se aclaró con respecto a sus creenc ias relig iosas, pero
esta idea inusua l de s incron icidad la hallamos fác ilmente exp licada
en la persp ect iva hindú de la realidad. Desde est e punto de v ista ,
nuestros Yo indiv idua les son com o is las en el mar. Estamos
acostumbrados a ver el mundo y a los d emás como ent es
individua les y s eparados. Lo que no vemos es que es tamos
conectados entre no sotros por medio del su elo marino qu e subyac e
a las aguas.
El otro mundo es llamado maya, que significa ilus ión y se cons idera
un sueño de Dios o como un baile de Dios; esto es, Dios lo ha
creado, pero no es real en s í m is mo. Nuestros Yo ind iv iduales
reciben el nom bre de jivatman o almas indiv iduales, siendo
también a lgo parecido a u na ilu sión. Todos nosotros somo s
extensio nes del ún ico y supremo Atman o Dios, el cua l se permit e
olv idarse un poco de su identidad para volverse aparentement e
separado e independient e v olv iéndose cada uno de nosotros. Pero
de hech o, nunca estamos s eparados del todo. Cuando morimos, nos
despertamos siendo lo que rea lmen te fu imos desde el princ ipio :
Dios.
Introversión y extroversión
Jung desarrolló u na t ipología d e la personalidad que s e ha v uelt o
tan popular que mucha g ente cree q ue él no h izo nada más. Es ta
empieza con la dif erenc i a entre int roversión y extroversión. Las
personas introvert idas pref ieren su mundo in terno de
pensamientos, sen tim ien tos, fantas ías, sueños y demás, mientras
que las extrovertidas prefieren el mundo ex terno de las cosas, la s
activ idades y las personas.
Estos términos se han confund ido con vocablos como tim idez y
sociabilidad, deb ido en parte a que los introvert idos su elen ser
tímidos y los extrovertidos t ienden a ser más soc iables. Pero Jung
se refer ía más a cuán inc linados estamos (nuestro Yo) hac ia la
persona y la realidad ext erna o hac ia el inconsc ien te co lectivo y
sus arquetipos. En este s ent ido, el sujeto introvertido es un poco
más maduro que el extrovertido, aun que bien es cierto que nues tra
cultura valora más al ex trovertido…y Jung ¡ya nos av isó de que
todos nosotros tend emos a valorar n uestro propio t ipo por enc ima
de cualqu ier otra cosa!.
Las funcion es
Aún cuando s eamos introvert idos o extrovert idos, está c laro que
neces itamos lid iar con el mundo, t anto int erno como ext erno. Y
cada uno de nosotros pos ee su p ropia manera de hacerlo, de
manera más o menos cómoda y útil. Jung sugier e que ex ist en
cuatro maneras o func iones de hacer lo:
Valoración
Cada tipo está ident if icado por cu atro letras, ta les como E NF J.
Estos han llegado a ser tan populares que inc luso ¡podemo s
hallarlo s en las matr ícu las de los coc hes!.
ENFJ (Ex troversión sen tim ental con intuic ión). Estas personas son
locuaces. T ienden a idea lizar a sus amigos. Se comportan como
buenos padres, pero tien en c ierta t endenc ia a dejarse manipular
por ellos. Llegan a ser bu enos t erapeutas, maestros, ej ecut ivos y
comerciales.
ISFP ( In troversión sent imental con sensac ión). Son tím idos y
retraídos; poco habladores, pero les gustan los actos qu e tengan
que ver con act iv idades se ns uales. Les gusta la p intura, el dibujo,
la escu ltura, la composic ión musica l, el baile ( las artes en genera l)
y la nat uraleza. No son muy buenos en el compromiso s ent imen tal.
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Discu sión
Muchas personas creen que Jung t ien e mucho que dec ir sobre
ellos. Es ta s incluyen escritores, art istas, mús icos, dir ectores d e
cine, t eó logos, clér igos de cualqu ier religión, estudiant es d e
mitolog ía y, por supuest o, algunos psicó logos. C iertos ej emplo s
que me v ienen a la men te s erían el mitó logo Joseph Canpbell, el
cineasta George Lucas y la autora d e cienc ia f icció n Ursula K. Le
Guin. Cua lquiera que esté in teresado en la cr eatividad,
espiritualidad, fenómenos ps íquicos, lo un iversal y esos t emas,
encontrará en Ju ng una buena gu ía.
Pero los cient íf icos, inc luy endo a la mayo ría de los psicó logos,
tienen bastantes problemas con Ju ng. Este no solamen te apoya
completament e el punto d e v ista teleo lógico (como hacen la
mayoría de los psicó logos de la pers onalidad), sino que va un paso
más allá, metiéndose en las int erconex iones mí st icas de la
sincron icidad. No solament e postula la exis tenc ia de un
inconsc iente donde las cosas no so n fáciles de captar por el ojo
empírico, s ino que además estab lec e un inconsc ient e colect ivo qu e
nunca ha estado n i llegará a la consc ienc ia.
De h echo, J ung se acoge a una post ura esenc ialm ente contraria a
la corrien te r educcion ista; empiez a por los niv eles más altos
(inc luso hasta la esp iritua lidad misma) y deriva los niv eles más
bajos de psicolog ía y fis io logía a part ir de ellos.
A prim era v ista, los arquet ipos de Jung parec ería la idea más
extraña, aún cuando se ha demostra do que son muy ú tiles para el
anális is de los mitos, cu entos de hadas, literatura en general,
simbolismo art íst ico y expos icio nes relig iosas. Aparentemente
capturan algunas de las “unidades ” básicas de nuestra propia
expresió n. Muchas personas han sugerido que son solamen t e
muchos caracteres e h istorias del mu ndo real, y qu e so lament e n o s
lim itamos a reorganizar los deta lles de las m ismas.
Conex iones
Por otro lado, Jung t ien e mucho en común con los neo - freudianos ,
humanistas y ex ist encia listas. E l cree que estamos h echos para el
progreso, para movernos en u na dir ección pos itiva, no so lamente
con un f in adaptativo, como los f reudianos y los conductua les
defienden. Su idea sobre la autorea lizació n es mu y s imilar a la de
auto-actualizac ión.
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