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Manual
básico
de
Epidemiologia
en
alimentación
y
nutrición
Autor
:
Ivana
Olivero
ÍNDICE
CAPITULO
1
–
Epidemiología:
Concepto
y
aplicaciones
CAPITULO
2
–
Medidas
y
diseños
metodológicos
CAPITULO
3
–
De
la
causalidad
a
la
determinación
CAPITULO
4
–
Metodología
de
la
investigación
CAPITULO
5
–
Métodos
cualitativos
CAPITULO
6
–
Vigilancia
Epidemiológica
CAPITULO
7
–
Transición
Epidemiológica
CAPITULO
8
-‐
Epidemiologia
en
alimentación
y
nutrición
BIBLIOGRAFIA
GLOSARIO
2
3
PRÓLOGO
La
epidemiologia
,
como
ciencia,
se
ocupa
del
estudio
de
la
salud
de
las
poblaciones,
en
un
sentido
social
y
acologico.
Se
ocupa
de
estudiar
los
cambios
d
los
patrones
de
salud
de
las
poblaciones,
la
distribucion
de
los
procesos
salud
–enfermedad,
asi
como
de
su
bienestar,
al
interior
de
cada
sociedad
y
entre
sociedade,
a
traves
del
tiempo,
espacio
y
lugares.
4
CAPITULO
1
CONCEPTO
Y
APLICACIONES
DE
LA
EPIDEMIOLOGÍA
1.1 INTRODUCCIÓN
La
Epidemiología
como
disciplina
es
un
campo
no
exento
de
controversias,
por
lo
tanto
diferentes
profesionales
pueden
sostener
distintos
puntos
de
vista
acerca
de
su
objeto
de
estudio,
su
metodología
y
sus
aplicaciones.
Podría
decirse
que
muchas
de
las
controversias
se
presentan
a
partir
de
las
diferentes
posiciones
epistemológicas
y
de
la
evolución
histórica
respecto
de
estos
conceptos.
Respecto
de
la
Epidemiología
podría
decirse
que:
No
posee
una
única
definición.
Las
concepciones
acerca
de
ella
han
ido
variado
a
lo
largo
de
la
historia
en
función
de
aspectos
ligados
a
los
discursos
y
las
prácticas
de
la
salud
pública,
pero
estos
cambios
fueron
también
efecto
de
las
condiciones,
externas
a
la
propia
disciplina,
que
la
atraviesan.
Sucede
con
la
Epidemiología,
así
como
con
muchas
otras
disciplinas,
que
resulta
difícil
proponer
una
definición
unívoca
que
permita
dar
cuenta
de
toda
la
complejidad
de
este
campo
de
estudio,
además
de
aclarar
que
estas
se
encuentran
articuladas
con
el
contexto
en
el
cual
surgieron.
Se
podría
decir
en
una
sola
frase
que
la
epidemiología
es
el
estudio
que
se
efectúa
sobre
el
pueblo
o
la
comunidad,
en
lo
referente
a
los
procesos
de
salud/enfermedad/atención.
5
1.2 PERSPECTIVA
HISTÓRICA
DEL
CONCEPTO
DE
EPIDEMIOLOGIA
¿Por
qué
es
importante
conocer
la
historia
de
la
epidemiología?
Para
rastrear
los
orígenes
de
la
epidemiología
habría
que
remontarse
hasta
hace
ya
más
de
2000
años:
Hipócrates,
entre
otros,
en
“De
Aires,
Aguas
y
Lugares”
planteaba
la
importancia
de
los
factores
ambientales
y
su
influencia
en
la
aparición
de
la
enfermedad.
Sin
embargo,
sus
orígenes
se
describen
como
muy
posteriores
a
esa
época.
Es
hacia
los
siglos
XVIII
y
XIX
que
se
reconoce
el
inicio,
cuando
el
término
epidemiología
nace
relacionado
con
la
palabra
“epidemia”.
Su
surgimiento
estuvo
ligado
a
la
necesidad
de
estudiar
las
grandes
epidemias
europeas
del
siglo
pasado.
El
desarrollo
acelerado
de
las
ciudades
con
la
Revolución
Industrial,
produce
transformaciones
en
la
organización
social
motivadas
en
las
nuevas
formas
que
adquiere
la
producción
y
el
comercio.
Las
migraciones
desde
ámbitos
rurales
hacia
los
urbanos
en
búsqueda
de
trabajo,
determinaron
la
aparición
de
problemas
de
hacinamiento,
basurales,
falta
de
agua
potable
y
de
cloacas.
Estas
condiciones
de
vida
y
trabajo
se
relacionaban
con
altísimas
tasas
de
mortalidad
infantil.
En
1839,
William
Farr,
realizó
el
“Registro
Anual
de
Mortalidad
y
Morbilidad
para
Inglaterra
y
Gales”.
La
concepción
dominante
en
el
estudio
de
las
enfermedades
era
la
teoría
miasmática,
que
postulaba
que
las
dolencias
eran
causadas
por
las
emanaciones
provenientes
de
los
desechos
o
de
otras
materias
putrefactas
de
la
tierra.
En
este
sentido,
a
lo
largo
del
período
se
sucedieron
distintos
tipos
de
intervención
estatal
sobre
la
cuestión
de
la
salud
de
la
población.
En
Inglaterra,
el
Estado
proporciona
servicios
de
atención
médica.
En
Francia,
se
desarrolla
una
medicina
"urbana"
con
el
fin
de
sanear
los
es-‐
pacios
de
las
ciudades.
En
Alemania,
se
imponen
reglas
de
higiene
individual
para
el
pueblo.
A
partir
del
interés
por
conocer
la
relación
entre
condiciones
de
vida
y
salud,
surge
la
corriente
denominada,
por
Guérin
(médico
alemán)
en
1838,
como
"Medicina
Social".
Esta
disciplina
ligada
a
la
intervención
estatal
se
ocupaba
de
la
salud
de
las
poblaciones
a
través
de
su
preocupación
por
el
saneamiento,
la
organización
de
los
espacios
urbanos,
la
reglamentación
de
la
jornada
de
trabajo
y
de
las
condiciones
mínimas
de
higiene
que
debían
cumplir
los
espacios
laborales.
6
En
1854,
John
Snow,
considerado
el
padre
de
la
epidemiología
moderna,
realizó
un
importante
y
fundacional
trabajo
sobre
el
riesgo
de
contraer
cólera
en
Londres,
a
partir
del
consumo
de
agua
que
suministraba
cierta
empresa
privada.
Elaboró
una
teoría
sobre
el
contagio
de
enfermedades
infecciosas
en
general
y
propuso
que
la
propagación
del
cólera
se
daba
a
través
del
agua
contaminada.
Este
trabajo
de
Snow
es
considerado
la
“Primera
Revolución
de
la
Epidemiología”,
en
la
medida
en
que
se
pudo
predecir
las
características
del
agente
aún
antes
de
que
se
desarrollara
la
Microbiología.
Las
bacterias
fueron
consideradas
como
las
únicas
causas
en
la
producción
de
las
enfermedades.
De
esta
manera,
surgió
la
visión
unicausal.
Para
cada
enfermedad
existe
un
único
agente
capaz
de
producirla.
Esta
concepción
fortaleció
la
interpretación
de
la
enfermedad
como
fenómeno
individual
suplantando
el
abordaje
colectivo
en
el
tema
salud.
7
Los
agentes
comprenden
a
los
organismos
infecciosos
(virus,
bacterias,
hongos,
parásitos,
entre
otros),
agentes
físicos
(radiaciones,
por
ejemplo)
y
agentes
químicos
(productos
tóxicos,
ácidos,
etc.).
El
huésped
toma
en
cuenta
las
características
de
los
individuos
como
edad,
sexo,
raza,
hábitos.
También
se
debe
tener
en
cuenta
la
susceptibilidad
del
individuo
cuando
se
trata
de
enfermedades
infecciosas.
¿Está
vacunado?
¿Ya
ha
tenido
la
enfermedad?
Entre
los
factores
ambientales
se
presentan
aquellos
que
afectan
la
exposición
del
huésped
al
agente.
Pueden
identificarse
factores
físicos
(clima,
temperatura,
humedad,
presión,
luminosidad,
etc.),
biológicos
(vegetales
y
animales,
adquiriendo
una
importancia
fundamental
los
piojos,
pulgas
y
mosquitos)
y
los
sociales
(económicos,
culturales,
etc.).
8
Además,
Richard
Doll
y
Austin
Bradford
Hill
incorporan
el
método
experimental
propiamente
dicho
y
la
asignación
aleatoria
de
individuos.
Estos
trabajos
conforman
uno
de
los
más
importantes
avances
de
la
disciplina.
Hasta
entonces
los
estudios
epidemiológicos
podían
calificarse
de
“experimentos
naturales”,
en
la
medida
en
que
no
se
efectuaba
un
control
manipulado
de
variables,
sino
que
se
aprovechaba
a
“observar”
la
realidad
tal
como
se
daba.
La
producción
científica
en
esta
etapa
creció
considerablemente
igual
que
la
aplicación
de
metodologías
estadísticas
cada
vez
más
elaboradas.
Los
numerosos
estudios
mostraban
que
las
enfermedades
no
se
distribuían
de
manera
homogénea
o
perfectamente
al
azar
en
la
población,
sino
que
su
ocurrencia
parecía
estar
ligada
a
la
condición
socioeconómica
de
los
sujetos
o
grupos
bajo
análisis.
A
partir
de
la
década
del
setenta,
se
desarrollaron
corrientes
que
cuestionaron
la
tríada
ecológica
por
considerar
a
la
salud
como
un
proceso
natural,
y
se
preocuparon
por
estudiar
su
desarrollo
en
distintos
períodos
históricos
teniendo
en
cuenta
el
carácter
económico
y
social
de
su
producción.
Estas
corrientes
no
niegan
la
predisposición
biológica
a
enfermar
que
puede
tener
un
sujeto,
pero
a
través
de
múltiples
estudios
han
mostrado
que
esa
predisposición,
aún
la
de
carácter
genético,
actúa
estimulada
por
factores
relacionados
con
la
manera
de
producir
y
de
distribuir
los
bienes
y
servicios
en
las
sociedades.
Se
organiza
posteriormente
el
movimiento
de
“salud
comunitaria”
también
conocido
como
“medicina
comunitaria”
basado
en
la
implementación
de
centros
comunitarios
destinados
a
efectuar
acciones
preventivas
y
proporcionar
cuidados
básicos
de
salud
a
la
población
residente
en
áreas
geográficamente
delimitadas.
Con
la
denominada
la
“crisis”
de
la
salud
pública
y
la
construcción
de
las
ideas
de
complejidad
en
el
campo
de
la
salud
se
hizo
necesario
una
profundización
disciplinar
y
revisar
los
paradigmas
y
las
propuestas
de
acción
procurando
establecer
la
salud
en
el
ámbito
de
lo
“colectivo”
y
estrechar
lazos
interdisciplinares.
De
esta
forma
surge
la
“salud
colectiva”
como
un
campo
científico1
donde
se
procura
comprender
las
formas
en
que
la
sociedad
identifica
sus
necesidades
y
problemas;
y
además
como
un
campo
de
práctica
centrada
en
las
acciones
de
salud
como
la
promoción,
protección,
recuperación
y
rehabilitación.
1
La definición de campo se remite a BOURDIEU P.
9
Al
incorporar
la
concepción
de
la
Salud
Colectiva
para
el
avance
de
los
conocimientos
y
prácticas
comunitarias
se
torna
como
desafío
para
enriquecer
las
miradas
y
abordar
las
problemáticas
desde
las
categorías
de
género,
de
etnia,
de
equidad
entre
otras.
PARADIG
10
El
término
Epidemiología
se
utiliza
ya
desde
1870,
aunque
algunos
autores
afirman
que
ya
hacia
1850,
con
Snow,
se
había
organizado
una
Sociedad
de
Epidemiología
en
Londres.
Si
bien
esta
definición
está
lo
suficientemente
aceptada
para
que
se
la
considere
clásica,
algunos
epidemiólogos
prefieren
otras
que
incluyen
además
la
salud
y
el
control
de
problemas
sanitarios:
Esta
última
alternativa
desenfoca
el
tema
de
la
muerte
y
la
enfermedad
para
hacer
eje
en
el
estado
de
salud
de
la
población,
aportando
una
visión
más
positiva
y
más
ligada
a
la
prevención.
2
MCMAHON B., PUGH T.F.: “Epidemiology, principles and methods”. Brown and Co., Boston, 1970. Citado en TERRIS
M.: “La Revolución Epidemiológica y la Medicina Social”. Siglo XXI editores, México, 1980.
11
podrían
definir
subgrupos
en
función
de
distintas
variables
(características)
como
sexo
y
edad,
entre
otras.
El
término
científico
se
refiere
a
que
dichos
conocimientos
fueron
obtenidos
a
través
de
un
camino
sistemático
o
método,
que
pretende
garantizar
cierta
validez
y
fiabilidad.
Distribución
significa
la
medida
de
la
frecuencia
y
variación
de
un
fenómeno
en
grupos
de
población
a
lo
largo
del
tiempo,
en
diferentes
lugares
o
formados
por
diferentes
tipos
de
personas.
Los
fenómenos
relacionados
con
la
salud
y
sus
posibles
determinantes
dan
lugar
a
algunas
de
las
clasificaciones
de
las
ramas
de
la
epidemiología.
Así,
cuando
el
eje
de
clasificación
son
los
fenómenos
sanitarios
surgen
ramas
como
la
epidemiología
cardiovascular,
del
cáncer,
o
de
los
servicios
sanitarios.
12
Cuando
el
eje
son
los
determinantes,
surgen
la
epidemiología
nutricional,
laboral,
o
social.
La
distinción
entre
ambas
ramas
no
estriba
tanto
en
las
técnicas
utilizadas
como
en
la
porción
de
la
historia
natural
de
la
enfermedad
que
es
estudiada
por
cada
una
de
ellas.
La
historia
natural
de
una
enfermedad
es
el
conjunto
de
sucesos
que
van
desde
que
un
sujeto
o
grupo
de
sujetos
resulta
expuesto
a
las
primeras
causas
de
una
enfermedad
hasta
que
ésta
se
desarrolla
y
finalmente
se
resuelve
con
la
curación
total,
la
curación
con
secuelas
o
la
muerte
La
epidemiología
de
salud
pública
estudia
la
primera
parte
de
esta
cadena
de
sucesos,
es
decir,
la
frecuencia
y
distribución
de
la
enfermedad
y
sus
determinantes,
factores
de
riesgo
o
protección.
Para
ello
se
fija
en
sujetos
sanos,
generalmente
viviendo
en
la
comunidad,
a
los
que
sigue
para
observar
como
enferman.
Como
ya
fuera
planteado,
en
este
campo,
como
en
tantos
otros,
hay
temas
en
debate:
existen
posturas
que
la
consideran
como
ciencia,
en
todo
el
sentido
de
la
palabra,
porque
tiene
un
objeto
de
conocimiento
como
es
el
proceso
salud/enfermedad/atención
(SEA)
de
las
poblaciones;
cuenta
con
un
paradigma3
y
por
tanto
dispone
de
un
método
propio,
premisas
y
categorías.
3
El concepto de paradigma ha sido acuñado en la década del ’60 por Thomas Khun, quien puede ser considerado un
sociólogo de la ciencia. Este concepto permite advertir el importante papel de la historia en el desarrollo científico.
Puede sintetizarse como un modelo o patrón aceptado dentro de una comunidad científica –por un determinado
tiempo– para plantearse problemas y buscar soluciones. Si bien se instala este criterio sociológico de la ciencia hacia
la década del ’60, tiene gran vigencia aún en la actualidad
13
En
esta
perspectiva,
se
trataría
de
una
ciencia
médica
básica
para
mejorar
la
salud
de
la
población.
Para
otros,
en
cambio,
sólo
se
trataría
de
una
herramienta
auxiliar.
El
objeto
de
estudio
de
la
Epidemiología
es
el
proceso
de
salud/enfermedad/atención
que
se
sucede
en
las
poblaciones,
para
lo
que
resulta
indispensable
conocer
y
analizar
el
contexto
en
el
que
se
producen.
A
partir
de
esta
concepción
–que
no
puede
ser
otra
más
que
la
social–
acerca
del
proceso
de
salud/enfermedad/atención,
es
posible
avanzar
un
poco
más
y
plantear
que
la
Epidemiología
estudia
la
frecuencia
y
las
tendencias
de
exposición
a
ciertos
factores
o
marcadores
que
están
relacionados
con
la
posibilidad
de
producir
daño
o
enfermedad.
Entre
estos
factores
o
marcadores,
algunos
pueden
considerarse
de
“riesgo”
porque
estarían
vinculados
con
una
posibilidad
mayor
de
que
ocurra
cierta
enfermedad.
Muchas
veces
no
existe
el
modo
de
variar
ciertos
factores,
por
ejemplo:
la
edad,
el
sexo,
el
nivel
de
ingresos,
entre
otros.
No
obstante,
podría
ser
factible
controlar
factores
de
riesgo
para
la
prevención
de
enfermedades.
A
modo
de
ejemplo,
puede
citarse
el
hábito
de
fumar
y
su
relación
con
el
cáncer
de
pulmón;
la
exposición
no
controlada
a
los
rayos
del
sol
y
el
cáncer
de
piel.
Sintéticamente,
podría
afirmarse
que
los
fumadores
o
bien
los
que
se
exponen
a
los
rayos
del
sol
en
horarios
peligrosos
tienen
un
riesgo
mayor
de
contraer
cáncer,
ya
sea
de
pulmón
o
de
piel,
en
uno
y
otro
caso.
14
Así
como
se
fue
modificando
el
modelo
para
abordar
el
proceso
de
salud/enfermedad/atención,
la
epidemiología
fue
sufriendo
las
mismas
crisis
y
debió
replantearse
tanto
el
objeto
de
estudio,
los
marcos
teóricos
y
los
métodos
de
investigación:
15
Cuadro
1.
Construcción
histórica
de
la
epidemiología
Desde Hacia
Enfermedad
Salud
Objeto
de
Determinantes
de
Estilos
de
vida.
Modos
de
estudio
enfermedad
vida
Enfermedades
Problemas
sociales
transmisibles
Teoría
unicausal
Multicausalidad
/
Marco
teórico
Complejidad
Agente
etiológico
único
Determinantes
biológicos,
sociales,
culturales,
ambientales...
Biología
y,
especialmente,
Interdisciplina
(biología,
la
medicina
antropología,
sociología,
psicología...)
Reduccionismo
(limitado
a
Comprensión
y
análisis
Campo
variables
“medibles”)
interpretativo.
metodológico
Complejidad
Métodos
cuantitativos
Métodos
cualitativos.
(estadística).
Triangulación.
Si
bien
el
objeto
de
la
epidemiología
en
sus
orígenes,
se
constituyó
subordinado
al
saber
clínico,
puede
apreciarse,
no
obstante
que
se
trata
de
un
objeto
de
estudio
complejo
y,
por
lo
tanto,
su
abordaje
requerirá
del
aporte
de
diferentes
disciplinas:
Sociología,
Psicología,
Biología,
Antropología,
Economía,
entre
otras.
Este
proceso
es
dinámico
y
en
la
práctica
epidemiológica
persisten
elementos
de
ambas
columnas.
Es
así
como
en
la
actualidad
se
utilizan
en
forma
complementaria
métodos
cuantitativos
que
informan
la
extensión
de
un
problema
de
salud
con
métodos
cualitativos
que
permiten
analizar
la
profundidad
de
dicha
problemática.
Actualmente,
algunos
centros
privilegian
los
estudios
interdisciplinarios
para
poder
tener
una
mejor
comprensión
del
contexto
en
el
que
se
despliega
el
proceso
social
de
salud-‐enfermedad
que
aporte
a
la
construcción
de
los
Servicios
de
Salud
y
mejorar
así
las
condiciones
sanitarias
de
la
población.
16
1.4.
APLICACIONES
DE
LA
EPIDEMIOLOGÍA
17
ese
momento
histórico,
las
expectativas
centradas
en
que
un
desarrollo
de
la
economía
traería
aparejado
un
desarrollo
de
la
salud
comenzaron
a
perderse,
en
función
de
que
–a
la
inversa–
los
indicadores
de
la
salud
colectiva
se
iban
deteriorando.
La
desigualdad
y
la
injusticia
social
eran
cada
vez
más
evidentes,
así
como
la
inequidad
en
el
acceso
al
sistema
de
salud
y
comenzaron
a
detectarse
las
enfermedades
típicas
de
la
pobreza.
No
es
de
extrañar
que
este
movimiento
justamente
haya
surgido
en
América
Latina,
continente
en
el
que
las
desigualdades
son,
tal
vez,
las
más
marcadas
y
dramáticas
del
mundo.
Así,
Almeida
Filho4
(1992)
propone
un
claro
cuestionamiento
de
los
modelos
positivistas.
Su
“epidemiología
sin
números”
se
inspira
en
la
lógica
de
las
ciencias
sociales.
El
discurso
y
las
prácticas
de
la
Medicina
Social
o
Salud
Colectiva
fueron
incorporados
en
la
Epidemiología
Crítica,
la
que
fue
apartándose
de
los
modelos
tradicionales
o
hegemónicos
de
investigar
e
intervenir
en
salud
pública.
Estudia
el
proceso
de
salud
enfermedad
en
el
contexto
socio-‐histórico,
tomando
en
cuenta
los
efectos
de
los
cambios
a
lo
largo
del
tiempo.
Jaime
Breilh5
(2003)
plantea
en
el
mismo
marco
una
visión
emancipadora
de
la
ciencia
y
la
epidemiología,
propia
de
los
grupos
democráticos
y
progresistas,
que
no
puede
ser
compatible
con
puntos
de
vista
conservadores.
Estas
perspectivas,
claramente
en
debate,
en
el
campo
de
la
disciplina,
responden
a
diferentes
supuestos
sobre
la
salud
así
como
sobre
aspectos
conceptuales
y
metodológicos.
Según
las
nuevas
corrientes
latinoamericanas,
a
la
Epidemiología
le
cabe
el
rol
de
identificar
las
prioridades
del
sistema
de
atención
sanitaria,
sin
dejar
de
lado
la
preocupación
predominante
por
la
relación
médico-‐paciente,
pero
motivando
el
interés
por
lo
colectivo.
Tendría
como
objetivo
estimular,
en
los
trabajadores
de
la
salud
y
en
la
comunidad,
la
conciencia
de
las
necesidades
sociales
en
materia
salud
así
como
la
preparación
para
responder
a
las
exigencias
que
se
expresarán
en
el
ámbito
de
lo
político,
para
esto
cabe
la
definición
“el
estudio
de
lo
que
está
sobre
el
pueblo”.
4
ALMEIDA FILHO N.: “Epidemiología sin números”. Serie Paltex OPS/OMS, 1992.
5
BREILH J.: “Epidemiología Crítica”. Buenos Aires, 2003.
18
las
condiciones
de
vida
y
aportar
metodología
que
permita
obtener
información
útil
para
otras
ciencias
y
áreas
de
la
salud.
• Determinar
la
carga
de
enfermedad
para
planificar
los
requerimientos
de
servicios
y
la
prioridad
para
la
asignación
de
recursos.
• Detección
de
tendencias
en
la
incidencia
o
prevalencia
de
enfermedades.
• Identificación
de
cambios
en
los
patrones
de
una
enfermedad
y
sus
consecuencias.
• Identificación
de
grupos
de
riesgo
en
la
población.
• Determinación
del
estado
de
salud,
la
magnitud
de
capacidad
o
de
la
discapacidad.
1.4.2.2. Descripción de la historia natural del proceso salud-‐ enfermedad
• Asociaciones
de
dependencia
estadística
-‐
entre
dos
o
más
eventos,
características
o
variables.
Estas
asociaciones
pueden
o
no
estar
en
relación
causal
y,
• Determinantes,
vale
decir,
factores
que
pueden
producir
cambios
en
las
condiciones
de
salud.
Estos
son
factores
que
tienen
una
relación
causal
directa
con
problemas
de
salud.
19
• Removiendo
o
eliminando
agentes
primarios,
dependiendo
del
reservorio
natural,
modo
de
diseminación
y
sitio
de
acción
• Protección
del
ser
humano
mejorando
las
condiciones
del
medio
(higiene)
"
Incrementando
la
resistencia
del
huésped
(inmunización,
incremento
de
la
resistencia
biológica)
• Modificación
del
comportamiento
humano
para
impedir
riesgos
o
promover
acciones
saludables.
• Identificación
de
los
principales
riesgos
para
la
salud
de
la
comunidad
• Conocimiento
de
la
eficacia
de
las
intervenciones
• Evaluación
de
la
eficacia
y
efectividad
de
las
intervenciones
propuestas
1.4.2.7. Otras
20
Susser
(1991)
establece
que
la
epidemiología
puede
ser
utilizada
en
casi
todos
los
campos
de
la
salud
humana,
incluyéndola
en
la
evaluación
de
las
acciones,
servicios,
programas
y
políticas
de
salud.
Esto
a
conducido
a
la
epidemiología
a
campos
de
saber
en
los
cuales
con
anterioridad
no
era
concebible
su
presencia,
como
la
economía
y
las
ciencias
políticas,
adquiriendo
una
legitima
proximidad
a
las
ciencias
sociales.
Existe
un
amplio
consenso
sobre
la
identificación
de
4
grandes
campos
de
acción
de
la
Epidemiología:
Estudios
de
la
situación
de
salud
en
diferentes
grupos
de
población
y
de
sus
determinantes.
Vigilancia
epidemiológica
de
las
enfermedades
y
otros
problemas
de
salud
o
eventos
positivos
de
salud.
Investigación
de
los
determinantes
de
la
salud
y
explicación
de
los
problemas
prioritarios.
Evaluación
de
los
servicios
de
salud
y
de
las
acciones
o
intervenciones
en
las
poblaciones,
así
como
también
la
valoración
del
ambiente,
de
las
condiciones
de
vida
y
de
la
tecnología
en
la
salud.
21
1.4.4
Epidemiología
y
APS
Los
estudios
epidemiológicos
permiten
llevar
registro
de
las
enfermedades
más
comunes,
de
los
factores
que
determinan
su
incidencia
o
prevalencia,
las
medidas
que
podrían
tomarse
para
prevenirlos.
A
la
vez
aportan
información
relevante
para
determinar
el
tipo
de
servicio
de
salud
necesario
en
cada
comunidad
y
para
evaluar
la
utilidad
de
los
programas
existentes
en
la
atención
de
la
salud.
El
trabajador
de
atención
primaria
de
la
salud
es
quien
obtiene
información
sobre
los
estados
de
salud
y
enfermedad
de
la
comunidad.
Los
métodos
epidemiológicos
permiten
organizar,
analizar
e
interpretar
esos
datos
siguiendo
cierto
tipo
de
patrón
o
modelo.
22
CAPITULO
2
MEDIDAS
Y
DISEÑOS
METODOLÓGICOS
2.1
INTRODUCCIÓN
La
medición
que
se
hace
con
este
propósito
se
expresa
casi
siempre
por
tres
formas
básicas:
Razón
Proporción
Tasa
23
En
un
sentido
amplio,
una
razón
es
un
cociente
entre
dos
magnitudes
de
naturaleza
diferente,
o
dos
magnitudes
de
un
mismo
suceso,
con
el
propósito
de
expresar
una
relación
existente
entre
ellas:
R
=
a
/
b
Lo
principal
es
que
el
numerador
y
el
denominador
no
se
superponen;
un
ejemplo
típico
es
la
razón
Varón
/
Mujer.
La
proporción
en
sentido
estricto
es
una
medida
que
señala
la
relación
de
una
parte
con
el
todo.
Es
un
cociente
cuya
característica
es
que
el
denominador
contiene
al
numerador:
P = a / a + b
Para
responder
a
estos
interrogantes
lo
invitamos
a
leer
la
adaptación
del
texto
de:
ORTIZ
Z.,
ESANDI
M.E.,
BORTMAN
M.:
“Módulos
de
epidemiología
básica
y
vigilancia
de
la
salud”.
Módulo
2:
Tipos
de
estudios
epidemiológicos.
Programa
Vigi+a-‐OPS-‐OMS,
2001.
24
¿Qué
es
un
indicador?
Es
una
expresión
que
resume
o
refleja
un
determinado
aspecto
de
una
población
en
lugar
y
tiempo
determinado.
Existen
indicadores
cualitativos
y
cuantitativos.
Los
primeros
son
difíciles
de
objetivar
y
medir,
pero
que
en
algunas
situaciones
son
los
únicos
que
se
pueden
utilizar,
como
por
ejemplo
los
indicadores
de
nivel
cultural.
Los
indicadores
cuantitativos
son
una
expresión
matemática
que
busca
reflejar
en
forma
resumida,
oportuna,
sensible
y
especifica
las
características
de
un
factor
de
riesgo,
de
un
factor
de
protección,
o
de
un
problema
de
salud
específico
en
una
población
en
lugar
y
tiempo
determinado.
Las
medidas
que
más
frecuentemente
se
utilizan
como
indicador:
tasa,
razón,
proporción,
etc.
¿Qué
es
un
índice?
Algunas
veces
se
toma
a
los
indicadores
e
índices
como
sinónimos.
Algunos
autores
reservan
este
último
término
para
una
expresión
matemática
resumen
elaborado
en
base
a
dos
o
más
indicadores.
Por
ejemplo,
el
Índice
de
Nivel
Económico-‐Social
(NES)
se
basa
en
tres
indicadores:
nivel
educacional,
ingresos
y
ocupación.
25
países,
la
brucelosis
solo
afecta
a
las
personas
que
manipulan
animales
infectados,
por
lo
que
la
población
expuesta
al
riesgo
está
formada
por
quienes
trabajan
en
granjas
o
mataderos.
Fig.
2.1.
Población
expuesta
al
riesgo
en
un
estudio
de
carcinoma
de
cuello
uterino
Prevalencia
e
incidencia
La
prevalencia
de
una
enfermedad
es
el
número
de
casos
de
la
misma
en
una
población
y
en
un
momento
dados,
mientras
que
su
incidencia
es
el
número
de
casos
nuevos
que
se
producen
durante
un
periodo
determinado
en
una
población
especificada.
Se
trata
de
medidas
esencialmente
distintas
de
la
frecuencia
de
enfermedad,
y
la
relación
entre
ellas
varía
de
unas
enfermedades
a
otras.
Hay
enfermedades
de
alta
prevalencia
y
baja
incidencia,
como
la
diabetes,
o
de
baja
prevalencia
y
alta
incidencia,
como
el
resfriado
común.
El
resfriado
común
se
produce
más
frecuentemente
que
la
diabetes,
pero
dura
solo
unos
días,
mientras
que
la
diabetes,
una
vez
que
aparece,
es
permanente.
Determinar
la
prevalencia
y
la
incidencia
implica
básicamente
contar
los
casos
en
una
población
determinada
expuesta
al
riesgo.
El
número
de
casos
por
sí
solo,
sin
referencia
a
la
26
población
expuesta
al
riesgo,
puede
dar
a
veces
una
idea
de
la
magnitud
general
de
un
problema
sanitario,
o
de
las
tendencias
a
corto
plazo
en
una
población.
Los
datos
de
prevalencia
e
incidencia
son
mucho
más
útiles
cuando
se
convierten
en
tasas.
La
tasa
se
calcula
dividiendo
el
número
de
casos
por
la
población
correspondiente
expuesta
al
riesgo
y
se
expresa
en
casos
por
10n
personas.
Tasa
de
prevalencia
La
tasa
de
prevalencia
(P)
de
una
enfermedad
se
calcula
de
la
siguiente
manera:
El
número
de
integrantes
de
la
población
expuesta
al
riesgo
a
menudo
no
se
conoce
y
entonces
se
utiliza
como
aproximación
la
población
total
de
la
zona
estudiada.
La
tasa
de
prevalencia
P
a
menudo
se
expresa
en
casos
por
1000
o
por
100
personas.
Para
ello
la
fracción
se
multiplica
por
el
factor
apropiado
10n.
Si
los
datos
corresponden
a
un
punto
en
el
tiempo,
P
es
la
"tasa
de
prevalencia
puntual"
(o
"instantánea"
o
"momentánea").
A
veces
es
más
conveniente
usar
la
"tasa
de
prevalencia
de
periodo",
que
es
el
total
de
personas
que
se
sabe
tuvieron
la
enfermedad
o
el
atributo
en
cuestión
durante
un
periodo
determinado,
dividido
por
la
población
a
riesgo
de
tener
la
enfermedad
o
el
atributo
que
fuere
en
el
punto
medio
del
periodo
que
se
considera.
Varios
factores
influyen
en
la
tasa
de
prevalencia.
En
concreto:
• la
gravedad
de
la
enfermedad
(porque
la
prevalencia
disminuye
si
mueren
muchos
de
los
que
contraen
la
enfermedad);
• la
duración
de
la
enfermedad
(porque
cuando
una
enfermedad
dura
poco,
su
tasa
de
prevalencia
será
menor
que
si
persiste
durante
más
tiempo);
• el
número
de
casos
nuevos
(si
son
muchos
quienes
desarrollan
la
enfermedad,
su
tasa
de
prevalencia
será
mayor
que
si
son
pocas
las
personas
que
la
contraen).
La
figura
2.2.
resume
los
factores
que
influyen
sobre
las
tasas
de
prevalencia.
Fig. 2.2. Factores que influyen sobre la tasa de prevalencia
27
Como
las
tasas
de
prevalencia
dependen
de
tantos
factores
no
relacionados
con
el
proceso
de
causación
de
la
enfermedad,
los
estudios
de
prevalencia
no
suelen
proporcionar
pruebas
claras
de
causalidad.
Sin
embargo,
las
tasas
de
prevalencia
son
útiles
para
valorar
la
necesidad
de
atención
sanitaria
y
planificar
los
servicios
de
salud.
En
la
tasa
de
incidencia,
el
numerador
es
el
número
de
casos
o
"episodios"
nuevos
que
se
producen
en
un
periodo
temporal
definido
y
el
denominador
es
la
población
expuesta
al
riesgo
de
sufrir
la
enfermedad
o
fenómeno
correspondiente
durante
dicho
periodo.
La
forma
más
exacta
de
calcular
la
tasa
de
incidencia
consiste
en
calcular
lo
que
Last
(1995)
llama
"tasa
de
incidencia
por
personas-‐tiempo"6.
Cada
persona
de
la
población
en
estudio
contribuye
un
año-‐persona
al
6
Person-time incidence rate en inglés. En castellano suele hablarse de incidencia por "personas-tiempo", aunque a
veces se ve también la expresión "tiempo-personas" (N. del T.).
28
denominador
por
cada
año
de
observación
hasta
que
se
inicia
la
enfermedad
o
se
deja
de
tener
constancia
de
la
evolución
de
la
persona
(pérdida
de
seguimiento).
La
tasa
de
incidencia
(I)
se
calcula
de
la
forma
siguiente:
La
tasa
de
incidencia
acumulada
es
una
medida
más
sencilla
de
la
frecuencia
con
que
ocurre
una
enfermedad
o
estado
de
salud.
A
diferencia
de
la
tasa
de
incidencia,
en
la
tasa
de
incidencia
acumulada
el
denominador
solo
se
mide
al
iniciar
el
estudio.
La
tasa
de
incidencia
acumulada
(IA)
puede
calcularse
de
la
forma
siguiente:
La
tasa
de
incidencia
acumulada
suele
darse
en
casos
por
1000
personas.
Desde
un
punto
de
vista
estadístico,
la
incidencia
acumulada
es
la
probabilidad
o
riesgo
que
tienen
las
personas
de
la
población
estudiada
de
contraer
la
enfermedad
durante
el
periodo
especificado.
El
periodo
considerado
puede
ser
de
cualquier
duración,
pero
suelen
ser
varios
años
o,
incluso,
toda
la
vida.
Por
tanto,
la
tasa
de
incidencia
acumulada
es
similar
al
"riesgo
de
muerte"
que
se
usa
en
los
cálculos
actuariales
y
en
las
tablas
de
mortalidad.
Las
tasas
de
incidencia
29
acumulada
son
tan
simples
que
resultan
adecuadas
para
comunicar
la
información
sanitaria
a
las
autoridades
encargadas
de
tomar
decisiones.
La
tasa
de
mortalidad
acumulada
o
riesgo
de
muerte,
es
una
medida
simple
y
útil
para
comparar
los
riesgos
sanitarios
de
distintas
poblaciones.
Letalidad
La
letalidad
es
una
medida
de
la
gravedad
de
una
enfermedad
y
se
define
como
la
proporción
de
casos
de
una
enfermedad
o
evento
determinado
que
resultan
mortales
en
un
periodo
especificado.
La
tasa
de
prevalencia
(P)
depende
de
la
tasa
de
incidencia
(I)
y
de
la
duración
(D)
de
la
enfermedad.
Siempre
que
la
tasa
de
prevalencia
sea
baja
y
no
varíe
considerablemente
a
lo
largo
del
tiempo,
puede
calcularse
de
forma
aproximada
mediante
la
ecuación
P
=
I
x
D,
que
significa
que
la
tasa
de
prevalencia
es
igual
a
la
tasa
de
incidencia
multiplicada
por
la
duración
promedio
de
la
enfermedad.
La
tasa
de
incidencia
acumulada
de
una
enfermedad
depende
tanto
de
la
tasa
de
in-‐
cidencia
como
de
la
duración
del
periodo
de
estudio.
Como
la
tasa
de
incidencia
suele
variar
con
la
edad,
a
menudo
hay
que
considerar
tasas
de
incidencia
específicas
para
cada
edad.
La
tasa
de
incidencia
acumulada
es
una
aproximación
conveniente
a
la
tasa
de
incidencia
cuando
se
trata
de
tasas
pequeñas
o
el
periodo
de
estudio
es
corto.
30
Fig.
2.3.
Ejemplo
de
cálculo
de
medidas
de
frecuencia
de
una
enfermedad
En
la
figura
2.3
puede
verse
que:
• la
tasa
de
incidencia
acumulada
son
los
casos
nuevos
(3)
divididos
por
la
población
expuesta
al
riesgo
y
sin
enfermedad
al
inicio
del
periodo
de
estudio
(7),
es
decir,
43
casos
por
100
personas
durante
los
siete
años;
• la
duración
media
de
la
enfermedad
es
el
total
de
años
de
enfermedad
dividido
por
el
número
de
casos,
es
decir,
10/3
=
3,3
años;
• la
tasa
de
prevalencia
es
distinta
según
cuándo
se
determine;
a
los
cuatro
años
del
inicio
del
estudio,
por
ejemplo,
es
la
razón
entre
el
número
de
personas
con
enfermedad
(2)
y
el
número
de
personas
observadas
en
ese
momento
(6),
es
decir
33%
o
33
casos
por
100
personas;
• la
fórmula
para
la
tasa
de
prevalencia
daría
una
prevalencia
promedio
de
30
casos
por
100
personas
(9,1
x
3,3).
Uso
de
la
información
disponible
Mortalidad
31
A
menudo,
los
epidemiólogos
comienzan
su
investigación
del
estado
de
salud
de
una
población
a
partir
de
la
información
de
la
que
habitualmente
se
dispone.
En
muchos
países,
la
defunción
y
su
causa
se
registran
en
un
certificado
de
defunción
normalizado
que
también
contiene
información
sobre
la
edad,
el
sexo,
la
fecha
de
nacimiento
y
el
lugar
de
residencia
del
difunto.
Esta
información
puede
contener
errores
de
distintas
causas
pero,
desde
una
perspectiva
epidemiológica,
suele
proporcionar
información
valiosa
sobre
las
tendencias
del
estado
de
salud
de
la
población.
La
utilidad
de
estos
datos
depende
de
muchos
factores,
entre
ellos
el
grado
de
cobertura
de
los
registros
y
la
exactitud
con
que
se
asignan
las
causas
de
muerte.
Para
codificar
las
causas
de
muerte
se
utilizan
procedimientos
de
clasificación
acordados
internacionalmente,
recogidos
en
la
Clasificación
Internacional
de
Enfermedades
y
Problemas
Relacionados
con
la
Salud
(WHO,
1992),
y
revisados
periódicamente
para
tomar
en
consideración
la
aparición
de
nuevas
enfermedades
y
las
modificaciones
de
criterios
para
las
ya
establecidas.
Los
datos
se
expresan
en
forma
de
tasas
de
mortalidad.
En
Argentina
la
Dirección
de
Estadísticas
e
Información
de
Salud
del
Ministerio
de
Salud
y
Ambiente
de
la
Nación
utiliza
la
Clasificación
Internacional
de
Enfermedades
y
Problemas
Relacionados
con
la
Salud
CIE-‐10.
La mortalidad bruta o tasa bruta de mortalidad se calcula de la forma siguiente:
Las
tasas
crudas
de
mortalidad
se
calcularon
por
1000
habitantes.
Los
datos
de
población
utilizados
en
el
cálculo
de
las
tasas
fueron
proporcionados
por
la
Dirección
de
Estadísticas
Poblacionales
del
Instituto
Nacional
de
Estadística
y
Censos
(INDEC).
El
inconveniente
principal
de
la
tasa
bruta
de
mortalidad
es
que
no
tiene
en
cuenta
que
las
posibilidades
de
que
una
persona
muera
varían
según
su
edad,
sexo,
raza,
clase
socioeconómica
y
otros
factores.
En
general,
no
es
adecuado
comparar
la
tasa
bruta
de
mortalidad
de
distintos
periodos
temporales
o
zonas
geográficas.
Por
ejemplo,
es
probable
que
los
patrones
de
mortalidad
en
urbanizaciones
nuevas
donde
residen
muchas
familias
jóvenes
sean
muy
diferentes
de
los
de
zonas
residenciales
costeras
a
las
que
van
a
vivir
muchas
personas
jubiladas.
Las
comparaciones
de
las
tasas
de
mortalidad
entre
grupos
de
distinta
estructura
de
edades
suelen
basarse
en
tasas
estandarizadas
para
la
edad.
32
Pueden
calcularse
tasas
específicas
de
mortalidad
de
grupos
concretos
de
una
población
definidos
por
su
edad,
raza,
sexo,
ocupación
o
localización
geográfica,
o
tasas
específicas
de
mortalidad
debida
a
una
causa
de
muerte.
Por
ejemplo,
una
tasa
de
mortalidad
específica
por
edad
y
sexo
se
define
de
la
siguiente
forma:
33
La
tasa
de
mortalidad
infantil
se
utiliza
habitualmente
como
indicador
del
nivel
de
salud
de
la
comunidad.
La
tasa
de
mortalidad
infantil
mide
la
frecuencia
de
muerte
durante
el
primer
año
de
vida,
siendo
su
denominador
el
número
de
nacidos
vivos
en
el
mismo
año.
Se
calcula
así:
Tasa
de
Número
de
defunciones
de
menores
de
un
año
de
edad
x
=
mortalidad
infantil
durante
un
año
determinado
1000
Número
de
nacidos
vivos
ese
mismo
año
El
uso
de
la
tasa
de
mortalidad
infantil
como
índice
del
estado
de
salud
global
de
una
población
se
basa
en
que
se
supone
que
es
un
dato
especialmente
sensible
a
los
cambios
socioeconómicos
y
a
las
intervenciones
de
atención
sanitaria.
Una
mortalidad
infantil
elevada
debe
alertar
a
los
profesionales
de
la
salud
sobre
la
necesidad
de
investigar
y
emprender
acciones
preventivas
en
diversos
terrenos.
34
La
tasa
de
mortalidad
materna
varía
enormemente,
de
alrededor
de
10
por
100.000
en
Europa
a
más
de
500
por
100.000
en
África.
Ni
siquiera
esta
comparación
refleja
fielmente
el
riesgo
de
muerte
por
causas
relacionadas
con
la
gestación,
que
es
mucho
mayor
en
África.
El
número
medio
de
nacimientos
por
mujer
es
mucho
mayor
en
África,
por
lo
que
el
riesgo
de
que
una
mujer
muera
por
causas
relacionadas
con
el
embarazo
puede
ser
en
algunos
países
en
desarrollo
400
veces
mayor
que
en
países
desarrollados.
Las
tasas
de
natalidad
son
por
1.000
habitantes,
las
de
mortalidad
infantil
por
1.000
nacidos
vivos
y
las
de
mortalidad
materna
por
10.000
nacidos
vivos.
Esperanza
de
vida
Las
tasas
de
mortalidad
son
particularmente
útiles
para
investigar
enfermedades
con
una
tasa
de
letalidad
elevada.
Sin
embargo,
muchas
enfermedades
tienen
una
letalidad
baja.
Si
se
trata
de
varices
venosas,
artritis
reumatoide,
sarampión
o
paperas,
los
datos
de
morbilidad,
es
decir,
de
frecuencia
de
la
enfermedad,
son
mucho
más
útiles
que
los
de
mortalidad.
7
A veces se usa "longevidad" con este mismo sentido equivalente al inglés life expectancy (N. del T.).
35
Piense
además
que
puede
hablar
de
incidencia
o
prevalencia
de
“condiciones”,
además
de
enfermedades.
Ejemplos:
incidencia
de
embarazo
adolescente
-‐
prevalencia
de
conductas
de
riesgo.
En
muchos
países
se
recopilan
algunos
datos
de
morbilidad
para
cumplir
con
dis-‐
posiciones
legales,
por
ejemplo
en
lo
que
respecta
a
enfermedades
de
notificación
obligatoria.
Que
la
notificación
tenga
lugar
depende
de
que
el
paciente
busque
atención
médica,
de
que
se
haga
el
diagnóstico
correcto
y
de
que
la
notificación
se
registre
y
se
envíe
a
las
autoridades
sanitarias.
Muchos
casos
nunca
se
notifican.
Las
enfermedades
de
notificación
obligatoria
en
Argentina
son
numerosas
y
las
definiciones
de
caso
y
las
normas
de
procedimiento
para
la
notificación
y
control
se
encuentran
en
el
Manual
de
Normas
y
Procedimientos
del
Sistema
Nacional
de
Vigilancia
Epidemiológica.
La
información
resultante
se
publica
en
boletines
semanales,
periódicos,
anuales
desde
las
Direcciones
de
Epidemiología
de
diferentes
niveles:
nacional,
provincial
o
local
(municipal).
Otras
fuentes
de
información
sobre
morbilidad
son
los
datos
sobre
ingresos
y
altas
hospitalarias,
consultas
en
centros
de
atención
ambulatoria
o
atención
primaria
y
servicios
especializados
(por
ejemplo,
centros
de
tratamiento
de
accidentes)
y
registros
de
fenómenos
patológicos
como
cánceres
y
malformaciones
congénitas.
Para
que
sean
útiles
en
la
investigación
epidemiológica
los
datos
deben
ser
relevantes
y
fácilmente
accesibles.
36
Comparación
absoluta
Ejemplo:
En
un
estudio
se
determinó
la
tasa
de
incidencia
de
accidente
cerebrovascular
en
118.539
mujeres
que
en
1976
tenían
edades
comprendidas
entre
30
y
55
años
y
no
padecían
cardiopatía
isquémica,
ni
tenían
antecedentes
de
accidente
cerebrovascular
o
cáncer.
Se
detectaron
un
total
de
274
accidentes
cerebrovasculares
en
ocho
años
de
seguimiento
(908.447
personas-‐año).
No
70
395.594
17,7
fumadoras
65
232.712
27,9
Ex
– 139
280.141
49,6
fumadoras
274
906.447
30,2
Fum
adoras
Tota
l
37
Se
deduce
que
la
diferencia
de
riesgo
correspondiente
a
las
tasas
de
incidencia
de
accidente
cerebrovascular
en
fumadoras
y
mujeres
que
nunca
fumaron
es
de
31,9
por
100.000
personas-‐años
(o
sea,
la
diferencia
49,6
-‐
17,7).
Fracción
atribuible
(en
los
expuestos)
La
fracción
atribuible
(en
los
expuestos)
o
fracción
etiológica
(en
los
expuestos)
se
determina
dividiendo
la
diferencia
de
riesgo
por
la
frecuencia
en
la
población
expuesta.
Ejemplo:
Del
cuadro
2.3
se
deduce
que
la
fracción
atribuible
al
consumo
de
tabaco
para
el
accidente
cerebrovascular
en
las
mujeres
fumadoras
es
(49,6
-‐
17,7)/49,6
x
100
=
64%.
Cuando
se
considera
que
una
exposición
es
la
causa
de
una
enfermedad
determinada,
la
fracción
atribuible
es
la
proporción
de
la
enfermedad
en
la
población
específica
que
se
eliminaría
si
no
existiera
exposición.
En
el
ejemplo
anterior,
partiendo
de
los
supuestos
que
el
tabaco
es
un
factor
causal
y
a
la
vez
un
factor
prevenible,
sería
de
esperar
que
el
riesgo
de
accidente
cerebrovascular
en
fumadoras
se
redujera
en
un
64%
si
dejaran
de
fumar.
La
fracción
atribuible
es
útil
para
valorar
las
prioridades
de
acción
en
salud
pública.
Por
ejemplo,
tanto
el
tabaco
como
la
contaminación
atmosférica
son
causas
de
cáncer
de
pulmón,
pero
la
fracción
atribuible
al
tabaco
suele
ser
mucho
mayor
que
la
fracción
atribuible
a
la
contaminación
atmosférica.
Solo
en
comunidades
con
muy
baja
prevalencia
de
hábito
de
fumar
y
una
grave
contaminación
atmosférica,
tanto
del
aire
libre
como
del
aire
de
los
lugares
cerrados,
es
probable
que
los
contaminantes
aéreos
sean
una
causa
importante
de
cáncer
de
pulmón.
En
la
mayoría
de
los
países,
el
control
del
hábito
de
fumar
debe
ser
prioritario
en
los
programas
de
prevención
del
cáncer
de
pulmón.
Riesgo
atribuible
poblacional
38
Riesgo
atribuible
I
=
poblacional
p
-‐
In
I
p
en
la
que
Ip
es
la
tasa
de,
incidencia
de
enfermedad
en
el
conjunto
de
la
población
e
In
es
la
tasa
de
incidencia
de
enfermedad
en
el
grupo
de
no
expuestos.
Ejemplo:
A
partir
de
los
datos
del
cuadro
2.3
puede
calcularse
el
riesgo
atribuible
poblacional
o
fracción
atribuible
(en
la
población),
que
será
(30,2
-‐
17,7)/30,2
=
0,414,
o
sea,
41,4%.
Comparación relativa
La
razón
de
riesgos
o
riesgo
relativo
es
la
razón
de
riesgo
en
expuestos
a
riesgos
y
en
no
expuestos,
o
sea,
el
cociente
entre
los
riesgos
de
que
ocurra
una
enfermedad
en
el
grupo
expuesto
y
en
el
no
expuesto.
El
riesgo
relativo
o
razón
de
riesgos
es
mejor
indicador
de
la
fuerza
de
una
asociación
que
la
diferencia
de
riesgos,
ya
que
se
expresa
en
relación
con
un
nivel
basal
de
frecuencia.
Se
relaciona
así
con
la
magnitud
de
la
tasa
de
incidencia
basal,
cosa
que
no
ocurre
en
la
diferencia
de
riesgos.
En
poblaciones
en
las
que
las
diferencias
de
riesgo
son
similares
los
riesgos
relativos
pueden
ser
muy
distintos,
dependiendo
de
la
magnitud
de
las
tasas
basales.
El
riesgo
relativo
se
utiliza
para
evaluar
la
verosimilitud
de
que
una
asociación
represente
una
relación
causal.
Por
ejemplo,
el
riesgo
relativo
de
cáncer
de
pulmón
en
grandes
fumadores
con
mucho
tiempo
de
exposición
es,
en
comparación
con
los
no
fumadores,
de
alrededor
de
20.
Esta
es
una
cifra
muy
alta,
que
indica
que
no
es
probable
que
la
asociación
sea
un
hallazgo
casual.
Por
supuesto
que
riesgos
relativos
menores
pueden
ser
también
indicativos
de
una
relación
causal,
pero
en
ese
caso
hay
que
prestar
mucha
atención
a
otras
posibles
explicaciones.
Recuerde
la
diferencia
entre
el”
Riesgo
o
Incidencia
Acumulada”
y
“Tasa
de
Incidencia
o
Densidad
de
Incidencia”.
En
las
dos
medidas,
Riesgo
y
Tasa
tienen
como
numerador
al
número
39
de
casos
nuevos
ocurridos
en
una
población,
pero
diferentes
denominadores.
En
el
Riesgo
los
casos
están
relacionados
a
la
población
al
comienzo
del
periodo.
En
la
Tasa
los
casos
se
relacionan
a
una
medida
mas
precisa
del
tamaño
de
la
población
expuesta
durante
el
periodo
estudiado,
expresada
en
unidades
persona-‐tiempo.
La
diferencia
entre
riesgo
y
tasa
de
incidencia
se
hace
más
evidente,
cuanto
más
frecuente
ocurre
el
evento,
y
cuanto
más
frecuente
son
los
cambios
en
la
población.
Pero
cuando
estudiamos
poblaciones
estables,
donde
los
cambios
en
la
población
expuesta
son
pequeños,
y
particularmente
si
el
evento
es
raro,
la
Tasa
y
el
Riesgo
para
el
mismo
periodo
de
tiempo
tienden
a
ser
numéricamente
similares.
En
este
caso
el
uso
de
una
u
otra
medida
es
casi
indiferente.
40
2.2.
MEDIDAS
DE
ASOCIACIÓN
Las
medidas
de
Efecto
o
Asociación
clásicas
son:
Riesgo
Relativo
(RR)
Odds
Ratio
(OR)
Riesgo
Atribuible
(RA)
En
casos
donde
se
espera
que
los
expuestos
presenten
más
eventos
el
RR
será
mayor
que
1
y
se
intentará
identificar
un
factor
de
riesgo
(FR).
En
los
estudios
en
los
que
se
espera
que
los
expuestos
presenten
menos
eventos
el
RR
será
menor
que
1
y
se
estará
buscando
un
factor
de
protección
(FP).
En
síntesis:
RR
>
1:
indica
que
la
exposición
es
un
FR
para
el
evento.
RR
<
1:
indica
que
la
exposición
es
un
FP
para
el
evento.
41
RR
=
1:
indica
que
no
hay
relación
entre
la
exposición
y
el
evento.
42
CAPITULO
3
DE
LA
CAUSALIDAD
A
LA
DETERMINACIÓN
3.1.
INTRODUCCIÓN
El
recorrido
histórico
de
las
distintas
concepciones
de
la
Epidemiología
ha
mostrado
una
etapa
temprana
en
la
que
fue
caracterizada
como
la
ciencia
de
las
epidemias.
Las
enfermedades
de
naturaleza
infectocontagiosas
eran
las
de
mayor
morbi-‐mortalidad
en
la
época
y
se
acentuaban
entonces
aspectos
individuales
y
modelos
unicausalistas.
Esta
concepción
fue
cambiando
a
través
del
tiempo
no
sólo
porque
se
produjo
un
mayor
conocimiento
acerca
de
las
enfermedades
transmisibles
sino
porque
se
comenzaron
a
cuestionar
los
enfoques
teóricos
y
metodológicos
de
la
disciplina.
Estos
cambios
ocurrían
paralelamente
a
otros
que
se
daban
sobre
las
diferentes
miradas
respecto
del
proceso
social
y
cultural
de
la
salud
y
la
enfermedad.
De
este
modo,
el
estudio
de
las
causas
de
enfermedad
fue
dejando
lugar
al
estudio
de
los
determinantes
de
enfermedad
y
de
salud,
y
para
complejizar
aún
más,
en
el
proceso
salud/enfermedad/atención
(SEA).
El
peso
que
las
tradiciones
filosóficas
tienen
en
nuestra
cultura
produce
efectos
difíciles
de
modificar
y
algo
así
sucede
con
la
cultura
positivista
que
–si
bien
está
cuestionada
por
los
más
importantes
y
actuales
filósofos
de
la
ciencia–
sin
embargo,
permanece
internalizada
en
los
sujetos
sociales
y
por
la
tanto,
puede
evidenciarse
en
las
prácticas
profesionales
y
científicas
de
los
distintos
actores
sociales
del
sistema
de
salud.
Pero
lo
que
se
pretende
es
alcanzar
la
comprensión
del
sistema
de
salud
y
de
las
necesidades
poblacionales
de
una
manera
más
abarcativa
y
desde
epistemologías
alternativas.
43
3.2. EL
CONCEPTO
DE
CAUSALIDAD
Desde
que
la
Filosofía
utiliza
el
concepto
de
“causa”
se
refiere
a
la
producción
de
algo
(el
efecto)
en
función
de
ciertas
normas.
La
causa
explicaría
entonces
el
motivo
por
el
que
se
ha
producido
cierto
efecto.
En
este
sentido,
dice
Martinez
Navarro8,
"la
búsqueda
de
las
causas
productoras
de
enfermedades
es
el
objetivo
fundamental
de
la
epidemiología".
Es
decir
que
la
cuestión
a
considerar
en
la
Epidemiología
es
la
conceptualización
u
operacionalización
metodológica
de
la
causalidad.
Identificar
las
causas,
entonces
es
una
de
las
formas
en
que
el
pensamiento
científico
aborda
la
explicación
de
los
fundamentos
que
originan
la
aparición
de
los
fenómenos.
Una
“causa”
sería
un
agente
eficaz,
cuyo
análisis
garantizaría
un
mayor
conocimiento
del
fenómeno
estudiado.
Esto
significa
la
posibilidad
de
intervención
sobre
las
causas
antes
de
que
ocurran
los
hechos.
se
deberá
asumir
el
principio
de
la
identidad:
la
causa
debe
ser
diferente
de
la
no
causa
(C≠C)
e
igualmente
el
efecto
debe
ser
diferente
al
no
efecto
(E≠E).
Otro
punto
a
destacar
es
tomar
en
cuenta
el
“nexo”:
la
reunión
del
antecedente
“causa”
con
el
consecuente
“efecto”.
Este
nexo
es
un
lazo,
relación,
conexión,
vínculo
entre
los
eventos.
El
nexo
causal
es
pensado
como
una
conexión
lineal,
no
compleja,
unívoca
y
dimensionable.
Matemáticamente,
la
ocurrencia
del
E
es
función
de
la
causa
o
sea:
8
MARTINEZ NAVARRO J.F.: “La causalidad en Epidemiología” Rev. San. Hig. Púb. 56: 1139, 1982.
44
E
=
f
(c)
FACTOR ENFERMEDAD
Mientras
que
los
indirectos
son
necesarios
pasos
intermedios:
FACTOR
PASO 1 PASO 2 …PASO n ENFERMEDAD
3.2.1
EPISTEMOLOGÍA
Y
CAUSALIDAD
Para
interpretar
los
diferentes
modelos
propuestos
para
el
estudio
de
las
causas
es
necesario
conocer
básicamente
el
marco
epistemológico
en
el
que
fueron
formulados.
El
discurso
científico
(positivista)
fue
cobrando
hegemonía
y
fue
dominante
en
el
siglo
pasado.
Repasemos
los
rasgos
más
importantes
del
positivismo:
• La
proscripción
de
toda
metafísica.
• La
exigencia
rigurosa
de
atenerse
a
los
hechos.
• Los
“hechos”
son
cosas
o
acontecimientos
accesibles
a
la
observación
o
son
fenómenos
u
objetos
de
experiencia.
• Todo
presunto
conocimiento
debe
responder
a
la
“normalidad
metodológica”(un
único
método).
• Propone
la
precisión
frente
a
la
vaguedad:
el
conocimiento
no
puede
ser
arbitrario.
• Fue
y
es
considerado
como
un
“ideal”
de
lo
objetivo,
de
la
unidad,
del
progreso.
45
• La
verdad
científica
considerada
como
un
bien
social.
• No
hay
más
saber
que
el
científico.
Desde
la
Epidemiología
es
posible
analizar
la
asociación
que
existe
entre
una
“exposición”
y
una
“enfermedad”.
CAUSA
EFECTO
46
La
expresión
de
la
unicausalidad
la
encontramos
en
los
Postulados
de
Koch:
Si
lo
anterior
se
revisa
según
conceptos
más
actuales,
se
pueden
modificar
de
la
siguiente
manera:
El
abordaje
“unicausal”
tuvo
gran
desarrollo
especialmente
en
la
transmisión
de
las
enfermedades
infecciosas.
Mientras
que
la
“ignorancia”
respecto
de
los
procesos
causales
de
las
enfermedades
llamadas
no
transmisibles
o
crónicas
–degenerativas–
llevó
a
la
cuantificación
probabilística
del
riesgo.
Ahora
bien,
cuando
se
encuentra
una
asociación
entre
la
exposición
a
un
factor
y
el
desarrollo
de
una
enfermedad
cabe
efectuar
la
pregunta:
¿esta
asociación
es
causal?
O
dicho
de
otra
forma,
¿estos
factores
podrían
considerarse
como
etiológicos
de
la
enfermedad?
9
En su libro “Diseño de la investigación clínica. Un enfoque epidemiológico”. Editorial Doyma. 1993.
47
1. El
azar:
cuando
los
estudios
epidemiológicos
utilizan
estadística,
los
investigadores
aceptan
una
probabilidad
de
error
por
azar.
Se
entiende
que
la
probabilidad
de
ocurrencia
es
baja
(generalmente
menos
del
5%)
pero
no
es
imposible.
Piense
que
5%
implica
que
5
de
cada
100
estudios
–que
es
equivalente
a
decir
que
1
de
cada
20–
darán
una
asociación
estadísticamente
significativa
sólo
por
azar.
3. Relación
efecto-‐causa:
una
relación
real
pero
inversa
en
el
tiempo.
Por
ejemplo:
si
estudiamos
en
un
mismo
momento
un
marcador
tumoral
que
consideramos
causa
y
la
presencia
de
un
tumor
(efecto),
podemos
concluir
que
existe
asociación
pero:
¿el
marcador
será
la
causa
o
la
consecuencia
del
tumor?
Este
tipo
de
error
es
más
frecuente
en
estudios
transversales
donde
el
supuesto
factor
de
exposición
y
el
supuesto
evento
se
miden
en
un
mismo
momento
en
el
tiempo.
4. Relación
efecto-‐efecto:
pueden
existir
interferencias
entre
diferentes
causas
que
den
por
resultados
asociaciones
reales
pero
no
debidas
a
relaciones
de
causa-‐efecto.
Se
ha
definido
a
Fenómeno de confusión
Un Confundidor (confounding) se puede definir como que dada una relación entre una exposición
–posible factor de riesgo (FR)– y un evento (E), se considera factor de confusión (FC) a un
tercer elemento que se asocia con la exposición en la población seleccionada al mismo tiempo
que se comporta como factor de riesgo para el evento.
estos
factores
como
intervinientes
y
el
más
frecuente
es
el
fenómeno
de
confusión.
Veamos
como
se
representa
este
concepto
gráficamente:
Figura 1: El Confundidor (FC) se asocia al factor de riesgo (FR) y al Evento (E)
48
Por
ejemplo:
En
un
estudio
donde
se
intenta
evaluar
si
el
tomar
café
(FR)
se
asocia
en
enfermedad
coronaria
(E)
el
tabaquismo
se
comportaría
como
un
factor
de
confusión,
dado
que
hay
una
relación
entre
tabaquismo
y
enfermedad
coronaria
(Relación
FC-‐E)
y
es
posible
que
las
personas
que
fuman
tomen
más
café
(relación
FC-‐FR).
Si
no
se
controla
tabaquismo,
puede
resultar
que
las
conclusiones
no
sean
válidas.
5. Relación
causa-‐efecto:
en
este
caso
se
trata
del
tipo
de
asociación
que
se
está
estudiando.
Dada
la
dificultad
para
establecer
relaciones
etiológicas
con
estos
modelos,
se
han
establecido
una
serie
de
criterios
que
fortalecen
la
hipótesis
de
una
asociación
causal:
Relación
dosis-‐respuesta:
si
el
incremento
de
la
respuesta
se
encuentra
asociada
a
la
“dosis”.
Si
se
estudia
una
exposición
como
que
incrementa
el
riesgo
de
una
enfermedad,
es
lógico
observar
que
a
mayor
tiempo
o
dosis
de
exposición,
mayor
probabilidad
de
enfermar.
Por
ejemplo:
si
se
establece
una
relación
entre
número
de
cigarrillos
fumados
y
probabilidad
de
cáncer
de
pulmón.
49
Replicación:
es
importante
observar
la
relación
en
diferentes
grupos
o
poblaciones
con
la
finalidad
de
conocer
si
se
encuentran
los
mismos
resultados.
Un
único
estudio
que
muestre
una
asociación
pudo
haber
sido
producto
del
azar
pero
si
varios
estudios
en
diferentes
poblaciones
y
ámbitos
logran
similares
resultados,
es
más
probable
que
detrás
de
ellos
se
encuentre
una
relación
causal.
Biológicamente
plausible:
este
aspecto
se
refiere
a
la
coherencia
con
que
ocurre
y
de
acuerdo
al
“cuerpo
del
conocimiento”
que
se
disponga.
Este
punto
es
el
que
explica
por
qué
es
importante
realizar
el
marco
teórico
antes
de
cualquier
investigación.
Las
teorías
o
explicaciones
de
por
qué
se
considera
como
posible
“causa”
hacen
posible
la
interpretación
de
los
resultados
de
un
estudio.
La
teoría
multicausal
de
la
enfermedad
se
consolidó
en
la
década
del
60
y
sustituyó
a
la
teoría
unicausal.
La
teoría
multicausal
se
sustenta
en
que
la
causa
de
la
enfermedad
no
es
única
sino
que
coexiste
con
varias
causas.
Quienes
sostienen
esta
teoría
plantean
que
la
epidemiología
persigue
el
propósito
de
descubrir
relaciones
que
ofrezcan
posibilidades
para
la
prevención
de
la
enfermedad.
Profundicemos
ahora
las
clasificaciones
de
las
CAUSAS.
Estas
pueden
ser
en
directas
o
indirectas
y
suficientes
o
necesarias.
Una
causa
es
directa
si
un
cambio
en
el
factor
causal
es
capaz
de
producir
un
cambio
en
el
efecto
con
la
condición
que
no
haya
factores
intervinientes
conocidos
y
un
mismo
nivel
de
organización
en
el
sistema.
Es
decir,
por
ejemplo,
factores
individuales
y
enfermos
(nivel
individual)
o
contaminación
ambiental
y
probabilidad
de
enfermedad
en
el
grupo
(nivel
grupal).
Una
causa
es
indirecta
cuando
entre
la
causa
estudiada
y
su
resultado
se
intercala
una
secuencia
de
factores
encadenados
en
diferentes
niveles
de
organización.
Ejemplo:
numerosos
autores
han
descrito
la
relación
entre
nivel
socioeconómico
y
mortalidad,
al
momento
de
hipotetizar
sobre
los
vínculos
entre
clase
social
(nivel
de
organización
grupal)
y
las
causas
de
muerte
en
cada
individuo
(nivel
individual)
seguramente
se
identificarán
una
cadena
de
relaciones
que
expliquen
la
relación.
50
Las
causas
necesarias
son
aquellas
que
deben
estar
presentes
para
que
se
presente
un
evento.
Es
decir,
cuando
la
enfermedad
no
puede
desarrollarse
en
su
ausencia.
Las
causas
suficientes
son
aquellas
que
por
sí
solas
pueden
causar
un
evento.
Es
decir
que
inevitablemente
producen
o
inician
la
enfermedad.
Entonces
se
plantea
que,
con
diferentes
combinaciones,
las
relaciones
causales
pueden
ser:
Necesarias
y
suficientes.
Necesarias
y
no
suficientes.
Suficientes
pero
no
necesarias.
Ni
necesarias
ni
suficientes.
Necesaria
y
suficiente
FACTOR
ENFERMEDAD
Por
ejemplo:
para
enfermar
de
rabia
es
necesario
y
suficiente
el
contacto
con
el
agente
(vía
un
animal
infectado).
Este
esquema
prácticamente
es
idéntico
al
modelo
unicausal.
Necesaria
pero
no
suficiente
Así,
múltiples
factores
se
requieren
para
que
ocurra
la
enfermedad
y
en
una
secuencia
de
tiempo
específica.
Factor A
+
Factor
B ENFERMEDAD
+
Factor C
Un
ejemplo
muy
simple
y
conocido
sería
que
el
bacilo
de
Koch
es
un
factor
necesario
para
que
se
produzca
la
enfermedad
tuberculosa,
esto
es
que
sin
la
presencia
del
bacilo
no
puede
haber
enfermedad,
pero
este
germen
no
es
suficiente
pues
no
siempre
que
exista
la
presencia
del
51
Mycobacterium
tuberculosis
implica
la
presencia
de
la
enfermedad.
Se
necesita
la
presencia
de
una
serie
de
factores
que
coadyuven
para
que
ésta
se
produzca:
el
hambre,
la
desnutrición,
el
hacinamiento,
entre
otros
factores.
Estos
últimos
revisten
casi
mayor
importancia
para
la
producción
de
la
enfermedad
que
el
bacilo
mismo.
Por
ello
se
ha
comprobado
la
presencia
de
la
enfermedad
en
capas
sociales
donde
predominan
estos
factores
que
coadyuvan.
Suficiente
pero
no
necesario
En
este
modelo
un
factor
único
puede
producir
la
enfermedad
pero
la
misma
puede
producirse
por
otros
factores.
Factor A
O
Factor B
O
En resumen, podríamos decir que una misma enfermedad puede tener diferentes causas.
Por ejemplo: un daño genético puede producirse por radiaciones, químicos, etc...
el más frecuente.
Factor
A
+
Factor
B
O
O
52
Por
ejemplo,
en
la
enfermedad
coronaria
donde
se
identifican
factores
de
riesgo
que
aumentan
la
probabilidad
de
desarrollarla
pero
el
evento
puede
estar
presente
con
cualquier
combinación
de
ellos
y
aún
en
ausencia
de
todos
aquellos
conocidos.
El
esquema
para
estudiarlo
se
puede
denominar
inferencia
y
predicción
ya
que
se
basa
en
estimar
riesgos
mediante
el
uso
de
medidas
de
asociación
“ajustadas”
e
identificar
con
análisis
estadísticos
sofisticados
(multivariables)
a
todos
los
predictores
independientes
del
evento.
Este
modelo
no
busca
solamente
las
causas
necesarias
y
suficientes
sino
persigue
brindar
una
respuesta
práctica,
para
cortar
la
cadena
causal
mediante
la
intervención
en
alguna
variable.
53
secundaria
y
terciaria
para
el
período
prepatogénico,
patogénico
y
de
resultados,
respectivamente.
Se
grafica
de
la
siguiente
manera:
Estado
No
Pre
Pato Res
de
la
enfermedad
Patogénico
génico
ultado
enfermedad
enferm
MUERTE
edad
CRONICID
AD
horizon
te
clínico
DISCAPAC
enferm
IDAD
edad
RESIDUAL
inapare
nte
NUEVO
NIVEL
DE
SALUD
cambio pre
Patogénico
Res
54
s
en
patogénico
olución
el
organismo
NIVELE PRIM SECU TERCIARIA
S
DE
ARIA
NDARIA
PREVEN
CIÓN
PROM DIAG
MODOS
OCIÓNde
la
NÓSTICO
TRATAMIENTO
Y
REHABILITACIÓN
O
DE
Salud
PRE LIMITACIÓN
DE
LA
INCAPACIDAD
INTERVE
COZ
NCIÓN
PROTE
CCIÓN
TRAT
especí AMIENTO
fica
OPORTUNO
En
este
modelo
la
idea
de
"condición
social"
está
ubicada
en
la
red
pero
con
la
misma
relevancia
que
las
demás
condiciones
(reducida
a
una
variable
más),
en
tanto
que
puede
pensarse
como
desdibujada
en
el
terreno
de
las
explicaciones
causales.
El
lugar
para
lo
social,
en
las
investigaciones
epidemiológicas,
se
produjo
a
partir
de
la
incorporación
de
variables
sociales,
comprendidas
como
nivel
socio
económico
y
este
concepto
fue
operado
a
través
de
los
indicadores
de
ingreso
familiar,
nivel
de
instrucción,
lugar
de
residencia,
entre
otros.
55
Reducir
la
mirada
del
Proceso
de
salud/enfemedad/atención
al
estudio
de
las
enfermedades
se
limita
al
plano
empírico
o
a
lo
directamente
observable.
La
enfermedad
se
reduce
a
lo
individual
biológico.
56
Esta
postura
permitió
explicar
como:
los
determinantes
pueden
constituirse
en
factores,
cualquiera
sea
el
evento,
característica
u
otra
categoría
definible,
siempre
que
traiga
aparejado
un
cambio
de
las
condiciones
de
salud
/
enfermedad
/
atención
en
las
poblaciones,
ya
sea
favorable
o
no.
La
determinación,
entonces,
no
tiene
por
qué
verse
limitada
a
variaciones
cuantitativas;
todo
lo
que
hace
falta
para
sostener
la
determinación,
en
sentido
general
es
admitir
que
los
acontecimientos
ocurren
en
una
o
más
formas
definidas
(determinadas),
que
tales
formas
de
devenir
no
son
arbitrarias
sino
legales
y
que
los
procesos
a
través
de
los
cuales
todo
objeto
adquiere
sus
características
se
desarrollan
a
partir
de
condiciones
pre-‐existentes
(Bunge,
M)
.
La
determinación
acepta
la
posibilidad
de
tratar
a
la
realidad
como
compleja,
implica
considerar
la
incertidumbre,
la
pluridimensionalidad
de
tal
forma
que
incorpore
todas
las
posibilidades
y
ninguna
de
ellas
se
asuma
como
un
principio
absoluto.
Para
ello
se
torna
necesario
la
comprensión
de
la
triple
inequidad
de
la
que
forman
parte
los
fenómenos
de
clase
social,
género
y
etnia.
Desde
la
epidemiología
crítica
La
principal
crítica
que
se
hace
al
modelo
tradicional
desde
la
Epidemiología
Crítica
es
que
se
privilegia
un
tipo
de
método,
un
tipo
de
determinación
y
un
modo
particular
de
interpretar
la
realidad
social.
Modelos
unicausales
y
multicausales
no
tendrían
en
esta
57
perspectiva
grandes
diferencias
entre
sí.
El
punto
en
discusión
es
que
la
Epidemiología
Clásica
no
quiere
alejarse
del
ideal
de
las
ciencias
naturales
y,
en
esta
perspectiva,
rechaza
la
incorporación
del
de
las
ciencias
sociales
(Almeida
Filho,
2003).
Los
modos
de
vida
pertenecen
a
una
dimensión
particular
e
intransferible
de
cada
uno
de
los
grupos
que
se
mueven
como
“sujetos
colectivos”
históricos
y
en
una
cotidianeidad
que
le
es
propia.
Por
otra
parte,
la
reproducción
social
permite
desprender
la
categoría
de
“perfil
epidemiológico”
como
fundamento
de
la
salud
colectiva.
También
puede
ser
considerada
como
un
movimiento
de
producción
y
consumo
de
forma
tal
que
permita
establecer
un
movimiento
interdependiente
entre
las
dimensiones
de
la
vida
económica
y
las
dimensiones
de
la
vida
cultural,
de
la
vida
organizativa
política
y
de
la
vida
ecológica
de
los
grupos.
Es
decir
que
es
necesario
recuperar
y
desarrollar
diseños
complejos
de
investigación
que
den
cuenta
de
que
la
situación
de
salud
no
se
encuentra
determinada
sólo
por
los
procesos
biológicos
que
se
expresan
a
nivel
de
lo
individual
sino
que
se
torna
imprescindible
conocer
los
procesos
sociales
y
culturales
–modos
de
vida–
que
concretamente
determinan
de
manera
compleja
los
procesos
de
salud
colectiva
en
la
cotidianeidad
de
los
grupos
sociales.
Por
ejemplo:
para
la
epidemiología
crítica,
analizar
el
proceso
de
una
infección
respiratoria
aguda
(IRA)
o
un
Síndrome
obstructivo
bronquial
infantil
permitiría
en
primera
instancia
la
descripción
de
los
cuadros
clínicos:
cuándo
estos
cuadros
son
más
frecuentes,
por
ejemplo.
Pero
es
necesario
además
buscar
explicaciones
tanto
en
las
formas
culturales
–en
los
modos
de
vida
“colectivos”
en
el
marco
de
los
estilos
de
vida
“individuales”
–que
acumulan
la
historia
de
un
grupo
social
en
un
momento
para
comprender
los
determinantes
estructurales
de
los
procesos
específicos
que
lo
producen.
Este
conocimiento
permitiría
avanzar
sobre
las
acciones
de
atención
así
como
también
planear
estrategias
para
la
promoción
y
prevención
de
la
enfermedad.
Por
lo
tanto
se
debe
tener
en
cuenta
que
la
epidemiología
crítica,
es
una
interdisciplina
que
dispone
de
un
arsenal
conceptual
y
práctico
que
nos
lleva
a
una
complejidad
para
actuar
a
favor
de
la
equidad
y
que
se
coloque
al
servicio
del
robustecimiento
o
“empoderamiento”
de
la
58
población,
para
que
esta
se
apropie
de
los
determinantes
de
su
estado
(situación)
de
salud
para
fortalecer
la
acción
comunitaria
y
fijar
sus
propias
prioridades.
De
esta
forma,
se
propone
además
trabajar
hacia
un
esfuerzo
más
que
es
la
conceptualización
“positiva”
de
la
salud
es
decir
hablar
de
salud
en
sentido
positivo
(no
de
mortalidad
y
morbilidad)
tanto
en
el
campo
de
la
formación
de
recursos
como
de
los
derechos
a
la
salud
de
los
ciudadanos.
59
CAPITULO
4
METODOLOGÍA
DE
LA
INVESTIGACIÓN
4.1 INTRODUCCIÓN
Si
bien
no
hay
recetas
que
digan
cómo
investigar
y
a
investigar
se
aprende
investigando,
puede
decirse
que
la
“investigación
es
la
transformación
controlada
o
dirigida
de
una
situación
indeterminada
en
otra
que
es
tan
determinada
en
sus
distinciones
y
relaciones
constitutivas
que
convierte
a
los
elementos
de
la
situación
original
en
un
todo
unificado”.
• Una
pregunta
posible
a
efectuarse
es:
¿Cuántas
variables
deben
considerarse
en
un
estudio
en
particular?
La
única
respuesta
a
esta
pregunta
es:
“tantas
como
sean
necesarias”.
No
hay
un
número
de
variables
a
considerar
en
una
investigación.
Sin
embargo,
es
útil
que
recuerde
que
en
principio
suele
seleccionarse
una
lista
enorme
de
variables,
a
la
que
de
a
poco
debemos
acotar
con
sentido
común
y
determinando
la
relevancia
que
podría
tener
la
información
aportada
por
cada
variable
seleccionada.
Por
otra
parte,
recuerde
que
siempre
deberá
también
tener
en
cuenta
la
factibilidad
para
la
recolección
y
el
procesamiento
de
los
datos
en
el
momento
de
seleccionar
las
variables
de
su
investigación.
¿Cómo
se
miden
las
variables?
10
Para
poder
“medir”,
cuantificar
o
clasificar
las
variables
que
seleccionamos
en
nuestra
investigación
debemos
tener
en
cuenta
que
existen
diferentes
escalas
de
medición.
Así
por
ejemplo,
si
estamos
evaluando
el
sexo
de
las
personas
y
su
edad,
rápidamente
percibiremos
que
ambas
variables
son
diferentes:
mientras
que
la
edad
puede
expresarse
en
números,
el
sexo
sólo
puede
medirse
en
dos
alternativas,
masculino
y
femenino.
10
Puede consultar con la bibliografía presentada en la instrumental “Metodología de la Investigación”.
60
Se
reconocen
tres
tipos
de
escalas
de
medición:
nominal,
ordinal,
intervalo
y
por
razón.
• Otro
aspecto
importante
a
destacar
es:
¿Dónde
y
cómo
obtener
los
datos
para
la
investigación?
El
cuestionario
se
elabora
sobre
la
base
de
las
variables
que
fueron
seleccionadas.
Cada
pregunta
o
grupos
de
preguntas
deben
dirigirse
a
captar
los
correspondientes
“valores”
de
la
variable.
El
vocabulario
debe
ser
seleccionado,
es
decir
buscando
la
claridad
de
las
expresiones
y
su
verdadera
comprensión.
Se
debe
evitar
utilizar
un
vocabulario
que
el
común
de
las
personas
o
a
quienes
se
dirija
el
cuestionario
no
comprendan.
Las
preguntas
pueden
ser
clasificadas
como:
-‐ Cerradas:
cuando
se
brindan
las
opciones
de
respuesta
como:
si
y
no,
bueno,
regular
y
malo,
etc.
Poseen
la
ventaja
de
ser
fáciles
de
codificar
mientras
que
la
respuesta
es
limitada
y
sólo
es
una
de
las
alternativas
ofrecidas
por
el
investigador.
Cuando
en
este
tipo
de
preguntas
pueden
seleccionarse
más
de
una
de
las
propuestas,
la
codificación
es
diferente
dado
que,
en
algunos
casos,
debería
considerarse
a
cada
respuesta
como
una
variable.
61
Por
ejemplo:
¿Cuáles
son,
a
su
criterio,
los
elementos
más
importantes
que
posee
el
Centro
de
Salud
X?
Marque
todas
las
que
correspondan:
-‐ su
atención
SI
NO
-‐ su
ubicación
SI
NO
-‐ su
estructura
SI
NO
-‐ su
horario
de
atención
SI
NO
-‐ su
eficacia
SI
NO
-‐ la
cordialidad
del
equipo
de
SI
salud
NO
-‐ la
limpieza
SI
NO
-‐ la
diversidad
de
especialistas
SI
que
posee
NO
-‐ Semicerradas:
se
utilizan
cuando
no
se
está
seguro
si
lo
que
se
ofrece
como
alternativa
son
“todas”,
cabe
entonces
dejar
lugar
para
aquellas
que
se
hallen
poco
frecuentes
o
no
contempladas
a
priori.
Se
describen
opciones.
62
Ejemplo:
¿En
cuál/es
situación/es
Ud.
se
sintió
mejor
atendido?
Por
ejemplo:
Edad:
.........…..
Fecha
de
nacimiento:
.........…..
Fecha
de
encuesta:
...........…..
A
las
preguntas
control
es
posible
colocarlas
intercaladas
con
otros
temas
permitiendo
así
una
mejor
calidad
en
las
respuestas.
Además
existen
preguntas
que
pueden
ser
consecuencias
de
otras.
En
estos
casos,
el
diseño
del
cuestionario
debe
ayudar
a
relacionarlas:
Por
ejemplo:
1.
¿Participa
de
actividades
en
la
comunidad?
SI
NO
¿Cómo?
...........................
Otra
forma
de
efectuarlo
es:
1.
¿Participa
de
actividades
en
la
comunidad?
SI
NO
(pasar
a
preg.
3)
2.
¿Cómo?......................................................................
3.
……….
Se
deben
evitar
preguntas:
63
que
molesten
o
incomoden
a
los
informantes.
Ej.:
¿Es
Ud.
homosexual?
SI
NO
La
modalidad
de
la
“no
respuesta”:
aunque
estas
expresiones
pueden
querer
decir
diferentes
situaciones,
la
“no
repuesta”,
en
determinadas
oportunidades,
puede
considerarse
también
como
una
“forma
de
respuesta”.
Es
recomendable
colocarla
como
una
categoría
de
respuesta
–no
sabe
/
no
responde–.
Las
formas
de
administrar
un
cuestionario
pueden
ser:
por
encuestador:
cuando
otra
persona,
que
debe
estar
entrenada,
lee
el
cuestionario
y
anota
las
respuestas.
La
entrevista
puede
realizarse
por
teléfono
o
cara
a
cara.
64
La
epidemiología
descriptiva
considera
qué
población
o
subgrupos
desarrollan
la
enfermedad
o
lo
hacen
con
más
frecuencia
(persona),
cómo
la
frecuencia
de
ésta
varía
a
lo
largo
del
tiempo
y
/o
en
poblaciones
con
diferentes
características
(tiempo),
en
qué
localización
geográfica
es
más
o
menos
frecuente
dicha
enfermedad
(lugar).
Las
variables
de
persona
son
la
edad,
ocupación,
sexo,
grupos
éticos,
susceptibilidad
genética
(aspectos
genéticos,
antígenos
de
histocompatibilidad,
HLA,
etc.),
estado
fisiológico,
clase
social,
historia
familiar,
estado
civil,
representaciones,
prácticas
sociales,
etc.
Algunos
autores,
en
lugar
de
describir
a
las
personas,
introducen
el
concepto
de
“sujeto”.
Los
sujetos
transforman
y
a
su
vez
son
transformados
por
los
procesos
de
investigación.
Por
ejemplo,
si
se
le
pregunta
a
un
sujeto:
¿cuál
es
su
fuente
de
agua
para
beber?.
Cuando
éste
realiza
su
respuesta
también
piensa
que
existen
otras
fuentes,
que
pueden
ser
de
diferente
calidad,
¿se
preguntará
si
la
de
él
será
buena?,
etc.
La
variable
clase
social,
atribuida
a
los
sujetos,
puede
ser
analizada
desde
diversas
perspectivas
tales
como
inserción
en
la
estructura
productiva,
nivel
de
instrucción,
ingresos,
vivienda
(su
construcción,
su
pertenencia,
número
de
cuartos,
etc.).
Así
como
también
indagar
la
categoría
“inequidad”
o
“genero”
que
no
significa
sólo
clasificar
a
un
individuo
por
su
sexo
sino
como
una
categoría
relacional
con
el
otro.
Se
puede
tomar
como
unidad
a
las
familias.
Definiendo
como
“familia”
al
grupo
que
vive
bajo
el
mismo
techo,
compartiendo
las
mismas
conductas
alimenticias
y
educacionales.
Puede
tener
importancia
el
orden
del
nacimiento,
la
inestabilidad
familiar,
etc.
Cuando
se
analiza
el
lugar,
interesa
el
área
geográfica,
la
ciudad,
o
aspectos
relacionados
al
micro-‐ambiente
como
el
acceso
al
abastecimiento
de
agua
potable,
de
red
cloacal,
obtención
de
alimentos,
etc.
La
distribución
espacial
de
las
enfermedades
puede
ser
atribuida
a
factores
demográficos,
genéticos,
ambientales
o
socio
culturales.
En
un
principio
estos
factores
eran
de
naturaleza
biológica
o
natural
(clima,
vegetación,
latitud,
topografía,
etc.),
luego
se
definieron
otros
como
la
polución
ambiental
y
factores
físicos
como
la
cantidad
de
radiación.
Se
incorporan
las
relaciones
sociales
comprendiendo
entonces
al
proceso
de
organización
y
las
necesidades
económicas.
En
la
actualidad
en
esta
categoría,
especialmente
en
las
enfermedades
emergentes
y
re-‐
emergentes,
y
algunos
autores
sugieren
el
concepto
de
“geografía”
que
se
la
define
como
una
ciencia
de
la
tierra,
de
la
naturaleza,
de
la
mineralogía,
etc.
El
espacio
geográfico
surge,
entonces,
como
un
sistema
de
relaciones,
algunas
determinadas
a
partir
del
espacio
físico
(clima,
vegetación,
65
topografía)
otras
provenientes
de
las
sociedades
humanas
responsables
por
la
organización
del
espacio
(densidad
demográfica,
la
organización
social
y
económica),
fijada
en
una
dimensión
histórica
que
damos
el
nombre
de
civilización.
En
relación
al
tiempo,
interesa
conocer
si
determinada
enfermedad
ha
acaecido
en
un
tiempo
limitado
(corto)
o
describir
si
existen
ritmos
o
ciclos
anuales
(estacionales,
cada
3
o
5
años,
(seculares),
etc.
Lo
temporal
puede
ser
remitido
también
a
patrones
estacionales,
endémicos
o
epidémicos,
que
pueden
contribuir
al
esclarecimiento
de
mecanismos
responsables
de
la
generación
de
casos
de
enfermedades.
También,
en
la
actualidad
es
posible
analizar
el
tiempo
no
solamente
en
forma
cronológica
sino
atravesado
por
la
historia,
es
decir
efectuar
una
periodicidad
diferente.
Es
importante
establecer
además,
relaciones
entre
el
lugar
y
el
tiempo
a
fin
de
describir
el
patrón
de
enfermedad
en
su
expresión
témporo-‐espacial.
Establecer
este
nexo
entre
eventos
es
un
análisis
esencial
para
la
investigación
de
procesos
tan
dinámicos
como
las
enfermedades
infecciosas
aunque
el
mayor
énfasis
en
este
término
se
sugiere
en
el
estudio
de
las
enfermedades
crónicas.
Es
importante
destacar
que
esta
estrategia
no
se
limita
a
una
simple
recolección
de
datos,
sino
que
supone
además
un
elemento
interpretativo
del
significado
e
importancia
de
lo
que
se
describe.
Con
frecuencia
se
interpreta
que
esta
estrategia
posee
un
nivel
bajo
de
abstracción
haciendo
notar
su
importancia
menor,
pero
se
comete
un
gran
error
en
el
sentido
de
que
permite
surgir
preguntas
que
pueden
ser
respondidas
a
través
de
la
estrategia
Analítica.
Algunos
autores
señalan,
como
una
característica
de
esta
estrategia,
que
carece
de
hipótesis.
Otros
autores
afirman
que
cualquier
proceso
de
investigación
está
dirigido
o
guiado
por
una
hipótesis
implícita
o
explícita.
Por
lo
tanto,
no
acordamos
que
esta
sea
una
característica
esencial
de
estos
estudios.
Los
estudios
descriptivos
pueden
estimar
incidencia
o
prevalencia.
3.2.
Epidemiología
analítica
observacional
66
La
o
las
hipótesis
identificadas
pueden
ser
analizadas
para
fortalecerlas
o
rechazarlas
con
el
uso
de
diferentes
técnicas.
La
labor
en
epidemiología
no
termina
con
la
descripción
del
fenómeno
sino
que
es
necesario
analizar
sus
causas–determinaciones.
El
conocimiento
en
un
sentido
positivista
tiene
su
eje
en
la
búsqueda
de
éstas
causas,
así
la
estrategia
analítica
tiene
por
objetivo
demostrar
la
relación
existente
entre
la
enfermedad
o
condiciones
de
salud-‐enfermedad
y
factores
supuestamente
causales.
Tiene
una
tendencia
a
explicar:
¿Por
qué
la
enfermedad
ocurre
en
esas
personas?,
o
¿por
qué
ciertas
personas
hacen
uso
de
determinados
servicios
de
salud?,
o
¿puede
la
incidencia
de
una
enfermedad
decaer
con
la
introducción
de
ciertas
medidas
preventivas?,
etc.
1. Estudios
ecológicos
En
los
estudios
ecológicos
o
de
correlación
las
unidades
de
análisis
son
poblaciones
o
grupos
de
personas
en
vez
de
individuos.
Por
ejemplo,
en
un
país
se
demostró
una
relación
entre
el
promedio
de
ventas
de
un
fármaco
antiasmático
y
la
aparición
de
un
número
anormalmente
alto
de
defunciones
por
asma
(Pearce
et
al.,
1998).
Para
investigar
este
tipo
de
relaciones
pueden
compararse
poblaciones
de
distintos
países
en
un
mismo
periodo
o
la
misma
población
en
distintos
periodos.
Este
último
procedimiento
puede
evitar
algunos
de
los
factores
de
confusión
de
orden
socioeconómico
que
siempre
constituyen
un
problema
potencial
en
los
estudios
ecológicos.
Aunque
son
fáciles
de
llevar
a
cabo
y,
por
tanto,
atractivos,
los
estudios
ecológicos
suelen
ser
de
difícil
interpretación,
ya
que
rara
vez
es
posible
analizar
directamente
todas
las
posibles
explicaciones
de
los
datos.
Los
estudios
ecológicos
se
basan
generalmente
en
datos
recogidos
para
otros
fines;
es
posible
que
no
se
disponga
de
datos
sobre
otras
exposiciones
o
factores
socioeconómicos
que
pudieran
ser
pertinentes.
Además,
como
la
unidad
de
análisis
es
una
población
o
un
grupo,
no
puede
establecerse
el
vínculo
individual
entre
la
exposición
y
el
efecto.
67
2. Estudios
transversales
En
un
estudio
transversal
la
exposición
y
el
efecto
que
se
miden
corresponden
al
mismo
periodo
temporal.
No
resulta
fácil
decir
qué
razones
podrían
justificar
las
asociaciones
demostradas
en
estudios
transversales.
La
cuestión
clave
es
si
la
exposición
precede
o
sigue
al
efecto.
La
realización
de
estudios
transversales
es
relativamente
fácil
y
económica
y
es
útil
para
investigar
exposiciones
que
constituyen
características
fijas
de
los
individuos,
como
el
grupo
étnico,
el
nivel
socioeconómico
o
el
grupo
sanguíneo.
En
los
brotes
repentinos
de
una
enfermedad
un
estudio
transversal
en
el
que
se
miden
varias
exposiciones
constituye
a
menudo
el
primer
paso
que
se
da
para
investigar
la
causa.
68
Los
estudios
de
casos
y
controles
son
relativamente
sencillos
y
económicos
y
cada
vez
se
usan
más
para
investigar
las
causas
de
enfermedad,
en
especial
enfermedades
infrecuentes.
En
este
tipo
de
investigación
se
estudian
un
grupo
de
personas
que
tiene
la
enfermedad
u
otra
característica
evolutiva
(los
"casos")
y
un
grupo
de
"controles"
o
"testigos"
adecuados
(grupo
control,
testigo,
de
comparación
o
de
referencia)
que
no
tienen
la
enfermedad
o
la
característica
que
se
quiere
estudiar.
Se
compara
la
frecuencia
con
la
que
una
posible
causa
estuvo
presente
en
los
casos
por
una
parte
y
en
los
controles
por
otra.
Los
datos
que
se
utilizan
corresponden
a
varios
periodos
anteriores
y
posteriores
en
el
tiempo.
Los
estudios
de
casos
y
controles
son,
pues,
longitudinales,
no
transversales.
Se
han
llamado
también
"estudios
retrospectivos",
ya
que
el
investigador
busca
"hacia
atrás",
a
partir
de
una
enfermedad,
la
posible
causa
de
la
misma.
Esta
denominación
induce
a
confusión,
ya
que
los
términos
"retrospectivo"
y
"prospectivo"
se
utilizan
cada
vez
más
para
describir
el
periodo
de
recogida
de
datos
respecto
a
la
fecha
actual.
En
este
sentido,
un
estudio
de
casos
y
controles
puede
ser
tanto
retrospectivo,
cuando
todos
los
datos
se
toman
del
pasado,
como
prospectivo,
cuando
la
recogida
de
datos
continúa
a
medida
que
el
tiempo
va
pasando.
Los
estudios
de
casos
y
controles
comienzan
con
la
selección
de
los
casos,
que
deben
ser
representativos
de
todos
los
casos
de
una
población
determinada.
Lo
más
difícil
es
seleccionar
los
controles
de
manera
que
en
cuanto
a
prevalencia
de
exposición
sean
una
muestra
de
la
población
que
generó
los
casos.
Además,
en
la
elección
de
los
controles
y
de
los
casos
no
debe
influir
que
hayan
estado
o
no
expuestos
al
factor
en
estudio.
El
estado
de
exposición
o
no
exposición
debe
investigarse
con
los
mismos
métodos
en
los
casos
y
en
los
controles.
No
es
necesario
que
los
casos
69
y
los
controles
sean
una
muestra
del
conjunto
de
la
población;
de
hecho,
pueden
limitarse
a
un
subgrupo
predeterminado,
por
ejemplo
ancianos,
varones
o
mujeres.
Los
controles
deben
ser
personas
que
podrían
haber
sido
designadas
casos
del
estudio
si
hubieran
desarrollado
la
enfermedad.
Un
aspecto
importante
de
los
estudios
de
casos
y
controles
es
la
determinación
del
comienzo
y
de
la
duración
de
la
exposición,
tanto
en
los
casos
como
en
los
controles.
Por
el
diseño
de
estos
estudios,
el
estado
de
exposición
de
los
casos
suele
determinarse
después
de
que
la
enfermedad
se
ha
desarrollado
(datos
retrospectivos),
en
general,
mediante
entrevista
directa
a
la
persona
en
cuestión
o
a
un
familiar
o
conocido.
En
las
respuestas
del
informante
puede
influir
su
conocimiento
de
la
hipótesis
que
se
investiga
o
la
propia
experiencia
de
la
enfermedad.
En
los
estudios
de
casos
y
controles,
la
asociación
de
una
exposición
y
una
enfermedad
se
mide
mediante
el
cálculo
de
la
razón
de
posibilidades
(Odds
Ratio),
que
es
el
cociente
entre
las
posibilidades
de
exposición
en
los
casos
y
las
posibilidades
de
exposición
en
los
controles.
La
razón
de
posibilidades
es
muy
similar
al
riesgo
relativo,
en
especial
cuando
se
trata
de
una
enfermedad
infrecuente.
Se
especifican
y
se
miden
las
variables
de
interés
y
se
sigue
la
evolución
de
la
totalidad
de
la
cohorte
para
ver
cómo
la
aparición
posterior
de
nuevos
casos
de
enfermedad
(o
el
resultado
que
se
esté
estudiando)
difiere
entre
los
grupos
con
y
sin
exposición.
Como
los
datos
recogidos
70
hacen
referencia
a
distintos
periodos
temporales,
los
estudios
de
cohorte,
al
igual
que
los
de
casos
y
controles,
son
longitudinales.
Los
estudios
de
cohorte
se
llaman
a
veces
"estudios
prospectivos",
denominación
que
resulta
confusa
y
debe
evitarse.
Como
ya
se
dijo,
el
término
"prospectivo"
hace
referencia
al
periodo
de
recogida
de
datos,
no
a
la
relación
entre
la
exposición
y
el
efecto.
Por
tanto,
los
estudios
de
cohorte
pueden
ser
tanto
prospectivos
como
retrospectivos.
Los
estudios
de
cohorte
son
los
que
proporcionan
mejor
información
para
estudiar
la
causación
de
la
enfermedad
y
medir
directamente
el
riesgo
de
desarrollo
de
la
misma.
Conceptualmente
son
sencillos,
pero
en
la
práctica
representan
una
tarea
enorme
y
a
menudo
precisan
largos
periodos
de
seguimiento,
ya
que
la
enfermedad
puede
aparecer
mucho
tiempo
después
de
la
exposición.
Por
ejemplo,
el
periodo
de
inducción
de
la
leucemia
provocada
por
radiación
(es
decir,
el
tiempo
necesario
para
que
la
causa
específica
produzca
su
resultado
final)
son
muchos
años,
lo
que
obliga
a
seguir
la
evolución
de
los
participantes
durante
un
periodo
igualmente
largo.
Muchas
de
las
exposiciones
que
se
investigan
son
por
su
propia
naturaleza
prolongadas
y
obtener
información
adecuada
obliga
a
recopilar
datos
durante
años
o
decenios.
Sin
embargo,
en
el
caso
del
consumo
de
tabaco,
por
ejemplo,
muchas
personas
tienen
hábitos
estables
que
permiten
recoger
la
información
sobre
la
exposición
previa
en
el
mismo
momento
en
que
se
define
la
cohorte.
En
situaciones
en
las
que
la
exposición
es
aguda
y
brusca,
la
relación
causa-‐efecto
en
lo
que
respecta
a
resultados
agudos
puede
resultar
evidente,
pero
los
estudios
de
cohorte
también
se
utilizan
para
investigar
efectos
crónicos
o
tardíos.
Como
los
estudios
de
cohorte
comienzan
con
personas
expuestas
y
no
expuestas,
es
importante
establecer
en
qué
medida
es
difícil
medir
la
exposición
o
conseguir
datos
ya
existentes
de
exposición
individual
para
determinar
si
será
fácil
o
difícil
llevar
a
cabo
el
estudio.
Si
la
enfermedad
es
rara,
tanto
en
el
grupo
expuesto
como
en
el
no
expuesto
puede
resultar
también
difícil
conseguir
un
grupo
de
estudio
de
tamaño
suficiente.
El
costo
de
un
estudio
de
cohorte
puede
reducirse
utilizando
fuentes
habituales
de
información
para
conseguir
datos
de
mortalidad
o
morbilidad,
por
ejemplo
registros
de
enfermedades
o
registros
nacionales
de
defunciones.
En
los
estudios
de
cohorte,
lo
ideal
sería
seguir
directamente
la
evolución
de
todos
los
sujetos,
pero
esto
no
siempre
es
posible.
71
En
ocasiones
es
posible
reducir
los
gastos
utilizando
lo
que
se
llama
"cohorte
histórica",
que
es
la
que
se
forma
a
partir
de
registros
de
exposición
previa.
Como
en
los
estudios
de
cohorte
el
punto
de
partida
son
personas
sanas,
es
posible
examinar
diversas
variables
finales
(cosa
que
no
puede
hacerse
en
los
estudios
de
casos
y
controles).
Por
ejemplo,
en
el
estudio
de
cohorte
de
Framingham,
que
se
inició
en
1948,
se
han
investigado
los
factores
de
riesgo
no
solo
de
trastornos
cardiovasculares,
sino
también
de
otras
enfermedades,
por
ejemplo
del
sistema
respiratorio
y
del
aparato
locomotor.
Para
que
le
resulte
más
fácil
recordar
le
presentamos
una
analogía
entre
los
diseños
epidemiológicos
y
distintas
formas
de
mostrar
imágenes:
-‐ Estudio
Transversal:
Fotografía,
ya
que
es
una
imagen
fija
en
el
tiempo
de
lo
que
ocurre.
Se
valoran
todas
las
variables
en
un
mismo
momento.
-‐ Estudio
de
Cohorte:
Video
mostrando
las
imágenes
en
la
misma
secuencia
en
la
que
ocurrieron:
hacia
delante.
Así
partimos
de
la
exposición
y
vamos
hacia
delante
en
el
tiempo
para
valorar
la
presencia
del
evento.
-‐ Estudio
de
Casos
y
Controles:
Video
mostrando
las
imágenes
en
secuencia
inversa
a
la
que
ocurrieron:
hacia
atrás.
Así
partimos
del
evento
y
vamos
hacia
atrás
en
el
tiempo
para
valoración.
Este
método
también
examina
hipótesis,
pero
lo
hace
de
un
modo
más
“estricto”
aún.
Es
analítica
porque
también
utiliza
grupos
de
comparación
pero,
en
este
caso,
el
investigador
no
solo
observa
y
analiza
los
datos
sino
que
interviene
activamente
en
el
manejo
y
control
del
evento,
especificando
las
condiciones
del
estudio,
seleccionando
los
grupos
de
tratamiento,
la
naturaleza
de
las
intervenciones,
el
manejo
de
los
pacientes
durante
el
seguimiento,
etc.
En
cierto
sentido
“controla”
el
proceso
de
la
investigación
e
introduce
modificaciones
necesarias
para
su
realización.
72
CAPITULO
5
INVESTIGACIÓN
CUALITATIVA
Introducción
Einstein
decía
que
para
alcanzar
nuevas
preguntas,
nuevas
posibilidades
y
para
considerar
viejos
problemas
desde
un
nuevo
ángulo
y
así
poder
marcar
nuevos
avances
en
la
ciencia
se
requiere
de
creatividad
e
imaginación.
En
el
mismo
sentido
se
propone
para
la
epidemiología
la
creatividad
como
tarea
fundamental.
Es
posible
distinguir
entre
las
estrategias
metodológicas
cuantitativa
y
cualitativa.
La
primera
se
basa
en
el
carácter
de
la
medición,
y
en
la
necesidad
de
generalizar
es
por
ello
que
las
unidades
de
análisis
deben
ser
elegidas
en
forma
aleatoria
y
poseer
la
característica
de
representación.
Se
considera
a
la
medición
como
el
intento
de
especificar
el
tipo
y/o
nivel
de
ciertos
objetos,
propiedades
o
comportamientos
según
una
escala
de
medición.
En
la
segunda
estrategia
es
posible
pensar
a
los
hechos
como
una
narración
–
discurso,
es
decir
existe
una
relación
diferente
entre
el
investigador
y
el
investigado
y
el
objetivo
de
la
investigación
es
fundamentalmente
alcanzar
la
explicación
de
los
fenómenos
para
transformar
una
situación
determinada.
En
esta
se
enhebran
las
representaciones
de
los
sujetos
y
sus
dimensiones
(general,
particular
y
singular).
Los
métodos
cualitativos,
por
lo
tanto,
permiten
considerar
dimensiones
de
la
interacción
social
que
difícilmente
pueden
ser
abordadas
por
otros
métodos.
Además
son
adecuados
para
identificar
elementos
que
influyen
de
manera
importante
en
las
concepciones
y
prácticas
de
quienes
intervienen
en
el
proceso
de
planeación,
otorgamiento
y
recepción
de
los
servicios
médicos.
Los
métodos
cualitativos
dentro
del
campo
de
la
salud
no
han
sido
utilizados.
Las
críticas
a
los
métodos
cualitativos
surgen,
desde
la
perspectiva
positivista,
fundamentalmente
porque
el
investigador
puede
introducir
su
propia
mirada
(subjetividad).
Sin
embargo,
este
problema
no
es
privativo
del
método
sino
del
“conocimiento”;
ya
que
este
posee
el
73
carácter
de
“intersubjetivo”.
Esto
es
la
comunidad
científica
“acuerda”
en
decir
que
un
evento
“es
lo
que
es”.
La
relación
de
predominio
que
tienen
los
métodos
cuantitativos
sobre
los
cualitativos
no
tiene
un
sustento
epistemológico.
Más
aún,
de
acuerdo
con
Agar
el
problema
es
que
existen
diferentes
estilos
de
hacer
investigación.
Desde
el
positivismo
se
estableció
la
necesidad
de
un
lenguaje
dominante
que
es
lo
que
se
podría
llamar
la
"visión
aceptada"
de
la
ciencia,
que
se
centra
en
la
prueba
sistemática
de
hipótesis
explícitas,
es
decir,
establece
el
predominio
de
una
forma
de
análisis
deductivo,
como
si
fuera
la
única
forma
que
se
apega
al
método
científico.
Ahora
bien,
es
común
observar
que
el
investigador,
en
el
campo
de
la
salud,
se
enfrenta
a
problemas
cuya
naturaleza
y
complejidad
no
pueden
ser
resueltos
a
partir
de
un
pensamiento
lineal.
Por
ejemplo,
cuando
uno
lee
una
nota
sobre
el
descontento
de
los
jóvenes
médicos
con
su
profesión,
se
pregunta:
¿qué
sucede?
Para
muchos
investigadores
el
primer
impulso
es
establecer
hipótesis,
obtener
muestras
representativas,
diseñar
instrumentos
para
cuantificar
el
fenómeno
y
proceder
a
su
medición.
Otros
autores
sostienen
que
esta
secuencia
de
pasos
no
es
necesariamente
la
correcta
para
comprender
el
problema
y
propone
que
es
necesario
"aprender
acerca
de
un
mundo
que
no
se
entiende,
a
partir
de
“introducirse
en
el
campo”,
es
decir
etnográficamente,
y
tratando
de
dar
a
esta
experiencia
algún
sentido".
Dicho
de
otra
manera,
cuantificar
no
es
necesariamente
el
primer
paso
para
acceder
al
conocimiento
de
un
fenómeno
que
no
se
conoce.
A
modo
de
ejemplo
El
descubrimiento
del
mecanismo
de
transmisión
del
virus
del
Kuru
entre
los
Fore
de
Nueva
Guinea
Esta
enfermedad
letal,
producida
por
un
virus
de
desarrollo
lento,
es
transmitida
por
la
ingestión
de
carne
humana.
La
aplicación
de
métodos
cualitativos
permitió
desarrollar
la
hipótesis
de
la
transmisión
vía
canibalismo
que
sustituyó
a
la
desarrollada
anteriormente
por
científicos
biomédicos
basada
en
patrones
de
transmisión
genética.
74
La
antropóloga
S.
Lindenbaum,
y
antes
que
ella
el
antropólogo
australiano
J.
Berndt,
habían
estudiado
retrospectivamente
la
conformación
de
los
patrones
de
estructura
familiar
entre
los
Fore.
Encontraron
que
la
enfermedad
se
distribuía
principalmente
entre
mujeres
y
niños
quienes
además
eran
los
únicos
a
los
que
se
les
permitía
ingerir,
en
festividades
rituales,
la
carne
de
familiares
muertos.
Al
relacionar
estos
hechos
se
desarrolló
la
hipótesis
de
la
transmisión
por
ingestión
de
carne
humana.
Más
tarde,
macerados
de
cerebro
de
personas
muertas
por
Kuru
se
inocularon
en
animales
de
experimentación,
que
meses
después
desarrollaron
la
enfermedad.
De
estas
experiencias
se
deriva
como
una
de
las
enseñanzas
más
importantes
en
el
campo
de
la
salud
que
los
métodos
cualitativos
contribuyen
a
entender
e
interpretar
fenómenos
complejos.
Otro
ejemplo
de
aplicación
de
estos
métodos
serían
el
análisis
de
la
interacción
entre
el
médico
y
el
paciente,
o
las
conductas
de
la
población
ante
el
riesgo
de
adquirir
ciertas
enfermedades,
o
los
factores
que
intervienen
en
la
búsqueda
de
atención
médica,
son
todavía
muy
poco
conocidos.
Sería
necesario
establecer
cuál
es
su
naturaleza
y
para
ello,
el
uso
de
los
métodos
cualitativos
es
posible.
75
Los
métodos
cualitativos
mantienen
como
una
de
sus
premisas
fundamentales
que
la
investigación
sólo
podrá
acceder
al
conocimiento
de
la
realidad
comprendiendo
el
punto
de
vista
del
informante.
Como
Stein
señala.
"uno
intenta
ver
cómo
los
miembros
de
un
grupo
ven,
sienten,
experimentan
y
construyen
su
mundo
cognitivamente,
esto
es,
comprender
el
punto
de
vista
(del
otro).
Esta
construcción
cultural
de
la
realidad
comúnmente
difiere
de
manera
muy
marcada
del
punto
de
vista
externo
del
observador".
Dentro
del
marco
de
las
investigaciones
sociales
se
entiende
por
Etnografía
el
uso
de
la
observación
directa
y
de
la
investigación
detallada
en
el
lugar
donde
los
hechos
se
producen,
a
fin
de
realizar
una
descripción
naturalista
y
"densa"
de
la
gente
y
su
cultura.
La
etnografía
intenta
descubrir
los
símbolos
y
categorías
que
una
cultura
dada
usa
para
interpretar
el
mundo,
por
lo
que
preserva
así
la
integridad
y
las
propiedades
inherentes
a
un
fenómeno
cultural.
Representa,
pues,
una
forma
de
conocer
la
realidad
construida
por
una
sociedad
de
acuerdo
con
sus
propias
normas
y
una
manera
de
entender
cómo
las
formas
de
pensamiento
y
la
conducta
se
ajustan
a
esta
construcción.
El
etnógrafo,
al
realizar
este
trabajo,
inevitablemente
pone
en
juego
sus
propias
normas
y
valores
por
lo
que
debe
diferenciar
claramente
ambos
universos.
De
hecho,
Giddens
señala
que
en
esencia
la
etnografía
permite
arribar
a
una
"mediación
entre
marcos
de
significados".
Una
meta
del
trabajo
etnográfico
es
obtener
cúmulos
de
información
de
gran
riqueza
derivados
de
los
informantes,
para
desarrollar
una
teoría
que
explique
las
características
de
las
culturas
y
las
variaciones
que
existen
entre
ellas.
Idealmente,
estos
métodos
y
modelos
nos
deben
ayudar
a
reconocer
lo
que
es
específico
de
una
cultura
y
lo
que
es
“lo
común”
a
algunas
de
ellas.
Entre
los
problemas
más
importantes
de
la
aplicación
de
los
métodos
cualitativos,
se
encuentran
la
capacidad
de
interpretación
por
parte
del
investigador,
su
formación
profesional,
su
experiencia
y
la
proyección
de
ciertos
valores
raciales,
sociales,
familiares,
entre
otros.
Investigadores
como
Eisenberg
y
Fábrega,
ampliamente
familiarizados
con
el
campo
de
las
ciencias
biomédicas,
han
logrado
incorporar
a
sus
esquemas
de
trabajo
los
métodos
cualitativos,
y
han
sido
capaces
de
establecer
las
diferencias
entre
la
enfermedad
y
el
padecimiento
-‐sickness
and
illness
tal
como
han
sido
denominados
en
inglés.
La
enfermedad
encuentra
su
fundamento
en
el
modelo
biomédico
occidental
que
construye
sus
entidades
u
objetos
de
estudio
a
partir
de
la
definición
de
estados
anatomo-‐
76
fisiológicos
que
entran
o
salen
de
las
normas.
Es
decir,
con
este
acercamiento
la
enfermedad
se
define
a
través
del
uso
de
escalas
de
medición
y
de
instrumentos
que
establecen
los
valores
independientemente
de
la
opinión
del
enfermo.
El
segundo
concepto
encuentra
su
fundamento
en
lo
que
Fábrega
denomina
la
"teoría
etnomédica
del
padecimiento".
Así,
el
concepto
de
padecimiento
se
basa
en
la
definición
de
la
persona
que
lo
sufre,
rebasando
los
límites
de
lo
biológico
y
penetrando
en
el
campo
de
lo
social,
cultural
y
del
psiquismo.
La
teoría
etnomédica
del
padecimiento
se
puede
definir
como
un
conjunto
de
creencias
interrelacionadas
en
una
estructura
lógica
y
cuya
función
es
la
de
proveer
su
entendimiento
y
de
los
problemas
que
lo
rodean.
Así,
esta
teoría
se
puede
separar
de
los
factores
sociales
y
culturales
que
le
dan
contexto.
A
partir
de
este
análisis
se
hace
necesario
identificar
las
concepciones
de
salud-‐
enfermedad-‐atención
(SEA)
de
las
poblaciones.
Establecer
la
red
de
estrategias
que
la
población
posee
para
hacer
frente
a
sus
padecimientos,
conocer
cuál
es
la
accesibilidad
y
respuestas
que
posee
en
sistema
de
salud
local
en
función
de
las
demandas,
como
así
también
analizar
la
construcción
“colectiva”
de
“salud”
y
el
grado
de
participación
de
los
ciudadanos
para
hacer
uso
de
sus
“derechos”
a
la
salud.
En
general,
los
métodos
cuantitativos
son
muy
potentes
en
términos
de
validez
externa
ya
que
con
una
muestra
representativa
de
la
población
es
posible
efectuar
inferencias
a
dicha
población
con
una
seguridad
y
precisión
definida.
En
tanto
una
limitación
de
los
métodos
cualitativos
es
su
dificultad
para
generalizar.
La
investigación
cuantitativa
con
los
test
de
hipótesis
no
sólo
permite
eliminar
el
papel
del
azar
para
descartar
o
rechazar
una
hipótesis,
sino
que
permite
cuantificar
la
relevancia
clínica
de
un
fenómeno
midiendo
la
reducción
relativa
del
riesgo,
la
reducción
absoluta
del
riesgo
y
el
número
necesario
de
pacientes
a
tratar
para
evitar
un
evento.
Sin
embargo,
la
pregunta
que
evidentemente
hacen
los
investigadores
cualitativos
a
los
cuantitativos
es:
¿cuán
particularizables
son
sus
generalidades...?
5. TÉCNICAS CUALITATIVAS
77
Cabe
recordar
que
la
introducción
del
concepto
de
metodologías
cualitativas
nos
inducen
a
pensarlas
no
solo
como
una
alternativa
ideológica
de
los
abordajes
cuantitativos
sino
para
profundizar
el
conocimiento
que
se
da
en
forma
parcial
e
inacabado
del
carácter
social
de
los
problemas
de
salud.
En
éstas
deben
distinguirse
dos
momentos
del
proceso
de
investigación:
• uno
que
es
la
recolección
y
producción
del
dato
científico,
y
• otro
que
es
la
interpretación
o
construcción
de
una
teoría
o
contrastación
de
una
hipótesis,
esta
última
debe
captar
el
sentido
de
acción
de
los
participantes
y
supone
el
paso
de
la
observación
a
la
comprensión.
11
La confección de un cuestionario ya fue tratado anteriormente.
78
A.Banchet
propone
una
metodología
para
analizar
las
intervenciones
del
entrevistador
y
el
discurso
del
entrevistado
para
conocer
el
modo
de
intervención
de
cada
entrevistador.
b-‐ Estudios
de
Casos:
Es
el
análisis
de
los
"casos"
que
se
hallan
bajo
la
necesidad
de
producir
conocimientos
sobre
ellos.
Es
el
estudio
de
unidades
concretas
en
un
tiempo
y
en
un
espacio
determinado.
Tanto
las
entrevistas
como
los
estudios
se
casos
pueden
efectuarse
a
través
de
debate
de
grupos
(en
el
caso
de
organizaciones,
áreas
de
trabajo,
etc.).
Se
requiere
establecer
previamente
los
temas
de
discusión
y
la
dinámica
más
adecuada
para
lograr
el
consenso,
se
puede
requerir,
además,
de
varias
sesiones.
c-‐ Observación
participante:
Puede
ser
comprendida
"como
un
proceso
en
el
que
se
mantiene
la
presencia
del
observador
en
una
situación
social”,
este
se
halla
como
en
una
relación
de
iguales
recogiendo
datos
al
participar
con
ellos
dentro
del
marco
de
su
vida
natural.
Así,
el
observador
se
convierte
en
parte
del
contexto
que
observa,
y
éste
es
modificado
y
a
su
vez
influencia
al
observador.
Según
se
establezca
la
relación
entre
el
observador
y
el
grupo
pueden
existir
diferentes
grados
en
que
el
observador
participe
dentro
de
éste.
Desde
ser
una
participación
pasiva
hasta
activa,
de
acuerdo
al
grado
de
aceptación
o
interacción
e
interés
para
conocer
las
experiencias
grupales,
ya
que
esta
participación
posee
ventajas
y
desventajas
a
la
hora
de
efectuar
los
análisis
e
interpretar
el
medio.
d-‐ Grupos
focales
o
entrevistas
con
grupos:
consiste
en
discusiones
abiertas
guiadas
con
grupos
de
informantes
pequeños
y
homogéneos.
El
investigador
debe
asegurarse
que
todos
los
integrantes
del
grupo
sean
capaces
de
responder
a
la
guía
de
preguntas
buscando
que
la
conversación
grupal
facilite
la
emisión
de
información.
e-‐ Trabajo
de
Campo:
Un
trabajo
de
campo
contempla
las
siguientes
actividades:
la
elección
del
espacio
de
investigación
o
continente.
la
elección
del
grupo
de
investigación
o
lugar.
establecer
los
criterio
de
abordaje.
establecer
la
estrategia
de
entrada
en
el
campo.
Es
la
actividad
central
del
trabajo
etnográfico
y
requiere
de
una
fuerte
codificación
para
"aprender
todo
sobre
una
cultura"
y
es
una
excelente
oportunidad
para
recoger
hechos
específicos
y
79
profundizar
la
comprensión
de
un
grupo
social.
Para
los
etnógrafos
este
trabajo
está
interpretado
como
el
período
anterior
a
los
datos.
Su
interpretación
se
efectúa,
mientras
se
acumula
la
evidencia
y
una
vez
finalizado
este
momento
se
debe
dejar
el
campo,
para
comenzar
la
fase
de
explicación
del
proceso
etnográfico.
En
cuanto
al
momento
de
interpretación,
explicación
o
construcción
de
una
teoría
existirían
distintas
técnicas
o
posibilidades.
Cabe
destacar
que
estos
momentos
pueden
darse
simultáneamente.
80
las
categorías
se
van
construyendo
en
un
proceso
abierto
y
artesanal;
se
observa
e
interpreta
paralelamente.
Sin
embargo,
cabría
analizar
que
los
procesos
histórico
-‐
sociales,
lejos
de
determinar
"en
alguna
medida"
al
fenómeno
particular
observado,
lo
determinan
múltiples
y
diversos
niveles
entrelazados
dialécticamente
que
resulta
necesario
circunscribir
y
analizar
a
los
fines
investigativos.12
Por
lo
tanto,
se
considera
que
no
basta
con
ubicar
la
información
sobre
otros
órdenes
sociales
en
el
lugar
de
un
complemento,
pues
constituye
el
sustrato
esencial
en
cuya
trama
adquieren
significación
los
hechos
particulares.
Estos
niveles,
no
pueden
observarse,
además,
como
elementos
externos,
pues
la
dimensión
histórico-‐social
no
se
puede
situar
como
una
relación
de
exterioridad,
esto
conlleva
al
serio
riesgo
de
quedar
atrapados
en
una
simple
lectura
fenomenológica
de
los
acontecimientos
que
en
apariencia
se
encuentran
aislados
sin
poder
analizar
sus
particularidades
significativas.
12
Cabe repensar en este aspecto a los niveles de Pl. Castellanos.
81
asegurar
la
unidad
esencial
de
teoría
y
praxis,
en
el
proceso
generador
de
un
conocimiento
transformador".
i-‐ Triangulación:
82
Denzin
la
define
como
la
"combinación
metodológica
para
el
estudio
de
un
mismo
fenómeno".
Además
es
donde
se
combinan
en
un
mismo
proceso
de
investigación
varias
observaciones,
perspectivas
teóricas,
fuentes
de
datos
y
metodologías,
lo
que
se
trata
de
lograr
es
una
integración.
La
triangulación
también
es
llamada
"convergencia
metodológica",
"método
múltiple"
o
"validación
convergente"
pero
en
todas
estas
denominaciones
se
consideran
a
los
métodos
cualitativos
y
cuantitativos
no
como
rivales
sino
como
metodologías
complementarias.
Cuando
se
utiliza
la
triangulación
uno
de
los
objetivos
es
para
confrontar
desde
distintas
metodologías
la
medición
de
algún
fenómeno,
así
se
puede
establecer
la
"validez"
de
un
método
determinado
de
medición
a
la
luz
de
otros
métodos.
etc.
Se
podrían
observar
distintos
tipos
básicos
de
triangulación:
Triangulación
de
datos:
que
comprende
la
combinación
de
diseños,
transversales
y
longitudinales,
por
ejemplo,
en
este
sentido
se
utilizaría
con
la
premisa
de
que
existen
debilidades
en
cada
método
en
particular.
Triangulación
de
investigadores:
que
consiste
en
la
observación
de
un
mismo
fenómeno
por
más
de
un
investigador.
Triangulación
metodológica:
que
implica
la
utilización
de
distintas
estrategias
metodológicas.
Por
ejemplo,
el
uso
de
la
metodología
cuali
y
cuantitativa.
Esta
última
puede
ser
usada
en
el
proceso
de
validación
para
reflejar
que
la
variancia
reflejada
sea
la
del
rasgo
estudiado
y
no
la
del
método,
este
es
el
uso
más
popular
del
método.
83
psicología
social.
El
propósito
es
"lograr
construir
procedimientos
que
puedan
desarrollar
los
hablantes
para
detectar
la
acción
estratégica
de
los
sujetos
productores
del
discurso
y
para
descubrir
en
lo
dicho
los
implícitos
(lo
no
dicho)”.
84
CAPITULO
6
VIGILANCIA
EPIDEMIOLÓGICA
1.1
¿Qué
es
la
Vigilancia
Epidemiológica?
Desde
una
perspectiva
individual
y
clínica,
el
término
vigilancia
se
refiere
a
una
actitud
de
alerta
responsable
sobre
el
estado
de
salud
de
un
individuo
por
parte
de
los
agentes
de
salud.
Esta
actitud
requiere
de
observaciones
sistemáticas
orientadas
a
la
toma
de
decisiones
sobre
las
medidas
concretas
que
se
deben
implementar,
en
cada
caso
en
particular,
para
la
prevención,
atención
y
mejoramiento
del
estado
de
salud.
En
cambio,
para
aludir
al
interés
por
vigilar
el
estado
de
salud
de
la
población,
y
no
el
de
un
individuo
en
particular,
se
utiliza
el
término
Vigilancia
Epidemiológica.
La
Vigilancia
Epidemiológica
implica
la
producción
sistemática
de
información
sobre
el
comportamiento
de
eventos
de
salud-‐enfermedad
de
la
población
y
los
factores
que
los
condicionan,
para
orientar
el
proceso
de
toma
de
decisiones
dirigidas
a
mejorar
la
calidad
de
la
salud
de
la
población.
Si
bien
el
concepto
de
Vigilancia
Epidemiológica
originalmente
se
aplicó
a
la
observación
y
control
de
las
enfermedades
transmisibles,
en
la
actualidad
su
uso
se
ha
extendido
al
estudio
de
otros
problemas
sanitarios
tales
como
el
deterioro
del
medio
por
la
contaminación
ambiental,
las
radiaciones
ionizantes,
las
adicciones,
los
accidentes
de
tránsito
y
las
enfermedades
no
transmisibles
(cáncer,
enfermedades
crónicas
degenerativas,
obesidad,
etcétera).
La
Vigilancia
Epidemiológica
se
ocupa
de
recopilar
datos
en
forma
oportuna,
sistemática
y
ordenada;
los
analiza
e
interpreta
para
observar
o
registrar
cambios
en
la
tendencia
o
distribución
de
los
problemas
de
salud
y
sus
factores
asociados,
con
el
fin
de
recomendar
medidas
de
prevención
y
control
de
las
enfermedades
o
de
promoción
de
la
salud
para
una
población.
En
síntesis,
la
Vigilancia
Epidemiológica
es
un
sistema
que
produce
información
para
la
acción.
85
En
este
sentido
presenta
diferencias
con
la
investigación
epidemiológica.
Les
ofrecemos
un
cuadro
comparativo
al
respecto.
Tabla
1.
Comparación
entre
Vigilancia
Epidemiológica
e
Investigación
Epidemiológica
Características
Vigilancia
Investigación
Tiempo
de
Continua
Limitada
recolección
de
datos
Método
de
Rutinario
con
Especialmente
Recolección
de
datos
muchos
participantes
diseñado,
pocas
personas
involucradas
Cantidad
de
datos
Mínimos
Detallados
requerida
por
caso
Difusión
de
la
Continua,
Esporádica
Información
permite
la
toma
de
decisiones
rápidamente
Uso
de
los
datos
Genera
hipótesis,
Genera
o
verifica
define
problemas,
hipótesis,
describe
problemas
monitorea
tendencias
en
detalle,
monitorea
tendencias
En
la
Argentina,
la
vigilancia
epidemiológica
se
viene
desarrollando
desde
1960.
Ese
año,
se
promulgó
la
Ley
15.465
“De
Notificaciones
Médicas
Obligatorias”
a
través
del
decreto
del
Poder
Ejecutivo
número
12.833
del
31/10/60
para
promover
la
notificación
de
eventos
bajo
vigilancia.
En
1966,
se
modificó
esta
Ley
y
su
reglamento,
realizándose
en
1979
el
último
cambio
a
través
del
decreto
Nº
2.771
referente
a
un
nuevo
agrupamiento
de
enfermedades,
no
interfiriendo
en
el
espíritu
de
la
Ley.
En
1993,
se
establecen
acuerdos
sobre
conceptos
generales
e
instrumentos
de
la
vigilancia,
dando
lugar
a
la
Resolución
Ministerial
Nº
394
que
incorpora
las
“Normas
del
Sistema
Nacional
de
Vigilancia
Epidemiológica”
al
Programa
Nacional
de
Garantía
de
Calidad
de
la
Atención
Médica.
En
mayo
de
1995,
mediante
la
Resolución
del
Secretario
de
Salud
Nº
88,
se
constituye
la
“Comisión
Asesora
sobre
Vigilancia
Epidemiológica”,
la
que
debe
orientar
86
acerca
de
aspectos
operativos
y
de
procedimiento.
A
fines
de
ese
mismo
año,
se
publica
la
primera
edición
del
Manual
de
Normas
y
Procedimientos
para
la
Vigilancia
Epidemiológica,
que
se
revisa
y
actualiza
cinco
años
más
tarde.
1.2
El
Sistema
Nacional
de
Vigilancia
Epidemiológica
(SI.NA.V.E.)
dependiente
de
la
Dirección
de
Epidemiología
del
Ministerio
de
Salud
de
la
Nación,
está
conformado
por
un
subsistema
general
y
algunos
subsistemas
específicos.
El
subsistema
general
corresponde
a
la
consolidación
semanal
de
la
información
de
todas
las
enfermedades
de
notificación
obligatoria
con
datos
de
laboratorio
según
corresponda.
Los
subsistemas
específicos
comprenden
la
notificación
de
algunas
enfermedades
a
través
de
fichas
especificas
que
incluye
información
de
laboratorio.
Cada
subsistema
tiene
sus
propios
objetivos
específicos
y
necesidades
de
información
particular,
por
lo
tanto
requieren
de
estrategias
de
vigilancia
diferentes.
El
SI.NA.V.E
recibe,
además,
de
manera
anual
consolidada,
la
información
remitida
por
los
Programas
Específicos
de
Lepra,
Chagas,
TBC
(tuberculosis),
SIDA
(Síndrome
de
Inmunodeficiencia
Adquirida),
FHA
(Fiebre
Hemorrágica
Argentina)
y
Rabia.
El
sistema
de
vigilancia
está
organizado
en
tres
niveles
(local,
jurisdiccional
o
central
provincial
y
nacional)
y
ejerce
acciones
sobre
la
población
del
país
(toda
persona
que
habita
en
territorio
argentino).
Nivel
local:
comprende
a
los
profesionales
de
la
salud
que
están
en
contacto
directo
con
la
población
atendida.
Se
corresponde
con
la
atención
primaria
y
es
un
nivel
de
la
vigilancia
no
especializado,
que
actúa
sobre
los
individuos.
Genera
la
información
a
través
del
diagnóstico,
la
notificación
y
el
control
de
los
casos.
En
algunas
jurisdicciones
existen
niveles
intermedios
que
engloban
varios
niveles
locales.
Este
nivel
envía
datos
en
formato
de
planillas
C2
y
fichas
especificas
de
acuerdo
a
las
enfermedades
de
notificación
obligatoria
y,
mediante
un
proceso
de
análisis
primario
de
la
información
cuantitativa,
produce
la
primera
síntesis
informativa.
En
el
nivel
local,
la
intervención
es
de
tipo
individual
cuando
se
asiste
médicamente
al
enfermo
y
se
notifica
su
patología
y
es
de
tipo
familiar
(o
grupal),
sobre
todo,
cuando
se
está
en
presencia
de
brotes.
Nivel
central
provincial
o
jurisdiccional:
comprende
a
los
integrantes
de
la
Dirección
Provincial
de
Epidemiología.
Este
nivel
remite
la
información
consolidada
en
planillas
y
fichas
87
específicas
de
acuerdo
a
la
enfermedad
de
notificación
obligatoria
y,
mediante
la
agregación
de
la
información,
puede
identificar
y
estudiar
brotes,
realizar
análisis
de
situación
y
tendencias
en
materia
de
salud,
así
como
la
construcción
de
mapas
de
riesgo.
Le
corresponde
la
realización
de
encuestas
epidemiológicas,
estudios
etiológicos,
y
el
seguimiento
de
las
medidas
de
control
de
las
enfermedades
y
los
casos.
El
flujo
de
la
información
se
dirige
hacia
el
nivel
central
nacional
para
su
consolidación
y
hacia
el
nivel
local
para
su
difusión,
aplicación
e
interpretación.
Al
igual
que
en
el
nivel
local,
en
este
nivel
la
intervención
es
del
tipo
individual
y
poblacional.
Nivel
central
nacional:
este
nivel
de
organización
se
encuentra
dentro
de
la
estructura
del
Ministerio
de
Salud
de
la
Nación
con
el
nombre
de
Dirección
de
Epidemiología.
El
nivel
central
remite
información
a
organismos
internacionales,
según
lo
establecido
por
las
Normas
y
Procedimientos
del
Sistema
Nacional
de
Vigilancia
Epidemiológica.
Su
intervención
es
del
tipo
poblacional
y
normativo
pues
establece
las
formas
de
notificación
y
las
recomendaciones
para
la
prevención
y
el
control
de
eventos.
88
2.
Atributos
que
deben
reunir
los
sistemas
de
Vigilancia
Epidemiológica
Para
poder
cumplir
sus
objetivos
el
sistema
de
vigilancia
debe
disponer
de
estos
atributos:
• Simplicidad:
Facilidad
con
que
funciona
un
sistema
de
vigilancia.
• Sensibilidad:
Capacidad
del
sistema
para
detectar
brotes
y
epidemias
a
nivel
comunitario.
• Representatividad:
Posibilidad
de
aplicar
a
la
población
las
observaciones
obtenidas
de
una
muestra
de
la
misma.
• Oportunidad
de
la
información:
Está
en
relación
con
los
tiempos
requeridos
para
realizar
intervenciones.
• Difusión
de
la
información
por
él
generada:
Fundamental
para
la
prevención
y
control;
estimula
a
mejorar
la
recolección
de
datos
en
los
niveles
locales
(retroalimentación)
y
sirve
de
fuente
de
datos
de
otras
investigaciones.
• Aceptabilidad:
Hace
referencia
a
la
actitud
que
los
trabajadores
de
salud
puedan
tener
con
relación
a
las
tareas
de
vigilancia,
y
el
grado
de
participación
que
la
población
pueda
mostrar
ante
diferentes
estudios
epidemiológicos.
• Adaptabilidad:
Capacidad
de
adaptarse
a
nuevos
requerimientos.
• Predicción
positiva:
Capacidad
del
sistema
de
captar
verdaderos
casos
positivos
entre
los
casos
notificados.
Refleja
la
sensibilidad
del
sistema
y
especificidad
del
diagnóstico
del
caso
definido
y
depende
de
su
prevalencia.
89
3.
Usos
de
la
Vigilancia
Epidemiológica
Los
principales
usos
de
la
Vigilancia
Epidemiológica
en
la
Salud
Pública
son:.
• Cuantificar
y
calificar
en
cuanto
a
su
gravedad
a
los
problemas
de
salud:
determinar
la
frecuencia
y
la
tendencia
de
eventos
no
deseados:
morbilidad,
mortalidad
y
discapacidad.
• Conocer
la
historia
natural
de
las
enfermedades:
sus
causas,
formas
de
presentación,
evolución
y
pronóstico
para
establecer
las
etapas
necesarias
para
prevenirlas
o
controlarlas
con
mayor
eficacia:
cuantificar
y
calificar
los
factores,
marcadores
y
grupos
de
riesgo
• Determinar
la
frecuencia
y
las
tendencias
de
exposición
a
factores
o
marcadores
de
riesgo
que
se
asocian
con
una
enfermedad
o
daño,
pues
existen
ciertos
atributos
que
se
asocian
con
una
mayor
ocurrencia
a
una
enfermedad:
identificar
grupos
o
población
de
riesgo
-‐
población
o
grupos
de
personas
expuestos
a
un
determinado
factor
de
riesgo,
con
mayor
susceptibilidad
de
presentar
una
determinada
enfermedad
o
evento-‐.
• Identificar
factores
favorables
al
estado
de
salud:
esta
identificación
de
los
factores
favorables
al
estado
de
salud
(lactancia
materna,
agua
potable,
etc.)
está
orientada
a
calificarlos
como
protectores
y
a
promover
su
presencia.
• Determinar
prioridades
para
Salud
Pública
respecto
de
los
eventos
que
vigila
:la
vigilancia
proporciona
un
fundamento
científico
para
la
determinación
de
los
principales
problemas
de
una
zona
determinada
(prioridades).
Contar
con
información
o
“evidencia”
permite
tomar
decisiones
fundamentadas
en
hechos
que
avalan
la
decisión.
• Establecer
políticas
y
programas
de
prevención
y
control
:a
través
de
la
Vigilancia
Epidemiológica
se
pueden
organizar
programas
de
prevención
de
eventos
(accidentes
de
tránsito)
o
de
enfermedades
no
deseadas.
También,
se
pueden
instaurar
mecanismos
de
control
para
evaluar
el
cumplimiento
de
las
acciones,
y
la
eficacia,
seguridad
e
impacto
de
las
intervenciones
de
un
programa.
• Determinar
cambios
en
la
frecuencia
de
enfermedad
o
eventos
no
deseadas:a
través
de
la
observación
sistemática
se
puede
conocer
el
comportamiento
de
eventos
no
deseados
o
enfermedades
en
el
tiempo,
lo
que
permite
hacer
predicciones
sobre
su
presentación
en
el
futuro.
• Detección
y
control
de
brotes
epidémicos:
se
está
en
presencia
de
un
brote
o
epidemia,
cuando
se
presentan
un
número
de
eventos
o
casos
de
una
enfermedad
por
encima
de
lo
habitual
o
esperado,
en
un
tiempo
y
en
un
lugar
determinado.
90
• Evaluar
los
Servicios
de
Salud:
la
vigilancia
permite
conocer
acerca
de
los
procesos
y
resultados
que
se
logran
en
los
servicios
de
salud,
y
a
partir
de
este
conocimiento
evaluar
su
desempeño.
Este
sistema
es
muy
utilizado
para
detectar
lo
que
se
conoce
como
la
epidemiología
del
error
médico,
los
accidentes
de
trabajo
o
las
tasas
de
infecciones
nosocomiales.
• Proveer
de
información
y
generar
hipótesis
para
realizar
investigaciones
especiales:
el
Sistema
de
Vigilancia
Epidemiológica
aporta,
por
lo
general,
estudios
descriptivos.
A
partir
de
los
resultados
del
análisis
de
la
información
recolectada
surgen
ideas
o
hipótesis
que
pueden
ser
demostradas
en
investigaciones
particulares.
Habitualmente,
se
utilizan
estudios
analíticos
del
tipo
de
casos
y
controles,
y
menos
frecuentemente
de
cohorte.
91
4.
Etapas
de
la
organización
de
los
sistemas
de
Vigilancia
Epidemiológica
Es
importante
comprender
que
la
organización
de
un
sistema
de
vigilancia,
en
una
población
determinada,
implica
la
concreción
de
una
serie
de
etapas
que
se
inician
con
la
determinación
de
prioridades.
Tabla
2
Etapas
de
organización
de
los
Sistemas
de
Vigilancia
Epidemiológica.
Determinación
de
prioridades.
Etapas
en
la
organización
Formulación
de
objetivos.
De
los
Sistemas
De
Vigilancia
Epidemiológica
Determinación
de
prioridades.
Etapas
en
la
organización
Formulación
de
objetivos.
De
los
Sistemas
De
Vigilancia
Determinación
de
las
necesidades
de
Epidemiológica
información
para
el
logro
de
los
objetivos.
Determinación
de
estrategias.
Fuentes
de
información.
Estrategias
de
Vigilancia
Epidemiológica.
Análisis
e
Interpretación
de
la
información.
Difusión
de
la
información.
92
Evaluación
de
los
sistemas
de
Vigilancia
Epidemiológica.
93
4.1.
Determinación
de
Prioridades
Fundamentalmente,
en
esta
etapa
se
trata
de
seleccionar
los
eventos
de
mayor
relevancia
en
Salud
Pública.
En
la
tabla
siguiente,
enumeramos
algunos
criterios
de
importancia
para
la
determinación
de
prioridades
acompañados
por
una
serie
de
indicadores
que
reflejan
la
dimensión
del
problema.
Tabla
3
.
Criterios
para
la
inclusión
de
eventos
en
la
Vigilancia
en
Salud
Pública
CRITERIOS
INDICADORES
MAGNITUD
DEL
PROBLEMA
Número
absoluto
de
DE
SALUD
personas
afectadas.
Tasas
de
incidencia
y
prevalencia
POTENCIALIDAD
Número
de
susceptibles.
DEL
PROBLEMA
DE
SALUD
Tendencia
y
proyecciones
Morbilidad
GRAVEDAD
DEL
DAÑO
Mortalidad
AVPP
(Años
de
Vida
Potencial
Perdidos)
Mortalidad
proporcional
Letalidad
Discapacidad
Posibilidad
de
prevención
POSIBILIDAD
DE
primaria,
secundaria
y
de
las
INTERVENCIÓN
eventuales
secuelas.
(VULNERABILIDAD)
Tecnología
adecuada
disponible.
94
IMPACTO
ECONÓMICO
Costos
de
tratamiento,
pérdida
de
capacidad
laboral,
afectación
del
turismo.
IMPACTO
SOCIAL
Percepción
y
efectos
sociales
del
problema.
Todos
estos
criterios
son
relevantes
al
momento
de
decidir
las
necesidades
prioritarias
en
Salud
Pública.
Sin
embargo,
tres
de
ellos
son
claves
en
esta
etapa
de
la
organización
de
los
sistemas
de
vigilancia
(Tabla
4).
Tabla
4.
Criterios
Clave
para
priorizar
Magnitud
real
o
potencial
de
un
daño.
Criterios
Gravedad.
Claves
Posibilidad
de
intervención.
¿Qué
sucede
en
la
Argentina
respecto
a
la
notificación
de
enfermedades?
En
nuestro
país,
como
en
la
mayoría
de
los
países
que
poseen
un
sistema
de
Vigilancia
Epidemiológica,
se
cuenta
con
un
Manual
de
Normas
y
Procedimientos
para
la
Vigilancia
Epidemiológica
en
el
cual
se
establece
la
justificación
de
la
vigilancia,
se
describe
la
enfermedad,
el
agente,
la
transmisión,
el
reservorio,
la
distribución,
la
definición
de
caso,
la
modalidad
de
vigilancia,
las
medidas
de
control
y
las
medidas
a
tomar
en
caso
de
epidemias.
Es
importante
reconocer
que
los
eventos
bajo
vigilancia
pueden
cambiar:
un
evento
que
hoy
se
notifica,
mañana
puede
resultar
innecesario
hacerlo;
al
mismo
tiempo,
otros
eventos
que
no
figuran
en
este
listado
pueden
ser
incluidos
si
el
comportamiento
epidemiológico
lo
define
como
una
prioridad
para
ser
controlado.
Esto
se
conoce
como
adaptabilidad
o
flexibilidad
del
sistema
de
Vigilancia
Epidemiológica.
4.1.1.
Magnitud
real
o
potencial
de
un
daño
95
La
magnitud
real
de
un
evento
está
dada
por
el
número
de
personas
que
son
afectadas
por
el
problema
con
relación
a
la
población
general
de
ese
lugar,
en
una
unidad
de
tiempo
determinada
(por
ejemplo,
en
un
año).
Las
medidas
más
utilizadas
para
determinar
la
magnitud
del
daño
son
las
medidas
de
frecuencia.
Entre
ellas
se
hallan
la
frecuencia
absoluta,
relativa,
acumulada,
razón
y
tasa.
La
magnitud
real
del
daño
cobra
importancia
cuando
se
puede
establecer
la
incidencia
de
la
enfermedad
de
una
población
dada,
más
que
la
prevalencia,
pues
la
incidencia
posibilita
estimar
la
población
susceptible
de
padecer
el
daño
o
enfermedad.
La
incidencia
permite
discernir
que,
aún
cuando
un
evento
presenta
baja
letalidad
y
baja
discapacidad
temporaria
o
permanente,
si
se
trata
de
un
problema
de
alta
incidencia,
afectará
a
una
alta
proporción
de
los
individuos
y
el
impacto
final
del
problema
será
importante
(gripe,
diarreas,
etc.).
La
magnitud
potencial
está
dada
por
el
impacto
hipotético
que
se
prevé
que
este
daño
ocasionará
de
no
mediar
cambios
en
los
escenarios
donde
el
problema
se
desarrolla.
Depende
del
número
de
susceptibles
y
la
capacidad
de
propagarse
del
evento
4.2.
Formulación
de
Objetivos
El
objetivo
fundamental
de
todo
sistema
de
Vigilancia
Epidemiológica
es:
Actualizar
permanentemente
el
conocimiento
del
comportamiento
de
las
enfermedades
de
una
zona
geográfica
(país,
región
o
localidad)
con
el
fin
último
de
controlar
y
prevenir
enfermedades.
La
información
recolectada
permite:
• Apoyar
la
planificación
y
prestación
de
los
servicios
de
salud
• Evaluar
el
impacto
de
las
intervenciones
en
salud
• Establecer
la
susceptibilidad
y
el
riesgo
de
la
población
para
contraer
enfermedades
bajo
vigilancia
• Conocer
los
eventos
que
requieren
de
investigación
epidemiológica
96
El
sistema
de
Vigilancia
está
formado
por
subsistemas
que
vigilan
y
controlan
uno
o
varios
eventos
o
patologías.
Para
ello,
estos
susbsistemas
generalmente
definen
objetivos
adicionales
propios.
Por
ejemplo,
para
la
erradicación
de
la
Poliomielitis,
el
subsistema
debe
conocer
y
estudiar
todos
los
casos
sospechosos
de
la
enfermedad
hasta
establecer
la
etiología
del
cuadro
paralítico;
de
igual
manera,
para
la
eliminación
del
sarampión
se
debe
establecer
la
etiología
de
la
enfermedad
febril
eruptiva.
En
otras
palabras,
el
/los
objetivo/s
específico/s
de
la
vigilancia
está/n
relacionado/s
con
las
características
de
la
enfermedad
y
con
las
medidas
de
control.
4.3.
Necesidades
de
Información
para
el
logro
de
los
Objetivos
De
acuerdo
con
los
objetivos
del
sistema
o
subsistema
de
vigilancia
correspondiente,
éste
tendrá
requerimientos
de
información
específicos.
En
el
planeamiento
de
los
sistemas
de
vigilancia
es
esencial
establecer
con
claridad
y
precisión
las
necesidades
de
información
específicas,
a
partir
de
los
cuales
se
diseñará
el
subsistema
de
vigilancia
A
continuación,
presentamos
en
la
tabla
siguiente,
a
modo
de
ejemplo,
los
datos
requeridos
para
la
vigilancia
de
accidentes
de
tránsito
Tabla
5:
Datos
necesarios
para
la
vigilancia
de
accidentes
de
tránsito
CATEGORÍA
DATOS
REQUERIDOS:
TIEMPO:
Fecha
y
hora
del
accidente
LUGAR:
Calle,
ruta,
autopista,
zona
rural,
etc.
PERSONA:
Características
demográficas
de
las
personas
accidentadas
y
no
accidentadas:
edad,
sexo,
raza,
nivel
socioeconómico,
características
físicas,
ocupación,
lugar
de
residencia,
etc.
EVENTO
VIGILADO:
Tipo
y
gravedad
de
los
accidentes
clasificados
de
acuerdo
a
CIE
10.
por
ejemplo:
peatón
lesionado
en
accidente
de
transporte
por
motociclista.
FACTORES
DE
RIESGO:
Persona:
pericia
en
la
conducción,
consumo
de
alcohol
Tiempo:
hora,
factores
climáticos
Lugar:
estado
de
caminos,
señales
viales
Otros:
condiciones
del
vehículo
MEDIDAS
DE
PREVENCIÓN
Y
CONTROL
Resucitación,
servicios
de
urgencia
médica,
hospitalización,
rehabilitación,
cuidados
a
largo
plazo,
etc.
97
CONSECUENCIAS
DEL
EVENTO
Clínicas:
muerte,
amputación,
incapacidad
permanente,
traumatismo
superficial
de
la
cabeza.
Económicas:
días
de
incapacidad,
costes,
etc.
98
4.4.
Determinación
de
Estrategias
Una
vez
establecidos
los
objetivos
del
sistema
o
subsistema
de
Vigilancia
Epidemiológica
y
los
requerimientos
de
información,
es
necesario
definir
la
estrategia
que
se
adoptará
para
el
logro
de
los
objetivos
de
Vigilancia
Epidemiológica
propuestos.
Esto
implica
definir
de
dónde
se
obtendrá
la
información
(fuentes
de
información)
y
cómo
se
recolectará
y
analizará
la
información
de
los
casos
que
presentan
el
evento
(procedimientos).
4.4.1.
Fuentes
de
información
en
los
sistemas
de
Vigilancia
Epidemiológica
La
recolección
de
información
implica
un
proceso
de
notificación,
la
existencia
de
canales
de
comunicación
y
un
sistema
continuo
y
sistemático
de
registro
de
datos.
Debe
considerarse
no
sólo
la
información
proveniente
del
propio
sistema
de
salud,
sino
también
aquella
proveniente
de
otras
fuentes
o
instituciones
que
potencialmente
podrían
utilizarse
a
los
fines
de
la
vigilancia.
En
este
sentido,
debe
destacarse
que
si
bien
existe
un
marco
legal
que
obliga
a
los
profesionales
a
denunciar
una
serie
de
enfermedades
incluidas
en
los
sistemas
de
vigilancia,
las
fuentes
de
información
utilizadas
en
un
Sistema
de
Vigilancia
en
Salud
Pública
exceden
este
marco.
¿Cuáles
son
las
fuentes
de
datos
que
se
pueden
utilizar?
• Unidades
de
salud
de
los
sectores
público,
social
y
privado:
Planillas
de
consultorio
externo,
guardia
e
internación,
farmacia,
medicina
por
imágenes,
registros
administrativos,
servicio
social,
libros
de
partos,
otros.
• Estadísticas
vitales:
Comprenden,
entre
otras,
las
tasas
de
mortalidad
y
natalidad
elaboradas
por
el
Ministerio
de
Salud.
Se
encuentran
publicadas
en
la
página
web
(www.msal.gov.ar).
Allí
se
presentan
las
tasas
de
mortalidad
cruda,
infantil,
materna,
globales
y
por
provincia.
Además
se
encuentran
las
tasas
de
natalidad
global
y
por
provincia
y
los
porcentajes
de
recién
nacidos
de
bajo
peso
y
de
madres
adolescentes
entre
otros
datos.
• Datos
administrativos:
Registros
de
obras
sociales,
compañías
de
seguro,
registros
de
ausencia
de
personal
o
escolares,
exámenes
prelaborales
y
prenupciales,
otros.
• Laboratorios.
Registros
de
los
resultados
de
análisis
bacteriológicos
o
de
pruebas
serológicas
especiales.
• Bancos
de
sangre.
Registro
de
donantes
con
pruebas
serológicas
positivas
para
el
VIH,
Chagas,
Sífilis,
etc.
99
• Registros
especiales:
realizados
por
sociedades
científicas,
clínicas
y
hospitales
sobre
tumores,
diabetes,
malformaciones,
etcétera.
• Otras
fuentes:
Encuestas
especiales,
medios
de
difusión,
rumores,
etcétera.
El
objetivo
de
la
vigilancia
condiciona
la
elección
de
las
fuentes
de
datos.
Se
trata
de
buscar
la
fuente
más
apropiada
de
acuerdo
a
la
estrategia
de
vigilancia
utilizada.
Con
el
fin
de
poder
comparar
la
información,
es
necesario
aplicar
criterios
homogéneos.
Esto
se
logra
con
la
definición
de
caso
(Tabla
6).
Ésta
debe
ser
clara
y
fácil
de
aplicar
en
cualquiera
de
los
niveles
del
sistema
asistencial
(central
y
local).
La
definición
de
caso
debe
incluir
información
sobre
los
determinantes
de
persona
(no
sólo
acerca
de
las
variables
universales,
sino
también
sobre
otras
tales
como
los
riesgos
de
padecer
el
evento
en
una
determinada
población;
el
uso
de
los
servicios
asistenciales
por
parte
de
la
población;
etcétera.),
lugar,
tiempo
y
al
menos
dos
tipos
de
diagnóstico:
el
clínico
y
el
de
laboratorio.
Cuando
no
se
tiene
certeza,
el
diagnóstico
debe
ser
considerado
sospechoso
o
probable.
La
definición
adoptada,
dependerá
(entre
otras
cosas)
de
la
sensibilidad
que
queremos
del
subsistema.
Por
ejemplo
en
el
momento
que
se
intenta
lograr
el
control
de
un
foco
de
enfermedad
meningocóccica,
la
definición
de
caso
sospechoso
puede
ser:
toda
aquella
persona
contacto
del
caso
primario,
que
presente
fiebre
y
cefalea.
Esto
implica
que
en
estos
casos
se
efectuarán
pruebas
para
descartar
enfermedad.
La
idea
es
que
los
criterios
clínicos,
de
laboratorio
y
epidemiológico
se
modifican
de
acuerdo
al
propósito
u
objetivo
fundamental
del
subsistema
Tabla
6
Diferentes
tipos
de
casos.
Casos
sospechosos:
aquellos
que
presentan
únicamente
evidencia
clínica
Casos
probables:
aquellos
que
presentan
una
evidencia
clínica
más
un
indicativo
de
laboratorio
no
confirmatorio.
Ej.
dengue,
psitacosis,
rabia.
Casos
confirmados
por
laboratorio:
aquellos
que
presentan
evidencia
clínica
y
con
confirmación
de
laboratorio.
100
Casos
confirmados
criterios
clínico
-‐
epidemiológicos:
aquellos
con
evidencia
clínica
y
nexo
con
casos
confirmados
por
laboratorio.
Los
datos
primarios
de
la
vigilancia
proceden
de
los
diagnósticos
clínicos
y
etiológicos
generados
por
las
actividades
médicas.
Para
tener
en
cuenta
en
el
proceso
de
notificación
de
un
evento
El
sistema
de
vigilancia
epidemiológica
debe
ser
mantenido
con
la
colaboración
de
todos
los
profesionales
de
la
salud.
El
proceso
de
notificación
es
simple,
y
sólo
requiere
de
voluntad
y
conciencia
de
la
importancia
que
tiene
el
poder
contar
con
datos
en
forma
oportuna
y
sistemática
para
la
toma
de
decisiones
en
salud.
Según
cuál
sea
el
evento,
la
modalidad
de
notificación
puede
ser:
numérica
(cantidad
de
casos)
o
individualizada
(con
los
datos
del
paciente),
puede
ser
necesario
la
notificación
negativa
(esto
es
informar
que
no
hubo
casos
de
enfermedad)
.
Del
mismo
modo,
los
intervalos
de
notificación
varían
siendo
algunas
patologías
de
notificación
inmediata,
telefónica
y
otras
semanal.
La
aplicación
de
estas
modalidades,
según
el
evento
están
dictadas
por
las
prioridades
del
sistema
y
el
sentido
común.
A
continuación,
se
describe
en
forma
sintética
el
proceso
de
notificación.
101
PROCESO
DE
NOTIFICACIÓN
¿Quién
notifica?
El
médico
que
atiende
al
paciente
o
reconoce
el
cadáver.
También
debe
notificarlo
el
laboratorista
o
el
anatomopatólogo
al
lograr
el
diagnóstico
de
certeza.
En
casos
animales
el
veterinario
es
quien
debe
notificar.
Están
obligados
a
comunicar
casos
sospechosos:
odontólogos,
obstétricas,
kinesiólogos
y
en
general
cualquier
auxiliar
del
arte
de
curar
que
tenga
acceso
a
los
mismos
¿Qué
se
notifica?
Cualquier
enfermedad
con
sospecha
clínica
o
con
certeza
de
laboratorio
que
se
encuentre
en
la
lista
de
eventos
bajo
Vigilancia
en
el
Manual
de
Normas
y
Procedimientos
¿Cuándo
se
notifica?
Ante
la
sospecha
que
se
origina
en
la
clínica
o
ante
la
certeza
diagnóstica
que
se
origina
en
el
laboratorio.
¿Cómo
se
notifica?
En
los
formatos
disponibles
(planillas
C2
y
L2);
por
teléfono
o
por
fax
si
la
declaración
es
urgente
y
así
es
requerida
por
la
autoridad
sanitaria;
también
podrá
hacerse
en
un
futuro
por
correo
electrónico
o
Internet
(www.direpivigia.org.ar)
¿A
quién
se
notifica?
A
la
autoridad
sanitaria
inmediata
superior
local
más
próxima.
¿Por
qué
se
notifica?
Para
tomar
las
medidas
sanitarias
apropiadas,
investigar
y
controlar
la
transmisión
de
las
enfermedades
y
suministrar
datos
a
los
niveles
superiores
de
vigilancia.
102
4.4.2.
Diferentes
tipos
de
procedimientos
de
Vigilancia
Epidemiológica
Algunas
de
las
fuentes
de
información
epidemiológica,
antes
enumeradas,
pueden
ser
utilizadas
en
sí
mismas
como
estrategias
o
procedimientos
de
vigilancia,
según
sean
los
mecanismos
de
obtención
y
utilización
de
datos.
MODALIDAD
DE
NOTIFICACION
PERIODICIDAD
TIPOS
FORMAS
Inmediata
Individualizado
Notif
Positiva
Semanal
Numérico
Notif.
Negativa
Por
Brotes
Es
evidente
que
resulta
prácticamente
inviable
que
un
sistema
de
Vigilancia
en
Salud
Pública
abarque
con
profundidad
y
detalle
todos
los
aspectos
vinculados
a
la
salud
de
las
poblaciones.
La
estructura
y
el
funcionamiento
de
estos
sistemas
o
subsistemas
deberán
ajustarse
a
las
características
de
los
eventos
que
se
desean
vigilar
y
así
optimizar
los
atributos
propios
de
un
sistema
de
vigilancia.
Estos
atributos
están
vinculados
entre
sí,
y
mejorar
uno
de
ellos
puede
resultar
en
un
menor
cumplimiento
del
otro.
Lo
importante
es
lograr
un
equilibrio
entre
todos
ellos,
para
poder
cumplir
con
los
objetivos
del
sistema
adoptando
la
estrategia
de
vigilancia
adecuada
para
cada
situación
en
particular.
Las
estrategias
de
los
sistemas
de
vigilancia
son
muy
variadas,
aunque
básicamente
pueden
agruparse
de
acuerdo
a
su
principal
propósito:
simplificar
procedimientos
y
aumentar
la
eficiencia
del
sistema,
aumentar
la
cobertura
del
sistema
o
investigar
en
profundidad
un
evento
en
la
población.
4.5.
Análisis
e
Interpretación
de
los
datos
Dentro
del
planeamiento
y
diseño
de
un
sistema
de
vigilancia
en
salud
es
necesario
prever
el
tipo
de
análisis
que
se
hará
de
los
datos
y,
por
lo
tanto,
los
recursos
necesarios
para
este
propósito,
evitando
recolectar
datos
que
no
serán
utilizados.
El
análisis
de
los
datos
obtenidos
dependerá
de
los
objetivos
del
sistema
de
vigilancia,
las
fuentes
de
información
y
las
estrategias
(procedimientos).
103
La
esencia
del
análisis
de
los
sistemas
de
vigilancia
es
la
descripción
en
tiempo,
espacio
(lugar)
y
población
de
los
eventos
bajo
vigilancia.
Este
simple
ejercicio
permite
establecer
comparaciones
entre
los
grupos
observados
y
el
cálculo
de
tasas,
como
indicador
básico
de
riesgo.
Análisis
más
elaborados
pueden
determinar
fuerza
de
asociación,
causalidad
y
potencial
impacto
de
las
diferentes
medidas
de
acción.
Los
datos
deben
ser
sometidos
a
un
proceso
de
control
de
calidad
que
asegure
su
validez,
esto
es
si
representan
el
evento
tal
cual
ocurrió
o
existen
inconsistencias
internas.
Un
estudio
adecuado
del
espacio,
debe
permitir
efectuar
comparaciones
entre
zonas
Es
muy
práctico
utilizar
técnicas
de
georeferenciamiento
o
representación
con
mapas
de
punto
con
referencias
semanales,
trimestrales
y
anuales.
Para
que
las
comparaciones
sean
válidas
es
necesario
utilizar
tasas
estandarizadas
o
ajustadas
a
variables
de
confusión,
como
la
edad,
tiempo
de
observación,
etcétera.
La
información
epidemiológica
referida
a
las
personas
incluye
la
consideración
de:
características
de
género,
edad,
residencia,
profesión,
lugar
de
trabajo,
etcétera,
siempre
en
función
de
los
criterios
de
riesgo.
El
análisis
de
estos
datos
debe
permitir
cumplir
con
los
objetivos
de
la
vigilancia
epidemiológica
ya
señalados.
La
interpretación
de
la
información
obtenida
debe
permitir
detectar
cualquier
“artefacto”
como
modificaciones
espurias
de
tasas
de
incidencia
debido
a
modificación
de
definición
de
casos,
búsqueda
activa
de
los
mismos,
etc.
Para
que
la
utilización
de
la
información
analizada
sea
útil,
es
indispensable
presentarla
en
forma
adecuada,
en
el
momento
oportuno
y
a
las
personas
indicadas.
Esta
es,
tal
vez,
una
de
las
deficiencias
más
generalizadas
de
los
sistemas
de
vigilancia.
Sin
duda,
las
autoridades
de
salud
en
los
distintos
niveles
son
quienes
posibilitarán
responder
a
las
necesidades
que
surgen
a
partir
de
la
información
analizada.
Los
responsables
de
la
información
están
a
nivel
local
y
son
los
que
responden
en
situaciones
que
requieren
de
acciones
inmediatas.
4.6.
Difusión
de
la
Información
Este
punto
se
refiere
a
la
difusión
de
la
información,
cómo
se
presenta
su
análisis
y
las
recomendaciones
derivadas.
Para
organizar
la
difusión
de
la
información
se
debe
tener
en
cuenta
que
la
vigilancia
es
un
proceso
que
se
caracteriza
por
suministrar
“información
para
la
acción"
.
La
información
debe
estar
disponibles
para:
• las
fuentes
que
notifican
o
aportan
datos
primarios.
Los
datos
se
presentan
de
forma
tal
que
resulten
fáciles
de
leer,
utilizando,
por
ejemplo,
tablas,
gráficos,
informes,
etcétera.
104
El
objetivo
es
estimular
a
través
de
un
mecanismo
de
retroalimentación
la
participación
tanto
en
el
control
de
problema
como
en
la
remisión
de
datos
futuros;
• las
personas
e
instituciones
con
funciones
de
planificación;
ambos
requieren
de
un
análisis
que
permita
la
interpretación
de
lo
que
ocurre
y
la
toma
de
decisiones;
• los
investigadores
y
• el
público
en
general.
Los
medios
habituales
de
difusión
de
la
información
de
la
Vigilancia
Epidemiológica
son
el
Boletín
de
Semanal
de
Notificaciones
y
el
Boletín
Epidemiológico
Anual,
elaborados
por
el
SI.NA.V.E.,
que
actualmente
se
difunden
por
Internet.
Su
objetivo
principal
es
la
difusión,
el
análisis,
y
la
consolidación
de
la
información
que
se
recibe
de
los
niveles
centrales
provinciales.
Se
propone
para
el
nivel
provincial
o
jurisdiccional
además
un
Boletín
Semanal
de
Notificaciones
y
Boletín
Epidemiológico
Provincial
con
distribución
a
niveles
locales
y
provinciales
4.7.
Evaluación
de
los
Sistemas
de
Vigilancia
Epidemiológica
Como
en
todo
proceso
administrativo,
la
evaluación
de
las
actividades
-‐de
su
planeamiento,
de
su
operación
y
de
los
resultados
logrados
con
su
ejecución-‐
es
una
parte
fundamental
para
conocer
los
defectos
en
el
diseño,
las
dificultades
en
la
operación
y
las
necesidades
de
apoyo
y
refuerzo
en
la
estructura
que
permitan
una
mayor
eficiencia
y
efectividad.
Los
sistemas
de
vigilancia
no
están
exentos
de
esta
actividad:
la
supervisión
y
evaluación
como
mecanismos
de
control
permiten
establecer
el
grado
de
cumplimiento
de
los
objetivos
y
las
desviaciones
en
los
procedimientos
que
limitan
estos
logros,
dando
lugar
a
la
aplicación
de
correcciones.
La
evaluación
puede
ser
directa,
a
través
de
visitas,
o
indirecta,
a
través
de
la
información
proporcionada
por
los
informes
de
actividades.
Los
indicadores
de
vigilancia
son
parámetros
determinados
que
permiten
observar
y
evaluar
de
manera
continua
el
funcionamiento
de
los
sistemas
de
vigilancia
y
pueden
ser
construidos
y
utilizados
tanto
para
los
sistemas
generales
como
para
los
específicos.
A
su
vez,
el
sistema
de
vigilancia
está
organizado
en
tres
niveles
(local,
jurisdiccional
o
central
provincial
y
nacional)
que
actúan
sobre
la
población
de
nuestro
país
y
cada
uno
de
ellos
105
tiene
responsabilidades
propias.
Su
consideración
es
un
criterio
básico
para
la
construcción
de
indicadores
de
evaluación.
106
VIGILANCIA
EPIDEMIOLOGICA
EN
ARGENTINA
En
la
Argentina
la
notificación
de
las
enfermedades
transmisibles
está
reglada
por
la
ley
nacional
15.465
(1960),
actualizada
por
el
Decreto
2771
(1979)4.
Posteriormente
por
la
Resolución
del
Ministerio
de
Salud
y
Acción
Social
de
laNación
N0
394
(1994),
se
incorporan
las
Normas
del
Sistema
Nacional
de
Vigilancia
Epidemiológica,
que
clasifica
a
las
enfermedades
a
notificar
semanalmente
a
travésde
la
Planilla
de
consulta
diaria:
€Patologías
de
notificación
individual,
la
que
puede
ser
inmediata
osemanal.
La
inmediata
se
hace
el
mismo
día
por
teléfono
o
fax
y
seconsigna
además
en
la
planilla
semanal
con
todos
los
datos
completos
de
la
persona
enferma.
€Patologías
de
notificación
por
grupos
de
edad
y
de
las
que
solo
se
notifica
el
número
de
casos.
Los
casos
de
las
enfermedades
incluidas
son
publicadas
por
el
Ministerio
de
Salud
a
través
del
Boletín
Epidemiológico,
que
es
actualizado
con
los
datos
de
cada
semana
epidemiológica.
Las
semanas
epidemiológicas
empiezan
el
domingo
y
terminan
el
sábado.
La
división
de
los
365
días
del
año
en
semanas
epidemiológicas
conforman
el
calendario
epidemiológico.
El
Sistema
Nacional
de
Vigilancia
Epidemiológica,
se
forma
desde
el
registro
en
el
nivel
local
de
aquellas
patologías
definidas
para
todo
el
país
bajo
vigilancia
pasando
a
los
distintos
niveles
y
conformando
los
registros
locales,
provinciales
y
nacionales.
Todas
las
semanas
del
año
(cada
una
corresponde
a
una
semana
epidemiológica
que
tiene
un
número
definido
de
1
a
52
(desde
el
1
enero
al
31
de
diciembre)
se
recibe
información
de
enfermedades
de
notificación
obligatoria
a
veces
con
datos
de
laboratorio
si
corresponde.
Algunas
enfermedades
se
notifican
por
el
número
solo
y
el
grupo
de
edad
de
la
persona
y
otras
por
registros
especiales
para
esa
patología
que
se
llaman
Fichas
Especificas.
Algunas
enfermedades
como,
Sarampión,
Dengue,
Meningitis
requieren
de
acciones
del
sistema
de
salud
tan
urgente
que
no
se
espera
la
finalización
de
la
semana
epidemiológica
para
informarlas
sino
que
se
debe
llamar
de
manera
urgente
a
la
Autoridad
Sanitaria
del
Nivel
superior
al
Centro
de
Salud
que
trabaja
con
ese
sistema.
En
el
Centro
de
Salud
muchas
veces
lo
que
se
obtiene
después
de
una
buenaevaluación
clínica
de
una
persona
es
la
sospecha
de
un
diagnostico
sin
posibilidadde
confirmarlo,
esta
107
sospecha
es
suficiente
para
poner
en
marcha
el
mecanismo
de
notificación
que
luego
se
confirmará
o
descartará
de
acuerdo
a
los
estudios
que
se
sigan
haciendo.
La
persona
que
tiene
una
sospecha
de
enfermedad
bajo
Vigilancia
debe
ser
informada
como
así
también
registrado
en
la
ficha
que
corresponda
la
que
se
enviará
la
autoridad
sanitaria
local.
En
el
Centro
de
Salud
se
debe
actuar
de
acuerdo
a
las
acciones
que
requiera
esa
enfermedad
para
intentar
que
los
de
alrededor
no
contraigan
la
misma
(acciones
de
bloqueo),
por
lo
tanto
vamos
a
ir
a
los
domicilios
que
corresponda
para
junto
con
la
comunidad
disminuir
la
posibilidad
de
ese
daño.
Dentro
de
las
acciones
de
bloqueo
se
encuentran
el
tratamiento
de
la
enfermedad,
el
aislamiento
de
la
persona
cuando
la
situación
lo
requiera,
la
vacunación
de
los
contactos
y
las
medidas
socioambientales
que
correspondan
a
la
misma.
108
CAPITULO
7
TRANSICIÓN
EPIDEMIOLÓGICA
Introducción
Transición
epidemiológica
es
una
expresión
acuñada
por
Omran
(1971)
para
explicar
la
dinámica
del
cambio
de
las
causas
de
defunción
a
través
del
tiempo.
El
proceso
se
desencadenó
en
el
siglo
XVIII
en
los
países
de
Europa
Occidental
por
la
reducción
de
la
mortalidad
que
produjo
un
envejecimiento
de
la
población
y
cambios
en
las
causas
de
muerte:
menor
incidencia
de
las
enfermedades
infecciosas
y
parasitarias
y
aumento
de
las
tasas
de
morbilidad
y
mortalidad
de
la
enfermedades
crónicas,
degenerativas
y
por
causas
externas.
Según
McKeown
(1976),
esta
primera
reducción
de
la
mortalidad
se
produjo
por
la
modernización
agrícola
que
introdujo
mejoras
en
la
nutrición
tales
como
el
aumento
de
la
cantidad
de
alimentos
disponibles
y
cambios
en
los
criterios
de
higiene
del
agua
y
la
leche,
así
como
la
construcción
de
desagües.
A
fines
del
siglo
XIX
y
primera
mitad
del
XX,
los
avances
de
la
medicina,
en
especial
el
desarrollo
de
la
inmunología
y
la
quimioterapia
disminuyeron
substancialmente
la
mortalidad.
Entre
1886
y
1890
la
antisepsis,
la
asepsis,
el
uso
de
guantes
y
de
máscaras
redujeron
la
mortalidad
quirúrgica
del
50%
al
6%.
En
1890/92
la
inmunología
desarrolló
las
primeras
antitoxinas
(tétanos
y
difteria)
y
abrió
la
posibilidad
a
la
posterior
elaboración
de
vacunas:
BCG
en
1908,
la
difteria
en
1920,
fiebre
amarilla
y
tétanos
en
los
′30,
gripe
en
los
′40,
polio,
sarampión
y
rubéola
en
los
′60.
El
desarrollo
de
la
quimioterapia
en
los
′30
y
la
aplicación
del
salvarsan,
sulfamidas
y
penicilina
permitieron
el
tratamiento
de
enfermedades
como
la
sífilis
y
la
septicemia;
el
DDT
y
los
antimaláricos,
los
sulfones
y
la
estreptomicina
en
los
′40
redujeron
la
mortalidad
por
malaria,
lepra
y
TBC
y
los
derivados
de
la
penicilina
en
los
′50
controlaron
la
mortalidad
postquirúrgica
por
infecciones.
Modelos
de
Transición
Epidemiológica
109
La
teoría
desarrollada
por
Omran
(1971)
reconoce
tres
modelos
(clásico,
acelerado,
y
demorado)que
tienen
como
variable
el
tiempo
de
desarrollo.
1)
El
modelo
Clásico
o
de
los
países
occidentales
que
ocurrió
a
lo
largo
de
200
años
en
cuatro
fases:
1ª
fase
de
las
pestilencias
y
hambrunas,
2ª
fase
de
disminución
de
las
pandemias,
3ª
fase
de
las
enfermedades
crónicas
y
degenerativas
y
por
último,
una
4ª
fase
caracterizada
por
la
disminución
de
las
patologías
crónicas
y
degenerativas
y
un
aumento
de
las
patologías
sociales,
accidentes
y
causas
violentas.
2)
El
Modelo
Acelerado
en
el
que
la
transición
ocurrió
en
los
últimos
50
años
(Japón,
países
del
Este
de
Europa
y
la
ex
Unión
Soviética)
y
fue
determinada
por
la
introducción
de
los
adelantos
de
la
medicina
occidental.
3)
El
Modelo
Demorado
que
corresponde
a
la
mayor
parte
de
los
países
del
tercer
mundo
en
los
que
la
mortalidad
comenzó
a
disminuir
después
de
la
segunda
guerra
mundial
influenciada
por
la
moderna
tecnología
médica,
el
uso
de
insecticidas,
la
quimioterapia,
los
antibióticos
y
la
implementación
de
programas
de
erradicación
o
control
de
importantes
patologías,
pero
en
los
que
la
natalidad
permanece
alta.
Roger
&
Hackenberg,
(1988)
proponen
una
“etapa
híbrida”
para
aquellos
países
donde
el
desarrollo
se
ha
interrumpido
o
ha
afectado
solo
a
ciertos
grupos,
sectores
o
áreas,
y
en
consecuencia
existen
comunidades
que
se
encuentran
en
la
“4a
fase”
del
modelo
clásico
de
Omran
aunque
aun
no
han
pasado
completamente
por
la
“tercera”.
Otro
caso
al
que
se
aplica
esta
etapa
es
cuando
las
causas
de
muerte
presentan
características
de
retorno
hacia
fases
anteriores
por
la
importancia
que
adquieren
enfermedades
emergentes
como
el
SIDA
o
el
Ebola
y
las
reemergentes
como
el
cólera
o
el
dengue.
4)
Existe
otro
modelo
denominado
por
Frenk
et
al
(1989)
Modelo
prolongado-‐
polarizado
para
países
de
ingresos
medios
en
los
que
la
declinación
de
la
mortalidad
ocurrió
en
periodos
menores
de
110
70
años
(desde
mediados
hasta
el
final
del
siglo
XX).
En
ellos
se
produjeron
reducciones
significativas
de
las
enfermedades
infecciosas,
pero
aun
no
están
bajo
control
y
sus
tasas
permanecen
relativamente
altas.
También
se
producen
numerosos
casos
de
patologías
que
en
los
países
desarrollados
ya
han
sido
erradicadas.
Este
modelo
describiría
la
situación
de
América
Latina
donde
las
cuatro
fases
que
en
el
modelo
clásico
de
Omran
son
secuenciales,
aquí
coexisten
en
tiempo
y
espacio.
En
algunos
países
la
mortalidad
por
enfermedades
infecciosas
y
parasitarias
ya
no
es
la
dominante,
aunque
persiste
como
efecto
residual
de
los
rápidos
cambios
sociales
económicos
y
políticos
(Curto
de
Casas,
1994).
El
predominio
de
la
mortalidad
por
enfermedades
crónicas
y
degenerativas
(Fase
3
del
modelo
clásico
de
Omran)
caracteriza
a
aquellos
países
del
continente
donde
se
está
produciendo
un
envejecimiento
de
la
población
y
un
acelerado
proceso
de
urbanización.
Los
accidentes
y
causas
violentas,
(Fase
4
del
modelo
clásico
de
Omran,
asociada
a
sociedades
postindustriales)
constituyen
la
primera
causa
de
muerte
para
los
grupos
de
5
a
44
años
en
21
países
latinoamericanos.
Además,
se
han
incrementado
las
enfermedades
sociopatógenas;
el
alcohol,
el
tabaco
y
las
drogas
están
en
aumento
entre
los
jóvenes
y
los
adultos;
la
cocaína
es
consumida
por
muchos
estudiantes,
por
los
adultos
de
los
estratos
sociales
medios
y
altos,
y
por
las
personas
entre
12
y
45
años
en
los
barrios
marginales.
La
inhalación
de
pinturas,
pegamentos
y
solventes
industriales
como
el
nitrato
de
amilo
están
en
aumento
entre
los
preadolescentes
y
los
niños
(OPS,
1990).
TRANSICIÓN
EPIDEMIOLÓGICA
EN
LA
ARGENTINA
En
relación
a
la
duración
de
la
Fase
1
(pestilencia
y
hambre).no
hay
información
correspondiente
al
siglo
XIX.
111
Fase
2:
(disminución
de
pandemias)
La
mortalidad
por
enfermedades
crónicas
y
degenerativas
comienza
a
aumentar
en
1916
hasta
llegar
al
50%
de
todas
las
muertes
en
1956
(50%
de
crónicas
y
degenerativas
contra
8%
de
infecciosas
y
parasitarias.
Podría
considerarse
que
esta
fase
tiene
una
duración
de
por
lo
menos
40
años.
Consolidada
al
comienzo
por
un
modelo
de
salud
pública
basado
en
la
ingeniería
sanitaria
y
la
vacunación.
Mas
tarde,
en
1946,
se
crea
la
Secretaría
de
Salud
Pública
de
la
Nación,
a
cargo
del
Dr.
Ramón
Carrillo
quien
se
fijó
como
meta
insertar
la
Salud
Pública
en
el
contexto
de
la
Previsión,
Seguridad
y
Bienestar
Social.
Los
objetivos
fueron:
dotar
al
país
de
1
cama/100
habitantes,
organizar
la
profesión
medica,
realizar
campañas
integrales
para
erradicar
las
enfermedades
endémicas
y
perfeccionar
el
Código
Sanitario.
Se
creó
el
Ministerio
de
Salud
a
partir
de
la
reforma
constitucional
de
1948,
se
dotó
a
las
provincias
con
modernas
unidades
hospitalarias
y
se
logró
el
control
del
paludismo
en
1949.
Al
mismo
tiempo
se
controló
también
la
fiebre
amarilla,
la
anquilostomiasis
y
el
bocio.
Mas
tarde,
en
1950,
la
introducción
del
DDT
aceleró
la
reducción
de
las
áreas
endémicas
de
malaria
y
fiebre
amarilla.
Estas
acciones
disminuyeron
la
mortalidad
de
los
adultos
pero
las
tasas
de
mortalidad
infantil
permanecieron
elevadas.
Fase
3:
(predominio
de
crónicas
y
degenerativas)
A
partir
de
1956
la
tendencia
de
la
curva
de
infecciosas
y
parasitarias
se
mantiene
con
menos
del
10%
y
las
crónicas
y
degenerativas
aumentan
hasta
un
82%
en
1982.
Esta
fase
tendría
una
duración
aproximada
de
32
años.
En
los
′60
comenzó
la
inmunización
masiva
para
el
control
de
la
poliomielitis,
la
difteria
y
el
tétanos
y
en
la
década
de
los
′70
se
desarrollaron
campañas
masivas
de
inmunización
en
niños
que
posibilitaron
la
reducción
de
la
mortalidad
infantil
por
infecciosas.
Las
acciones
de
protección
específica
(prevención
primaria)
sobre
las
enfermedades
infecciosas
como
son
las
inmunizaciones
contribuyeron
a
la
disminución
de
la
mortalidad
por
esta
causa.
112
El
predominio
de
crónicas
y
degenerativas
está
asociado
al
aumento
de
la
esperanza
de
vida
(67,7
años
en
1980,
70,6
años
en
el
período
1985-‐90
y
73.1
en
el
95-‐2000).
La
vida
sedentaria
(75%
de
la
población)
y
el
tabaquismo
(afecta
al
40-‐50%
de
los
hombres
y
el
25-‐35%
de
las
mujeres)
constituyen
factores
de
riesgo
para
enfermedades
como
las
cardiovasculares,
cerebrovasculares
y
cáncer
de
vías
respiratorias.
Sin
embargo,
no
podríamos
dilucidar
cuán
importantes
son
dado
que
el
aire
suele
estar
contaminado
6
veces
mas
de
lo
que
las
normas
permiten.
Los
tumores
constituyen
la
2da
causa
de
muerte
con
prevalencia
de
los
de
las
vías
respiratorias
para
los
varones
(OPS,1998).
El
predominio
de
las
enfermedades
cardiovasculares,
el
cáncer
y
los
accidentes
cerebrovasculares
necesita
de
la
decisión
individual
como
instrumento
de
prevención.
Fase
4:
(disminución
de
las
crónicas
y
degenerativas
y
aumento
de
las
sociopatógenas).
A
partir
de
1982
las
crónicas
disminuyen
llegando
a
un
72%
en
el
año
1999.
Por
otra
parte
las
sociopatógenas
registran
altas
tasas
desde
comienzos
del
siglo
(4%
en
1916)
y
aumentan
al
doble
al
final
del
mismo
(7.5%
en
1999).
Esta
fase
tendría
una
duración
de
17
años.
Las
enfermedades
de
carencia
se
mantienen
bajas
a
lo
largo
de
todo
el
proceso
aunque
muestran
una
disminución
desde
el
siglo
pasado.
En
la
última
década
los
nuevos
medicamentos
así
como
estilos
de
vida
más
“sanos”
popularizados
por
las
revistas
y
los
periódicos,
la
moda
de
las
dietas
y
los
deportes,
los
alimentos
y
bebidas
“light
o
diet”
probablemente
sean
la
causa
de
la
disminución
de
los
porcentajes
correspondientes
a
enfermedades
crónicas
y
degenerativas
(80,2%
en
1992,
75%
en
1999).
Por
otra
parte,
la
urbanización
acelerada
ocurrida
a
partir
de
1947
creó
un
patrón
de
crecimiento
caótico
y
desorganizado
de
las
ciudades
que
contribuyó
al
deterioro
del
hábitat
y
de
la
calidad
de
vida.
El
fenómeno
de
urbanización
continúa
y
se
estima
que
en
el
2003
llegará
al
90%
(CELADE,
1997).
La
infraestructura
urbana
no
pudo
afrontar
el
aumento
de
la
demanda
y
así
el
déficit
de
vivienda
condujo
al
hacinamiento,
la
segregación
y
marginalidad
de
grandes
sectores
de
la
población
con
el
consecuente
aumento
de
las
patologías
sociales.
Los
accidentes,
en
especial
los
de
tránsito
se
han
transformado
en
la
1ª
causa
de
113
muerte
en
el
grupo
de
edad
de
1
a
44
años
(OPS
1990)
y
se
incrementó
en
forma
notable
entre
los
menores
de
1
a
9
años.
Lo
mismo
ocurre
con
los
jóvenes
(10
a
19
años)
pero
con
un
incremento
de
los
suicidios
y
homicidios
(OPS,1998).
Las
afecciones
psicológicas
afectan
al
grupo
de
30
a
55
años
con
elevada
incidencia
entre
los
trabajadores
del
transporte.
El
alcoholismo
es
importante
en
los
varones
económicamente
activos
(30-‐59%)
y
en
los
adolescentes,
ya
que
el
70%
consumen
cerveza
diariamente
(OPS,1998).
Los
cambios
en
la
prevalencia
de
trastornos
neuropsiquiátricos
como
las
neurosis
y
el
aumento
del
número
de
suicidios
podrían
atribuirse
con
cierta
razón
a
la
persistencia
de
la
crisis
económica.
No
debe
esperarse
una
mayor
disminución
de
la
proporción
de
infecciosas
y
parasitarias
debido
a
la
aparición
de
nuevas
enfermedades
como
el
cólera
(1992)
y
el
dengue
(1998).
La
aparición
del
HIV
inició
una
epidemia
en
1982
que
a
la
actualidad
lleva
18824
casos
denunciados
al
31/12/2000
(Ministerio
de
Salud,
2001b).
Representa
la
3ª
causa
de
muerte
en
el
grupo
de
15
a
44
años
en
el
país,
la
1ª
en
la
Ciudad
de
Buenos
Aires
y
la
2ª
en
la
provincia
de
Buenos
Aires,
aunque
allí
el
70%
de
los
casos
corresponden
al
Gran
Buenos
Aires
(OPS,
1998).
La
infección
con
HIV
además
interactúa
con
enfermedades
“viejas”
produciendo
manifestaciones
clínicas
variadas,
como
ocurre
con
la
tuberculosis
(forma
pulmonar
activa
con
farmacoresistencia
múltiple),
con
la
enfermedad
de
Chagas
(compromiso
cerebral)
y
algunas
micosis
como
las
criptococosis
e
histoplasmosis
(mayor
incidencia
y
cambio
de
su
aspecto
clínico).
Además
otros
virus
nuevos
como
el
virus
Junín,
causante
de
la
fiebre
hemorrágica
argentina
o
mal
de
los
rastrojos
y
el
virus
Andes
causante
del
síndrome
pulmonar
por
hanta
virus
han
entrado
en
contacto
con
el
hombre
por
la
expansión
de
la
frontera
agrícola
y
la
deforestación,
así
como
por
alteraciones
en
los
ecosistemas
producidas
por
cambios
climáticos
o
incendios.
También
hay
que
considerar
los
altos
porcentajes
de
defunciones
por
infecciones
y
neumonía
(4,7%)
e
infecciones
intestinales
(3,7%)
en
los
menores
de
1
año
(OPS
,1998).
Una
causa
de
muerte
que
no
es
mencionada
en
los
modelos
propuestos
por
los
Omran.
Freenk
et
al
y
Rogers
&
Hackenberg
es
la
alta
mortalidad
materna
(en
un
80%
ocurrida
por
causas
evitables
como
el
aborto
y
las
causas
obstétricas
directas)
que
pone
bajo
mayor
riesgo
a
114
las
madres
menores
de
15
años
y
mayores
de
35
y
de
clase
social
baja.
En
el
periodo
1985-‐93
el
aumento
de
hijos
de
madres
menores
de
19
años
fue
de
13.3%
al
15,7%
(OPS,1998).
Una
peculiar
característica
es
la
virtual
ausencia
de
enfermedades
de
carencia
probablemente
debido
a
la
abundancia
de
alimentos
y
productos
agrícolas
disponibles
para
una
población
relativamente
escasa.
El
modelo
de
transición
epidemiológica
de
la
Argentina
presenta
(que
posee
grandes
diferencias
sanitarias
que
presentan
sus
regiones)
responde
al
modelo
europeo
clásico
con
sus
4
fases,
115
CAPITULO
8
TRANSICION
ALIMENTARIA
NUTRICIONAL
Entendemos
por
proceso
de
transición
epidemiológica
a
aquel
caracterizado
por
cambios
en
los
patrones
de
morbimortalidad
de
las
poblaciones,
que
progresivamente
pasan
de
presentar
perfiles
con
preeminencia
de
causas
agudas,
–fundamentalmente
infecciosas–
a
situaciones
en
las
que
prevalecen
enfermedades
crónicas
no
transmisibles.
Las
características
epidemiológicas
de
las
poblaciones,
si
bien
más
homogéneas
en
las
etapas
extremas
del
proceso,
tienden
a
ser
mucho
más
complejas
en
las
etapas
intermedias,
donde
más
que
en"blanco
y
negro",
la
realidad
se
presenta
en
una
"escala
de
grises"..
EN EL MUNDO
ETAPAS .
116
2. Hambrunas debido a que la comida escaseó—acompañando la "revolución
agrícola" y persistieron en Europa hasta el Siglo XVIII—actualmente, solo se producen en
África.
3. El final de las hambrunas—dieta alta en proteínas, frutas y vegetales y baja en
carbohidratos
4. Dieta de tipo "occidental" que resulta en las Enfermedades Crónicas No
Transmisibles (ECNT),—además de hábitos inadecuados, como el sedentarismo
5. Toma de conciencia y cambio de comportamiento que se asemeja más al patrón
1 que el patrón 4, además de un aumento en la actividad física ( Popkin, BM. 1994)
6.
El modelo de países con mediano y bajo ingreso (Asia, América Latina) que se
caracteriza por una transición acelerada. Además, porque coexisten el sobrepeso y el déficit de
peso ( Popkin, BM. 1994)
2.
117
En los países en desarrollo, donde se observa una transición acelerada, existen
diferencias urbano-rurales en el consumo: en el área urbana hay mayor diversidad, mayor
penetración de comidas procesadas, mayor número de personas que comen fuera del hogar,
mayor número de mujeres que trabajan dificultando la preparación de comidas a niños y
adultos mayores; además, se consume más azúcar, grasas y alimentos de origen animal. Este
patrón, unido a una menor actividad física, explica porqué la TN es mayor en el área urbana (
Popkin,BM 2001)
118
pero imprudente (la dieta opulenta, moderna, "occidental") por una dieta adecuada pero
prudente y que contiene muchas de las características de la dieta tradicional, lo cual puede
resultar en un estado nutricional óptimo (Vorster H, Bourne LT, Venter CH, Oosthuizen W.
1999)
119
TRANSICIÓN
ALIMENTARIA
NUTRICIONAL
EN
AMERICA
LATINA
La transición demográfica y nutricional en América Latina ha sido muy rápida, para el año 2001
Guatemala estaba iniciando la transición, México estaba en el medio del proceso, Chile se
encontraba al final de la transición y Uruguay estaba ya en la post-transición (Uauy, R, Albala,
C, Kain J 2001)
Igual que en resto del mundo, al aumentar el ingreso, aumenta el consumo total, la grasa
total, las grasas saturadas y los alimentos procesados. La urbanización y los medios de
comunicación promueven estos cambios. En especial en los estratos más bajos al aumentar su
ingreso comienzan a consumir más grasas, azúcares y carbohidratos mas procesados. En estas
circunstancias desarrollan obesidad, resistencia a la insulina y, eventualmente, Diabetes
Mellitus No Insulino Dependiente (DMNID) o DM2.
Las más afectadas son las mujeres urbanas, aunque afecta los dos géneros. Además de las
causas conocidas, es importante considerar que niños con una talla edad normal o baja a los
cuales se les suplementa con una ingesta adicional pueden volverse obesos (Uauy, R, Albala,
C, Kain J 2001)
La TN en América Latina, en forma similar a otros países en vías de desarrollo, tiene como
ventaja una reducción en las formas graves de desnutrición y en la mortalidad por esta causa
aunque persisten las deficiencias por micronutrientes, en especial los déficit de hierro y
Vitamina A. Por otro lado, aumentan las prevalencias de sobrepeso y obesidad en especial en
el sexo femenino mayores de 14 años, como se observa a continuación en el cuadro 1 (Uauy,
R, Albala, C, Kain J 2001)
Latina y el Caribe
120
Perú/1996 10747 35.5 9.4
Peña y Bacallao afirman que las asociaciones de la desnutrición y las enfermedades infecciosas
con la pobreza y, por otro lado, de la obesidad y las ECNT con el bienestar económico, ya no
son verdad en los países desarrollados y que, además estas asociaciones se reducen cada día
en los países en desarrollo. En las áreas marginales de las grandes ciudades puede hallarse un
padre hipertenso, posiblemente obeso, de talla baja y con antecedentes de desnutrición, una
madre anémica de talla baja e hijos con retraso del crecimiento. En las sociedades
desarrolladas la prevalencia de obesidad es más alta en los ESE bajos y más baja en los ESE
altos. En las sociedades en desarrollo, la prevalencia de obesidad es más baja en los ESE bajos
y más alta en los ESE altos, aunque esto está cambiando (Peña y Bacallao, 2000).
Entre los factores que podrían explicar la existencia y el aumento de los "obesos pobres"
están:
Aguirre nos recuerda que los pobres no comen lo que quieren sino lo que pueden; están
desnutridos porque no tienen suficiente y están obesos porque se alimentan mal.
Tienen a su alcance alimentos procesados de producción masiva y bajo costo. Ellos
seleccionan alimentos altos en carbohidratos y grasas y la industria alimentaria favorece
ese comportamiento. La mujer pobre no se cuida, tiene una baja autoestima, está
cansada, tiene tendencia a la depresión y se satisface con féculas y alimentos ricos en
121
azúcares y además, tienen menos actividad física que los hombres de su mismo nivel
social. (Aguirre,2003)
122
La
tendencia
del
bajo
peso
al
nacer
(BPN)
ha
mostrado
diferente
patrón
de
comportamiento
en
los
quinquenios
comprendidos
entre
1990
y
2002.
Entre
1990
y
1995
se
observaron
discretas
disminuciones
en
Chile,
Costa
Rica,
Venezuela
y
Trinidad
y
Tobago
mientras
Cuba
y
Nicaragua
permanecieron
estables.
La
reducción
del
BPN
se
ha
observado
para
la
mayoría
de
los
países
en
el
periodo
1995-‐2002
destacando
la
mostrada
por
Colombia
y
Venezuela
mientras
aumentó
en
Costa
Rica,
Trinidad
y
Tobago
y
Nicaragua;
los
dos
primeros
habían
evidenciado
disminución
en
el
periodo
anterior
(Figura
1).
FIGURA
1
Tendencia
de
bajo
peso
de
nacimiento
en
países
de
Latinoamérica
y
el
Caribe(27)
123
Entre
los
países
que
poseen
al
menos
2
mediciones
en
el
tiempo,
se
destacan
las
altas
prevalencias
de
emaciación
para
Guatemala
y
Haití
y
una
importante
disminución
de
un
54%
mostró
Brasil,
República
Dominicana
también
mostró
una
fuerte
reducción.
De
manera
global,
todos
los
países
analizados
presentaron
una
disminución
(Tabla
1).
El
déficit
de
crecimiento
(talla)
también
disminuyó,
siendo
República
Dominicana
y
Brasil
los
que
evidenciaron
las
mayores
variaciones.
Datos
de
encuestas
nacionales
desde
1986
a
1999
publicados
en
el
trabajo
de
Rivera
et
al.
(9)
muestran
como
la
prevalencia
de
retardo
en
el
crecimiento
en
menores
de
3
años
ha
disminuido
en
la
mayoría
de
los
países
a
excepción
de
El
Salvador
que
muestra
un
leve
incremento
(dato
no
mostrado).
Sin
embargo,
esta
condición
sigue
siendo
un
problema
de
Salud
Pública
en
vista
de
que
los
últimos
datos
disponibles
muestran
prevalencias
no
inferiores
a
8%
y
llegando
a
más
del
40%
en
Guatemala.
Para
los
países
con
información
disponible
de
bajo
peso
en
mujeres
adultas
(IMC
=
18,5)
se
observó
para
la
mayoría
(7
de
9)
una
reducción
de
la
prevalencia
mientras
Perú
y
Bolivia
mostraron
leves
incrementos.
Haití
mostró
la
reducción
más
significativa
evidenciando
una
variación
de
36%
en
el
periodo
(Figura
2).
TABLA
1
Prevalencia
y
variación
de
bajo
peso
y
déficit
de
crecimiento
en
niños
menores
de
5
años
en
algunos
países
latinoamericanos
y
del
Caribe(28)
Déficit
de
crecimiento
País
Bajo
Peso
(Talla)
Prevalencia
Variación
Prevalencia
Variación
Año
(%)
(%)
(%)
(%)
Bolivia
1989
13,2
-‐44
37,9
-‐30
1998
7,6
26,8
2003
7,4
26,4
Brasil
1986
12,4
-‐54
29,8
-‐65
1996
5,7
10,5
Colombia
1986
12
-‐44
25,4
-‐47
124
1995
8,4
15
2000
6,7
13,5
Guatemala
1987
33,2
-‐27
57,8
-‐20
1995
26,6
49,7
1998/99
24,2
46,4
Perú
1992
10,7
-‐34
31,8
-‐20
1996
7,8
25,8
2000
7,1
25,4
Haití
1994/95
27,5
-‐39
31,9
-‐31
2000
16,8
21,9
Nicaragua
1997/98
12,2
-‐20
24,9
-‐19
2001
9,7
20,1
Republica
1991
10,3
-‐50
16,5
-‐47
Dominicana
1996
5,9
10,7
2002
5,1
8,8
125
seleccionados
(10,11,13-‐26,29,30)
FIGURA
3
Tendencia
de
la
obesidad
en
mujeres
latinoamericanas
de
países
seleccionados
126
Respecto
a
la
población
infantil,
los
datos
dan
cuenta
de
que
Argentina,
Chile,
Perú,
República
Dominicana
y
Uruguay
superan
el
6%
de
obesidad.
Los
países
que
disponían
de
dos
mediciones
en
el
tiempo
mostraron
un
aumento
en
las
prevalencias
de
obesidad
salvo
Uruguay
que
permaneció
estable
(Figura
4).
FIGURA
4
Prevalencia
de
obesidad
en
niños
latinoamericanos
de
0-‐5
años
y
variación
para
países
seleccionados
(27,36)
*
Fuente:
Ministerio
de
Salud
de
Chile,
DEIS.
http://deis.minsal.cl/deis/nutricion/tot1A.asp
127
Condicionantes
del
estado
nutricional
Disponibilidad
de
calorías
Basado
en
la
información
publicada
por
la
FAO
(37)
para
los
periodos
1990-‐992
al
2000-‐2002
se
observó
un
aumento
de
la
disponibilidad
de
calorías.
Las
mayores
alzas
ocurrieron
en
Perú,
Haití
y
Cuba
con
un
30,
17
y
10%
respectivamente.
Argentina,
Brasil
y
México
por
su
parte
superan
las
3000
Kcal/día/persona.
Venezuela
y
Guatemala
mostraron
reducción
(Tabla
2).
Hasta
1986
la
disponibilidad
de
calorías
basada
en
hidratos
de
carbono
era
variable
para
los
distintos
países.
Sin
embargo
a
partir
de
este
año
y
hasta
1998
la
tendencia
fue
decreciente
para
la
mayoría
de
los
países
exceptuando
Argentina,
Venezuela
y
Perú,
este
último
quien
presenta
la
mayor
disponibilidad
de
carbohidratos.
Al
contrario,
el
caso
de
la
disponibilidad
de
calorías
por
grasas
aumentó
en
la
mayoría
de
los
países
salvo
discretos
descensos
en
Venezuela
y
Brasil.
Por
último,
la
tendencia
del
aporte
de
proteína
fue
creciente
pero
de
menor
variación
(Figura
5).
TABLA
2
Disponibilidad
de
calorías
y
variación
período
1990-‐
1992
/
2000-‐2002
en
países
latinoamericanos
y
del
Caribe
(37)
Disponibilidad
de
Alimentos
Variación
País
SEA*
Kcal./d/persona
Periodo
1990/92
2000/2002
Relativa
(%)
Argentina
2990
3070
2,7
Bolivia
2110
2250
6,6
Brasil
2810
3010
7,1
Chile
2610
2850
9,2
Colombia
2440
2580
5,7
Costa
Rica
2710
2860
5,5
Cuba
2720
3000
10,3
R.
Dominicana
2260
2320
2,7
Ecuador
2510
2740
9,2
El
Salvador
2490
2550
2,4
128
Guatemala
2350
2190
-‐6,8
Haití
1780
2080
16,9
Honduras
2310
2350
1,7
Jamaica
2500
2670
6,8
México
3100
3160
1,9
Nicaragua
2220
2280
2,7
Panamá
2320
2240
-‐3,4
Paraguay
2400
2560
6,7
Perú
1960
2550
30,1
Trinidad
y
2640
2730
3,4
Tobago
2660
2830
6,4
Uruguay
2460
2350
-‐4,5
Venezuela
*Suministro
de
Energía
Alimentaria
FIGURA
5
Tendencia
del
porcentaje
de
suministro
de
energía
aportado
por
carbohidratos,
lípidos
y
proteínas
(38)
129
130
131
quienes
presentan
también
el
mayor
porcentaje
de
indigencia.
En
Sudamérica,
Perú
y
Colombia
superan
el
50%
de
población
pobre.
La
reducción
más
importante
a
pesar
de
mantener
más
de
un
30%
de
indigencia
se
observó
en
Guatemala.
Los
menores
niveles
se
presentan
en
Chile
y
Costa
Rica.
TABLA
3
Proporción
de
población
bajo
línea
de
pobreza
y
de
indigencia
(40)
Línea
de
Línea
de
País
Año
pobreza
indigencia
Brasil
1996
35,8
13,9
2001
37,5
13,2
Chile
1994
27,5
7,6
2003
18,8
4,7
Colombia
1991
56,1
26,1
2002
51,1
24,6
Costa
Rica
1990
26,3
9,9
2002
20,3
8,2
El
Salvador
1997
55,5
23,3
2001
48,9
22,1
Guatemala
1986
73,2
48,5
2002
60,2
30,9
Honduras
1997
79,1
54,4
2002
77,3
54,4
México
1994
45,1
16,8
2002
39,4
12,6
Nicaragua
1998
69,9
44,6
2001
69,4
42,4
Panamá
1991
43,1
19,4
2002
34
17,4
Perú
1997
47,6
25,1
132
2001
54,8
24,4
R.
Dominicana
1997
37,2
14,4
2002
44,9
20,3
Venezuela
1992
37,1
13
2002
48,6
22,2
La
urbanización
ha
sido
un
factor
que
se
ha
vinculado
a
la
transformación
de
hábitos
y
estilos
de
vida.
La
proporción
de
población
que
vive
en
grandes
centros
urbanos
ha
aumentado
en
todos
los
países
de
la
región.
Estimaciones
para
el
año
2010
muestran
que
países
como
Argentina,
Chile,
Uruguay
y
Venezuela
superarían
el
85%
de
población
urbana.
La
mayor
variación
relativa
desde
1990
hasta
la
estimación
a
2010
la
evidencian
Haití,
Honduras,
Paraguay
y
Bolivia
(Tabla
4).
TABLA
4
Urbanización
y
variación
período
1990/2010
en
países
latinoamericanos
y
del
Caribe
(40)
Variación
País
Año
periodo
1990
1995
2000
2005
2010
(%)
Argentina
86,9
88,3
89,6
90,6
91,4
5,2
Bolivia
55,6
60,4
64,6
68,2
71
27,7
Brasil
74,7
77,5
79,9
81,7
83,1
11,2
Chile
82,8
84,4
85,7
86,9
87,9
6,2
Colombia
69,4
71,7
74,5
76,6
78,4
13,0
Costa
Rica
46,7
48,5
50,4
52,3
54,2
16,1
Ecuador
55,4
59,2
62,7
65,8
68,5
23,6
El
Salvador
49,8
52,5
55,2
57,8
60,3
21,1
Guatemala
38
38,6
39,4
39,9
40,5
6,6
133
Haití
30,5
34,3
38,1
41,8
45,3
48,5
Honduras
40,8
44,4
48,2
52,1
55,9
37,0
México
71,4
73,4
75,4
77,2
78,8
10,4
Nicaragua
52,5
53,9
55,3
56,7
58,1
10,7
Panamá
53,8
55,7
57,6
59,5
61,2
13,8
Paraguay
48,6
52,4
56,1
59,6
62,9
29,4
Perú
68,7
71,2
72,3
73,5
74,6
8,6
Trinidad
y
Tobago
69,1
71,7
74,1
76,2
78,1
13,0
Uruguay
90,5
91,7
92,6
93,1
93,7
3,5
Venezuela
83,9
85,8
87,4
88,8
89,9
7,2
La
tasa
global
de
fecundidad
(TGF)
aporta
información
relevante
por
sus
repercusiones
en
el
tamaño
de
la
familia
y
en
los
espacios
intergenésicos
entre
los
hijos
(a
través
de
ello
podría
haber
un
potencial
efecto
sobre
el
estado
nutricional).
En
este
sentido,
se
observó
una
reducción
de
la
TGF
en
todos
los
países
pero
con
ritmo
diferente
para
los
quinquenios
comprendidos
entre
1990
y
2005
(40).
La
TGF
más
baja
para
el
quinquenio
2000
–
2005
la
presentan
Cuba
y
Trinidad
y
Tobago
(1.6),
Chile
(2.0),
Brasil
y
Uruguay
(2.3).
Por
el
contrario
Bolivia,
Paraguay
y
Guatemala
superan
una
TGF
de
3.5.
Las
reducciones
más
significativas
para
el
periodo
1990
-‐
2005
la
presentan
Nicaragua
(-‐1.3),
Guatemala
(-‐0.9),
Bolivia,
Paraguay
y
Perú
(-‐0.8).
Variación
en
el
gasto
energético
Dado
que
no
se
dispone
de
información
directa
del
nivel
de
sedentarismo,
se
analizó
la
información
referida
a
condiciones
que
favorecen
la
disminución
del
gasto
energético.
El
análisis
se
basó
en
la
información
sobre
uso
de
automóvil
a
través
de
datos
de
parque
automotriz,
televisores
y
computadores.
Para
los
países
que
contaban
con
información
sobre
parque
automotriz
se
observó
un
incremento
en
todos
ellos,
destacándose
que
éste
supera
el
50%
en
Bolivia,
Colombia
y
Perú
(41).
El
número
de
televisores
para
el
periodo
1996
–
2003
también
aumentó,
solo
un
país
disminuyó
el
134
número
de
ellos
y
en
Chile
se
evidenció
un
alza
relativa
de
87%.
Además,
Brasil,
Colombia,
Jamaica
y
Trinidad
y
Tobago
superan
los
300
televisores
por
mil
personas.
Todos
los
países
aumentaron
el
uso
de
computadores
personales,
siendo
Chile
y
Trinidad
y
Tobago
quienes
presentan
el
mayor
número
de
estos
equipos
con
119
y
79,5
computadores
por
mil
personas
respectivamente
(Figura
6).
FIGURA
6
Televisores
(TV)
en
uso
y
Computadores
personales
(PC)
por
mil
personas
en
países
seleccionados
de
Latinoamérica
y
el
Caribe
periodo
1996
–
2003
(39,42)
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136
hogares,
¿las
intervenciones
deben
orientarse
a
nivel
individual
o
familiar?
Estas
y
otras
preguntas
son
hacia
donde
deberían
orientarse
los
esfuerzos,
sobre
la
base
de
la
información
disponible.
Si
bien
el
proceso
de
transición
epidemiológica
nutricional
involucra
a
toda
la
población,
las
intervenciones
tempranas
y
oportunas
permitirán
reducir
el
impacto
que
la
situación
actual
significará
a
futuro.
En
tal
sentido,
un
"leve
aleteo"
en
los
primeros
años
de
la
vida
significará
un
importante
impacto
en
la
edad
adulta,
al
igual
que
las
consecuencias
de
las
intervenciones
que
se
puedan
implementar
en
forma
precoz.
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151
GLOSARIO
La
historia
natural
de
una
enfermedad:
es
el
conjunto
de
sucesos
que
van
desde
que
un
sujeto
o
grupo
de
sujetos
resulta
expuesto
a
las
primeras
causas
de
una
enfermedad
hasta
que
ésta
se
desarrolla
y
finalmente
se
resuelve
con
la
curación
total,
la
curación
con
secuelas
o
la
muerte
Distribución
significa
la
medida
de
la
frecuencia
y
variación
de
un
fenómeno
en
grupos
de
población
a
lo
largo
del
tiempo,
en
diferentes
lugares
o
formados
por
diferentes
tipos
de
personas.
La
epidemiología
de
salud
pública
estudia
la
primera
parte
de
esta
cadena
de
sucesos,
es
decir,
la
frecuencia
y
distribución
de
la
enfermedad
y
sus
determinantes,
factores
de
riesgo
o
protección.
Para
ello
se
fija
en
sujetos
sanos,
generalmente
viviendo
en
la
comunidad,
a
los
que
sigue
para
observar
como
enferman.
152
Manual básico de epidemiología