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DOC. Apoyo Foro Semana 2 Impunidad en Violencia Sexual Contra Las Mujeres
DOC. Apoyo Foro Semana 2 Impunidad en Violencia Sexual Contra Las Mujeres
MUJERES
“Yo me fui a un paseo con la gente del salón y estaba tomando trago, mucho
aguardiente, estaba muy reventada, y un amigo me sacó del jacuzzi y me metió a
un baño y me desperté allá tirada. Fue raro porque yo sentía que había sido una
violación, pero el chico como que siempre me había gustado. Llegué al colegio
después del fin de semana y me puse muy brava con él y me dijo que yo era una
perra, que yo también quería. Al final del colegio el man me pidió perdón un día,
me dijo que era verdad que yo estaba muy mal y me pidió perdón por dejarme
tirada en el baño”.
“Con frecuencia, la mujer justifica al agresor porque a las mujeres las educan para
que se protejan, para que no las violen. A los hombres, en cambio, no nos educan
para no violar. La mujer víctima se siente responsable, siente que fue incauta, que
se puso en situación de riesgo, que nadie le va a creer, y las personas le dicen
que ella se lo buscó. Ante ese escenario, muchas prefieren no denunciar”, dice
Fabián Salazar, abogado y consultor para asuntos de género y justicia.
Según Sisma Mujer, en el año 2012 se reportaron 1.508 casos de violencia sexual
contra las mujeres cada mes, 50 cada día y dos cada hora. En 2012 las mujeres
fueron víctimas de un 84,2% de los casos de violencia sexual, frente a un 15,8%
en los hombres. El Ministerio de Salud y Protección Social reportó un total de
63.256 casos de violencias en el año 2012, de las cuales el 24% (15.181)
corresponde a violencia sexual. Ya para el primer semestre del año 2013 el
sistema de vigilancia en salud pública reportó 27.736 casos, que equivalen al 44%
del año anterior.
“Lo que se debe determinar es si la mujer era libre en ese momento para dar el
consentimiento o no, y para determinarlo hay que evaluar si hay una relación de
poder que ponga a la víctima en un escenario de inferioridad, que le impide
psíquicamente acceder de manera libre a una relación sexual”, explica Fabián
Salazar.
Liliana fue violada por un amigo de su novio y otro sujeto una tarde después de la
universidad. “Llegué a mi casa a bañarme enseguida; mi mamá vio que algo
estaba mal y le conté. Llamamos a la Policía y nos dijeron que teníamos que ir a
Medicina Legal en Paloquemao. La doctora que me atendió fue muy amable.
Pusimos el denuncio y como a las tres semanas llamó una fiscal a hacerme una
entrevista. Buscamos un abogado y uno dijo que no llevaba el caso porque no
había pruebas, porque yo me había bañado, pero después una abogada sí dijo
que lo tomaba. El juez también fue bueno. Cuando el abogado de la defensa sacó
unas fotos personales mías, dijo que eso no tenía nada que ver, mi vida personal.
Yo creo que los jueces están cambiando. También es cuestión de contar con
suerte, porque tú no sabes qué juez o qué fiscal te vaya a tocar”.
La alta frecuencia de este tipo de violaciones y sus bajos índices de denuncia son
sintomáticos de un problema social a gran escala que no es exclusivo de
Colombia y que tiene hondas raíces culturales. No basta una buena jurisprudencia
o unidades de investigación especializadas si los prejuicios machistas que
revictimizan a las mujeres permean todo el proceso de denuncia, atención médica,
investigación penal y procesos judiciales. Más grave todavía es que estos
prejuicios viven en las mentes de los agresores que, respaldados por la sociedad,
no sienten culpa alguna, y en las mentes de las víctimas que con frecuencia, y a
pesar de su dolor, no logran entender que estos accesos carnales violentos son
crímenes y que todas las personas, cuando se trata de cualquier tipo de
acercamiento sexual, en cualquier momento y sin importar qué hayan dicho o
hecho antes, tienen pleno y legítimo derecho a decir no.
http://www.elespectador.com/noticias/nacional/impunidad-violencia-sexual-contra-
mujeres-articulo-458782