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Arqueología I | Carla Trincado Rodríguez

2. CONCEPTO DE ARQUEOLOGÍA
1. Definiciones
Siete definiciones de Arqueología desde el s. XVIII hasta mediados del s. XX (a partir
de Glynn Daniel):
1. Alexander Gordon (1726) en Itineraium Septentrionale
2. Sigfried J. De Laet (1957) en su Archaeology and its problems
3. En 1960, Robert J. Braidwood, en Archaeologist and what they do
4. Sir Leonard Woolley (1930) en Digging Up the Past
5.Sir Mortimer Wheeler (1954) en Archaeology from the Earth Grahame 6. D. Clark (1957) en
Archaeology and Society Stuart Piggott (1959) en Approach to Archaeology

• es una ciencia independiente, por lo tanto, no auxiliar, ni una rama de los estudios históricos
junto a la epigrafía, la paleografía, la diplomática y la numismática;
• se dedicaba a escribir la historia de las culturas del pasado, pero de igual manera puede
investigar la sociedad del presente que del pasado (ahí tenemos la arqueología industrial)
• su objeto de análisis son los restos materiales provenientes de la actividad humana, que rescata
e interpreta a través de un determinado método de trabajo y del empleo de unos instrumentos y de
unas tecnologías que, en efecto, comparte con otras disciplinas.

2. La naturaleza y los propósitos de la arqueología


La arqueología es, en parte, el descubrimiento de los tesoros del pasado, el trabajo meticuloso del
analista científico y el ejercicio de la imaginación creativa. Es fatigarse bajo el sol en una excavación
en el desierto de Irak, y trabajar con Esquimales en las nieves de Alaska. Es sumergirse en busca de
navíos españoles hundidos en la costa de Florida, e investigar cloacas del York romano. Pero es
también la tarea esmerada de interpretación que nos permite entender qué significaron estas cosas
en la historia de la humanidad.

La arqueología es pues tanto una actividad física de campo como una búsqueda intelectual en el
estudio o el laboratorio y esto forma parte de su gran atractivo. La deliciosa mezcla de peligro y labor
detectivesca también la han convertido en el vehículo perfecto para escritores de ficción y cineastas,
desde Agatha Christie con Asesinato en Mesopotamia hasta Steven Spielberg con Indiana Jones.
Por mucho que estas imágenes se alejen de la realidad, la verdad esencial de que la arqueología es
una búsqueda excitante – la búsqueda de conocimiento de nosotros mismos y del pasado humano.

Pero ¿como se relaciona la arqueología con disciplinas como la antropología y la historia, vinculadas
al estudio del hombre? Y ¿la arqueología es una ciencia?

- LA ARQUEOLOGÍA COMO ANTROPOLOGÍA

La antropología es el estudio del hombre, tanto de nuestras


características físicas como animales como de los rasgos no biológicos
que denominamos cultura. Para el antropólogo la cultura la utilizan en un
sentido restringido, refiriéndose a una sociedad concreta. Una cultura
arqueológica es la suma de los conjuntos de artefactos y demás
elementos materiales (construcciones, restos de caminos, de canales,
etc.) correspondientes a una época y un lugar (yacimiento o región)
determinados. Los artefactos encontrados en yacimientos de una misma
época que comparten características parecidas se reúnen en tipologías
que, a su vez, se agrupan en conjuntos y todos ellos forman una cultura
arqueológica. Pero el concepto de cultura arqueológica ha evolucionado
y producido mucha discusión a lo largo del s. XX.
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Pero la antropología es una disciplina amplia dividida en 3 subdisciplinas:


• La antropología física o biológica que se ocupa del estudio de las características biológicas o
físicas del hombre y su evolución.
• La antropología cultural o social analiza la cultura y la sociedad humana. Hay 2 ramas
fundamentales:
– Etnografía es el estudio de primera mano de culturas vivas individuales.
– Etnología es la encargada de comparar culturas utilizando la evidencia etnográfica, con el
propósito de derivar principios generales sobre la sociedad humana.
• La arqueología, es el tiempo pasado de la antropología cultural. Mientras los antropólogos
culturales basan sus conclusiones en la experiencia de la vida real dentro de las comunidades
contemporáneas, los arqueólogos estudian las sociedades del pasado, principalmente a través de
sus restos materiales (construcciones, útiles y demás artefactos) que constituyen lo que se conoce
como la cultura material dejada por aquéllas.

Pero una de las tareas más arduas para el arqueólogo en la actualidad es saber cómo interpretar la
cultura material en términos humanos. ¿cómo se utilizaron esos recipientes? ¿por qué algunas casas
son circulares y otras redondas? …... Aquí los métodos de la arqueología y la etnografía se
superponen. En las últimas décadas, los arqueólogos han desarrollado la etnoarqueología, en la que,
al igual que los etnógrafos, viven con comunidades contemporáneas, pero con el propósito
específico de entender cómo usan la cultura material dichas sociedades (cómo fabrican sus útiles y
sus armas, por qué construyen sus asentamientos, dónde lo hacen, etc)

- LA ARQUEOLOGÍA COMO HISTORIA

Entonces si la arqueología se ocupa del pasado, ¿en qué modo se diferencia de la


historia? En su sentido más amplio, como el que considera que la arqueología es un
aspecto de la antropología, también forma parte de la historia -entendida como la
crónica completa de la humanidad desde sus comienzos hace unos 3 millones de
años-. Claro que para más del 99% de ese enorme lapso de tiempo, la arqueología -
el estudio de la cultura material del pasado- es la única fuente significativa de
información, si excluimos a la antropología física, que se concentra más en nuestro
progreso biológico que en el material.

Las fuentes históricas convencionales sólo comienzan con el nacimiento del


documento escrito, que se produjo en Asia Occidental en el 3000 AC
aproximadamente, y bastante más tarde en las restantes partes del mundo (en
Australia, por ejemplo, no existió hasta 1788 DC).

Por esta razón, es bastante común la distinción que se hace entre prehistoria -el
periodo anterior a la escritura- e historia en sentido estricto, que supone el estudio
del pasado a través de la evidencia escrita. No obstante, la arqueología puede
contribuir en gran medida a la comprensión incluso de aquellos periodos y lugares
donde existen documentos, inscripciones, y otras evidencias literarias. Con
frecuencia es el arqueólogo quien primero descubre estos testimonios.

- LA ARQUEOLOGÍA COMO CIENCIA

Dado que el propósito de la arqueología es la comprensión del género humano, constituye una
disciplina humanística, una ciencia humana. Y ya que se ocupa del pasado del hombre, es una
disciplina histórica. Pero se diferencia del estudio de la historia escrita-aunque la utiliza- en un
aspecto fundamental. El material que encuentra el arqueólogo no nos dice de forma directa qué
debemos pensar. El registro histórico hace declaraciones, ofrece opiniones, emite juicios (aunque
estas declaraciones y estos juicios deban ser interpretados). Los objetos que descubren los
arqueólogos, por su parte, no dicen nada de sí mismos directamente. Somos nosotros, en el
presente, los que debemos darle sentido.

Desde este punto de vista, la práctica de la arqueología es bastante similar a la del científico. El
científico recoge datos (evidencias), realiza experimentos, formula una hipótesis (una proposición
para explicar los datos), contrasta la hipótesis con los datos y, como conclusión, elabora un modelo
(una descripción que parece idónea para resumir el patrón observado en la evidencia). La
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arqueología es similar en muchos aspectos. El arqueólogo tiene que desarrollar una imagen del
pasado, del mismo modo en que el científico ha de elaborar una visión coherente del mundo natural.
No aparece ya hecha.

En resumen, la arqueología es tanto una ciencia como una disciplina humanística. Refleja la
inventiva del moderno científico al igual que la del historiador actual.

- LA VARIEDAD Y EL ÁMBITO DE LA ARQUEOLOGÍA

Hoy en día, la arqueología no es una sino muchas arqueologías diferentes, unidas, no obstante, por
los métodos y planteamientos comunes. Ya hemos llamado la atención sobre la distinción existente
entre la arqueología del largo período prehistórico y la época histórica. A menudo esta división
cronológica se acentúa con nuevas subdivisiones, de forma que los arqueólogos dicen
especializarse en las etapas primitivas (la Antigua Edad de Piedra o Paleolítico, Neolítico, Edad del
Bronce, etc) o las más recientes (las grandes civilizaciones de América y China, la egiptología, la
arqueología clásica de Grecia y Roma antiguas, etc). Uno de los avances de las 2 o 3 últimas
décadas lo ha constituido la toma de conciencia de que la arqueología puede contribuir en gran
medida, no sólo a la comprensión de la prehistoria y la historia antigua, sino también de las etapas
históricas más recientes. En Norteamérica y Australia se ha desarrollado de forma importante la
arqueología histórica -el estudio arqueológico del asentamiento colonial y postcolonial en dichos
continentes- en la misma medida en que lo han hecho sus análogas europeas, la arqueología
medieval y postmedieval. De modo que, hablemos del Jamestown colonial en los Estados Unidos o
en Londres, París o Hamburgo de la Europa medieval, la arqueología constituye una fuente de
evidencias fundamental.

Dejando aparte estas subdivisiones cronológicas,


existen especialidades que pueden colaborar en
numerosos períodos arqueológicos diferentes.
Uno de estos campos lo constituye la
arqueología ambiental, en la que arqueólogos y
especialistas de otras ciencias estudian el
empleo humano de plantas y animales, y el modo
en que se adaptaron las sociedades del pasado
a un entorno en continua transformación. La
arqueología subacuática es otro ámbito que
exige gran valor y cualificación. En los últimos 30
años se ha convertido en una actividad
sumamente científica, que rescata cápsulas de
tiempo procedentes del pasado en forma de
barcos naufragados (pecios), que arrojan nueva
luz sobre la vida en la antigüedad, tanto en tierra
firme como en el mar.

También la etnoarqueología, de la que ya hemos hablado brevemente, es una especialidad


importante en la arqueología actual. Nos damos cuenta ahora de que sólo podemos comprender el
registro arqueológico -es decir, todo lo que encontramos- si entendemos más detalladamente cómo
ocurrió, cómo se formó.
Los procesos postdeposicionales son, en este momento, un foco de estudio masivo. Es aquí donde
la etnoarqueología adquiere su verdadero sentido: en el estudio de pueblos vivos y su cultura
material, emprendido con el fin de aumentar nuestra comprensión del registro arqueológico.

Por ejemplo, el estudio de las prácticas de sacrificio entre cazadores- recolectores actuales llevado a
cabo por Lewis Binford entre los esquimales Nunamiut de Alaska, le ha proporcionado nuevas ideas
sobre el modo en que se puede haber formado el registro arqueológico, permitiéndole reevaluar los
restos óseos de animales comidos por hombres primitivos en otras partes del mundo. Estas
investigaciones no se limitan a comunidades simples o a grupos reducidos.

En Tucson, Arizona, el Proyecto Garbage, un studio sociológico y arqueológico creado por Willian L
Rathje, implica la recogida de basuras de los cubos de un sector de la ciudad y la cuidadosa
clasificación de su contenido en el laboratorio. Esta desagradable tarea ha proporcionado algunas
revelaciones valiosas e inesperadas sobre le patrón de consumo de la población urbana actual – y
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los métodos empleados son puramente arqueológicos.

Los resultados han demostrado que la información que la gente proporcionó libremente acerca de
sus hábitos de consumo no siempre coincide con el contenido de sus contenedores de residuos. Por
ejemplo, el consumo de alcohol ha demostrado ser significativamente mayor en la realidad que en
los cuestionarios cumplimentados por las personas estudiadas.
Estos hallazgos ponen en duda la fiabilidad de los registros históricos, cuando se aplica a los sitios
arqueológicos en general y seguir un enfoque processualista presiona o perjudica en los beneficios
del análisis científico.
Desde entonces, el proyecto se ha expandido a otras ciudades de Estados Unidos y se ha llevado a
cabo la excavación de vertederos.

3. Tipos de arqueología

POR TEMÁTICAS POR PERIODOS


- Arqueología de la muerte - Prehistórica
- Arqueología de los asentamientos - Protohistórica
- Arqueología marxista - Del Próximo Oriente
- Arqueología de la producción - Clásica
- Arqueología de la sal - Medieval
- Arqueología de los sentidos - Arqueología
- Arqueología de la mente Histórica
- Arqueología de género
- Arqueología de feminist
- Arqueología de la guerra civil
- Arqueología de la infancia
- Arqueología de las fortalezas
- Arqueología vikinga
- Arqueología de …

ARQUEOLOGÍA PREHISTÓRICA

Puede definirse como el estudio con técnicas arqueológicas de las sociedades prehistóricas a través
de sus restos materiales.

• ¿cuáles son las sociedades prehistóricas? Son las sociedades del pasado que no conocieron la
escritura, quedan fuera las sociedades actuales ágrafas que son objeto de estudio de la Antropología
o la Etnografía
• El término 'Prehistoria' como referente de la fase previa a la escritura ya fue acuñada a finales del
siglo XIX, nace de la mano de la ciencia arqueológica preocupada por determinar la antigüedad de la
tierra. Es un término utilizado:
– como período histórico, la interpretación, la síntesis y el acercamiento a aspectos no materiales

de la cultura
– como arqueología prehistórica que asume la dimensión técnica y metodológica

relativa a la recuperación y análisis de los restos

El registro de la palabra prehistoria

• El año en el que aparece mencionada la palabra prehistoria: 1833 -


Annales de Chimie et de Fhysique – M. Toural
A lo largo del s. XIX:
• 1851 – The Archaeology and Prehistoric Annals of Scotland - Daniel Wilson (se atribuye el mérito de
ser el primero)
• 1865 - Prehistoric Times – Sir John Lubbock (dada a conocer al público especializado)
• 1871 – Primitive Culture - Tylor
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La Prehistoria, por lo tanto, es una parte de la Historia que construye sus explicaciones a partir de
fuentes materiales, las únicas disponibles y que utiliza métodos arqueológicos.
– Prehistoria Antigua (Paleolítico y Mesolítico)

– Prehistoria Reciente (Neolítico y Edad del Bronce), variaciones cronológicas según las áreas

culturales

ARQUEOLOGÍA PROTOHISTÓRICA

Los franceses inventaron, además del término préhistoire, el de protohistoire. Pero no ha sido asumido
por todas las áreas, por ejemplo, en las IIBB sólo utilizan el término de prehistoria
Significa 'primera historia' designa el período del pasado en el que ciertos pueblos, aun careciendo de
escritura, coexisten con otros que ya la poseían, lo que posibilitó la concentración de testimonios
literarios o tradiciones originariamente orales.
El concepto de Protohistoria se aplica al momento en que una sociedad comienza a tener contacto con
la escritura, bien utilizándola directamente (aunque no sepamos descifrarla) o bien de forma indirecta a
través del contacto con otras culturas que ya la poseen.
La protohistoria comenzó en el momento de la aparición de la escritura en Mesopotamia a finales del IV
milenio, pero la adopción de la escritura no es un fenómeno universal y su cronología varía de unos
lugares a otros.
En la P. Ibérica la escritura parece en relación con las colonizaciones fenicias y griegas del I milenio a. C.
mientras que en Escandinavia la escritura rúnica se introdujo en nuestra era (s. II d.C.) y no se
generaliza hasta la Edad Media.

El concepto de Protohistoria tiene limitaciones temporales ya que en la práctica sólo se aplica a


sociedades del pasado sin incluir las culturas ágrafas que a lo largo del siglo XX han entrado en contacto
con la escritura de otros pueblos.
Engloba, además de la introducción de la escritura, otra serie de rasgos sociales y culturales como el
desarrollo de los primeros centros protourbanos, la especialización artesanal, la metalurgia, el desarrollo
de redes comerciales de larga distancia, el intercambio monetal, la aparición de formas políticas
centralizadas y complejas, etc.
Esta concepción plantea problemas ya que muchos prehistoriadores piensan que estos rasgos no tienen
por qué tener ninguna relación con la escritura, y de hecho pueden ya aparece en las sociedades
Prehistóricas.

La Arqueología Protohistórica en la P. Ibérica abarca el periodo que va desde el Bronce Final (s. IX-VIII
a.C) a la romanización.
Su carácter transicional implica que puede ser estudiada tanto desde la prehistoria, en cuanto que es el
final de un proceso, como desde la Arqueología Clásica en tanto que es formación de una nueva
estructura social.
La arqueología Protohistórica de la Península Ibérica parte de las culturas protourbanas del Bronce Final,
especialmente del área de Tartessos, para abarcar el impacto de las colonizaciones orientales y su
influencia en la formación de las distintas culturas indígenas de la Edad del Hierro (iberos, celtas,
celtibéricos, castreños) y concluir con el estudio de su paulatina integración en la cultura romana.

Es una arqueología de gran tradición científica cuyos orígenes se remontan al impacto que produjo en
Europa el descubrimiento a finales del s. XIX de la cultura Ibérica. Los grandes descubrimientos de los
restos arquitectónicos y escultóricos del Cerro de los Santos de Albacete en 1869 y el descubrimiento de
la Dama de Elche en 1897 marcaron el nacimiento de la Arqueología Protohistórica Ibérica que despertó
el interés de numerosos investigadores extranjeros.
La década de los 20 y 30 del s. XX se realizan excavaciones en yacimientos levantinos y se descubre la
cerámica ibérica de gran originalidad decorativa que despertó el interés en la comunidad científica.

Cerámica ibérica
Cerro de los Santos Crátera de Tolmo
Dama de Elche y reconstrucción
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En esta misma época se inician los estudios sobre Tartessos llevados a cabo por Schulten en los
que se combinan los datos arqueológicos y las fuentes escritas. Estudios que tuvieron una gran
difusión en Europa y marcan el inicio de los estudios tartésicos.

Tras la Guerra Civil hay que destacar los trabajos sobre la colonización griega centrados en
Ampurias y en el estudio de la cerámica importada.

A partir de los años 70 del s. XX se intensifican los estudios sobre el mundo fenicio llevados a cabo
sobre todo por el Instituto Arqueológico Alemán. Estos estudios demuestran la importancia de la
colonización fenicia del S de la Península con el descubrimiento de numerosas factorías que
jalonaban las costas del SE peninsular.
Hallazgos espectaculares como la dama de Baza, las esculturas de Porcuna y Pozo Moro han
contribuido a divulgar la cultura Ibérica, abriendo nuevas líneas de investigación. En los últimos
años se desarrolló el conocimiento de aspectos como el urbanismo, el mundo funerario, lugares de
culto, cerámica y sobre todo iconografía, que se plasmó en la celebración de varios congresos y
exposicione.

En los últimos años asistimos al desarrollo de las Arqueologías 'no ibéricas' como son las culturas
celtas y celtíberas que están en directa relación con el creciente interés europeo por el pasado
céltico.

Ampurias Escultura de Pozo Moro Castro de Mozinho

ARQUEOLOGÍA DEL PRÓXIMO ORIENTE

Su objeto de estudio son las primeras sociedades del Viejo Mundo que conocieron la escritura.
Dichas culturas se desarrollan en un medio geográfico concreto: Tierras de Anatolia, valles del
Tigris y Éufrates, la meseta de Irán, la franja costera del Levante y el tramo inferior del Nilo.
Abarca un periodo cronológico que va desde el IV milenio a.C. hasta el cambio de Era.
A diferencia de los estudios clásicos que gozaban de una importante tradición filológica, los
estudios orientales carecían de testimonios escritos, salvo algunas referencias bíblicas, griegas y
latinas.

Por eso la Historia de Oriente dependía fundamentalmente de la Arqueología que además es la


responsable del descubrimiento de textos y archivos documentales.

La Egiptología o la Asiriología son disciplinas históricas globalizadoras que integran al


arqueólogo que domina las técnicas de excavación con ese filólogo experto en lengua egipcia,
sumeria, acadia, persa, con el ceramólogo, el epigrafista que descifra la escritura jeroglífica,
demótica o cuneiforme.

- El desarrollo histórico de la Arqueología Oriental: nace como una disciplina científica en el


siglo XIX y está unida a la Filología y a la Historia Antigua.
Hasta la fecha las culturas orientales eran conocidas a través de las fuentes bíblicas cuya
veracidad como fuente histórica era más que discutida.
Únicamente le mundo egipcio había sido filtrado al Renacimiento a través del tamiz de la cultura
romana, pero siempre vinculado al mundo de la superstición mágica.
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El interés por Egipto surge a partir de la campaña napoleónica de 1798 y a partir de entonces se
realizan grandes expediciones que dan origen a numerosas publicaciones.
El desciframiento de la primera mitad del siglo XIX de la escritura cuneiforme y la jeroglífica
permitió establecer las primeras ordenaciones cronológicas.

No obstante hay que llegar a la segunda mitad del siglo XIX para ver los primeros intentos de
realizar una labor arqueológica metódica. Destaca el arqueológo francés Mariette que creó el
'servicio de antigüedades' para controlar las excavaciones y el Museo Egipcio. Destaca también
Petrie que escribió obras de gran interés y realizó seriaciones cronológicas de gran importancia
para la zona.
Entre tanto la Arqueología Oriental se movía en los márgenes del expolio sistemático llevado cabo
sobre todo por los franceses y británicos.

El establecimiento de una arqueología científica se da a partir de las excavaciones de Babilonia


realizadas entre 1899-1917, de las de Hattusas durante la primera década del s. XX, las de Ur. En
1915 se descifra la escritura hitita.
El periodo que va desde 1920 a 1939 fue la Edad del Oro de la Arqueología del Próximo Oriente,
en los territorios bajo mandato francés y británico se establecieron servicios arqueológicos muy
eficaces y lo mismo sucede en Turquía.

En Mesopotamia la actividad se centró en la civilización sumeria con las excavaciones de Ur, de la


ciudad y del cementerio real por Woolley.
Excavaciones francesas en Kish, los alemanes en Uruk, exhuman monumentos, obras de arte y
tablillas. En 1933 André Parrot comienza los trabajos de Mari y saca a la luz una de las ciudades
más poderosas del III y II milenio a.C., así como su necrópolis.
Estos trabajos permitieron, además de mejorar el conocimiento de las culturas egipcias y asirio-
babilonias, incorporar nuevos pueblos a la Historia de la Humanidad como son los Hititas y los
Sumerios que sólo eran conocidos por la Biblia.
Surge ya en esta época la Arqueología Bíblica que adquirirá gran desarrollo a partir de la creación
del estado de Israel.

Campaña napoleónica Hattusas Ur

Con posterioridad a la descolonización del Próximo Oriente los trabajos continuaron a cargo de
instituciones locales en colaboración con misiones extranjeras. Las actividades arqueológicas de los
años 60 y 70 del s. XX se encaminaron a frenar el expolio que realizan los países desarrollados y se
potencia la conservación 'in situ' de los restos. Este fructífero período que podríamos considerar de
afianzamiento de una conciencia nacional del patriotismo arqueológico fue truncado por la recesión
económica y la escalada de la conflictividad social y bélica de la región.

La investigación sobre Egiptología y Arqueología del Próximo Oriente en las Universidades y museos
españoles carece de tradición en comparación con otros países. No obstante España lleva a cabo
misiones arqueológicas en Egipto, Siria e Israel o Jordania, cuya continuidad depende de la estabilidad
política de los países donde se practica. Las universidades más involucradas en estos trabajos son la de
Madrid, Barcelona y Coruña.
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ARQUEOLOGÍA CLÁSICA

Se entiende por Arqueología Clásica la ciencia que estudia el mundo griego y romano. Como disciplina
arqueológica nació a partir de los trabajos de Winckelmann en el siglo XVIII. Con anterioridad el interés
por el pasado era sólo un afán de coleccionismo.

Para Buckhardt (1818-1897) la Arqueología Clásica se ocupa del estudio del aspecto material de las
culturas griegas y romanas, sus precedentes, las culturas coetáneas y las que le sucedieron de manera
inmediata. Es decir, el estudio de Grecia y Roma, y admite salir de los límites así marcados únicamente
para buscar precedentes, influencias o herencias posteriores.

Hay especialistas de la misma escuela alemana que delimitan aún más el campo de la disciplina. Por
ejemplo, Rumph considera que 'la primera tarea de la Arqueología es el estudio del arte figurativo de la
antigüedad griegos y romanos, que tan notablemente supera el arte de aquellos otros pueblos a quienes
los antiguos denominaron bárbaros'.

Este concepto de Arqueología mantenido con mayor o menor amplitud de límites por especialistas
alemanes se aproxima al concepto de Arqueología Clásica que tenían los italianos. Para Bianchi
Bandinelli (1900-1975), al Arqueología estudia:
1. El arte figurativo de toda clase de obra, de cualquier materia, forma o destino.

2. Su estudio de la arquitectura en cualquiera de sus manifestaciones constructiva, espacial u

ornamental
3. La topografía, es decir, la reconstrucción de los centros habitados, vías de comunicación y

distribución de los campos agrícolas.


4. El estudio y clasificación de la cerámica que es el indicio cronológico de enorme importancia y que

por renovarse continuamente, adopta todo cambio de fabricación, de estilo, de corriente mercantil.
5. La numismática, que tiene gran importancia para la reconstrucción de la economía, de las corrientes

de tráfico, además de proporcionar documentos cronológicos, históricos y artísticos


6. La epigrafía

Es curioso señalar que los grandes destructores del mundo clásico no fueron los del medievo sino los
mecenas renacentistas debido al interés anticuarista y su afán de adornar sus palacios con restos
clásicos.

ARQUEOLOGÍA MEDIEVAL

La historia de las sociedades medievales hecha con fuentes escritas, cuenta con una tradición de estudio
y con una infraestructura científica muy superior respecto a la que dispone la Arqueología Medieval. No
hay que olvidar que la génesis de la Arqueología Medieval como disciplina ha estado fuertemente
influenciada por la propia Historia Medieval en tradiciones de estudio como la francesa, italiana o
española.

El crecimiento del número de fuentes documentales disponibles para analizar la evolución de la sociedad
que tiene lugar a partir del s. XI en Occidente obliga al arqueólogo que se ocupa de estos períodos a
utilizar de forma crítica este complejo y difícil registro informativo.

Hay que partir de una consideración importante en la que coinciden distintos autores que se han
ocupado de la cuestión: el registro material y el registro documental son diferentes y son difícilmente
complementarios, o al menos es preciso llevar a cabo esta complementación teniendo en cuenta
numerosos condicionantes que influyen en esta interacción.
La naturaleza de la información es de documentos escritos y restos materiales es distinta, de tal manera
que habrá información que podremos obtener de una y no de otra o viceversa. El problema que se
planea en la actualidad es pues cómo se construye el relato histórico a partir de registros informativos de
distinta naturaleza.

Las propuestas existentes son las siguientes:


1. Supeditar el registro arqueológico a las premisas y a los problemas planteados por la
documentación escrita (esto ha sido propio de las primeras fases de la disciplina pero hay
equipos que siguen manteniendo esta forma de trabajar)
Arqueología I | Carla Trincado Rodríguez

2. Construir el documento arqueológico sin tener en cuenta las cuestiones planteadas ni desde la
historiografía ni desde la propia arqueología, sino que existe sólo la preocupación de excavar y
elaborar catálogos y tipologías sin ir más allá (esta es la forma de trabajar de la arqueología de
gestión, preocupada por cumplir los trabajos y la entrega de memorias que se imponen desde la
administración).

Son pocos los estudios que combinan de forma equilibrada ambos tipos de registro, el documental y el
material.
La práctica de la Arqueología Medieval es reciente, ya que se ha desarrollado en la segunda mitad del s.
XX, salvo en aquellos países donde no existe fase clásica, como es el caso de los países eslavos y del
norte de Europa, en Suecia se puede rastrear los inicios de la arqueología medieval en 1919.
Se puede rastrear el comienzo de la arqueología a partir de las fechas de fundación de las revistas
especializadas:
- Medieval Archaeology – 1957
- Archéologie Médiévale – 1971
- Zeitschrift für Archäologie des Mittellalters – 1973
- Archeologia Medievale -1974
- Boletín de Arqueología Medieval -1986

En Gran Bretaña, a partir de la II Guerra Mundial, a raíz de la excavación en las ciudades medievales
que se intentan restaurar y rehabilitar, destruidas por la guerra se le ofrece la oportunidad a los museos
la oportunidad de analizar las fases iniciales de numerosas ciudades. Hacia los años 60 se desarrollarán
actividades vinculadas a la arqueología urbana, siendo importante para su definición. En la actualidad,
existen cientos de profesionales dedicados al desarrollo del fenómeno urbano en época medieval
trabajando en más de una cincuentena de equipos.
De forma paralela se desarrollará el estudio del mundo rural, pues la mecanización del campo tras la
guerra implicó un aumento progresivo de la destrucción del patrimonio arqueológico. Se encargan de
excavar los denominados ‘despoblados’ (poblados abandonados), a partir de la documentación histórica,
llegaron a detectarse más de 13.000 aldeas existentes en Inglaterra en el año 1066, momento de la
conquista normanda.

Despoblado de Wharram Percy (Yorkshire). Vista aérea y reconstrucción

Además del estudio de los patrones de doblamiento rural y urbano, el estudio de iglesias y monasterios
permitió realizar estudios paleoantropológicos de gran interés. Asimismo se ha profundizado en el
estudio de las estructuras productivas.

En Francia, la tradición anticuaria, del XVIII parece más fuerte, mostrando interés por los castillos y
catedrales, pero nuevamente hasta mediados del s. XX no se constituirá como disciplina. Al igual que los
británicos se desarrollará una arqueología medieval preocupada por la formación de las aldeas feudales
y sentar las bases para la definición de una sólida arqueología rural. Si bien existe una fuerte relación
entre la arqueología medieval y la historiografía, haciendo incluso que los historiadores documentalistas
sean los que tienen más en cuenta las fuentes arqueológicas. Se ha prestado asimismo preocupación
por el mundo rural más antiguo, entre el IV y VIII, a la cultura material como elemento para la datación,
así como analizar problemas de producción y circulación de esos materiales en el mundo medieval,
siendo la bibliografía francesa preocupada por las relaciones con el Mediterráneo. La arqueología
preventiva, también iniciada en los años 70 del siglo pasado será clave para impulsar los estudios en
arqueología medieval.
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En Italia, a pesar de haber tenido un proceso de formación y maduración más lento, ha jugado un papel
más significativo en la construcción disciplinar, tanto en sus aportaciones metodológicas como en las
teóricas. Al igual que el caso francés el papel de los historiadores ha sido fundamental en la construcción
de las bases disciplinares. En la actualidad es un marco de referencia europeo. Asimismo su influencia
en el desarrollo de la Arqueología Medieval en España ha sido más significativa que otras experiencias
europeas.

En España, su práctica es reciente. Hay un desarrollo de la Alta Edad Media desde una perspectiva de
la ‘arqueología visigoda’, una segunda corriente orientada al estudio del registro material andalusí (sobre
todo con miradas hacia edificios monumentales como la Alambra o la mezquita de Córdoba). Desde la
Arqueología andalusí se introdujo la arqueología medieval en la universidad española por primera vez, a
través de la creación de la cátedra en 1912 de arqueología arábiga. En los años setenta, en Cataluña se
empiezan a desarrollar preocupaciones por la arqueología medieval que se lleva a cabo en el resto de
Europa. Pero sólo hasta los años 80 no se realiza el primer congreso de Arqueología Medieval Española
(1985 en Huesca). En la actualidad no se ha logrado todavía la consolidación en el ámbito académico en
España, a pesar de la existencia de un gran desarrollo de investigaciones tanto en el ámbito urbano
como rural, sobre iglesias y conjuntos monumentales y el desarrollo de la denominada arqueología de la
arquitectura.

ARQUEOLOGÍA HISTÓRICA

•Rama relativamente reciente de la arqueología y poco conocida.

•La documentación arqueológica es distinta de la escrita, cartográfica e iconográfica. El mundo de las


cosas, de las palabras y de las imágenes deben dialogar entre sí, pero no son ámbitos ni espacios
idéntico, que puede superponerse o integrarse de forma acrítica.

•Es la última arqueología de período en desarrollarse. Tiene muchas denominaciones: Arqueología de


las Sociedades Modernas, Arqueología de los Tiempos Modernos, Arqueología Moderna y
Contemporánea, … la más utilizada es Arqueología posmedieval. Se encuadra entre los ss. XVI y
XVIII.

•La denominada Arqueología Industrial se dedicaría al período de la Revolución Industrial.

•El mayor desarrollo de estas arqueologías se ha llevado a cabo en Norteamérica y Australia, aunque en
Gran Bretaña ya se comienza a editar en 1967 la revista Post Medieval Archaeology como indicio de
preocupación de la arqueología por períodos más recientes.

•En España, en general, no es tanta la indefinición de esta rama de la arqueología como la inexistencia
de su práctica. Sus comienzos, como en el resto de Europa ha llegado desde la arqueología urbana,
pero habitualmente se documentan los restos, se hace inventario del material y no se va más allá. Los
temas actualmente más destacados son: el mundo urbano, la arqueología de las edificaciones
monumentales, los contextos de producción en el medio rural y la obra pública, y el estudio de la
cerámica. En relación con la historia de América tampoco se ha desarrollado lo que se denomina
arqueología colonial, que ofrece gran potencial para reconstruir el proceso colonizador del Imperio
Español en América.

Gres alemán
Arqueología I | Carla Trincado Rodríguez

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