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Curso
DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO
Tema
Docente
MIRKO JUAN JOSE
SUCESIÓN DE ESTADOS Y LAS COMPETENCIAS PERSONALES
DE LOS ESTADOS
INTRODUCCIÓN
Una de las funciones principales del Derecho internacional es, la de delimitar y distribuir
las competencias estatales.
Se plantea como un problema las competencias que ejerce el Estado sobre las personas
que no son nacionales suyas y que se encuentran en un territorio sobre el que el Estado
ejerce exclusivamente jurisdicción. Este es el caso de algunas situaciones ya históricas
como el ejercicio de competencias sobre los habitantes de territorios sometidos a
mandatos, a protectorado y a otras situaciones especiales.
En el derecho Internacional el reparto de las competencias parte del Estado por su carácter
territorial y por su población.
3. La Nacionalidad
La nacionalidad es un vínculo jurídico que permite identificar a la persona como parte de
la población o elemento constitutivo del Estado. El art 2 del Convenio Europeo sobre
Nacionalidad, del 6 de noviembre de 1997; define: “vinculo jurídico de una persona y
Estado”; esta vinculación entre sujeto y Estado produce una serie de efectos.
La nacionalidad es el vínculo jurídico que une a la persona con el estado y tiene la doble
vertiente de ser un derecho fundamental y constituir el estatuto jurídico de las personas.
Por esta relación, el individuo disfruta de unos derechos que puede exigir a la
organización estatal a la que pertenece y ésta, como contrapartida, puede imponerle el
cumplimiento de una serie de obligaciones y deberes.
B. Determinación de la nacionalidad
C. Efectos de la Nacionalidad
Toda persona tiene derecho a una nacionalidad; según el artículo 5.1 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos.
Todo niño tiene derecho a una nacionalidad; según el artículo 24.3 del Pacto Internacional
de los Derechos Civiles y Políticos.
"Son peruanos por nacimiento los nacidos en el territorio de la República. También lo son
los nacidos en el exterior de padre o madre peruanos, inscritos en el registro
correspondiente durante su minoría de edad. Son asimismo peruanos los que adquieren la
nacionalidad por naturalización o por opción, siempre que tengan residencia en el Perú."
El Perú acepta doble y hasta múltiple nacionalidad, porque "la nacionalidad peruana no
se pierde". Por otro lado, la Ley de Nacionalidad, Ley No. 26574, dada el 21 de diciembre
de 1995, "regula los vínculos jurídicos, políticos y sociales concernientes a la
nacionalidad peruana, de acuerdo con los preceptos de la Constitución Política y los
Tratados celebrados por el Estado y en vigor" (artículo 1 de la Ley de Nacionalidad).
Los padres no pueden renunciar a la nacionalidad peruana en nombre de sus hijos menores
de edad, pues de acuerdo a dispositivos legales actualmente vigentes, sólo los mayores de
edad pueden hacerlo.
Para poder suscribir la escritura pública de renuncia a la nacionalidad peruana, hay que
ser mayor de edad y tener un DNI vigente.
El poder del Estado sobre sus súbditos se ejerce de forma plena dentro del territorio del
mismo. Cuando dichos súbditos se encuentran en el extranjero, el Estado no puede ejercer
sobre los mismos su competencia de ejecución sin el consentimiento del Estado en que
se encuentran sus nacionales. Ello no quiere decir que el Estado no tenga el poder de
llamar a los súbditos que se encuentran en el extranjero
Para los casos en los que los súbditos no respondan a dicho llamamiento, los Estado han
procurado, a través de algunos tratados de emigración y servicio militar, que les sean
entregados. Además, los Estados a través de los Acuerdos de Establecimiento procuran
un trato especial para sus nacionales cuando éstos se encuentren en el extranjero. A falta
de tratados, el Estado tiene derecho a que se garantice a sus nacionales un tratamiento que
no esté por debajo del llamado standard mínimum.
5. Extranjería
A. Concepto de extranjero
Para determinar quiénes son extranjeros para un Estado en concreto existen dos criterios:
Extranjeros que poseen una nacionalidad de la que no puede servirse por razones
políticas. Por lo tanto, es inefectiva.
Como los nacionales, los extranjeros y los apátridas están en principio sometidos al
Derecho interno del Estado en cuyo territorio se encuentran ocasional o permanentemente
y, muy especialmente, a las normas de aplicación territorial, de seguridad pública y, en
general, a todas aquellas cubiertas por el concepto del orden público interno e
internacional.
También les obligan las normas internas administrativas que el Estado promulga para
reglamentar el régimen de los extranjeros (como las obligaciones de estar provistos de
pasaporte, de inscribirse en registros especiales o de proveerse de autorizaciones
especiales de trabajo, etc.).
Corresponde al Derecho Internacional Público regular los límites que tiene el ejercicio de
esa competencia personal sobre los extranjeros. En este sentido, si bien respecto de sus
nacionales el Estado se ve escasamente limitado por el DI (fundamentalmente por medio
de las normas relativas a los derechos humanos), respecto de los extranjeros la soberanía
del Estado no sólo se ve limitada por las normas internas citadas, sino por normas
impuestas por el DI. Dichas limitaciones pueden proceder:
Del Derecho Internacional General. Aquellas que están dirigidas a garantizar y a hacer
respetar el standard minimum internacional.
D. La entrada de los extranjeros
Respecto de aquellos que pretendan establecerse en el país con ánimo de trabajar en él,
no es infrecuente que de iure o de facto se llegue en la práctica a distinguir entre aquellos
que llegan al país por motivos turísticos de los que lo hacen por otros motivos, exigiendo
determinadas autorizaciones previas para trabajar.
En el momento actual de la evolución del DI cabe afirmar la formación de una norma que
prohíbe a los Estados la discriminación a efectos de entrada entre los súbditos de un país
y los de otro (salvo que medien circunstancias especiales, como la no existencia de
relaciones diplomáticas o consulares o la imposibilidad de garantizar la seguridad de
dichas personas). La negativa a admitir súbditos de un determinado país sería contraria
no solamente a las normales relaciones de amistad entre los Estados, sino también al
Derecho Internacional Contemporáneo, en el que las discriminaciones en principio son
consideradas contrarias al mismo. Ahora bien, este principio no impide la posibilidad de
establecer regímenes preferentes que se aplican a la entrada y permanencia de
determinados extranjeros, así como a su estatuto en el ordenamiento interno del Estado
receptor.
Del Derecho Internacional Convencional. Los Estados procuran conseguir que los
tratados que celebran con otros Estados en cuyo territorio residen nacionales de los
primeros reconozcan derechos en beneficio de éstos. Estos tratados dan lugar a un
régimen particular para los nacionales de los Estados contratantes.
E. La expulsión de los extranjeros
Lo anterior no quiere decir que el extranjero se encuentre en todos los casos sin ninguna
garantía ante las expulsiones. Lo que queremos decir es que no está protegido frente a las
expulsiones por un conjunto de normas del DI. No obstante, existen en la mayoría de los
ordenamientos internos normas que reglamentan la expulsión. Ahora bien, el Estado
podría incurrir en responsabilidad internacional por expulsiones arbitrarias basadas en
decisiones de las autoridades internas.
Tener asegurado el libre acceso a los Tribunales y no ser discriminados ante ellos
por razones de nacionalidad. Dicho derecho va íntimamente ligado a la
responsabilidad internacional del Estado por “denegación de justicia”.
Derecho a poder ejercitar determinados derechos civiles básicos, como son los
relativos a las relaciones paterno-filiales y, en general, a los admitidos en la
mayoría de los Estados como derechos de familia.
1. ASILO
Las personas comprendidas entre las citadas en el art. 14 DUDH y las que luchen
contra el colonialismo tienen derecho a que no se les niegue la entrada en el
territorio de los Estados y a no ser expulsadas o devueltas a cualquier otro Estado
en que puedan ser objeto de persecución.
Quedan excluidos del asilo los que hayan cometido delitos contra la paz, crímenes
de guerra o delitos contra la Humanidad. Dichos delitos se consideran como
crímenes internacionales.
El asilo debe ser respetado por todos los demás Estados. La situación de las
personas que se beneficien del asilo interesa a toda la Comunidad Internacional.