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Editorial

Algo anda mal o algo no anda bien


Algo anda mal o algo no anda bien, no es una
sensación, es la realidad cruda a la que
obligadamente tenemos que enfrentarnos en el
día a día y no en todo lo que sucede y sigue
sucediendo tenemos que buscar como culpable
al descarado coronavirus que vino a desnudar
aún más la fragilidad de todo el aparato
institucional que está hecho así para que sea
disfuncional, no, las cosas andan muy mal
desde hace rato, nunca hemos tenido una
verdadera política pública de empleo, una
acertada política pública de salud, de educación,
de saneamiento básico. Los gobiernos de vieja
data nos han carameleado con las no confiables
informes del Departamento Nacional de
Estadística DANE y que alharaca cuando
supuestamente según el DANE se logra subir
un pin o un punto en la generación de empleo u
ocupación de colombianos y meten en la misma
canasta a los que se ocupan por la necesidad del
rebusque; esa gran franja de la economía
informal que tienen que auto ocuparse simple y
llanamente porque no pueden dejarse morir de
hambre y sin embargo son informales porque
hasta vergüenza da decir que son ilegales, en
cuanto a la salud creo que no hay que hacer un
ingente esfuerzo para comprender la fragilidad
de este sensible e importante servicio que con la
expedición y aplicación de la Ley 100 de 1993
se privatizo convirtiendo la salud en un foco de
corrupción y aunque se dice que la culpa no es
de la Ley 100 que en el fondo según algunos
guarda muchas bondades, lo cierto es que ha
sido utilizada para enriquecer a algunos
presidentes de estos operadores de la salud
verbo y gracia Carlos Palacino que sigue
disfrutando de las mieles de su defalco de la
operadora de Salucoop en la paradisiacas islas
Miami Beach de los Estados Unidos después
que el Tribunal superior de Bogotá ordenara su
libertad. Lo mismo podríamos decir de la
fragilidad del sistema educativo cuando en las
universidades publicas la oferta de cupos es
demasiado inferior a la demanda frustrando el
anhelo de una gran mayoría de jóvenes que no
pueden acceder a la educación superior para
formase profesionalmente y así aspirar a tener
una mejor calidad de vida.
En lo local, el coletazo de esta
disfuncionalidad estatal se da, en el día a día
con la inseguridad social, que no son solo los
atracos y secuestros, sino la salud mental de los
ocañeros algo no nada nuevo en la ciudad y el
país como el caso más reciente de suicidio
sucedido en la calle del mango un hombre que
decidió terminar con sus días, aun que
desconocemos que lo llevo a tomar esa
determinación fatal colegimos que algo anda
mal o algo no anda bien.

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