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Cultura

¿Ocaña culta? ¡Nostalgias Del pasado!

POR: ARMANDO JIMENEZ MARTINEZ

Una de las características que identifica el ser y el actuar de manera provinciana, es de


magnificar y sobredimensionar un hecho local ya sea de carácter artístico cultural o de otra
índole. Hace algunos años, escuché la expresión: “El concierto del siglo” para referirse a una
presentación musical común y corriente o el recital poético iberoamericano, para describir la
lectura o el intercambio de poemas, de algunos poetas, muchos de ellos desconocidos en el
ámbito nacional e internacional.

Si bien es cierto, que hay que tener respeto por la creatividad de todos los artistas, sin
minimizarlos, también es cierto que hay que poseer cierto nivel de formación intelectual para
aprender a distinguir lo valioso y la calidad artística en una composición, en su justa
proporción, para no caer en la magnificación y creernos que por ser ocañeros, somos el
ombligo cultural del mundo, y que todo aquello que no pase por Ocaña, no merece un minuto
de nuestra atención.
Ocaña y su antigüa Provincia, en el pasado, ha tenido diversas manifestaciones artístico
creativas, en el campo de la literatura, como la novela “Muros de la Ciudad” de Felipe Antonio
Molina,“Una derrota sin Batalla” de Luis Tablanca, ambas de corte tradicional costumbrista,
en un presente no muy lejano “El último Correo” de Benjamín Casadiegos, que rompe con el
estilo anterior, y se sitúa en la corriente de la novela contemporánea de la combinación de los
dos planos narrativos, con el libre fluir de la conciencia.

En el campo lírico Ocaña, ha tenido buenos poetas: Adolfo Milanés (Euquerio Amaya), Luis
Eduardo Páez Courvel, Marco Aurelio Carvajalino, Santiago Rizo Rodríguez, Jorge Pacheco
Quintero. Alejo Amaya, entre otros. Estudiosos del idioma como Ciro Osorio y Ciro Alfonso
Lobo Serna.

Rimbonbante también suena que Ocaña, en la actualidad, cuenta con 94 bardos o poetas
ocañeros, nada más alejado de la realidad. No hay que confundir el hacer un verso, con ser
poeta, versificadores hay por montones, pero, ¿poetas? ¡Realmente pocos! Cuando lleguen a
la altura de un Adolfo Milanés, de un Jorge Luis Borges, de un José Asunción Silva, de un
Porfirio Barba Jacob, de un Walt Whitman, o un León de Greiff, o Juan Manual Roca, o Luis
Vidales, digan con orgullo: ¡SOY POETA! Antes, no.

En el campo musical, de las Artes Plásticas, del teatro y del folklor, en el pasado Ocaña,
también se ha destacado, pero será materia de análisis, en otras entregas periodísticas. Hoy en
éstos campos se mantienen las actividades, con muchos altibajos, y ha perdido calidad.

Ocaña, culturalmente viene en una decadencia aguda y prolongada, por los egos engordados
de algunos artistas, por el poco estímulo económico que reciben, de los entes que le
corresponden liderar éstos procesos: Secretaria de cultura municipal, Universidad UFPS,
funcionarios que no reúnen el perfil para éstos cargos, sin programas y sin políticas culturales.
Por eso culturalmente, estamos viviendo de las NOSTALGIAS DEL PASADO.

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