El patrullero Alarcón disparó y mató a un joven de 17 años que estaba pintando grafitis. Alarcón afirmó que el joven estaba robando un bus y portaba un arma, pero las pruebas forenses mostraron que el joven solo tenía pinturas y que nunca portó un arma. Se descubrió que Alarcón y otros policías plantaron un arma en la escena del crimen para encubrir el asesinato.
El patrullero Alarcón disparó y mató a un joven de 17 años que estaba pintando grafitis. Alarcón afirmó que el joven estaba robando un bus y portaba un arma, pero las pruebas forenses mostraron que el joven solo tenía pinturas y que nunca portó un arma. Se descubrió que Alarcón y otros policías plantaron un arma en la escena del crimen para encubrir el asesinato.
El patrullero Alarcón disparó y mató a un joven de 17 años que estaba pintando grafitis. Alarcón afirmó que el joven estaba robando un bus y portaba un arma, pero las pruebas forenses mostraron que el joven solo tenía pinturas y que nunca portó un arma. Se descubrió que Alarcón y otros policías plantaron un arma en la escena del crimen para encubrir el asesinato.
El 19 de agosto de 2011, un joven de 17 años de edad se encontraba pintando grafitis por la avenida suba en el noroccidente de Bogotá junto con unos amigos, el patrullero de la policía metropolitana de Bogotá Wilmer Antonio Alarcón accionó con su arma de fuego al joven. Se relata que el patrullero Alarcón retuvo a Felipe becerra y sus amigos para una “requisa de rutina”, y que después de revisar su mochila Alarcón le dijo algo al diego Felipe que hizo que saliera corriendo y tras una persecución el uniformado desenfundo y accionó sin justificación alguna su arma de dotación contra el menor de edad causándole una herida mortal en la espalda. Un conductor que pasaba por el sector traslado a Felipe becerra hasta la clínica Shaio, pero el joven murió por la gravedad de la herida. El patrullero justifico su actuar relatando que el joven se encontraba robando un bus de servicio público y salió corriendo con un maletín a lo cual Alarcón hizo la persecución y que en “legítima defensa” le disparo ya que diego Felipe portaba un arma de fuego. Se tenía que demostrar quien había plantado un arma de fuego y que se buscaba con esto, la abogada pachon quien asumió la defensa aseguró que las pruebas evidenciaban la alteración de la escena del crimen con el propósito de desviar la investigación y hacer pasar al joven como un delincuente. Esto se aclaró con el testimonio de los uniformados adscritos a la policía metropolitana de Bogotá Navarrete, rodríguez y Tovar quienes ayudaron a Alarcón a alterar la escena, adquiriendo un arma de fuego en el mercado negro. Relación del caso con medicina legal y criminalística Ya que la medicina legal es la disciplina que efectúa el estudio teórico y practico de los conocimientos médicos y biológicos necesarios para la resolución de problemas jurídicos y el objetivo de la criminalística es recrear la escena del crimen descubrir al indiciado o sospechoso y relacionarlo con esta, por medio de la epistemología de una ciencia, la lógica y la razón más allá de toda duda razonable. Se dijo que el joven solamente portaba pinturas y aerosoles en su maletín. Las pruebas forenses concluyeron que nunca había portado un arma de fuego por esta razón las acusaciones que se estaban haciendo en diferentes medios de comunicación oficiales de la policía nacional fueron tumbadas. También en un informe de balística indico que el arma tenía varias fallas y para ser accionada necesitaba de un conocimiento alto en el manejo de armamento y el informe de medicina legal arrojo que las manos del joven no tenían rastros de pólvora ni en su mochila se habían encontrado rastros del arma.