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Apuntes Moshinsky - Recortado PDF
Apuntes Moshinsky - Recortado PDF
Editados por:
Gastón Garcı́a Calderón y
Rafael Pérez Pascual
ISBN: 978-607-2-00012-4
Prefacio
Desde finales de los años cincuenta, y por varias décadas, el maestro Mar-
cos Moshinsky impartió en la Facultad de Ciencias de la UNAM el curso
obligatorio de Mecánica Cuántica (Fı́sica Teórica IV) del plan de estudios
de la licenciatura en fı́sica. Para muchos de los alumnos de aquellas gene-
raciones ese curso fue su primer contacto con la fı́sica cuántica, por lo que
quedó grabado en su formación.
En lo general se trata de un curso introductorio, pero que, en muchos
aspectos y en el tratamiento de algunos temas, puede considerarse avanzado
dentro del nivel de licenciatura en el que estaba enmarcado. Esto, aunado a la
visión, estructura y enfoque que Marcos Moshinsky le dio a sus enseñanzas,
le daban al curso una originalidad temática y conceptual que, junto a un
enfoque didáctico propio, lo hacen ser distinto a lo que se puede encontrar
en muchos de los textos tradicionales sobre la materia.
El Dr. Elpidio Chacón, alumno y posterior colaborador de Moshinsky,
se dio a la tarea de generar apuntes o notas sustentadas en el curso y con
ello facilitar su estudio a quienes lo tomasen. En los primeros años de la
década de 1960 se comenzaron a distribuir en la Facultad de Ciencias copias
de estos apuntes; en un principio fueron producidas con la técnica conocida
como ditto y después en mimeógrafo.
Estos apuntes reflejan con exactitud el curso, tanto en su contenido como
en su orientación, concepto y dirección didáctica. Por ello, constituyen una
memoria de lo que por muchos años fue un elemento importante en la forma-
ción de los fı́sicos de la UNAM. Consideramos, por tanto, que estos apuntes
constituyen un documento interesante en el contexto de la enseñanza de la
fı́sica en México.
Desafortunadamente las técnicas disponibles en esos tiempos para repro-
ducir los apuntes eran muy deficientes. Los textos se transferı́an en máquina
de escribir dejando espacios para las fórmulas, las que se incorporaban en
forma manuscrita; en ocasiones el espacio dejado era insuficiente para la
fórmula, en otras no se podı́a acomodar en el lugar más adecuado y, dada
la dificultad o casi imposibilidad para hacer correcciones, muchos defectos y
erratas quedaban impresas. La naturaleza de estas técnicas producı́a también
un número importante de fallas de impresión, fórmulas borrosas, subı́ndices
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Los editores
Mayo de 2008
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ÍNDICE GENERAL
ix
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+(ν)
Rayleigh-Jeans
Experimental
1
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2
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Es bien sabido que las dimensiones atómicas son del orden de 10−8 cm.
Tomando a = 10−8 cm resulta que la acción S = 13.6 × 10−27 erg-seg ≈ 2h.
3
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Relatividad especial
5
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Relatividad especial
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Relatividad especial
y reemplazando (x′ /t′ ) y (x/t) por c queda una ecuación para determinar
a1 . El resultado es:
±1
a1 = p .
1 − β2
Como para v = 0 la transformación debe ser x = x′ , t = t′ hay que tomar
el signo positivo. En conclusión, la relación entre los sistemas inerciales S y
S ′ (Transformación de Lorentz) es:
donde,
1
γ=p .
1 − β2
En otras formas equivalentes:
x′0 γ −γβ 0 0 x0
′
x1 −γβ γ 0 0
x1
x′ = 0
2 0 1 0 x2
x′3 0 0 0 1 x3
o
X ′ = AX,
3
µ ′
X (2.9)
(x ) = aµν xν , (µ = 0, 1, 2, 3),
ν=0
7
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Relatividad especial
con
1 0 0 0
0 −1 0 0
k gµν k=
0 0 −1 0
0 0 0 −1
permanece invariante frente a transformaciones de Lorentz, es decir:
2 2 2 2
c2 t′ − x′ − y ′ − z ′ = ct2 − x2 − y 2 − z 2 . (2.10)
t′ = t, x′ = x − vt, y ′ = y, z ′ = z. (2.11)
es invariante de Lorentz.
Es de notarse que los dos términos que figuran en esta expresión son de
muy diferente orden de magnitud para los acontecimientos que observamos
en nuestra experiencia cotidiana.
En efecto, los intervalos de espacio y tiempo que nos parecen más naturales
son: | ∆~r | del orden de 1 metro y | ∆t | del orden de 1 segundo, de modo
que:
c | ∆t | ∼
= 108 | ∆~r | .
Debido a esta enorme desproporción nos parece que no hay conexión en-
tre los dos términos y que cada uno de ellos por separado es un invariante
| ∆t | = invariante y | ∆~r | = invariante, lo cual serı́a correcto si la ley
de transformación entre dos sistemas inerciales fuera la transformación de
Galileo dada por la ecuación (2.11). Vamos a dar un ejemplo hipotético de
una situación análoga en un espacio euclidiano de 3 dimensiones. Suponga-
mos que en este espacio viven seres de forma cilı́ndrica llamados gusanoides,
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Relatividad especial
que tienen una altura (dirección del eje Z) muchı́simo mayor que su grosor
(dirección paralela al plano XY ). Debido a esa constitución tan especial, los
intervalos de longitud que a ellos les parecen naturales son de muy diferente
magnitud según se trate de dos puntos sobre una recta paralela a Z o de
dos puntos sobre un plano paralelo a XY . Encuentran que:
q
2 2
| ∆z | ≫ (∆x) + (∆y)
y suponen que no hay conexión alguna entre esos intervalos, que cada uno
separadamente es un invariante en su mundo. Un ser humano que visitara el
paı́s de los gusanoides (o un gusanoide suficientemente inteligente) les harı́a
ver que no hay dos invariantes en ese mundo sino uno solo:
Por analogı́a, podemos afirmar que los seres humanos somos en cierto modo
gusanoides en el tiempo.
Las leyes de Newton de la mecánica clásica sólo están de acuerdo con el
postulado I, es decir ellas son invariantes ante transformaciones de Galileo.
Necesitamos encontrar nuevas ecuaciones de movimiento que estén de acuer-
do tanto con el postulado I como con el II; es decir, que sean invariantes ante
las transformaciones de Lorentz. Para deducirlas partiremos del principio de
la mı́nima acción el cual es un principio variacional.
El problema fundamental del cálculo de variaciones consiste en encontrar
una función x(t) que sea tal que la integral:
Z t2
S= L(x, ẋ, t)dt (2.12)
t1
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Relatividad especial
las cuales coinciden con x(t) en los extremos del intervalo de integración. La
integral (2.12) se convierte en una función del parámetro continuo α
Z t2
S (α) = L(x, ẋ, t)dt,
t1
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Relatividad especial
d ∂V
(mẋ) = − ,
dt ∂x
que no es más que la segunda ley de Newton: mẍ = Fx . La función (energı́a
cinética – energı́a potencial) se llama lagrangiano del sistema.
Para encontrar la ecuación del movimiento relativista de una partı́cula
necesitamos primero redefinir la acción. Nos restringiremos al caso de una
partı́cula libre. En la mecánica clásica la acción definida en (2.15) posee las
siguientes propiedades:
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Relatividad especial
12
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Relatividad especial
3
X
µ ′
(ω ) = aµν ω ν .
ν=0
dxi ẋi
=p , (i = 1, 2, 3).
dτ 1 − v 2 /c2
13
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Relatividad especial
Ondas elecromagnéticas
1 ∂2E~ ~
1 ∂2H
~−
∇2 E = 0; ~ −
∇2 H = 0. (2.25)
2
c ∂t 2 c ∂t2
2
~ y de H
Es decir, las componentes cartesianas de E ~ satisfacen la ecuación de
onda. Llamando φ a una de estas componentes, si escribimos
h ω i
φ = exp i kx x + ky y + kz z − ct , (2.26)
c
y sustituimos en (2.25), encontramos que esta función satisface la ecuación
de onda si las constantes ~k y ω/c obedecen la siguiente condición:
ω2
kx2 + ky2 + kz2 = . (2.27)
c2
Una solución de las ecuaciones (2.24) será entonces del tipo
h i
E~ =E ~ 0 exp i ~k · ~r − ωt ,
h i (2.28)
H~ =H ~ 0 exp i ~k · ~r − ωt ,
14
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Relatividad especial
~ =E
E ~ 0 exp i [k~e · ~r − ωt] ,
λν = c. (2.32)
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La hipótesis de de Broglie
y la ecuación de Schrödinger
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18
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h h
λ= =√ = 1.8 × 10−8 cm. (3.9)
mv 2mE
19
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∂Ψ i ∂2Ψ E2
= − EΨ = − Ψ (3.13)
∂t ℏ ∂t2 ℏ2
y
i p2
∇Ψ = ~p Ψ ∇2 Ψ = − 2 Ψ, (3.14)
ℏ ℏ
de modo que si E y p~ están ligadas por la relación clásica no relativista
1 2
E= p , (3.15)
2m
se deduce que Ψ debe satisfacer a la ecuación diferencial parcial
∂Ψ ℏ2 2
iℏ + ∇ Ψ = 0. (3.16)
∂t 2m
Esta es la ecuación de Schrödinger para una partı́cula libre. Observemos
que las ecuaciones (3.16), (3.15) y (3.12) son equivalentes a (2.25), (2.26)
y (2.27) respectivamente.
Cuando las partı́culas no son libres sino que están sujetas a la acción
de un campo de fuerzas derivables de un potencial V (~r), afirmamos que la
ecuación de Schrödinger para la onda asociada es:
∂Ψ ℏ2 2
iℏ + ∇ Ψ − V (~r)Ψ = 0. (3.17)
∂t 2m
La justificación de esta afirmación la haremos demostrando que la ecuación
(3.17) satisface otro de los requisitos exigidos a la mecánica ondulatoria: que
en el lı́mite ℏ = 0 (o equivalentemente, la acción ≫ ℏ) debe dar las leyes de
la mecánica clásica. Esta propiedad debe ser análoga a la que existe en el
caso de la óptica en donde la ecuación de onda en el lı́mite de λ = 0 da las
leyes de la óptica geométrica.
Analizaremos primero el caso óptico. La ecuación de onda en un medio
de ı́ndice de refracción n(~r) variable con la posición, es
n2 ∂ 2 Φ
∇2 Φ − = 0. (3.18)
c2 ∂t2
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c2 2
(∇L)2 − n2 = ∇ L y
ω2 (3.21)
2 (∇L · ∇A) + A∇2 L = 0.
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el cual es llamado principio de Fermat que, como es bien sabido, describe las
trayectorias de los rayos luminosos en la óptica geométrica. De esta manera
hemos obtenido el concepto de rayo luminoso de la óptica geométrica al
pasar al lı́mite λ = 0 en la óptica ondulatoria.
En lo que respecta a la segunda ecuación en (3.21) examinaremos única-
mente el caso unidimensional. Multiplicando esa ecuación por A se ve que
es equivalente a:
d 2 dL
A = 0,
dx dx
por lo tanto, en combinación con (3.22) A2 n=cte. En resumen, la solución
aproximada de la ecuación (3.19) en el caso unidimensional, es:
±A0 ω
Z
φ (x) = p exp ±i n (x) dx . (3.26)
n(x) c
Vamos ahora a repetir los razonamientos de los dos párrafos anteriores
pero aplicados a la ecuación (3.17). Para una partı́cula de energı́a total
constante ponemos Ψ(~r, t) = ψ(~r) exp(−iEt/ℏ) y obtenemos la ecuación de
Schrödinger independiente del tiempo:
ℏ2 2
∇ ψ + (E − V ) ψ = 0. (3.27)
2m
Proponemos una solución del tipo
i
ψ(~r) = A(~r) exp W (~r) ; (3.28)
ℏ
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V(x)
V0
región 1 región 2 x
d2 ψ1 2mE
2
+ k2 ψ1 = 0; k2 = ,
dx ℏ2 (4.5)
d2 ψ2 2m (E − V0 )
+ ν 2 ψ2 = 0; ν2 = .
dx2 ℏ2
Las soluciones de estas ecuaciones son del tipo e±ikx ó e±iνx y se pueden
interpretar, como en el caso óptico (capı́tulo 3), como haces de partı́cu-
las monoenergéticas propagándose en la dirección (±x). Una solución que
podrı́a ocurrirse es:
ψ1 = eikx , ψ2 = Beiνx ,
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ψ1 = eikx + Ae−ikx ,
(4.6)
ψ2 = Beiνx .
1
Transmisión
Reflexión
0 V0 E
27
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d2 ψ1 d2 ψ3 2mE
+ k2 ψ1 = 0; + k2 ψ3 = 0; k2 =
dx2 dx2 ℏ2
y para la región 2:
d2 ψ2 2m (V0 − E)
− ν 2 ψ2 = 0; ν2 = . (4.7)
dx2 ℏ2
Supongamos que la situación experimental es la siguiente: un haz de
partı́culas monoenergéticas provenientes de −∞ inciden sobre la barrera;
de acuerdo a la mecánica clásica, todas las partı́culas serı́an reflejadas en
x = 0 y uno esperarı́a una solución en que ψ3 = 0. Sin embargo, se pue-
de ver fácilmente que ψ3 = 0 implica ψ2 = 0, y con ψ2 = 0 no se puede
satisfacer la condición de continuidad de ψ y ψ ′ en x = 0. Debido a esto
proponemos una solución de este tipo:
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1+A=B
ν
1−A =C
ik
(4.9)
B cosh νa + C senh νa = D exp ika,
ik
B senh νa + C cosh νa = D exp ika.
ν
De las dos últimas se obtiene:
ik
B = eika (cosh νa − senh νa)D,
ν
ik
C = eika ( cosh νa − senh νa)D,
ν
y sustituyendo en las dos primeras queda un sistema de dos ecuaciones para
A y D. De ellas se deduce:
exp(−ika)
D= ,
cosh νa + 2i νk − kν senh νa
(4.10)
− 2i νk + kν senh νa
A= .
cosh νa + 2i νk − νk senh νa
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V(x)
V0
x
región 1 región 2 región 3
d2 ψ2 2m (E − V0 )
+ ρ2 ψ2 = 0; ρ2 = .
dx2 ℏ2
30
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2
|D|
1.0
0.8
0.6
0.4
0.2
0.0
0 1 2 3 4 5
E / V
0
d2 ψ1 d2 ψ3 2m(−E)
− ν 2 ψ1 = 0; − ν 2 ψ3 = 0; ν2 = , (4.12)
dx2 dx2 ℏ2
y para la región 2 la ecuación es:
d2 ψ2 2m (E + V0 )
+ k2 ψ2 = 0; k2 = . (4.13)
dx2 ℏ2
Observemos que la energı́a potencial en este problema es una función par,
es decir V (x) = V (−x). Ahora bien, en la ecuación:
d2 ψ (x) 2m
+ 2 [E − V (x)] ψ (x) = 0
dx2 ℏ
podemos cambiarle de nombre a la variable independiente y llamarla (−x):
d2 ψ (−x) 2m
+ 2 [E − V (−x)] ψ (−x) = 0.
d (−x)2 ℏ
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V(x)
x
-a/2 a/2
-V
0
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ψ2 = A sen kx,
(4.15)
ψ3 = B exp (−νx) .
ka ka
ν sen + k cos = 0,
2 2
o bien
ξ
tan ξ = − p , (4.16)
α2 − ξ 2
con p √
ka 2m (V0 + E) 2mV0
ξ≡ = a; α= a. (4.17)
2 2ℏ 2ℏ
La ecuación trascendente (4.16) tiene un número finito de raı́ces reales:
ξ1 , ξ2 , . . . , ξN . Con cada raı́z, de acuerdo con (4.17), hay un valor de E
asociado:
2ℏ2 2
En = −V0 + ξ . (4.18)
ma2 n
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ψ2 = C cos kx,
(4.20)
ψ3 = D exp (−νx) .
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α -ζ ζ
2 2 1/2
F=( ) /
ξ 1
ζ 2
ξ 2
ζ ζ 3
α ξ,ζ
1
α -ξ ξ]
2 2 1/2 -1
F=[-( ) /
Figura 4.6. Método gráfico para la solución de las ecuaciones (4.16) y (4.21).
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Conclusión
36
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∂Ψ ℏ2 ∂ 2 Ψ
iℏ + − V (x)Ψ = 0. (5.1)
∂t 2m ∂x2
Daremos la demostración para el caso unidimensional y señalaremos el
resultado correspondiente para el caso tridimensional. La función de onda
Ψ(x, t) es en general una función compleja de las variables reales x y t.
Tomando el complejo conjugado de la ecuación (5.1) se obtiene:
∂Ψ∗ ℏ2 ∂ 2 Ψ∗
−iℏ + − V (x)Ψ∗ = 0. (5.2)
∂t 2m ∂x2
Si ahora multiplicamos la ecuación (5.1) por Ψ∗ , la ecuación (5.2) por Ψ
y restamos (5.2) de (5.1) obtenemos:
∂Ψ∗ ℏ2 2 ∂ 2 Ψ∗
∗ ∂Ψ ∗∂ Ψ
iℏ Ψ +Ψ + Ψ −Ψ = 0.
∂t ∂t 2m ∂x2 ∂x2
La cual es equivalente a:
∂Ψ∗
∂ ∂ ℏ ∂Ψ
(ΨΨ∗ ) + Ψ∗ −Ψ = 0. (5.3)
∂t ∂x 2mi ∂x ∂x
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∂Ψ∗ ∞
Z ∞
∂Ψ∗
d hxi ℏ ∗ ∂Ψ ℏ ∗ ∂Ψ
=− x Ψ −Ψ + Ψ −Ψ dx.
dt 2mi ∂x ∂x −∞ 2mi −∞ ∂x ∂x
(5.8)
Para que la integral Ψ∗ Ψ dx sea convergente, Ψ debe tender a cero en
R
d2 hxi
Z ∞ ∗
ℏ ∂Ψ ∂Ψ ∗ ∂ ∂Ψ
= +Ψ dx,
dt2 mi −∞ ∂t ∂x ∂x ∂t
d2 hxi ℏ2 ∂ 2 Ψ∗ ∂Ψ 2 ∂
2
1 ∞
∂ Ψ ∗ ∂V
Z
∗ ℏ
= − +Ψ −Ψ Ψ dx.
dt2 m −∞ 2m ∂x2 ∂x 2m ∂x ∂x2 ∂x
Los dos primeros términos del integrado se pueden reescribir como:
ℏ2 ∂ 2 ∂Ψ ∂Ψ∗
∗∂ Ψ
Ψ − ,
2m ∂x ∂x2 ∂x ∂x
que al integrarse dan cero debido a que Ψ y ∂Ψ/∂x tienden a cero rápida-
mente en los lı́mites del intervalo de integración. Llegamos ası́ al resultado
final:
d2 hxi
∂V
m =− . (5.10)
dt2 ∂x
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42
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p2
Z ∞
1 i
Ψ (x, t) = √ Φ(p) exp px − t dp, (5.15)
2πℏ −∞ ℏ 2m
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y obtenemos:
r ∞ Z ∞
m im
Z
2
Ψ(x, t) = exp(−iz 2 ) dz exp (x − x′ ) Ψ(x′ , 0) dx′ .
2π 2 ℏt −∞ −∞ 2ℏt
p √ p
La integral sobre z tiene por valor π/i= π exp(−iπ/4) = π/2(1 − i),
de modo que finalmente
Z ∞
Ψ(x, t) = G(x, t; x′ , 0)Ψ(x′ , 0) dx′ (5.18)
−∞
con r
′ 1−i m im ′ 2
G(x, t; x , 0) = exp (x − x ) .
2 πℏt 2ℏt
La función G(x, t; x′ , 0) se llama la función de Green de la ecuación (5.13).
Y
0.9
= 1.5 B
0.7
0.5
= 1
0.3 = 2
X
0.1 = 0 = 0.5
= -2
= -1
A = -1.5
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donde,
h m i1/2
ξ≡ (vt − x) (5.21)
πℏt
con v = p/m la velocidad clásica de la partı́cula. El intervalo de integra-
1
ción se puede separar en dos porciones: −∞ ≤ z ≤ 0 y 0 ≤ z ≤ ξ(π/2) /2 .
1
La integral correspondiente al intervalo (−∞, 0) da (π) /2 exp(iπ/4)/2; pa-
1
ra el intervalo (0, ξ(π/2) /2 ) hacemos en la integral el cambio de variable
1
z = (π/2) /2 u y llegamos al siguiente resultado:
p2
1−i i
Ψ(x, t) = exp px − t
2 ℏ 2m
Z ξ π π
2 1
× exp i u du + √ exp i ,
◦ 2 2 4
45
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es decir:
1 −iπ p 1
Ψ(x, t) = √ exp exp i x − vt
2 4 ℏ 2
1 1
× C (ξ) + + i S (ξ) + , (5.22)
2 2
46
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∆t
Ψ(x,t)|
2
|
cuántico
1/4
clásico, t =x/v
0
t
0
ξ< ξ= 0 ξ<
8
-
8
< 0 0 <
47
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2
|Φ|
P -a
0
P0
P +a
0
P
48
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Ψ(x)|
2
|
π
- Ñ/a πÑ/a
0 x
2
Figura 5.4. Gráfica de |Ψ (x)| para Φ(p) dada por (5.25).
49
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50
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Si la integral vale cero decimos que las dos funciones son ortogonales. En
general trataremos con funciones φ para las cuales la integral,
Z ∞
|φ|2 dx
−∞
existe. Si el valor de esta integral es igual a 1, se dice que φ(x) está norma-
lizada a la unidad. Un operador A actuando sobre una función ψ produce
una nueva función φ:
Aψ = φ.
51
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55
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Hψ1 = λ1 ψ1 ,
Hψ2 = λ2 ψ2 ,
56
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57
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|an |2 qn .
X X
= a∗m an qn δmn = (6.18)
mn n
Este resultado asociado con (6.17) nos permite interpretar a |an |2 como
la probabilidad de que al efectuar una medición del observable Q̂ en un
sistema que se encuentra en el estado φ, el resultado de la medición sea el
eigenvalor qn . En general |an |2 dependerá del tiempo, el único caso en que
esto no ocurre es cuando la función de estado es estacionaria, i.e. cuando
tiene la forma φ(~r, t) = φE (~r)e−iEt/ℏ.
58
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59
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y similarmente,
p2z
ℏ
z, = − pz .
2m mi
Los valores de los conmutadores 2o y 4o del segundo miembro son:
ℏ ∂V
[pz , V (r)] = ,
i ∂z
ℏ ∂V
[py , V (r)] = .
i ∂y
Por ejemplo, el primero de ellos se evalúa de la siguiente manera
ℏ ∂ ℏ ∂ ℏ ∂V
[pz , V (r)] ψ = (V ψ) − V ψ= ψ,
i ∂z i ∂z i ∂z
60
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[ℓi , H] = 0 ; (i = 1, 2, 3) (7.4)
en un campo central.
Veamos ahora cuáles son las reglas de conmutación de las ℓi entre sı́.
Usando nuevamente las ecuaciones (6.6):
61
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 62 — #70
Aun cuando las ℓi diferentes no conmutan entre sı́, existe una función de
ℓi que sı́ conmuta con todas ellas. Esta función es el cuadrado de la magnitud
del vector ~ℓ, esto es, ℓ2 = ℓj ℓj . Vamos a verificar esta afirmación usando la
ecuación (7.6):
ℓi , ℓ2 = 0 ; (i = 1, 2, 3).
(7.7)
Existe una relación entre el operador momento angular y las rotaciones del
sistema de coordenadas. Cualquier rotación finita se puede obtener efectuan-
do una sucesión de rotaciones infinitesimales; debido a esto basta considerar
rotaciones por ángulos infinitamente pequeños. Por ejemplo, si se efectúa
una rotación de los ejes cartesianos en un ángulo ǫ (infinitesimal) alrededor
del eje z, las coordenadas de un punto (x, y, z) cambian a (x′ , y ′ , z ′ ) y la
relación entre ellas es:
x′ = x + ǫy
y ′ = −ǫx + y (7.8)
z ′ = z.
Si tenemos una función Ψ(x, y, z) definida en todo el espacio, el valor de
esta función en el punto (x′ , y ′ , z ′ ), al cual se llega desde (x, y, z) por medio
de la rotación ǫ, es:
∂ ∂
Ψ(x′ , y ′ , z ′ ) = Ψ(x + ǫy, −ǫx + y, z) = Ψ(x, y, z) + ǫ(y − x )Ψ
∂x ∂y
iǫ iǫ ~ ~
= 1 − ℓz Ψ(x, y, z) = 1 − k · ℓ Ψ(x, y, z),
ℏ ℏ
y para una rotación infinitesimal alrededor de un eje paralelo al vector uni-
dad û:
′ ′ ′ iǫ ~
Ψ(x , y , z ) = 1 − û · ℓ Ψ(x, y, z). (7.9)
ℏ
De esta manera el operador ~ℓ aparece como el generador del cambio en la
función provocado por la rotación infinitesimal.
62
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 63 — #71
HΨ = EΨ
ℓ2 Ψ = λΨ (7.12)
ℓz Ψ = µΨ,
63
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ℓ± ≡ ℓx ± iℓy . (7.13)
ℓz ℓ± = ℓ± (ℓz ± ℏ) (7.14)
y
ℓ2 = ℓ− ℓ+ + ℓz (ℓz + ℏ) = ℓ+ ℓ− + ℓz (ℓz − ℏ). (7.15)
ℓ2 Ψλµ = λΨλµ
(7.16)
ℓz Ψµ = µΨλµ .
64
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= λ − µ2 ,
y como la primera integral es positiva se desprende que µ2 ≤ λ. El único
modo de evitar una contradicción es que exista un eigenvalor de ℓz máximo,
µ1 , y también un eigenvalor de ℓz mı́nimo, µ0 ; como los eigenvalores de
ℓz difieren en unidades de ℏ, la diferencia (µ1 − µ0 ) tiene que ser múltiplo
entero de ℏ:
1 3
µ1 − µ0 = 2jℏ; (j = 0, , 1, , 2, . . . ). (7.18)
2 2
Las eigenfunciones correspondientes a los valores máximo y mı́nimo de µ
deben satisfacer la condición:
ℓ+ Ψλµ1 = 0
(7.19)
ℓ− Ψλµ◦ = 0,
ℓ2 Ψλµ1 = λΨλµ1
ℓ2 Ψλµ0 = λΨλµ0 .
µ1 (µ1 + ℏ) = λ
(7.20)
µ0 (µ0 − ℏ) = λ.
65
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 66 — #74
y como de acuerdo con (7.18) el segundo factor no puede ser nulo, se deduce
que µ1 = −µ0 , por lo que usando nuevamente (7.18) se desprende que
µ1 = jℏ
µ0 = −jℏ.
λ = j (j + 1) ℏ2 .
λ = j (j + 1) ℏ2 ; j = 0, 1/2, 1, 3/2, . . . ,
(7.21)
µ = −jℏ, (−j + 1) ℏ, (−j + 2) ℏ, . . . , jℏ ; (2j + 1) valores.
66
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 67 — #75
La ecuación:
ℓ2 Ψλµ = λΨλµ
es de segundo orden y resulta difı́cil de resolver. Para evitar esta complica-
ción aprovecharemos algunos de los resultados de los párrafos anteriores. De
la ecuación (7.17) se ve que podemos escribir:
dVjm
− m cot θ Vjm = Cj,m+1 Vj,m+1 . (7.25)
dθ
Esta es una ecuación lineal inhomogénea de primer orden cuya solución es el
producto de una solución de la ecuación homogénea por otra función Wjm (θ)
que se determina sustituyendo dicho producto en la ecuación original. La
solución de la ecuación homogénea es (senm θ) de modo que poniendo
dWjm (α)
= −cj,m+1 Wj,m+1 (α) , (7.27)
dα
donde α ≡ cos θ. La ecuación (7.27) es una fórmula de recurrencia de la cual
deducimos que:
dj+m
Wjm (α) = Njm (−)j+m Wj,−j (α) . (7.28)
dαj+m
67
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lo cual es equivalente a:
d
Wj,−j − 2j cot θ Wj,−j = 0.
dθ
Resolviendo esta ecuación se encuentra que:
68
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Vamos a ver qué relación existe entre los operadores H y ℓ2op , para saber
qué restricción adicional sobre ψ impone la primera ecuación (8.1).
*
Nota de los editores. En este capı́tulo se denota con ℓ a los eigenvalores del operador
2
ℓ en vez de con j, como se hizo en el capı́tulo anterior. Para distinguir estos valores del
operador ℓ2 se ha optado por denotar a este último por ℓ2op .
69
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70
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d2 R dR
r2 + r (p0 + p1 r + · · · ) + (q0 + q1 r + · · · )R = 0,
dr 2 dr
con
p0 ≡ 2, q0 ≡ −ℓ (ℓ + 1) .
Es sabido que en tal caso la solución de la ecuación en la vecindad de r = 0
tiene la forma R (r) = r ρ S (r), siendo ρ una raı́z de la ecuación indicial:
ρ2 + (p0 − 1) ρ + q0 = 0;
d2 R∞ 1
− R∞ = 0,
dρ2 4
con p
2 2m (−E)
ρ≡ r,
ℏ
71
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 72 — #80
la cual es:
R∞ = Ae−ρ/2 + Beρ/2 ; (8.8)
si queremos que la función de onda sea normalizable se requiere que B = 0.
La solución total de la ecuación (8.6) será por lo tanto, de la siguiente forma:
d2 S dS
ρ 2
+ (2ℓ + 2 − ρ) + (λ − ℓ − 1) S = 0, (8.10)
dρ dρ
con
Ze2 m
r
λ≡ . (8.11)
ℏ 2 (−E)
Para resolver la ecuación (8.10) proponemos una serie de potencias de ρ:
∞
X
S (ρ) = aν ρν ; (8.12)
ν=0
72
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 73 — #81
se cumple la desigualdad
aν+1 bν+1
> .
aν bν
Esto significa que para
73
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 74 — #82
E<0
n=1
n−ℓ−1
X (−ρ)ν
Rnℓ (ρ) = N ρℓ e−ρ/2
ν!(n − ℓ − 1 − ν)!(2ℓ + 1 + ν)!
ν=0
74
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 75 — #83
donde S(ρ) es una función finita en ρ = 0 y que para ρ → ∞ debe ser tal que
R(ρ) se comporte como exp −ρ2 /2 . Sustituyendo esta forma asumida de
R en la ecuación (8.6), en la cual previamente se ha hecho el cambio r → ρ,
la ecuación diferencial que resulta para S(ρ) es:
d2 S
2ℓ + 2 dS
+ − 2ρ + (λ − 2ℓ − 3) S = 0, (8.18)
dρ ρ dρ
con
2E
λ≡ . (8.19)
ℏω
Como en el problema anterior, proponemos una serie de potencias para
S:
∞
X
S (ρ) = aν ρν .
ν=0
Sustituyendo en (8.18) se encuentra esta relación de recurrencia entre los
coeficientes:
2ν + 2ℓ + 3 − λ
aν+2 = aν .
(ν + 2) (ν + 2ℓ + 3)
Como los ı́ndices de los coeficientes aumentan de dos en dos, existe una so-
lución par y otra solución impar; sin embargo, esta última debe ser desechada
inmediatamente porque con ella la función R(ρ) se comportarı́a como ρℓ+1
en ρ = 0, lo cual está en contradicción con lo que se demostró en la ecua-
ción (8.7). De modo que la solución aceptable sólo contiene potencias de ρ2
y la podemos escribir de la siguiente manera:
∞
X ν
S (ρ) = aν ρ2 (8.20)
ν=0
75
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 76 — #84
4αℓ + 6α + λ − 2ℓ − 3
ν> ,
4 − 4α
2
es mayor que el correspondiente cociente (bν+1 )/bν en el desarrollo de eαρ
en serie de potencias de ρ2 (0 < α < 1). Esto quiere decir que para ρ → ∞
se tiene:
2
S (ρ) > ceαρ ,
donde c es una constante, y por lo tanto R(ρ) se comportará asintónicamente
2
como eρ /2 de acuerdo con (8.16). Para evitar esta divergencia es necesario
que la serie (8.20) se corte en un término dado, reduciéndose a un polinomio.
La condición para que la serie se reduzca a un polinomio en ρ2 de grado nr
es que en (8.21) λ = 4nr + 2ℓ + 3; sustituyendo aquı́ el valor de λ dado
en (8.19) se encuentra que:
3
E = ℏω 2nr + ℓ + .
2
Estos son los eigenvalores del hamiltoniano del oscilador armónico isotró-
pico en tres dimensiones.
Es de notarse que existen n/2+1 (si n par) o (n+1)/2 (si n impar) parejas
de números (2nr , ℓ) tales que 2nr + ℓ = n y todos ellos producen el mismo
eigenvalor E; se puede por lo tanto escribir la fórmula de los eigenvalores
ası́:
3
Enℓm = ℏω n + , (8.22)
2
con n = 0, 1, 2, 3, . . . ; ℓ = n, n − 2, n − 4, . . . , 1 o 0 y m = ℓ, ℓ − 1, . . . , −ℓ. El
grado de degeneración del eigenvalor de H con n fija es
X 1
(2ℓ + 1) = (n + 1) (n + 2) .
2
ℓ=n,n−2,···
76
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 77 — #85
n=5
n=4
E>0
n=3
n=2
n=1
n=0
E=0
1 m 2 2
Hx = px + ω x ;
2m 2
1 2 m 2 2
Hy = p + ω y ; (8.23)
2m y 2
1 2 m 2 2
Hz = p + ω z ,
2m z 2
77
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 78 — #86
Hosc = Hx + Hy + Hz . (8.24)
78
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 79 — #87
1
E0 = ℏω.
2
79
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∂ψn
− σψn = −Cn ψn+1 .
∂σ
La solución de esta ecuación lineal inhomogénea es:
1 2
ψn (σ) = e 2 σ Vn (σ) (8.38)
80
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 81 — #89
81
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82
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83
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 84 — #92
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 85 — #93
1 2 1 1 2
T = I1 θ̇ + I1 sen2 θ φ̇2 + I3 χ̇ + cos θ φ̇ , (9.1)
2 2 2
o bien
1
T = gµν q̇ µ q̇ ν , (9.2)
2
85
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 86 — #94
donde q 1 ≡ θ, q 2 ≡ φ, q 3 ≡ χ, y
I1 0 0
kgµν k = 0 I1 sen2 θ + I3 cos2 θ I3 cos θ (9.3)
0 I3 cos θ I3 .
∂T
Pµ ≡ ,
∂ q̇ µ
86
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 87 — #95
o bien
1
H = gµν Pµ Pν , (9.6)
2
con
1
0 0
I1
kgµν k = 0 1
− I1cos θ (9.7)
I1 sen2 θ sen2 θ
cos2 θ
0 − I1cos θ
sen2 θ
1
I3 + I1 sen2 θ
.
′
Podemos verificar por multiplicación directa que gµν gνµ = δµµ , es decir
′
las matrices dadas por las ecuaciones (9.3) y (9.7) son recı́procas una de la
otra. Esto nos permite considerar a gµν como un tensor métrico.
Para averiguar qué operador debemos asignar al hamiltoniano dado por
la ecuación (9.5) en la mecánica cuántica recurriremos a una analogı́a con un
problema que ya resolvimos. Supongamos que tenemos el hamiltoniano de
una partı́cula libre en un campo central expresado en coordenadas esféricas
1 2 1 1
H= Pr + Pθ2 + P 2, (9.8)
2m 2mr 2 2mr sen2 θ φ
2
87
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 88 — #96
ℏ2 ∂2
1 ∂ ∂ 1
H = − sen θ +
2 I1 sen θ ∂θ ∂θ I1 sen2 θ ∂φ2
cos2 θ
2
1 ∂
+ +
I3 I1 sen θ ∂χ2
2
2 cos θ ∂ 2
− . (9.10)
I1 sen2 θ ∂φ∂χ
(H − E) exp(iS/ℏ) = 0
ℏ ∂
Pφ → i ∂φ
(9.11)
ℏ ∂
Pχ → i ∂χ .
88
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 89 — #97
para que la función de onda sea uniforme, M y K deben ser números enteros:
1 d dS (M − K cos θ)2
sen θ − S + λS = 0, (9.15)
sen θ dθ ∂θ sen2 θ
donde
2I1 I1
λ= 2
E − K 2. (9.16)
ℏ I3
Introduciendo la nueva variable independiente
1
t= (1 − cos θ) , (9.17)
2
la ecuación diferencial (9.15) se transforma en
d dS (M − K + 2Kt)2
t (1 − t) − S + λS = 0. (9.18)
dt dt 4t (1 − t)
89
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 90 — #98
d2 S dS
t2 2
+ t (P◦ + P1 t + . . . ) − (q0 + q1 t + . . . ) S = 0,
dt dt
con P0 = 1 y q0 = −(M − K)2 /4. La solución en la vecindad de t = 0
tiene la forma S(t) = tρ U0 (t) donde ρ es una raı́z de la ecuación indicial
ρ2 + (P0 − 1) ρ + q0 = 0. En este caso las raı́ces son ρ = ±(M − K)/2, y para
que la función de onda sea finita se toma aquella de las dos que satisfaga
ρ ≥ 0, de modo que en la vecindad de t = 0 la solución es:
d2 U dU
t(1 − t) + (|K − M | + 1 − [2n + 2] t) + ǫU = 0, (9.20)
dt2 dt
con
1
n ≡ 2 |K + M | + 21 |K − M | y
(9.21)
ǫ ≡ λ + K 2 − n (n + 1) .
La ecuación (9.20) la podemos resolver por el método de las series de
potencias:
∞
X
U (t) = ar tr . (9.22)
r=0
90
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 91 — #99
J=5
J=4
J=3
J=2
J=0 J=1
k -5 -4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4 5
Figura 9.2. Esquema de niveles de energı́a del cuerpo rı́gido en el caso I1 = 2I3 .
91
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 92 — #100
Definiendo
1 1
J ≡ nθ + |K + M | + |K − M |, (9.25)
2 2
e introduciendo en la ecuación (9.24) los valores de n y ǫ se llega a la siguiente
fórmula para los eigenvalores del hamiltoniano del trompo simétrico libre:
ℏ2
I1 2
EJM K = J (J + 1) + −1 K . (9.26)
2I1 I3
Como J es el máximo de los dos valores, nθ + |K| o nθ + |M |, y nθ ≥ 0
se deduce que para una J determinada tanto M como K pueden tomar los
valores
M = J, J − 1, . . . , −J; K = J, J − 1, . . . , −J.
Como EJM K no depende de M , cada eigenvalor está degenerado 2J + 1
veces; además, como K entra en la fórmula sólo como K 2 , los eigenvalores
con K 6= 0 tienen una degeneración adicional de dos. Las funciones de onda
se pueden construir con ayuda de las ecuaciones (9.19), (9.22) y (9.23).
La cuerda vibrante
92
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 93 — #101
93
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 94 — #102
94
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 95 — #103
10
Teorı́a de perturbaciones
95
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 96 — #104
Teorı́a de perturbaciones
(1)
Las integrales Hmk se llaman elementos de matriz del operador H (1) y
debido a la hermiticidad de H (1) tienen la siguiente propiedad:
(1) (1)∗
Hmk = Hkm . (10.9)
(0)
El producto escalar de (10.5) con ψn (n 6= k) da:
(1) (0)
Hnk + akn En(0) = Ek akn
y por lo tanto
(1)
Hmk
akm = (0) (0)
(k 6= m) . (10.10)
Ek − Em
96
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 97 — #105
Teorı́a de perturbaciones
(0)∗
Ahora, multiplicando (10.6) por ψk , integrando y recordando la ecua-
ción (10.7) se obtiene
(1) (2)
X
akm Hkm = Ek ,
m6=k
(1) 2
(2)
X H (1) H (1) X Hmk
mk km
Ek = (0) (0)
= (0) (0)
. (10.12)
m6=k Ek − Em m6=k Ek − Em
(0)
Finalmente, tomando el producto escalar de (10.6) con ψn (n 6= k) se
obtiene:
(1) (1) (1) (1)
X Hmn Hnk E Hmk
bkm = − k . (10.13)
(0) 2
(0) (0) (0) (0) (0)
n6=k Ek − En Ek − Em Ek − Em
97
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 98 — #106
Teorı́a de perturbaciones
y como las ψ deben estar normalizadas, con ayuda de (8.26) y (8.27) del
capı́tulo 8 se deduce que:
Z ∗ Z ∗
2 † †
|bn | = a ψn a ψn dx = aa† ψn ψn dx
Z ∗
1 1
= Hx + ψn ψn dx = n + 1;
ℏω 2
Z Z
2 ∗
|cn | = (aψn ) (aψn ) dx = ψn∗ a† aψn dx
1 1
Z
∗
= ψn Hx − ψn dx = n.
ℏω 2
Por lo tanto, tomando el signo positivo para las raı́ces cuadradas, se ob-
tienen los resultados estándar:
√ √
a† ψn = n + 1ψn+1 y aψn = nψn−1 . (10.16)
98
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 99 — #107
Teorı́a de perturbaciones
α2
(2) 2 ℏ k+1 k
Ek = α − + =− (10.19)
2mω ℏω ℏω 2mω 2
y resulta ser constante para todos los eigenvalores. Las funciones de onda
normalizadas a primer orden, se calculan a partir de (10.11) y son:
√ (0)
r
√
n
(0) ℏ 1 (0)
o
ψk = ψk + α kψk−1 − k + 1ψk+1 . (10.20)
2mω ℏω
Haremos la observación de que el resultado (10.18) nos permite calcular
los elementos de matriz de cualquier potencia de x usando las reglas de
multiplicación de matrices. En efecto, sean A y B dos operadores cuyos
elementos de matriz con respecto a una base ψν son Anm y Bnm ; estos
operadores, actuando sobre una función de la base ψν , producen una nueva
función, la cual a su vez se podrá desarrollar como una combinación lineal
de las funciones de la base:
X X
Aψs = Ars ψr , Bψs = Brs ψr .
r r
99
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 100 — #108
Teorı́a de perturbaciones
queremos que las nuevas eigenfunciones sigan siendo ortonormales, esto im-
pone una restricción sobre las Aji ya que:
X X ∗ X
δii′ = (φi , φi′ ) = Aji ψj, Aj ′ i′ ψj ′ = Aji Aj ′ i′ δjj ′ = A∗ji Aji′ ,
jj ′ jj ′ j
100
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 101 — #109
Teorı́a de perturbaciones
Es decir:
(1)
M Ak = Hkk Ak ,
con M una matriz cuadrada de q × q cuyos elementos son ψj ′′ , H (1) ψj ′ ,
(0)
Si las ψk de que disponemos no poseen la propiedad de que
(0) (0)
ψm , H (1) ψk = Cmm δmk
(0)
para toda m, k ≤ q, entonces las reemplazamos por las φk construidas
según el método del párrafo anterior. De aquı́ en adelante supondremos que
(0)
las funciones de onda de orden cero son siempre las φk , las cuales son
llamadas funciones de onda correctas para el cálculo de la perturbación.
(0)
A las ψk con k > q no necesitamos hacerles ningún cambio, pero por
(0)
uniformidad en la notación las indicaremos φk . Nos interesa la variación
que van a sufrir los q eigenvalores degenerados
(0)
Ek ; (k = 1, . . . , q)
101
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 102 — #110
Teorı́a de perturbaciones
102
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Teorı́a de perturbaciones
103
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 104 — #112
Teorı́a de perturbaciones
por lo tanto, las funciones ψnℓm son en este caso las funciones de onda co-
rrectas para el cálculo de la perturbación. La degeneración no se elimina
totalmente por efecto de la perturbación, ya que la integral (10.30) no de-
pende del valor de m: la parte angular de ψnℓm da uno al integrarse y m
no aparece en la parte radial. Se sigue teniendo pues la degeneración de
grado (2ℓ + 1) asociada con cada valor de ℓ. Sin embargo, la degeneración
se elimina en parte, puesto que las integrales
Z
(1)
Hℓm,ℓm = e−ρ ρ2ℓ+2 Pnℓ 2
(ρ) U (ρ) dρ
sı́ tendrán en general valores diferentes para diferentes ℓ, de modo que los
n2 niveles degenerados originales se separan en n niveles (ℓ = 0, 1, . . . , n − 1)
por efecto de la perturbación.
Otro problema de interés es la aplicación de una perturbación H (1) =
εer cos θ a un ión hidrogenoide. Este potencial describe aproximadamente
el efecto de un campo eléctrico externo sobre el electrón, el fenómeno a
que de lugar se llama efecto Stark. La submatriz de H (1) relativa a las n2
eigenfunciones degeneradas con número cuántico n, calculada en la base de
las funciones del párrafo anterior, ahora no resulta ser diagonal ya que las
integrales
Z Z
(1) ′
Hℓm,ℓ′ m′ = e−ρ ρℓ+ℓ +3 Pnℓ (ρ) Pnℓ′ dρ Yℓm ∗
cos θYℓ′ m′ dΩ (10.31)
104
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 105 — #113
Teorı́a de perturbaciones
(1)
diagonalizar la matriz
Hℓm,ℓ′ m′
para obtener E (1) . Observamos que sólo
ℏ2 ∂2
1 ∂ ∂ 1
H (0) = − sen θ + . (10.32)
2I sen θ ∂θ ∂θ sen2 θ ∂ϕ2
(0) ℏ2
Eℓm = ℓ(ℓ + 1); ℓ = 0, 1, 2, . . . , m = ℓ, ℓ − 1, . . . , −ℓ. (10.34)
2I
El eigenvalor ℓ tiene un grado de degeneración 2ℓ+1. La submatriz de H (1)
con respecto a estas 2ℓ + 1 funciones es diagonal, ya que H (1) no depende de
ϕ y los armónicos esféricos son ortogonales en el ı́ndice m, de modo que las
Yℓm son las funciones correctas para el cálculo. Sin embargo, la corrección
de primer orden a la energı́a resulta nula debido a que
r
4π
cos θ = Y10 (θ, ϕ)
3
105
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 106 — #114
Teorı́a de perturbaciones
y la integral Z
Yℓ∗′ ,m′ Y10 Yℓm dΩ
1 e ~ 2
H= ~p − A + eφ. (10.37)
2m c
106
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 107 — #115
Teorı́a de perturbaciones
Para comprobar que esta afirmación es correcta vamos a deducir las ecua-
ciones del movimiento a partir de (10.37). Las ecuaciones de Hamilton nos
dan (se usa la convención de suma sobre ı́ndices repetidos):
∂H 1 e
ẋi = = pi − Ai ,
∂pi m c
∂H e e ∂Aj ∂φ
p˙i = − = pj − Aj −e .
∂xi mc c ∂xi ∂xi
Introduciendo la primera en la segunda:
e ∂Aj ∂φ
ṗi = ẋj −e . (10.38)
c ∂xi ∂xi
Tomando la derivada con respecto al tiempo de la primera ecuación
en (10.38):
dẋi e ∂Ai e ∂Ai
m = ṗi − ẋj − ;
dt c ∂xj c ∂t
sustituyendo aquı́ (10.38) queda:
dẋi e ∂Aj ∂Ai e ∂Ai ∂φ
m = ẋj − − −e .
dt c ∂xi ∂xj c ∂t ∂xi
Es decir:
d~v e
~ + eE,
~
m = ~v × H (10.39)
dt c
donde por definición:
~
~ ≡ ∇ × A,
H ~ ~ ≡ −∇φ − 1 ∂ A .
E (10.40)
c ∂t
La ecuación (10.39) es la bien conocida ecuación del movimiento para una
partı́cula cargada en un campo electromagnético, con la fuerza de Lorentz
en el segundo miembro.
Desarrollando (10.37):
1 2 e 2
H= p
~ − ~+ e A
p~ · A ~ 2 + eφ. (10.41)
2m mc 2mc2
107
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 108 — #116
Teorı́a de perturbaciones
ℏ2 2 eℏ ~ ieℏ 2
~+ e A ~ 2 + eφ.
H=− ∇ − A·∇+ ∇·A (10.42)
2m imc 2mc 2mc2
Vamos a considerar el caso de un campo magnético constante en la direc-
~ = ~kH y un campo eléctrico central
ción del eje Z, H
~ = Ze ~r;
E
r3
es fácil verificar que estos campos se obtienen con los potenciales φ = −Ze/r
yA ~ = 1/2H×~
~ r , además podemos usar una norma en que ∇· A ~ = 0. Entonces
el hamiltoniano de nuestro problema será:
ℏ2 2 eℏ ~ e2 ~ 2 Ze2
H=− ∇ − H × ~r · ∇ + H × ~
r − ,
2m i2mc 8mc2 r
es decir
ℏ2 2 Ze2 eℏ ~ e2 H2 2
H=− ∇ − − H · (~r × ∇) + r sen2 θ. (10.43)
2m r i2mc 8mc2
El último término generalmente produce efectos muy pequeños y lo des-
preciamos. El hamiltoniano de orden cero será
ℏ2 2 Ze2
H (0) = − ∇ − ,
2m r
cuyos eigenvalores y eigenfunciones se calcularon en el capı́tulo 8. La per-
turbación será:
(1) e ~ ℏ e ~ ~ eH
H =− H· ~r × ∇ = − H·L=− Lz . (10.44)
2mc i 2mc 2mc
108
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 109 — #117
Teorı́a de perturbaciones
Las funciones
de
onda ψnlm del capı́tulo 8 eran eigenfunciones de Lz , de
(1)
modo que
Hlm,l′ m′
es diagonal en esa base y las funciones son las correctas
para el cálculo. La corrección de primer orden a la energı́a es:
(1) (1) eℏ
Elm = Hlm,lm = − Hm; (m = l, l − 1, . . . , −l) , (10.45)
2µc
donde hemos indicado la masa de la partı́cula con µ para evitar confusiones.
El nivel n que originalmente tenı́a una degeneración n2 se desdobla por
efecto de la perturbación en (2n − 1) niveles, (ℓmáx = n − 1) equidistantes;
es decir, la degeneración se elimina sólo parcialmente. Observemos que en
este caso particular E (0) + E (1) coincide con el resultado exacto, ya que
como H (1) conmuta con H (0) las ψnlm son eigenfunciones de H (0) + H (1) ,
con eigenvalores E (0) + E (1) .
109
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 110 — #118
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 111 — #119
11
y
ℓ− Ψjm = cjm Ψj,m−1 , (11.3)
siendo ℓ± ≡ ℓx ± iℓy. Vamos a determinar el valor explı́cito de los coefi-
cientes bjm y cjm . Tomando el producto escalar de la Ec. (11.2) consigo
misma, como las Ψ’s están normalizadas y ℓx y ℓy son hermitianas, usando
la ecuación (7.15) se obtiene:
Z Z
∗
[(ℓx + iℓy ) Ψjm ] ℓ+ Ψjm dτ = Ψ∗jm (ℓx − iℓy ) ℓ+ Ψjm dτ
Z
Ψ∗jm ℓ2op − ℓ2z − ℓz ℏ Ψjmdτ
=
= [j (j + 1) − m (m + 1)] ℏ2 = |bjm |2 ;
111
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 112 — #120
= [j (j + 1) − m (m − 1)] ℏ2 = |cjm |2 .
Estas dos ecuaciones, excepto por una fase, determinan a bjm y a cjm .
Teniendo en cuenta que j (j + 1) − m (m ± 1) = (j ∓ m)(j ± m + 1), y
adoptando la convención de fase de Condon-Shortley, se llega al siguiente
resultado: 1
ℓ+ Ψjm = ℏ [(j − m) (j + m + 1)] 2 Ψj,m+1 (11.4)
y
1
ℓ− Ψjm = ℏ [(j + m) (j − m + 1)] 2 Ψj,m−1 (11.5)
Una consecuencia de la ecuación (11.5) es que de la aplicación de ella, repe-
tida n veces, se deduce que:
1/2
n n (j + m)!(j − m + n)!
(ℓ− ) Ψjm = ℏ Ψj,m−n . (11.6)
(j + m − n)!(j − m)!
ℏ ℏ
ℓx Ψjm = [(j − m)(j + m + 1)]1/2 Ψj,m+1 + [(j + m)(j − m + 1)]1/2 Ψj,m−1
2 2
(11.8)
y
ℏ ℏ
ℓy Ψjm = [(j − m)(j + m + 1)]1/2 Ψj,m+1 − [(j + m)(j − m + 1)]1/2 Ψj,m−1 .
2i 2i
(11.9)
112
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 113 — #121
Las ecuaciones (11.8), (11.9) y (11.10) nos permiten calcular los elementos
de matriz de ℓi inmediatamente, basta multiplicar por Ψ∗jm , e integrar. Los
resultados son:
ℏ
(ℓx )j ′ m′ ,jm = [(j − m)(j + m + 1)]1/2 δm′ ,m+1
2
ℏ 1/2
+ [(j + m)(j − m + 1)] δm′ ,m−1 δjj ′ (11.11)
2
ℏi
(ℓy )j ′ m′ ,jm = [(j + m)(j − m + 1)]1/2 δm′ ,m−1
2
ℏi 1/2
− [(j − m)(j + m + 1)] δm′ ,m+1 δjj ′ (11.12)
2
(ℓz )j ′ m′ ,jm = mℏδmm′ δjj ′ . (11.13)
j=0:
(11.14)
kℓx k = (0) ; kℓy k = (0); kℓz k = (0)
113
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 114 — #122
1
j= 2 :
!
ℏ 0 1
kℓx k = 2
1 0
!
ℏ 0 −i (11.15)
kℓy k = 2
i 0
!
ℏ 1 0
kℓz k = 2
0 −1
j=1:
0 1 0
kℓx k = √ℏ
1 0 1
2
0 1 0
0 −i 0
ℏ
(11.16)
kℓy k = √2 i 0
−i
0 i 0
1 0 0
kℓz k = ℏ
0 0 0 .
0 0 −1
Otro problema que necesitamos resolver con vista a futuras aplicaciones
es el siguiente: dados dos momentos angulares, ~ℓ1 y ~ℓ2 , independientes, es
decir tales que:
[ℓi1 , ℓj2 ] = 0; (i, j = x, y, z) (11.17)
¿de qué manera podemos construir eigenfunciones simultáneas de operadores
formados por la combinación de los dos momentos angulares?. En primer
lugar debemos averiguar qué conjuntos de operadores que conmuten entre
sı́, se pueden formar con las componentes de ~ℓ1 y de ~ℓ2 . Una posibilidad
obvia es este conjunto de 4 operadores que conmutan entre sı́:
ℓ12 , ℓz1 , ℓ22 , ℓz2 . (11.18)
114
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 115 — #123
115
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 116 — #124
donde
p
A= (j1 − m1 )(j1 + m1 + 1)
y
p
B= (j2 − J + m1 )(j2 + J − m1 + 1).
116
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 117 — #125
hj1 j2 m1 , J − m1 |JJi2 = 1;
X
m1
117
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 118 — #126
donde
s
(J + M )!
C(J, M ) = ℏM −J .
(2J)!(J − M )!
(J − M )!
[(ℓ− )1 + (ℓ− )2 ]J−M =
X
(ℓ− )ν1 (ℓ− )J−M
2
−ν
,
ν
ν!(J − M − ν)!
118
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 119 — #127
(−j1 + j2 + J)!(J + j1 − j2 )!
y
(j1 − m1 − ν)![(−J + j2 + j1 ) − (j1 − m1 − ν)]!
119
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120
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1 n√ √ o
Ψℓ 1 ,ℓ− 1 ,M = √ ℓ − mΨℓ,mΨ 1 1 − ℓ + m + 1Ψℓ,m+1 Ψ 1 ,− 1
2 2 2ℓ + 1 22 2 2
(11.40)
121
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122
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123
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124
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12
125
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 126 — #134
ℏ e ~
Sz = ± ; Ms = S. (12.3)
2 µc
ℏ ℏ ℏ
Sx = σx , Sy = σy , Sz = σz , (12.4)
2 2 2
con
! ! !
0 1 0 −i 1 0
σx = , σy = , σz = , (12.5)
1 0 i 0 0 −1
126
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 127 — #135
Este resultado no es más que una consecuencia del hecho de que las cuatro
matrices (I, ~σ ) constituyen una base para expresar cualquier matriz 2 × 2.
Una vez hecha la asignación de operadores al espı́n, veamos qué operado-
res debemos asignar a otros observables fı́sicos. A un observable que dependa
exclusivamente del espı́n se le asigna una matriz hermitiana:
C11 C12
,
C21 C22
∗ . A un ob-
donde las Cij son números complejos con la propiedad Cij = Cji
servable que dependa únicamente de las coordenadas espaciales se le asigna
un múltiplo de la matriz unidad:
!
F (~r, p~) 0
,
0 F (~r, p~)
127
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128
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129
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Las funciones Y m
1/2ℓ,j (θ, ϕ) se llaman armónicos esféricos espinoriales. Re-
cordemos que m indica la proyección de ~j y es por lo tanto un número
semientero.
Mencionaremos una propiedad de los armónicos esféricos espinoriales co-
nectada con el operador Sz . De las definiciones (12.15) se desprende que:
! s s
Yℓ,m− 1 ℓ + m + 12 m ℓ − m + 21 m
2 = Y 1 ℓ,ℓ+ 1 + Y 1 ℓ,ℓ− 1 ,
0 2ℓ + 1 2 2 2ℓ + 1 2 2
! s s
0 ℓ − m + 12 m ℓ + m + 21 m
= Y 1 ℓ,ℓ+ 1 − Y 1 ℓ,ℓ− 1 .
Yℓ,m+ 1 2ℓ + 1 2 2 2ℓ + 1 2 2
2
sobre Y m
1/ ℓ,j y aprovechando los dos resultados anteriores, se obtiene:
2
q 2
ℏm m ℏ ℓ + 12 − m2
Sz Y m
1
ℓ,ℓ+ 1
= Y1 1 + Ym
1
ℓ,ℓ− 1
,
2 2 2ℓ + 1 2 ℓ,ℓ+ 2 2ℓ + 1 2 2
q (12.16)
2
ℏ ℓ + 21 − m2 ℏm m
Sz Y m
1
ℓ,ℓ− 1
= Ym
1
ℓ,ℓ+ 1
− Y1 1.
2 2 2ℓ + 1 2 2 2ℓ + 1 2 ℓ,ℓ− 2
130
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 131 — #139
∂2 2 ∂ 1
∇2 = 2
+ − 2 2 ℓ2op ,
∂r r ∂r ℏ r
y que los armónicos esféricos espinoriales definidos en (12.15) son eigenfun-
ciones de j 2 , ℓ2op ,S 2 y por lo tanto también son eigenfunciones de ~ℓ · S
~ ≡
1/2 j 2 − ℓ2 − S 2 , se deduce que si hacemos la sustitución
op
!
ψ+
= Φℓ (r) Y m
1
ℓ,j
(θ, ϕ) (12.18)
ψ− 2
d2 Φ 2 dΦ ℓ (ℓ + 1)
1 2µ 1 1
si j = ℓ + : + − Φ + E+ ξℓ − µω 2 r2 Φ = 0,
2 dr2 r dr r2 ℏ2 2 2
d2 Φ 2 dΦ ℓ (ℓ + 1)
1 2µ ξ 1 2 2
si j = ℓ − : + − Φ+ 2 E− (ℓ + 1) − µω r Φ = 0.
2 dr2 r dr r2 ℏ 2 2
(12.19)
131
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11/2
7/2 i
3/2 g
1/2 d
n=6 s 5/2
d 9/2
g
i
13/2 126
9/2
1/2 5/2 h
p f
3/2
n=5 p
f
7/2
11/2 82
g
7/2 h
3/2
1/2 d
n=4 s 5/2
d 9/2
5/2
g 50
1/2
p f
3/2
n=3 p f
7/2
3/2 20
1/2 d
n=2 s 5/2
1/2
d 8
p3/2
n=1 p
1/2
n=0 s
Cada nivel (nℓ) del diagrama del capı́tulo 8 se desdobla en dos niveles,
uno con energı́a mayor y otro con energı́a menor que la del nivel original. La
separación entre los dos nuevos niveles es proporcional a (2ℓ + 1) y por lo
tanto aumenta con el valor del momento angular orbital. Por una elección
adecuada de ξ se puede llegar a obtener un esquema de niveles de energı́a
como el mostrado en la figura 12.1.
Las letras s, p, d, f , g, h, i que aparecen junto a cada nivel indican el
momento angular orbital ℓ = 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6 de ese nivel respectivamente.
El número que sigue a la letra indica el momento angular total j.
Una aplicación del problema anterior se tiene en el modelo de capas del
núcleo. En primera aproximación cada nucleón se mueve en el núcleo in-
dependientemente de los demás en un potencial promedio creado por los
nucleones restantes. Este potencial promedio se puede tomar como un po-
tencial del tipo del oscilador armónico; los nucleones son partı́culas de espı́n
1/2. Otra de las hipótesis básicas del modelo de capas nuclear es que existe
una fuerte interacción espı́n-órbita en el movimiento de cada nucleón. De
acuerdo con estas hipótesis, en una primera aproximación, los niveles de
132
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 133 — #141
133
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s 2
0 1 2ℓ + 2 α 1
aℓm Enℓ − ξℓ + αm − E + bℓm ℓ+ − m2 = 0,
2 2ℓ + 1 2ℓ + 1 2
si j = ℓ − 21 :
s 2
α 1
aℓm ℓ+ − m2
2ℓ + 1 2
0 1 2ℓ
+ bℓm Enℓ + ξ (ℓ + 1) + αm −E = 0,
2 2ℓ + 1
(12.24)
donde Enℓ0 indica los eigenvalores del hamiltoniano (12.22) en ausencia del
134
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135
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"ll "
sll
En lugar de ℓz y Sz en la ecuación (12.22) habrá que usar ~ℓk y S
~k
z z
2 , S 2 , j 2 son
respectivamente, pero como en este grado de aproximación ℓop
constantes del movimiento, se puede reemplazar a ~ℓk por
z
j (j + 1) + ℓ (ℓ + 1) − S (S + 1)
jz
2j (j + 1)
~k por
ya S
z
j (j + 1) + S (S + 1) − ℓ (ℓ + 1)
jz ,
2j (j + 1)
de modo que en la ecuación (12.22), en lugar de α(ℓz + 2Sz )/ℏ, apare-
cerá αgj jz /ℏ con gj dado por (12.26):
j (j + 1) + ℓ (ℓ + 1) − S (S + 1)
gj = gℓ
2j (j + 1)
j (j + 1) + S (S + 1) − ℓ (ℓ + 1)
+ gs , (12.29)
2j (j + 1)
con gℓ ≡ 1 y gs ≡ 2, expresión que fácilmente se comprueba que coincide
con la (12.27) en el caso en que S = 1/2. De esta manera se llega de nuevo
a los eigenvalores dados en la ecuación (12.26).
136
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 137 — #145
~ ~ eℏH eℏ
−Mef · H = −Mef H = gj − j ∴ Mef = j gj . (12.30)
2µc 2µc
Con estas previsiones, las ecuaciones (12.29) y (12.30) nos dan los siguien-
tes valores para los momentos magnéticos de núcleos con un número impar
de nucleones:
137
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 138 — #146
1 1
j− 2 + 2.793 m.n. si j = ℓ + 2
Z impar Mef = , (12.31)
j 3
1
j+1 j+ 2 − 2.793 m.n. si j = ℓ − 2
1
−1.913 m.n. si j = ℓ + 2
N impar Mef = . (12.32)
j 1
j+1 (1.913) m.n. si j = ℓ − 2
138
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13
139
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140
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 141 — #149
El principio de exclusión
ℏ2
2 2
− ∇1 + ∇2 + V (1) + V (2) Ψ(1, 2) = EΨ(1, 2), (13.12)
2m
es separable y se puede encontrar una solución que tenga la forma
ℏ2 2
− ∇ + V (1) φ(1) = E1 φ(1) y
2m 1
ℏ2 2
− ∇ + V (2) φ(2) = E2 φ(2), (13.14)
2m 2
141
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 142 — #150
1
Ψ(1, 2) = √ [φn1 ℓ1 j1 m1 (1)φn2 ℓ2 j2 m2 (2) − φn2 ℓ2 j2 m2 (1)φn1 ℓ1 j1 m1 (2)] ,
2
√ (13.16)
la cual es antisimétrica ante el intercambio de 1 y 2. El factor 1/ 2 es para
normalizar la Ψ(1, 2), suponiendo que las φ están ya normalizadas.
Supongamos ahora que los números cuánticos del primer electrón sean
idénticos a los del segundo electrón: n1 = n2 ; ℓ1 = ℓ2 ; j1 = j2 ; m1 = m2 ;
entonces, se desprende de (13.16) que Ψ(1, 2) ≡ 0 y por lo tanto ese estado
no existe. Llegamos ası́ a la forma original en que Pauli enunció el principio
de exclusión:
142
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 143 — #151
n=6
n=5 86Rn
n=6
n=4
n=5 54Xe
n=5
n=4
n=4 36Kr
n=4 n=3
n=3 18Ar
n=3
n=2 10Ne
n=2
n=1 2He
143
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 144 — #152
punto. Se ve que esos son precisamente los números atómicos de los gases
nobles, los cuales equivalen a los números mágicos de la fı́sica nuclear.
Como siguiente aplicación del principio de exclusión, analizaremos el es-
pectro del átomo de helio. Despreciando los términos de interacción con el
espı́n, y considerando al núcleo en reposo, el hamiltoniano del átomo de He
es:
ℏ2 2e2 2e2 e2 e2
H =− ∇21 + ∇22 − − + ≡ H0 + , (13.17)
2m r1 r2 r12 r12
con r12 ≡ |~r1 − ~r2 |. Como no es posible obtener una solución exacta de la
ecuación de Schrödinger para este hamiltoniano, emplearemos el método de
perturbaciones considerando a e2 /r12 como una perturbación. La ecuación
de Scrödinger para el hamiltoniano no perturbado, H0 Ψ(1, 2) = E (0) Ψ(1, 2),
tiene por solución un producto de una función F (~r1 , ~r2 ) de las coordenadas
espaciales por otra función, G(s1 , s2 ), de las coordenadas de espı́n de los
electrones. Ahora bien, en este problema H0 es más simétrico que el ha-
miltoniano en la ecuación (13.1), ya que es invariante frente al intercambio
de ~r1 , ~r2 y ante el intercambio de s1 , s2 separadamente; entonces, por un
razonamiento análogo al que nos condujo a la ecuación (13.11), se llega a
la conclusión de que podemos escoger F (~r1 , ~r2 ) de modo que sea simétri-
ca o antisimétrica ante el intercambio de ~r1 , ~r2 ; también podemos escoger
G (s1 , s2 ) de modo que sea simétrica o antisimétrica ante el intercambio de
s1 , s2 . Por lo tanto, para satisfacer el principio de exclusión de la función de
onda no perturbada Ψ(1, 2), deberá ser un producto FS (~r1 , ~r2 ) · GA (s1 , s2 ) o
bien un producto FA (~r1 , ~r2 ) · GS (s1 , s2 ), donde los ı́ndices S y A significan
simétrica y antisimétrica, respectivamente.
La función espacial no perturbada, apropiadamente simetrizada, tiene
alguna de estas dos formas:
1
FA (~r1 , ~r2 ) = √ [Ψn1 ℓ1 m1 (~r1 )Ψn2 ℓ2 m2 (~r2 ) − Ψn2 ℓ2 m2 (~r1 )Ψn1 ℓ1 m1 (~r2 )] y
2
(13.18)
1
FS (~r1 , ~r2 ) = √ [Ψn1 ℓ1 m1 (~r1 )Ψn2 ℓ2 m2 (~r2 ) + Ψn2 ℓ2 m2 (~r1 )Ψn1 ℓ1 m1 (~r2 )] ,
2
(13.19)
donde las Ψ son soluciones de:
ℏ2 2 2e2
(0)
− ∇ − Ψ(~r1 ) = E1 Ψ(~r1 ) y
2m 1 r1
144
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 145 — #153
ℏ2 2 2e2
(0)
− ∇ − Ψ(~r2 ) = E2 Ψ(~r2 ), (13.20)
2m 2 r2
(0) (0)
con E1 +E2 = E (0) . Los hamiltonianos de la ecuación (13.20) son del tipo
del átomo hidrogenoide y por lo tanto sus eigenfunciones Ψ y sus eigenvalores
(0)
Ei son conocidos. Las funciones espinoriales apropiadamente simetrizadas
pueden tener alguna de estas cuatro formas:
!
1
χ1 = y
2 0
!
0
χ− 1 = .
2 1
Usando los valores de los coeficientes de Clebsch-Gordan dados por las ecua-
ciones (11.38) y (11.39) del capı́tulo 11, y la definición dada por la ecua-
ción (11.25) de ese mismo capı́tulo, se comprueba que las tres funciones GS
en la ecuación (13.21) corresponden a un espı́n total S = 1 con proyecciones
1, 0, −1 respectivamente; la función GA corresponde a un espı́n total S = 0
con proyección 0. Esto también puede comprobarse aplicando sobre las fun-
ciones (13.21) los operadores (~s1 + ~s2 )2 y (sz )1 + (sz )2 del capı́tulo anterior,
dados por las ecuaciones (12.4) y (12.5).
Calcularemos a continuación la corrección de primer orden a la energı́a
debida a la perturbación e2 /r12 . Analizaremos un solo nivel del hamiltoniano
no perturbado; por ejemplo, el primer nivel excitado el cual corresponde a
n1 = 1, n2 = 2. El grado de degeneración de este nivel es (2n21 )(2n22 ) = 16
145
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 146 — #154
1 h i
F (s1 , s2 ) = √ χ 1 (s1 )χ− 1 (s2 ) − χ− 1 (s1 )χ 1 (s2 ) .
2 2 2 2 2
146
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 147 — #155
con
e2
ZZ
Js = |ψ 100 (~r1 )|2|ψ200 (~r2 )|2 dτ1 dτ2 ,
r12
e2
ZZ
Jp = |ψ100 (~r1 )|2 |ψ211 (~r2 )|2 dτ1 dτ2 ,
r12
(13.24)
e2
ZZ
∗ ∗
Ks = ψ100 (~r1 )ψ200 (~r2 ) ψ200 (~r1 )ψ100 (~r2 )dτ1 dτ2 y
r12
e2
ZZ
∗ ∗
Kp = ψ100 (~r1 )ψ211 (~r2 ) ψ211 (~r1 )ψ100 (~r2 )dτ1 dτ2 .
r12
147
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 148 — #156
1
P
KP
KP
3
P
JP
1
S
KS
KS 3
S
JS
16
er
correción de 1 orden
El método variacional
148
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 149 — #157
para cualquier φ.
El signo de igualdad es válido, de acuerdo con (13.27), solamente cuando
an = 0 para toda n ≥ 1, es decir cuando φ ≡ ψ0 . La ecuación (13.28) es la
base del método variacional para calcular aproximadamente Rla energı́a del
espacio base de un sistema: simplemente se calcula la integral φ∗ Hφdτ con
una φ arbitraria que dependa de uno o más parámetros; la mejor aproxi-
mación a Eo se obtiene dándole a los parámetros valores que hagan que la
integral adquiera un valor mı́nimo.
Veamos ahora la aplicación de este método a un átomo, el cual considera-
mos en primera aproximación como un sistema de N electrones moviéndose
en el campo eléctrico del núcleo estacionario e interaccionando entre sı́ por
medio de la fuerza coulombiana. El hamiltoniano del sistema es:
N 2 2 2
− ℏ ∇2i − Ze + 1 e
X X
H= . (13.29)
2m ri 2 rij
i=1 j6=i
149
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150
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151
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Para fermiones:
YJM (θ, φ)GA (s1 , s2 ), (J, par)
ψ= (13.37)
YJM (θ, φ)GS (s1 , s2 ), (J, impar).
Para bosones:
YJM (θ, φ) GA (s1 , s2 ) , (J, impar)
ψ= (13.38)
YJM (θ, φ) Gs (s1 , s2 ) , (J, par),
152
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14
153
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Detector
dΩ
θ
N
+
X
A
154
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 155 — #163
~ji · ~ni = ℏk y
m
~js · ~ns ∼ ℏk f ∗ f.
mr 2
Sustituyendo en (14.1)
155
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 156 — #164
hay que encontrar una solución de esta ecuación que a grandes distancias
del origen se comporte asintóticamente como:
1
ψ (~r) ∼ eikz + f (θ, ϕ) eikr . (14.4)
r
donde r
4π
Pℓ (cos θ) ≡ Yℓ0 (θ, ϕ) ,
2ℓ + 1
y la función Rkℓ (r) satisface a la siguiente ecuación diferencial:
d2
2 d ℓ (ℓ + 1) 2 2m
+ − + k − 2 V (r) Rkℓ = 0. (14.6)
dr 2 r dr r2 ℏ
156
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 157 — #165
es decir:
" ∞
#
eikr X
ψ (~r) ∼ 2ikf (θ) + (2ℓ + 1) Pℓ (cos θ)
2ikr
ℓ=0
"∞ #
eikr X ℓ ℓ
− i i (2ℓ + 1) Pℓ (cos θ) . (14.9)
2ikr
ℓ=0
Las ecuaciones (14.8) y (14.9) deben ser idénticas; igualando los coeficien-
tes de e−ikr en cada ecuación se deduce que:
Aℓ = iℓ (2ℓ + 1) eiδℓ ,
157
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 158 — #166
o sea:
∞
e2iδℓ − 1
X
f (θ) = (2ℓ + 1) Pℓ (cos θ)
2ik
ℓ=0
∞
1X
= (2ℓ + 1) eiδℓ sen δℓ Pℓ (cos θ) . (14.10)
k
ℓ=0
158
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 159 — #167
momento angular cero (onda S), entonces de las fórmulas del apéndice se
deduce que j0 (ka) = (sen ka)/ka, η0 (ka) = −(cos ka)/ka y por lo tanto
tan δ0 = − tan ka o sea δ0 = −ka. De las ecuaciones (14.10) y (14.12) se
obtiene la conclusión de que la dispersión es isotrópica (independiente al
ángulo θ) y que la sección total es:
√ !2
√
4π sen 2mEa
σT = 2 sen2 ka = 4πa2 √ ∼ 4πa2 para a 2mE ≪ 1.
k 2mEa
∇2 + k2 G = δ ~r − ~r ′ ;
(14.14)
∇2 + k2 Φ = 0.
(14.16)
159
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 160 — #168
160
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s
2
r′
′| 2 ~r ′
eik|~r−~r = eikr · exp ikr 1− · ~r + − ikr
r r r
2
i ~k × ~r ′
ikr−i(~k·~
r ′)
= e 1+ + ··· ,
2kr
√
donde ~k = k(~r/r) es un vector de magnitud k = 2mE/ℏ dirigido hacia
el punto de observación. Sustituyendo los desarrollos anteriores en (14.20),
y suponiendo que V (~r) tiende a cero en el infinito con suficiente rapidez
para que la contribución a la integral de la región r ′ > r sea despreciable,
se obtiene:
ZZZ
ikz 2m 1 ikr ~ ′
e−ik·~r V ~r ′ ψ ~r ′ dτ ′ ,
ψ (~r) ∼ e − 2
e (14.22)
4πℏ r
161
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 162 — #170
Una vez conocida f (θ, ϕ), la sección diferencial se calcula por la fórmula
dσ = |f |2 dΩ. En el caso particular de que el potencial sea central, V (r ′ ),
la integración sobre los ángulos se puede efectuar en (14.24) de una vez por
todas. En este caso, como el integrando es una función escalar,
podemos
~ ~
girar los ejes de coordenadas de modo que el vector k0 − k quede en la
dirección del eje Z ′ . Entonces
~k0 − ~k · ~r ′ = ~k0 − ~k r ′ cos θ ′ ,
de donde resulta:
∞Z 1
m
Z
~ ~
ei|k0 −k|·~r µ V r ′
′ 2
r′ dµdr ′
f (θ) = − 2
ℏ 0 −1
162
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 163 — #171
~ ~
El ángulo θ aparece a través de la expresión k0 − k = 2k sen θ/2.
2mZq 2 4m2 Z 2 q 4 dθ
f (θ) = ∴ dσ = 2 . (14.26)
α2 + 4k2 sen2 2θ
ℏ2 ℏ4 α2 + 4k2 sen2 2θ
mZe2
2 2 2αk
∇ +k − ψ = 0, con α ≡ √ . (14.27)
r 2mEℏ
θ
ψ (~r) = eikz F (ζ) , con ζ = r − z = 2r sen2 . (14.28)
2
Al sustituir en (14.27) quedará una ecuación diferencial para determinar
a F (ζ); debemos buscar una solución de esta ecuación que haga que ψ (~r)
tenga el comportamiento asintónico apropiado dado en la ecuación (14.4).
De la ecuación (14.28) se puede obtener lo siguiente:
x dF ∂ 2 F x2 d2 F x2 dF
∂F dF ∂ζ ∂ x dF 1 dF
= = ; 2
= = 2 2 + − 3
∂x dζ ∂x r dζ ∂x ∂x r dζ r dζ r dζ r dζ
x2 + y 2 dF
∂2F ∂2F x2 + y 2 d2 F
2 dF
∴ + = + − .
∂x2 ∂y 2 r2 dζ 2 r dζ r3 dζ
∂ψ ikz ζ df
=e ikF − ;
∂z r dζ
163
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 164 — #172
∂2ψ ζ 2 d2 F
ikz 2 ikζ dF ζ dF ζz dF
=e −k F − 2 + 2 2 + 2 + 3 . (14.29)
∂z 2 r dζ r dζ r dζ r dζ
De (14.29), teniendo en cuenta que ζ 2 + x2 + y 2 = 2rζ y que x2 + y 2 =
ζ (r + z), se obtiene:
2
2 ikz 2ζ d F 2 2ikζ dF 2
∇ ψ=e + − −k F ; (14.30)
r dζ 2 r r dζ
sustituyendo en (14.27) se llega a la conclusión de que F (ζ) debe satisfacer
esta ecuación diferencial:
d2 F dF
ζ + (1 − ikζ) − αkF = 0. (14.31)
dζ 2 dζ
En el apéndice está resuelta esta ecuación diferencial. Ahı́ se demuestra
que la solución apropiada al problema de dispersión presenta el siguiente
comportamiento asintótico:
α
F (ζ) ∼ eiα ln kζ − ei(kζ−α ln kζ+2σ0 ) , (14.32)
kζ
de modo que la función de onda completa dada por la ecuación (14.28) se
comporta asintóticamente de esta manera:
α θ 2 1
ψ (~r) ∼ eikz+iα ln k(r−z) − csc2 e(i2σ0 −iα ln(sen θ/2)) eikr−iα ln 2kr . (14.33)
2k 2 r
Observamos que la solución obtenida no es exactamente del tipo general
de la ecuación (14.4), o sea eikz + f (θ)eikr /r, sino que tanto la onda plana
como la onda esférica están deformadas aún a distancias arbitrariamente
grandes. Esto se debe al hecho de que el potencial coulombiano tiende a cero
en el infinito muy lentamente. Es un potencial de largo alcance cuyo efecto
se hace sentir a cualquier distancia. Despreciando el efecto de distorsión, al
comparar (14.33) con (14.4) se deduce que:
α θ 2
f (θ) = − csc2 e(i2σ0 −iα ln(sin θ/2)) , (14.34)
2k 2
y por lo tanto la sección diferencial de dispersión por un potencial coulom-
biano es:
α2 4 θ Z 2 e4 θ
dσ = |f (θ)|2 dΩ = 2
csc dΩ = 2
csc4 dΩ, (14.35)
4k 2 16E 2
164
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 165 — #173
Apéndice matemático
d2 R 2 dR ℓ (ℓ + 1)
+ − R + R = 0; ℓ = 0, 1, 2, 3, . . . (14.36)
dρ2 ρ dρ ρ2
donde
1√
ρ = kr = 2mEr.
ℏ
d2 S dS
ρ 2
+ (2ℓ + 2) + ρS = 0. (14.38)
dρ dρ
165
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 166 — #174
-" A
B(0,i)
S
(+) z=x+i
S
0 X
z=iy
(-)
S z=-x-i
-"
A(0,-i)
B
166
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 167 — #175
ρℓ eiρ ∞
Z
(+) ℓ (+)
ℓ
hℓ (ρ) =ρ S (ρ) = ℓ e−xρ x2 − 2ix dx, (14.40)
i2 ℓ! 0
ρℓ e−iρ ∞
Z
(−) ℓ
hℓ (ρ) = ρℓ S (−) (ρ) = e−xρ x2 + 2ix dx, (14.41)
−i2ℓ ℓ! 0
1
1 ρℓ
Z
ℓ
jℓ (ρ) = ρℓ S (ρ) = ℓ+1 eiρy 1 − y 2 dy. (14.42)
2 2 ℓ! −1
(+) (−)
Las funciones hℓ y hℓ se llaman funciones de Hankel esféricas de 1a.
y 2a. clase, respectivamente. La función jℓ (ρ) se llama función de Bessel
esférica.
Como la ecuación diferencial (14.36) sólo puede tener dos soluciones lineal-
mente independientes, debe existir una relación lineal entre las tres funciones
que se acaban de definir. En efecto, viendo el diagrama en la figura 14.2 se
observa que se puede deformar el contorno S de modo que coincida con
S (+) + S (−) sin alterar el valor de la integral (14.42); por lo tanto:
1 h (+) (−)
i
jℓ (ρ) = hℓ (ρ) + hℓ (ρ) . (14.43)
2
1 h (+) (−)
i
ηℓ (ρ) = hℓ (ρ) − hℓ (ρ) . (14.44)
2i
(−)
Observemos que debido al hecho de que hℓ es el complejo conjugado
(+)
de hℓ , las funciones jℓ y ηℓ son reales. La solución general de la ecua-
ción (14.36) está formada por una combinación lineal de dos funciones cua-
lesquiera de las cuatro que se acaban de definir.
Las expresiones integrales (14.40) a (14.42) nos permiten calcular el com-
portamiento de las funciones respectivas para valores muy pequeños o muy
grandes de la variable ρ. Por ejemplo, introduciendo en (14.40) la nueva
167
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 168 — #176
eiρ
Z ∞
(+) ℓ (2ℓ)!
hℓ (ρ) = ℓ ℓ+1
e−µ µ2 − 2iµρ dµ −→ ℓ ,
2 ℓ!iρ 0 ρ→0 2 ℓ!iρℓ+1
ℓ
eiρ
Z ∞ 2
(+) −µ µ 1 i(ρ−ℓ π )
hℓ (ρ) = ℓ
e − 2iµ dµ −→ e 2 . (14.45)
2 ℓ!iρ 0 ρ ρ→∞ iρ
(−)
El comportamiento de hℓ (ρ) se obtiene tomando el complejo conjugado
de las ecuaciones (14.45). El comportamiento de jℓ (ρ) cuando ρ → 0 se
deduce de (14.42), cuando ρ → ∞ se deduce de (14.43). Esto es,
2ℓ ℓ! 1 π
jℓ (ρ) −→ ρℓ ; jℓ (ρ) −→ sen ρ − ℓ . (14.46)
ρ→0 (2ℓ + 1)! ρ→∞ ρ 2
(2ℓ)! 1 π
ηℓ (ρ) −→ − ; ηℓ (ρ) −→ − cos ρ − ℓ . (14.47)
ρ→0 2ℓ ℓ!ρℓ+1 ρ→∞ ρ 2
(−)ℓ 1
dℓ
Z
2 ℓ
eiρy
jℓ (ρ) = ℓ+1 ℓ 1 − y dy. (14.48)
2 ℓ!i −1 dy ℓ
ℓ
Los términos [uv]1−1 desaparecen porque u ≡ dn /dy n 1 − y 2 con n < ℓ se
anula en y = 1 y en y = −1).
La ecuación (14.48) se puede escribir también como:
1
1
Z
jℓ (ρ) = eiρy Pℓ (y) dy, (14.49)
2iℓ −1
168
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 169 — #177
donde
1 dℓ
r
ℓ 4π
Pℓ (y) ≡ ℓ ℓ
y2 − 1 = Yℓ0 (θ, ϕ) ; (y = cos θ) , (14.50)
2 ℓ! dy 2ℓ + 1
Multiplicando los dos miembros de la ecuación anterior por Pℓ∗ (y), inte-
grando sobre y entre los lı́mites y = −1 y y = 1, y usando (14.49) y (14.51),
se deduce que:
Aℓ = (2ℓ + 1) iℓ jℓ (ρ) ;
por lo tanto:
∞
X
iρ cos θ
e = iℓ (2ℓ + 1) jℓ (ρ) Pℓ (cos θ) . (14.52)
ℓ=0
d2 F dF
ζ 2
+ (1 − ikζ) − αkF = 0. (14.53)
dζ dζ
169
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 170 — #178
ez z −iα (z − ikζ)iα−1
170
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 171 — #179
1
F (ζ) = 1 + kaζ + αk2 (α + i) ζ 2 + . . . ; (14.55)
4
iπ
z=xe +ikζ 4
z=ikζ
-iπ
3 z=xe +ikζ
-"
iπ
z=xe 2 z=0
-iπ X
z=xe 1
0
1
Z
−iα−1 iα
F12 (ζ) = e−x xe−iπ xe−iπ − ikζ (−) dx
2πi
∞
Z ∞
1 −iα−1 iα
+ e−x xeiπ xeiπ − ikζ (−) dx
2πi 0
x iα
Z ∞
iα πα −πα
1 −x −iα−1
= (−ikζ) e − e e x 1+ dx
2πi 0 ikζ
eiα ln kζ α π
−→ eπα − e−πα e 2 Γ (−iα) . (14.56)
ζ→∞ 2πi
171
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 172 — #180
1 ikζ 0 −x
Z
−iα−1 iα
F34 (ζ) = e e xe−iπ + ikζ xe−iπ (−) dx
2πi ∞
Z ∞
1 ikζ −iα−1 iα
+ e e−x xeiπ + ikζ xeiπ (−) dx
2πi 0
(eπα − e−πα ) ikζ x −iα−1
Z ∞
−iα−1 −x iα
= e (ikζ) e x 1− dx
2πi 0 ikζ
1 π eikζ −iα ln kζ
−→ eπα − e−πα eα 2 e Γ (1 + iα) . (14.57)
ζ→∞ 2πi ikζ
El factor
Γ (1 + iα)
,
Γ (1 − iα)
por ser el cociente de dos números complejos conjugados, se puede escribir
como ei2σ0 ; σ0 = arg Γ(1 + iα).
172
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 173 — #181
15
∂ h i
iℏ Ψ = H (0) + λH (1) Ψ. (15.4)
∂t
En un instante determinado t = t′ , la función de onda Ψ (~r, t′ ) se podrá de-
sarrollar en términos del conjunto completo de funciones Φn (~r, t); esto es, a
un tiempo t′ podemos escribir:
X i ′
Ψ ~r, t′ = an ψn (~r) e− ℏ En t .
n
173
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 174 — #182
donde los coeficientes del desarrollo an (t) varı́an en el trancurso del tiempo.
Sustituyendo la expresión (15.5) en la ecuación diferencial (15.4) y teniendo
en cuenta la ecuación (15.2), se deduce que:
X dan X
iℏ Φn = λ an H (1) Φn .
n
dt n
con: Z
(1)
Hsn (t) ≡ ψs∗ (~r) H (1) ψn (~r) dτ. (15.7)
174
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 175 — #183
Esto incluye como caso particular una perturbación estática; esto es, con
w = 0. Supondremos también que antes de t = 0 el sistema no perturbado
estaba en uno de sus estados estacionarios (no necesariamente el estado
base), el cual indicaremos con el ı́ndice 0, de tal modo que en el instante
t = 0 la función de onda es Ψ (~r, 0) = Φ0 (~r, 0); comparando con (15.5) se
deduce que an (0) = δn0 , y por lo tanto de (15.8) se desprende que:
a(0)
s (0) = δso (15.13)
1
so i(ωso −ω)t/2 sen 2 (ωso − ω)t
Uso h i U
a(1)
s (t) = − e i(ωso −ω)t
− 1 = e 1
ℏ(ωso − ω) iℏ 2 (ωso − ω)
(15.14)
i(ωs0 −2ω)t i(ωsn −2ω)t
(2) 1 X e e
as (t) = 2 Usn Un0 − +1
ℏ n (ωs0 − 2ω)(ωn0 − ω) (ωsn − 2ω)(ωn0 − ω)
(15.15)
donde:
Ei − Ej
Z
wij ≡ , Uij = ψi∗ U (~r, ~p) ψj dτ. (15.16)
ℏ
175
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 176 — #184
176
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 177 — #185
!2P s
2
|Uso|
2
t
177
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 178 — #186
2mE p2
∇2 ψ + k2 ψ = 0 con k2 = = . (15.20)
ℏ2 ℏ2
Las soluciones son ψ = exp i(~k · ~r) con kx2 + ky2 + kz2 = k2 ; por las condicio-
nes de periodicidad exp(−ikx L/2) = exp(ikx L/2), es decir exp(ikx L) = 1;
análogamente, exp(iky L) = 1 y exp(ikz L) = 1. Por lo tanto:
178
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 179 — #187
L 3 √
2π 2
|Us0 | m 2mE dΩ.
ℏ 2πℏ
Por otra parte, el flujo incidente está dado por:
√
ℏ ℏ|~k0 | 2mE
~j0 · ~n0 = ∗ ∗
(ψ ~n0 · ∇ψ0 − ψ0 ~n0 · ∇ψ0 ) = =
2mi 0 mL3 mL3
donde ~n0 es un vector de magnitud unidad en la dirección de ~k0 . La sección
diferencial de dispersión se define como el cociente de las dos magnitudes
anteriores, por lo tanto:
6 2
2
m2
Z
2π 2 L m −i~ks ·~
r i~k0 ·~
r
dσ = |Us0 | dΩ = e U (~
r , p
~ )e dτ dΩ, (15.24)
ℏ (2πℏ)3 4π 2 ℏ4
179
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 180 — #188
e ~ e 2
H (1) = − A · p~ + ~+ e A
∇·A ~ 2 + eφ,
mc 2mc 2mc2
~= c E ~ = c ω
h i
S ~ ×H ~∗ · A
A ~ − A ~·A ~ + c.c. ~k.
4π 4π c
~ ~ 0 |2 /2πc, en caso
El valor medio de S en un perı́odo de la onda es w2 |A
de que el campo abarque una distribución continua de frecuencias con una
180
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 181 — #189
ω2 ~
I(ω)∆w = |A0 (ω)|2 . (15.26)
2πc
De acuerdo con el formalismo desarrollado previamente en este capı́tulo, la
probabilidad de que el electrón efectúe una transición del estado inicial Ψ0
(1)
al estado final Ψs está dada por |as |2 siendo:
" #
1
i
~ 0 |U a e 2 (ωs0 −ω)t sen[ (ω s0 − ω)t]
a(1)
s = |A s0 1
2
2 (ω s0 − ω)
" #
1
(e) i
~ 0 |U e 2 (ωs0 +ω)t sen[ 2 (ω s0 − ω)t]
+ |A s0 1 (15.27)
2 (ω s0 − ω)
donde:
e e
Z Z
(a) ~ (e) ~
Us0 = ψs∗ eik·~r~n · ∇ψ0 dτ ; Us0 = ψs∗ e−ik·~r~n · ∇ψ0 dτ, (15.28)
mc mc
181
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 182 — #190
p2
H0 = + V (~r)
2m
m
Z Z
~n · ψs∗ ∇ψ0 dτ = ~n · ψs∗ (~rH0 − H0~r)ψ0 dτ
ℏ2
m
Z
= (E0 − E s )~
n · ψs∗ ~r ψ0 dτ
ℏ2
m
Z
= − 2 ωs0~n · ψs∗ ~r ψ0 dτ. (15.30)
ℏ
182
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 183 — #191
4π 2 e2
= I(ωs0 ) cos2 {Θ} |ψs∗ ~r ψ0 dτ |2 ,
ℏ2 c
donde Θ es el ángulo entre los vectores ~n y ψs∗ ~r ψ0 dτ . Promediando sobre
R
183
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 184 — #192
ℏω 3
I(ωs0 ) = s0 . (15.34)
N0
π 2 c2 Ns −1
184
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 185 — #193
185
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 186 — #194
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 187 — #195
16
1 ∂2Ψ 2
mc 2
= ∇ Ψ + Ψ. (16.2)
c2 ∂t2 ℏ
Esta es la ecuación de Klein-Gordon. La ecuación es invariante relativista
ya que el operador
1 ∂2
2
∇ − 2 2 ,
c ∂t
es invariante frente a transformaciones de Lorentz. Veamos algunas propie-
dades de la ecuación (16.2).
La ecuación satisfecha por Ψ∗ es:
1 ∂ 2 Ψ∗ 2 ∗
mc 2
= ∇ Ψ + Ψ∗ . (16.3)
c2 ∂t2 ℏ
187
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 188 — #196
∂ 2 Ψ∗ ∂2Ψ
1
Ψ 2 − Ψ∗ 2 + Ψ∗ ∇2 Ψ − Ψ∇2 Ψ∗ = 0,
c2 ∂t ∂t
lo cual es equivalente a:
∂ρ
+ ∇ ·~ = 0
∂t
con:
∂Ψ∗
ℏ ∗ ∂Ψ
ρ= Ψ − Ψ ,
2imc2 ∂t ∂t
ℏ
~ = (Ψ∗ ∇Ψ − Ψ∇Ψ∗ ) . (16.4)
2im
La expresión para ~ obtenida de esta manera es semejante al vector den-
sidad de corriente de probabilidad obtenido en el capı́tulo 5 para el caso
no relativista. Esta analogı́a nos induce a dar a ρ (~r, t) la misma interpre-
tación que en el caso no relativista, es decir ρ (~r, t) dτ serı́a la probabilidad
de que la partı́cula se encuentre en el elemento de volumen dτ localizado en
la vecindad del punto ~r, en el instante t. Sin embargo, esta interpretación
tropieza con una dificultad: ρ(~r, t) dada por (16.4) no es una cantidad posi-
tiva definida, ya que en una ecuación de segundo orden como es la ecuación
de Klein-Gordon, a Ψ y a ∂Ψ/∂t se les puede dar valores arbitrarios en un
instante inicial cualquiera, y podrı́a suceder que con estos valores arbitrarios
la expresión (16.4) resultara negativa.
Un campo electromagnético
n o queda especificado por el cuadrivector de
~
los potenciales: A, iφ . La energı́a y el momento de una partı́cula libre
forman otro cuadrivector: {~p, iE/c}. El cuadrivector del momento para una
partı́cula de carga e en un campo electromagnético es:
e~ E e
(~
p − A), i( − φ) ;
c c c
se deduce que:
e ~ 2
(E − eφ)2 = c2 p~ − A + m2 c4 . (16.5)
c
188
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 189 — #197
e~ 2
′ 1 ℏ 1 2
E ′ − eφ ψ.
E − eφ ψ = ∇− A ψ− 2
(16.8)
2m i c 2mc
e~ 2
′
1 ℏ
E − eφ ∼ ∇− A .
2m i c
Ası́ se obtiene el lı́mite no relativista de la ecuación de Klein-Gordon:
e~ 2 e~ 4
′
1 ℏ 1 ℏ
E − eφ ψ = ∇− A ψ− ∇ − A ψ. (16.9)
2m i c 8m3 c2 i c
189
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 190 — #198
Los primeros dos términos de esta ecuación son idénticos a los que aparecen
en la correspondiente ecuación de Scrödinger. El último término representa
una corrección debida a que la expresión relativista de la energı́a es diferente
a la expresión clásica. En efecto, para una partı́cula libre:
p 1 2 1
E ′ = c2 p2 + m2 c4 − mc2 = p − p4 + . . . .
2m 8m3 c2
Notamos que la ecuación de Klein-Gordon no contiene, en sı́ misma, nin-
guna caracterı́stica asociada al spin de la partı́cula descrita por ella. Por
otra parte, si se intenta introducir artificialmente en la ecuación la noción
de spin, se pierde la invariancia relativista. De aquı́ que la ecuación Klein-
Gordon sólo sea adecuada para describir a una partı́cula sin spin, lo cual
desde luego implica que no es apropiada para los electrones.
Dirac, al tratar de formular una ecuación de onda relativista, partió del
hecho de que en relatividad especial las cuatro coordenadas {x, y, z, ict}
figuran en un plano de igualdad, de modo que la ecuación debe contener
derivadas del mismo orden con respecto a las cuatro variables. Además, si
queremos obtener una densidad de probabilidad ρ positiva definida, debe
ser ρ = ψ ∗ ψ, lo cual sólo se logra cuando la derivada con respecto al tiempo
es de primer orden, como en la ecuación de Schrödinger. Se llega ası́ a la
conclusión de que la ecuación debe ser de primer orden enp las derivadas
con respecto a las cuatro coordenadas. Si en la fórmula E = c2 p2 + m2 c4
linearizamos formalmente el radical se tendrá E = c~ α · p~ + βmc2 y, haciendo
aquı́ las sustituciones indicadas en (16.1), se obtiene la ecuación de Dirac
para una partı́cula libre:
∂Ψ ℏ
iℏ =c α~ · ∇Ψ + βmc2 Ψ, (16.10)
∂t i
en la cual las cuatro constantes (~α, β) deben determinarse de tal modo que
al elevar al cuadrado la expresión E = c~α · ~p + βmc2 se obtenga:
E 2 = c2 p~ 2 + m2 c4 .
190
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 191 — #199
191
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 192 — #200
es decir:
α
~ 11 = α
~ 22 = 0.
1
(σi σj + σj σi ) = δij . (16.13)
2
Tratemos de encontrar la representación de dimensión más baja. Si n = 1
las σi serı́an números, y la ecuación (16.13) nos dice que σi σj = δij , pero
no existen 3 números que tengan esta propiedad. El siguiente caso es n = 2,
las σi serı́an entonces matrices hermitianas 2 × 2; en este caso una posible
representación de las σi es por medio de las 3 matrices de Pauli (capı́tulo 12):
! ! !
0 1 0 −i 1 0
σx = ; σy = ; σz = ,
1 0 i 0 0 −1
192
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 193 — #201
Ya que las (~α, β) son matrices 4 × 4, es natural que las funciones de onda
sobre las cuales se aplican sean matrices columna 4 × 1:
Ψ1 (~r, t)
Ψ2 (~r, t)
Ψ (~r, t) = .
Ψ3 (~r, t)
Ψ4 (~r, t)
∂Ψ† ℏ
iℏ ~ − Ψ† βmc2 ,
= c ∇ΨΨ† · α (16.14)
∂t i
193
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 194 — #202
se deduce que: X
σk σm − σm σk = 2i ǫnkm σn ;
n
por lo tanto:
[~σ · ~p, σm ] = 2i (~σ × p~)m ,
es decir:
[~σ · ~p, ~σ ] = 2i (~σ × p~) . (16.17)
Entonces, si definimos el siguiente operador:
−→
!
ℏX ℏ ~σ 0
≡ ,
2 2 0 ~σ
194
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 195 — #203
~ + mc2 β u.
Eu = c~ p·α (16.20)
Escribiendo: !
u1
u= ,
u2
con u1 y u2 matrices de dos renglones y una columna, y usando la represen-
tación explı́cita de (~
α, β) dada en (16.12), se llega a:
p · ~σ )u2 + mc2 u1 ,
Eu1 = c(~
(16.21)
p · ~σ )u1 − mc2 u2 .
Eu2 = c(~
E − mc2 E + mc2 ui = c2 (~ p · ~σ ) ui = c2 ~p 2 ui ;
p · ~σ ) (~ (i = 1, 2);
195
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 196 — #204
~ conmuta con ~σ .
válida cuando A
Las ecuaciones
E 2 − m2 c4 ui = c2 p~ 2 ui
−γpz
(16.23)
−γpz
−γ (px + ipy )
E = E− , c2 = 0; u = ,
1
0
−γ (px − ipy )
γpz
E = E− , c1 = 0; u = ,
0
1
196
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 197 — #205
con
c
γ≡ .
mc2 + E+
Para velocidades de la partı́cula pequeñas con respecto a la velocidad de la
luz,
γ ∼ 1/2mc y por tanto las componentes multiplicadas por γ son de un
orden de magnitud v/c. Si se desprecian las componentes multiplicadas por
γ se puede comprobar que las cuatro matrices columna (16.23) son eigen-
vectores de Σz con eigenvalores +1, −1, +1, −1 respectivamente; es decir,
corresponden a una proyección definida del spin sobre el eje z.
Los resultados anteriores ilustran otra caracterı́stica de la ecuación de
Dirac: ella predice la existencia de estados de un electrón libre con energı́a
(cinética) E− negativa. De acuerdo con una idea propuesta por Dirac, todos
los estados de E negativa están normalmente ocupados, cada uno, por un
electrón; esta configuración se designa con el nombre de mar de Dirac. El
principio de Pauli evita entonces que un electrón de E positiva efectúe una
transisión a un estado de E negativa. Cuando se comunica a un electrón del
mar de Dirac una energı́a suficiente (la cual tiene que ser necesariamente
mayor que 2mc2 ) este electrón puede observarse en un estado de E positiva;
al mismo tiempo el hueco que deja en el mar se comporta como una partı́cula
de masa igual a la del electrón y carga eléctrica del mismo valor absoluto que
la del electrón, pero de signo positivo, i. e. un positrón. El fenómeno fı́sico
descrito es la creación de un par electrón-positrón, el cual se ha confirmado
experimentalmente. La formulación teórica apropiada de estas ideas requiere
el uso de la teorı́a de los campos cuánticos.
197
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 198 — #206
externo:
∂ ℏ e~
iℏ − eφ Ψ = c~
α· ∇− A Ψ + mc2 βΨ. (16.24)
∂t i c
α · ~π ψ + mc2 βψ,
(E − eφ) ψ = c~ (16.25)
con
ℏ e~
~π ≡ ∇ − A.
i c
Indicando a la función de onda ψ en la forma
!
ψ1
ψ= ,
ψ2
de donde:
E − eφ − mc2 ψ1 = c~σ · ~π ψ2 ,
(16.26)
E − eφ + mc2 ψ2 = c~σ · ~π ψ1 .
c2
′
E − eφ ψ1 = (~σ · ~π ) (~σ · ~π ) ψ1 , (16.27)
E ′ − eφ + 2mc2
198
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 199 — #207
199
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 200 — #208
200
“libro” — 2008/8/14 — 9:27 — page 201 — #209
| ψnℓm (~r = 0) |2 .
201
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO