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ALUMNA:

GUTIERREZ GARCIA VALERIA PAULINA

PROFESORA:
MARIA DEL LORETO TORRES FRIAS

TEMA:
CUADRO COMPARATIVO
FILOSOFOS PENSAMIENTO SOBRE EL HOMBRE

ARISTOTELES Según Aristóteles, el ser humano es una única sustancia


compuesta de alma y cuerpo, que se relacionan como forma y
materia, y, por tanto, como acto y potencia. El alma es, pues, el
principio que anima al cuerpo. Esta concepción del hombre
parece negar la inmortalidad del alma, pues la considera
inseparable del cuerpo. Como en la naturaleza hay tres grados de
vida, existen también tres clases de alma. El alma vegetativa se
relaciona con la nutrición y la generación; el alma sensitiva rige,
además de estas funciones, el movimiento y la sensibilidad; por
último, el alma intelectiva abarca todas estas capacidades junto
con el pensamiento y la voluntad.

LOS ESTOICOS La noción de los antiguos sobre el destino adquiere en los


estoicos el carácter de una conexión causal de las cosas. De la
filosofía naturalista de los estoicos se deriva la regla fundamental
del “hombre prudente”: “vivir en conformidad con la
Naturaleza”, es decir, en conformidad con la razón mundial e
individual. El hombre, al someterse a la razón, se desembaraza de
las pasiones y del yugo de las cosas exteriores, alcanza la
impasibilidad (la “apatía”). El hombre libre es feliz y sólo está
sujeto a su propia voluntad. Su felicidad es condicionada, no por
los placeres sensuales, sino por la conciencia de la virtud. Así
como todos los objetos proceden de la sustancia única (el fuego),
así también las inteligencias de los hombres son partículas de la
razón universal. El hombre es ciudadano del universo. El esclavo
y el amo, el noble y el plebeyo, en principio, son iguales. Esta
proclamación de igualdad y la tendencia cosmopolita de los
estoicos fueron la expresión ideológica del comienzo de la
desintegración de la sociedad esclavista

EPICUREOS Epicuro afirmó que es bueno todo lo que produce placer, pues el
placer, según él, es el principio y el fin de una vida feliz.
Él definió el placer como la satisfacción de las necesidades del
cuerpo y la tranquilidad del alma. Para el epicureísmo, lo malo es
todo aquello que le produce dolor al ser humano. Son las cosas
que nos hacen o nos afectan en el sentido espiritual y corporal,
Epicuro señaló que el placer no tiene que ser necesariamente un
placer sexual, sino también algo que nos produzca placer el
hacerlo, como: respirar tranquilamente en el campo o tomar
helado, pero sobre todo los placeres espirituales como la música
de calidad o un buen libro también.

El ser humano está compuesto de cuerpo y alma, y los placeres


del alma son superiores a los del cuerpo. En su opinión, la paz
interior puede alcanzarse al reducir las necesidades del cuerpo y
acabar con las inquietudes y temores. La ética epicúrea dice que,
para vivir una vida feliz, es muy importante superar el miedo a la
muerte; Epicuro dijo "La muerte no nos concierne, pues mientras
existimos, la muerte no está presente y cuando llega la muerte,
nosotros ya no existimos Epicuro afirmó que es bueno todo lo
que produce placer, pues el placer, según él, es el principio y el
fin de una vida feliz.
Él definió el placer como la satisfacción de las necesidades del
cuerpo y la tranquilidad del alma. Para el epicureísmo, lo malo es
todo aquello que le produce dolor al ser humano. Son las cosas
que nos hacen o nos afectan en el sentido espiritual y corporal,
Epicuro señaló que el placer no tiene que ser necesariamente un
placer sexual, sino también algo que nos produzca placer el
hacerlo, como: respirar tranquilamente en el campo o tomar
helado, pero sobre todo los placeres espirituales como la música
de calidad o un buen libro también.
El ser humano está compuesto de cuerpo y alma, y los placeres
del alma son superiores a los del cuerpo. En su opinión, la paz
interior puede alcanzarse al reducir las necesidades del cuerpo y
acabar con las inquietudes y temores. La ética epicúrea dice que,
para vivir una vida feliz, es muy importante superar el miedo a la
muerte; Epicuro dijo "La muerte no nos concierne, pues mientras
existimos, la muerte no está presente y cuando llega la muerte,
nosotros ya no existimos”.

LOS CINICOS El bestiario cínico, el propio nombre de la escuela, nos hablan de


una humanizada animalidad que, sabia por natura al más puro
estilo de Esopo y sus fábulas, muestra enseñanzas,
comportamientos que a los ojos de los cínicos nos profesan la
virtud en la frugalidad, el autoabastecimiento y la inteligencia
práctica. Peces, ratones, tortugas y perros son el ejemplo cínico
de virtud porque por medio de su fortaleza se adaptan a cualquier
circunstancia, poseen la inteligencia para liberarse de las
necesidades corporales y los avatares de la fortuna. La
animalidad cínica es sabiduría natural, pero para percatarse de
ella es necesario ejercitar la mente y el cuerpo, aprender y
comprender que el hombre en frugalidad puede conocerse mejor
y, así, ser feliz y sabio en tanto poseedor y dueño de sí, lo que
implica que no hay turbación en él; es decir, ha conseguido la
ataraxia. Entendida como imperturbabilidad esta ataraxia se
consigue por medio de la ascesis porque requiere ejercitarse para
no verse sorprendido por la fortuna, por ninguna pasión alienante
que pervierta o esclavice el cuerpo o la mente. Por ello es que
Diógenes come, se masturba y realiza todo tipo de actos
corporales, animales y naturales en el ágora; su finalidad es la
ataraxia, la no enajenación, la total soltura y libertad que
conlleven felicidad.
Podemos decir que la ascesis cínica desnuda al hombre y lo que
encuentra primero es un animal poseedor de un cuerpo que
siente, padece y vive. Esto resulta de suma importancia porque
nos presenta a Diógenes desvergonzado, incivilizado, pero, ante
todo, ser libre e individual que no se deja pervertir por la
civilización y sus promesas de progreso. El cuerpo, la carne, la
materia cínica son un instrumento filosófico que resulta
indispensable para ser y estar; más aún, el cuerpo es la antítesis
de la sociedad porque esta última es una masa sin rostro, un
leviatán que devora las particularidades de los hombres para
exaltar sus semejanzas y así moldear y masificar a su antojo; el
cuerpo cínico, la carne diogénica, muy al contrario, abre paso a la
individualidad, a la singularidad, al particular y único hábitat que
todo ser vivo posee: la materia carnal. Filosofía materialista a
todas luces, sensualista en cierta medida, al cinismo le importa el
hombre de carne y hueso, su cuerpo es el medio para realizar la
ascesis porque también es receptáculo sensible y emocional que
nos mueve, nos alimenta, nos hace vivir.

¿CÓMO SE RELACIONA LA ANTROPOLOGIA CON LA CULTURA?

La antropología social o cultural nació de la necesidad de estudiar las culturas humanas


de forma directa, superando las especulaciones acerca de las mismas, con una
metodología característicamente cualitativa. El repertorio de sociedades o culturas
estudiadas en todo el mundo desde mediados del siglo XIX es muy amplio, y ello ha
permitido a esta ciencia afinar progresivamente la comparación intercultural.
Cuando nos referimos a la antropología sociocultural, así adjetivada, estamos aludiendo
al ser humano estudiado como miembro de un grupo social y como integrante de una
cultura. En realidad, estamos haciendo mención de realidades similares puesto que,
como veremos en el desarrollo de los temas que siguen, los grupos humanos poseen una
cultura que les proporciona una imagen o, si se quiere, una identidad, gracias a la cultura
que los caracteriza.
Puede decirse, por tanto, que la antropología sociocultural estudia las sociedades y las
culturas humanas, tratando de descubrir, prioritariamente, los elementos compartidos y
las diferencias, con una estrategia holista, esto es, enfocada a la globalidad. Para
lograrlo, se vale de una metodología sistemáticamente comparativa. Por tanto, no es una
ciencia de lo exótico y de lo singular.

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