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María, que en hebreo quiere decir “Señora” y según otros “Mar amargo”, es la
mujer con la cual se abre la promesa en la antigua alianza (Gn. 3:15) y con la cual
cierra Simeón la antigua profecía (Lc. 2, 25-35).
Si por Eva entró el pecado en el mundo, por la Virgen María entró la salvación.
Tiene la misión de combatir contra el “dragón” y la “bestia” del mal en los tiempos
finales según el Apocalipsis.
B) En el año 649 (dos siglos después) el Papa Martin I declaró su Virginidad
Perpetua (antes, durante y después del parto).
María Santísima es Reina por ser la madre de Dios hecho hombre, El Mesías, El
Rey universal. Por ser la perfecta discípula que acompañó a Su Hijo desde el
principio hasta el final, Cristo le otorga la corona. El papa Juan Pablo II, en la
audiencia del 23-7-97 dijo que “María es Reina no sólo porque es Madre de Dios,
sino también porque (…) cooperó en la obra de la redención del género humano.
(…). Asunta al cielo, María es asociada al poder de su Hijo y se dedica a la
extensión del Reino, participando en la difusión de la gracia divina en el mundo”.
MARÍA COOPERA EN NUESTRA SALVACIÓN
Esta cuestión divide a católicos y protestantes. Los católicos dicen que María, al
convertirse en Madre de Dios, ha cooperado a la realización de nuestra salvación
(por su escucha, su servicio de intercesión como en Caná, etc.).
Pero eso no significa sin embargo que María sea una segunda mediadora al lado
de Cristo, como si añadiera alguna cosa a la obra de Él. María está en efecto,
como nosotros, del lado de los salvados.
MARIA CORREDENTORA
Actualmente hay un movimiento que propone al Papa la aprobación del 5º dogma
de María Corredentora. El título Mariano “Corredentora”, se refiera a la
participación única de María en la obra de nuestra redención llevada a cabo por
Jesucristo. Es un paso más a su carácter de cooperadora en la salvación.
El término como ha sido usado por la Iglesia nunca pone a María en nivel de
igualdad con Jesucristo, el divino redentor. Sin embargo, la libre y activa
cooperación humana de la Madre de Jesús en la redención, particularmente en la
Anunciación y en el Calvario, es correctamente reconocida por el magisterio y las
enseñanzas papales del Concilio Vaticano Segundo –Ver “Lumen Gentium” Nos.
56, 57, 58 y 61– y se convierte en un ejemplo preeminente de cómo el Cristiano
está llamado a hacerse un “co-trabajador con Dios”.
MARÍA MADRE DE LA FE, DE LA ESPERANZA Y DE LOS CREYENTES
María es mujer de fe, de esperanza y de caridad como ninguna otra criatura había
sido antes ni jamás lo ha de ser.
En estos tiempos de general apostasía y de consecuente destrucción del hombre,
la Madre de Dios nos asegura con su presencia el favor del cielo, la victoria de
nuestro Señor sobre el pecado, sobre la muerte y sobre satanás. Ella viene a
traernos la luz de Cristo. Ella viene a llevarnos a Cristo, Ella viene a defender a la
Iglesia y a su Pastor. Su presencia continua reaviva y fortalece nuestra esperanza
e ilumina nuestra fe.
MADRE DE LA IGLESIA
Los primeros cristianos han concedido mucho valor a la presencia de María al pie
de la cruz de su hijo, Jesús. Se acuerdan de estas palabras dichas a Juan: «He
ahí a tu madre» (Jn. 19,27).
La expresión Madre de la Iglesia no ha visto la luz hasta el fin del concilio Vaticano
II. El Papa Pablo VI proclamó entonces a María Madre de la Iglesia, es decir
Madre de sus fieles y de sus pastores.
MARÍA MEDIANERA DE TODAS LAS GRACIAS
Todas las Gracias vienen a través de María porque Jesucristo El Salvador del
mundo viene a través de ella. No hay mayor Gracia aparte de Jesús.
Todas las gracias vienen a nosotros a través de Maria porque su intercesión es un
preámbulo a todas las gracias.
¿TUVO MARIA MÁS HIJOS?
En el evangelio de San Marcos, se mencionan cuatro hermanos de Jesús,
Santiago, José, Judas y Simón los cuales nunca son llamados hijos de María.
La palabra hebrea “Aha” se utiliza como hermano, tío, primo, pariente; por ejemplo
en Génesis 13, 8 se menciona a Lot como hermano de Abraham, sin embargo son
tío y sobrino (Gen 12, 5). En el mismo evangelio de Marcos 15, 40 se nombran a
José y Santiago hijos de María que en Juan 19, 25 se aclara que esta María era
hermana (Aha) de la Madre de Jesús. En Hechos 1, 13 se mencionan a Simón y
Judas como seguidores del Maestro.
MARIA ES CENTRO DE ATAQUE HOY EN DIA
Desde el Génesis fue profetizada “enemistad entre la Mujer y el demonio” (Gn. 12,
13-18). También esta escrito que el demonio les hará la guerra a los hijos de la
Mujer. Esta es la razón por la cual María es centro de división entre los cristianos y
los hijos de las tinieblas.
La gran promesa en Gn. 3, 15 dice que quienes vencerán a la descendencia de la
serpiente son los hijos o descendencia de la Mujer. Nosotros somos la
descendencia de la Mujer, esta Mujer es la Virgen María.
Los ataques a María provienen también desde dentro de la Iglesia Católica a
través del “minimismo mariano”, que puede apreciarse cuando no se resalta a
María como Reina ni los privilegios concedidos a la Santísima Virgen por haber
sido creada para ser la Madre de Dios y asociada a Cristo para la obra de
redención de la humanidad, y por el contrario, se la minimiza cuando se la relega
solamente como madre fiel, acompañante de los discípulos, con gran capacidad
orante, intercesora.
POR QUE LOS CATÓLICOS LE ORAN A MARIA
Realmente, toda oración cristiana no se dirige más que a Dios: sea al Padre, o a
Jesucristo o al Espíritu Santo, o incluso a la Trinidad en cuanto tal.
Si recurrimos a María y a los santos en nuestra oración, es para pedirles ayuda, su
intercesión ante Dios, su oración. Es lo que hacemos al pedir en el «Ave María»
que «ruega por nosotros pecadores».
Nuestras oraciones dirigidas a María son en realidad oraciones dirigidas a Dios
que es el único que puede escucharlas.
Siempre podemos alabar a María como lo han hecho antes de nosotros Lutero y
otros reformadores.
María decía en su Magnificat: “Todas las generaciones me felicitarán” (Lc. 1,48).
Nosotros la veneramos, alabando a Dios por ella y con ella. Como lo hizo el ángel
en la Anunciación e Isabel en la Visitación.
CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Nos consagramos al Inmaculado Corazón de María, porque Dios nos ha
entregado a María como Madre y nos ha confiado a ella. Ella es pues responsable
de velar por la salvación de todos sus hijos, de hacer que se acerquen a Jesús,
que escuchen su Palabra, que vivan como hermanos. Jesús quiere que tengamos
un corazón limpio, sencillo, humilde, inmaculado como el de su madre.
Consagrarse a María significa ponernos en sus manos, a su servicio y disposición.
Y Ella nos guiará hacia Jesús. Consagrarnos a Ella significa dejarse llevar sin
condiciones, sabiendo que Ella conoce mejor el camino y que podemos dormir
tranquilos en sus brazos de madre. Consagrarse a María significa vivir
permanentemente en su Inmaculado Corazón, dentro del Corazón divino de
Jesús. Es dejar que Ella actúe por medio de nosotros. Es como prestarle nuestra
lengua para que hable por nosotros y nuestro corazón para que ame a los demás
por nuestro medio.
LOS CATÓLICOS NO ADORAN A MARIA
La Iglesia no se cansa de proclamar que nosotros honramos a María como lo
hacía Jesús y la proclamamos bendita, cumpliendo la profecía bíblica (Lc 1, 48)
pero la adoración es única y propia de Dios y María es criatura.
A María se la venera o se le concede hiperdulía.
POR QUE LOS CATOLICOS REZAN EL ROSARIO SINO ESTA EN LA BIBLIA
No hay oración más Bíblica que el rosario, todos los misterios están en la Biblia, el
Padrenuestro, también está en la Biblia y la primera parte del Ave María también.
El Rosario es una oración más Bíblica que muchas que se hacen en algunas
iglesias.
En cuanto a la repetición dice Mc 14, 39 que Jesús repetía muchas veces la
misma oración, el rosario es una meditación en una oración.
MARÍA SE PRESENTA CON DIFERENTES ROSTROS Y VESTIDOS
Las advocaciones a María son múltiples pero siempre es la misma Virgen María la
que se venera a través de Nuestra Señora del Carmen, la Virgen del Rosario o la
Reina de la Paz de Medjugorje.
María presenta en cada advocación un perfil levemente distinto y a su vez cada
advocación crece en un lugar geográfico e histórico que le da su originalidad.
MARÍA SE ESTA APARECIENDO
La Iglesia Católica y la Ortodoxa lo admiten desde el momento que han concluido
que algunos fenómenos se deben a la presencia sobrenatural de la Virgen María a
videntes.
La Iglesia Católica distingue entre apariciones públicas (en que estudia su
veracidad) y privadas (en que el vidente así lo expresa), pero en ningún caso el fiel
está obligado a aceptarlas.
El estudio de una aparición puede llevar siglos hasta que la Iglesia aprueba o
desaprueba; en más del 90% de las apariciones estudiadas la Iglesia no se ha
expedido y sólo una ínfima minoría son aprobadas o desaprobadas.
El Vaticano no aprueba las apariciones que están en curso y nunca aprueba los
mensajes.
Los Obispos muchas veces permiten oficiar misa en los lugares de las
apariciones, y muchas veces aunque hayan dicho públicamente que no hay
evidencias que sea un fenómeno sobrenatural, con lo cual no niegan su
autenticidad, sino expresan que no tiene pruebas irrefutables de ello.
Las contradicciones y los ataques son inherentes a las apariciones marianas,
porque siempre que se está apareciendo María está actuando el demonio para
destruir su obra.
El punto central para discernir si una aparición viene de María son los frutos que
deja (conversión, obras, sanaciones), su guía hacia Jesús y una catequesis
compatible con la de la Iglesia Católica.