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¡En honor a los caídos!

Llegar a ser figura pública en cualquier sector de la sociedad (aunque sea en pequeña escala) no quita el hecho de
ser humano, por tal motivo no estás exento de cometer equivocaciones, ni mucho menos te exonera de las
consecuencias de las decisiones equivocadas del pasado.
Las decisiones trascendentales de la vida te pueden traer beneficios oh te pueden dejar consecuencias, lo cierto es
que no se puede aseverar inmediatamente después de una decisión cual será el resultado, pues eso sólo el paso del
tiempo lo deja saber. Cabe añadir que una decisión importante no se toma de la nada, siempre habrán situaciones,
circunstancias, motivos y razones que conllevan a tal oh cual decisión, por lo cual emitir un juicio en base sólo a la
decisión en sí, es una obviedad de la ignorancia del que emite un juicio.
El equivocarse, fallar, cometer errores, oh pecar, como tu prefieras llamarlo, no es un asunto de buenos oh malos,
de pecadores oh santos, sino más bien es un asunto meramente humano, tan simple como eso. Pero claro, se
convierte en una excelente oportunidad para hacer una catarsis por parte de muchas personas ancladas en la
mediocridad, el egoísmo y la envidia, como reza el dicho; «mal de otros consuelo de tontos».
Lo cierto es que no deja de ser una actitud lamentable y verídica, y en adición a ello también sucede otro hecho más
lamentable aun; y es el hecho de la posición que asumen muchas personas a las cuales se les considera “amigos oh
hermanos”, dan la espalda a la persona que según ellos ha fallado y por lo cual ha dejado de “ser”, ha salido de
escena y por consiguiente ha dejado de existir. Déjame añadir que también existen personas coherentes que te
demostraran una verdadera amistad y esa es la gente que vale oro puro, además es ¡asombrosa! La demostración del
amor de Dios poniendo gente maravillosa en tu camino extendiéndote su mano.
Retomando la actitud de abandono, personalmente considero que esa actitud se debe a que los seres humanos;
primero sólo te buscan cuando te necesitan y estás en condiciones de darles algo que quieren de ti, segundo porque
les avergüenza que les vean socializar con aquellos que han “fracasado”, pues sólo buscan asociarse con los
“exitosos”, por eso si resurges te volverán a buscar, y en tercer lugar porque erróneamente creen que sólo se
aprende de los “grandes” de los que “nunca” fallan, lo cual es un error garrafal pues la gente que ha logrado cosas
importantes en la vida, son aquellos que tuvieron carácter para atravesar muchas noches de oscuridad y sin embargo
nunca se rindieron por lo cual poseen un mejor panorama y experiencia de la vida.
En honor a los “caídos” quiero decir: Cuando se ocupa una posición de líder religioso y se alcanza relativamente el
“éxito”, hay muchas clases de conjeturas por las personas en derredor; para unos es un siervo de Dios, un líder, una
gran persona, y para otros es un vividor, alguien que no trabaja oh hasta lo peor, etc. Lo cierto es que se debe bregar
con todo eso, y es posible que haya líderes religiosos en ambos grupos, por tal motivo, cualquier falla es suficiente
para destrozar sin piedad la imagen y reputación de una persona que tropieza (ministerialmente hablando).
Comprendo perfectamente que no es fácil tomar ciertas decisiones en la vida, como tampoco es fácil bregar con la
indiferencia, el desprestigio y la hipocresía de la gente, más sin embargo lo importante es nunca perder el horizonte,
y ese horizonte es el servicio. Al final la vida consiste en eso y una vez encuentras esa forma, área, sector, talento,
negocio u estrategia para servir a la gente ¡ADELANTE! pues para eso nos creó el maestro, y fue precisamente lo
que nos demostró con su vida.
No desperdicies tu tiempo en brindar explicaciones a nadie, pues el tiempo y los hechos son los que mejor pueden
demostrar cualquier razón de ser.

Recuerden: ¡En honor a los “caídos”!


Marvin Gómez.

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