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Ernesto Nelson UNIPE - Presentación Gagliano PDF
Ernesto Nelson UNIPE - Presentación Gagliano PDF
a la enseñanza
secundaria
y otros escritos
Plan de reformas
a la enseñanza
secundaria
y otros escritos
ERNESTO NELSON
Presentación
RAFAEL S. GAGLIANO
unipe: EDITORIAL
UNIVERSITARIA
Nelson, Ernesto
Plan de reformas a la enseñanza secundaria y otros escritos / Ernesto Nelson;
compilado por Rafael S. Gagliano; prólogo de Rafael S. Gagliano - 1a ed. compendiada -
Gonnet: UNIPE: Editorial Universitaria, 2017.
400 p. ; 24x16 cm. - (Ideas en la educación argentina / Darío Pulfer; 15)
ISBN 978-987-3805-19-6
1. Política Educacional. I. Gagliano, Rafael S., comp. II. Gagliano, Rafael S., prolog.
III. Título
CDD 379
ERNESTO NELSON
Plan de reformas a la enseñanza secundaria y otros escritos
Ediciones anteriores:
Plan de reformas a la enseñanza secundaria, Buenos Aires, La Casa de los Maestros A. Mentruyt, 1915.
Nuestros males universitarios, Buenos Aires, El Ateneo, 1919.
Algunos puntos básicos para la reforma de la enseñanza media, Buenos Aires,
Librería y Editorial «La Facultad»-Bernabé y Cía, 1940.
DARíO PULFER
Director de la colección
índice
PRESENTACIÓN
ERNESTO NELSON: UNA ESCUELA ACTIVA PARA EL
COLEGIO SECUNDARIO
por Rafael S. Gagliano ............................................................................................................ 13
Introducción........................................................................................................................................ 349
Tres vías de progreso para nuestra enseñanza pública ................. 351
Tendencias tradicionales restrictivas en la educación
secundaria ................................................................................................................................... 353
Otro factor restrictivo tradicional: la falta de articulación
entre el ciclo primario y el ciclo medio.................................................... 357
Hacia la escuela media única ......................................................................................... 359
ÍNDICE 11
Sus textos transitan con fluidez tanto la experiencia educativa en el nivel micro del
aula como las síntesis conceptuales de un intelectual público reflexionando sobre
el Estado y la gestión de los saberes comunes. Nelson presupone un nosotros am-
plio y sin exclusiones pero con ciudadanías exigidas, ya que la vida democrática
demanda capacidades concretas y abstractas –trabajo y juego– para desarrollar
las «facultades» de observación, investigación y descubrimiento presentes en
todos los alumnos y estudiantes. Confiaba en construcciones asociativas deriva-
das de la base social, donde la escuela pública ocupaba un lugar de amplia legiti-
midad e intensa participación local.
PRESENTACIÓN. ERNESTO NELSON: UNA ESCUELA ACTIVA PARA EL COLEGIO SECUNDARIO 15
Tanto para Agustín Álvarez como para Ernesto Nelson resultaba imprescindible
la creación de ambientes morales para estudiar y trabajar, y ambos vinculaban el
libre examen de todos los asuntos públicos como el fundamento de una vida libre
de fanatismos e injusticias.
La educación del intelecto no puede delegar en otros las responsabilidades
por el conocimiento, el cual es ajeno a la erudición libresca que la escuela pro-
mueve casi compensatoriamente. Nelson no debate sobre los problemas didácti-
cos o metodológicos que frustran o mejoran la educación ya que se posiciona en
la reflexión crítica de la administración burocrática de la educación, la cual ge-
nera y propone los métodos que terminan alejando del conocimiento a los estu-
diantes.
La educación del intelecto y las aspiraciones racionalistas que propone el autor
se alejan del enciclopedismo que fundó todos los planes de estudio de los cole-
gios desde la fundación del Nacional Buenos Aires en 1863.
La experiencia de conocer impone la disciplina de la investigación y el descu-
brimiento, no la deriva memorística de la recepción pasiva del pensamiento ajeno.
En la misma tradición pedagógica que Carlos Vergara,1 pero ajeno a las concep-
ciones krausistas de este, Nelson incorpora el sentimiento de misterio que las
cosas comunican para transformarlo en preguntas de conocimiento. Le preocupa
cómo esa ciencia conquistada por el esfuerzo individual y colectivo se aplica a las
artes de la vida, a la salud física, emocional y estética del conjunto social.
La propuesta del autor imagina otro sujeto de la educación, más allá del
alumno que la escuela moderna aseguró. Con imaginación pedagógica ajena al
clima de época, Nelson procura instituir al sujeto en formación como investiga-
dor o descubridor, lo cual redefine relacionalmente la figura del educador. Ese
desplazamiento de las posiciones pedagógicas heredadas de la escuela moderna-
tradicional resitúa el conjunto de la escena educativa. Todo entra en un proceso
de vertiginoso cambio. Los libros de texto, entendidos por el autor como «catálogo
* En todos los casos remitimos con la sigla PDR a la presente edición, Plan de reformas a la ense anza
? se
. [N. de E.]
cundaria y otros escritos
PRESENTACIÓN. ERNESTO NELSON: UNA ESCUELA ACTIVA PARA EL COLEGIO SECUNDARIO 17
Los métodos actuales dejan, pues, fuera del control del Estado la operación
genuinamente educativa de la enseñanza. […]
Por una consecuencia fatal e inevitable del sistema, el profesor se ve
disminuido en su función docente y convertido en un mero tomador de
lecciones, en una especie de policía del trabajo forzado. Él es quien debe
hacer chasquir el látigo en el picadero del aula a fin de que el trabajo im-
puesto a los pequeños seres que amaestra para el examen no cese jamás,
seguro como se halla de que si desfallece en su empeño o se rinde a la
menor tolerancia, se paraliza todo el movimiento cuya dirección se le ha
confiado.
Rueda de un sistema mecanizado, el profesor no puede pues ser edu-
cador en el alto sentido del término; y así puede apreciarse ahora con
cuanta injusticia suele reprocharse al maestro y al profesor ser cómplices
del dogmatismo, a cuyo servicio en verdad los ponen, sin que nos perca-
temos de ello, los sistemas actuales (PDR: 70).
estudiantes y profesores por igual, provocado por las negligencias de falsa selec-
tividad implementada por las burocracias rectoras del sistema educativo nacio-
nal. Nelson explora políticas subjetivizadoras, movilizadoras de los estudiantes,
ahora usuarios de laboratorios, talleres y gabinetes, tecnologías científicas de la
época.
En esos nuevos contextos, el profesor es un educador, un guía o valedor de los
recorridos individualizadotes de los aprendizajes, según las «aptitudes» y «dis-
posiciones» de los estudiantes. Si bien Nelson no problematiza la necesidad de
los desaprendizajes y desidentificaciones necesarias para provocar las rupturas
que su propuesta reivindica, queda tácitamente comprendida que a la reforma
política del sistema –que el Plan tiene por fin– se le debe añadir un nuevo saber
pedagógico en la formación docente básica. Tal como está planteado en el texto
que comentamos, la propia dinámica de las «clases» en las aulas hace perder o
volver extraño el deseo de saber. y las causas de tan profundo desvío son de na-
turaleza sistémica y de agravada responsabilidad política.
Irónicamente Nelson señala que, dadas las condiciones y prácticas de época,
las aulas se organizan como un «recitadero» de unos y de otros; los pupitres, de
tanta vida sedentaria de los cuerpos, se definen como un «mueble para escuchar».
La propuesta pedagógica de Ernesto Nelson nace en la fuente del liberalismo
democrático argentino, atravesado por las tradiciones populares del radicalis-
mo combinadas con enunciados explícitamente anarquistas (cfr. Barcos, 2013). Su
reflexión siempre se materializa en individuos singulares; no reflexiona sobre gru-
pos o colectivos.
Del mismo modo que el profesor se convierte en guía de la investigación indi-
vidual de los estudiantes, los libros van conduciendo de observación en observa-
ción y construyen en el adolescente al investigador apegado a la libertad intelec-
tual genuina. Es la perspectiva científica presente en todas las disciplinas del
conocimiento la que permite y facilita el ensanchamiento del campo de la expe-
riencia y la actividad indagadora autónoma. Para Nelson, la experiencia incluye
la reflexión que emancipa –con su distancia crítica– «de los sentidos, los apetitos
y las tradiciones».
La escuela y los colegios en los que piensa el autor son aquellos que se ha-
bían consolidado en los cuarenta años previos a la publicación del Plan en 1915.
En pocas décadas los institutos de enseñanza habían perdido fuerza innovadora,
rápidamente se forjaron costumbres domesticadoras más fuertes que todas las
normas y reglamentos, y estos no hacían más que sobrecodificar los previsibles
lugares comunes de los patrones de comunicación y dominación cultural. La vir-
tud de la obra de Ernesto Nelson consiste en revelar los mecanismos injustos y
desigualadores de la institución más democrática y utópica creada por el Estado
moderno. El Plan arroja luz acerca de la ausencia de productividad o fertilidad
de los saberes que circulan en la escuela pública. Es una escuela que enseña cien-
cia sin hacer ciencia. Así las cosas, los libros de texto solo intentan «la comuni-
cación clandestina de la verdad» (PDR, 65), dogmatizando los vínculos entre
adultos y jóvenes. Para Nelson, el libro de texto debe operar como mentor o ser-
vidor, no como amo, y en todos los casos las preguntas deben estar del lado de
los sujetos, desempeñando siempre un rol activo frente a documentos, objetos y
materiales de enseñanza.
PRESENTACIÓN. ERNESTO NELSON: UNA ESCUELA ACTIVA PARA EL COLEGIO SECUNDARIO 21
El Plan propone que los alumnos se inscriban, no por años, sino por materias,
afectando así uno de los pilares de la educación moderna, fundada en la gradua-
lidad, segmentación y progresividad de los conocimientos. y la promoción debía
hacerse separadamente por materias correlativas y no por curso completo, aban-
PRESENTACIÓN. ERNESTO NELSON: UNA ESCUELA ACTIVA PARA EL COLEGIO SECUNDARIO 23
El Plan critica la educación hecha desde las oficinas y lo hace con un lenguaje de
conocimiento y muy próximo a una conversación formativa. No ofrece explica-
ciones reconfortantes o políticamente correctas.
ÚLTIMAS REFLEXIONES
Nelson trae la buena nueva del interés por formatos escolares novedosos que in-
viten a los estudiantes a un proyecto donde los intereses propios del conocimiento
se articulen con los de la comunidad. El autor del Plan no razona en términos de
mitos fundacionales de la escuela pública; sabe que está inscripto en ciertas tra-
diciones pero también que ellas son criticables y perfectibles. Reconoce que las
instituciones formativas pueden hacer suyo y mejorar el fondo común de conoci-
mientos públicos de la sociedad argentina. Sostiene que resulta necesario cono-
cer más y mejor a los estudiantes, pero no desde un psicologismo positivista sino
a través de proyectos de aprendizaje donde se pongan en juego voluntades, sen-
timientos y capacidades. No propone experiencias vicarias sino encuentros in-
quietantes con los saberes que importan a las nuevas generaciones. y lo hace pre-
dicando la coeducación en todas las modalidades de la escuela secundaria,
desbaratando especialmente a los liceos especiales de señoritas.
Ernesto Nelson articula conceptualmente democracia con vida y aprendizajes
adolescentes; con estadísticas en la mano señala que el colegio secundario falló,
equivocó el camino de la integración social y la cohesión cultural de la sociedad
argentina. y sin estridencias, en el Plan ofrece un camino de salida.
24 PLAN DE REFORMAS A LA ENSEÑANZA SECUNDARIA Y OTROS ESCRITOS
Nelson tenía una mirada crítica en el devenir de las instituciones universitarias tal
como ellas se implantaron en el país. Identificó al aula como una oficina pública
y no un hogar estudiantil en el que se forma la «hermandad social americana».
Además, conoció tempranamente las virtudes del sistema universitario nortea-
mericano: lo recorrió, estudió y admiró. Supo articular las mejores propuestas de
la cultura europea de posguerra con la experimentación pedagógica del pragma-
tismo deweyano. Apreció por igual las vocaciones profesionales universitarias en
el mismo rango que las comerciales e industriales, combatiendo las jerarquías
culturales provenientes del mandarinato de las casas de altos estudios. Confió en
las vocaciones individuales y las aspiraciones populares en la reorganización de la
enseñanza y el aprendizaje. Su liberalismo estaba imbuido de un profundo sentido
de tolerancia y de la justicia social y educativa: combatió con argumentos sólidos
la tendencia común de todo el sistema educativo, desde la primaria a la universi-
dad, de preparar para el examen, así como la selección –que mantiene a cada uno
en la clase social en que ha nacido– y la exclusión final. Cuestionó con firmeza la
organización escolar basada en asignaturas, de las que se mofa diciendo que se
han erigido en las «musas sagradas de la educación»; ellas junto con el plan de es-
tudios y los exámenes –dispositivos «adventicios y artificiales»– han conformado
una asociación negativa que ha instalado tanto a la escuela y el colegio como al
aula universitaria en una función puramente eliminatoria.
Para Nelson esa institución formativa está subordinada servilmente a la vieja
cultura restrictiva de las elites económicas y estatales.
En Algunos puntos básicos para la reforma de la enseñanza media el autor
dialoga críticamente con el proyecto del ministro Jorge Eduardo Coll. Nelson
combate el carácter imitativo que asume ese proyecto, trasplantando estructuras
educacionales ajenas al propio desarrollo social. Pregona nuevos fundamentos de
organización escolar –basados más en los saberes psicológicos y no en las distin-
tas lógicas de las materias de estudio–, aunque reconoce la dificultad de introdu-
cir innovaciones democráticas en nuestro medio cultural y educativo. Enfatiza el
concepto de «elite de la personalidad» –sustentado en el esfuerzo y el trabajo–,
contrario al de las clases sociales. Nunca se olvida de la gratuidad de la escuela pú-
blica y del acompañamiento de becas a los estudiantes más destacados de la es-
cuela primaria. Su mirada se extiende más lejos y hace emerger los nuevos
desafíos que su tiempo mantenía reprimido: eso lo torna un contemporáneo del
siglo xxI, con el que podemos seguir conversando.
Lo que distingue a los profesores mejores –o más buenos– del resto es algo
más decisivo y diferente que su «dominio de contenidos» que comunica y
que su «destreza técnica pedagógica»; lo que los define como tales es, ante
todo, su pasión por enseñar, por sus estudiantes, por el aprendizaje de
estos, así como por la aspiración a influir en sus vidas. Mantener esa pa-
sión está íntimamente relacionado con su compromiso activo, con su iden-
tidad profesional profundizada y, por lo mismo, con su convicción de que
pueden influir decisivamente en la motivación, participación, rendimiento
y cambio vital de sus alumnos, día tras día y año tras año (Day y Gu, 2012:
209).
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