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El Perú recientemente ha vivido lo inimaginable, aún muchas generaciones con

tantas experiencias no han llegado a comprender ni mucho menos aceptar dicha


situación que fue un gran noticia para todos nosotros.

Desde un punto distinto del que nos mostró la economía, que nos engloba a todos
y que saca estadísticas que a veces no nos incluyen, desde un punto no
profesional si no mas bien vivido por parte de la clase media en esta coyuntura
social, la clase media a demostrado ser la menos favorecida entre las clases
sociales y que se encuentra en el limbo del olvido por parte del gobierno actual,
que solo favorece a las empresas más remunerativas del Perú, que sostienen su
pbi anual, que al final, son solo números que a dejado a un lado a toda la
población restante que también forma parte de su patria.

Cuando el país se detuvo, las primeras semanas, la acogida que tuvo la


cuarentena fue mas o menos aceptable aunque fuera una medida del siglo xx, la
pandemia era inevitable y en el fondo todos lo sabíamos, en muchas formas se
tomaron medidas ridículas que no favorecían a nadie mas que a los mas
favorecidos, cuando la economía paro y “El tren del progreso” se detuvo, fue
disfrutado a medias por la población en general, pero al transcurrir los meses nos
dimos cuenta que íbamos a morir antes por hambre que por covid, la situación es
esa, muchos sectores productivos quedaron inhabilitados, sectores que vivian de
la recreación, socialización, etc.

El estado solo desea sentirse algo tranquilo con sus “números”, pero que no
reflejan la situación actual, y no debe ser fácil pero cada vez que salgo a la calle
veo más negocios cerrados, micro empresas sustentables que cayeron en
desesperación y que cambiaron a un rubro de poca sustentabilidad, pero esa es la
esencia del verdadero emprendedor peruano que se levanta solo porque nadie
más lo apoya y resurgirá de sus cenizas o se las llevara el viento.

Las muchísimas reformas económicas que se hicieron ayudaron poco o nada,


debido a que muchos no pudieron acceder a ninguna, no puedo imaginar la
angustia colectiva de muchos empresarios que tuvieron que cerrar puertas, ese
pesar solo lo pueden sentir y notar los que son parte de ese grupo, y es que no es
tan simple como en las grandes empresas donde se declaran en quiebra pero todo
continua con seguros y nuevas negociaciones, cuando lo arriesgas todo y una
situación tan descabellada como la que sucedió arruina todos tus planes, tus
nuevos proyectos y te quedas solo, sin esa parte que tu construiste, al que le
dedicaste tu tiempo y energía, tus sueños y esperanzas, finalmente se queda en el
baúl de los recuerdos y la única materialización de ese sueño son las facturas de
pago en las manos.

La peor desesperanza es la utopía de un Perú sano, porque la situación se salió de


nuestras manos y no se puede hacer nuevos planes en un país distopico que ya no
nos ofrece un futuro prometedor si no una visión crítica.

Finalmente realmente espero que todos los pertenecientes a la clase media de


trabajadores independientes, emprendedores que fueron afectados, logren salir
adelante y logren encontrar la luz al final del túnel, y que puedan ser capaces de
ver las oportunidades en medio de este caótico mundo como siempre lo han
hecho.

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