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La Biblia y la estela de Mesha rey de Moab (en tres partes)

Parte III: La Casa de David

Autor: Daniel Vainstub

Otro pasaje impresionante de la estela (línea 10) es el testimonio de que gente de la tribu de Gad
vive en la ciudad de Atarot “desde siempre”, coincidiendo con la información de Josué 17 de
que la ciudad de Atarot es una especie de enclave de Gaditas dentro del territorio de la tribu de
Rubén. “Desde siempre” se entiende desde tiempos muy antiguos, cientos de años. Pero más
impresionante todavía es el relato detallado (líneas 14-18) acerca de la conquista de la ciudad
israelita de Nebo. En la biblia es bien conocido el Monte Nebo, la famosa montaña y sus
alrededores en tierra de Moab, lugar del segundo recibimiento de la Ley y de la muerte de
Moises, pero nada dice la biblia acerca de una ciudad del mismo nombre, y eso a pesar de las
listas detalladísimas de las ciudades de las diferentes tribus, incluidas las dos tribus y media de
Cisjordania. No sólo eso, sino que el relato acerca de la conquista de la ciudad de Nebo es
diferente al de las demás ciudades israelitas que Mesha dice haber conquistado. A las demás
ciudades por lo general simplemente las enumera. En unas pocas, como Atarot, nos brinda más
información, pero Nebo es especial: a diferencia de las demás ciudades, aquí Mesha dice que
se dirigió a la conquista de la ciudad de Nebo por orden explícita de Kemosh “y me ordenó
Kemósh: ve y conquista a Nebo de los israelitas”.

A continuación nos relata que luego de combatir contra la ciudad desde el amanecer hasta el
mediodía logra conquistarla, y ejecuta en ella los siguientes actos: A. mata a toda la población
incluidos niños y niñas y explica que lo hizo como un “jérem” a Kemosh-Ishtar. “Jérem” en la
biblia es el término usado en Josué 6 para describir el acto de exterminio de la ciudad de Jericó
por orden de Dios. Paralelismo único. B. Seguidamente al exterminio dice Mesha “Y tomé de
ahí los utensilios de YHWH y los llevé delante de Kemosh”. Ésta frase única implica lo
siguiente: 1. En la ciudad de Nebo había un templo donde se adoraba al Dios de Israel, y éste
templo era conocido y famoso hasta el punto que Mesha veía en su destrucción un acto
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simbólico muy importante, al parecer bajo la concepción teológica muy difundida en la zona
del dominio territorial de las deidades nacionales. 2. La descripción de la estela incluye una
“evidencia de silencio” de que los israelitas, a diferencia de lo acostumbrado en los pueblos
vecinos, adoraban a su Dios sin hacer su imagen: la costumbre en la antigüedad era, antes de
destruir los templos de una ciudad enemiga conquistada, tomar las imágenes de los dioses
respetuosamente, destruir el templo, y conducir la imagen hacia el templo del dios de los
vencedores, lo cual significaba simbólicamente el reconocimiento del dios vencido a la
superioridad del dios vencedor. La terminología usada en esos casos – por ejemplo en textos
mesopotámicos – es “llevé a [nombre del dios vencido] y lo presenté delante de [nombre del
dios vencedor]”, o algo similar. Aquí Mesha da cuenta de que llevó solo los utensilios, muy
similarmente al relato de la captura del arca por los filisteos.

En el año 1994, más de 120 años después de la publicación de la estela, el epígrafo francés André
Lemaire solicitó y recibió un permiso especial de realizar un nuevo estudio de la “facsimile”
guardada en el Louvre bajo estrictas condiciones climatizadas para preservarla, ésta vez
usando las tecnologías más avanzadas del momento. Su estudio produjo resultados dramáticos:
en la línea 31 (conservada parcialmente en la piedra), cerca del final de la inscripción, se puede
leer claramente en las nuevas fotografías “BT[D]WD” (‫)בת]ד[וד‬, es decir “la Casa de David”
casi completamente salvo la letra D (dálet). El anuncio de Lemaire explotó cómo una bomba en
el aire ya de por sí cargado de las acaloradas discusiones acerca del reino de David y Salomón
entre maximalistas y minimalistas, y esto por dos razones: A. Si el rey de Moab en el siglo IX
da cuenta de que la dinastía real en el reino de Judá es “la Casa de David”, esto significa que
ésa dinastía fue fundada por un rey llamado David – hecho negado por los minimalistas más
recalcitrantes – de acuerdo a la costumbre en los idiomas de la zona de denominar así a los
reinos, a nombre del fundador de la dinastía reinante. B. Poco tiempo antes del descubrimiento
de Lemaire, en el año 1993, el arqueólogo A. Biran excavando en la antigua ciudad de Dan en el
norte de Israel – ciudad fronteriza con los arameos en el siglo IX –, descubrió una inscripción
grabada en piedra (hoy expuesta en el Museo de Israel en Jerusalén) erigida por un rey arameo
al conquistar la ciudad de manos de los israelitas, justamente también en el siglo IX AEC, y en
esa inscripción el rey arameo dice haber derrotado a dos reyes, el “rey de Israel”, y el “rey de la
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Casa de David”, es decir que la inscripción de Mesha se suma a la de Tel Dan, y las dos juntas
son clara evidencia de que los pueblos y reinos de la zona eran conscientes de que la dinastía
reinante en Judá fue fundada por un rey llamado David. Cómo era de esperar, esto fue tema de
debate, sobre todo por la falta de evidencia de la letra D en el nombre de David. Pero el año
pasado, 2019, también esto tuvo un giro: André Lemaire y su discípulo Michael Langlois
realizaron una nueva investigación de la línea 31, esta vez usando la más alta tecnología de
fotografía tridimensional. Los resultados fueron expuestos por los dos estudiosos en un
cónclave de epígrafos en Jerusalén del cual tuve el honor de participar, y luego fueron
publicados (más información aquí: https://www.timesofisrael.com/high-tech-study-of-
ancient-stone-keeps-davidic-dynasty-in-disputed-inscription/).

Los resultados demuestran que indudablemente sí hay restos de la letra D, y el nombre David
puede leerse ahora completamente. ¿Por qué Mesha nombra en su estela al Reino de Judá,
siendo que su guerra fue contra el Reino de Israel para librarse de su tutela? Por dos razones: A.
Como dijimos, en esa época los dos reinos, Israel y Judá eran estrechos aliados, y esto
concuerda con lo relatado en el tercer capítulo de 2Reyes, según el cual los reyes de Israel y
Judá marcharon juntos a sofocar la rebelión de Mesha. B. Si analizamos geográficamente lo
descrito en la estela, las últimas líneas al parecer narran acerca de la frontera sur de Moab, ya
en la zona de influencia de Judá, y no de Israel, de aquí que es tan de lamentar la pérdida del
triángulo inferior derecho de la estela, que seguramente contenía información acerca de Judá.
Aún así, con sólo degustar algunos puntos de la estela cómo lo hemos hecho, queda bien en
claro que a más de 120 años de su descubrimiento, sigue siendo una de las joyas epigráficas más
importantes de la época bíblica.

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