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SEMANA 6 CLASE 2

RESUELVE LAS PREGUNTAS A PARTIR DE LA SIGUIENTE LECTURA

Nadie es justo por voluntad sino porque no tiene el poder de cometer injusticias. Esto lo
percibiremos mejor si nos imaginamos las cosas del siguiente modo: demos tanto al justo
como al injusto el poder de hacer lo que cada uno de ellos quiere, y a continuación
sigámoslos para observar hasta dónde lo lleva a cada uno el deseo. Entonces
sorprenderemos al justo tomando el mismo camino que el injusto, siguiendo sus propios
intereses, lo que toda criatura persigue por naturaleza como un bien, pero que la fuerza de
la ley obliga a seguir el camino del respeto por la igualdad.

El poder del que hablo sería efectivo al máximo si aquellos hombres adquirieran una fuerza
tal como la que se dice que cierta vez tuvo Giges, el antepasado del lidio. Giges era un
pastor que servía al entonces rey de Lidia. Un día sobrevino una gran tormenta y un
terremoto que rasgó la tierra y produjo un abismo en el lugar en que Giges llevaba el
ganado a pastorear. Asombrado al ver esto, descendió al abismo y halló, entre otras
maravillas que narran los mitos, un caballo de bronce, hueco y con ventanillas, a través de
las cuales divisó adentro un cadáver de tamaño más grande que el de un hombre, según
parecía, y que no tenía nada excepto un anillo de oro en la mano. Giges le quitó el anillo y
salió del abismo. Ahora bien, los pastores hacían su reunión habitual para dar al rey el
informe mensual concerniente a la hacienda, cuando llegó Giges llevando el anillo. Tras
sentarse entre los demás, casualmente volvió el engaste del anillo hacia el interior de su
mano. Al suceder esto se tornó invisible para los que estaban sentados allí, quienes se
pusieron a hablar de él como si se hubiera ido. Giges se asombró, y luego, examinando el
anillo, dio vuelta al engaste hacia afuera y tornó a hacerse visible. Al advertirlo,
experimentó con el anillo para ver si tenía tal propiedad, y comprobó que así era: cuando
giraba el engaste hacia adentro, su dueño se hacía invisible, y cuando lo giraba hacia afuera,
se hacía visible. En cuanto se hubo cerciorado de ello, maquinó el modo de formar parte de
los que fueron a la residencia del rey como informantes y, una vez allí, sedujo a la reina y
con ayuda de ella mató al rey y se apoderó del reino.

Por consiguiente, si hubiesen dos anillos como el de Giges y se diera uno a un hombre justo
y otro a uno injusto, ninguno perseveraría en la justicia ni soportaría abstenerse de bienes
ajenos, cuando podría tanto apoderarse impunemente de lo que quisiera del mercado, como,
al entrar en las casas, acostarse con la mujer que prefiriera, y tanto matar a unos como librar
de las cadenas a otros, según su voluntad, y hacer todo como si fuera igual a un dios entre
los hombres. En esto, el hombre justo no haría nada diferente del injusto, sino que ambos
marcharían por el mismo camino. E incluso se diría que esto es una importante prueba de
que nadie es justo si no es forzado a serlo, por no considerarse a la justicia como un bien
individual, ya que allí donde cada uno se cree capaz de cometer injusticias, las comete. En
efecto, todo hombre piensa que la injusticia le brinda más ventajas individuales que la
justicia, y está en lo cierto, si habla de acuerdo con esta teoría.
1 ¿Cuál de las siguientes afirmaciones contradice las ideas que presenta el autor?
A. Algunas personas actúan justamente a pesar de poder actuar de manera injusta.
B. La injusticia, contrariamente a la justicia, es natural en el ser humano.
C. Actuar con justicia brinda menos ventajas que hacerlo con injusticia.
D. La injusticia, contrariamente a la justicia, se comete voluntariamente.

2. De los siguientes enunciados, ¿cuál presenta un supuesto subyacente a la afirmación


“Todo hombre piensa que la injusticia le brinda más ventajas individuales que la
justicia, y está en lo cierto, si habla de acuerdo con esta teoría”?
A. La injusticia brinda las mismas ventajas individuales que la justicia.
B. La justicia, al igual que la injusticia, brinda ventajas individuales.
C. La injusticia, a diferencia de la justicia, brinda pocas ventajas individuales.
D. La justicia no brinda ninguna de las ventajas individuales que la injusticia brinda.

3. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones constituye una razón a favor de la tesis


principal del texto anterior, a saber, que cuando alguien actúa justamente lo hace por
obligación y no voluntariamente?
A. La gente se ve obligada a actuar justamente.
B. Solo la igualdad garantiza el respeto por la ley.
C. La injusticia brinda las mismas ventajas individuales que la justicia.
D. Siempre que una persona cuente con la libertad para cometer injusticias lo hará.

4. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones sintetiza adecuadamente las ideas contenidas


en el primer párrafo?
A. El que alguien sea justo es un deber que se deriva de la conciencia moral que tienen
todos los hombres.
B. El que alguien sea justo resulta de una imposición, pues toda persona sin las
restricciones y exigencias de la ley buscará satisfacer sus deseos.
C. La justicia es una ilusión, ya que lo natural es que una persona busque cumplir sus
deseos y alcanzar sus intereses, sin reparar en la igualdad que exige la ley.
D. La justicia es un ideal inalcanzable, ya que toda persona, por más justa que aparente ser,
tiene intereses propios que pueden llevarla a cometer injusticias.

5. Dada la estructura del texto anterior, ¿qué propósito general tiene el autor al
introducir el relato sobre el anillo de Giges, y cómo lo alcanza?
A. Promover en la audiencia la idea de que es más ventajoso seguir el camino de la
injusticia. El caso de Giges muestra cómo obtuvo beneficios gracias al comportamiento
injusto que le posibilitó el anillo.
B. Convencer a la audiencia de que todo hombre cometerá injusticias cuando tenga la
oportunidad. Así lo hizo Giges una vez descubrió el poder que le otorgaba el anillo.
C. Reforzar en la audiencia la idea de que todos cometemos injusticias. El caso de Giges
ilustra cómo las personas aparentemente justas en realidad cometen grandes injusticias.
D. Persuadir a la audiencia de que actuar justamente requiere mucha fuerza de voluntad. En
el caso de Giges, la tentación derivada del poder del anillo doblegó su voluntad.
RESUELVE LAS PREGUNTAS A PARTIR DE LA SIGUIENTE LECTURA

UN GOLPE A LA PUERTA DEL CORTIJO


Era verano, un día caluroso. De camino a casa con mi hermana, pasamos por delante de la
puerta de una granja. No sé exactamente lo que sucedió: si ella la golpeo por capricho o por
distracción, o si quizá se limitó a amenazarla con el puño, sin llegar a golpearla. Cien pasos
más adelante, junto a la carretera que se desviaba hacia la izquierda, empezaba un pueblo.
No lo conocíamos, pero lo cierto es que ya de la primera cas salieron unas personas que nos
hicieron señas, con gesto amistoso pero de advertencia; ellos mismas parecían asustadas, es
más, encogidas por el miedo. Señalaron hacia la granja por la que acabábamos de pasar, nos
recordaron el golpe que mi hermana había dado en la puerta. Los propietarios de la granja,
nos dijeron, iban a denunciarnos, y la investigación empezaría de inmediato.
Yo estaba muy tranquilo y tranquilice también a mi hermana. Probablemente no había
llegado a dar tal golpe, y que importaba si lo había dado: no hay lugar en el mundo en que
lo lleven a uno a juicio por algo semejante. Intente hacérselo comprender así a las personas
que nos rodeaban, y me escucharon, pero prefirieron no pronunciarse. Lugo añadieron que
los de la granja no solo iban a denunciar a mi hermana, sino también a mí, por ser hermano
suyo. Asentí con la cabeza, sonriendo. Todos volvíamos la vista hacia atrás, hacia el cortijo,
tan atentamente como si se tratara de una cortina de humo tras la cual fuera a aparecer un
incendio. Y, en efecto, pronto vimos unos jinetes que entraban por la puerta abierta de par
en par; se levantó una polvareda que lo envolvía todo, dejando ver solo el centello de las
puntas de las altas lanzas. Y apenas la tropa desapareció en el interior de la granja, apareció
como si hubiera hecho girar de inmediato a los caballos, y ya estaban dirigiéndose hacia
nosotros.
Mande alejarse a mi hermana con la intención de aclararlo todo yo solo, pero ella se negaba
a dejarme; le dio que por lo menos de cambiase de ropa para comparecer mejor vestido ante
los señores. Por fin me hizo caso y emprendió el largo camino que llevaba a casa. Los
jinetes ya estaban junto a nosotros; sin siquiera descabalgar, preguntaron por mi hermana;
les respondieron temerosamente que en aquel momento no estaba allí, pero vendría luego.
La respuesta fue recibida casi con indiferencia; parecían darse por satisfechos con haberme
encontrado a mí. Eran fundamentalmente dos señores, el juez, un hombre joven y vivaz, y
su silencioso ayudante, al llamaban Assmann. Me ordenaron entrar en la casa de los
campesinos. Lentamente, meneando la cabeza, tensando los tirantes, me puse en marcha
ante la atenta mirada de los señores. Todavía estaba casi seguro de que una palabra me
bastaría para liberarme, incluso con honores, de aquella turba de campesinos; al fin y al
cabo, yo venía de la ciudad. Pero en cuanto cruce umbral de la casa, el juez, que se había
adelantado y ya me esperaba dentro, dijo: “Este hombre me da pena”. No cabía la menor
duda de que con eso no se refería a mi estado actual, niño a lo que iba a sucederme. La casa
se parecía más a una celda que a una casa de campesinos. Grandes baldosas de piedra,
pared desnuda de color gris oscuro, un aro metálico empotrado en la pared, y en el centro
algo que parecía una mezcla de catre y mesa de operaciones. Franz Kafka
6. ¿Qué prejuicio revela la actitud del personaje respecto a los campesinos en el último
párrafo?
a. Los campesinos son más ingenuos que las personas de la ciudad.
b. Los conflictos siempre se resuelven por medio del diálogo.
c. Las personas del campo no son muy agresivas.
d. Los buenos oradores merecen el honor de las multitudes.

7. Según la historia, ¿en qué lugar iban a juzgar al protagonista?


a. En las afueras de un pueblo, cien pasos más adelante.
b. En la misma granja donde tocaron la puerta.
c. En la ciudad de donde venía el narrador.
d. En la casa de unos campesinos.

8. La actitud de los campesinos hacia los jinetes y el juez refleja:


a. El temor al castigo de quienes ejercen el poder.
b. El secretismo de los habitantes de lugares retirados.
c. La desconfianza y la exclusión de los desconocidos.
d. La simpleza de sus vidas, sin complicaciones

9. ¿Qué significa en el texto “¿Todos volvíamos la vista hacia atrás, hacia el cortijo,
tan atentamente como si se tratara de una cortina de humo tras la cual fuera a
aparecer un incendio”?
a. Los jinetes cabalgaban tan rápido como el esparcir de un incendio.
b. Anticipaban que algo estaba a punto de ocurrir en medio de la quietud.
c. Tenían miedo de lo que haría el grupo de jinetes que venía.
d. Querían vislumbrar lo que ocurría en la granja.

RESUELVE LAS PREGUNTAS A PARTIR DE LA SIGUIENTE LECTURA

Antes de Shakespeare, el persona je literario cambia poco; se


representa a las mujeres y a los hombres envejeciendo y muriendo,
pero no cambiando porque su relación consigo mismos, más que con
los dioses o con Dios, haya cambiado. En Shakespeare, los
personajes se desarrollan más que se despliegan, y se desarrollan
porque se conciben de nuevo a sí mismos. A veces esto sucede
porque se escuchan hablar, a sí mismos o mutuamente. Espiarse a sí
mismos hablando es su camino real hacia la individuación, y ningún
otro escritor, antes o después de Shakespeare, ha logrado tan bien
el casi milagro de crear voces extremadamente diferentes aunque
coherentes consigo mismas para sus ciento y pico personajes
principales y varios cientos de personales menores claramente
distinguibles.

Cuanto más lee y pondera uno las obras de Shakespeare, más


comprende uno que la actitud adecuada ante ellas es la del pasmo.
Cómo pudo existir no lo sé, y después de dos décadas de dar clases
casi exclusivamente sobre él, el enigma me parece insoluble (…)
Las obras de teatro siguen siendo el límite exterior del logro
humano: estéticamente, cognitivamen te, en cierto modo
moralmente, incluso espiritualmente. Se ciernen más allá del límite
del alcance humano, no podemos ponernos a su altura. Shakespeare
seguirá explicándonos, que es el principal argumento de este libro.
Este argumento lo he repetido exhaustivamente, porque a muchos
les parecerá extraño.

Bloom, Harold. (2008). Shakespeare la invención de lo humano.

10. Del fragmento leído podríamos inferir que, para Harold Bloom, las obras de
Shakespeare:
a. Son el germen de toda literatura europea de la ilustración y la modernidad.
b. Retoman las ideas de la cosmogonía griega clásica para desarrollarlas y ampliarlas.
c. Logran demostrar las facetas completas del individuo y la complejidad del ser
humano.
d. Forman parte del teatro isabelino al igual que las obras de Ben Jonson y Christopher
Marlowe.

11. De acuerdo con la visión de Bloom sobre el teatro shakesperiano y comparación


con el teatro griego, se puede afirmar que:
a. Los personajes shakesperianos sufren castigo a causa de las decisiones de los dioses.
b. Las obras griegas educan en conductas indeseables que se esperan en la sociedad.
c. Los personajes shakesperianos cuentan con una psicología más elaborada y profunda.
d. Los personajes griegos educan en conductas, mediante castigo deseables, que se
esperan en la sociedad.

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