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Estufas ecológicas

Los fogones abiertos en el mundo

La contaminación del aire al interior de las viviendas

provocada por la quema de leña o algunos otros combustibles para preparar alimentos o para calefaccionar el

ambiente, se ha transformado en un problema de salud pública que afecta sobre todo a las poblaciones más

pobres. Las investigaciones realizadas determinan que la combustión de estos materiales genera una mezcla

peligrosa de cientos de contaminantes y partículas pequeñas, principalmente monóxido de carbono, óxidos

de nitrógeno, benceno, butadieno, formaldehído, hidrocarburos poliaromáticos y muchos otros productos

químicos nocivos para la salud. Cuando se usa el carbón, en el aire también pueden estar presentes

contaminantes adicionales como el azufre, el arsénico y el flúor.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS),  el humo producido por el uso de  leña

sobrepasa siete veces el límite de tolerancia a elementos tóxico que pueda inhalar una persona, según 

estudios de la Agencia de Protección al Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés). En sus informes la

OMS asegura que una persona muere cada veinte segundos como resultado de esta polución y, cada año, es

la responsable de aproximadamente 1.8 millones de muertes en los países en vías de desarrollo.

Por su parte, Banco Mundial estima que entre 400 millones de niños y 700 millones de mujeres están

expuestos a severas condiciones ocasionadas por el uso de biomasa para cocinar y calentarse al interior de

las viviendas. Los estudios llevados a cabo confirman que estos fenómenos están asociados a la pobreza y la

marginación, ya que en el 2002 (Naranjo, 2010), las regiones en el mundo con mayor cantidad de muertes

atribuibles a la contaminación en las viviendas por la quema de leña fueron: el África Subsahariana y Asia

Sudoriental, con 396.000 y 483.000 defunciones, respectivamente.

Pero esta práctica no sólo trae consecuencias a nivel de la salud de la población, sino que además ocasiona

graves problemas en las condiciones ambientales y un impacto considerable en los recursos forestales.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), El Salvador, por

ejemplo, sólo cuenta con el dos por ciento del territorio cubierto por bosque natural secundario y más del 75

por ciento de los suelos experimentan cierto grado de erosión.

En el informe de la FAO se declara que entre el 51 y el 69 por ciento del consumo energético proviene de la

quema de leña. En el campo, el consumo de leña representa el 92 por ciento del consumo de energía y esto

ha ocasionado que se incremente la deforestación en un promedio de 4,500 hectáreas por año, además del

daño ecológico, la cantidad de carbono emitido a la atmósfera por el consumo de leña agrava las condiciones

ocasionadas por el calentamiento global.

El problema del uso de leña como combustible en México

En México, es común el uso de fogones a fuego abierto en las cocinas de los hogares tradicionales rurales,

mejor conocidos como cocinas de piedra, o los construidos con tabiques de adobe. De acuerdo con el Censo

de Población y Vivienda de INEGI (microdatos de la muestra censal 2010), más de 4 millones de viviendas en
todo el territorio nacional utilizan leña para cocinar los alimentos de la familia, lo que significa que

aproximadamente 16 millones de personas se encuentran expuestas a los efectos que produce la quema de

biocombustible al interior de la vivienda o en áreas semiabiertas, con las implicaciones a la salud que ello

conlleva.

Algunos estudios han demostrado que estos fogones abiertos son ineficientes, ya que sólo se aprovechan

entre 10 y 15% de la energía almacenada en la leña, dependiendo de las condiciones de temperatura,

humedad y altitud del territorio en el que se ubica la vivienda. De ahí que estos fogones demandan una mayor

cantidad de biocombustible, que la población encuentra en la leña, carbón vegetal, estiércol, algunos residuos

de las cosechas o en las pencas viejas y leñosas del nopal.

En el 50% de las viviendas de los estados de Chiapas y Oaxaca, se utiliza leña y carbón
para cocinar y para mantener el calor en el hogar.

La siguiente gráfica muestra el porcentaje de las viviendas que utilizan leña y carbón para cocinar en las

entidades del país; como se puede observar, los estados con mayor porcentaje son los que también

concentran al mayor número de población en condición de pobreza, y donde se registran los niveles más

altos de marginación del país, entre los que se encuentran Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Yucatán y Tabasco.

Estas entidades cuentan también, con las mayores extensiones de bosques y selvas del país, recursos

naturales que se ven afectados por la continua extracción de leña, a manera de la denominada “tala

hormiga”, que realiza la población local para abastecerse de combustible.


Por qué estufas ecológicas

La Secretaría de Desarrollo Social, particularmente a

través del Programa para el Desarrollo de Zonas Prioritarias (PDZP), ha favorecido la intervención de

políticas públicas integrales y focalizadas, bajo una perspectiva territorial. De manera particular, el PDZP

tiene como objetivo dar prioridad a la atención de los rezagos de los territorios con mayor marginación, tanto

a nivel comunitario, como en las viviendas.

En México, especialmente en las áreas rurales marginadas, los materiales empleados en la construcción de

las viviendas, aunado a su deterioro paulatino, la falta de servicios y a ciertas condiciones medioambientales,

se convierten en factores de riesgo que inciden de manera negativa en la salud de sus ocupantes. De igual

forma, existen otros riesgos asociados a los hábitos o costumbres, como es la práctica del uso de leña y

carbón para preparar alimentos en lugares cerrados, lo que puede llegar inclusive a agudizar algunos

problemas de salud. Esta situación, si bien se presenta en todo el país, se manifiesta de manera particular en

los 849 municipios de muy alta y alta marginación (CONAPO, 2010), y en las 47,519 localidades en esta

misma condición distribuidas en el resto del territorio nacional.

La instalación de estufas ecológicas en viviendas rurales tiene varios propósitos, todos relacionados

con el mejoramiento de las condiciones de vida de la población objetivo, sobre todo en materia de

salud:

Desarrollo integral de la vivienda: La provisión de estufas ecológicas, como parte de acciones integrales

dirigidas a mejorar la calidad de vida de la población, tales como la construcción de piso firme, dotación de

agua entubada, instalación de baños ecológicos, acceso a drenaje y manejo de desechos sólidos, dignifica la

calidad de la vivienda y mejora las condiciones de higiene de la misma.


Impacto en la salud: Existen estudios que relacionan el uso de fogones abiertos al interior de las viviendas,

con la propensión a enfermedades respiratorias agudas (IRAS) en los niños y a enfermedades pulmonares

obstructivas crónicas (EPOC) en los adultos, debido a la exposición continua con un ambiente contaminado

sin la ventilación apropiada. Existe también evidencia científica que asocia las posturas para cocinar en fogón

a ras del piso, con la presencia de problemas de columna, que sufren principalmente las mujeres, encargadas

comúnmente de la preparación de los alimentos. Por otro lado, para los menores la existencia de fogones

abiertos a ras del suelo al interior de las viviendas, representa un riesgo de accidentes que deriva en

quemaduras. Las estufas ecológicas contribuyen a evitar estos riesgos para la población, ya que en principio

poseen un tiro o chimenea que permiten extraer el humo hacia el exterior de la vivienda y su gracias a su

diseño, las mujeres pueden utilizarla de pie y se disminuye el peligro de quemaduras en niños.

Disminución de la tala: De acuerdo con FAO-SAGARPA (2007), el consumo medio mensual de las familias

campesinas es de unos 500 kilos de leña, cantidad que varía de acuerdo con el número de personas en el

hogar, el tiempo de cocción de los alimentos y hasta con aspectos climáticos y del medio físico como es la

altitud sobre el nivel de mar, lo que implica extracciones anuales cercanas a las 6 toneladas de madera, que

equivalen a 32 árboles por familia. Con el uso de una estufa ecológica, cada familia puede ahorrar entre 30 y

60% de la leña que consume un fogón tradicional.

Disminución de dióxido de carbono liberado a la atmósfera. La quema de leña genera dióxido de

carbono, uno de los gases con efecto invernadero que contribuye al cambio climático, además de partículas

suspendidas en el humo que afectan la salud de las personas que las respiran. Con la instalación de poco

más 500 mil estufas durante los últimos cinco años, a finales del 2012 se habrá evitado la liberación de más

de 3 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, demostrando con ello el compromiso de la

Sedesol con el medio ambiente y desarrollo social.


Programa Especial de Cambio Climático 2009-2012

El Gobierno de México, mediante el Programa

Especial de Cambio Climático (PECC), se ha comprometido a tomar medidas importantes que contribuyan al

ahorro energético, sin comprometer el desarrollo, e incluso con beneficio económico.

De este modo, el PECC se estructura a partir de cuatro componentes fundamentales para el desarrollo de

una política integral para enfrentar el cambio climático: Visión de Largo Plazo, Mitigación, Adaptación y

Elementos de Política Transversal.

Las estufas como acciones de Mitigación

El Programa Especial de Cambio Climático busca consolidar un patrón de desarrollo, en el que el crecimiento

económico no incida significativamente en el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero. En

su propuesta, el PECC establece que "al inducir una disminución de la intensidad de carbono, expresada

como la relación entre emisiones y producto interno bruto, el PECC da un impulso inicial a

la "descarbonización" de la economía mexicana".

El PECC considera que de cumplirse las metas propuestas podría alcanzar una reducción total de emisiones

anuales en 2012, de alrededor de 51 millones de toneladas de CO2e, (con línea base al 2012 de 786

MtCO2e) y como resultado también de acciones desarrolladas en los sectores relacionados con la generación

y uso de energía como son el agrícola, el silvícola, de planeación sobre los usos del suelo y el manejo

sustentable de los desechos (PECC, 2009-2012).

Al respecto, como una contribución, la meta M43 establece la instalación de 600 mil estufas eficientes de

leña, siendo las dependencias participantes:

SEDESOL (PDZP)     500 mil estufas ahorradoras de leña

SAGARPA (PESA)     100 mil estufas ahorradoras de leña


Para conocer el Programa Especial de Cambio Climático, consulte:

http://www.semarnat.gob.mx/programas/Documents/PECC_DOF.pdf

Estrategia de atención

SAGARPA. Programa Estratégico para la

Seguridad Alimentaria (PESA)

La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), a través

del Programa Estratégico para la Seguridad Alimentaria (PESA), apoya con la instalación de 100 mil

estufas eficientes de leña, en el marco del proyecto de sustitución de fogones abiertos por estufas ecológicas

durante período 2008-2012, cumpliendo así, con lo establecido en el Programa Especial de Cambio

Climático.

A través del PESA, la SAGARPA dirige sus esfuerzos a sustituir fogones abiertos por estufas ahorradoras de

leña en comunidades rurales de todo el país, con especial énfasis en los 125 municipios con el menor Índice

de Desarrollo Humano, que son objeto de atención de la Estrategia 100x100. El Programa busca disminuir los

índices de enfermedades respiratorias registrados por exceso de humo dentro de las viviendas, proteger el

medio ambiente al limitar el uso de biomasa como energético, generar mecanismos para el ahorro de energía

que repercutan positivamente en la economía familiar y reducir las emisiones contaminantes.

Paralelamente, se generan estrategias de comunicación masiva para sensibilizar a la población sobre los

problemas relacionados con el uso de la leña y sus impactos nocivos en la salud, el medio ambiente y la

calidad de vida.

SEDESOL. Programa para el Desarrollo de Zonas Prioritarias


La Secretaría de Desarrollo Social, mediante el Programa para el

Desarrollo de Zonas Prioritarias (PDZP), lleva a cabo desde 2007 acciones de sustitución de fogones abiertos

por estufas ahorradoras de leña en todo el territorio nacional, de manera particular en los 849 municipios de

Muy Alta y Alta Marginación que integran las Zonas de Atención Prioritaria (ZAP). Actúa también en otros

territorios vulnerables dada su condición de rezago y dispersión, que disponen de recursos forestales, como

ocurre en algunas regiones de Tabasco, Campeche y Veracruz, o en aquellos donde la escasez de leña

obliga a incorporar tecnologías compatibles con el medio ambiente y que contribuyen con el bienestar de las

familias, como son los casos de Sonora, Durango y Zacatecas.

Al 31 de agosto, y desde 2007, el PDZP ha colocado 519,743

estufas ahorradoras en las 32 entidades federativas, con lo que rebasa la meta prevista como contribución al

Programa Especial de Cambio Climático 2009-2012

Instalación de estufas con el PDZP 2007 - 2012

Instalación de estufas con el PDZP 2007 - 2012

Viviendas
Población
beneficiadas Municipios
Entidad beneficiada
con fogones atendidos
estimada/2
/1
2007-2012

Total 519,743 2,269,614 1,474

Aguascalientes 3,877 17,093 11

Baja California 1,723 6,223 4


Baja California Sur 2,400 8,505 5

Campeche 8,469 35,137 11

Chiapas 63,030 302,398 102

Chihuahua 17,348 72,400 17

Coahuila de Zaragoza 6,474 24,475 17

Colima 3,833 14,374 10

Distrito Federal 7,500 29,126 9

Durango 15,243 65,164 38

Guanajuato 17,654 78,727 20

Guerrero 35,306 167,289 65

Hidalgo 17,077 72,819 27

Jalisco 11,166 45,345 112

México 32,943 150,662 57

Michoacán de Ocampo 21,184 87,943 85

Morelos 3,290 13,128 31

Nayarit 7,225 34,603 17

Nuevo León 7,764 30,734 20

Oaxaca 58,110 261,735 346

Puebla 28,439 124,245 71

Querétaro 6,537 28,121 18

Quintana Roo 7,205 28,958 4

San Luis Potosí 29,203 125,805 27


Sinaloa 11,277 45,830 17

Sonora 9,279 36,036 17

Tabasco 12,767 51,551 11

Tamaulipas 8,170 30,931 31

Tlaxcala 5,710 25,604 31

Veracruz de Ignacio de la Llave 27,536 119,200 119

Yucatán 25,235 108,493 77

Zacatecas 6,769 26,961 47

/1 Programa para el Desarrollo de Zonas Prioritarias. Datos de la DGAPS proporcionados por las

Delegaciones Estatales de la SEDESOL. Corte 31 de agosto del 2012

/2 Equivale al promedio de ocupantes municipal multiplicado por el número de viviendas beneficiadas

con fogón
Los territorios y las estufas

A lo largo del territorio nacional, existe una gran diversidad ecológica y cultural que se refleja en el tipo,

materiales de construcción, la distribución y los usos de las viviendas. De ahí la variedad de los modelos y

materiales de las estufas ecológicas, las cuales son elaboradas acorde a las características naturales y

culturales de la región. En algunas entidades como Campeche, Yucatán y Tabasco, por ejemplo, se ha hecho

manifiesta la necesidad de contar con estufas que pudieran trasladarse de una habitación a otra o incluso a
patios aledaños, dependiendo de las condiciones climáticas de cada temporada, por lo que la alternativa es

construir estufas de materiales como el acero o aluminio, que pudieran ser trasladas con facilidad.

De igual forma, el diseño de cada estufa se adapta a las costumbres propias de cada lugar, como sucede con

las dimensiones. Ejemplo de ello son los comales, que si bien su uso se extiende a lo largo y ancho del

territorio nacional, en algunas regiones adquiere características especiales, como sucede en el norte del país,

donde lo usual es la preparación de tortillas de gran tamaño, lo que se traduce en la necesidad de instalar

comales de grandes dimensiones, que se construyen con materiales disponibles en la zona, tales como el

barro o los refractarios.

El PDZP, a través de las Delegaciones de la SEDESOL en los estados, actúa de manera conjunta con las

autoridades locales y organizaciones que trabajan con las comunidades, lo que permite llevar a cabo

consultas con la población a fin de identificar su percepción, gustos, hábitos y concientización; información

que orientará en el tipo de producto que se acerque a sus expectativas. De igual forma, la asesoría técnica de

especialistas locales permite tener noción de los materiales y tamaños idóneos de los fogones, que se

adaptan a la vida cotidiana de la población, con lo que se contribuye a lograr una mayor aceptación y uso

adecuado de estos utensilios por parte de los beneficiarios.

El Programa dedica especial atención al trabajo de sensibilización de la población beneficiaria, organizando

jornadas informativas, instalando carteles en puntos de concurrencia dentro de las comunidades y

produciendo de trípticos para su distribución. Estas tareas generalmente se realizan a través de las

organizaciones locales, las autoridades municipales, personal operativo de la SEDESOL, e incluso de manera

coordinada, con el de la Secretaría de Salud.

A finales de 2011, en el municipio de Zautla, Puebla, se llevó a


cabo un evento de dotación de bonos para la adquisición de
estufas ecológicas, dirigido a la población beneficiaria. Durante
esta entrega, se realizaron actividades de promoción de distintos
modelos de estufas ecológicas, con el propósito de ofrecer a los
asistentes muchas alternativas que les ayudaran a ubicar el tipo
de estufa ecológica que mejor se acomodara a sus necesidades.

La Contraloría Social y las estufas

A partir del 2008, el Programa para el Desarrollo de Zonas Prioritarias

(PDZP) propicia la participación de los beneficiarios a través de la integración y operación de comités de

contraloría social para el seguimiento, supervisión y vigilancia del cumplimiento de las metas y acciones

comprometidas por el Programa, así como de la correcta aplicación de los recursos públicos asignados al

mismo.

Los Comités de Contraloría Social de Estufas Ecológicas se integran por beneficiarios de la comunidad que

son seleccionados en una asamblea general. Entre las actividades y funciones que desarrolla este comité

están vigilar la entrega de estufas ecológicas, verificar que se cumplan las especificaciones técnicas

comprometidas por el proveedor como son tipo y modelo de las estufas, llenar las cédulas de vigilancia, dar

seguimiento a los procesos de capacitación a otros beneficiarios y alertar a las autoridades competentes si se

detecta algún tipo de irregularidad.

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