Está en la página 1de 11

LA CÉLULA

Es la unidad estructural y funcional básica del cuerpo. Es la parte más pequeña capaz de procesos
que definen la vida como reproducción, movimiento, respiración, digestión y excreción, aunque
no todas las células tienen todas estas capacidades.
 Anatomía celular: la mayoría de las células son microscópicas, una célula típica tiene un
diámetro de 20-30um
(micra), lo que
significa que en un
punto de texto cabrían
40. Las neuronas
(células nerviosas) y
las fibras musculares
son células muy
especializadas que se
pueden extender hasta
más de 30cm, pero
son increíblemente
finas. La mayoría de
las células tienen una
piel externa, la
membrana celular o
plasmática y una serie
de componentes
estructurales en su
interior, cada uno con
su forma, función y tamaño característicos. Estos componentes no frotan al azar, la célula
está muy organizada, con muchos compartimientos internos unidos por láminas y
membranas y mantenidos en su lugar por un esqueleto flexible, reticular y en constante
cambio, de túbulos y filamentos aún más finos.
 Células madre: son células indiferenciadas que conservan tanto la capacidad de volverse
especializadas en ciertas condiciones como la de seguir dividiéndose para renovar su
población. las células madre embrionarias se hallan en el embrión temprano y tiene la
capacidad de diferenciarse en los más de 200 tipos de células especializadas del futuro
cuerpo. En algunos tejidos adultos también hay células madre que se multiplican con
rapidez como parte del mantenimiento corporal: en la médula ósea se producen millones
de células sanguíneas diferentes cada segundo.

CELULAS Y TEJIDOS
El cuerpo humano tiene más de 200 tipos de células especializadas que al desarrollarse con las de
su propio tipo, forman agregados claramente reconocibles como tejidos específicos. No obstante,
algunos tejidos están formados por varios tipos de células.
 TIPOS DE CÉLULAS: éstas tienen formas y tamaños muy variados según sus funciones
especializadas dentro de los tejidos. La velocidad de división también varía: es máxima en
las células epiteliales, que están sujetas a abrasión física y desgaste y que deben sustituirse
continuamente a sí mismas, pero es escasa o incluso nula en células estructuralmente
complejas como las nerviosas (neuronas).
 Células epiteliales: forman la piel, cubren la mayoría de órganos y tapizan las
cavidades huecas.
 Célula fotorreceptora: los conos son un tipo de células sensibles a la luz que se
hallan en la retina. Se activan por la luz brillante y son responsables de la
percepción de los colores.
 Glóbulo rojo: eritrocito o hematíe, es una bolsa de moléculas portadoras de
oxígeno. Su forma bicóncava permite una absorción rápida y máxima de oxígeno.
 Célula adiposa: los adipocitos son las células principales, son voluminosas y
están llenas de grasa (lípidos) que almacenan energía para los casos de dieta
insuficiente.
 Célula de musculo liso: son largas y fusiformes, esta forma les permiten
contraerse gracias al deslizamiento de las hebras de proteína de su interior.
 Neurona: cada una tiene varias extensiones cortas (dendritas) para recibir las
señales nerviosas y un largo filamento (axón) para enviar señales a otras neuronas.
 Espermatozoo: tiene una cabeza portadora de la dotación paterna de material
genético y una cola larga y a modo de látigo que le permite moverse hacia el
óvulo.
 Óvulo: esta célula gigante contiene la dotación materna de material genético y
reservas energéticas para las primeras divisiones celulares que conforman el
embrión.

 TIPOS DE TEJIDOS: todas las células que forman tejidos tienen una estructura muy
similar y cumplen la misma función. Hay cuatro tipos principales de tejidos que derivan
de capas de células específicas del embrión: epitelial, conjuntivo, muscular y nervioso. La
epidermis y los tejidos que revisten casi todos los órganos son TEJIDOS EPITELIALES.
La sangre y los huesos, cartílagos, tendones y ligamentos son formas de TEJIDO
CONJUNTIVO. Los tejidos muscular y nervioso forman obviamente los músculos y los
nervios.

ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA
PIEL Y LOS ANEXOS CUTÁNEOS
La piel constituye el revestimiento de nuestro cuerpo pero además cumple importantes funciones.
No se trata de un simple envoltorio corporal, puesto que la piel desempeña diversas actividades
de la máxima relevancia y por tanto representa un auténtico órgano de nuestro cuerpo, ni más ni
menos que el de mayor superficie y volumen. Por un lado la piel actúa como barrera protectora,
ya que impide el paso de agentes nocivos al interior del organismo, por otro lado, también
participa en la regulación de la temperatura corporal y en la del medio interno. Además registra
numerosas sensaciones que nos permiten conocer detalles de los objetos que nos rodean y del
entorno próximo, sin dejar de lado que es nuestro “escaparate”, lo primero que ven los demás de
cada uno de nosotros. En ese orden de ideas, no es de extrañar que nos preocupemos tanto por el
aspecto de nuestro cutis, extremando sus cuidados e incluso, recurriendo al uso de cosméticos. Y
tampoco que nos llame la atención cualquier anomalía que presente la piel: es el órgano más
externo, muchas veces reflejo de lo que ocurre en el interior de nuestro organismo.
Formada por diversas capas, la piel constituye una membrana gruesa y resistente pero flexible,
dotada de unos anexos muy particulares: las glándulas sudoríparas, las glándulas sebáceas y los
pelos. El conocimiento de la estructura de la piel y los anexos cutáneos, resulta de la máxima
utilidad no solo para proceder con fundamento a sus cuidados, sino también para entender la
naturaleza de sus diversas patologías.

ANATOMÍA DE LA PIEL
La piel, una membrana resistente y flexible que recubre todo el cuerpo, está formada por tres
capas superpuestas bien diferenciadas.
 Epidermis: es la capa más superficial de la piel, la que está directamente en contacto con
el exterior. De un espesor que en las diversas partes del cuerpo oscila entre 0,05 y 0,5
milímetros, está formada por un TEJIDO EPITELIAL, constituido únicamente por células
adosadas (una tras otra) entre sí que no cuentan con ninguna sustancia intercelular entre
ellas. Estas células están dispuestas en estratos superpuestos que conforman cuatro capas,
aunque en algunos sectores son cinco.
 Capa basal: es la más profunda, compuesta por una sola fila de células de forma
prismática, que descansan sobre una membrana basal que separa la epidermis de la
dermis, y a través de la cual reciben los elementos necesarios para su nutrición. Estas
células están en contante
división: a medida que se
multiplican, las nuevas
empujan a las más antiguas
en dirección a la superficie,
de tal modo que éstas pasan
a formar parte de las otras
capas.
 Capa espinosa: está
formada por varias filas de
células procedentes de la
capa basal, a medida que se
generan nuevas células
profundas, se van
desplazando hacia el
exterior. Las más
profundas son redondeadas,
mientras que las que se van
aproximando a la superficie
son algo más aplanadas.
 Capa granulosa: está
formada por una o dos filas
de células ya bastante
aplanadas en las que se
diferencian unos gránulos
donde se ELABORA
QUERATINA: proteína
fibrosa que brinda su
particular consistencia a la
piel y sus anexos cutáneos.
A medida que maduran,
estas células producen
queratina, pero a la par
pierden su núcleo y el resto
de elementos intracelulares,
con lo cual pierden también
su vitalidad.
 Capa lúcida: presente tan solo en la piel de las palmas de las manos las plantas de los
pies, está formada por una o dos filas de células aplanadas y casi transparentes que aún
conservan el núcleo pero no desarrollan ninguna actividad vital.
 Capa córnea: es la capa más externa de la epidermis, formada por varias filas de células
repletas de queratina que ya han perdido su núcleo y no tienen actividad vital: son células
muertas.
 Melanocitos: se encargan de sintetizar melanina, pigmento oscuro cuya concentración
proporciona a cada piel su coloración propia y que también es responsable del fenómeno
del bronceado. Los melanocitos están ubicados en la profundidad de la epidermis,
intercalados entre las células de la capa basal. En su interior se observan unos diminutos
corpúsculos denominados MELANOSOMAS, en los cuales bajo la influencia de factores
hormonales y de la radiación ultravioleta del sol, se fabrica la MELANINA, su función
principal consiste en absorber las radiaciones solares e impedir su paso al interior del
organismo donde tendrá efectos nocivos, por este motivo la elaboración de melanina
aumenta ante la exposición al sol.

 Dermis: es la capa cutánea que se encuentra por debajo de la epidermis, separada de esta
por una delgada membrana basal constituida por proteínas y diversas sustancias químicas
que presenta numerosos repliegues. Así pueden apreciarse unas prominencias cónicas de
la epidermis que se proyectan hacia la dermis, las papilas dérmicas, intercalada con unas
prominencias de la epidermis que se proyectan hacia la dermis, las crestas interpapilares.
Gracias a ello resulta aumentada considerablemente la superficie de contacto entre ambas
capas, algo muy importante porque la nutrición de la epidermis depende de los vasos
sanguíneos que llegan sólo hasta la dermis.

La dermis está formada por tejido conjuntivo, compuesto por diversos tipos de células y
fibras, además de una sustancia fundamental que rellena los intersticios que quedan entre
tales elementos. Entre las células destacan unas especiales los FIBROBLASTOS que se
encargan de producir las fibras y la sustancia fundamental, pero también hay otras
relevantes como son los HISTIOCITOS o MACRÓFAGOS, células móviles
pertenecientes al sistema defensivo responsables de eliminar los gérmenes que
eventualmente pueden llegar hasta la dermis, y de ingerir todo resto de células muertas y
desechos. Las fibras son de diversos tipos: fibras colágenas, que son las más abundantes y
se disponen en dirección paralela a la superficie cutánea; fibras elásticas, capaces de
distenderse y luego recuperar sus dimensiones anteriores y por último, fibras reticulares,
las más finas, que forman un entramado a modo de red.
En la dermis se localizan los anexos cutáneos (glándulas sudoríparas, glándulas sebáceas
y folículos pilosos) y por ella pasan los vasos sanguíneos que nutren las células

superficiales de la piel así como las fibras nerviosas responsables de la sensibilidad


cutánea.

 Hipodermis: es la capa más profunda de la piel, tiene unos límites muy pocos definidos
de la dermis y cuenta con elementos constituyentes comunes. El espesor de la hipodermis
varía de manera notable de una persona a otra y también en las diversas regiones del
cuerpo, ya que esta capa es bastante gruesa en algunas áreas y prácticamente inexistente
en otras, por ejemplo en los párpados.

Los principales componentes de la hipodermis son los ADIPOSOTOS, células


especializadas en la síntesis y acumulación de grasas. Estos adipocitos, que constituyen la
principal reserva energética del organismo, se encuentran agrupados en pequeños
lobulillos separados entre sí por delgados tabiques conjuntivos entre los cuales pasan los
vasos sanguíneos y las fibras nerviosas.

FUNCIONES DE LA PIEL
La piel constituye un revestimiento que protege la superficie del organismo contra agentes
potencialmente agresivos del medio externo y, entre otras funciones relevantes, participa de
manera activa en la regulación de la temperatura corporal.
 Protección: la piel desempeña esta función que hasta cierto punto, impide el paso de
gérmenes, sustancias químicas y agentes físicos nocivos al interior del organismo,
mientras que se opone a las pérdidas excesivas de líquidos y otras sustancias del cuerpo y
coopera así en el mantenimiento del medio interno. Esta función deriva tanto de la
constitución de las diferentes capas cutáneas como del manto ácido-graso que recubre su
superficie, formado sustancialmente por las secreciones producidas por las glándulas
sudoríparas y sebáceas situadas en la profundidad de la piel.

La primera barrera corresponde precisamente a esta película grasa y ligeramente ácida


que por una parte, impide el paso del agua y por otra, ejerce un efecto antiséptico que
dificulta la proliferación de gérmenes.

Cabe señalar, que en la superficie de la piel habitan de forma permanente millones de


microorganismos por centímetro cuadrado, sobre todo bacterias y microscópicos hongos
que encuentran allí unas condiciones favorables para alimentarse y sobrevivir. Pero en
condiciones normales se trata de gérmenes no patógenos cuya existencia resulta
beneficiosa porque impide que aniden y proliferen otros microorganismos peligrosos.

La propia estructura de la piel, gracias a su resistencia y elasticidad también proporciona


una protección no solo contra agentes bacterianos y químicos sino también contra golpes,
roces y presiones. La hipodermis con su acúmulo de adipocitos, amortigua los
traumatismos ligeros, mientras que la dermis rica en fibra conjuntiva, garantiza una
suficiente elasticidad. Pero es la epidermis y sobre todo la capa cornea, gracias a su
elevado contenido en queratina, una proteína dura e impermeable, la que constituye una
efectiva barrera para los agentes externos.

 Absorción: debe tenerse en cuenta que la capa cornea no es completamente continua,


dado que presenta pequeñas aberturas como son los poros por donde las glándulas
sudoríparas y algunas sebáceas sacan a la superficie sus secreciones, y los orificios de los
folículos pilosebáceos. Además las sustancias solubles en grasa pueden atravesar el manto
superficial y llegar con facilidad a tales soluciones de continuidad. Por este motivo hay
sustancias que pueden absorberse y llegar a las capas profundas de la piel o incluso parar
a la circulación general, principio aprovechado para la administración de medicamentos.

La absorción cutánea varía en diferentes zonas del cuerpo: depende sobre todo del grosor
de la capa córnea y de la mayor o menor abundancia de glándulas sebáceas. Las áreas más
impermeables de la superficie cutánea corresponden a las palmas de las manos y las
plantas de los pies, seguidas de tronco, los brazos y las piernas, mientras que hay
determinadas zonas como por ejemplo el escroto, que son muy permeables.

 Termorregulación: función fundamental en la regulación de la temperatura interna del


organismo, que tiende a mantenerse de manera constante a unos 37°C a pesar de las
oscilaciones en el ambiente exterior. Esta función se lleva a cabo mediante diferentes
mecanismos.
El cuerpo produce continuamente calor y es necesario eliminar el exceso, para lo cual es
básica la participación de los elementos cutáneos. Por un lado la amplia red de vasos
sanguíneos que llegan a la dermis cuyo grado de contracción o relajación es modificado
de manera automática por el sistema neurovegetativo, permite modular la afluencia de
sangre a la superficie corporal. Una parte de calor se elimina por irradiación (emisión de
radiación infrarroja), otra por convección (pérdida de calor por contacto directo de la piel
con el ambiente) y la otra, a través de la evaporación del sudor.

Cuando aumenta la temperatura corporal, los capilares sanguíneos cutáneos se dilatan y


de esta manera, llega más sangre a la superficie del cuerpo para enfriarse: este único
mecanismo basta para mantener unos niveles de temperatura interna aceptables cuando se
permanece a una temperatura ambiente moderada. Y si la temperatura interna es más
elevada, por ejemplo en caso de fiebre, cuando se practica ejercicio o en un clima muy
cálido, interviene la sudoración que permite eliminar el exceso de calor. Por el contrario
cuando la temperatura externa baja, los capilares cutáneos se contraen para que la sangre
no se enfríe.

GLÁNDULAS SUDORÍPARAS
Son unos anexos cutáneos especializados en la secreción de un líquido transparente muy
particular que va hacia el exterior: el sudor compuesto sobre todo por agua que lleva sales
y diversos residuos metabólicos.

Glándulas sudorípara ecrinas: estas son las más abundantes y distribuidas por todo el
cuerpo, está formada por un glomérulo secretor localizado en la hipodermis y un conducto
excretor que atraviesa la dermis y la epidermis para sacar sus secreciones a la superficie a
través de un poro diminuto.

Glándulas sudoríparas
apocrinas: son semejantes a las
anteriores pero un poco más
voluminosas, además su tubo
excretor no llega hasta un poro
específico de la superficie cutánea
sino que desemboca en un folículo
piloso. Se encuentran solo en
algunas zonas determinadas del
cuerpo: en las axilas, en la región
genital, alrededor del ombligo
alrededor de los pezones y en la
orejas. La secreción de estas
glándulas difiere bastante del sudor elaborado por las glándulas ecrinas: es menos
abundante, lechoso con olor más intenso.

GLÁNDULAS SEBÁCEAS
Son unos anexos cutáneos especializados en la fabricación de un material graso destinado a
proteger y lubricar tanto la superficie corporal, como los pelos.
Estas glándulas están ubicadas en la dermis y sacan sus secreciones bien sea a la superficie
corporal o como es más habitual, a los folículos pilosos, a través de los cuales alcanzan la
superficie de la epidermis.
La secreción sebácea sirve para lubricar la superficie de la piel y los pelos. Además tiene una
función protectora ya que el sebo se mezcla con los productos de descamación de la epidermis y
con el sudor, constituyendo un manto ácido-graso que entre otras cosas, dificulta el desarrollo de
bacterias y hongos.
Pero el sebo tiene otras funciones en la relación con la temperatura ambiente. Por ejemplo,
cuando la temperatura externa es elevada, el sebo se fluidifica y se distribuye uniformemente por
la superficie cutánea, impidiendo que la piel se resquebraje como consecuencia de la evaporación
del abundante sudor. En cambio, cuando la temperatura ambiente es baja, la secreción sebácea
está más solidificada y esto dificulta la evaporación de sudor, con lo que contribuye a mantener la
temperatura corporal.

PELOS
Son unos filamentos
delgados y resistentes
que están distribuidos
prácticamente por toda
la superficie del
cuerpo, y reciben
diversas
denominaciones según
su forma, tamaño y
localización: cabello,
pestañas, vello.
Estructura del pelo: el
cuerpo del ser humano
está cubierto por una
gran diversidad de formaciones pilosas: cabellos, vello corporal, cejas, pestañas, vello púbico,
vello axilar, etc.
En un pelo se distinguen ante todo dos porciones elementales: el tallo, que es la parte que
sobresale de la piel y la raíz, que es la porción interna. Cada pelo se encuentra en el tejido
epidérmico de la dermis, el folículo piloso donde se produce su generación.
Concretamente la raíz del pelo surge de una expansión redondeada del folículo denominado
BULBO PILOAO, en cuya base hay una concavidad, la PAPILA FOLICULAR a la cual llegan
los vasos sanguíneos que nutren el folículo y también fibras nerviosas. La parte más profunda del
folículo piloso corresponde a la MATRÍZ GERMINATIVA, constituida por células epidérmicas
cuya multiplicación da origen a las que forman el propio folículo y a las que forman el pelo. En
esta matriz germinativa hay también algunos melanocitos encargados de producir pigmento, cuyo
número y grado de actividad, condicionados genéticamente determinan el color del pelo en cada
persona.
El pelo en sí está formado por tres capas que de fuera a dentro son: la cutícula, que es la parte
más dura; la corteza, que es la de mayor grosor y la médula que constituye el eje del pelo.

UÑAS
Son unas láminas delgadas
semitransparentes, duras y resistentes
que protegen la cara dorsal de la última
falange de todos los dedos de las
manos y los pies.
Funciones: a pesar de que hoy en día
se les da un papel básicamente estético,
una de sus funciones es proteger las
puntas de los dedos de golpes y
agresiones de todo tipo, también nos
sirven para rascar y arañar, inclusive
como medio de defensa instintivo ante
una situación de peligro, así como
también para pinzar, separar, plegar e
infinidad de acciones que requieran
cierta precisión.
Estructura y formación: tienen una
estructura muy parecida a la de los
pelos, puesto que están formadas
esencialmente por queratina, la
proteína fibrosa que elaboran las
células cutáneas, de hecho al igual que los pelos, las uñas son producidas por las células de la
epidermis encargadas de fabricar queratina.
El crecimiento se produce bajo un pliegue de carne (cutícula) en la base de la uña. La matriz
ungueal y toda la uña es empujada a lo largo del lecho ungueal hacia su borde libre. La mayoría
de uñas crece unos 0,5 milímetros por semana; las de las manos lo hacen más rápido que la de los
pies.

TOMADO DE:
- Cuerpo humano, una guía ilustrada de sus estructuras, funciones y trastornos. 2009 casa
editorial el tiempo.
- Enciclopedia familiar de la salud, sistema osteomuscular, tomo 9 y 10, 2006 grupo editorial
norma.
- Anatómica, enciclopedia visual del cuerpo humano, tomo 6, 2008 Producciones Cantabria
SAC.

También podría gustarte