Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LA TEORÍA PSICOANALÍTICA
Proverbio judío
por Sigmund Freud atrajo desde joven a esta pensadora austriaca, que supo enfocar los
conocimientos del psicoanálisis hacia ese recinto sagrado que es la infancia, llegando a
nuestros días.
Klein supo detectar, a partir de la terapia con niños pequeños, las implicaciones
juego de todo o nada son algunos de los rasgos que encontramos en las fantasías del
primera entrada del infante en la polis provoca que el mundo externo adquiera
frenos de un niño recién nacido una amenaza de muerte, y contra ella es capaz de
sobre la realidad que le rodea, el ciudadano responde con figuraciones de poder total,
con magia omnipotente. Porque, y esto quizá sea lo más inquietante de cuanto nos
plantea esta autora, este tipo de respuestas inconscientes no sólo son propias de la edad
infantil, sino que acompañarán al ciudadano —hasta ahora tenido como racional y
también fue tratada de manera magistral por el pensador alemán Eric Voegelin como
descontrol de una realidad que le sobrepasa, que le gustaría asir de alguna manera pero
que se le escapa continuamente de las manos, el ser humano responde con ansiedad para
1
Melanie KLEIN, “Sobre la teoría de la ansiedad y la culpa” (1948), en Envidia y gratitud y otros
trabajos. Obras completas. Vol. 3, Paidós, Barcelona, 1988, pp. 37-38.
2
Melanie KLEIN, “Nuestro mundo adulto y sus raíces en la infancia” (1959), en Envidia y gratitud y otros
trabajos. Obras completas. Vol. 3, Paidós, Barcelona, 1988 , pp. 260, 266.
Anxiety is the response to the mystery of existence out of nothing.
ansiedad surge como la señal inequívoca de que nos sentimos amenazados con la
impulsos instintivos del infante. Esta terapeuta hallará dos situaciones predominantes en
la mente del recién nacido durante los primeros meses. A la primera la denominó
posición esquizo-paranoide, y se expresará durante los tres o cuatro meses que siguen al
nacimiento. A ésta le sucede la posición depresiva infantil, en la que los rasgos más
destructivos de la neurosis infantil se van atemperando. Por supuesto, Klein aclarará que
al tratarse de procesos alejados del control del ego no encontraremos ningún progreso
cada fase en la otra, ya que estos procesos, como todos los mecanismos no conscientes,
“nunca se superan del todo”4. O como también dirá Hanna Segal, una de las más
3
[La ansiedad es la respuesta al misterio de la existencia a partir de la nada. La búsqueda de orden es la
respuesta a la ansiedad]. Eric VOEGELIN, “Anxiety and reason” (1968), en What is history? and Other
Late Unpublished Writings. The Collected works of Eric Voegelin. Vol. 28, Lousiana State University
Press, Baton Rouge and London, 1990, p. 71.
4
KLEIN, “Nuestro mundo adulto y sus raíces en la infancia” (1959), p. 260. Véase también de la misma
autora “Sobre la teoría de la ansiedad y la culpa” (1948), pp. 46-47.
5
Hanna SEGAL, Introducción a la obra de Melanie Klein, Paidós, Barcelona, 1982, p. 115.
El inicio de nuestras vidas supone, para Melanie Klein, también el comienzo de
la omnipotencia, siendo ésta por tanto una tentación innata para el ciudadano.
suya propia y la su madre, de quien depende de una manera absoluta para sobrevivir 7. El
inmenso poder de la madre magnifica la intensa vulnerabilidad del bebé, que sólo podrá
primera etapa una fusión total entre el nuevo individuo y el ambiente que lo rodea, y
cómo éste debe plegarse a sus anhelos. Todo le está permitido. Nada debe romper la
armonía primigenia.
primer objeto del mundo exterior que podrá percibir de alguna forma será su madre,
fuente única de alimento y placer, y por tanto, parte de ese espacio armonioso sin
límites. La madre será, por esta razón, la primera víctima de sus apetitos omnipotentes,
en una relación de dependencia extrema que une a los dos sujetos en la primera
vez. En esta relación exclusiva de dos personas, “sólo una de las partes puede tener
6
Melanie KLEIN, “Envidia y gratitud” (1957), en Envidia y gratitud y otros trabajos. Obras completas.
Vol. 3, p.2 34.
7
Ibid., p. 191.
8
Michael BALINT, La falta básica, Paidós, Barcelona, 1982, pp. 85-86.
9
Ibid., p. 65.
deseos, intereses y exigencias propias”10, la otra no puede en ningún momento disponer
percibida por el infante entre deseo y realidad, “la reacción se traducirá en síntomas
Tengo que ser amado y buscado en todos los aspectos por toda cosa
y toda persona que sea importante para mí, sin que nadie me exija un
esfuerzo o pretenda una retribución por amarme. Se trata tan sólo de mis
deseos, intereses y necesidades que son lo único que cuenta; ninguna de las
necesidades que no sean los míos, y si los tiene diferentes debe subordinarlos
feliz, complacido y bueno, pero eso es todo. Si ello no ocurre, todo será
10
Ibid., p. 89.
11
Ibidem.
12
Aunque el propio Balint admite que “el lenguaje adulto es a menudo inútil o equívoco para describir los
hechos de este nivel, porque las palabras no tienen siempre una significación convencional reconocida”.
Ibid., p. 29. Un reconocimiento que supone, en nuestra opinión, una llamada de atención sobre las
limitaciones del logos racional para analizar en profundidad la génesis de nuestras experiencias políticas.
13
Ibid., p. 89-90.
molestia como si le fuera infligida por fuerzas hostiles, por enemigos perseguidores 14.
La madre como objeto primario es tanto la primera fuente de amor y comprensión como
la primera causa de ansiedad: “ella representa para el niño la totalidad del mundo
En las fantasías del bebé la ansiedad provoca ataques destructivos contra lo que
unos segundos antes podía haber sido objeto de un amor infinito. En estos procesos
dependencia, dividiendo sus aspectos buenos de los malos y controlando cada uno de
persecutoria, que le sirven para aliviar su dolor, son, sin embargo, esenciales para
fortalecer el self del infante16, ya que sin ellas se vería abocado a la desintegración
psíquica17. Lo que para quien no es capaz aún de diferenciar entre su self y el ambiente
Este escenario aterrador que describe Klein en sus obras no puede ser soslayado
por una teoría política que se considere realista, porque las consecuencias de esta lucha
interna en la imaginación del infante alcanzan hasta la edad adulta de un ciudadano con
14
Melanie KLEIN, “Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del bebé” (1952), en Envidia
y gratitud y otros trabajos. Obras completas. Vol. 3, p. 71.
15
KLEIN, “Nuestro mundo adulto y sus raíces en la infancia” , p. 252-253
16
Véase KLEIN, “Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del bebé” (1952), p. 80.
17
Véase Javier ROIZ, El experimento moderno, Trotta, Madrid, 1992, p. 95.
que provocan ansiedad activan de inmediato, incluso en personas normales,
La insatisfacción permanente de una avidez sin medida así como una envidia
maligna, posesiva y destructiva de todo lo bueno que el otro pueda albergar, son dos de
adultos20.
en percibir el daño que sus ataques de furia destructiva pueden causar en los que le
introyección, va albergando en su interior todas las sustancias públicas a las que sus
cuidadores le han dado acceso, que llegarán a ser parte integrante de su self político en
que esta interacción continua entre lo externo y lo interno se prolongará hasta el fin de
sus días. “Así se construye un mundo interno que es, en parte, un reflejo del externo” 21,
18
KLEIN, “Sobre la teoría de la ansiedad y la culpa” (1948), p. 49.
19
KLEIN, “Nuestro mundo adulto y sus raíces en la infancia” (1959), p. 258.
20
Ibid., p. 257. Véase también sobre este asunto Melanie KLEIN, “Notas sobre algunos mecanismos
esquizoides” (1946), en Envidia y gratitud y otros trabajos. Obras completas. Vol. 3, pp. 31-33.
21
Ibid., p. 254.
dirá Melanie Klein con unas palabras que entroncan su trabajo psicológico con el de una
teórica política como Arendt, y con toda una tradición retórica y republicana que
aislamiento y la concienciación gradual de los límites. Pero esto también engendra dolor
y, sobre todo, culpa por el deterioro causado a sus objetos internos. Klein se opondrá a
la concepción freudiana de que la culpa era una consecuencia del complejo de Edipo
que no aparecía hasta el quinto año de vida. Para ella, sin embargo, pueden detectarse
rasgos de un intenso sentimiento de culpa incluso en el quinto mes 23, marcando así la
sino que cambiará de forma, acentuando la necesidad del infante de conquistar de nuevo
a unos objetos buenos que anteriormente eran parte de su self y que ahora siente
propósito positivo de resucitar a la persona amada que creía muerta. Esta omnipotencia
cumple todavía su papel como defensa contra la ansiedad, pero no ya ante una amenaza
22
Véase Javier ROIZ, La recuperación del buen juicio. Teoría política en el siglo veinte, Editorial Foro
Interno, Madrid, 2003, p. 165.
23
KLEIN, “Nuestro mundo adulto y sus raíces en la infancia”, p. 259.
24
KLEIN, “Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del bebé”, pp. 83-86.
el infante un incremento de la ansiedad persecutoria, y contra ella ya no aplicará
de defensas maníacas25.
existencia. No nos cansamos de repetir que en el mundo interno del ciudadano no existe
realidad interior. Así, lo que alguna vez sintió el infante también afectará la actitud ante
frustración. Winnicott, curiosamente, nos advierte del hecho de que el lenguaje popular
anímica a la que alude, por lo que no es necesario que los especialistas inventen una
depresión”26.
25
Ibid., p. 82.
26
Donald W. WINNICOTT, “La defensa maníaca” (1935), en Escritos de pediatría y psicoanálisis, trad. de
Jordi Beltrán, Paidós, Barcelona, 1999, p. 181.
organizan para repeler “las angustias propias de la depresión” 27. Su función es, por lo
tanto, claramente militar: se trata de una defensa contra una realidad particular, la
interna, poblada de objetos buenos y malos, que se presienten, pero resultan intolerables
instrumentos no conscientes. Más aún, nuestro contacto cotidiano con el mundo externo
elaboradas dentro del esfuerzo para alejarse de la realidad interior” 28. Estas fantasías no
constituyen todo el mundo interno, aunque formen parte de él, sino tan solo la
organización por la que, desde dentro, se articula “una defensa contra la aceptación de
dicha realidad”29.
han sido sometidos los objetos internos buenos. Todos ellas están encaminadas al
control omnipotente de un mundo interno que no se deja controlar y que, por ello
defensas estimulan la ligereza o el buen humor30. Una alegría falsa que sirve solamente
antitético para calmar la ansiedad que producen la muerte, el caos o el misterio 31.
Winnicott parece sugerir, de esta forma, que el conocimiento dialéctico hunde sus raíces
27
Ibid., p. 182
28
Ibid.., p. 178.
29
Ibid., p. 179.
30
Ibid., p. 182.
31
Ibidem.
en estas defensas no conscientes. Incapaces de sostener la tristeza ante los reveses de
una existencia contingente y vulnerable, estas defensas dialécticas usan el truco mágico
de las antítesis para crear una falsa apariencia de indestructibilidad, una ilusión
Melanie Klein ofrece una explicación muy clarificadora del modo en que actúa la
seguirá vigente durante toda la experiencia vital del ciudadano como una manera de
social. La estrategia militar que utilizamos para aplacar nuestras ansiedades consta,
según Segal, de tres pasos, todos ellos basados en un fortalecimiento omnipotente del
él, pero al mismo tiempo una manera de obligarlo a satisfacer una necesidad
objeto despreciable no se merece que uno sienta culpa por él, y el desprecio
32
SEGAL, Introducción a la obra de Melanie Klein, p. 87.
restaurar, o como hemos dicho anteriormente, resucitar objetos internos buenos
perspectiva un trabajo creativo que implica dolor. Un dolor que puede surgir desde la
desesperación de la pérdida de algún objeto interno bueno o del anhelo de recuperar una
armonía primigenia34.
A pesar de que los descubrimientos de Melanie Klein sobre la psique del infante
que, aunque muchas veces sea difícil, la ansiedad puede desaparecer con comprensión,
respeto y afecto, unos sentimientos que el infante debería recibir de sus primeros
de disolver jerarquías sociales muy rígidas, al tiempo que parecía que el cambio sólo
podría llegar a través de un conflicto cruento para derrocar a la autoridad. Klein, sin
dimensión de la realidad menos sombría. Klein manifestará en sus obras el hecho de que
33
Ibid., p. 79. Ver asimismo KLEIN, “Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del bebé”, p.
92.
34
Ésta última es la tesis que defiende Michael Balint al presentar su teoría del amor primario, ver BALINT,
La falta básica, p. 94.
hijos, sino que por el contrario, se sienten felices viéndolos crecer 35, protegiendo sus
con ciertas actitudes políticas. Respecto a esto último, justamente se nos podría
sociedades? Porque creemos que al analizar las patologías políticas —y que nosotros
aparentemente sano, podremos vislumbrar mejor las carencias y las debilidades de los
espacios públicos del self 36. Pensamos, de hecho, que la teoría política necesita indagar
en los problemas de un ciudadano que ante la amenaza de una sociedad política que lo
35
KLEIN, “Nuestro mundo adulto y sus raíces en la infancia” , p. 263. Véase asimismo Heinz KOHUT,
“Instrospección, empatía y el semicírculo de la salud mental”, en Los dos análisis del Sr. Z, Herder,
Barcelona, 2002, pp. 149-186.
36
“La Patología, con su poder de amplificación y concreción, puede evidenciarnos circunstancias
normales, que de otro modo hubieran escapado a nuestra perspicacia. Allí donde se nos muestra una
fractura o una grieta puede existir normalmente una articulación”. Sigmund FREUD, “Nuevas lecciones
introductorias al psicoanálisis” (1932), en Obras completas, Tomo 8, trad. de Luis López-Ballesteros,
Biblioteca Nueva, Madrid, 2001, p. 3133.
37
El estudio clásico sobre el tema es Sigmund FREUD, “Introducción al narcisismo” (1914), en Obras
completas, Tomo 6, trad. de Luis López-Ballesteros, Biblioteca Nueva, Madrid, 2001, pp. 2017-2033. En
este trabajo Freud opina que el yo generalmente pasa de un narcisismo primario (amor por uno mismo) a
las relaciones objetales (con los demás), pero quedan siempre restos narcisistas en el “ideal del yo”, a
quien se le atribuyen rasgos omnipotentes.
La personalidad narcisista…en muchos casos exhibe un
las demás personas; encuentran pocos motivos para disfrutar de la vida, más
allá de los que les brindan el homenaje de los otros o sus propias fantasías
con frecuencia que estos pacientes “dependen” de los demás por su gran
Kernberg en esta extensa cita, quizá el que más nos inquieta es que estos individuos
muestran “un funcionamiento social muy adecuado”. Es decir, que nuestras sociedades
Hay, sin embargo, una característica esencial que se repite en este tipo de
los otros: la obsesión con el control omnipotente de sus vidas y la de los demás 40. Ante
Kohut (1913-1981), todos los demás nos convertimos en satélites que giran alrededor de
ese sol.
Esta actitud vigilante contra los demás, con su afán de destruirlos o al menos
conciudadanos, que son vistos como objetos persecutorios y totalmente malos, y de los
que maníacamente el individuo aislado tiene que defenderse. El narcisista vive de esta
El mundo interno del self omnipotente parece estar poblado únicamente por
representaciones idealizadas de sí mismo, por sombras de los demás —a los que se les
niega la existencia como seres humanos con vida propia, distintos e independientes— y
satisfacción en sus respuestas, comenzarán a sentir odio y temor hacia él, lo destronarán,
lo dejarán de lado y lo cambiarán por otro ídolo 43. Esta actitud es la que Kohut llama
con el terapeuta: esperan de éste un “alimento mágico” que llene su sensación interior
ciudadano omnipotente busca de sus líderes y maestros una solución final que acabe con
sus males45. Como ésta es imposible de obtener, no dudará en despreciar a quien antes
encuentra la envidia que sienten ante alguien que les pueda ofrecer algo que son
No hay nada que un self omnipotente tema más que a una relación de
dependencia respecto a otra persona. Para ellos, “depender significa odiar, envidiar y
esperar protección, suene como un mal chiste a esta clase de ciudadanos. La guerra
interna en la que viven no se acabará nunca con ningún armisticio pactado entre los
posición bipolar entre todo o nada. Necesitan destruir cualquier fuente de amor,
solidaridad o gratificación que puede convertirse en un objeto interno bueno, porque las
mismas resistencias omnipotentes desatarán ante este intruso una mayor envidia y
43
Ibid., 212.
44
KOHUT, Análisis del self, pp. 120-121.
45
Para una interesante descripción de la dependencia de los individuos y las sociedades respecto a un
magic helper o “auxiliador mágico”, ver Erich FROMM, El miedo a la libertad, trad. de Gino Germani,
Paidós, Barcelona, 2005, pp. 173-177.
46
KOHUT, Análisis del self, pp. 86-87.
47
KERNBERG, Desórdenes fronterizos y narcisismo patológico, p. 295.
48
Ibid., 212.
rabia, al tiempo que se replegarán de nuevo en la concepción grandiosa de sí mismos 49.
expanda el campo visual del self, y donde él mismo exige ser mirado, admirado, temido.
de las posiciones de los demás. Y como, en palabras de Kohut, “el ojo no puede
observarse a sí mismo”51, y advertir las grietas del self por donde se escapa tanto dolor,
Tristemente, son estas mismas defensas las que protegen al self del ciudadano
Pero es legítimo preguntarse, ¿qué se esconde tras esta visión tan desoladora de
la vida? ¿Por qué consideran al resto de sus conciudadanos como sujetos peligrosos con
un puñal entre los dientes? Los dos teóricos, Kohut y Kernberg, a los que seguimos en
esta descripción del self omnipotente del ciudadano narcisista, estarían de acuerdo en
clásica del psicoanálisis, ambos están de acuerdo en que el narcisista sufre una pobre
integración del super-yo, y esto les provoca que ante la ausencia de interiorización de
49
Ibid., p. 245.
50
KOHUT, Análisis del self, pp. 115-116.
51
Ibid., p. 30.
52
KERNBERG, Desórdenes fronterizos y narcisismo patológico, p. 246.
reglas morales se hayan construido un self al que todo le está permitido53. Unos padres,
también agresivas, han hecho que éstas accedan al mundo interno del ciudadano como
porque no ha estado acompañado cuando más falta le hacía. Y desde entonces ese
ciudadano endiosado y abandonado irá armando una coraza que lo proteja de las voces
que desde su interior piden paz y democracia en su foro interno 54. El narcisismo sería,
por tanto, el ejemplo de un cruel desgobierno de los espacios públicos internos, que
engendra sufrimiento tanto al ciudadano que lo padece como a los que lo rodean. Una
teoría política del siglo XXI no debería permanecer insensible a este género de crisis
rasgos muy similares a los que hemos apuntado como característicos de la personalidad
narcisista56, es decir, como los propios de un self omnipotente. El teórico inglés intentará
53
Ibid., pp. 39, 209; KOHUT, Análisis del self, pp.50ss.
54
Los narcisistas, de hecho, tienen miedo a reconocer la existencia de un mundo interno que escapa a su
control consciente. KERNBERG, Desórdenes fronterizos y narcisismo patológico, pp. 269-270.
55
No estamos de acuerdo, sin embargo, con las propuestas que desde la teoría psicoanalítica propugnan el
“dominio del yo” sobre el resto del self. Véase KOHUT, Análisis del self, pp. 110, 192. Creemos que esta
no es una opción aceptable ni democrática para los espacios públicos internos, sino más bien autoritaria,
que prima la estabilidad y la identidad, sobre otros componentes que también son necesarios para el
gobierno democrático de uno mismo. Consideramos asimismo un retroceso para la libertad del self del
ciudadano que, en aras de afirmar una identidad fuerte y adaptada para el yo, algunos psicoanalistas
conciban la homosexualidad como un comportamiento patológico que debería ser objeto de tratamiento
terapéutic, ver al respecto KERNBERG, Desórdenes fronterizos y narcisismo patológico, pp. 289-292.
Desde nuestra perspectiva, las relaciones homosexuales no pueden ser consideradas un desgobierno. En
este punto no se debería haber olvidado la comprensión más abierta de Freud sobre la homosexualidad, de
la que decía que “no era algo de lo que uno deba avergonzarse; un vicio o una degradación, ni puede
considerarse una enfermedad. Nosotros lo consideramos una variante de la función sexual”, véase al
respecto la carta de Freud a una madre norteamericana fechada el 9 de abril de 1935 y citada en Ernest
JONES, Vida y obra de Sigmund Freud, Vol. 3, Hormé, Buenos Aires, 1998, pp. 214-215.
56
Véase James GLASS, “Hobbes and Narcissism. Pathology in the State of Nature”: Political Theory, Vol.
8, nº 3 (1980), pp. 335-363.
pacificar el foro externo a partir del establecimiento de una Commonwealth soberana,
pero ¿qué ocurre en el foro interno del individuo descrito en el Leviathan? ¿Está la polis
humana “is a condition of war of every one against every one” 57? ¿Tiene el sujeto
político moderno una ciudad interior donde “every man has a right to every thing” 58? Y
quizá las preguntas más incómodas por su actualidad serían: ¿cuándo hablamos de
la base del hobbesiano state of nature as a a war of all against all. Es la guerra de uno
contra todos los otros, que son odiados porque existen sin sentido (sin sentido para el
57
[…es una condición de guerra de todos contra todos]. Thomas HOBBES, Leviathan, or the matter, forme
and power of a Commonwealth ecclesiasticall and civil, ed. de Michael Oakeshott, Basil Blackwell,
Oxford, 1946, cap. XIV, p. 85. Traducción propia,
58
[todo hombre tiene un derecho a todo]. Ibidem. Traducción propia.
59
“In the first place, I put for a general inclination of all mankind, a perpetual and restless desire of power
after power, that ceaseth only in death”. [En primer lugar, yo señalo como una inclinación general de la
humanidad, un perpetuo e incansable deseo de poder, que cesa sólo con la muerte]. Ibid., p. 64.
Traducción propia.
60
Hannah ARENDT, “Introducción a la política”, en La promesa de la política, Paidós, Barcelona, 2008, p.
133. Sobre la interpretación arendtiana del contrato social hobbesiano, véase Simona FORTI, Vida del
espíritu y tiempo de la polis. Hannah Arendt entre filosofía y política, Cátedra, Madrid, 2001, pp. 179-
197.