Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La última etapa de su pensamiento estuvo marcada por el intento de interpretar las ideas
de revolución científica, y el polémico concepto de inconmensurabilidad entre
paradigmas, en términos de filosofía del lenguaje. Abandonó casi por completo el hablar
de paradigmas.
Obras principales:
La revolución copernicana (1957).
La estructura de las revoluciones científicas (1962, 2ª ed. 1970).
La tensión esencial (1977).
La teoría del cuerpo negro y la discontinuidad cuántica (1987).
El camino desde la Estructura (2000).
***
Kuhn propone un modelo del cambio científico estructurado en dos tipos de etapas:
ciencia normal y revoluciones científicas. La comunidad científica trabaja bajo
condiciones muy diferentes según esté haciendo ciencia normal –bajo un paradigma
dominante– o ciencia revolucionaria.
3. Al examinar la ciencia normal nos gustaría describir esta investigación como una
tentativa tenaz y ferviente de obligar a la naturaleza a entrar en los cuadros conceptuales
proporcionados por la educación profesional. […] La ciencia normal, la actividad en
que inevitablemente la mayoría de los científicos consumen casi todo su tiempo, se
predica suponiendo que la comunidad científica sabe cómo es el mundo. Gran parte del
éxito de la empresa se debe a que la comunidad se encuentra dispuesta a defender esa
suposición, si es necesario a un coste elevado. (Kuhn, La estructura de las …).
4. Precisamente porque trabaja solo para una audiencia de colegas, una audiencia que
comparte sus propios valores y creencias, el científico puede dar por sentado un único
conjunto de normas. No tiene ya que preocuparse de lo que pensarán otros grupos o
escuelas y puede, por tanto, deshacerse de un problema y pasar al siguiente más
rápidamente que los que trabajan para un grupo más heterogéneo. Y lo que es más
importante, el aislamiento de la comunidad científica con respecto a la sociedad permite
al científico individual concentrar su atención en problemas acerca de los cuales tiene
buenas razones para creer que podrá resolverlos. (Kuhn, La estructura de las …).
5. Durante los últimos años, unos cuantos historiadores de la ciencia han descubierto
que les es cada vez más difícil desempeñar las funciones que el concepto del desarrollo
por acumulación les asigna. […] Quizá la ciencia no se desarrolla por medio de la
acumulación de descubrimientos e inventos individuales. […] En principio, las teorías
anticuadas no dejan de ser científicas por el hecho de que hayan sido descartadas (Kuhn,
La estructura de las revoluciones científicas).
7. Los hechos y las teorías científicas no son categóricamente separables, excepto quizá
dentro de una tradición única de práctica científica normal. (Kuhn, La estructura de las
revoluciones científicas).
9. Ninguna de las partes aceptará las suposiciones no empíricas que precisa la otra para
defender su punto de vista. Están abocados en parte a hablar sin entenderse. Por más
que cada una de las partes quiera convertir a la otra a su manera de ver la ciencia y sus
problemas, ninguna de ellas puede aspirar a probar su punto de vista. La competencia
entre paradigmas no es el tipo de batalla que se pueda resolver mediante pruebas.
(Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas)
10. Consideremos a las personas que llamaban loco a Copérnico por decir que la Tierra
se movía. No es simplemente que estuviesen equivocadas o muy equivocadas, pues
parte de lo que querían decir con “Tierra” implicaba una posición fija. Su Tierra, al
menos, no se podía mover. Por consiguiente, la innovación de Copérnico no fue
solamente mover la Tierra, sino que entrañaba más bien un modo completamente nuevo
de ver los problemas de la física y la astronomía, el cual cambiaba por necesidad tanto
el significado de “Tierra” como el de “movimiento”. (Kuhn, La estructura de las …)
12. La empresa científica como un todo resulta útil de vez en cuando, abriendo nuevos
territorios, desplegando orden y poniendo a prueba creencias aceptadas desde hace
mucho tiempo. Sin embargo, el individuo dedicado a la resolución de un problema de
investigación normal casi nunca hace alguna de esas cosas. Una vez comprometido, su
aliciente es de tipo bastante diferente. Lo que lo incita a continuar entonces es la
convicción de que, a condición de que tenga la habilidad suficiente, logrará resolver un
puzzle que nadie ha logrado resolver hasta entonces o, por lo menos, no tan bien.
(Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas)