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MINAS DE SAL DE ZIPAQUIRÁ Y NEMOCÓN

Juanita Maria Sánchez

Departamento de Ciencias de la Tierra, Universidad EAFIT


Geología
Introducción al Medio Ambiente
Luis Fernando Montes Correa
Agosto 2020
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Introducción

Las minas de sal de Zipaquirá y Nemocón se encuentran localizadas en la latitud media de la


cordillera oriental. Por lo menos cuatro niveles de evaporitas se encuentran interestratificadas
con las rocas cretácicas en el área de la sabana de Bogotá. El intervalo más oriental y a la vez el
más antiguo es probablemente de edad Berriasiano-Valanginiano. El siguiente intervalo es
posiblemente de finales del Barremiano a comienzos del Aptiano y está seguido por un intervalo
deposicional posiblemente de finales del Aptiano. El nivel más occidental y mejor conocido se
formó durante el Turoniano y comienzos del Coniaciano. Este último contiene los depósitos de
sal de mayor espesor conocidos y es probablemente el de mayor extensión geológica
(McLaughlin, 1971).

En la actualidad el método empleado para el aprovechamiento de estos yacimientos es el de


disolución in-situ, que consiste en la perforación de pozos, donde se bombea el agua disolviendo
la sal sólida en el agua y posteriormente se bombea la salmuera a la superficie en donde se seca
para cristalizar la sal (Méndez, 2016).

En este trabajo se expondrán algunas características importantes, tales como: geología


regional, local, estructural y edades de formación, así como modelos evolutivos de las minas de
sal de Zipaquira y Nemocón, para de esta forma llegar a un mejor entendimiento de los procesos
dominantes de la zona de estudio y a su vez, los procesos que dieron origen a la configuración
actual de las salinas.
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Objetivos de la investigación
- Recopilar y analizar información general y especifica acerca de las minas de sal de
Zipaquirá y Nemocón.
- Investigar y exponer características generales como geología regional, local y estructural,
que lleven a un mejor entendimiento y conocimiento de las minas de sal de Zipaquirá y
Nemocón.
- Dar a conocer los distintos procesos que llevaron a la formación de los depósitos
evaporticos de la zona.
- Analizar como los distintos procesos estructurales influyeron en la configuración actual
de las minas de sal de Zipaquirá y Nemocón.

Localización de las minas de sal

Las minas de sal de Zipaquirá y Nemocón están localizadas a 49 km y 65 km respectivamente


al norte de Bogotá en las márgenes de la altiplanicie de la sabana (McLaughlin & Arce, 1971).

Figura. 1 Localización de la mina de sal de Nemocón.


Tomado de (Méndez, 2016)

La mina de sal de Nemocón se encuentra localizada sobre la cordillera oriental, al noreste del
departamento de Cundinamarca a unos 65 Km de Bogotá D.C., cubriendo parte de las veredas
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Perico, Astorga y casco urbano del municipio de Nemocón, con una extensión de 159.5 Ha.
(Amaya & Pérez, 2016).

Figura2. Localización de la mina de sal de


Zipaquirá. Tomado de (Amaya & Pérez, 2016)

La mina de sal de Zipaquirá se encuentra ubicada sobre la cordillera oriental en el


Departamento de Cundinamarca, en el municipio de Zipaquirá, a 49 kilómetros al norte de la
ciudad de Bogotá, con una extensión de 337 Ha y 4.717 m2 (Mendez,2016)

Geología regional

La Formación de la Cordillera Oriental de Colombia se da como producto de la interacción de


complejos procesos sedimentarios y tectónicos. En el modelo evolutivo de la Cordillera se
reconoce la existencia de una fase de inversión tectónica, donde las fallas de tipo normal que
afectaban secuencias sedimentarias Mesozoicas, se convirtieron en fallas inversas por efecto de
eventos compresivos ocurridos en el Mioceno - Plioceno durante el levantamiento de la cordillera
(Méndez, 2016). Además, se cree que las fallas que aparecen como transversales, pueden estar
asociadas a fallas longitudinales y actuar como rampas laterales de los cabalgamientos (Velandia
& Bermudes, 2010).
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La parte central de la cordillera se caracteriza por presentar una zona montañosa conformada
por unidades sedimentarias del Cretácico y Paleógeno – Neógeno cubiertas por depósitos
Cuaternarios de diverso origen dispuestas en amplios sinclinales y estrechos anticlinales con ejes
de dirección predominante NE y una zona una zona plana, la Sabana de Bogotá, bordeada por la
zona montañosa (Méndez, 2016). Las estructuras presentes en la sabana de Bogotá son resultado
de una combinación de mecanismos de tectónica de zócalo, diapirismo, erosión y fenómenos
gravitatorios (Julivert, 1963) y se reconocen dos sistemas de fallas: longitudinales con dirección
NE y transversales con dirección NW.

El sistema de fallas longitudinales se interpreta como fallas de tipo inverso, generalmente de


cabalgamiento, con diferentes ángulos de inclinación y dirección de transporte tectónico SE y
NW, asociadas al frente principal de cabalgamiento de la Cordillera Oriental o a fallas de retro
cabalgamiento, respectivamente (Velandia & Bermudes, 2010), donde la zona de despegue de
estas fallas estaría en las rocas del Cretácico inferior (). Las fallas transversales presentan un
movimiento de rumbo conformando bloques tectónicos transversales, que a su vez pueden ser
subdivididos por fallas longitudinales. Las fallas de la región central de la Cordillera Oriental
presentan actividad tectónica baja a moderada y los rasgos neotectónicos casi imperceptibles
sugieren una actividad sísmica inferior a otras regiones de Colombia (Méndez,2016).

Según la plancha 209 del municipio de Zipaquirá, las unidades litológicas de esta área, están
conformadas por rocas sedimentarias de origen marino y continental de edades que van desde el
Cretácico al Holoceno. La secuencia sedimentaria cretácica de 3.200 m de espesor, se depositó en
una cuenca en un mar somero; a partir del Albiano cesa la fase extensiva, comienza una inversión
tectónica y se inicia una regresión con oscilaciones que terminan a comienzos del Paleógeno y da
lugar a un ambiente continental en el cual se depositaron aproximadamente 2.400 m. Finalmente
en el Neógeno, en un ambiente tectónico compresivo se deformó la pila sedimentaria que
constituye la actual Cordillera Oriental. (Amaya & Pérez, 2016)
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Geología local

Para la geología local, se recopilo información en su mayoría de la memoria de la plancha 209


del municipio de Zipaquirá. En la zona se pueden identificar varias formaciones, grupos y los
depósitos evaporticos que son el objeto de estudio de este trabajo. Las formaciones y grupos que
se pueden encontrar son:

Formación Chipaque

Esta formación es una sucesión monótona de lutitas fisibles, grises predominantes, y areniscas
arcillosas, esquistos piritosos con intercalaciones de areniscas y gran abundancia de fauna
(INGEOMINAS, 2003).

Grupo Guadalupe

El grupo Guadalupe se compone por la formación arenisca dura, formación plaeners y


formación arenisca labor-tierna

Formación arenisca dura: Esta formación reposa sobre una sucesión monótona de lutitas físiles
y grises de la Formación Chipaque y que es suprayacida por una secuencia de arcillolitas,
arcillolitas silíceas y liditas de la Formación Plaeners. En el Anticlinal de Zipaquirá aflora un área
de 416.93 ha en la parte occidental de la subcuenca del Rio Negro y en las veredas San Antonio,
el Centro, Alto del Águila y Portachuelo (INGEOMINAS, 2003).

Formación plaeners:Unidad litológica que reposa concordantemente sobre la Formación


Arenisca Dura y es suprayacida por la Formación Arenisca de Labor; está representada por
arcillolitas, liditas, limolitas y en menor proporción por areniscas de grano muy fino. Aflora en el
anticlinal de Zipaquirá y en los anticlinales de Nemocón, Sopó – Sesquilé y San José
(INGEOMINAS, 2003).

Formación labor-tierna: Corresponde a la parte superior del grupo Guadalupe, es infrayacida


por la formación Plaeners y suprayacida por la Formación Guaduas. En el área de estudio esta
Formación se caracteriza por una morfología escarpada, características de las formaciones
arenosas compactas (INGEOMINAS, 2003).
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Formación Guaduas

Corresponde a la parte superior del grupo Guadalupe, es infrayacida por la formación Plaeners
y suprayacida por la Formación Guaduas. En el área de estudio esta Formación se caracteriza por
una morfología escarpada, características de las formaciones arenosas compactas
(INGEOMINAS, 2003).

Formación Bogotá

Secuencia del Terciario medio que está constituido por tres conjuntos, el inferior es arenoso y
arcilloso en donde incluía en la base el Horizonte de Cacho; el conjunto medio conformado por
arcillolitas abigarradas entre las cuales se intercalan algunos bancos gruesos de areniscas y
areniscas arcillosas y el conjunto superior formado por bancos de areniscas gruesas y blandas que
alternan con arcillas abigarradas. Aflora en los núcleos de los sinclinales de Río Frío (al sur de
Neusa), Checua, Teusacá-Suesca, Sesquilé, Sisga y Sueva (INGEOMINAS, 2003).

Figura 3. Unidades litológicas. Tomado de (Gonzales, Gonzales & Gonzales, 2006)

Depósitos evaporíticos

Tanto para las salinas de Nemocón como para las de Zipaquirá las manifestaciones en
afloramiento se han observado asociadas a “rute”. Para entrar en contexto un poco más, se
definirá a continuación el término “rute”. El rute consiste en una mezcla negra de fragmentos de
arcillolitas, lodolitas con pirita, como producto residual en estructuras diapíricas (McLaughlin &
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Arce, 1971), éstas manifestaciones están localizadas en Tausa, Sesquilé, Lenguazaque, y Cógua
y las fuentes salobres se conocen en Tausa y el Hato al occidente de Ubaté. Dentro del área de
estudio se presentan cierres de estructuras anticlinales muy simétricas en forma de domo, como él
observado en la parte sur del anticlinal de Nemocón, en el anticlinal de San José , que sugieren la
posibilidad de que existan en el subsuelo depósitos de sal que hayan influido en la conformación
estructural; así mismo hay geoformas concéntricas pero deprimidas que también sugieren esta
posibilidad (sur del embalse del Neusa). A nivel de afloramiento se observaron sobre la carretera
Ubaté-Carupa estructuras de diapirismo de lodo dentro de la Formación Churuvita que podrían
estar asociados a diapirismo de sal (McLaughlin & Arce, 1971). A continuación, en la tabla1,
tomada de McLaughlin & Arce, (1971) se mostrará la composición mineralógica y química del
rute de Zipaquirá y Nemocón.

Tabla1. Composición
mineralógica del rute. Tomado de (Mclaughlin & Arce, 1971)

La sal presente en los depósitos es litológicamente similar, especialmente en Zipaquirá y


Nemocón, minas que están a solo 16 km una de la otra. El tamaño del grano de la halita en estos
lugares va desde aproximadamente 2 mm hasta 5 mm; En las dos minas la halita varía en color
desde gris claro hasta gris oscuro dependiendo de la cantidad de impurezas carbonoso-arcillosas
(McLaughlin & Arce, 1971) .

También se observan localmente lentes y parches irregulares de sal blanca afanítica pura. Se
encuentran grandes cristales con clivaje hasta de 15 cm en fracturas dentro de las arcillolitas
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interestratificadas. Pequeños cristales de pirita se encuentran algunas veces en la halita, arcillas y


pequeñas partículas de arcillolita abundan en la sal de los 2 depósitos y comúnmente se
distribuyen a lo largo de los planos de estratificación originales de la halita (McLaughlin & Arce,
1971). Capas de halita más arcillosas alternan con otras menos arcillosas de colores más claros lo
que da a la roca una apariencia bandeada característica, observable en muchos de los frentes de
explotación. Comúnmente, en Zipaquirá se encuentran unas 17 a 20 alternaciones de capas
oscuras y claras por metro, cifra que probablemente es igual para Nemocón. En Zipaquirá, la sal
es de tono gris claro a gris medio y contiene abundantes fragmentos diminutos a muy pequeños
de arcillolita gris oscura. Los contactos entre las facies bandeadas y no bandeadas son imprecisos.
En muchos lugares la facies bandeada parece pasar lateralmente a la facies maciza en unos pocos
metros. Según informes de los operarios de la mina de sal corrientemente explotada contiene
aproximadamente 20% de impurezas arcillosas (McLaughlin & Arce, 1971).

Geología estructural

En la cordillera oriental, según la memoria de la plancha 209 del municipio de Zipaquirá se


puede observar la conformación de tres estilos deformaciones: en el sector occidental las
vergencias de los planos de falla son hacia el occidente, en el sector oriental son hacia el oriente,
mientras que en el sector central hay una combinación de ambas vergencias con pliegues amplios
y simétricos (INGEOMINAS, 2003).

El rumbo regional estructural es N45-500 E, pero hacia la parte suroccidental cambia a norte-
sur y coincide con la presencia de diapirismo de sal, el cual se constituye en formador de
estructuras como pliegues y fallas de corta longitud, y facilita los despegues de fallas, en este
caso, como rampas laterales de corta longitud tal como se presenta en Zipaquirá , además de
cierres estructurales muy simétricos en forma de domo, como se observa en la parte sur del
anticlinal de Nemocón (Gonzales, Gonzales & Gonzales, 2006) . Según las características
estructurales se divide la cordillera en 3 zonas: occidental, central y oriental las cuales se
describirán a continuación:

Zona occidental

Esta zona localizada al occidente de la falla de Sutatausa, marca el inicio del flanco occidental
de la Cordillera Oriental, está limitada al oriente por la falla de Sutatausa y hacia el sur por el
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valle de Zipaquirá; está caracterizada por fallas de cabalgamiento con vergencia al occidente
conformando un sistema imbricado y los pliegues son alternantes entre sinclinales y anticlinales,
los cuales son angostos, asimétricos y terminan hacia el sur contra las fallas de cabalgamiento
que caracterizan esta zona (INGEOMINAS, 2003).

El fallamiento en el sector norte, es de fallas de cabalgamiento con vergencia al occidente y


los pliegues con dirección noreste tienen cierres estructurales hacia el norte (Veredas el Hato y
Chipatín). Al sur del embalse del Neusa hay una deformación intensa representada en fallamiento
de poca longitud en distintas direcciones con un predominio en N450 W, afectando las rocas de
las Formaciones Conejo, Arenisca Dura, Plaeners y Labor-Tierna, debida al diapirismo de sal;
caso similar ocurre en los alrededores de Zipaquirá (INGEOMINAS, 2003).

Zona central

La zona central se encuentra ubicada entre la Falla de Sutatausa y la Falla de Suralá,


geográficamente corresponde al núcleo de la cordillera, ocupa aproximadamente el 50% de la
plancha y se caracteriza por pliegues sinclinales amplios simétricos y anticlinales angostos, con
flancos invertidos y controlados por las fallas longitudinales inversas, con dirección N400 E, de
vergencias tanto al oriente como al occidente y que presentan sinuosidad. Hacia el sur las
estructuras sinclinales quedan fosilizadas dentro de depósitos cuaternarios y solo se observan los
anticlinales. En los alrededores de Nemocón, el anticlinal del mismo nombre sufre un
estrangulamiento provocado por fallas de poca longitud y sin rumbo predominante, lo anterior
causado por el diapirismo de sal, situación similar se presenta en Zipaquirá
(INGEOMINAS,2003).

Zona oriental

Ubicada al oriente de la falla de Suralá, corresponde al flanco oriental de la Cordillera


Oriental, ocupa el 15% del área y está situada al oriente de la plancha. Se caracteriza por fallas
inversas de ángulo alto con un importante componente transcurrente a las cuales se asocian
fuentes termales. Se observan pliegues anticlinales y sinclinales discontinuos y oblicuos a estas
fallas (INGEOMINAS,2003).
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Después de describir las zonas en la cordillera es importante mencionar y describir el anticlinal


de Nemocón ya que ahí es donde principalmente se encuentran las salinas y se presentan procesos
relevantes asociados a sus orígenes :

Anticlinal de Nemocón: Está afectado por procesos diapíricos y fallas regionales que lo dividen
en 3 segmentos. El segmento sur presenta un cierre estructural simétrico y hacia la localidad de
Nemocón queda interrumpido por diapiros de sal; su núcleo está ocupado por las formaciones
Arenisca Dura y Conejo y en sus flancos las formaciones Arenisca dura, Plaeners y Labor-Tierna.
En el segmento intermedio, el eje se desplaza hacia el oriente, su núcleo está en la Formación
Conejo y el flanco oriental dentro de la Formación Arenisca dura está invertido y limitado por la
Falla Nemocón, mientras el flanco occidental es amplio con las Formaciones Arenisca Dura,
Plaeners, Labor-Tierna, Guaduas y Cacho (INGEOMINAS, 2003). El segmento norte termina
sobre la falla de Nemocón con un cierre estructural, el flanco oriental está cabalgando sobre rocas
paleógenas y el occidental presenta plegamientos suaves sobre la Formación Labor-Tierna. Al
norte de la Laguna de Suesca el anticlinal de Nemocón podría corresponder con el anticlinal de
Guachaneca, pero la falla de Nemocón interrumpe la continuidad y se prefiere describirlos
separadamente (Méndez,2016).

Figura 4. Mapa estructural de la plancha 209 de Zipaquirá. Tomado de (INGEOMINAS, 2003)

A continuación, se describirán características estructurales importantes de las minas de Zipaquirá


y Nemocón:
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Geología estructural de la mina de sal de Nemocón

La mina de sal de Nemocón como se mencionó anteriormente, se encuentra ubicada en la


parte central de la Cordillera Oriental, en la sabana de Bogotá, donde afloran rocas sedimentarias
de edad Cretácica y Cuaternaria, las cuales están afectadas por fallas y pliegues con inclinación al
este producto de la tectónica compresiva que produjo la orogenia de la cordillera oriental y otras
fallas longitudinales y transversales producto del diapirismo de sal localizado en el anticlinal de
Nemocón (Méndez, 2016).

Cerca al diapiro la estructura geológica es muy compleja debido a la presencia de otras


estructuras anticlinales y fallas de tipo inverso, las cuales en general rodean a este. Según Mc
Laughlin & Arce (1971), el depósito de sal de Nemocón se localiza en la intersección de dos
anticlinales afectados por fallamiento inverso y la mayor concentración de sal se ubica sobre el
extremo nororiental del Anticlinal de Nemocón sur. Adicionalmente en el área hay manifestación
de arcillas y fosfatos.

La estructura de esta área consta de dos anticlinales originalmente separados y "en echelón"
que posteriormente se unieron debido a esfuerzos compresionales (figura 5). El depósito de sal
está en el cabeceo nororiental del anticlinal Nemocón Sur; la sal pudo haber estado presente
donde el anticlinal Nemocón Norte cabecea hacia el suroeste; en este sitio existe una gran
depresión recubierta por arcillas del Chipaque (McLaughlin & Arce, 1971).

Todavía existe un remanente del sinclinal que separa los cabeceos de los dos anticlinales
(McLaughlin & Arce, 1971), la configuración estructural se puede observar en la figura 5.
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Figura 5. Sección transversal del deposito de sal de Nemocón. Tomado de (McLaughlin, 1971).

Geología estructural de la mina de sal de Zipaquirá

El depósito de sal de Zipaquirá está ubicado en un anticlinal que tiene una extensión
cartografiada de 129 km. En Zipaquirá las facies productoras de sal de la formación Chipaque
aparentemente se encuentran en una cuña levantada entre fallas en la cresta del anticlinal
(McLaughlin & Arce, 1971). Esta área de la cresta y el flanco occidental se han movido sobre el
flanco oriental del anticlinal a lo largo de una falla inversa pronunciada, de buzamiento elevado,
cuya traza yace directamente al este del depósito. El corte transversal (figura 6), también sugiere
que las arcillas del Chipaque han fluido plásticamente hacia la parte axial del anticlinal. El límite
septentrional del depósito de Zipaquirá, está formado por una falla de rumbo, de desplazamiento
izquierdo (left-lateral), la cual es probablemente una derivada de la falla inversa principal situada
al este del depósito (McLaughlin & Arce, 1971).
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Figura 6. Sección transversal del deposito de sal de Zipaquirá. Tomado de (McLaughlin, 1971).

Para concluir se puede decir que la similitud estructural local de la sal de Nemocón con un
diapiro, puede ser explicada ya sea por migración lateral o tectonismo regional; Probablemente
ambos tuvieron lugar (McLaughlin, 1971). Las áreas de estratos de sal estructuralmente
deformados en la mina de Zipaquirá, probablemente se originaron en respuesta a tectonismo
regional. Como consecuencia, los depósitos de sal de la Sabana de Bogotá y probablemente los
del Cretáceo más antiguos son estratiformes más bien que diapiríticos.

Edades y modelos evolutivos de formación

La secuencia de Zipaquirá- Nemocón parece haberse depositado durante el Turoniano y


comienzos del Coniaciano. Todas las evidencias, hasta el momento, sugieren que los depósitos de
sal de la sabana de Bogotá están en la formación Chipaque; pero es difícil precisar su posición
estratigráfica dentro del Chipaque por carencia de buenos afloramientos, complicaciones
estructurales y variaciones de espesor de la formación (McLaughlin, 1971). Por años ha existido
una controversia entre los estudiosos acerca del origen estratigráfico o diapírico del depósito de
sal de Zipaquirá (Ujueta, 1965).
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McLaughlin (1971) expone que la edad Jurásica se explica como una incursión marina, en el
Liásico de carácter temporal en una cuenca continental con clima desértico; se afirma que la
formación de la sal se llevó a cabo después de movimientos orogénicos del Triásico que causaron
deformaciones tectónicas y una posterior incursión marina Liásica que dejó a su retiro depósitos
de evaporitas.

Esta teoría contempla la posibilidad de formación del yacimiento salino con la Formación
Girón, que se caracteriza por una facie continental marina y por un clima árido, siendo estos
factores favorables para la acumulación de depósitos evaporíticos (Amaya & Pérez, 2016). A esta
hipótesis de origen Jurásico de la sal se le anteponen la ausencia de depósitos Liásicos y Triásicos
en el Departamento de Cundinamarca y la no presencia de testigos paleontológicos que denote la
existencia de estos períodos. Ujueta (1965), propone una formación Cretácica de la sal,
considerándola contemporánea con los sedimentos de la formación y enuncia que los bancos de
sal están localizados en las pizarras negras del piso del Villeta en la Cordillera Oriental tales
como las de Zipaquirá y Nemocón (Amaya & Pérez, 2016).

La falta de remanentes liásicos dentro de la masa inyectada es un argumento fuerte en contra


del origen jurásico de la sal y se supone que la sal inyectada está cerca de su posición
estratigráfica original. Según un estudio de los geólogos de la Comisión de la Industria Minera
(INGEOMINAS, 1971), se determinó que los yacimientos de sal de Zipaquirá- Nemocón están
relacionados con doblamientos de anticlinales casi volcados denominados anticlinales isoclinicos.

El ambiente deposicional, explica que todas las ocurrencias de evaporitas parecen estar
localizadas con aguas marinas ya sea como cuencas localmente aisladas de mar abierto,
extensiones lagunares o apéndices del mar. La principal suposición que se hace es que los
depósitos de sal deben ser de origen marino (McLaughlin, 1971).
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Bibliografía

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