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Pontificia Universidad Catolica del Peru

From the SelectedWorks of Jhoel Chipana Catalán

September, 2020

CUADERNOS DE JURISPRUDENCIA
PERUANA. VOL. 3. ALIMENTOS
Jhoel Chipana Catalán, Pontificia Universidad Catolica del Peru

Available at: https://works.bepress.com/jhoel-chipanacatalan/95/


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NOTA PRELIMINAR

CHIPANA & MORENO ABOGADOS es una firma legal especializada en


el patrocinio de litigios judiciales y arbitrales. Bridamos asesoría de
calidad, oportuna y con sólidos estándares éticos y profesionales.

Sin embargo, también estamos comprometidos con la educación


legal en el Perú y nuestro proyecto denominado “Cuadernos de
Jurisprudencia peruana” es una de las herramientas en las que
venimos trabajando para brindar información jurídica de calidad,
con libre acceso y que se centre en temas especializados.

Tenemos un sueño: que todos estudiantes, abogados e interesados en


el Derecho, de todas las partes de nuestro Perú, puedan acceder a
información jurídica de calidad.

Nuestro compromiso con la sociedad y la educación se irá


materializando en proyectos como éste y en los próximos meses
iremos publicando nuevos volúmenes de nuestros
“Cuadernos de Jurisprudencia peruana”.

Agradeceremos mucho que puedas compartir con todos


tus contactos este volumen.

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ÍNDICE

1. CAS. 3418-2015, LIMA


2. EXP. 00017-2019-0-2102-JP-FC-01
3. EXP. 00408-2015-PA/TC, AYACUCHO
4. EXP. 0047-2011-0-1815-JP-FC-05
5. EXP. 02644-2017-PA/TC
6. CAS. 37-2017, LIMA
7. CAS. 2154-2018, AREQUIPA
8. CAS. 731-2012, LAMBAYEQUE
9. CAS. 3978-2006, LIMA
10. CAS. 158-2002, PUNO
11. CAS. 2458-2016, SULLANA
12. CAS. 13825-2015, DEL SANTA
13. CAS. 4253-2016, LA LIBERTAD
14. CAS. 2887-2016, LA LIBERTAD
15. CAS. 3432-2014, LIMA
16. CAS. 3874-2007, TACNA
17. CAS. 3016-2002, LORETO
18. CAS. 320-2019, CUSCO
19. CAUSA 001373-2016-0-0411-JR-FC-01
20. CAS. 1643-2011, PUNO
21. CAS. 3428-2011, LIMA
22. CAS. 252-2012, LIMA
23. CAS. 1785-2010, AREQUIPA
24. CAS. 2041-2011, JUNÍN
25. CAS. 2388-2011, CAJAMARCA
26. CAS. 1920-2012, LA LIBERTAD
27. CAS. 5060-2011, HUAURA
28. CAS. 5664-2011, TACNA

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29. CAS. 3424-2011, AREQUIPA
30. CAS. 487-2013, LA LIBERTAD
31. CAS. 1529-2011, AREQUIPA
32. CAS. 1653-2011, JUNÍN
33. CAS. 1821-2011, LIMA
34. CAS. 5145-2011, TACNA
35. CAS. 5625-2011, LIMA
36. CAS. 535-2013, CALLAO
37. CAS. 742-2013, CALLAO
38. CAS. 3426-2013, LIMA
39. CAS. 2610-2012, PUNO
40. CAS. 1789-2013, LIMA
41. CAS. 4156-2012, AYACUCHO
42. CAS. 1050-2012, TACNA
43. CAS. 3465-2012, LIMA NORTE
44. CAS. 4239-2012, LIMA
45. CAS. 640-2013, JUNÍN
46. CAS. 3599-2010, LIMA
47. CAS. 3679-2011, LIMA NORTE

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 3418-2015, LIMA

Lima, doce de enero de dos mil dieciocho.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; Vista la causa número tres mil cuatrocientos
dieciocho – dos mil quince, en Audiencia Pública de la fecha, efectuado el debate
y la votación correspondiente, emite la presente sentencia:

I. HECHOS:

1. El demandante José Luis Echevarría Carlín solicita la extinción del


patrimonio familiar fundamentándola en:

a) Contrajo matrimonio con la demandada con fecha veinte de noviembre de mil


novecientos ochenta y seis, de cuya relación matrimonial procrearon a dos hijas,
Mariana e Ivana Echevarría Medina, quienes son mayores de edad.

b) En vigencia de la sociedad de gananciales adquirieron el mencionado inmueble


mediante Escritura Pública de fecha veinticinco de octubre de mil novecientos
noventa, y sustituyeron el régimen patrimonial por uno de separación de bienes,
con fecha siete de febrero de mil novecientos noventa y cinco, que corre inscrito
en el Registro Personal.

c) Según Escritura Pública de fecha siete de junio de dos mil, con la vigencia de
separación de bienes, constituyeron el patrimonio familiar a favor de los cónyuges
y de sus hijas; sin embargo, las beneficiarias ya no habitan en el inmueble.

2. La demandada Nancy Margot Medina Boldt, contesta la demanda alegando que:

a) El predio no se ha dejado de trabajar, pues el mismo se encuentra arrendado con


la intervención del propio demandante conforme al contrato de arrendamiento de
fecha veintisiete de marzo de dos mil tres.

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b) El demandante abandonó el hogar conyugal el diecinueve de setiembre de dos
mil nueve, y no se ha ocupado de los gastos de sus hijas.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia de fecha diecisiete de enero de dos mil catorce, declaró


fundada la demanda, fundamentando su decisión en los siguientes considerandos:

a) declaró extinguido el patrimonio familiar al considerar que del contenido de la


escritura pública de constitución de patrimonio familiar, se hizo para otorgar al
inmueble la condición de morada de la familia, mas no para el comercio o industria
que sirva de sustento a la familia; sin embargo, el inmueble fue objeto de
arrendamiento a favor de terceros, sin que para ello se haya requerido previamente
la autorización del Juez, pero resulta incompatible darlo en arrendamiento a favor
de terceros, pues esto solo podía ser así, si hubiera constituido sobre el mismo
patrimonio familiar para destinarlo al comercio; a mayor abundamiento, las hijas
de los constituyentes cumplieron la mayoría de edad con fechas dos de julio de dos
mil seis y quince de diciembre de dos mil ocho, quedando únicamente como
beneficiarios el demandante y la demandada quienes han dejado de habitar el hogar
familiar desde tiempo atrás, por haberlo dado en arrendamiento.

III. SEGUNDA INSTANCIA

La demandada interpone recurso de apelación contra la sentencia antes referida,


que al ser absuelto por la Sala Superior mediante resolución de fecha veintidós de
abril de dos mil quince, obrante a fojas doscientos ochenta y dos, confirmó la
recurrida la sentencia apelada, al considerar que:

a) La propia versión de las partes, se tiene que ambos sin autorización judicial han
dejado de habitar el inmueble constituido en patrimonio familiar, razón por la cual
opera la causal de extinción del patrimonio familiar, pues la necesidad de habitar
en la “casa habitación” por los miembros beneficiarios del patrimonio ha
desaparecido.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

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1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha
tres de noviembre de dos mil dieciséis, obrante a fojas treinta y ocho del cuaderno
de casación, por las causales de:

a) Infracción normativa procesal de los artículos 139 inciso 3 de la


Constitución Política del Perú, 53 inciso d) del Texto Único Ordenado de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, 133 y 137 del Código de los Niños y
Adolescentes; y por infracción normativa material del artículo 499 del Código
Civil. En la primera, la recurrente alega que se ha cuestionado la competencia de
los juzgados civiles para esta causa, pero las normas de competencia son expresas;
por lo tanto, se debió declarar fundada la excepción, disponiendo remitir el proceso
al Juez de Familia, pues el hecho de que las hijas del matrimonio sean mayores de
edad no hace que el caso sea de competencia de un juzgado civil. Respecto a la
infracción normativa material aduce que se ha producido una afectación a sus
derechos, pues no se ha dejado de trabajar el predio, al encontrarse este arrendado,
incluso con intervención del propio demandante.

2. Conforme a lo establecido por el artículo I del Título Preliminar del Código


Procesal Civil, el derecho de toda persona a la tutela jurisdiccional efectiva para el
ejercicio o defensa de sus derechos o intereses es irrestricto, debiendo no obstante
sujetarse al desarrollo de un debido proceso.

Asimismo, este Supremo Tribunal en reiteradas ocasiones ha establecido que el


artículo 139 inciso 3 de la Constitución Política del Estado, como garantía y
derecho de la función jurisdiccional, fija la observancia del debido proceso y la
tutela jurisdiccional, la cual asegura que en los procesos judiciales se respeten los
procedimientos y normas de orden público previamente establecidos, por lo que
en tal sentido el debido proceso se constituye como un derecho de amplio alcance,
el cual comprende a su vez el derecho al Juez natural, a la defensa, a la pluralidad
de instancia, a la actividad probatoria y a la motivación de las resoluciones
judiciales, entre otros, permitiéndose no solo la revisión de la aplicación del
derecho objetivo, desde una dimensión estrictamente formal, referida al
cumplimiento de actos procesales o la afectación de normas del procedimiento,
sino también analizarlo desde su dimensión sustancial, lo que se ha identificado
como la verificación del debido proceso procesal y material, razón por la cual es
posible evaluar en Sede de Casación la motivación adecuada de las resoluciones

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judiciales, pues solo de este modo se previene la ilegalidad o la arbitrariedad de las
mismas.

Además, el deber de motivación de las resoluciones judiciales, consagrado como


principio en el artículo 139 inciso 5 de nuestra Carta Magna, impone a los Jueces,
cualquiera que sea la instancia a la que pertenezcan, el deber de expresar el proceso
mental que los ha llevado a decidir una controversia, asegurando que el ejercicio
de impartir justicia se haga con sujeción a la Constitución Política del Estado y a
la Ley, por lo que en ese contexto habrá motivación adecuada de las resoluciones
judiciales siempre que ellas contengan la expresión ordenada de los fundamentos
jurídicos y fácticos que sustentan la decisión, y que además respondan
estrictamente a la ley y a lo que fluye de los actuados, con existencia adicional de
una correspondencia lógica entre lo solicitado y lo resuelto, de modo tal que la
resolución por sí misma exprese una justificación suficiente de lo que se decide u
ordena, comprendiéndose a partir de lo expuesto que si se infringe alguno de estos
aspectos sustanciales de la motivación, se incurrirá en causal de nulidad
insubsanable contemplada en los artículos 122, segundo párrafo y 171 del Código
Procesal Civil.

3. En el caso de autos, la recurrente señala que ha cuestionado la competencia de


los juzgados civiles para esta causa, toda vez que las normas de competencia son
expresas, por lo tanto, se debió declarar fundada la excepción. Al respecto,
conforme a lo prescrito por el artículo 387 inciso 1 del Código Procesal Civil, el
recurso de casación se interpone: “Contra las sentencias y autos expedidos por las
Salas Superiores que, como órganos de segundo grado, ponen fin al proceso”.

En dicho contexto fáctico y normativo, se aprecia con meridiana claridad que la


recurrente pretende que se revise el extremo de la sentencia de vista que confirmó
la Resolución número 2, de fojas quince, de fecha veinte de marzo de dos mil trece,
que declaró infundada la excepción de incompetencia, aspecto que no resulta
posible cuestionar en sede casatoria, al no poner fin a la instancia, dicho de otro
modo se trata de un extremo de la sentencia de vista resuelto conjuntamente con la
sentencia, conforme lo prescribe el artículo 369 del Código Procesal Civil “(…),
de oficio o a pedido de parte, el Juez puede ordenar que se reserve el trámite de
una apelación sin efecto suspensivo, a fin de que sea resuelta por el superior
conjuntamente con la sentencia u otra resolución que el Juez señale. (…)” al haber
sido concedida la apelación con la calidad de diferida mediante la Resolución

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número 3, de fojas veintiséis, de fecha dieciocho de abril de dos mil trece; por lo
tanto, dicha denuncia no puede ser materia de análisis, al estar orientada a una
decisión del órgano de segundo grado que no pone fin al proceso.

4. Al haberse desestimado la denuncia procesal, corresponde absolver la denuncia


material del artículo 499 del Código Civil, la cual estipula cinco causales de
extinción del patrimonio familiar: “El patrimonio familiar se extingue: 1.- Cuando
todos sus beneficiarios dejan de serlo conforme al artículo 498 del Código Civil;
2.- Cuando, sin autorización del juez, los beneficiarios dejan de habitar en la
vivienda o de trabajar el predio durante un año continuo. 3.- Cuando, habiendo
necesidad o mediada causa grave, el juez, a pedido de los beneficiarios, lo declara
extinguido; y 4.- Cuando el inmueble sobre el cual recae fuere expropiado. (…)”.

5. Al respecto, el patrimonio familiar previsto en el artículo 489 del Código Civil:


“Puede ser objeto del patrimonio familiar: 1. La casa habitación de la familia; 2.
Un predio destinado a la agricultura, la artesanía, la industria o el comercio. El
patrimonio familiar no puede exceder de lo necesario para la morada o el sustento
de los beneficiarios”; en tal sentido, consiste en la afectación de un predio
destinado a casa habitación de la familia o un predio destinado a la agricultura, la
artesanía, la industria o el comercio, con la finalidad de proteger los intereses
familiares para el uso o disfrute de los mismos. En el presente caso, se ha
determinado en sede de instancia que: 1) Mediante Escritura Pública de fecha siete
de junio de dos mil, José Luis Echevarría Carlín y su cónyuge Nancy Margot
Medina Boldt constituyeron patrimonio familiar sobre la casa habitación
constituida por el inmueble ubicado en la calle Domingo de la Presa número 116-
120, Urbanización Valle Hermoso de Monterrico, Distrito de Santiago de Surco,
Provincia y Departamento de Lima, inscrito en el Asiento D0001 del Registro de
Propiedad Inmueble de la Partida Electrónica número 44605899, a favor de ellos
mismos y de sus entonces menores hijas Mariana e Ivana Echevarría Medina; 2)
Las hijas de los constituyentes Mariana e Ivana Echevarría Medina cumplieron la
mayoría de edad el dos de julio de dos mil seis y el quince de diciembre de dos mil
ocho, dejando de ser beneficiarias del patrimonio familiar; y 3) El inmueble
constituido como patrimonio familiar no se encuentra habitado por ninguno de sus
constituyentes, razón por la cual opera la causal de extinción del patrimonio
familiar. Evidentemente, del dicho de la recurrente cuando afirma que el predio se
encuentra arrendado, incluso con intervención del propio demandante, se establece
que no se ha pedido autorización judicial para dejar de habitar el bien constituido

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como patrimonio familiar, y de esta manera poder arrendarlo, configurándose en
base a dicha situación fáctica una de las causales de extinción del patrimonio
familiar: ”Cuando, sin autorización del juez, los beneficiarios dejan de habitar en
la vivienda (…), en tal sentido la denuncia material carece de soporte fáctico que
la respalde.

6. En la misma línea de análisis, cabe precisar que cuando la norma refiere que se
extingue el patrimonio familiar cuando los beneficiarios dejan de trabajar el predio
durante un año continuo, se entiende que se refiere al predio destinado a la
agricultura, la artesanía, la industria o al comercio, conforme lo prescribe el
artículo 489 inciso 2 del Código Civil: “Puede ser objeto del patrimonio familiar:
(…) 2. Un predio destinado a la agricultura, la artesanía, la industria o el
comercio”, lo que no fue objeto de patrimonio familiar en el caso que nos ocupa,
ya que el inmueble se constituyó sobre la casa habitación de la familia.

7. En suma, si bien la recurrente describe las presuntas infracciones normativas


materiales y procesales, no ha demostrado la incidencia directa de las mismas en
la resolución impugnada, pues la Sala Superior ha confirmado la sentencia de
primera instancia que declaró fundada la demanda de su propósito, al considerar
que se ha deshabitado la vivienda sin autorización del Juez para arrendar el
inmueble, lo cual constituye causal de extinción del patrimonio familiar, prevista
en el artículo 499 inciso 2 del Código Civil.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 397 del


Código Procesal Civil, en concordancia con el artículo 22 último párrafo del Texto
Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, declararon:

INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Nancy Margot Medina Boldt


a fojas doscientos noventa y uno; por consiguiente, NO CASARON la sentencia
de vista de fojas doscientos ochenta y dos, de fecha veintidós de abril de dos mil
quince, emitida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Lima; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario
Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos José Luis Echevarría
Carlín contra Nancy Margot Medina Boldt y otros, sobre Declaración Judicial; y
los devolvieron. Ponente Señor Ordóñez Alcántara, Juez Supremo.

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SS. ROMERO DÍAZ, CABELLO MATAMALA, ORDÓÑEZ ALCÁNTARA,
DE LA BARRA BARRERA, CÉSPEDES CABALA.

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EXP. 00017-2019-0-2102-JP-FC-01
MATERIA: AUMENTO DE ALIMENTOS

Asillo, diecisiete de mayo del dos mil diecinueve.

DE OFICIO VISTOS: Los antecedentes del proceso, en relación específica a la


discrepancia del segundo apellido materno del demandado: Damián
Collanqui Mamani, con el que tiene registrado ahora el padre de los alimentistas:
Damián Collanqui Carita, y considerando:

1.1 El artículo 43 de la Constitución Política del Estado Peruano, señala que: “La
República del Perú, es democrática, social, independiente y soberana”.

1.2 El artículo 4 de la misma norma, señala que: “La comunidad y el Estado


protegen especialmente al niño, adolescente, la madre y anciano en situación de
abandono (…)”.

1.3 El artículo IX del Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes,
en adelante ‘CNA’, señala que: “En toda medida concerniente al niño y
adolescente que adopte el Estado, a través de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y
Judicial (…), se considerará el Principio del Interés Superior del Niño y del
Adolescente, y el respeto a sus derechos”.

1.4 El artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil, en adelante
‘CPC’, señala que: “El Juez deberá atender a que la finalidad concreta del proceso
es resolver un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas con
relevancia jurídica, haciendo efectivos los derechos sustanciales, y que su finalidad
abstracta es lograr la paz social en justicia”.

1.5 El artículo IV del Título Preliminar del CPC, señala que: “El proceso se
promueve sólo a iniciativa de parte, la que invocará interés y legitimidad para
obrar”.

1.6 El artículo VI del Título Preliminar del CPC, señala que: “El Juez debe evitar
que la desigualdad entre las personas por razones de sexo, raza, religión, idioma o
condición social, política o económica, afecte el desarrollo o resultado del
proceso”.

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1.7 El artículo VII del Título Preliminar del CPC, señala que: “El Juez debe aplicar
el derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las
partes, o lo haya sido erróneamente. Sin embargo, no puede ir más allá del
petitorio, ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido alegados
por las partes”.

SEGUNDO: ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO

2.1 En el concepto de la Constitución Política del Estado, vigente desde el año


1993, e incluso desde la de 1979, nuestro país superó la fórmula política del Estado
de Derecho, a la del Estado Social y Democrático de Derecho, que no es otra cosa
que una redefinición de la primera en favor del desarrollo del hombre como un ser
social, con especial atención en las personas menos favorecidas, o en mayor estado
de vulnerabilidad, buscando así el bienestar común.

2.2 Para comprender mejor el tema, es necesario recordar algunas ideas esenciales
sobre la teoría del Estado:

2.2.1 La institución del Estado Moderno se inicia con los procesos económico y
sociales que surgen al finalizar la edad media (en el siglo XV), cuando los
Príncipes, pasando por alto todos sus privilegios, comienzan a obligar en las
asambleas a todos los estamentos, a dar su aprobación para el establecimiento de
los impuestos, esto, hasta mediados del siglo XVI, cuando logran emancipar por
completo la base económica del poder estatal (que era de los principados).

2.2.2 En estas circunstancias comienza la desintegración económica del


feudalismo, los maestros comienzan a enriquecerse del trabajo de los aprendices,
los artesanos y comerciantes, a emigrar de los feudos hacia las ciudades que
llamaron burgos, así como a aparecer las primeras empresas manufactureras y
nuevos conocimientos científicos-tecnológicos (como la brújula, pólvora, etc.).
Nace entonces, la idea política del Estado de Derecho, como oposición a la
del Estado Absolutista (del Príncipe), que se orientó hacia el libre desarrollo de la
burguesía y el límite del poder del Estado. Su fin era el hombre, libre e igual ante
la ley, pero considerado individualmente.

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2.2.3 El Estado de Derecho se sustentó en la ideología del liberalismo, concibiendo
una dualidad de sistemas entre Estado y Sociedad, en la cual ambas eran
autónomas y el Estado debía inhibirse frente a los problemas económicos y
sociales de la población. Sin embargo, el descomedido avance económico que
impulsaba el Estado de Derecho, sólo en la burguesía, trajo como consecuencia
que a fines del siglo XIX (e inicios del XX), una gran parte de la población mundial
cayera en crisis por las difíciles condiciones sociales que éste traía consigo,
poniendo en evidencia, recién, la necesidad de que al Estado, no sólo debía
importarle asuntos de connotación jurídica y política, sino también económica,
sociológica, ética, y hasta histórica.

2.2.4 Se toma conciencia de que el hombre debía ser considerado por el Estado,
como un ser social y no individual. En este contexto, se producen movimientos
revolucionarios y dos guerras mundiales, y surge así la figura del Estado Social de
Derecho, como una evolución del Estado de Derecho (que era de la Burguesía),
pero para orientarse hacia el libre desarrollo del hombre, desechando la idea de
que el derecho debía ser un límite al poder del Estado, por el contrario, favorecía
una mayor presencia e intervención de éste en la vida económico y social de la
población.

2.2.5 Esta nueva fórmula política, no era una oposición a la anterior, sino una
evolución para mejorarla, pues a pesar de seguir sustentándose en la ideología
liberal y en los mismos valores como la libertad, propiedad privada, igualdad ante
la ley y la seguridad personal, le agrega un mayor respeto y participación de las
minorías y la población más vulnerable, así como la búsqueda del bienestar
general. En lo social, se reconocer la posibilidad de que el Estado otorgue
prestaciones básicas a la nación para lograr una vida digna, mientras que en lo
jurídico, se busca asegurar que los contenidos axiológicos se hagan tangibles en la
vida social.

2.3 Entonces, como se observa de la breve historia anotada, aparece un Estado


proveedor de servicios sociales como de bienestar social. El Estado sigue siendo
de Derecho, garantista del individuo frente al poder, y en el intercambio con los
demás ciudadanos, pero también es Social, esto es, un Estado comprometido con
la promoción del bienestar de la sociedad, y de manera muy especial, con la de
aquellos sectores más desfavorecidos de la misma. El Estado social es una
consecuencia del proceso de democratización del Estado, por ende, el Estado

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democrático tiene que convertirse inevitablemente en Estado social, en la medida
en que tiene que atender y responder a todas las demandas de todos los sectores de
la sociedad, y no sólo de una parte de ella.

TERCERO: EL TERCER PLENO CASATORIO CIVIL.

3.1 En atención a la fórmula política adoptada por nuestro país, como Estado
Social de Derecho, es que la Corte Suprema de Justicia de la República, en el
Tercer Pleno Casatorio Civil de fecha 18.03.2011 [Casación N.° 4664-2010–
Puno], ha establecido como precedente judicial vinculante que: “(…) En los
procesos de familia (como los alimentos), el Juez tiene facultades tuitivas (de
protección), en consecuencia, debe flexibilizar algunos principios procesales como
los de iniciativa de parte, congruencia, formalidad, preclusión y acumulación, en
atención a la naturaleza de los conflictos que debe solucionar, derivados de las
relaciones familiares y personales, ofreciendo protección a la parte perjudicada,
conforme a lo dispuesto en los artículos 4 y 43 de la Constitución Política del
Estado, que reconocen, respectivamente, la protección especial del niño, madre,
anciano, la familia y el matrimonio, así como la fórmula política del Estado
democrático y social de Derecho (…)”.

3.2 En este pronunciamiento, se reconoce que un Estado Social y Democrático de


Derecho, exige un serio y mayor compromiso con la justicia social por parte de
todos los jueces, así como un mayor énfasis e importancia a los elementos de la
justicia, la igualdad material, la compensación social, la protección de los más
débiles, entre otros. En ese sentido, es que en ese caso en particular, se dijo por
ejemplo, que en los procesos sobre divorcio por la causal de separación de hecho
(que era la materia sobre la cual versaba el pleno), el Juez tenía el deber de velar
por la estabilidad económica del cónyuge más perjudicado por la separación, así
como la de sus hijos, conforme a lo dispuesto en el artículo 345-A del Código
Civil, por lo que, a pedido de parte, o aún de oficio, debería señalar una
indemnización por los daños, siempre que cualquiera de las partes lo haya
manifestado en cualquier etapa del proceso (…).

CUARTO: EL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA Y SUS EXCEPCIONES.

4.1 Recordemos que los principios procesales, que son parte de los principios
generales del derecho, son los fundamentos que sustentan todo el sistema procesal.

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En nuestro sistema, tanto el proceso civil común, que está regulado por CPC, como
el proceso especial de familia, que está regulado por el CNA, tienen una
orientación publicista, conforme al artículo III del Título Preliminar del CPC (que
es de aplicación supletoria también para el segundo), pues no solamente le interesa
a las partes la solución del conflicto de intereses subjetivos, sino también, a la
sociedad, el regular desarrollo del proceso así como su resultado objetivo (interés
público). En razón de esta orientación, es congruente concebir que el proceso tiene
dos fines: i) resolver un conflicto de intereses, o eliminar una incertidumbre
jurídica, con efectividad de los derechos materiales, y ii) lograr la paz social en
justicia.

4.2 El principio de congruencia procesal, reconocido en el artículo VII del Título


Preliminar del CPC, en resumen importa un límite para el Juez, para no ir más allá
del petitorio, ni fundar sus decisiones en otros hechos que no hayan sido los
expresamente alegados por las partes, así como también, una obligación, para
pronunciarse respecto a todos los puntos controvertidos establecidos en el proceso,
todas las alegaciones de las partes en sus actos postulatorios, o en sus medios
impugnatorios.

4.3 De acuerdo con este principio, debe existir una perfecta correspondencia entre
lo pedido por las partes y lo resuelto por el Juez, de manera que no se emita una
sentencia extra petita: al concederse algo distinto a lo pedido, es decir, cuando se
resuelve sobre una pretensión que no ha sido discutida en el proceso; infra petita:
cuando se omite resolver alguna pretensión; o ultra petita: cuando se concede más
de lo pedido; pues de lo contrario, cualquiera de estas situaciones conllevará la
invalidez del fallo.

4.4 Entonces, si bien por regla general, el Juez debe resolver sólo lo que las partes
le piden (y no más), conforme a lo solicitado y manifestado por ellas, también es
cierto que, en vía de excepción, y en virtud del marco normativo de un Estado
Social y Democrático de Derecho, que está inspirado además en los principios del
interés superior del niño y de socialización del proceso, así como en el precedente
vinculante establecido en el Tercer Pleno Casatorio Civil, el Juez sí puede
flexibilizar dicha formalidad para favorecer la vigencia de derechos e intereses de
la parte más débil en el proceso, por lo general, personas en estado de
vulnerabilidad, o de aquellos derechos que sean de interés público, para de ese

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modo cumplir con los dos fines del proceso. Para esto, se debe atender la figura
del ‘petitorio implícito’.

4.5 No olvidemos que en nuestro contexto de Estado democrático y social de


Derecho, existen normas que permiten flexibilizar el principio de congruencia,
para atender los denominados: ‘petitorios implícitos’, como ejemplo: i) El artículo
31 de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, que admite la posibilidad de que el juez
en la sentencia disponga el pago de sumas mayores a las demandadas (ultra petita),
si apareciere error en el cálculo de los derechos que se demandan, o error en la
invocación de las normas aplicables; o ii) El artículo 41 de la Ley que Regula el
Proceso Contencioso Administrativo, cuando admite la posibilidad de que el Juez
decida sobre el restablecimiento o reconocimiento de una situación jurídica
individualizada, y la adopción de cuantas medidas sean necesarias, para el
restablecimiento o reconocimiento de la situación jurídica lesionada, aun cuando
no haya sido objeto de pretensión expresa en la demanda (extra petita).

4.6 Bajo la misma línea cognitiva, también tenemos pronunciamientos


jurisprudenciales de la Corte Suprema de Justicia de la República, además del
Tercer Pleno Casatorio Civil antes mencionado, que interpretan diversas normas
civiles y laborales a favor de la flexibilización del principio de congruencia y
atención a los petitorios implícitos, como por ejemplo: i) El IX Pleno Casatorio
Civil de fecha 09.08.2016, que establece que, en los procesos de otorgamiento de
escritura pública, el Juez puede declarar de oficio la nulidad manifiesta del negocio
jurídico que se pretende formalizar, aún cuando no haya sido demandado, ante lo
manifiesto de la causal, siempre que previamente haya promovido el contradictorio
entre las partes; y ii) El Pleno Jurisdiccional Laboral NLPT de fecha 13 y
14.09.2013, que establece que, en virtud al principio tuitivo a los que se contraen
los procesos laborales, ante un petitorio implícito, debe ser objeto de
pronunciamiento de oficio por el juez, cuando se haya garantizado el derecho de
defensa de la demandada, correspondiendo pronunciarse en la sentencia por la
pretensión implícita.

QUINTO: PETITORIO IMPLÍCITO.

5.1 Recordemos que el Tercer Pleno Casatorio Civil, reconoce al derecho procesal
de familia como aquél destinado a solucionar con prontitud los conflictos que
surjan dentro de la esfera de las relaciones familiares y personales, ofreciendo

17
protección a la parte perjudicada, ya sea que se trate de hijos, padres, cónyuges,
hermanos, etc., de allí que se diferencie del proceso civil común, en razón de la
naturaleza de los conflictos que tratan, y que imponen al Juez una conducta
conciliadora y sensible, que supere los formalismos y las meras cuestiones
técnicas, reservando la confrontación como última ratio.

5.2 En el décimo sexto considerando, señala claramente que: “(…) Si en el proceso


de divorcio por la causal de separación de hecho, la parte interesada, en cualquier
estado del proceso, expresa hechos claros y concretos referidos al perjuicio que
resulta de dicha separación o del divorcio en sí, el Juez debe considerar esta
manifestación de la voluntad como un pedido o petitorio implícito y, por
consiguiente, debe ser objeto de pronunciamiento en la sentencia, garantizando
desde luego a las partes el derecho de defensa y el derecho a la instancia plural.
Por lo demás, el petitorio implícito está considerado por la doctrina como una
hipótesis de flexibilización del principio de congruencia”.

5.3 Con todos estos antecedentes, cabe preguntarse entonces, si puede considerarse
como una infracción al principio de congruencia, el hecho de que un Juez de Paz
Letrado, dentro del trámite de un proceso de familia, como lo es, el cobro de
alimentos, decida sobre un pedido o petitorio implícito, que no ha sido
expresamente consignado como tal en el petitorio, sino en un escrito posterior, ante
un hecho nuevo que recién ha sido revelado por el demandado en su escrito de
contestación, máxime si la atención de dicho pedido va a beneficiar a dos menores
de edad.

SEXTO: ANÁLISIS DEL CASO CONCRETO

6.1 Para responder la interrogante planteada, debemos considerar en primer lugar,


el tipo de problema que se aborda en un proceso de cobro de alimentos (o aumento
como el presente), que si bien en apariencia es un conflicto íntimo entre los padres
(demandante y demandado), su resultado le atañe estrictamente al derecho de
supervivencia y desarrollo del hijo, pero aún, si éste es menor de edad. Queda claro
que esta circunstancia de la minoría de edad, le impide al alimentista reclamar por
sí mismo lo que es beneficioso para él, por eso, la ley regula que debe hacerlo a
través de su madre como ‘representante legal’, a quien por mandato de la ley, se le
prescinde la exigencia de la defensa cautiva.

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6.2 En ese sentido, no resulta lógico ni prudente, que frente a un proceso tuitivo en
favor de un alimentista menor de edad, en el cual incluso puede haber una
diferencia sustantiva entre las partes (alimentista – obligado), debido a que el
demandado siempre gozará de la asesoría de un abogado, mientras que el
alimentista no, o que su representante pueda adoptar decisiones que no siempre
sean lo más favorables para él, como aceptar una conciliación exigua, o no aceptar
una favorable, no se permita flexibilizar el principio de congruencia, a efecto de
revisar y dar solución a todos y cada uno de los conflictos que sean puestos de
conocimiento del Juez, respecto de los menores que deben ser favorecidos con el
proceso.

6.3 No podemos pasar por desapercibido, que por lo regular, toda actuación de un
menor de edad en un proceso a través de sus padres, se ven afectados por algunos
sentimientos ajenos que nada tienen que ver con ellos, como por ejemplo, el rencor
entre ellos por infidelidades, abandonos, maltratos, etc., que finalmente terminan
por perjudicar al menor, pues los padres personifican el litigio y olvidan que en
estricto lo que se debe discutir, son los derechos de sus hijos, y no los suyos. De
ahí que el relato de los hechos y hasta el propio petitorio, puedan estar dirigidos
hacia ataques entre ellos, y no hacia soluciones para sus hijos. Este hecho justifica
que el Juez, precisamente, pueda valorar cualquier mención referida a ellos, sea en
la misma demanda o cualquier otro escrito posterior, presentado por su parte o la
contraria, como un pedido implícito, cuando advierta la necesidad de tutela
jurisdiccional de su parte, aún cuando no haya sido expresamente así planteado en
el petitorio de la demanda.

6.4 Así las cosas, cabe postular el principio de socialización del proceso, a fin de
promover la igualdad material dentro del proceso, en contraposición de la igualdad
sólo formal. En los procesos de familia, como los alimentos, queda claro que una
de las partes (la demandante), es notoriamente más débil que la otra (el
demandado), por lo que, la aplicación del principio de socialización del proceso
resulta de vital trascendencia para evitar que esa desigualdad pueda afectar el
proceso, sea en su curso, o en la decisión final.

6.5 Ahora bien, los procesos de familia tienen como característica que el Juez
posee ciertas facultades extraordinarias para concretar los fines del proceso, y así
dar una solución efectiva y total al caso. Una de esas facultades, es integrar el
petitorio de la demanda con los pedidos implícitos, sobre las cuales es necesario

19
emitir un pronunciamiento de fondo, cuando afectan los derechos e intereses de
los hijos, en especial cuando son menores de edad. Recordemos que también
tenemos ejemplos sobre este tema; como el relativo a la separación de cuerpos o
divorcio, conforme a los términos que señalan los artículos 340 y 342 del CC, y el
artículo 483 del CPC, como también la invalidez del matrimonio según el artículo
282 del CC, y en los procesos por patria potestad, tenencia y régimen de visitas,
del artículo 137 del CNA.

6.6 En el presente caso, doña Luz Marina Ñaupa Mamani, madre y representante
legal de las menores Yesenia (14) y Yasmin Gaby Collanqui Ñaupa (09), interpuso
demanda de aumento de alimentos, en contra de don Damián Collanqui Mamani,
identificado con DNI N.° 02152706, conforme a la identidad que declaró tener el
padre de las alimentistas en el reconocimiento de paternidad, al momento de
suscribirse las actas de nacimiento ante la Municipalidad Provincial de Arequipa,
que obran a fojas 02 y 03. Esta misma identidad del demandado, se consignó en el
Acta de Conciliación N.° 1784-2016 de fecha 28.12.2016, celebrada por los padres
de ellas, en relación a la pensión acordada y que es objeto de aumento en el
presente proceso.

6.7 Sin embargo, al correr el traslado de la demanda al demandado, éste se


identificó como Damián Collanqui Carita, identificado con el mismo número de
DNI 02152706, adjuntando para tal efecto copia simple de su documento nacional
de identidad (fojas 27-A), certificado de su inscripción al RENIEC (fojas 36) y
copia certificada de su partida de nacimiento (fojas 49). Señala que su apellido
materno fue modificado de Mamani a Carita, por ser ese el apellido que
verdaderamente le corresponde según la identidad de su madre, pero que dicho
cambio no afecta la identidad de sus hijas las alimentistas, porque siguen llevando
su primer apellido ‘Collanqui’.

6.8 Por su lado, mediante escrito con registro 163-2019 de fecha 09.05.2019, la
demandante manifestó que recién se ha enterado que el demandado había
cambiado su apellido materno, por lo que solicita que se considere en la demanda,
como nombre del demandado, el de Damián Collanqui Carita, máxime si éste ha
reconocido que es el padre de las alimentistas y que no se trata de otra persona,
además que el cambio de nombre no altera el estado civil.

20
6.9 Ante esta circunstancia, el Juzgado recabó la ficha RENIEC de la persona
de Damián Collanqui Carita (que obra fojas 67), en el que se da cuenta que,
efectivamente, es la identidad de la persona a quien le corresponde el número de
DNI 02152706, que a su turno es el mismo número de la persona quien reconoció
a las menores alimentistas en sus actas de nacimiento que fueron expedidas por
ante la Municipalidad Provincial de Arequipa, que obran de fojas 02 a 03. Así
también, la fecha de su nacimiento, el 26.09.1973, como el lugar, en el distrito de
Calapuja, provincia de Lampa, departamento de Puno, coinciden con la
información que se verifica del acta de nacimiento que obra a fojas 49, que
correspondería al demandado padre de las alimentistas. En este documento, se
observa además que fue reconocido por su madre, doña Justina Carita Pérez, por
lo que, el segundo apellido que le corresponde llevar al demandado según lo
establece el artículo 20 del C.C., es realmente ‘Carita’ y no ‘Mamani’.

6.10 En este contexto, queda claro que la verdadera identidad del padre de las
alimentistas Yesenia y Yasmin Gaby Collanqui Ñaupa, es la del
demandado Damián Collanqui Carita, identificado con DNI N.° 02152706, porque
así lo revelan los documentos antes mencionados, y porque además no ha sido
negado ni cuestionado por ninguna de las partes.

6.11 Así las cosas, con el objeto de evitar (en apariencia) una incongruencia entre
el nombre de la persona demandada, y a la que finalmente se le podría condenar
con un incremento en la pensión de alimentos, así como para dar una solución
efectiva y total al conflicto que tienen las partes, en especial las menores
alimentistas, quienes tarde o temprano tendrían que seguir otro proceso judicial de
rectificación de partida, en el que incluso no gozarían del beneficio de gratuidad
del proceso (por que tendrían que pagar aranceles y estar patrocinadas por letrado),
es que éste Despacho considera prudente valorar las alegaciones hechas por ambas
partes, en relación a la discrepancia del nombre de su padre que tienen registradas
en sus actas de nacimiento, y la de éste último, poniendo en evidencia la necesidad
de rectificar las partidas de nacimiento de las menores Yesenia y Yasmin Gaby
Collanqui Ñaupa, como un pedido implícito de su parte, de modo que pueda ser
objeto de pronunciamiento en la Sentencia, ello en virtud del interés superior del
niño y el carácter tuitivo que tiene todo Juez de Paz Letrado en materia de Familia,
para utilizar el proceso como una herramienta que no sólo resuelve un conflicto de
intereses, en particular, sino también, que logra paz social, en general, procurando

21
el bienestar social y una mejor atención a la población más vulnerable, como en
este caso, quienes serían las dos menores alimentistas de 09 y 14 años.

6.12 Por lo demás, no es aceptable que dentro del Estado Democrático y Social de
Derecho, un Juez resuelva un conflicto de intereses en relación a dos menores de
edad, conociendo de otro, que las partes le ponen de manifiesto, y que deje de
resolver el primero, exigiéndoles que vía de acción, resuelvan el otro primero (por
congruencia), cuando se puede prever que este último puede ser más costoso
incluso que el propio beneficio que se lograría con el presente, y cuando además,
hay la posibilidad de resolverlos en conjunto ambos conflictos en el mismo
pronunciamiento final, por guardar relación y no ser incompatibles entre sí.

6.13 Sobre la vía procedimental, si bien el proceso de rectificación de partida de


nacimiento se tramita mediante la vía del proceso no contencioso, el acumularlo al
presente que es aumento de alimentos y de naturaleza contenciosa, resulta más
beneficioso incluso para el demandado, pues en este último tendrá la oportunidad
de ejercer plenamente su derecho de contradicción, a diferencia del primero no
contencioso, donde ni siquiera sería parte del proceso. Del mismo modo, también
es más beneficioso para la demandante, ya que acumularlo al presente, le trae como
corolario el beneficio de la gratuidad, por tratarse de intereses de menores de edad.
Asimismo, ambos son competencia del mismo Juzgado quien puede conocerlos.

6.14 Finalmente, para adoptar la presente medida innovativa, que importa la


prevalencia del derecho sustantivo por encima del procesal, para cumplir sus fines,
dentro del marco de un Estado Social y Democrático de Derecho, en el cual el
Poder Judicial viene trabajando activamente, específicamente la Corte Superior de
Justicia de Puno, como por ejemplo en temas de justicia intercultural, itinerante, y
a favor de las personas en condiciones de vulnerabilidad y con discapacidad, no se
debe tampoco vaciar de contenido los principios de contradicción y control de las
actuaciones jurisdiccionales, motivo por el que, se debe conceder a las partes un
plazo razonable para que ejerzan su derecho de contradicción y/o impugnación,
según vean por conveniente, y una vez firme, dar cuenta al Órgano de Control y
Presidencia de la Corte Superior de Justicia de Puno, para su conocimiento y los
fines que vean por conveniente.

Por estos fundamentos; SE RESUELVE:

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1. FLEXIBILIZAR el principio de congruencia procesal en cuanto al petitorio de
la demanda, que versa sobre aumento de alimentos, y en consecuencia.

2. COMUNICAR a las partes que el presente Despacho considera como un


petitorio implícito, que se deduce de los hechos expuestos por ellas,
la RECTIFICACIÓN DE LAS PARTIDAS DE NACIMIENTO de las
alimentistas YESENIA COLLANQUI ÑAUPA Y YASMIN GABY
COLLANQUI ÑAUPA, que obran a fojas 02 y 03, en el extremo referido al
segundo apellido de su padre, debiendo sustituirse el apellido ‘Mamani’ por
‘Carita’, sin que ello afecte en absoluto el vínculo de parentesco entre padre e hijas.

3. CONCEDER a las partes el plazo de CINCO DÍAS, a efecto de que puedan


ejercer su derecho de contradicción, prueba y/o impugnación, según lo vean por
conveniente a sus derechos e intereses.

4. SEÑALAR fecha de AUDIENCIA ÚNICA, según el estado del proceso, para


el VEINTIOCHO DE MAYO DEL 2019, a horas 10:00 de la mañana, a llevarse a
cabo en el Despacho del Juzgado de Paz Letrado de Asillo, ubicado en el segundo
piso del palacio municipal de Asillo, de manera obligatoria con la parte que asista.
En caso de inconcurrencia de ambas, se dará por concluido el proceso sin
declaración sobre el fondo, conforme a lo establecido en el último párrafo del
artículo 203 del CPC.

5. PONER EN CONOCIMIENTO de la presente resolución, una vez firme, a


Presidencia y Jefatura de ODECMA de la Corte Superior de Justicia de Puno.

23
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

EXP. 00408-2015-PA/TC, AYACUCHO

En Lima, a los 23 días del mes de mayo de 2018, el Pleno del Tribunal
Constitucional, integrado por los señores magistrados Blume Fortini, Miranda
Canales, Ramos Núñez, Sardón de Taboada, Ledesma Narváez, Espinosa-Saldaña
Barrera y Ferrero Costa, pronuncia la siguiente sentencia. Asimismo, se agregan
los fundamentos de voto de los magistrados Miranda Canales y Espinosa-Saldaña
Barrera.

I. ANTECEDENTES:

a) El 15 de agosto de 2013, el recurrente interpone demanda de amparo contra el


Juzgado Mixto de Fajardo – Huancapi, y el procurador público a cargo de los
asuntos judiciales del Poder Judicial, solicitando la nulidad de la sentencia de vista
de 1 de agosto de 2013, que declaró fundada en parte la demanda sobre prestación
de alimentos, ordenándole que acuda a su cónyuge Nancy Miriam Pino Figueroa
con una pensión mensual del 15% del haber bruto mensual que percibe, incluyendo
todos los beneficios.

b) Sostiene que, a pesar de que cumple con otorgarle a su hijo una pensión mensual
de S/ 500.00, la jueza emplazada ordenó le abone a su cónyuge una pensión
alimenticia del 15% de su haber, lo cual vulnera sus derechos a la tutela
jurisdiccional efectiva, al debido proceso y a la adecuada motivación de las
resoluciones judiciales, toda vez que en la propia sentencia no se acreditó su estado
de necesidad ni su imposibilidad física y, por el contrario, se verificó que si
trabajaba.

c) El procurador público adjunto a cargo de los asuntos judiciales del Poder


Judicial contesta la demanda argumentando que el amparo no puede servir para
replantear una controversia resuelta por los órganos jurisdiccionales ordinarios, y
no procede contra resoluciones que deriven de procedimientos regulares.

24
d) Por su parte, doña Nancy Miriam Pino Figueroa contesta la demanda
argumentando que la sentencia cuestionada fue emitida en estricta aplicación de
los dispositivos legales vigentes y conforme a la competencia del órgano judicial.

e) El Juzgado Mixto de Víctor Fajardo, con resolución de 4 de noviembre de 2013,


declaró fundada la demanda, al considerar que la sentencia cuestionada adolece de
motivación insuficiente al no encontrarse debidamente sustentada.

e) A su turno, la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ayacucho, con


resolución de 30 de setiembre de 2014, declaró infundada la demanda al considerar
que la sentencia cuestionada se encuentra motivada, al explicar los hechos y el
derecho que sirvieron de sustento para otorgar los alimentos a doña Nancy Miriam
Pino Figueroa.

II. FUNDAMENTOS:

1. El objeto de la demanda de amparo interpuesta por el recurrente es declarar la


nulidad de la sentencia de vista de 1 de agosto de 2013, expedida por el Juzgado
Mixto de Fajardo – Huancapi, que le ordenó acuda a su cónyuge Nancy Miriam
Pino Figueroa con una pensión mensual del 15% del haber bruto mensual que
percibe, incluyendo todos los beneficios, toda vez que vulnera sus derechos a la
tutela jurisdiccional efectiva, al debido proceso y a la adecuada motivación de las
resoluciones judiciales.

2. El derecho a la debida motivación de las resoluciones importa que los jueces, al


resolver las causas, expresen las razones o justificaciones objetivas que los llevan
a tomar una determinada decisión. Esas razones, por lo demás, pueden y deben
provenir no solo del ordenamiento jurídico vigente y aplicable al caso, sino de los
propios hechos debidamente acreditados en el trámite del proceso. La tutela del
derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, no obstante su
reconocimiento expreso en la Constitución (artículo 139.5), no debe servir de
argumento para someter a un nuevo examen las cuestiones de fondo ya decididas
por los jueces.

3. En el presente caso, la sentencia cuestionada de 1 de agosto de 2013 (fojas 32),


que ordenó al recurrente acudir a su cónyuge con una pensión del 15% del haber
bruto mensual que percibe, incluyendo todos los beneficios, se sustentó en que si

25
bien la cónyuge no acreditó su estado de necesidad y, por el contrario, que cuenta
con ingresos económicos en su condición de docente, éstos resultan ínfimos (S/
1014.00), más aún cuando la atención, protección, cuidado y otras necesidades que
requiere su hijo las viene afrontando la madre del menor. Agregándose, en la parte
final de la sentencia, que el recurrente viene acudiendo con una pensión mensual
del 30% del haber bruto que percibe, a favor de su menor hijo.

4. Para este Tribunal Constitucional la sentencia cuestionada incurre en


incoherencia narrativa toda vez que, pese a reconocer que la cónyuge del recurrente
percibe ingresos como docente, concluye luego en que, siendo éstos ínfimos, se
encontraría en estado de necesidad. No resulta lógico sostener que alguien que
cuenta con ingresos económicos se encuentra a la vez y en simultáneo en estado
de necesidad (Cfr. Sentencia 00728-2008-PHC/TC, fundamento 7, b).

5. Por este motivo, corresponde estimar la presente demanda por haberse


acreditado la vulneración del derecho a la adecuada motivación de las resoluciones
judiciales del recurrente.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere


la Constitución Política del Perú,

V. DECISIÓN:

Declarar FUNDADA la demanda de amparo, NULA la sentencia de vista de 1 de


agosto de 2013, expedida por el Juzgado Mixto de Fajardo — Huancapi (Corte
Superior de Justicia de Ayacucho); en consecuencia ORDENA se expida una
nueva resolución que contenga una adecuada motivación, con arreglo a lo
expresado en la presente sentencia.

SS. BLUME FORTINI, MIRANDA CANALES, RAMOS NÚÑEZ, SARDÓN


DE TABOADA, LEDESMA NARVÁEZ, ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
FERRERO COSTA

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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA
QUINTO JUZGADO DE PAZ LETRADO DE SURCO Y SAN BORJA

EXP. 0047-2011-0-1815-JP-FC-05
MATERIA: ALIMENTOS

Surco, dieciséis de diciembre del dos mil once.-

VISTOS: Resulta de autos que por escrito de fecha sesenta y nueve y siguientes,
doña R.J.H.C., a nombre propio y en representación de sus menores hijos J.A.L.H.
y D.A.L.H. interpone demanda de Alimentos contra: R.M.L.S., a fin de que este
cumpla con acudirla con una pensión alimenticia mensual y adelantada equivalente
al cincuenta por ciento de su haber mensual, comisiones, porcentaje de ganancias
de acciones y demás ingresos que percibe como propietario y gerente general de
la empresa RIJHOPOOL SAC., a favor de sus menores hijos y a favor de la
demandante en su calidad de cónyuge del obligado.

De la demanda:

a) Fundamenta su demanda, en el hecho de que con fecha quince de abril del dos
mil cinco, contrajo matrimonio civil con el demandado, ante el Consejo Municipal
de Lima, producto del cual han procreado a sus menores hijos J.A. y D.A.L.H. de
ocho y cuatro años, conforme partidas de nacimiento. Indica que su hogar en el
principio de desenvolvió en armonía, pero con el correr del tiempo el carácter del
demandado fue cambiando tornándose violento y agresivo, siendo víctima de
maltratos verbales y físicos, poniendo en peligro la estabilidad emocional de sus
menores hijos. El mes de julio de 2009, el demandado hizo abandono del hogar
conyugal, luego de ocho años de convivencia, dejando a la recurrente al cuidado
de sus menores hijos, llevándose consigo sus pertenencias y dejándola al cuidado
de sus menores hijos conforme la solicitud de inscripción de constancia por
abandono de hogar que adjunta.

b) Que, sin embargo el demandado, pese a haberse retirado del hogar, ha estado
acudiendo a su domicilio para ver a sus hijos, por ser su derecho como padre de
los menores, pero es del caso que el emplazado no cumple cabalmente con su
obligación alimentaría, toda vez que deja cantidades simbólicas para la
manutención de sus menores hijos, las cuales no cubren sus necesidades vitales;

27
indica que los niños están en etapa escolar, no cuentan con los medios necesarios
para su educación como uniforme, útiles escolares, movilidad, cuotas del colegio
y otros. Además de los gastos propios de alimentación, vestido, salud, recreación
los cuales no son sustentados a cabalidad por el padre. Refiere que el demandado
es empresario, siendo propietario de la empresa RIJHOPOOL SAC con cargo de
Gerente General (conforme la copia literal expedida por Registros Públicos),
obteniendo ganancias mensuales superiores a diez mil nuevos soles (conforme
documentación que adjunta). Indica que el emplazado se moviliza en un automóvil
adquirido dentro de la sociedad conyugal, tiene departamento amoblado, y retiró
artefactos del hogar conyugal conforme la constancia policial que adjunta. Ampara
su demanda en lo dispuesto en los artículos; 472, 474 y 481 del Código Civil;
artículo 560 del Código Procesal Civil.

Actos Procesales:

Admitida a trámite la demanda, mediante resolución número uno de fecha


diecisiete de enero del año dos mil once, se dispone correr traslado de la demanda
al emplazado, quien contestó mediante escrito de fecha dieciséis de junio del dos
mil once a fojas ciento trece a fojas ciento dieciséis; argumentando que es verdad
que contrajo matrimonio civil ante el Consejo Municipal de Lima con la accionante
el día quince de abril del dos mil cinco, y procrearon a sus menores
hijos J.A. y D.A.L.H. de 8 y 4 años de edad respectivamente. Indica que en cuanto
al segundo y tercer fundamento de hecho es falso que siempre ha sido un buen
esposo y padre y debido a la incompatibilidad de caracteres decidió retirarse del
hogar conyugal.

Que desde la fecha que se retiró viene cumpliendo con las necesidades más
apremiantes para con sus menores hijos; viene depositando en una cuenta corriente
del Banco Interbank la suma de S/. 400.00 nuevos soles mensual por concepto de
alimentos, lo acredita con los vouchers que acompaña a su escrito de contestación,
asimismo cumple con la pensión escolar lo acredita con los vouchers de depósitos
realizados en el Banco de Scotiabank SA así como la compra de útiles. Es
verdad que tiene una Empresa debidamente constituida e inscrita en los Registros
Públicos denominada RIJHOPOOL SAC en donde tiene la calidad de Gerente
General, no se encuentra inscrito en planilla como trabajador de su Empresa, y
recibe en forma mensual la suma de mil quinientos nuevos soles, es cierto que
cuenta con un vehículo, pero lo utiliza para su trabajo. Se compromete a seguir

28
pasando la suma de cuatrocientos nuevos soles mensuales así como la pensión del
colegio de los niños hasta la culminación de sus estudios superiores, compra de
útiles escolares, vestidos, salud y otros. Indica que tiene como carga familiar un
hijo llamado J.P.L.A., conforme acredita con partida de nacimiento. Tiene gastos
personales como alimentos, vestido y pago de alquiler del lugar donde vive.
Refiere que la demandante tiene un salón de belleza de su propiedad y percibe
como ingreso mensual dos mil nuevos soles.

Que, mediante resolución número cinco de fecha veintisiete de julio del dos mil
once se tiene por contestada la demanda en los términos que anteceden y se cita a
las partes para audiencia para el día once de octubre de dos mil once; la misma que
se llevó a cabo con la concurrencia de ambas partes, saneándose el proceso, se
admitieron y actuaron los medios probatorios ofrecidos por las partes y no
existiendo prueba pendiente de actuar, la causa se encuentra expedita para
sentenciar.-

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, el artículo Primero del Título Preliminar del Código Procesal
Civil, determina que toda persona tiene derecho a Tutela Jurisdiccional Efectiva,
para el ejercicio o defensa de sus derechos e intereses con sujeción a un debido
proceso, reglas que han sido observadas estrictamente por este juzgado.

Segundo.- Asimismo, todos los medios probatorios serán valorados por el


juzgador en forma conjunta, utilizando su apreciación razonada, sin embargo, en
la resolución solo serán expresadas las valoraciones esenciales y determinantes
que sustentan su decisión, esto como dispone el artículo ciento noventa y siete del
Código Procesal Civil.

Tercero.- Que, en función a lo dispuesto por el artículo 472 del Código Civil, se
entiende por alimentos lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido
y asistencia médica. Que complementando dicho dispositivo legal, el Código de
los Niños y de los Adolescentes, Ley N.º 27337, en su artículo 92, preceptúa que se
considera alimentos lo necesario para el sustento, habitación, vestido, educación,
instrucción y capacitación para el trabajo, asistencia médica y recreación del niño
y del adolescente.

29
Cuarto.- Que, la pensión alimenticia debe fijarse teniendo presente lo prescrito
por el artículo 481 del acotado Código Sustantivo, esto es, en proporción a las
necesidades de quién los pide y a las posibilidades económicas de quién debe
darlos, atendiendo a las circunstancias personales de ambos, especialmente, a las
obligaciones a que se halle sujeto el deudor.

Quinto.- Que, de conformidad a lo dispuesto por los artículos ciento ochenta y


ocho, ciento noventa y siete del Código Procesal Civil, las partes deben acreditar
los hechos que exponen o contradicen, salvo aquellos que no han sido negados,
observados o contradichos y en atención además a las presunciones legales, siendo
que los medios probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por
las partes y producir certeza en el juez respecto de los puntos controvertidos, los
que serán apreciados razonablemente y en forma conjunta por el juzgador y le
servirán de fundamento al momento de emitir la resolución final.

Sexto.- Que siendo esto así, con la partida de matrimonio, obrante en fojas tres, se
acredita de manera fehaciente la relación conyugal entre la demandante y el
demandado; asimismo con la partida de nacimiento obrante en fojas cuatro a cinco
de autos, se acredita el entroncamiento familiar entre los menores J.A. y
D.A.L.H. y el demandado.

Sétimo.- Que, en cuanto a las necesidades de la actora R.J.H.C.: debe precisarse


lo siguiente:

7.1.- Que, resulta pertinente tener en cuenta que la obligación alimentaria entre
cónyuges tiene su fuente en el deber de asistencia, derivado del matrimonio civil,
por ello, es una obligación recíproca entre los esposos;

7.2.- Que, el estado de necesidad del cónyuge no puede ser entendido


como indigencia, porque ello no se deduce de la ratio legis del derecho alimentario
entre cónyuges, según el cual el propósito del derecho alimentario es proveer al
cónyuge de lo necesario para su sustento, habitación, vestido y asistencia médica;
Que, para evaluar el estado de necesidad de la cónyuge demandante debe tenerse
en cuenta sus necesidades y la manera como se afronta económicamente el cubrir
tales necesidades;

30
7.3.- Que, en los presentes autos, la actora no ha señalado si tiene ingresos mensual
o si labora en alguna empresa, sin embargo; ha quedado probado que la actora es
una persona joven de veintisiete años de edad; asimismo no ha probado en modo
alguno que se encuentre incapacitada mental o psicológicamente para trabajar, por
lo que este juzgador considera que esta codemandante si cuenta con las
condiciones necesarias para satisfacer sus necesidades mínimas; por lo que la
pensión alimenticia en estas circunstancias no le corresponderían.

Octavo.- Necesidades de los menores J.A. y D.A.L.H.:


Resulta pertinente precisar que:

8.1.- Con las documentales, obrantes en autos; se ha acreditado que los menores
se encuentran en edad escolar, requiriendo por lo tanto de gastos económicos, a fin
de poder atender estas necesidades;

8.2.- Que, asimismo teniendo en cuenta la edad de los menores, ha quedado


acreditado su estado de necesidad, por cuanto resulta imposible que por su edad,
puedan satisfacer por sí solos sus necesidades básicas, requiriendo por lo tanto el
apoyo económico y moral del demandado;

8.3.- Asimismo atendiendo a la edad de los menores alimentistas resulta evidente


que requieren por parte de sus padres la satisfacción de sus necesidades básicas,
tales como alimentación, vestido, vivienda, educación, recreación y demás
necesidades propias de su edad, pues, conforme fluye de la partida de nacimiento,
obrante en fojas cuatro y cinco, los mismos que requieren por su edad un mayor
apoyo económico y moral;

Noveno.- Que, en lo referente a las posibilidades económicas de la parte


demandada; es importante señalar lo siguiente:

9.1.- que es una persona joven de treinta y cuatro años de edad, sano, padre de
familia;

9.2.- Que, con la declaración jurada obrante a fojas ciento diez el demandado
declara bajo juramento que se dedica a la compraventa de aceites residuales a
nombre de la empresa RIJHOPOOL SAC y percibe un haber mensual de mil
quinientos nuevos soles; que sin embargo dicha declaración no se condice con los

31
documentos presentados por la actora en su escrito de la demanda obrantes a fojas
ocho a sesenta y uno; que acredita el movimiento bancario de la referida empresa,
así como, sendas cartas de presentación donde el emplazado indica la experiencia
de la empresa que dirige y sobre los clientes con los que trabaja tales como Bembos
SAC, Pardos Chicken SAC, Mangos SAC, Hoteles Meliá Lima, El Olivar, El
Country Club, Marriot y otros; documentos que no han sido tachados ni
cuestionados por el demandado, creando plena validez de los mismos;

9.3.- que se acredita que el emplazado tiene un hijo llamado J.P.L.A. de doce años
de edad; que también debe asistir;

9.4.- Que, tanto de la declaración jurada de ingresos presentada por el demandado,


obrante en fojas ciento diez se puede advertir con meridiana claridad que el
demandado cuenta con trabajo, que le permite obtener ingresos económicos
suficientes como para atender las necesidades de sus menores hijos, por lo que sí
le corresponde pasar una pensión alimenticia; pese a que también tiene una carga
familiar similar a los menores que ahora nos ocupa;

9.5.- Que, sin perjuicio de lo expresado en el considerando anterior, es importante,


tener presente lo dispuesto en el artículo cuatrocientos ochenta y uno del Código
Civil, dispositivo que establece que no es necesario investigar rigurosamente el
monto de ingresos del que debe prestar los alimentos para fijar una pensión
alimenticia;

9.6: en cuanto al pedido del porcentaje de ganancias de acciones de la empresa


RIJHOPOOL SAC no procede toda vez que la misma no ha sido liquidada;

Décimo: Que, asimismo, estando a la naturaleza del proceso y teniendo en cuenta


que el proceso de alimentos no ha sido amparado en su integridad y que la defensa
no es cautiva, corresponde exonerar al emplazado de los costos y costas del
proceso de conformidad con lo dispuesto en el artículo 413 del Código Procesal
Civil;

Por tales fundamentos y en atención a las normas legales


invocadas, Administrando Justicia a Nombre de la Nación, declaro:

32
Declarando FUNDADA en parte, la demanda de prestación de alimentos de
sesenta y nueve y siguientes, en consecuencia, ORDENO que el demandado
R.M.L.S. acuda con una pensión alimenticia en forma mensual y adelantada, a
favor de sus menores hijos J.A. y D.A.L.H., ascendente al cuarenticinco por ciento
de su haber Mensual, incluyendo comisiones, y demás ingresos que percibe como
propietario y gerente general de la empresa RIJHOPOOL S.A.C;
correspondiéndole el veintidós punto cinco a cada menor; pensión alimenticia que
regirá a partir del día siguiente de notificada la demanda.

Asimismo, Declaro: INFUNDADA LA DEMANDA en el extremo en que la


actora solicita al demandado acudir con una pensión alimenticia a favor de su
cónyuge R.J.H.C.; e IMPROCEDENTE la demanda en el extremo que solicita
un porcentaje de ganancias de acciones de la empresa RIJHPOOL SAC; sin costos
procesales ni costas procesales, por la naturaleza del proceso. hágase
saber; Notificándose.

33
SENTENCIA INTERLOCUTORIA
DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

EXP. 02644-2017-PA/TC

Lima, 22 de agosto de 2018

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Rody Marisol Peñafiel


Luján y doña Elizabeth Gregoria Peñafiel Luján y doña Giovanna Jackeline
Peñafiel Luján contra la resolución de fojas 126, de fecha 26 de abril de 2017,
expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que,
confirmando la apelada, declaró improcedente ¡a demanda de autos.

FUNDAMENTOS

1. En la sentencia emitida en el Expediente 00987-2014-PA/TC, publicada en el


diario oficial El Peruano el 29 de agosto de 2014, este Tribunal estableció, en el
fundamento 49, con carácter de precedente, que se expedirá sentencia
interlocutoria denegatoria, dictada sin más trámite, cuando concurra alguno de los
siguientes supuestos, que igualmente están contenidos en el artículo 11 del
Reglamento Normativo del Tribunal Constitucional, los cuales se presentan
cuando:

a) Carezca de fundamentación la supuesta vulneración que se invoque.

b) La cuestión de Derecho contenida en el recurso no sea de especial trascendencia


constitucional.

c) La cuestión de Derecho invocada contradiga un precedente del Tribunal


Constitucional.

d) Se haya decidido de manera desestimatoria en casos sustancialmente iguales.

2. En el presente caso, se evidencia que el recurso de agravio no está referido a una


cuestión de Derecho de especial trascendencia constitucional. Al respecto, un

34
recurso carece de esta cualidad cuando no está relacionado con el contenido
constitucionalmente protegido de un derecho fundamental; cuando versa sobre un
asunto materialmente excluido del proceso de tutela de que se trata; o, finalmente,
cuando lo pretendido no alude a un asunto que requiere una tutela de especial
urgencia.

3. Expresado de otro modo, teniendo en cuenta lo precisado en el fundamento 50


de la sentencia emitida en el Expediente 00987-2014-PA/TC, una cuestión no
reviste especial trascendencia constitucional con los siguientes casos: (1) si una
futura resolución del Tribunal Constitucional soluciona algún conflicto de
relevancia constitucional, pues no existe lesión que comprometa el derecho
fundamental involucrado o se trata de un asunto que no corresponde resolver en la
vía constitucional; o (2) si no existe necesidad de tutelar de manera urgente el
derecho constitucional invocado y no median razones subjetivas u objetivas que
habiliten a este órgano colegiado para emitir un pronunciamiento de fondo.

4. En el caso de autos, a pesar de la ausencia de claridad de la demanda y del escrito


de subsanación, se puede observar que los alegatos de las recurrentes están
referidos a una serie de agravios supuestamente producidos en ejecución de un
proceso de alimentos que siguen contra su progenitor, don Guillermo Peñafiel
Calagua; y, en ese marco, cuestionan la resolución 46, de fecha 6 de setiembre de
2012 (f.7), expedida por el Primer Juzgado de Paz Letrado de San Luis de la Corte
Superior de Justicia de Lima. Aducen la vulneración de sus derechos a la tutela
procesal efectiva y al debido proceso, en su manifestación de la motivación de las
resoluciones judiciales.

5. Las demandantes cuestionan que la Resolución 46 haya dispuesto la devolución


de certificados de depósito judicial a favor de la empresa Telefónica del Perú SAA.
En líneas generales, alegan que la resolución cuestionada carece de una motivación
debida porque la judicatura hace caso omiso a sus reclamaciones sobre el pago de
los devengados por pensión de alimentos a su favor.

6. Sin embargo, fales alegatos no encuentran respaldo directo en el contenido


constitucionalmente protegido de los referidos derechos fundamentales, pues, en
puridad, lo que se cuestiona es la apreciación fáctica y jurídica realizada por la
judicatura ordinaria para establecer los términos de la ejecución de lo dispuesto
por mandato judicial en el proceso de alimentos seguido.

35
7. Esta Sala del Tribunal Constitucional estima que el mero hecho de que las
accionantes disientan de la fundamentación que sirve de respondo a la resolución
cuestionada no significa que no exista justificación o que, a la luz de los hechos
del caso, aquella sea aparente incongruente, insuficiente o incurra en vicios de
entibación interna o externa. Muy por el contrario. la resolución cuestionada
cumple con especificar la razón por la cual corresponde la devolución de los
certificados de depósito a Telefónica del Perú SAA: para la judicatura la sentencia
de alimentos materia de ejecución no afecta tales retenciones plasmadas mediante,
certificados de depósitos de la empresa citada, toda vez que dicha suma de dinero
proveniente del proceso de indemnización por daños y perjuicios a favor del
obligado alimentista no es un concepto afectable para la pensión de alimentos

8. Por lo tanto, no corresponde emitir un pronunciamiento de fondo, toda vez que


la judicatura constitucional no es competente para examinar el mérito de lo
finalmente decidido en el proceso subyacente -en otras palabras, determinar los
parámetros de ejecución de la sentencia de alimentos-, ya que ello es un asunto de
naturaleza civil que debe ser dilucidado por la judicatura ordinaria.

9. En consecuencia, y de lo expuesto con los fundamentos 2B supra, se verifica


que el presente recurso de agravio ha incurrido en la causal de rechazo prevista en
el acápite b) del fundamento 49 de la sentencia emitida en el Expediente 00987-
2014- PA/TC y en el inciso b) del artículo 11 del Reglamento Normativo del
Tribunal Constitucional. Por esta razón, corresponde declarar, sin más trámite,
improcedente el recurso de agravio constitucional.

Por estos fundamentos, el tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere


la Constitución Política del Perú, y el fundamento de voto del magistrado Espinosa
Saldaña Barrera, que se agrega, RESUELVE Declarar IMPROCEDENTE el
recurso de agravio constitucional, porque la cuestión de Derecho contenida en el
recurso carece de especial trascendencia constitucional.

RAMOS NÚÑEZ LEDESMA NARVÁEZ ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA

36
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 37-2017, LIMA

Lima, ocho de junio de dos mil dieciocho.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista en audiencia de la presente fecha la
causa número treinta y siete – dos mil diecisiete; producida la votación conforme
a ley, de conformidad con el dictamen del Fiscal Supremo se procede a emitir la
siguiente sentencia:

I. HECHOS:

1. Silvio Mario Mangante Castañeda interpone demanda con el objeto que se fije
el régimen de visitas para visitar a sus menores hijos de once años de edad y de
dos años y ocho meses de edad fundamentándola en:

a) Se encuentra separado de la demandada debido a actitudes violentas contra su


persona y de sus propios menores hijos, negándole la demandada visitar a sus hijos
en el domicilio que antes compartían, condicionando su visita cuando le entregue
cierta cantidad de dinero, lo que es arbitrario e ilegal, acordándose en forma verbal
asumir los gastos de sus hijos en forma consensuada, toda vez que no tiene trabajo
estable, pues al trabajar en el sector inmobiliario, recibe ingresos de manera
irregular.

2. La demandada Úrsula María Carla Loreta Iraida Llosa Schiantarelli de


Mangiante, contesta la demanda alegando que:

a) Desde el momento que el demandante hizo abandono de hogar ha dejado de


cumplir con abonar el importe que le corresponde por concepto de alimentos a
favor de sus menores hijos y de la recurrente, encontrándose en la obligación de
interponer la demanda de alimentos correspondiente.

II. PRIMERA INSTANCIA:

37
Mediante sentencia de fojas doscientos veintinueve, se declaró fundada en parte la
demanda de régimen de visitas, fundamentando su decisión en los siguientes
considerandos:

a) De la revisión de las pericias psicológica efectuadas a ambos padres; respecto


del demandante, concluye que deberá asistir a terapias de orientación psicológicas
en cuanto al trato y apoyo que debe entregar a sus menores hijos, reportando su
asistencia semestralmente; y, respecto a la madre, deberá asistir a terapia de
orientación psicológica, reportándose semestralmente, exhortándose a ambos
padres a abstenerse de cualquier hecho violento, separar sus problemas personales
y avocarse a sus roles de padres, debiendo considerar el respeto a la integridad
moral, psíquica y física y al libre desarrollo y bienestar psicosocial de sus menores
hijos, en atención al interés superior del niño.

III. SEGUNDA INSTANCIA

La demandada interpone recurso de apelación contra la sentencia antes referida,


que al ser absuelto por la Sala Superior mediante resolución de fecha quince de
julio de dos mil dieciséis, confirmó la sentencia de primera instancia que declaró
fundada en parte la demanda de régimen de visitas interpuesta por Silvio Mario
Mangiante Castañeda contra Úrsula María Carla Loreta Iraida Llosa Schiantarelli
de Mangiante.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


trece de febrero de dos mil diecisiete, por las causales de:

a) Infracción normativa procesal de los incisos 3 y 5 del artículo 139 de la


Constitución Política del Perú, y artículos I, VIl y IX del Título Preliminar del
Código Procesal Civil; dado que en el presente caso, en el proceso en general y
en la sentencia recurrida en particular se han infringido las normas antes reseñadas,
que no solo tienen el carácter de imperativas sino que han sido diseñadas para
garantizar el Derecho a un Debido Proceso y con ello el acceso de los justiciables
a una Tutela Judicial Efectiva; se indica al respecto que para otorgarse un Régimen
de Visitas el demandante debe acreditar que cumple con su obligación alimentaria
o su imposibilidad de cumplir por así exigirlo el artículo 88 del Código de los

38
Niños y Adolescentes, sin embargo, desde que él hizo abandono del hogar el
veinticinco de octubre de dos mil tres ha dejado de abonar el importe que le
corresponde por concepto de alimentos a favor de sus menores hijos, habiendo
tenido que interponer una demanda de alimentos en su contra, fundamentándose la
recurrida, única y exclusivamente en el derecho del demandante a acceder a un
Régimen de Visitas, así como a la incuestionable conveniencia de que los menores
sean visitados por su padre; soslayando el derecho de los menores a percibir los
alimentos, y de la exigencia legal de acreditar este cumplimiento como requisito
de procedibilidad para dar inicio a este proceso, afirmándose que el demandante
tiene derecho a acreditar que se encuentra imposibilitado de dar cumplimiento a su
obligación alimentaria para con sus menores hijos debido a que no tiene trabajo
estable pues el sector inmobiliario es irregular, no obstante que el demandante no
ha cumplido con acreditar ese extremo y tampoco el A-quo ha cumplido con
solicitar al demandante que acredite ese extremo; se señala además que conforme
se aprecia en la Pericia Psicológica y Psiquiátrica, aun cuando es necesario que el
demandante realice las visitas a sus menores hijos, no menos cierto resulta el hecho
incuestionable que tanto el demandante como la demandada no pueden tener
contacto directo, debido a la mala relación que existe entre ambos, mala relación
reseñada en las pericias antes referidas, siendo contraproducente que se haya
establecido que las visitas las realizará el padre de los menores en el domicilio de
la recurrente, debiendo rectificarse en este extremo y disponer que sea en el
domicilio del demandante o simplemente con externamiento.

b) Infracción normativa material del artículo 88 del Código de los Niños y


Adolescentes; porque la sentencia ha sido emitida contraviniendo frontalmente el
texto expreso de la norma, pues el demandante debía acreditar el cumplimiento de
su obligación alimentaria, y excepcionalmente, si se encontrara imposibilitado de
dar cumplimiento a su obligación alimentaria, también debió acreditarlo con
prueba suficiente.

2. Pues bien, teniendo en cuenta que el recurso de casación materia de análisis ha


sido declarado procedente en razón a infracciones normativas de carácter procesal
y material, esta Sala Suprema estima que dada la naturaleza y efectos de los errores
procesales, primero se emitirá pronunciamiento por la causal relacionada con ellos,
pues resulta evidente que de ser estimada, carecería de objeto pronunciarse sobre
la causal material restante, al encontrarse perjudicada la validez de los actos
procesales.

39
3. Bajo esa línea de pensamiento, debemos indicar que el artículo 139, inciso 3, de
la Constitución Política del Perú consagra como principio rector de la función
jurisdiccional, la observancia del debido proceso; el cual, conforme a la
interpretación que reiteradamente ha sostenido la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, exige fundamentalmente que todo proceso o procedimiento
sea desarrollado de tal forma que su tramitación garantice a las personas
involucradas en él las condiciones necesarias para defender adecuadamente y
dentro de un plazo razonable los derechos u obligaciones sujetos a consideración.

4. Uno de los principales componentes del derecho al debido proceso se encuentra


constituido por el denominado derecho a la motivación, consagrado por el artículo
139, inciso 5, de la Carta Política por el cual se garantiza a las partes involucradas
en la controversia el acceso a una respuesta del juzgador que se encuentre
adecuadamente sustentada en argumentos que justifiquen lógica y razonablemente,
sobre la base de los hechos acreditados en el proceso y el derecho aplicable al caso,
la decisión adoptada, y que, además, resulten congruentes con las pretensiones y
alegaciones esgrimidas por aquellas dentro de la controversia.

5. Así, este derecho no solo tiene relevancia en el ámbito del interés particular
correspondiente a las partes involucradas en el litigio, sino que también juega un
papel esencial en la idoneidad del sistema de justicia en su conjunto, pues no debe
olvidarse que una razonable motivación de las resoluciones constituye una de las
garantías del proceso judicial directamente vinculada con la vigilancia pública de
la función jurisdiccional, por la cual se hace posible conocer y controlar las razones
por las cuales el juez ha decidido una controversia en un sentido determinado;
implicando, en ese sentido, un elemento limitativo de los supuestos de
arbitrariedad. Por esta razón, su vigencia específica en los distintos tipos de
procesos ha sido desarrollada por diversas normas de carácter legal, como los
artículos 50, inciso 6, 121 y 122, inciso 3, del Código Procesal Civil, por los que
se exige que la decisión del juzgador cuente con una exposición ordenada y precisa
de los hechos, y el derecho que la justifican.

6. La Tutela Jurisdiccional Efectiva, contemplada en el artículo I del Título


Preliminar del Código Procesal Civil viene a ser, el derecho que tiene todo sujeto,
para acceder a un órgano jurisdiccional a fin de solicitar la protección de una
situación jurídica, que está siendo vulnerada o amenazada a través de un proceso

40
dotado de las mínimas garantías, luego del cual se expedirá una resolución fundada
en derecho con posibilidad de ejecución, por lo que la efectividad de la misma, no
solo requiere de técnicas y procedimientos adecuados para la tutela de los derechos
fundamentales, sino también, de técnicas procesales idóneas para la efectividad de
cualquiera de los derechos.

7. En otro aspecto, nuestro sistema procesal ha considerado al Juez como un


técnico en derecho, es decir como aquella persona que conoce el derecho,
independientemente de la calificación que las partes le hayan brindado al mismo,
entonces su labor no se limita a resolver el conflicto, sino debe examinar el objeto
de la pretensión y los hechos fácticos y fundamentos en los que se sustenta el
derecho deseado y en su oportunidad resolver el conflicto aplicando la norma
sustantiva que corresponde al derecho de las partes en los actos postulatorios. Esta
especial condición y/o calificación que se le brinda al juez se deriva del vetusto
principio denominado iura novit curia, que significa el juez conoce el derecho y
que como sabemos está recogido en nuestro sistema en normas jurídicas como el
Artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil, en las cuales impone
como un límite este aforismo latino: “que el juez no puede ir más allá del petitorio
ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido alegados por las
partes”, lo que implica a su vez que el juez no debe incurrir en incongruencia
procesal, principio que se impone como un límite de facultades resolutorias del
juez, o sea el iura novit curia, implica que el juez aplica el derecho al caso concreto,
pero sin modificar el objeto de la pretensión, ni los términos de la demanda, porque
si esto ocurre obviamente se afectaría el derecho de defensa de las partes y
consecuentemente las reglas que rigen el debido proceso en los supuestos en el que
el juez puede calificar la demanda de manera distinta a la expresada, pues la parte
no es dueña de la calificación jurídica, sino únicamente del objeto de la pretensión
y de los hechos y narración de sucesos incorporados al proceso para sustentar el
pedido, siendo después de todo un deber del juez calificar correctamente la
pretensión procesal aplicando como dice la norma, el derecho que corresponda a
la parte aun cuando no haya sido invocada o se haya invocado en forma errada, lo
cual debe ir en concordancia con lo establecido en el Artículo IX del Título
Preliminar del Código Procesal Civil.

8. De lo actuado en el proceso se tiene que la recurrente denuncia que se han


infringido las normas procesales antes reseñadas, las cuales garantizan el Derecho
a un Debido Proceso y el acceso a la Tutela Judicial Efectiva; se indica que para

41
otorgarse un Régimen de Visitas el demandante debe acreditar que cumple con su
obligación alimentaria o su imposibilidad de cumplir por así exigirlo el artículo 88
del Código de los Niños y Adolescentes. Al respecto se señala que la sentencia de
vista en su considerando noveno establece que “en lo referido al adeudo de
pensiones alimenticias, es del caso resaltar que ello no constituye obstáculo para
no permitirle a un padre tener vinculación con sus hijos, en tanto la madre tiene
los medios pertinentes para hacer efectivo el cumplimiento de las obligaciones, lo
que ha sido recogido inclusive por la Corte Suprema de Justicia a través de su
doctrina jurisprudencial de ahí que tal agravio no puede ser estimado”. Al respecto,
el artículo 88 del Código de los Niños y Adolescentes señala: “Las visitas: Los
padres que no ejerzan la Patria Potestad tienen derecho a visitar a sus hijos, para
lo cual deberán acreditar con prueba suficiente el cumplimiento o la imposibilidad
del cumplimiento de la obligación alimentaria. (…). El Juez, respetando en lo
posible el acuerdo de los padres, dispondrá un Régimen de Visitas adecuado al
Principio del Interés Superior del Niño y del Adolescente y podrá variarlo de
acuerdo a las circunstancias, en resguardo de su bienestar” (subrayado y resaltado
agregado). Por otro lado, en la Convención sobre los Derechos del Niño-Unicef,
los numerales pertinentes de los artículos 9, 18 y 19 disponen lo siguiente:

Artículo 9, numeral 3): Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté
separado de uno o de ambos padres a mantener relaciones personales y contacto
directo con ambos padres de modo regular, salvo si ello es contrario al interés
superior del niño.

Artículo 18, numeral 1): Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en
garantizar el reconocimiento del principio de que ambos padres tienen
obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño.
Incumbirá a los padres o, en su caso, a los representantes legales la responsabilidad
primordial de la crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será
el interés superior del niño.

Artículo 19, numeral 1) Los Estados Partes adoptarán todas las medidas
legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño
contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente,
malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre
bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona
que lo tenga a su cargo.

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9. Conforme a lo expresado en dichas normas, respecto al principio del interés
superior del niño y del adolescente. Debemos indicar que este principio, es
reconocido primigeniamente en la Declaración Universal de los Derechos del
Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas con fecha veinte
de noviembre de mil novecientos cincuenta y nueve, estableció en el Principio:

“El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y


servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda
desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y
normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con
este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del
niño”.

El mismo criterio quedó reiterado y desarrollado en el artículo 3.1 de la


Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de
las Naciones Unidas el veinte de noviembre de mil novecientos ochenta y nueve,
que en su momento dispuso que:

“En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones
públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades
administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se
atenderá será el interés superior del niño”. (Resaltado agregado)

En el plano interno y en una línea muy semejante a la legislación supranacional


resulta de particular relevancia lo dispuesto en el artículo 4 de nuestra Constitución
Política de 1993: “La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al
adolescente, a la madre y al anciano en situación de abandono” y en el artículo IX
del Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes dejó claramente
establecido que:

“En toda medida concerniente al niño y al adolescente que adopte el Estado a


través de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, del Ministerio Público, los
Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales y sus demás instituciones, así como en
la acción de la sociedad, se considerará el Principio del Interés Superior del Niño
y del Adolescente y el respeto a sus derechos.”

43
10. Bajo este contexto normativo nacional, supranacional, doctrinario y
jurisprudencial, revisada la sentencia de vista materia de casación, al resolver la
causa, la Sala Civil Superior ha dejado claramente establecida que ha dado
prioridad al interés superior del niño, puesto que, si bien el padre no se encuentra
totalmente al día en las pensiones alimentarias, eso no puede impedir que el hijo
se relacione con sus padres, toda vez que también requieren ser atendidas las
necesidades emocionales de los menores en atención a que el derecho del niño va
de la mano a una relación directa que debe mantener con sus progenitores, así como
el rol de la provisión de alimentos, tal como lo aprecian las instancias de mérito,
como también la efectiva relación parental, máxime si la sentencia de vista ha
apreciado en los Protocolos de Pericia Psicológica N.º 636-14-SJR-EM-PSI ,
practicado al menor D.M. y en el Protocolo de Pericia Psicológica N.º 637-14-SJR-
EM-PSI, practicado al menor de edad S.M., que respecto al padre y a las visitas
que realiza, se encuentra integrado al entorno de los hijos, los cuales aceptan la
realización de dichas visitas percibiendo interés por parte del padre en ellos, no
registrándose ningún tipo de maltrato hacia los menores de edad. Por consiguiente,
impedir que se fije un régimen de visitas que mantenga su vinculación y
relacionamiento no correspondería al interés superior de los niños, por lo que la
sentencia recurrida ha realizado una correcta aplicación de las normas pertinentes,
en consecuencia, esta causal deviene en infundada.

11. Respecto a la Infracción normativa material del artículo 88 del Código de los
Niños y Adolescentes; porque la sentencia ha sido emitida contraviniendo
frontalmente el texto expreso de la norma, conforme a lo desarrollado en los
párrafos anteriores, se ha demostrado que las instancias de mérito han realizado un
correcto análisis y aplicación del artículo 88 del Código de los Niños y
Adolescentes, siendo que no se ha vulnerado el derecho de los menores, toda vez
que no se ha vulnerado el principio del interés superior del niño y el adolescente y
por ende también de la legislación supranacional, esto es, de la Convención sobre
los Derechos del Niño, así como el artículo 4 de la Constitución Política del Perú,
habiéndose ponderado razonablemente el interés superior del niño respecto a las
relaciones familiares originadas por la filiación dinámica, puesto que, si bien el
deber de todos los jueces es observar el derecho de los justiciables a obtener una
resolución fundada en derecho ante su pedido de tutela en cualquier etapa del
proceso, empero, ello debe ser atendiendo al principio del interés superior del niño,
concebido como la búsqueda del máximo bienestar del niño y la plena

44
efectivización de sus derechos, en su condición de ser humano, hecho que fue
valorado en el presente caso, por lo que la infracción deviene en infundada.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 397, del


Código Procesal Civil, declararon:

INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Úrsula María Carla Loreta


Iraida Llosa Schiantarelli de Mangiante, obrante a fojas trescientos setenta y seis,
en consecuencia NO CASARON la sentencia de vista expedida por la Primera
Sala de Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima, la cual confirmó la
apelada contenida en la resolución número veinte de fecha veinte de octubre de
dos mil quince, obrante a fojas doscientos veintinueve que declaró fundada en
parte la demanda de Régimen de Visitas; DISPUSIERON: la publicación de la
presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano” bajo responsabilidad; en los
seguidos por Silvio Mario Mangiante Castañeda contra Úrsula María Carla Loreta
Iraida Llosa Schiantarelli de Mangiante sobre Régimen de Visitas; y los
devolvieron. Integra esta Sala el Juez Supremo Señor Calderón Puertas por licencia
del Juez Supremo Señor De la Barra Barrera. Ponente Señora Cabello Matamala,
Jueza Suprema.-

SS. ROMERO DÍAZ, CABELLO MATAMALA, CALDERÓN PUERTAS,


ORDÓÑEZ ALCÁNTARA, CÉSPEDES CÁBALA.

45
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL

CAS. 2154-2018, AREQUIPA

Lima, trece de junio de dos mil diecinueve.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número dos mil ciento cincuenta
y cuatro del año dos mil dieciocho, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha
y producida la votación con arreglo a Ley, teniendo a la vista el Dictamen Fiscal
n.° 07-2019-MP-FN-FSC, emite la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. El demandante Jorge Víctor Chambilla Chambilla, interponen a fin que el


órgano jurisdiccional disponga que el demandante pueda visitar y sacar a pasear a
sus menores hijos Renato Germán Chambilla Quispe y Fernando del Piero
Chambilla Quispe los días sábados y domingos de 8:00 am a 6:00 pm,
fundamentándola en:

a) De relaciones extramatrimoniales con la demandada Yaquel Quispe Pisco han


procreado a los menores Renato Germán Chambilla Quispe y Fernando del Piero
Chambilla Quispe de once y tres años de edad a la interposición de la demanda.

b) Manifiesta que en ningún momento ha descuidado los alimentos de sus menores


hijos, a pesar que tiene obligaciones de carácter personal. Periódicamente le
entrega a la madre de sus hijos víveres para ellos, pese a que ahora la demandada
le ha interpuesto acción sobre cobro de pensión de alimentos.

c) La madre de sus hijos hizo abandono de hogar en el mes de marzo del año dos
mil catorce llevándose a los menores, por lo que, se vio obligado a tener que asentar
la denuncia ante la comisaria de Mariano Melgar y desde esa fecha está intentando
llegar a un arreglo con la demandada para poder estar cerca de sus hijos, sin
embargo, la demandada no se lo permite.

46
d) La demandada, por razones que desconoce, no le permite ver a sus hijos. Esta
negativa va a perjudicar las relaciones afectivas que desde sus nacimientos ha
tenido con sus hijos. Su hijo mayor sobre todo reclama su presencia y es necesario
mantener una cercanía sobre todo por ser varón.

2. La demandada Yaquel Quispe Pisco contesta la demanda alegando que:

a) Don Jorge Víctor Chambilla Chambilla, nunca cumplió con sus deberes como
padre, para con sus menores hijos y mucho menos para con la recurrente, ni aun
cuando estaban conviviendo, prueba de ello es que se vio obligada a iniciar el
proceso sobre cobro de alimentos.

b) Cuando nació su hijo Renato German Chambilla Quispe, el demandante se hizo


como vulgarmente se dice “el de la vista gorda”, con todos los gastos de la
enfermedad de su menor hijo, pues desde los ocho meses de nacido ya padecía de
esta enfermedad. Solo su señora madre y familiares son los que desde esos años le
ayudan y corren con todos los gastos de la enfermedad de su menor hijo, incluso
su madre lo lleva a la ciudad de Ica a seguir un tratamiento médico.

c) Nunca existió abandono de hogar de su parte, fue el demandante quien el boto


del hogar junto con sus hijos, la recurrente se fue para ya no ser víctima del
maltrato y la mala vida que le daba el demandante. Prueba de estas afirmaciones
son los expedientes de violencia familiar.

d) La demandada no entiende la razón de la presente demanda, pues el demandante


nunca se apersono para pretender siquiera estar con sus hijos, y es más no cumple
con los alimentos, ni con las necesidades de salud; por lo que, alega que la demanda
debe ser declarada infundada.

II. PRIMERA INSTANCIA:

El Juez emite sentencia declarando fundada en parte la pretensión de régimen de


visitas interpuesta por Jorge Víctor Chambilla Chambilla en contra de Yaquel
Quispe Pisco; en consecuencia, fijo régimen de visitas a favor del señor Jorge
Víctor Chambilla Chambilla en los términos y condiciones siguientes: visitar los
fines de semana sábado o domingo, previa coordinación, desde las diez horas hasta
las diecisiete horas, días especiales como navidad, día del padre, cumpleaños de

47
los menores, y aquellos que las partes acuerden; pudiendo ser fuera del hogar de
los menores, externamiento, sin costas ni costos del proceso, fundamentando su
decisión en los siguientes considerandos:

a) En el presente caso, se tiene en cuenta el interés superior del niño, y


considerando que se tendrá un criterio tuitivo, los menores tienen aprecio por su
progenitor tal como se ve del informe psicológico n.° 058-2017-EMAJF-
PSMBJMM, respecto del menor Fernando del Piero Chambilla Quispe, se indica
en sus conclusiones, “muestra vínculo afectivo y valorativo positivo orientado
hacia el progenitor, con la expectativa de mantener contacto socio afectivo con el
mismo”; por ello y teniendo en cuenta el interés superior de los menores, ya que
es beneficioso que los mismos tengan una interacción con su figura paterna, lo que
coadyuva a que el menor se desarrolle íntegramente en su aspecto físico y
psicológico, por tales motivos y en pro del interés superior del menor es que el
juzgado considera que el demandante no se encontraría con algún impedimento
legal para poder visitar a sus menores hijos.

b) En pro de los intereses de los menores y para una mejor relación padre e hijos
en salvaguarda de la familia, es que un régimen de visitas favorecería a los menores
en su relación con su progenitor, es por ello que el régimen de visitas que el
juzgado consideró apropiado, son los días sábados y domingos a partir de las 9:00
horas hasta las 17:00 horas.

c) Asimismo dicho régimen de visitas, para mayor comodidad de los menores, y


un mejor desenvolvimiento de la relación padre e hijos, es que se le autorizará al
progenitor el retiro del hogar materno de los menores, de ser necesario u oportuno.

III. SEGUNDA INSTANCIA

Elevados los autos en virtud del recurso apelación interpuesto, la Sala Superior
mediante resolución número treinta del once de abril de dos mil dieciocho, revocó
la sentencia apelada, de fecha dieciséis de octubre del dos mil diecisiete, que
declaró fundada en parte la pretensión de régimen de visitas interpuesta por Jorge
Víctor Chambilla, en contra de Yaquel Quispe Pisco. Reformándola
declaró infundada la demanda sobre régimen de visitas, al considerar que:

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a) Si bien es cierto que el Supremo Tribunal Peruano establece que no es un
requisito indispensable estar al día en el pago de los alimentos para acceder al
régimen de visitas; tampoco puede irse al extremo que el padre se desentienda de
sus obligaciones alimentarias para con sus menores hijos, por cuanto si existiese
la imposibilidad de cumplir con el total de las pensiones, al menos demostrar su
intención de hacerlo y no llegar a una liquidación de pensiones de las que se
verifica que en el proceso de alimentos número 00597-2014 acompañado al
expediente en copias certificadas, adeuda como pensiones desde el dieciséis de
mayo del dos mil quince hasta el uno de abril del dos mil diecisiete, la suma de
doce mil doscientos noventa y uno con 42/100 soles (S/. 12,291.42), no habiendo
realizado pago alguno hasta la fecha como se verifica del reporte del expediente
que se visualiza a través del SIJ, siendo que las fotografías que acompaña de los
víveres que le fueron entregados a la demandada no son prueba de que cumpla con
los alimentos, máxime si el proceso de alimentos fue iniciado en el año dos mil
catorce y hasta la fecha no ha realizado consignación alguna.

b) Si bien existen informes favorables en cuanto a la necesidad de los menores


hijos de verse con su padre, sin embargo el demandado debe cumplir con sus
obligaciones alimentarias, para que con todo el derecho pueda solicitar un régimen
de visitas con sus menores hijos, sin embargo este Colegiado no puede dejar de
lado el interés superior del niño cuál es su alimentación, salud, educación,
recreación y todo lo que conlleva el pago de una pensión de alimentos para cubrir
todas sus necesidades, las cuales se ven recortadas ya por la separación de los
padres y encima las limitaciones que deben de sufrir a causa de la enfermedad que
padece el mayor de los menores y que su padre no acuda con la pensión a la cual
se encuentra obligado; por lo que en aplicación del interés tuitivo debe el actor
estar al día o al menos cumplir con las pensiones adelantadas y las devengadas así
como formular un acuerdo para el pago de las mismas en el proceso
correspondiente.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


veintitrés de agosto de dos mil dieciocho, por las causales de:

a) Infracción del artículo 139, inciso 5, de la Constitución Política del


Estado, pues el argumento principal que se ha dado en la sentencia de vista es el

49
criterio de los señores vocales al sostener que el actor debe estar al día o al menos
cumplir con las pensiones adelantadas y las devengadas formular un acuerdo para
el pago de las mismas en el proceso correspondiente, sin embargo, no existe
motivación jurídica, lo cual constituye un principio y derecho a la función
jurisdiccional.

2. El Fiscal Supremo opina que se debe declarar fundado el recurso de casación y


sustenta su dictamen precisando:

De los informes psicológicos e informes sociales practicados en el presente caso,


se advierte que existe una relación de vinculación entre el demandante con sus
menores hijos, situación reconocida por la demandada.
Se debe tener en cuenta que uno de los menores hijos del demandante padece de
retardo mental leve, conforme al Informe Psicológico de folios ciento cuatro a
ciento seis; por lo que, la integración y acercamiento del padre con el citado menor
resulta ser conveniente y también beneficioso para el mencionado menor, pues
puede contribuir con su desarrollo.

El hecho que el ahora recurrente mantenga una deuda de alimentos a favor de sus
menores hijos, ello, no le impediría tener contacto o generar un régimen de visitas
con los mismos, pues ello, contribuiría a generar disposición y necesidad en el
cumplimiento de sus obligaciones alimentarias, a favor de sus menores hijos.

La sentencia venida en grado, no se encuentra debidamente motivada, dado que la


Sala Civil del Distrito Judicial de Arequipa a pesar de advertir la conveniencia de
considerar la relación del demandante con sus menores hijos, consideró que para
disponer el régimen de visitas a favor del demandante, este debía estar al día o al
menos cumplir con las pensiones alimenticias a favor de sus menores hijos; sin
percatarse que de los actuados no se advierte la negativa del demandante a evadir
dicha responsabilidad; sino que ello, se debe a circunstancias como por ejemplo
no contar con un trabajo estable sino que se dedica al comercio ambulatorio.

Por ello, la decisión de la Sala Superior vulnera el principio de interés superior del
niño, pues impide que el demandante y sus menores hijos puedan crear lazos de
afectividad que ayudan a su crecimiento físico y emocional.

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3. Es menester precisar que el recurso de casación es un medio de impugnación
extraordinario que permite ejercer el control de las decisiones jurisdiccionales, con
la finalidad de garantizar la correcta aplicación e interpretación del derecho
objetivo y la unificación de la jurisprudencia nacional de la Corte Suprema de
Justicia; así como, determinar si en dichas decisiones se ha infringido o no las
normas que garantizan el debido proceso, traducido en el respeto de los principios
que lo regulan.

4. En caso de autos, el demandante solicita como pretensión se le conceda un


régimen de visitas, al respecto, el artículo 84, literal c), del Código de los Niños y
Adolescentes dispone: “Facultad del Juez: En caso de no existir acuerdo sobre la
Tenencia, en cualquiera de sus modalidades, el Juez resolverá teniendo en cuenta
lo siguiente:…c) Para el que no obtenga la Tenencia o Custodia del niño, niña o
adolescente debe señalarse un régimen de visitas. En cualquiera de los supuestos,
el juez priorizará el otorgamiento de la tenencia o custodia a quien mejor garantice
el derecho del niño, niña o adolescente a mantener contacto con el otro progenitor.”

Asimismo, el artículo 88 del mismo código señala: “Las visitas: Los padres que no
ejerzan la Patria Potestad tienen derecho a visitar a sus hijos, para lo cual deberán
acreditar con prueba suficiente el cumplimiento o la imposibilidad del
cumplimiento de la obligación alimentaria. (…). El Juez, respetando en lo posible
el acuerdo de los padres, dispondrá un Régimen de Visitas adecuado al Principio
del Interés Superior del Niño y del Adolescente y podrá variarlo de acuerdo a las
circunstancias, en resguardo de su bienestar.”

5. En la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobado el veinte de noviembre


de mil novecientos ochenta y nueve, en los numerales pertinentes de los artículos
9, 18 y 19 disponen lo siguiente:

Artículo 9, numeral 3): “3. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que
esté separado de uno o de ambos padres a mantener relaciones personales y
contacto directo con ambos padres de modo regular, salvo si ello es contrario al
interés superior del niño.”

Artículo 18, numeral 1): “1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en
garantizar el reconocimiento del principio de que ambos padres tienen
obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño.

51
Incumbirá a los padres o, en su caso, a los representantes legales la responsabilidad
primordial de la crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será
el interés superior del niño.”

Artículo 19, numeral 1): “1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas
legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño
contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente,
malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre
bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona
que lo tenga a su cargo.”

6. Aunado a todo lo dicho precedentemente, respecto al principio del interés


superior del niño y del adolescente. Debemos indicar que este principio, es
reconocido primigeniamente en la Declaración Universal de los Derechos del
Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas con fecha veinte
de noviembre de mil novecientos cincuenta y nueve, estableció en el artículo 2
que: “El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y
servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda
desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y
normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con
este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del
niño.”

El mismo criterio quedó reiterado y desarrollado en el artículo 3.1 de


la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de
las Naciones Unidas el veinte de noviembre de mil novecientos ochenta y nueve,
que en su momento dispuso que: “En todas las medidas concernientes a los niños
que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales,
las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración
primordial a que se atenderá será el interés superior del niño.”

En el plano interno y en una línea muy semejante a la legislación supranacional


resulta de particular relevancia lo dispuesto en el artículo 4º de nuestra
Constitución Política de mil novecientos noventa y tres “La comunidad y el Estado
protegen especialmente al niño, al adolescente, a la madre y al anciano en situación
de abandono.” y en el artículo IX del Título Preliminar del Código de los Niños y
Adolescentes dejó claramente establecido que: “En toda medida concerniente al

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niño y al adolescente que adopte el Estado a través de los Poderes Ejecutivo,
Legislativo y Judicial, del Ministerio Público, los Gobiernos Regionales,
Gobiernos Locales y sus demás instituciones, así como en la acción de la
sociedad, se considerará el Principio del Interés Superior del Niño y del
Adolescente y el respeto a sus derechos.

7. Bajo este contexto normativo nacional, supranacional, doctrinario y


jurisprudencial, revisada la sentencia de vista materia de casación, al resolver la
causa, la Sala Civil Superior no ha tomado en cuenta, en primer lugar, el interés
superior del niño, puesto que, por más que el padre no se encuentre al día en las
pensiones alimentarias, eso no quiere decir que esta situación pueda estar por
encima del derecho del padre a relacionarse con sus hijos, puesto que, también es
una necesidad que el mismo no desatienda las necesidades emocionales y
espirituales de los menores y en atención a que el derecho del niño se circunscribe
a la relación directa que debe mantener con su progenitor el papel de este no se
agota con la sola provisión de alimentos pues su objetivo final es el contacto
directo con sus hijos; por consiguiente, pretender condicionar el régimen de visitas
a que el padre se encuentre al día en el pago de la pensión de alimentos de ninguna
forma supone preservar el interés superior de los menores, muy por el contrario
los menoscaba y perjudica.

Asimismo, sobre el tema en cuestión esta Sala Suprema en la Casación n.° 3841-
2009-Lima (veintinueve de abril de dos mil diez) señaló “Los padres que no
ejerzan la patria potestad tienen derecho a visitar a sus hijos para lo cual deberán
acreditar con prueba suficiente el cumplimiento de la obligación alimentaria; sin
embargo, no se exige imperativamente el cumplimiento, pues se permite acreditar
la imposibilidad de cumplir dicha obligación. Además, corresponde el juzgador
resolver aplicando el principio del interés superior del niño, a fin de otorgar el
régimen de visitas.”

8. Dicho ello, corresponde analizar la sentencia impugnada, la cual revoca la


apelada que declaró fundada en parte la pretensión de régimen de visitas,
reformándola la declaró infundada, sosteniendo que del análisis de los actuados se
colige que “el demandado debe cumplir con sus obligaciones alimentarias, para
que con todo el derecho pueda solicitar un régimen de visitas con sus menores
hijos, sin embargo este Colegiado no puede dejar de lado el interés superior del
niño cuál es su alimentación, salud, educación, recreación y todo lo que conlleva

53
el pago de una pensión de alimentos para cubrir todas sus necesidades (…) en
aplicación del interés tuitivo debe el actor estar al día o al menos cumplir con las
pensiones adelantadas y las devengadas formular un acuerdo para el pago de las
mismas en el proceso correspondiente”.

9. Como puede verse, se ha vulnerado el derecho de los menores, el cual implica


la vulneración del principio del interés superior del niño y el adolescente, y por
ende, también de la legislación supranacional, esto es, de la Convención sobre los
Derechos del Niño, así como el artículo 4 de la Constitución Política del Perú, ya
que no han ponderado razonablemente el interés superior del niño respecto a las
relaciones familiares originadas por la filiación dinámica, puesto que, si bien el
deber de todos los jueces es observar el derecho de los justiciables a obtener una
resolución fundada en derecho ante su pedido de tutela en cualquier etapa del
proceso, empero, ello debe ser atendiendo al principio del interés superior del niño,
concebido como la búsqueda del máximo bienestar del niño y la plena
efectivización de sus derechos, en su condición de ser humano, hecho que no se ha
valorado en el presente caso.

10. Es por ello que, esta Sala Suprema no comparte la conclusión de la Sala de
mérito, ya que vulnera el interés superior del niño, más aún si la normatividad
aplicable al caso, esto es, el artículo 84, literal c), del Código de los Niños y
Adolescentes, dispone que el juez debe fijar un régimen de visitas para el padre
que no tenga la tenencia del menor. En ese sentido, como se indicó líneas arriba
no puede condicionarse el derecho de visitas por cuestiones materiales, ya que
dicho derecho no solo corresponde a los padres sino también a los propios hijos de
ver y relacionarse con sus progenitores; más aún si en autos no obra resolución que
disponga la privación o suspensión de la patria potestad del padre (recurrente), el
cual conforme lo establece el artículo 418 del Código Civil “Por la patria potestad
los padres tienen el deber y el derecho de cuidar de la persona y bienes de sus hijos
menores.”; por lo que, no se debe afectar el derecho de visita del que gozan los
menores. En efecto, como lo indica Varsi Rospigliosi “la finalidad del régimen de
visitas es afianzar los lazos paternos filiales a efectos de procurar un óptimo
desarrollo integral del menor de edad, destacando que la visita no es solamente un
derecho de los padres, sino también y principalmente de los hijos, que requieren
de la imagen paterna para un desarrollo saludable”.

54
11. En efecto, más aún si el mayor de los hijos del demandante padece de retardo
mental leve, según se señala del Informe Psicológico obrante de fojas ciento cuatro
a ciento seis; por lo que, la integración y acercamiento del padre con el citado
menor resulta ser conveniente y beneficioso para este, pues además que fortalecerá
los lazos afectivos padre-hijos, puede contribuir con su desarrollo y
desenvolvimiento social, así como el apoyo a su estabilidad emocional y afectiva,
salvaguardando en todo momento el interés superior del niño.

Además de ello, se advierte que no existe negativa del demandante de evadir su


responsabilidad sobre el pago de alimentos a favor de sus menores hijos, pues lo
que sucedería es que no cuenta con un trabajo establece al dedicarse al comercio
ambulatorio

12. Finalmente, este Supremo Tribunal considera adecuado y pertinente que el


Equipo Multidisciplinario elabore un informe y seguimiento de las visitas
realizadas por el padre a los menores, a fin que se conozca el interés de los menores
en cuanto al bienestar físico y emocional que el padre les pueda deparar, ya que el
vínculo parental debe seguir siendo sólido, debiendo observarse su evolución
durante el régimen de visitas, esto es la relación padre-hijos; máxime si el mayor
de los menores presenta un desarrollo intelectual con características de un retardo
mental leve (como se indicó en el informe psicológico).

13. Por consiguiente, estando a lo expuesto se advierte que la Sala Superior no ha


emitido una resolución debidamente motivada, infringiendo así el artículo 139,
inciso 5, de la Constitución Política del Perú, así como también los artículos 84
literal c), y 88 del Código de los Niños y Adolescentes, ya que no se ha tenido en
cuenta el principio del interés superior del niño; por lo que, se debe declarar
fundado el recurso de casación, en consecuencia nula la sentencia de vista; y
actuando en sede de instancia, confirmar la sentencia de primera instancia que
declaró fundada la demanda.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396, del


Código Procesal Civil, declararon:

55
FUNDADO el recurso de casación interpuesto por el demandante Jorge Víctor
Chambilla Chambilla; en consecuencia, declararon NULA la sentencia de vista
contenida en la resolución número treinta de fecha once de abril de dos mil
dieciocho, expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa. CONFIRMARON la sentencia de primera instancia de fecha dieciséis
de octubre de dos mil diecisiete, obrante de folios cientos setenta y ocho a ciento
ochenta y uno, que resolvió: declarar fundada en parte la pretensión de régimen de
visitas interpuesta por Jorge Víctor Chambilla Chambilla en contra de Yaquel
Quispe Pisco; en consecuencia, fijo régimen de visitas a favor del señor Jorge
Víctor Chambilla Chambilla en los términos y condiciones siguientes: visitar los
fines de semana sábado o domingo, previa coordinación, desde las diez horas hasta
las diecisiete horas, días especiales como navidad, día del padre, cumpleaños de
los menores, y aquellos que las partes acuerden; pudiendo ser fuera del hogar de
los menores, externamiento. Sin costas ni costos del proceso. DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo
responsabilidad; en los seguidos por Jorge Víctor Chambilla Chambilla
sobre Régimen de Visitas; y los devolvieron. Ponente el señor Juez
Supremo Hurtado Reyes.

SS. TÁVARA CÓRDOVA, HURTADO REYES, SALAZAR LIZÁRRAGA,


ORDÓÑEZ ALCÁNTARA, ARRIOLA ESPINO.

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 731-2012, LAMBAYEQUE

Lima, doce de noviembre de dos mil trece.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; con los acompañados; vista la causa
setecientos treinta y uno –dos mil doce; en audiencia pública realizada en la fecha
y producida la votación correspondiente conforme a ley se emite la siguiente
sentencia:

I. HECHOS:

1. Ana María Vásquez Navarrete interpone demanda contra Juan Ernesto


Marcovich Chumbe; siendo su petitorio la suspensión de la patria potestad de su
menor hija Valeria Anette Marcovich Vásquez, y accesoriamente solicita el
cumplimiento de la obligación alimenticia a favor de su hija que estima en
ochocientos nuevos soles (S/ 800.00), suma equivalente al cincuenta por ciento
(50%) de los gastos debidamente acreditados para su manutención,
fundamentándola en:

a) El demandado se niega a prestarle una pensión alimenticia; que desde el año dos
mil seis, no se ha interesado en el desarrollo integral de su hija, tampoco en la
educación de la menor, acudiendo en diminutas ocasiones a su domicilio para
supuestamente visitarla. Que por otro lado señala que el demandado ha demostrado
una actitud violenta y desatinada hacia ella, siendo denunciado por maltrato físico.

b) Asimismo refiere que a la actualidad la menor ha quedado al cuidado de sus


abuelos maternos, pues la demandante emigró a España, en donde incluso ha
contraído nupcias con Raúl García Bargues. Durante el periodo de permanencia en
España constantemente retornó a Perú para ver a la menor, y por motivo de índole
administrativo legal no ha podido llevarla a dicho país, en donde se le negó la visa
toda vez que es requisito indispensable presentar además de la autorización de
viaje, la demostración de que el cónyuge del ciudadano español tiene la patria
potestad o la custodia de la menor, para que la Residencia de la menor se acredite

57
y autorice con fines de Reagrupación Familiar. En cuanto a la fijación y pago de
la pensión alimenticia: Corresponde al demandado proporcionarla; que la menor
cursa estudios iniciales y que la recurrente proporciona la pensión que remite desde
España. A Fojas ciento cuarenta, de fecha dieciocho de enero de dos mil diez obra
el apersonamiento del demandado.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia de fecha veintisiete de julio de dos mil once, se declaró


fundada la demanda, fundamentando su decisión en los siguientes considerandos:

a) En el proceso sobre Tenencia registrado con el número cinco mil seiscientos


cuarenta y ocho –dos mil nueve, al declararse fundada la demanda se determinó
que sea la madre quien se encargue del cuidado de la menor, sentencia que ha sido
confirmada por el Superior.

b) Que al recibirse la declaración referencial de la menor, en el expediente de


tenencia ha precisado que su madre vive en España y que siempre la visita,
hablando constantemente por teléfono con ella, que no recibe la visita de su padre,
inclusive duda respecto a quien es su padre, manifestó que no recibe llamadas por
teléfono de su padre, que es su madre quien envía dinero para sus gastos.

c) En el expediente de alimentos se tiene que el demandado se encuentra obligado


a acudir a favor de su menor hija con trescientos cincuenta nuevos soles (S/
350.00); que desde la notificación con la demanda hasta el final del proceso solo
ha depositado la suma de doscientos cincuenta nuevos soles (S/250.00), de lo que
se colige que no es una persona responsable en el cumplimiento de sus
obligaciones alimentarias. Se debe valorar la conducta procesal del demandado,
quien pese a haber sido notificado válidamente con la demanda no la absolvió.

III. SEGUNDA INSTANCIA

Los codemandados interponen recurso de apelación contra la sentencia antes


referida, que al ser absuelto por la Sala Superior mediante resolución de fecha
veintinueve de noviembre de dos mil once, obrante a fojas trescientos cuatro,
confirma la sentencia apelada, que declara fundada la demanda, al considerar que:

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a) Que, en autos se ha acreditado la existencia del Proceso Judicial tramitado como
expediente número seiscientos ochenta y cuatro – dos nueve, en el que se ha
establecido la obligación del demandado de asistir a la menor Valeria Anette
Marcovich Vásquez con la suma de trescientos nuevos soles mensuales (S/300.00),
(fojas ciento sesenta nueve), no obstante los documentos copiados a fojas ciento
cincuenta a ciento cincuenta y ocho, del acompañado sobre alimentos, acreditan
que el apelante pese a tener anticipado conocimiento del proceso de alimentos,
instaura otro proceso de ofrecimiento de pago y consignación y realiza en dicha
causa consignaciones por concepto de alimentos a partir de la notificación de la
demanda de alimentos (aun considerando los importes que pretende hacer constar
a fojas doscientos cuarenta y cuatro a doscientos cincuenta y cuatro de estos autos),
al no existir la acreditación emitida en el proceso de alimentos en el sentido que el
apelante se haya encontrado al día en sus obligaciones alimentarias debe asumirse
que el demandado ha incurrido en la causal a que se contrae el artículo 75 inciso
f) de la Ley 27337.

b) En consecuencia no existe error de hecho o de derecho que ponga en esencial


cuestión la corrección de la decisión que se recurre, sin perjuicio de tenerse en
cuenta que la resolución número diez ha dejado establecido que la demanda ha
sido bien notificada al apelante, que la citación a la audiencia única le fue
emplazada con la anticipación y la solicitud de reprogramación fue ingresada al
juzgado dos días después de la emisión del Certificado de fojas ciento noventa y
ocho, el mismo que día de la audiencia, y sin dejar de considerar la irrelevancia y
la falta de prueba del supuesto abandono que alude la recurrente o la conexión
lógica entre su posición impugnatoria y el alegado estado de crisis del país de
residencia de la actora.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


diez de abril de dos mil trece del cuaderno respectivo, por las causales de:

a) Infracción Normativa del inciso 3º del artículo 139 de la Constitución


Política del Estado, y la última parte del artículo I del Título Preliminar del
Código Procesal Civil; señala que las instancias de mérito infringen el debido
proceso al haber omitido valorar las pruebas instrumentales presentadas
oportunamente por el recurrente y que acreditan que ha cumplido con acudir con

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la pensión de alimentos a favor de su hija, colisionando con el artículo 197 del
Código Procesal Civil.

b) Infracción Normativa del inciso 3º del artículo 139 de la Constitución


Política del Estado, y la última parte del artículo I del Título Preliminar del
Código Procesal Civil; señala que las instancias de mérito infringen el debido
proceso al haber omitido valorar las pruebas instrumentales presentadas
oportunamente por el recurrente y que acreditan que ha cumplido con acudir con
la pensión de alimentos a favor de su hija, colisionando con el artículo 197 del
Código Procesal Civil.

2. Que, ante todo, en materia de casación es factible ejercer el control de las


decisiones jurisdiccionales, para determinar si en ellas se han infringido o no las
normas que garantizan el derecho al debido proceso, tomándose en consideración
que éste supone el cumplimiento de los principios y de las garantías que regulan el
proceso como instrumento judicial, cautelando sobre todo el ejercicio absoluto del
derecho de defensa de las partes en litigio.

3. Que, habiéndose declarado procedente el recurso por la causal de infracción


normativa material y procesal, en primer término debe dilucidarse la causal relativa
a la infracción normativa procesal, por cuanto en caso se declare fundada por dicha
causal y en atención a su efecto nulificantes, carecería de objeto emitir
pronunciamiento respecto de la otra causal de derecho material.

4. Que, respecto a la denuncia formulada por el recurrente es pertinente señalar


que el derecho al debido proceso, previsto en el inciso 3º del artículo 139 de la
Constitución Política del Estado, comprende un haz de derechos; así el debido
proceso protege el derecho de defensa, el derecho a probar, el derecho a la
motivación de las resoluciones el de obtener una resolución fundada en derecho y
mediante sentencias en las que los jueces y tribunales, expliciten en forma
suficiente las razones de sus fallos, con mención expresa de los elementos fácticos
y jurídicos que los determinaron, dispositivo que resulta concordante con lo
preceptuado el inciso 3º del artículo 122 del Código Procesal Civil y el artículo 12
de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Del mismo modo no puede dejarse de anotar
que el artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, señala que toda
persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional efectiva para el ejercicio o defensa
de sus derechos o intereses, con sujeción a un debido proceso; esto es, el justiciable

60
no solo tiene derecho a acceder al proceso en el ejercicio de su acción, sino ha de
usar los mecanismos procesales con el fin de defender su derecho durante el
proceso.

5. Que, el numeral 197 del Código Procesal Civil regula la valoración de la prueba
al señalar que “Todos los medios probatorios son valorados por el Juez en forma
conjunta, utilizando su apreciación razonada. Sin embargo, en la resolución sólo
serán expresadas las valoraciones esenciales y determinantes que sustentan su
decisión”. En virtud del numeral glosado, los medios probatorios forman una
unidad y como tal deben ser examinados y valorados por el Juzgador en forma
conjunta, confrontando uno a uno los diversos medios de prueba, puntualizando su
concordancia o discordancia, para que a partir de dicha evaluación el juzgador se
forme una cabal convicción respecto del asunto en litis, como lo señala el autor
Bustamante Alarcón 1, “si el derecho a probar tiene por finalidad producir en la
mente del juzgador el convencimiento sobre la existencia o inexistencia de los
hechos afirmados por los sujetos procesales, este derecho sería ilusorio si el Juez
no apreciara razonadamente todos los medios probatorios actuados en el proceso
con el fin de sustentar su decisión”.

6. Que, si bien no está dentro de la esfera de las facultades de la Corte de Casación


provocar un nuevo examen crítico de los medios probatorios que han dado base a
la sentencia recurrida, los que formaron convicción para expedir su respectivo
pronunciamiento; no es menos cierto que en algunos casos, la arbitraria evaluación
de la prueba por la instancia inferior, origina un fallo con una motivación aparente
que no corresponde a los criterios legales ni para la selección del material fáctico,
ni para la apreciación lógica y razonada de la prueba o en algunos casos se vulnera
el derecho subjetivo de las partes a intervenir en la actividad probatoria para
demostrar sus afirmaciones, lo que faculta a esta Sala Casatoria a revisar la
actividad procesal en materia de prueba, toda vez, que no sólo la admisión y la
actuación del medio probatorio constituye una garantía del derecho fundamental a
probar, sino además que este medio de prueba –incorporado al proceso por los
principios que rigen el derecho probatorio, como pertenencia, idoneidad, utilidad
y licitud-sea valorado debidamente.

7. Que, en el presente caso, se constata que el recurrente denuncia la infracción del


principio antes glosado, pues, refiere que no se habría realizado la debida
valoración de los medios probatorios; sin embargo, de los numerales 6.3 y 6.4 de

61
los fundamentos de la sentencia de vista se advierte que: “ (...) En autos se
acreditado la existencia del proceso Judicial tramitado como expediente Número
seiscientos ochenta y cuatro – dos mil nueve (5JPLCH) en que se ha establecido la
obligación del demandado en asistir a la menor Valeria Anette Marcovich Vásquez
con la suma de trescientos cincuenta y 00/100 nuevos soles mensuales, conforme
es de verse en el texto de la sentencia revisora de folios ciento sesenta y nueve a
ciento setenta y tres de dicho acompañado, y, como también es de verse del Asiento
de folios cuarenta y dos del mismo expediente , dicha obligación alimentaria es
exigible a partir de la notificación con la demanda de alimentos ; es decir , desde
el dos de noviembre de dos mil nueve. (...) No obstante los documentos copiados
de folios ciento cincuenta y uno a ciento cincuenta y ocho del acompañado sobre
Alimentos acreditan que el apelante, pese a tener anticipado conocimiento el
trámite de la citada causa en su contra, procede a instaurar otro expediente
(Ofrecimiento de pago y consignación) y realiza en dicha causa consignaciones
por el concepto alimentario total a partir de la notificación con la demanda de
alimentos (aun considerando los importes que pretende hace contar a folios
doscientos cuarenta y cuatro a doscientos cincuenta y cuatro de estos autos), por
lo que, al no existir la acreditación emitida en el proceso de alimentos en el sentido
que el apelante se haya encontrado al día en sus obligaciones alimentarias debe
asumirse que el demandado ha incurrido en la causal a que se contrae el artículo
75 – F de la Ley 27337 por lo que el fundamento estimatorio de la apelada resulta
ser el correcto”; se advierte de lo expuesto que los órganos de instancia al resolver
el proceso han valorado el material probatorio aportado al proceso, entre ellos, el
expediente seiscientos ochenta y cuatro – dos mil nueve, que en su interior obran
los documentos, realizando un estudio conjunto de las pruebas en sus elementos
comunes, conexiones directas e indirectas, integrándolas en un todo coherente, con
la finalidad de tener una visión integral de los medios probatorios y arribar a las
conclusiones que se requirió al emplazado al cumplimiento de sus obligaciones
alimentaria a favor de su hija; y que el demandado a pesar de tener conocimiento
de la existencia de dicho proceso en su contra inició otro proceso en el cual
presuntamente de forma voluntaria ofrece pago de una pensión alimentaria a favor
de la niña; y además no ha acreditado que se encuentre al día en el cumplimiento
de las obligaciones alimentarias. Siendo ello así en el caso de autos no se ha
configurado las causales procesales denunciadas.

8. Que respecto a la infracción normativa del inciso f) del artículo 75 de la Ley


27337, dispositivo que señala: “Suspensión de la Patria Potestad (...) f) Por negarse

62
a prestarles alimentos. De acuerdo a la norma glosada, se recoge como supuesto
fáctico para la suspensión del ejercicio de la patria potestad la negativa del padre
o de la madre a prestar alimentos a sus hijos. La negación del cumplimiento de la
obligación alimentaria por parte de uno de los padres implica la vulneración de
uno de los deberes fundamentales del ejercicio de la patria potestad, conforme lo
regulado por el inciso 6º de la Constitución y el artículo 74 del Código del Niño y
Adolescentes. En efecto, desatender a un hijo en sus necesidades alimentarias,
conforme al concepto que desarrolla el artículo 92 del ordenamiento legal antes
mencionado, evidencia además de desapego efectivo, violación al derecho a la vida
y desarrollo integral de un hijo, lo que no resulta congruente con relaciones de
parentesco derivadas del vínculo paterno filial, de allí que en el ámbito penal se
tipifique y sancione como delito la omisión al cumplimiento de la obligación
alimentaria. Para sancionar a uno de los padres con la suspensión de la patria
potestad, debe preexistir un requerimiento al cumplimiento de la obligación
alimentaria; esto es, que necesariamente se debe haber instaurado un proceso de
alimentos contra aquél, en el que se haya fijado una pensión que se omite o es
renuente a cumplir, pues de lo contrario, es de suponer que se cumple con dicha
obligación.

9. Que de lo indicado precedentemente, la sentencia de vista ha analizado en sus


considerandos 6.3 y 6.4, que existe un proceso judicial tramitado con el expediente
seiscientos ochenta y cuatro – dos mil nueve (5JPLCH), en el que se ha establecido
la obligación del demandado de asistir a su menor hija con una pensión de
trescientos cincuenta nuevos soles (S/ 350.00); sin embargo, a pesar de tener
conocimiento de dicho proceso el demandado instauró otro expediente de
ofrecimiento de pago y consignación. De ello se verifica que el demandado no se
encuentra al día en el pago de sus obligaciones alimentarias, ya que sólo acreditó
el pago de doscientos cincuenta nuevos soles (S/ 250.00) conforme consta en dicho
expediente, incurriendo el demandado en la causal del artículo 75 literal f) de la
ley 27337.

10. Que estando a lo expresado en la instancia de mérito se desprende que se ha


valorado los medios probatorios, habiendo justificado con los fundamentos de
hecho y de derecho, por tanto no se corrobora las infracciones normativas
denunciadas, por lo que debe desestimarse las causales denunciadas.

V. DECISIÓN:

63
Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 397, del
Código Procesal Civil, declararon:

INFUNDADO el recurso de casación de fojas trescientos treinta y tres, interpuesto


por Juan Ernesto Marcovich Chumbe, en consecuencia, NO CASARON la
sentencia de vista de fecha veintinueve de noviembre de dos mil once, obrante a
fojas trescientos cuatro, que confirma la sentencia apelada que declara fundada la
demanda de pérdida de patria potestad, con lo demás que contiene.
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el diario oficial El
Peruano, bajo responsabilidad, y los devolvieron; en los seguidos por Ana María
Vásquez Navarrete con Juan Ernesto Marcovich Chumbe, sobre perdida de patria
potestad. Intervino como ponente la Jueza Suprema señora Estrella Cama

SS. ALMENARA BRYSON, HUAMANI LLAMAS, ESTRELLA CAMA,


RODRÍGUEZ CHÁVEZ, CALDERÓN PUERTAS.

64
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 3978-2006, LIMA

Lima, 26 de junio del 2007.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; En la causa vista en audiencia pública de la
fecha; con los acompañados; emite la siguiente sentencia.

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. La Corte mediante resolución de fecha dieciocho de enero del dos mil siete ha
estimado Procedente el recurso por las causales de: i) inaplicación de los artículos
cuatrocientos ochentitrés y cuatrocientos veinticuatro del Código Civil; y, ii)
aplicación indebida del artículo cuatrocientos quince del mismo Código;
expresando el recurrente como fundamentos:

a) Inaplicación. que los juzgadores han inaplicado los artículos cuatrocientos


ochentitrés y cuatrocientos veinticuatro del Código Sustantivo los cuales, en caso
de mayoría de edad, permite la continuación de la prestación de alimentos a favor
incluso del hijo alimentista, cuando esté siguiendo una profesión u oficio
exitosamente.

b) Aplicación indebida. que en forma indebida las sentencias de mérito han


aplicado el artículo cuatrocientos quince del Código Civil en el sentido de que sólo
la pensión de alimentos continúa vigente si el hijo llegado a la mayoría de edad
no puede proveer a su propia subsistencia por incapacidad física o mental, lo cual
es discriminatorio y vulnera la norma constitucional del derecho a la igualdad de
las personas, máxime que en este caso concreto, se ha demostrado con una
sentencia que el recurrente tiene un título filial al haberse declarado que el actor es
su padre biológico.

2. Que, en principio, dado que las causales invocadas de inaplicación y aplicación


indebida de normas de derechos material están vinculadas al mismo tema sobre
la naturaleza jurídica de los alimentos a que se refiere el artículo cuatrocientos

65
quince del Código Civil, esta Sala de Casación analizará ambas causales
simultáneamente.

3. Que, la persona que reclama alimentos de su padre lo hace en virtud a que su


derecho alimentario proviene de su condición de hijo; así lo contempla el artículo
cuatrocientos setenticuatro inciso segundo del Código Civil que prescribe que se
deben alimentos recíprocamente los ascendientes y descendientes; estableciendo
el artículo trescientos sesentiuno del mismo Código: que el hijo nacido durante el
matrimonio o dentro de los trescientos días siguientes a su disolución tienen por
padre al marido; y, por su parte, el artículo trescientos ochentisiete, señala, en
relación a los hijos extramatrimoniales, que el reconocimiento y la sentencia
declaratoria de paternidad o la maternidad son los únicos medios de prueba de
filiación extramatrimonial.

4. Que, en tal virtud, resulta claro que única y exclusivamente puede


demandar alimentos a su padre aquél que tiene la calidad de hijo de éste, ya sea
porque nació dentro del matrimonio o porque ha sido objeto de reconocimiento u
obtenido sentencia judicial que así lo declare; que no obstante lo anterior, el
legislador advirtió la eventual existencia de hijos extramatrimoniales que por una
u otra razón no podrían acreditar, a través de sus representantes legales,
encontrarse en alguno de los supuestos de hecho contemplados en el artículo
cuatrocientos dos del Código Civil para obtener declaración judicial de paternidad
extramatrimonial, de tal modo que atendiendo a la necesidad primerísima de
los alimentos, y al hecho incuestionable de que para que haya nacido dicha persona
es que ha tenido que existir un padre, el legislador contempló en el artículo
cuatrocientos quince la posibilidad de que tal hijo reclame del que ha tenido
relaciones sexuales con la madre durante la época de la concepción una pensión
alimenticia hasta la edad de dieciocho años.

5. Que, en tal sentido, el artículo cuatrocientos quince del Código Sustantivo


descansa sobre la presunción juris tantum de paternidad de la persona que ha
mantenido relaciones sexuales con la madre durante la referida época; de allí que
en este tipo de pretensión alimenticia no se requiere la acreditación inequívoca de
la relación paterno filial, pero en modo alguno, confiere al demandante, vía
representante legal, la calidad de hijo extramatrimonial del demandado, dado que
éste solo se puede hacer mediante reconocimiento y la sentencia declaratoria de
paternidad a que se refiere el citado artículo trescientos ochentisiete y siguientes;

66
consecuentemente, dicho derecho de alimentos es excepcional y como tal tiene
tratamiento particular al derecho de alimentos de los hijos matrimoniales o
extramatrimoniales.

6. Que, es en virtud a dicha excepcionalidad que el mismo artículo cuatrocientos


quince prescribe que los alimentos que contempla se extiende hasta la edad de
dieciocho años del alimentista y su vigencia post mayoría de edad procederá única
y exclusivamente si el hijo, llegado a la mayoría de edad, no puede proveer a su
subsistencia por incapacidad física o mental; de tal modo que al hijo alimentista
no le es aplicable las causales de vigencia post mayoría de edad contempladas en
el artículo cuatrocientos veinticuatro, concordado con el artículo cuatrocientos
ochentitrés, ambos del Código Civil, dado que éstas corresponden únicamente a
los hijos matrimoniales o extramatrimoniales.

7. Que, en el presente caso, Luis Alberto Gonzáles Peñaranda interpone demanda


de Exoneración de Alimentos el quince de setiembre del dos mil tres, contra
Álvaro Benito Gonzáles Lluncor peticionando que se le exonere de
los alimentos que viene prestando a favor del demandado en virtud al proceso
de pensión de alimentos que se le siguiera al amparo del artículo cuatrocientos
quince del Código Civil, bajo el argumento de que el demandado actualmente tiene
más de dieciocho años y que, por tanto, debe exonerársele de continuar
prestando alimentos; demanda que es amparada por el A quo en su sentencia de
fojas ciento ochentidós, al considerar que el demandado, en efecto, ha nacido el
doce de agosto de mil novecientos ochenticinco, de tal modo que a la fecha de
interposición de la demanda había cumplido los dieciocho años; no encontrándose
en incapacidad física ni mental; sentencia que es confirmada por la Sala Superior,
precisando que la circunstancia que el demandado esté cursando con éxito estudios
superiores no es motivo para denegar la exoneración de alimentos, puesto que los
obtuvo en calidad de hijo alimentista conforme al artículo cuatrocientos quince del
Código Civil.

8. Que, conforme se puede apreciar los juzgadores han aplicado debidamente el


artículo cuatrocientos quince del Código acotado y la inaplicación que realizan de
los artículos cuatrocientos ochentitrés y cuatrocientos veinticuatro del mismo
Código se encuentra ajustado a derecho; no afectando este criterio la sentencia
presentada por el demandado recién en segunda instancia, obrante a fojas
doscientos treintitrés, dictada por el Primer Juzgado de Paz Letrado de Santa Anita

67
que declara judicialmente la paternidad del actor Luis Alberto Gonzáles Peñaranda
respecto del demandado, Álvaro Benito Gonzáles Lluncor; toda vez que, de un
lado, no se ha acreditado que dicha sentencia se encuentre firme; y, de otro lado, la
exoneración de los alimentos que se pretende en el presente proceso deriva de un
proceso anterior de alimentos otorgado al amparo del artículo cuatrocientos quince
del Código Civil y no sobre alguna condición de hijo extramatrimonial, además
que este título filial no ha sido materia de controversia en estos autos; debiendo el
demandado hacer valer su aparente nuevo derecho en la forma y vía que la ley le
franquea.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 397, del


Código Procesal Civil, declararon:

INFUNDADO el recurso de casación, interpuesto a fojas doscientos cuarentisiete


por Álvaro Benito Gonzáles Lluncor, en consecuencia: NO CASARON la
resolución de vista de fojas doscientos treintiocho, su fecha nueve de agosto del
dos mil seis; ORDENARON la publicación de la presente resolución en el Diario
Oficial “El Peruano”; en los seguidos por Luis Alberto Gonzáles Peñaranda con
Álvaro Benitos Gonzáles Lluncor sobre Exoneración de Alimentos; y, los
devolvieron; Vocal Ponente Señor Palomino García.

SS. TICONA POSTIGO, SOLIS ESPINOZA, PALOMINO GARCÍA,


CASTAÑEDA SERRANO, MIRANDA MOLINA.

68
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 158-2002, PUNO

Lima, 24 de junio del 2002.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número ciento cincuentiocho –
año dos mil dos, con los acompañados; en Audiencia Pública de la fecha y
producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia.

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Se trata del recurso de casación interpuesto por don Constantino Cáceres


Huanacuni mediante escrito de fojas ciento treinta, contra la sentencia de vista de
fojas ciento catorce emitida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Puno el cuatro de diciembre del dos mil unos que, revocando la apelada de fojas
ochentinueve, su fecha veintidós de octubre de ese mismo año que declara fundada
la demanda de exoneración de alimentos de fojas siete; reformándola la declara
infundada.

2. Que, concedido el recurso de casación a fojas ciento treinta y cuatro, esta Sala
por resolución de fecha veintiuno de febrero del año en curso estimó procedente el
recurso por la causal contenida en el inciso primero del artículo trescientos
ochentiséis del Código Procesal Civil, esto es, por la interpretación errónea de una
norma de derecho material, sustentada en que la Sala interpretó erróneamente el
artículo cuatrocientos veinticuatro del Código Civil, pues debió considerar la
profesión obtenida por la alimentista, no siendo necesario que tenga un trabajo
remunerado, ya que la norma solo refiere al hecho de conseguir una profesión, y
por otro lado, si se espera a que pueda contraer matrimonio la alimentista, está por
capricho podría no contraerlo a fin de continuar percibiendo la pensión cuando
tiene una profesión con la que puede afrontar su subsistencia; siendo de acotar que
los cursos de capacitación y el oficio que viene siguiendo no deben ser merituados
por la Sala puesto que la demandada ha culminado exitosamente una profesión.

69
3. Que, la sentencia de vista en su tercer considerando al hacer la interpretación
del artículo cuatrocientos veinticuatro de la norma sustantiva, afirma que no está
acreditado en autos que la demandada tenga un trabajo remunerado con el que
pueda atender a su subsistencia.

4. Que, el referido numeral no exige como condición que el hijo alimentista tenga
un trabajo remunerado, ya que el hecho de haber adquirido un título pedagógico,
ya la excluye como beneficiaria de este derecho, cual es de alimentos.

5. Que, en lo referente a la condición de soltera de la demandada, esta sumada al


título pedagógico ya adquirido, le posibilitan el lograr si se lo propone de un trabajo
remunerado, ya que tiene la disponibilidad de tiempo para alcanzar tal objetivo,
caso contrario estaríamos ante lo dispuesto por el artículo II del Título Preliminar
del Código Civil; en lo referente al abuso del derecho.

6. Que, la Constitución Política del Estado en el inciso décimo quinto de su artículo


dos consagra el derecho que tiene toda persona a trabajar libremente con sujeción
a la ley, por lo que el derecho está declarado, dejando la libertad a la demandada
Yovana Cáceres Balcona de trabajar cuando lo estime conveniente.

7. Que, todo lo expresado hace determinar que se ha interpretado erróneamente el


artículo cuatrocientos veinticuatro del Código Civil, siendo la interpretación
correcta la señalada en los considerandos precedentes, presentándose así la causal
contemplada en el inciso primero del artículo trescientos ochentiséis del Código
Adjetivo, por lo que de conformidad con el inciso primero del artículo trescientos
noventiséis de ese mismo texto legal, declararon.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el inciso 1 del artículo


396, del Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas ciento treinta; en


consecuencia NULA la sentencia de vista de fojas ciento catorce, su fecha cuatro
de diciembre del dos mil uno; y actuando en sede de
instancia CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ochentinueve, su fecha
veintidós de octubre del dos mil uno que declaró fundada la demanda de fojas

70
siete; ORDENARON se publique la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano; en los seguidos por don Constantino Cáceres Huanacuni con Yovana
Cáceres Balcona, sobre exoneración de alimentos; y los devolvieron.

SS. MENDOZA R., LAZARTE H., INFANTES V., SANTOS P., ESTRELLA
C.

71
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 2458-2016, SULLANA

Lima, nueve de mayo de dos mil diecisiete.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número dos mil cuatrocientos
cincuenta y ocho – dos mil dieciséis, en audiencia pública llevada a cabo en la
fecha y producida la votación con arreglo a ley, se emite la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. Santos Venancio Flores Nunjar interpone la presente demanda para que se


declare disuelto el vínculo matrimonial subsistente con Francisca Esperanza Ávila
Olaya de Flores por la causal de separación de hecho., fundamentándola en:

a) Contrajo matrimonio civil con la demandada ante la Municipalidad de Sullana


el cinco de enero de mil novecientos setenta y cuatro, siendo que de la unión
matrimonial han procreado dos hijas, las cuales han llegado a su mayoría de edad,
conforme lo acredita con sus partidas de nacimiento.

b) Con la demandada se encuentra separada por más de dieciséis años, por diversas
rencillas que sostenían y debido a que aquella se mostraba renuente a cumplir sus
obligaciones como madre y esposa, conforme lo acreditó con el acta de denuncia
verbal interpuesta ante el Juzgado de Paz del Distrito de Bellavista – Sullana.

c) Desde que se separaron, el recurrente siempre acudió con una pensión


alimenticia en forma directa y dentro de sus posibilidades económicas, por cuya
razón nunca se inició un proceso de alimentos; debiendo tenerse en cuenta que por
las circunstancias en que se produjo la separación, la emplazada perdió el derecho
a la pensión alimenticia, en estricta aplicación de lo dispuesto por el artículo 291
segunda parte del Código Civil.

d) Durante el matrimonio no han adquirido bienes muebles e inmuebles que sean


materia de repartición.

72
2. el Fiscal de la Primera Fiscalía Provincial Civil y Familia de Sullana contesta la
demanda, señalando básicamente que es obligación del Ministerio Público velar
por el bienestar de los menores que se hayan procreado como producto del
matrimonio, lo cual no ocurre en el presente caso, puesto que los hijos de las partes
procesales, son mayores de edad.

3. Francisca Esperanza Ávila Olaya, contesta la demanda alegando que:

a) Que, es verdad que con el demandante contrajo matrimonio el cinco de enero


de mil novecientos setenta y cuatro, habiendo procreado a dos hijas que ahora son
mayores de edad.

b) Es falso que con el actor se encuentren separados hace dieciséis años, por
“incompatibilidad de caracteres” como lo quiere hacer ver con una denuncia verbal
realizada ante un Juez de Paz del Distrito de Bellavista – Sullana del año dos mil
cinco, que fue emitida recientemente la cual no tiene ningún asidero legal.

c) Le causa asombro que después de cuarenta años de casado quiera divorciarse,


todo por no querer compartir su liquidación como trabajador minero.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia de fecha veintisiete de agosto de dos mil catorce, se declaró


improcedente la demanda, fundamentando su decisión en los siguientes
considerandos:

a) Cabe emitir pronunciamiento sobre el “cumplimiento del requisito de


admisibilidad” previsto en el artículo 345-A del Código Civil, en el extremo de
acreditar encontrarse al día en el pago de las obligaciones alimentarias, y demás
obligaciones pactadas entre los cónyuges. Al respecto, cabe tener presente que la
parte demandante no ha cumplido con acreditar mediante medio probatorio idóneo
el estar al día con sus obligaciones alimenticias, ello en tanto, si bien refiere fue la
demandada quien abandono el hogar conyugal, éste habría convenido el pago de
una pensión de alimentos a su cargo a favor de la demandada, conforme se extrae
del Acta de Denuncia Verbal ante el Juez de Paz de Única Nominación del Barrio
El Porvenir.

73
b) Como segundo punto, cabe atender si se verifican los presupuestos que permitan
verificar la acreditación de la causal de separación de hecho prevista en el numeral
12 del artículo 333 del Código Procesal Civil. Así tenemos, que conforme al medio
probatorio consistente en el acta de denuncia verbal de folios nueve, es uno
realizado a pedido de una de las partes y no un documental de constancia efectuado
por la autoridad competente a efectos de acreditar la separación de hecho, por lo
que, el medio probatorio aludido carece de idoneidad para acreditar la pretensión
del accionante.

III. SEGUNDA INSTANCIA

Elevados los autos al Superior, la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de


Sullana, mediante sentencia de vista de fecha dos de octubre de dos mil quince,
obrante a fojas ciento cincuenta y seis, confirmo la sentencia apelada, al considerar
que:

a) De la revisión de lo actuado y de los argumentos del presente recurso de


apelación, se advierte que los mismos no logran desvirtuar los fundamentos de la
sentencia recurrida, en razón a que a fojas nueve obra el Acta de Denuncia Verbal,
mediante la cual el actor manifiesta que se encuentra separado de su cónyuge desde
hace más de dieciséis años, señalando que está acudiendo de acuerdo a sus
posibilidades económicas, con una pensión de alimentos mensual en forma directa,
en razón a que la demandada no le ha iniciado proceso alguno por alimentos,
supuesto que constituye una declaración voluntaria y un compromiso de parte del
demandante de acudir con una pensión alimenticia mensual a favor de la
emplazada.

b) En consecuencia, pese al acuerdo voluntario de pensión alimenticia por parte de


Santos Venancio Flores Nunjar, éste no ha acreditado con medio probatorio alguno
haber cumplido con lo previsto en el primer párrafo del artículo 345 del Código
Procesal Civil, el cual constituye un requisito indispensable para que proceda su
pretensión de divorcio por la causal de separación de hecho, por el contrario se
observa que ninguno de los argumentos expuestos por el apelante desvirtúan los
fundamentos de la sentencia apelada, más aún si corresponde a las partes asumir
la demostración de los presupuestos de hecho contenidos en la norma sustancial
para fundamentar sus pretensiones como carga probatoria.

74
c) Asimismo cabe precisar que al no cumplir la demanda con el requisito de
procedibilidad antes descrito y por ende la misma es improcedente, carece de
objeto emitir pronunciamiento respecto de la causal de separación de hecho.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


veintitrés de noviembre de dos mil dieciséis, obrante a fojas veintiocho del
cuadernillo de casación, por las causales de:

a) Infracción normativa del artículo 345-A del Código Civil. Señala que se ha
interpretado erróneamente lo dispuesto por el primer párrafo del artículo
345-A del Código Civil, que establece que para invocar el inciso 12) del
artículo 333 del mismo cuerpo legal, es necesario que esté al día en el
cumplimiento de la obligación alimenticia. Si bien es cierto que es un requisito de
procedencia dispuesto en la ley, sin embargo, el mismo no puede ser entendido, ni
interpretado de manera absoluta y estática por los jueces, pues excepcionalmente,
dependiendo de cada caso concreto, pueden presentarse causas o circunstancias
que justifiquen la no exigencia de este requisito, como ocurre en el presente. No
se ha podido acreditar encontrarse al día en el cumplimiento de la obligación
alimentaria, en razón de que la demandada, jamás le interpuso demanda de
alimentos, nunca le exigió el pago de la pensión alimenticia, si es que tuviera
derecho a ella, teniendo en cuenta que las obligaciones son recíprocas para ambos
cónyuges.

2. Debe señalarse que existe interpretación errónea de una norma cuando


concurren los siguientes supuestos: a) el Juez establece determinados hechos, a
través de una valoración conjunta y razonada de las pruebas aportadas al
proceso; b) que estos hechos, así establecidos, guardan relación de identidad con
los supuestos fácticos de una norma jurídica determinada; c) que elegida esta
norma como pertinente (solo ella o en concurrencia con otras) para resolver el caso
concreto, la interpreta (y aplica); d) que en la actividad hermenéutica, el Juzgador,
utilizando los métodos de interpretación, yerra al establecer el alcance y sentido de
aquella norma, es decir, incurre en error al establecer la verdadera voluntad
objetiva de la norma, con lo cual resuelve el conflicto de intereses de manera

75
contraria a los valores y fines del derecho y, particularmente, vulnerando el valor
superior del ordenamiento jurídico, como es el de la justicia.

3. Que, se reconoce preponderantemente dos modelos de interpretación


jurídica: i) el modelo de interpretación estática, según la cual la interpretación
jurídica persigue indagar lo realmente querido por el legislador, esto es, determinar
la voluntad del legislador; y, ii) el modelo de interpretación dinámica, según la
cual el objetivo de la interpretación no es la voluntad del legislador sino la voluntad
de la ley. En un Estado Democrático y Social de Derecho, aun la actividad
hermenéutica de las normas debe sujetarse al principio de separación de poderes;
en consecuencia, el Juez no puede sujetarse a la voluntad del legislador, es decir,
el Juez no puede actuar como la boca que pronuncia las palabras de la ley, como
antiguamente se postulaba; por el contrario, está llamado a interpretar y aplicar la
norma jurídica en un contexto social determinado, en tiempo y lugar en donde
operan los factores sociales, económicos, políticos, culturales, entre otros, pues el
derecho vigente regula las relaciones jurídicas emergentes en dicho contexto; por
ello, consideramos que los magistrados, en su actividad interpretativa, deben
seguir principalmente el modelo dinámico y, en forma secundaria, el modelo
estático, para efectos de conducir eficazmente no solo a determinar la voluntad
objetiva de la norma sino, además, concretar los valores, fines y principios vigentes
en un sistema jurídico determinado, principalmente el sistema material de valores
que reconoce y consagra la Constitución Política del Estado y la concreción del
valor justicia en el caso sub judice.

4. Que, asimismo, el artículo 345-A del Código Civil señala: “Para invocar el
supuesto del inciso 12 del artículo 333 el demandante deberá acreditar que se
encuentra al día en el pago de sus obligaciones alimentarias u otras que hayan sido
pactadas por los cónyuges de mutuo acuerdo. El juez velará por la estabilidad
económica del cónyuge que resulte perjudicado por la separación de hecho, así
como la de sus hijos. Deberá señalar una indemnización por daños, incluyendo el
daño personal u ordenar la adjudicación preferente de bienes de la sociedad
conyugal, independientemente de la pensión de alimentos que le pudiera
corresponder. Son aplicables a favor del cónyuge que resulte más perjudicado por
la separación de hecho, las disposiciones contenidas en los artículos 323, 324, 342,
343, 351 y 352, en cuanto sean pertinentes”.

76
5. Que, en tal sentido, deben analizarse las razones que han dado lugar a la causal
de separación de hecho. En efecto, los legisladores al momento de redactar esta
norma tuvieron en cuenta que su finalidad era resolver un problema social,
situación fáctica bastante frecuente en nuestra realidad social y familiar; el cual
consistía en dejar de mantener la ficción de una relación conyugal, la cual producía
daños a las partes quienes tendrían la posibilidad de rehacer sentimentalmente su
vida o formalizar sus nuevas relaciones de pareja. Por ende, al igual que toda
norma legal, el fin último de los legisladores fue el procurar resolver el problema
social surgido entre dos personas que, a pesar del tiempo de separación, no tenían
posibilidad legal de separarse y divorciarse, bajo las estrictas causales del divorcio,
propias de un sistema jurídico absolutamente protector del matrimonio; que es en
esas circunstancias que se dicta la norma que instituye como causal de divorcio la
separación de hecho, convirtiendo o agregando a nuestro sistema o modelo de
divorcio sanción, un sistema o modelo plurimodal en donde también se insertan
causales propias del sistema o modelo del divorcio remedio.

6. El autor Varsi Rospigliosi señala que: “la separación de hecho es la negación


del estado de vida en común en el domicilio conyugal. Es un acto de rebeldía al
cumplimiento de un deber voluntariamente aceptado al momento de la celebración
del matrimonio, la cohabitación”.

7. Conforme lo señala la Tercera Disposición Complementaria y Transitoria de la


Ley n.° 27495 de fecha once de junio de dos mil uno (que incorpora la separación
de hecho como causal de separación de cuerpos y subsecuente divorcio), establece
que para fines de incoar la demanda no se considerará separación de hecho a
aquella que se produzca por razones laborales, siempre que se acredite el
cumplimiento de las obligaciones alimentarias u otras pactadas por los cónyuges
de mutuo acuerdo, dispositivo legal que guarda coherencia con lo establecido en
el primer párrafo del artículo 345-A del Código Civil.

8. En relación a los alimentos el maestro Cornejo Chávez sostiene lo siguiente: “se


trata de un derecho personalísimo, porque está dirigido a garantizar la subsistencia
del titular del derecho en cuanto subsista el estado de necesidad, además, este
derecho no puede ser objeto de transferencia inter vivos ni de
transmisión mortis causa”.

77
9. De lo señalado precedentemente cabe concluir como regla, un requisito de
procedibilidad para interponer demanda invocando esta causal es que el
demandante se encuentre al día en el pago de los alimentos u otras obligaciones
que se hubieren pactado entre los cónyuges; lo que va brindar seguridad y garantía
al cónyuge demandado, puesto que incluso el cónyuge culpable de la separación
puede invocar la separación de hecho.

10. Al respecto, se tiene que, el primer párrafo del artículo 345‐A del Código Civil,
establece que, para invocar el supuesto del inciso 12 del artículo 333 del Código
acotado, el demandante deberá acreditar que se encuentra al día en el pago de sus
obligaciones alimentarías u otras que hayan sido pactadas por los cónyuges de
mutuo acuerdo. Si bien es cierto nos encontramos ante un requisito de
procedibilidad dispuesto expresamente en la ley, sin embargo el mismo no puede
ser entendido ni interpretado de manera absoluta y estática por los Jueces, pues
excepcionalmente, dependiendo de cada caso concreto, pueden presentarse causas
o circunstancias que justifiquen la no exigencia de este requisito, como ocurre en
el presente caso pues si bien la prueba corresponde al demandante
documentalmente cuando exista un proceso de alimentos en trámite o fenecido,
una conciliación, transacción u otro medio indubitable, no siendo necesario éste
requisito de procedibilidad en casos como el presente en el cual no se ha
judicializado si ha existido requerimiento de parte de la cónyuge al esposo
demandante, previo a la interposición de la demanda.

11. En tal sentido, al no existir prueba que determine la existencia de un acuerdo


extrajudicial o un mandato judicial que determine la exigibilidad de la obligación
alimentaria a cargo del demandante, y si bien es cierto existe un acta de denuncia
verbal obrante a fojas nueve, en la cual el recurrente señala que se encuentra
separado de su cónyuge por más de dieciséis años y que le está acudiendo pensión
alimenticia en forma directa de acuerdo a sus posibilidades, esto a criterio de este
Colegiado no corresponde a un acuerdo expreso que cumpla con las exigencias del
artículo 345-A primer párrafo del Código Civil, acuerdo que incluso no ha sido
requerido su pago por la demandada ni mucho menos ha sido cuestionado en su
escrito de contestación de demanda de fojas cincuenta y uno, en tal sentido no
resulta exigible al demandante el requisito de procedencia contenido en el artículo
en mención; y por ende existe interpretación errónea del primer párrafo del artículo
345-A del Código tantas veces mencionado, no resultando acertado que las
instancias de mérito declaren la Improcedencia de la demanda por el hecho de que

78
el actor no ha probado en su escrito de demanda encontrarse al día en el pago de
sus obligaciones alimentarias, pues no analiza ‐a través de una interpretación
dinámica‐ las circunstancias especiales que impiden al demandante acreditar el
cumplimiento de la citada obligación, justificándose amparar el recurso y reenviar
el proceso al Juez de origen.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396, del


Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas doscientos cuatro, por


Analberto Pacherres Sánchez, apoderado del demandante Santos Venancio Flores
Nunjar, en consecuencia NULA la sentencia de vista de fecha dos de octubre de
dos mil quince, obrante a fojas ciento cincuenta y seis, expedida por la Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Sullana, INSUBSISTENTE la sentencia
apelada de fecha veintisiete de agosto de dos mil catorce, obrante a fojas noventa
y tres, que declaró Improcedente la demanda de divorcio por causal de separación
de hecho; DISPUSIERON que el Juez de la causa emita nueva sentencia
pronunciándose sobre el fondo de la materia controvertida,
ORDENARON publicar la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”
conforme a ley; en los seguidos por Santos Venancio Flores Nunjar contra
Francisca Esperanza Ávila Olaya de Flores, sobre divorcio por la causal de
separación de hecho; y los devolvieron. Interviene como ponente el señor Juez
Supremo Távara Córdova.

SS. TELLO GILARDI, TÁVARA CÓRDOVA, DEL CARPIO


RODRÍGUEZ, CALDERÓN PUERTAS, SÁNCHEZ MELGAREJO.

79
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL PERMANENTE

CAS. 13825-2015, DEL SANTA

Lima, veintitrés de marzo de dos mil dieciséis.

LA SALA PENAL DE APELACIONES DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa, se emite la siguiente sentencia.

I. HECHOS Y PRONUNCIAMIENTO:

1. Es materia de consulta la sentencia emitida por la Sala Penal de Apelaciones de


la Corte Superior de Justicia del Santa, mediante resolución número trece, de fecha
cinco de agosto de dos mil quince, obrante a fojas doscientos catorce, que
aplicando el control constitucional difuso previsto en el artículo 14 del Texto
Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, inaplica al caso concreto
el inciso 3 del artículo 57 del Código Penal, por incompatibilidad constitucional.

2. Debe entenderse por control constitucional a aquel mecanismo que verificará si


las leyes contradicen a la Constitución en la forma o el fondo; y hablamos de
control de legalidad, cuando se verificará si las normas de menor jerarquía
contravienen a normas con rango de ley. Sin embargo, tanto el control de
constitucionalidad y de legalidad de las normas jurídicas comprenden la protección
de los derechos fundamentales de la persona consagrados en la Carta Magna, en el
marco de un régimen democrático de gobierno.

3. Siendo esto así, en la doctrina y en la legislación comparada existen dos sistemas


de control de la constitucionalidad de las normas jurídicas; uno de ellos originario
del sistema Common law norteamericano, conocido como Judicial Review, y que
en nuestro medio se le identifica como control difuso; este modelo se remota en
sus inicios a lo resuelto por el Juez Marshall en el Caso Marbury vs Madison en
Estados Unidos de Norteamérica en el año mil ochocientos tres; en este caso se
señala que todos los jueces y todos los tribunales deben decidir en los casos
concretos que le sean sometidos de conformidad con la Constitución, inaplicando
la ley que contraviene a ella. El otro, de origen europeo continental, conocido como
el sistema de Control Concentrado, doctrina autorizada atribuye su creación a las

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ideas, vinculadas a la famosa pirámide jurídica, promovidas desde mil novecientos
veinte por Hans Kelsen, con la Constitución de Austria, perfeccionada con la
Constitución de mil novecientos veintinueve; la característica relevante de este
sistema es que deja el control de la constitucionalidad de las leyes en manos de un
solo órgano o tribunal ad hoc, con facultad de expulsar del ordenamiento jurídico
a éstas cuando contravienen la Constitución, por el fondo o la forma; en este
modelo dicho órgano constitucional actúa como legislador negativo.

4. La Constitución peruana ha adoptado el sistema mixto de control constitucional;


ello significa que existe instalado en nuestra estructura jurídica constitucional no
solo el control en abstracto de la constitucionalidad de las normas con rango de
ley, el que se ejerce a través de un órgano constitucional autónomo-Tribunal
Constitucional; con el poder de decidir cuándo una ley o norma con rango de ley
es incompatible en todo o en parte con la Constitución, sea por la forma o por el
fondo; sino que además se ha autorizado a los jueces ordinarios a efecto que
ejerzan el control sobre la constitucionalidad de las normas legales en las causas
que de manera específica se ventilan ante sus despachos.

Bajo este contexto, debemos entender que el Control Difuso de la


constitucionalidad de las leyes, es competencia de cualquier órgano jurisdiccional
del Poder Judicial, sin importar la especialidad; siendo que la ley no dejará de estar
vigente, y solo se inaplicará al caso litigioso. Pudiéndose entender que este
modelo, solo se aplicará en una controversia específica, real y concreta, es decir,
se aplica a un proceso instaurado, y cuya decisión judicial de inconstitucionalidad,
no puede ni va más allá de los límites del proceso mismo; es por ello que se puede
asegurar que los efectos de la aplicación de este control solo afectarán y/o traerá
consecuencias jurídicas a las partes vinculadas al proceso, por ende, no es erga
omnes.

5. De la misma manera, corresponde entender que la Consulta es una institución


procesal de orden público, que viene impuesta por la ley, que no es en esencia un
recurso sino un mecanismo procesal a través del cual se impone al órgano
jurisdiccional el deber de elevar el expediente al superior y a éste el de efectuar el
control de la constitucionalidad de la resolución dictada en la instancia inferior.

6. En tal sentido, tratándose de una consulta por incompatibilidad de una


disposición constitucional y otra norma de inferior jerarquía, el artículo 14 del

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Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial ha establecido que
cuando los Jueces de cualquier especialidad, al momento de resolver, encuentren
que hay incompatibilidad en su interpretación, de una disposición constitucional y
una con rango de ley, resuelven la causa con arreglo a la primera; previéndose que
respecto de las resoluciones en las que se haya efectuado el control constitucional
las mismas deben ser elevadas en consulta a la Sala de Derecho Constitucional y
Social de la Corte Suprema de Justicia de la República, si no fueran impugnadas.

7. Sin embargo, este control constitucional debe ejercerse como última ratio, dado
que no puede soslayarse la función legislativa que le asigna la Constitución al
Congreso de la República, pues por tal hecho las leyes promulgadas se presumen
constitucionales, y se entiende que deben guardar estrecha armonía entre sí, así
como con la Carta Magna; tal presunción acompaña de igual modo a los demás
procedimientos de creación legislativa reconocidos por la Carta Política.

8. Bajo este contexto, una de las manifestaciones del carácter eminentemente


excepcional que distingue a la prerrogativa del control difuso se encuentra prevista
en el primer párrafo del artículo VI del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, el cual declara: “Cuando exista incompatibilidad entre una norma
constitucional y otra de inferior jerarquía, el Juez debe preferir la primera, siempre
que ello sea relevante para resolver la controversia y no sea posible obtener una
interpretación conforme a la Constitución”.

9. En virtud a lo dispuesto por este precepto constitucional, la decisión de optar


por la inaplicación de una disposición legal solo puede ser adoptada por el órgano
jurisdiccional cuando no sea posible desprender de ella una interpretación que para
el caso concreto guarde armonía con el texto constitucional o, como lo denomina
la doctrina, una interpretación conforme a la Constitución; puesto que, de ser
posible para el órgano jurisdiccional desprender del texto legal objeto de análisis
una interpretación de este tipo, deberá limitarse únicamente a optar por ella –
descartando las interpretaciones que resulten contrarias a los valores
constitucionales-, sin afectar para el caso concreto la eficacia de la ley.

10. Al respecto, es preciso tener en cuenta que la inaplicación de una norma legal,
que se interpreta contraria a la Constitución, constituye una prerrogativa
jurisdiccional de última ratio, razón por la cual no puede ser invocada a menudo
en la actividad jurisdiccional; sino por el contrario, en atención a la trascendencia

82
que esta decisión implica, el juzgador deberá tener en cuenta que, en principio,
todas las leyes expedidas por el Congreso de la República, por el solo hecho de
haber sido expedidas por el Órgano constitucional que tiene a su cargo la función
legislativa, siguiendo para el efecto, todo un proceso de formación de la ley, que
es conocido en la doctrina como el “iter legislativo”, están amparadas por la
presunción de constitucionalidad; por tanto, a priori se presume que todas las leyes
son constitucionales y que éstas guardan perfecta armonía entre sí y con la Carta
Fundamental; por esta razón, el artículo VI del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional, ha previsto que la inaplicación de una norma legal, solo
puede ser viable cuando no sea factible obtener una interpretación conforme a la
Constitución.

11. En el caso de autos, se aprecia de sus antecedentes que al condenado Roberto


Vicente Pérez Díaz se le siguió un proceso de alimentos; en dicho proceso
mediante resolución número cinco, obrante en copias certificadas a fojas treinta y
nueve, se ordena al citado Pérez Díaz cumpla con pagar mensualmente a favor de
su menor hija la suma de ciento veinte Nuevos Soles (S/. 120.00) y a favor de su
cónyuge la suma de ochenta nuevos Soles (S/.80.00); el mencionado obligado
incumplió con efectuar los pagos oportunamente, pese a estar debidamente
notificado en su domicilio real y procesal; tal hecho dio lugar a que el órgano
jurisdiccional a cargo del citado proceso, expida la resolución número sesenta y
cuatro, obrante en copias certificadas a fojas cuarenta y cuatro, de fecha nueve de
julio de dos mil trece; mediante dicha resolución se aprueba la liquidación de
pensiones alimenticias devengadas en la suma de tres mil seiscientos cincuenta y
tres Nuevos Soles con sesenta y dos céntimos (S/ 3.653.62), correspondiente al
periodo que va de enero del dos mil doce a junio del dos mil trece; dicha
liquidación debidamente aprobada, le fue válidamente notificada, en su domicilio
real como en el procesal; pese a ello, el obligado, mantuvo su incumplimiento,
absteniéndose de abonar las respectivas pensiones mensuales, como la suma
aprobada por devengados; tal actitud, renuente al pago de las pensiones
alimenticias adeudadas, constituye delito de Omisión a la Asistencia Familiar,
previsto en el artículo 149, primer párrafo, del Código Penal; dicha norma sanciona
la conducta del sujeto agente que no cumple con pagar su obligación de prestar
alimentos establecidas mediante una resolución judicial firme, imponiendo dicho
dispositivo legal una pena privativa de libertad no mayor de tres (3) años.

83
12. La sentencia objeto de consulta considera que el supuesto previsto en el inciso
3 del artículo 57 del Código Penal que señala: El juez puede suspender la ejecución
de la pena siempre que se reúnan los requisitos siguientes: (…) 3. Que el agente
no tenga la condición de reincidente o habitual.», debe ser inaplicado en tanto que
la pena privativa de libertad efectiva para el presente caso no asegura que pueda
generar una verdadera prevención en el futuro; siendo que para los alimentistas
puede generarse el riesgo de que se limiten las posibilidades de que el imputado
pueda continuar cumpliendo con sus pensiones alimentarias; al respecto, se acota
que el imputado ya cumplió con la obligación alimentaria por lo cual no habría
objeto que asegurar por lo que el medio (la pena privativa de libertad efectiva) no
resulta idóneo para cumplir los objetivos ni finalidad que pretende sino que puede
resultar todo lo contrario, pues encontrándose privado de libertad impedirían al
obligado a agenciarse de recursos económicos que le permita cumplir con sus
obligaciones alimenticias, por las que precisamente sería condenado; con lo cual
la aplicación de dicha norma al caso concreto no supera el subprincipio de
idoneidad del conocido test de proporcionalidad; se indica que tampoco satisface
el de necesidad, en tanto que existe una medida igualmente satisfactoria menos
gravosa como es la aplicación de la suspensión de la ejecución de la pena; menos
el test de proporcionalidad en sentido estricto, por cuanto no supera el perjuicio
que puede causarse al mismo bien jurídico que se pretende tutelar.

13. Atendiendo a los fundamentos de la sentencia materia de consulta, esta Sala


Suprema conviene precisar que según el Tribunal Constitucional el test de
proporcionalidad importa tres subprincipios o elementos: Subprincipio de
idoneidad o de adecuación. De acuerdo con este, toda injerencia en los derechos
fundamentales debe ser idónea o capaz para fomentar un objetivo
constitucionalmente legítimo. En otros términos, este subprincipio supone dos
cosas: primero, la legitimidad constitucional del objetivo; y, segundo, la idoneidad
de la medida utilizada. 2. Subprincipio de necesidad. Significa que para que una
injerencia en los derechos fundamentales sea necesaria, no debe existir ningún otro
medio alternativo que revista, por lo menos, la misma idoneidad para alcanzar el
objetivo propuesto y que sea más benigno con el derecho afectado. Se trata de una
comparación de la medida adoptada con los medios alternativos disponibles, y en
la cual se analiza, por un lado, la idoneidad equivalente o mayor del medio
alternativo; y, por otro, su menor grado de intervención en el derecho fundamental.
3. Subprincipio de proporcionalidad stricto sensu. Según el cual, para que una
injerencia en los derechos fundamentales sea legítima, el grado de realización del

84
objetivo de intervención debe ser por lo menos equivalente o proporcional al grado
de afectación del derecho fundamental. Se trata, por tanto, de la comparación de
dos intensidades o grados: la realización del fin de la medida examinada y la
afectación del derecho fundamental (Sentencia n.° 0048-2004-PI/TC, fundamento
sesenta y cinco).

14. Ahora bien, de lo actuado en estos autos tenemos que, conforme a los alcances
del artículo 149 del Código Penal, el imputado Roberto Pérez Díaz fue condenado
a tres (3) años y seis (6) meses de pena privativa de libertad suspendida por el plazo
de tres (3) años bajo reglas de conducta por delito de incumplimiento de obligación
alimentaria; al respecto, corresponde mencionar que, como se precisa en la
sentencia materia de consulta, el imputado ha cumplido con la obligación
alimentaria que fue objeto del proceso de alimentos y por el que fue procesado,
conforme puede apreciarse de los pagos presentados en el juicio oral; asimismo se
tiene que si bien el imputado cometió el mismo ilícito anteriormente, sin embargo
en dichos procesos también ha cumplido con su obligación conforme a los
depósitos presentados en autos; esto es, que sobre los hechos por los que ha sido
procesado el imputado pone de manifiesto proseguir a dar cumplimiento con su
deber de prestar alimentos a favor de los agraviados; no obstante ello, la medida
adoptada por los órganos jurisdiccionales de mérito de intervenir en la estructura
legal vigente en materia penal a efecto de declarar en la sentencia condenatoria
materia de consulta la suspensión de la ejecución de la pena, pese a la expresa
prohibición legal contendida en el artículo 57 inciso 3 del Código Penal dada la
condición de habitual del condenado, conforme lo prevé el artículo 46-C de la
misma norma penal, se considera justificada en aplicación de la norma
constitucional de proporcionalidad.

15. ¿Se justifica constitucionalmente, en el caso de autos, la intervención del


órgano jurisdiccional de inaplicar el artículo 57 inciso 3 del Código Penal? En ese
escenario, examinando los hechos acontecidos y el derecho aplicado por la
instancia superior, resulta menester efectuar el respectivo estudio del test de
proporcionalidad, a efecto de establecer si la intervención de los órganos
jurisdiccionales se ajusta a los requerimientos de proporcionalidad, que exige la
última parte del artículo 200 de nuestra Norma Constitucional, así como la de
poner a buen recaudo los derechos del niño a percibir sus alimentos, en el marco
de la protección del interés superior del niño y el adolescente, conforme se expone
en la sentencia materia de consulta; al respecto, se tiene que la norma penal

85
inaplicada, en virtud de la cual se restringe el derecho del condenado a obtener una
suspensión de la pena impuesta, tiene como finalidad la de impedir que quienes
son reincidentes o habituales, por su peligrosidad y riesgo a la seguridad
ciudadana, circulen por las calles o entre las personas poniendo en riesgo la
seguridad e integridad física o moral, o el patrimonio de éstas; por lo que al
privársele de su libertad se aseguraría tranquilidad ciudadana, y se permitiría una
resocialización del condenado; sin embargo tal finalidad no resulta aplicable en el
presente caso particular, pues la privación de la libertad impediría al condenado la
oportunidad de agenciarse de medios económicos necesarios para cumplir con el
deber legal y judicial de acudir con sumas de dinero a su menor hija para su
manutención; resultaría contrario al propósito de la propia sanción penal impuesta;
por el contrario se pondría en riesgo la integridad de la menor hija del condenado,
quien se vería privada de la posibilidad de contar con medios que le permitan su
alimentación; es notorio que la pena privativa de libertad efectiva de por si
conllevaría en autos a que el imputado se encuentre limitado de seguir con el
cumplimiento de su obligación alimentaria a favor de los agraviados, lo que
conduce a que el medio o la pena citada como efectiva no fomentaría el
cumplimiento del objetivo o lo que se pretende tutelar, de lo que se colige que la
ejecución de la pena privativa de libertad efectiva no satisface el sub principio de
idoneidad; con la citada conclusión arribada sería suficiente para que quede
plenamente justificada la inaplicación de la norma penal sub análisis; no obstante
el análisis de los otros sub principios corroboran lo expuesto líneas arriba;
efectivamente se observa que la aplicación de la norma penal citada no supera el
test de necesidad, en el presente caso en particular, por cuanto existe otras medidas
que pueden lograr lo que en abstracto se pretende con ella, esto es, que pueda seguir
cumpliendo con su obligación alimentaria, ya que para alcanzar el objetivo que se
pretende existen otras medidas que no resultan limitativas, como lo es la
suspensión de la ejecución de la pena efectiva por la de reglas de conducta por un
periodo de prueba; por último, tenemos que la norma en estudio (inciso 3 del
artículo 57 del Código Penal) tampoco satisface el sub principio de
proporcionalidad en sentido estricto, pues en el balance del costo y beneficio que
resulta de aplicar la citada norma restrictiva, el daño sería mayor en este caso
particular, que el beneficio que se pretende lograr; pues la pena privativa de
libertad efectiva interviene de manera grave en el derecho del niño y adolescente
a percibir alimentos, pues de la comparación de la medida efectiva y el derecho
fundamental que se compromete con el medio (pena) resulta afectado el interés
superior del niño que propugna la Constitución.

86
16. En consecuencia, al no satisfacer la aplicación de la norma bajo análisis el test
de proporcionalidad en este caso particular, esta Sala Suprema considera que en el
caso de autos se ha presentado un conflicto de normas jurídicas que resultan
aplicables al caso sub litis, de un lado, la norma constitucional que reconoce como
un derecho fundamental de la persona el interés superior del niño (artículo 3 de la
Constitución Política del Estado), que las medidas restrictivas del derecho
fundamental guarden razonabilidad y proporcionalidad y, de otro, la norma
contenida en el inciso 3 del artículo 57 del Código Penal, sin que sea posible
obtener una interpretación de esta última norma que guarde armonía con el texto
constitucional.

17. En tal sentido, al advertirse que la antinomia se presenta entre una norma de
carácter legal y otra de carácter constitucional, debe inaplicarse la primera y
preferirse esta última, corresponde aprobar la consulta formulada.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones, declararon:

APROBARON la sentencia emitida por la Sala Penal de Apelaciones de la Corte


Superior de Justicia del Santa, mediante resolución número trece, de fecha cinco
de agosto de dos mil quince, obrante a fojas doscientos catorce, que INAPLICA al
caso concreto el inciso 3 del artículo 57 del Código Penal; en los seguidos por
Gianella Arline Pérez Vílchez y otra contra Roberto Vicente Pérez Díaz, sobre
Omisión a la Asistencia Familiar; y los devolvieron. Juez Supremo Ponente: Lama
More

SS. WALDE JÁUREGUI, LAMA MORE, VINATEA MEDINA, RUEDA


FERNÁNDEZ, TOLEDO TORIBIO.

87
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 4253-2016, LA LIBERTAD

Lima, diez de mayo de dos mil dieciocho.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número cuatro mil doscientos
cincuenta y tres del año dos mil dieciséis, en audiencia pública llevada a cabo en
la fecha y producida la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia:

I. HECHOS:

1. La demandante Rosa Liliana Sánchez Velarde Interpone demanda de


reconocimiento de tenencia de su menor hija , fundamentándola en:

a) Fundamenta su pretensión que en el año dos mil ocho inició una relación de
convivencia con el demandado, convivencia que se prolongó hasta el cinco de
marzo de dos mil catorce, procreando a su menor hija A.V., refiere que vivían
juntos como familia en la casa del padre de la recurrente hasta julio de dos mil
doce, fecha en la cual el demandado fue invitado a desocupar el domicilio porque
había llegado mareado el treinta de julio de dos mil doce, y comenzó a faltarle el
respeto a su padre y hermano de la recurrente, siendo que en un descuido se llevó
a la niña de tan solo un año, y no se la devolvió hasta que la fiscal de turno de
familia le insistió. Posteriormente vivieron juntos de nuevo desde diciembre de dos
mil dos hasta junio de dos mil trece, donde se suscitaron problemas nuevamente y
tuvieron que retirarse de la casa del padre de la actora, yendo a vivir temporalmente
a la casa del hermano del demandado, sin embargo al haber sido víctima de
violencia familiar tanto física como psicológica en presencia de su hija, decidió
dar por terminada la relación con el demandado e interpuso la denuncia respectiva
en la Comisaría de La Noria por violencia familiar.

b) Afirma que el demandado ha incumplido con otorgarle una pensión de


alimentos a favor de su hija y por esta razón la accionante se vio obligada a iniciar
un proceso de alimentos (Expediente n.° 960-2014-9º Juzgado de Paz Letrado).
Agrega que el demandado ha intentado llevarse a la niña a la fuerza de la casa de

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su padre, yendo a insultar y amenazar a su familia, por lo que tuvo que solicitar
garantías a la gobernación. La intención del demandado es que la recurrente y su
hija regresen a vivir con él a la casa de su hermano de forma violenta, por lo que
se ha negado a entregársela.

2. El demandado contesta la demanda alegando que:

a) Se declare infundada, argumenta que es falso lo que alega la demandante y


sustenta que su hija siempre ha estado en constante contacto con él y que por
capricho de la accionante y su hermano abogado han desarraigado a su hija de su
padre, lo cual pone en peligro la relación paterno-filial.

b) Alega que desde diciembre de dos mil once que sufrió un accidente en el trabajo
el cual lo dejó postrado en cama sin poder caminar por más de tres meses, su vida
cambió recibiendo solo insultos y maltratos por parte de la demandante, solo
porque ya no podía trabajar, es por esta razón que no cuenta con ingresos y no
puede asistir con alimentos a su hija, además con la indemnización recibida
también cubrió los gastos de la actora y su menor hija.

c) Señala que su cuñado abogado pidió garantías para su vida diciendo que él lo
había amenazado, sin embargo, debido a su lesión no se encuentra en condiciones
de lastimar ni amedrentar a nadie; concluye que él en ningún momento ha tratado
o trataría de separar a su hija de su madre ni ha insinuado que quiere alejarla de
ella, pues refiere que quiere demasiado a su hija por lo que es incapaz de separarla
de su madre como para hacerlo.

II. PRIMERA INSTANCIA:

El Juez emite sentencia declarando fundada la demanda, y reconoce la tenencia de


la niña A.V. a favor de su madre doña Rosa Liliana Sánchez Velarde;
manteniéndose el ejercicio de la patria potestad de ambos padres; asimismo,
ordena que la niña A.V. y sus padres, reciban tratamiento psicológico individual y
luego tratamiento psicológico familiar para que restablezcan la relación como
padres y entre la niña y su padre; así como deja a salvo el derecho del demandado
de solicitar el régimen de visitas.

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a) Fundamenta el A quo su decisión en el numeral 21 de la sentencia apelada, esto
es, “que si bien es un derecho del padre visitar a su hija, esto debe ir corroborado
con el cumplimiento de sus obligaciones afectivas y materiales; sin embargo en
autos, no se ha acreditado que el demandado venga cumpliendo con su obligación
alimentaria; lo cual ha originado el inicio del proceso de alimentos por parte de la
madre de su hija, (…), en el cual el demandado ha solicitado se declare infundada
la demanda de alimentos, con el argumento que por su discapacidad física no puede
obtener ingresos, señalando que tiene proyectado solicitar una indemnización para
constituir un negocio que le permita generar ingresos para solventar los gastos de
su hija; proceso en el cual según la revisión del SIJ se ha expedido sentencia de
primera instancia fijando una pensión alimenticia, decisión que ha sido apelada;
en tal sentido, siendo un requisito para efectivizar el régimen encontrarse al día en
el cumplimiento de las obligaciones alimentarias; se deja a salvo el derecho del
demandado de solicitar el régimen de visitas.”

III. SEGUNDA INSTANCIA

Elevados los autos en virtud del recurso apelación interpuesto por el demandado
contra la sentencia solo en el extremo que: “deja a salvo el derecho del demandado
de solicitar el régimen de visitas”; el Ad quem resuelve confirmar el extremo
apelado, sustentando su decisión en el numeral 4.6 de la impugnada “Este
colegiado constata que la controversia sobre el cumplimiento o la imposibilidad
del cumplimiento de la obligación alimentaria del demandado esta judicializada,
la misma que recae en el expediente n.° 00960-2014-0-1601-JP-FC-09 sobre
alimentos, seguido por Rosa Liliana Sánchez Velarde contra Juan Carlos Padilla
Concepción, (…), en el cual aún no existe mandato judicial firme sobre la pensión
alimenticia. Por lo tanto, al estar dicha controversia judicializada, resulta imposible
determinar en este proceso de tenencia el cumplimiento o la imposibilidad del
cumplimiento de la obligación alimentaria del demandado, a efectos de emitir
pronunciamiento sobre el fondo respecto del régimen de visitas a favor del
demandado”.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


veintiocho de febrero de dos mil diecisiete, por las causales de:

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a) Infracción normativa de los artículos 84, literal c) y 88 del Código De los
Niños y Adolescentes. Sostiene que atenta contra el interés superior del niño pues
niega el régimen de visitas, aplicando las normas denunciadas de manera general
y no al caso concreto.

b) Infracción normativa de los artículos 9, 18 y 19 de la Convención sobre los


Derechos del Niño; Alega que las normas contenidas en los tratados
internacionales tienen rango constitucional cuando son marco de protección de los
derechos humanos. En el presente caso, las normas denunciadas protegen el
derecho de los niños de tener contacto con sus padres, además que el artículo 41
de la citada Convención indica qué debe entenderse de acuerdo al conflicto de
leyes, por lo que no se aplicará en algún caso aquella que afecte al menor, sino qué
siempre se aplicará la que sea más favorable para el niño o niña. Indica que el
derecho del niño de ver a sus padres no debe estar limitado por el pago de una
pensión de alimentos.

2. Es menester precisar que el recurso de casación es un medio de impugnación


extraordinario que permite ejercer el control de las decisiones jurisdiccionales, con
la finalidad de garantizar la correcta aplicación e interpretación del derecho
objetivo y la unificación de la jurisprudencia nacional de la Corte Suprema de
Justicia; así como, determinar si en dichas decisiones se ha infringido o no las
normas que garantizan el debido proceso, traducido en el respeto de los principios
que lo regulan. Asimismo, en cuanto al principio de congruencia se encuentra el
aforismo “tantum devolutum quantum appellatum” lo cual implica que "el alcance
de la impugnación de la resolución recurrida determinará los poderes del órgano
Ad Quem para resolver de forma congruente la materia objeto del recurso" ; de
manera que, el Ad quem deberá resolver en función a los agravios, errores de hecho
y derecho y sustento de la pretensión impugnatoria que haya expuesto el recurrente
en su escrito de apelación, de lo contrario podría incurrir en los vicios de
incongruencia clasificados en el considerando precedente.

3. En relación a la normatividad denunciada se tiene que el artículo 84, literal c)


del Código De los Niños y Adolescentes dispone:

“Facultad del Juez: En caso de no existir acuerdo sobre la Tenencia, en cualquiera


de sus modalidades, el Juez resolverá teniendo en cuenta lo siguiente: c) Para el
que no obtenga la Tenencia o Custodia del niño, niña o adolescente, debe señalarse

91
un Régimen de Visitas. En cualquiera de los supuestos, el juez priorizará el
otorgamiento de la Tenencia o custodia a quien mejor garantice el derecho del
niño, niña o adolescente a mantener contacto con el otro progenitor.”

Asimismo, el artículo 88 del Código de los Niños y Adolescentes señala:

“Las visitas: Los padres que no ejerzan la Patria Potestad tienen derecho a visitar
a sus hijos, para lo cual deberán acreditar con prueba suficiente el cumplimiento o
la imposibilidad del cumplimiento de la obligación alimentaria. (…). El Juez,
respetando en lo posible el acuerdo de los padres, dispondrá un Régimen de Visitas
adecuado al Principio del Interés Superior del Niño y del Adolescente y podrá
variarlo de acuerdo a las circunstancias, en resguardo de su bienestar.”

4. En la Convención sobre los Derechos del Niño-Unicef, los numerales


pertinentes de los artículos 9, 18 y 19 disponen lo siguiente:

Artículo 9, numeral 3):


3. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de uno o de
ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos
padres de modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño.

Artículo 18, numeral 1):


1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento
del principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta
a la crianza y el desarrollo del niño. Incumbirá a los padres o, en su caso, a los
representantes legales la responsabilidad primordial de la crianza y el desarrollo
del niño. Su preocupación fundamental será el interés superior del niño.

Artículo 19, numeral 1):


1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas,
sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de
perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o
explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la
custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que
lo tenga a su cargo.

92
5. Aunado a todo lo dicho precedentemente, respecto al principio del interés
superior del niño y del adolescente. Debemos indicar que este principio, es
reconocido primigeniamente en la Declaración Universal de los Derechos del
Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas con fecha 20 de
noviembre de 1959, estableció en el artículo 2 que:

El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y


servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda
desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y
normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con
este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del
niño.

El mismo criterio quedó reiterado y desarrollado en el artículo 3.1 de la


Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de
las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, que en su momento dispuso que:

En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas
o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los
órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés
superior del niño.

En el plano interno y en una línea muy semejante a la legislación supranacional


resulta de particular relevancia lo dispuesto en el artículo 4º de nuestra
Constitución Política de 1993 “La comunidad y el Estado protegen especialmente
al niño, al adolescente, a la madre y al anciano en situación de abandono.” y en el
artículo IX del Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes dejó
claramente establecido que: “En toda medida concerniente al niño y al adolescente
que adopte el Estado a través de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, del
Ministerio Público, los Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales y sus demás
instituciones, así como en la acción de la sociedad, se considerará el Principio del
Interés Superior del Niño y del Adolescente y el respeto a sus derechos.”

6. Bajo este contexto normativo nacional, supranacional, doctrinario y


jurisprudencial, revisada la sentencia de vista materia de casación, al resolver la
causa, la Sala Civil Superior no ha tomado en cuenta primeramente el interés
superior del niño, puesto que, por más que el padre no se encuentre al día en las

93
pensiones alimentarias, eso no quiere decir que esta situación pueda estar por
encima del derecho del padre a relacionarse con su hija, puesto que, también es
una necesidad que el mismo no desatienda las necesidades emocionales y
espirituales de la menor y en atención a que el derecho del niño se circunscribe a
la relación directa que debe mantener con su progenitor el papel de este no se agota
con la sola provisión de alimentos pues su objetivo final es el contacto directo con
su hija; por consiguiente, pretender fijar un régimen de visitas supeditado a una
pensión de alimentos de ninguna forma supone preservar el interés superior de la
menor, muy por el contrario la menoscaba y perjudica.

7. Asimismo, conforme a lo resuelto por el A quo en la sentencia, ambos padres


mantienen la patria potestad, sin embargo, el artículo 88 del Código de los Niños
y Adolescentes es aplicable a los padres que no ejercen la patria potestad, por ende,
cuando el juzgador aplica dicho dispositivo legal va en contra de lo resuelto en la
sentencia, así como vulnera el interés superior del niño, más aún si la normatividad
aplicable al caso, esto es, el artículo 84, literal c) del Código de los Niños y
Adolescentes, dispone que el juez debe fijar un régimen de visitas para el padre
que no tenga la tenencia del menor.

8. Por consiguiente, se ha demostrado que al haber hecho el Ad quem y A quo un


análisis y aplicación errónea del artículo 88 del Código de los Niños y
Adolescentes, han vulnerado el derecho de la menor y dicha infracción normativa
también implica la vulneración del principio del interés superior del niño y el
adolescente y por ende también de la legislación supranacional, esto es, de la
Convención sobre los Derechos del Niño, así como el artículo 4 de la Constitución
Política del Perú, ya que no han ponderado razonablemente el interés superior del
niño respecto a las relaciones familiares originadas por la filiación dinámica,
puesto que, si bien el deber de todos los jueces es observar el derecho de los
justiciables a obtener una resolución fundada en derecho ante su pedido de tutela
en cualquiera etapa del proceso, empero, ello debe ser atendiendo al principio del
interés superior del niño, concebido como la búsqueda del máximo bienestar del
niño y la plena efectivización de sus derechos, en su condición de ser humano,
hecho que no se ha valorado en el presente caso.

9. Por todo lo expuesto debe estimarse que se ha producido en el presente proceso


la infracción normativa de los artículos 84, literal c) y 88 del Código De los Niños
y Adolescentes y los artículos 9, 18 y 19 de la Convención sobre los Derechos del

94
Niño-Unicef, por tanto, la sentencia impugnada y la de primera instancia adolecen
de nulidad; correspondiendo por tanto, declarar nula la sentencia de vista e
insubsistente la sentencia apelada contenida en la resolución número treinta del
diecisiete de julio de dos mil quince a fin que emita nuevo pronunciamiento con
mayor solvencia del caso y superponiendo el interés superior del niño.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396, del


Código Procesal Civil, con lo expuesto por la Fiscal Adjunta Suprema, declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto por el emplazado Juan Carlos


Padilla Concepción; en consecuencia, CASARON la sentencia de vista de fecha
veinticinco de abril de dos mil dieciséis; NULA la sentencia de vista de fecha
veinticinco de abril de dos mil dieciséis, INSUBSISTENTE la sentencia de
primera instancia contenida en la resolución número treinta del diecisiete de julio
de dos mil quince. ORDENARON que el juez de la causa emita nuevo fallo,
conforme a las consideraciones expuestas en la presente sentencia.
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El
Peruano” conforme a ley; en los seguidos por Rosa Liliana Sánchez Valverde sobre
Tenencia; y los devolvieron. Interviene como ponente el señor Juez Supremo
Hurtado Reyes

SS. TÁVARA CÓRDOVA, HURTADO REYES, HUAMANÍ LLAMAS,


SALAZAR LIZÁRRAGA, CALDERÓN PUERTAS.

95
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 2887-2016, LA LIBERTAD

Lima, ocho de noviembre de dos mil diecisiete.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; Vista la causa número dos mil ochocientos
ochenta y siete – dos mil dieciséis, efectuado el debate y la votación
correspondiente, emite la presente sentencia.

I. HECHOS:

1. El demandante Segundo Exequiel Tafur Cabeza interpone demanda de Divorcio


por Causal de Separación de Hecho, fundamentándola en:

a) que se declare disuelto el vínculo matrimonial, y como pretensión accesoria


solicita lo siguiente: a) En cuanto a los alimentos para sus menores hijos la cantidad
de cuatrocientos soles (S/400.00); b) Respecto a la tenencia y cuidado de sus
menores hijos que se reconozca a favor de la madre Margot Zapata Echeandía; c)
En relación a la separación de bienes gananciales adquiridos durante la vigencia
del matrimonio; y d) No existe cónyuge perjudicado con la separación; por lo tanto,
no tiene objeto indemnizar al cónyuge perjudicado.

b) Contrajo matrimonio civil con la demandada ante el Registro Civil de la


Municipalidad Provincial de Trujillo, habiendo fijado su último domicilio
conyugal en el Jirón Sauces número 381, Urbanización Vista Alegre, Trujillo, La
Libertad, y fruto de esa unión nacieron sus dos hijos actualmente de seis y catorce
años de edad, cumpliendo a cabalidad con las pensiones alimenticias a favor de
ellos.

c) Al acentuarse mucho más la incompatibilidad de caracteres entre ambos, el


recurrente con fecha dieciocho de marzo de dos mil nueve, decidió retirarse
voluntariamente del hogar conyugal y empieza a vivir en un cuarto alquilado,
ubicado en la Calle Doce de Febrero número 686, Distrito de Florencia de Mora,

96
por lo que al haber transcurrido más de cuatro años de su separación de hecho, el
plazo establecido por la Ley está cumplido.

2. la demandada Margot Zapata Echeandía, contesta la demanda alegando que:

a) Durante el tiempo de unión matrimonial no han surgido desavenencias graves,


solo lo que usualmente puede suceder en todo matrimonio; el demandante
sorprendiendo a la autoridad pretende hacer creer la existencia de incompatibilidad
de caracteres, motivando con ello el abandono voluntario que debe considerarse
fraudulento, pues mintió al haber presentado un acta de retiro voluntario firmada
por el Juez de Paz de Florencia de Mora, ya que el Juez de Paz de Primera
Nominación Julio Walter Gil Flores cuando firmó dicha acta, no era Juez en el año
dos mil nueve

b) Del mismo modo su cónyuge nunca ha domiciliado en la calle Doce de Febrero,


porque no conoce a nadie en dicho Distrito, y además, por su condición económica
de persona acomodada, no le permite vivir en dicho lugar, no habiéndose separado
de su lado porque nunca le dijo o nunca se dio cuenta de ello; tal es así, que el doce
de diciembre de dos mil doce, sale en estado de su tercer hijo procreado entre
ambos, pero que posteriormente lo perdió; Ni) El demandante no ha demostrado
que desde la fecha en que hizo abandono de hogar haya cumplido con los alimentos
para sus hijos, y el dinero depositado es dinero que depositan sus familiares;
además, respecto a los alimentos a favor de sus hijos, el monto propuesto es
irrisorio, por lo tanto, debe acudir con una pensión ascendente al sesenta por ciento
(60%) de lo que percibe en forma mensual, y respecto de los bienes sociales, estos
deben repartirse en el cincuenta por ciento (50%), debiéndose además fijar una
indemnización de trescientos mil nuevos soles (S/300,000.00), por considerarse
perjudicada con la actitud temeraria del demandante.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia de fecha catorce de marzo de dos mil catorce, se declaró


infundada la demanda, así como las pretensiones accesorias contenidas en la
misma, respecto al cese de alimentos entre cónyuges y el fenecimiento de la
sociedad de gananciales; asimismo, reconoce la tenencia de los menores a favor de
su madre, fija un régimen de visitas libre y amplio y ordena a Segundo Exequiel

97
Tafur Cabeza acuda a favor de sus hijos con una pensión alimenticia mensual y
adelantada.

III. SEGUNDA INSTANCIA

Los codemandados interponen recurso de apelación contra la sentencia antes


referida, que al ser absuelto por la Sala Superior mediante resolución de fecha seis
de abril de dos mil quince, obrante a fojas doscientos diecinueve, confirmó la
sentencia apelada que declaró infundada la demanda y ordena al demandante
acudir con una pensión de alimentos mensual y adelantada a favor de sus menores
hijos.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


ocho de mayo de dos mil diecisiete, obrante a fojas sesenta y dos del cuadernillo
de Casación, por las causales de:

a) Infracción normativa procesal del artículo 87 del Código Procesal Civil,


refiere que la Sala Superior al haber confirmado la sentencia venida en grado que
declaró infundada la acción principal de Divorcio por Causal de Separación de
Hecho, las acciones accesorias tales como la de alimentos, tenencia y régimen de
visitas, debieron correr su misma suerte, puesto que para que tengan vida las
acciones accesorias dependen de la existencia de la acción principal, lo que
significa contrario sensu, que si la acción principal no tiene vigor; las accesorias
tampoco; por lo tanto, el Ad quem ha interpretado erradamente el texto de la
norma.

b) Infracción normativa material del artículo 481 del Código Civil, aduce que
la Sala Superior no ha valorado que la obligación alimentaria no solo le
corresponde al recurrente sino a ambos progenitores; además, debe tenerse en
consideración la situación económica del alimentista, siendo suficiente que el
alimentista acredite que no puede proveerse los ingresos necesarios para vivir, de
acuerdo al estilo de vida que siempre ha gozado, lo que no ha ocurrido en este
caso; pues, no se ha demostrado que los alimentistas tengan mayores necesidades
a las normales; asimismo, tampoco se han valorado las posibilidades del obligado.

98
Así, como la procedencia excepcional por infracción normativa material del
artículo IX del Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes.

2. En el presente caso, al haber denunciado el recurrente infracciones normativas


de derecho material y de derecho procesal, corresponde absolver en primer lugar
esta última, toda vez que de declararse fundada la misma la decisión respectiva,
por su efecto de reenvío hasta la etapa en la que se pueda haber cometido la
infracción, imposibilitaría el pronunciamiento sobre la causal sustantiva.

3. En este estado, es conveniente precisar que conforme a lo previsto por el artículo


83 del Código Procesal Civil: “En un proceso puede haber más de una pretensión,
o más de dos personas. La primera es una acumulación objetiva y la segunda una
acumulación subjetiva. La acumulación objetiva y la subjetiva pueden ser
originarias o sucesivas, según se propongan en la demanda o después de iniciado
el proceso, respectivamente”, debiéndose entender entonces por acumulación, la
unión de varias pretensiones en un solo procedimiento (acumulación objetiva
originaria) o la incorporación de dos o más procesos a fin de que formen uno solo
y se decida sobre aquellas (acumulación objetiva sucesiva); por lo tanto, en el caso
que nos ocupa queda claro que se trata de una acumulación objetiva originaria, al
haberse planteado una pretensión principal, como es la de disolución del vínculo
matrimonial, y como pretensiones accesorias el ejercicio de la patria potestad,
alimentos y separación de bienes gananciales. Asimismo, conforme lo prescribe el
artículo 87 de la norma acotada, cuando habiendo varias pretensiones, al declararse
fundada la pretensión principal, se amparan también las demás.

4. En el caso que nos ocupa, se aprecia que en primera instancia se desestima la


pretensión principal, así como las pretensiones accesorias de cese de alimentos
entre cónyuges y fenecimiento de la sociedad de gananciales, y se amparan las
pretensiones de tenencia, régimen de vistas y pensión de alimentos, siendo materia
de la absolución en segundo grado por la instancia superior el extremo que
desestima la pretensión principal y la parte que ordena al impugnante cumpla con
acudir a sus dos menores hijos con una pensión de alimentos ascendente a la suma
de mil cuatrocientos soles (S/1,400.00) a razón de setecientos soles (S/700.00) para
cada uno de ellos, confirmándose dichos extremos. Nótese según se advierte del
recurso de apelación formulado a fojas ciento setenta y seis, que el recurrente no
cuestionó lo resuelto por el A quo respecto a la tenencia y régimen de visitas “En
cuanto al punto controvertido de la tenencia y régimen de visitas estamos de

99
acuerdo con lo resuelto en la sentencia, pues así fue mi postura, conforme se
advierte de mi demanda”.

5. En dicho contexto, mal puede el recurrente denunciar en casación la infracción


del artículo 87 del Código Procesal Civil, si cuando apeló no dijo nada ni denunció
como agravio lo que ahora pretende incorporar en casación, habiendo incluso
expresado su conformidad con lo resuelto en la sentencia en relación a la tenencia
y régimen de visitas; por lo tanto, dicha denuncia no resulta amparable, pues este
Supremo Tribunal no tiene la calidad de instancia de mérito, al estar sujeto a la
aplicación del derecho objetivo al caso concreto y la uniformidad de la
jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia de la República.

6. Además, teniendo en cuenta los parámetros fijados en el Tercer Pleno Casatorio


realizado por las Salas Civiles Permanente y Transitoria de la Corte Suprema de
Justicia de la República (Casación número 4664-2010, PUNO) de fecha dieciocho
de marzo de dos mil once, en los procesos de familia, como en los de alimentos,
divorcio, filiación, violencia familiar, entre otros, el Juez tiene facultades tuitivas
y, en consecuencia, se debe flexibilizar algunos principios y normas procesales
como los de iniciativa de parte, congruencia, formalidad, eventualidad, preclusión
y acumulación de pretensiones, en atención a la naturaleza de los conflictos que
debe solucionar, derivados de las relaciones familiares y personales, ofreciendo
protección a la parte perjudicada, ello de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 4 y 43 de la Constitución Política del Estado que reconoce;
respectivamente, la protección especial al niño, la madre, el anciano, la familia y
el matrimonio, así como la fórmula política del estado democrático y social de
derecho. Asimismo, el “interés superior” garantiza la satisfacción de los derechos
del menor, lo que significa que en toda decisión que afecta al niño o adolescente,
deberá primar el respeto a sus derechos, lo cual tiene asidero normativo y
supranacional; es decir, la Convención sobre los Derechos del Niño, que la firman
los países convocantes el veinte de noviembre de mil novecientos ochenta y nueve
(ratificada por el Perú el cuatro de setiembre de mil novecientos noventa), y define
como niño/a todo ser humano menor de dieciocho años, así como los derechos
políticos, sociales, culturales y económicos de los niños, entre los cuales detalla
cuatro principios fundamentales contenidos en los artículos 2: la no
discriminación, 3: el interés superior del niño, 6: el derecho a la vida, supervivencia
y desarrollo, y 12: el respeto por los puntos de vista del niño. Así también, el
principio concerniente al interés superior del niño, en el ámbito del Derecho

100
Internacional de los Derechos Humanos, fue reconocido primigeniamente por la
Organización de las Naciones Unidas el veinte de noviembre de mil novecientos
cincuenta y nueve en la Declaración de los Derechos del Niño, cuando en el
Principio II indica: “(…) Al promulgar leyes con este fin, la consideración
fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño”, criterio que del
mismo modo desarrolla el artículo 3.1 de la indicada Convención sobre los
Derechos del Niño: “En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las
instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades
administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se
atenderá será el interés superior del niño”, recogido por el artículo IX del Título
Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes. En dicho contexto
jurisprudencial, normativo supranacional y nacional, este Supremo Tribunal
considera que la medida dispuesta en sede de instancia; es decir, al ordenar una
pensión de alimentos a favor de los menores hijos de ambas partes, se ha
flexibilizado el Principio de Congruencia Procesal y se ha respetado los derechos
del niño y del adolescente.

7. Al no configurarse la infracción normativa procesal, corresponde absolver la


infracción normativa material denunciada. Al respecto, el demandante denuncia la
infracción normativa del artículo 481 del Código Civil que regula los criterios para
fijar alimentos, observándose que sus alegaciones se encuentran orientadas a la
valoración que ha efectuado la Sala Superior; en tal sentido, dicha denuncia no
resulta amparable conforme lo dispone el artículo 197 del Código Procesal Civil,
el cual prescribe que los Jueces no se encuentran obligados a expresar las
valoraciones de todos los medios probatorios, sino solo respecto a los de naturaleza
esencial y determinante, y que además justifiquen la decisión, lo cual no significa
que haya dejado de valorar las posibilidades económicas del obligado, así como
la posibilidad de cumplir con su cónyuge y sus menores hijos, al haber sopesado
la instancia superior que no puede avalar el ofrecimiento que contiene el punto 2.1
de la demanda “(..) ofrezco la cantidad de cuatrocientos nuevos soles (S/.400.00),
a razón de doscientos nuevos soles (S/.200.00) para cada uno de mis hijos; (…) (6
años) y (14 años)”.

8. En el contexto detallado, la Sala Superior no ha infringido de modo objetivo el


“Principio del Interés Superior del Niño y del Adolescente”, previsto en el artículo
IX del Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes, dado que la
medida dispuesta en sede de instancia ha sido dictada en interés del niño y del

101
adolescente, por cuanto los hijos no pueden exponerse a la vulneración de sus
derechos ante las desavenencias conyugales de ambos padres.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 397, del


Código Procesal Civil, declararon:

INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Segundo Exequiel Tafur


Cabeza a fojas doscientos cincuenta y nueve; por consiguiente, NO CASARON la
sentencia de vista de fojas doscientos diecinueve, de fecha seis de abril de dos mil
quince, emitida por la Primera Sala Especializada en lo Civil de la Corte Superior
de Justicia de La Libertad; DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos
por Segundo Exequiel Tafur Cabeza contra Margot Zapata Echeandía y otro,
sobre Divorcio por Causal de Separación de Hecho; y los devolvieron. Ponente
Señor Torres Ventocilla, Juez Supremo

SS. TÁVARA CÓRDOVA, HURTADO REYES, SALAZAR LIZÁRRAGA,


ORDOÑEZ ALCÁNTARA, ARRIOLA ESPINO.

102
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 3432-2014, LIMA

Lima, siete de marzo de dos mil diecinueve.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número tres mil cuatrocientos
treinta y dos – dos mil catorce en audiencia pública de la fecha, efectuado el debate
y la votación correspondientes, emite la presente sentencia:

I. HECHOS:

1. El demandado Hans Enrique Arce Helberg interpone demanda contra María


Luisa Sáenz Bazán de Arce, solicitando que se declare el divorcio por la causal
de separación de hecho y disuelto en forma definitiva el vínculo matrimonial
contraído entre las partes; además, solicita la adjudicación del inmueble ubicado
en la calle La Redes 191-193 Urb. Las Lagunas – La Molina, por ser su persona el
cónyuge más perjudicado; en cuanto a los alimentos señala que la demandada ha
entablado un proceso de alimentos (Expediente n.° 154-2007), fundamentándola
en:

a) El seis de mayo de mil novecientos sesenta y nueve, contrajo matrimonio civil


con la demandada ante la Municipalidad Distrital de San Isidro y han procreado a
dos hijos, Mónica y Hans Arce Sáenz, de 39 y 36 años respectivamente. El
diecinueve de diciembre de dos mil seis, se vio obligado a retirarse de la casa
conyugal pues la demandada le había formulado una denuncia penal por intento de
homicidio, la cual fue archivada, encontrándose separados de hecho desde dicha
fecha. Ha transcurrido más de 4 años desde que se separó de su cónyuge, por lo
que se ha cumplido con el tiempo establecido en el artículo 333, inciso 12 del
Código Civil.

II. PRIMERA INSTANCIA:

103
Mediante sentencia de fecha treinta de catorce de octubre de dos mil trece, se
declaró improcedente la demanda, fundamentando su decisión en los siguientes
considerandos:

a) El propio demandante, en su declaración de parte, ha reconocido que no se


encuentra al día en el pago de su obligación alimentaria, alegando que no cumple
con el pago de la pensión de alimentos porque no tiene para pagar en su totalidad
la liquidación aprobada. El demandante no ha cumplido con el requisito de
procedibilidad de estar al día en el cumplimiento de la obligación alimentaria.

III. SEGUNDA INSTANCIA

Los codemandados interponen recurso de apelación contra la sentencia antes


referida, que al ser absuelto por la Sala Superior mediante resolución de fecha once
de agosto de dos mil trece, obrante a fojas mil doscientos ochenta y cinco, confirma
la sentencia apelada, al considerar que:

a) Existe entre las partes un Proceso de Alimentos n.° 00154-2007-0, iniciada por
la demandada el veintiocho de mayo de dos mil siete, habiéndose expedido
sentencia el diecinueve de noviembre de dos mil nueve que declara fundada en
parte la demanda, ordenando que Hans Enrique Arce Helberg cumpla con acudir
con una pensión alimenticia a favor de la demandante, la misma que fue
confirmada mediante sentencia de vista de fecha treinta y uno de agosto de dos mil
once, revocándose el monto de la misma y, reformándose, se fijó en la suma de
dos mil nuevos soles (S/. 2,000.00).

b) Que, si bien se advierte que con fecha nueve de noviembre de dos mil once,
María Luisa Sáenz Bazán de Arce presenta propuesta de liquidación de pensiones
devengadas en el proceso de alimentos, habiéndose aprobado dicho pedido
mediante Resolución n.° 57 del diecinueve de marzo de dos mil doce, esto es, con
fecha posterior a la presentación de la demanda de divorcio que motiva el presente
proceso; ello no soslaya el hecho de la obligación alimentaria del demandante, más
aún si en el Informe Pericial n.° 018-2012 de fojas ochenta y siente del expediente
de alimentos, la liquidación de pensiones devengadas ascienden a la suma de
ciento nueve mil doscientos sesenta y seis con sesenta y siete centavos (S/. 109,
266.67) y que los intereses ascienden a la suma de cinco mil seiscientos cincuenta

104
y un nuevos soles con diecisiete centavos (S/. 5,651.17), la misma que fuera
aprobada por Resolución n.° 157 del diecinueve de marzo de dos mil doce.

c) Que, en consecuencia, no ha concurrido el presupuesto indispensable para


incoar la presente demanda, pues el actor no ha acreditado estar al día en el pago
de sus obligaciones alimentarias.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


veinticinco de marzo de dos mil quince, obrante a fojas 43 del presente cuadernillo
de casación, por las causales de:

a) Contravención del artículo 139, incisos 3 y 5 de la Constitución Política del


Perú; y artículo 122 inciso 4 del Código Procesal Civil; alega que la presente
demanda fue ingresada el veinticinco de marzo de dos mil once y en dicha fecha
no se había dictado sentencia final en el proceso de alimentos, la misma que se
dictó el treinta y uno de agosto de dos mil once y notificada el quince de setiembre
de dos mil once; por tanto, no existía obligación alimentaria establecida
judicialmente ni existía asignación anticipada de alimentos, siendo que después de
iniciado el presente proceso la demandada hizo una liquidación de pensiones
devengadas las cuales fueron canceladas; alega que se ha vulnerado su Derecho al
Debido Proceso al señalarse en el sétimo considerando, que existe una liquidación
de pensiones devengadas ascendente a la suma de ciento nueve mil doscientos
sesenta y seis nuevos soles con sesenta y siete centavos (S/. 109,266.67) y que los
intereses ascienden a la suma de cinco mil seiscientos cincuenta y un nuevos soles
con diecisiete centavos (S/. 5,651.17), que fue aprobada mediante resolución n.°
157 de fecha diecinueve de marzo de dos mil nueve, habiéndose liquidado dicha
deuda durante el presente proceso, la misma que fue pagada conforme aparece del
escrito del nueve de julio de dos mil catorce. Agrega, que en el presente caso existe
una motivación defectuosa, pues no existe una respuesta razonada, motivada y
congruente respecto a los agravios denunciados por su parte en el recurso de
apelación y;

b) Infracción del artículo 345-A del Código Civil; señala que en el presente caso
el requisito de procedibilidad implica determinar si al momento de presentarse la

105
demanda había o no una obligación impaga por alimentos y en este caso no lo
había.

2. Que, conforme se ha anotado precedentemente, el recurso de casación ha sido


declarado procedente por las causales de infracción normativa de derecho procesal
e infracción normativa de derecho material, debiendo absolverse, en principio, la
denuncia de carácter procesal, de modo que si se declara fundado el recurso por
esta causal deberá verificarse el reenvío, imposibilitando el pronunciamiento
respecto a la causal sustantiva.

3. Que, conviene absolver, en principio, la denuncia de vulneración del Principio


de Motivación de las Resoluciones Judiciales, que constituye una garantía de la
función jurisdiccional y en nuestro ordenamiento jurídico está regulado por los
artículos 139, inciso 5, de la Constitución Política del Perú, artículo 122, inciso 3
del Código Procesal Civil, y artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Una
motivación comporta la justificación lógica, razonada y conforme a las normas
constitucionales y legales señaladas, así como con arreglo a los hechos y petitorios
formulados por las partes; por consiguiente, una motivación adecuada y suficiente
comprende tanto la motivación de hecho o in facttum, en el que se establecen los
hechos probados y no probados mediante la valoración conjunta y razonada de las
pruebas incorporadas al proceso, sea a petición de parte, como de oficio,
subsumiéndolos en los supuestos tácticos de la norma, como la motivación de
derecho o in jure, en el que selecciona la norma jurídica pertinente y se efectúa una
adecuada interpretación de la misma. Por otro lado, dicha motivación debe ser
ordenada, fluida, lógica; es decir, debe observar los principios de la lógica y evitar
los errores in cogitando, esto es, la contradicción o falta de logicidad entre
los considerandos de la resolución.

4. Que, las instancias de mérito han establecido que el actor no ha acreditado estar
al día en el pago de sus obligaciones alimentarias, conforme a lo dispuesto por el
artículo 345-A del Código Civil.

5. Que, el artículo 345-A establece como exigencia al demandante que invoca la


causal de divorcio contenida en el artículo 333 inciso 12 del Código Civil, que se
encuentre al día en el pago de sus obligaciones alimentarias. Es decir, si el
demandante no tiene ninguna obligación alimentaria impaga al momento de
interponer su demanda es lógico que se deba darse trámite a la misma.

106
6. Que, en el caso de autos, las instancias de mérito han emitido fallos que no dan
debido cumplimiento al Principio de Motivación de las Resoluciones Judiciales,
por cuanto han desestimado la demanda de divorcio postulada en autos,
sustentándose en el incumplimiento de obligaciones alimentarias que surgieron
con posterioridad a la fecha de interposición de la demanda (nótese que si bien
existía la sentencia de primera instancia, de fecha treinta de setiembre de dos mil
ocho, en el Proceso de Alimentos n.° 518-07, esta no se encontraba firme al haber
interpuesto, el ahora recurrente, recurso de apelación, hasta la emisión de la
sentencia de vista de fecha treinta y uno de agosto de dos mil once que confirmó
aquélla, revocándola sólo en cuanto al monto y fijando la pensión alimenticia a
favor de María Luisa Sáenz Bazán de Arce, en la suma de dos mil nuevos soles
(S/. 2,000.00). Se aprecia falta de consistencia lógica en dichos fallos, pues tal
como se ha manifestado antes, es al momento de la interposición de la demanda
cuando se debe evaluar si el accionante está o no al día en sus obligaciones
alimentarias, pues el mandato judicial que conminó al pago de una pensión
alimentaría al demandante data de fecha posterior a la demanda de divorcio
propuesta en autos (repetimos, sólo en la fecha de la notificación de la sentencia
de fecha treinta y uno de agosto de dos mil once, la sentencia del Juez quedó firme,
al haber sido confirmada por el Colegiado Superior). El vicio se agrava si se tiene
en cuenta que, según los documentos que obran en autos a fojas 345 a 353, el
recurrente (demandante) habría cancelado la obligación alimentaria que se le
impuso en el Proceso de Alimentos n.° 518-07, a favor de la demandada María
Luisa Sáenz Bazán de Arce.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396 inciso


1, del Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto, a fojas trescientos setenta y cinco,


por Hans Enrique Arce Helberg; por consiguiente, CASARON la sentencia de
vista de fojas trescientos sesenta y nueve, de fecha once de agosto de dos mil
trece; INSUBSISTENTE la sentencia apelada de fojas doscientos sesenta y ocho,
de fecha catorce de octubre de dos mil trece, que declara improcedente la
demanda; ORDENARON al juez de la causa que emita nueva sentencia, con
arreglo a lo establecido en los considerandos precedentes; DISPUSIERON la

107
publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo
responsabilidad; en los seguidos por Hans Enrique Arce Helberg contra María
Luisa Sáenz Bazán de Arce y otro, sobre Divorcio por Causal de Separación de
Hecho; y los devolvieron. Integra esta Sala el Juez Supremo Señor Calderón
Puertas, por licencia de la Jueza Suprema Señora Cabello Matamala. Ponente
Señor Miranda Molina, Juez Supremo

SS. MENDOZA RAMÍREZ, HUAMANÍ LLAMAS, VALCÁRCEL


SALDAÑA, MIRANDA MOLINA, CALDERÓN PUERTAS.

108
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 3874-2007, TACNA

Lima, 3 de octubre del año 2008.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número tres mil ochocientos
setenta y cuatro – dos mil siete, en Audiencia Pública de la fecha, y producida la
votación con arreglo a ley, de conformidad con el dictamen de la señora Fiscal
Suprema en lo Civil, emite la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. La demandante Carmen Milagros Román Céspedes interpone demanda de


alimentos a favor de su menor hija María José Jaico Román de tres años de edad,
solicitando que este cumpla con acudir a la menor mencionada con el sesenta por
ciento de sus remuneraciones, incluyendo las gratificaciones, bonificaciones y
demás beneficios que percibe el demandado; y, asimismo, en forma acumulativa
solicita el reconocimiento de la tenencia que ejerce sobre su referida hija.

Que, respecto a la tenencia de la menor María José Jaico Román, las partes
acordaron que esta la seguirá ejerciendo la demandante, fijándose un régimen de
visitas a favor del demandado, conforme se aprecia de las actas respectivas
obrantes a fojas doscientos noventa y tres y doscientos noventa y cuatro,
continuando el proceso respecto a la pretensión de alimentos.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia fundada en parte la demanda, ordenando que el demandado


acuda a su menor hija con una pensión alimenticia equivalente al quince por ciento
del total de sus ingresos, incluyendo gratificaciones, bonificaciones, asignaciones,
utilidades y todo concepto adicional que este perciba; señalando que se ha probado
el derecho de la niña a ser asistida por su progenitor con una pensión alimenticia,
asimismo se han probado las posibilidades económicas del demandado, haciendo
presente que no es materia del proceso, acreditar la situación económica de la

109
demandante, ya que esta se muestra aparentemente buena, sobre todo por los
bienes de capital que posee, pero este hecho no exime al demandado, de contribuir
al sostenimiento de su menor hija.

III. SEGUNDA INSTANCIA

La demandante interpone recurso de apelación contra la sentencia antes referida,


que al ser absuelto por la Sala Superior, revoca en parte la sentencia apelada y
reformándola fijó como pensión alimenticia a favor de la menor, el diez por
ciento del total de las remuneraciones que percibe el demandado por todo
concepto, teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo cuatrocientos ochenta y
uno del Código Civil, en concordancia con los artículos noventa y dos y noventa y
tres del Código de los Niños y Adolescentes, pues los padres están obligados a
proveer al sostenimiento, protección y formación de sus hijos menores, según su
situación y posibilidades; señalando además que la demandante es una mujer joven
que no ha acreditado encontrarse impedida físicamente para trabajar y que por tal
motivo, debe contribuir equitativamente a la prestación de alimentos y
sostenimiento de su menor hija.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


noviembre del año dos mil siete, por la causal de:

a) Infracción normativa por la causal prevista en el inciso primero del artículo


trescientos ochenta y seis del Código Procesal Civil, en virtud de lo cual, la parte
recurrente denuncia la interpretación errónea del artículo cuatrocientos ochenta y
uno del Código Civil, por cuanto:

La Sala Superior se ha limitado a señalar que la recurrente es una persona joven,


que no ha acreditado estar impedida físicamente para trabajar, y que por tal motivo,
debe contribuir equitativamente a la prestación de alimentos y sostenimiento de la
menor, sin tomar en cuenta que se encuentra acreditado en autos que la recurrente
trabaja, percibiendo la suma de quinientos nuevos soles y además, desde el
nacimiento de su menor hija, ha sido únicamente ella quien ha cubierto sus
necesidades básicas, y como estas se han incrementado, se ha visto obligada a
interponer la presente demanda contra el padre de su menor hija; agregando que la

110
Sala Superior ha interpretado erróneamente la necesidad de la menor alimentista,
ya que ha considerado que la pensión de alimentos que se le otorgue, debe cubrir
sus necesidades básicas en lo estrictamente necesario, sin considerar que esta
siempre ha vivido rodeada de comodidades, y tiene derecho a mantener dicha
posición, lo que le permitirá tener una buena educación de acuerdo a su realidad;

Respecto a las posibilidades económicas del demandado, la recurrente señala que


se encuentra acreditado que dicha parte procesal trabaja en la empresa Southern
Perú, percibiendo una remuneración mensual de siete mil setecientos noventa y
seis nuevos soles con setenta y nueve céntimos, además de las utilidades y
ganancias de la empresa que también recibe; refiriendo asimismo que el
demandado, con el fin de disminuir sus posibilidades económicas, ha transado con
su cónyuge el pago de una pensión de alimentos a favor de esta última, y no
obstante ello, aún tiene posibilidades de acudir a su menor hija con una pensión
equivalente al quince por ciento de sus ingresos mensuales.

2. Que, existe interpretación errónea de una norma de derecho material cuando


concurren los siguientes supuestos: a) El Juez, a través de una valoración conjunta
y razonada de las pruebas aportadas al proceso, establece determinados
hechos; b) Que, estos así establecidos guardan relación de identidad con los
supuestos fácticos de una norma jurídica determinada; c) Que, elegida esta norma
como pertinente (solo ella o en concurrencia con otras) para resolver el caso
concreto, la interpreta (y aplica); d) Que, en la actividad hermenéutica, el Juzgador
utilizando los métodos de interpretación, yerra al establecer el alcance y sentido de
aquella norma; es decir, yerra al establecer la verdadera voluntad objetiva de la
norma, con lo cual resuelve el conflicto de intereses de manera contraria a los
valores y fines del derecho, y particularmente vulnerando el valor superior del
ordenamiento jurídico, como es la Justicia.

3. Que, conforme lo prevé el artículo cuatrocientos ochenta y uno del Código Civil,
los alimentos se regulan por el Juez en proporción a las necesidades de quien los
pide y a las posibilidades del que debe darlos, atendiendo además a las
circunstancias personales de ambos, especialmente a las obligaciones a que se halle
sujeto el deudor. Cuando la norma alude a las necesidades de quien los pide, ello
no equivale a verificar la existencia de un estado de indigencia, y debe apreciarse
teniendo en consideración el contexto social en el que vive el menor alimentista,
puesto que los alimentos no se circunscriben a lo estrictamente necesario para su

111
subsistencia, constituyendo el estado de necesidad de los menores una presunción
legal iuris tantum. Asimismo, cuando la norma hace alusión a las posibilidades del
que debe darlos, se refiere a la capacidad económica del demandado, es decir a los
ingresos que este percibe; siendo que en el presente caso, ambos supuestos se han
acreditado, ya que la alimentista es menor de edad y a la fecha de la presentación
de la demanda contaba con tres años de edad; y, en cuanto a los ingresos del
demandado, está acreditado en autos que su remuneración mensual asciende a siete
mil setecientos noventa y seis nuevos soles con setenta y nueve céntimos, además
de las gratificaciones, entre otros ingresos que percibe.

4. Que, en ese sentido, conforme a lo previsto en artículo cuatrocientos ochenta y


uno del Código Civil, para establecer el monto de la pensión alimenticia, se debe
considerar los dos supuestos antes mencionados, los mismos que si bien han sido
tomados en cuenta por la Sala Superior, esta también ha considerado en forma
adicional las condiciones personales y económicas de la demandante en su calidad
de madre biológica de la menor, las cuales no han sido materia de probanza en el
presente proceso, por lo que el recurso debe ampararse.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396, del


Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto por la demandante Carmen


Milagros Román Céspedes mediante escrito de fojas quinientos cuarenta y
tres, CASARON la resolución impugnada, en consecuencia declararon NULA la
sentencia de vista de fojas quinientos treinta y ocho, su fecha seis de junio del dos
mil siete; y, actuando en sede de instancia, CONFIRMARON la sentencia
apelada obrante a fojas cuatrocientos ochenta y tres, su fecha dieciséis de marzo
del año dos mil siete, que declara fundada en parte la demanda, y ordena que el
demandado acuda a su menor hija con una pensión alimenticia equivalente al
quince por ciento del total de sus ingresos, incluyendo gratificaciones,
bonificaciones, asignaciones, utilidades y todo concepto adicional que este
perciba, con lo demás que contiene; DISPUSIERON se publique la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por Carmen
Milagros Román Céspedes contra Juan Vicente Jaico Rodríguez; sobre Alimentos;
y, los devolvieron; interviniendo como Vocal Ponente el señor Ticona Postigo

112
SS. TICONA POSTIGO, SOLÍS ESPINOZA, PALOMINO GARCÍA,
CASTAÑEDA SERRANO, MIRANDA MOLINA.

113
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 3016-2002, LORETO

Lima, veintiuno de febrero del dos mil tres.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; la causa número tres mil dieciséis dos mil dos;
con el acompañado, en la audiencia pública de la fecha y producida la votación
con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia.

I. HECHOS Y RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Se trata del recurso de casación interpuesto por don Erick Martín Viena
Vivanco, mediante escrito de fojas ciento treinta, contra la sentencia de vista
emitida por la Sala Civil Mixta de la Corte Superior de Justicia de Loreto de fojas
ciento veintitrés, de fecha cinco de agosto del dos mil dos, que revocando la
apelada y reformándola declaró fundada la demanda de exoneración de alimentos,
sin costas ni costos.

2. Que, concedido el recurso de casación a fojas ciento treinta y tres, fue declarado
procedente por resolución del dieciocho de octubre del dos mil dos, por las
causales contempladas en los incisos primero y segundo del artículo trescientos
ochentiséis del Código Procesal Civil, sustentada en:

a) La interpretación errónea del artículo cuatrocientos ochenta y tres del Código


Civil, debiendo ser su interpretación correcta lo siguiente: el presupuesto referido
a la profesión debe entenderse no solamente a los estudios superiores
(universitarios o institutos superior, sino también aquellas etapas o estudios pre
profesionales como son los estudios primarios, secundarios o preuniversitarios
como son las academias de ingreso a universidades, que se requiere agotar para el
final obtener una profesión u oficio y,

b) La inaplicación del artículo cuatrocientos setenta y dos del Código Civil, que
señala que «cuando el alimentista es menor de edad, los alimentos también
comprenden, entre otros, a la educación» y si bien el recurrente es mayor de edad,

114
está siguiendo estudios secundarios, esto es precisamente el presupuesto de
la educación;

3. Que, el artículo cuatrocientos ochenta y tres del Código Civil establece que el
obligado a prestar alimentos puede pedir que se le exonere si disminuyen sus
ingresos de modo que no pueda atenderla sin poner en peligro su propia
subsistencia o si ha desaparecido en el alimentista el estado de necesidad y que sin
embargo si subsiste el estado de necesidad por causas de incapacidad física o
mental debidamente comprobadas o el alimentista está siguiendo una profesión u
oficio exitosamente, puede pedir que la obligación continúe vigente.

4. Que, la sentencia de vista ha establecido que no se encuentra acreditado en autos


que el estado de necesidad del demandado se deba a causas de incapacidad física
o mental. Menos aún está acreditado que el demandado está siguiendo una
profesión u oficio exitosamente, porque está cursando estudios secundarios.

5. Que, el recurrente sostiene que la interpretación correcta del artículo


cuatrocientos ochenta y tres del Código Civil, es que el presupuesto referido a la
profesión debe entenderse no solamente a los estudios superiores, sino también a
aquellas etapas o estudios pre profesionales como son los estudios primarios,
secundarios o pre universitarios, como son las academias de ingreso a
universidades que se requiere agotar para el final obtener una profesión u oficio.

6. Que, como lo establece la sentencia de vista, el recurrente contaba con dieciocho


años cumplidos cuando se interpuso la demanda de exoneración de alimentos.

7. Que, también está establecido que se encontraba cursando el cuarto año de


educación secundaria.

8. Que, si bien para poder acceder a los estudios superiores, se tiene que pasar por
las etapas o estudios pre profesionales, como son los estudios primarios,
secundarios o preuniversitarios, es decir academias de ingreso a universidades, el
artículo cuatrocientos ochenta y tres del Código Civil, en todo caso está referido a
cursar estudios exitosamente.

9. Que, resulta evidente que un estudiante con dieciocho años de edad que se
encuentra en el cuarto año de educación secundaria, no lo está realizando

115
exitosamente, porque por su edad debería haber terminado
la educación secundaria.

10. Que, el artículo cuatrocientos setenta y dos del Código Civil, no resulta
aplicable en el segundo párrafo que sostiene el recurrente, porque está referido a
los menores de edad.

11. Que, teniendo el recurrente motivos atendibles para litigar, de conformidad con
el artículo cuatrocientos doce del Código Procesal Civil, se le exonera del pago de
las costas y costos.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 386 inciso


1 y 2 y el artículo 398, del Código Procesal Civil, declararon:

INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por don Erick Martín Viena


Vivanco a fojas ciento treinta, NO CASAR la sentencia de vista de fojas ciento
veintitrés, del cinco de agosto del dos mil dos; sin costas ni
costos; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el diario
oficial El Peruano; en los seguidos por Alfonso Viena Linares con Erick Martín
Viena Vivanco, sobre Exoneración de Alimentos; y los devolvieron.

SS. TÁVARA CÓRDOVA, HURTADO REYES, SALAZAR LIZÁRRAGA,


ORDOÑEZ ALCÁNTARA, ARRIOLA ESPINO.

116
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA PENAL PERMANENTE

CAS. 320-2019, CUSCO

Lima, veintinueve de noviembre de dos mil diecinueve.

LA SALA PENAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; el recurso de casación interpuesto por el
encausado Franklin Lazo Villafuerte contra el auto de vista de fojas ciento seis, de
catorce de enero de dos mil diecinueve, que confirmando el auto de primera
instancia de fojas veintitrés, de catorce de noviembre de dos mil dieciocho, revocó
la suspensión de la pena privativa de libertad que se le impuso en la sentencia que
lo condenó como autor del delito de omisión de asistencia familiar en agravio de
los menores A.G.L.C., A.A.L.C. y N.K.L.C.; con lo demás que al respecto
contiene.

I. HECHOS Y RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Que, conforme al artículo 430, numeral 6, del Código Procesal Penal,


corresponde a este Supremo Tribunal decidir si el auto concesorio del recurso de
casación está arreglado a derecho; y, por tanto, si procede conocer el fondo del
asunto.

2. Que, en el presente caso, se está ante una acusación por delito de omisión de
asistencia familiar (artículo 149, primer párrafo, del Código Penal), que no tiene
previsto una pena mínima superior a seis años de privación de libertad (artículo
427, apartado 2, literal ‘a’, del Código Procesal Penal); y, además, la resolución
cuestionada no deniega la reserva o suspensión de la pena (artículo 427, apartado
1, del Código Procesal Penal, a contrario sensu). Siendo así, es de rigor examinar
si se cumplió con invocar el acceso excepcional al recurso de casación, si éste se
justificó adecuadamente con una argumentación específica, y si, en efecto, la
materia excepcional que plantea tiene especial trascendencia o interés casacional.

3. Que el encausado Lazo Villafuerte en su escrito de recurso de casación


formalizado de fojas ciento treinta y dos, de veintidós de enero de dos mil

117
diecinueve, introdujo como causa petendi (causa de pedir) la inobservancia de
precepto constitucional (artículo 429, inciso 1, del Código Procesal Penal).

Postuló, además, el acceso excepcional a la casación amparándose en el artículo


427, numeral 4 del Código Procesal Penal.

Argumentó, en vía excepcional, la prioridad de sentencias; que debe determinarse


si se debe ejecutar el pago de alimentos derivado de un proceso fraudulento, así
como si se debe encarcelar a quien no es padre de los agraviados; que, asimismo,
debe determinarse la dilucidación de sentencias contradictorias.

4. Que el acceso excepcional al recurso de casación es de carácter discrecional.


Exige, en todo caso, que se plantee un problema legal de trascendencia desde el
ius constitutionis y que sirva para afianzar una concreta línea jurisprudencial y, en
todo caso, afirmar la unidad interpretativa del Derecho penal material, procesal o
de ejecución.

Con esta finalidad, el casacionista debe consignar adicional y puntualmente las


razones que justifican el desarrollo de la doctrina jurisprudencial que pretende.
Tendrá que indicar el problema jurídico que plantea y fijar los criterios básicos
desde el ius constitutionis que justifican la intervención excepcional de la Corte
Suprema.

5. Que los argumentos del auto de vista son contundentes. Se rechaza todos y cada
uno de los puntos de la pretensión impugnativa del imputado. No consta sentencia
firme que determine que el imputado no es el padre de los agraviados. La existencia
de procesos de amparo y de impugnación de paternidad en trámite no autoriza a
suspender un proceso penal que culminó con sentencia firme y en etapa de
ejecución. En este caso, solo es de analizar si se cumplió con pagar oportunamente
los alimentos devengados. Otras opciones no son de recibo en sede de ejecución.

Siendo así, no existe interés casacional relevante. No merece que la Corte Suprema
asuma competencia funcional. Las lógicas de la ejecución procesal no permiten
cuestionar el mérito de la condena como título de ejecución.

V. DECISIÓN:

118
Que, en función a la conclusión precedente, corresponde aplicar lo dispuesto por
el artículo 504, numeral 2, del Código Procesal Penal, por lo que las costas del
recurso debe abonarlas el imputado recurrente, declararon:

NULO el auto de fojas ciento cincuenta y seis, de treinta y uno de enero de dos
mil diecinueve; e INADMISIBLE el recurso de casación interpuesto por el
encausado Franklin Lazo Villafuerte contra el auto de vista de fojas ciento seis, de
catorce de enero de dos mil diecinueve, que confirmando el auto de primera
instancia de fojas veintitrés, de catorce de noviembre de dos mil dieciocho, revocó
la suspensión de la pena privativa de libertad que se le impuso en la sentencia que
lo condenó como autor del delito de omisión de asistencia familiar en agravio de
los menores A.G.L.C., A.A.L.C. y N.K.L.C.; con lo demás que al respecto
contiene. CONDENARON al imputado recurrente al pago de las costas del
recurso desestimado de plano y ORDENARON su liquidación al secretario del
Juzgado de Investigación Preparatoria competente. DISPUSIERON se transcriba
la presente Ejecutoria al Tribunal Superior. Intervinieron los señores Castañeda
Espinoza por vacaciones de la señora jueza Chávez Mella y Pacheco Huancas por
licencia del señor Figueroa Navarro; HÁGASE saber a las partes procesales
personadas en esta sede suprema.

SS. SAN MARTÍN CASTRO, PRÍNCIPE TRUJILLO, CASTAÑEDA


ESPINOZA, SEQUEIROS VARGAS, PACHECO HUANCA.

119
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE AREQUIPA
PRIMERA SALA CIVIL

CAUSA 001373-2016-0-0411-JR-FC-01

SENTENCIA DE VISTA N.° 256 – 2019

Arequipa, dos mil diecinueve, abril veintiséis

VISTOS: En audiencia pública; que es materia de grado la resolución número


veintisiete de fecha diez de agosto del dos mil dieciocho corriente a fojas
doscientos ochenta que contiene la sentencia.

I. CONSIDERANDO

1. De la apelada: Que mediante la resolución materia de grado, el A Quo declaró


fundada en parte la demanda de alimentos interpuesta por Carmen Patricia Chávez
Ventura, en representación de su menor hija Carmen Guadalupe Huamán Chávez,
y dispuso que el demandado acuda con una pensión alimenticia mensual y
adelantada de 33% del total de ingresos que percibe de su empleadora, incluyendo
remuneraciones, gratificaciones, bonificaciones, utilidades y cualquier otro pago
que reciba de su empleador el demandado, sea de su libre disposición, condenando
a la parte vencida al pago de costas y costos.

2. De la apelación

Que mediante escrito de fojas trescientos cincuenta y nueve la parte demandada


interpone recurso impugnatorio de apelación, cuya pretensión impugnatoria es que
se proceda a revocarla y reformándola se fije una pensión alimenticia ascendente
al 20% del total de sus ingresos, previos descuentos de ley, con excepción de las
utilidades; además solicita que se revoque la sentencia en el extremo que le impone
el pago de costos y costas del proceso.

3. Del marco normativo

Que como marco normativo pertinente para este caso debemos tener en cuenta:

120
El artículo 235 del Código Civil, que establece: “Los padres están obligados a
proveer al sostenimiento, protección, educación y formación de sus hijos menores
según su situación y posibilidades. Todos los hijos tienen iguales derechos”.

El artículo 472 del mismo cuerpo normativo que expresa la noción de


alimentos: “Se entiende por alimentos lo que es indispensable para el sustento,
habitación, vestido y asistencia médica, según la situación y posibilidades de la
familia. Cuando el alimentista es menor de edad, los alimentos comprenden
también su educación, instrucción y capacitación para el trabajo.

El artículo 481, que señala los criterios para fijar alimentos: “Los alimentos se
regulan por el juez en proporción a las necesidades de quien los pide y a las
posibilidades del que debe darlos, atendiendo además a las circunstancias
personales de ambos, especialmente a las obligaciones a que se halle sujeto el
deudor. No es necesario investigar rigurosamente el monto de los ingresos del que
debe prestar los alimentos”.

Finalmente, del Código Procesal Civil, es también pertinente tener en cuenta el


articulo 648 en su inciso sexto que a la letra indica: “(…) cuando se trata de
garantizar obligaciones alimentarias, el embargo procederá hasta el sesenta por
ciento del total de los ingresos, con la sola deducción de los descuentos
establecidos por ley”.

4. Valoración:

Que, en este orden de ideas, este Colegiado considera:

4.1. Cuestiones controvertidas: Que en mérito al escrito de apelación del


demandado Tony Edwin Huamán Zapana y de lo actuado en el proceso, este
Colegiado estimó señalar las cuestiones controvertidas que asumirá, las mismas
que fueron oportunamente comunicadas a las partes y las que son: a. Determinar
si se han acreditado las posibilidades del demandado. b). Determinar si se han
acreditado las necesidades de la menor alimentista. c). Determinar si la pensión
fijada tiene que ser de los ingresos netos. d). Determinar si deben corresponder los
descuentos alimenticios a las utilidades.

121
4.2. De las posibilidades del demandado: El apelante alega que no se ha valorado
de forma adecuada la obligación crediticia asumida por él. Al respecto este
Colegiado observa que el A Quo en el considerando cuarto, en el punto 1.3., ha
tenido en cuenta que si bien, se ha probado la existencia de un préstamo ante el
Banco de Crédito del Perú por un monto de S/ 20,000.00 y que al mes viene
pagando la suma de S/ 554.04; sin embargo, valora que el mismo vencerá en
setiembre del dos mil diecinueve y que dicha obligación crediticia no puede
sobreponerse a la de naturaleza alimentaria, por lo que el demandado está en
capacidad para asistir con una pensión alimenticia a favor de su menor hija.
Criterio del juez de primera instancia que compartimos plenamente.

4.3. De las necesidades de la menor alimentista: En los argumentos de apelación


se alega que no se han acreditado mayores gastos que pudieran efectuarse en la
menor alimentista o la existencia de alguna condición especial o enfermedad en
ella, ni que la misma se encuentre asegurada debido a su trabajo. Al respecto si
bien es cierto lo manifestado por el demandado y sobre todo la carencia de haber
probado necesidad de condiciones especiales de salud o que las mismas no puedan
ser cubiertas por el sistema de seguridad social que goza la menor; sin embargo,
los alimentos comprenden diferentes conceptos que no son meramente salud, es
decir, cubrir las necesidades propias y ordinarias para la subsistencia y desarrollo
de la persona, las mismas que si bien, a tenor de la parte final del artículo 481 del
Código Civil no es necesario investigar rigurosamente el monto de los ingresos del
que debe prestar los alimentos; en el mismo sentido consideramos que tampoco es
necesario probar rigurosamente cada una de las necesidades que presenta o pudiera
presentan la menor; por lo que estimamos que la suma de treinta y tres por ciento
establecida por el A Quo, es un monto mínimamente adecuado y que el demandado
está en las posibilidades de otorgarlo tanto más que no tiene otra carga familiar, es
decir se trata de su única hija.

4.4. En cuanto al descuentos de los ingresos netos: En cuanto al porcentaje de


la pensión alimenticia, efectivamente, el A Quo la ha establecido sin precisar si
ello es en cuanto a lo efectivamente percibido o corresponde al monto de los
ingresos totales; debiendo entender que al no hacer diferenciación alguna es en
cuanto a la totalidad de los ingresos que percibe el demandado, tal como así consta
de la pretensión acumulada objetiva accesorio de la demanda de fojas veinticinco.
Este Colegiado considera que ello debe ser un aspecto materia de precisión, pues,
el inciso sexto del artículo 648 del Código Procesal Civil, que debe aplicarse

122
extensivamente, precisa que la obligación alimentaria debe ser del total de los
ingresos con la sola deducción de los descuentos de ley, precisión que incluso las
partes en la audiencia oral en esta instancia manifestaron su conformidad.

4.5. En cuando a la afectación de las utilidades: El apelante precisa que las


mismas constituyen un concepto no remunerativo de carácter extraordinario, por
lo que han de responder a un tratamiento diferencial. Al respecto este Colegiado
considera que el Tribunal Constitucional tiene una posición al respecto en el
expediente n.° 03972-2012-PA-TC la misma que compartimos, señalando que en
materia de alimentos el concepto ingresos incluye todo lo que una persona percibe,
sea cual fuere su procedencia y dentro de una relación laboral se deben considerar
los ingresos laborales propiamente remunerativos; es decir, la contraprestación por
los servicios prestados, así como ingresos no remunerativos percibidos para un fin
específico como gratificaciones extraordinarias, pagos liberales, convenios
colectivos, participación en las utilidades etc.. Tanto más que el artículo 481 del
Código Civil al referirse a los criterios para fijar los alimentos, se refiere a los
ingresos sin hacer diferenciación alguna; lo mismo que vemos que en el artículo
648 inciso sexto del Código Procesal Civil, que se garantiza la obligación
alimentaria hasta con el 60% del total de los ingresos, solamente excluye los
descuentos de ley; de todo lo que concluimos que las utilidades no es un concepto
que merece diferenciación en cuanto se dispone descuento de las obligaciones
alimentarias de los ingresos de un trabajados, entendiendo que se tratan de todos
los ingresos. No obstante lo antes expuesto, debemos reconocer que las utilidades
se tratan de sumas extraordinarias, ajenas a meramente una contraprestación a la
labor prestada en forma continua y en el caso del menor alimentista significa un
ingreso extraordinaria diferente a la finalidad de cubrir las necesidades ordinarias
y rutinarias que se requieren día a día; sin embargo, si el nivel de vida, o las
posibilidades de quien debe prestar los alimentos mejora o tiene incrementos como
el presente (utilidades), es prudente que lo mismo debe representar en el menor,
un mejor nivel de vida o mejores posibilidades alimentarias que pueden representar
una mejora en su educación, estudios, viaje, ahorros, salud etc., situaciones
extraordinarias que necesitan ser supervisadas por el juez, a fin de que signifiquen
un mejor nivel de vida para el menor alimentista y no se distraigan de diferente
manera. Es por ello que el descuento de las utilidades debe ser depositado en una
cuenta de ahorros cuya utilización sea supervisada por el juez en beneficio del
menor en ejecución de sentencia al tratarse de un concepto alimentario. Debemos
señalar que lo antes precisado no significa de modo alguno un límite a la

123
administración de la pensión de alimentos por parte del padre que ejerce la
tenencia, pues la misma la tiene en cuanto a la pensión ordinaria de alimentos
pudiendo con amplia libertad administrar dichos gastos de la forma más
conveniente, graduando y dosificando la pensión fijada para la mejor satisfacción
de las necesidades de la niña alimentista; sin embargo las utilidades corresponden
a una suma no presupuestada en los gastos ordinarios ni presupuestados
diligentemente en una buena administración paternal. Finalmente advirtiendo que
la parte demandada no ha sido vencida totalmente y tanto más que en muchos casos
es necesario que sea el juez quien determina los alimentos, es que se debe exonerar
del pago de costas y costos al demandado.

V. DECISIÓN:

CONFIRMARON la sentencia materia de grado, de fecha diez de agosto del dos


mil dieciocho corriente a fojas doscientos ochenta, en la parte que fija una pensión
de alimentos mensual y adelantada de 33% del total de ingresos que percibe el
demandado a favor de su hija Carmen Guadalupe Huamán Chávez, incluyendo
remuneraciones, gratificaciones, bonificaciones, utilidades y cualquier otro pago
que reciba de su empleador el demandado, sea de su libre
disposición; PRECISANDO que debe ser previo los descuentos de ley y en cuanto
a las utilidades, las mismas deben ser supervisadas por el A Quo disponiendo la
apertura de una cuenta de ahorros con dicha finalidad. La REVOCARON en
cuanto señaló la condena de costos y costas; reformándola, EXONERARON de
las mismas al demandado; y, los devolvieron; en los seguidos por Carmen Patricia
Chávez Ventura en contra de Tony Edwin Huamán Zapana sobre reconocimiento
de tenencia y custodia de menor. Juez Superior ponente: señor Fernández Dávila
Mercado.

SS. CARREÓN ROMERO, FERNÁNDEZ DÁVILA MERCADO,


ZAMALLOA CAMPERO.

124
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 1643-2011, PUNO

Lima, ocho de marzo de dos mil doce.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número mil seiscientos cuarenta
y tres - dos mil once; en audiencia pública llevada a cabo en el día de la fecha y
producida la votación correspondiente conforme a ley, expide la siguiente
sentencia:

I. HECHOS:

1. el demandante Calixto Isaías Achata Tito, interponen demanda de divorcio por


separación de hecho, fundamentándola en:

a) Contrajo matrimonio con la demandada en el año mil novecientos ochenta y tres


por ante la Municipalidad Distrital de Acora, Provincia y Departamento de Puno,
pero sucede que desde el primero de diciembre del año mil novecientos noventa y
nueve, fue echado de la casa conyugal e impedido de ingresar, esto como corolario
de las constantes desavenencias incomprensión, maltratos físicos, de palabra y
otros que se dieron durante la vigencia del matrimonio por parte de la demandada.
Desde esa fecha se inició la separación de hecho, situación que se mantiene en
forma ininterrumpida hasta la fecha, es decir por más de dos años.

b) Indica que es empleado público, situación que le ha permitido cumplir


puntualmente con sus obligaciones alimentarias hacia la demandada, la misma que
mantiene hasta la fecha.

c) Como pretensión accesoria pide que se declare la extinción de la obligación


alimentaria como lógica consecuencia de la extinción del vínculo matrimonial.

d) Añade que durante la vida matrimonial no han adquirido bienes de


consideración que podrían ser materia de partición, sino sólo menaje de hogar que

125
ha quedado en poder de la demandada, asimismo, durante su vida conyugal no han
contraído obligaciones a cargo de la sociedad.

e) Hace presente que el recurrente tiene como bien propio un inmueble adquirido
en mil novecientos setenta y ocho, antes de contraer matrimonio; bien que durante
la vigencia de la sociedad de gananciales no ha sido objeto de mejoras u otros, por
tanto, no debe ser objeto de la extinción de la sociedad de gananciales, por no
existir derechos ni obligaciones de la sociedad. Han procreado a su hija Yohana
Achata Sandoval, quien es mayor de edad y está siguiendo estudios en la
Universidad, a quien viene apoyando económicamente, por lo tanto, carece de
objeto pronunciarse sobre la patria potestad o tenencia.

2. el representante del Ministerio Público, contesta la demanda alegando que:

a) el Estado Peruano a través de su legislación interna, concordado con las normas


de carácter internacional, protegen al matrimonio y la familia, como instituciones
fundamentales de la sociedad, consecuentemente para pretender la disolución de
la unión conyugal tendrán que presentarse hechos graves y de extremo que afecten
la unidad familiar, lo que no ocurre en el caso que nos ocupa

3. la demandada Paula Sandoval Ccama de Anchante, contesta la demanda


alegando que:

a) su cónyuge con el único afán de quitarle la pensión alimenticia que le viene


acudiendo ha iniciado el proceso de divorcio, a sabiendas que es el único ingreso
con que cuenta, puesto que pensando en un futuro invirtió todo el capital con que
contaba, así como vendió sus terrenos que sus padres le habían dejado, para poder
pagar las mensualidades de la vivienda que hoy pretende negar y hacer creer que
lo ha adquirido sólo, lo que no es cierto.

b) Añade que por otro lado la presente pretensión iniciada por su esposo es a
insinuaciones de sus entenadas a quienes durante sus primeros años de convivencia
y posterior matrimonio ha criado, a pesar de todo ello jamás le han reconocido
todos los esfuerzos realizados para darles educación y otras cosas. Indica que con
anterior oportunidad, también a insinuación de las entenadas se le ha iniciado
proceso de prorrateo de alimentos por ante el Juzgado de Paz Letrado, proceso que

126
a la fecha se encuentra en pleno trámite, con el único afán de suspenderle los
alimentos.

c) Concluye que su cónyuge a la fecha continúa acudiendo a su domicilio y algunas


veces pernocta y tiene ropas en la misma. demostrándose que no se ha sustraído
en forma definitiva del hogar, lo que debe tenerse en cuenta.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia, se declaró fundada la demanda de divorcio por causal de


separación de hecho, disuelto el vínculo matrimonial, infundada la pretensión
accesoria de extinción de la obligación alimentaria por improbada, fenecido el
régimen de sociedad de gananciales; con relación a la tenencia, cuidado y régimen
de visitas, sin objeto pronunciarse por no existir hijos menores de edad, infundada
por improbada la pretensión de indemnización por daños y perjuicios propuesta
por la demandada; con relación a los alimentos, sin objeto pronunciarse, por cuanto
existe un proceso judicial concluido con el número sesenta del año mil novecientos
noventa y dos, tramitado ante el Segundo Juzgado de Paz Letrado de Puno, el
mismo que debe permanecer conforme está; cesa el derecho de la cónyuge de llevar
anexado al suyo el apellido del marido y cesa el derecho sucesorio entre ambos
cónyuges.

III. SEGUNDA INSTANCIA

Por sentencia de vista corriente a fojas setecientos cinco se aprobó la sentencia


apelada que declara fundada la demanda sobre divorcio por causal de separación
de hecho, con lo demás que contiene.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


diecinueve de agosto de dos mil once, por las causales de:

a) infracción normativa sustantiva del artículo 333 inciso 121 del Código Civil,
argumentando la recurrente que: a) La sentencia de vista no ha merituado las
normas procesales ni la sentencia de primera instancia; como tampoco aplica en
forma debida e inaplica el artículo 333 inciso 12º del Código Civil, por cuanto no

127
motiva jurídicamente y con coherencia interna dicha resolución, respecto a: i) el
fenecimiento del régimen de la sociedad de gananciales; ii) la indemnización por
la separación de hecho; iii) la valoración conjunta de los medios probatorios; iv)
la disolución del matrimonio; v) los puntos controvertidos. b) No advierte que no
han transcurrido los dos años ininterrumpidos que existe la norma acotada; pues el
demandante sólo estuvo ausente del hogar en forma esporádica y hacía vida
conyugal con la recurrente. c) No ha considerado respecto al cónyuge inocente que
el demandante no acredita con medios probatorios que fue impedido de ingresar al
hogar conyugal, por lo que se deduce que este hizo abandono del hogar conyugal
sistemáticamente, razón por la cual le interpuso una demanda por alimentos; d) las
instancias respectivas no se pronuncian sobre el daño moral o en su defecto sobre
la adjudicación de bienes de la sociedad conyugal. e) No advierte respecto a la
sociedad de gananciales que está acreditada la unión de hecho con el demandante
desde el año mil novecientos setenta y ocho en que procrean una hija y si bien este
último adquiere el lote de terreno, ambos cónyuges realizaron la construcción de
la vivienda familiar, para posteriormente celebrar el matrimonio civil en el año mil
novecientos ochenta y tres, lo que se halla corroborado con diversas pruebas, tales
como los contratos de fecha doce de abril de mil novecientos setenta y ocho y once
de diciembre de mil novecientos ochenta y cinco respectivamente, el documento
de cancelación por pago anticipado su fecha veinticinco de agosto de mil
novecientos ochenta y dos y la minuta de aclaración y ratificación del contrato de
compraventa de fecha uno de junio de dos mil seis.

2. Que, en cuanto a la causal propuesta como fundamento del recurso de casación,


se advierte en primer término que la demandada sustenta la infracción normativa
sustantiva del artículo 333 inciso 12º del Código Civil, pero se desarrolla en
argumentos de manifiesta naturaleza procesal. En tal sentido, debemos empezar el
análisis por la infracción de carácter procesal, porque si la misma es amparada se
tendría que disponer lo pertinente conforme a los alcances del artículo 396 del
Código Procesal Civil, modificado por el artículo 1 de la Ley 29364. Cabe señalar
que la infracción de carácter procesal implica la infracción a la norma que rige el
procedimiento cuando afecta los derechos procesales constitucionales que hacen
inviable la decisión (de carácter procesal, conocido en la doctrina como error in
procedendo).

3. Que, en tal sentido, este Supremo Tribunal observa en cuanto al extremo de la


causal invocada sobre la estabilidad económica del cónyuge que resulte

128
perjudicado por la separación de hecho y la indemnización de daños, a que se
refiere el artículo 345-A2 del Código Civil, la Sala Superior concluye que dichas
pretensiones no han sido alegadas mediante reconvención y menos se ha
acreditado con medios probatorios pertinentes. Añade que la demandada en su
contestación de fojas treinta y ocho únicamente se ha limitado indicar en el monto
del petitorio la suma de cincuenta mil nuevos soles, sin que en los fundamentos de
defensa se haya referido en modo alguno a la indemnización por daños o cuando
menos haya aportado elementos de prueba que permitan determinar con certeza la
existencia del daño y el quantum de la indemnización. Señala además que la
estimación de una demanda sobre divorcio por causal de separación de hecho no
puede convertir automáticamente a uno de los cónyuges en perjudicado; más aún,
si del análisis de las pruebas actuadas en el presente proceso, se aprecia que éstas
no resultan suficientes ni idóneas para determinar el cónyuge perjudicado y la
indemnización por daños; en todo caso, queda a salvo el derecho de la parte que
se considere perjudicada para hacer valer su derecho ante la instancia
correspondiente.

4. Que, al respecto, es menester señalar que en pretensiones en materia de familia,


es una característica el de ser una excepción al principio dispositivo o de iniciativa
de parte, y en tal sentido el juzgador tiene facultades extraordinarias para concretar
las finalidades del proceso y dar solución efectiva al caso, siendo una de esas
potestades el integrar el petitorio con pretensiones sobre las cuales es necesario
emitir un pronunciamiento porque afectan a los hijos o al régimen patrimonial que
se pretende resolver, ello por disposición legal contenida en el artículo 4833 del
Código Procesal Civil, como en el presente caso el de la indemnización al cónyuge
perjudicado, manifestando serlo la demandada Paula Sandoval de Achata
aduciendo que sobre la sociedad de gananciales está acreditada la unión de hecho
con el demandante desde el año mil novecientos setenta y ocho, en que procrean
una hija y si bien este último adquiere el lote de terreno, ambos cónyuges realizaron
la construcción de la vivienda familiar, para posteriormente celebrar el matrimonio
civil en el año mil novecientos ochenta y tres, lo que se halla corroborado con
diversas pruebas, tales como los contratos de fecha doce de abril de mil
novecientos setenta y ocho y once de diciembre de mil novecientos ochenta y cinco
respectivamente, el documento de cancelación por pago anticipado su fecha
veinticinco de agosto de mil novecientos ochenta y dos y la minuta de aclaración
y ratificación del contrato de compraventa de fecha uno de junio de dos mil seis.
Sobre ello, ya este Supremo Tribunal lo había establecido así mediante ejecutoria

129
suprema de fecha ocho de abril de dos mil ocho, obrante a fojas cuatrocientos
dieciocho, en la que expuso que la fijación de una indemnización por daños, que
había sido establecido como punto controvertido, tiene como respaldo jurídico lo
previsto en el artículo 345-A del Código Procesal Civil. Ahora, con relación a lo
señalado, reviste implicancia en el caso de autos lo resuelto en el Tercer Pleno
Casatorio Civil contenido en la sentencia del dieciocho de marzo de dos mil once,
casación número cuatro mil seiscientos sesenta y cuatro – dos mil diez-Puno.

5. Que, al respecto, se advierte que la sentencia de vista no ha motivado


suficientemente su decisión en cuanto al extremo del pedido de indemnización
efectuado por la parte demandada, ya que no es dable sostener que la estimación
de una demanda sobre divorcio por causal de separación de hecho no puede
convertir automáticamente a uno de los cónyuges en perjudicado y que en todo
caso, queda a salvo el derecho de la parte que se considere perjudicada para hacer
valer su derecho ante la instancia correspondiente, cuando, como se ha expuesto
en el considerando anterior, la indemnización es una pretensión accesoria por
mandato legal y por consiguiente el órgano jurisdiccional inferior debe disponer
los actos procesales correspondientes para esclarecer lo alegado por la demandada
con relación a que es analfabeta, no trabaja por su quebrantada salud y que desde
que empezó a convivir con el demandante en el año mil novecientos setenta y ocho
pagaba las cuotas para construir una vivienda en el inmueble propiedad del
demandante (se casaron en mil novecientos ochenta y tres), teniendo en cuenta lo
expresado en el Tercer Pleno Casatorio Civil contenido en la sentencia del
dieciocho de marzo de dos mil once, casación número cuatro mil seiscientos
sesenta y cuatro, dos mil diez, Puno.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396 inciso


2, del Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas setecientos treinta y uno por


Paula Sandoval Ccama de Achata, en consecuencia, NULA la sentencia de vista
expedida a fojas setecientos cinco por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Puno, su fecha veintidós de marzo de dos mil once, la cual aprobó la sentencia
de fecha cinco de julio de dos mil diez, corriente a fojas seiscientos setenta y uno,
que declaró fundada la demanda, con lo demás que contiene. ORDENARON a la

130
Sala Superior de origen emita nueva resolución atendiendo las precisiones
expresadas en la presente Ejecutoria Suprema. DISPUSIERON la publicación de
la presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los
seguidos por Calixto Isaías Achata Tito, con Paula Sandoval Ccama de Achata,
sobre divorcio por separación de hecho; y los devolvieron; interviniendo como
Ponente el Señor Juez Supremo Távara Córdova.

SS. TÁVARA CÓRDOVA, RODRÍGUEZ MENDOZA, IDROGO


DELGADO, CASTAÑEDA SERRANO, CALDERÓN CASTILLO.

131
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 3428-2011, LIMA

Lima, siete de septiembre del año dos mil doce

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa tres mil cuatrocientos
veintiocho del año dos mil once, en audiencia pública de la fecha y producida la
votación de acuerdo a ley, emite la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. La demandante Raúl Alfredo Caro Rodríguez, solicita Indemnización de Daños


y Perjuicios fundamentándola en:

a) A fin de que la emplazada cumpla con pagarle la suma de veinte mil dólares
americanos (US$.20,000.00) por concepto por reparación civil por daños y
perjuicios, divididos de la siguiente manera: cinco mil dólares americanos
(US$.5,000.00) por daño emergente, cinco mil dólares americanos (US$.5,000.00)
por lucro cesante y diez mil dólares americanos (US$.10,000.00) por daño moral,
derivados de una retención indebida del diez por ciento (10%) de sus haberes
durante el período del mes de noviembre del año dos mil dos (2002) al mes de
setiembre del año dos mil cinco (2005) a favor de su hija Erika Eliana Caro Madrid.

b) Alega que es trabajador del Banco emplazado, siendo que en el año dos mil dos
(2002) fue demandado por su cónyuge y sus hijos por pensión de alimentos ante
el Cuarto Juzgado de Paz Letrado de Lince y San Isidro, el mismo que concluyó
con sentencia de fecha veinte de septiembre del año dos mil dos que declaró
improcedente la demanda a favor de Erika Eliana Caro Madrid y fundada en parte
a favor de Raúl Pablo Caro Madrid con una pensión del veinte por ciento (20%)
de sus haberes y para Jesús Alfredo Caro Madrid le fija una pensión del quince por
ciento (15%), es decir, el treinta y cinco por ciento (35%) de sus ingresos, monto
que debía entregarse en forma directa, personal y mensual; en dicho proceso la
parte demandante solicitó con anterioridad a la sentencia la asignación anticipada
de alimentos a razón de quince por ciento (15%) a favor de Jesús Alfredo Caro

132
Madrid, diez por ciento (10%) para Raúl Pablo Caro Madrid y diez por ciento
(10%) para Erika Eliana Caro Madrid, hasta que se fije una pensión alimenticia de
manera definitiva, en tal sentido su empleador efectivizó dicha medida en el mes
de noviembre del año dos mil dos (2002); sin embargo en forma posterior a la
sentencia, continuó efectuando el descuento por planillas a favor de su hija Erika
Eliana Caro Madrid, lo que le originó perjuicios.

2. El banco de la nación contesta la demanda alegando que:

a) el demandante labora en el Banco desde el uno de julio del año mil novecientos
setenta y cuatro en el cargo de jefe de la unidad con categoría de funcionario;
asimismo, señala que sólo se ha limitado a cumplir los mandatos judiciales
emanados del Cuarto Juzgado de Paz Letrado de Lince y San Isidro que ordenaba
la retención del treinta y cinco por ciento (35%) de las remuneraciones que por
todo concepto percibe el hoy demandante a favor de Jesús Alfredo Caro Madrid,
Raúl Pablo Caro Madrid y Erika Eliana Caro Madrid, mandato que posteriormente
fue modificado, pero que en ninguno de sus extremos dejó sin efecto la retención
efectuada a favor de Erika Eliana Caro Madrid.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia se declaró infundada la demanda, fundamentando su decisión


en los siguientes considerandos:

a) bajo el argumento de que la conducta asumida por la entidad demandada se


sujeta a derecho al haber actuado como agente retenedor que no podía actuar a su
libre albedrío sólo por haber tomado conocimiento del extremo de la
improcedencia de la demanda de alimentos respecto a Erika Eliana Caro Madrid,
ello debido fundamentalmente a que no existió orden judicial alguna que disponga
lo contrario a la ejecución de la retención aludida, permaneciendo latente en el
tiempo el diez por ciento (10%) que se fijó como pensión provisoria a favor de la
referida persona hasta que finalmente se resolvió por el mismo juzgado y a
solicitud del propio demandante la aclaración correspondiente.

III. SEGUNDA INSTANCIA

133
Se interpone recurso de apelación contra la sentencia antes referida, que al ser
absuelto por la Sala Superior mediante resolución de fecha dieciocho de mayo del
año dos mil once, obrante a 392 , la sentencia apelada, al considerar que:

a) considerando que conforme se aprecia del cuaderno de pensión alimenticia


anticipada que se tiene a la vista, la Juez del Cuarto Juzgado de Paz Letrado de
Lince y San Isidro por ante quien se tramitó el proceso, sobre pago de alimentos
que siguiera Jesús María Madrid Vargas, fijó como pensión alimenticia el treinta
y cinco por ciento (35%) de los haberes que percibía el ahora demandante en su
condición de funcionario del ahora Banco de la Nación, correspondiéndole el
quince por ciento (15%) para el menor Jesús Alfredo Caro Madrid que deberá ser
cobrado por su señora madre demandante y para los alimentistas Raúl Pablo y
Erika Eliana Caro Madrid el diez por ciento (10%) para cada uno; por lo que se
deduce que en el caso sub materia las retenciones que se han efectuado de los
haberes que percibe el accionante se han generado como consecuencia de un
mandato judicial, el mismo que tiene el carácter de obligatorio a tenor de lo
dispuesto en el artículo cuarto de la Constitución Política del Estado; por
consiguiente no se dan los presupuestos de la indemnización por daños y perjuicios
demandada, tanto más que en el supuesto que existiera alguna retención que se
hubiere hecho de modo indebido, su recuperación no puede hacerse valer en vía
de un cobro indemnizatorio, cuando existen los medios que para tal fin se
encuentran establecidos por las normas legales pertinentes. considerando que
conforme se aprecia del cuaderno de pensión alimenticia anticipada que se tiene a
la vista, la Juez del Cuarto Juzgado de Paz Letrado de Lince y San Isidro, por ante
quien se tramitó el proceso, sobre pago de alimentos que siguiera Jesús María
Madrid Vargas, fijó como pensión alimenticia el treinta y cinco por ciento (35%)
de los haberes que percibía el ahora demandante en su condición de funcionario
del ahora Banco de la Nación, correspondiéndole el quince por ciento (15%) para
el menor Jesús Alfredo Caro Madrid que deberá ser cobrado por su señora madre
demandante y para los alimentistas Raúl Pablo y Erika Eliana Caro Madrid el diez
por ciento (10%) para cada uno; por lo que se deduce que en el caso sub materia
las retenciones que se han efectuado de los haberes que percibe el accionante se
han generado como consecuencia de un mandato judicial, el mismo que tiene el
carácter de obligatorio a tenor de lo dispuesto en el artículo cuarto de la
Constitución Política del Estado; por consiguiente no se dan los presupuestos de la
indemnización por daños y perjuicios demandada, tanto más que en el supuesto
que existiera alguna retención que se hubiere hecho de modo indebido, su

134
recuperación no puede hacerse valer en vía de un cobro indemnizatorio, cuando
existen los medios que para tal fin se encuentran establecidos por las normas
legales pertinentes.

b) Que, en cuanto a la denuncia a), el recurrente no ha cumplido con señalar en


forma clara y precisa qué normas de derecho material o procesal se han
interpretado erróneamente y en cuanto a la denuncia de interpretación errónea de
las pruebas aportadas, debe señalarse que los medios probatorios no son
interpretados por el Juez, sino valorados conforme lo estipula el artículo ciento
noventa y siete del Código Procesal Civil, que todos los medios probatorios son
valorados por el Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación razonada. Sin
embargo, en la resolución sólo serán expresadas las valoraciones esenciales y
determinantes que sustentan su decisión; asimismo, no se advierte que la
impugnada se encuentre orientada incoherentemente, toda vez que se ha
establecido que las retenciones que se han efectuado de los haberes que percibe el
accionante se han generado como consecuencia de un mandato judicial; si se tiene
en cuenta que se le ha descontado el treinta y cinco por ciento (35%) de los haberes
que percibía el recurrente, no advirtiéndose así una retención injustificada
conforme se señala, por tanto la denuncia debe desestimarse.

c) Que, en cuanto a la denuncia b), analizada la sentencia de vista materia de


impugnación no se advierte que se pronuncie respecto a puntos que no han sido
materia de la pretensión, si se tiene en cuenta que del acta de audiencia de
saneamiento procesal y conciliación de fecha veintisiete de diciembre del año dos
mil seis que obra a fojas ciento ocho se ha fijado como punto controvertido
determinar si corresponde a la entidad demandada pagar al demandante una
indemnización por daños y perjuicios por responsabilidad civil extracontractual
ascendente a veinte mil dólares americanos (US$.20,000.00); por ello al
establecerse que las retenciones que se han efectuado de los haberes que percibe
el accionante se han generado como consecuencia de un mandato judicial, el
mismo que tiene el carácter de obligatorio, se desestima la demanda de
indemnización por daños y perjuicios; asimismo, no se advierte que no exista
pronunciamiento alguno respecto a los argumentos del recurso de apelación, si se
ha establecido conforme se ha señalado que las retenciones se han efectuado
conforme al mandato judicial, agregando que en el supuesto de que existiera
alguna retención que se hubiere hecho de modo indebido, su recuperación no
puede hacerse valer en vía de un cobro indemnizatorio. Por las consideraciones

135
expuestas y de conformidad con el artículo trescientos noventa y siete del Código
Procesal Civil.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


veintitrés de septiembre del año dos mil once, por las causales de:

a) La infracción normativa, al haberse interpretado erróneamente las normas


aplicables al caso así como los medios de pruebas aportados válidamente, pues la
sentencia de vista se ha orientado de manera incoherente llegando a establecer que
no se ha probado su pretensión, cuando ésta se acredita de manera indubitable pues
la entidad demandada ha ejecutado un mandato judicial que ya no existía,
permitiendo incluso una retención injustificada que fue suspendida al advertir su
error, ello sin que exista mandato judicial expreso como se argumenta en la
sentencia de mérito.

b) La infracción normativa, por contravención de las normas que garantizan el


derecho al debido proceso, pues si bien el artículo cuatrocientos sesenta y seis del
Código Procesal Civil señala que una vez consentida o ejecutoriada la resolución
que declara la existencia de una relación jurídica procesal válida precluye toda
petición referida a la validez de la relación citada, sin embargo, la sentencia de
vista se pronuncia por puntos que no fueron materia de la pretensión principal ni
considera los argumentos de su recurso de apelación, además que los agravios que
se expresan no han sido admitidos o desvirtuados de manera coherente

2. Que, constituye principio de la función jurisdiccional la observancia del debido


proceso y la tutela jurisdiccional que consagra el inciso tercero del artículo ciento
treinta y nueve de la Constitución Política del Estado; en igual sentido, el artículo
primero del Título Preliminar del Código Procesal Civil establece el derecho de
toda persona a la tutela jurisdiccional efectiva para el ejercicio o defensa de sus
derechos o intereses con sujeción de un debido proceso.

3. Que, es principio de la función jurisdiccional la motivación escrita de las


resoluciones en todas las instancias tal como dispone el inciso quinto del artículo
ciento treinta y nueve de la Constitución Política del Estado concordante con el
artículo doce de la Ley Orgánica del Poder Judicial, principio que además se

136
encuentra contenido en el inciso tercero del artículo ciento veintidós del Código
Procesal Civil, según el cual, las resoluciones judiciales deben contener los
fundamentos de hecho que sustentan la decisión y los respectivos de derecho con
la cita de la norma o normas aplicables en cada punto según el mérito de lo actuado,
motivación que de acuerdo al inciso cuarto de la precitada norma procesal, debe
incidir respecto de todos los puntos controvertidos en el proceso, no pudiendo el
juzgador fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido alegados por
las partes conforme prevé el artículo séptimo del Título Preliminar del precitado
Código.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo …, del


Código Procesal Civil, declararon:

INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Raúl Alfredo Caro


Rodríguez; por consiguiente, NO CASARON la resolución de vista número
veintinueve, su fecha dieciséis de junio del año dos mil once, expedida por la
Cuarta Sala Civil de Lima, que confirma la sentencia obrante a fojas trescientos
doce que declara infundada la demanda de indemnización por daños y perjuicios;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Raúl Alfredo Caro Rodríguez
contra el Banco de la Nación, sobre Indemnización por Daños y Perjuicios, y los
devolvieron. Ponente Señor Miranda Molina, Juez Supremo.

SS. TICONA POSTIGO, ARANDA RODRÍGUEZ, PONCE DE MIER,


VALCÁRCEL SALDAÑA; MIRANDA MOLINA.

137
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL

CAS. 252-2012, LIMA

Lima, seis de septiembre del año dos mil doce

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA.

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución, por las


causales de:

a) Lo resuelto por el Colegiado al declarar de oficio la nulidad de los actos


procesales posteriores a los concesorios de apelación contra la sentencia recurrida
atenta contra el debido proceso, así como la debida motivación que deben contener
las resoluciones judiciales.

b) Lo resuelto por el Colegiado viola el debido proceso al no dar validez a un


escrito emitido por la suscrita en el que varió su domicilio procesal, notificándole
a su domicilio procesal anterior. La suscrita (fojas dos mil tres) presentó un escrito
variando su domicilio procesal ante el juzgado, pero se siguió notificándole a su
domicilio legal anterior, situación que se pasó por alto, violándose su derecho
como litigante, toda vez que tal hecho implica que se transgreda explícitamente lo
normado en el numeral primero del Título Preliminar del Código Procesal Civil.

C) El Colegiado ha incurrido en omisión sustancial de análisis objetivo de las


situaciones de hecho, ya que existiendo declaraciones de testigos no se ha
considerado el carácter valorativo de tales pruebas que acreditan que no existe
separación de hecho, toda vez que el demandante se encuentra en Chiclayo por
motivo de trabajo. El Cuarto Juzgado de Familia ha omitido realizar una
inspección judicial en el domicilio conyugal que acreditase la convivencia; o sea,
se ha producido omisión sustancial de valuación debida de los medios probatorios
ofrecidos por las partes.

138
D) La Sala no ha previsto que la ley no es retroactiva, sino en los casos de materia
penal. No es viable jurídicamente que la Sala adecúe la aplicación de la Ley
número veintisiete mil cuatrocientos noventa y cinco, publicada con fecha siete de
mayo del año dos mil uno a un hecho anterior, o sea a una presunta y no probada
separación de hecho, que es anterior a la norma, por lo que no es aplicable al caso
de autos, conforme lo dispone el artículo ciento tres, párrafo segundo, de la
Constitución Política del Estado.

E) Para los alimentos se debe valorar objetivamente que es el medio de


sobrevivencia de la recurrente, que se encuentra mal de salud, que el capital
conyugal se encuentra en poder del demandante; que su cónyuge evade su
responsabilidad alimenticia, que el demandante tiene un levantamiento de secreto
bancario de cuatro (4) millones de dólares por el delito de lavado de activos, en
donde se presenta que tiene gran capital y poseedor de cuentas bancarias en
dólares.

2. En cuanto a las denuncias consignadas en los apartados A) y B), la recurrente


no acredita en qué modo los vicios que alega incidirían en el sentido de lo resuelto
por el Ad quem, razón por la cual no dan cumplimiento al requisito exigido por el
artículo trescientos ochenta y ocho, inciso tercero del Código Procesal Civil.

3. La denuncia contenida en el apartado C), está claramente sustentada en un


pedido de revaloración de las pruebas y los hechos del proceso; sin embargo, ello
no es parte de la labor casatoria, de conformidad con los fines establecidos por el
artículo trescientos ochenta y cuatro del Código Procesal Civil.

4. La denuncia consignada en el apartado D), no tiene sustento jurídico alguno,


puesto que: el Ad quem ha establecido que la separación de hecho se produjo el
diecisiete de enero del año mil novecientos ochenta y uno; por tanto, desde la
vigencia de la Ley número veintisiete mil cuatrocientos noventa y cinco (ocho de
julio del año dos mil uno) hasta la fecha de interposición de la demanda (tres de
julio del año dos mil siete), ha transcurrido con exceso inclusive el plazo más largo
fijado por dicha ley (cuatro años). Por consiguiente, al no existir infracción alguna,
este extremo no da cumplimiento, en rigor, a la exigencia del artículo trescientos
ochenta y ocho incisos segundos del Código Procesal Civil.

139
5. La denuncia consignada en el apartado E), tampoco importa infracción alguna,
por cuanto las instancias de mérito han desestimado la pretensión del demandante
referida a la exoneración de la obligación de prestar alimentos a la demandada
(ahora recurrente); es decir, tal obligación se mantiene vigente. Por consiguiente,
este extremo tampoco da cumplimiento en rigor al requisito del artículo trescientos
ochenta y ocho, inciso segundo del Código Procesal Civil.

II. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo …, del


Código Procesal Civil, declararon:

IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por Lily María De Fátima


Pfeiffer Bisso de Alvarado; DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano; bajo responsabilidad; en los seguidos
por Eduardo Gustavo Alvarado Pitman contra Lily María De Fátima Pfeiffer Bisso
de Alvarado, sobre Divorcio por Causal de Separación de Hecho y otros; y los
devolvieron. Ponente Señor Miranda Molina, Juez Supremo

SS. TICONA POSTIGO, ARANDA RODRÍGUEZ, PONCE DE MIER,


VALCÁRCEL SALDAÑA, MIRANDA MOLINA

140
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 1785-2010, AREQUIPA

Lima, diecisiete de mayo de dos mil once.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número mil quinientos noventa
y siete – dos mil diez, en Audiencia Pública en el día de la fecha; con lo expuesto
en el dictamen de la Señora Fiscal Suprema en lo Civil, por sus fundamentos; y
producida la votación correspondiente de acuerdo a ley; emite la siguiente
sentencia.

I. HECHOS:

1 La demanda es interpuesta por Franz Hugo Arroé Rodríguez, quien en amparo a


su derecho de acción, fundamentándola en:

a) obtener principalmente la disolución del vínculo matrimonial con Yeni Mabel


Quicaño Gainza y accesoriamente solicita el cese de la obligación alimentaria en
aplicación del artículo 350º del Código Civil.

b) En tanto la cónyuge demandada precisa que debe declararse improcedente la


demanda, por no cumplir con los requisitos de procedibilidad de la acción, ya que
no se encuentra al día con las pensiones alimenticias a su favor y de sus menores
hijos, ya que en el proceso por aumento de alimentos seguido ante el Primer
Juzgado de Paz Letrado de Mariano Melgar, expediente número 2000-1336, sobre
aumento de alimentos, el proceso se inició el quince de diciembre del año dos mil
y recién a partir de junio de dos mil dos, se le paga lo ordenado por el Juzgado

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia de fecha catorce de mayo del dos mil nueve, se declaró fundada
la demanda, fundamentando su decisión en los siguientes considerandos:

141
a) Disuelto el vínculo matrimonial que los unía, causal en que incurrió el propio
demandante; en cuanto a las pretensiones accesorias declara que no procede
disponer el cese alimentario como consecuencia del divorcio, por lo que estando
en mandato judicial se mantiene éste a favor de la demandada, dejando a salvo el
derecho a disentir del demandante; y los cónyuges pierden el derecho a heredar
entre sí, el derecho de llevar el apellido del esposo.

b) se dispone que la patria potestad de Claudia Rocio Arroé Quicaño la hija


matrimonial, sea ejercida por ambos padres, y confirmando el reconocimiento de
la tenencia de la adolescente a favor de la madre. FIJA como régimen de visitas
uno abierto a favor del padre, para que pueda visitar a su hija. SIN LUGAR a
expresión respecto de la fijación de pensión de alimentos para Claudia Rocio Arroé
Quicaño por haber pronunciamiento judicial.

c) Por fenecida la sociedad de gananciales y sin liquidación de bienes. Se fija una


indemnización en la suma de mil quinientos nuevos soles que deberá abonar el
demandante a favor de la demandada.

d) Dispone: que, consentida o ejecutoriada sea la presente resolución, se remita los


partes judiciales respectivos al Registro del Estado Civil que corresponde, Registro
Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) así como al Registro personal
de los Registros Públicos, previo pago de la tasa judicial respectiva; por considerar:
Primero, que, respecto al requisito de estar al día en el pago de pensión alimenticia,
este deber se tiene por cumplido en mérito del expediente de aumento de alimentos,
que ofrece como prueba la demandada, en el que no hay requerimiento judicial
alguno de pago pensiones alimenticias impagas.

III. SEGUNDA INSTANCIA

Sala Superior mediante resolución número cincuenta y cuatro, obrante a fojas


quinientos cuarenta y siete, considerando que:

a) Revocó el extremo de la sentencia apelada que fijó el pago de indemnización


ascendente a la suma de mil quinientos nuevos soles y confirmó la sentencia de
primera instancia en lo demás que contiene, bajo el sustento que es necesario tener
en cuenta los fundamentos de hecho contenidos en el escrito de contestación de la
demanda, en cuanto a que es la misma demandante quien reivindicó para sí la

142
tenencia de los hijos, y que conforme a los certificados ya referidos, resultaría
responsable de su crianza y estado emocional. Este extremo revocatorio no guarda
coherencia ni equilibrio con la nobleza de la actitud que asume el o la cónyuge
frente a los hijos, ante el incumplimiento de los deberes matrimoniales por parte
del o de la cónyuge que incurre en abandono de su familia. Al respecto, debe
tenerse en cuenta que, la aportación que la familia puede ofrecer a la realidad del
trabajo es preciosa, y por muchas razones, insustituible. Se trata de una
contribución que se expresa tanto en términos económicos como a través de los
vastos recursos de solidaridad que la familia posee.

b) Estos últimos constituyen un apoyo importante para quien, en la familia, se


encuentra al cuidado de los hijos y de la familia; o sin trabajo remunerado. Pero
más radicalmente aún, es una contribución que se realiza con la educación al
sentido del trabajo y la responsabilidad social. El fin de la vida social es el bien
común históricamente realizable. El bien común de la sociedad no es un fin
autárquico; pues sólo tiene valor en relación al logro de los fines últimos de la
persona y al bien común de todos; incluyendo a quienes no les es factible la defensa
judicial de sus derechos. La responsabilidad de implementar el bien común
compete tanto a las personas particulares como al Estado, porque el bien común es
la razón de ser de la autoridad política. De ahí deriva la delicada función del poder
público y la necesidad de las instituciones políticas de hacer accesibles a todas las
personas los medios necesarios para la búsqueda de una vida auténticamente
humana; conciliando con la justicia los diversos intereses particulares. En esta
perspectiva, aquellos funcionarios e instituciones a quienes compete la
responsabilidad de la administración de justicia están obligados a fomentar el bien
común en la perspectiva del bien efectivo de todos los miembros de la comunidad
civil. Téngase en cuenta que ni el poder ni la sociedad crean la juridicidad; pues
ésta imana del ser humano.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Que, conviene para estos efectos, determinar que en los procesos judiciales la
meta es la búsqueda de lo justo o res iusta; y en los que versan sobre materias de
Derecho de Familia, los jueces tienen obligaciones y facultades específicas y el
Estado flexibiliza los principios y normas procesales sobre iniciativa de parte,
congruencia, formalidad, eventualidad, preclusión, acumulación de pretensiones,
entre otros, en razón de las responsabilidades constitucionales de la judicatura,

143
sobre protección de la familia y promoción del matrimonio; y en razón de la
naturaleza de los conflictos que deben solucionar derivados de las relaciones
sociales, familiares e interpersonales en el interior de la familia.

2. Que debe tenerse en cuenta que, ante todo, se ha de priorizar la protección al


hombre (varón o mujer) frente al peligro de ver infringida su dignidad y libertad;
pues el hombre y la realidad de la sociedad. Todo ello de conformidad con lo
dispuesto en la Constitución Política del Estado cuyos artículos 1º, y 2º incisos 1º;
4º y 43º consagran, respectivamente: Que la defensa de la persona humana y el
respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado. Que toda
persona tiene derecho a la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y
física; y a su libre desarrollo y bienestar. La protección especial: al niño, al
adolescente, a la madre, y al anciano. También protegen a la familia y promueven
el matrimonio. Reconocen a estos últimos como institutos naturales y
fundamentales de la sociedad. De esta forma, el Derecho privilegia la dignidad y
la libertad del hombre ante la prepotencia de las fuerzas sociales arbitrariedades
del poder.

3. Que, lo anterior tiene sustento en que la persona humana es el fundamento y el


fin de la convivencia política. Dotado de racionalidad, el hombre es responsable
de sus propias decisiones y capaz de perseguir proyectos que dan sentido a su vida,
en el plano individual y social. Esto significa que por ser una criatura social y
política por naturaleza, la vida social no es, pues, para el hombre sobrecarga
accidental. Es una dimensión esencial e ineludible, más aún como lo señala
Hervada (Hervada, Javier, Introducción Crítica al Derecho Natural, Página III,
Editorial MINOS S.A. de C.V. México DF. 1984) “... en la dignidad del hombre
se contiene el fundamento de todo derecho, de manera que fuera respecto a lo que
el hombre es y representa no hay derecho, sino prepotencia e injusticia, aunque los
instrumentos de éstos tengan forma de ley”.

4. Así mismo, el pronunciamiento judicial debe enfatizar una relación correcta y


constructiva entre la familia, la sociedad y el Estado; la prioridad social de la
familia; el deber fundamental de respetar y promover el matrimonio y la familia;
garantizar y favorecer la genuina identidad de la vida familiar y a evitar y combatir
todo lo que la altera y daña. El respeto y la promoción de los derechos de la familia.
Todo esto requiere la realización de auténticas y eficaces políticas familiares, con
intervenciones precisas, capaces de hacer frente a las necesidades que derivan de

144
los derechos de la familia como tal. En este sentido, es necesario como requisito
previo, esencial e irrenunciable, el reconocimiento —lo cual comporta la tutela, la
valoración y la promoción— de la identidad de la familia como sociedad natural.
También debe considerarse que el artículo 335º del Código Civil establece que
“Ninguno de los cónyuges puede fundar la demanda en hecho propio”; pese a que
este principio universal haya sido transgredido en el texto del artículo 333º inciso
12º del propio Código Civil.

5. Las familias, lejos de ser sólo objeto de la acción política, pueden y deben ser
sujeto de esta actividad, movilizándose para «procurar que las leyes y las
instituciones del Estado no sólo no ofendan, sino que sostengan y defiendan
positivamente los derechos y deberes de la familia. En este sentido, las familias
deben crecer en la conciencia de ser “protagonistas” de la llamada “política
familiar” y asumir la responsabilidad de transformar la sociedad» (Juan Pablo II,
Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, 44: (mil novecientos ochenta y dos)
136; Santa Sede, Carta de los Derechos de la Familia, artículo 9).

6. Debe tenerse en cuenta, de igual modo que como, lo ha expresado el maestro


Manuel Sánchez-Palacios Paiva: “El objeto fundamental de la casación tiende a la
recta, verdadera, general y uniforme aplicación de las leyes y de las doctrinas
jurídicas, de tal manera que la casación va más allá de los intereses de los
particulares, tiene fines más ambiciosos, amplios y trascendentes, que el de
remediar la injusticia del caso en particular, pues la sentencia de casación
establecerá y determinará: a) si efectivamente se infringió una norma jurídica; b)
cómo es que se produjo esa infracción; c) cuál debe ser la correcta o debida
aplicación, en el sentido y alcance que fije el Tribunal Supremo. Y es tanto así que,
aun cuando el fallo se estime correcto, el Tribunal Supremo deberá adecuar la
fundamentación de derecho, cuando sea necesario, por la exigencia del interés
público. Los fallos en casación son ejemplificadores para casos futuros. Estos
principios integran lo que en teoría se denomina como el “jus constitutionis”, que
es el carácter público de la casación, que prima sobre los intereses particulares de
las partes que se nominan el “jus ligatoris”, o aspecto privado. Como reza el
artículo 384º del Código, en su nuevo texto dispuesto por la Ley número 29364,
los fines esenciales de la casación son, la adecuada aplicación del derecho objetivo
al caso concreto y la uniformidad de la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia, a lo que se debe agregar la preservación de las garantías del debido
proceso, por ser también una de las causales de casación, como resulta de la

145
concordancia con el artículo 388º, incisos 4º y 396º segundo párrafo. Esta
disposición confirma que, de acuerdo a nuestro ordenamiento legal, prima el
interés colectivo de la exacta interpretación de la ley sobre el interés privado de la
parte recurrente, pues así es declarado como fin de la casación” (Sánchez-Palacios
Paiva, Manuel, El recurso de Casación Civil, Página treinta y seis a treinta y siete,
Editorial Jurista Editores. Lima-Perú. Dos mil nueve).

7. En este contexto es de mérito calificar, las circunstancias y hechos probados de


autos, como, el que la cónyuge y demandada contestó negativamente la demanda
de divorcio, demostrando con ello la voluntad de mantener la unidad familiar; la
conducta procesal no idónea del actor que se corrobora con la improbada
imputación de infidelidad hecha en contra de la demandada. En razón a lo
expuesto, corresponde señalar que la ética y la moral no resultan ajenos al Derecho,
como demuestra la prescripción contenida en el artículo 288º del Código Civil
sobre los deberes de fidelidad y asistencia que resultan concordantes para el caso,
con las que legisla de manera integral, la figura del perjuicio del cónyuge afectado
injustamente por el divorcio, en el artículo 345º-A de la misma codificación.

8. Bajo ese parámetro conceptual de raigambre constitucional, el recurso de


casación planteado debe estimarse, por las siguientes razones: a) la demandada no
ha dado motivos para la separación de hecho, ello en mérito a lo que se aprecia de
la prueba de parte actuada en el proceso y en cuanto a otros procesos judiciales a
que se hace referencia, en todos ellos doña Yeni Mabel Quicaño Gainza, resulta
ser la parte que solicita tutela jurisdiccional, en defensa de su persona y sus hijos;
de protección en un caso contra la violencia familiar y en los demás para que se le
otorgue el derecho esencial a los alimentos de lo que se colige la inexistencia de
motivos atribuidos a su parte respecto a la separación de su cónyuge. b) En cuanto
al menoscabo y desventaja material, el accionante reconoce en su demanda haber
abandonado el hogar conyugal y haber terminado la relación con la demandada y
que consecuencia de la separación, ella ha quedado en una manifiesta situación de
detrimento material. c) Respecto al daño moral debe merituarse la imputación
improbada de la supuesta infidelidad que se atribuye a la demandada y las
consecuencias naturales que produce en el seno de cualquier familia la ausencia
inmotivada del padre, que obligan en este caso, a asumir todas las obligaciones al
otro cónyuge, lo que indudablemente produce trastornos en la salud físicos y
psíquicos de los que dan cuenta las conclusiones del atestado policial número 36-
2000-XI- RPNP-SRA-CM-SF de fojas seis a ocho, d) Por último, se aprecia que

146
en el presente proceso se ha hecho caso omiso a la graves implicancias que el
divorcio importa a la sociedad, ya que podría ser traducido, en indolencia grave
por parte del aparato estatal, pese a que la Constitución Política del Estado define
al matrimonio y a la familia como institutos naturales y fundamentales de la
sociedad. e) La recurrida no ha sopesado que el núcleo del Derecho del que el
hombre es portador, “marca la línea divisoria entre legitimidad e ilegitimidad entre
la acción jurídica y la acción antijurídica del poder y los grupos sociales”.
(Hervada, Op. Cit. III)

9. Que, bajo esas premisas, este Supremo Tribunal enfatiza la prevalencia de la


dignidad humana sobre la prepotencia de las decisiones políticas; la nula
juridicidad de los atentados contra el hombre, su dignidad y la familia aunque estas
infracciones adopten las formalidades de ley, por lo cual se concluye que la
aplicación de la norma sustantiva denunciada trasciende en la causa y tiene
incidencia en ella, por tanto, su alcance modificará el sentido de la decisión
adoptada por la Sala Superior e incluso por las instancias inferiores; siendo así, al
no verificarse la causal material, debe procederse conforme a lo dispuesto en el
artículo 396º del Código Procesal Civil.

10. Que es igualmente necesario sancionar, que respecto a la declaración hecha por
la sentencia de primera instancia:” Sin Lugar a pronunciamiento respecto de la
fijación de alimentos para Claudia Rocio Arroé Quicaño por haber
pronunciamiento judicial”, que confirma la recurrida. Debe observarse que
conforme se ha explicitado en la sentencia de primera instancia, recogiendo el
dicho de la demandada en su escrito de contestación a la demanda, que ésta
peticiona se deje sin efecto la disminución de pensión de alimentos, lo que difiere
en forma y fondo de lo expresado en la recurrida, conforme se ha referido. Siendo
que si bien, en efecto se ha verificado de autos la disminución del monto percibido
por la demandada por concepto de alimentos, que se materializa en virtud de la
existencia de dos mandatos judiciales distintos. Las Formas legales pre
establecidas para regularizar este tipo de situaciones, deben obrarse como únicos
instrumentos para establecer lo que corresponde a cada uno de los alimentistas con
derecho a pensión. Por lo que no resulta amparable en este extremo, la petición de
la demandada.

11. Que el fin de la vida social es el bien común históricamente realizable. El bien
común de la sociedad no es un fin autárquico; pues sólo tiene valor en relación al

147
logro de los fines últimos de la persona y al bien común de todos; incluyendo a
quienes no les es factible la defensa judicial de sus derechos. La responsabilidad
de implementar el bien común compete tanto a las personas particulares como al
Estado, porque el bien común es la razón de ser de la autoridad política. Esta
responsabilidad es aún más clamorosa en sociedades en las que ni la persona ni la
familia están en condiciones de alcanzar por sí mismas su pleno desarrollo; en
sociedades que son abatidas por el consumismo, el relativismo, el hedonismo y el
egoísmo. De ahí deriva la delicada función del poder público y la necesidad de las
instituciones políticas de hacer accesibles a todas las personas los medios
necesarios para la búsqueda de una vida auténticamente humana; conciliando con
la justicia los diversos intereses particulares. En esta perspectiva, aquellos
funcionarios e instituciones a quienes compete la responsabilidad de la
administración de justicia están obligados a fomentar el bien común en la
perspectiva del bien efectivo de todos los miembros de la comunidad civil. A) La
solidaridad como principio social: Las nuevas relaciones de interdependencia entre
hombres deben transformarse en relaciones que tiendan hacia una verdadera y
propia solidaridad ético-social. La solidaridad no es sólo una fundamental virtud
moral y social. Es también un principio social ordenador de las instituciones,
mediante la creación o la oportuna modificación de ordenamientos jurídicos,
políticos y económicos. La solidaridad es también, “la determinación firme y
perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada
uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos”. (Juan Pablo
II, Carta Encíclica Sollicitudo Rei Socialis, 38: (mil novecientos noventa y ocho)
565-566. B) Solidaridad y crecimiento común de los hombres: El término
«solidaridad», se traduce en la aportación positiva que nunca debe faltar a la causa
común, en la búsqueda de los puntos de posible entendimiento incluso allí donde
prevalece una lógica de separación y fragmentación. El principio de solidaridad
implica que gobernantes y gobernados cultiven la conciencia de la deuda que
tienen con la sociedad. Son deudores de aquellas condiciones que facilitan la
existencia humana. Tal deuda se aligera con las diversas manifestaciones de la
actuación de los funcionarios públicos que tienen la posibilidad o la obligación
social y ética de contribuir a que el camino de los hombres no se interrumpa, ni
aún ante situaciones adversas, sino que permanezca abierto para las generaciones
presentes y futuras. C) Solidaridad familiar: La subjetividad social de las familias
se expresa también con manifestaciones de solidaridad y ayuda mutua y con mayor
razón cuando la enfermedad, la pobreza, la injusticia, la edad o el individualismo
atacan la familia y el matrimonio. Se trata de la consecuencia de la realidad

148
familiar. La solidaridad pertenece a la familia como elemento constitutivo y
estructural. Es una solidaridad que puede asumir el rostro del servicio que persigue
el derecho y de la atención a cuantos viven las consecuencias del relativismo, el
hedonismo, el egoísmo y el consumismo; que se hace voz ante las instituciones de
cualquier situación de carencia, para que intervengan según sus finalidades
específicas. Las familias, lejos de ser sólo objeto de la acción política, pueden y
deben ser sujeto de esta actividad, movilizándose para «procurar que las leyes y
las instituciones del Estado no sólo no ofendan, sino que sostengan y defiendan
positivamente los derechos y deberes de la familia. En este sentido, las familias
deben crecer en la conciencia de ser “protagonistas” de la llamada “política
familiar” y asumir la responsabilidad de transformar la sociedad» (Juan Pablo II,
Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, 44: (mil novecientos noventa y dos)
136; Santa Sede, Carta de los Derechos de la Familia, artículo 9).

12. Que todas estas condiciones se enmarcan en el contexto de las normas


constitucionales que amparan a la familia como célula básica y su desarrollo
natural a través del instituto matrimonial, y que, por ende, vinculan a la actividad
jurisdiccional con el carácter tuitivo que importa la aplicación de las mismas en
atención a su naturaleza jurídica. Así pues, en los procesos de divorcio los jueces
tienen el deber de sopesar las circunstancias de la estabilidad económica del
cónyuge que resulte más perjudicado así como la de sus hijos, de conformidad con
lo dispuesto por el pre citado artículo 345º-A del Código Civil; condición previa
sine qua non para llegar a conclusiones motivadas sobre la materia sub examine.
En este entendido y conforme a la ratio legis de la norma constitucional, los jueces
deben señalar con criterio de conciencia, si existieron motivos para la separación
de hecho, la manifiesta situación de menoscabo, la desventaja material psíquica
respecto al otro cónyuge y la existencia de daño moral. Lo que en el caso de autos
ha quedado suficientemente acreditado y que no ha sido debidamente valorado por
las instancias de mérito.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396, del


Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto de fojas quinientos sesenta a fojas


quinientos sesenta y cuatro, por la demandada YENI MABEL QUICAÑO

149
GAINZA; en consecuencia NULA la sentencia de vista corrientes de fojas
quinientos cuarenta y siete a quinientos cincuenta y tres, su fecha veintinueve de
diciembre de dos mil nueve, expedida por la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior
de Justicia de Arequipa, en el extremo que declara infundada la pretensión de
indemnización. Actuando como sede de instancia: REVOCARON la sentencia
apelada de fojas cuatrocientos ochenta y uno a cuatrocientos ochenta y ocho, su
fecha catorce de mayo del año dos mil nueve, en el extremo que fija una
indemnización en la suma de mil quinientos nuevos soles, REFORMÁNDOLA
ORDENARON al demandante cumpla con pagar la suma de ocho mil nuevos soles
a favor de la demandada, los que serán pagados en ejecución de sentencia.
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano; bajo responsabilidad; en los seguidos por Franz Hugo Arroé Rodríguez
con Yeni Mabel Quicaño Gainza y el Ministerio Público, sobre divorcio por
separación de hecho; y los devolvieron; interviniendo como ponente el señor De
Valdivia Cano.

SS. DE VALDIVIA CANO, WALDE JÁUREGUI, VINATEA MEDINA,


CASTAÑEDA SERRANO, MIRANDA MOLINA.

150
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 2041-2011, JUNÍN

Lima, ocho de mayo de dos mil doce.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número dos mil cuarenta y uno
guion dos mil once, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha; y producida
la votación con arreglo a Ley; emite la siguiente sentencia:

I. HECHOS:

1 la demandante Fortunata Peñaloza Córdova interpone demanda


fundamentándola en:

a) Solicitando el divorcio por las causales de conducta deshonrosa que hizo


insoportable la vida en común, injuria grave y adulterio, así como la pérdida total
de las gananciales del cónyuge culpable a su favor, el pago de una indemnización
por el monto de S/. 40,000.00 Nuevos Soles y la prestación de alimentos de S/.
400.00 Nuevos Soles; alegando que a los cuatro años de estar casados con el
demandado, éste sedujo y mantuvo relaciones sexuales inmorales con su hermana
Blanca Peñaloza Córdova, procreando un hijo, y que si bien este acto fue
perdonado por la actora a pedido de ambas personas, dicha relación siguió
manteniéndose a ocultas, pues el día siete de junio de dos mil seis los encontró en
la casa de su madre manteniendo relaciones sexuales, acto que fue filmado,
demostrando con ello la causal de conducta deshonrosa.

b) Sobre la causal de injuria grave refiere que a fines de mayo de dos mil seis el
demandado la insultó en forma prepotente en medio de una reunión, increpándole
que era un estorbo para su felicidad, entre otras cosas.

c) Respecto a la pérdida de gananciales, alega que el único culpable es el


emplazado por incurrir en las tres causales debidamente probadas. Sobre la
indemnización por daño moral y personal, señala que al amparo del artículo 351
del Código Civil, el demandado debe resarcirle por el daño moral y personal que

151
le ha causado con una suma de S/. 40,000.00 Nuevos Soles, ya que durante más de
veinte años su cónyuge y su hermana han mantenido relaciones, lesionando su
integridad personal, su dignidad como esposa, madre y mujer. Respecto a los
alimentos, sostiene que no tiene oficio alguno, por cuanto toda la vida se dedicó a
cuidar de su esposo e hijos, asimismo refiere que al tener cincuenta y cuatro años
de edad y sufrir de enfermedades no puede conseguir trabajo, por lo que solicita
una pensión de S/. 400.00 Nuevos Soles.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Se emitió sentencia de primera instancia fundamentando su decisión en los


siguientes considerandos:

a) Fundada la demanda de divorcio por las causales de conducta deshonrosa que


haga insoportable la vida en común e injuria grave; Infundada la demanda de
divorcio por la causal de adulterio; Fundada en parte la demanda en cuanto a la
adjudicación del bien inmueble ubicado en el jirón Santos Chocano número
ochocientos dieciséis y ochocientos dieciocho, en un área de ciento setenta y cinco
metros cuadrados a favor de la demandante, así como el inmueble ubicado en la
avenida 28 de Julio sin número del distrito de Viques de un área de mil veinticuatro
metros cuadrados, determinándose la no devolución de monto dinerario alguno en
cuanto a la camioneta vendida unilateralmente por el demandado; Improcedente
en cuanto a la patria potestad y tenencia, régimen de visitas en razón de que los
hijos habidos dentro del matrimonio son mayores de edad; Improcedente en cuanto
a la petición de alimentos a favor de la demandante; Fundada en parte la solicitud
de indemnización por el daño moral sufrido y por considerársele la cónyuge más
perjudicada por el rompimiento de la unión conyugal, ordenando que el
demandado cumpla con pagar a favor de la demandante la suma de S/2,000.00
Nuevos Soles; y, Disuelto el matrimonio civil celebrado por Fortunata Peñaloza
Córdova con Oswaldo Valenzuela López su fecha uno de setiembre de mil
novecientos setenta y dos.

III. SEGUNDA INSTANCIA

Ambas partes interponen recurso de apelación contra la sentencia antes referida,


que al ser absuelto por la Sala Superior mediante resolución obrante a fojas

152
trescientos sesenta y siete, confirma en todos sus extremos la sentencia apelada, al
considerar que:

a) en aplicación del artículo 345-A del Código Civil el cónyuge culpable de la


separación y de los perjuicios causados tiene que asumir el pago de una
indemnización a favor del cónyuge agraviado, por lo que muestra su conformidad
con el monto del quantum indemnizatorio fijado por el Juez de Primera Instancia,
en virtud a que, a la cónyuge perjudicada se le ha adjudicado la totalidad de los
bienes inmuebles habidos durante el matrimonio.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


dos de setiembre de dos mil once, obrante a fojas treinta y uno del cuaderno de
casación, por las causales de:

a) infracción normativa del artículo 345-A del Código Civil; y en forma


excepcional, por la causal de infracción normativa del artículo 139, incisos 3º y 5º
de la Constitución Política del Estado, en aplicación del artículo 392- A del Código
Procesal Civil:

- Respecto a la causal de infracción del artículo 345-A del Código Civil, el


recurrente sostiene que dicha norma ha sido aplicada indebidamente para
determinar la indemnización pretendida por la demandante, ya que ésta se aplica
en otros supuestos, mas no en las causales establecidas en el artículo 333 inciso 4º
y 6º del Código Civil.

- Respecto a la causal de infracción del artículo 139, incisos 3 y 5 de la


Constitución Política del Estado, esta Sala Suprema ha procedido a incorporar esta
causal a fin de verificar si la sentencia de vista ha atentado contra uno de los fines
del recurso de casación, como es la observancia al debido proceso y por ende a una
debida motivación de las resoluciones.

2. Ahora bien, al haberse declarado procedente el recurso de casación por


infracciones normativas procesales y materiales, es necesario examinar en primer
término la causal procesal de infracción normativa del artículo 139, incisos 3º y 5º

153
de la Constitución Política del Estado, porque de existir tal situación, ya no cabe
pronunciamiento sobre el fondo de la materia controvertida.

3. En tal sentido, cabe precisar que el inciso 3º del artículo 139 de la Constitución
Política del Estado recoge los principios al debido proceso y a la tutela
jurisdiccional efectiva como instrumentos de tutela de los derechos subjetivos que
involucra dos expresiones: una sustantiva y otra formal; la primera se relaciona
con los estándares de justicia como son la razonabilidad y proporcionalidad que
toda decisión judicial debe suponer; y la segunda en cambio relaciona los
principios y las reglas que lo integran, es decir, tiene que ver con las formalidades
estatuidas, tales como el Juez natural, el derecho de defensa, el derecho a probar,
el procedimiento preestablecido por Ley y el derecho a la motivación de las
resoluciones judiciales, éste último derecho, dada su preponderancia dentro del
Estado Constitucional de Derecho, ha sido reconocida a su vez en forma
independiente también como principio y derecho de la función jurisdiccional por
el inciso 5º del artículo 139 de la carta magna.

4. En esa línea, la motivación de las resoluciones judiciales constituye una las


garantías de la administración de justicia que asegura que los Jueces, cualquiera
que sea la instancia a la que pertenezcan, deben expresar el proceso mental que los
ha llevado a decidir una controversia, señalando en forma expresa la Ley que
aplican con el razonamiento jurídico a la que ésta los conduce, así como los
fundamentos fácticos que sustentan su decisión, respetando los principios de
jerarquía de normas y de congruencia, de conformidad con los artículos 50 inciso
6º, y 122 inciso 3º del Código Procesal Civil.

5. Por su parte, el Tribunal Constitucional ha señalado que el derecho


constitucional a la motivación de las resoluciones judiciales “implica la exigencia
de que el órgano jurisdiccional sustente de manera lógica y adecuada los fallos que
emita en el marco de un proceso; sin embargo, ello no supone en absoluto una
determinada extensión de la motivación, sino fundamentalmente que exista: a)
Fundamentación jurídica, lo que conlleva a que se exprese no sólo la norma
aplicable al caso en concreto, sino también la explicación y justificación de por
qué el hecho investigado se encuentra enmarcado dentro de los supuestos que la
norma prevé; b) Congruencia entre lo pedido y lo resuelto, que implica la
manifestación de los argumentos que expresan la conformidad entre los
pronunciamientos del fallo y lo pretendido por las partes; y, c) Que por sí misma

154
exprese una suficiente justificación de la decisión adoptada, aun cuando esta sea
suscita, o se establezca el supuesto de motivación por remisión” (Cfr. Exp. N.º
4348-2005- PA/TC).

6. Estando a lo señalado se aprecia que la sentencia de mérito adolece de defectos


en su motivación, por las siguientes razones: i) Aplica indebidamente el 345-A del
Código Civil para resolver la pretensión de indemnización, a pesar de que esta
norma se aplica únicamente para la causal establecida en el artículo 333, inciso 12º
del citado Código (separación de hecho), es decir para el denominado “divorcio
remedio”, mas no para las demás causales de divorcio contempladas en el artículo
333, incisos 1º al 10º del Código Civil, (adulterio, violencia física o psicológica,
abandono injustificado, conducta deshonrosa, entre otros) que configuran el
“divorcio sanción” perseguido en este proceso; error que se ve evidenciado al
verificar el escrito de demanda de fojas sesenta y siete y la sentencia de primera
instancia de fojas trescientos veintidós, en los que se advierte que tanto la
demandante como la A quo sustentan la pretensión de indemnización en el artículo
351 del Código Civil, que es el dispositivo aplicable al caso de autos; y, ii) Omite
pronunciarse respecto de uno de los agravios denunciados por el demandado en su
recurso de apelación de fojas trescientos treinta y dos, detallado en el punto siete
del referido escrito, a través del cual el recurrente alega que la jueza ha interpretado
indebidamente el artículo 352 del Código Civil respecto a la pérdida de la sociedad
de gananciales, pues según refiere el emplazado, este artículo precisa en forma
clara que no significa la pérdida de los bienes adquiridos durante la unión conyugal
en perjuicio del demandado, sino de los gananciales provenientes de los bienes
propios del cónyuge inocente.

7. Consideraciones por las cuales es evidente que la sentencia de vista impugnada


no sólo incumple con el requisito de la motivación adecuada y suficiente, sino que
además afecta las garantías y principios del debido proceso y la tutela
jurisdiccional efectiva, consagrados en el artículo 139 incisos 3º y 5º de la
Constitución Política del Estado, en tanto que ha aplicado indebidamente una
norma jurídica que no correspondía a una de las pretensiones demandadas, además
de no haber dado respuesta a todos los agravios formulados por el recurrente en su
recurso de apelación, configurándose la causal denunciada.

8. En consecuencia, frente a la invalidez insubsanable de la sentencia de vista,


corresponde disponer que la Sala de mérito emita un nuevo pronunciamiento con

155
arreglo a Ley, a efectos de que aplique correctamente el derecho y analice las
alegaciones expuestas por el demandado en su recurso de apelación, con el fin de
resolver debidamente las pretensiones demandadas. Duodécimo.- Por las razones
anotadas, al haberse amparado la causal de infracción procesal, carece de objeto
desarrollar la causal in iudicando denunciada.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396, del


Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto a fojas trescientos setenta y nueve


por el demandado Oswaldo Valenzuela López; y en consecuencia NULA la
sentencia de vista de fojas trescientos sesenta y siete, su fecha veintiuno de enero
de dos mil once; DISPUSIERON el reenvío del proceso a la Segunda Sala Mixta
de Huancayo de la Corte Superior de Justicia de Junín, a fin de que emita nuevo
pronunciamiento respecto al fondo de la controversia, conforme a las directivas de
la presente sentencia; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en
el Diario Oficial El Peruano, conforme a Ley; en los seguidos por Fortunata
Peñaloza Córdova contra el recurrente, sobre divorcio por causal; y los
devolvieron; interviniendo como ponente el señor Juez Supremo Rodríguez
Mendoza

SS. TÁVARA CÓRDOVA, RODRÍGUEZ MENDOZA, HUAMANÍ


LLAMAS, CASTAÑEDA SERRANO, CALDERÓN CASTILLO.

156
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL

CAS. 2388-2011, CAJAMARCA

Lima, quince de mayo de dos mil doce

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA; vista la causa número dos mil trescientos ochenta y ocho - dos mil
once, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha; y producida la votación con
arreglo a Ley; emite la siguiente sentencia:

I. HECHOS:

1. El demandante Rodolfo Oswaldo Díaz Leyva, demanda a su cónyuge Umbelina


Vigo Castañeda solicitando el divorcio por la causal de separación de hecho,
fundamentándola en:

a) a la fecha que contrajo matrimonio con la demandada (cinco de octubre de mil


novecientos noventa) trabajaba en la ciudad de Trujillo en la III Región Policial
sito en el jirón Gamarra número trescientos diecinueve, lo que le obligaba a dejar
su hogar por periodos largos llegando a fijar su domicilio en dicha ciudad, pero
como quiera que la emplazada tenía que continuar su trabajo en el Centro de Salud
del Distrito de Tembladora en su calidad de Técnica en Enfermería, tal como lo
viene haciendo hasta la fecha, no pudo consumar su vida marital, y al haber surgido
las desavenencias tomó la decisión de separarse definitivamente de su hogar
conyugal en el mes de abril de mil novecientos noventa y uno, situación de hecho
que permanece hasta la actualidad, en ese mismo año la demandada le inició un
juicio de alimentos a su favor y de su mejor hijo Roy Carlos Díaz Vigo; precisa
además que en el mes de setiembre de mil novecientos noventa y uno formó una
unión de hecho con Eliana Elizabeth Encomendero Cruzado, y como producto de
su relación convivencial procrearon al menor Carlos Díaz Encomendero, al
separarse de su conviviente con fecha siete de abril de mil novecientos noventa y
nueve inició una nueva relación convivencial con Ofelia Sixtina Goicochea Alva
procreando a la menor Fiorella Milagros Díaz Goicochea por tanto hasta el día de
hoy subsisten los hechos que motivaron la presente demanda, esto es, la separación
de hecho de los cónyuges.

157
II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia se declaró fundada la demanda, fundamentando su decisión en


los siguientes considerandos:

a) Fundada la demanda de divorcio por la causal de separación de hecho, en


consecuencia téngase por disuelto el vínculo matrimonial entre los cónyuges, por
fenecida la sociedad de gananciales y el cese de la obligación alimenticia del actor
a favor de la demandada, manteniéndose los alimentos a favor de su hijo;
considerando en relación a la separación de hecho que el accionante ha demostrado
en forma categórica que se ha encontrado separado de hecho con la emplazada
desde el mes de abril de mil novecientos noventa y uno, eso es más de dos o cuatro
años, ordenado el cese de la obligación alimentaria entre los cónyuges conforme
al artículo 350 del Código Civil; en cuanto a la indemnización contenida en el
artículo 345-A del acotado Código, señala que el demandante viene acudiendo con
una pensión alimenticia a favor de la demandada y de su hijo Roy Carlo Díaz Vigo,
no habiéndose acreditado el daño moral o personal de las partes, más aún si la
demandada labora como Técnico en Enfermería en el Centro de Salud del Distrito
de Tembladera, es decir, cuenta con ingresos económicos propios, y recibe una
pensión alimenticia por parte del actor, por lo que esta indemnización no es
procedente.

III. SEGUNDA INSTANCIA

La demandada interpone recurso de apelación contra la sentencia antes referida,


que al ser absuelto por la Sala Superior mediante resolución de fecha ocho de abril
de dos mil once, confirma la sentencia apelada, al considerar que:

a) No se ha probado que la separación haya sido por motivos laborales, pues dicha
separación conllevó a la demandada a iniciar el proceso de alimentos no sólo para
su hijo sino también para ella, no existiendo en autos medio probatorio que
demuestre que dicho proceso se hizo de mutuo acuerdo, y finalmente conforme al
artículo 350 del Código Civil, entre los efectos del divorcio está el cese de la
obligación alimenticia entre marido y mujer, por lo que la resolución materia de
grado se encuentra acorde a Ley.

158
IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


nueve de noviembre de dos mil once, obrante a fojas cuarenta y ocho del cuaderno
de casación, por las causales de:

a) Infracción normativa del artículo 345-A del Código Civil, al considerar la


recurrente que las instancias de mérito no han señalado el monto de la
indemnización por el daño moral causado por la conducta del demandante, pese a
estar acreditado haber mantenido relaciones adulterinas fuera del matrimonio.

2. Ahora bien, el artículo 345-A del Código Civil señala: “Para invocar el supuesto
del inciso 12º del Artículo 333 el demandante deberá acreditar que se encuentra al
día en el pago de sus obligaciones alimentarias u otras que hayan sido pactadas por
los cónyuges de mutuo acuerdo. El Juez velará por la estabilidad económica del
cónyuge que resulte perjudicado por la separación de hecho, así como la de sus
hijos. Deberá señalar una indemnización por daños, incluyendo el daño personal u
ordenar la adjudicación preferente de bienes de la sociedad conyugal,
independientemente de la pensión de alimentos que le pudiera corresponder. Son
aplicables a favor del cónyuge que resulte más perjudicado por la separación de
hecho, las disposiciones contenidas en los Artículos 323, 324, 342, 343, 351 y 352,
en cuanto sean pertinentes.”

3. Para efecto de absolver la infracción normativa del artículo 345-A del Código
Civil, denunciado casatoriamente, debe considerarse que mediante Ley N.º 27495,
publicada el siete de julio de dos mil uno, se incorporó al ordenamiento jurídico
nacional la causal de separación de hecho, al modificarse los artículos 333 y 349
del Código Civil. Esta norma entró en vigencia, conforme lo establece el artículo
109 de la Constitución Política del Estado, al día siguiente de su publicación. Sin
embargo, debe entenderse el contexto en el que se ha desarrollado la causal de
separación de hecho, es así que, los legisladores al momento de redactar esta norma
tuvieron en cuenta que su finalidad era la de resolver un problema social el cual
consistía en dejar de mantener la ficción de una relación conyugal existente, la que
producía daños a las partes, quienes tendrían la posibilidad de rehacer,
sentimentalmente, su vida o formalizar sus nuevas relaciones de pareja. Por ende,
al igual que toda norma legal, el fin último de los legisladores fue el procurar
resolver el problema social surgido entre dos personas que, a pesar del tiempo de

159
separación, no tenían posibilidad legal de separarse y divorciarse bajo las estrictas
causales de divorcio propias de un sistema jurídico absolutamente protector del
matrimonio; que es en esas circunstancias que se dicta la norma que instituye como
causal de divorcio la separación de hecho, convirtiendo nuestro sistema o modelo
de divorcio sanción, en un sistema o modelo plurimodal en donde también se
insertan causales propias del sistema o modelo del divorcio remedio.

4. Como se puede apreciar en autos, las alegaciones del recurso de casación,


declarado procedente, sólo se circunscriben en cuestionar la sentencia de vista
recurrida, en tanto ha omitido pronunciarse respecto a la indemnización contenida
en el artículo 345-A del Código Civil

5. Que, es así, que esta Sala Suprema considera que es una obligación ineludible
para los Jueces (aunque ello no haya sido solicitado), el establecimiento de dicho
concepto de indemnización de daños y perjuicios a favor del cónyuge perjudicado,
lo cual no puede ser considerado como la infracción de principios y garantías
jurisdiccionales, toda vez que, la Corte de Casación como contralora de la correcta
observancia del principio de legalidad y defensora de la prevalencia de la justicia,
no puede permanecer pasiva, permitiendo el incumplimiento de lo dispuesto por la
Ley, bajo la justificación de la infracción de principios procesales, toda vez que
está en juego velar por la estabilidad económica de uno de los cónyuges a través
del otorgamiento de una indemnización, independientemente de la pensión de
alimentos; y si bien es cierto, que en la praxis judicial, situaciones como las
descritas se presentan continuamente, es decir, la imposibilidad del Juzgador de
pronunciarse sobre la pretensión de indemnización de daños y perjuicios por la
falta u omisión del cónyuge perjudicado de solicitarlo, ya sea por error o
desconocimiento de la Ley; sin embargo, ello no puede ser óbice para que el Juez
no se pronuncie respecto de dicha pretensión, pues como sabemos se presume que
el Juez conoce la Ley y, por tanto, debe aplicarla.

6. Sobre esta discusión, la Corte de Casación ha sido sensible al establecer en


reiteradas sentencias casatorias el criterio de que el Juez está en la obligación de
fijar, de oficio, una indemnización de daños y perjuicios, cuando de la apreciación
de los medios probatorios llegue a la conclusión de la existencia de un cónyuge
perjudicado con la separación e, incluso, esta propia Corte Suprema, ante dicha
situación, ha actuado de manera prudencial, estableciendo una indemnización a
favor del cónyuge perjudicado; posición que se desprende de lo expuesto en

160
diversas sentencias, entre ellas, la Casación número 5620-2007, de fecha cinco de
noviembre de dos mil ocho, cuando en su sétimo considerando establece que: “En
tal virtud, este Supremo Colegiado considera (contrario a lo sostenido por la Sala
Superior) que si bien es cierto la demandada no solicitó como pretensión el pago
de una indemnización de daños y perjuicios; sin embargo, estaba en la obligación
de fijar una indemnización en cumplimiento del mandato expreso de la Ley”;
asimismo, en el considerando octavo de dicha sentencia se precisa que: “(...) Este
Colegiado llega a la conclusión de que la Sala Superior ha incurrido en error in
iudicando al no pronunciarse respecto de los daños y perjuicios ocasionados a la
cónyuge demandada, bajo el sustento de que no lo ha solicitado y, además, porque
consideró que no se habría acreditado quién es el cónyuge culpable, cuando el
numeral denunciado lo que busca es determinar la existencia del cónyuge
perjudicado por la separación de hecho, como consecuencia de la frustración del
proyecto de visa matrimonial, la aflicción de los sentimientos y las dificultades
económicas que enfrente; por consiguiente, el artículo 345-A del Código Civil
resulta aplicable al caso de autos, debiendo esta Sala fijar una indemnización de
daños y perjuicios prudencialmente, acorde con las pruebas acreditadas en el
proceso en cuestión”.

7. Los fundamentos de la presente resolución adoptan los criterios establecidos por


la Casación número 1859-2009-LIMA, su fecha veinte de octubre de dos mil
nueve, emitida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la
República, que fijó principios jurisprudenciales sobre el caso en concreto, los que
se sintetizan en lo siguiente: “a) El artículo 345-A del Código Civil conlleva a que
el Juzgador determine obligatoriamente sobre la existencia de un cónyuge
perjudicado, conforme su apreciación de los medios probatorios en casa caso
concreto, así como su consecuente deber, de existir tal perjuicio, de fijar una
indemnización a cargo de la parte afectada u ordenar la adjudicación preferente de
los bienes de la sociedad conyugal, independientemente de la pensión de
alimentos. b) El segundo párrafo del mencionado artículo 345 exige en forma
imperativa al Juez velar por la estabilidad económica del cónyuge que resulte
perjudicado por el daño que se le cause a efectos de cuantificarlo vía
indemnización, aunque ello no haya sido solicitado por las partes en la etapa
procesal correspondiente; y, c) En caso no haya sido solicitada dicha pretensión
por el cónyuge perjudicado, el Juez, en virtud del mandato legal, deberá fijarlo
necesariamente como punto controvertido para someterlo a debate”.

161
8. A mayor abundamiento, debe precisarse que mediante sentencia expedida el
dieciocho de marzo del año en curso, publicada en el diario oficial El Peruano el
trece de mayo del dos mil once, las Salas Civiles de la Corte Suprema de Justicia
de la República desarrollaron el Tercer Pleno Casatorio Civil, en el que se fijaron
una serie de criterios sobre la indemnización regulada en el precepto legal anotado,
estableciendo como precedente judicial vinculante, entre otras, las siguientes
reglas: “2) En los procesos sobre divorcio y de separación de cuerpos, por la causal
de separación de hecho, el Juez tiene el deber de velar por la estabilidad económica
del cónyuge que resulte más perjudicado por la separación de hecho, así como la
de los hijos, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 345-A del Código
Civil. En consecuencia, a pedido de parte o de oficio señalará una indemnización
por daños, el que incluye el daño a la persona, u ordenará la adjudicación
preferente de bienes de la sociedad conyugal, independientemente de la pensión
de alimentos que pudiera corresponderle. El daño moral es indemnizable y se halla
comprendido en el daño a la persona”.

9. En tal virtud, examinada la resolución recurrida, se llega a la conclusión de que


el criterio adoptado por la Sala Civil Superior, en el presente caso, importa una
infracción normativa del artículo en mención, y que si bien fue expedido con fecha
anterior al Tercer Pleno Casatorio, debe tenerse en cuenta que dicho precedente es
de observancia obligatoria desde el día siguiente de su publicación oficial para los
jueces en procesos pendientes de decisión o en procesos de naturaleza homóloga,
como es el caso de autos.

10. Consecuentemente, esta Sala Casatoria Suprema considera que el presente


recurso de casación debe ser estimado por la causal de infracción normativa del
artículo 345-A del Código Civil, en cuanto regula como regla procesal la fijación
de oficio de una indemnización basada en el estado de cónyuge perjudicado de una
de las partes, como consecuencia de la separación de hecho.

11. Sobre la base de lo expuesto se puede concluir que está acreditado que la
recurrente Umbelina Díaz Leyva, es la más perjudicada con esta separación de
hecho, lo que incluso ha sido advertido por el Juez de primera instancia, cuando
señala que la separación de hecho se configura por la decisión unilateral del
demandante en perjuicio directo de la cónyuge, lo que implica que se negó a
continuar o reanudar la vida en común; además de advertirse que es una mujer que
se ha dedicado a la crianza del hijo que tuvo con el actor, causándole daño personal

162
y moral a la demandada, más aún si su cónyuge mantuvo dos relaciones
extramatrimoniales, habiendo procreados hijos en cada una de estas relaciones, por
tanto esta situación es determinante para asignar una indemnización por el daño
personal y moral padecido por la citada demandada; lo que se valorará y asignará
en forma equitativa, aspecto que no ha sido advertido por la Sala de mérito.

12. Si bien la Sala no ha tomado en cuenta todos los elementos antes analizados
para fijar la indemnización a favor de la cónyuge, lo que ha trascendido en la
motivación del extremo del fallo recurrido, que conllevaría la nulidad del fallo; sin
embargo, advirtiéndose que el recurso ha sido admitido por la infracción sustantiva
del artículo 345-A del Código Civil, donde este Supremo Tribunal se encuentra
facultado a pronunciarse sobre el fondo de la controversia, corresponde en
aplicación de los principios de celeridad procesal y finalidad del proceso, de
resolver la controversia a fin de no mantener en incertidumbre los conflictos y se
satisfagan las esperanzas de justicia de las partes. Consecuentemente se ha
configurado la causal denunciada referida a la infracción normativa del artículo
345-A del Código Civil; que inciden directamente sobre la decisión contenida en
la resolución impugnada

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396 del


Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto por la demandada Umbelina Vigo


Castañeda a fojas doscientos noventa y cuatro, en consecuencia, casaron la
sentencia de segunda instancia su fecha ocho de abril de dos mil once, obrante a
fojas doscientos cuarenta y siete expedida por la Sala Especializada Civil de la
Corte Superior de Justicia de Cajamarca, sólo en el extremo que confirma la
sentencia apelada de primera instancia que declaró “no procede la indemnización”
contenida en el artículo 345-A del Código Civil. Actuando en sede de instancia
declararon FUNDADA la indemnización por daños y perjuicios a favor de la
cónyuge demandada Umbelina Vigo Castañeda y velando por la estabilidad
económica de la cónyuge perjudicada: otorga una indemnización ascendente a
cinco mil Nuevos Soles. Dispusieron la publicación de la presente resolución en el
Diario Oficial El Peruano, conforme a Ley; en los seguidos por Rodolfo Oswaldo
Díaz Leyva con Umbelina Vigo Castañeda, sobre divorcio por la causal de la

163
separación de hecho; y los devolvieron; interviniendo como ponente el señor Juez
Supremo Rodríguez Mendoza.

SS. TÁVARA CÓRDOVA, RODRÍGUEZ MENDOZA, HUAMANÍ


LLAMAS, CASTAÑEDA SERRANO, CALDERÓN CASTILLO

164
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL

CAS. 1920-2012, LA LIBERTAD

Lima, cuatro de julio de dos mil doce

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA;

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Que, el recurso de casación interpuesto por el demandante Hermes Agustín Vega


Neira, cumple con los requisitos de admisibilidad regulados en el artículo 387 del
Código Procesal Civil modificado por la Ley N.º 29364, al haberse recurrido una
resolución que pone fin al proceso, interponiendo el recurso ante la Sala Superior
que emitió la resolución de vista, dentro del plazo de ley, y acompañando la tasa
judicial respectiva

2. El recurso de casación fue declarado procedente, por las causales de:

a) La infracción sustantiva de los artículos 288, 289, 349 concordante con el


artículo 333 incisos 1 y 5 del Código Civil.- Señalando que se infringe los dos
primeros artículos que establecen que los cónyuges se deben recíprocamente
fidelidad y asistencia, así como es deber de hacer vida en común en el domicilio
conyugal; sin embargo, ha quedado probado con los medios probatorios ofrecidos
en el proceso que tales deberes han sido incumplidos por la demandada, no sólo
porque ha tenido una hija con tercera persona que no es su cónyuge (el recurrente)
sino porque convive con él, conforme al certificado de convivencia expedido por
el Juez de Paz, cuyo incumplimiento han sido plenamente reconocidos por las
instancias inferiores, y al no amparar su demanda, se le obliga a seguir casado con
una persona que no vive con él, sino con tercera persona. Asimismo, en relación
al artículo 349 concordante con el artículo 333 incisos 1 y 5, señala que tales
dispositivos se infringen, toda vez, que no obstante que se puede pedir el divorcio
por las causales que ha demandado, y que ha acreditado su pretensión, su demanda
ha sido rechazada

165
b) La infracción normativa procesal de los incisos 3 y 4 del artículo 122 del
Código Procesal Civil, y 139 incisos 3 y 5 de la Constitución Política del
Estado, al sostener que el fallo no contiene una debida motivación, porque no se
ha pronunciado por todos los extremos postulados en su demanda, como es el cese
de la pensión de alimentos, liquidación de sociedad de gananciales e
indemnización por daño moral, no siendo justificación que sean pretensión
accesorias, por cuanto la norma no libera al juez de la obligación de motivar las
pretensiones accesorias, además de referir que no se habría tomado en cuenta la
sentencia expedida por el Tribunal Constitucional en el Expediente N.º 728-2008-
PHC por ser incoherente y contradictoria, al hacer suya la sentencia de primera
instancia, sin advertir que es contradictoria en sus considerados octavo, décimo y
décimo sexto. Agrega que se afecta su derecho al debido proceso, por cuanto no
obstante haber ofrecido medios probatorios con su recurso de apelación, no se han
tenido en cuenta y finalmente que no se ha tomado en cuenta que conforme al
artículo 481 del Código Civil, no es necesario investigar rigurosamente el monto
de los ingresos de quien debe prestar los alimentos, sin embargo, la sala indica que
no han cumplido con acreditar las posibilidades económicas de la emplazada,
cuando por ley no es necesario, llamando la atención se fije el monto señalado para
un adolescente

2. Que, en cuanto a los requisitos de fondo, se cumple con la exigencia prevista en


el inciso 1 del artículo 388 del Código Procesal Civil, al haber impugnado el
extremo de la sentencia de primera instancia que ha sido confirmada por la
resolución recurrida

3. Que, el recurso de casación concebido por nuestro ordenamiento jurídico


procesal civil, es de carácter formal y de naturaleza extraordinaria, en el que
constituye requisito fundamental la claridad y precisión de sus planteamientos, de
acuerdo a las reglas previstas en el artículo 388 del cuerpo legal acotado. Que,
revisado el recurso propuesto, fluye que tales exigencias no se verifican, toda vez,
que en relación a los agravios expuestos en el punto i) referido a la infracción
normativa sustantiva, a pesar que se indica de modo expreso las normas que a su
criterio habrían sido infringidas, de la fundamentación que expone se advierte que
se limita a cuestionar la conclusión arribada, cuando indica que ha probado los
términos de las causales de divorcio denunciados, con los medios probatorios que
indica, sin considerar que la Corte de Casación no constituye una instancia más en
la que se puede provocar un nuevo examen crítico del caudal probatorio y el

166
aspecto fáctico del proceso que han dado base a las resoluciones expedidas por las
respectivas instancias de mérito; máxime si relación a la causal de adulterio, las
instancias han concluido en que ha operado la caducidad por haberse excedido el
plazo para demandar dicha causal, y en relación al abandono injustificado, se ha
establecido luego del análisis de los medios probatorios aportados al proceso, que
no se ha logrado acreditar el elemento temporal de la causal propuesta; en igual
sentido ocurre con las disposiciones que regulan las causales de divorcio
demandadas, al indicar que han sido rechazadas no obstante que a decir del
impugnante, se habría probado, verificándose que se pretende un reexamen del
caudal probatorio, que no se condice con la finalidad del recurso extraordinario
propuesto.

4. Que, en relación a lo señalado en el punto ii) referido a las disposiciones de


orden procesal, igualmente no pueden acogerse, porque como bien han señalado
las instancias de mérito, al no haberse estimado la pretensión principal de divorcio
por las causales demandadas, resultaba innecesario emitirse pronunciamiento
respecto a las pretensiones accesorias de cese de alimentos, liquidación de la
sociedad de gananciales e indemnización por daño moral, lo que guarda
concordancia con lo dispuesto en numeral 87 del Código Procesal Civil, aspecto
que ha sido ampliamente explicado por los juzgadores al resolver la controversia,
razón por la que, no se advierte la deficiente motivación que se acusa; y en relación
a la supuesta incoherencia que tendría el fallo recurrido, la Sala ha explicado y
justificado los motivos, por los cuales el fallo del juez no resultaba incoherente,
explicando que al haberse arribado a que había operado la caducidad del divorcio
por adulterio, carecía de objeto emitir pronunciamiento sobre el fondo de la litis,
motivo por el cual reformando el fallo del juez declaró improcedente la demanda
respecto de dicha causal. A ello debe agregarse, que las alegaciones de no haberse
merituado los medios probatorios que indica el impugnante, carecen de asidero
real y legal, porque los mismos fueron declarados inadmisibles por resolución de
fojas doscientos siete, no obstante, y a fin de no causarle indefensión, fueron
evaluados según fluye del considerando octavo, concluyendo que los mismos no
enervaban la decisión del juez respecto a la caducidad del adulterio ni acreditaban
la fecha exacta del abandono injustificado del hogar, por ende, dicho argumento
debe desestimarse, al igual que la invocación que se hace del artículo 481 del
Código Civil, respecto a los alimentos, cuyo monto ha sido confirmado por la Sala
se pretende en realidad un cuestionamiento al criterio asumido lo que no es viable
en sede casatoria.

167
V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 392, del


Código Procesal Civil, declararon:

IMPROCEDENTE el recurso de casación de fojas doscientos cuarenta y uno,


interpuesto por Hermenes Agustín Vega Neira; DISPUSIERON la publicación de
la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; bajo responsabilidad y los
devolvieron; en los seguidos por Hermenes Agustín Vega Neira con Gloria Asmat
Gutiérrez y otro, sobre divorcio por causal de adulterio y abandono de hogar
conyugal; intervino como ponente, el Juez Supremo señor Castañeda Serrano.

SS. TÁVARA CÓRDOVA, RODRÍGUEZ MENDOZA, HUAMANÍ


LLAMAS, CASTAÑEDA SERRANO, CALDERÓN CASTILLO.

168
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 5060-2011, HUAURA

Lima, Lima, catorce de noviembre del año dos mil doce.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número cinco mil sesenta – dos
mil once, en Audiencia Pública de la fecha, y producida la votación con arreglo a
ley, emite la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. vista la causa número cinco mil sesenta – dos mil once, en Audiencia Pública
de la fecha, y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia.
fundamentándola en:

a) se declare disuelto el vínculo matrimonial contraído con Fabiana Bibiana


Portella Sifuentes el veintidós de octubre de mil novecientos ochenta y ocho ante
la Municipalidad Distrital de Huaura

b) con la demandada procreó tres hijos de nombres Neida Viviana, Mercedes


Jaime y Marisela Dina Minaya Portella, nacidos el uno de enero de mil novecientos
ochenta y cinco, cuatro de setiembre del año mil novecientos ochenta y seis y
quince de mayo del año mil novecientos ochenta y nueve, respectivamente, por lo
que todos ellos son ahora mayores de edad

c) Agrega que se encuentra separado de la demandada desde el año mil novecientos


noventa y nueve, en que tomó conocimiento de los actos adulterinos de aquélla,
producto de los cuales procreó al menor de iniciales F.F.V.P., nacido el día catorce
de julio del año dos mil

d) Señala también que con la demandante han levantado una casa de material noble
ubicada en la manzana S, lote Doce, calle Bellavista, en el asentamiento humano
“El Carmen” - Huaura, la misma que voluntariamente se la cede a sus hijos
mayores.

169
e) Finalmente, manifiesta que tras la separación, conoció a quien es su actual
conviviente, con quien ha procreado tres hijos, todos menores de edad, razón por
la cual solicita se declare el divorcio debido a la ruptura del vínculo matrimonial.

2. la demandada Fabiana Bibiana Portella Sifuentes contesta la demanda alegando


que:

a) niega y contradice las afirmaciones del demandante, y formula reconvención


para que se declare el divorcio por la causal de separación de hecho y se le
indemnice con la suma de treinta mil nuevos soles (S/.30,000.00) por el daño
personal, moral y al proyecto de vida infringidos.

b) Sostiene que se encuentra separada desde el año mil novecientos noventa y dos,
a raíz de las desavenencias surgidas con el actor debido a las mejoras
remunerativas que fueron otorgadas a éste por su empleadora, Azucarera
Andahuasi, lo que dio lugar a un cambio repentino de su conducta, dedicándose a
beber permanentemente y a la vida libertina, dejando a la suscrita y sus menores
hijos en el más absoluto abandono moral y económico, pese a sus constantes
reclamos, los cuales solo merecieron como respuesta agresiones físicas y
psicológicas de su parte, llegando inclusive el actor a mantener una relación
sentimental con la hermana de la propia demandada, lo que generó serios
conflictos familiares. A consecuencia de ello, tuvo que irse a vivir a una invasión
conocida como el asentamiento humano “El Carmen”, en donde actualmente
domicilia con sus hijos, lugar donde con esfuerzo ha levantado una casa de material
noble que es propia y no del actor, ya que éste los abandonó en el año mil
novecientos noventa y dos.

c) Desde la separación se ha visto obligada a mantener a sus tres hijos gracias a los
trabajos realizados en la chacra, pero en el año mil novecientos noventa y nueve -
es decir, varios años después de la separación, sufrió un atentado contra su libertad
sexual, producto del cual quedó embarazada de su menor hijo de iniciales F.F.V.P.,
no habiendo mantenido en ningún momento relación amorosa ni convivencia con
el padre del menor, quien solo se limitó a reconocerlo, aceptando su
responsabilidad.

170
d) Agrega que debido a su estado de salud y de necesidad económica se vio
obligada a entablar demanda de alimentos en contra del demandante, y más
recientemente una demanda de aumento de alimentos que se tramita ante el Primer
Juzgado de Paz Letrado de Huaura, encontrándose el actor adeudando el pago de
pensiones devengadas, además de pensiones alimenticias de los últimos cuatro
meses. A ello se aúna la negativa del demandante de ayudarla con la rehabilitación
de su hijo Mercedes Jaime Minaya Portella, quien es adicto a sustancias
psicoactivas y se encontraba recibiendo tratamiento terapéutico profesional en el
Centro de Rehabilitación “Rompiendo Cadenas”, lo cual tuvo que dejar por falta
de recursos económicos.

e) Igualmente, refiere que viene realizando gastos por los tratamientos médicos a
los que se encuentra sometida debido a su enfermedad –lumbociatalgia-, lo que
acredita con los documentos médicos que adjunta, así como también debe acudir
a sus hijas mayores que se encuentran cursando estudios.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia se declaró infundada la demanda y fundada la reconvención


presentada por Fabiana Bibiana Portella Sifuentes, fundamentando su decisión en
los siguientes considerandos:

a) Disuelto el vínculo matrimonial y fenecido el régimen de la sociedad de


gananciales; sin pronunciamiento sobre los alimentos, tenencia y régimen de
visitas de los hijos matrimoniales

b) Sobre la pretensión invocada por el actor, no está acreditado con documento


indubitable y de fecha cierta que se encuentre al día en el cumplimiento del pago
de las pensiones alimenticias que tiene con la demandada. En la resolución de
fecha seis de octubre del año dos mil nueve expedida en el Expediente número
novecientos cuarenta y uno – dos mil uno sobre aumento de alimentos, se dispone
notificar a Efraín Jaime Minaya Leyva “a fin de que cumpla con el pago de las
pensiones alimenticias de los meses de mayo a octubre del año en curso [2009],
bajo apercibimiento de ley en caso de incumplimiento”, lo que hace concluir que
el actor no estaba al día en el pago de sus obligaciones alimenticias al momento de
interponer su demanda -cuatro de mayo del año dos mil nueve-, por lo que la
misma deviene en infundada.

171
c) En cuanto a la reconvención, Fabiana Bibiana Portella Sifuentes indica que se
encuentra separada del accionante desde el año mil novecientos noventa y dos,
versión que guarda relación con lo vertido por sus tres hijos mayores de edad en el
acto de realización de la Audiencia de Pruebas, quienes afirman que sus padres se
encuentran separados más de siete años, aunado a la versión del accionante quien
también manifestó que se encuentra separado desde el veinte de marzo de mil
novecientos noventa y dos, estableciéndose esa fecha como inició de la separación
de hecho de los cónyuges.

d) Respecto de las obligaciones alimentarias, se tiene probado que la demandada


inició un proceso judicial de aumento de alimentos contra el actor, signado con el
Expediente número novecientos cuarenta y uno – dos mil uno, en la que se expidió
sentencia declarando infundada la demanda, permaneciendo con el monto signado
por alimentos del diez por ciento del haber del accionante. Del petitorio del escrito
de demanda y su subsanación, no se advierte que el demandante haya solicitado el
cese de la pensión alimenticia a favor de su cónyuge, por tanto, no es posible
pronunciarse al respecto en este proceso dejándose a salvo el derecho del actor
para que lo haga valer en la vía correspondiente, si lo considera necesario.

e) En cuanto a la indemnización a que se refiere el artículo trescientos cuarenta y


cinco - A del Código Civil, tanto el demandante como la demandada no han
acreditado el perjuicio que alguno de ellos hubiera sufrido, ya que no se ha
aportado documentación indubitable que acredite el perjuicio para alguno de ellos.

f) Respecto a la tenencia, régimen de visitas y alimentos de hijos procreados dentro


del matrimonio, estando a que a la fecha de interposición de la demanda aquellos
eran mayores de edad y que existe una sentencia firme respecto a los alimentos,
carece de objeto pronunciamiento al respecto.

g) Finalmente, no resultando atendible declarar en este proceso si el bien ubicado


en el asentamiento humano “El Carmen” tiene o no la calidad de bien social, las
partes deberán hacer valer su derecho en la vía respectiva.

III. SEGUNDA INSTANCIA

172
la reconviniente interponen recurso de apelación contra la sentencia antes referida,
que al ser absuelto por la Sala Superior mediante resolución confirma la apelada,
integrándola para que se declare infundada la pretensión sobre indemnización de
daños y perjuicios, y revocando la misma sentencia en el extremo que omite
establecer el pago de costas y costos, el cual se reforma para efectos de que el
demandante pague a la demandada-reconviniente los costos del proceso, al
considerar que:

a) Si bien en la parte resolutiva de la sentencia no se ha emitido pronunciamiento


sobre la indemnización por daños solicitada por la demandada y reconviniente, sin
embargo en la parte considerativa de la sentencia, específicamente los
considerandos décimo primero y décimo sexto, la juzgadora ha emitido
pronunciamiento respecto a dicho tema; por lo que conforme al artículo trescientos
setenta del Código Procesal Civil, se procede a integrar la sentencia en dicho
extremo, siendo innecesario declarar la nulidad de la misma, cuando la ley faculta
a subsanar dicha omisión en sede de revisión.

b) Respecto a si se debió condenar al demandante al pago de los costos del proceso,


cabe señalar que en el caso de autos ha sido amparada la reconvención formulada,
siendo que el demandante constituye la parte vencida en este proceso, y si bien la
ley permite exonerar a la parte vencida del pago de los costos del proceso, en el
caso de autos no se debe aplicar dicha exoneración, atendiendo a la calidad
personal de la demandada, quien es una persona de escasos recursos económicos,
que ha tenido que salir a juicio para defender en mérito a la acción judicial
formulada por el demandante, lo cual le ha originado gastos de diversa índole, más
aún si aquella se encuentra en una precaria situación económica, conforme se
advierte del contenido del Informe Social número cero noventa y nueve – dos mil
diez, obrante en el cuaderno de auxilio judicial, el cual fue otorgado precisamente
atendiendo a su condición humilde y precaria.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Que, existiendo denuncias por apartamiento inmotivado del precedente judicial,


así como por vicios in procedendo, corresponde verificar primero si se ha
configurado o no esta última causal, pues en caso de ser estimada, se dispondría el
reenvío de la causa al estadío procesal correspondiente, impidiendo que sea

173
factible el análisis de las normas materiales en las que se sustenta o debió
sustentarse la resolución recurrida.

2. Que, con respecto a la causal de infracción de normas procesales -acápite a), el


actor sostiene que la sentencia de vista no expresa los motivos por los cuales ha
declarado infundada la pretensión indemnizatoria propuesta, para luego aludir a la
sentencia de primera instancia cuestionando la valoración probatoria realizada por
el A quo. En este punto, es necesario señalar que en virtud al principio de
congruencia procesal, el Juez debe dictar sus resoluciones de acuerdo con el
sentido y alcances de las peticiones formuladas por las partes, y en el caso de la
apelación, corresponde al Superior resolver, en función a los agravios, los errores
de hecho y de derecho que sirven de sustento a la pretensión impugnatoria que
haya expuesto el recurrente, toda vez que los agravios detallados en el escrito de
apelación constituyen la base objetiva del recurso, determinan los alcances de la
impugnación y los poderes de los que goza la instancia superior para resolver el
tema.

3. Que, en el caso concreto, es claro que el recurso de apelación interpuesto por la


recurrente cuestionó únicamente la falta de pronunciamiento del Ad quem, en la
parte resolutiva del fallo, sobre la pretensión indemnizatoria por el daño moral,
pese a que se encontraba motivada en su parte considerativa. Si esto es así, no
puede cuestionarse que la Sala Superior no se pronunciara sobre la valoración
probatoria realizada por el A quo en la sentencia de primera instancia respecto de
dicha pretensión en particular, ya que el pronunciamiento de la Sala Superior se ha
circunscrito formalmente al pedido impugnatorio. Por ello, no se configura la
alegada falta de motivación en la sentencia de vista, razón por la cual este extremo
del recurso debe ser desestimado.

4. Que, con respecto a la causal de apartamiento inmotivado del precedente judicial


-acápite b)-, la recurrente sostiene que no se ha tenido en cuenta el precedente
sobre la materia establecido en el Tercer Pleno Casatorio -Casación número cuatro
mil seiscientos sesenta y cuatro, dos mil diez, Puno, en el que se ha establecido
que de oficio o a instancia de parte, para efectos de la indemnización o
adjudicación de bienes en el proceso, el Juez debe verificar y establecer las
pruebas, las presunciones e indicios que acrediten la condición de cónyuge más
perjudicado a consecuencia de la separación de hecho o del divorcio en sí,
apreciándose alguna de las siguientes circunstancias, como: El grado de afectación

174
emocional o psicológico que le ha ocasionado la separación de hecho, la tenencia
y custodia de los hijos cuando eran menores de edad y la dedicación al hogar. En
primer lugar, conviene destacar que mediante sentencia expedida el dieciocho de
marzo del año dos mil once en el Tercer Pleno Casatorio Civil, recaída en la
Casación número cuatro mil seiscientos sesenta y cuatro – dos mil diez, Puno, en
el proceso seguido por René Huaquipaco Hanco contra Catalina Ortiz Velazco
sobre divorcio por la causal de separación de hecho, las Salas Civiles de la Corte
Suprema de Justicia de la República han establecido precedente judicial vinculante
en materia de divorcio por la causal de separación de hecho, interpretando los
alcances del artículo trescientos cuarenta y cinco - A del Código Civil, que
establece que el Juez debe velar por la estabilidad económica del cónyuge más
perjudicado por la separación, señalando una indemnización por daños, que
incluya el daño a la persona, u ordenando la adjudicación preferente de bienes de
la sociedad conyugal, independientemente de la pensión de alimentos que pudiera
corresponder. El citado precedente tiene efectos vinculantes para todos los
Órganos Jurisdiccionales de la República a partir del día siguiente de su
publicación en el Diario Oficial El Peruano; y habiendo tenido lugar dicha
publicación el día trece de mayo del año dos mil once, sus efectos resultan
plenamente aplicables al presente proceso, teniendo en cuenta que la sentencia de
segunda instancia data del siete de setiembre del mismo año.

5. Que, en la Casación número cuatro mil seiscientos sesenta y cuatro – dos mil
diez, Puno; se estableció precedente judicial en los siguientes términos: “(...) 2. En
los procesos sobre divorcio –y de separación de cuerpos– por la causal de
separación de hecho, el Juez tiene el deber de velar por la estabilidad económica
del cónyuge que resulte más perjudicado por la separación de hecho así como la
de sus hijos, de conformidad con lo dispuesto por el artículo trescientos cuarenta
y cinco - A del Código Civil. En consecuencia, a pedido de parte o de oficio
señalará una indemnización por daños, el que incluye el daño a la persona, u
ordenará la adjudicación preferente de bienes de la sociedad conyugal,
independientemente de la pensión de alimentos que pudiera corresponderle. El
daño moral es indemnizable y se halla comprendido en el daño a la persona. (...)
4. Para una decisión de oficio o a instancia de parte sobre la indemnización o
adjudicación de bienes, del proceso debe verificarse y establecerse las pruebas,
presunciones e indicios que acrediten la condición de cónyuge más perjudicado a
consecuencia de la separación de hecho o del divorcio en sí. El Juez apreciará, en
el caso concreto, si se ha establecido algunas de las siguientes circunstancias: a) El

175
grado de afectación emocional o psicológica; b) La tenencia y custodia de hecho
de sus hijos menores de edad y la dedicación al hogar; c) Si dicho cónyuge tuvo
que demandar alimentos para él y sus hijos menores de edad, ante el
incumplimiento del cónyuge obligado; d) Si ha quedado en una manifiesta
situación económica desventajosa y perjudicial con relación al otro cónyuge y a la
situación que tenía durante el matrimonio, entre otras circunstancias relevantes”.
Del mismo modo, el precedente judicial vinculante precisa que: (...) La
indemnización o la adjudicación de bienes tiene la naturaleza de una obligación
legal, cuya finalidad es corregir un evidente desequilibrio económico e indemnizar
el daño a la persona, resultante de la separación de hecho o del divorcio en sí; su
fundamento no es la responsabilidad civil contractual o extracontractual sino la
equidad y la solidaridad familiar”.

6. Que, en el presente caso, la Sala Superior no ha expresado las razones


fundamentales por las cuales decide apartarse tácitamente del precedente judicial
vinculante establecido en la Casación número cuatro mil seiscientos sesenta y
cuatro – dos mil diez, Puno, que le impone el deber de pronunciarse, aun de oficio,
sobre la estabilidad económica del cónyuge que resulte perjudicado con la
separación sobre todo cuando una de las partes ha alegado expresamente, vía
reconvención, hechos configurativos del perjuicio causado y acompañado prueba
para efectos de acreditarla. En tal sentido, se ha configurado la causal de
apartamiento inmotivado del precedente judicial, sobre interpretación de la norma
material contenida en el artículo trescientos cuarenta y cinco - A del Código Civil,
razón por la cual, de conformidad con lo dispuesto en el primer y segundo párrafos
del artículo trescientos noventa y seis del Código Procesal Civil, corresponde
anular la sentencia recurrida y, con efecto revocatorio, emitir la decisión sobre el
fondo que corresponda al caso.

7. Que, conforme lo ha establecido el precedente vinculante dictado en el Tercer


Pleno Casatorio Civil, para nuestro sistema normativo la indemnización regulada
en el artículo trescientos cuarenta y cinco - A del Código Civil, tiene carácter de
obligación legal, pues el título que la fundamenta y justifica es la misma ley y su
finalidad no es resarcir daños sino corregir y equilibrar desigualdades económicas
resultantes de la ruptura matrimonial. En principio, no es presupuesto sine quanon
de la causal de separación de hecho imputar ni probar dolo o culpa en el otro
cónyuge para ser favorecido con el divorcio ni con la indemnización a que se
contrae la norma bajo análisis, pues está legitimado para demandar el divorcio por

176
esta causal, tenga o no culpa –en sentido amplio– cualquiera de los cónyuges, y
aun en el caso que haya mediado acuerdo de ambos cónyuges para tal ruptura. No
obstante ello, puede alegarse y probarse la culpa del apartamiento fáctico de uno
de los cónyuges con el objeto de que el cónyuge perjudicado obtenga una mejor
indemnización. Por tanto, la culpabilidad del cónyuge no es presupuesto de esta
causal de divorcio, precisamente porque no se trata del divorcio-sanción, sino del
divorcio remedio; empero aquella culpabilidad puede ser invocada y probada como
elemento trascendente para una decisión judicial más justa respecto de la
indemnización o adjudicación preferente de bienes.

8. Que, en el fundamento jurídico sesenta y tres de la sentencia recaída en la


Casación número cuatro mil seiscientos sesenta y cuatro – dos mil diez Puno, se
ha establecido lo siguiente: “Para los fines de la indemnización, resulta importante
distinguir entre: a) Los perjuicios que se originaron con ocasión de la separación
de hecho producida lógicamente mucho antes de la demanda, b) De los perjuicios
que se produzcan desde la nueva situación jurídica creada con el divorcio mismo -
sentencia constitutiva-, que tiene como referente temporal la sentencia firme
emitida en dicho proceso. En el primer supuesto, la indemnización debe cubrir los
perjuicios desde que el apartamiento de uno de los cónyuges resulta lesivo a la
persona y a la situación económica del otro consorte más perjudicado. En
consecuencia, respecto de éste, se tendrá en cuenta su afectación emocional y
psicológica, la tenencia y custodia de hecho de los hijos menores de edad, si tuvo
que demandar el cumplimiento de la obligación alimentaria, entre otros. Es
pertinente puntualizar que una cosa es la conducta culpable, culpa en sentido
amplio– de uno de los cónyuges, que motiva la separación fáctica -por ejemplo el
adulterio, la infidelidad, la injuria grave, la violencia física y psicológica, pero
cuyos hechos no se invocan para sustentar la causal de separación de hecho, y otra
cosa diferente es el hecho objetivo de la separación misma, que puede ser alegada
como causal de divorcio incluso por el cónyuge que motivó la separación.”

9. Que, así también, con respecto a los conceptos de daño a la persona, daño moral
y proyecto de vida, ha quedado establecido en el citado precedente judicial: “70.-
En esta línea de argumentación, la aplicación del concepto de proyecto de vida –y
por extensión el de proyecto de vida matrimonial– a los efectos de la
indemnización en el divorcio sanción y en el divorcio remedio, resulta muy
discutible, con poco desarrollo en la doctrina y en la jurisprudencia, como lo
reconoce la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos, no solamente por

177
la imprecisión de su contenido y alcances sino fundamentalmente porque en
muchos de sus aspectos y hechos, sobre todo en los más remotos, la relación de
causalidad entre el hecho y el daño sería muy controversial, y en algunos otros
extremos hasta carecería de aquella relación de causalidad. Además, para su
cuantificación no habría una base objetiva de referencia, tampoco indicadores
mensurables, puesto que el proyecto de vida se sustenta en gran parte en
probabilidades; es decir, en probables realizaciones de la personalidad que tienen
un fuerte grado de subjetividad y largo alcance en el tiempo (...). 71. (...) según
doctrina nacional autorizada, la relación que hay entre daño a la persona y el daño
moral es de género a especie. (...) El daño a la persona es la lesión a un derecho,
un bien o un interés de la persona en cuanto tal. Afecta y compromete a la persona
en todo cuanto en ella carece de connotación económico patrimonial. En
consecuencia, el daño a la persona es toda lesión a sus derechos e intereses, que no
tienen contenido patrimonial directo, aunque para ser indemnizado muchas veces
tenga que cuantificarse económicamente. (...) Es pertinente puntualizar que el daño
a la persona debe comprender al daño moral. Éste viene a estar configurado por las
tribulaciones, angustias, aflicciones, sufrimientos psicológicos, los estados
depresivos que padece una persona. En el caso que nos ocupa, estos padecimientos
los sufre fundamentalmente el cónyuge más perjudicado, sin que ello obste que el
otro cónyuge también pueda padecerlos en grado menor. (...) 74.- Con relación a
la indemnización por daño moral, que se halla comprendido dentro del daño a la
persona, debe ser fijado también con criterio equitativo pero sobre ciertos
elementos de convicción, de tal forma que no puede representar un monto
simbólico o irrisorio a la manera de un simple reproche a una conducta, pero
tampoco la indemnización o adjudicación puede constituir un enriquecimiento
injusto que signifique “un cambio de vida” para el cónyuge perjudicado o para su
familia. Tampoco debe establecerse “un mínimo” o “un máximo”, sino que debe
estar acorde con el caso concreto, sus circunstancias, la gravedad del daño moral,
entre otros. De otro lado, también se tendrán en cuenta algunas circunstancias
como la edad, estado de salud, posibilidad real de reinsertarse a un trabajo anterior
del cónyuge perjudicado, la dedicación al hogar, y a los hijos menores de edad, el
abandono del otro cónyuge a su consorte e hijos al punto de haber tenido que
demandar judicialmente el cumplimiento de sus obligaciones alimentarias, la
duración del matrimonio y de vida en común, y aun las condiciones económicas,
sociales y culturales de ambas partes”.

178
10. Que, en consecuencia, resolviendo lo conveniente respecto del extremo que es
materia de casación -la reconvención sobre indemnización por los perjuicios
ocasionados producto de la separación de los cónyuges, o de los que ocasione el
divorcio en sí-, este Supremo Tribunal estima que existen elementos probatorios
suficientes que acreditan que la separación entre los cónyuges, y aun la declaración
de divorcio en sí, ha producido un desequilibrio económico entre las partes,
perjudicando más a la reconviniente que al reconvenido, por cuanto: i) No se ha
acreditado en autos que la actora hubiera desempeñado algún trabajo remunerado
en actividades concretas al momento de la separación, o que hubiera seguido
estudios técnicos o superiores que le hubieran permitido ejercer un oficio, trabajo,
empleo o profesión para subvenir sus necesidades básicas y, sobre todo, las de sus
tres hijos menores de edad. En este hecho concreto en particular, ha incidido la
situación personal de la demandada, quien se dedicó exclusivamente al cuidado
del hogar, por lo que no se puede desvirtuar el hecho de que aquella no pudo
labrarse otras expectativas o sus deseos de superación personal, trayendo como
consecuencia que, al momento de producirse la separación efectiva, no pueda
procurarse su subsistencia por sí misma y tuviera que recurrir a las labores
agrícolas, tal como lo refirió en su escrito de demanda, siendo que en la actualidad
viene trabajando como ayudante de costura, tal como ha referido en su declaración
brindada en la Audiencia de Pruebas; ii) Se toma en cuenta también que, a
consecuencia de no poder solventar su propia manutención ni la de sus tres
menores hijos, de los que se hizo cargo exclusivamente a consecuencia de la
separación, la reconviniente demandó en el año mil novecientos noventa y siete la
prestación alimenticia a cargo del reconvenido, pretensión que fue oportunamente
amparada por el Órgano Jurisdiccional, y posteriormente demandó en el año dos
mil uno el aumento de la pensión alimenticia, aunque en este último proceso no
hubiera obtenido sentencia favorable para sí misma, salvo en cuanto se refería a
los tres menores a quienes sí se les aumentó los alimentos. iii) Se toma en cuenta
que al momento de ocurrida la separación de los cónyuges -marzo de mil
novecientos noventa y dos-, los hijos matrimoniales contaban aproximadamente
con tres, seis y siete años de edad, por lo que dependían totalmente del cuidado de
la madre al encontrarse en una edad muy vulnerable; iv) Igualmente, en cuanto a
las consecuencias derivadas de este proceso, las posibilidades de la reconviniente
de afrontar con éxito la vida de divorciada, se verán afectadas en razón de la
enfermedad que padece –lumbociatalgia-, y cuyo tratamiento viene recibiendo en
el Hospital Regional de Huacho, por lo que se verá obligada a afrontar los gastos
para solventar su tratamiento; v) No debe perderse de vista que la reconviniente –

179
a diferencia del demandante– no ha vuelto a formar un nuevo hogar con tercera
persona, aun cuando el reconvenido faltara a la verdad al afirmar que su esposa le
fue infiel en el año mil novecientos noventa y nueve y que a consecuencia de dicha
infidelidad fue que dejó el hogar conyugal, lo que finalmente desmintió en la
Audiencia de Pruebas, al aceptar que se retiró voluntariamente del hogar en el año
mil novecientos noventa y dos. Del mismo modo, pierde consistencia la afirmación
del reconvenido en el sentido de que el hogar conyugal fuera el ubicado en el
asentamiento humano “El Carmen”, Huaura, toda vez que la reconviniente ingresó
como posesionaria de un lote en el año mil novecientos noventa y dos; es decir, el
mismo año en que se produjo la separación de hecho, habiéndose constatado en el
Informe Social número cero noventa y nueve – dos mil diez, obrante a fojas
veinticuatro del cuadernillo de Auxilio Judicial, que la vivienda es de material
rústico (adobe) con piso de cemento (deteriorado) y otra parte de tierra y techo de
esteras con palos.

11. Que, en consecuencia, a fin de reestablecer el equilibrio económico resultante


de la ruptura matrimonial, deberá fijarse un monto indemnizatorio acorde con el
perjuicio que la separación y el divorcio en sí ocasiona a la reconviniente, que
incluyen el daño personal y el daño moral -no así el daño al proyecto de vida-, para
lo cual se tendrá en cuenta que una de las hijas matrimoniales ya cuenta con
estudios superiores, y otra aún se encontraría estudiando en la universidad,
mientras el hijo matrimonial aún debe afrontar su rehabilitación por depender de
sustancias psicoactivas. Asimismo, que la demandante percibe un ingreso como
ayudante de costura, pero no se trata de un trabajo fijo ni estable; siendo así, este
Supremo Tribunal fija con criterio de conciencia la suma cinco mil nuevos soles
(S/.5,000.00) el monto por concepto de indemnización que deberá percibir la
reconviniente por los perjuicios ocasionados a consecuencia del daño personal
infringido, y que incluye el daño moral.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por Código Procesal


Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Fabiana Bibiana Portella


Sifuentes mediante escrito obrante a fojas trescientos veinte; casaron la resolución
impugnada, en consecuencia, NULA la sentencia de vista obrante a fojas

180
trescientos cinco, únicamente en el extremo que, integrando la sentencia apelada,
declaró infundada la reconvención por indemnización formulada por la
demandada; y actuando en sede de instancia: REVOCARON la sentencia apelada
en cuanto declara implícitamente infundada la reconvención sobre indemnización
de daños y perjuicios, y reformándola declara fundada dicha pretensión, y ordena
que el demandante pague a favor de la demandada la suma de cinco mil nuevos
soles (S/.5,000.00) por dicho concepto; dispusieron la publicación de la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos
por Efraín Jaime Minaya Leyva contra Fabiana Bibiana Portella Sifuentes y otro,
sobre Divorcio por la Causal de Separación de Hecho; y los devolvieron.

SS. TICONA POSTIGO, ARANDA RODRÍGUEZ, PONCE DE MIER,


VALCÁRCEL SALDAÑA, MIRANDA MOLINA.

181
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 5664-2011, TACNA

Lima, cinco de octubre del año dos mil doce.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número cinco mil seiscientos
sesenta y cuatro -dos mil once, en el día de la fecha, y producida la votación
correspondiente de acuerdo a ley, emite la siguiente sentencia.

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente, por la causal de:

a) La infracción normativa consiste en que el demandante ha iniciado solo la


nulidad de la partida de nacimiento de su menor hija y su cancelación, lo cual no
equivale al cuestionamiento formal de la filiación, desde que la misma viene a ser
la cuestión intrínseca de fondo del asunto, no la demanda de nulidad peticionada,
conforme aparece expresamente en el petitorio de la demanda; y b) La infracción
normativa se configura en el presente proceso por cuanto no se ha emplazado a la
Municipalidad Distrital Alto de La Alianza para que tome conocimiento del
presente proceso, debido a que dicha Municipalidad expidió la partida materia de
controversia.

2. Examinados los presentes actuados a fin de determinar si se ha incurrido en


infracción normativa en los términos propuestos es menester realizar las
precisiones siguientes:

1.- El accionante Ángel Aduvire Laura postula la presente acción solicitando la


nulidad del acto jurídico que contiene la Partida de Nacimiento de fecha diecisiete
de marzo del año dos mil nueve con Código Electrónico número seis ocho seis uno
tres ocho, y la cancelación de dicha partida que contiene la inscripción del
nacimiento de la menor de iniciales M.Y.A.P. en la Municipalidad Distrital Alto
de La Alianza, Tacna. Sostiene que inició una relación de enamorados con la madre
de la citada menor con quien luego convivió de manera esporádica hasta que fue

182
cambiado a otra jurisdicción a laborar, poniéndole término a dicha relación
mantenida con la hoy demandada. Agrega que el reconocimiento de la paternidad
que practicó a favor de la citada menor, hija de la demandada, lo hizo por cuanto
la demandada se lo pidió con el fin que la citada niña tenga un óptimo desarrollo
social, psicológico, moral e intelectual y no sea una menor frustrada con baja
autoestima, en vista que su padre biológico no la había reconocido, por ello de
buena fe accedió a su reconocimiento, además porque le tenía aprecio. Agrega que
no obstante, la demandada le inició un proceso de alimentos, descontándosele sus
haberes mensuales. Añade que posteriormente tomó conocimiento que la citada
menor ya estaba registrada anteriormente en la Municipalidad Provincial de
Candarave (Partida de Nacimiento número cuatro nueve ocho tres seis cuatro) con
fecha doce de marzo del año dos mil cuatro con otros nombres, apareciendo como
el padre biológico Félix Eulogio Flores Yujra e incluso en el documento nacional
de identidad ante el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil aparece
registrada con los apellidos de su señora madre.

2.- La demandada Nancy Inés Pacci Aguilar al absolver el traslado de la demanda,


señala que convivió con el hoy demandante conjuntamente con su menor hija, con
quien el accionante se encariñó y la trataba como su propia hija; posteriormente en
el año dos mil siete el demandante la buscó y expresó su voluntad de reconocer a
la menor hija de la ahora demandada, para lo cual él mismo presentó una solicitud
de reconocimiento voluntario ante la Municipalidad Distrital Alto de La Alianza
con fecha dieciséis de marzo del año dos mil nueve, cuando la citada menor tenía
cinco años de edad. Alega que inició un proceso de alimentos, el mismo que
concluyó mediante una conciliación, en la cual el propio demandante se
comprometió a prestar pensión alimenticia de ciento cincuenta nuevos soles
(S/.150.00) mensuales a favor de su menor hija. Añade que el demandante tenía
pleno conocimiento que su hija estaba registrada en la Municipalidad Provincial
de Candarave y quien era su verdadero padre, por cuanto a los dos años de estar
separada del demandante, este vino a su casa a gestionar el reconocimiento de su
menor hija.

3.- En la Audiencia de Conciliación se fijó como punto de la controversia el


determinar si procede declarar la nulidad del acto jurídico contenido en la Partida
de Nacimiento materia de autos; si se ha inscrito el nacimiento de la menor en la
Municipalidad Provincial de Candarave y la Municipalidad Distrital Alto de La

183
Alianza; y si ha sido demandado o denunciado por parte de la demandada a la
persona de Félix Eulogio Flores Yujra como padre de la indicada menor.

4.- Los órganos de instancia han declarado fundada la demanda de nulidad de acto
jurídico que contiene la partida de nacimiento de la menor cuyo registro es de fecha
diecisiete de marzo del año dos mil nueve con Código Electrónico número seis
ocho seis uno tres ocho, y dispone la cancelación de la referida partida que contiene
la inscripción de la citada menor en la Municipalidad Distrital Alto de La Alianza,
señalando la Sala Superior: “(...) la demandada no ha probado su contradicción
impugnatoria ni enervado los fundamentos de la apelada; por el contrario
contribuye a establecer los hechos en su mismo recurso de apelación cuando
expresa que el mismo demandante hizo las averiguaciones y tramitó su solicitud
de reconocimiento voluntario de la citada menor ante la Municipalidad Distrital
Alto de La Alianza, porque no quería que aparezca los nombres de su anterior
padre de la menor de donde se desprende que el accionante no es el padre biológico
de la menor, ya que aparece la primera acta de nacimiento de la menor, y como
supuesto padre Félix Eulogio Flores Yujra, registrada ante el Concejo Provincial
de Candarave de fecha doce de marzo del año dos mil cuatro (...) en función del
decurso del tiempo, aparece una segunda acta de nacimiento de fecha veintitrés de
noviembre del año dos mil siete y ante el Consejo Distrital del Alto de La Alianza
- Tacna, donde figura la menor con el nombre de M.Y.A.P., y donde aparecen las
partes como padres suscribiendo el documento (...) aparecen hasta tres actas de
nacimiento, la primera en el Concejo Provincial de Candarave y donde figura con
el apellido del supuesto padre, la segunda acta y en fecha distinta ante el Consejo
Distrital Alto de La Alianza, donde figura la menor solo con los apellidos de la
madre; y la tercera partida también ante el mismo Consejo Distrital, pero con los
apellidos de la demandada y del supuesto padre demandante, donde concurren y
suscriben. Esta conducta y proceder sobre todo de la madre ha dado lugar a que la
citada menor tenga hasta tres identidades diferentes y que este actuar resulta ilegal,
por importar actos contrarios a la ley”.

3. En el caso de autos, es un hecho acreditado en el proceso que la menor cuenta


con las partidas de nacimiento a que se contraen las instrumentales obrantes a
folios cuatro, cuarenta y tres y cuarenta y cuatro, todos ellos del expediente, en la
primera de ellas aparece declarada únicamente por la propia demandada en la
Municipalidad Provincial de Candarave el doce de marzo del año dos mil cuatro y
en la misma se señala como presunto padre a Félix Eulogio Flores Yujra. En la

184
segunda partida asentada posteriormente por la propia demandada en la
Municipalidad Alto de La Alianza obrante a folios cuarenta y cuatro del
expediente, con fecha veintitrés de noviembre del año dos mil siete y la obrante a
folios cuarenta y tres del mismo expediente, su fecha diecisiete de marzo del año
dos mil nueve que es materia de autos; en esta última el hoy demandante declara
voluntariamente ser el padre biológico de la indicada menor, tal instrumental
guarda correspondencia con la solicitud presentada por el mismo demandante
obrante a folios dieciséis del expediente, y en la cual reconoce ser el padre
biológico de la indicada niña. Es del caso precisar que en la primera partida antes
citada no interviene el presunto progenitor, razón por la cual no puede reputarse a
éste como padre biológico de la citada menor, en tanto los órganos de instancia no
hayan dilucidado el punto de la controversia referido a determinar si dicha persona
había sido demandado o denunciado por parte de la demandada como padre
biológico de la indicada menor, tal y como se estableció en la Audiencia de
Conciliación y fijación de Puntos Controvertidos obrante a folios treinta y dos del
expediente, su fecha nueve de noviembre del año dos mil diez, y asimismo rodearse
de todos los elementos de juicio que conduzcan a determinar cabalmente dicha
situación jurídica.

4. De lo expuesto, se evidencia que aun cuando las normas relativas a la


identificación de las personas tales como la Ley Orgánica del Registro Nacional
de Identificación y Estado Civil - RENIEC y su reglamento, establezcan la
posibilidad de cancelar las partidas de nacimiento por mandato judicial, la decisión
judicial que así lo establezca debe tener un adecuado sustento fáctico y legal, más
aún si en el caso en particular la sola existencia de doble partida de nacimiento de
la indicada menor no puede prevalecer sobre el aspecto sustancial del acto de
reconocimiento de paternidad extramatrimonial practicado voluntariamente por el
accionante a favor de la menor de iniciales M.Y.A.P. y que es materia de nulidad
de acto jurídico. Por esa razón, no puede soslayarse la observancia del principio
del Interés Superior del Niño previsto en el artículo IX del Título Preliminar del
Código de los Niños y Adolescentes que impone a los órganos jurisdiccionales la
ineludible obligación de considerar dicho interés y el respeto a los derechos de los
menores de edad. Al respecto la vigente doctrina señala que: “(...) cuando
hablamos del interés superior del niño no estamos hablando de lo que nosotros
pensamos que le conviene al niño, de lo que el juez cree que es lo mejor para el
niño, sino que cuando hablamos del interés superior, del interés primordial del
niño, significa simplemente decidir sobre los derechos humanos de los niños”.

185
Sobre el citado principio Gatica y Chaimovic señala que: “El llamado interés
superior del niño debe ser entendido como un término relacional o comunicacional
y significa que en caso de conflicto de derechos de igual rango, el derecho de
prioridad del interés superior del niño/niña prima sobre cualquier otro que pueda
afectar derechos fundamentales del niño/niña. Así, ni el interés de los padres, ni el
de la sociedad, ni el del Estado pueden ser considerados prioritarios en relación a
los derechos del niño/niña(... ), este principio solo exige tomar en cuenta o en
consideración al niño como un ser humano, como un verdadero sujeto poseedor de
derechos que deben ser respetados, especialmente por los adultos y por el Estado”.
Bajo esa óptica para dilucidar la controversia resulta imprescindible recurrir a la
prueba biológica de Ácido Desoxirribonucleico a fin que se determine la
paternidad biológica que según los hechos expuestos en la demanda no resulta
atribuible al accionante y según se afirma es atribuible al mencionado Félix
Eulogio Flores Yujra, en observancia de la parte final del artículo 6 del Código de
los Niños y Adolescentes, en cuanto señala que en caso de alteración, sustitución
o privación del derecho a la identidad del niño o adolescente: “(...) el Estado
restablecerá la verdadera identidad mediante los mecanismos más idóneos”.

5. Respecto a lo sostenido en el punto b) del fundamento precedente, referido a la


falta de emplazamiento del Procurador Público de la Municipalidad Distrital Alto
de La Alianza, resulta evidente que dicha alegación no puede prosperar en atención
a que carece de trascendencia jurídica. Es menester acotar que conforme al
principio de trascendencia de la nulidad procesal, no basta que aquella se encuentre
enmarcada en los supuestos establecidos en la primera parte del artículo 1714 del
Código Procesal Civil, sino que además ella sea esencial para el proceso conforme
lo prevé el segundo párrafo de la norma procesal antes citada. En tal sentido se ha
sostenido que: “Cuando se realice un acto procesal infringiendo un requisito
formal esencial, nos encontraremos ante un acto en principio nulo, pero si se trata
de un requisito formal intrascendente, el acto devendrá solamente en irregular,
pero no perderá su eficacia (...)”. Es que todo vicio que pretenda generar la nulidad
del acto procesal debe ser trascendente y para que se configure el principio de
trascendencia de las nulidades, consagrado en el artículo 174 del Código Procesal
Civil, se requiere (conforme a la doctrina autorizada) del cumplimiento de tres
condiciones: 1) Alegación del perjuicio sufrido; 2) Acreditación del perjuicio; y 3)
Interés jurídico que se intenta subsanar; en el caso de autos, la recurrente no ha
acreditado ninguno de tales supuestos, con el agregado que el presunto vicio
procesal no ha sido formulado oportunamente conforme a nuestro ordenamiento

186
procesal, por lo que el recurso propuesto debe declararse fundado, casarse la
sentencia de vista y declararse la insubsistencia de la sentencia apelada de primera
instancia a fin que el órgano jurisdiccional de origen previo a emitir sentencia
proceda conforma a lo glosado en las consideraciones precedentes.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el Código Procesal


Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Nancy Inés Pacci Aguilar


mediante escrito obrante a folios ciento treinta y nueve; CASARON la sentencia
de vista de fecha veinticuatro de octubre del año dos mil once, obrante a folios
ciento treinta; INSUBSISTENTE la sentencia de primera instancia de fecha
diecisiete de junio del año dos mil once, obrante a folios cincuenta;
ORDENARON el reenvío de la causa al Juzgado de origen a fin que emita una
nueva decisión, teniéndose en cuenta las consideraciones que anteceden;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Ángel Aduvire Laura contra
Nancy Inés Pacci Aguilar, sobre Nulidad de Acto Jurídico

SS. TICONA POSTIGO, ARANDA RODRÍGUEZ, PONCE DE MIER,


VALCÁRCEL SALDAÑA, MIRANDA MOLINA.

187
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 3424-2011, AREQUIPA

Lima, siete de septiembre del año dos mil doce

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa tres mil cuatrocientos
veinticuatro del año dos mil once, en audiencia pública de la fecha y producida la
votación de acuerdo a ley, emite la siguiente sentencia

I. HECHOS:

1. El demandante, interpone demanda de divorcio por causal de separación de


hecho fundamentándola en:

a) pretende se declare la disolución del vínculo matrimonial contraído con la


demandada con fecha veintinueve de noviembre del año mil novecientos setenta y
cuatro ante el Consejo Distrital de San Jerónimo, la disolución de sociedad de
gananciales y que se ordene la anotación de la disolución del vínculo matrimonial
en el Registro de Personas de la Oficina Registral de Arequipa.

b) durante la vigencia del matrimonio han procreado dos hijos, los mismos que en
la actualidad son mayores de edad.

c) producto de la incompatibilidad de caracteres y habiéndose puesto de acuerdo


con su cónyuge demandada decidieron que el recurrente se retirara del hogar
conyugal hace más de diecisiete años, en abril del año mil novecientos noventa y
uno, lo que demuestra que a la fecha se halla separado por más del plazo de ley y
que a los cuatro años de separación se ha trasladado a vivir a la ciudad del Cusco
donde trabajó en el Proyecto Especial de Titulación de Tierras y Catastro Rural del
Cusco - PETT, lo que acredita con los certificados de trabajo. Señala que ha
cumplido con todos los requisitos de ley teniéndose presente que la demandada es
profesional que trabaja como administrativa en el Colegio Micaela Bastidas de
Arequipa.

188
2. la demandada contesta la demanda alegando que:

a) Es cierto que contrajo matrimonio con el demandante con fecha veintinueve de


noviembre del año mil novecientos setenta y cuatro, que el demandante y ella
llevan unidos en vínculo matrimonial por más de treinta y cinco años y nunca han
acordado el retiro del hogar conyugal, lo que el demandante pretende hacer creer
al juzgado aprovechándose de su situación laboral, pues sus ocupaciones de
geólogo lo alejan del domicilio conyugal.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia, se declaró fundada la demanda e infundada la pretensión de


oficio sobre indemnización por daños y perjuicios la demanda, fundamentando su
decisión en los siguientes considerandos:

a) Que, a folios ciento sesenta y ocho obra la partida de nacimiento del menor de
iniciales G.S.G.A donde consta que ha nacido con fecha seis de mayo del año mil
novecientos noventa y cuatro y firman como sus progenitores el demandante Lucio
Gonzáles Flores y Bertha Álvarez Cáceres (persona distinta a la cónyuge
demandada) los que tienen fijado su domicilio real en Wanchaq de la provincia del
Cusco, lo que acredita que el demandante con la demandada se encontraban
separados desde hace tiempo atrás

b) Que, a folios ciento noventa y nueve corre la propuesta de convenio de fecha


veintisiete de abril del año dos mil nueve donde el accionante y la demandada
redactaron dicha propuesta de convenio para un futuro divorcio convencional, lo
que acredita la clara intención de los cónyuges de no hacer vida en común y su
decisión de separarse.

c) Que, respecto a la indemnización por cónyuge perjudicado, la demandada no ha


acreditado con medio probatorio alguno que como consecuencia directa de la
separación de hecho efectuada por su cónyuge, se le haya ocasionado daño
personal o moral; no habiendo acreditado dicho extremo de su pretensión, no
corresponde fijar monto indemnizatorio.

III. SEGUNDA INSTANCIA

189
Se interpone recurso de apelación contra la sentencia antes referida, que al ser
absuelto por la Sala Superior mediante resolución de fecha dieciocho de mayo del
año dos mil once, obrante a trescientos noventidos, confirma la sentencia apelada,
al considerar que:

a) No existe medio probatorio que demuestre que la demandada es la cónyuge


perjudicada ni menos el tipo o monto del daño.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


veintitrés de septiembre, por las causales de:

a) infracción material; el artículo 345-A del Código Civil, es de carácter tuitivo,


no habiéndose valorado en primera ni en segunda instancia adecuadamente los
medios probatorios que han determinado que la recurrente es la cónyuge
perjudicada. Añade que el demandante jamás ha probado que hubiera un acuerdo
con la recurrente para que él se retire del hogar conyugal, y lo que se ha acreditado
en el presente caso es solo la separación y la total sustracción de las obligaciones
del actor para con el matrimonio y para con la recurrente. Agrega que dentro del
proceso se incorporó lo que las partes denominaron el convenio que regula los
regímenes de patria potestad, alimentos y liquidación de gananciales de fecha
veintisiete de abril del año dos mil nueve, documento que fue suscrito por las partes
con fecha posterior a la interposición de la demanda, en la que el demandante
reconoce que le tiene que pagar una indemnización, reconocimiento que hace, por
estar consciente del daño que le ha ocasionado el actor por la frustración de su vida
en pareja y por la enfermedad de uno de su hijos por adicción a las drogas; sin
embargo no ha acreditado haberle pagado por dicho concepto, por lo que procede
se le fije la indemnización solicitada

b) infracción normativa procesal de los artículos 188, 191 y 197 del Código
Procesal Civil, el Juez no ha valorado en forma conjunta los medios probatorios,
por lo que se vulnera el derecho a un debido proceso; pues el actor con fecha
posterior a la interposición de la demanda, mediante documento de fecha
veintisiete de abril del año dos mil nueve, se compromete al pago de la suma de
quince mil dólares americanos en reconocimiento al daño ocasionado a la
recurrente por la frustración de su vida en pareja y por la enfermedad de uno de

190
sus hijos, sin embargo no ha cumplido con dicho pago; por lo que al margen de
ello, dicho documento no ha sido valorado por las instancias pese a que el propio
demandante reconoce que es la cónyuge perjudicada; y iii) Respecto al
apartamiento inmotivado del precedente judicial: El Pleno Casatorio de fecha
dieciocho de mayo del año dos mil once emitido por la Corte Suprema de Justicia
de la República en el Caso número 4664-2010-PUNO, se declara como precedente
judicial vinculante, estableciendo diferentes reglas para los casos de divorcio por
la causal de separación de hecho.

2. Que, el debido proceso es un derecho complejo, pues, está conformado por un


conjunto de derechos esenciales que impiden que la libertad y los derechos de los
individuos sucumban ante la ausencia o insuficiencia de un proceso o
procedimiento, o se vean afectados por cualquier sujeto de derecho (incluyendo el
Estado) que pretenda hacer uso abusivo de éstos. Como señala la doctrina procesal
y constitucional, "por su naturaleza misma, se trata de un derecho muy
complejamente estructurado, que a la vez está conformado por un numeroso grupo
de pequeños derechos que constituyen sus componentes o elementos integradores
y que se refieren a las estructuras, características del tribunal o instancias de
decisión, al procedimiento que debe seguirse y a sus principios orientadores, y a
las garantías con que debe contar la defensa (Faúndez Ledesma, Héctor. "El
Derecho a un Juicio Justo". En: Las Garantías del Debido Proceso (Materiales de
Enseñanza). Lima: Instituto de Estudios Internacionales de la Pontificia
Universidad Católica del Perú y Embajada Real de los Países Bajos, p. 17). Dicho
de otro modo, el derecho al debido proceso constituye un conjunto de garantías de
las cuales goza el justiciable, que incluyen la tutela procesal efectiva, la
observancia de los principios o reglas básicas y de la competencia predeterminada
por Ley, así como la pluralidad de instancias, la motivación y la logicidad y
razonabilidad de las resoluciones, el respeto a los derechos procesales de las partes
(derecho de acción, de contradicción) entre otros.

3. Que, bajo ese contexto dogmático, la causal de la infracción normativa procesal


denunciada se configura entre otros supuestos en los casos en los que en el
desarrollo del proceso, no se han respetado los derechos procesales de las partes,
se han obviado o alterado actos de procedimiento o si la tutela jurisdiccional no ha
sido efectiva y/o el órgano jurisdiccional deja de motivar sus decisiones o lo hace
en forma incoherente, en clara trasgresión de la normatividad vigente y de los
estadios superlativos del procedimiento.

191
4. Que, examinado el error in procedendo alegado, se advierte que si bien es cierto
que en materia de casación no corresponde a la Sala Suprema analizar las
conclusiones a que llega la instancia de mérito sobre las cuestiones de hecho, ni
las relativas a la valoración de la prueba examinada; sin embargo, es factible el
control casatorio tratándose de la infracción de las reglas que regulan la actividad
probatoria, entre ellas, las que establecen que el Juez tiene la obligación procesal
de valorar todos los medios probatorios en forma conjunta, utilizando su
apreciación razonada.

5. Que, el artículo 188 del Código Procesal Civil establece como finalidad de los
medios probatorios acreditar los hechos expuestos por las partes, producir certeza
en el Juez respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones; por
su parte el artículo 197 del mismo cuerpo legal establece que todos los medios
probatorios son valorados por el Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación
razonada; normas procesales cuya aplicación resulta ser de carácter imperativo por
disposición expresa del artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal Civil.

6. Que, en el caso de autos la Sala de mérito ha confirmado el extremo que declara


infundada la pretensión de oficio sobre indemnización por daños y perjuicios,
precisando que el carácter tuitivo del artículo 345-A del Código Civil debe ser
complementado con la obligación procesal de alegar y probar los hechos, siendo
así no existe medio probatorio alguno respecto a que la demandada es cónyuge
perjudicada, ni menos el tipo o monto del daño; sin haber valorado todos los
medios probatorios obrantes en autos.

7. Que, en efecto, en este caso en particular se aprecia la existencia del “convenio


que regula los regímenes de ejercicio de la patria potestad, alimentos y liquidación
de la sociedad de gananciales”, suscrito por las partes ante Notario luego del inicio
del proceso de autos, el veintisiete de abril del año dos mil nueve; medio probatorio
que fue ofrecido por el propio demandante y admitido como prueba extemporánea
a fojas doscientos siete.

8. Que, aunado a lo expuesto, la Sala de mérito no ha cumplido con verificar y


establecer las pruebas, presunciones e indicios que acrediten la condición de
cónyuge más perjudicado a consecuencia del divorcio en sí, conforme a las
exigencias establecidas en el mencionado Tercer Pleno Casatorio Civil; según el

192
cual para determinarla “el Juez apreciará en el caso concreto, si se ha establecido
algunas de las siguientes circunstancias: a) El grado de afectación emocional o
psicológica; b) La tenencia y custodia de hecho de sus hijos menores de edad y la
dedicación al hogar; c) Si dicho cónyuge tuvo que demandar alimentos para él y
sus hijos menores de edad, ante el incumplimiento del cónyuge obligado; d) Si ha
quedado en una manifiesta situación económica desventajosa y perjudicial con
relación al otro cónyuge y a la situación que tenía durante el matrimonio, entre
otras circunstancia relevantes”; relevándose de ello, alegando la falta de prueba; lo
que constituye un apartamiento inmotivado del Tercer Pleno Casatorio de la Corte
Suprema de Justicia de la República realizado el dieciocho de marzo del año dos
mil once.

9. Que, siendo esto así, la sentencia de vista deviene en nula, ya que ha sido
expedida sin valorar todos los medios probatorios de manera conjunta y razonada,
de la forma que establece el artículo 197 del Código Procesal Civil concordante
con los artículos 188 y 191 del mismo Código; más aún, si se tiene en cuenta que
las pruebas deben ser estudiadas en sus elementos comunes, en sus conexiones
directas o indirectas, ya que ninguna prueba deberá ser tomada en forma aislada ni
exclusiva, sino en conjunto, por cuanto de su sola visión integral se pueden sacar
conclusiones acerca de la verdad.

10. Que, siendo evidente la violación a las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso en los términos anotados, la denuncia casatoria debe ser amparada
y casarse la sentencia impugnada; nulidad que alcanza a la sentencia de primera
instancia; por lo que los autos deberán ser remitidos a fin que se emita nuevo
pronunciamiento acorde a derecho.

11. Que, al haberse atendido y proveído las infracciones normativas procesales


denunciadas, debe ampararse el recurso de casación y procederse conforme a lo
dispuesto en el numeral uno del artículo trescientos noventa y seis del Código
Procesal Civil.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396 del


Código Procesal Civil, declararon:

193
FUNDADO el recurso de casación anexado a fojas cuatrocientos once interpuesto
por Mery Roldan Barreto; CASARON la sentencia de vista expedida con fecha
dieciocho de mayo del año dos mil once, obrante a folios trescientos noventa y
dos; en consecuencia, NULA la misma e insubsistente la apelada de fecha dieciséis
de noviembre del año dos mil diez que obra a fojas trescientos treinta y dos;
ordenaron se emita nueva sentencia conforme a ley; dispusieron la publicación de
la presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los
seguidos por Lucio Gonzáles Flores contra Mery Roldán Barreto y otro, sobre
Divorcio por Causal de Separación de Hecho y otro; y los devolvieron. Ponente
Señor Ponce De Mier, Juez Supremo

SS. TICONA POSTIGO, ARANDA RODRÍGUEZ, PONCE DE MIER,


VALCÁRCEL SALDAÑA, MIRANDA MOLINA.

194
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL

CAS. 487-2013, LA LIBERTAD

Lima, veinte de mayo de dos mil trece.

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA; con la razón emitida por la Secretaria de esta Sala Suprema a fojas
cuarenta y siete del cuadernillo de casación.

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Viene a conocimiento de esta Sala Suprema, el recurso de casación de fojas


cuatrocientos cuarenta y cinco a cuatrocientos cincuenta y tres, interpuesto por
Santos Juan Valverde Reyna, contra la sentencia de vista de fojas trescientos
noventa y seis a cuatrocientos dos, que confirma la sentencia apelada de fojas
trescientos treinta y nueve a trescientos cuarenta y tres, la cual declara infundada
la demanda de Reconocimiento de Tenencia y Tenencia de menores interpuesta
por Santos Juan Valverde Reyna contra Marlin Ayde Siccha Zavaleta;
correspondiendo calificar los requisitos de admisibilidad y procedencia de dicho
medio impugnatorio conforme a lo establecido en los artículos 387 y 388 del
Código Procesal Civil, modificados por la Ley número 29364.

2. En cuanto a los requisitos de admisibilidad, se advierte que el presente recurso


de casación satisface las exigencias reguladas por el artículo 387 del Código
Procesal Civil, toda vez que se ha interpuesto: i) Contra una sentencia de vista
expedida por la Sala Superior respectiva que, como órgano de segundo grado pone
fin al proceso; ii) Ante el órgano jurisdiccional que emitió la resolución
impugnada, que para el caso de autos es la Segunda Sala Civil de la Corte Superior
de Justicia de La Libertad, iii) Dentro del plazo previsto por ley, contado desde el
día siguiente de notificada la resolución que se impugna, conforme se corrobora
con la cédula de notificación a fojas cuatrocientos treinta y cinco; y, iv) Adjuntando
el respectivo arancel por recurso de casación mediante escrito de subsanación de
fojas cuarenta y uno a cuarenta y dos del cuadernillo de casación.

195
3. Respecto al requisito de procedencia contenido en el inciso 1 del artículo 388
del Código Procesal Civil, se advierte que Santos Juan Valverde Reyna apeló la
resolución de primera instancia que le fue adversa; asimismo en cuanto al requisito
señalado en el inciso 4 de la referida norma, el impugnante ha precisado que la
pretensión impugnatoria es revocatoria; cumpliendo con los requisitos aludidos.

4. En cuanto a las exigencias contenidas en los incisos 2 y 3 del artículo 388 del
Código Procesal Civil, la impugnante denuncia:

a) La infracción al debido proceso y a la tutela jurisdiccional (artículo 139 inciso 3


de la Constitución Política del Estado, artículo 7 del Texto Único Ordenado de la
Ley Orgánica del Poder Judicial y artículo I del Título Preliminar del Código
Procesal Civil), alegando que la sentencia de vista viola el debido proceso, porque
al negarle el derecho a demandar a favor de sus menores hijos, se le niega el acceso
al proceso jurisdiccional;

b) La infracción al principio de primacía de la Constitución (segundo párrafo del


artículo 138 de la Constitución), alegando que la Sala Superior confirma la
sentencia de primera instancia fundamentándose exclusivamente en el artículo 97
del Código de los Niños y Adolescentes, infringiendo el artículo 138 de la
Constitución Política del Estado, que garantiza la primacía de las normas
constitucionales sobre cualquier norma legal que este en contradicción, a través del
control difuso de la constitucionalidad; por lo que el artículo 97 del Código de los
Niños y Adolescentes es inconstitucional porque expresamente prohíbe el ejercicio
del debido proceso y la tutela jurisdiccional a promover demanda de tenencia de
menores, entrando en contradicción con el artículo 139 inciso 3 de la Constitución
Política del Estado.

c) La aplicación inadecuada del artículo 97 del Código de los Niños y


Adolescentes, alegando que los magistrados no han tenido en cuenta la segunda
hipótesis de la mencionada norma la cual señala que el demandado por alimentos
puede iniciar un proceso posterior de Tenencia cuando exista causa debidamente
justificada; y en el caso de autos está probado fehacientemente que los menores
han sido víctimas de agresión moral y física por la madre demandada, sin haber
valorado la denuncia policial que consta que los niños fueron dejados en el
domicilio del demandante a las siete de la mañana los primeros días de marzo de
dos mil doce, tampoco han tenido en cuenta la manifestación de Juan Piero y Juan

196
Daniel Valverde Siccha y los exámenes psicológicos que aparece que su madre les
pega mucho, tampoco han tenido en cuenta las fotografías del menor Juan de Dios
Valverde Siccha que aparece que está vendiendo dulces en la noche por lugares
peligrosos, asimismo no ha tenido en cuenta la historia clínica del citado menor que
acredita que la madre lo tiró por unas gradas fracturándole la cadera.

d) La inaplicación del artículo IX del Título Preliminar del Código de los Niños y
Adolescentes, alegando que los juzgadores no han aplicado esta norma.

e) La infracción del artículo 197 del Código Procesal Civil, alegando que los
Magistrados no han aplicado esta norma al no valorar en forma conjunta los medios
probatorios, haciendo referencia solamente a algunos medios de prueba que
acreditan la existencia del proceso de alimentos para justificar la aplicación del
artículo 97 del Código de los Niños y Adolescentes.

5. Estando a los fundamentos expuestos se advierte que las causales contenidas en


los ítems a) y b) no satisfacen el requisito de procedencia señalado en el inciso 3
del artículo 388 del Código Procesal Civil, toda vez que no resulta cierto que la
sentencia de vista se haya sustentado “exclusivamente” en el artículo 97 del Código
de los Niños y Adolescentes, como alega el recurrente, sino que además se ha
sustentado en el inciso a) del artículo 84 del mencionado Código, cuando señala
en su décimo primer considerando, que la demanda es infundada porque “en primer
término el actor (padre de los menores) no puede demandar la tenencia ni el
reconocimiento de la misma, por cuanto ha sido anteriormente demandado por
alimentos (…); y en segundo lugar, que a lo largo del proceso se ha acreditado que
los menores han vivido desde su nacimiento con la madre, y sobre ello debemos
estar a lo normado en el literal a) del artículo 84 del Código de los Niños y
Adolescentes, cuando refiere que en caso de no existir acuerdo sobre la tenencia,
en cualquiera de sus modalidades, el Juez resolverá teniendo en cuenta, que el hijo
deberá permanecer con el progenitor con quien convivió mayor tiempo, siempre
que le sea favorable, y también la parte in fine del citado artículo refiere que el
Juez priorizará el otorgamiento de la tenencia o custodia a quien garantice el
derecho del niño, niña o adolescente a mantener contacto con el otro progenitor, y
en el caso concreto, el demandante no ha permitido ningún tipo de contacto entre
los menores y su madre (…)”; razón por la que estas causales devienen en
improcedentes.

197
6. Además, este Supremo Tribunal no encuentra que el artículo 97 del Código de
los Niños y Adolescentes resulte inconstitucional, pues si bien es cierto que dicho
dispositivo restringe la posibilidad que el demandado por alimentos pueda iniciar
un proceso posterior de tenencia; sin embargo, establece la posibilidad de hacerlo
cuando exista una causa debidamente justificada; es decir establece una excepción
a la regla restrictiva, que encuentra su fundamento es el interés superior del menor,
reconocido en el artículo 4 de la Constitución Política del Estado y en el artículo
IX del Título Preliminar del mencionado Código.

7. En cuanto a la causal contenida en el ítem c), el recurrente alega que no se ha


tenido en cuenta la segunda hipótesis del artículo 97 del Código de los Niños y
Adolescentes; sin embargo, dicho argumento, además de resultar contradictorio
con las otras causales casatorias en las que el recurrente alega que dicho dispositivo
es inconstitucional, tampoco se ajusta al mérito de lo actuado, puesto que la
sentencia de vista, en su décimo segundo considerando ha señalado expresamente
que: “(…) el demandante no ha acreditado, que aun cuando tiene la imposibilidad
para demandar prevista en el artículo 97 del Código de los Niños y Adolescentes,
existe una causa debidamente justificado que lo autorice a hacerlo y a obtener la
tenencia de sus menores hijos (…)”; por lo que esta causal tampoco satisface el
requisito de procedencia señalado en el inciso 3 del artículo 388 del Código
Procesal Civil; deviniendo en improcedente, tanto más si se tiene en cuenta que
para analizar si existió o no causa justificada, este Supremo Tribunal tendría que
revalorar las pruebas aportadas, admitidas y actuadas en primer y/o segundo grado,
pretensión que colisionaría frontalmente con la naturaleza y fines del recurso
extraordinario de casación, consagrados en el artículo 384 del Código Procesal
Civil

8. Respecto a la causal contenida en el item d), no satisface los requisitos de


procedencia señalados en los incisos 2 y 3 del artículo 388 del Código Procesal
Civil, toda vez que el recurrente no ha cumplido con señalar en forma clara y
precisa en qué ha consistido la infracción del mencionado dispositivo legal, ni con
demostrar cual sería la incidencia directa de dicha infracción sobre la decisión
impugnada; por lo que esta causal deviene en improcedente.

9. Finalmente, en cuanto a la causal procesal contenida en el item e), se advierte


que la conclusión a la que han llegado las instancias de mérito con relación a la
tenencia de los menores es el resultado de una confrontación y análisis del caudal

198
probatorio ofrecido por las partes, de conformidad con el artículo 197 del Código
Procesal Civil, el cual establece que todos los medios probatorios son valorados
por el Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación razonada, más en la
resolución solo serán expresadas las valoraciones esenciales y determinantes que
de manera objetiva sustenten su decisión; por lo que esta causal deviene en
improcedente al no haber cumplido con demostrar su incidencia directa sobre la
decisión contenida en la resolución impugnada.

10. Finalmente, y sin perjuicio de lo expuesto, teniendo en cuenta que a través de


este tipo de procesos lo que se procura es el bienestar de los menores, el Juez en
ejecución de sentencia, deberá cautelar que se dé cumplimiento a lo dispuesto en
el inciso c) del artículo 84 del Código de los Niños y Adolescentes.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 392, del


Código Procesal Civil, declararon:

IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por Santos Juan Valverde


Reyna de fojas cuatrocientos cuarenta y cinco a cuatrocientos cincuenta y tres,
contra la sentencia de vista de fojas trescientos noventa y seis a cuatrocientos dos,
de fecha catorce de junio de dos mil doce; DISPUSIERON la publicación de la
presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los
seguidos por Santos Juan Valverde Reyna contra Marlin Ayde Siccha Zavaleta,
sobre Reconocimiento de Custodia y Tenencia; y los devolvieron. Ponente Señora
Ubillús Fortini, Jueza Suprema.

SS. VALCÁRCEL SALDAÑA, MIRANDA MOLINA, CUNYA CELI,


UBILLÚS FORTINI, ARIAS LAZARTE.

199
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 1529-2011, AREQUIPA

Lima, quince de marzo de dos mil doce.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número mil quinientos
veintinueve – dos mil once, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha y
producida la votación correspondiente conforme a ley; se emite la siguiente
sentencia:

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


diecisiete de agosto del dos mil once, obrante a fojas veinticuatro del cuaderno de
casación, por las causales de:

a) Infracción normativa del artículo 345-A del Código Civil, señalando la


recurrente que la disposición denunciada no ha sido aplicada correctamente en la
sentencia de vista, por cuanto se esgrime fundamentos con los que se pretende
validar el requisito esencial especificado en el citado artículo respecto a que para
invocar el supuesto establecido en el inciso 12º del artículo 333 del Código Civil
el demandante deberá acreditar que se encuentra al día en el pago de sus
obligaciones alimentarias, esto es, al momento de la interposición de la demanda
de divorcio por causal y no a posteriori.

2. Se trata del recurso de casación de fojas mil ciento ochenta y dos de fecha treinta
de diciembre de dos mil diez interpuesto por María Vilca Quenaya de Calderón
contra la sentencia de vista de fojas mil ciento sesenta y nueve de fecha dos de
noviembre de dos mil diez que revocando la sentencia apelada de veintitrés de
junio del dos mil diez obrante a fojas mil ciento quince declara fundada la demanda
de divorcio por causal de separación de hecho, infundada la indemnización por
daño moral a favor de la demandada; carece de objeto el pronunciamiento respecto
a la patria potestad, tenencia, custodia, régimen de visitas y alimentos respecto de
las hijas habidas dentro del matrimonio al ser las mismas mayores de edad; en

200
consecuencia: Disuelto el vínculo matrimonial, por fenecida la sociedad de
gananciales, por consiguiente los derechos y acciones que corresponden a cada uno
de los ex cónyuges sobre el inmueble ubicado en la Avenida Pro Hogar número
setecientos dieciséis del Distrito de Miraflores, Provincia y Región de Arequipa,
que será liquidado en ejecución de sentencia; asimismo la pérdida del derecho a
heredar entre sí, y la pérdida del derecho a llevar el apellido del esposo anexado a
la de la demandada; con lo demás que contiene; en los seguidos por Héctor
Calderón Flores sobre divorcio por separación de hecho.

3. Que aun cuando mediante el auto calificatorio se ha declarado procedente el


recurso de casación por la causal de infracción normativa descrita
precedentemente; ello no exime a este Supremo Tribunal de analizar las
infracciones relevantes de carácter procesal a fin de establecer si efectivamente se
vulneró o no el debido proceso, esto conforme a lo previsto en el párrafo tercero
del artículo 396 del Código Procesal Civil y en atención a los siguientes
fundamentos.

4. La Corte Suprema tiene como fin, en cuanto al recurso de casación a partir de


verificar el cumplimiento de los requisitos exigidos para su procedencia, resolver
cautelando el debido proceso reconocido como principio y derecho de la función
jurisdiccional por el artículo 139 inciso 3º de la Constitución Política del Estado,
así como la observancia del derecho de defensa y tutela procesal efectiva derechos
que tienen rango constitucional debiendo velar por su cumplimiento, pues es allí,
donde el ejercicio de la función jurisdiccional los vulnera o amenaza, se tiene la
posibilidad de ejercer el recurso de casación como instrumento de su defensa y
corrección aunque limitado sólo a la vulneración de los derechos procesales con
rango constitucional, quedando descartado que dentro de dicha noción se
encuentren las anomalías o irregularidades procesales que no son contrarios a la
Constitución.

5. Que así, no puede afirmarse la imposibilidad de esta Sala Suprema de ventilar


aquellas infracciones a los derechos constitucionales procesales derivadas de una
resolución judicial expedida en el proceso civil cuando ella se haya dictado con
indiferencia o inobservancia de las garantías judiciales mínimas que deben
guardarse en toda actuación judicial dado que una interpretación semejante
terminaría por un lado, por vaciar de contenido el derecho a la protección
jurisdiccional de los derechos y libertades fundamentales y por otro, por promover

201
que los derechos a la tutela jurisdiccional efectiva y el debido proceso no tenga
valor normativo, y los principios que inspiran el proceso civil.

6. Que, la infracción normativa procesal se configura, entre otros supuestos,


cuando durante el desarrollo del proceso, no se han respetado principios y garantías
del proceso en las instancias de mérito; por cuanto, se han obviado o alterado actos
de procedimiento, lo cual ha generado que la tutela jurisdiccional no haya sido
efectiva; y haya influido para que incumpla con el deber de motivar sus decisiones
y lo haya realizado en forma incoherente, con clara trasgresión del derecho vigente,
y sobre todo de los principios procesales.

7. Que, antes de continuar con el análisis del proceso y lograr verificar la existencia
o no de infracciones jurídicas procesales; corresponde realizar algunas referencias
fácticas, sobre este caso concreto; ya que sin hechos no puede haber derecho;
realizando un resumen de la controversia suscitada, materia del presente proceso.

8. Que al respecto, en necesario precisar previamente que Héctor Calderón Flores


ha interpuesto la presente demanda solicitando que se declare la disolución del
vínculo matrimonial contraído con la demandada María Vilca Quenaya por la
causal de separación de hecho; señalando que: a) Con fecha siete de setiembre de
mil novecientos sesenta y tres, contrajo matrimonio civil con la demandada, por
ante la Municipalidad Distrital de llabaya, Agencia Municipal de Toquepala,
Provincia de Jorge Basadre Grohmann, Tacna; siendo que durante su matrimonio
nunca existió armonía y comprensión, existiendo profundas discrepancias y
desavenencias, principalmente por la incompatibilidad de caracteres, que
ocasionaban permanentes discusiones y peleas, generadas por la demandada. b) La
demandada en varias oportunidades hizo abandono del hogar, hasta que con fecha
dos de enero de mil novecientos setenta y uno, hizo abandono del hogar conyugal
por última vez, llevándose consigo a sus menores hijas Ana Berta y Janett
Francisca Calderón Vilca (quienes en la actualidad son mayores de edad) así como
todas sus pertenencias. c) Indica que a la fecha son aproximadamente treinta y tres
años de separación en forma ininterrumpida y que viene asistiendo
económicamente a la demandada desde hace treinta y ocho años, en mérito a
diversos procesos de alimentos, siendo el último respecto al aumento de pensión
(Expediente número ochocientos quince- mil novecientos noventa y seis), lo que
se corrobora con el informe emitido por su empleadora Southern Perú, en la que
señala que desde el año de mil novecientos noventa y seis viene siendo objeto de

202
descuentos por alimentos a favor de la demandada; quién no tiene mayores
necesidades económicas, tiene vivienda propia, es propietaria y conductora de un
puesto de productos hidrobiológicos, desde el año de mil novecientos sesenta,
ubicado en el terminal pesquero del Palomar de Arequipa, obteniendo ingresos
superiores a mil doscientos cincuenta nuevos soles.

9. La Juez del Juzgado Transitorio de Familia de Arequipa, mediante sentencia de


fecha veintitrés de junio de dos mil diez obrante a fojas mil ciento diecinueve, ha
declarado sin pronunciamiento sobre el fondo de las pretensiones y con
pronunciamiento excepcional sobre la procedibilidad de la admisión de divorcio
por separación de hecho, e improcedente la demanda de divorcio por causal de
separación de hecho por un periodo ininterrumpido de dos años, e improcedente
respecto de las pretensiones accesorias, dejando a salvo su derecho en caso esté al
día en sus obligaciones alimenticias para poder interponer la demanda de por
causal de separación de hecho; sosteniendo: I) Que, la causal invocada es de
separación de hecho, siendo un requisito indispensable para su configuración que
el demandante acredite que se encuentra al día en el pago de sus obligaciones
alimentarias u otras que hayan sido pactadas por los cónyuges de mutuo acuerdo.
II) Con los datos del expediente de alimentos se observa que incluso con fecha
posterior a la presentación de la demanda existe pendiente de aprobarse liquidación
de pago de pensiones, lo que implica que se encontraba adeudando pensiones hasta
el dos mil siete, en tal sentido, se evalúa que al momento en que se demandó el
pedido de divorcio por separación de hecho el demandante no se encontraba al día
en el pago de sus alimentos, y no es sino hasta muchos años después que ha
cumplido ello ante la ejecución de la demandada que hace uso de medida cautelar,
con lo cual demuestra y se puede establecer que el demandante al momento de
interponer la demanda no tenía legitimidad para interponer el proceso.

10. Que apelada que fue dicha sentencia, la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior
de Justicia de Arequipa, mediante sentencia de vista de fecha dos de noviembre de
dos mil diez, obrante a fojas mil ciento sesenta y nueve, ha revocado la apelada, y
declarado fundada la demanda de divorcio por causal de separación de hecho por
un periodo ininterrumpido de dos años, infundada la indemnización por daño
moral a favor de la demandada, entre otros; señalando básicamente: a) Si bien el
actor no precisa la fecha exacta de la separación de hecho materia de este proceso,
limitándose a indicar que se encuentran separados aproximadamente treinta y tres
años, lo cierto es que, con el Expediente número mil novecientos noventa y seis –

203
cero ochocientos quince- cero – cero cuatrocientos uno-JP-FA-cero dos, sobre
aumento de alimentos, y en especial, de la copia certificada de las ocurrencias
policiales obrante a fojas cinco del referido expediente, se acredita que los
cónyuges se encuentran separados desde el año de mil novecientos setenta y tres,
lo que determina que la pretensión cumple el requisito de temporalidad. b) Que si
bien para solicitar el divorcio por separación de hecho, el actor debe acreditar estar
al día en el pago de los alimentos; en el caso sub judice, la Juez de Primera
Instancia ha declarado improcedente la demanda, por el argumento que al
momento de la interposición de la demanda existían pendientes de aprobación de
liquidaciones de pagos de pensiones; sin embargo del referido expediente se
aprecia que existe un acto inconcluso que resultaba determinante para poder
absolver el grado, y este es el pedido de fecha ocho de enero del dos mil diez, en
el cual el ahora demandante solicita se dé por cancelada la deuda por alimentos,
pedido que hasta la fecha no ha sido resuelto. c) Que, lo resuelto en el expediente
de aumento de alimentos respecto a la retención del quince por ciento del total de
los haberes del demandado, no pudo ser cumplida por cuanto la referida empresa
minera, da cuenta que no puede descontar ese porcentaje de los haberes del
demandante por cuanto existe un descuento del cincuenta por ciento a favor de la
señora Luisa Flores Bellido. En ese sentido, ese cinco por ciento no retenido por
la empresa, y que en su oportunidad no fuera objeto de pronunciamiento de parte
de los sujetos procesales intervinientes (negligencia), ocasionó las liquidaciones
que han determinado la deuda sub materia. d) Siendo así, el actor al momento de
la interposición de la demanda ha tenido una deuda alimenticia, pero esta ha sido
en el transcurso del proceso cancelada, hecho que resulta relevante, además que la
demandada tiene a favor afectada la pensión de jubilación del actor, además de una
medida cautelar (parcial), que en caso de existir un remanente, deberá ser
ejecutada. Que otro hecho relevante, es que la parte ahora demandada, no ha
ejercido adecuada y oportunamente su derecho en el proceso de alimentos, pues
existiendo una medida cautelar a su favor (retención del treinta por ciento de la
Compensación por Tiempo de Servicios del demandante), no lo ha ejecutado
conforme correspondía a su derecho; por lo que, no es posible argumentarse que
existe un incumplimiento alimenticio, cuando ha sido la misma demandada, quien
no ha mostrado necesidad de dicha asistencia alimenticia, tanto más que existiendo
ya una sentencia, no estaba en la órbita de la voluntad del obligado alimentista
cumplir o dejar de cumplir dicho mandato judicial, sino en el interés de la
accionante requerir (o ejecutar la medida cautelar dictada) el debido cumplimiento,
si existiera necesidad. Por lo expuesto, se tiene por cumplido este requisito de

204
procedibilidad. e) En cuanto a lo establecido en el artículo 345- A del Código Civil,
no existe prueba suficiente que pueda acreditar que la demandada haya sufrido
daño moral con motivo de la separación sub materia.

11. Que atendiendo a lo expuesto es de mencionar, que el artículo 345 – A segundo


párrafo de Código Civil, señala que “ (...) El juez velará por la estabilidad
económica del cónyuge que resulte perjudicado por la separación de hecho, así
como la de sus hijos. Deberá señalar una indemnización por daños, incluyendo el
daño personal u ordenar la adjudicación preferente de bienes de la sociedad
conyugal, independientemente de la pensión de alimentos que le pudiera
corresponder (...). Al respecto si bien es cierto que la demandante tiene el deber de
probar la alegación de que se está en condición de cónyuge “perjudicado”, también
lo es, que el Juez puede disponer de oficio la actuación de prueba pertinente
conforme a los artículos 194, y II y III del Título Preliminar del Código Procesal
Civil, y atendiendo a que en este tipo de procesos el Juez tiene el deber de velar
por la estabilidad económica del cónyuge perjudicado. En efecto, esta Corte
Suprema a través de su jurisprudencia ha señalado que los «juzgadores deben
pronunciarse necesariamente, aun cuando no se les haya solicitado, sobre la
existencia o no de un cónyuge que resulte más perjudicado, al que de existir se
fijará una indemnización (...) debe precisarse que en caso de que no se puede
determinar el cónyuge perjudicado, no existe obligación en el juzgador de fijar
indemnización alguna» (Casación número dos mil seiscientos ochenta – dos mil
cuatro-Lima); postura que ha sido consolidada con el precedente vinculante
establecido en la Casación número cuatro mil seiscientos sesenta y cuatro – dos
mil diez -PUNO, Pleno Casatorio Civil de fecha dieciocho de marzo de dos mil
once, emitida en virtud del artículo 400 del Código Procesal Civil, en la que se ha
establecido: que «En los procesos sobre divorcio – y de separación de cuerpos-
por la causal de separación de hecho, el juez tiene el deber de velar por la
estabilidad económica del cónyuge que resulta más perjudicado por la separación
de hecho así como la de sus hijos, de conformidad con lo dispuesto por el artículo
345-A del Código Civil. En consecuencia, a pedido de parte o de oficio señalará
una indemnización por daños, el que incluye el daño a la persona, u ordenará la
adjudicación preferente de bienes de la sociedad conyugal, independientemente de
la pensión de alimentos que pudiera corresponderle. El daño moral es
indemnizable y se halla comprendido en el daño a la persona» (Punto Segundo del
Fallo del Pleno Casatorio).

205
12. Que en ese mismo caso, esta Corte Suprema ha establecido también, como
regla vinculante, que «Para una decisión de Oficio o a instancia de parte sobre la
indemnización o adjudicación de bienes, del proceso debe verificarse y
establecerse las pruebas, presunciones e indicios que acrediten la condición de
cónyuge más perjudicado a consecuencia de la separación de hecho o del divorcio
en sí. El Juez apreciará, en el caso concreto, si se ha establecido algunas de las
siguientes circunstancias: a) el grado de afectación emocional o psicológica; b) la
tenencia y custodia de hecho de sus hijos menores de edad y la dedicación al hogar;
c) si dicho cónyuge tuvo que demandar alimentos para él y sus hijos menores de
edad, ante el incumplimiento del cónyuge obligado; d) si ha quedado en una
manifiesta situación económica desventajosa y perjudicial con relación al otro
cónyuge y a la situación que tenía durante el matrimonio, entre otras circunstancias
relevantes» (punto cuarto del fallo del Pleno Casatorio).

13. En el caso particular, la Sala de mérito ha desestimado el otorgamiento de


indemnización, señalando que no existe prueba suficiente que permita acreditar
que la demandada haya sufrido un daño moral con motivo de la separación sub
materia; al respecto si bien es cierto, no es procedente que el Juez bajo el único
argumento de que tiene el deber de velar por la estabilidad económica del cónyuge
más perjudicado fije por su sólo arbitrio una indemnización o disponga la
adjudicación de bienes, conforme lo establece el artículo 345 – A del Código Civil,
también es cierto que el juez, debe agotar toda la actividad probatoria tendiente a
esclarecer tal hecho, conforme la facultad otorgada a éste en el artículo 194 del
Código Procesal Civil concordante con el artículo III del Título Preliminar del
mismo cuerpo normativo.

14. Ahora bien, cabe precisar que la determinación de quién es el cónyuge


perjudicado es una actividad netamente “probatoria”, orientada a establecer el
menoscabo económico y daño personal o moral sufrido como consecuencia de la
separación, ya sea con los medios probatorios ofrecidos por las partes o los
incorporados al proceso en atención a las facultades del juez y en virtud de las
normas antes señaladas. La omisión de tal actividad, en casos como el que nos
ocupa (divorcio por causal de separación de hecho), en el cual el juez tiene
especiales potestades tuitivas y el deber de velar por la estabilidad económica del
cónyuge perjudicado, implica una vulneración al debido proceso que acarrea la
nulidad de la sentencia recurrida. En efecto, en autos, la instancia de mérito no sólo
ha desconocido tales facultades, sino que además, sin mayor justificación ha

206
señalado que no existen medios probatorios que acrediten el daño, sin mayor
observancia del artículo 197 del Código Procesal Civil y 12 del Texto Único
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, incurriendo la sentencia de mérito
en este extremo, en una motivación insuficiente que acarrea un vicio de nulidad,
vulnerando el debido proceso y derecho a la tutela jurisdiccional efectiva que tiene
todo justiciable, razón por la cual debe ampararse la causal de infracción normativa
de carácter procesal de manera excepcional.

15. En consecuencia, la Sala de mérito en aras de principio de seguridad jurídica,


en atención a los fines del recurso de casación, y conforme el artículo 400 del
Código Procesal Civil, al resolver la presente causa debe observar el Precedente
Vinculante establecido en la sentencia casatoria número cuatro mil seiscientos
sesenta y cuatro – dos mil diez – Puno del dieciocho de marzo del dos mil once,
en especial énfasis en sus considerandos cuarenta y siete al noventa y uno así como
lo señalado en la parte resolutiva del fallo en su segundo extremo.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396, del


Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación de fojas mil ciento ochenta y dos de fecha


treinta de diciembre del dos mil diez interpuesto por María Vilca Quenaya de
Calderón; en consecuencia, NULA la sentencia de vista de fojas mil ciento sesenta
y nueve de fecha dos de noviembre del dos mil diez. ORDENARON que la Sala
de mérito expida nueva resolución conforme a ley y en observancia del Precedente
Vinculante número cuatro mil seiscientos sesenta y cuatro – dos mil diez - Puno
señalado precedentemente. Mandaron publicar la presente resolución en el diario
oficial El Peruano; bajo responsabilidad; en los seguidos por Héctor Calderón
Flores con María Vilca Quenaya de Calderón sobre divorcio por separación de
hecho; y los devolvieron; interviniendo como Ponente el Señor Juez Supremo
Távara Córdova.

SS. TÁVARA CÓRDOVA, RODRÍGUEZ MENDOZA, IDROGO


DELGADO, CASTAÑEDA SERRANO, CALDERÓN CASTILLO

207
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 1653-2011, JUNÍN

Lima, quince de enero de dos mil trece.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número mil seiscientos
cincuenta y tres - dos mil once, en audiencia pública de la fecha; y, producida la
votación con arreglo a Ley, ha emitido la siguiente sentencia:

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Se trata del recurso de casación interpuesto por el demandante Wiliam Rosel De


La Cruz Prado a fojas ciento ochenta y tres del treinta de setiembre de dos mil diez,
contra la sentencia de vista del diez de agosto de dos mil diez que corre a fojas
ciento sesenta y nueve (integrada por la resolución del veinte de diciembre de dos
mil diez de fojas ciento ochenta y dos) que confirma la sentencia de primera
instancia que declara infundada la demanda; en los seguidos con Hilaria
Guadalupe Herrera, sobre divorcio por la causal de separación de hecho por más
de cuatro años.

2. Por resolución de fojas treinta y seis del cuaderno de casación, su fecha cuatro
de junio de dos mil doce, esta Sala Suprema declaró procedente el recurso de
casación interpuesto por el demandante, por la causal de

a) Infracción del artículo 139 inciso 5º de la Constitución Política del Estado,


argumentando que la sentencia recurrida no se encuentra motivada respecto de las
razones que sirven de sustento a la parte resolutiva, lesionando el derecho a la
motivación de las sentencias, ya que ha precisado que cuando la demanda fue
presentada el seis de diciembre de dos mil seis el actor no se encontraba al día en
el pago de las pensiones alimentarias, señalando además que el recurrente se
benefició de la prescripción de las pensiones alimenticias devengadas del periodo
comprendido entre el veintidós de julio de dos mil cinco y el veintidós de julio de
dos mil siete, en consecuencia al estar prescrito el cobro de la pensión alimenticia,
el recurrente se encontraba liberado del pago. Asimismo señala que se ha

208
vulnerado el derecho a la prueba del recurrente al haberse declarado inadmisibles
los medios probatorios ofrecidos en su apelación, los mismos que han influido en
la decisión final, puesto que el recurrente con dichos medios de prueba acreditaba
estar al día y cumpliendo con los alimentos, sin embargo en forma incoherente y
carente de motivación se confirma la sentencia que declara infundada la demanda,
además contiene errores inexcusables en cuanto a la apreciación de la prueba y de
los hechos.

b) Infracción del artículo 122 incisos 3º y 4º del Código Procesal Civil, señalando
que la Sala ha afectado su derecho al debido proceso como al derecho a la prueba.

3. Las causales de casación de orden procesal declaradas procedentes tienen como


finalidad evaluar si la sentencia recurrida se encuentra debidamente motivada, si
en el razonamiento lógico y la justificación interna de la decisión impugnada se ha
respetado el principio de congruencia entre lo alegado y resuelto, si la decisión
impugnada contiene una correcta justificación de acuerdo a un coherente
razonamiento y debida valoración de los hechos, las pruebas así como la norma
jurídica aplicable al caso concreto, al haberse declarado inadmisibles aquellos
ofrecidos en su escrito de apelación de sentencia.

4. El principio denominado motivación de los fallos judiciales constituye un valor


jurídico que rebasa el interés de los justiciables por cuanto se fundamenta en
principios de orden jurídico, puesto que la declaración del derecho en un caso
concreto, es una facultad del Juzgador que por imperio del artículo 138 de la
Constitución Política del Estado, impone una exigencia social de que la comunidad
sienta como un valor jurídico, denominado fundamentación o motivación de la
sentencia; el mismo que se encuentra consagrado en el artículo 139 inciso 5º de la
Constitución Política del Estado, concordante con el artículo 12 del Texto Único
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial y con los artículos 122 incisos 3º
y 4º, y 50 incisos 4º y 6º del Código Procesal Civil. Tal principio tiene como vicio
procesal dos manifestaciones: 1) La falta de motivación; y, 2) La defectuosa
motivación, la cual a su vez se divide en tres agravios procesales: a) Motivación
aparente; b) Motivación insuficiente; y, c) Motivación defectuosa en sentido
estricto; en ese orden de ideas y coincidiendo con la doctrina, la motivación
aparente se da cuando la decisión se basa en pruebas no actuadas o en hechos no
ocurridos; la motivación insuficiente se presenta cuando se vulnera el principio de
la razón suficiente, en tanto que la motivación defectuosa propiamente dicha

209
cuando el razonamiento del juez viola los principios lógicos y las reglas de la
experiencia.

5. Del análisis de los actuados se advierte que al haberse emitido la sentencia de


primera instancia declarando infundada la demanda al no haberse corroborado que
el demandante se encuentra al día con el pago de sus obligaciones alimentarias, el
accionante mediante escrito del veinticinco de setiembre de dos mil nueve de fojas
ciento veintitrés apeló la misma, oportunidad en la cual ofreció como medios de
prueba los siguientes: 1) Documentos de la central de pagos del Banco de Crédito
del Perú recibidos por Wiliam Rosel De La Cruz Prado correspondientes a mayo
de dos mil seis, febrero a diciembre de dos mil siete y de enero a octubre de dos
mil ocho por diversos montos en dólares; 2) Recibos simples de pago por S/.
100.00 Nuevos Soles de los meses de noviembre de dos mil ocho a setiembre de
dos mil nueve; 3) La resolución número tres del uno de junio de dos mi nueve,
emitida por el Sexto Juzgado Penal de Huancayo en el proceso sobre omisión de
asistencia familiar, en el que se resuelve declarar fundada la cuestión previa, nulo
todo lo actuado y por no presentada la denuncia; y, 4) La declaración jurada de la
demandada con firma legalizada del tres de noviembre de dos mil ocho en la que
manifiesta recibió S/. 3,239.60 Nuevos Soles por concepto de alimentos del
demandante.

6. Mediante resolución número veintinueve del veinticinco de marzo de dos mil


diez de fojas ciento cincuenta y cinco, la Sala Superior declara inadmisible los
referidos medios de prueba en aplicación del artículo 374 del Código Procesal
Civil al considerar que los pagos efectuados por el demandante datan de los años
dos mil siete, dos mil ocho y dos mil nueve, es decir posteriores a la etapa
postulatoria, que debieron ser presentados y acreditar el cumplimiento de la
obligación alimentaria antes de iniciarse el proceso de autos como requisito de
admisibilidad, y al ser posteriores a la demanda no pueden suplir a una obligación
cuyo cumplimiento estaba obligado el actor antes de iniciar el proceso. Por escrito
del trece de noviembre de dos mil nueve que obra a fojas ciento cuarenta y cuatro
la demandada absuelve el traslado de la apelación efectuada señalando, entre otros,
que: i) El demandante se fue a Estados Unidos, con el asentimiento tácito de la
recurrente, para trabajar como obrero y sus ganancias económicas las enviaba a su
hijo mayor William Hernán De La Cruz Guadalupe para cubrir sus necesidades
elementales para lo cual adjunta dos vouchers de pago del veintiséis de julio y
diecinueve de setiembre del año dos mil cinco; ii) La recurrente no ha infringido

210
los deberes y derechos del matrimonio; iii) El demandante al retornar al Perú
mantuvo relaciones extramatrimoniales con Julia Egoavil Macha, concurriendo en
forma esporádica al domicilio de ésta como al de la recurrente, lo que acredita con
la tarjeta de bautizo de dos menores en la que la recurrente y el demandante
aparecen como padrinos; iv) Rechaza y niega las afirmaciones del demandante en
su recurso de apelación porque no se ajustan a la verdad y legalidad, en razón a
que la recurrente jamás incurrió en actos de infidelidad; y, v) El demandante no ha
cumplido con el requisito contenido en el artículo 345-A del Código Civil, al no
haber acreditado encontrarse al día en el pago de la pensión alimenticia a favor de
la recurrente y sus cuatro hijos.

7. El artículo 188 del Código Procesal Civil establece que los medios probatorios
tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes, producir certeza
en el Juez respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones, es
decir dicha norma garantiza a los justiciables la posibilidad de producir la prueba
relacionada con los hechos que configuran su pretensión o su defensa, así como la
posibilidad de ofrecer medios probatorios que consideren necesarios, que éstos
sean admitidos en la oportunidad procesal correspondiente y que sean
adecuadamente actuados; en tanto que el artículo 197 del mismo cuerpo legal
garantiza que la decisión a emitirse sea el resultado de la valoración conjunta y
razonada de los medios de prueba actuados en el proceso, lo que posibilita además
la motivación debida, ello con la finalidad de que el justiciable pueda comprobar
si el mérito de las pruebas presentadas ha sido efectiva y adecuadamente realizada;
de lo que se desprende que la valoración de las pruebas mediante la apreciación en
forma conjunta y razonada constituye una de las garantías del debido proceso, de
modo que en cautela del mismo la controversia debe resolverse según el mérito de
lo actuado.

8. Por su parte, el artículo 374 del Código Procesal Civil establece que: “Sólo en
los procesos de conocimiento y abreviados las partes o terceros legitimados pueden
ofrecer medios probatorios en el escrito de formulación de la apelación o en el de
absolución de agravios, y únicamente en los siguientes casos: 1. Cuando los
medios probatorios estén referidos a la ocurrencia de hechos relevantes para el
derecho o interés discutido, pero acaecidos después de concluida la etapa de
postulación del proceso; y, 2. Cuando se trate de documentos expedidos con fecha
posterior al inicio del proceso, o que comprobadamente no se hayan podido
conocer y obtener con anterioridad. Es inimpugnable la resolución por la que el

211
superior declara inadmisibles los medios probatorios ofrecidos. Si fueran
admitidos, se fijará fecha para la audiencia respectiva, la que será dirigida por el
Juez menos antiguo, si el superior es un órgano colegiado”. De tal dispositivo se
evidencia la obligación de los Jueces de la causa de admitir los medios probatorios
de los apelantes tendientes a acreditar sus afirmaciones en apelación siempre que
se encuentren referidos a hechos acaecidos y/o documentos expedidos en fecha
posterior a la postulación del proceso y que no se hubiesen podido conocer u
obtener con anterioridad a éste, norma que no ha sido considerada por la Sala
Superior debido a que de los medios de prueba anexados a la apelación se advierte
que cumplen los requisitos antes mencionados, en tanto han sido expedidos en
forma posterior a la etapa postulatoria del proceso en el caso del documento
emitido por el Banco de Crédito del Perú que, conforme lo ha reconocido la propia
Sala Superior al emitir la resolución que declara inadmisible los medios de prueba
presentados, contienen pagos de los años dos mil siete y dos mil ocho, esto es,
posteriores a la interposición de la demanda de autos (seis de diciembre de dos mil
seis); ocurre lo mismo respecto a los recibos simples de los meses de noviembre a
setiembre de dos mil nueve; en cuanto a la resolución emitida por el Juzgado Penal
de Huancayo es fácil apreciar que esta fue emitida con posterioridad al acto
postulatorio de demanda, en tanto se encuentra fechada el uno de junio de dos mil
nueve, así se advierte también de la declaración jurada con firma legalizada de la
demandada del tres de noviembre de dos mil ocho; en ese sentido la resolución
emitida por la Sala Superior que declara inadmisible dichos medios de prueba ha
sido emitida contraviniendo el derecho a la prueba del recurrente, y con ello ha
vulnerado el debido proceso, máxime si se tiene en cuenta lo expuesto por la
demandada al absolver la apelación del actor; razón por la cual la causal
denunciada deviene en fundada.

9. Al no existir los elementos mínimos necesarios para sostener una decisión


formalmente válida ésta debe ser anulada por contravenirse el artículo 139 inciso
5º de la Constitución Política del Estado y el artículo 122 incisos 3º y 4º del Código
Procesal Civil; en tanto para la validez y eficacia de las resoluciones exige, bajo
sanción de nulidad, que éstas contengan de manera congruente los fundamentos de
hecho que sustentan la decisión y los respectivos de derecho con la cita de la norma
o normas aplicables en cada punto, según el mérito de lo actuado y lo invocado
por las partes; en consecuencia frente a la invalidez insubsanable de la sentencia
de vista corresponde anularla para un pronunciamiento de acuerdo al mérito del
proceso.

212
V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396 inciso


1, del Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto por el demandante Wiliam Rosel


De La Cruz Prado de fecha treinta de setiembre de dos mil diez de fojas ciento
ochenta y tres; en consecuencia NULA la sentencia de vista del diez de agosto de
dos mil diez que corre a fojas ciento sesenta y nueve; ordenaron que la Sala
Superior emita nueva decisión de acuerdo a los considerandos que se desprenden
de la presente resolución; y, dispusieron la publicación de la presente resolución
en el Diario Oficial El Peruano conforme a ley; en los seguidos con Hilaria
Guadalupe Herrera, sobre divorcio por separación de hecho; y, los devolvieron;
interviniendo como ponente el Señor Juez Supremo Rodríguez Mendoza

SS. ALMENARA BRYSON, RODRÍGUEZ MENDOZA, ESTRELLA


CAMA, CALDERÓN CASTILLO.

EL VOTO DE LA SEÑORA JUEZ SUPREMO HUAMANI LLAMAS, ES


COMO SIGUE:

Lima, quince de enero de dos mil trece.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; Vista la causa número mil seiscientos
cincuenta y tres- dos mil once, sobre proceso de divorcio por causal de separación
de hecho, en Audiencia Pública de la data, emitida la votación de la Suprema Sala
conforme a la Ley Orgánica del Poder Judicial, se expide la siguiente sentencia:

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Se trata del recurso de casación interpuesto por el demandante Wiliam Rosel De


La Cruz Prado del treinta de setiembre de dos mil diez (fojas 183) y subsanado
mediante su escrito presentado el cuatro de octubre de dos mil once (fojas 33 del
cuaderno de casación), contra la sentencia de segunda instancia número 505-2010
(Resolución N.º 32) del diez de agosto de dos mil diez (fojas 169) –corregida por

213
Resolución N.º 34, del veinte de diciembre de dos mil diez (fojas 182)-, que
confirmó la sentencia número 165-2009 apelada (Resolución N.º 24) del once de
setiembre de dos mil nueve (fojas 102) que declaró infundada la demanda; en los
seguidos por Wiliam Rosel De La Cruz Prado contra Hilaria Guadalupe Herrera,
sobre divorcio por la causal de separación de hecho por más de cuatro años.

2. Que el recurso de casación se declaró procedente, mediante la resolución del


doce de julio de dos mil once (fojas 27 del cuaderno de casación), por la causal de
infracción normativa dispuesta por el artículo 386 del Código Procesal Civil, sobre
infracción normativa de los artículos 139 inciso 5 de la Constitución Política del
Perú y del 122 inciso 3 y 4 del Código Procesal Civil.

3. Para analizar esta causa civil y verificar si se ha incurrido o no, en la infracción


normativa reseñada en el párrafo que antecede, es necesario realizar las siguientes
precisiones fácticas sobre este proceso, para cuyo efecto se puntualiza un resumen
de la controversia suscitada, materia del presente recurso:

3.1.- Que, Wiliam Rosel De La Cruz Prado (representado por su Abogado Carlos
Cesar Poma Avellaneda), a través de su escrito que presentó el seis de diciembre
de dos mil seis (fojas 02), interpuso demanda contra Hilaria Guadalupe Herrera,
para que se declare el divorcio absoluto por la causal de separación de hecho por
más de 04 años y consecuentemente disuelto el vínculo matrimonial, con la
expresa condena de costas y costos. Para cuyo efecto alega los siguientes hechos:
A) Contrajo matrimonio civil ante la Municipalidad Distrital de Huancán el
veintiocho de julio de mil novecientos noventa y cuatro, fruto del cual nacieron sus
cuatro hijos Willian Hernán (18), Linen Ángel (16), Henry Iván (13) y Elvis
Alberto De La Cruz Guadalupe (10). B) Durante el matrimonio surgió
incomprensión por la infidelidad de la demandada, lo que motivo que el veintisiete
de marzo de dos mil dos, interpusiera una denuncia por violencia familiar contra
la demandada por maltratos psicológicos, proceso en el que el diez de abril de dos
mil dos, suscribieron un acta de conciliación ante la Fiscalía de Familia, donde
acordaron que el demandante y la demandada vivirían en la misma casa pero en
ambientes separados y que el recurrente solventaría los gastos de los menores hijos.
C) Como la demandada incumplió los acuerdos de la referida acta de conciliación,
el recurrente en mayo de dos mil dos, solicito la ejecución del acta de conciliación
mediante el expediente 1284-2002 y al ser requerido su cumplimiento, la
demandada no hizo caso al mismo, razón por la que a partir de abril de dos mil dos,

214
hasta la actualidad se encuentran separados de hecho, habiendo transcurrido 2 años
y 8 meses, incluso el demandante se encontraba (a la fecha de la demanda) en otro
país. D) En el proceso de ejecución de acta de conciliación mediante certificados
de depósitos judiciales se consignaron sumas de dinero por alimentos de acuerdo
al acta de conciliación; posteriormente y hasta la actualidad, desde el exterior, en
forma mensual, deposita giros en dólares a favor de la demandada, quien pese a
ello el siete de mayo de dos mil dos, le interpuso una demanda de alimentos, en el
Expediente N.º 656-2002, proceso en el que se fijó la suma de S/. 130.00 nuevos
soles por concepto de alimentos, con lo cual cumple y envía depósitos a la
demandada. E) El demandante adquirió un terreno y durante la vida conyugal
construyeron una casa de 2 pisos y azotea de material noble donde viven la
demandada y sus hijos; asimismo, adquirieron bienes muebles como máquinas de
coser y telas, los que la demandada hizo desaparecer. F) El recurrente, el veintiséis
de julio de dos mil dos, interpuso una demanda de divorcio por la causal de
violencia física o psicológica y otros, ante el Tercer Juzgado de Familia
(Expediente N.º 2002-2015) que concluyó mediante sentencia del veintiuno de
setiembre de dos mil seis, declarando infundada dicha demanda. De lo expuesto
está acreditado que el accionante está separado de la demandada por más de 4 años
y 8 meses, desde la suscripción del acta de conciliación el diez de abril de dos mil
dos hasta la actualidad.

3.2.- Que, por Resolución N.º 4 del dieciséis de marzo de dos mil siete (fojas 38),
se declaró rebelde a la demandada Hilaria Guadalupe Herrera.

3.3.- Que, la sentencia de primera instancia número 165-2009 –Resolución N.º 24


(fojas 102) del once de setiembre de dos mil nueve, declaró infundada la demanda
sobre divorcio por causal de separación de hecho, por lo siguientes fundamentos:
1) El demandante manifiesta que mediante sentencia judicial se ha fijado la suma
de S/. 130.00 nuevos soles por concepto de alimentos que cumple, enviando
depósitos y/o giros a la demandada, afirmación que acredita con los documentos
de fojas 29 a 31 que datan del año dos mil cinco; sin embargo por resolución del
veintinueve de setiembre de dos mil ocho (fojas 82) del expediente acompañado
número 656-2002, seguido por la demandada contra el demandante, se verifica que
existe un requerimiento de pago por pensión de alimentos al demandante por la
suma de S/.1,752.00 nuevos soles, inclusive está el oficio que remite las copias
certificadas al Fiscal Penal de Turno para la correspondiente denuncia por el delito
de omisión a la asistencia familiar (fs. 83 del referido expediente acompañado);

215
corroborándose que el demandante en el presente proceso no se encuentra al día en
el cumplimiento del pago de sus obligaciones alimentarias, tampoco existe
documento que acredite que se encuentra al día en el cumplimiento de la referida
obligación ya que solo se ha limitado a adjuntar 3 recibos de envió de pago pero
del año 2005, en consecuencia la demanda no puede ser amparada.

3.4.- Que, el demandado Wiliam Rosel De La Cruz Prado interpuso recurso de


apelación (fojas 123) contra la sentencia alegando que: A) El requerimiento de
pago en el expediente 656-2002 acompañado, fue tramitado por la demandada a
espaldas del recurrente en forma maliciosa con la intención de perjudicarlo
aprovechando que se encontraba en el extranjero, habiendo retornado al Perú
recién en noviembre de dos mil ocho, dándose con la sorpresa que tenía una orden
de captura en su contra por el delito de omisión de asistencia familiar al no haber
cumplido con el pago de S/.1,752.00 nuevos soles por concepto de alimentos, en
la referida denuncia interpuso cuestión previa que fue declarada fundada. B) Es
cierto que presentó boletas de pago del dos mil cinco, pero la demandada al no
haber asistido a la audiencia de pruebas donde se preguntó si el demandante se
encontraba al día en el pago de sus obligaciones alimentarias, el Juez dispuso se
tenga en cuenta su conducta procesal. C) Ha acreditado estar al día en el pago de las
obligaciones alimentarias con el documento denominado Central de pagos del
Banco de Crédito del Perú por los giros de dos mil siete al dos mil ocho, así como
actualmente acuden con los alimentos en forma directa conforme a los recibos de
alimentos que adjunta. D) Al retornar al Perú entregó en forma directa a la
demandada la suma de S/. 3,239.60 por concepto de alimentos, como lo acredita
con la declaración jurada efectuada por la demandada, en consecuencia el
demandante se encuentra al día con sus obligaciones alimentarias.

3.5.- Que, el Fiscal de la Fiscalía Superior Mixta de Junín, mediante el Dictamen


N.º 539-2010 recibido el veintidós de marzo de dos mil diez (fojas 152), opinó que
se confirme la sentencia apelada.

3.6.- Que, a través de la resolución número veintinueve del veinticinco de marzo


de dos mil diez (fojas 155), se declaró inadmisibles los medios probatorios
ofrecidos por el demandante en su recurso de apelación.

3.7.- Que, la sentencia de segunda instancia número 505-2010 –Resolución N.º 32


del diez de agosto de dos mil diez (fojas 169) corregida por Resolución N.º 34 del

216
veinte de diciembre de dos mil diez (fojas 182), confirmó la sentencia apelada
número 165-2009 (Resolución N.º 24) del once de setiembre de dos mil nueve
(fojas 102) que declaró infundada la demanda, por los siguientes fundamentos: 1)
Para interponer la acción de divorcio por separación de hecho el demandante ha
tenido que encontrarse al día en el pago de sus obligaciones alimentarias. 2)
Cuando la demanda fue presentada el seis de diciembre de dos mil seis, el
demandante no se encontraba al día en el pago de sus obligaciones alimentarias, es
más se benefició con la Resolución N.º 79 del nueve de julio de dos mil ocho (fojas
76), del proceso de alimentos que se acompaña, que declaró fundada en parte la
prescripción deducida por el demandante, en consecuencia prescrita las pensiones
alimenticias devengadas del periodo comprendido entre el veintidós de julio de dos
mil cinco y el veintidós de julio de dos mil siete. 3) La liquidación de pensiones
alimenticias devengadas del treinta y uno de julio de dos mil ocho del mismo
proceso de alimentos que se acompaña ascendente a la suma de S/. 1,752.40 que
tampoco fue cancelada por el demandante, por lo que previo requerimiento
mediante la Resolución N.º 85 (fojas 82), se hizo efectivo el apercibimiento
remitiendo copia de los actos procesales pertinentes al Ministerio Público para que
formule la denuncia penal por el delito de omisión de asistencia familiar. 4) Los
comprobantes de envió de dinero sólo están dirigidos a la demandada por el monto
de US $ 324 (fojas 29 a 31) (sin que exista prueba de que haya llegado a su
destinataria) porque el de fojas 31 por el monto de US $ 52.00 está dirigido a Julia
Egoavil Macha. En consecuencia los agravios denunciados fueron desestimados

4. Que, existe infracción normativa cuando la resolución impugnada padece


anomalía, exceso, error o vicio de derecho en el razonamiento judicial decisorio,
en el que incurrió el juzgador, perjudicial para la resolución de la controversia y
nocivo para el sistema jurídico, que se debe subsanar mediante las funciones del
recurso de casación.

5. Que, al momento de calificar el recurso de casación se declaró la procedencia


por la causal de infracción normativa por vicios in procedendo, en consecuencia
corresponde verificar si se ha configurado o no está causal, pues en caso de ser
estimada, se dispondría el reenvío del proceso al estadío procesal correspondiente.

6. Que, respecto a la procedencia del recurso de casación por la causal de infracción


normativa de los artículos 139 inciso 5 de la Constitución Política del Perú y del
122 inciso 3 y 4 del Código Procesal Civil, el recurrente señala que la sentencia

217
recurrida no se encuentra motivada respecto a las razones que sirven de sustento a
la parte resolutiva, lesiona el derecho a la motivación de las sentencias, pues indica
que cuando la demanda fue presentada el seis de diciembre de dos mil seis, el
demandante no se encontraba al día en el pago de las pensiones alimentarias,
menciona además que el recurrente se benefició de la prescripción de las pensiones
alimenticias devengadas del periodo comprendido entre el veintidós de julio de dos
mil cinco y el veintidós de julio de dos mil siete, en consecuencia al estar prescrito
el cobro de la pensión alimenticia, el recurrente se encontraba liberado del pago.
Asimismo aduce que se ha vulnerado su derecho a la prueba al haberse declarado
inadmisibles los medios probatorios ofrecidos en su apelación, los mismos que han
influido en la decisión final, puesto que el recurrente con dichos medios de prueba
acreditaba estar al día y cumplir con los alimentos, sin embargo en forma
incoherente y carente de motivación se confirmó la sentencia que declaró infundada
la demanda, además contiene errores inexcusables en cuanto a la apreciación de la
prueba y de los hechos.

7. Que, al subsumir la denuncia precedente se debe tener presente que el Tribunal


Constitucional ha señalado en el Sétimo Fundamento de la sentencia recaída en el
Expediente N.º 00728-2008-HC (del 13 de octubre de 2008) Publicada en el Diario
Oficial EL Peruano el 23 de octubre de 2008- que: “(...) está fuera de toda duda
que se viola el derecho a una decisión debidamente motivada cuando la motivación
es inexistente o cuando la misma es sólo aparente, en el sentido de que no da cuenta
de las razones mínimas que sustente la decisión o de que no responde a las
alegaciones de las partes del proceso, o porque sólo intenta dar un cumplimiento
formal al mandato, amparándose en frases sin ningún sustento fáctico o jurídico.”;
en igual sentido en el expediente número 01412 - 2007- PA/TC que: “(...); Como
ya lo ha expresado el Tribunal Constitucional en abundante y sostenida
jurisprudencia el debido proceso está concebido como el cumplimiento de todas
las garantías y normas de orden público que deben aplicarse a todos los casos y
procedimientos, en cuyo seno se alberga los actos administrativos, a fin de que las
personas estén en la posibilidad de defender adecuadamente sus derechos ante
cualquier acto del Estado o de los particulares que pueda afectarlos. (...)”.

8. Que, la motivación de las resoluciones judiciales constituye un elemento del


debido proceso y, además, se ha considerado como principio y derecho de la
función jurisdiccional, consagrado en el inciso 5 del artículo 139 de la Constitución
Política del Perú, norma constitucional que ha sido recogida en el artículo 12 de la

218
Ley Orgánica del Poder Judicial, en el inciso 6 del artículo 50, e incisos 3 y 4 del
artículo 122 del Código Procesal Civil, y, cuya contravención origina la nulidad de
la resolución, conforme lo disponen las dos últimas normas procesales señaladas.

9. Que, asimismo la motivación de las resoluciones cumple esencialmente dos


funciones: endoprocesal y extraprocesal. La primera, tiene lugar al interior del
proceso, respecto de las partes, terceros legitimados y de los propios órganos
jurisdiccionales, y comprende las siguientes precisiones: a) Tiene por función
específica convencer y persuadir a las partes de la razonabilidad de los argumentos
y la justicia de la decisión adoptada, tratando de eliminar la sensación que pudieran
tener las partes sobre la presunta arbitrariedad o irracionabilidad de la decisión
judicial; b) Permite la viabilidad y efectividad de los recursos impugnatorios,
haciendo posible su análisis crítico y expresión de errores de hecho y de derecho,
así como agravios, vía apelación o casación; y, c) Permite el control del órgano
jurisdiccional superior, quien deberá establecer si se han cumplido las normas
imperativas que garantizan el derecho a un debido proceso, y particularmente, con
el deber constitucional de la motivación adecuada y suficiente, verificando la
razonabilidad de los argumentos fácticos y jurídicos que sustentan su decisión. La
segunda función, tiene lugar en el ámbito externo del proceso y está dirigida al
control del comportamiento funcional de los órganos jurisdiccionales, y se expresa
de las siguientes formas: i) Haciendo accesible el control de la opinión pública
sobre la función jurisdiccional, a través del principio de publicidad de los procesos,
conforme al postulado contenido en el inciso veinte del artículo ciento treinta y
nueve de la Constitución, el cual prescribe que toda persona tiene derecho a
formular análisis y críticas a las resoluciones y sentencias judiciales con las
limitaciones de ley; y, ii) Expresa la vinculación del Juez independiente a la
Constitución y a la Ley, derivándose responsabilidades de carácter administrativo,
civil y penal por el ejercicio irregular o arbitrario de su función.

10. Que, en consecuencia se verifica que las alegaciones de la denuncia vertida por
el casacionista no tienen base real por cuanto no se constata la concurrencia de
vicios insubsanables que afectan el debido proceso, en tanto que los Jueces
Superiores cumplieron con el deber de observar la garantía constitucional
contenida en el inciso 5 del artículo 139 de la Constitución Política del Perú, toda
vez que la resolución recurrida contiene una motivación coherente, precisa y
sustentada en merito a los hechos y medios probatorios materia de probanza fijados
durante el desarrollo del proceso, pues se absolvió las posiciones y

219
contraposiciones asumidas por las partes de la litis durante el desarrollo del
proceso.

11. Que, se comprueba nítidamente que si se cumple con respetar la garantía


constitucional del derecho al debido proceso, el deber de motivar y valorar los
medios probatorios, pues tanto el Juez de primera instancia como los Jueces
Superiores, así como este Tribunal de Casación, fundamentan que el artículo 345-
A del Código Civil (incorporado por la Ley número 27495) prescribe que: “Para
invocar el supuesto del inciso 12 del artículo 333 [del Código Civil] el demandante
deberá acreditar que se encuentra al día en el pago de sus obligaciones alimentarias
u otras que hayan sido pactadas por los cónyuges de mutuo acuerdo. (...)” (el
subrayado y negreado de esas tres palabras es agregado para dar énfasis al tiempo
en que dispone la norma se debe cumplir la obligación); asimismo el inciso 12 del
artículo 333 del Código Civil establece que: “Son causas de separación de cuerpos:
12. La separación de hecho de los cónyuges durante un período ininterrumpido de
dos años. Dicho plazo será de cuatro años si los cónyuges tuviesen hijos menores
de edad. En estos casos no será de aplicación lo dispuesto en el Artículo 335.”.
Entonces para verificar si el demandante (y ahora recurrente) acredita que se
encontraba al día en el pago de sus obligaciones alimentarias y así cumplir los
requisitos exigidos por las referidas normas -de carácter imperativo-, fueron objeto
de valoración los medios probatorios que el recurrente presentó con su demanda en
la postulación del proceso para acreditar el cumplimiento de la referida obligación
alimentaria de los que a fojas 29 y 30 del expediente se puede verificar que:

Primero: El demandante Wiliam De La Cruz Prado habría enviado dinero, en la


suma de 120.00 y US $ 200, pero no se sabe 120 qué, pues no consta el signo
monetario en el primero y en el segundo sería 200 dólares americanos.

Segundo: La destinataria sería la demandada Hilaria Guadalupe Herrera, sin


embargo el demandante no presentó constancia o documento alguno de que
acredite que el referido dinero hubiese sido retirado por la demandada.

Tercero: No se puede establecer porque concepto el recurrente realizó el depósito


a favor de la demandada, si era para pagar alguna obligación contractual o una
alimentaria. Cuarto: La fecha de los depósitos es veinte y veintiuno de junio de dos
mil cuatro (del primero y 3 de junio de 2005 del segundo). En el depósito de fojas
31 se puede ver que la destinataria del envío de dinero es Julia Egoavil Macha,

220
persona distinta a la demandada Hilaria Guadalupe Herrera, verifica, conforme
también hacer notar los Jueces.

12. Que, por los fundamentos expuestos, se puede sostener que existe un
pronunciamiento motivado que sustenta porque el Juez y la Sala Superior
determinaron que el recurrente no cumplió ni acreditó que se encuentra al día en el
pago de sus obligaciones alimentarias al momento de interponer la demanda, es
decir, primero debe encontrarse al día en el pagó de su obligación alimentaria antes
de interponer la demanda de divorcio por separación de hecho, pues este es un
requisito que la norma exige para luego presentar la demanda. Lo cual desestima
la denuncia al comprobarse que no existe infracción normativa.

13. Que, a mayor abundamiento respecto a los medios probatorios que presentó
con su recurso de apelación se tiene que estos fueron declarados inadmisibles pues
esta es una facultad que la norma permite al Juez Superior, pues respecto a los
“Medios probatorios en la apelación de sentencia”, el artículo 374 del Código
Procesal Civil dispone que: “Sólo en los procesos de conocimiento y abreviados
las partes o terceros legitimados pueden ofrecer medios probatorios en el escrito
de formulación de la apelación o en el de absolución de agravios, y únicamente en
los siguientes casos:

1. Cuando los medios probatorios estén referidos a la ocurrencia de hechos


relevantes para el derecho o interés discutido, pero acaecidos después de concluida
la etapa de postulación del proceso; y,

2. Cuando se trate de documentos expedidos con fecha posterior al inicio del


proceso, o que comprobadamente no se hayan podido conocer y obtener con
anterioridad. Es inimpugnable la resolución por la que el superior declara
inadmisibles los medios probatorios ofrecidos. Si fueran admitidos, se fijará fecha
para la audiencia respectiva, la que será dirigida por el Juez menos antiguo, si el
superior es un órgano colegiado.”, es decir, la norma establece que es inimpugnable
la resolución por la cual los Jueces Superiores declararon inadmisibles los medios
probatorios que el casante presentó en su recurso de apelación, por los siguientes
fundamentos: Que, el recurrente mediante escrito del veinticinco de setiembre de
dos mil nueve (fojas 123) apeló la sentencia de primera instancia, oportunidad en
la cual ofreció como medios de prueba los siguientes:

221
1) Documento de la central de pagos del Banco de Crédito del Perú, Cliente
beneficiario: William Hernán De La Cruz Guadalupe; y, el Cliente ordenante fue
William Prado De La Cruz correspondientes a: mayo de dos mil seis; febrero,
marzo, abril, junio, julio, agosto, setiembre, octubre, noviembre y diciembre de dos
mil siete y de enero a octubre de dos mil ocho, por diversos montos en dólares
(fojas 105 a 106);

2) Recibos simples de pago por S/. 100.00 Nuevos Soles a favor de sus hijos, en
los meses de noviembre y diciembre de dos mil ocho; de enero a diciembre de dos
mil nueve (fojas 109 a 119);

3) La Resolución N.º 3 del uno de junio de dos mi nueve (fojas 120), emitida por
el Sexto Juzgado Penal de Huancayo en el proceso sobre omisión de asistencia
familiar, en el que se resuelve declarar fundada la cuestión previa, nulo todo lo
actuado y por no presentada la denuncia; y, 4) La declaración jurada extrajudicial
de la demandada con firma legalizada del tres de noviembre de dos mil ocho en la
que manifiesta que recibió S/. 3,239.60 nuevos soles por concepto de alimentos a
favor de sus hijos, al encontrarse con detención el recurrente en el proceso penal
aludido, para que se deje sin efecto las órdenes de captura. Por lo que se verifica
que el recurrente cuando interpuso la demanda el seis de diciembre de dos mil seis
(etapa postulatoria), no acreditó que se encontraba al día en el pago de sus
obligaciones alimentarias conforme exige la norma civil, por lo que el Juez declaró
infundada su demanda, decisión que fue confirmada por los Jueces Superiores;
ahora bien, los medios probatorios ofrecidos por el casacionista mediante su
recurso de apelación son pagos que efectuó los años dos mil siete, dos mil ocho y
dos mil nueve, es decir, son posteriores a la etapa postulatoria, que no acreditan el
cumplimiento de la obligación alimentaria antes de diciembre de dos mil seis, esto
es, no acreditó el cumplimiento de su obligación alimentaria desde el tercer
Acuerdo Conciliatorio del Acta de Conciliación de dos mil dos (fojas 17), ni los
dispuestos en el proceso de alimentos del expediente 656-2002 acompañado, desde
el dos mil cuatro, dos mil cinco y dos mil seis; de que más bien se benefició con la
prescripción de las pensiones alimentarias.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 397, del


Código Procesal Civil, declaró:

222
Mi voto es porque se declare INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por
Wiliam Rosel De La Cruz Prado -a través del escrito de fojas 183-; NO CASAR
la sentencia de segunda instancia número 505-2010 (Resolución N.º 32) del diez
de agosto de dos mil diez (fojas 169) –corregida por Resolución N.º 34, del veinte
de diciembre de dos mil diez (fojas 182), expedida por la Primera Sala Mixta de la
Corte Superior de Justicia de Junín; SE DISPONGA la publicación de la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos
por Wiliam Rosel De La Cruz Prado contra Hilaria Guadalupe Herrera, sobre
divorcio por la causal de separación de hecho por más de cuatro años. Interviene
como ponente la señora Juez Supremo Huamaní Llamas; y los devolvió.

223
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 1821-2011, LIMA

Lima, tres de mayo de dos mil doce.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; de conformidad con lo opinado por el señor
Fiscal Adjunto Supremo en lo Civil; vista la causa número mil ochocientos
veintiuno- dos mil once en audiencia pública llevada a cabo en el día de la fecha,
oído el informe oral y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente
sentencia:

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


veinticuatro de agosto de dos mil once, por las causales de:

a) Infracción normativa de los artículos 84 y 97 del Código de los Niños y


Adolescentes, alega la recurrente que no se ha apreciado ni valorado de manera
conjunta todos y cada uno de los medios probatorios dentro del debido proceso ni
resguardado la tutela jurisdiccional efectiva que como garantía constitucional tiene
establecida en el inciso 3º del artículo 139 de la Constitución Política del Estado.
En efecto, asevera la casante que no se ha apreciado ni valorado en conjunto o
sobrevalorado y dimensionado las pruebas ofrecidas por el demandado, Juan
Francisco Palacios Ramírez, dándose por cierto un abandono inexistente de sus
hijos, exponiéndose a un grave riesgo a la salud y seguridad de dichos menores,
dadas las limitaciones y/o discapacidades de las que adolecen sus hijos. En ese
sentido, afirma que no ha sido apreciado ni valorado por el juzgador que el motivo
de su viaje al exterior (catorce de noviembre de dos mil cinco) fue en busca de
trabajo y así enviar dinero para atender las múltiples necesidades de sus menores
hijos, pues quienes se hicieron cargo de ellos fueron sus abuelos maternos, ya que
el demandado se desatendió de sus hijos. Los envíos de dinero del exterior lo ha
acreditado en autos, a través de doce comprobantes de transferencias de dinero. El
hecho que haya contraído matrimonio civil con un extranjero no puede ni debe
descalificarla para poder tener legalmente la tenencia y custodia de sus hijos; y, si

224
bien, se cuestiona la salida del país junto a sus hijos, se realizó pensando sólo en el
interés y bienestar de ellos, no pudiendo ser evaluado ni calificado de manera
aislada. En éstos y demás argumentos que se describe en la resolución de
procedencia sustenta la casante su recurso.

2. Que, antes de analizar las infracciones normativas denunciadas, se debe advertir


que la recurrente en su demanda de fojas setenta y seis pretende en lo principal se
declare a su favor la custodia y tenencia de sus hijos Francisco Gerardo (siete años)
y Gerardo Santiago (cuatro años) Palacios Uribe, y accesoriamente, se declare la
autorización judicial de viaje de sus hijos para que puedan viajar a la ciudad de
Columbia, Estado de Maryland- Estados Unidos de Norteamérica. Señala como
fundamentos de su demanda que con el demandado inició una relación sentimental
en el año dos mil pero que no se concretó el matrimonio. A su hijo Francisco
Gerardo, le diagnosticaron “retinoblastoma bilateral”, es decir, cáncer a la retina,
y para su tratamiento y curación tuvieron que viajar a la ciudad de Texas-USA el
veinte de octubre de dos mil dos. Pese al tratamiento su hijo perdió la vista, señala
que además sufre de retardo que lo ubica como un niño de un año y cuatro meses
de edad. Por tal razón asiste a un colegio especial y recibe terapia de rehabilitación,
necesitando asistencia permanente ya que recibe permanente medicación. Su hijo
Gerardo Santiago nació en Estados Unidos el quince de julio de dos mil tres, quien
ha sido calificado en el informe psicológico como “fronterizo” y con
hiperactividad. El demandado mostró una conducta extraña caracterizada por
lavarse las manos durante cuatro a cinco horas, llegando al extremo de encerrarse
en el baño, en ocasiones, hasta el día siguiente, tiene un comportamiento agresivo
que incide en todo el entorno familiar. El constante maltrato físico y psicológico
motivó el deterioro de su relación, que concluyó el quince de enero de dos mil
cinco, cuando retornaron de Estados Unidos, fecha desde la cual siempre estuvo al
cuidado de sus hijos, de modo directo o a través de sus señores padres. El alto costo
del tratamiento de sus hijos motivó que viajara a Estados Unidos a trabajar, ya que
no pudo llevar a sus hijos por la negativa de su padre, optando que se quedaran,
pero que enviaba sus remesas mensualmente la suma de unos mil dólares
americanos. El quince de mayo de dos mil ocho el demandando tomó conocimiento
que se había casado en Estados Unidos. En efecto, asevera que se casó con un
ciudadano estadounidense el ocho de febrero de dos mil ocho, con quien ha
formado un hogar que le permitiría dar la estabilidad a sus hijos. El dieciocho de
mayo de dos mil ocho, con engaños, el demandado llevó a sus hijos a su domicilio
ubicado en el distrito de Magdalena, motivando que retorne al país el veintiséis de

225
mayo de dos mil ocho, logrando recuperar a sus hijos al día siguiente, presentando
inmediatamente la demanda de suspensión de la patria potestad y tenencia ante el
Juzgado Mixto de Villa El Salvador, que fue declarada improcedente. El
diecinueve de junio de dos mil ocho, el demandado nuevamente logró llevarse a su
hijo Francisco Gerardo del colegio donde estudia. Desde esa fecha lo mantiene en
su poder en el domicilio indicado. Es evidente que tratándose de hijos de padres
separados sólo es posible que uno de los dos ejerza la tenencia y custodia,
correspondiendo al juzgado resolver teniendo en cuenta el bienestar de los niños.

3. Que, admitida la demanda a fojas ciento setenta y dos, en la vía del proceso único,
el juzgado mediante resolución de fojas trescientos sesenta y cuatro resolvió la
acumulación a estos autos del proceso número cinco mil doscientos veinticuatro –
dos mil ocho, seguido por Juan Francisco Palacios Ramírez sobre tenencia de los
mismos menores, oficiando al Cuarto Juzgado de Familia de Lima Norte a fin de
que remita dicho expediente, proceso que corre como acumulado a estos autos.
Juan Francisco Palacios Ramírez fundamenta su demanda en el hecho que la
demandada hizo abandono del hogar el catorce de noviembre de dos mil cinco para
irse de viaje a los Estados Unidos, lugar donde contrajo matrimonio, dejando en
pleno abandono a sus hijos Francisco Gerardo y Gerardo Santiago Palacios Uribe.
Sostiene que el veintiséis de mayo de dos mil ocho, la emplazada llegó al Perú,
arrebatándole a sus hijos en forma violenta, ante lo cual formuló denuncia penal
ante la Cuadragésima Sexta Fiscalía Provincial Penal de Lima (trescientos trece-
dos mil ocho). Agrega que el diecinueve de junio de dos mil ocho se apersonó al
Instituto de Rehabilitación Infantil y Educación Especial “Milagroso Niño Jesús”
para informarse del avance de sus hijos, enterándose que la demandada había
suspendido la atención médica y terapia de los niños, lo que motivó que concurriera
a los colegios donde estudiaban sus hijos, encontrando al niño Francisco Gerardo
abandonado, decidiendo llevárselo con conocimiento del personal y de la Sétima
Fiscalía de Familia de Lima. Señala que posteriormente la demandada, en
compañía de terceros y familiares, irrumpe violentamente en su domicilio,
reduciendo a la nana de su hijo, a quien amarran la mano, para posibilitar llevarse
a su hijo, además de sus pertenencias y dinero en efectivo ascendente a la suma de
cinco mil setecientos ochenta y seis nuevos soles, hecho que denunció ante la
Décimo Segunda Fiscalía Provincial en lo Penal de Lima Norte (denuncia número
cuatrocientos setenta y seis – dos mil ocho).

226
4. Que, mediante sentencia de primera instancia obrante a fojas setecientos
cuarenta y cuatro se declaró infundada la demanda de tenencia interpuesta por
Ynes Dina Uribe Huamaní, y fundada la demanda de tenencia interpuesta por Juan
Francisco Palacios Ramírez, en consecuencia ordena que los niños Francisco
Gerardo y Gerardo Santiago Palacios Uribe se encuentren bajo la tenencia de su
padre, señalándose un régimen de visitas a favor de la madre en forma libre y sin
restricciones, con costas y costos. Habiendo apelado Ynes Dina Uribe Huamaní
respecto de la sentencia de primera instancia, la Segunda Sala Especializada de
Familia de Lima, confirmó la referida sentencia mediante sentencia de vista
corriente a fojas ochocientos treinta y uno.

5. Que, la Sala Superior fundamenta su fallo en los siguientes términos: los


menores de edad permanecieron en custodia de sus padres hasta el trece de enero
de dos mil cinco, en que la madre hace retiro del hogar convivencial para viajar a
los Estados Unidos, dejando a su conviviente e hijos bajo el cuidado de éste,
cuando contaban con cuatro y dos años de edad, edad en la que más necesitan de
los cuidados de la madre. La madre de los niños no ha cumplido con practicarse las
evaluaciones psicológica y psiquiátrica y visita social dispuesta, por no encontrarse
en el país, prescindiéndose de los mismos. Sólo obra en autos la pericia psicológica
practicada a Gerardo Santiago Palacios Uribe (cuatro años de edad) quien indica:
“...mi papá Juan me lleva a los juegos, mi mamá me lleva a Surco, mi papá está
trabajando... mi papá es bueno, mi mamá es mala, me agarró y me lleva a Villa El
Salvador, yo vivía con mi papá, ahora vivo con mi mamá...”. Los elementos de
juicio conllevan a determinar que la sentencia recurrida se encuentra emitida con
arreglo a derecho, pues es el padre quien ha ejercido mayor tiempo el cuidado de
los hijos. La conducta del demandado no genera un peligro para los citados niños.
Por el contrario la forma cómo la actora ha separado a los niños de su padre, y la
forma irregular como los ha sacado del país, rompiendo de facto el lazo paterno
filial y sin autorización judicial, ya que la resolución que autoriza dicho viaje fue
expedida al día siguiente de la salida del territorio nacional, hace prever que no es
la persona idónea para que se encargue la custodia de los menores. No se ha
considerado que cuando los padres no están de acuerdo en la tenencia de los
menores, lo determina el juez dentro del debido proceso. Además, se considera que
la manera abrupta con que la actora ha cortado la relación paterno filial, sin respetar
ningún mandato judicial, no garantiza de modo alguno que sea adecuado otorgarle
la tenencia de los menores. Los informes sociales emitidos en autos, se analizan
con reserva, por cuanto las capacidades psicológicas de las personas las determinan

227
los profesionales expertos en psicología mas no en trabajo social, cuyos roles y
funciones son distintos; de igual forma, en cuanto al informe psicológico practicado
a Juan Francisco Palacios Ramírez, coincide con el A quo, en el sentido, que los
rasgos y conductas que presenta éste en su personalidad, se debe a la conducta de
Ynes Dina Uribe Huamaní, que ha motivado la separación abrupta y falta de
contacto con sus hijos.

6. Que, resulta importante resaltar que el recurso de casación es admitido


únicamente por presunta infracción normativa de los artículos 84 inciso a) y 97 del
Código de los Niños y Adolescentes, que aluden, de un lado, a uno de los criterios
orientadores a ser tenidos en cuenta por el juzgador a fin de dilucidar cuál de los
padres ejercerá en forma exclusiva y excluyente la tenencia y custodia del hijo,
derivado del mayor tiempo de convivencia; y de otro, a la prohibición expresa de
que el padre o madre demandado por alimentos pueda iniciar posteriormente un
proceso de tenencia, salvo que medie causa justificada. El mayor tiempo de
convivencia entre un padre o madre y su hijo supone en condiciones normales y
“saludables” mayor grado de afinidad, empatía y afianzamiento de la relación
paterno-filial como resultado de la interacción y presencia continua del padre o de
la madre en la crianza del hijo; sin embargo, la realidad demuestra que no siempre
este factor por si mismo es suficiente para que el juez de la causa prefiera a un padre
sobre el otro, por cuanto podría darse el caso que la convivencia por el contrario
fue perjudicial para el niño, sea por la existencia de actos de maltrato infantil o por
el incumplimiento de los deberes a los que alude el artículo 74 del Código de los
Niños y Adolescentes, de allí la necesidad que en todo proceso judicial de tenencia
y custodia la decisión debe tener como sustento, además de la valoración conjunta
de todos los medios probatorios, lo que resulte más beneficioso para el hijo, más
no para el progenitor, en clara aplicación del Principio del Interés Superior del
Niño consagrado por el artículo IX del Título Preliminar del Código de los Niños
y Adolescentes.

7. Que, ahora bien, la proscripción regulada por el artículo 97 del Código de los
Niños y Adolescentes tiene como sustento el impedir el ejercicio abusivo del
derecho, por cuanto el requerimiento judicial para el cumplimiento de la obligación
alimentaria de un padre o una madre a favor de su hijo evidencia la inobservancia
de uno de los deberes inherentes al ejercicio de la patria potestad, como es el
asistirlo económicamente en pro de su subsistencia; por ende, no resultaría ético
que aquél padre o madre que no atendió por su propia voluntad a su hijo en sus

228
necesidades básicas, pretenda posteriormente tenerlo en su compañía dado el
riesgo que ello supondría para la integridad del hijo. Empero, el legislador introduce
una excepción a la prohibición general, cuál es, que exista una causa debidamente
justificada que debe ser: 1) invocada y probada por el actor; y, 2) merituada por el
juzgador. Es de entender que la causa justificada necesariamente tiene que tener
como sustento la existencia de hechos o circunstancias que descalifican al padre o
madre que detentaba la tenencia de su hijo, a partir de lo cual el otro progenitor es
legitimado, por imperio de la ley, para accionar.

8. Que, en el caso de autos, del análisis de la sentencia de vista se colige que los
fundamentos esbozados por la autoridad jurisdiccional para confirmar la sentencia
de primera instancia que declara fundada la demanda interpuesta por Juan
Francisco Palacios Ramírez e infundada la demanda interpuesta por Ynés Dina
Uribe Huamaní (procesos acumulados) son específicamente los siguientes: 1) que,
se ha acreditado que quien ejerció mayor tiempo el cuidado de sus hijos fue el antes
nombrado, lo que no resultó perjudicial para aquellos; 2) la forma violenta,
propiciada por la recurrente, de cómo se produjo la separación entre padre e hijos;
y, 3) la forma irregular en que los niños fueron alejados del territorio nacional por
su progenitora; vale decir, que se interpreta y aplica con arreglo a ley los artículos
84 inciso a) y 97 del Código de los Niños y Adolescentes para favorecer al padre
con la tenencia y custodia de sus hijos.

9. Que, al respecto, es de destacar que la justicia especializada en niñez y


adolescencia si bien tiene como premisa el resolver un conflicto de intereses en
aras de posibilitar la paz social en justicia, dicha finalidad debe alcanzarse bajo un
común denominador, el interés superior del niño. En el caso de autos y no siendo
el propósito del recurso extraordinario la revaloración del caudal probatorio
aportado al proceso, como así lo ratifica el Tribunal constitucional: “(...) en el
recurso de casación no se pueden valorar nuevamente las pruebas aportadas,
admitidas y actuada en primer y/o segundo grado, pues su configuración normativa
establece que tal recurso tiene por finalidad la adecuada aplicación del derecho
objetivo al caso concreto (...)”4, es de resaltar que conforme lo manifestado por el
órgano de fallo en el presente proceso ha quedado acreditado lo siguiente: 1) que,
fue justamente la codemandante, ahora casante, quien a pesar de ser conocedora de
la discapacidad manifiesta de sus hijos y de la importancia de su presencia y
cuidados, en el año dos mil cinco, con motivo de su viaje a los Estados Unidos, los
dejó en poder de su progenitor, no manteniendo vínculo directo ni afectivo con

229
éstos hasta mediados del año dos mil ocho, fecha en que retornó al país; 2) que, no
se ha acreditado que Juan Francisco Palacios Ramírez esté impedido para ejercer
el rol paterno; y, 3) que, si bien este último fue emplazado ante el Juzgado de Paz
Letrado de Villa El Salvador a fin que acuda con alimentos a sus hijos, lo cierto es
que Ynes Dina Uribe Huamaní, sin contar con autorización judicial y estando por
resolverse el proceso de tenencia de custodia sometido a conocimiento de la
autoridad judicial, viajó en compañía de sus hijos a los Estados Unidos, lo que
evidencia un acto de temeridad y mala fe. Por tanto, al no acreditarse la infracción
de las normas denunciadas es de concluir que el recurso de casación debe ser
desestimado

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 397, del


Código Procesal Civil, declararon:

INFUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas ochocientos cincuenta y


seis por Ynes Dina Uribe Huamaní, en consecuencia, NO CASARON la sentencia
de vista emitida por la Segunda Sala Especializada de Familia de la Corte Superior
de Justicia de Lima, obrante a fojas ochocientos treinta y uno su fecha veintinueve
de marzo de dos mil once, la cual confirma la apelada que declaró INFUNDADA
la demanda de tenencia interpuesta por Ynes Dina Uribe Huamaní, y fundada la
demanda de tenencia interpuesta por Juan Francisco Palacios Ramírez, con lo
demás que contiene. DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en
el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Ynes Dina
Uribe Huamaní, con Juan Francisco Palacios Ramírez, sobre tenencia de menor; y
los devolvieron; interviniendo como Ponente el Juez Supremo Señor Távara
Córdova.

SS. TÁVARA CÓRDOVA, RODRÍGUEZ MENDOZA, HUAMANÍ


LLAMAS, CASTAÑEDA SERRANO, CALDERÓN CASTILLO.

230
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 5145-2011, TACNA

Lima, dieciséis de abril de dos mil once

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número cinco mil ciento
cuarenta y cinco del dos mil once; en audiencia pública de la fecha; y producida la
votación de acuerdo a ley, emite la siguiente sentencia

I. HECHOS:

1. El demandante Carlos Manuel Galarza Zavaleta interpone demanda de divorcio


por causal de separación de hecho y acumulativamente en forma accesoria el
fenecimiento de la sociedad de gananciales, pérdida del derecho hereditario y cese
de la pensión alimenticia. fundamentándola en:

a) Que, contrajo matrimonio civil con la demandada Alicia Marieta Quiñones


Villagra, por ante la Municipalidad Distrital de Pachia del Departamento de Tacna,
estableciendo como domicilio en dicho Distrito, no habiendo procreado ningún
hijo con la demandada. Señala que durante los primeros años de convivencia con
la demandada, existió armonía y comprensión, sin embargo posteriormente la
relación se hizo insoportable, llegando la demandada a maltratarle
psicológicamente en forma permanente; por lo que ante ello, optó en retirarse del
hogar conyugal el uno de enero de dos mil cuatro, conforme acredita con la copia
certificada de la denuncia policial. Indica que desde que se retiró del hogar, nunca
más hicieron vida conyugal y consecuentemente se encuentran separados
aproximadamente por más de tres años. Que, no existen bienes que dividir ni
repartir al haber convenido ambos por la separación de bienes. Solicita el cese de
la obligación alimenticia respecto de la demandada una vez que quede consentida
y ejecutoriada la sentencia que declare el divorcio.

2. La demandada Alicia Marieta Quiñones Villagra contesta la demanda alegando


que:

231
a) siempre ha existido comprensión de su parte y que es el demandante quien
atentó contra su persona tanto física como psicológicamente, tal como se
desprende de las denuncias de violencia familiar; y formula reconvención a fin de
que se declare el divorcio por las causales de violencia física o psicológica, injuria
grave, abandono injustificado del hogar conyugal, conducta deshonrosa y haber
sido condenado por delito doloso.

II. PRIMERA INSTANCIA:

el Juez mediante resolución de fojas doscientos cincuenta y cinco, su fecha once


de abril de dos mil once, dicta sentencia declarando fundada la demanda
interpuesta por Carlos Manuel Galarza Zavaleta sobre divorcio por la causal de
separación de hecho en contra de Alicia Marieta Quiñones Villagra, y en
consecuencia disuelto el matrimonio civil celebrado entre los mismos y extinguido
los derechos hereditarios entre los ex cónyuges. Infundada la reconvención
interpuesta por Alicia Marieta Quiñones Villagra, sobre las causales de violencia
física y psicológica, injuria grave, abandono injustificado del hogar conyugal y
condena por delito doloso a pena privativa de libertad mayor de dos años, impuesta
después de la celebración del matrimonio, en contra de Carlos Manuel Galarza
Zavaleta. Improcedente la reconvención interpuesta respecto de la causal de
conducta deshonrosa que haga insoportable la vida en común.

III. SEGUNDA INSTANCIA

Se interpone recurso de apelación contra la sentencia antes referida, que al ser


absuelto por la Sala Superior mediante resolución de fecha doce de setiembre de
dos mil once, obrante a fojas doscientos noventa y cinco, considerando que:

a) confirma la sentencia apelada, que declara fundada la demanda interpuesta por


Carlos Manuel Galarza Zavaleta sobre divorcio por la causal de separación de
hecho en contra de Alicia Marieta Quiñones Villagra, y en consecuencia disuelto
el matrimonio civil celebrado entre los mismos y extinguido los derechos
hereditarios entre los ex cónyuges.

b) Infundada la reconvención interpuesta por Alicia Marieta Quiñones Villagra,


sobre las causales de violencia física y psicológica, injuria grave, abandono
injustificado del hogar conyugal y condena por delito doloso a pena privativa de

232
libertad mayor de dos años, impuesta después de la celebración del matrimonio a
Carlos Manuel Galarza Zavaleta.

c) Improcedente la reconvención interpuesta respecto de la causal de conducta


deshonrosa que haga insoportable la vida en común.

d) Se encuentra demostrado que el demandante y demandada han contraído


matrimonio civil con fecha veintidós de diciembre de mil novecientos noventa y
cinco y durante su vigencia no han procreado hijos. Que, luego de ocho años de
matrimonio y específicamente desde el uno de enero de dos mil cuatro, los
cónyuges ya no hacen vida en común debido a que Carlos Manuel Galarza
Zavaleta, hizo retiro voluntario del hogar conyugal, tal como se verifica de su
denuncia policial corriente a folios cuatro, corroborado con lo expresado por su
esposa quien manifestó que desde aquella fecha no han vuelto a hacer vida en
común estando totalmente separados; tiempo en el que no ha habido cohabitación,
con lo que se puede concluir que no han tenido la intención de reanudar su vida
marital, cumpliendo de esta manera con las exigencias previstas por el artículo 333
inciso 12 del Código Civil y la doctrina jurisprudencial.

e) Con relación a las causales en que se sustenta la reconvención formulada por la


demandada, la Sala considera que no han sido demostradas y no han sido probados
y justificados con otros medios probatorios y en lo que respecta a la causal por
condena por delito doloso a pena privativa de la libertad previsto por el artículo
333 inciso 10 del Código Civil, el Colegiado considera que si bien ha sido
condenado, empero la pena impuesta no supera los dos años, conforme a la copia
de la sentencia que corre a folios ciento noventa y ocho, aunado a ello se tiene que
se encuentra rehabilitado, desde el diecinueve de agosto de mil novecientos
noventa y nueve.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


veintitrés de julio de dos mil doce, obrante a fojas cuarenta y tres del cuaderno de
casación, por las causales de:

a) Infracción normativa del artículo 345-A del Código Civil, indicando que se
ha expedido sentencia sin haberse pronunciado respecto a la indemnización de

233
daños y perjuicios a la recurrente, máxime si en reiterada jurisprudencia se ha
señalado que todo decaimiento del vínculo matrimonial implica perjuicio para
ambos cónyuges, que no lograron consolidar una familia estable de modo tal que
en los procesos de divorcio por separación de hecho, los juzgadores deben
pronunciarse necesariamente, aun cuando no se haya solicitado, sobre la existencia
o no de un cónyuge que resulte más perjudicado de acuerdo a su apreciación de los
medios probatorios.

2. Que, el recurso de casación tiene por finalidad esencial el adecuado control


jurídico de las resoluciones judiciales con el propósito de verificar la correcta
interpretación y aplicación del derecho material y procesal al caso concreto, ello
de conformidad con lo dispuesto en el artículo 384 del Código Procesal Civil.

3. Que, al respecto el artículo 345-A del Código Civil señala que, el Juez velará
por la estabilidad económica del cónyuge que resulte perjudicado por la separación
de hecho, así como la de sus hijos. Deberá señalar una indemnización por daños,
incluyendo el daño personal u ordenar la adjudicación preferente de bienes de la
sociedad conyugal, independientemente de la pensión de alimentos que le pudiera
corresponder.

4. Que, en ese sentido, la indemnización o adjudicación se fijará a instancia del


consorte más perjudicado o de oficio por el Juez. En el primer caso, la parte
demandante puede considerarse la más perjudicada con la separación de hecho y
en virtud a ello está facultada para acumular en su demanda la pretensión accesoria,
solicitando la indemnización o la adjudicación preferencial de bienes sociales.

5. Que, esta Suprema Corte ha señalado en el fundamento ochenta, de la sentencia


dictada en el Tercer Pleno casatorio Civil: “que no es procedente que el Juez bajo
el único y simple argumento de que tiene el deber de velar por la estabilidad
económica del cónyuge más perjudicado fije a su arbitrio una indemnización o
disponga la adjudicación referida, sin que se haya alegado hechos configurativos
de algunos perjuicios, ni exista prueba alguna en el proceso, o peor aún si existe
renuncia expresa del cónyuge interesado. Si el Juez no ha identificado en el
proceso cual es el cónyuge más perjudicado no está obligado a fijar una
indemnización, igualmente no está obligado, si no existiera en el proceso ningún
elemento probatorio, indicio o presunción sobre ello. Si la parte interesada no ha
alegado o manifestado hechos referidos a determinados perjuicios, el Juez se

234
pronunciará por la improcedencia de la indemnización en el caso concreto. El Juez
no tendrá ninguna base fáctica, probatoria ni jurídica para emitir pronunciamiento
de fondo en tales circunstancias. Pero además, el Juez vulneraría el principio de
contradicción y el derecho de defensa del cónyuge a quien le impone el pago de la
indemnización, pues lo sorprendería con una decisión de tal índole y, por tanto, se
lesionaría sus derechos al debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva
reconocidos por el inciso 3 del artículo 139 de nuestra Carta Política, no podría
alegarse que el Juez, en este supuesto, este actuando al amparo del principio iura
novit curia, pues sin ningún pedido o alegación ni base fáctica acreditada
pretendería aplicar la parte de la norma jurídica (artículo 345-A) referida a los
“perjuicios”

6. Que, en este orden de ideas, es de apreciar que el artículo 345-A, si bien


establece que el Juez deberá señalar una indemnización por daños, ello debe darse
siempre y cuando como consecuencia de una separación de hecho, uno de los
cónyuges resulte perjudicado; asimismo, la fijación de la indemnización,
presupone por lo menos algunos elementos de convicción del perjuicio, como las
pruebas, las presunciones y los indicios, que sirvan de referentes para identificar
la cónyuge más perjudicado, la magnitud del perjuicio y el quantum
indemnizatorio.

7. Que, en el presente caso, es de apreciar que no se ha acreditado que con la


separación de hecho haya resultado perjudicado alguno de los cónyuges, pues no
se ha acreditado que el demandante abandonó el hogar conyugal sin acreditar
motivo justificado, más aún si se fue del hogar para convivir con tercera persona,
dejando desamparados moral y materialmente a su consorte e hijos; que siendo ello
así, es de apreciar que las instancias de mérito no han infringido la norma
sustantiva antes referida, puesto que conforme se aprecia de la sentencia apelada y
confirmada por la Sala Civil, el Juez ha procedido de acuerdo a ley, al señalar “que
en cuanto a la indemnización por daños, no corresponde emitir pronunciamiento
puesto que (...) no habiéndose acreditado además que esta separación haya
producido daño resarcible a alguno de ellos; al efecto según la Casación N.º 2449-
2006, esta señala que aunque el artículo 345- A del Código Civil exige al Juez
velar por la estabilidad económica del cónyuge que resulte perjudicado por el daño
personal o moral que se le ocasione, indemnizándolo en su caso, la obligación de
fijar resarcimiento sólo puede ser a consecuencia de que se haya reclamado la
indemnización y acreditado los daños causados”

235
V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 397, del


Código Procesal Civil, declararon:

INFUNDADO el recurso de casación de fojas trescientos diez, interpuesto por


Alicia Marieta Quiñones Villagra; en consecuencia, no casaron la sentencia de
vista de fecha doce de setiembre de dos mil once, obrante a fojas doscientos
noventa y cinco. Dispusieron la publicación de la presente resolución en el diario
oficial El Peruano, bajo responsabilidad y los devolvieron; en los seguidos por
Carlos Manuel Galarza Zavaleta con Alicia Marieta Quiñones Villagra, sobre
divorcio por causal de separación de hecho; intervino como ponente, el Juez
Supremo señor Calderón Castillo.

SS. ALMENARA BRYSON, HUAMANÍ LLAMAS, ESTRELLA CAMA,


CALDERÓN CASTILLO, CALDERÓN PUERTAS.

236
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 5625-2011, LIMA

Lima, nueve de mayo de dos mil trece.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA.

I. HECHOS:

1. el demandante Juan José Luna Zúñiga interpone demanda de divorcio


fundamentándola en:

a) Con la demandada contrajo matrimonio el día treinta de diciembre de mil


novecientos setenta, ante la Municipalidad Provincial de Lima, siendo que durante
la unión matrimonial han procreado tres hijos de nombres: José Luis, Jennifer
Livia y Janet Lily Luna Suárez, en la actualidad todos mayores de edad; que
después de haberse casado y tener una convivencia armoniosa, ésta se fue
deteriorando paulatinamente hasta hacer imposible la vida conyugal, por lo que
optó por separarse y retirarse del hogar conyugal, lo que ocurrió en el mes de
febrero del año mil novecientos noventa y ocho, ya que anteriormente, desde que
se encontraba trabajando en el país de Venezuela desde el año mil novecientos
noventa y tres, no hacían vida en común.

b) Agrega que durante la relación conyugal han adquirido un bien inmueble


ubicado en la avenida Douglas Stephen número doscientos nueve, urbanización
Los Chalets, distrito de Paramonga, provincia de Paramonga, departamento de
Lima, con un área de cuatrocientos ochenta y cuatro punto setenta metros
cuadrados (484.70 m2), la misma que se encuentra inscrita en la Partida número
08028717 de los Registros Públicos de Propiedad Inmueble de la Zona Registral
número IX, Sede Lima - Barranca. Refiere que la demandada le inició un juicio de
alimentos ante el Juzgado de Paz Letrado de Paramonga, expediente número
noventa y cuatro guión dos mil siete, en la que se arribó a una conciliación,
concordando en que la demandada alquilaría parte del inmueble con lo que
sufragaría los gastos de alimentos. La conciliación fue aprobada por el juzgado.

237
2. Luisa Mercedes Suárez Quispe de Luna contesta la demanda la demanda
alegando que:

a) Sí es cierto que contrajo matrimonio con el demandante y que producto de su


relación conyugal procrearon a sus hijos, todos mayores de edad; señala que es
verdad que han adquirido el bien inmueble señalado por el accionante, en la que
estuvo viviendo hasta el treinta y uno de julio de dos mil ocho, siendo que a partir
del uno de agosto ha arrendado dicho inmueble por el período de seis meses,
motivo por el cual se trasladó a vivir a la ciudad de Lima.

b) asimismo afirma que han adquirido durante el matrimonio un automóvil marca


Hyundai Excel GLS Sedán, año mil novecientos noventa y dos, de Placa número
LQ-9382, vehículo que se encuentra en posesión del demandante. Añade que es
cierto que no se ha vuelto a reconciliar con el demandante pero que él ha sido el
único culpable de la separación.

c) Asimismo la demandada formula reconvención por las causales de abandono


injustificado de la casa conyugal, imposibilidad de hacer vida en común y
violencia física y psicológica. En relación a la causal de abandono injustificado del
hogar conyugal refiere que el día quince de febrero de mil novecientos noventa y
ocho el accionante le comunica su decisión de no regresar al hogar conyugal por
haber conocido en Venezuela a una mujer con la que mantenía una relación
sentimental y le pide el divorcio para rehacer su vida con ella, puesto que además
estaba esperando familia.

d) Sostiene que es a partir de esa fecha en que el demandante se desentiende de


sus obligaciones alimenticias para con la demandada y su hija Janet Lily Luna
Suárez, quien en ese entonces tenía quince años de edad, siendo la recurrente la
que tuvo que hacer frente a los gastos de alimentación, vestido, vivienda y
educación. En lo que atañe a la violencia física y psicológica aduce que en el mes
de mayo del año dos mil cinco, el demandante regresó al hogar conyugal aduciendo
que también es dueño del inmueble y que es a partir de ese entonces que la
convivencia se tornó imposible, siendo víctima de maltratos físicos y psicológicos
de parte del demandante.

238
e) Respecto a la causal de imposibilidad de hacer vida en común, refiere la
demandada que el abuso de su cónyuge consiste en el hecho de no asistirle
económicamente con lo necesario para su sustento, además del hecho de haber
mantenido relaciones sexuales fuera del matrimonio e incluso procrear un hijo y
que el demandante haya accionado para pedirle el divorcio sustentando sus
pretensiones en mentiras y calumnias. Finalmente, peticiona una indemnización
por daños y perjuicios en la suma de S/. 100,000.00 (cien mil con 00/100 Nuevos
Soles) por todo el daño material, físico y psicológico causados.

3. Por medio del escrito de fojas ciento ochenta y cinco, el reconvenido señala
respecto a las causales de abandono injustificado del hogar e imposibilidad de
hacer vida en común que es una persona adversa a los conflictos y escándalos,
razón por la que planteó el presente proceso por la causal de separación de hecho
no mencionando las verdaderas causas que obligaron a que se retire del hogar
conyugal. Sostiene que regresaba a la ciudad de Lima cada seis meses, siendo que
el día diez de febrero de mil novecientos noventa y ocho, a solo treinta y un días
de haber salido hacia el lugar de su trabajo en Venezuela, inusualmente se vio
obligado a regresar a Paramonga porque al tratar de comunicarse con su esposa,
quien debía haber regresado de los funerales de su abuelo en la localidad de Mala,
no contestaba el teléfono de la casa, comunicándose con su hijo José que se
encontraba en Lima, quien trató infructuosamente de ubicar a su madre. Indica que
a las seis de la mañana del día once de febrero viajó a Paramonga, acompañado de
su otra hija Jennifer, encontrando la casa cerrada, debiendo ingresar por el techo.
Ese día la demandada apareció a las seis de la tarde y se sorprendió al ver a sus
hijos adentro, poniéndose nerviosa sin saber cómo explicar donde había pasado la
noche.

Luego, señala que partió de Venezuela a Lima y a su regreso sus hijos le


informaron que advertían algo raro en la conducta de su madre; es así que el
demandante conversó con la demandada, la misma que le manifestó que había
pasado la noche con otra persona. Señala que la infidelidad de la demandada fue
efectuada mientras el demandante se encontraba en Venezuela trabajando,
demostrando una conducta indecorosa. En cuanto a la causal de violencia física y
psicológica manifiesta que la demandada aprovechó para presentar reiteradas
denuncias de agresiones inconsistentes y ahora pretende hacerse la víctima, tal es
el caso del certificado médico de fecha cuatro de junio de dos mil siete, en la que
señala ser la agredida, acudiendo al médico legista después de un mes de cometido

239
las supuestas lesiones; que asimismo con un correo dirigido a su hijo señala que
acepta que ha consignado en su escrito la violencia familiar porque así le
aconsejaron sus abogados; que en otro correo la demandada acepta que ya no
tienen nada en común con el demandante desde hace diez años.

Finalmente refiere que las pruebas presentadas sobre violencia familiar no deben
actuarse ya que fueron resueltas por la Segunda Fiscalía Provincial Civil y de
Familia de Barranca. En cuanto a la indemnización, es falso que le haya causado
un daño material, físico y psicológico, ya que la culpable de la separación fue la
demandante por su conducta deshonrosa.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia de fecha veintitrés de setiembre de dos mil diez, se resolviendo


la demanda, fundamentando su decisión en los siguientes considerandos:

a) Infundada la reconvención interpuesta por Luisa Mercedes Suárez Quispe, por


las causales de abandono injustificado de la casa conyugal, violencia física y
psicológica y por imposibilidad de hacer vida en común; fundada la demanda de
divorcio por la causal de separación de hecho interpuesta por Juan Luna Zúñiga
contra Luisa Suárez Quispe; en consecuencia: disuelto el vínculo matrimonial
existente; disuelta la sociedad de gananciales; infundada la pretensión accesoria de
indemnización. La Juez de la causa señala que existe la concurrencia de los
elementos para declarar fundada la causal de separación de hecho, toda vez que ha
quedado probado que las partes no viven de consuno, no existiendo entre ellos
intención de volver a hacer vida en común.

b) Respecto a la reconvención: (i) desestima la causal de abandono injustificadode


la casa conyugal, estando a lo afirmado por sus hijos, acerca de que no entendían
por qué su madre hizo denuncia por abandono de hogar, ya que ellos estaban
separados; (ii) desestima la causal de imposibilidad de hacer vida en común,
estando a las consideraciones señaladas por el demandante respecto al incidente
ocurrido en Paramonga, situación que se ve corroborado con las declaraciones de
los hijos de las partes, no resulta amparable dicha causal; y, (iii) respecto a la causal
de violencia física y psicológica, estando a que los actos de agresión física y/o
psicológicos fueron únicos y aislados, esto es en la época en que la demandada se
encontraba embarazada de una de sus hijas y que posteriormente en el año dos mil

240
siete, al producirse un acto de violencia familiar, ambas partes arribaron a una
conciliación ante la Segunda Fiscalía Provincial Civil y de Familia, en la cual
depusieron toda actitud de agresión, y siendo que los maltratos no continúan en la
actualidad la sentencia considera que dicha causal deviene en infundada.

Con relación a la pretensión de indemnización por daños y perjuicios, la resolución


judicial señala que la demandada se ha contradicho en sus manifestaciones, por
cuanto inicialmente señala que el demandante la maltrataba física y
psicológicamente y luego señala que ambos mantenían intimidad e incluso salían
a almorzar juntos; además ha indicado que se separaron y luego manifiesta que el
demandante la abandonó, por lo que al no haber acreditado con medios probatorios
idóneos su pretensión deviene en infundada.

III. SEGUNDA INSTANCIA

La demandada interpone recurso de apelación contra la sentencia antes referida, al


considerar que:

a) la demandada sustenta su recurso alegando que la sentencia impugnada le causa


agravio debido que al expedirse la misma no se ha tenido en cuenta que la
separación de hecho no se ha probado al sostener el demandante que haya ocurrido
en el mes de febrero de mil novecientos noventa y ocho, toda vez que después de
esa fecha el demandante regresó al hogar conyugal permaneciendo en ella desde
el mes de mayo del año dos mil cinco hasta el mes de febrero de dos mil siete,
teniendo relaciones como pareja y haciendo vida en común. Asimismo, señala, con
respecto a la indemnización, que no se ha tenido en cuenta que es la menos
favorecida con el divorcio, que el demandante tiene solvencia económica, que se
dedicó a ser madre y esposa desde muy joven, pues contrajo matrimonio con el
demandante cuando tenía quince años de edad, habiendo dedicado toda su vida a
su cónyuge e hijos y que cuenta en la actualidad con cincuenta y cinco años de
edad.

b) la Primera Sala Especializada de Familia de la Corte Superior de Justicia de


Lima, mediante sentencia de vista de fojas seiscientos treinta y ocho, del dieciséis
de agosto de dos mil once, confirma el extremo de la sentencia de fecha veintitrés
de setiembre del año dos mil diez, que declara infundada la reconvención
interpuesta por Luisa Suárez Quispe, por las causales de abandono injustificado de

241
la casa conyugal, violencia física y psicológica y por imposibilidad de hacer vida
en común así como la pretensión accesoria de indemnización.

Asimismo, en cuanto declara fundada la demanda de divorcio por la causal de


separación de hecho interpuesta por Juan José Luna Zúñiga contra Luisa Mercedes
Suárez Quispe y disuelto el vínculo matrimonial y la sociedad de gananciales. La
Sala Superior considera respecto a la causal de separación de hecho que las
declaraciones de los hijos matrimoniales José Luis Luna Suárez y Jennifer Livia
Luna Suárez, coinciden en señalar que sus padres se separaron en el año mil
novecientos noventa y siete, señalando el primero de los nombrados que es falso
que sus padres hayan reanudado su relación matrimonial después del año mil
novecientos noventa y siete, acreditan de manera fehaciente la separación de hecho
como causal de divorcio invocada, incumpliéndose uno de los deberes que nace
del matrimonio, cual es la cohabitación. Respecto a la reconvención la Sala
Superior expresa:

i) en lo que atañe a la causal de abandono injustificado del hogar conyugal, la Sala


Superior estima que los medios probatorios ofrecidos por la demandada están
referidos básicamente a la denuncia policial por abandono injustificado del hogar
conyugal por parte del demandante, la cual contiene la declaración unilateral de la
demandada, sin que se hayan efectuado las investigaciones pertinentes por parte
de la autoridad policial; en consecuencia no se ha acreditado que el demandante
haya abandonado el hogar conyugal en forma deliberada para sustraerse de sus
obligaciones;

ii) respecto al extremo de la causal de violencia física y psicológica, se tiene que


las partes arribaron a una conciliación en el proceso de violencia familiar,
conforme es de verse de la copia del acta obrante de fojas ciento trece, por lo que
los medios probatorios aportados no causan convicción;

iii) respecto a la causal de imposibilidad de hacer vida en común que los hechos
no han sido probados en la secuela del proceso con medio probatorio idóneo; y,

iv) con respecto al extremo de la sentencia que no fija indemnización a favor de la


demandada, refiere que no se ha ofrecido medio probatorio alguno que acredite
que la separación de hecho producida entre las partes haya traído como
consecuencia daño moral en su persona o en su proyecto de vida.

242
IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


cuatro de octubre de dos mil doce, obrante a fojas setenta y dos, del cuaderno de
casación, por las causales de:

a) infracción normativa del artículo 345-A del Código Procesal Civil

2. Que, como quiera que las partes fijan los límites de la impugnación, debe
señalarse que en el presente caso lo que se ha denunciado como infracción
normativa es la vulneración del artículo 345-A del Código Civil, dispositivo
vinculado a la separación de hecho y que se refiere a la indemnización que debe
otorgarse al cónyuge perjudicado. Por consiguiente, al Tribunal Supremo le queda
claro que sobre los otros hechos: el divorcio demandado y la reconvención
planteada no existe discusión alguna, y que la controversia gira en torno a la
posibilidad de indemnizar a la recurrente.

3. Que, la demandante alega que desde muy temprana edad se dedicó al hogar
conyugal, ya que contrajo matrimonio con el demandante a los quince años de
edad, sin estudiar ninguna profesión ni oficio, con dedicación exclusiva a su hogar,
a su esposo y a sus tres hijos de manera absoluta, mientras el demandante obtuvo
el título profesional de ingeniero, trabaja en una gran empresa, tiene un sueldo
elevado y goza de gran solvencia económica. Manifiesta que no tiene ninguna
profesión, ningún oficio y nada con lo cual defenderse en la vida.

4. Que, el artículo 345- A del Código Civil prescribe: “El juez velará por la
estabilidad económica del cónyuge que resulte perjudicado por la separación de
hecho, así como la de sus hijos. Deberá señalar una indemnización por daños,
incluyendo el daño personal u ordenar la adjudicación preferente de bienes de la
sociedad conyugal, independientemente de la pensión de alimentos que le pudiera
corresponder”.

5. Que, tal disposición ha sido objeto de análisis en el Tercer Pleno Casatorio Civil
realizado el trece de mayo de dos mil once. En dicho pleno se estableció como
precedente judicial vinculante que en: “los procesos sobre divorcio –y de
separación de cuerpos– por la causal de separación de hecho, el Juez tiene el deber

243
de velar por la estabilidad económica del cónyuge que resulte más perjudicado por
la separación de hecho así como la de sus hijos, de conformidad con lo dispuesto
por el artículo 345-A del Código Civil. En consecuencia, a pedido de parte o de
oficio señalará una indemnización por daños, el que incluye el daño a la persona,
u ordenará la adjudicación preferente de bienes de la sociedad conyugal,
independientemente de la pensión de alimentos que pudiera corresponderle. El
daño moral es indemnizable y se halla comprendido en el daño a la persona”.

6. Que, El Tribunal Casatorio fue establecido para “controlar y reprimir las


eventuales violaciones de la letra impresa por la ley por los jueces, pero también
para mantener la uniformidad de la ley y luchar contra la formación de
jurisprudencias divergentes” lo que revela, dice Guzmán Flujá, “el realismo de los
constituyentes franceses”. Este autor señala que este fin es el característico de la
casación, pues todos los demás confluyen en él. En efecto, la existencia de
numerosos jueces implica que puedan existir tantas interpretaciones como
juzgadores existan. Para evitar esa anarquía jurídica que atenta contra la unidad
del derecho nacional “(que) quedaría amenazada y destruida por la superposición,
sobre la ley nominalmente única, de numerosas interpretaciones judiciales
contemporáneas, ya de suyo perjudiciales, pero más temibles todavía como fuentes
de perturbación de la jurisprudencia futura” se constituyó el órgano casatorio que
sirve como intérprete final, ofreciendo orientaciones uniformes de cómo deben
entenderse las normas, generales y abstractas. Esta unificación, por supuesto, es
una en el espacio, no en el tiempo, lo que posibilita que pueda reinterpretarse la
norma de acuerdo a los nuevos alcances que puedan existir.

7. Que, es atendiendo a esos principios, que el legislador peruano ha optado por


establecer la existencia de Plenos Casatorios, cuyos fallos constituyen precedente
vinculantes, los que hallan justificación en los principios constitucionales de
igualdad y seguridad jurídicas, que suponen, en principio, que ante supuestos
semejantes la norma jurídica se aplicará o interpretará de manera similar y, luego,
la necesidad de diseñar “una línea unitaria de aplicación legal para conseguir un
cierto grado de previsibilidad del contenido de las resoluciones judiciales de las
controversias”.

8. Que, teniendo en cuenta esas consideraciones se advierte en el presente caso que


no se ha realizado una adecuada comprensión de los hechos en el presente proceso.
Es verdad que tales hechos no pueden ser modificados en sede casatoria, pero si es

244
permitido verificar si en efecto se han analizados éstos y si la subsunción realizada
es la que corresponde a los principios lógicos.

9. Que, en ese orden de ideas se aprecia que la Sala Superior al momento de


resolver sobre la indemnización ha omitido tener en cuenta: (i) la edad en que la
demandante contrajo matrimonio (quince años); (ii) que no ha podido desarrollar
una carrera que le permita insertarse en la vida laboral; (iii) que el demandante
posee título de ingeniero electricista; y, (iv) las declaraciones de los hijos de las
partes procesales quienes han indicado la depresión que sufrió la demandante. Es
decir, no ha existido valoración probatoria alguna.

10. Que, dada la infracción procesal existente, ello implicaría la nulidad de los
actuados a fin que la Sala Superior emita nueva sentencia. Sin embargo, este
Tribunal Supremo estima que es posible emitir resolución actuando en sede de
instancia, tanto porque se ha denunciado la infracción del artículo 345-A como
porque como menciona el Tercer Pleno Casatorio Civil, ello resulta conforme “con
lo dispuesto en los artículos 4 y 43 de la Constitución Política del Estado que
reconoce, respectivamente, la protección especial al niño, la madre, el anciano, la
familia y el matrimonio, así como la fórmula política del Estado democrático y
social de Derecho”.

11. Que, siendo ello así se advierte que los hechos mencionados en el octavo
considerando de la presente sentencia acreditan de manera fehaciente el daño
sufrido y la condición de perjudicada de la demandada en el divorcio materia del
presente proceso, tanto más si se presentan cada uno de los elementos señalados
en el Tercer Pleno Casatorio Civil, esto es, “a) el grado de afectación emocional o
psicológico; b) la tenencia y custodia de hecho de sus hijos menores de edad y la
dedicación al hogar; c) si dicho cónyuge tuvo que demandar alimentos para él y
sus hijos menores de edad, ante el incumplimiento del cónyuge obligado; d) si ha
quedado en una manifiesta situación económica desventajosa y perjudicial con
relación al otro cónyuge y a la situación que tenía durante el matrimonio, entre
otras circunstancia relevantes”. Todo ello se ha acreditado, así la depresión de la
demandada ha sido verificada con las declaraciones de sus hijos, siendo que la
demandada se quedó al cuidado de su prole, tuvo que demandar alimentos y ha
quedado en situación de desventaja económica. Tales circunstancias impelen a
señalar que corresponde otorgar indemnización a la afectada.

245
12. Que, a pesar de lo expuesto, la indemnización no puede ser fijada de manera
arbitraria, pues ella debe también verificar si hay otros factores que expliquen la
conducta de las partes. Así, las instancias de mérito –cuyo pronunciamiento no ha
sido cuestionado en el presente recurso de casación- han determinado que la
separación de hecho fue ocasionada también por el comportamiento de la
reconviniente, lo que obliga a tener en cuenta tal acto pues el deber de solidaridad
del que surge la obligación de indemnizar tiene que ser analizado conjuntamente
con la concurrencia de culpas. De hecho, la sentencia casatoria vinculante expone
en su fundamento número cincuenta que: “para la determinación de la
indemnización se hace necesario recurrir a ciertos elementos de la culpa o dolo, a
fin de identificar al cónyuge más perjudicado” y agrega que debe tenerse en cuenta
si “no se ha dado motivos para la separación de hecho”. En ese contexto, como
quiera que aquí se ha acreditado corresponsabilidad, este Tribunal Supremo estima
que debe fijarse una indemnización prudencial de S/. 10,000.00 (diez mil con
00/100 Nuevos Soles) que corresponda: (i) al perjuicio existente conforme los
datos expresados en el considerando precedente; (ii) a la culpa de las partes,
detallado en las sentencias de mérito; (iii) a la edad de la reconviniente
(actualmente cincuenta y ocho años de edad); (iv) a la inexistencia de hijos
menores; y, (v) a la conciliación arribada en el proceso de alimentos.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396, del


Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas setecientos cincuenta y


cuatro por Luisa Mercedes Suárez Quispe; en consecuencia, CASARON la
sentencia de vista de fecha dieciséis de agosto de dos mil once, obrante a fojas
seiscientos treinta y ocho, expedida por la Primera Sala Especializada de Familia
de la Corte Superior de Justicia de Lima, únicamente en el extremo que confirma
la sentencia primera instancia que declaró infundada la pretensión accesoria de
indemnización contenida en el artículo 345-A del Código Civil; Actuando en sede
de instancia REVOCARON la sentencia de primera instancia de fecha veintitrés
de setiembre de dos mil diez, obrante a fojas cuatrocientos setenta, únicamente en
el extremo que declara infundada la pretensión accesoria de indemnización por
daños y perjuicios, reformándola declararon fundada en parte dicha pretensión, y
velando por la estabilidad económica de la cónyuge perjudicada otorgan el monto

246
indemnizatorio de S/. 10,000.00 (diez mil con 00/100 Nuevos Soles) a favor de
Luisa Mercedes Suárez Quispe; ORDENARON que Juan José Luna Zúñiga pague
a favor de Luisa Mercedes Suárez Quispe de Luna el monto señalado. dispusieron
la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, conforme
a Ley; en los seguidos por Juan José Luna Zúñiga con Luisa Mercedes Suárez
Quispe, sobre divorcio por la causal de la separación de hecho; y los devolvieron;
interviniendo como ponente el Señor Juez Supremo Calderón Puertas.

SS. ALMENARA BRYSON, HUAMANÍ LLAMAS, ESTRELLA CAMA,


CALDERÓN CASTILLO, CALDERÓN PUERTAS

247
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL

CAS. 535-2013, CALLAO

Lima, ocho de agosto de dos mil trece

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA.

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Que, viene a conocimiento de esta Sala Suprema el recurso de casación


interpuesto por Amanda Luzmila Veja Oviedo a fojas trescientos dieciocho, cuyos
requisitos de admisibilidad y procedencia deben ser verificados de conformidad
con la modificatoria establecida en la Ley 29364.

2. Que, en tal sentido, en cuanto a los requisitos de admisibilidad previstos en el


artículo 387 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley citada, se tiene que
el presente recurso cumple con tales exigencias, esto es: I) Se impugna una
resolución expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del
Callao que, como órgano de segundo grado, pone fin al proceso. II) Ha sido
interpuesto ante la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Callao;
III) Ha sido presentado dentro del plazo previsto en la norma; y, IV) Se ha
adjuntado el arancel judicial respectivo.

3. Que, en lo referente a los requisitos de procedencia previstos en el artículo 388


del Código Procesal Civil, modificado por la Ley acotada, se advierte que la
recurrente no ha consentido la sentencia de primera instancia que fue desfavorable
a sus intereses; por lo que cumple con lo dispuesto en el inciso 1º de la norma
procesal anotada.

4. Que, para establecer el cumplimiento de los incisos 2º y 3º del precitado artículo


388 del Código adjetivo, se debe señalar en qué consisten las infracciones
normativas denunciadas. En el presente caso la recurrente denuncia la infracción
normativa del artículo 345-A del Código Civil, en tanto alega que no se ha tomado
en cuenta la indemnización que le corresponde, la misma que debe otorgársele en

248
su condición de cónyuge perjudicado con la separación de hecho. En esa
perspectiva, refiere que no se ha considerado la estabilidad económica de su
persona, si se considera que inició un proceso de alimentos por ante el Quinto
Juzgado de Paz Letrado del Callao e, incluso, se ha hecho efectivo el
apercibimiento de pedirse copias certificadas de las piezas procesales pertinentes
para remitirlas al Ministerio Público, para que conforme a sus atribuciones formule
la denuncia penal por el delito de omisión a la asistencia familiar. Para la
impugnante, la interpretación correcta de la norma material invocada, debió ser,
que al no haber el demandante abonado el importe correspondiente a sus pensiones
mensuales, respecto al proceso judicial por alimentos, no procede declarar fundada
su demanda.

5. Que, del examen de la argumentación expuesta por la recurrente se advierte que


la causal denunciada no demuestra la incidencia directa que tendría dicha
infracción sobre la decisión impugnada, más aún si la demandada durante el
proceso ha estado en la condición de rebeldía y pretende subsanar este hecho
solicitando nueva actuación probatoria, fin ajeno a la casación, siendo ello así esta
causal deviene en improcedente.

6. Que, respecto a la exigencia prevista en el inciso 4º del referido artículo 388, si


bien la recurrente cumple con indicar que su pedido casatorio es anulatorio, no es
suficiente para atender el recurso materia de calificación, en virtud de lo dispuesto
en el artículo 392 del código adjetivo, los requisitos de procedencia de este recurso
extraordinario son concurrentes.

II. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 392 del


Código Procesal Civil, declararon:

Declararon IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por Amanda


Luzmila Veja Oviedo a fojas trescientos dieciocho, contra la sentencia de vista de
fecha dieciocho de setiembre del año dos mil doce; dispusieron la publicación de
la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los
seguidos por Alberto Ernesto Carrión Herrera contra Amanda Luzmila Veja
Oviedo, sobre divorcio por causal de separación de hecho; y los devolvieron.
Interviene como ponente el señor Juez Supremo Calderón Puertas; por vacaciones

249
de la Señora Jueza Suprema Estrella Cama, participa la Señora Jueza Suprema
López Vásquez

SS. ALMENARA BRYSON, CALDERÓN CASTILLO, CALDERÓN


PUERTAS, LÓPEZ VÁSQUEZ.

250
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL

CAS. 742-2013, CALLAO

Lima, ocho de agosto de dos mil trece.

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA.

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. A que, es materia de pronunciamiento de la presente resolución el recurso de


casación interpuesto por Amanda Luznilda Vega Oviedo (fojas 318), contra la
sentencia de vista contenida en la resolución número treinta y cuatro (fojas 300),
del dieciocho de setiembre de dos mil doce, que confirmó la sentencia apelada
comprendida en la resolución número veintidós (fojas 247), del catorce de
setiembre de dos mil once, que declaró fundada la demanda, en consecuencia,
disuelto el vínculo matrimonial contraído por las partes, improcedente señalar
alimentos e indemnización, y fenecida la sociedad de gananciales. Por lo que
corresponde examinar si el recurso cumple con los requisitos que exige los
artículos 387 y 388 del Código Procesal Civil, modificados por la Ley 29364.

2. A que, antes de revisar el cumplimiento de los requisitos necesarios para la


casación se debe tener presente que éste es extraordinario, eminentemente formal,
técnico y excepcional, por lo que tiene que estar estructurado con estricta sujeción
a los requisitos que exige la norma procesal civil para su admisibilidad y
procedibilidad, es decir, se debe puntualizar en cuál de las causales se sustenta, si
es en la i) infracción normativa o en el ii) apartamiento inmotivado del precedente
judicial. Presentar una fundamentación precisa, clara y pertinente respecto de cada
una de las referidas causales, demostrar la incidencia directa de la infracción sobre
la decisión impugnada. Y esta exigencia es para lograr los fines del recurso, estos
son: nomofiláctica, uniformizadora y dikelógica. Siendo así, es obligación procesal
de la recurrente saber adecuar los agravios que denuncia a las causales que para la
referida finalidad taxativamente se encuentran determinadas en la norma procesal
civil, pues el Tribunal de Casación no está facultado para interpretar el recurso, ni
de integrar o remediar las carencias del mismo o dar por supuesta y explícita la

251
falta de causal, tampoco subsanar de oficio los defectos incurridos por la casante
en la formulación del referido recurso. Cabe precisar que esto último es diferente
de la norma que dispone la procedencia excepcional del recurso de casación, ya
que esta es una facultad de la Sala Civil de la Corte Suprema que aplica cuando
considera que al resolver el recurso éste cumplirá con los fines de la casación, para
cuyo efecto debe motivar las razones de la procedencia excepcional. Pero el
presente caso no amerita ello.

3. A que, como se ha indicado en la resolución Suprema de fecha veintisiete de


marzo de dos mil trece (fojas 25 del cuaderno de casación), el recurso de casación
cumple con los requerimientos para su admisibilidad, previstos en los incisos 1, 2
y 3 del artículo 387 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley 29364, y al
adjuntar la tasa judicial por recurso de casación dentro del término de ley (fojas 37
del cuaderno de casación) conforme a la Razón emitida por el Secretario de esta
Sala Suprema, cumple con lo indicado en el inciso 4 del artículo 387 del Código
Procesal Civil y su modificatoria.

4. A que, al evaluar los requisitos de procedencia previstos en los cuatro incisos


del artículo 388 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley 29364, se
verifica que la recurrente satisface el primer requisito previsto en el inciso 1 del
referido artículo, toda vez que no consintió la resolución de primera instancia, pues
al serle adversa, la impugnó mediante su recurso de apelación (fojas 258).

5. A que, el recurrente sustenta su recurso de casación en la primera causal prevista


por el artículo 386 del Código Procesal Civil, a cuyo efecto denuncia: a) Infracción
normativa del artículo 345-A del Código Civil, en tanto alega que no se ha tomado
en cuenta la indemnización que le corresponde, la misma que debe otorgársele en
su condición de cónyuge perjudicada con la separación de hecho, no habiendo
considerado la Sala Superior que el demandante no abona los alimentos, por lo que
le corresponde una indemnización por daños incluyendo el daño personal al verse
perjudicada por la separación. Agrega que el Quinto Juzgado de Paz Letrado en el
proceso de alimentos seguido al demandante, emitió resolución expidiendo copias
certificadas, a fin de ser remitidas al Ministerio Público, para la formulación de la
denuncia por el delito de Omisión a la Asistencia Familiar. Agrega que la correcta
interpretación de la norma material invocada debió ser que al no haber el
demandante abonado el importe correspondiente a sus pensiones mensuales

252
respecto al proceso judicial por alimentos no procede declarar fundada su
demanda.

6. A que, la denuncia del acápite a), así como el recurso interpuesto, cumplen los
requisitos de procedencia dispuestos en los incisos 2, 3 y 4 del artículo 388 del
Código Procesal Civil, pues se describe con claridad y precisión la infracción
normativa, se demuestra la incidencia directa de la mismas y se indica que el
pedido casatorio es anulatorio; que siendo así, se debe proceder conforme a lo
dispuesto por el artículo 391 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley
29364.

II. DECISIÓN:

Por estos fundamentos, MI VOTO es porque se declare: PROCEDENTE el


recurso de casación interpuesto por Amanda Luznilda Vega Oviedo (fojas 318),
contra la sentencia de vista contenida en la resolución número treinta y cuatro
(fojas 300), del dieciocho de setiembre de dos mil doce, por la causal de: a)
Infracción normativa del artículo 345-A del Código Civil, de la presente
resolución; notificándose; en los seguidos por Alberto Ernesto Carrión Herrera
contra Amanda Luznilda Vega Oviedo, sobre divorcio por la causal de separación
de hecho.

S. HUAMANÍ LLAMAS.

253
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL

CAS. 3426-2013, LIMA

Lima, once de octubre de dos mil trece

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA; con los expedientes acompañados

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Que, es materia de pronunciamiento de la presente resolución el recurso de


casación interpuesto por el Abogado del demandado Gastón Alberto Malca
Mendoza (fojas 705), contra la sentencia de vista, contenida en la resolución
número diez, del diecisiete de junio de dos mil trece (fojas 693), que confirmó la
sentencia apelada, comprendida en la resolución número treinta y dos, del
veintinueve de diciembre de dos mil ocho (fojas 418), que declaró fundada la
demanda de divorcio por causal de separación de hecho interpuesta por Leonor
Elizabeth Palacios Bocanegra; en consecuencia, disuelto el vínculo matrimonial
contraído entre Leonor Elizabeth Palacios Bocanegra y Gastón Alberto Malca
Mendoza, el once de junio de mil novecientos ochenta y dos ante la Municipalidad
Distrital de Jesús María, provincia y departamento de Lima (fenecida la sociedad
de gananciales desde la fecha de separación de hecho, esto es, desde mil
novecientos ochenta y tres); y, también confirmó el extremo apelado que desestima
las pretensiones del demandado sobre alimentos, indemnización y liquidación de
sociedad de gananciales. Por lo que corresponde examinar si el recurso cumple con
los requisitos dispuestos en los artículos 387 y 388 del Código Procesal Civil,
modificados por la Ley 29364.

2. Que, antes de revisar el cumplimiento de los requisitos necesarios para la


casación se debe tener presente que éste es extraordinario, eminentemente formal,
técnico y excepcional, por lo que tiene que estar estructurado con estricta sujeción
a los requisitos que exige la norma procesal civil para su admisibilidad y
procedibilidad, es decir, se debe puntualizar en cuál de las causales se sustenta, si
es en la i) infracción normativa o en el ii) apartamiento inmotivado del precedente
judicial. Presentar una fundamentación precisa, clara y pertinente respecto de cada

254
una de las referidas causales, demostrar la incidencia directa de la infracción sobre
la decisión impugnada. Y esta exigencia es para lograr los fines del recurso, estos
son: nomofiláctica, uniformizadora y dikelógica. Siendo así, es obligación procesal
del recurrente saber adecuar los agravios que denuncia a las causales que para la
referida finalidad taxativamente se encuentran determinadas en la norma procesal
civil, pues el Tribunal de Casación no está facultado para interpretar el recurso de
casación, ni de integrar o remediar las carencias del mismo o dar por supuesta y
explícita la falta de causal, tampoco subsanar de oficio los defectos incurridos por
el casacionista en la formulación del referido recurso. Cabe precisar que esto
último es diferente de la norma que dispone la procedencia excepcional del recurso
de casación, ya que esta es una facultad de la Sala Civil de la Corte Suprema que
aplica cuando considera que al resolver el recurso éste cumplirá con los fines de la
casación, para cuyo efecto debe motivar las razones de la procedencia excepcional.
Pero el presente caso no amerita ello.

3. Que, el recurso de casación cumple con los requerimientos para su


admisibilidad, conforme exige el artículo 387 del Código Procesal Civil,
modificado por la Ley 29364, toda vez que se ha interpuesto: i) contra la sentencia
expedida por la Primera Sala de Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima
(fojas 693) que, como órgano jurisdiccional de segunda instancia, pone fin al
proceso; ii) ante el referido órgano jurisdiccional que emitió la resolución
impugnada; iii) dentro del plazo de diez días contados desde el día siguiente de
notificada la sentencia de revisión que se impugna (fojas 703 - ver la constancia
del cargo de notificación); y, iv) al gozar del beneficio de auxilio judicial esta
exonerado de adjuntar el arancel judicial por el presente recurso (fojas 14 del
expediente acompañado).

4. Que, al evaluar los requisitos de procedencia dispuestos en los cuatro incisos del
artículo 388 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley 29364, se verifica
que el casacionista nombrado satisface el primer requisito previsto en el inciso 1
del referido artículo, toda vez que no consintió la sentencia de primera instancia
(fojas 418), pues al serle adversa, la impugnó mediante su recurso de apelación
(fojas 428).

5. Que, el recurrente sustenta su recurso en la primera y segunda causal prevista


por el artículo 386 del Código Procesal Civil, a cuyo efecto denuncia: a) Infracción
normativa del artículo 139, incisos 2, 3 y 5, de la Constitución Política del Perú,

255
pues alega que la Sala de Familia no ha tenido presente lo prescrito en las normas
denunciadas y ha menoscabado dichos principios rectores; aduce que no se ha
emitido pronunciamiento expreso sobre la condición de cónyuge perjudicado por
la separación de hecho que le corresponde al recurrente. Precisa que no existe duda
que el recurrente tiene la condición de cónyuge perjudicado por la separación de
hecho (fue afectado emocional y patrimonialmente), lo cual está probado con los
medios probatorios y las sentencias de primera y segunda instancia del expediente
número 3206-86 (sobre divorcio por causal de abandono del hogar conyugal), en
las que se estableció que fue la demandante quien lo abandonó, las que ostentan
calidad de cosa juzgada, por lo que no se puede desconocer dicho hecho. b)
Apartamiento inmotivado del precedente judicial - Tercer Pleno Casatorio Civil,
Casación número 4664-2010-Puno, debido a que exige a la Magistratura
pronunciarse expresamente sobre la existencia de la condición del cónyuge más
perjudicado por la separación de hecho, condición que, en el presente proceso,
recae sobre el recurrente, que fue establecido en el proceso judicial de divorcio
seguido por la demandante en mil novecientos ochenta y seis, el mismo que ostenta
la calidad de cosa juzgada. Finalmente indica que su pedido casatorio es anulatorio
y revocatorio.

6. Que, el casacionista para sustentar su recurso invoca las causales de: 1)


infracción normativa y 2) apartamiento inmotivado del presente judicial; sin
embargo, respecto a la primera causal, primero: no cumple la segunda condición
establecida en el numeral 2 del artículo 388 del Código Procesal Civil, esto es, no
describe con claridad y precisión en qué consistiría la referida infracción
normativa, ya que del análisis de su escrito, se tiene, que la invocación de la causal
de infracción normativa que hace es imprecisa, es decir, no alega de forma
comprensible y explícita en qué radicaría el error o vicio de derecho en el
razonamiento judicial decisorio, en el que habrían incurrido los juzgadores;
segundo: esta causal exige que tal infracción normativa (anomalía, error o vicio de
derecho) incida directamente sobre la decisión contenida en la resolución
impugnada, conforme lo requiere de forma patente el inciso 3 del mencionado
artículo 388, lo que, en consecuencia, tampoco cumple el casacionista, pues
prácticamente solo se tiene una mera mención de artículos del ordenamiento
jurídico sin demostrar, ni sustentar de forma puntual, precisa, concreta y sin
vaguedad, en qué consistiría la incidencia directa de la infracción sobre la decisión
impugnada, debido a que sus argumentos son genéricos, etéreos y se dirigen,
únicamente, a cuestionar la actuación y/o valoración de los medios probatorios, lo

256
cual implicaría la revaloración de dichos medios probatorios, lo que resulta
impropio a los fines de la casación.

7. Que, a pesar de las deficiencias del recurso de casación, por el principio de


motivación de las resoluciones judiciales, debemos precisar que respecto a la
denuncia del acápite a), se tiene que la denuncia del recurrente no puede ser
atendible por cuanto los fundamentos del recurso de casación se dirigen a
cuestionar las conclusiones fácticas de las instancias de mérito, al pretender que en
sede casatoria se vuelvan a valorar las pruebas (como los medios probatorios y las
sentencias de primera y segunda instancia del expediente número 3206-86 -sobre
divorcio por causal de abandono del hogar conyugal-, entre otros), que considera,
el impugnante, acreditarían que es el cónyuge más perjudicado por la separación
de hecho; no obstante que las referidas pruebas ya han sido objeto y materia de
evaluación, valoración conjunta y de pronunciamiento por parte de las instancias
de mérito, que han resuelto la controversia plantada ante el órgano jurisdiccional
al determinar con claridad y precisión que: está acreditada la separación de hecho
(con el anterior proceso de divorcio por causal de abandono injustificado de la casa
conyugal); pero se desestimaron las pretensiones de indemnización y alimentos
solicitados por el recurrente al determinarse que no está acreditado el daño moral
ni la incapacidad permanente total de su mano derecha (sino parcial de su referida
mano), lo que no imposibilita al recurrente a generar de forma personal sus
alimentos, e incluso por la incapacidad permanente parcial de su mano derecha el
recurrente percibe una pensión vitalicia mensual; y, sobre la liquidación de bienes
de la sociedad de gananciales, el recurrente tampoco acreditó su dicho, esto es, que
el inmueble sub litis sea un bien social, pues el mencionado inmueble no tuvo la
condición de bien social ya que fue adquirido antes de la celebración del
matrimonio. Por lo tanto, no se ha incurrido en infracción normativa de las normas
que denuncia.

8. Que, respecto a la causal del acápite b), se tiene que, así propuesta la causal de:
Apartamiento inmotivado del precedente judicial, la misma no resulta atendible;
pues la instancia de mérito si observó y aplicó el Tercer Pleno Casatorio (Casación
número 4664-2010-Puno, publicada el trece de mayo de dos mil once, en el Diario
Oficial El Peruano, respecto al tema de divorcio por la causal de separación de
hecho) indemnización fijada a favor del cónyuge perjudicado, toda vez que en
relación a la pretensión de indemnización, se acreditó que el recurrente no probó
de manera suficiente e idónea haber sido perjudicado con la separación. En

257
consecuencia, la causal alegada, bajo tal argumento, no resulta idónea para
proceder a la revisión en esta sede de las conclusiones arribadas por las instancias
de mérito.

9. Que, en conclusión el casacionista no ha cumplido con los concurrentes


requisitos de procedencia establecidos en los incisos 2 y 3 del artículo 388 del
Código Procesal Civil, porque del análisis y estudio de la sentencia de vista
impugnada, se verifica, que la Sala de mérito, en el presente caso sometido a su
competencia, ha observado, cautelado, garantizado y respetado el derecho a la
tutela jurisdiccional efectiva, al debido proceso, la cosa juzgada, la motivación de
las resoluciones judiciales, principio de congruencia y la valoración de los medios
probatorios, toda vez que, la sentencia de vista, cumple con exponer
adecuadamente las razones o fundamentos fácticos y jurídicos que determinaron
la decisión final, pues se constata que los referidos fundamentos de hecho y de
derecho son coherentes, congruentes y conforme a la valoración de los medios
probatorios en conjunto.

II. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 392, del


Código Procesal Civil, declararon:

IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por el Abogado del


demandado Gastón Alberto Malca Mendoza (fojas 705), contra la sentencia de
vista, contenida en la resolución número diez, del diecisiete de junio de dos mil
trece (fojas 693); DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el
Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Leonor
Elizabeth Palacios Bocanegra contra Gastón Alberto Malca Mendoza, sobre
divorcio por causal de separación de hecho; y, los devolvieron. Interviene como
ponente la Juez Suprema señora Huamaní Llamas

SS. ALMENARA BRYSON, HUAMANÍ LLAMAS, ESTRELLA CAMA,


RODRÍGUEZ CHÁVEZ, CALDERÓN PUERTAS.

258
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 2610-2012, PUNO

Lima, dieciséis de mayo de dos mil trece.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número dos mil seiscientos diez
– dos mil doce, con los acompañados y en audiencia pública llevada a cabo en la
fecha; y producida la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia

I. HECHOS:

1. el demandante Carlos Alberto Maron Pilco interpone demanda fundamentándola


en:

a) Demanda a su cónyuge Yanet Hilda Iberos Dueñas, solicitando el divorcio por


la causal de separación de hecho, y como consecuencia de ello el fenecimiento de
la sociedad de gananciales, así como la disolución del vínculo matrimonial.

b) Alega que contrajo matrimonio con la demandada el veintiséis de julio mil


novecientos noventa y siete por ante la Municipalidad Distrital de Pichacani
Laraqueri, procreando dos hijos que a la fecha de interposición de la demanda
tienen siete y doce años de edad respectivamente.

c) Al inicio de la relación matrimonial esta se venía realizando con normalidad,


sin embargo, por incompatibilidad de caracteres desde el veinte de abril de dos mil
seis no vienen cumpliendo con los deberes y derechos del matrimonio, razón por
la cual los recurrentes se encuentran separados de hecho de forma ininterrumpida
por más de cuatro años.

d) Durante el matrimonio no han adquirido inmueble alguno, además que viene


otorgando una pensión alimenticia en forma directa por la suma de cuatrocientos
nuevos soles a favor de la demandada y de sus menores hijos, abonando incluso
por el pago de la pensión del colegio de los dos menores en el monto de ciento
cincuenta nuevos soles para cada uno.

259
2. Ministerio Público Alega que el Estado protege al matrimonio y la familia como
institución fundamental de la sociedad, consecuentemente para pretender la
disolución de la unión conyugal tendrán que presentarse hechos graves que hagan
del divorcio un remedio necesario y afecten la unidad familiar lo que será materia
de probanza.

3. Yanet Hilda Iberos Dueñas Sostiene que desde el año dos mil dos viene
padeciendo de “artritis reumatoidea” enfermedad que la mantiene postrada en la
cama y que la ha dejado discapacitada, conforme lo acredita con el certificado de
discapacidad expedido por el Hospital Regional de Puno, por lo mismo se
encuentra delicada de salud; aprovechando el demandante para alejarse de la
suscrita a fin de no asumir su responsabilidad como cónyuge y padre de sus dos
hijos desde el año dos mil ocho, a sabiendas que la suscrita se encontraba
completamente delicada de salud imposibilitada de trabajar para su sobrevivencia.
El demandante a sabiendas que sus menores hijos se encuentran cursando estudios
primarios y secundarios con gran éxito, ha hecho abandono sin cumplir sus
obligaciones de padre, ni menos ha tenido compasión de la suscrita al estar
delicada de salud aduciendo que no es suficiente lo que percibe como Técnico
Topógrafo de la Municipalidad Provincial de Puno.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia de fecha uno de setiembre de dos mil once, se declaró fundada
la demanda, fundamentando su decisión en los siguientes considerandos:

a) Disuelto el vínculo matrimonial civil celebrado entre los cónyuges, fenecido el


régimen patrimonial de la sociedad de gananciales, el cese del derecho de la
demandada de llevar el apellido del demandante y la pérdida de los derechos
hereditarios. Dicha decisión se sustenta en lo siguiente:

i) Del acta de conciliación por falta de acuerdo se tiene que el demandante viene
cumpliendo con su obligación alimentaria tanto así que indica que semanalmente
asigna cien nuevos soles, igualmente paga las mensualidades al Colegio San
Ignacio de Loyola por concepto de enseñanza en la suma de trescientos nuevos
soles a razón de ciento cincuenta por cada hijo, hecho que no ha sido negado por
la demandada, pero si indica que los cien nuevos soles no son entregados en forma

260
puntual, que si bien no llegaron a un acuerdo, esta se viene ventilando en el proceso
número 1825-2010 del Tercer Juzgado de Paz Letrado de Puno.

ii) La separación de hecho se encuentra acreditada con la instrumental de fojas


cinco a seis, en la que se puede apreciar que con fecha veintidós de abril de dos
mil diez existe el acta de conciliación por falta de acuerdo, en donde la demandada
indica que se encuentran separados desde hace más de cuatro años, además en el
proceso número 1825-2010 sobre prestación de alimentos, la demandada en su
fundamento de hecho refiere que el demandante hizo abandono del hogar hace
aproximadamente cuatro años atrás.

iii) En el caso de autos no se ha podido establecer con certeza cuál de los cónyuges
fue el causante de la separación de hecho, pues ambos tienen sus versiones, por lo
que no se fija suma alguna por indemnización.

III. SEGUNDA INSTANCIA

La demandada interpone recurso de apelación contra la sentencia antes referida,


que al ser absuelto por la Sala Superior mediante resolución de fecha seis de junio
de dos mil doce, obrante a fojas doscientos noventa y cuatro, revoca la apelada y
reformándola declara improcedente la sentencia apelada, al considerar que:

a) La demandada sustento su apelación manifestando que, i) Es falso que el


demandante se encuentre al día en el pago de sus obligaciones alimentarias. ii) Al
momento de calificar la demanda no se ha observado las reglas de los artículos
424, 425 y 483 del Código Procesal Civil, debiendo declararse inadmisible la
demanda por no haber acreditado el cumplimiento de las pensiones alimentarias.
iii) Se ha omitido pronunciamiento sobre la pretensión de alimentos, la
indemnización de los daños y perjuicios que establece el artículo 345-A del Código
Civil, asimismo el Juez no ha velado por la estabilidad económica de la recurrente
como cónyuge discapacitada físicamente. iv) No se ha respetado el debido proceso
al haberse omitido acciones procedimentales obligatorias, en tanto no se ha
acreditado si hubo separación de hecho entre los cónyuges por más de cuatro años
en forma ininterrumpida.

b) En autos no se desprende medio probatorio que acredite de manera fehaciente


que el demandante se encuentre al día en el pago de la pensión alimenticia.

261
c) De fojas ciento cincuenta y dos a ciento noventa y siete aparece en copia
certificada del proceso de alimentos signado con el número 01825- 2010-02101-
JP-FC-03 por el cual la ahora demandada le exige al hoy accionante el
cumplimiento de su obligación alimenticia para la cónyuge y para los hijos de
estos, proceso que se encuentra en trámite y en el que las partes no pudieron
conciliar, por tanto el demandante no solo no se encuentra al día en sus
obligaciones alimentarias, sino que no las cumple a cabalidad, lo que ha
determinado que sea demandado por ello, situación que determina la
improcedencia de las pretensiones contenidas en la demanda.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


siete de noviembre de dos mil doce, obrante a fojas cuarenta y cuatro del cuaderno
de casación, por las causales de:

a) Infracción del artículo 197 del Código Procesal Civil, afectando el debido
proceso y su derecho de defensa; toda vez que dicha norma regula la valoración
conjunta de los medios probatorios presentados durante el decurso del proceso,
dispositivo que a su juicio no se cumplió ya que en no se evaluaron los medios
probatorios que demostraban cada una de las causales invocadas, como es el acta
de conciliación, donde la demandada acepta que se encuentran separados por más
de 4 años; el proceso de alimentos y tenencia, la pensión por alimentos que pasa a
sus hijos, el mismo que se ejecuta mediante el descuento de planillas de trabajo de
la Municipalidad de Puno donde labora actualmente; además, no se tuvo en cuenta
los vouchers de depósito que efectuó a la demandada; precisa, que la demandada
no presentó pruebas que acrediten los fundamentos de la contestación de la
demanda.

b) Infracción del artículo 333 inciso 12 del Código Civil, porque en concepto
del recurrente durante el tiempo que duró el vínculo matrimonial no han adquirido
ninguna clase de bienes que diera lugar a la división de gananciales.

c) Infracción del artículo 139 inciso 5 de la Constitución Política del Estado,


porque considera que la sentencia de vista no se encuentra debidamente motivada
debido a que no se valoraron debidamente las normas glosadas anteriormente. IV.

262
CUESTIÓN JURÍDICA EN DEBATE: En el presente caso, la cuestión jurídica en
debate consiste en determinar si el demandante se encontraba al día en el pago de
sus obligaciones alimentarias u otras pactadas para iniciar la presente demanda de
divorcio por la causal de separación de hecho.

2. En relación al derecho constitucional al debido proceso y la tutela jurisdiccional


efectiva el Tribunal Constitucional en la Sentencia N.º 03891-2011-AA/TC,
fundamentos 12 y 13, ha señalado: “... el derecho al debido proceso previsto por el
artículo 139 inciso 3º de la Constitución Política del Perú, aplicable no sólo a nivel
judicial sino también en sede administrativa e incluso entre particulares, supone el
cumplimiento de todas las garantías, requisitos y normas de orden público que
deben observarse en las instancias procesales de todos los procedimientos,
incluidos los administrativos y conflictos entre privados, a fin de que las personas
estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto
que pueda afectarlos. El derecho al debido proceso, y los derechos que contiene
son invocables, y, por tanto, están garantizados, no solo en el seno de un proceso
judicial, sino también en el ámbito del procedimiento administrativo.”; así también
en la Sentencia N.º 1412-2007-AA/TC, el mencionado Tribunal, en el fundamento
8 ha indicado “... el debido proceso está concebido como el cumplimiento de todas
las garantías y normas de orden público que deben aplicarse a todos los casos y
procedimientos, en cuyo seno se albergan los actos administrativos, a fin de que
las personas estén en la posibilidad de defender adecuadamente sus derechos ante
cualquier acto del Estado o de los particulares que pueda afectarlos. Queda claro,
entonces, que la cláusula fundamental contenida en el artículo 139º inciso 3 de la
Constitución Política del Perú, no es “patrimonio” exclusivo de los procesos
jurisdiccionales, sino que el respeto del contenido del debido proceso se hace
extensivo a los procesos administrativos públicos o privados.”

3. El derecho al debido proceso tiene estricta vinculación con el derecho a la


motivación de las resoluciones judiciales conforme lo regula el inciso 5 del artículo
139 de la Constitución Política del Estado que garantiza a los justiciables que los
Jueces cualquiera sea la instancia a la que pertenezcan expresen el proceso lógico
que los ha llevado a decidir la controversia, asegurando que el ejercicio de la
potestad de Administrar Justicia se haga con sujeción a la Constitución y a la Ley,
pero también con la finalidad de facilitar un adecuado ejercicio del derecho de
defensa; que la exigencia de la motivación de las resoluciones judiciales también
encuentra desarrollo infraconstitucional en los artículos I y VII del Título

263
Preliminar, 50º numeral 6, 122º inciso 3 del Código Procesal Civil y 12 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, dispositivos legales que aseguran la publicidad de las
razones que tuvieron en cuenta los jueces para pronunciar sus sentencias,
resguardando a los particulares y a la colectividad de las decisiones arbitrarias,
estando obligados los jueces a enunciar las pruebas en que sostienen sus juicios y
a valorar las mismas racionalmente, consistiendo la falta de motivación no sólo en
la falta de exposición de la línea de razonamiento que determina al juzgador a
decidir la controversia, sino también en la no ponderación de los elementos
introducidos en el proceso de acuerdo con el sistema legal, es decir, no justificar
suficientemente la parte resolutiva de la sentencia a fin de legitimarla.

4. Que, bajo este contexto, el contenido esencial del derecho y principio de


motivación de las resoluciones judiciales se respeta siempre que exista
fundamentación jurídica, congruencia entre lo pedido y lo resuelto y, por si misma
la resolución judicial exprese una suficiente justificación de la decisión adoptada,
aún si esta es breve o concisa, o se presenta el supuesto de motivación por remisión.

5. Que, sobre el derecho a la prueba regulado en el artículo 197 del Código Procesal
Civil, es preciso indicar que el mismo viene configurado como un derecho
fundamental que tiene como finalidad: “fijar los hechos a los que el Juez en su
sentencia determinará el derecho”, es decir “pasan a ser hechos ciertos los que eran
meramente afirmados en el momento inicial del proceso”, permitiendo que el
juzgador llegue a la convicción de cuál es la verdad procesal en un litigio
determinado. Por tanto, el derecho a la prueba tiene una finalidad instrumental,
pues posibilita que la decisión del conflicto planteado por el ciudadano se pueda
dilucidar en la existencia o inexistencia de los hechos relevantes para la misma, y
de esta forma responda a una tutela jurisdiccional efectiva como solución
razonable al problema planteado por el justiciable.

6. En el caso de autos, la Sala de mérito al expedir la respectiva resolución, ha


cumplido con emitir una decisión motivada, en tanto se advierte que existe un
razonamiento jurídico explícito entre los hechos y las leyes que se aplican,
habiendo concluido que en el caso de autos el demandante no ha acreditado
encontrarse al día en la pago de sus obligaciones alimentarias incumpliendo la
exigencia establecida en el artículo 345-A del Código Civil, debiendo acotarse
además que una resolución inhibitoria que declara la improcedencia de la demanda
no vulnera el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, sino que dicha decisión

264
obedece a que el acto postulatorio adolece de un requisito para su admisibilidad,
como se ha indicado en el caso de autos, la falta de acreditación del pago de las
obligaciones alimentarias.

7. En relación al pago de las obligaciones alimentarias, el maestro Cornejo Chávez,


sostiene que se trata de un derecho personalísimo, porque está dirigido a garantizar
la subsistencia del titular del derecho en cuanto subsista el estado de necesidad,
además, este derecho no puede ser objeto de transferencia intervivos ni de
transmisión mortis causa.

8. Por tanto para incoar la demanda de divorcio por la causal de separación de


hecho un requisito necesario es que el demandante se encuentre al día en el pago
de los alimentos u otras obligaciones que se hubieren pactado entre los cónyuges.
Lo que va brindar seguridad y garantía al cónyuge demandado, puesto que incluso
el cónyuge culpable de la separación puede invocar la separación de hecho.

9. Siendo ello así, al haber establecido la Sala Superior que el actor no ha probado
que se encuentra al día en sus obligaciones alimentarias u otras pactadas la
demanda deviene en improcedente, conforme se ha declarado en la resolución
impugnada, siendo así este extremo del recurso deviene en infundado.

10. Finalmente en cuanto a la infracción del artículo 333 inciso 12 del Código
Civil, debe indicarse que dicho dispositivo legal regula la separación de hecho
como causal de separación de cuerpos y divorcio, y que tuvo como finalidad
resolver un problema social, el cual consistía en dejar de mantener la ficción de
una relación conyugal inexistente, la cual producía daños a las partes, quienes
tendrían la posibilidad de rehacer, sentimentalmente, su vida o formalizar sus
nuevas relaciones de pareja. Por ende, al igual que toda norma legal, el fin último
de los legisladores fue el procurar resolver el problema social surgido entre dos
personas que, a pesar del tiempo de separación, no tenían posibilidad legal de
separarse y divorciarse, bajo las estrictas causales de divorcio, propias de un
sistema jurídico absolutamente protector del matrimonio; que es en esas
circunstancias que se dicta la norma que instituye como causal de divorcio, la
separación de hecho, convirtiendo nuestro sistema o modelo de divorcio sanción,
en un sistema o modelo plurimodal en donde también se insertan causales propias
del sistema o modelo del divorcio remedio. 10. En el caso de autos, al no haberse
probado que el demandante se encontraba al día en el pago de sus obligaciones

265
alimentarias resultaba prematura analizar aún si se había configurado la causal de
separación de hecho consagrada en el citado artículo 333 inciso 12 del Código
Civil, así como verificar si los cónyuges adquirieron bienes dentro de la sociedad
de gananciales, como refiere el recurrente, consiguientemente esta denuncia
también deviene en infundada.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 397, del


Código Procesal Civil, declararon:

INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Carlos Alberto Maron Pilco


a fojas trescientos dos; en consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista de
fecha seis de junio de dos mil doce, obrante a fojas doscientos noventa y cuatro,
expedida por la Primera Sala Civil de Juliaca de la Corte Superior de Justicia de
Puno. DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario
Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por el recurrente contra
Yanet Hilda Iberos Dueñas sobre divorcio por la causal de la separación de hecho;
y los devolvieron. Interviene como ponente el señor Juez Supremo Almenara
Bryson

SS. ALMENARA BRYSON, HUAMANÍ LLAMAS, ESTRELLA CAMA,


CALDERÓN CASTILLO, CALDERÓN PUERTAS.

266
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL

CAS. 1789-2013, LIMA

Lima, cinco de julio de dos mil trece

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Que, viene a conocimiento de esta Sala Suprema el recurso de casación


interpuesto por la demandada Laura Esther Fernández Paredes a fojas
cuatrocientos catorce, contra la sentencia de vista del treinta y uno de enero de dos
mil trece, corriente a fojas cuatrocientos seis, que confirmando la apelada de fecha
cinco de marzo de dos mil doce, declara fundada la demanda, disuelto el vínculo
matrimonial contraído el tres de diciembre de mil novecientos ochenta y tres entre
Efraín Marco Anaya Barón y Laura Esther Fernández Paredes, el cese de la
obligación alimenticia entre los cónyuges, fija la indemnización en la suma de Diez
Mil Nuevos Soles que deberá pagar el demandante a la demandada en ejecución
de sentencia, e integrándola declara fenecida la sociedad de gananciales desde el
día siguiente de la publicación de la Ley 27495, procediéndose a la liquidación en
el estadio de ejecución de sentencia; medio impugnatorio cuyos requisitos de
admisibilidad y procedencia deben ser verificados conforme a la modificatoria
establecida en la Ley 29364.

2. Que, en tal sentido, en cuanto a los requisitos de admisibilidad previstos en el


artículo 387º del Código Procesal Civil, modificado por la Ley citada, se tiene que
el presente recurso cumple con tales exigencias, esto es: I) Se impugna una
resolución expedida por la Sala Superior que, como órgano de segundo grado, pone
fin al proceso; II) Ha sido interpuesto ante la Primera Sala de Familia de la Corte
Superior de Justicia de Lima; III) Ha sido presentado dentro del plazo previsto en
la norma según se advierte del cargo de notificación de fojas cuatrocientos diez; y,
IV) No se adjunta el arancel judicial porque la recurrente goza de auxilio judicial.

267
3. Que, en lo referente a los requisitos de procedencia previstos en el artículo 388º
del Código Procesal Civil, modificado por la Ley acotada, se advierte que la
recurrente cumple con lo dispuesto en el inciso 1 de la norma procesal anotada,
porque impugnó la sentencia de primera instancia que fue desfavorable a sus
intereses.

4. Que, para establecer el cumplimiento de los incisos 2, 3 y 4 del precitado artículo


388º del Código adjetivo, se debe señalar en qué consisten las infracciones
normativas denunciadas.

5. Que, en el presente caso la recurrente denuncia: a) Infracción normativa de los


artículos 333º, inciso 12, y 335º del Código Civil; pues alega que, de haber
aplicado las citadas normas materiales se hubiera desestimado la petición del actor,
ya que éste incumple con acreditar que la separación aducida tuvo un periodo
ininterrumpido de dos años. El actor sólo acreditó que el ocho de abril de mil
novecientos noventa y cuatro denunció el retiro del hogar conyugal; sin embargo,
existen medios probatorios en autos que acusan que con posterioridad a dicha data
siguió figurando como su domicilio aquél del que manifestó se había retirado. Lo
lógico es que si existe un plazo secuencia a acreditar, es imperativo demostrar el
punto de partida, los que se sucedieron o actos posteriores hasta arribar al término.

Desde esta óptica si los procesos de la presente naturaleza se acreditaran con un


solo documento, el carácter ininterrumpido estaría ausente. La denuncia policial
posee un séquito de requisitos, uno de ellos es su verificación, cosa no hecha por
el actor, pese a ser policía. Esto hace ver que el documento que ha servido de guía
para resolver esta litis es de favor; por ende calza perfectamente en la prohibición
establecida en el artículo 335º del Código Civil; por ende hubiera estatuido que los
presupuestos exigidos a una denuncia policial que es insuficiente para acreditar lo
solicitado por el actor.

El requisito correspondiente al pago de los alimentos del cónyuge y/o hijos, es


respecto de éstos últimos que se ha acreditado plenamente; no así en lo
concerniente al pago de los alimentos que le corresponden a la cónyuge. De haber
aplicado correctamente las normas citadas el juzgador hubiera determinado que no
se acreditó el plazo ininterrumpido que la Ley exige exista para amparar una
demanda del tipo aquí discutido de un lado; y del otro, que el actor ha tratado de
beneficiarse de sus propios actos, todo esto en torno a la infracción normativa de

268
fondo. b) Infracción del artículo 139º, incisos 3 y 5, de la Constitución Política del
Perú y el artículo 122º, inciso 4, del Código Procesal Civil; la recurrente sostiene
que, de haberse aplicado las normas que están referidas al debido proceso, así como
el correspondiente a la motivación adecuada de una sentencia, se tendrían que
haber merituado los medios probatorios presentados por la recurrente que hacen
ver que el actor siempre vivió en el hogar conyugal; y que una sentencia que
resuelve un tema como el que nos ocupa no puede girar sobre el eje de un solo
medio probatorio; entonces se hubiera anulado la sentencia dictada por el juez de
primera instancia.

6. Que, cabe destacar que el recurso de casación es un medio impugnatorio de


carácter extraordinario que sólo puede fundarse en el error en la aplicación o
interpretación del derecho objetivo, más precisamente en una infracción normativa
que incida directamente en la decisión impugnada, y no así en el examen de
cuestiones referidas a los hechos o a los medios probatorios presentados durante el
transcurso del proceso. Así configurada, la finalidad del recurso de casación es,
conforme lo establece el artículo 384º del Código Procesal Civil, la adecuada
aplicación del derecho objetivo al caso concreto y la uniformidad de la
jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia. Al ser un recurso
extraordinario, su interposición requiere claridad y precisión, tanto en la
exposición de las razones que fundamentan la infracción normativa como en la
sustentación de la incidencia de dicha infracción en la decisión contenida en la
resolución impugnada. Lo contrario, es decir, la falta de claridad al exponer la
infracción normativa o la falta de infracción normativa en sí, supone un
pronunciamiento en el cual se declare improcedente el recurso.

7. Que, en cuanto a la infracción normativa del artículo 333º, inciso 12, del Código
Civil, cabe señalar que con el sustento vertido la recurrente en el fondo pretende
cuestionar la valoración de las pruebas actuadas en el proceso que permitieron
determinar en las sentencias de mérito que el accionante y la demandada han estado
separados de hecho por más de cuatro años consecutivos, separación que se ha
producido desde el cinco de abril de mil novecientos noventa y cuatro, lo que está
probado con la denuncia policial de fojas diez, que no fue objeto de tacha y como
tal tiene validez; que el cónyuge demandante se encuentra al día en el pago de sus
obligaciones alimenticias, lo queda corroborado con los dos recibos simples
firmados por la emplazada y que no han sido tachados; tanto más si que la propia
cónyuge demandada ha declarado en la audiencia de pruebas que el accionante si

269
cumple con el pago de alimentos. Respecto de la infracción del artículo 335º del
Código sustantivo, cabe destacar que esta norma resulta impertinente al caso
examinado, pues tratándose de un proceso de divorcio por separación de hecho, el
propio artículo 333º, inciso 12, parte final, del Código Civil establece que en este
caso no será de aplicación lo dispuesto en el artículo 335º. Razones por las cuales
las infracciones normativas contenidas en el acápite a), del considerando quinto
devienen en improcedentes.

8. Que, en relación a la infracción normativa del artículo 139º, incisos 3 y 5, de la


Constitución Política, contenida en el acápite b) del considerando quinto, es
preciso dejar establecido que la sentencia de vista es respetuosa de los principios
del debido proceso y la motivación de las resoluciones, pues contiene motivación
suficiente que sustenta su decisión, en tanto ha precisado que en la denuncia
policial del ocho de abril de mil novecientos noventa y cuatro, se ha consignado la
manifestación de voluntad de retiro voluntario del accionante desde el cinco de
dicho mes y año, documento que no fue objeto de tacha y como tal mantiene su
eficacia, así como el recibo por alimentos correspondiente al mes de diciembre de
mil novecientos noventa y siete, que tampoco fue objeto de tacha, permiten inferir
que desde dicho año no hacían vida conyugal por cuanto de hacerlo no sería
necesario acreditar el pago de los alimentos, como en este caso ha sucedido; y si
bien la demandada ha manifestado que el actor retornó a vivir con ella hasta el año
dos mil cuatro, sustentándose en la emisión del documento nacional de identidad
por el RENIEC, ello resulta insuficiente para acreditar su dicho, por cuanto no
acredita cuando reanudó su vida conyugal y la sola coincidencia en la dirección
del DNI del demandante no acredita fehacientemente que hubiesen retomado su
vida conyugal, ya que no acompaña otros documentos que sustenten ello; por lo
tanto este extremo del recurso también resulta improcedente.

9. Que, por lo expuesto el recurso examinado no reúne los requisitos de


procedencia previstos en los incisos 2 y 3 del artículo 388º del Código Procesal
Civil, ya que no describe con claridad y precisión la infracción normativa ni
demuestra la incidencia directa de la infracción sobre la decisión impugnada.

10. Que, en cuanto a la exigencia prevista en el inciso 4 del referido artículo 388º,
la recurrente cumple con indicar que su pedido casatorio es revocatorio respecto
de las normas sustantivas y anulatorio respecto de la norma procesal, lo cual no es
suficiente para atender el recurso materia de calificación.

270
11. Que, los requisitos de procedencia del recurso extraordinario son concurrentes
conforme a lo señalado en el artículo 392º del Código adjetivo, modificado por la
referida ley; en consecuencia, como ya se ha dicho en el noveno considerando, no
se cumplen tales requisitos.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 392, del


Código Procesal Civil, declararon:

IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por Laura Esther


Fernández Paredes a fojas cuatrocientos catorce, contra la sentencia de vista del
treinta y uno de enero de dos mil trece, corriente a fojas cuatrocientos seis; en los
seguidos por Efraín Marco Anaya Barón sobre divorcio por causal de separación
de hecho; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario
Oficial El Peruano, bajo responsabilidad de ley; y los devolvieron. Interviene como
ponente el señor Juez Supremo Almenara Bryson.

SS. ALMENARA BRYSON, HUAMANÍ LLAMAS, ESTRELLA CAMA,


CALDERÓN CASTILLO, CALDERÓN PUERTAS.

271
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL

CAS. 4156-2012, AYACUCHO

Lima, treinta de setiembre de dos mil trece

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número cuatro mil ciento
cincuenta y seis – dos mil doce, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha;
luego de verificada la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia.

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Que, antes de absolver la denuncia casatoria, resulta conveniente efectuar


algunas precisiones sobre lo actuado en el proceso: A fojas seis, Daniel Félix
Candia Guevara interpone demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
solicitando se declare nula la sentencia expedida por el Juzgado Mixto de La Mar-
San Miguel, de fecha veintiséis de noviembre de dos mil ocho, que declaró fundada
en parte la demanda de alimentos interpuesta por Lastenia Pérez Lizarbe, en
representación de sus menores hijas Nathaly Milagros y Daniela Candia Pérez, en
consecuencia ordenó que el demandado Daniel Félix Candia Guevara cumpla con
acudir a favor de sus hijas Nathaly Milagros y Milagros Daniela Candia Pérez, la
suma de novecientos nuevos soles mensuales (S/.900.00) de manera fija y por
adelantado, por concepto de alimentos; sentencia que fue declarada consentida.
Sostiene que Lastenia Pérez Lizarbe, en representación de sus menores hijas
interpuso una demanda de alimentos, proceso que se siguió en rebeldía del
demandado, emitiéndose sentencia con fecha veintiséis de noviembre de dos mil
ocho, fijándose la pensión alimenticia en la suma de novecientos nuevos soles
mensuales(S/.900.00) y por adelantado a favor de sus menores hijas; sin embargo
al momento de interponerse dicha demanda, se indica como domicilio real del
recurrente la Urbanización Banco de la Nación Mz “O” lote catorce de la ciudad
de Ayacucho, domicilio en el que nunca habitó; y pese a que en la notificación de
la demanda y anexos, en el expediente número 2008-01062 sobre alimentos, el
personal administrativo de notificaciones deja constancia que: “La cédula y anexos
entregó a la Familia Sedano, quien manifiesta no conocerlo y que debe ser uno de
los inquilinos”; además, en esa época domiciliaba en el Jirón César Vallejo número

272
cuatrocientos veintiséis de la ciudad de Ayacucho, conforme a las instrumentales
obrantes en el expediente penal número 2010-114, seguido en su contra por el
delito de omisión de asistencia familiar.

2. Que, mediante auto emitido por resolución número cuatro de fecha uno de marzo
de dos mil doce, obrante a folios veintiséis, se declaró improcedente la demanda
sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta, por cuanto señala el A-quo: a) La cosa
juzgada puede modificarse, esto es lo que la doctrina denomina cosa juzgada
formal, siendo el ejemplo más frecuente de este género el referido al proceso de
alimentos, donde la sentencia llega a adquirir la calidad de cosa juzgada, en su
manifestación de cosa juzgada formal, en razón de que puede ser objeto de
modificación en un proceso de reducción, aumento o exoneración de alimentos;
por lo que el actor carece de interés para obrar, deviniendo por lo tanto en
improcedente la demanda; b) Del escrito de demanda fluye que el actor interpone
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, solicitando declarar nula la
sentencia así como se declare nulo e insubsistente todo lo actuado hasta el estado
del emplazamiento y se expida nueva sentencia; teniéndose que no se han agotado
los recursos franqueados por ley para cuestionar la resolución materia de nulidad
al haberse consentido la misma, teniendo en consideración además que la acción
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta es de carácter residual y solamente se puede
invocar después de que se haya verificado la imposibilidad de reparar la afectación
al debido proceso dentro de la misma causa judicial en la que se produjo; y como
se aprecia en autos el actor interpuso la presente demanda sin intentar corregir el
proceso de alimentos dentro de los mecanismos que le franquea la ley; resultando
también por ello improcedente.

3. Que, apelado el auto de primera instancia, la Sala Superior absolviendo el grado,


mediante resolución de vista de fecha dieciocho de julio del dos mil doce, obrante
a folios cincuenta y tres, confirma el mismo, al estimar que: a) La demanda de
Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta ha sido interpuesta fuera del plazo previsto
en el artículo 178 del Código Procesal Civil, dado que la sentencia cuya nulidad
pretende, al nueve de junio de dos mil diez (fecha de la resolución que aprueba la
liquidación de pensiones devengadas), ya había adquirido la calidad de cosa
juzgada, e inclusive a la fecha de interposición de la demanda había transcurrido
el plazo de seis meses; b) Así como tampoco se evidencia el perjuicio efectivo
causado al recurrente con dicha sentencia; tanto más, que tratándose de un proceso
de alimentos, la sentencia pese a adquirir la calidad de cosa juzgada puede ser

273
objeto de modificación, mediante un proceso de reducción, aumento o exoneración
de alimentos; c) Consecuentemente, no concurriendo los requisitos procesales
previstos en el artículo 178 de la norma procesal, dicha demanda se encuentra
incursa en la causal de improcedencia, debiendo entonces confirmarse la recurrida.

4. Que, es necesario precisar que el inciso 3 del artículo 139 de la Constitución


Política del Perú, recoge los principios referidos a la observancia del debido
proceso y la tutela jurisdiccional, como instrumentos de tutela de derechos
subjetivos que involucra dos expresiones: una sustantiva y otra formal; la primera
se relaciona con los estándares de justicia como son la razonabilidad y
proporcionalidad que toda decisión judicial debe suponer, y la segunda en cambio
relaciona los principios y reglas que lo integran, es decir tiene que ver con las
formalidades estatuidas; comprende un repertorio de derechos que forman parte de
su contenido esencial, entre ellos, el derecho al juez natural, el derecho al
procedimiento preestablecido, el derecho a probar, el derecho de defensa, el
derecho a la pluralidad de instancias, el derecho a la motivación de resoluciones.

5. Que, en tal sentido, esta Corte Suprema ha señalado que el debido proceso
constituye una garantía establecida en el artículo 139 inciso 3 de la Constitución
Política del Estado, cuya vulneración es sancionada de ordinario con la nulidad,
configurándose cuando no se ha respetado el derecho de una de las partes a acudir
al órgano jurisdiccional en procura de tutela efectiva, cuando se transgrede el
derecho de defensa de las partes, el de ser oídos, de producir prueba , de formular
los medios impugnatorios y de obtener una sentencia motivada en hechos y en
derecho con sujeción a los actuados (…) (Casación número 130-2008, Sala de
Derecho Constitucional y Social Permanente, publicada en el Diario Oficial “El
Peruano” con fecha treinta de octubre de dos mil ocho). Concordante con ello el
Tribunal Constitucional, ha señalado que “uno de los contenidos del derecho al
debido proceso es el derecho de obtener de los órganos jurisdiccionales una
respuesta razonada, motivada y congruente con las pretensiones oportunamente
deducidas por las partes en cualquier clase de procesos (STC Expediente número
1230- 2002-HC/TC).

6. Que, la motivación de la resolución judicial, importa la justificación lógica,


razonada y conforme a las normas constitucionales y legales, así como con arreglo
a los hechos y petitorio formulados por las partes; por consiguiente, una
motivación adecuada y suficiente comprende tanto la motivación de hecho o in

274
factum (en el que se establecen los hechos probados y no probados mediante la
valoración conjunta y razonada de las pruebas incorporadas al proceso, sea a
petición de parte como de oficio, subsumiéndolos en los supuestos fácticos de la
norma), como la motivación de derecho o in jure (en el que selecciona la norma
jurídica pertinente y se efectúa una adecuada interpretación de la misma).
Asimismo, cabe agregar que, tal motivación debe ser formalmente correcta desde
el punto de vista lógico, debiendo observar, en este sentido, las reglas básicas de
la lógica.

7. Que, respecto a la motivación de las resoluciones, el Tribunal Constitucional ha


establecido en el fundamento décimo de la sentencia número 01807-2011-PA/TC
que “debe tenerse presente que en todo Estado constitucional y democrático de
derecho, la motivación debida de las decisiones de las entidades públicas (sean o
no de carácter jurisdiccional) es un derecho fundamental que forma parte del
contenido esencial del derecho a la tutela procesal efectiva. El derecho a la
motivación debida constituye una garantía fundamental en los supuestos en que
con la decisión emitida se afecta de manera negativa la esfera o situación jurídica
de las personas. Así, toda decisión que carezca de una motivación adecuada,
suficiente y congruente constituirá una decisión arbitraria y, en consecuencia, será
inconstitucional”.

8. Que, en el caso de autos conforme se ha señalado, Daniel Félix Candia Guevara


interpone demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, peticionando se
declare nula la sentencia emitida el veintiséis de noviembre de dos mil ocho, que
declaró fundada en parte la demanda de alimentos, en consecuencia ordena a
Daniel Félix Candia Guevara el pago de una pensión alimenticia de novecientos
nuevos soles(S/.900.00) en forma mensual y por adelantado, a favor de sus
menores hijas Nathaly Milagros y Milagros Daniela Candia Pérez.

9. Que, la Sala Superior al motivar el auto recurrido, como fundamento jurídico


para confirmar el auto apelado, que declara improcedente la demanda sobre
nulidad de cosa juzgada de autos, invoca el artículo 178 ab initio del Código
Procesal Civil; al respecto cabe precisar que la referida norma procesal establece
un plazo de caducidad para interponer la nulidad de cosa juzgada fraudulenta,
contado dentro de los seis meses de ejecutada o de haber adquirido la calidad de
cosa juzgada, si no fuere ejecutable la resolución objeto de examen.

275
10. Que, en tal sentido, a efectos de calificar la demanda de autos y emitir
pronunciamiento debidamente fundamentado sobre el plazo de caducidad previsto
en el artículo 178 del Código Procesal Civil, resulta necesario tener a la vista el
expediente penal número 114-2010 (o copias certificadas en caso se encuentre en
trámite), seguido contra Daniel Félix Candia Guevara, sobre omisión de asistencia
familiar, a fin de evaluarse la oportunidad de la ejecución del fallo que ordena el
pago de la pensión alimenticia; tanto más que el demandado alega haber
desconocido hasta el momento de su detención en dicho proceso, respecto a la
tramitación del proceso de alimentos por haberse señalado un domicilio que no le
corresponde; siendo ello así, el auto de vista no se ajusta al mérito de lo actuado y
al derecho, por lo que se ha incurrido en causal de nulidad prevista en el artículo
122 inciso 3 del Código Procesal Civil, debiendo disponerse se expida nuevo auto
al haberse configurado la afectación al debido proceso del impugnante, debiendo
el A quo calificar la demanda teniendo a la vista el expediente penal número 114-
2010 por delito de omisión a la asistencia familiar, en agravio de Nathali Milagros
Candia Quispe, seguido ante el Juzgado Mixto de La Mar – San Miguel de la Corte
Superior de Justicia de Ayacucho.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396 inciso


1 y 2, del Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación de folios ochenta y ocho interpuesto por Daniel


Félix Candia Guevara; NULO el auto de vista de folios cincuenta y tres, expedido
con fecha dieciocho de julio del dos mil doce, que confirmó la resolución apelada;
e INSUBSISTENTE la resolución apelada obrante a folios veintiséis, de fecha
uno de marzo de dos mil doce; ORDENARON que el juez de la causa vuelva a
calificar la demanda, teniendo en cuenta las consideraciones expuestas por este
Supremo Colegiado; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en
el Diario Oficial “El Peruano”; bajo responsabilidad; en los seguidos por Daniel
Félix Candia Guevara contra Lastenia Pérez Lizarbe y otro, sobre Nulidad de Cosa
Juzgada Fraudulenta; y los devolvieron. Ponente Señora Cabello Matamala, Jueza
Suprema.

SS. TICONA POSTIGO, VALCÁRCEL SALDAÑA, CABELLO


MATAMALA, MIRANDA MOLINA, CUNYA CELI

276
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 1050-2012, TACNA

Lima, diez de mayo de dos mil trece

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número mil cincuenta – dos mil
doce, en audiencia pública de la fecha y producida la votación de acuerdo a ley,
emite la siguiente sentencia.

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Esta Sala Suprema mediante resolución de fecha quince de junio de dos mil
doce, ha estimado procedente el recurso de casación por la causal de infracción
normativa. La recurrente denuncia:

a) Infracción del artículo 2 del Decreto Ley número 22396 – Ley Marco de la
Tarifa de los Derechos Consulares, en concordancia con el artículo 179 del
Código Procesal Civil, toda vez que, conforme aparece en autos, en más de tres
ocasiones (proceso 552-85 de alimentos) se ha librado exhorto y diligenciado el
mismo a través del Consulado Peruano en Alemania, sin haberse cobrado suma
alguna, ello en razón de que la suscrita cuenta con auxilio judicial por ser
alimentista; sin embargo, en la última solicitud de diligenciamiento de exhorto, el
Consulado requirió el previo pago de los derechos debido a que el Juez no señaló
que la suscrita cuenta con Auxilio Judicial, lo que hubiera determinado el
diligenciamiento oportuno del exhorto; por tanto, la paralización del proceso se
debe a causas atribuibles al órgano jurisdiccional y no a su persona.

b) Infracción del inciso 3 del artículo 350 del Código Procesal Civil, toda vez
que el presente proceso es uno de tercería preferente de pago, siendo el crédito que
se pretende cobrar uno de naturaleza alimentaría; por lo que el derecho solicitarlo
es imprescriptible, pues perdura en el tiempo mientas exista una relación
alimentaria prevista en la Ley, lo que determina que el proceso de tercería
preferente de pago fundada en él, no puede ser declarado en abandono

277
2. Límites de la potestad jurisdiccional. La finalidad específica de la casación civil
es la de resolver sobre la supuesta infracción de la norma que se denuncia como
cometida, esto es sobre la desestimación o estimación del motivo que la integra;
tal situación impide a este Tribunal Supremo debatir nuevamente sobre todas las
cuestiones planteadas por las partes en el proceso y valorarse nuevamente el
material probatorio aportado a los autos, sino que, partiendo de los hechos
declarados probados en la sentencia recurrida, el Tribunal de casación ha de
pronunciarse sobre la corrección de la solución jurídica que en ella se dio a la
cuestión de fondo.

3. Infracción procesal denunciada y declarada procedente. Sobre la base de los


fundamentos señalados en la parte expositiva de la presente resolución, la
recurrente denuncia como causales que sustentan su recurso de casación, de un
lado, la ‘Infracción del artículo 2 del Decreto Ley número 22396 – Ley Marco de
la Tarifa de los Derechos Consulares, en concordancia con el artículo 179 del
Código Procesal Civil’, y de otro lado, la ‘Infracción del inciso 3 del artículo 350
del Código Procesal Civil’.

4. Antecedentes para pronunciarnos sobre las infracciones normativas. El presente


proceso es uno de tercería preferente de pago, siendo demandante la recurrente
contra el Banco Scotiabank Perú, Eusebia Mary Begazo Guillén y Mario Begazo
Guillén y tiene por objeto que se declare preferente la acreencia de alimentos de la
recurrente sobre el crédito del Banco ejecutante respecto del codemandado Mario
Begazo Guillén, en el proceso sobre ejecución de garantías número 472-1998 que
se sigue ante el Tercer Juzgado Civil Comercial entre los codemandados.

5. Para notificar la admisión de demanda de la tercería se ordena librar exhorto


nacional para emplazar a la codemandada Eusebia Mary Begazo Guillen, quien
domicilia en Arequipa; y exhorto internacional para emplazar al codemandado
Mario Begazo Guillen, quien domicilia en Schaufeleinstrasse 12/80687 Munich –
República Federal de Alemania.

6. El Banco Scotiabank, contestó la demanda. La codemandada Eusebia Mary


Begazo Guillen, fue debidamente emplazada y al no haber contestado la demanda,
mediante resolución de fecha siete de abril de dos mil nueve, se le declara rebelde.
En cuanto al codemandado Mario Begazo Guillen, librado el exhorto, el Consejero
Director de Trámites Consulares mediante oficio de folio doscientos treinta y tres,

278
comunica que falta el recibo Bancario de pago de los derechos consulares por
diligenciamiento de exhorto, lo que imposibilita remitirlo para su tramitación hacia
el Consulado General del Perú en Munich-Alemania, poniéndose dicho oficio a
conocimiento de las partes por Resolución número veintidós, de fecha siete de
mayo de dos mil diez.

7. Por resolución número veinticuatro 10, de fecha diecisiete de noviembre de dos


mil diez, se dispone la remisión del presente expediente al Archivo Transitorio, de
conformidad con lo dispuesto en la Resolución Administrativa número 12-SET-
TP-CME-PJ, por considerar que el proceso de Tercería ha permanecido paralizado
por más de cuatro meses sin que las partes hayan realizado acto alguno que lo
impulse.

8. Mediante escrito de fecha diez de enero de dos mil once, la recurrente -Ludy
Carmen Herrera Pinto- solicita desarchivamiento del expediente de Tercería para
proseguir la tramitación del proceso y como es de verse a folio doscientos sesenta
y cinco, con fecha diez de mayo del dos mil once, solicita reiterar oficio al
Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú en Munich-Alemania, a fin que se
notifique con la demanda al demandado Mario Begazo Guillén, disponiéndose
mediante resolución número veintisiete, de fecha doce de mayo de dos mil once, a
folios doscientos sesenta y seis, que previamente a reiterar el oficio al Ministerio
de Relaciones Exteriores, cumpla la recurrente con efectuar el pago de los derechos
consulares por diligenciamiento de exhorto, notificándose con esta resolución a la
demandante, el día veinticuatro de mayo de dos mil once, conforme aparece del
cargo de notificación respectivo obrante a folio doscientos sesenta y nueve.

9. La demandante, ahora recurrente de la casación, desde que se le notificó con la


resolución número veintisiete no absolvió el conocimiento ni realizó actuación
procesal alguna, por lo que el Juez de oficio mediante auto de fecha tres de octubre
de dos mil once, considerando que el presente proceso no se encuentra dentro de
las causales de improcedencia de abandono, contemplado en el artículo 350 del
Código Procesal Civil, y constatando que había transcurrido más de cuatro meses
sin que se haya realizado acto procesal que lo impulse, dispone el abandono del
proceso.

10. Apelado el auto que declara el abandono por la parte actora, el Superior
Colegiado lo confirma mediante resolución de vista de fecha cinco de diciembre

279
de dos mil once, considerando que el proceso se encuentra en trámite en el estado
de reiterar oficio al Ministerio de Relaciones Exteriores, a efectos de emplazar con
la demandada al demandado Mario Begazo Guillen, por lo que se ha dispuesto que
la demandante previamente cumpla con efectuar el pago de los derechos
consulares por diligenciamiento de exhorto desde el doce de mayo de dos mil once,
mediante Resolución número veintisiete; sin embargo, la recurrente no ha
cumplido con ello, siendo que la demandante alega en su escrito de apelación que
cuenta con auxilio judicial, por tanto no estaría obligada al pago de los derechos
consulares antes indicados; no obstante, afirma la Sala Superior que el beneficio
de auxilio judicial tiene por objeto exonerar a la parte solicitante del pago de los
gastos del proceso (al interior del Poder Judicial), lo que no se hace extensivo a
entidades que no dependen de este Poder del Estado; en todo caso la demandante
debió efectuar las gestiones respectivas ante dicha entidad; ahora bien, apareciendo
de autos que la demandante no ha efectuado trámite alguno a efectos de procurar
el diligenciamiento del exhorto se tiene que la paralización del proceso se debe a
causas atribuibles a la recurrente, por lo que confirma el auto que declara el
abandono del proceso.

11. Análisis de las infracciones normativas. En el contexto procesal antes


mencionado, corresponde analizar si la Sala Superior al dictar la resolución de
vista ha incurrido en ‘Infracción del artículo 2 del Decreto Ley número 22396 –
Ley Marco de la Tarifa de los Derechos Consulares, en concordancia con el
artículo 179 del Código Procesal Civil’; Sobre el particular, debe considerarse que
el argumento sostenido por la recurrente es, que por gozar de auxilio judicial en el
proceso de Tercería Preferente de Pago, también estaría exonerada del pago de
derechos consulares exigidos por las Oficinas Consulares del Perú, dependientes
del Poder Ejecutivo, en aplicación de las normas legales citadas.

12. Al respecto este Colegiado considera importante precisar que el Auxilio


Judicial, a que se refiere el artículo 179 del Código Procesal Civil, es el beneficio
concedido por la Dependencia Judicial correspondiente a las personas naturales
que para cubrir o garantizar los gastos del proceso, pongan en peligro su
subsistencia y la de quienes de ellas dependan. Entiéndase por Dependencia
Judicial a los órganos jurisdiccionales competentes por razón de territorio, materia,
grado o cuantía, para conocer los procesos para los cuales se está requiriendo el
beneficio de Auxilio Judicial. El auxiliado está exonerado de todos los gastos del
proceso, entendiéndose como tales los montos que el Poder Judicial deja de

280
percibir por la concesión de dicho beneficio, es decir, los correspondientes a
cédulas de notificación y aranceles judiciales; así consta de la Directiva número
006-2004-CE-PJ “Procedimientos para la Concesión del Beneficio de Auxilio
Judicial”, aprobado por Resolución Administrativa número 182- 2004-CE-PJ.

13. Si ello es así, la concesión del auxilio judicial a favor de la recurrente solo
alcanza a exonerarle de los gastos al interior del proceso que el Poder Judicial deja
de percibir, pero en modo alguno alcanza a la exoneración del pago de derechos
consulares, exigidos en virtud del Decreto Ley número 22396 por la Oficina
Consular del Ministerio de Relaciones Exteriores, pues para que opere esta
exoneración se requiere que la parte interesada solicite y haga efectiva la
exoneración ante la autoridad competente del Poder Ejecutivo.

14. Si bien es cierto que en el artículo 2 del Decreto Ley número 22396 se dispone
que serán exonerados de los derechos que fija la tarifa consular, todos los
nacionales que comprueban su estado de indigencia, cabe señalar que ello no es lo
mismo que la institución procesal del auxilio judicial, toda vez que mientras el
auxilio judicial es aquella liberación de los gastos judiciales a favor de quien se le
otorga y comprende todos los gastos relacionados con y por el proceso, siendo su
naturaleza eminentemente judicial, en cambio la exoneración de la tarifa consular
tiene naturaleza administrativa y debe ser solicitada y otorgada por la Oficina
Consular del Perú respectiva.

15. En suma, la aplicación e interpretación de las normas citadas que ha realizado


la Sala Superior en la resolución impugnada se encuentran conforme a Derecho,
de lo que se concluye que la infracción denunciada y analizada deviene en
infundada.

16. De otro lado, también se denuncia en el recurso de casación que en la


resolución de vista impugnada se incurre en ‘Infracción del inciso 3 del artículo
350 del Código Procesal Civil’ al no haberse percatado que la pretensión de
tercería preferente de pago, en el presente caso, constituye una pretensión
imprescriptible, al tratarse de una acreencia de carácter alimentario.

17. Sobre esta denuncia en casación corresponde afirmar, en primer lugar, que el
abandono es la institución procesal que provoca la culminación de la instancia y
por ende del proceso, figura que se sustenta en la concurrencia de los factores de

281
inactividad procesal y transcurso del tiempo, y que se encuentra regulada por el
artículo 346 del Código Procesal Civil, que establece que cuando el proceso
permanezca en primera instancia durante cuatro meses sin que se realice acto que
lo impulse, el Juez declarará el abandono de oficio o a solicitud de parte o de
tercero legitimado (control de plazo o formal). En segundo lugar, antes de declarar
el abandono, el Juez debe verificar si en el caso concreto resulta o no aplicable
alguno de los supuestos de improcedencia del abandono a que se refiere el artículo
350 del Código Procesal Civil (control material o de fondo).

18. Al respecto, es oportuno tener en cuenta que el Juez de Primera Instancia, para
declarar el abandono se limitó a efectuar el control de plazo o formal, tal como
consta de la resolución número veintiocho, de fecha tres de octubre de dos mil
once, obrante a folio doscientos setenta. Contra la resolución que declara el
abandono la demandante (ahora recurrente en casación) interpuso recurso de
apelación, como consta de folios doscientos setentiseis a doscientos setenta y ocho,
señalando únicamente como agravio que el […] Juez ha inaplicado lo establecido
en el inciso 5 del artículo 350 del Código Procesal Civil […] pues considera que
se debió declarar improcedente el abandono por cuanto la continuación del trámite
dependía del propio Juez, quien por el hecho de haber concedido auxilio judicial a
la actora, debía recurrir a sus facultades coercitivas a fin de obligar al Ministerio
de Relaciones Exteriores para que realice el emplazamiento del codemandado
Mario Begazo Guillén, sin cobro de los derechos consulares. Dicho agravio fue
absuelto expresamente por la Sala Civil Transitoria de la Corte Superior de Justicia
de Tacna, la que sostiene en la resolución de vista de folio doscientos noventa que
[…] el beneficio de auxilio judicial tiene por objeto exonerar a la parte solicitante
de los gastos del proceso (al interior del Poder Judicial) sin embargo dicho
beneficio no puede ser impuesto a entidades que no dependen de este poder del
Estado […].

19. No obstante, lo señalado en el párrafo que antecede, en el recurso de casación


la recurrente introduce un nuevo y distinto argumento, no invocado en sede de
apelación y por tanto no analizado ni discutido en las instancias de mérito, pues la
demandante sostiene que en el presente caso resulta de aplicación el inciso 3 del
artículo 350 del Código Procesal Civil, pues considera que el cobro de una
acreencia derivado de alimentos devengados es una pretensión imprescriptible, es
decir postula que el control material del abandono impida su declaración.

282
20. No obstante, lo señalado en el párrafo que antecede, en el recurso de casación
la recurrente introduce un nuevo y distinto argumento, no invocado en sede de
apelación y por tanto no analizado ni discutido en las instancias de mérito, pues la
demandante sostiene que en el presente caso resulta de aplicación el inciso 3 del
artículo 350 del Código Procesal Civil, pues considera que el cobro de una
acreencia derivado de alimentos devengados es una pretensión imprescriptible, es
decir postula que el control material del abandono impida su declaración.

21. Sobre el particular este Colegiado considera que no puede ser objeto de
casación analizar aquello que las partes no analizaron y/o debatieron en las
instancias de mérito, nótese que la recurrente al apelar el auto de abandono invocó
la no aplicación del inciso 5 del artículo 350 del Código Procesal, mientras que en
casación pretende se determine la aplicación del inciso 3 de la misma disposición
legal, tal comportamiento no se condice con los deberes de las partes que el artículo
IV del Título Preliminar del Código acotado prevé, pues las partes deben adecuar
su conducta a los deberes de veracidad, probidad, buena fe y lealtad.

22. En tal sentido, los actos procesales tienen por objeto la constitución,
modificación o extinción de derechos o cargas procesales. Precisamente, en el caso
de autos, se advierte que la recurrente solicitó al Juez, expresamente, reitere oficio
al Ministerio de Relaciones Exteriores en Munich - Alemania a fin de que se
notifique con la demanda al demandado Mario Begazo Guillén, ante lo cual la
Judicatura dispuso que previamente cumpla con efectuar el pago de los derechos
consulares por diligenciamiento de exhorto internacional; sin embargo la
recurrente no cumplió con absolver el mandato judicial y dejó transcurrir más del
plazo legal del abandono sin promover actividad alguna al interior del proceso
judicial.:

A mayor abundamiento, debe considerarse que la presente demanda es una de


tercería preferente de pago, la que por su naturaleza es prima facie prescriptible.
Si bien, en el caso de autos, la recurrente plantea como dilema el que por tratarse
de una acreencia derivada de la liquidación de pensiones devengadas de un proceso
de alimentos, tal acreencia sería imprescriptible, y como tal la tercería, mediante
la cual se pretende la preferencia de pago de dicha acreencia, no caería en
abandono del proceso, lo cierto es que el carácter imprescriptible en el caso de los
alimentos es el derecho a pedirlo, mientras subsistan las condiciones jurídicas y
fácticas para su goce, pero prescribe a los dos años la acción que proviene de

283
pensión alimenticia, como lo establece el inciso 4 del artículo 2001 del Código
Civil.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396, del


Código Procesal Civil, declararon:

INFUNDADO el recurso de casación de folio trescientos uno interpuesto por


Ludy Carmen Herrera Pinto, en consecuencia NO CASARON la resolución de
vista de folio doscientos noventa expedida con fecha cinco de diciembre de dos
mil once; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario
Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Ludy Carmen
Herrera Pinto contra Scotiabank Perú Sociedad Anónima Abierta y otros, sobre
Tercería Preferente de Pago; y los devolvieron. Ponente Señor Arias Lazarte, Juez
Supremo.

SS. VALCÁRCEL SALDAÑA, MIRANDA MOLINA, CUNYA CELI,


UBILLÚS FORTINI, ARIAS LAZARTE

284
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 3465-2012, LIMA NORTE

Lima, ocho de mayo de dos mil trece.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; con lo expuesto en el dictamen de la Fiscalía
Suprema en lo Civil; vista la causa número tres mil cuatrocientos sesenta y cinco
– dos mil doce, en Audiencia Pública de la fecha, y producida la votación
correspondiente de acuerdo a ley, emite la siguiente sentencia:

I. HECHOS:

1. demanda se plantea como pretensión se declare disuelto el vínculo matrimonial


entre el actor y la demandada, además que no se fije indemnización para alguno de
los cónyuges por ser innecesario, que se ordene la continuación de la pensión
alimenticia a favor de la cónyuge demandada en la suma de cuatrocientos nuevos
soles (S/.400.00), que el bien adquirido antes del matrimonio quede a favor de la
cónyuge y el bien adquirido durante el matrimonio quede a favor del actor,
fundamentándola en:

a) Como sustento de la demanda, señala el accionante, entre otras consideraciones,


que contrajo matrimonio civil con la demandada el veintidós de mayo de mil
novecientos ochenta y cuatro ante la Municipalidad Distrital de Breña, Provincia
y Departamento de Lima. Que, antes de contraer matrimonio procrearon a sus
cuatro hijos Pedro Esteban, Carmen Sabina, Luis Felipe y María Cristina Criollo
Díaz todos ellos mayores de edad y solo el último de sus hijos César Augusto
Criollo Díaz fue concebido dentro del matrimonio.

b) Que, siendo soltero adquirió una casa habitación en el Conjunto Habitacional


“Los Quipus”, Manzana “A”, Lote catorce de la Urbanización “Los Álamos”,
Distrito de Comas, Provincia y Departamento de Lima y durante el matrimonio
obtuvieron una porción del condominio que se encuentra en Calle Florida números
ciento treinta, ciento treinta y seis y ciento cuarenta y cuatro, del Distrito de San
Isidro, faltando la independizarse.

285
c) Que, debido a la incompatibilidad de caracteres decidieron separarse
pacíficamente en el año mil novecientos ochenta y seis, siendo que desde entonces
estuvo pendiente de la salud y la alimentación de sus hijos y de la demandada
entregándoles hasta la fecha la suma de cuatrocientos nuevos soles (S/.400.00)
mensuales.

d) Que, actualmente tiene otra familia en la que ha procreado dos hijos Pedro
Antonio Criollo Adriazola, de veinte años, y Luis Enrique Criollo Adriazola de
trece años. Y que, asiste a su madre Sabina Laos de Criollo con una pensión
alimenticia de cuatrocientos nuevos soles (S/.400.00), además de sus gastos de
salud.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia se declaró fundada la demanda, fundamentando su decisión en


los siguientes considerandos:

a) Disuelto el vínculo matrimonial, disuelta la sociedad de gananciales a partir del


ocho de julio de dos mil uno, dispone una pensión alimenticia a favor de la
demandada y se le abone un monto indemnizatorio; al considerar que, no teniendo
los cónyuges a la fecha hijos menores de edad y no existiendo resolución o acuerdo
que obligue al demandante a abonar una pensión alimenticia, debe considerarse
que el abono que consta en el documento, constituye un acto de liberalidad, y por
tanto no existiendo obligación de abonar una pensión alimenticia, el demandante
se encontraba habilitado para iniciar este proceso.

b) Que, evaluando los medios probatorios se puede afirmar que los cónyuges no
han hecho vida en común, por lo menos desde fines de mil novecientos ochenta y
seis, ya que en octubre de dicho año cuando nació el último de sus hijos
matrimoniales aun compartían la vivienda. Esta separación se comprueba con las
actas de nacimiento de los hijos extramatrimoniales del demandante quien formó
otra familia que aún conserva.

c) Que, sobre los daños que la demandada alega haber sufrido, no presentó medios
probatorios que los demuestren ni asistió a la audiencia a declarar, ni demostró el
incumplimiento de los deberes del demandante. Sin embargo, desde el punto de

286
vista objetivo la demandada fue la cónyuge más perjudicada de la relación
atendiendo a que sus cinco hijos eran menores de edad quedando a su exclusivo
cuidado; siendo evidente, que por haber formado el demandante una nueva familia
no pudo contribuir de manera eficiente a su antiguo hogar. Por ello el daño debe
ser indemnizado con un monto prudencial.

d) Que, respecto a los alimentos a favor de la cónyuge, si bien no presenta


impedimento para generar sus propios ingresos, considerando que está por ingresar
a la tercera edad y se hizo cargo de su hogar únicamente no realizando ninguna
actividad económica; debe asignársele una pensión alimenticia que cubra sus
necesidades mínimas, fijándola en cuatrocientos nuevos soles (S/.400.00).

e) Que, la separación de los cónyuges fue en el año mil novecientos ochenta y seis,
siendo que la Ley número 27495 vigente desde el año dos mil uno su sociedad de
gananciales se encuentra disuelta a partir de su fecha de entrada en vigencia. Que,
se acreditó que el demandante adquirió el bien inmueble en el Conjunto
Habitacional “Los Quipus” antes del matrimonio, siendo que aunque se culminó
de cancelar el precio del mismo durante el matrimonio no se puede considerar
como bien de la sociedad de gananciales. Y que, respecto del otro bien ubicado en
calle La Florida ciento treinta, ciento treinta y seis y ciento cuarenta y cuatro,
corresponderán sus acciones y derechos en un cincuenta por ciento (50%) para
cada cónyuge.

III. SEGUNDA INSTANCIA

Interponen recurso de apelación contra la sentencia antes referida, que al ser


absuelto por la Sala Superior mediante resolución aprobó la sentencia que declara
fundada la demanda, , al considerar que:

a) Revoca el extremo del monto indemnizatorio fijando una suma mayor y revocó
el extremo que no incluye en la sociedad de gananciales el inmueble ubicado en el
Conjunto Habitacional “Los Quipus” Manzana “A”, Lote catorce, en la
Urbanización “Los Álamos”, Distrito de Comas, Provincia y Departamento de
Lima reformándola declararon que dicho bien forma parte de la sociedad de
gananciales; por considerar, entre otros fundamentos, que sobre la disolución del
vínculo matrimonial se debe mencionar respondiendo a la consulta que el proceso
ha sido tramitado con la regularidad debida.

287
b) Que, se verifica el elemento objetivo de la separación de hecho al haberse
corroborado que la vida en común se interrumpió por el alejamiento conyugal del
demandante en el año mil novecientos ochenta y seis, ratificado por la demandada.
El elemento subjetivo también se corrobora, al observarse que con la presentación
de la demanda el demandante no tiene la intención de continuar con la relación
matrimonial.

c) Además, también se corrobora el elemento temporal al retirarse el demandante


del hogar en el año mil novecientos ochenta y seis y haberse interpuesto la
demanda en el año dos mil nueve. Que, el fenecimiento de la sociedad de
gananciales es a partir del ocho de julio del dos mil uno en virtud a la Ley número
27495.

d) Que, el bien inmueble ubicado en el Conjunto Habitacional “Los Quipus” en la


Urbanización Los Álamos, Distrito de Comas, Provincia y Departamento de Lima
fue comprado cuando el demandante convivía con la demandada en el año mil
novecientos setenta y tres cuyo pago fue a plazos culminando el pago el año mil
novecientos ochenta y ocho. Siendo que el demandante, es quien alega que es un
bien propio, no ha acreditado que la cancelación del precio total de dicho bien haya
provenido de bienes propios u otros frutos e incluso el demandante propone que la
demandada se quede con dicho bien. Siendo que la sentencia impugnada es
prematura al determinar los porcentajes señalados debiéndose seguir el
procedimiento signado en el artículo 208 del Código Civil.

e) Que, respecto a la indemnización al cónyuge perjudicado, es aplicable el Tercer


Pleno Casatorio Civil de la Corte Suprema de Justicia. Que, la afectación
emocional y psicológica sufrida por la demandante se colige razonablemente del
hecho que luego de venir desarrollando una relación convivencial sólida con el
demandante desde el año mil novecientos setenta y tres dentro de la cual
procrearon a cinco hijos, adquirieron bienes, se quedó sola en el año mil
novecientos ochenta y seis por el abandono del demandante. Siendo que ello,
frustró sus expectativas y desarrollo personal y familiar como mujer, esposa y
madre, viéndose desprotegida moral y económicamente. Que, se demuestra que el
demandante convivía con su nueva pareja desde el año mil novecientos ochenta y
seis, engendrando a su primer hijo en el año mil novecientos ochenta y ocho. Por
lo cual la demandada debió hacerse cargo de sus hijos, desempeñándose en

288
diversos quehaceres como la venta de comida, lavado de ropa y demás actividades,
no siendo suficiente el documento que presenta el demandante en el que solo se
aprecia la entrega de cuatrocientos nuevos soles (S/.400.00) en setiembre del dos
mil ocho para demostrar la constancia en dicho pago.

f) Que, el demandante desarrolló diferentes actividades que le permitieron


desarrollar una economía suntuosa estudiando sus hijos procreados con su nueva
pareja en colegios particulares, que su nueva pareja es ama de casa, que incluso él
siguió estudios de post grado en una Universidad Particular. Con todo ello la suma
de dos mil nuevos soles (S/.2,000.00) fijada en la sentencia apelada por concepto
de indemnización por daños no se corresponde a los daños sufridos por la
demandada, por lo que a fin de reparar adecuadamente los daños, acudiendo al
criterio de equidad que la ley autoriza, se debe elevar a cincuenta mil nuevos soles
(S/.50,000.00). Que, se mantiene el monto de pensión alimenticia al no estar la
demandada impedida de realizar alguna actividad que contribuya a su
sostenimiento y que sus hijos ya son mayores de edad.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


doce de octubre de dos mil doce, obrante a fojas cuarenta y nueve a cincuenta y
uno del cuaderno de casación, por las causales de:

a) Que partiendo del análisis doctrinario y jurisprudencial de la Casación


número 4664-2010-PUNO, con carácter de precedente judicial vinculante,
resulta que la sentencia de vista al citar en el fundamento número dieciocho
ha interpretado erróneamente los artículos 345 A y 351 del Código Civil en
contraste con el estándar y quantum indemnizatorio que el Tribunal de la
República ha fijado como tope para la fijación de la indemnización por daños, el
que incluye el daño a la persona, dentro del cual se incluye el daño moral y en
ningún caso el daño emergente o lucro cesante; esto es, en la suma de diez mil
nuevos soles (S/.10,000.00), deviniendo así en excesivo el monto de cincuenta mil
nuevos soles (S/.50,000.00) fijado en la sentencia de vista, sobre la base de un
desmedido criterio de equidad con respecto a las normas y doctrina jurisprudencial,
si durante la secuela del proceso no se ha establecido de manera categórica cada
una de las circunstancias que exigen el cuarto fallo del pleno casatorio ya que no
existe ningún informe ni pericia psicológica que demuestre indubitablemente la

289
afectación emocional o psicológica en que se encuentra actualmente la actora,
tampoco existe ningún actuado judicial o extrajudicial sobre una pretensión
alimenticia en contra del recurrente durante todo el tiempo de la separación hasta
la actualidad, tampoco se ha demostrado que la demanda, haya quedado en
manifiesta situación económica desventajosa y perjudicial con relación al cónyuge
recurrente y a la situación que tenía durante el matrimonio, puesto que desde antes
que se separara ella ha cohabitado con sus hijos hasta la actualidad en el inmueble
comprendido como bien propio del recurrente sito en el conjunto habitacional “Los
Quipus” Manzana “A”, Lote catorce, Urbanización “Los Álamos”, Distrito de
Comas, siendo todo sus hijos procreados dentro del matrimonio mayores de edad,
desde antes de la interposición de la demanda, sumándose a ello que la actora no
se presentó a la audiencia a prestar su declaración de parte, conducta que fue
advertida por el A quo conforme se tiene del décimo considerando, lo que no fue
compulsado ni valorado en la sentencia de vista.

b) Aplicación indebida del artículo 322 del Código Civil, con la finalidad de
incluir a la sociedad de gananciales al inmueble ubicado en el conjunto
habitacional “Los Quipus” Manzana “A”, Lote catorce Urbanización “Los
Álamos”, Distrito de Comas, conforme a la Tercera Decisión de la sentencia
impugnada, sobre la base de inexactitudes y falsedades, ya que en ningún momento
se ha propuesto que la demandada se quede con el precitado bien inmueble, no
siendo exacto que se haya culminado en pagar en el año mil novecientos ochenta
y ocho, ya que conforme se tiene de la cláusula séptima del contrato de Compra
Venta y préstamo hipotecario a fojas cincuenta y seis otorgado por el Banco de la
Vivienda del Perú a su favor de fecha tres de noviembre de mil novecientos
ochenta y uno se reconoce expresamente que el bien fue pagado por el comprador
vía préstamo hipotecario y lo que se canceló posteriormente fue el préstamo mas
no el valor de la venta conforme reza la cláusula adicional a fojas cincuenta y
nueve, por lo que la norma aplicable es el artículo 302 inciso 1 del Código Civil,
excluyéndose así de la sociedad de gananciales el referido bien inmueble.

c) Inaplicación de la doctrina jurisprudencial, del tercer pleno casatorio


recaído en la Casación número 4664- 2010 – PUNO, puesto que en el proceso
se ha acreditado con el documento de fojas cincuenta y dos y cincuenta y seis que
el demandante adquirió antes del matrimonio el inmueble citado, pues aun cuando
se culminó de cancelar el precio del inmueble durante el matrimonio, no pudiendo
ser considerado como bien conyugal a tenor de lo dispuesto por el artículo 302

290
inciso 1 del Código Civil; y en el caso supuesto de que se pretenda valorar su
relación convivencial con la demanda desde el año mil novecientos setenta y tres
en ningún caso resiste ninguna valoración objetiva y jurídica que contravenga lo
dispuesto en el artículo 302 inciso 1 del citado Código ya que para que exista un
régimen de sociedad de gananciales derivado de una unión de hecho ésta tiene que
ser preexistente y judicialmente declarada, situación que no ocurre en el caso de
autos.

2. Uno de los contenidos esenciales del derecho al debido proceso es el derecho de


obtener de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y congruente
con las pretensiones oportunamente deducidas por las partes en cualquier clase de
procesos. La exigencia de que las decisiones judiciales sean motivadas en
proporción a los términos del inciso 5 del artículo 139 de la Constitución Política
del Estado garantiza que los Jueces cualquiera sea la instancia a la que pertenezcan
expresen el proceso lógico que los ha llevado a decidir la controversia, asegurando
que el ejercicio de la potestad de Administrar Justicia se haga con sujeción a la
Constitución Política del Estado y a la Ley, pero también con la finalidad de
facilitar un adecuado ejercicio del derecho de defensa.

3. Asimismo el derecho a un debido proceso y la tutela jurisdiccional efectiva


encuentran desarrollo a nivel ordinario en el artículo I del Título Preliminar y
artículo 122 del Código Procesal Civil que garantizan al justiciable, ante su pedido
de tutela, el deber del órgano jurisdiccional de observar el debido proceso y de
impartir justicia dentro de los estándares mínimos que su naturaleza impone; así
mientras que la tutela judicial efectiva supone tanto el derecho de acceso a los
órganos de justicia como la eficacia de lo decidido en la sentencia es decir una
concepción genérica que encierra todo lo concerniente al derecho de acción frente
al poder – deber de la jurisdicción, el derecho al debido proceso en cambio
significa la observancia de los principios y reglas esenciales exigibles dentro del
proceso como es el caso del principio de motivación de las resoluciones judiciales.

4. En ese sentido, habrá motivación de las resoluciones judiciales siempre que


exista: 1) Fundamentación jurídica, que no implica la sola mención de las normas
a aplicar al caso, sino, la explicación y justificación de qué tal caso se encuentra o
no dentro de los supuestos que contemplan tales normas; 2) Congruencia entre lo
pedido y lo resuelto, que implica la manifestación de argumentos que expresarán
la conformidad entre los pronunciamientos del fallo y las pretensiones formuladas

291
por las partes; y, 3) Por sí misma la resolución judicial exprese una suficiente
justificación de la decisión adoptada, aun si esta es breve o concisa, o dicho en
otras palabras, que las razones que respaldan una determinada resolución judicial
puedan desprenderse de su simple lectura y no de suposiciones o interpretaciones
forzadas por parte de los destinatarios de ellas, tal es así que el inciso 3 del artículo
122 del Código Procesal Civil, establece: “Las resoluciones contienen: La mención
sucesiva de los puntos sobre los que versa la resolución con las consideraciones,
en orden numérico correlativo, de los fundamentos de hecho que sustentan la
decisión, y los respectivos de derecho con la cita de la norma o normas aplicables
en cada punto, según el mérito de lo actuado”.

5. En el presente caso, se aprecia que la instancia judicial de mérito no ha resuelto


debidamente las alegaciones expuestas por el actor en su demanda y la emplazada
en su contestación, ni han valorado debidamente los medios probatorios, a fin de
determinar si efectivamente el inmueble ubicado en el Conjunto Habitacional “Los
Quipus”, Manzana “A”, Lote catorce de la Urbanización “Los Álamos”, Distrito
de Comas, Provincia y Departamento de Lima, es un bien propio del actor o es un
bien de la sociedad de gananciales, debiendo analizar la norma aplicable al caso,
considerando que las partes iniciaron una relación convivencial, unión de hecho,
desde el año mil novecientos setenta y tres aproximadamente, que el inmueble
citado lo adquirió el actor en mil novecientos ochenta y uno y contrajeron
matrimonio civil en el año mil novecientos ochenta y cuatro, debiendo precisar si
fue reconocida judicialmente la unión de hecho sostenida entre actor y emplazada
y durante que periodo, y recién a partir de entonces proceder a la liquidación de
todos los bienes que forman parte de la sociedad de gananciales, conforme lo
estipula el artículo 322 del Código Civil. Asimismo se deberá analizar y señalar
las pruebas que acrediten cuál de los cónyuges es el más perjudicado por la
separación, y como tal le corresponda ser indemnizado con un determinado monto,
bajo los criterios fijados en el Precedente Jurisprudencial vinculante contenido en
la Casación número 4664-2010-PUNO y teniendo en cuenta además el
pronunciamiento que se emita respecto a los bienes que forman parte de la sociedad
de gananciales, los que serán liquidados; en consecuencia, al verificarse que la
sentencia de vista adolece de falta de motivación, los Jueces Superiores han
vulnerado el derecho constitucional al debido proceso.

6. Por consiguiente, habiéndose demostrado la incidencia de la infracción


normativa procesal denunciada en casación, corresponde declarar la nulidad de la

292
sentencia de vista y ordenar se expida nueva resolución con arreglo a ley, de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 122, incisos 3 y 4, y 176 del Código
Procesal Civil.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396


modificado por el artículo 1 de la Ley número 29364, del Código Procesal Civil,
declararon:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Pedro Lorenzo Criollo Laos,


mediante escrito de fojas seiscientos veinte a seiscientos treinta y dos; casaron la
resolución impugnada, en consecuencia, NULA sentencia de vista de fecha
veinticinco de mayo de dos mil doce, de fojas cuatrocientos noventa a quinientos,
expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte;
ordenaron el reenvío de la causa a la Sala Superior de origen a fin que emita nueva
sentencia, teniendo en cuenta las directivas de la presente resolución; dispusieron
la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo
responsabilidad; en los seguidos por Pedro Lorenzo Criollo Laos contra Carmen
Rosario Díaz Aguirre de Criollo, sobre Divorcio por Causal de Separación de
Hecho; y los devolvieron. Ponente Señor Cunya Celi, Juez Supremo.

SS. VALCÁRCEL SALDAÑA, MIRANDA MOLINA, CUNYA CELI,


UBILLÚS FORTINI, ARIAS LAZARTE.

293
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CAS. 4239-2012, LIMA

Lima, veintidós de marzo de dos mil trece.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número cuatro mil doscientos
treinta y nueve - dos mil doce, en Audiencia Pública de la fecha y producida la
votación de acuerdo a ley, emite la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. Mike Roberto Zevallos Valdivia interpone demanda de divorcio por causal de


adulterio, dirigida contra Milka Karina Aguinaga Chang fundamentándola en:

a) El día siete de octubre de mil novecientos noventa y nueve contrajo matrimonio


civil con Milka Karina Aguinaga Chang ante el Registro Civil de la Municipalidad
Distrital de Calleria, en la Provincia de Coronel Portillo, Departamento de Ucayali,
habiendo procreado dos hijos Aranza y Facundo Zevallos Aguinaga, de nueve y
dos años respectivamente; siendo el caso que en el mes de mayo de dos mil diez
su cónyuge le manifestó que quería dejar de hacer vida en común y que el menor
de sus hijos no era suyo, e incluso, presentó a su pareja a su hija Aranza;

b) Al enterarse de ello, decidió practicarse una prueba de paternidad, resultando


de dicho examen que se excluye la paternidad del hijo F.Z.A. respecto del padre
presunto analizado; por tanto ello, es prueba de la condición adultera de la
demandada y por consiguiente de la causal invocada;

c) Solicita pretensión accesoria de pensión alimenticia para cubrir las necesidades


alimenticias (vestido, recreación, salud, instrucción, calzado y vivienda);

d) Sobre la tenencia de sus menores hijos la solicita en virtud a que sus hijos han
permanecido siempre a su lado; y,

294
e) Respecto al régimen de pensión de alimentos entre cónyuges, solicita se le
asigne el monto de mil quinientos nuevos soles (S/.1,500.00), además, de una
indemnización a su favor por la suma de trescientos cincuenta mil nuevos soles
(S/.350,000.00), por considerarse el cónyuge agraviado.

2. La demandada Milka Karina Aguinaga Chang, contesta la demanda alegando


que:

a) La demanda deviene en improcedente, al tener la demandante pleno


conocimiento de que ya existe proceso judicial de divorcio por causal entre ambas
partes, ante el Sexto Juzgado de Familia de Lima, a través del Expediente número
183506-2010-303, y por tanto ha inducido a error al Juzgado al admitir la demanda
y ordenar una medida cautelar de asignación anticipada de alimentos;

b) La conducta maliciosa del demandante está debidamente acreditada en el


presente proceso, con la resolución número nueve de fecha cuatro de julio de dos
mil once, en la cual se declara fundada la nulidad formulada por su persona; el
demandante pretendió recortar su derecho de defensa, notificándola al domicilio
conyugal, domicilio del cual tenía conocimiento que ya no habitaba;

c) Desde el dos mil dos ya no tenían vida conyugal por el maltrato físico y
psicológico que sufría por el comportamiento violento del demandante, por lo que
en el proceso de divorcio ante el Sexto Juzgado de Familia se ordenó que al
demandante se le practique una pericia psicológica, lo cual no ha cumplido;

d) Por el maltrato recibido optó por retirarse de su domicilio lo que dio lugar a la
denuncia policial ante la Comisaría de Monterrico el seis de marzo de dos mil
nueve; sin embargo por el bien de sus menores hijos decidió continuar con la
relación, optando por vivir juntos y no tener una relación carnal de esposos;

e) Los abusos psicológicos no cesaron en ningún momento, siendo que con fecha
uno de junio de dos mil diez le prohibió el ingreso a su domicilio sin justificación
legal alguna quedándose con sus menores hijos; y con fecha dos de junio de dos
mil diez interpuso denuncia verbal ante la Fiscalía Provincial de Familia, que
originó la presencia del Fiscal en su domicilio a fin de que se le permita el ingreso
a su domicilio, ocurriendo que en la noche del mismo día el demandante le propina
golpes en presencia de sus hijos, destruyendo sus documentos personales y

295
desapareciendo su vestimenta en su totalidad, lo cual consta en su denuncia del día
tres de junio de dos mil diez;

f) Las pruebas antes mencionadas generaron que en el proceso ante la Cuarta


Fiscalía Provincial de Familia se disponga el otorgamiento de medidas de
protección inmediata;

g) Sobre la prueba de ADN solicita que el médico que la efectuó se presente al


juzgado a fin de ratificarse en la prueba presentada; y,

h) Solicita alimentos al tener la tenencia real de sus menores hijos; además del
régimen cerrado de visitas para su cónyuge por su personalidad violenta, una
pensión alimenticia de mil quinientos nuevos soles (S/.1,500.00) y una
indemnización ascendente a la suma de trescientos cincuenta mil nuevos soles
(S/.350,000.00).

II. PRIMERA INSTANCIA:

El Cuarto Juzgado de Familia, mediante la resolución número quince – fojas ciento


tres – de fecha veintitrés de abril de dos mil doce, concluyó que no ha vencido el
plazo establecido en el artículo 346 del Código Procesal Civil, en atención a que
el último acto procesal notificado a la parte es de fecha tres de febrero de dos mil
doce

III. SEGUNDA INSTANCIA

Luego que fuera apelado el auto antes citado, la Sala de mérito, mediante
resolución de fecha dos de agosto de dos mil doce – fojas ciento veintiuno a ciento
veintitrés, revoca la apelada y reformándola declara el abandono del proceso, al
considerar que:

a) El último acto procesal se efectuó mediante las notificaciones de fecha


veinticuatro de octubre de dos mil once, notificaciones en donde se ponía en
conocimiento de las partes la resolución número uno que declaraba saneado el
proceso conforme se advierte de los cargos de fojas setenta y nueve a ochenta,
siendo que el pedido de la recurrente para que se declare el abandono del proceso
fue realizado mediante escrito de fecha diecisiete de abril de dos mil doce, esto es

296
casi seis meses después de que el proceso haya quedado totalmente paralizado por
la inactividad de las partes; y en consecuencia el proceso se ha encontrado
paralizado por más tiempo legal previsto por ley sin producirse actividad procesal
a pesar de que el demandante y la demandada tenían pleno conocimiento de su
estado, por lo que es menester precisar que ha sido responsabilidad exclusiva de
los intervinientes su paralización.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


siete de noviembre de dos mil doce, obrante a fojas veinte a veintiuno del cuaderno
de casación, por las causales de:

a) Infracción normativa procesal, sustentado en que, se infringe el debido


proceso, específicamente lo señalado en el inciso 3 del artículo 122 del Código
Procesal Civil, pues en la resolución de fecha veintisiete de enero de dos mil doce,
notificada a las partes el día tres de febrero de dos mil doce, en ella se da cuenta
del escrito presentado por la demandada con fecha veintiséis de enero de dos mil
doce, con el cual impulsó y activó el proceso; siendo ello así está debidamente
acreditado que el proceso no estuvo paralizado por más de cuatro meses. En tal
sentido, constituye una incoherencia interpretativa el afirmar que el proceso haya
quedado paralizado por más de seis meses, por inactividad de las partes.

2. Que, respecto a la causal denunciada por infracción normativa, según Monroy


Cabra, “Se entiende por causal (de casación) el motivo que establece la ley para la
procedencia del recurso”. A decir de Pina: “El recurso de casación ha de fundarse
en motivos previamente señalados en la ley. Puede interponerse por infracción de
ley o por quebrantamiento de forma. Los motivos de casación por infracción de
ley se refieren a la violación en el fallo de leyes que debieran aplicarse al caso, a
la falta de congruencia de la resolución judicial con las pretensiones deducidas por
las partes, a la falta de competencia etc.; los motivos de la casación por
quebrantamiento de forma afectan (…) a infracciones en el procedimiento. En ese
sentido Escobar Forno señala. “Es cierto que todas las causales supone una
violación de ley, pero esta violación puede darse en la forma o en el fondo”.

3. Que, el artículo 346 del Código Procesal Civil contempla la institución jurídica
procesal el abandono del proceso, definido como “(…) un medio procesal a través

297
del cual se extingue un proceso por falta de actividad idónea de los sujetos
procesales” (Casación número 884-2003- Lambayeque, en: El Peruano, Lima,
treinta y uno de marzo de dos mil cuatro, página once mil seiscientos ochenta y
siete).

4. Que, el abandono implica dos factores combinados: el tiempo y la inactividad


procesal; que provoca la culminación de la instancia y, por ende, del proceso sin
declaración sobre el fondo en razón de la inactividad procesal de las partes. Lo que
realmente sanciona el abandono es la negligencia manifiesta del litigante, que con
su inactividad deja paralizado el proceso. Dicha inactividad tiene que ser medida
a través de determinados plazos que la norma regula en cuatro meses. Además
constituye la protección al derecho a no permanecer permanentemente en juicio;
al respecto Adolfo Parrry señala que el interés público exige que los pleitos
abandonados por quienes lo promueven, no perduren y se hallen indefinidamente
pendientes, manteniendo la inquietud en las familias a quienes afectan. Es
necesario restituir a ellas el reposo y la tranquilidad, poniendo término después de
un lapso, a esa perturbación constante motivada por la presencia de una contienda
judicial siempre abierta.

5. Que, la ausencia del trámite del proceso está sujeta a los siguientes presupuestos:
a) Que el proceso permanezca en primera instancia, es decir excluye la segunda
instancia; b) Que el proceso permanezca sin que se realice acto que lo impulse, o
que existiendo actividad no tenga como propósito activar el proceso, como la
designación del nuevo domicilio, pedido de copias, apersonamiento de nuevo
apoderado y otros análogos referidos en el artículo 348 del Código Procesal Civil;
c) Para el cómputo del plazo de cuatro meses, se considera iniciado el proceso con
la presentación de la demanda, corre durante los días inhábiles y se considera a
partir de la última actuación procesal o desde notificada la última resolución. No
se toma en cuenta el periodo en que el proceso estuvo paralizado por acuerdo de
las partes aprobado por el Juez (por ejemplo la suspensión convencional
establecida en el artículo 319 del Código Procesal Civil), por disposición del Juez
(por ejemplo en caso de llamamiento por fraude regulado en el artículo 106 del
Código Procesal Civil), por mandato de la ley (por ejemplo la suspensión del
proceso por intervención Litis consorcial o en caso de tercerías) o por mandato del
Juez como acto de discrecionalidad en aras de preservar la eficacia del proceso;
tampoco se cuenta el periodo cuando la paralización se debe a causas de fuerza
mayor y que las partes no hubieran podido superar con medios procesales a su

298
alcance. Si luego de transcurrido el plazo el beneficiado con él realiza un acto
procesal no hay abandono.

6. Que, conforme a lo establecido en el artículo 350 del Código Procesal Civil, “no
hay abandono: 1) En los procesos que se encuentran en ejecución de sentencia; 2)
En los procesos no contenciosos, 3) En los procesos en que se contiendan
pretensiones imprescriptibles, 4) En los procesos que se encuentran para sentencia,
salvo que estuviera pendiente actuación cuya realización dependiera de una parte.
En este caso, el plazo se cuenta desde notificada la resolución que la dispuso; 5)
En los procesos que se encuentran pendientes de una resolución y la demora en
dictarla fuera imputable al Juez, o la continuación del trámite dependiera de una
actividad que la ley le impone a los auxiliares jurisdiccionales o al Ministerio
Público o a otra autoridad o funcionario que deba cumplir con un acto procesal
requerido por el Juez; y f) En los procesos que la ley señale”.

7. Que, de la revisión de autos se advierte que, mediante resolución de fecha siete


de octubre de dos mil once, de fojas setenta y seis a setenta y ocho obrante en copia
certificada, se declaró infunda la excepción de Litis pendencia y saneado el
proceso, sin que hasta la fecha del pedido de declaración de abandono de fojas
ciento uno a ciento dos, esto es el veintiséis de enero de dos mil doce; el Juez de
la causa haya procedido conforme a lo ordenado en el artículo 468 del Código
Procesal Civil, el cual establece que una vez declarado el saneamiento procesal y
vencido el plazo otorgado a las partes para proponer los puntos controvertidos, con
o sin la propuestas de las mismas, el Juez procederá a fijar los puntos
controvertidos y la declaración de admisión o rechazo, según sea el caso, de los
medios probatorios ofrecidos. En consecuencia, nos encontramos ante la
inexistencia de abandono prescrita en el inciso 5 del artículo 350 del Código
Procesal Civil; pues el proceso se encuentra pendiente de ser impulsado por el
Juez, en virtud al principio de preclusión procesal.

8. Que, habiéndose concluido que el proceso se encuentra pendiente de ser


impulsado por el Juez de la causa por mandato de la normas antes citadas; en aras
de velar por el cumplimiento del principio de celeridad procesal, que se expresa a
través de distintas instituciones como la del impulso oficioso del proceso; del
principio de economía procesal que justamente se hace efectivo a través de la
institución procesal del abandono; y advirtiéndose que la instancia de mérito no ha
resuelto los de la materia conforme a la legislación invocada, corresponde declarar

299
fundado el recurso de casación, nula la de vista y actuando en sede de instancia
confirmar la apelada, a fin que el proceso continúe conforme a su estado.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396, del


Código Procesal Civil, declararon:

FUNDADO el recurso de casación de fojas ciento cuarenta y dos a ciento cuarenta


y siete, interpuesto por Mike Robert Zevallos Valdivia; en consecuencia NULO el
auto de vista recurrido de fojas ciento veintiuno a ciento veintidós de fecha dos de
agosto de dos mil doce que revocando la apelada declaró el abandono del proceso;
dándose por concluido el proceso y ordenándose el archivo definitivo; y, actuando
como sede de instancia se confirme la resolución apelada de fojas ciento tres, su
fecha veintitrés de abril de dos mil doce, que declara que no ha vencido el plazo
establecido en el artículo 346 del Código Procesal Civil (referido al abandono del
proceso); dispusieron la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial
El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Mike Robert Zevallos
Valdivia contra Milka Karina Aguinaga Chang y otro, sobre Divorcio por Causal
de Adulterio; y los devolvieron. Ponente Señor Cunya Celi, Juez Supremo.

SS. RODRÍGUEZ MENDOZA, VALCÁRCEL SALDAÑA, CABELLO


MATAMALA, MIRANDA MOLINA, CUNYA CELI

300
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL

CAS. 640-2013, JUNÍN

Lima, catorce de mayo de dos mil trece.

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA; Viene a conocimiento de este Supremo Tribunal el recurso de
casación interpuesto por Laura María de Lourdes Coquelet Arauco de fojas
cuarenta y cuatro a setenta del cuadernillo de casación, contra la sentencia de vista
de fecha diez de enero de dos mil trece, que confirma la sentencia apelada la cual
declara infundada la demanda, en los autos seguidos por Laura María de Lourdes
Coquelet Arauco contra Guillermo Augusto Coquelet Barrantes, sobre Nulidad de
Acto Jurídico; para cuyo efecto debe procederse a calificar los requisitos de
admisibilidad y procedencia de dicho medio impugnatorio, conforme a lo previsto
en la Ley número 29364 el cual modificó, entre otros, los artículos 387, 388, 391,
392 del Código Procesal Civil.

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Que, verificando los requisitos de admisibilidad regulados en el artículo 387 del


Código Procesal Civil:

i) Se recurre contra una sentencia o auto expedido por una Sala Superior que, como
órgano de segundo grado, pone fin al proceso; ii) Se ha interpuesto ante esta Sala
Suprema que emitió la resolución impugnada; iii) Fue interpuesto dentro del plazo
de los diez días de notificado con la resolución recurrida; y iv) Ha cumplido con
el pago de tasa judicial.

2. Que, previo al análisis de los requisitos de fondo, debe considerarse que el


recurso de casación es un medio impugnatorio extraordinario de carácter formal
que solo puede fundarse en cuestiones eminentemente jurídicas y no fácticas o de
revaloración probatoria, es por ello que éste tiene como fin esencial la correcta
aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unificación de la
jurisprudencia nacional por la Corte Suprema; en ese sentido, debe fundamentarse

301
de manera clara, precisa y concreta indicando en que consiste la infracción
normativa y cuál es la incidencia directa en que se sustenta.

3. Que, respecto al requisito de fondo contemplado en el inciso 1 del artículo 388


del Código Procesal Civil, Laura María de Lourdes Coquelet Arauco cumple con
ello en razón a que no consintió la resolución de primera instancia que le fue
desfavorable.

4. Que, respecto a los requisitos contenidos en los incisos 2, 3 y 4 del artículo 388
del Código Procesal Civil, el recurrente invoca como causales:

i) Infracción normativa del artículo 139 inciso 3 y 6 de la Constitución Política del


Estado así como del artículo X del Título Preliminar del Código Procesal Civil,
alegando que;

a) Se ha vulnerado su derecho a la doble instancia, y por tanto su derecho


fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva, por cuanto su pretensión está
configurada por la causal del nulidad absoluta por haber mediado simulación
absoluta; sin embargo, pese a haber ofrecido los medios probatorios conducentes
a la obtención de sentencia estimatoria, no han sido valorados de modo alguno;

b) Con el proceso de alimentos, ha demostrado que el comprador del inmueble y


codemandado Rafael Milla Landeo no tenía capacidad económica para adquirir el
inmueble; la Sala debió valorar lo que adujo el demandado Milla Landeo al
contestar la demanda, respecto a sus ingresos mensuales, desnaturalizándose el
objeto de la prueba no se emitió juicio de valor al respecto. No se ha emitido
valoración respecto a la Ley número 28194 “Ley para la lucha contra la evasión y
la formalización de la Economía”:

c) Si la Sala de vista advirtió la falta de valoración de pruebas, debió declarar nula


la sentencia y ordenar dicha valoración, y no pronunciarse, por cuanto afecta su
derecho a la doble instancia, pues está actuando como único órgano de instancia;

ii) Infracción del artículo 139 inciso 5 de la Constitución Política del Estado,
arguye que:

302
a) Los considerandos, segundo, cuarto y quinto de la impugnada vulneran el
principio lógico de la razón suficiente, pues concluyen que no se configura el
concierto de voluntades de las partes celebrantes cuyo propósito es evadir el
cumplimiento de ciertas obligaciones, que no existe documento que acredite la
ilicitud del contrato ni el perjuicio causado a terceros y que los informes de la
Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria - SUNAT
no prueban en concierto de voluntades que configura la simulación; sin embargo,
son motivaciones aparentes, pues no se determina el porqué, se llega a dichas
conclusiones y no a otras;

b) La probanza de la existencia de concierto de voluntades de las partes


contratantes debió establecerse en función a la valoración de los indicios
respectivos que constan en los medios de prueba no valorados por al A Quo, al
momento de sentenciar, tales como el informe de la Superintendencia Nacional de
Aduanas y de Administración Tributaria - SUNAT y proceso de alimentos, seguido
al demandado Rafael Milla Landeo; sin embargo los Jueces de Mérito no han
efectuado análisis alguno respecto a las fuentes de prueba; y

c) La Sala concluye que los informes de la Superintendencia Nacional de Adunas


y de Administración Tributaria - SUNAT no prueban el concierto de voluntades
que configuran la simulación, sin embargo no exterioriza cuál es la justificación,
fundamentación o razón que ha motivado que arribe a dicha conclusión; y

iii) Infracción de los artículo 50 inciso 6 y 122 inciso 4 del Código Procesal Civil
y por extensión el inciso 6 del artículo 139 de la Constitución Política del Estado;
dado que, conforme se observa del recurso de apelación expuso como agravios la
no valoración del informe remitido por la Superintendencia Nacional de Aduanas
y de Administración Tributaria - SUNAT y respecto del proceso de alimentos
seguido contra el codemandado Rafael Milla Landeo, que no se ha valorado
debidamente. La Sala de mérito no se ha pronunciado sobre los agravios
expresamente denunciados en su recurso de apelación, soslayando e inaplicando
el principio tantum apellatum quantum devolutum contenido implícitamente en el
artículo 370 del Código Procesal Civil, sino también el principio de congruencia
procesal, por tanto la sentencia es nula por contener pronunciamiento nulo por citra
petita.

303
5. Que, en la causal descrita en el ítem “i” la recurrente alega afectación al debido
proceso, sin embargo dicha causal no puede prosperar por carecer de base real, al
no advertirse la concurrencia de vicios insubsanables que afecten el debido
proceso, en tanto, la recurrida tomando en cuenta la naturaleza del proceso sobre
nulidad e acto jurídico – contiene una motivación coherente, precisa y sustentada
en base a los hechos invocados, absolviendo las posiciones y contraposiciones
asumidas por las partes del proceso durante el desarrollo del proceso, valorado en
forma conjunta los medios probatorios, utilizando su apreciación razonada, en
observancia a la garantía constitucional contenida en el inciso 3 del artículo 139
de la Constitución Política del Estado; llegando a la conclusión, que no existe
documento fehaciente que pruebe la ilicitud que alega la demandante, ni que el
acto jurídico adolezca de simulación, no se acredita acuerdo de voluntades para
ello ni perjuicio causado a terceros; precisando que el proceso de alimentos contra
el demandado y el informe de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de
Administración Tributaria - SUNAT, no conllevan a presumir la divergencia entre
la voluntad manifestada y la voluntad interna para producir un acto simulado o la
imposibilidad absoluta del comprador de poder pagar el precio, más aun teniendo
en cuenta que el proceso de alimentos se inició luego de la celebración del acto en
cuestión y que por último la Ley número 28194 no tiene implicancia en la
configuración de la causal de simulación que se invoca. En tal sentido, se verifica
que el fallo emitido en la sentencia de mérito no resulta atentatorio al debido
proceso; ni menos una afectación a la pluralidad de instancias.

6. Que, la recurrente en las causales descritas en los ítems “ii” y “iii” alega
afectación al principio de motivación de las resoluciones, al respecto se debe
precisar que “la motivación de una decisión no solo consiste en expresar la norma
legal en la que se ampara, sino fundamentalmente en exponer suficientemente las
razones de hecho y el sustento jurídico que justifican la decisión tomada”. En esa
medida, la debida motivación debe estar presente en toda resolución que se emita
en un proceso, lo que implica que cualquier decisión cuente con un razonamiento
que no sea aparente o defectuoso, sino que exponga de manera clara, lógica y
jurídica los fundamentos de hecho y de derecho que la justifican, en mérito a la
valoración conjunta y razonada de los medios probatorios, de manera tal que los
destinatarios, a partir de conocer las razones por las cuales se decidió en un sentido
o en otro, estén en la aptitud de realizar los actos necesarios para la defensa de su
derecho. Así tenemos que la sentencia recurrida, sí se encuentra debidamente
fundamentada dado a que expone suficientemente las razones de hecho y el

304
sustento jurídico que justifican la decisión, habiendo valorado adecuadamente los
medios probatorios (como se ha precisado en el considerando precedente)
habiendo concluido que el acto jurídico materia de autos no adolece de simulación
absoluta, por cuanto ello no ha sido probado por la recurrente, y en atención a que
las pruebas que ella aporta no tienen incidencia en la configuración de la causal de
nulidad que plantea. Es pertinente precisar que las alegaciones planteadas por la
recurrente ya han sido respondidas suficientemente por la Instancia de Mérito,
quien como Órgano Colegiado revisor ha ejercido el control que le impone la
norma, confirmando la apelada respondiendo los agravios invocados por la
recurrente en su apelación y sustentando el por qué no corresponde estimarlos; por
lo que las causales in comento también deben ser desestimadas.

7. Que, a mayor abundamiento las alegaciones expuestas están basadas en


cuestiones de probanza y a una pretendida nueva calificación de los hechos
orientados a la nulidad del acto jurídico materia de Litis, lo cual ha sido desvirtuado
por las Instancias de Mérito, tal como se ha citado en el quinto y sexto
considerando de la presente resolución. Consecuentemente su pretensión casatoria
resulta ajena al debate casatorio, en tanto, la Corte de Casación no constituye una
instancia más en la que se puede provocar un nuevo examen crítico de los medios
probatorios y el aspecto fáctico del proceso; lo que implica que no es actividad
constitutiva del recurso de casación revalorar la prueba, los hechos ni juzgar los
motivos que formaron la convicción del Tribunal de Mérito, de ahí que también
son excluidos aquellos hechos que el impugnante estima probados con la finalidad
que la pretensión contenida en la demanda sea desestimada. Por tanto, el recurso
deviene en improcedente en todos sus extremos.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 392, del


Código Procesal Civil, declararon:

IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por Laura María de


Lourdes Coquelet Arauco de fojas cuarenta y cuatro a setenta del cuadernillo de
casación, contra la sentencia de vista de fojas cuatrocientos veintiséis a
cuatrocientos treinta y uno; DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos
por Laura María de Lourdes Coquelet Arauco contra Guillermo Augusto Coquelet

305
Barrantes y otro, sobre Nulidad de Acto Jurídico; y los devolvieron. Ponente Señor
Cunya Celi, Juez Supremo.

SS. MIRANDA MOLINA, CUNYA CELI, CALDERÓN PUERTAS,


UBILLÚS FORTINI, ARIAS LAZARTE.

306
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL

CAS. 3599-2010, LIMA

Lima, cinco de octubre de dos mil doce.

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA;

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Que, es materia de pronunciamiento de la presente resolución, la calificación


del recurso de casación interpuesto por Diana Marita Goicochea Reyna (fojas 548),
contra la sentencia de segunda instancia – contenida en la resolución número
cinco- (fojas 538), del uno de junio de dos mil diez, que confirmó el extremo de la
sentencia apelada –comprendida en la resolución número treinta y dos- (fojas 461),
del veintiocho de octubre de dos mil nueve, que declaró:

1) fundada la demanda de divorcio por causal de separación de hecho, disuelto el


vínculo matrimonial contraído por Francisco Orlando Vargas Peralta y Diana
Marita Goicochea Reyna;

2) fenecida la sociedad de gananciales;

3) infundada la pretensión de alimentos de la demandada; confirmó el extremo de


la misma que declaró fundada en parte la pretensión de indemnización por
concepto de daño moral y personal, ordenó que el demandante Francisco Orlando
Vargas Peralta cumpla con pagar a favor de la demandada Diana Marita Goicochea
Reyna una suma indemnizatoria, revocó el monto ordenado; reformando fijó en la
suma de cinco mil nuevos soles; integró la sentencia al declarar improcedente la
exoneración de alimentos solicitada por el demandante, dejó sin efecto el extremo
de la misma que declaró el cese de la obligación alimentaria –por los argumentos
expuestos en el sétimo fundamento jurídico de la sentencia de vista-. Por lo que
corresponde examinar si el referido recurso extraordinario cumple con lo
dispuestos por los artículos 384, 386, 387 y 388 del Código Procesal Civil.

307
2. Que, antes de revisar el cumplimiento de los requisitos necesarios para la
casación -que pasaremos a verificar-, se debe tener presente que el recurso
extraordinario de casación es eminentemente formal, técnico y excepcional, por lo
que tiene que estar estructurado con estricta sujeción a los requisitos que exige la
norma procesal civil para su admisibilidad y procedibilidad, esto es, se debe
puntualizar en cuál de las causales se sustenta, si en la i) infracción normativa o en
el ii) apartamiento inmotivado del precedente judicial. Presentar una
fundamentación precisa, clara y pertinente respecto de cada una de las referidas
causales, demostrar la incidencia directa de la infracción sobre la decisión
impugnada. Y esta exigencia, es para lograr, sus fines o funciones principales del
recurso extraordinario: nomofiláctica, uniformizadora y dikelógica.

Siendo así, es obligación de los justiciables recurrentes saber adecuar los agravios
que denuncian a las causales que para dicha finalidad taxativamente se encuentran
determinadas en la norma procesal civil, pues el Tribunal de Casación no está
facultado para interpretar el recurso de casación, ni de integrar o remediar las
carencias del mismo o dar por supuesta y explícita la falta de causal, tampoco
subsanar de oficio los defectos incurridos por la casante en la formulación del
recurso extraordinario. Cabe precisar que esto último es diferente de la norma que
dispone la procedencia excepcional del recurso extraordinario de casación, ya que
esta es una facultad de la Sala Civil de la Corte Suprema que aplica cuando
considera que al resolver el referido recurso éste cumplirá con los fines o funciones
de la casación, para cuyo efecto debe motivar las razones de la procedencia
excepcional. Pero el presente caso no amerita ello.

3. Que, el recurso cumple con los requisitos para su admisibilidad, conforme exige
el artículo 387 del Código Procesal Civil -modificado por la Ley número 29364-,
toda vez que éste ha sido interpuesto: i) contra la sentencia expedida por la
Segunda Sala Especializada de Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima
(fojas 538) que, como órgano jurisdiccional de segunda instancia, pone fin al
proceso; ii) ante el referido órgano jurisdiccional que emitió la resolución de vista
impugnada; iii) dentro del plazo de diez días contados desde el día siguiente de
notificada la sentencia de revisión aludida que se impugna (a fojas 543 – ver el
cargo de la constancia de notificación); y, iv) adjunta el recibo del arancel judicial
con el importe por el presente recurso extraordinario (fojas 54 del cuaderno de
casación).

308
4. Que, la recurrente sustenta su recurso en la primera causal prevista en el artículo
386 del Código Procesal Civil, a cuyo efecto, denuncia: a) infracción normativa
del artículo 345-A del Código Civil, pues al ser la cónyuge perjudicada se le debe
indemnizar de manera proporcional al daño permanente que le ha causado el
demandante y el Juez debe velar por la estabilidad económica del cónyuge
perjudicado por la separación de hecho; aduce, que la Sala Superior ha efectuado
un análisis superficial de los medios probatorios, para definir el monto
indemnizatorio, ya que el Colegiado hace hincapié en que los medios probatorios
aportados por la recurrente, respecto a su estado de salud, no acreditan que haya
surgido como producto de la separación, ya que todos son del dos mil ocho, sin
tener en cuenta que sus males son por la separación y que en los años posteriores
el demandante se desentendió de su hijo y de la recurrente, cuando atravesaban
problemas emocionales y económicos; asimismo la separación se debió a la
infidelidad del demandante, por lo cual debe atenderse su pretensión
indemnizatoria.

5. Que, al evaluar los requisitos de procedencia previstos en los cuatro incisos del
artículo 388 del Código Procesal Civil -modificado por la Ley número 29364-, se
verifica que la recurrente satisface el primer requisito previsto en el inciso uno del
referido artículo, toda vez que no consintió la sentencia de primera instancia, pues
al serle adversa, la impugnó mediante su recurso de apelación (fojas 482).

6. Que, la casacionista precisa que su recurso se sustenta en la causal de infracción


normativa, y así observa la segunda condición establecida en el numeral 2 del
artículo 388 del Código Procesal Civil, sin embargo ésta causal exige que tal
infracción incida directamente sobre la decisión contenida en la resolución
impugnada, conforme requiere de forma patente el inciso 3 del referido artículo,
lo que no cumple la recurrente, porque respecto a la denuncia del literal a), se
verifica que los Jueces Superiores han subsumido y administrado con cuidado la
ejecución de la norma al ponerla en contacto con el caso en concreto –divorcio por
causal de separación de hecho-, toda vez que han comprobado las circunstancias
fácticas para la aplicación de las normas correspondientes o concernientes a la
controversia y que determinaron la decisión; es así que se verifica que eligieron la
norma pertinente y no se han equivocado en su significado ya que las instancias de
mérito han dado el sentido o alcance que le corresponde a la norma que determinó
la decisión, y así, de forma concreta, han resuelto el conflicto planteado ante el
órgano jurisdiccional.

309
7. Que, más bien se tiene que la denuncia de la recurrente no puede ser atendible
por cuanto los fundamentos del recurso de casación se dirigen a cuestionar las
conclusiones fácticas de las instancias de mérito, al pretender que en sede casatoria
se vuelvan a valorar las pruebas –como: los medios probatorios aportados por la
recurrente respecto a su estado de salud, que atravesaban (la recurrente y su hijo)
problemas emocionales y económicos, la separación se debió a la infidelidad del
demandante, entre otros-, que considera la impugnante, acreditarían la pretensión
indemnizatoria; no obstante que las referidas pruebas ya han sido objeto y materia
de evaluación, valoración conjunta y de pronunciamiento por parte de la instancia
de revisión, que ha resuelto la controversia plantada ante el órgano jurisdiccional
al establecer con claridad y precisión que: el proceso de alimentos fue declarado
en abandono, por lo que se cumple con el requisito del artículo 345-A del Código
Civil, asimismo que la recurrente no acreditó su estado de necesidad para que se
justifique una pensión de alimentos. Y respecto a la pretensión indemnizatoria que
alega se estableció que los problemas de salud de la recurrente surgieron con
posterioridad a la separación, por lo que no se fijó un monto indemnizatorio al no
haberse acreditado ni tener relación la separación de hecho y los posteriores
problemas de salud de la recurrente; sin embargo como la recurrente atendió al
menor se fijó un monto indemnizatorio de forma prudencial. Por consiguiente no
se configura la infracción normativa de la normas que señala.

8. Que, no se aprecia la vulneración de derecho o garantía al debido proceso,


además, las alegaciones de la recurrente están dirigidas a cuestionar la valoración
de lo actuado por la instancia de mérito, lo que implica que se estaría utilizando la
casación como una vía para reexaminar lo decidido, lo que desnaturaliza los fines
del presente recurso extraordinario; más aún cuando, la Corte Suprema no
constituye una instancia más; pues queda excluida de su labor todo lo referente a
la valoración de los medios probatorios, el aspecto fáctico del proceso y cuestionar
los motivos que formaron la convicción de la respectiva instancia de mérito; en
conclusión, la casacionista no ha cumplido con los requisitos de procedencia
establecidos en los incisos 2 y 3 del artículo 388 del Código Procesal Civil. Por
consiguiente no se configura la infracción normativa de la norma que señala.

V. DECISIÓN:

310
Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 392, del
Código Procesal Civil, declararon:

IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por Diana Marita


Goicochea Reyna -a través de su escrito de fojas quinientos cuarenta y ocho, contra
la sentencia de segunda instancia –contenida en la resolución número cinco- de
fojas quinientos treinta a y ocho, del uno de junio de dos mil diez; dispusieron la
publicación de la presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo
responsabilidad; en los seguidos por Francisco Orlando Vargas Peralta contra
Diana Marita Goicochea Reyna, sobre divorcio por causal de separación de hecho;
interviene como ponente la Jueza Suprema señora Huamaní Llamas; y los
devolvieron.

SS. TÁVARA CÓRDOVA, RODRÍGUEZ MENDOZA, HUAMANÍ


LLAMAS, CASTAÑEDA SERRANO, CALDERÓN CASTILLO.

311
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE

CAS. 3679-2011, LIMA NORTE

Lima, quince de enero de dos mil trece

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA; vista la causa número tres mil seiscientos setenta y nueve – dos
mil once, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha; y producida la votación
con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. Por escrito de fojas quince, José Leónidas Llontop Saldaña, demanda a su


cónyuge Mariza Violeta Contreras Saavedra, solicitando el divorcio por la causal
de separación de hecho, así como la disolución del vínculo matrimonial,
fundamentándola en:

a) Alega que contrajo matrimonio con la demandada el veintitrés de setiembre de


mil novecientos setenta y seis por ante la Municipalidad Distrital de Puente Piedra,
procreando tres hijos, actualmente mayores de edad. Durante los primeros años de
su matrimonio todo era armonía, luego de un tiempo por el cambio de carácter de
la demandada su relación se tornó insoportable, y debido al comportamiento de su
esposa desde el año dos mil uno ya no hacen vida en común.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante sentencia de fecha dos de noviembre de dos mil diez, se declaró fundada
la demanda, fundamentando su decisión en los siguientes considerandos:

a) declarar jurídicamente divorciados a ambos cónyuges, disuelto el vínculo


matrimonial, fenecida la sociedad de gananciales, dispone el cese de la obligación
alimenticia y fija en cuatro mil nuevos soles el monto indemnizatorio por el daño
al proyecto de vida de la demandada. Dicha decisión se sustenta en que el
accionante ha demostrado que se ha encontrado separado de hecho de su cónyuge
desde el año dos mil uno; en relación a la indemnización solicitada se encuentra

312
acreditado que la demandada sufre de enfermedad renal crónica desde el año dos
mil, siendo hospitalizada en múltiples oportunidades, lo que permite determinar
que es la cónyuge perjudicada al haber sido afectado su proyecto de vida, y en
relación al bien inmueble adquirido por ambos, corresponde que sea considerado
en la separación de bienes gananciales, disponiendo el cese de la obligación
alimentaria entre los cónyuges.

III. SEGUNDA INSTANCIA

La demandada interpone recurso de apelación contra la sentencia antes referida,


que al ser absuelto por la Sala Superior mediante resolución de fecha trece de junio
de dos mil once, obrante a fojas trescientos setenta y seis, confirmando la sentencia
apelada, al considerar que:

a) la demandada sustenta su apelación argumentando que No se ha tomado en


cuenta la grave situación económica en que se encuentra y al no haberse fijado una
pensión de por vida, le está perjudicando su derecho alimenticio, ya que por su
edad y el deterioro de su salud se le hace imposible conseguir algún tipo de trabajo.
-Respecto al monto de la indemnización es exiguo, por lo que considera que debe
incrementarse hasta por la suma de cien mil nuevos soles, por el daño causado por
el demandante hacia su persona.

b) En el extremo que resuelve el cese de la obligación alimentaria entre ambos


cónyuges y el monto de la indemnización a favor de la cónyuge perjudicada,
integrándola declara fenecida la sociedad de gananciales a partir del año dos mil
uno; por considerar el Ad quem que los cónyuges no hacen vida en común desde
el año dos mil uno; en relación a la obligación alimentaria, la demandada no la ha
solicitado durante la etapa postulatoria; y en cuanto al monto de la indemnización,
precisa que dicho monto ha sido fijado razonablemente por el A quo.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha


catorce de noviembre de dos mil once, obrante a fojas veinticuatro del cuaderno
de casación, por las causales de:

313
a) Infracción normativa del artículo 350º del Código Civil (que regula los
efectos del divorcio respecto a los cónyuges); pues la recurrente indica que, la Sala
Superior se ha limitado en señalar que la parte demandada no ha solicitado
alimentos durante la etapa postulatoria, no resultando atendible que durante la
etapa impugnatoria formule una pretensión al proceso como la de solicitar una
pensión alimenticia a su favor, obviando e inaplicando lo señalado en el artículo
350º. De otro lado, la recurrente alega que, ha demostrado cabalmente que tiene
un tratamiento médico de por vida, debido a un trasplante de riñón que la obliga a
un tratamiento de hemodiálisis semanalmente ante el Seguro Social, por ello se la
dejaría en desamparo, pues al perder los alimentos perdería el derecho al
tratamiento llevándola inexorablemente a la muerte.

b) Infracción normativa del artículo 345º-A del Código Civil (que regula la
indemnización del cónyuge que resulte perjudicado con la separación); manifiesta
la recurrente que, el monto indemnizatorio de cuatro mil nuevos soles fijado a su
favor en la sentencia de vista, resulta ínfima para el daño que ha sufrido, si se tiene
en cuenta el estado de salud demostrado en la secuela del proceso; asimismo,
afirma que esa norma debe ser interpretada a tenor del artículo 1984º del Código
Civil, que regula la indemnización por daño moral, siendo que en autos se ha
acreditado que necesita un tratamiento de por vida.

2. En el presente caso, la cuestión jurídica en debate consiste en determinar si el


cónyuge demandante se encuentra obligado a otorgar a la cónyuge demandada una
pensión alimenticia no obstante haberse declarado la disolución del vínculo
matrimonial; asimismo, si corresponde ordenar se aumente la indemnización fijada
de acuerdo con el artículo 345-A del Código Civil.

3. Es del caso señalar que el artículo 350º del Código Civil, cuya infracción
normativa denuncia la recurrente, preceptúa lo siguiente: “Por el divorcio cesa la
obligación alimenticia entre marido y mujer. Si se declara el divorcio por culpa de
uno de los cónyuges y el otro careciere de bienes propios o de gananciales
suficientes o estuviere imposibilitado de trabajar o de subvenir a sus necesidades
por otro medio, el juez le asignará una pensión alimenticia no mayor de la tercera
parte de la renta de aquél. El excónyuge puede, por causas graves, pedir la
capitalización de la pensión alimenticia y la entrega del capital correspondiente. El
indigente debe ser socorrido por su excónyuge aunque hubiese dado motivos para
el divorcio. Las obligaciones a que se refiere este artículo cesan automáticamente

314
si el alimentista contrae nuevas nupcias. Cuando desaparece el estado de
necesidad, el obligado puede demandar la exoneración y, en su caso, el
reembolso.”; en tal sentido, este dispositivo legal establece como regla general que
el divorcio pone fin a la obligación alimentaria existente entre los cónyuges,
constituyendo excepciones a dicha regla los supuestos contenidos en el segundo y
cuarto párrafo de la norma acotada.

4. Respecto del derecho de alimentos, el autor nacional, Wilvelder Zavaleta


Carruitero señala que: “(...) declarado el divorcio por culpa de uno de los cónyuges
y el otro careciera de bienes propios o de gananciales suficientes o estuviese
imposibilitado de trabajar o de subvenir a sus necesidades, el juez le asignará una
pensión alimenticia que no exceda de la tercera parte de la renta del obligado
(hombre o mujer); y autoriza, cuando hay circunstancias graves, al alimentista para
pedir la capitalización de la pensión y la entrega correspondiente (...) El cónyuge
indigente deberá ser socorrido por su ex consorte aunque hubiese dado motivo para
el divorcio”.

5. Asimismo, el maestro Cornejo Chávez sostiene que se trata de un derecho


personalísimo, porque está dirigido a garantizar la subsistencia del titular del
derecho en cuanto subsista el estado de necesidad, además, este derecho no puede
ser objeto de transferencia intervivos ni de transmisión mortis causa.

6. A su vez el jurista Varsi Rospigliosi señala que la naturaleza jurídica de la


prestación de alimentos es por su esencia una obligación natural antes que un
negocio jurídico propiamente dicho.

7. Se advierte del segundo párrafo del artículo 350º del Código Civil, que
únicamente puede solicitar la asignación de una pensión alimenticia, el cónyuge
inocente, más no el culpable, siempre que acredite que carece de bienes propios o
de gananciales suficientes, se encuentre imposibilitado de trabajar o de cubrir sus
propias necesidades.

8. En el caso de autos, las instancias de mérito han determinado que a la


demandante no le corresponde se le otorgue la pensión alimenticia, en tanto no ha
demostrado que se encuentre en alguno de los supuestos contemplados en el
artículo 350º del Código sustantivo; pues si bien es cierto que alega que padece
insuficiencia renal crónica, no ha demostrado que se encuentre imposibilitada de

315
trabajar o de cubrir sus propias necesidades; también lo es que a la fecha cuenta
con tres hijos mayores de edad que tienen la obligación de asistir a sus padres; más
aún si se ha ordenado la liquidación de los gananciales, no habiéndose probado
que estos sean insuficientes; en ese orden de ideas, arribar a una conclusión distinta
significaría valorar nuevamente el caudal probatorio, fin ajeno al debate casatorio
que es de iure; consideraciones por las cuales se concluye que en el presente caso
no se ha incurrido en la infracción de la norma sustantiva denunciada; por lo que
este extremo del recurso deviene en infundado.

9. Que, el artículo 345º-A del Código Civil señala: “Para invocar el supuesto del
inciso 12 del artículo 333 el demandante deberá acreditar que se encuentra al día
en el pago de sus obligaciones alimentarias u otras que hayan sido pactadas por los
cónyuges de mutuo acuerdo. El juez velará por la estabilidad económica del
cónyuge que resulte perjudicado por la separación de hecho, así como la de sus
hijos. Deberá señalar una indemnización por daños, incluyendo el daño personal u
ordenar la adjudicación preferente de bienes de la sociedad conyugal,
independientemente de la pensión de alimentos que le pudiera corresponder. Son
aplicables a favor del cónyuge que resulte más perjudicado por la separación de
hecho, las disposiciones contenidas en los artículos 323º, 324º, 342º, 343º, 351º y
352º, en cuanto sean pertinentes”.

10. Que, deben analizarse las razones que han dado lugar a la causal de separación
de hecho. En efecto, los legisladores al memento de redactar esta norma tuvieron
en cuenta que si finalidad era resolver un problema social, el cual consiste en dejar
de mantener la ficción de una relación conyugal, la cual producía daños a las partes
quienes tendrían la posibilidad de rehacer sentimentalmente su vida o formalizar
sus nuevas relaciones de pareja. Por ende, al igual que toda norma legal, el fin
último de los legisladores fue el procurar resolver el problema social surgido entre
dos personas que, a pesar del tiempo de separación, no tenían posibilidad legal de
separarse y divorciarse, bajo las estrictas causales de divorcio, propias de un
sistema jurídico absolutamente protector del matrimonio; que es en esas
circunstancias que se dicta la norma que instituye como causal de divorcio la
separación de hecho, convirtiendo nuestro sistema o modelo de divorcio sanción,
en un sistema o modelo plurimodal en donde también se insertan causales propias
del sistema o modelo de divorcio remedio.

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11. Que, las sentencias de mérito han fijado una indemnización cuyo monto la
demandada lo considera ínfimo.

12. Que, esta Sala Suprema ha establecido en reiteradas sentencias casatorias el


criterio de que el Juez está en la obligación de fijar, de oficio, una indemnización
por daños y perjuicios, cuando de la apreciación de los medios probatorios llegue
a la conclusión de la existencia de un cónyuge perjudicado con la separación e,
incluso, esta propia Corte Suprema, ante dicha situación, ha actuado de manera
prudencial, estableciendo una indemnización a favor del cónyuge perjudicado.

13. En tal virtud, examinada la resolución recurrida, se llega a la conclusión de que


el criterio adoptado por las instancias de mérito en el presente caso, cumple con
las exigencias establecidas en la jurisprudencia vinculante al fijar una
indemnización a favor de la cónyuge demandada en forma prudencial, lo que no
constituye una infracción normativa del artículo 345º-A del Código Civil; en
consecuencia, esta Sala Casatoria considera que este extremo del recurso
extraordinario también debe ser desestimado.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 397, del


Código Procesal Civil, declararon:

NO CASARON la sentencia de vista de fecha tres de junio de dos mil once,


obrante a fojas trescientos setenta y seis, expedida por la Primera Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de Lima Norte. DISPUSIERON la publicación de la
presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los
seguidos por José Leónidas Llontop Saldaña con Mariza Violeta Contreras
Saavedra sobre divorcio por la causal de la separación de hecho; y los devolvieron.
Interviene como ponente el señor Juez Supremo Almenara Bryson.

SS. ALMENARA BRYSON, RODRÍGUEZ MENDOZA, HUAMANÍ


LLAMAS, ESTRELLA CAMA, CALDERÓN CASTILLO.

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