Las promesas de la sabiduría #2: Proverbios 3:13-35
TITULO: Las promesas de la sabiduría #2
TEXTO: “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que
obtiene la inteligencia; porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino” (Pr 3:13,14)
LECTURA BÍBLICA: Proverbios 3:13-35
ORACIÓN POR LA OFRENDA: Nuestro amante Padre Celestial,
venimos con corazones agradecidos, trayendo nuestras ofrendas para que tú te dignes utilizarlas de acuerdo con tus propósitos de amor. Las dejamos a tus pies y te damos las gracias por los dones infinitos de tu amor; te damos gracias por la salvación de nuestras almas, por la vida fructífera que nos das la oportunidad de llevar sobre esta tierra, por el hogar que nos tienes preparado para toda la eternidad. Es nuestra petición que tú nos uses día a día para tu gloria y honor. En el nombre de nuestro amado Salvador. Amén.
INTRODUCCIÓN: Básicamente todos los esfuerzos y actividades del
ser humano tienen por objetivo el lograr la felicidad para sí mismo y para los suyos. La cuestión es cómo alcanzarla. Algunos o muchos piensan que el dinero es la respuesta. Algunos sarcásticamente han dicho que “el dinero no hace la felicidad pero ayuda mucho…”; otros piensan que es la fama, otros que el amor, o la salud, o el comer bien.
El error está en buscar todo esto fuera de Dios. Hace un tiempo
atrás, uno de los guerrilleros a sueldo en el convulsionado mundo oriental dijo a un periodista: “Cada día, antes del desayuno, ya he liquidado a dos o tres personas.” Se estaba desayunando en uno de los hoteles más lujosos del lugar. Sus riquezas son incalculables; posee un yate, una villa en la costa. Los suyos están bien provistos, come y bebe, ¿qué más? ¿Tiene este hombre la felicidad? ¿Tiene la felicidad el hombre cuya vida ha sido dedicada a obtener la fama?
Dios ofrece al hombre la verdadera felicidad en esta vida y por la
eternidad, “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría…”
1. EL VALOR INAPRECIABLE DE LA SABIDURÍA (3:13-18)
La sabiduría de Dios trae una felicidad que vale mucho más que toda la riqueza del mundo, bendiciones que no se calculan en dinero (Pr 8:10,11,18-21; 16:16; 20:15; Job 28:18). o El estado de “bienaventuranza” es la clase más alta de vida (más placentera y más significativa). (Ver Sal 2:12; 29:11; 32:1,2; 40:4; 65:4; 94:12; 106:3; 112:1; 119:2; 128:1-4.) o En realidad, nos beneficiamos con la verdadera sabiduría (Pr 3:14; 8:19). o La sabiduría es una de las posesiones de más valor; más valiosa que cualquier otra cosa que el hombre pudiera desear (3:15; 8:11). o Poseer la sabiduría es poseer todas las cosas buenas en todos los aspectos de la vida. Nos da lo que el mundo no puede darnos: paz y alegría (Fil 3:3; He 2:46,47).
La sabiduría produce la felicidad del Edén: es árbol de vida
(3:18).
o Aquellos que coman de este árbol, que da y sostiene la
vida eterna (Gn 2:22), serán curados de toda enfermedad (física y espiritual); y encontrarán la cura del envejecimiento y la muerte (Sal 92:14)… comerán y vivirán para siempre. Continuarán siendo alimentados por la gloria, la belleza, y el fruto de este árbol en la eternidad de Dios (Ap 2:7; 22:2,14,19). o Por medio de la sabiduría vivimos ya en el paraíso. Aquellos que se entregan a la sabiduría en Cristo empiezan ya a gustar el paraíso recobrado y restaurado.
La sabiduría es una fuente de vida y felicidad solamente para
aquellos que se aferran a ella con todo su ser, resueltos a no dejarla y mantenerse en sus caminos hasta el fin.
2. LA RELACIÓN ENTRE LA SABIDURÍA REVELADA Y LA SABIDURÍA
DIVINA (ATRIBUTO DE DIOS)
o La sabiduría de Dios está entretejida dentro de la
creación y forma parte de la creación, la cual la exhibe para que todos la vean. i. La sabiduría de Dios es su habilidad para usar su conocimiento y poder a fin de llevar a cabo sus propósitos de tal manera que produzcan la mayor gloria para Sí mismo, el mayor beneficio a su iglesia, y la mayor confusión a sus enemigos. ii. La sabiduría de Dios se manifiesta en la creación (Jer 10:12). i. En la variedad de la creación (Sal 104:24). ii. En la belleza y el orden de la creación (Ec 3:11). iii. En lo adecuado de cada cosa producida (Sal 104:14). iv. En la perfecta interrelación de la creación (He 11:3). iii. La sabiduría revelada fluye de la sabiduría divina. Esto hace que toda la creación y cada momento de la historia puedan ser mejor atendidos a través de la sabiduría bíblica. “La palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Is 40:8). (xx) b. LA SERENIDAD DE LA SABIDURÍA (3:21-26) o El de acuerdo con la sabiduría bíblica produce una vida segura, estable, serena y tranquila, distinta de la vida agitada, inquieta, insegura, y nerviosa de otros. o Las promesas de Dios con respecto al sueño tranquilo. i. Algunas de las causas de la pérdida de sueño. i. Planes incorrectos. ii. Preocupación a causa de problemas no resueltos. iii. Malos hábitos (por ejemplo, mirar televisión hasta muy tarde). iv. No cumplir con las tareas a su debido tiempo. v. Salir con amigos (o con el novio) hasta muy tarde. ii. La doctrina bíblica acerca del sueño (cómo dormir mejor). i. Un sueño reparador se relaciona directamente con nuestra confianza en el poder, la sabiduría, y la protección del Señor en nuestro andar diario, nuestras noches, y nuestro futuro. La fe en la soberanía de nuestro Dios sobre nosotros puede mejorar nuestro sueño (Pr 3:24-26). ii. Nuestra meditación al acostarnos sobre el carácter, el poder, y la protección amante de Dios, puede mejorar nuestro sueño (Sal 4:4- 8). iii. Resuelve los problemas del día, ordena tus pensamientos, y pide disculpas antes de ir a la cama. Si fuera necesario, que haya un lápiz a tu lado para apuntar las cosas que habrías de hacer y que te están inquietando (Sal 4:4; Ef 4:26). iv. Confiesa aquellos pecados que no has presentado y tratado debidamente con Dios, y comienza a arrepentirte (Pr 4:16; Ef 4:26). v. Al acostarte ora al Señor de todo corazón pidiéndole su bendición sobre tu sueño (Pr 3:24; Sal 4:8; 127:2; Pr 6:4,9,10,27; Je 31:26). vi. Un buen trabajo para la gloria de Dios mejora el sueño, aunque debemos evitar el agotamiento y la fatiga excesiva (Sal 127:2; Ec 5:12). vii. No debería comerse antes de ir a la cama. Debe comerse con regularidad y bien, tratando de vivir vidas ordenadas (Ec 5:12). viii. Estemos dispuestos a privarnos del sueño en momentos claves, a fin de que el reino de Dios crezca dentro de nosotros y en el mundo (Sal 132:4; Pro 20:13). ix. No debemos dormir demasiado. Debemos saber cuánto tiempo necesitamos dormir para sentirnos bien, y no pasamos de ese límite. Por ello, si hay alguien que duerme más de lo que considera necesario y no puede evitarlo, o si, por el contrario, duerme menos de lo que precisa, y está tratando de vivir para Cristo, sería conveniente que viera a un médico (Pr 24:33; 19:15; Is 56:10). x. Estemos bien enterados de las promesas de Dios con respecto al sueño: Mientras nosotros dormimos, Dios no duerme (Sal 121:4. Dios continúa bendiciéndonos mientras dormimos (Sal 127:2). xi. Dormiremos mucho mejor si todos los aspectos de nuestra vida son dirigidos y ordenados por la sabiduría de Dios (Pr 3:21- 24). (xx) c. LA SOCIABILIDAD DE LA SABIDURÍA (3:27-32) o La sabiduría influye en las relaciones con nuestro prójimo. o Nos hace sentir dispuestos a servirle, sacrificadamente si es necesario (3:27-28). o Nos hace preocuparnos por el bienestar y seguridad de nuestro prójimo (3:29). o Nos hace vivir en paz con nuestro prójimo (3:30). o Nos hace contrarios a todo lo que afecte el bien de la comunidad, y al mismo tiempo nos guarda de enredarnos con los injustos. (xx) d. EL CONTRASTE ENTRE LOS JUSTOS Y LOS IMPÍOS (Pr 3:32-35) o En el libro de Proverbios el destino del sabio (justo) y el del necio (impío, perverso, injusto) están claramente especificados. o Pasemos a considerar el contenido de los contrastes establecidos en las Escrituras. i. (v 32) El hombre que no vive de acuerdo con las normas sabias de Dios, es abominación a Dios y deshonra a Dios (Pr 6:16; 8:7; 11:1,20; 12:22; 13:19; 15:8,9,26; 16:5,12; 17:15; 20:10,23; 21:27; 24:9; 29:27). En contraste, vemos que Dios tiene intimidad con el sabio y justo que cree en él. ii. (v 33) La maldición sobre el impío afectará a su familia, así como la bendición sobre el sabio también afectará a la suya (12:7; 14:11; 15:6; 15:25,27; 17:13; 21:12). iii. (v. 34) Dios mismo mostrará su desprecio para aquellos que desprecian sus instrucciones (Véase la INTRODUCCIÓN); pero mostrará misericordia hacia aquellos que están compungidos por sus pecados, o que son perseguidos por el hombre impío, o castigados por Dios (véase Sal 4:6 y 1 P 5:5). iv. (v 35) Dios honra a los que le honran (1 S 2:30); pero el deshonor y el quebrantamiento será la porción de aquellos que no le temen ni tienen en cuenta sus caminos (13:18; 19:9; 26:1).
CONCLUSIÓN. El hombre sabio es aquel que se somete a la sabiduría
total y en todo suficiente de un Dios que sabe todas las cosas, un Dios omnisciente y omnipotente, un Dios que es Amor. Tal sabiduría está por encima de todos los tesoros, pues sólo el hombre sabio es verdaderamente feliz.
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