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UNIDAD 13: “Contratos Típicamente Comerciales”

CUENTA CORRIENTE

Concepto (art. 1430): contrato por el cual dos partes se comprometen a inscribir en una cuenta (implica la unificación de las
diferentes operaciones entre las partes) las remesas recíprocas que se efectúen, y los créditos a ellas vinculados resultan
indisponibles e inexigibles hasta el fin del período pactado, a cuyo vencimiento se compensan, haciéndose exigible y disponible
el saldo que resulte.

Las partes convienen que los créditos y deudas que arrojen las operaciones que efectúen en determinado lapso, pierdan su
individualidad y se fundan en dos masas contrapuestas para liquidarse en la fecha convenida, compensándose hasta la
concurrencia de la menor, a fin de obtener, si resultan desiguales, un saldo deudor para una y acreedor para la otra.

No se puede considerar acreedor o deudor a ninguna de las partes mientras no se efectúe la liquidación final, que arrojará luego
de la compensación correspondiente, un acreedor y un deudor, pues las partidas que ingresan en la cuenta y la componen, no
representan obligaciones ni créditos separados y autónomos, sino entendidos en su conjunto como integrantes de la cuenta.

Este contrato elimina la circulación de dinero entre los cuentacorrentistas, reemplazándola por la confección de asientos
contables, implicando ventajas en materia de riesgos, gastos, traslados y transporte. Además, favorece la productividad de los
valores patrimoniales que ingresan en la cuenta, en virtud de los intereses que ellos devengan.

Naturaleza Jurídica: existen diversas teorías:


1. Operación de Contabilidad: la cuenta corriente respondería a un simple estado de hechos en virtud de las operaciones que
realizan las partes. Todos los participantes de la cuenta únicamente vislumbrarían operaciones de debe y haber, pero no un
contrato propiamente dicho.
2. Combinación de contratos: el contrato de cuenta corriente combina diferentes contratos, no conformando ninguno en
particular, ya que cuenta con características propias de crédito recíproco, depósito y mandato, etc.
3. Ente Moral: teoría que únicamente tiene un valor histórico, pero no práctico.
4. Contrato Autónomo: se entiende como un contrato con características propias y bien definidas, de carácter consensual.

Caracteres: el contrato de cuenta corriente es:


a) Típico (contrato nominado por el ordenamiento jurídico en los arts. 1430 a 1441 CCyC).
b) Bilateral (se generan obligaciones para ambas partes contratantes).
c) Oneroso.
d) Consensual (el contrato queda constituido por el consentimiento recíproco de las partes).
e) Conmutativo (ambas partes asumen obligaciones equivalentes, que no son aleatorias).
f) Comercial (la cuenta corriente es un acto de comercio que reviste indudable naturaleza mercantil).
g) No formal.
h) De duración, tracto sucesivo o ejecución continuada (requiere necesariamente de un período de tiempo para su
desenvolvimiento y desarrollo).
i) Intuitu personae (en atención a la concesión recíproca de crédito que importa).

Comparación con otras figuras jurídicas:


a) Cuentas simples o de gestión: la cuenta simple o de gestión no posee las condiciones y los elementos de la cuenta corriente,
sino que se reduce a ser una simple contabilidad del debe y del haber, entre un comerciante y un cliente, o entre dos
comerciantes, donde los créditos y débitos no se fusionan ni integran una masa única, sino que permanecen individuales al
ingresar en la cuenta simple y pueden ser reclamados directa e inmediatamente entre sus interesados, dado que no se difiere la
existencia de un saldo hasta un momento futuro determinado.
Por lo general, se trata de un crédito otorgado por los comerciantes a sus clientes para realizar compras, sin pagarles en el
momento, difiriendo la obligación de pago hasta un determinado monto o por un tiempo.

Objeto - Negociaciones sobre las que se puede recaer:


Art. 1431 - Principio de afectación general o vocación universal: excepto estipulación en contrario, todos los créditos entre las
partes resultantes de títulos valores o de relaciones contractuales posteriores al contrato, se comprenden en la cta cte.

Cuando la cláusula contractual de exclusión no ofrezca una solución unívoca de su lectura, se aplicarán las reglas generales de
interpretación del contrato, con particular atención a la conducta previa de las partes. Además, debe tenerse en cuenta el
contexto de las relaciones económicas entre las partes, y que la cuenta corriente típicamente se relaciona con las actividades
profesionales o empresariales de aquéllas. De allí que relaciones jurídicas claramente ajenas a ese ámbito deben considerarse
fuera del alcance de la norma.

Además de las exclusiones pactadas expresamente, o las demás indicadas en el párrafo precedente, no pueden incorporarse a la
cuenta corriente los créditos no compensables, ni los ilíquidos o litigiosos.

Personas que pueden celebrar el contrato: las partes intervinientes en la cta cte se denominan corresponsales, correntistas o
cuentacorrentistas. Por un lado está el remitente (quien envía la remesa, obteniendo como contrapartida un crédito), y por el
otro el receptor (quien recibe y sobre el cual se genera una deuda).

Por lo general, la cuenta corriente es celebrada por profesionales o empresas comerciales, que se desarrollan en el contexto de
relaciones económicas.

Forma: es un contrato de carácter no formal.

Prueba: la existencia del contrato de cuenta corriente puede ser acreditada por cualquiera de los medios de prueba admitidos
por el CCyC.

Duración - Terminación:
Art. 1432 - Plazos: es inherente al funcionamiento de la cuenta corriente la existencia de períodos, a cuyo vencimiento se
compensan los créditos y deudas, y se determina el saldo.
No hay una exigencia legal de plazo mínimo, ni es necesario que los períodos sean regulares o uniformes.
Excepto convención o uso en contrario, se entiende que los períodos son trimestrales, computándose el primero desde la fecha
de celebración del contrato.

Duración del contrato: la norma prevé 2 alternativas, que dependen de la configuración contractual escogida por las partes:
1. Si el contrato no tiene un plazo determinado, se admite siempre la posibilidad de rescisión, derecho que cualquiera de las
partes puede ejercer con un preaviso no menor a 10 días por medio fehaciente (aunque la extinción del contrato se opera por el
transcurso de ese plazo, el saldo no resulta exigible hasta la finalización del período en curso).
2. Cuando el contrato tiene un plazo determinado, se renueva por tácita reconducción (conducta posterior de las partes), a
menos que una de las partes comunicare su voluntad de no continuación o el ejercicio del derecho indicado en el punto 1
después del vencimiento del plazo original del contrato.

Si el contrato continúa o se renueva después de un cierre, el saldo de la remesa anterior es considerado la primera remesa del
nuevo período, excepto que lo contrario resulte de una expresa manifestación de alguna de las partes.

Clausura parcial y definitiva:


- Saldo definitivo: la cuenta se cierra y concluye definitivamente.
Clausura definitiva: produce una compensación del íntegro monto del débito y crédito hasta la cantidad concurrente, y
determina la persona del acreedor y deudor. Se extingue el contrato.
- Saldo parcial: la cuenta permanece abierta pero se ha compensado y liquidado hasta un momento determinado y ha generado
el saldo consecuente.
Clausura parcial: se produce para determinar el estado de la cuenta (determinar quién es deudor y acreedor) y autorizar la
atribución de intereses sobre el saldo. No extingue el contrato (es un cierre o liquidación periódica).

Elementos y efectos esenciales de la cuenta corriente:


Remesa: toda operación de la que emerja un crédito que motive una anotación en la cuenta para producir un efecto contra
alguno de los contratantes. Incluye toda negociación y todo valor transmisible en propiedad, ya fuere dinero, títulos de crédito,
mercaderías, aceptación de giros, diferencias por operaciones realizadas, comisiones u otros valores, de la que derive un crédito
del remitente contra el receptor.

Las transferencias o partidas de dinero u otros valores se llaman “remesas”, término contable que alude a la anotación/asiento
del crédito resultante de la operación, siempre que sea susceptible de ingresar en la cuenta corriente.

Transmisión en propiedad: las remesas, cantidad de dinero u otros valores se transmiten de un cuentacorrentista a otro en
propiedad. Ello significa que, asentados contablemente, los valores remitidos quedan plena y libremente disponibles para el
cuentacorrentista receptor, quien adquiere la disponibilidad de las sumas o valores recibidos.

Sin aplicación a empleo o destino determinado: las remesas se entregan o reciben sin imputación a una deuda en concreto. Se
incorporan a la cuenta corriente y se acreditan y debitan a favor de uno y en contra del otro cuentacorrentista, pero no se
aplican ni imputan a ningún saldo o deuda que pueda existir entre ambos.

Indivisibilidad: todas las partidas que ingresan a la cuenta pierden su propia individualidad y pasan a ingresar un todo: la masa
indivisible de la cuenta corriente mercantil. Durante la vigencia de la cuenta y antes de su cierre, ninguna de sus partidas es
individual o separadamente exigible entre las partes, pues ninguno de los cuentacorrentistas es considerado acreedor o deudor.
Hasta la compensación y determinación del saldo, no existe deuda alguna entre las partes.

Compensación: se debe realizar únicamente al cierre de la cuenta o, si existieran cierres parciales, cuando éstos tengan lugar. La
compensación extingue los montos del débito y crédito hasta la concurrencia del menor.

Determinación del saldo: una vez compensadas las partidas del debe y del haber que integran la cuenta corriente mercantil,
queda determinado el saldo de la cuenta (puede ser parcial o definitivo) y quién es el cuentacorrentista acreedor y el deudor.
Ejecutabilidad: (art. 1440) para la ejecutabilidad del saldo, es esencial la existencia de una suma líquida y exigible.
El cobro ejecutivo del saldo de la cuenta corriente puede demandarse por vía ejecutiva, la que queda expedita (libre de
obstáculos) en cualquiera de los siguientes casos:
a) Si el resumen de cuenta en el que consta el saldo está suscripto con firma del deudor certificada por escribano o
judicialmente reconocida.
b) Si el resumen está acompañado de un saldo certificado por contador público y notificado por el acreedor mediante acto
notarial en el domicilio contractual (o en otro domicilio donde pueda acreditarse su recepción por el deudor), fijándose la sede
del registro del escribano para la recepción de observaciones en el plazo del art. 1438 (los resúmenes de cuenta que una parte
reciba de la otra se presumen aceptados si no los observa dentro del plazo de 10 días de la recepción o del que resulte de la
convención o los usos). El título ejecutivo queda configurado por el certificado notarial que acompaña el acta de notificación, la
certificación de contador y la constancia del escribano de no haberse recibido observaciones en tiempo.
En caso de observaciones o impugnaciones al resumen comunicado, se permite la apertura de una instancia judicial de revisión
a pedido de parte interesada (se resuelven por el procedimiento más breve que prevea la ley local). La presencia de dichas
observaciones no permite, hasta su desestimación, la vía ejecutiva.

Elementos y efectos naturales de la cuenta corriente: son aquellos que no son inherentes a su estructura y, por ende, pueden
ser dejados de lado o modificados por las partes. A falta de pacto sobre la cuestión, los elementos naturales integran el
contenido contractual de la cuenta corriente. Los principales elementos son:
Cláusula "salvo encaje" (art. 1435): significa que mientras los valores, papeles de comercio o títulos de crédito remesados, que
no son estrictamente dinero, sino una promesa de dinero (cheques, pagares, etc), no se perciban efectivamente del tercero que
deba pagarlos, la operación se considera provisoria (constituye una excepción al principio de irrevocabilidad de los asientos en
cuenta corriente).
Excepto convención en contrario, la inclusión de un crédito contra un tercero en la cuenta corriente, se entiende efectuada con
la cláusula "salvo encaje".
Si el crédito no es satisfecho a su vencimiento o antes, el que recibe la remesa puede:
1. Ejercer las acciones para el cobro del crédito. Si luego de haber ejercido las acciones, el crédito y sus accesorios permanecen
impagos, puede eliminarse la partida de la cuenta mediante el contra-asiento.
2. Eliminar la partida de la cuenta a través de un contra-asiento, restituyendo a la otra parte la remesa (con la documentación
necesaria para que el receptor pueda iniciar las acciones que le competan).

La eliminación de la partida de la cuenta o su contra asiento no puede efectuarse si el cuentacorrentista receptor ha perjudicado
el crédito o el título valor remitido.

Intereses, comisiones y gastos (art. 1433): excepto pacto en contrario, se entiende que:
a) Todas las partidas de la cuenta (remesas y saldos), sean del debe o del haber, parciales o finales, devengan intereses
compensatorios, cuya tasa será la pactada por las partes, o en su ausencia la tasa de uso o, como última instancia, la legal.
Es posible pactar otros intereses que no sean compensatorios, como por ej los de naturaleza punitoria, que de todos modos se
devengan aun en ausencia de previsión contractual.
b) Las partes pueden convenir la capitalización de intereses (anatocismo) en plazos inferiores al de un período.
c) Se incluyen en la cuenta, como remesas, las comisiones y gastos vinculados a las operaciones inscriptas (se trata de los costos,
gestiones y retribuciones que uno de los cuentacorrentistas pueda tener que realizar para cobrar los valores o créditos que el
remitente le hubiera remesado).

Pago de saldo: cerrada la cuenta, el saldo resultante de la compensación entre los débitos y los créditos puede ser exigido por el
cuentacorrentista acreedor al deudor. Sin embargo, por ser un elemento natural, válidamente puede pactarse que el saldo no
sea exigible al momento del cierre de la cuenta sino que integre una nueva cuenta corriente que se abre entre los mismos
interesados en forma sucesiva a la que se cierra.

Garantías del saldo:


Art. 1439: el saldo de la cuenta corriente puede ser garantizado con hipoteca, prenda, fianza o cualquier otra garantía.

La norma es de carácter meramente enunciativo, por ello será válido el otorgamiento de cualquier derecho real de garantía,
garantía personal diferente de la fianza, fideicomiso de garantía, o la utilización de títulos valores cambiarios emitidos en
garantía (o avalados con esa finalidad). En todos los casos, es factible el otorgamiento de la garantía antes o después de la
existencia de un saldo de la cuenta corriente. Además, la garantía se puede aplicar a un saldo parcial o definitivo.

Prescripción: la acción para solicitar el arreglo de la cuenta corriente, el pago del saldo (reconocido judicial o
extrajudicialmente), o la rectificación de la cuenta por errores de cálculo, omisiones, artículos extraños o indebidamente
llevados al débito o crédito, o duplicación de partidas, prescribe por el término de 5 años.
En igual término prescriben los intereses del saldo, siendo pagaderos por año o en períodos más cortos.

Derechos y Obligaciones de las partes: la obligación de un cuentacorrentista no solo es un derecho recíproco del otro sino que
también es un deber de su contrario y un derecho propio (por el funcionamiento recíproco de la cuenta corriente).
Las principales obligaciones de ambas partes son:

1) Acreditar las remesas: todo valor, papel de comercio, dinero, etc, que remita un corresponsal a otro con la finalidad de que
ingrese en la cuenta corriente, obliga al receptor a acreditar el importe respectivo a favor del remitente quien, a su vez, lo
evitará contra el otro en los propios registros y asientos que lleve al efecto.
2) Liquidar y compensar los créditos y débitos: es esencial que todas las partidas del debe y del haber se liquiden en cada
período pactado, lo que dará lugar a balances o saldos parciales, o al cierre de la cuenta (si no se hubiere acordado períodos
intermedios). La liquidación es la operación y el cálculo contable que determina el saldo acreedor a favor de un
cuentacorrentista y a cargo de otro. Para liquidar las operaciones se deben compensar los créditos y débitos hasta la
concurrencia del monto menor.

3) Pagar el saldo: la liquidación y compensación, en caso de ser desiguales las partidas asentadas, generan un saldo a favor de
un cuentacorrentista. Este saldo será parcial o definitivo y deberá ser pagado por el corresponsal deudor, salvo pacto en
contrario que dispusiera otra cosa (ej: su ingreso a una nueva cuenta, su aseguramiento con alguna garantía como hipoteca,
etc). La exigibilidad del saldo se encuentra sujeta a la aceptación por el corresponsal deudor.

Extinción del contrato: son medios especiales de extinción del contrato de cuenta corriente:
a) La quiebra, muerte o incapacidad de cualquiera de las partes.
b) El vencimiento del plazo o la rescisión.
c) Embargo del saldo eventual (caso previsto en el art. 1436 CCyC): el embargo trabado sobre el saldo de la cuenta sólo tiene
carácter eventual, ya que es efectivo hasta que pueda liquidarse la cuenta y rescindirse el contrato. Los embargos producirán la
indisponibilidad de la suma, pero el acreedor no podrá satisfacerse de ella hasta la conclusión del contrato. Sólo queda
facultado para rescindir el contrato, el cuentacorrentista que haya notificado por medio fehaciente al otro del embargo.
d) Salvo pacto en contrario, la inactividad por dos períodos contractuales o un año (lo que fuera menor) extingue el contrato de
pleno derecho.
e) Por las demás causales previstas en el contrato o en leyes particulares.

CONTRATO DE CORRETAJE

Art. 1345 CCyC - Definición: cuando una persona (corredor) se obliga ante otra a mediar en la negociación y conclusión de uno o
varios negocios, sin tener relación de dependencia o representación con ninguna de las partes, y recibiendo como
contraprestación un precio cierto en dinero (denominado comisión, remuneración o retribución).

Elementos tipificantes:
1. Es un contrato.
2. Se relaciona con otro contrato diferente, del cual es autónomo.
3. Solo puede ser realizado por un corredor, matriculado y con título universitario.
4. No hay relación de dependencia, de colaboración ni de representación.
5. El corredor ejerce de manera profesional (habitual) y autónoma (libre).

Art. 1346 CCyC - Conclusión del contrato de corretaje. Sujetos: el contrato de corretaje se entiende concluido:
1. Si el corredor está habilitado para el ejercicio profesional del corretaje (inscripto), por su intervención en el negocio, siempre
que las partes no se hayan opuesto expresamente, ni haya actuado otro corredor por el comitente.
2. Si el corredor es una persona de derecho público, el contrato de corretaje debe ajustarse a las reglas de Derecho Público
aplicables al caso (ej: ley 25.028, que establece las condiciones de la profesión de corredor).

Pueden actuar como corredores personas humanas o jurídicas (debe ser una sociedad comercial constituida por corredores
matriculados y con el objeto exclusivo de realizar actos de corretaje).

Obligaciones de los interesados/comitentes:


1. Remunerar al corredor por sus servicios prestados.
2. Comunicar de manera oportuna al corredor o a la otra parte del negocio jurídico, el no estar interesado en negociar.
3. Suministrar al corredor toda la información que sea relevante e importante para el desarrollo y ejecución del contrato.
4. Suministrar las muestras e informes técnicos que razonablemente se requieran para el cumplimiento del encargo.
Art. 1347 CCyC - Obligaciones del corredor: el corredor debe:
1. Asegurarse de la identidad de las partes que intervienen en los negocios en que media y de su capacidad legal para contratar.
2. Proponer los negocios con exactitud, precisión y claridad, absteniéndose de mencionar supuestos inexactos que puedan
inducir a error a las partes.
3. Comunicar a las partes todas las circunstancias que sean de su conocimiento y que de algún modo puedan influir en la
conclusión o modalidades del negocio.
4. Mantener confidencialidad sobre todo lo que concierne a las negociaciones en las que interviene y respecto de las partes
(secreto profesional y comercial), que sólo debe ceder ante requerimiento judicial o de autoridad pública competente.
5. Asistir, en las operaciones hechas con su intervención, a la firma de los instrumentos conclusivos y a la entrega de los objetos
o valores, si alguna de las partes lo requiere.
6. En las negociaciones de mercaderías hechas sobre muestras, el corredor debe identificarlas y conservarlas hasta el momento
de la entrega o mientras subsista la posibilidad de controversia sobre la calidad de lo entregado. Podrá guardarlas bajo sobre
lacrado, depositarlas en custodia en el Colegio profesional o en la Bolsa de Comercio o dejarlas en poder de un escribano.
7. Todo lo referido a los libros de los corredores, la comprobación de los títulos y condiciones, la exigencia del instrumento de
instrucciones y la entrega del listado de documentos utilizados, está regulado en la ley especial.

Art. 1348 CCyC - Prohibiciones: está prohibido al corredor:


1. Adquirir por sí o por interpósita persona efectos cuya negociación le ha sido encargada.
2. Tener cualquier clase de participación o interés en la negociación o en los bienes comprendidos en ella.

Se pueden agregar otras prohibiciones al corredor, teniendo en cuenta lo establecido por leyes especiales o reglamentaciones
locales, que debe ser adecuado a cada caso y a cada reglamentación, sin perjuicio de que puedan estructurarse otras:
a) Practicar descuentos, bonificaciones o reducción de comisiones arancelarias.
b) Tener participación en el precio que se obtenga en el corretaje a su cargo, no pudiendo celebrar convenios por diferencias a
su favor o de terceras personas.
c) Delegar su actuación como corredor ni permitir que bajo su nombre se efectúen corretajes por personas no matriculadas.
d) Comprar por cuenta de terceros, directa o indirectamente, los bienes involucrados en el corretaje.
e) Comprar para sí, para su cónyuge o parientes dentro del segundo grado, socios habilitados o empleados, los bienes que son
objeto directo o indirecto del corretaje.
f) Retener el precio, en el supuesto de que actuare representando a alguna de las partes en la ejecución del contrato, recibido
en lo que exceda del monto de los gastos convenidos y de la comisión que le corresponda.

Art. 1349 CCyC - Garantía y representación: el corredor puede:


1. Otorgar garantía por obligaciones de una o ambas partes en la negociación en la que actúen (durante la ejecución).
2. Representar a una de las partes, pero solo en la etapa de ejecución o cumplimiento del contrato logrado con su mediación. Es
decir, que estría autorizado a cumplir con la entrega del bien, o efectuar o recibir pagos.

Art. 1350 CCyC - Comisión: el corredor tiene derecho a la comisión estipulada si el negocio se celebra como resultado de su
intervención. Si no hay estipulación, tiene derecho a la de uso en el lugar de celebración del contrato o, en su defecto, en el
lugar en que principalmente realiza su cometido. A falta de todas ellas, la fija el juez.

Las partes podrían pactar que el corretaje, por su sola ejecución, genere el derecho a la comisión, independientemente de la
conclusión del negocio principal.

Es necesario haber instrumentado la relación de corretaje, de lo contrario, para tener derecho a la comisión, se deberá
demostrar la relación de causalidad entre la actividad del corredor y el negocio concluido.

La jurisprudencia ha sentado algunos principios en materia de comisiones del corredor:


- Permanece el derecho a la comisión cuando el corredor inició las operaciones de corretaje y el comitente concluyó el
negocio a través de otra persona o por sí mismo (es muy importante el convenio por escrito del corretaje).
- El corredor tiene derecho a percibir la comisión de aquel contratante que no requirió el servicio de corretaje, cuando actúa
como único corredor.
- El corredor tiene derecho a su comisión cuando el contrato principal, luego de realizado el corretaje, no se concretó por el
desistimiento unilateral e intempestivo de quien requiriera dicho encargo.
- Si el sujeto que pretende ser beneficiario de una comisión por corretaje carece de habilitación o título legal para desempeñar
tal actividad, no tendrá derecho a tal reclamo.
- El corredor que inició las gestiones tiene derecho a la comisión si la operación realizada es la tramitada por él y consecuencia
del corretaje efectuado.
- Las escalas arancelarias en materia de corretaje serán de observancia obligatoria, tanto en los mínimos como en los máximos
previstos. Ni las partes en sus acuerdos ni los jueces en sus resoluciones pueden apartarse de ellos.

Art. 1351 CCyC - Intervención de uno o de varios corredores:


1. Si sólo interviene un corredor, todas las partes le deben comisión, excepto pacto en contrario o protesta de una de las partes
según el art. 1346 (lo que eximirá a ésta de comisión, ya que no es quien requirió sus servicios).
No existe solidaridad entre las partes respecto del corredor y en referencia a su comisión (ello debe ser complementado por las
normas arancelarias que establecen los porcentuales a cada una de las partes, entonces cada parte deberá al corredor la
comisión que le corresponda sin ser obligado por el porcentual que corresponda a la otra).
2. Si interviene un corredor por cada parte, cada uno de ellos sólo tiene derecho a cobrar comisión de su respectivo comitente.

Art. 1352 CCyC - Supuestos específicos de obligación de pagar la comisión: concluido el contrato, la comisión se debe aunque:
a) El contrato esté sometido a condición resolutoria y ésta no se cumpla.
b) El contrato no se cumpla, se resuelva, se rescinda o medie distracto.
c) La negociación haya sido realizada por el corredor, pero no concluida por éste, sino por terceros o por las partes (en
condiciones similares a las que proyectó o propuso el corredor).

Art. 1353 CCyC - Supuestos específicos en los que la comisión no se debe: la comisión no se debe si el contrato:
a) Está sometido a condición suspensiva y ésta no se cumple (se parte de la idea de que el contrato no obtuvo su plena eficacia y
por ello no nace el derecho a la comisión).
b) Se anula por ilicitud de su objeto, por incapacidad o falta de representación de cualquiera de las partes, o por otra
circunstancia que haya sido conocida por el corredor (cuando el contrato se anule, resuelva o frustre por culpa o dolo del
corredor; se trata de una responsabilidad contractual).

Art. 1354 CCyC - Gastos: el corredor no tiene derecho al reembolso de los gastos, aun cuando la operación encomendada no se
concrete, excepto pacto en contrario.

Art. 1355 CCyC - Normas especiales: las reglas del Capítulo sobre corretaje no impiden la aplicación de las disposiciones de
leyes y reglamentos especiales. Así, quedan articulados 3 niveles normativos:
1. El CCyC referido al contrato de corretaje.
2. La ley nacional especial, decreto-ley 20.266 modificado por la ley 25.028, de orden público, que establece los requisitos para
ser corredor.
3. Las leyes especiales provinciales, de orden público, que establecen los requisitos para ejercer como corredor en estos
ámbitos.

CONTRATO DE ARBITRAJE
Art. 1649 CCyC - Definición: contrato consensual en el cual las partes deciden someter a la decisión de uno o más árbitros todas
o algunas de las controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una determinada relación jurídica
(contractual o no contractual) de derecho privado, en la que no se encuentre comprometido el orden público.

- Cláusula arbitral: contrato por el cual las partes se obligan a someter a arbitraje una controversia futura. En este caso las
previsiones de las partes se referirán sustancialmente a la determinación de cuáles conflictos serán resueltos por el arbitraje.
- Compromiso arbitral: contrato por el cual las partes acuerdan someter a arbitraje una controversia ya existente. Puede
reconocer su causa en una cláusula arbitral preexistente o ser el resultado de un acuerdo entre las partes posterior a la
aparición del conflicto.

La realidad social y el arbitraje: el contrato de arbitraje constituye uno de los medios alternativos de solución de conflictos que
evita el litigio judicial y recurre a soluciones ágiles, confiables y de poco costo.
Sin embargo, arbitraje y Poder Judicial no pueden entenderse de manera antagónica, pues ambos son herramientas
complementarias al servicio de la solución de controversias.

Características del arbitraje:


- Es un método alternativo de resolución de conflictos a la resolución de los tribunales estatales.
- Las partes se someten voluntariamente.
- La solución se encuentra en manos de uno o más terceros, que son particulares y se denominan “árbitros”.
- El laudo arbitral que concluye el proceso es obligatorio y se diferencia de la sentencia judicial por la ausencia de coercio y
executio, sin perjuicio de que está dirigido a cumplirse voluntariamente por los que se sometieron a este esquema.
- A los fines de la ejecución del laudo, se requiere la intervención de tribunales estatales.
- Lleva implícita una actividad jurisdiccional, ejercida por particulares que no integran los órganos del PJ de un Estado. Es decir,
los árbitros no son funcionarios públicos, ni forman parte del PJ, pero su función es similar y equivalente a la actividad
jurisdiccional de los jueces.

Art. 1650 CCyC - Forma: el acuerdo de arbitraje debe ser escrito y puede ser estipulado:
1. Mediante una cláusula específica incluida en un contrato (cláusula compromisoria).
2. Como un contrato distinto, pero que necesariamente forme parte del negocio al que accede.
3. En un estatuto o reglamento.
La referencia hecha en un contrato a un documento que contiene una cláusula compromisoria constituye contrato de arbitraje
siempre que el contrato conste por escrito y la referencia implique que esa cláusula forma parte del contrato.

La nueva estructura legal permite articular en una única pieza la cláusula compromisoria y el pacto arbitral, es decir, no sólo la
conformidad de las partes de que la controversia la resuelva un árbitro de derecho y/o de equidad, sino también el modo de
designación de éstos, las materias sometidas a su juzgamiento, el procedimiento, y demás aspectos integrativos del contrato.

Art. 1651 CCyC - Controversias excluidas: quedan excluidas del contrato de arbitraje las siguientes materias:
a) Las que se refieren al estado civil o la capacidad de las personas.
b) Las cuestiones de familia.
c) Las vinculadas a derechos de usuarios y consumidores.
d) Los contratos por adhesión (cualquiera sea su objeto).
e) Las derivadas de relaciones laborales (ya que el trabajador tiene un fuero especial que forma parte de la tutela que le otorga
el art. 14 bis CN).
Las disposiciones de este Código relativas al contrato de arbitraje no son aplicables a las controversias en que sea parte el
Estado (nacional o local). Debería ser el derecho administrativo el que regule esta alternativa, cuando el Estado, en cualquiera
de sus niveles o las entidades autárquicas descentralizadas, pudiera participar de este tipo de resolución de conflictos.
La norma prohíbe una serie de materias que no pueden ser objeto del contrato de arbitraje por tratarse de cuestiones de orden
público, que exceden los derechos de contenido patrimonial disponibles por las partes. Y además, se requiere que exista una
situación paritaria entre las partes, que no afecte la convención.

Art. 1652 CCyC - Clases de arbitraje: las partes pueden elegir libremente a qué clase de arbitraje se someterán. Si nada se
estipula al respecto, o si no se autoriza expresamente a los árbitros a decidir la controversia según la equidad, se debe entender
que es “de derecho” (ya que en ésta se resuelve en base al ordenamiento jurídico vigente). Entonces, las clases son:
1. Arbitraje de derecho: los árbitros de derecho resuelven el caso de igual manera que lo haría un magistrado de la justicia
ordinaria, y por ello, sustentan su decisión en el ordenamiento jurídico de fondo.
Existe una similitud entre la forma de resolver del árbitro de derecho y el juez, pero la diferencia sustancial se encuentra en el
contrato de arbitraje, que puede señalar el ámbito normativo que corresponde aplicar, circunscribiendo el campo de libertad
del árbitro; por el contrario, al juez se le pueden invocar las normas que se estimen pertinentes, pero más allá de la voluntad de
las partes, la facultad jurisdiccional lo habilita a aplicar la que corresponda (por el principio jura novit curia).
2. Arbitraje de amigables componedores (o arbitradores): los amigables componedores no están constreñidos a la aplicación
de preceptos jurídicos, sino que el sentido y la razón de ser de esta categoría es que el diferendo sea resuelto en base al
parámetro de “equidad”. De todas formas, si el leal saber y entender de los árbitros coincide con las disposiciones legales,
resulta saludable que se las invoque.
Cuando haya discordancia entre aplicar la equidad que les dicta su conciencia o la decisión que el legislador aplicó como justa,
deberán aplicar lo primero, aun en detrimento de la ley.
El amigable componedor debe poner el máximo empeño en demostrar que la decisión adoptada es la más justa, la que más se
compadece con el caso, con las circunstancias de la causa y con la equidad.

El modo de elección de los árbitros nos ubica frente a 2 categorías de arbitraje perfectamente diferenciadas:
1. "Libre" o "ad hoc” (donde las partes designan a la persona del árbitro).
2. "Institucional" (reglada en el art. 1657 CCyC).

Art. 1653 CCyC - Autonomía: el contrato de arbitraje es independiente del contrato con el que se relaciona. La ineficacia de éste
no obsta a la validez del contrato de arbitraje, por lo que los árbitros conservan su competencia, aun en caso de nulidad de
aquél, para determinar los respectivos derechos de las partes y pronunciarse sobre sus pretensiones y alegaciones.

Art. 1654 CCyC - Competencia: los árbitros resuelven sobre TODO el contrato. De tal modo, la competencia, o mejor dicho su
jurisdicción (excepto estipulación en contrario), los habilita para decidir sobre su propia aptitud para resolver el diferendo e
incluso sobre las excepciones relativas a la existencia o validez del convenio arbitral o cualquier otra que impida ingresar al
fondo de la controversia.

Art. 1655 CCyC - Dictado de medidas previas: excepto estipulación en contrario, el contrato de arbitraje atribuye a los árbitros
la facultad de adoptar, a pedido de parte, las medidas cautelares que estimen necesarias para tutelar el resultado del litigio.
Como toda cautelar, debe reunir los requisitos de procedencia (verosimilitud del derecho, peligro en la demora y contracautela).
Por ello, los árbitros pueden exigir caución suficiente al solicitante.
La ejecución de las medidas cautelares y, en su caso, de las diligencias preliminares, se debe hacer por el tribunal judicial (aquí
se advierte la diferencia entre la jurisdicción ordinaria y la arbitral, en atención a que los árbitros carecen de executio).
Las partes también pueden solicitar la adopción de estas medidas al juez, sin que ello se considere un incumplimiento del
contrato de arbitraje ni una renuncia a la jurisdicción arbitral; tampoco excluye los poderes de los árbitros.
Las medidas previas adoptadas por los árbitros pueden ser impugnadas judicialmente cuando violen derechos constitucionales o
sean irrazonables.

Art. 1656 CCyC - Efectos. Revisión de los laudos arbitrales: el convenio arbitral obliga a las partes a cumplir lo estipulado y
excluye la competencia de los tribunales judiciales sobre las controversias sometidas a arbitraje, excepto que el tribunal arbitral
no esté aun conociendo de la controversia, y el convenio parezca ser manifiestamente nulo o inaplicable.
La justicia ordinaria puede revisar el laudo arbitral cuando se invoquen causales de nulidad total o parcial, y siempre que se
encuentren de por medio garantías constitucionales o el orden público. Por ello, no se puede renunciar a la impugnación judicial
del laudo definitivo que sea contrario al ordenamiento jurídico.

En todos los casos, si hay dudas, ha de estarse a la mayor eficacia del contrato de arbitraje.

Fuerza vinculante del laudo arbitral


La decisión emanada de los árbitros que pone fin al litigio, se denomina “laudo”, y tiene fuerza vinculante y obligatoria, ya que
proviene de la elección voluntaria de las partes y que está destinado a ser cumplido espontáneamente.
El laudo arbitral debe estar adecuadamente fundado, con el objetivo de demostrar que la solución adoptada es la mejor. Debe
pronunciarse sobre todas las cuestiones que las partes sometieron al juicio de los árbitros (sin excederse de ellas).

El laudo arbitral debe contener una decisión expresa, declarando el derecho de las partes, y dictando resolución fundada, como
así también el correspondiente pronunciamiento sobre costas, sin perjuicio de que no podrán regular sus propios honorarios.
También debe contener una relación de la causa, describiendo los hechos alegados y configurando la controversia sometida a su
conocimiento a fin de respetar el principio de congruencia.

Posibilidad de que los árbitros se pronuncien sobre la inconstitucionalidad de una norma


Los árbitros tienen idénticas potestades a los jueces ordinarios para decidir sobre su propia competencia, y también para
pronunciarse sobre la constitucionalidad de las normas en que fundarán su laudo.

Art. 1657 CCyC - Arbitraje institucional: las partes pueden encomendar la administración del arbitraje y la designación de
árbitros a asociaciones civiles u otras entidades nacionales o extranjeras cuyos estatutos así lo prevean.
Los reglamentos de arbitraje de las entidades administradoras rigen todo el proceso arbitral e integran el contrato de arbitraje
(es decir, el reglamento de la institución obliga a las partes como si fuera la ley misma).

Art. 1658 CCyC - Cláusulas facultativas: las partes pueden convenir:


a) La sede del arbitraje.
b) El idioma en que se ha de desarrollar el procedimiento.
c) El procedimiento al que se han de ajustar los árbitros en sus actuaciones (a falta de acuerdo, el tribunal arbitral puede dirigir
el arbitraje del modo que considere apropiado). Este aspecto es propio de lo que se conoce en doctrina como “pacto arbitral”
(es la 2° fase, que le sigue a la “cláusula compromisoria”).
d) El plazo en que los árbitros deben pronunciar el laudo. Si no se ha pactado el plazo, rige el que establezca el reglamento de la
entidad administradora del arbitraje, y en su defecto el que establezca el derecho de la sede.
e) La confidencialidad del arbitraje.
f) El modo en que se deben distribuir o soportar los costos del arbitraje.

Art. 1659 CCyC - Designación de los árbitros: el tribunal arbitral debe estar compuesto por uno o más árbitros en número
impar. Si nada se estipula, los árbitros deben ser 3. Las partes pueden acordar libremente el procedimiento para el
nombramiento del árbitro o los árbitros. A falta de tal acuerdo:
1. En el arbitraje con 3 árbitros, cada parte nombra un árbitro y los dos árbitros designados nombran al tercero. Si una parte no
nombra al árbitro dentro de los 30 días de recibido el requerimiento de la otra parte para que lo haga, o si los dos árbitros no
consiguen ponerse de acuerdo sobre el tercero dentro de los 30 días contados desde su nombramiento, la designación debe ser
hecha, a petición de una de las partes, por la entidad administradora del arbitraje o, en su defecto, por el tribunal judicial.
2. En el arbitraje con árbitro único, si las partes no consiguen ponerse de acuerdo sobre la designación, debe ser nombrado, a
petición de cualquiera de las partes, por la entidad administradora del arbitraje o, en su defecto, por el tribunal judicial.
3. Cuando la controversia implica más de 2 partes y éstas no pueden llegar a un acuerdo sobre la forma de constitución del
tribunal arbitral, la entidad administradora del arbitraje, o en su defecto, el tribunal judicial debe designar al o los árbitros.
Art. 1660 CCyC - Calidades de los árbitros:
- Puede actuar como árbitro cualquier persona con plena capacidad civil, que sea mayor de edad (18 años) y que esté en pleno
ejercicio de sus derechos civiles.
- El árbitro debe tener, en lo posible, una especial versación en las materias puestas a su conocimiento.
- En Córdoba es lícito que un juez ordinario sea designado como árbitro (lo que no ocurre, por ej, en Bs As).
- Las partes pueden estipular que los árbitros reúnan determinadas condiciones de nacionalidad, profesión o experiencia.

Art. 1661 CCyC - Nulidad: es nula la cláusula que confiere a una parte una situación privilegiada en cuanto a la designación de
los árbitros.

Art. 1662 CCyC - Obligaciones de los árbitros: el árbitro que acepta el cargo celebra un contrato con las partes y se obliga a:
1. Revelar cualquier circunstancia que pueda afectar la independencia e imparcialidad con las que debe actuar.
2. Permanecer en el tribunal arbitral hasta la terminación del arbitraje, excepto que justifique la existencia de un impedimento o
una causa legítima de renuncia.
3. Respetar la confidencialidad del procedimiento.
4. Disponer de tiempo suficiente para atender diligentemente el arbitraje.
5. Participar personalmente de las audiencias (asegura el contacto personal con las partes).
6. Deliberar con los demás árbitros.
7. Dictar el laudo debidamente fundado y en el plazo establecido.
8. En todos los casos los árbitros deben garantizar la igualdad de las partes y el principio del debate contradictorio, dando a cada
una de ellas suficiente oportunidad para hacer valer sus derechos.

Art. 1663 CCyC - Recusación de los árbitros: los árbitros pueden ser recusados por las mismas razones que los jueces de
acuerdo al derecho de la sede del arbitraje. La recusación es resuelta por la entidad administradora del arbitraje o, en su
defecto, por el tribunal judicial. Las partes pueden convenir que la recusación sea resuelta por los otros árbitros.

Recusación: procedimiento mediante el cual los interesados pueden apartar del conocimiento de la causa al árbitro sospechado,
permitiendo la alegación de la causal (que en el caso del arbitraje ad hoc se encuentra en los códigos procesales locales, y en el
caso del arbitraje institucional se encontrará en los respectivos reglamentos).
La recusación suspende el procedimiento arbitral hasta que no esté debidamente integrado el tribunal.

No es viable la recusación sin causa. Solo será factible ejercer esta facultad cuando pueda aducirse una causal expresamente
individualizada en la normativa que corresponda aplicar.

Causales de recusación: ver art. 17 CPCCC.

Art. 1664 CCyC - Retribución de los árbitros: el arbitraje es un sistema oneroso, en el cual las partes deben afrontar los gastos
del proceso y los honorarios de los árbitros.
Las partes y los árbitros pueden pactar los honorarios conjuntamente o el modo de determinarlos. Si no lo hicieran, la
regulación se hace por el tribunal judicial de acuerdo a las reglas locales aplicables a la actividad extrajudicial de los abogados
(ley 21.839: los honorarios deben tener en cuenta el monto del asunto o proceso, su naturaleza y complejidad, el resultado que
se hubiese obtenido, el mérito de la labor profesional apreciada por la calidad, eficacia y extensión del trabajo, como así
también la trascendencia jurídica y económica del asunto).

Art. 1665 CCyC - Extinción de la competencia de los árbitros: la competencia atribuida a los árbitros por el contrato de arbitraje
se extingue con el dictado del laudo definitivo, excepto para el dictado de resoluciones aclaratorias o complementarias
conforme a lo que las partes hayan estipulado o a las previsiones del derecho de la sede en que el arbitraje tiene lugar.
PRENDA CON REGISTRO

Prenda común (art. 2219 CCyC) – Regulada en el CCyC


Derecho real de garantía de origen convencional (contrato formalizado en instrumento público o privado), que recae sobre
cosas muebles no registrables o créditos instrumentados (ajenos), cuyo propietario o titular (sea o no el deudor de la obligación)
entregó al acreedor prendario o a otra persona designada de común acuerdo (con desplazamiento), para asegurar el
cumplimiento de una obligación de cualquier clase.
• Este derecho se ejerce por la posesión (reconociendo la propiedad en cabeza del constituyente), y el acreedor prendario se
limita a conservar la cosa en su poder, sin facultades de uso o goce.
• Carece de publicidad registral y se vale, para su oponibilidad a terceros interesados de buena fe, de la publicidad posesoria y
de la fecha cierta del instrumento portante de su contrato constitutivo.
• Inmoviliza los bienes sobre los que recae, que salen de la órbita de acción del propietario, quien mantiene la propiedad de los
mismos pero no puede usarlos.
• El acreedor cuenta con acciones posesorias para defender su derecho, ya que posee poderío fáctico sobre la cosa.

Prenda con registro (art. 2220 CCyC) – Regulada en la ley especial (Decreto-Ley Nº 15.348/46)
Derecho real de garantía, que recae sobre bienes que deben quedar en poder del deudor o del tercero que los haya prendado
para garantizar una deuda ajena, y que se constituye para asegurar el pago de una suma de dinero, o el cumplimiento de
cualquier clase de obligación a la que los contrayentes le atribuyan un valor consistente en una suma de dinero.

• El constituyente no se desprende de la cosa (no hay desplazamiento), pero las partes pueden acordar que quede depositada
en poder de un tercero.
• Se hace cognoscible a los terceros a través de las constancias del registro público respectivo (ej: de automotores y créditos
prendarios, de buques, etc).
• Evita la paralización del bien y permite afectarlo a una garantía especial, manteniéndolo en el ámbito de acción del
constituyente y en su circuito productivo. El dueño de los bienes prendados puede industrializados o continuar con ellos el
proceso de su utilización económica (salvo pacto en contrario), y los nuevos productos quedan sujetos a la misma prenda. Y,
como regla general, no puede enajenarlos (salvo que cumpla con determinados requisitos).
• Dado que el acreedor carece de poderío fáctico sobre la cosa, no tiene acciones posesorias para defender su derecho.
• Los bienes afectados a la prenda garantizan al acreedor, con privilegio especial sobre ellos, el importe de la obligación
asegurada, intereses y gastos.
• El contrato se formaliza en documento privado, extendiéndose en los formularios de las Oficinas del Registro de Prenda.

Origen y antecedentes: en nuestro país, la prenda con registro fue instituida por 1° vez por el Decreto-Ley Nº 866, el 22 de
octubre de 1943.
Actualmente, se encuentra regulada por el Decreto-Ley Nº 15.348/46, con su respectiva mención en el art. 2220 CCyC.

En el Derecho Romano, la prenda consistía:


- En sentido estricto, en un derecho real sobre cosa ajena, que se constituía cuando el deudor transmitía la posesión de la cosa
al acreedor (“pignus datum”).
- En sentido amplio, en un derecho real sobre cosa ajena, que se constituía mediante un pacto, sin que existiera (al menos en el
inicio) traslado de la posesión o propiedad (“pignus conventum o hipoteca”).

Bienes susceptibles de prendar:


- Cosas muebles: propias, individualizadas, existentes y que se hallen en el comercio. Se incluyen las cosas fungibles (ej: dinero).
- Créditos que consten en un título por escrito.

Prenda fija:
- Bienes muebles o semovientes y los frutos o productos (aunque estén pendientes o se encuentren en pie).
- Las cosas inmuebles por su destino, incorporadas a una finca hipotecada, sólo pueden prendarse con la conformidad del
acreedor hipotecario.

Prenda flotante:
- Mercaderías y materias primas en general, pertenecientes a un establecimiento comercial o industrial.
- Las cosas que resulten de la transformación de dicha mercadería o materia prima, o las que se adquieran para reemplazarlas.

Operaciones garantizables: la prenda con registro se constituye para asegurar el pago de una suma de dinero, o el cumplimiento
de cualquier clase de obligación a la que los contrayentes le atribuyan un valor consistente en una suma de dinero.

Acreedores: la prenda con registro sólo puede constituirse a favor de los siguientes acreedores (de lo contrario será nula):
1. El Estado, sus reparticiones autárquicas y los bancos oficiales, mixtos o particulares autorizados a funcionar por autoridad
competente.
2. Las sociedades cooperativas y las sociedades de agricultores, ganaderos o industriales.
3. Los acopiadores de productos y frutos agropecuarios, para asegurar créditos en dinero destinados a la explotación rural.
4. Los comerciantes e industriales inscriptos en el Registro Público de Comercio respectivo, cuando se trate de asegurar el pago
total o parcial del precio de las mercaderías por ellos vendidos, sobre las cuales recaiga la prenda.
5. Las personas de existencia visible o jurídica inscriptas como prestamistas en la Dirección General de Impuesto a los Réditos,
siempre que el interés pactado no sea superior en más de 2 puntos al que cobra el Banco de la Nación Argentina en sus
préstamos personales en la fecha del contrato.

Clases:
Prenda fija: cuando se constituye sobre bienes muebles o semovientes (que se mueven por sí mismos, ej: ganado) y sus frutos o
productos (aunque estén pendientes o se encuentren en pie). Las cosas inmuebles por su destino, incorporadas a una finca
hipotecada, sólo pueden prendarse con la conformidad del acreedor hipotecario.
El dueño de las cosas prendadas puede usarlas conforme a su destino y está obligado a velar por su conservación.
Prenda flotante: se constituye sobre mercaderías y materias primas en general pertenecientes a un establecimiento comercial o
industrial, y sobre las cosas que resulten de su transformación o las que se adquieran para reemplazarlas. El objeto de este tipo
de prenda es asegurar el pago de obligaciones cuyo plazo no exceda de 180 días.
No se restringe la disponibilidad de las cosas.

Ejecución Judicial: el certificado de prenda (documento que expide el Registro de Prenda y que prueba la inscripción del
contrato) da acción ejecutiva para cobrar el crédito, intereses, gastos y costas.
La acción ejecutiva y la venta de los bienes se tramitarán por un procedimiento sumarísimo, verbal y actuado.

Presentada la demanda con el certificado, se despachará mandamiento de embargo y ejecución; el embargo se notificará al
encargado del Registro y a las oficinas que perciban patentes o ejerciten el control sobre los bienes prendados. En el mismo
decreto se citará de remate al deudor, notificándole que si no opone excepción legítima en el término de 3 días perentorios, se
llevará adelante la ejecución y se ordenará la venta de la prenda.

En la misma ejecución prendaria se harán los trámites tendientes a cobrar el saldo no satisfecho de la obligación con el precio
de la cosa prendada.
El deudor prendario y los endosantes del certificado están obligados solidariamente al pago.

A opción del ejecutante, la acción prendaria compete al juez de comercio de:


- El lugar convenido para pagar el crédito.
- El lugar que se encuentran o encontraban situados los bienes.
- El lugar de domicilio del deudor.

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