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Uno de los episodios más famosos de la no menos famosa leyenda negra

española es el del gobernador Pedrarias al que se acusa de asesino y


esclavizador de indios. Todo gracias a las crónicas escritas por el no menos
famoso Bartolomé de las Casas, que cuando defendía a alguien era capaz de
ensalzarlo a los cielos, pero cuando alguien se le cruzaba le convertía en el mismí-
simo diablo y pasaba a ser el individuo más miserable del planeta.
Dicho fraile dominico se ha convertido prácticamente en el fundador de los
derechos humanos por su encarnizada defensa del trato justo a los indígenas, si
bien la historia ha ocultado muy maliciosamente que éste quería y exigía al rey
Fernando sustituir a los nativos por esclavos negros, promocionando con ello el
tráfico de esclavos en las islas antillanas. Si bien, hay que reconocer que terminó
arrepintiéndose de apoyar algo tan inhumano.
En el caso que nos ocupa el fraile ensalzó la figura de Núñez de Balboa y denigró
la de Pedrarias. La realidad es que ya desde el principio de su relación ambos
personajes no conectaron bien. De hecho Balboa perdió el cargo de gobernador
en manos de Pedrarias lo que pudo generar disputas y animadversión, además de
que Balboa, como buen conquistador, no iba a renunciar a cualquier posibilidad
que surgiese para hacerse con el cargo de nuevo, por lo que la tensión era
patente entre ambos.
A lo largo de los 5 años que coincidieron en el Darién prestando sus servicios a la
corona ambos se encargaron de alimentar glorias y leyendas mutuamente, tanto
entre sus personas más cercanas como en las cartas y notas que enviaban al rey
informándole de las actuaciones de uno mismo y del otro. Por ejempo en carta del
16 de octubre de 1515 dirigida al rey Fernando Balboa acusa a Pedrarias de
envidioso, avaricioso y vago y de que a pesar de ser honrado era muy viejo y
enfermizo. También le acusaba de no castigar a sus capitanes por su desmanes y
por estar más pendiente de sus intereses que los de la corona. El rey rechazó
dichas acusaciones y las calificó como inciertas. En otra carta Pedrarias venía a
decir lo mismo de Balboa: le llamaba codicioso, envidioso y mentiroso.
El asunto es que a la semana de Pedrarias llegar al Darién muchos de los
expedicionarios ya estaban enfermos. La mortandaz fue tremenda, casi dos
tercios de los españoles murieron. Catástrofe aumentada si cabe por la falta de
alimentos y el clima húmedo reinante. Muchos de estos colonos solicitaron a la
corona salir de allí y volver a España o en su defecto ser destinados a Santo
Domingo. Para paliar la hambruna se aprobaron licencias temporales para
exportar esclavos capturados en acciones bélicas a la isla Española a cambio de
comida.

Uno de los episodios más famosos de la no menos famosa leyenda negra


española es el del gobernador Pedrarias al que se acusa de asesino y
esclavizador de indios. Todo gracias a las crónicas escritas por el no menos
famoso Bartolomé de las Casas, que cuando defendía a alguien era capaz de
ensalzarlo a los cielos, pero cuando alguien se le cruzaba le convertía en el mismí-
simo diablo y pasaba a ser el individuo más miserable del planeta.
Dicho fraile dominico se ha convertido prácticamente en el fundador de los
derechos humanos por su encarnizada defensa del trato justo a los indígenas, si
bien la historia ha ocultado muy maliciosamente que éste quería y exigía al rey
Fernando sustituir a los nativos por esclavos negros, promocionando con ello el
tráfico de esclavos en las islas antillanas. Si bien, hay que reconocer que terminó
arrepintiéndose de apoyar algo tan inhumano.
En el caso que nos ocupa el fraile ensalzó la figura de Núñez de Balboa y denigró
la de Pedrarias. La realidad es que ya desde el principio de su relación ambos
personajes no conectaron bien. De hecho Balboa perdió el cargo de gobernador
en manos de Pedrarias lo que pudo generar disputas y animadversión, además de
que Balboa, como buen conquistador, no iba a renunciar a cualquier posibilidad
que surgiese para hacerse con el cargo de nuevo, por lo que la tensión era
patente entre ambos.
A lo largo de los 5 años que coincidieron en el Darién prestando sus servicios a la
corona ambos se encargaron de alimentar glorias y leyendas mutuamente, tanto
entre sus personas más cercanas como en las cartas y notas que enviaban al rey
informándole de las actuaciones de uno mismo y del otro. Por ejempo en carta del
16 de octubre de 1515 dirigida al rey Fernando Balboa acusa a Pedrarias de
envidioso, avaricioso y vago y de que a pesar de ser honrado era muy viejo y
enfermizo. También le acusaba de no castigar a sus capitanes por su desmanes y
por estar más pendiente de sus intereses que los de la corona. El rey rechazó
dichas acusaciones y las calificó como inciertas. En otra carta Pedrarias venía a
decir lo mismo de Balboa: le llamaba codicioso, envidioso y mentiroso.

El asunto es que a la semana de Pedrarias llegar al Darién muchos de los


expedicionarios ya estaban enfermos. La mortandaz fue tremenda, casi dos
tercios de los españoles murieron. Catástrofe aumentada si cabe por la falta de
alimentos y el clima húmedo reinante. Muchos de estos colonos solicitaron a la
corona salir de allí y volver a España o en su defecto ser destinados a Santo
Domingo. Para paliar la hambruna se aprobaron licencias temporales para
exportar esclavos capturados en acciones bélicas a la isla Española a cambio de
comida.
Con la llegada de Pedrarias se produjo un cambio brutal en las relaciones con los
indígenas. Balboa en sus cartas previas al rey había anunciado que la zona
estaba prácticamente pacificada llegando a acuerdos y alianzas con los caciques.
Pero al llegar la flota de Pedrarias éstos caciques se dieron cuenta de que los
extranjeros no venían solo a por oro sino a colonizar y quedarse aquellas tierras,
por lo que su posición se radicalizó.
A pesar de todos los problemas Pedrarias quiso cumplir con las órdenes reales y
envió varias expediciones para rescatar oro y crear nuevos emplazamientos
españoles, como fue la del capitán general Juan de Ayora en julio de 1514 al
frente de 400 hombres. Pero se encontraron que por casi todos los poblados indí-
genas del Darién ya habían pasado las expediciones de Balboa y sus hombres.
Estos habían arramplado con todo el oro por lo que dichas expediciones fueron un
absoluto fracaso, frustrando profundamente a sus capitanes y provocando
acciones de venganza contra los caciques locales. Igualmente también buscaron
las tan cacareadas minas de oro que Balboa dijo haber encontrado pero tampoco
fueron halladas. Incluso algunas de estas expediciones terminaron en tragedia al
ser atacadas por los nativos, como ocurrió con una expedición comandada por el
sobrino de Pedrarias y Martín Fernández de Enciso, que volvieron con la práctica
totalidad de hombres enfermos o muertos.
También fueron creadas efímeras poblaciones en Comogre, Tubanama, Fonseca
Dávila y Santa Cruz que resultaron un fracaso absoluto. En ésta última los 80
españoles allí establecidos fueron masacrados por los caciques Comogre y
Pocorosa y saqueados todos sus suministros.
En el Darién no había ni el oro prometido ni tampoco la paz indígena, la situación
era insostenible. Como decíamos, para subsanar estos problemas y tratar de darle
razón de ser a la colonia se permitió la venta de esclavos al resto de posesiones
españolas pero bajo un estricto control del alcalde mayor y el escribano para evitar
abusos. Igualmente Pedrarias instituyó el juicio de residencia de los capitanes ante
el alcalde mayor. Juicio que hasta el momento sólo afectaba a gobernadores y
cargos políticos.

A pesar de las acusaciones del fraile de que Pedrarias fue un déspota y un tirano
éste tuvo que gobernar bajo una fórmula de consenso con otras 4 personas: el
obispo Quevedo, el tesorero, el factor y el contador, estructura ideada por el rey
católico precisamente para evitar los abusos y los problemas originados por el
gobierno de los Colón en la Española y de Balboa en el Darién. Cada decisión u
orden debía ser consensuada por estos 5 cargos por lo que la toma de decisiones
era terriblemente lenta y conflictiva, lo cual redundaba en una mala gestión de los
asuntos internos del Darién. Centralismo estatal en su máxima extensión.

En marzo de 1515 Pedrarias esperaba unas aclaraciones por parte del rey para
iniciar el juicio de residencia contra Balboa por su actuaciones contra Diego de
Nicuesa y Enciso pero lo que llegó fue el nombramiento del descubridor como
adelantado del Mar del Sur y la gobernación de Panamá y Coiba, es decir, lo que
es toda la costa pacífica de Panamá. Con ello el rey Católico reconocía al
descubridor sus méritos por el descubrimiento del nuevo océano y sus tareas de
pacificación con los caciques locales pero dicho gobierno debía de ser siempre
bajo la supervisión de Pedrarias, lo cual le generaba otro problema añadido a éste.

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