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RELACIONES HUMANAS

MODULO 1

LA PERSONA Y SU CONTEXTO SOCIAL

I. DIFERENCIAS INDIVIDUALES.

1. INFLUENCIAS GENETICAS.

2. INFLUENCIA FISIOLOGICA.

3. INFLUENCIA DEL MEDIO AMBIENTE.

II. EL CONTEXTO SOCIAL Y LA DESIGUALDAD ENTRE LOS HOMBRES.

1. LA DESIGUALDAD SOCIAL

2. DETERMINANTES DE LA DESIGUALDAD SOCIAL

A. DETERMINANTES ECONOMICOS.

B. DETERMINANTES SOCIALES, POLITICOS Y CULTURALES.

3. DESIGUALDAD SOCIAL Y COMPORTAMIENTO INDIVIDUAL.

III. DESIGUALDAD SOCIAL Y RELACIONES HUMANAS EN LA


ORGANIZACION.

IV. MEDIDAS QUE SE PUEDEN CONSIDERAR PARA QUE LA SOCIEDAD SEA MÁS JUSTA Y ASÍ DISMINUIR
LA DESIGUALDAD SOCIAL.

V. VOCABULARIO.

LA PERSONA Y SU CONTEXTO SOCIAL

En este capítulo examinaremos una de las unidades básicas que dirige la Gerencia, es decir, la persona. Es importante
que el administrador moderno tenga siempre en mente las diferencias y similitudes entre los individuos. Aun cuando se
reconoce que cada uno de éstos tiene una personalidad única, a menudo nos olvidamos de este hecho y esperamos que todas
las personas reaccionen de igual manera a las órdenes y motivaciones que se les dan. De acuerdo con ello, en la primera parte
de este capítulo se hará hincapié en la influencia de la herencia, la fisiología y el medio ambiente en el desarrollo de la
personalidad, como variables explicativas de las diferencias individuales.

Ahora bien, sin olvidar que cada individuo es distinto, es menester enfatizar que desde un punto de vista social, el
marco básico de las relaciones humanas está constituido por la equidad y justicia entre los hombres. Las diferencias
individuales inciden principalmente en el trato interpersonal y en los grupos pequeños. Pero, si en verdad queremos que las
relaciones humanas florezcan, es necesario que las reglas de juego sean justas. Como tales bases no existen en la sociedad y
en la empresa, las relaciones humanas se convierten en mera manipulación de los subordinados por los dirigentes. Es por esto
que en la segunda parte del capítulo, se incluirán los puntos más relevantes acerca de la desigualdad social como son: El
pensamiento igualitario, los determinantes de la desigualdad entre los hombres, su influencia en el comportamiento individual,
su efecto en las relaciones humanas dentro de la organización, así como algunas medidas a nivel de la empresa y la sociedad
para combatirla.

I. DIFERENCIAS INDIVIDUALES

Una de las causas principales de las diferencias individuales es la influencia hereditaria. Por el momento y para efectos
de análisis, se examinará separadamente la influencia genética, de las influencias fisiológicas y la del medio ambiente. Sin
embargo, posteriormente se hará mención de la interrelación entre estos factores y su influencia conjunta sobre la personalidad
del individuo. La estructura orgánica y las características funcionales y psicológicas de la persona no pueden separarse, ni
considerarse como constantes; tampoco se podría separar el medio ambiente ya que éste las convierte en variables.

1. INFLUENCIAS GENETICAS

Algunas de las nociones y conceptos generales que necesitamos conocer para entender el papel de las influencias
genéticas en la personalidad son: a) los conceptos de genotipo y fenotipo; b) los cromosomas; c) el papel de los genes; y d)
efectos de la dominancia y recesividad de los genes.
a. El fenotipo está constituido por el inventario de características, que expresamente muestra un individuo en su
estructura orgánica y psicológica, tales como: el color del pelo de la piel, de los ojos, su habilidad para distinguir
normalmente los colores o su nivel de inteligencia. El genotipo se refiere al conjunto de características heredadas por
un individuo, que puede o no transmitir a su prole, independientemente o no en el organismo del transmisor.
b. Los cromosomas son cuerpos microscópicos filiformes, que se encuentran en el núcleo de las células vegetales y
animales. Los cromosomas están formados por cadenas de genes, ocupando estos últimos un lugar específico dentro
del encadenamiento señalado. Los cromosomas se dan en pares y normalmente hacen un total de 46; en la
concepción el ser humano recibe 23 cromosomas de la célula masculina -esperma- y 23 de la femenina -óvulo-
Dentro de la dotación cromosómica la mujer normalmente cuenta con dos cromosomas "X", y el hombre con uno
"X" y otro "Y". Este par de cromosomas es diferente de los demás y es determinante del sexo, dependiendo de la
proporción de cromosomas X y Y. Generalmente los X son más grandes que los Y. En la especie humana, las
hembras darán gametos iguales o sea sólo cromosomas XX y los valores dos tipos de gametos: unos con un
cromosoma X y otros cromosomas Y, lo anterior nos indican que en esta especie el hombre es heterogamético y por
lo tanto, el que decide el sexo de sus descendientes.
c. Los genes son los determinantes de las características transmitidas a un nuevo ser y están constituidos por moléculas
de proteína, auto catalíticas, enzimáticos y autoduplicables. Cuando una célula se divide por mitosis, lo primero que
se lleva a cabo es la duplicación de los genes por sí mismos. Estos son capaces de auto duplicarse por medio de los
materiales que los rodean y a través de su acción enzimático que lo mantiene a salvo de consumirse en el proceso.
También los genes pueden actuar o producir antígenos, hormonas o vitaminas. De esta manera traducen en
reacciones químicas los programas que llevan grabados para realizar el crecimiento y el desarrollo de las
características fisio-psicológicas en las células del individuo al que pertenecen. Aun cuando los genes son moléculas
submicroscópicas y no se han observado con certeza, se ha descubierto recientemente que están formados por ácido
desoxirribonucleico (ADN), ácido ribonucleico (ARN) y proteínas. La molécula de ADN contiene el programa a
través del cual se laboran químicamente las órdenes de actuación de las células. Estas son pasadas del núcleo donde
se encuentra el ADN, al citoplasma por medio de su mensajero el ARN, el cual actúa como transmisor de memoria.
También se conoce que los genes producen cumulativo para una característica dada. Es decir, que cuando varios
pares de genes se conjunta y están relacionados, pos ejemplo con la inteligencia, hacen más fuerte esta característica.
El efecto cumulativo se facilita a menudo por la acción de encadenamiento, la cual permite que un grupo de genes se
transmitan en conjunto.
d. Dominancia y recesividad Cuando las células de un individuo contienen u un par de genes con características
dominantes, éste mostrará tales características que el individuo mostrará será la dominante, aun cuando también lleve
y no aparezca, la característica recesiva. Para que una característica recesiva se haga explícita es menester que el par
de genes recesivo. Por ejemplo, la falta de gusto para ciertos sabores constituyen una característica recesiva. Si los
padres tienen genes pares recesivos, sus hijos serán portadores de la deficiencia correspondiente. Si uno de los padres
tiene genes pares dominantes no aparecerá en la prole la falta de gusto para ciertos sabores. Si ambos padres poseen
genes tanto recesivos como dominantes, habrá una proporción "N" de hijos que acarreen dicha deficiencia gestatoria.
Algunos afectos de la vista se pueden atribuir a la dominancia o a la recesividad de los genes. Entre los defectos
visuales que se pueden conectar a genes recesivos se encuentra el albinismo, el estrabismo y el astigmatismo.

Las anormalidades también se pueden atribuir a genes ligados al sexo, los cuales pueden afectar, por ejemplo más a los
hombres que a las mujeres. Entre los defectos de la vista causados por genes ligados al sexo se encuentran la ceguera en el día
y el daltonismo. No tan sólo se heredan anormalidades de la vista, sino también anormalidades de la piel de las que más de
cien se reconocen como heredadas.
Las deformaciones esqueléticas, las atrofias musculares, las enfermedades de la sangre, así como los desórdenes
metabólicos y mentales también pueden heredarse. Entre los últimos se podrían citar: la esquizofrenia, la psicosis depresivas,
el mongolismo, la epilepsia y otras deficiencias mentales de distinto orden.
Antes de pasar a examinar la influencia fisiológica sobre el individuo, sinteticemos el papel que juega la genética como
determinante de las diferencias individuales.
I. La gran cantidad de combinaciones posibles, provenientes del número de cromosomas (46) y los genes que éstos contienen
(algunos autores mencionan más de milo, otros cerca de veinte mil), hacen poco probable que dos individuos sean iguales, con
excepción de los gemelos idénticos.

II. Las diferencias individuales debidas a la influencia genética se manifiestan explícitamente en el fenotipo. La propiedad
dominante o recesiva de los genes nos ayuda a explicar por qué cada fenotipo contienen un inventario explícito de
características orgánicas y fisiológicas, tanto positivas como negativas.

2. INFLUENCIAS FISIOLOGICAS

Aun cuando no es difícil aceptar como lógica la hipótesis de que la fisiología del individuo afecta su comportamiento,
sí es difícil y la personalidad individual. El breve análisis que enseguida se hace, es con el fin de establecerse otras de las
principales fuentes de las diferencias individuales, más que con el de explicar la mecánica de las relaciones fisio-psicológicas,
las cuales permanecen poco exploradas hasta la fecha.
No tan solo existen diferentes sistemas del cuerpo humano, sino también desde el punto de vista morfológico.
William describe, por ejemplo, que los estómagos normales varían en forma y tamaño, observándose variaciones dentro de un
rango de 1 a 6 en la última característica. Los corazones difieren tanto morfológica como fisiológicamente y su capacidad de
bombeo varía grandemente entre los jóvenes sanos. Las glándulas tiroideas varían en peso hasta 6 veces y asimismo la
producción de hormonas que vuelcan en la corriente sanguínea. El número de islas Lanígeras, responsables de la producción
de insulina, varía dentro de un rango hasta 10 veces en individuos libres de diabetes. La morfología de las glándulas
pituitarias, que producen 8 diferentes hormonas, es muy variable y redunda en distinta producción de hormonas en cada
individuo. También es evidente que hay una amplia variación con respecto al número y distribución de las terminales
sensoriales de los nervios en diferentes individuos; esto lo comprueban las variadas reacciones que tienen las personas a
similares estímulos visuales, auditivos y gustativos.
A pesar de que estamos lejos de conocer lo suficiente como para controlar bioquímicamente el comportamiento
humano, sí se puede hacer una descripción de la influencia que el sistema endocrino tiene en la conducta y el funcionamiento
adaptativo de los individuos. Este sistema consta de un conjunto de glándulas interrelacionadas y en equilibrio. Dentro de
este sistema la hipófisis es la más importante ya que regula a otras glándulas. La deficiencia en la producción hipofisaria se
puede manifestar en la insuficiencia de todas las glándulas endocrinas sobre las que actúa la adenohipófisis. La producción
deficitaria de la hormona STH puede causar el esenismo, y viceversa el gigantismo.
El páncreas tiene secreciones tanto internas -la insulina- como externas -el juego pancreático-. La carencia de insulina
causa la diabetes mellitas, enfermedad que alcanza un porcentaje importante -cerca del tres por ciento- de la población total.
Los enfermos diabéticos de este tipo, tiene que cambiar su comportamiento, ya que la enfermedad exige el meticuloso
cumplimiento de una dieta adecuada, la dosificación de la hormona, además de ciertas reglas higiénicas en especial.
La glándula tiroides, situada en la región anterior inferior del cuello y constituida por dos lóbulos que se unen en su
parte media por el istmo, secreta la tiroxina, la cual está controlada a su vez por la hipófisis y las suprarrenales. Cuando hay
producción excesiva de la hormona tiroidea (hipertiroidismo simple) causa excitación, adelgazamiento progresivo,
alteraciones circulatorias, neuromusculares y endocrinas en el individuo que las sufre. Por el contrario, cuando existe una
cantidad insuficiente de la tiroides el individuo puede padecer, entre otras afecciones, un embotamiento de las facultades
mentales y físicas. Las glándulas paratiroides se encuentran en la cara posterior de cada uno de los dos lóbulos de la glándula
tiroides. Estas glándulas son esenciales para la vida y su hiperfuncionamiento se caracteriza por trastornos óseos y urinarios,
en vista de la grave alteración del metabolismo del calcio y del fósforo. El hipoparatiroidismo causa la tetania, síndrome
caracterizado por una hiperexcitabilidad del sistema nervioso.
Las glándulas suprarrenales constituyen por un órgano par situado sobre el polo superior de cada riñón. La capa
medular produce la adrenalina, la noradrenalina y otras substancias cuya secreción está bajo control nervioso, aun cuando sus
funciones son secundarias. La corteza suprarrenal, en cambio, es fundamental para la vida y segrega los corticosteroides
cuya regulación es efectuada a través de ellos mismos, así como por el sistema nervioso central por vía hipotalámica. La
adrenalina está conectada directamente con las emociones; cuando esta hormona entra en la corriente sanguínea se incrementa
el temblor de algunos músculos y la relajación de otros, cambia el pulso y la respiración, se incrementa la presión sanguínea y
la sangre se coagula más rápido en caso de alguna herida. Estos cambios preparan el cuerpo para confrontar emergencias con
mayor facilidad. La noradrenalina puede trabajar en la misma, o en dirección opuesta a la adrenalina. En realidad no es fácil
predecir sus interrelaciones; sin embargo, se ha descubierto que la adrenalina predomina más en situaciones de miedo o temor
y la noradrenalina en situaciones de enojo y de rabia. Al examinar a ciertos animales salvajes se ha encontrado que los
herbívoros, por ejemplo los conejos, muestran una predominancia de la adrenalina, mientras que los carnívoros, por ejemplo
los leones, muestran más abundancia de noradrenalinas. Los corticosteroides controlan el metabolismo de la sal y los
carbohidratos y son fundamentales para el mantenimiento de la vida. Asimismo son muy importantes en el comportamiento
adoptivo del cuerpo humano. Sobre todo en los periodos sostenidos de tensión y esfuerzo. Se piensa que tienen algo que ver
con enfermedades mentales, ya que individuos mentalmente sanos a quienes se ha tratado con cortisona, presentan algunas
veces síntomas de anormalidad mental.
Después de la breve exposición acerca de la influencia fisiológica en el comportamiento individual, se podrían derivar
las dos siguientes proposiciones:
III. La morfología de los órganos del cuerpo humano indica que existen variaciones en el tamaño, forma e intensidad de
funcionamiento de los mismos. La estructura nerviosa de los individuos también muestra variaciones, ocasionando reacciones
diferentes a un estímulo dado, en resumen, la constitución de cada individuo es única, lo cual da por resultado una respuesta
también única, en cuanto a su conducta y su nivel de actividad e interacción con el medio ambiente.
IV. El sistema endocrino es un conjunto de glándulas cuyo funcionamiento está íntimamente relacionado y coordinado entre
sí. La constitución heredada por cada individuo produce niveles diferentes de equilibrio endocrino, los que a su vez influyen
poderosamente en el comportamiento individual. Los desequilibrios temporales y/o permanentes de este sistema, pueden
provocar anormalidades mentales que afectan sobremanera la conducta y la personalidad del individuo.

3. INFLUENCIA DEL MEDIO AMBIENTE

Intuitivamente sabemos que la personalidad individual no es tan sólo el producto de las características hereditarias que
encontramos en el fenotipo, ni un producto exclusivo de la constitución morfológica y fisiológica del individuo, sino también
del medio ambiente en que se desarrolla la persona. En realidad no se puede separar ninguna de estas tres variables, ya que
están íntimamente relacionadas y su combinación influye en la Sicología del individuo. La figura 3.1 nos muestra dicha
interrelación. Estableciendo una cronología muy general, tenemos en primer lugar las influencias genéticas, es decir, las
características y la programación del desarrollo de cada individuo proveniente de sus padres. Sin embargo, aun desde la
concepción, el nuevo ser se encuentra en un medio ambiente, el materno, y este último, en contacto con el medio exterior. El
nuevo ser hereda de sus padres la inteligencia, ciertas cualidades y defectos físicos, en fin, una constitución orgánica y
psicológica dada. Se cree que la estructura neurológica y el sistema endocrino, determinados primordialmente por la
herencia, son cruciales en los primeros años quizás más que el medio ambiente, para la futura configuración de la estructura
fisiológica y el funcionamiento general del individuo. A medida que pasa el tiempo la influencia del medio ambiente es cada
vez más poderosa. La alimentación, el clima, la geografía, el ambiente familiar y en general las instituciones sociales,
influyen profundamente en el desarrollo físico- psicológico del individuo.
Posteriormente, al hablar de la inteligencia, veremos la interrelación entre la herencia y el medio ambiente, así como su
influencia sobre esta característica del individuo. Basta decir, por ahora, que el medio ambiente puede modificar el nivel de
inteligencia de las personas. En una investigación iniciada en 1940 con 25 niños retrasados mentales, se comprobó que al
cambiar 13 de ellos a un ambiente más adecuado -donde se les prodigó cuidados, cariño de tipo maternal y educación-
mejoraron notablemente su cociente mental en 25.8 puntos; mientras que el otro grupo -el de control- que permaneció en el
orfanato río, disminuyó su cociente de inteligencia en 26.2 puntos. Posteriormente, en 1966, se comprobó que le grupo
experimental había completado tres veces más años de educación, además de que cada uno de sus miembros se sostenía
económicamente. En cambio, la mayoría de los miembros del otro grupo todavía continuaba en instituciones mentales y su
nivel de educación apenas llegaba, en promedio, al tercer año de primaria.
El medio ambiente también condiciona los resultados de la constitución fisiológica en el comportamiento del
individuo. Por ejemplo, el gigantismo, el esenismo, la constitución robusta o débil, influencian la aceptación o rechazo del
individuo con defectos o anormalidades físicas, ajustará su comportamiento social en forma muy diferente al de una persona
normal, ya sea buscando compensaciones o retrayéndose del medio social.
Volviendo a la figura 3.1, la personalidad del individuo, que está en el centro del diagrama, está condicionada por la
interacción de los tres tipos de influencias mencionadas. La inteligencia, el temperamento y el carácter, así como ciertas
necesidades fisiológicas, tienen un componente genético-fisiológico muy importante, sin embargo, modificado por el medio
ambiente. Los intereses, los valores, las actitudes y las necesidades psicológicas tienen el medio ambiente como su principal
determinante, aun cuando estos factores sean condicionados por la herencia y la estructura fisiológica del individuo.
Los mecanismos a través de los cuales el medio ambiente social modela la personalidad individual son el aprendizaje
reforzado por los premios y castigos, así como la identificación con modelos de conducta. El primero es un mecanismo tan
viejo como la unidad misma y muy utilizado a nivel familiar e institucional. En los primeros años el niño aprende lo que debe
y puede hacer y lo que no, reforzado por los premios y castigos aplicados por los padres. En la escuela, las calificaciones
mismas llevan implícita la idea de premio o de castigo, además de las diferentes reglas y convenciones sociales a través de las
cuales se trata de modelar la personalidad y el comportamiento de los educandos. Sin embargo, los premios y castigos no son
el único mecanismo, ni son suficientes para orientar la conducta de las personas. En efecto se ha comprobado que el castigo
puede motivar en dirección opuesta de la deseada, como sucede en los presidiarios. Muchos de estos recibieron castigos
crueles desde su niñez, de manera de que el castigo adicional tiende a reforzar su endurecimiento y su conducta antisocial. Es
menester, entonces, que el individuo cuente con los modelos adecuados para orientar su conducta y formar su personalidad.
En realidad el individuo tiende a identificarse con otras personas e instituciones, ya sean sus padres, algunos de sus maestros,
su escuela, su universidad, algún artista o deportista famoso, etc. Es entonces que la persona tiende a copiar, a proyectar
interiormente, a interactuar ideas, valores, actitudes y modos de ser de otros. Claro que en este proceso de "socialización" el
individuo consciente o inconsciente tiende a filtrar los modelos de comportamiento que le muestran otras personas, los cuales
son incorporados o adaptados a su propio modo de ser, es decir a su personalidad.
Las relaciones económicas entre los individuos, tal como veremos en la sección relativa al contexto social de la
persona, constituyen un poderoso mecanismo para modelar la personalidad individual. Las instituciones económicas de un
país, la manera en que están estructuradas, así como las reglas que siguen, condicionan buena parte del comportamiento social
de la persona hoy día. Por ejemplo, la competencia en los mercados de productos y factores de producción, la innovación
tecnológica y el deseo de acumulación de riqueza, se dice que han dado lugar al individualismo tan acendrado, junto con las
luchas, tensiones e injusticias en que vive el hombre moderno.
Existen otros mecanismos sociales, por medio de los cuales los grupos influyen directamente en la personalidad y
comportamiento individual. Sin embargo, por estar más dentro del tema de la otra "unidad" que dirige la gerencia, es decir el
grupo, serán analizados más adelante en otro capítulo. El nivel de inteligencia es una de las características individuales, sobre
la que influyen tanto la gerencia como el medio ambiente; pasemos a examinar algunos de los descubrimientos en este
respecto.

II. EL CONTEXTO SOCIAL Y LA DESIGUALDAD ENTRE LOS HOMBRES

Tal como se apuntó anteriormente, el contexto social en el que se mueve la persona está formado principalmente por
instituciones, tales como la familia, la religión, la educación, el gobierno, las empresas, el ejército, etc. El orden económico es
el que modela, principalmente, la organización social, jurídica y hasta ideológica de los grupos sociales. Las relaciones
económicas de producción y distribución de los bienes, los servicios y los ingresos, marcan la pauta a las relaciones humanas,
al desarrollo de intereses, motivaciones y modos de actuar de las personas. Esto se verá más claro a medida que nos
adentramos en el tema de la desigualdad social en esta segunda parte del capítulo.
En la sección anterior se examinaron las diferencias individuales y se llegó a la conclusión de que la personalidad es
producto no tan sólo de la herencia sino también del medio ambiente físico y social; pero siendo las contribuciones genéticas
tan ricas y los medios de ambientes tan diferentes, cada uno de los individuos será único. Sin embargo, la existencia de las
diferencias individuales no quiere decir, desde el punto de vista moral, que la injusticia y la desigualdad deban ser el común
denominador de las relaciones humanas.
La desigualdad social constituye un problema de dominación económica y social y no un problema técnico. Aun
cuando la tecnología puede ayudar a conseguir un nivel de bienestar más alto, no existe garantía de una equitativa distribución
del mismo, si los hombres no deciden hacerlo. Este problema moral no podrá ser resuelto satisfactoriamente si no se ponen en
práctica "reglas de juego" más justas y que a la vez incentiven a los individuos a una actuación eficiente. Los científicos
sociales y la humanidad en general, tienen ante sí un gran reto; pero lo más seguro es que el proceso tendiente a una mayor
justicia y equidad sea largo y penoso.
¿Por qué se insiste en la desigualdad social?
Desde tiempo bíblico, los profetas alzaron su voz contra la desigualdad social y también lo han hecho un gran número
de filósofos a través de la historia universal. Entre los griegos, Platón y Falseo propugnaban por instituciones
homogeneizadoras de las personas, aunque otros, como Aristóteles tomaban la desigualdad de los individuos como dentro de
una orden natural de la sociedad. Así en todas las épocas, desde la antigüedad hasta nuestros días, hay quien considera la
desigualdad social como algo natural y hasta necesario, y quien lo considera como uno de los atrasos más fragantes que
enferman a los sistemas socioeconómicos actuales.
Anteriormente al desarrollo de la psicología y la genética, los filósofos con concedían mayor importancia a las
cualidades heredadas y asumían que la naturaleza humana era tal que los individuos podrían adaptar su personalidad a las
circunstancias; en la actualidad, como ya vimos en la sección anterior, se acepta ampliamente el que cada individuo es único.
Por lo tanto, basar la igualdad social en la igualdad individual, sería insostenible. Los esfuerzos de los filósofos por demostrar
la igualdad humana no quieren decir que cada persona sea igual en su constitución y su Sicología, ni que se coarte el derecho
de cada individuo a tener su propio estilo de vida, siempre y cuando no lastime el bien común.
El que la mayoría de las religiones y de las legislaciones actuales consideren a los hombres iguales ante los ojos de
Dios o ante los de la ley, no quiere decir que biológicas y mentalmente sean considerados iguales. Requieren un trato
distinto pero que al mismo tiempo ayude a igualar sus circunstancias y oportunidad. Valga la analogía que H.R. Tawney da a
este respecto: un buen doctor prescribe diferentes regímenes para diferentes constitucionales, así también los profesores
efectivos tendrán que usar diferentes tipos de conocimientos por medio de variados currículo. Sin embargo, el nivel
económico, de salud y de preparación a la que tienen derecho los diferentes individuos es igual.
Por mucho tiempo los economistas dijeron que la igualdad en los ingresos traería como consecuencia la
maximización de la satisfacción de los consumidores (utilidad). Sin embargo, este argumento pierde su efectividad porque
asume que a un nivel dado de ingresos los hombres tienen igual capacidad de satisfacción. Pero, al mismo tiempo, a
diferentes niveles de ingreso la capacidad varía indirectamente o sea que a mayor ingreso cada peso extra gastado proporciona
una satisfacción adicional menor. Los psicólogos podrían decir que es posible que un individuo rico pueda inclusive tener una
capacidad mayor de gozo que uno pobre.
Otra vez, los argumentos que basan la igualdad de los individuos en la sociedad en racionalizaciones de similitud de
capacidad, habilidad, inteligencia etc., están fuera de toda realidad. Sin embargo, el problema persiste y sólo puede valorarse
a través de un juicio moral y la aplicación de normas éticas, que regulen los causes de actuación de los individuos y los
grupos.
Pero ¿cuál es la base principal del problema? La esencia de los factores nocivos en la desigualdad social consiste en la
explotación económica de unos grupos por otros. , La cual da lugar a un ejercicio indiscriminado del poder. Si las diferencias
individuales y las desigualdades económicas no fueran usadas para el beneficio propio en detrimento del ajeno, quizá no
habría mayor problema de desigualdad social. Pero la realidad nos indica que la inteligencia, la capacidad y las habilidades
son usadas por las personas para tener cada vez más bienes materiales, aún más allá de las necesidades normales del individuo.
La acumulación de riqueza da a la vez la oportunidad de mayores ingresos y la aplicación de mayor poder, convirtiéndose, en
algunas ocasiones, en un ciclo auto sostenido de crecimiento de la riqueza y el poder.
Desde el punto de vista del individualista extremo, tal situación sería considerada como natural, pero desde el punto de
vista social, un sistema donde existan grandes disparidades, constituye un sistema injusto.
Si las reglas internas del juego permiten preferencias y dan oportunidades muy diferentes de desarrollo personal y
económico a los individuos, existirá una tendencia ínter construida dentro del mismo sistema, que provocará un desarrollo
sesgado entre los grupos sociales.
Si el desarrollo individual fuera independiente del desarrollo social, es decir que no lo afectara, no habría tanto
problema. Pero aquí no se puede aplicar la regla Partisana de que alcanzaría un nivel más alto
De bienestar, si una de las partes logra una posición más alta sin lastimar a ninguna de las otras. Por ejemplo, si tan sólo una
minoría tiene oportunidad de asistir a la Universidad, aquellos que no la tienen pueden estar, en el futuro, en una posición más
baja de la que tenían debido a su ignorancia y a que las oportunidades que da el sistema, requieren calificaciones cada vez más
altas, impuestas por la mejor preparación de la minoría.
En suma, como el individuo vive en sociedad, no puede perder de vista la interdependencia que tiene con todas las
demás personas. La sociedad constituye un sistema cuyo objetivo debería ser el logro del desarrollo integral de sus miembros.
Si el sistema permite el atraso de una parte de sus elementos humanos, lo más seguro es que se generen fuerzas en favor de la
desigualdad social. Por lo tanto, cada persona no debe olvidar que su contribución al bienestar general y el respeto a la
dignidad humana y los derechos de los demás son prerrequisitos para una convivencia más igualitaria. Es por eso inconcebible
el individualismo egoísta dentro de cualquier sistema social. El bien común reclama reglas de juego eficientes, pero sobre todo
justas, que garanticen la igualdad social de los individuos.
Quizá algunos lectores pongan como contra argumento que la historia ha demostrado, desde que el hombre vive en
sociedad, que la desigualdad, la violencia y la guerra han sido más la pauta que la excepción; que la sociedad humana se ha
caracterizado más por el conflicto, el despojo, el abuso y en suma, la explotación del hombre por el hombre. Lo anterior es
cierto y nadie lo puede negar; sin embargo, también nadie puede dejar de admitir que la humanidad ha tenido la tendencia
hacia la eliminación de la explotación humana. A pesar de la gran deficiencia e injusticia de los sistemas sociales actuales, se
podría afirmar que legalmente se ha abolido la esclavitud y se ha proclamado, por la mayoría de los países, su adhesión a los
derechos humanos.
Todas estas normas que la sociedad ha implantado, provienen de ideas y acciones de los hombres, quienes se han
impuesto la misión de crear sistemas económicos y sociales más justos. Quizá nunca se logrará un sistema totalmente justo,
pero eso no nos quita la responsabilidad de diseñar e implementar sistemas sociales cada vez más equitativos.

1. Determinantes de la desigualdad social

La desigualdad social tiene causas múltiples y que no son independientes entre sí, sino que, más bien se refuerzan unas
a otras. Tan sólo para efectos de análisis las separamos en: a) determinantes económicos, b) determinantes sociales, políticos y
culturales.

a). Determinantes Económicos

La causa económica más relevante de la desigualdad social es la socialización de la producción y su forma privada de
apropiación capitalista.
Por una parte, el formidable desarrollo de las fuerzas productivas incluye tanto la formación de capital como la
creación de una masa de trabajadores libres para vender su fuerza de trabajo y quienes sostienen en forma colectiva la
creciente producción. Por otra parte, la apropiación privada de los frutos de la producción ha convertido a la ganancia en su
fuerza motriz y ha llevado al sistema a un desarrollo desigual del capital y el trabajo, así como a una contradicción con las
necesidades sociales, ejemplo: producción de bienes de lujo en lugar de incrementar los bienes básicos para las mayorías, etc.
la masa de trabajadores generalmente recibe una retribución desigual por su fuerza de trabajo, dando por resultado diferencias
considerables en la distribución del ingreso. Otros factores económicos que refuerzan la desigualdad social son el nivel de
riqueza acumulada, las transferencias y los gastos gubernamentales, así como las transferencias propíciales por el sistema de
precios y mercados.
El nivel de ingresos determina el nivel de consumo del individuo, así como su nivel de ahorro. A su vez, el ahorro, a
medida que se va acumulando en forma de inversión, determina el nivel de riqueza de la persona. El nivel de ingreso también
está en función del nivel educacional del individuo y de la clase social de donde proviene. Se ha comprobado que la inversión
en educación tiene una rentabilidad alta, ya que la sociedad evalúa el trabajo de los profesionales como más importante, que el
de personas con un nivel educacional más bajo. Ahora bien, quienes reciben educación media y superior son personas de las
clases acomodadas, en vista de que las personas que pertenecen a la clase baja tienen que trabajar desde muy jóvenes, o aún
desde niños, para ayudar al sostenimiento de su familia. El nivel de ingreso se ve afectado además por el desempleo y por el
subempleo, sobre todo en los países subdesarrollados con altos índices de crecimiento demográfico, donde el aparato
productivo no crea empleos con la misma rapidez que el crecimiento de la población económicamente activa.
El nivel de riqueza se mide generalmente por la magnitud de la propiedad, la cual produce ingresos en relación directa
con su monto. A menudo la propiedad individual se ve incrementada o ayudada por la herencia de bienes, lo cual da una clara
ventaja a quienes la reciben. La riqueza, ya sea que esté invertida en negocios propios o ajenos, proporcionará ingresos a los
dueños, dándoles una mejor posición que a individuos cuyos ingresos provienen exclusivamente del trabajo personal.
Las transferencias y los gastos gubernamentales tienden en muchos casos a modificar el ingreso real de algunos grupos
de personas. El seguro social y las instituciones de asistencia social tienden a elevar el bienestar de los sectores más
necesitados. Sin embargo, también existen servicios e inversiones públicas que tienden a beneficiar a los grupos de ingresos
más altos. Por ejemplo, ciertos servicios públicos y obras de infraestructura (calles, carreteras, comunicaciones, etc.), son
utilizados más por las personas y empresas de alto nivel económico, que las del nivel más bajo.
Las instituciones educativas públicas se dice que están subsidiando a la comunidad de negocios, ya que la preparación
de ingenieros, contadores, administradores, etc., representa para las empresas un costo privado menor que el costo social. De
la misma manera, las personas que viven en áreas urbanas, se ven más beneficiadas que las que habitan en áreas rurales. En
fin, la política fiscal y la aplicación del presupuesto tienen un impacto directo en la distribución del ingreso de las personas.
Por lo tanto, los funcionarios que tienen a su cargo la hacienda pública o efectúan decisiones conectadas al presupuesto, tienen
una grave responsabilidad y deberían de tener siempre presente la naturaleza distributiva de las alternativas que manejan.
Dentro de un capitalismo puro, el sistema de precios y mercados tiende a asignar recursos, según se dice, a los usos
más eficientes, entendiendo por eficiencia el hecho de que el capital, el trabajo y los recursos naturales van a fluir
automáticamente a la producción de bienes y servicios, cuyos precios son altos y proporcionan ganancias atractivas a los
empresarios. De otra manera estos últimos no dedicarían su capital a producirlos. El sistema de precios es impersonal y no
puede decidir por sí mismo, si es o no conveniente, desde el punto de vista social, producir determinado artículo. El test
consiste únicamente en preguntar al consumidor: ¿te gusta este producto? ¿Puedes pagar este precio? ¡Si lo puedes pagar lo
obtendrás! En las economías capitalistas mixtas, por más poder que tenga el Estado, éste no controla la producción de artículos
superfluos desde el punto de vista social sino que ello se deja al sistema de precios, dando por resultado un desbalance en
favor de los grupos de mayor poder económico, quienes consumen una mayor cantidad de bienes y servicios superfluos.
El sistema de precios y mercados también propicia la desigualdad entre las diferentes ocupaciones. Aquellas más
escasas son las que comandarán los sueldos y los salarios más altos. El test viene dado otra vez por el precio del artículo que
se está fabricando y no por la productividad propiamente dicha de los trabajadores, ya que ésta queda relegada a segundo
término. Aun cuando la teoría económica (neoclásica) racionaliza que el trabajo debería tener una retribución igual al valor
de la producción marginal (o extra), de todos modos el límite está fijado por el precio. En otras palabras los salarios de los
trabajadores están supeditados a que el costo de producción no sobrepase el precio de venta, independientemente de sí dicho
salario cubre o no las necesidades de los trabajadores.
En tiempos de inflación, también el sistema de precios distribuye los ingresos desigualmente en función de quien
puede manipular hacia arriba los precios de venta o los ingresos. Quienes llevan la peor parte no pueden, generalmente,
incrementar sus entradas en las mismas proporciones en que el nivel general de precios sube. Dentro del sector de negocios,
aquellos que están sujetos al control oficial de precios son los que llevan la peor parte y aquellos que libremente pueden
subirlos, son los que tienen ganancias extraordinarias. En una inflación siempre habrá actores que ganen y otros que pierdan.
Sin embargo, la sociedad ve disminuida su eficiencia productiva, en vista de que en periodos inflacionarios se distorsiona la
inversión en favor de activos que conservan su valor (por ejemplo, casas, terrenos, etc.), y en detrimento de inversión en los
sectores realmente productivos.
De los factores examinados, los dos primeros (el nivel de ingresos y el de riqueza) son los que reflejan más
directamente la desigualdad social. Se podría decir que tanto las transferencias y gastos del gobierno, como las transferencias
del sistema de precios y mercados contribuyen a modificar los ingresos reales de las personas y por lo tanto, también su nivel
de riqueza. Estos últimos factores son los determinantes del poder económico, que ejercido en la vida diaria da lugar a la
desigualdad social. Aquellas personas que comandan mayores ingresos y riquezas, son las que obtienen satisfactores en
mayor cantidad y calidad, aun a costa del desarrollo mínimo de otras personas.

b). Determinantes Sociales, Políticos y Culturales

Para algunos sociales, la estratificación social no es sino el resultado de la desigualdad social. La función que cada
individuo y grupo social desempeña está de acuerdo con la importancia que la misma sociedad les concede, así como la
preparación y habilidades que las personas tienen dentro del sistema. El motívate para que los individuos cambien de un
estrato a otro, es el prestigio y reconocimiento de un status o posición superior dentro de la jerarquía social. Otros científicos
le dan un enfoque político a las desigualdades sociales diciendo que forzosamente la sociedad está constituida por los que
mandan y detentan el poder, y por los subordinados que obedecen. El poder se ha racionalizado de varios modos, ya sea
como el resultado de la fuerza de la creación del conocimiento, o de la concentración de riqueza. Pero independientemente de
ello, el poder da a algunas personas la capacidad para limitar las decisiones y acciones de otras. Por lo tanto, el abuso del
poder y la institucionalización del mismo ayudan a perpetuar la desigualdad social.
Otros científicos han analizado la dinámica social sobre la base de las clases que la componen. Estas clases, motivadas
por sus intereses, están en oposición, aun cuando se complementan y tienen relaciones entre sí. Las relaciones de producción
establecidas históricamente y plasmadas en las costumbres y las leyes, constituyen las reglas del juego económico; que a su
vez determinan las relaciones sociales entre las clases. Existen varias clases, pero una de ellas en la oposición dominante y las
otras como subordinadas produciendo principalmente para la primera. Dentro de este esquema no puede haber relaciones
humanas genuinas, sino más bien conflicto, el cual se resolverá de la confrontación violenta de las clases. La lucha social
desembocará en cambios de las relaciones y la propiedad de los medios de producción, que dará lugar a una sociedad
igualitaria.
También se afirma que las diferencias sociales son reforzadas por las variaciones culturales de los grupos sociales.
Cada sociedad desarrolla su tipo único de cultura, ya que cada una tiene su propio medio ambiente, creencias, filosofía, arte,
moral, así como su propia tecnología, leyes y carácter nacional, características que determinan las relaciones individuales y de
grupo, y por lo tanto el comportamiento individual. En sentido más restringido, la cultura constituye el conjunto de papeles y
hábitos aprendidos por los individuos, que los encauzan dentro de un patrón de comportamiento determinado en la sociedad.
La cultura tiene una parte material y otra inmaterial. La tecnología de una sociedad afecta directamente la cultura material, ya
que los individuos e instituciones la aplican para diseñar y construir los instrumentos que faciliten la producción de
satisfactores; por ejemplo, alimentos, vivienda, vestido, servicios, etc. La cultura inmaterial está formada por los rituales, las
creencias, los tabúes, los hábitos, etc., que conforman el modo de reaccionar de los individuos dentro de una sociedad. Las
culturas material e inmaterial se complementan y refuerzan entre sí, influyendo sobre la organización social y la conducta
individual.
Así, la cultura como determinante de los patrones de comportamiento individual y de grupo, influye también dentro de
la
Desigualdad social. En vista de que la cultura y la subcultura asignan papeles, prestigios y status diferentes a los individuos y
grupos, las diferencias se institucionalizan dando lugar a la desigualdad social. La subcultura profesional tiende a dar a los
profesionales una ética, intereses y aspiraciones distintas a las de las organizaciones a las cuales sirven. La movilidad de los
profesionales no es sino una muestra de su interés y aspiraciones de lograr posiciones sociales y económicas cada vez más
altas dentro de la comunidad. La subcultura institucional, tales como las del ejército, la policía, la burocracia, etc., ayudan a
diferenciar económica y socialmente a los individuos que a ellas pertenecen. La subcultura rural es diferente a la urbana y esta
última ha construido valores y hábitos, diferentes a los de la primera, que han redundado en una posición económica, social y
política más alta para los habitantes de las ciudades.
En realidad todos los determinantes de la desigualdad social están íntimamente interrelacionados y tan sólo para
efectos de análisis se les separado aquí. No se puede negar que la desigualdad social esté determinada por múltiples factores y
que éstos se complementen y refuerzan entre sí. De este modo, por ejemplo, los empresarios pueden escalar las posiciones
superiores de la jerarquía social en vista de que obtienen mayores ingresos y esto a su vez se ve ayudado por el mejor nivel
educacional que tienen y por los mejores recursos humanos y financieros que pueden comandar. Aun cuando la gran
mayoría de los empresarios no son políticos, tienen los nexos más directos y efectivos para influir sobre las decisiones de
política económica. Los empresarios son uno de los grandes grupos mejor organizados y los valores, creencias, costumbres y
rituales de su subcultura los preparan para un uso decidido y efectivo del poder. La educación que reciben, su vida diaria y la
práctica de los negocios los encauzan hacia una filosofía utilitarista y del éxito económico. Todo tiende a reforzar su ascenso
a las posiciones superiores dentro de la estructura social. Después de este breve análisis de los determinantes de la
desigualdad social, pasemos a ver la influencia de la desigualdad social en la personalidad y comportamiento del individuo.

3. DESIGUALDAD SOCIAL Y COMPORTAMIENTO INDIVIDUAL

Ya hemos visto que el desarrollo de la personalidad está ligado tanto a las características heredadas como a las
modificaciones posteriores del medio ambiente físico y social. También se han analizado los determinantes principales de la
desigualdad social, tanto económicos pugnaban por instituciones homogeneizadoras de las personas, aunque otros, como
Aristóteles tomaban la desigualdad de los individuos como dentro de una orden natural de la sociedad. Así en todas las
épocas, desde la antigüedad hasta nuestros días, hay quien considera la desigualdad social como algo natural y hasta necesario,
y quien lo considera como uno de los atrasos más fragantes que enferman a los sistemas socioeconómicos que acepten y vivan
de acuerdo con un porcentaje promedio del total de las premisas histórico- socioculturales de su cultura serán sujetos
normales. Los que acepten un porcentaje significativamente menor a dicho promedio son considerados - por Díaz-Guerrero
- como rebeldes, ya sea inefectivo, efectivo, destructores, o efectivos constructivos. Los individuos que acepten y vivan de
acuerdo con un porcentaje significativamente por encima del promedio mencionado, tenderán a ser sujetos fanáticos,
intolerables, o paranoides.
Es muy posible, de acuerdo con la anterior clasificación, que la mayoría de los habitantes en México sean "normales",
en vista de que aceptan el promedio de las premisas histórico-socioculturales del país. Si hubiese más anormales, el cambio
social tendería a ser más acelerado. Pero, ¿cómo se explica que existiendo una gran disparidad en la distribución del ingreso y
la riqueza, del status y el prestigio social los habitantes de México no traten de cambiarla? La explicación se podría dar con la
misma teoría de Díaz-Guerrero L: los mexicanos se enfrentan al stress de manera pasiva, la cual es considerada no tan sólo la
mejor, sino también la más virtuosa. La mexicana es una cultura estoica, donde los individuos se adaptan fácilmente a la
tragedia, a la enfermedad, a la pobreza y aun a la muerte. Es muy probable que debido a ello, los individuos que pertenecen a
la cultura mexicana reaccionen en promedio, con significativamente menor agresión verbal y/o física, que sujetos de culturas
activas.
Quizá se podría interpretar lo anterior en el sentido de que las premisas socioculturales desarrolladas a través de la
historia, pesan más que la herencia en cuanto al comportamiento del individuo en la sociedad. Quizá también se podría
afirmar que la desigualdad social en México tienen raíces históricos-socioculturales tan profundas, que va a ser sumamente
difícil cambiarlas. Por ejemplo, en la cultura mexicana - menciona Díaz Guerrero- la inteligencia tal cual la miden los test en
existencia, será menor en las mujeres que en los hombres, e igualmente en la clase baja que en la clase alta, aunque esto último
también se ha encontrado en países avanzados.
Las relaciones económicas desiguales constituyen un constituyen un condicionamiento muy importante de la conducta
individual. Las personas afortunadas -las han tenido la oportunidad de una buena alimentación, cuidados médicos y
educación- tenderán a monopolizar las buenas posiciones de trabajo, a obtener ingresos más altos, a seguir patrones de
consumo y de estándar de vida diferentes a los de las personas menos afortunadas. Sus intereses también serán diferentes, así
como sus actitudes, motivaciones y hábitos. Esto parece una especie de pensamiento circular, pero la realidad nos hace pensar
que así sea: los grupos socioeconómicos altos mantienen una posición alta porque sus miembros son los más inteligentes, los
más fuertes y los mejor educados; y son capaces de lograr esto último en vista de su ventajosa posición socioeconómica.
¿Cómo se romperá este círculo vicioso?
Otro de los puntos importantes que toca -Díaz-Guerrero, es el de las relaciones entre las secuencias (historia) de cómo
biopsicosociales y el campo de fuerzas biopsicosocioculturales en un momento dado.
Aunque muy poco se sabe de dichas relaciones en la actualidad, se espera que el avance en las ciencias de la
comunicación arroje luz sobre ello. Por ejemplo, se ha descubierto la estructura del lenguaje bioquímico dentro de las células
vivas -a través del ácido desoxirribonucleico o DNA - formado por 64 palabras de tres letras. Cuando se encuentre que tipos y
formas de reacciones a la información muestren biológica y psicológicamente los individuos, posiblemente se empezará el
medio ambiente físico social y el mundo biosociológico de la persona.

III. DESIGUALDAD SOCIAL Y RELACIONES HUMANAS EN LA ORGANIZACION

La desigualdad social tiene una importante repercusión en las relaciones humanas dentro de la organización, ya que
influye sobre la motivación, la comunicación, el liderazgo y la administración de los cambios. La organización, ya sea de tipo
lucrativo, de servicio social o de otra índole, debería constituir una mutualidad de objetivos y medios para el logro del bien
común. Desafortunadamente, en la mayoría de los casos existe una separación entre los que administran y los que ejecutan el
trabajo operacional. La primera gran separación está dada por las diferencias económicas entre el capital y el trabajo y la
segunda por la distancia social proveniente de aquellas diferencias.
En la sociedad occidental es tradicional la separación entre el capital y el trabajo y las relaciones obrero-patronales se
ajustan sobre la base de negociación entre las partes. A menudo ese estado de mutuo acuerdo se rompe y da lugar a huelgas o
paros, hasta llegar a otra situación de acuerdo, sin que esto quiera decir que necesariamente exista un equilibrio económico
entre las partes. La legislación laboral he sentado las reglas del juego de negociación entre el capital y el trabajo y en algunos
casos, como el de México, la ley tiene un espíritu supuestamente proteccionista para los trabajadores bajo la presunción de
que constituye la parte más débil. El punto subsiste, de que las relaciones son fijadas a través de un proceso
negociación y de que esta situación separa legalmente y de hecho a las partes. La manera en que se lleven a cabo las
negociaciones y el nivel de equidad alcanzado por las partes, tiene forzosamente que influir sobre las relaciones entre los
trabajadores y la administración.
Cuando las negociaciones son hechas con justicia constituye una base adecuada para el mutuo respeto entre las partes y
es más factible que las relaciones humanas sean positivas. La distancia social entre los superiores y los subordinados también
influye en las relaciones humanas. Si existe una marcada distancia social entre el superior y el subordinado, este último no se
sentirá con la debida confianza para comunicar opiniones, problemas e información en general al primero. Inclusive, si el
superior tiene voluntad de establecer una buena relación con su subordinado, pudiera no lograrlo, en vista de la diferencia de
expresión y actitud mental debido a la distancia social. Cada uno se mueve en círculos sociales con intereses, aspiraciones y
estándares de vida diferentes. El subordinado puede tener necesidades primarias (alimento, vestido y alojamiento) no
cubiertas, en cambio el superior lo más seguro es que sí las tenga satisfechas. El trabajador, entonces, podría ser motivado
principalmente con incentivos económicos, mientras que el superior quizá podría sólo responder a motivaciones elevadas, es
decir, status, reconocimientos, prestigio profesional, etc. La minimización de la distancia social podría conducir a un
liderazgo más efectivo por parte del superior, en vista del mejor entendimiento de los valores, creencias y aspiraciones del
subordinado.
IV. MEDIDAS PARA REDUCIR LA DESIGUALDAD SOCIAL

Ningún país en el mundo ha logrado la igualdad social entre sus habitantes. Aun los países socialistas, que
posiblemente son los más igualitarios, tienen una estratificación social y clases dominantes en las que entran los militares, los
burócratas y los dirigentes políticos. Quizá esta vieja aspiración de la humanidad nunca se logre totalmente; sin embargo,
tanto entre las sociedades capitalistas como socialistas hay algunas más igualitarias que otras, a juzgar por la parte del
producto nacional que corresponde a los trabajadores y la que tienen los dueños del capital u otras clases dominantes. En la
actualidad sólo China y Cuba están experimentando en la consecución de una sociedad sin clases, cuyos resultados no serán
visibles sino en el largo plazo.
En el mundo occidental la mayoría de los países tienen un sistema de economía mixta y aun cuando el Estado es más
fuerte en algunos de ellos, existe la empresa privada como parte importante del sistema económico social. Las reglas del
juego, en este tipo de sociedades, están basadas en un liberalismo económico, el cual da por resultado un darwinismo social
donde los más fuertes, los más preparados y los más inteligentes se llevan la mejor parte. Sería menester cambiar dichas
reglas y establecer límites mínimos y máximos de actuación económica y social. Aun cuando en la mayoría de los países se
han aplicado impuestos con tasas más altas a medida que los ingresos suben, de todos modos muy poco se ha logrado en la
igualación social, debido a que las personas con una importante acumulación de riqueza no han sido tocadas en esta parte por
el sistema fiscal. En muy pocos países se ha hablado de un sistema fiscal más congruente con la disminución de la
desigualdad económica. Por ejemplo, el llamado "impuesto negativo sobre la renta" implica no tan sólo tasas muy progresivas
para los altos ingreso, sino también el "pago" (diferencial hasta alcanzar un mínimo) a aquellas personas que se encuentran
dentro del límite de pobreza. En los países menos desarrollados, con sólo disminuir la evasión fiscal, que constituye un grave
problema, se lograría una mejor distribución del ingreso. Pero el principal obstáculo para usar el sistema fiscal como
igualador económico descansa en la dificultad para implementar cualquier reforma impositiva de la magnitud que sea.
Las transferencias y el gasto público también ayudar a reducir la desigualdad económica y social. Los servicios de
salud pública y de educación deberían hacerse extensivos a los grupos étnicos marginados de la civilización. Aun cuando las
ciudades están sufriendo grandes presiones demográficas, se ha discriminado a través de los servicios y la inversión pública,
en su favor y en detrimento de las zonas rurales. Existen grandes grupos de trabajadores y artesanos no organizados, quienes
por no estarlo no tienen acceso a prestaciones estatales y privadas; a ellos debería dirigirse también el gasto y el esfuerzo
público para mejorar su condición. En ciertos servicios públicos se discrimina y explota económicamente a los propios
trabajadores. Aquí el Estado puede establecer reglas más justas sin detrimento de su fuerza política. En fin, es menester no
tan sólo la reorientación del gasto público a nivel central, sino también a nivel de cada funcionario público. Las preguntas
que los servidores públicos deberían hacerse en cada decisión económica serían: ¿cómo está afectado esta decisión a la
distribución del ingreso? ¿Está contribuyendo a disminuir la desigualdad social?
El sistema educativo también contribuye a la desigualdad social, a pesar de en algunos países la educación se dice que
es libre de costo para los individuos. Sin embargo, aun cuando las universidades estatales proporcionan educación superior
libre de cobro de colegiaturas, sólo la pueden aprovechar personas de ingresos medios y altos, cuyos padres o familias no
necesitan de su concurso para subsistir. Las universidades, tanto estatales como privadas, podrían idear sistemas de cobro
progresivos que incluyeran no tan sólo colegiaturas sino también fondos para su manutención mientras estudian.
A nivel de las empresas mucho se podría hacer para disminuir la distancia social que tanto perjudica a las relaciones
humanas positivas. Las prácticas de igualitarismo en el trato entre los superiores y los subordinados en pocas empresas se
practican. Tan sólo en una empresa grande (en Guadalajara, México), el autor se ha dado cuenta de un esfuerzo más genuino
de "socialización" en la relación entre la administración y los trabajadores. Aun cuando siguen existiendo las jerarquías de
mando, los superiores no tienen prerrogativas de trato preferencial en el trabajo, en las actividades deportivas o en el comedor
de la compañía. Existen políticas de "puerta abierta" con todos los empleados para que puedan tratar, a cualquier a nivel
directo, el problema que les aqueje. Hay programas de entrenamiento y educación para todos los niveles y esto, aunado a las
demás políticas de personal ha dado lugar a un clima de superación general tanto entre los trabajadores como en los
administradores. El trato personal de los jefes a los subordinados es de camarería, dentro de las normas de trabajo corrientes.
La moral de los trabajadores y empleados se ha conservado alta y la productividad empezó a elevarse a partir del nuevo trato.
Al nivel social y aun cuando en México se afirma que no existe discriminación racial, sí existe discriminación
económica. El mismo sistema de precios y mercados propicia la discriminación económica, ya que excluye del mercado de
ciertos artículos a los grupos bajos de ingresos. Socialmente hablado, los restaurantes, hoteles y centros de diversión, llevan a
la práctica ciertas reglas de admisión que discriminan contra las personas de bajo ingresos, además que estos mismos son auto
excluyen de los círculos que no consideran apropiados a su situación económico social. Hay, en la vida diaria, incontables
ejemplos de discriminación económica, que se traduce en discriminación social.
Pero mientras, no cambie la desigualdad en las riquezas y en los ingresos, muy poco se podrá hacer en este respecto, a
pesar de la gran tendencia a la democratización que existe entre los jóvenes de nuestros días.
La parte fundamental de las medidas para reducir la desigualdad social, como se ha dejado ver entre ver a lo largo de
esta sección, está constituida por las medidas económicas y de política educacional en el futuro. De las diferencias
económicas se derivan en gran parte las diferencias sociales, aun cuando se complementan y refuerzan mutuamente. El nivel
educativo, a su vez, contribuye al logro de posiciones económicas y sociales más altas. Por lo tanto, si se logra una mayor
igualdad económica y de conocimiento, gran parte del problema se habrá resuelto. Sin embargo, tal parece que la distribución
desigual del poder, propiciado por las fuerzas económicas principalmente, hará demasiado difícil por las fuerzas económicas
principalmente, hará demasiado difícil y lenta la igualación social.
Las organizaciones lucrativas pueden jugar un papel importante en su contribución económica y tecnológica a la
igualdad social, como prerrequisito para unas genuinas relaciones humanas, no tan sólo dentro de ellas, sino también en el
seno de la sociedad.
NO TIENEN QUE DESARROLLAR EL VOCABULARIO, ES PARA QUE LE PONGAN DE ATENCIÓN A LA
HORA DE DESARROLLAR EL CUESTIONARIO. ES PARA QUE ESOS CONCEPTOS LO TENGAN CLARO.

V. VOCABULARIO

Diferencias Individuales
Diferencias Sociales (desigualdad social)
Influencias que inciden en la formación de la personalidad del individuo.
Fenotipo y genotipo.
Cromosomas y genes.
Dominancia y recesibidad.
Constitución física.
Fisiología.
Morfología orgánica.
Determinantes de la desigualdad social.
Distribución del ingreso y la riqueza.
Transferencias del sector público.
Transferencias del sistema de precios y mercados.
Cultura y subcultura.
Poder, prestigio, status.
Medidas económicas para disminuir la desigualdad social.
Medidas de comportamiento social para disminuir la desigualdad social.
Medidas a nivel de empresa para disminuir la desigualdad social.
Medidas de política educativa para disminuir la desigualdad social.

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