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Aunque Pablo se va a dirigir a esos problemas uno por uno, primero quiere estar
seguro de que los cristianos colosenses están bien enraizados en los puntos básicos de
la fe – y en Cristo como el centro de esa fe (véase 1:15-20 en particular y 2:6-7, 9, 13b-
19). Si estos cristianos colosenses entendieran mejor la naturaleza y la misión de Cristo
– quién era y es y lo que Cristo vino a hacer por ellos – ese entendimiento les daría la
fundación necesaria para solucionar los problemas que preocupan a Pablo.
• Seguir “las tradiciones de los hombres” y “los elementos del mundo” en lugar de
seguir a Cristo (v. 8).
• Requisitos de seguir las leyes dietéticas, de días festivos, o de los sábados (v. 16).
“Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo” (v. 6a). Rabinos
judíos hablaban de Moisés, quien había recibido el Tora de las manos de Dios. El Tora,
claro, era lo que Dios había proveído para guiar y dirigir la vida de Israel según su
voluntad – para que Israel disfrutara del favor de Dios – para que experimentara la
salvación en manos de Dios.
Ahora Pablo dice que estos cristianos colosenses han recibido a Cristo – igual que
Moisés había recibido el Tora. Cristo también es instrumento de Dios para la salvación
– pero un instrumento perfecto. Habiendo recibido a Cristo, los cristianos colosenses
son “hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26). Usando una metáfora de la
ciencia moderna, podríamos decir que llevan los genes de Cristo en lo más profundo
de su ser. Han recibido el ADN de Cristo. Son como Cristo en maneras que van mucho
más allá de mero comportamiento o apariencia.
“andad (peripateo) en él” (v. 6b). Literalmente, la palabra griega peripateo significa
“andar o caminar alrededor” (peri significa “alrededor” – como en la palabra
“perímetro”).
Desde los primeros tiempos, los judíos han usado la palabra “caminar” o “andar” para
referirse a la manera que uno lleva su vida:
• Dios juzgó a los israelitas por no caminar según sus estatutos – por no guardar sus
leyes (Ezequiel 5:6-8).
Ahora Pablo les dice a estos cristianos colosenses que caminen en Cristo – que se unan
a Cristo – que vivan como Cristo quisiera que vivan – que sigan sus mandamientos
igual que los judíos (en su mejor momento) trataron de seguir el Tora. Es correcto que
lo hagan, porque han “nacido otra vez” o “nacido de arriba” (Juan 3:3) por su sepultura
y resurrección en el bautizo (Romanos 6:3-14; Colosenses 2:12). Les dice, habiendo
“resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado á la
diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque
muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios” (3:1-3).
“Arraigados y sobreedificados en él” (v. 7a). Pablo utiliza dos metáforas muy diferentes
aquí – arraigados y sobreedificados – ambas metáforas apoyan su declaración de que
estos cristianos colosenses han ganado todo por medio de su conexión con Cristo – y
que deben toda su naturaleza y ser y fuerza a esa conexión.
Primero, estos cristianos colosenses están “arraigados” en Cristo. Como todo jardinero
sabe, plantas dependen de sus raíces para su nutrición y sostenimiento. Las raíces
pueden estar bajo tierra – invisibles para el simple observador – pero son esenciales
para el bienestar de la planta.
Pero mucho también depende de la tierra en que las raíces están plantadas. Si la tierra
tiene humedad y nutrientes, las raíces los extraen para alimentar la planta – para que
la planta pueda prosperar. Sin embargo, si la tierra no contiene humedad o nutrientes,
las raíces quedan desamparadas – incapaces de sostener la vida de la planta – y la
planta muere.
Pablo les dice a estos cristianos colosenses que no deben preocuparse por la tierra
espiritual en la que sus raíces están plantadas. Están arraigados a Cristo, cuyos
recursos espirituales son literalmente infinitos. Pasen tiempos buenos o malos,
siempre se pueden apoyar en sus raíces – porque están firmemente plantadas en
Cristo.
“y confirmados (bebaioo) en la fe, así como habéis aprendido” (v. 7b). Esta palabra
griega bebaiootiene que ver con la construcción para que sea fuerte y de fiar – por lo
tanto es apropiado usarla con ambos “arraigados” y “sobreedificados” (v. 7a). Estos
cristianos colosenses están arraigados en Cristo, por eso son tan fuertes como lo
puede ser cualquier criatura viviente. También son producto del maestro constructor –
el gran arquitecto – el carpintero perfecto – y por eso están preparados para cualquier
adversidad que la vida les pueda traer.
Estos cristianos colosenses están bien establecidos porque “habéis aprendido” bien. En
las últimas décadas, el mentiroso (Satanás) ha convencido a mucha gente de que no
importa lo que creamos siempre que seamos sinceros. Eso va contracorriente ambos al
Evangelio y a nuestra experiencia diaria.
• Las Escrituras (de el Antiguo y el Nuevo Testamento) nos dicen que nuestras
creencias son imprescindibles para nuestro bienestar, aquí y en el más allá.
• Esto lo confirma nuestra propia experiencia. Personas tienden a actuar según sus
creencias. Si creen cosas que realmente no son verdad, actúan según sus falsas
creencias y sufren las consecuencias. Si han aprendido bien a creer en la verdad,
benefician en gran manera de esta enseñanza – y de creer en la verdad.
Debemos tener cuidado no sea que hagamos excusas por aquéllos que toman malas
decisiones – decisiones basadas en falsas creencias – decisiones que sin duda terminan
con malos resultados. No queremos juzgarles, queremos decir que no es su culpa –
que son víctimas de esto o aquello. Aunque es verdad que hay víctimas de esto o
aquello, por lo general gente es víctima de su propio pensar – o de creencias estúpidas
que resultan en comportamiento estúpido y gran sufrimiento. Jesús dijo, “la verdad os
libertará” (Juan 8:32). Lo contrario también es verdad. Vivir según falsos principios
puede robar a la gente de su libertad.
Por eso, los que estamos en la iglesia debemos estar seguros de enseñar la verdad. La
verdad que se nos ha encargado enseñar es la que Cristo nos enseñó a observar
(Mateo 20:20). Para aprender lo que Cristo enseñó, debemos mirar primero a las
escrituras, especialmente al Nuevo Testamento, y no dejarnos llevar por psicología
popular o hacer siempre lo que se cree políticamente correcto – ni siquiera enfocarnos
en lo que pronuncian las autoridades de diversas denominaciones.
• Si esto se practica de manera estricta, esto significa que todas las demás autoridades
quedan subordinadas a la escritura – que deben ser medidas según su adhesión a lo
que enseña la escritura.
Pero Pablo les dice a estos cristianos colosenses que no tienen nada que temer. Han
sido establecidos – hechos fuertes en la fe – por las enseñanzas correctas que han
aprendido.
“creciendo (perisseuo) en ella con hacimiento de gracias” (v. 7c). La palabra griega
perisseuo tiene que ver con exceso – sobreabundancia – lo que el Salmista quiso decir
cuando dijo, “mi copa está rebosando” (Salmo 23:5) – lo que Jesús describió cuando
dijo, “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en
vuestro seno” (Lucas 6:38). Pablo les pide a los cristianos colosenses dar gracias con
ese tipo de fe y agradecimiento sobreabundante.
¿Por qué deben rebosar en agradecimiento? ¿Está Pablo simplemente pidiéndoles que
pongan buena cara? ¡No! Tienen razón para estar agradecidos. Al fin y al cabo, están
arraigados a Cristo. Cristo es el maestro constructor que les ha edificado. Les ha
establecido en la fe – la fe que les garantiza su salvación. Agradecimiento abundante
es solo la respuesta natural a lo que han recibido.
“Mirad (blepo) que ninguno os engañe” (v. 8a). Esta palabra griega blepo significa
“ver” o, por extensión, “discernir.” Pablo les advierte a estos cristianos colosenses que
mantengan los ojos bien abiertos y la mano en la cartera. Les dice que mantengan la
cabeza clara para poder reconocer falsedades que vienen en un paquete atractivo y se
venden agresivamente. Les recuerda que hay unos entre ellos que no simpatizan con la
fe cristiana – gente cuyas creencias van en contra de la fe cristiana. Esa gente – o por lo
menos parte de ella – no estará satisfecha hasta que logre descarrilar la fe de una
persona cristiana.
En este versículo, Pablo les advierte a los cristianos colosenses que no permitan que
los enemigos de Jesús apaguen la luz de su fe.
“por filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme á los
elementos del mundo, y no según Cristo” (v. 8b). Esto llega al fondo de los problemas
que afectan a la iglesia colosense. Algunos de sus miembros han sido seducidos por
filosofías – y vanas sutilezas – y tradiciones de los hombres – y cosas de este mundo.
La palabra “filosofía” viene de dos palabras griegas – philos (amor) y sophia (sabiduría).
No hay, claro, ningún conflicto entre la fe cristiana y el amor de la sabiduría. Debemos
amar la sabiduría – la verdadera sabiduría – pero no debemos amar filosofías que son
incompatibles con la fe cristiana. Ese es el problema que Pablo tiene aquí – filosofías y
vanas sutilezas incompatibles con la fe cristiana y que se dedican a subvertirla.
¿Qué son “vanas sutilezas”? Las palabras griegas son kenes (vacío, en vano) y apates
(engaño o delirio). La palabra kenes (vacío) no se necesita, porque engaño o delirio,
por su naturaleza, ya expresan el concepto de vacío – vano – una segura decepción.
Jesús prometió “la verdad os libertará” (Juan 8:32). Lo contrario también es verdad,
pero su atracción es como el cebo de una trampa – diseñado para atrapar al que no
sospecha.
“según las tradiciones (paradosis) de los hombres.” Los fariseos premiaban lo que
llamaban “las tradiciones de los ancianos” – enseñanzas que se pasaban de una
generación a otra para ayudar a la gente a entender los requisitos de la ley judía.
Conocemos estas tradiciones, porque los fariseos las trataban como si fueran
autoritarias, a menudo causando conflicto con Jesús como resultado.
Como ejemplo, los fariseos criticaban a Jesús porque sus discípulos no guardaban “la
tradición de los ancianos” en cuanto a lavarse las manos antes de comer pan (Marcos
7:5). Esto no tenía nada que ver con la higiene, pero era un rito religioso requerido, no
por el Tora, sino por la tradición farisaica.
Jesús les dijo a los fariseos que Isaías se refería a ellos al decir “Este pueblo con los
labios me honra, mas su corazón lejos está de mí. Y en vano me honra, enseñando
como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios,
tenéis la tradición de los hombres” (Marcos 7:6-7).
Jesús prosiguió con un ejemplo de los fariseos, que usaban las tradiciones para evitar
los requisitos del Tora – “invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra
tradición.” Aunque la ley del Tora requería honrar a sus padres y madres – inclusive
con asistencia económica en su vejez – los fariseos anunciaban que su dinero estaba
dedicado a Dios y, por eso, no podían apoyar a sus padres. Jesús dijo, “muchas cosas
hacéis semejantes á éstas” (Marcos 7:13).
Ahora Pablo les pide a los cristianos colosenses que no cometan el mismo error. Les
pide rechazar la tentación de poner las tradiciones rabínicas (o cualquier otra
tradición) al mismo nivel que la ley del Tora – que no conviertan las tradiciones de los
ancianos en algo autoritario en la fe y su práctica.
La tentación de poner tradiciones y decretos humanos al mismo nivel (o aún más alto)
que la escritura no ha desaparecido. Es un problema grave en gran parte de las
denominaciones cristianas hoy día. Cada denominación tiene tradiciones y decretos
que se parecen mucho a las tradiciones de estos ancianos.
• Las tradiciones y los decretos de las diferentes denominaciones fueron creadas con
buenas intenciones – para clarificar lo que el cristiano debe creer y practicar en
situaciones diferentes. Pero debemos anotar que las tradiciones farisaicas fueron
creadas por esa misma razón. Buenas intenciones no garantizan los resultados que
Dios quiere.
• Además, estas tradiciones y decretos pronto se convierten en dogma – cosas que los
miembros de la denominación (particularmente la clerecía) debe creer y practicar. Esto
también se parece mucho a la manera en que los fariseos pensaban de las tradiciones
de los ancianos.
Para corregir este problema véanse arriba los comentarios de versículo 7b acerca de
sola scriptura (solo escritura).
Un siglo después, la iglesia tuvo problemas con el Gnosticismo, que proponía que lo
espiritual es bueno y lo físico es malo. Como resultado, los gnósticos no creían en la
Encarnación – que Dios se había convertido en carne humana y había vivido entre
nosotros. Decían que solo podíamos llegar a la plenitud (pleroma) de Dios a través de
los ángeles u otras emanaciones – emanaciones que se iban vaciando de su pleroma a
medida que se acercaban a nuestra existencia terrenal.
Algunos eruditos creen que la iglesia en Colosas se encontraba infectada por este
punto de vista gnóstico y dualista. Por ejemplo, Pablo criticó los cristianos colosenses
por observar ciertas reglas como “No manejes, ni gustes, ni aun toques” (2:21) – y por
buscar iluminación espiritual a través de “el duro trato del cuerpo” (2:23) – prácticas
ascéticas que se aproximaban al Gnosticismo. Ahora, en los versículos que comienzan
esta epístola, Pablo quiere corregir este error presentándoles a Cristo, en quien la
plenitud de la deidad se agrada de habitar.
“En el cual también sois circuncidados de circuncisión no hecha con manos” (v. 11a).
Cuando Pablo habló de “filosofías y vanas sutilezas” (v. 8), se refería a un problema
que tenía raíces en la herencia griega de los colosenses. Ahora, hablando de la
circuncisión, se dirige a un problema que proviene de su herencia judía.
La ley del Tora requería que los judíos circuncidaran a todo varón recién nacido el
octavo día de vida como marca de su pertenencia a la nación pactada de Israel
(Levítico 12:2-3).
“con el despojamiento del cuerpo de los pecados de la carne” (sarkos – de sarx) (v.
11b). “De los pecados” no aparece en los mejores manuscritos, entonces debe decir,
“con el despojamiento del cuerpo de la carne.”
“en la circuncisión de Cristo” (v. 11c). En nuestro bautizo – siendo sepultados en Cristo
por el agua del bautizo y de nuevo resucitados en él – Cristo nos despojó de sarx – de
preocupaciones carnales que forman costras alrededor de nuestros corazones y
amenazan con deshacernos. Nos marcó como miembros de la comunidad del pacto,
del pueblo de Dios – de la misma manera que la circuncisión antes había marcado a los
judíos como pueblo de Dios.
“Sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también resucitasteis con él,
por la fe de la operación de Dios que le levantó de los muertos” (v. 12). Este versículo
se acerca mucho a Romanos 6:3-5, donde Pablo dice que fuimos sepultados por el
bautizo en la muerte de Cristo “para que como Cristo resucitó de los muertos por la
gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque si fuimos
plantados juntamente en él á la semejanza de su muerte, así también lo seremos á la
de su resurrección.”
Este versículo y Romanos 6:3-5 describen el bautizo como un enterrar y resucitar con
Cristo – imágenes que solo se pueden entender como un bautizo por inmersión. Hoy
muchas iglesias requieren bautizo por inmersión, y el número está creciendo. Muchos
– casi la mayoría – de eruditos del Nuevo Testamento reconocen que el bautizo por
inmersión era la costumbre de la iglesia del Nuevo Testamento. La palabra griega
baptizo significa sumergir o abrumar. Que yo sepa, todas iglesias aceptan inmersión
como bautizo válido, pero muchas iglesias no aceptan el rocío del agua como bautizo
válido.
De las dos palabras para pecado, peraptoma y parabasis, peraptoma es la más suave
de las dos.Peraptoma indica algún tipo de equivocación o mal hacer que no es ni
terrible ni voluntario. Parabasis se refiere a pecado intencionado y voluntario.
El punto es que hasta pecados que no son tan malos son suficiente para causar una
muerte espiritual. Pero Cristo, por su muerte en la cruz, “nos ha perdonado todos los
pecados,” y así, nos ha vivificado de nuevo.
“rayendo la cédula (cheirographon) de los ritos que nos era contraria, que era contra
nosotros”(v. 14a). La palabra cheirographon es una combinación de cheir (mano) y
grapho (escribir). “Cédula” (documento escrito a mano) es una traducción literal.
Pero ahora Cristo ha borrado la cédula que una vez nos condenaba. Nuestro lienzo
está limpio. Nuestros pecados han sido perdonados y olvidados.
Sabemos lo que son principados y potestades. Nuestras vidas están sujetas a ellas. Nos
desafían. Establecen reglas a las que estamos sujetos. Nos castigan cuando no vivimos
según sus estándares. A veces estos principados y potestades son benignos. Al fin y al
cabo, necesitamos gente para gobernar las muchas instituciones que afectan nuestra
vida. Pero en la historia del mundo, principados y potestades frecuentemente han sido
egoístas y brutales. Lord Acton dijo, “El poder tiende a corromper y el poder absoluto
corrompe absolutamente” – y no tenemos que ir muy lejos para confirmar que tenía
razón.
En versículos 16-18, Pablo se dirige a varios temas que forman parte de lo que eruditos
más tardíos llamarían la Herejía Colosense:
“Por tanto, nadie os juzgue (krino) en comida, ó en bebida” (v. 16a). La palabra griega
krino (juzgar) distingue entre lo bueno y lo malo. Como aparece aquí, seguramente
conlleva una opinión negativa.
Pablo dice que estos cristianos colosenses no deben permitir que otros les juzguen –
que expresen una opinión negativa de ellos. Nadie puede evitar que otra persona le
juzgue, claro. Seguramente, lo que Pablo quiere decir es que estos cristianos
colosenses no deben permitir que las opiniones de otros afecten sus decisiones, su
auto-estima, y sus vidas.
Pablo se dirige a varios temas en concreto que han tentado a los cristianos colosenses.
El primero tiene que ver con las leyes de la comida y la bebida.
Levítico 11 y Deuteronomio 14 incluyen las comidas limpias (las que la religión aprueba
para consumo humano) y las impuras. La observación de estas leyes dietéticas era
importante para los judíos porque mostraba su obediencia a Yahvé. Estas leyes
también eran importantes porque mantenían al pueblo de Israel apartado de las
culturas paganas que lo rodeaban.
Los primeros cristianos eran judíos que observaban las leyes dietéticas judías. No
obstante, ese requisito pronto desapareció. La historia de la visión de Pedro en Hechos
10 habla de la conversión de Pedro, un hombre que se adhería con celo a las leyes
dietéticas. En esa visión, el Señor le enseñó a Pedro todo tipo de animales, y le mandó
levantarse y comer. Pedro se asombró, diciendo, “Señor, no; porque ninguna cosa
común é inmunda he comido jamás.” El Señor respondió, “Lo que Dios limpió, no lo
llames tú común” (Hechos 10:13-15). Esto mostraba que Dios pensaba abrir la iglesia a
gentiles tanto como a judíos – y no requería que los gentiles tuvieran que convertirse
al judaísmo para poder pertenecer a la iglesia.
Es importante que, en el libro de Hechos, Pedro (muy judío) fuera el discípulo principal
a lo largo de capítulo 12, pero Pablo (el apóstol de los gentiles) asumió ese papel de
capítulo 13 en adelante.
Claro, comer y beber, tal como aparecen en este versículo, podrían representar todas
las leyes judías. La carta de Pablo a Gálatas habla en detalle de si cristianos deben o no
deben ser obligados a observar las leyes judías – específicamente, la circuncisión.
Enfatiza que cristianos no están sujetos a tales leyes. De hecho, es todo lo contrario.
Dice, “He aquí yo Pablo os digo, que si os circuncidareis, Cristo no os aprovechará
nada” (Gálatas 5:2).
“ó en bebida” (v. 16a). Quitando la prohibición contra comer o beber sangre (Levítico
17:14; véase también Hechos 15:29), la ley judía no regulaba la bebida – excepto en
que a los sacerdotes les estaba prohibido tomar bebidas alcohólicas mientras estaban
trabajando en el santuario (Levítico 10:9) – y a los Nazaritas se les prohibía tomar
cualquier tipo de bebida alcohólica (Números 6:2-4). Hoy, gente que insiste que Cristo
requiere total abstinencia del alcohol debe tomar nota. Esa creencia no es bíblica. El
requisito de abstinencia de alcohol le debe más a Carrie Nation que al Nuevo
Testamento.
“ó en parte de día de fiesta” (v. 16b). Ley judía requería la observación de varios días
festivos (como la Celebración de Pentecostés o la Celebración del Tabernáculo). En su
carta a los romanos, Pablo dijo, “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales
todos los días. Cada uno esté asegurado en su ánimo. El que hace caso del día, hácelo
para el Señor: y el que no hace caso del día, no lo hace para el Señor” (Romanos 14:5-
6a).
“ó de nueva luna” (v. 16c). Hoy, astrónomos describen la nueva luna como la primera
fase de la luna – cuando la luna está completamente apagada. Históricamente, la
nueva luna llegaba un poco más tarde, cuando se empezaba a ver el borde de un
cuarto creciente.
El calendario judío se basaba en los ciclos lunares, y la gente observaba una nueva luna
de manera muy parecida a como observaba el sábado (Números 29:6; 1 Samuel 20:5,
18, 24, 27; 2 Reyes 4:23; Esdras 3:5; Salmo 81:3; Isaías 1:13; 66:23; Ezequiel 46:1, 6;
Amos 8:5).
“ó de sábados” (v. 16d). Uno de los Diez Mandamientos requería que el pueblo judío
observara el sábado y lo mantuviera santo. Debían abstenerse de trabajar el sábado,
porque Dios descansó el séptimo día de la creación (Éxodo 20:8-11; Génesis 2:2-3).
La temprana iglesia empezó a observar “el primer día de la semana” o “el Día del
Señor” en lugar del sábado – domingo en lugar de sábado (véase Hechos 20:7; 1
Corintios 16:2; Apocalipsis 1:10). Ese cambio ocurrió de forma gradual – pero sí tomó
lugar. Es por eso que hoy observamos el domingo.
“Lo cual es la sombra de lo por venir” (v. 17b). Pablo dice que las observaciones judías
que aparecen en versículo 16 solo son una sombra de lo que está por venir.
“mas el cuerpo (soma) es de Cristo” (v. 17b). Cuando se usa como se hace aquí –
contrastando lo que es una sombra de lo que es soma – la palabra griega soma
significa cuerpo, sustancia, o realidad.
Entonces, lo que Pablo dice en este versículo es que las observaciones de versículo 16
eran solo una sombra de lo que los cristianos colosenses ya disfrutan – el soma (el
cuerpo, la sustancia, la realidad) de Cristo.
En estos dos versículos, Pablo traza cinco problemas relacionados con líderes que
amenazan con engañar a los cristianos colosenses:
“Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto á los ángeles” (v. 18a).
Pablo cree que algunos de los cristianos colosenses están en peligro de perder el
premio de la salvación de Cristo. Están sujetos a las influencias de quienes hacen un
espectáculo de su humildad – y de los que les persuaden hacia el culto a los ángeles.
Siempre debemos estar al tanto de falsa piedad, sea nuestra o de otros. En general,
falsa piedad es para impresionar a los demás – para que la persona “piadosa” pueda
manipular a otros.
Los ángeles son los mensajeros de Dios (Hebreos 1:14; Apocalipsis 1:1), pero no son
Dios. Son parte del orden creado, y no el creador (1:16). Están sujetos al juicio por sus
ofensas (2 Pedro 2:4; Judas 1:6). Pablo dice que los humanos juzgarán a los ángeles (1
Corintios 6:3). Los ángeles merecen respeto (1 Corintios 11:10; 1 Timoteo 5:21;
Hebreos 2:7, 9) – pero Cristo es muy superior a los ángeles (Hebreos 1:4-6, 13; 1 Pedro
3:22). Entonces, debemos alabar a Dios en lugar de los ángeles. Alabar a los ángeles
está en conflicto con el Primer Mandamiento, “No tendrás dioses ajenos delante de
mí” (Éxodo 20:3; véase también Mateo 4:10).
Los gnósticos alababan a los ángeles como intermediarios entre Dios y los humanos –
pero Pablo dice que el culto a los ángeles puede causar la pérdida del premio de Cristo.
Hoy, el culto a los ángeles sigue siendo problemático. Ángeles aparecen en la televisión
y en las películas. Son imágenes populares en tarjetas. Hay ángeles que se coleccionan.
Aunque esto puede parecer inocuo, también tiene la capacidad de fluir lentamente
hacia la idolatría.
La prensa popular hoy representa a los ángeles como algo bonito, delicado, y
femenino, pero los ángeles bíblicos tenían nombre de varón o no había ningún indicio
de su género. A menudo eran algo que temer.
Como es verdad con todo, debemos tener cuidado de no dejarnos seducir por la
cultura popular. Debemos estar seguros de que alabamos a Dios y no a los ángeles – el
creador y no la creación.
“metiéndose en lo que no ha visto” (v. 18b). Los falsos maestros en Colosas claman
tener autoridad basada en visiones que han tenido – visiones que Pablo dice no han
tenido de verdad.
Debemos tener cuidado con gente que clama tener visiones o haber recibido algún
tipo de autoridad personal de Dios. Demasiadas veces esta gente muestra ser de poca
confianza – a veces con resultados trágicos. Jamestown, por ejemplo, donde más de
900 seguidores de Jim Jones se suicidaron o fueron asesinados. David Koresh de la
Rama de los Davídicos es otro ejemplo.
Como se anota en los comentarios de versículo 11b arriba, la palabra sarx (carne) se
usa más en el Nuevo Testamento para referirse a lo que no es espiritual – lo mundano
– pecaminoso.
Pablo anota la relación entre cuerpo y cabeza. Igual que nuestro cuerpo físico depende
de las señales que vienen de la cabeza, también la iglesia depende de Cristo y las
instrucciones que nos ha dado. Nuestro crecimiento como cristianos y como iglesia
depende de una fuerte conexión con Cristo.
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