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Colosenses 2:6-19

RECURSOS PARA PREDICAR

Por Richard Niell Donovan


Traducción por Ángeles Aller

PASAJE BÍBLICO: Colosenses 2:6-19


EXÉGESIS:
EL CONTEXTO:
El apóstol Pablo y su compañero Timoteo escribieron esta carta a la iglesia en Colosas
(v. 1), una ciudad pequeña en Asia Menor (actualmente Turquía). Pablo no había
visitado Colosas, pero había recibido noticias de Epafra, el misionero que seguramente
fundó allí la iglesia (1:7).

Pablo habla favorablemente de la fe, el amor, y la esperanza de los cristianos


colosenses (1:4-5) y reconoce que el Evangelio fructifica y crece en ellos (1:6). Sin
embargo, parece que Epafra le ha dicho a Pablo que hay problemas graves en Colosas
– problemas con falsas enseñanzas que algunos eruditos han llamado “la Herejía
Colosense.” Pablo escribe esta carta para ayudar a los colosenses a solucionar estos
problemas (en particular, véanse 2:4, 8, 13-16, 18; 3:5, 8, 18 – 4:1).

Aunque Pablo se va a dirigir a esos problemas uno por uno, primero quiere estar
seguro de que los cristianos colosenses están bien enraizados en los puntos básicos de
la fe – y en Cristo como el centro de esa fe (véase 1:15-20 en particular y 2:6-7, 9, 13b-
19). Si estos cristianos colosenses entendieran mejor la naturaleza y la misión de Cristo
– quién era y es y lo que Cristo vino a hacer por ellos – ese entendimiento les daría la
fundación necesaria para solucionar los problemas que preocupan a Pablo.

Este pasaje trata varios de esos problemas:

• Ser engañados por “por filosofías y vanas sutilezas” (v. 8).

• Seguir “las tradiciones de los hombres” y “los elementos del mundo” en lugar de
seguir a Cristo (v. 8).

• Requisitos de seguir las leyes dietéticas, de días festivos, o de los sábados (v. 16).

• El “culto á los ángeles” (v. 18).

• Estar “vanamente hinchado en el sentido de su propia carne” (v. 18).

• “no teniendo la Cabeza” (v. 19).

COLOSENSES 2:6-7: DE LA MANERA QUE HABÉIS RECIBIDO AL SEÑOR JESUCRISTO


6Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad (griego:
peripateite de peripateo)en él: 7Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en
la fe, así como habéis aprendido, creciendo en ella con hacimiento de gracias.

“Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo” (v. 6a). Rabinos
judíos hablaban de Moisés, quien había recibido el Tora de las manos de Dios. El Tora,
claro, era lo que Dios había proveído para guiar y dirigir la vida de Israel según su
voluntad – para que Israel disfrutara del favor de Dios – para que experimentara la
salvación en manos de Dios.

En su carta a los gálatas, Pablo describió el Tora como un pedagogo (griego:


paidagogos) (Gálatas 3:24-25). Podemos pensar de paidagogos no solo como un
profesor, pero también como alguien que tiene la responsabilidad de criar a los niños –
un líder – un disciplinario – un entrenador. Pablo dijo que Dios le dio el Tora al pueblo
judío como paidagogos “para llevarnos á Cristo, para que fuésemos justificados por la
fe” en lugar de por nuestra adherencia a la ley judía (Gálatas 2:24-25).

Ahora Pablo dice que estos cristianos colosenses han recibido a Cristo – igual que
Moisés había recibido el Tora. Cristo también es instrumento de Dios para la salvación
– pero un instrumento perfecto. Habiendo recibido a Cristo, los cristianos colosenses
son “hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26). Usando una metáfora de la
ciencia moderna, podríamos decir que llevan los genes de Cristo en lo más profundo
de su ser. Han recibido el ADN de Cristo. Son como Cristo en maneras que van mucho
más allá de mero comportamiento o apariencia.

“andad (peripateo) en él” (v. 6b). Literalmente, la palabra griega peripateo significa
“andar o caminar alrededor” (peri significa “alrededor” – como en la palabra
“perímetro”).

Desde los primeros tiempos, los judíos han usado la palabra “caminar” o “andar” para
referirse a la manera que uno lleva su vida:

• Henoch y Noé caminaban con Dios (Génesis 5:22, 24; 6:9).

• Dios le retó a Abraham, “anda delante de mí, y sé perfecto” (Génesis 17:1).

• El Salmista dijo, “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni


estuvo en camino de pecadores” (Salmo 1:1; véase también Salmo 119:3).

• Dios juzgó a los israelitas por no caminar según sus estatutos – por no guardar sus
leyes (Ezequiel 5:6-8).

Ahora Pablo les dice a estos cristianos colosenses que caminen en Cristo – que se unan
a Cristo – que vivan como Cristo quisiera que vivan – que sigan sus mandamientos
igual que los judíos (en su mejor momento) trataron de seguir el Tora. Es correcto que
lo hagan, porque han “nacido otra vez” o “nacido de arriba” (Juan 3:3) por su sepultura
y resurrección en el bautizo (Romanos 6:3-14; Colosenses 2:12). Les dice, habiendo
“resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado á la
diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque
muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios” (3:1-3).

“Arraigados y sobreedificados en él” (v. 7a). Pablo utiliza dos metáforas muy diferentes
aquí – arraigados y sobreedificados – ambas metáforas apoyan su declaración de que
estos cristianos colosenses han ganado todo por medio de su conexión con Cristo – y
que deben toda su naturaleza y ser y fuerza a esa conexión.

Primero, estos cristianos colosenses están “arraigados” en Cristo. Como todo jardinero
sabe, plantas dependen de sus raíces para su nutrición y sostenimiento. Las raíces
pueden estar bajo tierra – invisibles para el simple observador – pero son esenciales
para el bienestar de la planta.

Pero mucho también depende de la tierra en que las raíces están plantadas. Si la tierra
tiene humedad y nutrientes, las raíces los extraen para alimentar la planta – para que
la planta pueda prosperar. Sin embargo, si la tierra no contiene humedad o nutrientes,
las raíces quedan desamparadas – incapaces de sostener la vida de la planta – y la
planta muere.

Pablo les dice a estos cristianos colosenses que no deben preocuparse por la tierra
espiritual en la que sus raíces están plantadas. Están arraigados a Cristo, cuyos
recursos espirituales son literalmente infinitos. Pasen tiempos buenos o malos,
siempre se pueden apoyar en sus raíces – porque están firmemente plantadas en
Cristo.

Segundo, están “sobreedificados” en Cristo. La palabra griega que se usa aquí,


oikodomeo, generalmente se asocia con el trabajo de construcción – la construcción
de una casa o una torre o un granero. Pablo les dice a estos cristianos colosenses que
son la obra de un maestro constructor – el que aprendió carpintería de su padre
terrenal, José – pero cuyos verdaderos dones vienen de la conexión que comparte con
su Padre celestial. Pablo les dice a estos cristianos colosenses que pueden depender de
sus fuertes cimientos – y de sus paredes fuertes – y de un tejado sólido. Si me permite
prestar de una historia de niños, Pablo les asegura que el lobo grande y malo puede
soplar todo el día, pero ellos no tienen nada que temer. Cristo les ha diseñado para
sobrevivir momentos buenos y malos (recuerde que la prosperidad arruina tanto a la
gente como la adversidad).

“y confirmados (bebaioo) en la fe, así como habéis aprendido” (v. 7b). Esta palabra
griega bebaiootiene que ver con la construcción para que sea fuerte y de fiar – por lo
tanto es apropiado usarla con ambos “arraigados” y “sobreedificados” (v. 7a). Estos
cristianos colosenses están arraigados en Cristo, por eso son tan fuertes como lo
puede ser cualquier criatura viviente. También son producto del maestro constructor –
el gran arquitecto – el carpintero perfecto – y por eso están preparados para cualquier
adversidad que la vida les pueda traer.
Estos cristianos colosenses están bien establecidos porque “habéis aprendido” bien. En
las últimas décadas, el mentiroso (Satanás) ha convencido a mucha gente de que no
importa lo que creamos siempre que seamos sinceros. Eso va contracorriente ambos al
Evangelio y a nuestra experiencia diaria.

• Las Escrituras (de el Antiguo y el Nuevo Testamento) nos dicen que nuestras
creencias son imprescindibles para nuestro bienestar, aquí y en el más allá.

• Esto lo confirma nuestra propia experiencia. Personas tienden a actuar según sus
creencias. Si creen cosas que realmente no son verdad, actúan según sus falsas
creencias y sufren las consecuencias. Si han aprendido bien a creer en la verdad,
benefician en gran manera de esta enseñanza – y de creer en la verdad.

Debemos tener cuidado no sea que hagamos excusas por aquéllos que toman malas
decisiones – decisiones basadas en falsas creencias – decisiones que sin duda terminan
con malos resultados. No queremos juzgarles, queremos decir que no es su culpa –
que son víctimas de esto o aquello. Aunque es verdad que hay víctimas de esto o
aquello, por lo general gente es víctima de su propio pensar – o de creencias estúpidas
que resultan en comportamiento estúpido y gran sufrimiento. Jesús dijo, “la verdad os
libertará” (Juan 8:32). Lo contrario también es verdad. Vivir según falsos principios
puede robar a la gente de su libertad.

Por eso, los que estamos en la iglesia debemos estar seguros de enseñar la verdad. La
verdad que se nos ha encargado enseñar es la que Cristo nos enseñó a observar
(Mateo 20:20). Para aprender lo que Cristo enseñó, debemos mirar primero a las
escrituras, especialmente al Nuevo Testamento, y no dejarnos llevar por psicología
popular o hacer siempre lo que se cree políticamente correcto – ni siquiera enfocarnos
en lo que pronuncian las autoridades de diversas denominaciones.

Los reformadores dijeron “sola scriptura” – solo escritura:

• Si esto se practica de manera estricta, esto significa que todas las demás autoridades
quedan subordinadas a la escritura – que deben ser medidas según su adhesión a lo
que enseña la escritura.

• Si esto se practica correctamente, significa que a veces lo que enseñamos no será


popular – no tendrá mucho en común con la cultura popular – porque Cristo nos pide
decir la verdad, pero la cultura popular a menudo basa sus creencias en ficciones
atractivas. Jesús nos ha dicho que no podemos servir ambos a Dios y a mamón (Mateo
6:24). Si lo intentamos, pronto nos encontramos sirviendo solo a mamón.

Pero Pablo les dice a estos cristianos colosenses que no tienen nada que temer. Han
sido establecidos – hechos fuertes en la fe – por las enseñanzas correctas que han
aprendido.

“creciendo (perisseuo) en ella con hacimiento de gracias” (v. 7c). La palabra griega
perisseuo tiene que ver con exceso – sobreabundancia – lo que el Salmista quiso decir
cuando dijo, “mi copa está rebosando” (Salmo 23:5) – lo que Jesús describió cuando
dijo, “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en
vuestro seno” (Lucas 6:38). Pablo les pide a los cristianos colosenses dar gracias con
ese tipo de fe y agradecimiento sobreabundante.

¿Por qué deben rebosar en agradecimiento? ¿Está Pablo simplemente pidiéndoles que
pongan buena cara? ¡No! Tienen razón para estar agradecidos. Al fin y al cabo, están
arraigados a Cristo. Cristo es el maestro constructor que les ha edificado. Les ha
establecido en la fe – la fe que les garantiza su salvación. Agradecimiento abundante
es solo la respuesta natural a lo que han recibido.

COLOSENSES 2:8-10: QUE NINGUNO OS ENGAÑE


8Mirad que ninguno os engañe por filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de
los hombres, conforme á los elementos del mundo, y no según Cristo: 9Porque en él
habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente: 10Y en él estáis cumplidos, el
cual es la cabeza de todo principado y potestad:

“Mirad (blepo) que ninguno os engañe” (v. 8a). Esta palabra griega blepo significa
“ver” o, por extensión, “discernir.” Pablo les advierte a estos cristianos colosenses que
mantengan los ojos bien abiertos y la mano en la cartera. Les dice que mantengan la
cabeza clara para poder reconocer falsedades que vienen en un paquete atractivo y se
venden agresivamente. Les recuerda que hay unos entre ellos que no simpatizan con la
fe cristiana – gente cuyas creencias van en contra de la fe cristiana. Esa gente – o por lo
menos parte de ella – no estará satisfecha hasta que logre descarrilar la fe de una
persona cristiana.

Hace algunos años trabajaba en un centro de rehabilitación para personas adictas a la


heroína. Allí aprendí que un adicto odia ver a otra persona adicta pedir ayuda. Hacen
un gran esfuerzo para meter drogas en el centro de rehabilitación para socavar el
proceso. Regalan drogas a quienes están tratando de poner fin a su adicción. Hacen
todo lo posible para mantener la cohesión de su grupo – o para reclutar a más
personas a su grupo. Son muy evangelistas, porque ven a la gente “recta” como una
amenaza.

Desafortunadamente, muchos cristianos no sienten mucha pasión por su fe. Tienen


miedo de ofender a alguien si mencionan a Jesús. Drogadictos y falsos profetas no
tienen esos escrúpulos. Ellos “(aman) más las tinieblas que la luz; porque sus obras
(son) malas” (Juan 3:19-20). Ya que aman las tinieblas, hacen lo posible para apagar la
luz donde sea que la encuentren.

En este versículo, Pablo les advierte a los cristianos colosenses que no permitan que
los enemigos de Jesús apaguen la luz de su fe.

“por filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme á los
elementos del mundo, y no según Cristo” (v. 8b). Esto llega al fondo de los problemas
que afectan a la iglesia colosense. Algunos de sus miembros han sido seducidos por
filosofías – y vanas sutilezas – y tradiciones de los hombres – y cosas de este mundo.
La palabra “filosofía” viene de dos palabras griegas – philos (amor) y sophia (sabiduría).
No hay, claro, ningún conflicto entre la fe cristiana y el amor de la sabiduría. Debemos
amar la sabiduría – la verdadera sabiduría – pero no debemos amar filosofías que son
incompatibles con la fe cristiana. Ese es el problema que Pablo tiene aquí – filosofías y
vanas sutilezas incompatibles con la fe cristiana y que se dedican a subvertirla.

¿Qué son “vanas sutilezas”? Las palabras griegas son kenes (vacío, en vano) y apates
(engaño o delirio). La palabra kenes (vacío) no se necesita, porque engaño o delirio,
por su naturaleza, ya expresan el concepto de vacío – vano – una segura decepción.
Jesús prometió “la verdad os libertará” (Juan 8:32). Lo contrario también es verdad,
pero su atracción es como el cebo de una trampa – diseñado para atrapar al que no
sospecha.

“según las tradiciones (paradosis) de los hombres.” Los fariseos premiaban lo que
llamaban “las tradiciones de los ancianos” – enseñanzas que se pasaban de una
generación a otra para ayudar a la gente a entender los requisitos de la ley judía.
Conocemos estas tradiciones, porque los fariseos las trataban como si fueran
autoritarias, a menudo causando conflicto con Jesús como resultado.

Como ejemplo, los fariseos criticaban a Jesús porque sus discípulos no guardaban “la
tradición de los ancianos” en cuanto a lavarse las manos antes de comer pan (Marcos
7:5). Esto no tenía nada que ver con la higiene, pero era un rito religioso requerido, no
por el Tora, sino por la tradición farisaica.

Jesús les dijo a los fariseos que Isaías se refería a ellos al decir “Este pueblo con los
labios me honra, mas su corazón lejos está de mí. Y en vano me honra, enseñando
como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios,
tenéis la tradición de los hombres” (Marcos 7:6-7).

Jesús prosiguió con un ejemplo de los fariseos, que usaban las tradiciones para evitar
los requisitos del Tora – “invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra
tradición.” Aunque la ley del Tora requería honrar a sus padres y madres – inclusive
con asistencia económica en su vejez – los fariseos anunciaban que su dinero estaba
dedicado a Dios y, por eso, no podían apoyar a sus padres. Jesús dijo, “muchas cosas
hacéis semejantes á éstas” (Marcos 7:13).

Ahora Pablo les pide a los cristianos colosenses que no cometan el mismo error. Les
pide rechazar la tentación de poner las tradiciones rabínicas (o cualquier otra
tradición) al mismo nivel que la ley del Tora – que no conviertan las tradiciones de los
ancianos en algo autoritario en la fe y su práctica.

La tentación de poner tradiciones y decretos humanos al mismo nivel (o aún más alto)
que la escritura no ha desaparecido. Es un problema grave en gran parte de las
denominaciones cristianas hoy día. Cada denominación tiene tradiciones y decretos
que se parecen mucho a las tradiciones de estos ancianos.
• Las tradiciones y los decretos de las diferentes denominaciones fueron creadas con
buenas intenciones – para clarificar lo que el cristiano debe creer y practicar en
situaciones diferentes. Pero debemos anotar que las tradiciones farisaicas fueron
creadas por esa misma razón. Buenas intenciones no garantizan los resultados que
Dios quiere.

• Además, estas tradiciones y decretos pronto se convierten en dogma – cosas que los
miembros de la denominación (particularmente la clerecía) debe creer y practicar. Esto
también se parece mucho a la manera en que los fariseos pensaban de las tradiciones
de los ancianos.

Tradiciones (creencias estandarizadas, reglas, prácticas) pueden ayudar, porque nos


simplifican la vida. Sin ellas tendríamos que empezar desde cero cada vez que
necesitamos tomar una decisión. Pero surgen problemas cuando nos adherimos
demasiado a las tradiciones – cuando empezamos a depender de ellas para determinar
nuestra fe en vez de depender de la escritura – especialmente cuando las usamos para
socavar doctrina bíblica relacionada con la fe y su práctica.

Para corregir este problema véanse arriba los comentarios de versículo 7b acerca de
sola scriptura (solo escritura).

“Porque en él habita toda la plenitud (pleroma) de la divinidad corporalmente” (v. 9).


En este versículo Pablo afirma la encarnación – Dios viviendo entre nosotros en forma
humana.

Un siglo después, la iglesia tuvo problemas con el Gnosticismo, que proponía que lo
espiritual es bueno y lo físico es malo. Como resultado, los gnósticos no creían en la
Encarnación – que Dios se había convertido en carne humana y había vivido entre
nosotros. Decían que solo podíamos llegar a la plenitud (pleroma) de Dios a través de
los ángeles u otras emanaciones – emanaciones que se iban vaciando de su pleroma a
medida que se acercaban a nuestra existencia terrenal.

Algunos eruditos creen que la iglesia en Colosas se encontraba infectada por este
punto de vista gnóstico y dualista. Por ejemplo, Pablo criticó los cristianos colosenses
por observar ciertas reglas como “No manejes, ni gustes, ni aun toques” (2:21) – y por
buscar iluminación espiritual a través de “el duro trato del cuerpo” (2:23) – prácticas
ascéticas que se aproximaban al Gnosticismo. Ahora, en los versículos que comienzan
esta epístola, Pablo quiere corregir este error presentándoles a Cristo, en quien la
plenitud de la deidad se agrada de habitar.

“Y en él estáis cumplidos (pepleromenoi), el cual es la cabeza de todo principado y


potestad” (v. 10). Anote el paralelo entre “la plenitud de la divinidad” (v. 9) y “estáis
cumplidos” (pepleromenoi) (v. 10). El Cristo que encarna la plenitud de la divinidad
también llena a sus discípulos – nos completa – nos restaura en la imagen de Dios que
había quedado desfigurada por el pecado.
Cristo, que hace esto posible, es “la cabeza de todo principado y potestad.”
Principados (archai) representan preeminencia – lo que está sobre todas las cosas.
Potestad (exousia) significa autoridad y es capaz de hacer cosas. Sin embargo, a pesar
de lo impresionantes que puedan parecer los principados y las potestades, Cristo es
aún más impresionante. No está sujeto a principados ni potestades, pero es, en vez, su
cabeza. Véanse abajo los comentarios de versículo 15.

COLOSENSES 2:11-12: CIRCUNCISIÓN CON HECHA CON MANOS


11En el cual también sois circuncidados de circuncisión no hecha con manos, con el
despojamiento del cuerpo de los pecados de la carne, en la circuncisión de Cristo;
12Sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también resucitasteis con
él, por la fe de la operación de Dios que le levantó de los muertos.

“En el cual también sois circuncidados de circuncisión no hecha con manos” (v. 11a).
Cuando Pablo habló de “filosofías y vanas sutilezas” (v. 8), se refería a un problema
que tenía raíces en la herencia griega de los colosenses. Ahora, hablando de la
circuncisión, se dirige a un problema que proviene de su herencia judía.

La ley del Tora requería que los judíos circuncidaran a todo varón recién nacido el
octavo día de vida como marca de su pertenencia a la nación pactada de Israel
(Levítico 12:2-3).

Como cristianos, sin embargo, no necesitamos la circuncisión porque hemos recibido


una circuncisión “no hecha con manos” – una obra de Dios en lugar del hombre – una
circuncisión espiritual en lugar de física – una circuncisión del corazón (Deuteronomio
10:16; Jeremías 4:4; Romanos 2:29; véase también Hechos 15:1-29; Gálatas 2:1-10).
Como Pablo anota en versículo 12, esto tiene que ver con nuestro bautizo – con ser
sepultados con Cristo en las aguas del bautizo y resucitados a una nueva vida – una
vida en presencia de Cristo.

“con el despojamiento del cuerpo de los pecados de la carne” (sarkos – de sarx) (v.
11b). “De los pecados” no aparece en los mejores manuscritos, entonces debe decir,
“con el despojamiento del cuerpo de la carne.”

La palabra sarx (carne) aparece bastante en el Nuevo Testamento para referirse a lo


que no es espiritual – lo mundano – lo pecaminoso. Pablo dice que “las obras de la
carne (sarx) son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias,
homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas” (Gálatas 5:19-21a).
Avisa que “los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:21b).

“en la circuncisión de Cristo” (v. 11c). En nuestro bautizo – siendo sepultados en Cristo
por el agua del bautizo y de nuevo resucitados en él – Cristo nos despojó de sarx – de
preocupaciones carnales que forman costras alrededor de nuestros corazones y
amenazan con deshacernos. Nos marcó como miembros de la comunidad del pacto,
del pueblo de Dios – de la misma manera que la circuncisión antes había marcado a los
judíos como pueblo de Dios.
“Sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también resucitasteis con él,
por la fe de la operación de Dios que le levantó de los muertos” (v. 12). Este versículo
se acerca mucho a Romanos 6:3-5, donde Pablo dice que fuimos sepultados por el
bautizo en la muerte de Cristo “para que como Cristo resucitó de los muertos por la
gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque si fuimos
plantados juntamente en él á la semejanza de su muerte, así también lo seremos á la
de su resurrección.”

Este versículo y Romanos 6:3-5 describen el bautizo como un enterrar y resucitar con
Cristo – imágenes que solo se pueden entender como un bautizo por inmersión. Hoy
muchas iglesias requieren bautizo por inmersión, y el número está creciendo. Muchos
– casi la mayoría – de eruditos del Nuevo Testamento reconocen que el bautizo por
inmersión era la costumbre de la iglesia del Nuevo Testamento. La palabra griega
baptizo significa sumergir o abrumar. Que yo sepa, todas iglesias aceptan inmersión
como bautizo válido, pero muchas iglesias no aceptan el rocío del agua como bautizo
válido.

COLOSENSES 2:13-15: CRISTO OS VIVIFICÓ


13Y á vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os
vivificó juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14rayendo la cédula de
los ritos que nos era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en medio y
enclavándola en la cruz; 15Y despojando los principados y las potestades, sacólos á la
vergüenza en público, triunfando de ellos en sí mismo.

“Y á vosotros, estando muertos en pecados (peraptoma) y en la incircuncisión de


vuestra carne, os vivificó juntamente con él, perdonándoos todos los pecados” (v. 13).
Pablo contrasta nuestra condición antes de hacernos cristianos (muertos) con la
transformación que Cristo ha hecho en nosotros (vivificados y perdonados).

De las dos palabras para pecado, peraptoma y parabasis, peraptoma es la más suave
de las dos.Peraptoma indica algún tipo de equivocación o mal hacer que no es ni
terrible ni voluntario. Parabasis se refiere a pecado intencionado y voluntario.

El punto es que hasta pecados que no son tan malos son suficiente para causar una
muerte espiritual. Pero Cristo, por su muerte en la cruz, “nos ha perdonado todos los
pecados,” y así, nos ha vivificado de nuevo.

“rayendo la cédula (cheirographon) de los ritos que nos era contraria, que era contra
nosotros”(v. 14a). La palabra cheirographon es una combinación de cheir (mano) y
grapho (escribir). “Cédula” (documento escrito a mano) es una traducción literal.

En su contexto original, esta palabra indicaba un documento escrito a mano, como la


cédula de una deuda que obliga pagar a la persona que debe. Pablo sugiere que cada
uno de nosotros tiene una cédula así escrita a mano en algún lugar del cielo – un
record de nuestra culpabilidad – nuestra deuda con Dios. Ese documento persiste a
pesar de nuestros mejores esfuerzos, porque nunca podremos, por nosotros mismos,
borrar lo que Dios ha escrito. Aunque seamos mejores en el futuro de lo que fuimos en
el pasado, nunca seremos perfectos – ni tampoco podría una futura perfección borrar
nuestra culpabilidad pasada.

Pero ahora Cristo ha borrado la cédula que una vez nos condenaba. Nuestro lienzo
está limpio. Nuestros pecados han sido perdonados y olvidados.

“quitándola (Cristo) de en medio y enclavándola en la cruz” (v. 14). Esto se refiere a la


acusación que Pilato puso en la cruz de Jesús, “Jesús Nazareno, Rey de los Judíos”
(Juan 19:19).

La muerte de un prisionero cancelaba su deuda con la sociedad, porque la muerte era


el máximo castigo. La muerte de Jesús también cancela la deuda de quienes vienen
después. Lo que no podemos hacer por nosotros mismos, Cristo ha hecho por
nosotros. Ha clavado la cédula de nuestra deuda a su cruz.

Hace tiempo me obsesionaba la posibilidad de que al llegar al cielo Dios me hiciera


sentar y mirar un video de mi vida. Eso sería muy doloroso, porque tendría que revivir
todo mi mal comportamiento – todas las veces que lastimé a los demás con palabras u
obras desagradables – todas las veces que podía haber hecho bien pero escogí hacer
mal – todas las veces que me comporté como un idiota.

Pero recientemente me reconforta la promesa que Cristo ha clavado mi culpabilidad a


su cruz – ha cancelado mi deuda. Ahora estoy convencido que si Dios me requiere
revivir mi vida, solo veré lo bueno. Las partes malas han desaparecido – se han
hundido en el océano más profundo. Si yo le preguntara a Dios acerca de alguna de
ellas, respondería, “No me acuerdo de eso.”

“Y despojando los principados y las potestades, sacólos á la vergüenza en público,


triunfando de ellos en sí mismo” (v. 15). Como se anota arriba, principados (archai)
representan preeminencia – lo que está antes y sobre todo. Potestades (exousia)
tienen autoridad y la capacidad de lograr cosas.

Sabemos lo que son principados y potestades. Nuestras vidas están sujetas a ellas. Nos
desafían. Establecen reglas a las que estamos sujetos. Nos castigan cuando no vivimos
según sus estándares. A veces estos principados y potestades son benignos. Al fin y al
cabo, necesitamos gente para gobernar las muchas instituciones que afectan nuestra
vida. Pero en la historia del mundo, principados y potestades frecuentemente han sido
egoístas y brutales. Lord Acton dijo, “El poder tiende a corromper y el poder absoluto
corrompe absolutamente” – y no tenemos que ir muy lejos para confirmar que tenía
razón.

Cristo permitió que principados y potestades controlaran completamente su vida


cuando fue a la cruz. Le golpearon, le humillaron en público, le torturaron y le
mataron. Pero esta victoria sobre él fue temporaria. Volvió con estruendo en la
resurrección, cambiando la marea y derrotando principados y potestades – esta vez
para siempre.
“sacólos á la vergüenza en público, triunfando de ellos en sí mismo” (v. 15b). Cuando
los generales romanos ganaban una victoria sobre sus enemigos, volvían a Roma con
ellos a cuestas – celebrando su victoria y humillándoles. Pablo dice que Jesús ha hecho
lo mismo con los principados y potestades. Les ha avergonzado con su triunfo sobre
ellos para demostrar que él, no ellos, tiene la última palabra. Principados y potestades
ahora quedan indefensos, y Cristo es el soberano real.

COLOSENSES 2:16-17: POR TANTO, NADIE OS JUZGUE


16Por tanto, nadie os juzgue en comida, ó en bebida, ó en parte de día de fiesta, ó de
nueva luna, ó de sábados: 17Lo cual es la sombra de lo por venir; mas el cuerpo es de
Cristo.

En versículos 16-18, Pablo se dirige a varios temas que forman parte de lo que eruditos
más tardíos llamarían la Herejía Colosense:

• La observación (o falta de observación) de las leyes dietéticas (v. 16a).

• La observación (o falta de observación) de ciertos días festivos (v. 16b).

• El culto a los ángeles, etcétera (v. 18).

• No atenerse a la Cabeza (la Cabeza siendo Cristo) (v. 19).

“Por tanto, nadie os juzgue (krino) en comida, ó en bebida” (v. 16a). La palabra griega
krino (juzgar) distingue entre lo bueno y lo malo. Como aparece aquí, seguramente
conlleva una opinión negativa.

Pablo dice que estos cristianos colosenses no deben permitir que otros les juzguen –
que expresen una opinión negativa de ellos. Nadie puede evitar que otra persona le
juzgue, claro. Seguramente, lo que Pablo quiere decir es que estos cristianos
colosenses no deben permitir que las opiniones de otros afecten sus decisiones, su
auto-estima, y sus vidas.

Pablo se dirige a varios temas en concreto que han tentado a los cristianos colosenses.
El primero tiene que ver con las leyes de la comida y la bebida.

Levítico 11 y Deuteronomio 14 incluyen las comidas limpias (las que la religión aprueba
para consumo humano) y las impuras. La observación de estas leyes dietéticas era
importante para los judíos porque mostraba su obediencia a Yahvé. Estas leyes
también eran importantes porque mantenían al pueblo de Israel apartado de las
culturas paganas que lo rodeaban.

Los primeros cristianos eran judíos que observaban las leyes dietéticas judías. No
obstante, ese requisito pronto desapareció. La historia de la visión de Pedro en Hechos
10 habla de la conversión de Pedro, un hombre que se adhería con celo a las leyes
dietéticas. En esa visión, el Señor le enseñó a Pedro todo tipo de animales, y le mandó
levantarse y comer. Pedro se asombró, diciendo, “Señor, no; porque ninguna cosa
común é inmunda he comido jamás.” El Señor respondió, “Lo que Dios limpió, no lo
llames tú común” (Hechos 10:13-15). Esto mostraba que Dios pensaba abrir la iglesia a
gentiles tanto como a judíos – y no requería que los gentiles tuvieran que convertirse
al judaísmo para poder pertenecer a la iglesia.

Es importante que, en el libro de Hechos, Pedro (muy judío) fuera el discípulo principal
a lo largo de capítulo 12, pero Pablo (el apóstol de los gentiles) asumió ese papel de
capítulo 13 en adelante.

En 1 Corintios 8; 10:23-33 Pablo describe la respuesta cristiana al tema de las leyes


dietéticas judías. Explicó que cristianos no están sujetos a esas leyes, pero sí necesitan
respetar aquéllos menos sofisticados cuya fe puede sufrir si ven a otros cristianos
comiendo carne sacrificada a ídolos – o haciendo cualquier otra cosa que gente menos
sofisticada pudiera considerar mal comportamiento – comportamiento que no
concuerda con la fe.

Claro, comer y beber, tal como aparecen en este versículo, podrían representar todas
las leyes judías. La carta de Pablo a Gálatas habla en detalle de si cristianos deben o no
deben ser obligados a observar las leyes judías – específicamente, la circuncisión.
Enfatiza que cristianos no están sujetos a tales leyes. De hecho, es todo lo contrario.
Dice, “He aquí yo Pablo os digo, que si os circuncidareis, Cristo no os aprovechará
nada” (Gálatas 5:2).

“ó en bebida” (v. 16a). Quitando la prohibición contra comer o beber sangre (Levítico
17:14; véase también Hechos 15:29), la ley judía no regulaba la bebida – excepto en
que a los sacerdotes les estaba prohibido tomar bebidas alcohólicas mientras estaban
trabajando en el santuario (Levítico 10:9) – y a los Nazaritas se les prohibía tomar
cualquier tipo de bebida alcohólica (Números 6:2-4). Hoy, gente que insiste que Cristo
requiere total abstinencia del alcohol debe tomar nota. Esa creencia no es bíblica. El
requisito de abstinencia de alcohol le debe más a Carrie Nation que al Nuevo
Testamento.

“ó en parte de día de fiesta” (v. 16b). Ley judía requería la observación de varios días
festivos (como la Celebración de Pentecostés o la Celebración del Tabernáculo). En su
carta a los romanos, Pablo dijo, “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales
todos los días. Cada uno esté asegurado en su ánimo. El que hace caso del día, hácelo
para el Señor: y el que no hace caso del día, no lo hace para el Señor” (Romanos 14:5-
6a).

“ó de nueva luna” (v. 16c). Hoy, astrónomos describen la nueva luna como la primera
fase de la luna – cuando la luna está completamente apagada. Históricamente, la
nueva luna llegaba un poco más tarde, cuando se empezaba a ver el borde de un
cuarto creciente.

El calendario judío se basaba en los ciclos lunares, y la gente observaba una nueva luna
de manera muy parecida a como observaba el sábado (Números 29:6; 1 Samuel 20:5,
18, 24, 27; 2 Reyes 4:23; Esdras 3:5; Salmo 81:3; Isaías 1:13; 66:23; Ezequiel 46:1, 6;
Amos 8:5).

Los cristianos tienen la libertad de observar o no observar las festividades de la nueva


luna. No tenemos la libertad de requerir tales observaciones.

“ó de sábados” (v. 16d). Uno de los Diez Mandamientos requería que el pueblo judío
observara el sábado y lo mantuviera santo. Debían abstenerse de trabajar el sábado,
porque Dios descansó el séptimo día de la creación (Éxodo 20:8-11; Génesis 2:2-3).

La temprana iglesia empezó a observar “el primer día de la semana” o “el Día del
Señor” en lugar del sábado – domingo en lugar de sábado (véase Hechos 20:7; 1
Corintios 16:2; Apocalipsis 1:10). Ese cambio ocurrió de forma gradual – pero sí tomó
lugar. Es por eso que hoy observamos el domingo.

“Lo cual es la sombra de lo por venir” (v. 17b). Pablo dice que las observaciones judías
que aparecen en versículo 16 solo son una sombra de lo que está por venir.

“mas el cuerpo (soma) es de Cristo” (v. 17b). Cuando se usa como se hace aquí –
contrastando lo que es una sombra de lo que es soma – la palabra griega soma
significa cuerpo, sustancia, o realidad.

Entonces, lo que Pablo dice en este versículo es que las observaciones de versículo 16
eran solo una sombra de lo que los cristianos colosenses ya disfrutan – el soma (el
cuerpo, la sustancia, la realidad) de Cristo.

COLOSENSES 2:18-19: NADIE OS PRIVE


18Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto á los ángeles,
metiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado en el sentido de su propia
carne, 19Y no teniendo la cabeza, de la cual todo el cuerpo, alimentado y conjunto por
las ligaduras y coyunturas, crece en aumento de Dios.

En estos dos versículos, Pablo traza cinco problemas relacionados con líderes que
amenazan con engañar a los cristianos colosenses:

• Practican humildad voluntaria (pero falsa).

• Animan el culto a los ángeles.

• Claman autoridad basada en visiones que no han tenido.

• Están vanamente hinchados por su mentalidad carnal.

• No se atienen a la Cabeza, que es Cristo.

“Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto á los ángeles” (v. 18a).
Pablo cree que algunos de los cristianos colosenses están en peligro de perder el
premio de la salvación de Cristo. Están sujetos a las influencias de quienes hacen un
espectáculo de su humildad – y de los que les persuaden hacia el culto a los ángeles.

Siempre debemos estar al tanto de falsa piedad, sea nuestra o de otros. En general,
falsa piedad es para impresionar a los demás – para que la persona “piadosa” pueda
manipular a otros.

Los ángeles son los mensajeros de Dios (Hebreos 1:14; Apocalipsis 1:1), pero no son
Dios. Son parte del orden creado, y no el creador (1:16). Están sujetos al juicio por sus
ofensas (2 Pedro 2:4; Judas 1:6). Pablo dice que los humanos juzgarán a los ángeles (1
Corintios 6:3). Los ángeles merecen respeto (1 Corintios 11:10; 1 Timoteo 5:21;
Hebreos 2:7, 9) – pero Cristo es muy superior a los ángeles (Hebreos 1:4-6, 13; 1 Pedro
3:22). Entonces, debemos alabar a Dios en lugar de los ángeles. Alabar a los ángeles
está en conflicto con el Primer Mandamiento, “No tendrás dioses ajenos delante de
mí” (Éxodo 20:3; véase también Mateo 4:10).

Los gnósticos alababan a los ángeles como intermediarios entre Dios y los humanos –
pero Pablo dice que el culto a los ángeles puede causar la pérdida del premio de Cristo.

Hoy, el culto a los ángeles sigue siendo problemático. Ángeles aparecen en la televisión
y en las películas. Son imágenes populares en tarjetas. Hay ángeles que se coleccionan.
Aunque esto puede parecer inocuo, también tiene la capacidad de fluir lentamente
hacia la idolatría.

La prensa popular hoy representa a los ángeles como algo bonito, delicado, y
femenino, pero los ángeles bíblicos tenían nombre de varón o no había ningún indicio
de su género. A menudo eran algo que temer.

Como es verdad con todo, debemos tener cuidado de no dejarnos seducir por la
cultura popular. Debemos estar seguros de que alabamos a Dios y no a los ángeles – el
creador y no la creación.

“metiéndose en lo que no ha visto” (v. 18b). Los falsos maestros en Colosas claman
tener autoridad basada en visiones que han tenido – visiones que Pablo dice no han
tenido de verdad.

Debemos tener cuidado con gente que clama tener visiones o haber recibido algún
tipo de autoridad personal de Dios. Demasiadas veces esta gente muestra ser de poca
confianza – a veces con resultados trágicos. Jamestown, por ejemplo, donde más de
900 seguidores de Jim Jones se suicidaron o fueron asesinados. David Koresh de la
Rama de los Davídicos es otro ejemplo.

No necesitamos visiones especiales. En el pasado, Dios nos habló a través de los


profetas. Hoy nos habla a través de su Hijo (Hebreos 1:1-2).
“vanamente hinchado en el sentido de su propia carne” (sarx) (v. 18c). Estos falsos
líderes están hinchados – son soberbios y engreídos – a causa de su mente carnal
(sarx).

Como se anota en los comentarios de versículo 11b arriba, la palabra sarx (carne) se
usa más en el Nuevo Testamento para referirse a lo que no es espiritual – lo mundano
– pecaminoso.

“Y no teniendo la cabeza, de la cual todo el cuerpo, alimentado y conjunto por las


ligaduras y coyunturas, crece en aumento de Dios” (v. 19). La Cabeza que han ignorado
estos falsos líderes es Cristo – la cabeza de la iglesia (su cuerpo) (Efesios 1:22; 4.15;
5:23; Colosenses 1:18; 2:10). Cristo también es la fuente de nuestra plenitud (2:10).

Pablo anota la relación entre cuerpo y cabeza. Igual que nuestro cuerpo físico depende
de las señales que vienen de la cabeza, también la iglesia depende de Cristo y las
instrucciones que nos ha dado. Nuestro crecimiento como cristianos y como iglesia
depende de una fuerte conexión con Cristo.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera,


situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la
Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de
propiedad).

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