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El ayuno

Un elemento difícil de realizar en la vida espiritual es el ayuno; el privarse de algo deleitoso o


necesario para la carne hace que el espíritu se vivifique y que estemos en mayor sintonía con
el Padre.

A pesar de que sabemos que es importante hacerlo, muchas persona deciden omitirlo y otras lo
hacen para parecer más espirituales delante de los hombres, tal es así que el Maestro nos
manda en Mateo 6:16-18 a que meditemos el motivo por el cual realizamos un ayuno; ahora
bien, existen diversos tipos de ayuno según la Palabra; es por esto que es importante meditar
en las verdades bíblicas para hacer aquello que se nos demanda de manera agradable a Dios.
Leer Mateo 6:16-18

Ayuno de arrepentimiento.
Joel 2:12-15
¿Quién de nosotros no se ha equivocado? ¿Quién no ha hecho cosas terribles? Es ineludible
que cuando eso pasa nos sentimos devastados espiritualmente y tenemos la necesidad de
acercarnos delante del Trono con ofrenda al Padre para que nos perdone; en el Antiguo
Testamento se nos relatan muchas ocasiones donde el pueblo de Israel pecaba y Dios les
daba otra oportunidad a causa de que se arrepentían de corazón; lo malo es que con el tiempo
volvían a caer en pecado a causa de sus debilidades.

La Palabra nos exhorta a que cuando sabemos que el pueblo a pecado, nos unamos en ayuno
al Señor y pidamos a una sola voz que Dios perdone el pecado del pueblo, Dios es
misericordioso y puede dar el perdón y ve un corazón sincero que busca su presencia; un
corazón que se conduele de ver a otras personas sufriendo a causa del pecado y la maldad es
sumamente sensible a la voz de Dios y entenderá que es solo a través de la batalla espiritual
que se podrán liberar ataduras de pecado, yugos de impiedad y maldiciones heredadas de
generaciones pasadas; estas personas se paran en la brecha y ayunan para que Dios tenga
misericordia del que está rumbo a la condenación.
De corazón te digo que son pocas las personas que se levantan a luchar en este nivel y por
eso, hoy más que nunca, es necesario, más personas dispuesta a dar ayuno para que sus
seres amados encuentren el camino a Dios.

Ayuno de revelación.
Daniel 10:1-3
¿Cuántas veces no hemos tenido dudas en nuestra vida? Hay situaciones que parecen muy
complejas de resolver y muchas veces no buscamos en el lugar correcto la revelación porque
buscamos la sabiduría humana antes que la divina. En el libro de Daniel se nos enseña como
él ante una visión muy difícil de comprender lo que hizo fue buscar el rostro de Dios mediante
un ayuno algo particular: se abstuvo de manjares, bebidas y perfumes los cuales eran
exquisitos para su cuerpo.
Lo verdaderamente importante en este pasaje es la intención del profeta al buscar la presencia
de Dios, porque ello nos muestra que a Dios le agrada cuando disponemos nuestro corazón
para entender sus verdades y actuar como verdaderos hijos de luz. Nos enseña que más allá
de lo que decidamos sacrificar; puede ser alimento, bebida, algo que de placer a nuestra vida,
el Padre mira nuestro corazón y da respuesta a esas situaciones difíciles en las cuales
necesitamos su orientación.

Te invito a reflexionar si ante las situaciones difíciles dispones tu corazón y pides al Padre
revelación y sabiduría para actuar prudentemente. Analiza si estás dispuesto a sacrificar
aquello que te produce placer para recibir esa respuesta;

Ayuno para fortaleza​.


Imagina por un instante estar delante de un enemigo muy poderoso el cual conoce tus
debilidades, en ese momento el temor se apoderaría de ti ¿no es cierto? Lo mismo sucedió a
los discípulos de Jesús cuando intentaron echar fuera un demonio, ellos salieron humillados
porque no tuvieron la fortaleza necesaria para que el milagro sucediera.

Hoy en día tal vez no te enfrentes con una persona que tiene un demonio y se manifieste de
manera como lo hacían en los relatos bíblicos, pero si puedes enfrentar situaciones difíciles en
las cuales necesitas que tu fe esté fortalecida y que tu espíritu esté dispuesto a creer en el
poder de Dios, para ello es necesario que practiquemos regularmente el ayuno para estar
preparados ante cualquier ataque del enemigo.

Sé a que muchas personas les intimida el tema de la guerra espiritual pero ella es una realidad
a nuestro alrededor (Efesios 6:12) y por ello debemos prepararnos de la mejor manera orando,
escudriñando la Palabra y practicando el ayuno; solo de esa manera nuestro espíritu estará
fortalecido porque tendrá una comunión directa con el Espíritu Santo el cual revela, fortalece y
libera de temores nuestro ser.

Al igual que un atleta se debe ejercitar diariamente, nosotros debemos hacerlo para soportar
las asechanzas del enemigo en todo tiempo.

Errores al ayunar.

Una serie de errores muy comunes a la hora de ayunar son los siguientes:

1-Creer que a través del ayuno haremos que Dios haga lo que nosotros queremos y no lo que
Él ha decidido hacer: al igual que Jesucristo, debemos aceptar que es la voluntad de Dios y no
la nuestra la que debe realizarse y no hay poder humano que pueda mover la mano de Dios, si
Él ha decidido hacer lo hará, si ha decidido que no se hace, no lo hará; lo que podemos pedir a
través del ayuno es su misericordia y favor, pero al final debemos aceptar su voluntad.
2- Ayunar para aparentar ser espirituales delante de los hombres: Dios aborrece al altivo de
corazón, exalta al humilde (Salmos 138:6).

3-Ayunar y querer recibir la gloria de los hombres por ello: Dios es excelso, soberano y
todopoderoso, Él no necesita de nadie ni comparte su gloria con nadie; eso debemos tenerlo
presente siempre para evitar quitarle la gloria a Dios, recordemos que, al igual que Jesucristo,
siempre debemos glorificar a Dios si somos tomados en cuenta para ser servidores de Él, solo
Él nos da la capacidad de ser hacedores de la Palabra.

Meditemos siempre cual es el motivo de entrar en un ayuno, si es para que Dios haga lo que
nosotros queremos entonces estaríamos perdiendo el tiempo; oremos al Padre para que ponga
en nosotros un corazón sensible para que todo lo que hagamos lo hagamos para la gloria de
Dios.

Ayuno desagradable a Dios.


.Isaias 58
¿De qué sirve abstenerse de alimentos sino dejamos de murmurar de las demás personas
mediante el chisme? ¿De qué sirve no beber sino dejamos de beber del raudal del odio, el
resentimiento y la amargura? ¿De qué nos sirve como hijos de Dios llevarle alabanzas
diciéndole que le amamos cuando no somos capaces de mirar a nuestros hermanos porque el
odio en nuestro corazón nos impide amar a nuestro prójimo? Sé que esta Palabra es dura, pero
es necesario meditar si lo que estamos haciendo desagrada al Señor.

A Dios le agrada más cuando buscamos su rostro mediante el servicio a los demás qué cuando
estamos en abstención de alimentos o bebidas; le es más agradable una ofrenda de obediencia
que llevar holocaustos ante su Trono (1 Samuel 15:22); estoy seguro que esta Palabra nos
confronta de si estamos haciendo lo agradable a Dios creyéndole a su Palabra, obedeciendo su
voz y siendo hacedores de justicia.

Pidamos al Padre que si estamos haciendo algo desagradable para Él nos revele con su Santo
Espíritu y nos ayude para cambiar de actitud y así poder presentar ofrendas agradables

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