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Momento de Cenáculo
La Cruz de la Unidad como ideal del matrimonio
(En el Santuario se enciende el Cirio Pascual y se destaca la Cruz de la Unidad.
Poner música de fondo mientras se lee)

Canto: Señor átame … Voz 2:


Te adoramos, Señor,
Voz 1: en el sacramento de la Eucaristía,
Querida Madre y Reina nuestra sacramento de tu Amor,
hoy venimos hasta ti, de ese amor que te llevó
para sumergir nuestro corazón a la locura de la cruz,
en este Santuario Cenáculo, que te llevó a regalarte
fuente de nuestro origen como don nupcial,
y cuna de nuestra santidad. puro y permanente,
para quedarte eternamente
Voz 2: entre los tuyos,
Queremos encendernos en el fuego en la Iglesia, tu amada Esposa.
del Espíritu de Amor,
de ese Espíritu que te habita Voz 3:
y que inunda este santuario. Venimos a este lugar santo,
Necesitamos encender el amor para dialogar contigo, Señor,
de nuestra alianza matrimonial, para encender nuestro pequeño amor
en un diálogo de amor contigo, en el fuego de tu gran Amor.
para hacer de esta alianza
camino de vida y de santidad. Todos:
Señor, te adoramos
Voz 3: en este sacramento del Amor,
Queremos encendernos junto a María,
en el fuego y en el amor tu Madre y Compañera permanente
de Cristo resucitado, en la Nueva alianza de la redención.
de ese fuego y amor
que abrasa tu corazón. (pausa de silencio –
música de fondo mayor )
Canto: Hijo de Dios Padre , p. 3, n. 7,
mientras se expone el Santísimo. Voz 1:
Señor, en María,
Voz 1: en su corazón maternal,
Señor, te preparaste una morada
en esta noche, y nunca saliste de allí.
nos reunimos para adorarte La atrajiste desde siempre
en el Santísimo Sacramento a tu corazón
y para dialogar contigo, y sellaste con ella
en la intimidad y en el silencio una alianza de amor eterno,
de esta tierra santa de Bellavista. de entrañable intimidad y comunión.
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Voz 2: Canto: (sólo antífona)


Fusionaste tu corazón en el suyo Si yo no tengo,
y te hiciste con ella un solo corazón, yo nada soy Señor. (bis)
una sola alma, un solo latido,
en el corazón del Padre Dios. Voz 1:
Señor,
Voz 3: tú eres el Amor.
Ella fue Tu costumbre
tu Compañera ha sido siempre
y Colaboradora Permanente. vivir ese amor en una alianza
Ella desposó su corazón contigo, con los tuyos.
inscribió a sangre y fuego Por una alianza
tu corazón en su propio corazón. nacimos a la vida de la fe,
Tú fuiste su aire y su alimento, participamos de tu Cuerpo,
su sangre y sus pupilas. de la Iglesia,
a quien tú amas como tu Esposa.
Voz 1:
Ella fue tu fiel acompañante Voz 2:
en todos tus caminos. En tu designio de amor,
Con ella, Señor, has querido que esa alianza
anudaste una historia de amor, se prolongue entre nosotros;
íntima y santa, que recibamos
verdaderamente única, y demos tu amor
y que culmina en la gloria. también en una alianza.

Voz 2: Voz 3:
Señor, Una alianza matrimonial
sellaste con ella que nos debe llevar a ser
una alianza de amor eterno, un solo corazón,
de entrañable intimidad y comunión. una sola alma;
Alianza de amor una alianza de amor
que es fusión de corazones, que nos debe llevar
responsabilidad del uno por el otro, a responsabilizarnos
solidaridad de destinos. el uno por el otro,
en una estrecha
Todos: comunión de destinos.
Señor, te adoramos
en este sacramento del Amor, Voz 1:
junto a María, Señor,
tu Madre y Compañera permanente hoy venimos hasta ti
en la Nueva Alianza de la redención. para sumergir
nuestro corazón en tu corazón
(pausa de silencio – y en el corazón maternal de María,
música de fondo mayor ) corazones íntimamente unidos
por una alianza de amor eterno.
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Voz 2: y desde entonces,


Necesitamos encender el amor te ataste a ella
de nuestra alianza matrimonial en un estrecho vínculo de amor.
en el diálogo de amor contigo
y con nuestra Madre y Reina, Voz 3:
para hacer de esta alianza Le entregaste tu corazón
camino de vida y de santidad. y ella te entregó el suyo.
La historia de tu vida
Voz 3: será desde entonces
Venimos hasta ti, Señor, la historia de su vida.
porque nuestro matrimonio, Y el uno en el otro,
para ser santo, con el otro,
necesita respirar y para el otro
la atmósfera santa estarán para siempre
de esta tierra santa. en el corazón del Padre Dios.
Y tú eres el Santo
que habita el corazón santuario Voz 1:
de María, tu Madre y Esposa. Señor,
esa historia de alianza
Todos: se hará fecunda
Señor, te adoramos en una entrega total,
en este sacramento del Amor, en una Inscriptio
junto a María, de corazones.
tu Madre y Compañera permanente
en la Nueva Alianza de la redención. Todos:
Señor, te adoramos
(pausa de silencio – en este sacramento del Amor,
música de fondo mayor) junto a María,
tu Madre y Compañera permanente
Canto: (antífona) en la Nueva alianza de la redención.
Si yo no tengo amor,
yo nada soy Señor (bis) (pausa de silencio –
música de fondo mayor)
Voz 1:
Señor, Canto: El Alfarero…
el amor es una elección.
Desde toda eternidad Voz 1:
cortejaste a María Señor,
para que se uniera a ti te vemos en la cruz de la unidad,
tan íntimamente junto a María,
hasta darte tu Madre,
una naturaleza humana. Compañera y Colaboradora,
consumando tu alianza de amor
Voz 2: con los tuyos, con tu amada Esposa,
Ella dio su sí la Iglesia.
a ese designio de amor
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Señor, en este sacramento del Amor,


así amas a tu Iglesia, junto a María,
a los tuyos, tu Madre y Compañera permanente
hasta dar la vida por ellos. en la Nueva alianza de la redención.
Porque nadie tiene mayor amor
que aquel que da su vida (pausa de silencio –
por los suyos. música mayor )

Voz 3: Canto: El Alfarero…


Señor,
sabemos que el amor Voz 1:
que no se alimenta Señor,
en el sacrificio, el amor es una elección.
se hace trivial, monótono y banal. Así como tú
Para ser novedoso, te preparaste una morada
el amor necesita en tu Madre y Compañera,
de una constante purificación al dar ella su sí,
y renovación. el Dios del amor eterno
enriqueció nuestro corazón
Voz 1: y lo preparó desde siempre
En la Cruz de la Unidad, para ser una morada,
te vemos, Señor, para recibir a un tú.
siendo una sola alma
y un solo corazón Voz 2:
con María, Tú quisiste que,
tu Madre y Esposa. como esposos,
La Cruz de la unidad nos encontráramos
es ideal de comunión, y nos uniéramos
de tu intimidad de amor para prolongar
con la Madre y Compañera. tu alianza amor
Tu Cruz nos habla a través de todos los tiempos.
de una férrea comunidad de amor.
Voz 3:
Voz 2: Señor,
Señor, nos llamaste
allí estás junto a ella, a participar
representante de la humanidad, en ese misterio de comunión
representante de la Iglesia. entre tú y tu amada Esposa,
El Dios-Esposo la Iglesia.
frente a la Esposa.
Allí se consumó Todos:
tu alianza de amor Señor, por el llamado que nos hiciste
con los tuyos. a tejer una historia santa,
una historia de amor irrepetible,
Todos: te damos gracias
Señor, te adoramos y bendecimos tu nombre.
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yo nada soy, Señor (bis)


(Pausa de silencio. Agradezcamos
por nuestra historia de amor Voz 1:
como matrimonio ) Señor,
la Cruz de la Unidad
Canto: Gracias al Dios Creador, nació en una familia de Alianza,
p. 4, n. 10. guiada por su Padre y profeta
que vivió con los suyos
Voz 1: una alianza de amor
Señor, consumada también
nos llamaste en la entrega mutua,
a ser una sola alma en la inscripción mutua
y un solo corazón, de dos corazones
a formar y a vivir por toda una eternidad.
una comunidad de amor.
A hacer fecundo ese amor Voz 2:
y formar una familia santa Señor,
que prolongue tu presencia sabemos que el amor
entre los hombres. que no se alimenta en el sacrificio,
se hace trivial, se hace común,
Voz 2: se hace banal.
Señor, El amor necesita
nuestra alianza conyugal de una constante purificación,
tiene su raíz para ser siempre novedoso.
en la alianza de amor
que tú sellaste para siempre Voz 3:
con los tuyos, Nadie tiene mayor amor
con la Iglesia, tu amada Esposa. que aquel que da su vida
por quien ama.
Voz 3: Sin lagar no hay vino,
Señor, el trigo debe ser triturado,
hemos sido llamados sólo el morir
a vivir cada día gana la victoria.
nuestra alianza conyugal
en una intimidad y comunión (pausa de silencio –
de corazones, música de fondo mayor )
en una responsabilidad mutua
del uno por el otro, Canto: (antífona)
estrechamente atados Si yo no tengo amor,
en una solidaridad de destinos. yo nada soy, Señor. (bis)

(pausa de silencio – Voz 1:


música de fondo mayor ) Señor,
también nuestra alianza conyugal
Canto: (antífona) quiere sellarse
Si yo no tengo amor, con una inscripción
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del corazón de uno Voz 1:


en el corazón del otro. ¡Que jamás nadie separe
Esa es la expresión máxima el uno del otro
del amor, pues en su plan de amor
el sí de cada día, el Padre los concibió como unidad!
que suscita santidad cotidiana. Lo que Dios ha unido,
no lo separe el hombre
Voz 2:
Hoy, Señor, Voz 2:
queremos renovar Así vamos,
ese sí de nuestra alianza conyugal, Señor,
mirando la Cruz de la Unidad como tú y María,
que nos habla el uno en el otro, con el otro,
de tu alianza de amor con nosotros. hacia el corazón de Dios
Cruz de una estrecha y férrea unidad, para ser un matrimonio santo,
de una comunión íntima , para ser esas familias santas
de una profunda fusión de corazones, del Padre.
de una alianza de amor
sellada con la sangre. (pausa de silencio - música de fondo
mayor )
(pausa silencio –
música de fondo mayor ) Voz 1:
Estamos el uno en el otro…
Mujeres: ¡Es éste
Cruz santa, el eterno habitar de uno en el otro,
a tus pies me rindo propio del amor…
y te canto Vamos el uno junto al otro
un ardiente himno de gratitud para encendernos
y de júbilo; mutuamente.
¡En ella consumaste, Señor, Nos pertenecemos
tu alianza de amor el uno al otro
que nos ha hecho hijos de Dios! ahora y en la eternidad.

Hombres: Voz 3:
Cruz santa, También en la eternidad
a tus pies me rindo. estaremos el uno en el otro.
Quiero ponerte en la hondura Y entonces,
de mi alegre corazón permaneciendo el uno en el otro
y regalarte de continuo y con el otro,
mi amor entero; contemplaremos
quiero fundar a nuestra querida Madre
toda mi esperanza de vida y a la Santísima Trinidad.
en ti, Señor, Crucificado,
y en María, tu Compañera. (Cada matrimonio se acerca
al altar y tomando
la cruz de la unidad
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renuevan su alianza matrimonial


diciendo :)

Sí, Señor, así vamos,


como tú y María,
el uno en el otro y con el otro
hacia el corazón de Dios.

Canto: Quiero decir que sí,

Todos:
En Cristo Jesús
Nos ata un estrecho vínculo:
Estamos profundamente unidos
en sus santas llagas;
nosotros somos sus miembros,
El, la única cabeza;
esta Buena Nueva
nadie nos la podrá arrebatar.

Si en el ser y en la vida
nos asemejamos a Cristo,
podremos extendernos
las manos uno al otro;
la santidad de uno
favorece al otro
a través de la sangre del Señor.

¡Es éste el eterno habitar


del uno en el otro
propio del amor!
También en la eternidad
estaremos el uno en el otro.
Y entonces,
permaneciendo el uno en el otro
y con el otro,
contemplaremos
a nuestra querida Madre
y a la Santísima Trinidad.

(pausa silencio –
música de fondo mayor )

Canto final:
Himno de la Rama Familiar

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