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12 Cuentos Musicales
12 Cuentos Musicales
RUTH FRIDMAN
SUSANA F. DE ALEMANY
ESTHER S. DE SCHNEIDER
En la pedagogía musical infantil suele utilizarse el cuento por su contenido afectivo. El niño ama el
cuento y se entrega totalmente a su magia.
El cuento musical que nos ocupa tiene un fin didáctico. Utiliza las situaciones o personajes de un relato para
que a través de ellos el niño viva en forma concreta el acontecer musical.
El niño trae a la clase de música los ritmos y melodías de su mundo familiar y de su ser en crecimiento. El
maestro debe crear los medios para que ese caudal latente se manifieste, organice, coordine y enriquezca. Para
ello cuenta con .un instrumento inapreciable: el cuerpo del niño y su voz.
De los diversos elementos utilizados en este relato, tres son comunes a todos los cuentos: las canciones
tradicionales y folklóricas, el movimiento corporal, el canto y las canciones con un fin didáctico.
Canciones tradicionales infantiles. Los niños han oído estas simples y hermosas melodías desde muy
pequeños, en sus hogares. Les pertenecen. Por eso, al cantarlas se produce en ellos un entendimiento tácito, que
los impulsa a integrarse con alegría en la tarea común.
La sugestión de estas canciones alcanza también al maestro en dos aspectos: en el reencuentro vivificante
con su propia infancia y en la valoración de la riqueza musical que contienen. Las canciones tradicionales
infantiles son un regalo maravilloso que hay que cuidar y mantener vivo en los niños.
Movimiento corporal. El cuerpo del niño, en constante crecimiento, se afirma cada vez más a través de
renovadas experiencias corporales que ayudan a madurar su sistema motor.
La vivencia del ritmo y la melodía, por medio del movimiento corporal, encausan y desarrollan esta
actividad armoniosamente, y liberan su instinto rítmico. No olvidemos que el movimiento es en el niño un
medio de expresión tan importante como el propio lenguaje.
Canto y canciones didácticas. La voz es el más antiguo e íntimo instrumento que posee el ser humano. Es el
más natural y sencillo que posee el niño para transmitir "sus" melodías, para comunicarse y realizar con los
demás una actividad musical.
La canción condensa en forma sintética los elementos fundamentales de la música (ritmo, melodía y
armonía), a través de un lenguaje simple y al alcance de los niños. La melodía, en una canción, está
íntimamente ligada al ritmo que le da forma y a la armonía que se desprende de sus sonidos. La canción permite
también un sencillo análisis formal, pues, hasta la más simple tiene un motivo cuya repetición textual o variada
el niño puede percibir
Por el canto, brindamos al niño la posibilidad de sentir empíricamente todos esos elementos, que en una
etapa posterior utilizará en forma consciente, cuando su evolución lo permita. Para el desarrollo de este proceso se
utilizan las canciones didácticas que van condicionando en el niño relaciones melódicas, rítmicas y armónicas;
ordenamiento de sonidos, ascenso y descenso de la escala, intervalos, acorde mayor y menor, valores r ít-
micos, etc.
La diversidad de enfoques de los cuentos que aquí presentamos es una demostración de las posibilidades del
cuento didáctico musical.
SUSANA F. DE ALEMANY , en su cuento "El grillo", introduce el estilo folklórico argentino a través de
canciones y ritmos. Este cuento contiene ejercicios para desarrollar la sensorialidad auditiva, recitado rítmico
y una pequeña charla sobre instrumentos.
MARÍA TERESA C. DE DAWI —"Picaflor', "El gallo pinto" y "El señor Invierno"— se interesa en el
primero de estos cuentos por el reconocimiento de altura de sonido (grave y agudo) y utiliza un canto popular
alemán y un canto tradicional infantil; en el segundo cuento, inspirado en una canción infantil europea, trata la
vivencia consciente del pulso (de los tiempos del compás), promueve el canto individual, el eco rítmico y meló -
dico y la diferenciación de ritmos; en el tercer cuento destaca especialmente el valor rítmico de las palabras, utiliza
ejercicios para el desarrollo de la sensorialidad auditiva, relajación y reconocimiento de cualidades rítmicas.
SUSANA D. DE HOROVITZ , con "El Faro", "El gato y el pajarito" y "El caballito", trata de despertar el instinto
rítmico y el reconocimiento de diferentes alturas de sonido a través del movimiento corporal. Utiliza can ciones
tradicionales infantiles.
RUTH FRIDMAN —"Peti-Peti-Nela", "La nube y el viento" y "Las cartas"— reúne en el primero de estos
cuentos, varias actividades: relajación, respiración, diferenciación de ritmos a través del movimiento, in -
tensidades, canto y juegos; el segundo y tercer cuento contienen ejercicios de audición y movimiento, ritmos e
intensidades de sonido y una canción que relaciona el nombre de las notas con la altura sonora correspondiente.
ESTHER S. DE SCHNEIDER —"El tío Simón" y "En el jardín"—, se ocupa en su primer cuento del
reconocimiento del fraseo musical, la vivencia del ritmo y el relajamiento; el segundo cuento está dedicado a la
apreciación musical y reconocimiento de ritmos, pudiéndose representar como un pequeño concierto.
La técnica requerida para la narración de todos estos cuentos está sugerida al término de los mismos. Se
puede relatar todo el cuento y realizar las actividades musicales correspondientes al final del relato, o se puede
contar y simultáneamente realizar con los niños las tareas que el cuento indica. Si se trata de un cuento muy
elaborado, con diversas actividades, se puede contar y retomar en clases sucesivas. Con niños de seis años el cuento
se puede convertir en una verdadera representación ("En el jardín").
Si bien es cierto que el cuento didáctico musical puede colocar al niño ante una vivencia verdaderamente
artística, no debemos olvidar que es un medio para recrear la educación musical infantil. Por eso diremos
que no es conveniente utilizarlo en todas las clases, para no acostumbrar a los niños, e incluso al maestro, a
recurrir siempre a elementos anecdóticos para la captación de la música.
Estos cuentos pertenecen a nuestro material de trabajo y sus destinatarios, los niños, los han vivido con
alegría. Recuerdan con placer sus canciones y en muchas oportunidades nos han pedido la repetición de los
mismos. Éste es el mayor valor de estos relatos.
LAS AUTORAS
I
LAS CANCIONES DEL GRILLO
(CUENTO MUSICAL)
De tarde juego; a la noche estoy muy cansada y me acuesto. Pero hay veces que el sueño no quiere venir.
Entonces cierro los ojos y escucho todos los ruidos. Oigo el ruido de los autos que pasan: zzzzzum,.. ; oigo el
ruido de las puertas que se abren y cierran: clic; y de pronto escucho: rrrin, rrrin, rrrin, rrrin. Cesa el ruido
y al ratito comienza de nuevo. Abro los ojos y, buscando .un poco, encuentro que quien hace el ruido es un
bichito que está sentado en la ventana. (1)
El bichito canta así:
Rrrin, rrrin, rrrin, rrrin, rrrin,
Yo soy el grillito que toca violín. (2)
hasta que me duermo. Así el grillo y yo nos hicimos muy amigos; todas las noches él me visita y
conversamos de muchas cosas.
Ayer el grillo vino muy contento, y cuando le pregunté por qué, con la cara muy alegre me dijo: —¿Sabes
que mañana cumplo años? ¡Tendré fiesta y tal vez regalos!
—Grillito, le dije, "¿cuál es el regalo que más te gustaría?"
Al momento contestó:
—Quisiera tener una guitarra.
—Sabes, dicen que mi canto suena siempre igual, muy monótono, y me gustaría tanto mostrarles que sé
cantar de verdad.
Al día siguiente visité las casas de música buscando una guitarra para
mi amigo el grillo. Claro que tenía que ser una guitarra muy chiquita. ¡ Hay tantos instrumentos en las casas de
música: tambores, bombos, trompetas, pianos...! Pero los vendedores me decían: "Una guitarra tan
chiquita no tengo. ¿No quiere llevar alguna otra cosa?" Al fin de la tarde encontré un negocio donde había
una guitarra justo como para mi amigo. La compré y a la noche se la regalé envuelta en papel de seda atada
con una
cintita. (4)
¡ Se imaginan qué contento se puso el grillo! Abrazó su guitarra y se despidió muy emocionado diciendo
que estudiaría toda la noche para aprender alguna canción.
Unos días después, mi amigo me dijo que ya sabía cantar una canción acompañándose con la guitarra.
"Claro —me dijo— es una canción bastante fácil"; y me cantó así:
Esa noche, mi amigo y yo nos despedimos con el corazón hecho pedazos, como suele decirse. Al día
siguiente hubo una gran tormenta con relámpagos, truenos y lluvia, mucha lluvia. A la noche esperé al grillo,
pero no vino.
Ahora es invierno; cuando me acuesto, oigo el viento en los árboles y siento frío. Entonces me hundo
bien debajo de las cobijas, y pienso: ¡Cuándo vendrá de nuevo el verano para ver a mi amigo el grillito!
EJECUCIÓN
Algunos elementos de este cuento pueden servir de material para las clases de música. Hay material para
varias clases.
Las tres canciones folklóricas son sencillas, de manera que pueden ser tocadas y cantadas por niños que
estudian guitarra. He aquí algunas sugerencias sobre la forma de usar el material:
(1) Se presta para "Juegos de silencio". Jugamos que es de noche; nos tapamos los ojos para ver todo oscuro, y escuchamos qué ruidos
hay alrededor nuestro, como hace la nenita del cuento.
¿Qué escuchan?..., etc.
(2) Para un recitado rítmico: puede acompañarse con palmadas o con instrumentos Orff. Para hacerlo algo más complicado: como canon
entrando un grupo en la segunda frase.
(3) ¡Qué fácil es este arrorró! ¿Quién lo sabe repetir?
(4) ¡Cuántos instrumentos hay en las casas de música! ¿Quién sabe nombrar alguno y explicar cómo es?..., etc.
(5) Siendo la baguala una canción sobre tres notas (do, mi, sol) se presta para hacer un dictado fácil. Al cantarla hay que tratar de
mostrar el carácter o ambiente de la canción.
Las notas son largas y tendidas, y la voz tiene una inflexi ón particular asemejándose a veces a un grito. De la misma manera se
mostrará luego el carácter más movido y festivo del carnavalito y el nostálgico de la zamba (ya el cuento procura crear el ambiente).
(6) Se presta para acompañarlo rítmicamente, palmeando. Lo mismo puede hacerse en las otras dos canciones folklóricas. Así los niños,
los que todavía no saben entonar la canción, la oyen para aprenderla; pero palmeando escuchan menos pasivamente.
II
EL PICAFLOR *
Entonces el pajarito se ponía contento, saludaba a los chicos con su. largo pico y comenzaba a volar. Daba
varias vueltas por la plaza y luego descansaba sobre la rama de algún árbol. Miraba cómo jugaban los chicos, y,
¡plum!, otra vez se quedaba dormido. Claro, que los sueños de Picaflor eran muy cortos. Cuando despertaba se
preguntaba asustado:
—¿ Qué soy yo? —y después de pensar un momento se ponía contento y decía:— ¡Ah!,. ¡ ya me acuerdo!
¡ Soy un gato!
Pero cuando quería maullar, en vez de decir "¡miau» miau!", decía: "¡piau! ¡piau!"; entonces se
preguntaba con mucha tristeza: —Pero, ¿qué soy entonces ?
Los chicos dejando el tobogán y las hamacas llegaban corriendo al lugar donde estaba el pajarito y
cantaban:
* Este cuento está destinado a una de las primeras clases de infantes; por eso contiene elementos muy simples y una anécdota que
recorre juegos, cantos y lugares familiares a los niños.
El empleo de situaciones y elementos familiares proporciona a los ni ños seguridad y alegría; aun los más tímidos se muestran
deseosos de hablar, cantar y moverse en relación. a esos elementos de "su" mundo.
1
Cuando el picaflor cree que es un perro, los niños, a requerimiento de la maestra-imitan el ladrido de los perros, etc.
2
La canción alemana "Picaflor" tiene una estructura rítmica y melódica muy simple.
Los niños la recuerdan y cantan con facilidad a lo largo del relato.
3
La canción "¡Que llueva!" del repertorio tradicional infantil, es muy conocida por los
niños, quienes, al cantarla, realizan un aporte, en común.
4
Al terminar el cuento y después que los niños hayan tenido una clara y concreta
captación de los sonidos "altos" y "bajos", la maestra puede seleccionar dos objetos, que al
golpearse o sacudirse tengan sonoridades de distinta altura, que los niños deben reconocer. Se
realiza así un juego que promueve el desarrollo de la sensorialidad auditiva.
Luego, otra vez, algo se movió por arriba; miraron hacia el techo y distinguieron a Picaflor. El pájaro
cantó una melodía muy cortita:
Y la tortuga le contestó:
Después
¿Quién había cantado? ¡La tortuga! B Entonces el picaflor le hizo burla:
Los chicos querían reírse, pero tenían miedo de que la tortuga los echara.
Le hicieron señas con la mano al pajarito para saludarlo y Picaflor los saludó con el pico y cantó una
canción larga, larga, para que la tortuga no pudiera hacerle burla: 6
5
La conversación del pájaro y la tortuga permite, por su dosis de humor, una repetición insistente que promueve en los niños el interés
de cantar alto y bajo.
8
La canción "alta" del pájaro, repetida una octava más baja por la tortuga, debe ser cantada por la maestra. Ha sido realizada para
que los niños escuchen una misma melodis en distinta tesitura. La extensión sonora que abarca esta canción (más de una octava) es inapro
piada para que la canten los infantes.
Pero la tortuga le contestó:
Yo canto bajo, bajo, bajo, mi musiquita no se ve,
si todos cierran los ojitos bajo muy bajo irán también.
Los chicos se rieron fuerte y comenzaron ellos a hacerles burla, cantando alto y bajo.
Picaflor y la tortuga también se rieron, y como había terminado de llover, todos salieron de la cueva y
cantaron:
Picaflor dio unas vueltas volando sobre los chicos, y luego se sentó en una rama y se quedó dormido.
Los chicos jugaron cerca del pajarito, y cuando Picaflor despert ó, dijo:
—¡Ay!, ¡qué contento estoy!, ¡al fin me acuerdo que soy un elefante!
Y quiso hacer "¡Tuuuüu!" con la trompa y dijo "¡Piuuuuu!", entonces los chicos le cantaron:
Picaflor, picaflor vuelas tú, quedo yo.
El pajarito agradecido los saludó y los chicos se fueron a sus casas porque muy pronto iba a llegar la
noche.
III
EL GALLO PINTO
Era una ciudad que no tenía relojes. Ni las torres ni las personas usaban reloj, porque tenían un gallo
cantor que todas las mañanas, a la misma hora, se trepaba al palo más alto del gallinero y comenzaba a can tar.
Entonces toda la Agente de esta ciudad se despertaba.
Si la mañana era linda, el Gallo Pinto cantaba canciones para bailar. 1
1
Reconocimiento de cualidades rítmicas. Al terminar el cuento se cantan o tocan melodías en dos y tres tiempos para que los
niños hagan un reconocimiento de los diferentes caracteres :rítmicos a través del movimiento corporal.
Pero si el día era feo, el Gallo Pinto se ponía serio como .un soldado y cantaba canciones para
marchar.
Canto Pandero
Los primeros en levantarse eran los gallos de otros gallineros. En seguida se ponían a conversar con el
Gallo Pinto.2
Pero una vez el Gallo Pinto no cantó y todos los habitantes de la ciudad se quedaron dormidos. El sol,
cuando salió, pensó que se había equivocado de hora y que era muy temprano. Nadie caminaba por las calles y
todo estaba silencioso. Le preguntó a una estrella:
—¿Qué hora es? —Y la estrella le dijo:
2
Eco rítmico: comenzar con esquemas rítmicos simples, articulados lenta y claramente. Se pregunta luego a los niños quién quiere
ser Gallo Pinto. Los que se ofrecen van inventando otros ritmos que repetirán sus compañeros. Puede remplazarse luego con eco de
palmadas.
—Yo no tengo reloj, pero hace ya mucho tiempo que la luna se fue
llevándose la noche.
Entonces, el sol se acercó cada vez más a la ciudad y comenzó el día.
Por supuesto, esa mañana toda la gente despertó muy tarde y los chicos tuvieron que apurarse para
llegar a la escuela. La maestra estaba enojada con el Gallo Pinto, y cuando llegaron los chicos, cantaron todos
la canción del gallo Pinto:
El gallo Pinto se durmió.
Y esta mañana no cantó.
Todo el mundo espera su coco-rico.
El sol no salió porque aún no lo oyó.
Cuando los chicos regresaron a sus casas, se enteraron que el Gallo Pinto estaba enfermo. Había ido el
doctor a verlo porque tenía enfermo el pulso.
3
Puede aprovecharse el recorrido del sol, tocando o cantando frases que terminen en Tónica o Dominante.
Los niños indican si el sol llegó hasta la ciudad o quedó en el camino conversando con alguna estrella (para no interrumpir el relato puede
hacerse al término del mismo). Cada niño es un sol que camina, y al término de cada frase se expresa, con un movimiento corporal,
la llegada de la Tónica con su sentido de descanso o la interrupción transitoria, tensa, de la Dominante.
IV
EL SEÑOR INVIERNO
POR MARÍA TERESA C. DE DAWI
En una tarde de otoño, unos chicos jugaban en la plaza. Había muchos vendedores ambulantes (1).
Esa tarde pasó un señor que vestía sobretodo, bufanda, guantes, sombrero y bastón: era el señor
Invierno.
Vio a los chicos corriendo desabrigados y pensó:
"¿Cómo es posible?, el verano ya pasó. Estamos en otoño. Todas las hojas de los árboles se han caído, y
en esta plaza no se siente frío. Me parece que mi amigo Otoño está muy haragán y creo que llegó el momento
en que empiezo yo a trabajar."
Llamó a los chicos y les pidió que se abrigaran, porque iba a comen zar el Invierno; y golpeando con su
bastón dijo: (2)
Finalmente, el señor Invierno llamó al viento. Lo primero que hizo éste cuando llegó fue hacer volar
los globos de la plaza.
El señor Invierno estaba distraído mirando cómo se alejaban los globos y el viento le hizo volar el
sombrero. (3) Corrió detrás de él sin alcanzarlo y llamó al viento para que dejara de soplar, pero como era
pelado comenzó a estornudar:
El viento estaba muy ocupado volando paraguas y ropas de las azoteas y no oía al señor Invierno que lo
llamaba cada vez más enojado.
Los chicos se habían ido. El señor Invierno se sentó muy cansado en un banco* y pensó que el
viento era muy juguetón, y como él lo había llamado a gritos, tendría vergüenza y miedo de volver.
Claro, al viento le gusta jugar, le gusta silbar y cantar; por eso, el señor Invierno le cantó esta
canción, para que se animara a regresar:
El viento y mi sombrero se fueron a, 'pasear, volando
como globos los veo desde acá.
Sombrero sombrerito no vayas a escapar que el viento
sopliplero de vuelta te traerá.
Cuando el señor Invierno terminó de cantar, la plaza estaba tranquila. Oscurecía y todos dormían.
El señor Invierno vio su sombrero que se acercaba rodando suavemente. Estaba bastante sucio. Lo
limpió y se lo puso. (3)
Entonces, caminando muy despacito, para no despertar a los árboles, bichos y gatos de la plaza, se fue
a dormir él también. (4)
Al día siguiente, los chicos fueron a la plaza bien abrigados. Recogieron en sus baldes las semillitas,
hojas y bellotas que se habían caído de los árboles la tarde anterior. Escucharon los sonidos que hacían y
jugaron largo rato buscando otras semillas y piedritas. (5)
Después hicieron una ronda y cantaron la canción del Invierno:
Invierno, invierno frío en la nariz;
llueve en los paraguas desde el cielo gris.
Invierno, invierno, cuando sale el sol
guardo en mis manitos todo su calor.
Invierno, invierno, cuando hay ventarrón
con mi barrilete a pasear me voy.
Y salió el sol. La plaza se calentó un poquito y los chicos jugaron muy contentos todo el día.
(1) Pregones. Los niños pueden cantar los pregones mientras caminan y se mueven de
acuerdo con los diferentes ritmos.
(1) Palabras ritmizadas. Después de la primera llamada del señor Invierno.
La maestra puede preguntar a los niños qué hay en invierno. Los niños aportan otras palabras: viento, nieve, niebla, etc.; y llaman entre todos
rítmicamente acompañándose de palmeo o golpes en el suelo o la mesa, haciendo luego sucesivas combinaciones. Todos golpean o palmean
y dicen:
La repetición continuada de las palabras permite una mayor valoración de su contenido rítmico. Cada ejercicio debe tener la duración
de una frase de cuatro u ocho compases.
(3) Los elementos globo y sombrero, que vuelan, son útiles para la descripción del ascenso
y descenso del sonido. Se pueden hacer glisandos, con la voz o con algún instrumento que los
permita: piano, violín, etc. Al escuchar ese sonido que asciende o desciende ininterrumpida
mente, los niños dibujan en el espacio el-movimiento correspondiente a la "nota viajera", que
incluso ellos pueden cantar.
(4) Las palabras ritmizadas que constituyen el elemento didáctico importante de este
cuento, implican una actividad muy intensa para los niños.
La canción "Mi sombrero" es el puente entre la tensión que provoca esta última actividad y la relajación y clima tranquilo que
requieren los juegos para el desarrollo de la sensorialidad auditiva.
Los niños "dormirán" como los árboles y bichos de la plaza después de escuchar la canción.
(5) La maestra debe seleccionar varios elementos de distinto timbre sonoro. Los ni ños,
después de escucharlos y verlos, deben identificar los objetos por su sonoridad, sin mirarlos.
V
EL FARO
(CUENTO MUSICAL para niños de 4 a 5 años de edad)
Había una vez un marinerito (1) que vivía en un faro muy alto, muy alto. Para subir a este faro había
que trepar trabajosamente por una larga escalera, (2) pero se podía bajar corriendo. (3) El marinerito tenía
un pato amigo y un barquito, y salía a remar, (4) cuando había grandes olas (5) que subían y bajaban. Pero un
día eran tan altas, que el barquito naufragó y el marinerito cayó al agua. Para colmo de males aún no sabía flotar;
pero el pato, que lo acompañaba, lo sacó del apuro, enseñándole a nadar(6).
Este cuento puede ser presentado a los niños, después de cantar la canción del folklore argentino "Desde
chiquito, caramba, marinero fui. . . ", que figura en la obra Viva la Música, de FRANCÉS WOLP, edit. Ricordi.
Para el pasaje del cuento en que el marinerito trepa trabajosamente por la escalera, debe elegirse el fondo
del aula como comienzo de aquélla, y explicar a los niños, que al avanzar hacia el frente, acompañados por la
música, irán ascendiendo. Cuando hayan llegado a la cima, conviene es perar algunos segundos antes de que
comiencen a bajar, intervalo en que los marineritos mirarán a lo lejos tratando de divisar un barco en el hori -
zonte. El descenso se representa regresando a la carrera hacia el fondo. Una vez que han llegado de nuevo al
primer peldaño, descansarán con un ejercicio de relajamiento, que consiste en dejarse caer al piso o, mante-
niéndose de pie, inclinar el tronco hacia adelante aflojando los brazos y la cabeza.
Es conveniente que los niños representen varias veces esta parte del cuento.
VI
EL GATO Y EL PAJARITO
(CUENTO MUSICAL)
POR SUSANA DOURGE DE HOROVITZ
Había una vez, en un jardín, un sauce llorón cuyas ramas se balanceaban suavemente, movidas por el
viento. (1) A su sombra, en la mecedora del abuelito, dormía la siesta un gran gato negro con largos bigotes, (2)
mientras en las ramas más altas cantaba un pajarito. (3)
De pronto, el gato despierta y lo oye. Tiene mucha hambre; trepa al árbol, (4) se acurruca (5) y espera el
momento favorable para cazarlo, mientras el pajarito continúa cantando despreocupadamente. El gato salta,
entonces, de una rama a la otra, (6) pero no logra alcanzarlo porque su presa, asustada, revolotea sin
descanso. (7) Por fin, como nuestro gato es muy pesado, cae al suelo (8) y decide, por lo tanto, seguir
durmiendo.
El pajarito canta nuevamente, (3) mientras el viento mece las ramas del árbol. (1)
Este cuento es adecuado para niños entre los 4 y 5 años de edad, quienes representarán con movimientos
al gato que duerme en la mecedora (balanceándose de pie), que trepa (en cuclillas, incorporándose a medida que
la música va del grave al agudo) y salta; a las ramas del árbol meci das por el viento (movimiento con los
brazos y aun con todo el cuerpo); al pajarito que revolotea y canta. Esto puede hacerse, asimismo, por gru pos:
unos representarán al árbol; otros, al gato, y un tercer grupo al pajarito.
VII
EL CABALLITO
(CUENTO MUSICAL)
POR SUSANA DOURGE DE HOKOVITZ
Había una vez, en una calesita, un caballito de madera que se sentía cansado de tanto dar vueltas. Un día
decidió escaparse y salió al galope, galope, galope. (1)
En las calles debía detenerse para dar paso a los automóviles que cruzaban; después, continuaba
galopando. A veces, cansado, marchaba con más lentitud, pero enseguida retomaba su rápido galope. A veces iba
por caminos de tierra y galopaba despacito. A veces iba por caminos de piedra y galopaba fuerte.
Por fin, llegó a un circo y pensó que sé gustaría quedarse a trabajar allí. El domador le enseñó a trotar, (2)
a marcar el paso, (3) a subir y bajar escaleras, (4) y la bailarina le enseñó a bailar. (5)
Un buen día, como echara mucho de menos su antigua casa, dijo adiós a todo el mundo y regresó al
galope, galope, galope a la alegre calesita.
En este cuento, también para niños de 4 a 5 años, realizarán los movimientos imitando al caballito de
madera. Cuando galopa cansado, se tocara el tema del galope, pero rallentando, luego a tempo, y acellerando
si el caballito está apurado, por ejemplo, porque llega la noche. Cuando tiene que subir y bajar escaleras, se
fijará en el aula un lugar, al fondo por ejemplo, que represente la parte alta de aquéllas.
VIII
PETI-PETI-NELA
Había una vez una nena llamada Peti-Peti-Nela. Siempre, al regresar del colegio, se ponía a estudiar;
pero esa noche estaba tan cansada que se acostó a dormir temprano. (1)
Soñó entonces que la casa donde vivía se había cansado de estar en el mismo sitio, y sin decir nada
a nadie se había ido a buscar un lugar en el campo. (2)
Quería vivir al lado de los árboles, de las flores ,y escuchar el canto de los pájaros. ¡Por fin
respiraba aire fresco y no esa atmósfera sucia, colmada de feos olores! ¡Por fin sentía que el sol la
bañaba con sus rayos!(3)
La casa estaba tan ansiosa por irse que se olvidó que ese día todos sus amigos habían salido al patio.
La mamá de Peti-Peti-Nela, por la mañana temprano, había sacado las sillas, los retratos, los roperos, las
cacerolas, la licuadora y muchas otras cosas para que se ventilaran. Todos habían decidido cantar y jugar para
divertirse un poco. (4)
Ya era muy tarde cuando se cansaron de jugar, y quisieron entrar en la casa, pero entonces vieron
que la casa había desaparecido. Decidieron ir a buscar a Peti-Peti-Xela. No se pueden imaginar cómo corrieron.
Corrieron hasta cansarse. (5)
Al llegar, la encontraron durmiendo y decidieron despertarla con un canto que decía. . . (6)
EJECUCIÓN DE PETI-PETI-NELA
Si la maestra dispone de muchos niños, puede dividir el grupo de la siguiente manera: un grupo será la casa y el otro serán los
artefactos.
Si son pocos los niños, actuarán todos siguiendo el proceso del cuento. Una niña será Peti-Peti-Nela. Puede hacerse un sorteo
para ver a quién le toca ser este personaje.
(1) Una niña es Peti-Peti-Nela.
(2) El grupo que es la casa saldrá al ritmo de la música o al ritmo del sonido del pandero. Dependerá de los elementos con que cuenta
la maestra.
Con el pandero lo tocaremos así:
(3) Respiración. Inspirarán lentamente, abriendo los brazos. Echarán al aire suavemente tratando de relajarse.
(4) Los artefactos girarán o palmearán en círculo. El que es licuadora puede ir al centro con un pandero o,
simplemente, moverse de acuerdo con lo que representa. Para mayor disciplina, puede cada niño elegir lo que quiere ser y en el momento
del canto la maestra señalará a quién le toca ir al centro. La ronda podrá girar en un sentido y luego a la inversa.
(5) Corren en ritmo de corcheas. La maestra toca el pandero o caja.
(6) Sugerencias para cantar Peti-Peti-Nela.
Se unen los dos grupos. Los niños comienzan el canto llamando a Peti-Peti-Nela. Lo harán suavemente, arrodillados, tratando de
despertarla con ese llamado. Se podrá cantar las palabras Peti - Peti - Nela usando las notas sol y mi, dramatizando, de este modo, la acción
del canto.
IX
LA NUBE Y EL VIENTO
(CUENTO MUSICAL)
POR RUTH FRIDMAN
Un buen día, el viento paseaba por el cielo. ¡ Estaba tan contento! El día era muy lindo. El
cielo estaba muy azul, y las nubes, muy blancas y coquetas. Al pasar cerca de ellas, una le dijo: —
¡Tú no sirves para^na-da!(l) Sus hermanas muy intranquilas le dijeron: —¡No hables así, el
viento tiene mal carácter y por nada se enoja! —Pero... como esta nube era muy traviesa lo volvió
a repetir: —¡ Tú no sirves para nada! Nosotras hacemos crecer las plantas, los árboles; en cambio a
ti..., ¡ a ti te tienen miedo!(2) El viento se fue muy triste. Pensaba cómo podría hacer para
demostrarle a ,1a nube que él también era útil, y bajó a la tierra. (3)
Escuchó la voz de un burrito que decía: —Si soplara un^poco de viento, llevaría de paseo a mis
amiguitos con más alegría—. Rápidamente el viento empezó a soplar. (4)
¡ Qué contento se puso el burro! Escuchen lo que cantaron los niños: (5)
Entonces el viento, al ver a todos contentos, se fue. Muy cerca de all í había un campo. Se acercó a un
molino. Lo vio tieso, con los brazos caídos. Le preguntó por qué no trabajaba. El molino dijo: —Estoy
esperando que me ayudes, así podré moler el trigo, juntar mucha harina para hacer muchos panes—.
El viento empezó a soplar y el molino movió sus brazos(6) ¡Qué alegría le dio! ¡ Cuánta harina molió!
El viento, feliz de haber sido tan útil, se fue al cielo. Buscó a la picara nube y le contó todo lo que había
hecho. La nube se puso muy colorada. Le pidió disculpas. Comprendió que el viento también era necesario.
Tampoco ellas se podían mover sin su ayuda.
Desde ese día resolvieron ser muy amigos y para festejarlo hicieron una ronda y fueron muy felices. (7)
EJECUCIÓN
LAS CARTAS
Cuando se levantaron, respiraron. ¡ Qué lindo era el aire! (3) De pronto oyeron una voz que decía:
¡ Chorro morro, caliente socorro, clavel de olor, a volar me voy! (4)
Las cartas abrieron sus bracitos y volaron por todas partes. (5) De nuevo la voz dijo:
(Chorro morro, caliente socorro, clavel de olor, galopando estoy.) Las cartas galoparon, fueron sobre
caminos de piedra y caminos de tierra. (6)
El tren primero hizo ¡chuf-chuf, chuf-chuf! y luego más rápido. (8) El tren anduvo y anduvo.
Cuando llegaron a la estación, la voz dijo:
¡Chorro morro, caliente-socorro, clavel de olor, a casita voy!
Las cartas contentas se fueron lento, lento, lento. Estaban cansadas. Quer ían volver a sus casas.
Cuando llegaron no se escuchaba nada, se acostaron a dormir y la voz, muy despacito, cantó:
EJECUCIÓN
XI
(CUENTO MUSICAL)
Como estaban acostumbrados a escuchar al viento, no le hicieron caso y siguieron tomando el desayuno.
Al cabo de un tiempo escucharon nuevos golpes:
Tampoco hicieron mucho caso de la lluvia, porque estaban cansad-: s escucharla. Por fin se oyeron golpes muy
fuertes:
Esta vez se dieron mucha prisa para abrir la puerta, pues muy pocas veces llegaba el cartero hasta esos
lugares. Ansiosos y con gran curiosidad, abrieron el sobre que les entregó y vieron que se trataba de una invi-
tación que les hacía el tío para celebrar juntos su 80 9 cumpleaños con una gran fiesta.
Con entusiasmo iniciaron los preparativos. (4)
Al día siguiente, muy temprano, ensillaron sus caballos y partieron a todo galope a través del bosque.
(5)
Después de un largo trecho, llegaron a las orillas de un río. Había allí un viejo molino que movía las
aspas perezosamente. (6)
Para cruzar a la otra orilla tenían que atravesar un puente, pero estaba tan derruido que era peligroso
pasar por él. Sin embargo, como tenían mucha prisa, pensaron que si lo hacían con cuidado, el puente
aguantaría el peso. Comenzaron a cruzar lentamente, más, a mitad de camino, el puente se derrumbó, pero no
se lastimaron porque el río era poco pro fundo en ese lugar. (7) Prosiguieron entonces la marcha saltando entre
las piedras con sus caballos. (8)
Cuando por fin llegaron a la orilla opuesta escucharon el reloj del pueblo que daba la hora: (9)
Temerosos de llegar tarde apresuraron el galope y llegaron a la casa del anciano tío, justo en el
momento en que cortaba la torta de cumpleaños. (Parten cantando la canción) :
REALIZACIÓN DEL CUENTO
Los elementos que entran en juego en este cuento son los siguientes:
19 Preguntas y respuestas con distintos intervalos e intensidad. Diálogos (1), (2) y (3). El toe, toe, toe, puede
hacerlo un niño o la maestra.
39 Ejercicios de relajamiento:
a) (6)El viejo molino. Girar los brazos alternativamente; luego caer relajados.
b) (7) El puente roto. Van caminando con los brazos muy extendidos hacia los costados del cuerpo. A una
señal del maestro (golpe en el pandero o acorde en el piano) dejan caer los brazos relajados.
c) (9) El reloj del pueblo. Movimiento rotatorio de la cabeza. Al decir: din, don, giran la cabeza hacia
ambos costados imitando el péndulo de un reloj.
XII
EN EL JARDÍN
(CUENTO MUSICAL)
Era un frío día de invierno. Los árboles mostraban sus ramas desnudas; el jardín estaba triste y sin
color. Las semillitas hundidas en la tierra dormían profundamente esperando la llegada de la primavera.
También los jardineros ociosos y ateridos dormitaban en un rincón del jardín. (1)
Música: "A Winter Morn". (Mañana de invierno), op. 39 n<? 2, del Álbum de la Juventud de P. I.
Tchaicovsky. (2)
De pronto, una mañana, los pájaros comenzaron a cantar alegremente.
Motivos de "Song of the lark". (Canto de la alondra), op. 29, nº 22 (ídem).
El sol calentó la tierra y las semillitas; con un gran bostezo despertaron de su sueño invernal. (3)
Los jardineros, que habían esperado este momento con impaciencia, pues estaban cansados del frío del
invierno y tenían muchos deseos de trabajar, tomaron sus herramientas y con paso alegre se dirigieron al
jardín.(4)
Llenos de brío se dedicaron a preparar la tierra para la llegada de la primavera. Con sus palas,
rastrillos, regaderas, etc., trabajaron activamente y cuando terminaron se retiraron a descansar. ("Marcha de
los soldados", op. 39, n"? 5.)
Liberadas las semillitas de la fria corteza invernal, comenzaron a crecer y crecer:(5)
hasta transformarse en hermosas plantas que se mec ían acunadas por el viento. Cantan y se balancean
siguiendo el ritmo de la:
Cuando todas las plantas estuvieron en flor, decidieron dar un gran baile para celebrar el acontecimiento, e
invitaron también a los jardineros.
Engalanadas con sus más bellos colores se reunieron en un claro del jardín y danzaron hasta bien entrada
la madrugada. ("Vals" op. 39, ir? 8. (ídem). (6)
REALIZACIÓN DEL CUENTO
Este cuento tiene como finalidad principal llevar al niño, a través del movimiento, hacia la apreciación
musical. Aprende así a distinguir diferencias de carácter: triste o alegre; tiempo de marcha o vals y forma
musical a-b-a.
Se han utilizado, para ilustrar el cuento, las peque ñas piezas del "Álbum de la Juventud" de Pedro I.
Tchaicovsky, tomando motivos, temas o la pieza entera, acomodándolas a las necesidades del relato.
(1) Los niños se dividen en dos grupos: las semillitas, recostadas en el
suelo simulando dormir, y los jardineros, en el otro extremo del aula, sentados muy relajados.
(2) Creamos el clima invernal con "A Winter morn".
(3) Ejercicios de respiración y relajamiento. Bostezar, desperezarse y relajar.
(4) "Marcha de los soldados". En la parte "a" marchan alegremente, en la parte "b" realizan las tareas del
jardín y en la parte "a" final vuelven a su lugar.
(5) Se levantan siguiendo la música.
(6) Vals final. Parte "a", danzan en parejas; parte "b", cambian de figura y en "a" final, como al
principio.