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Berenguela Sánchez
beren.99@hotmail.com
Resumen
Estudios recientes en el complejo arqueológico de Sillustani han expuesto una serie de motivos y
figuraciones en una parte del área monumental, que se ha caracterizado siempre por sus chullpas
o arquitectura funeraria de diferentes periodos arqueológicos. A partir de la documentación y
organización de todo el material gráfico recuperado, el presente estudio propone una secuencia y
cronología, desarrollando una serie de explicaciones sobre su correspondencia cultural, dimensión
temporal y distribución espacial, para tratar de incluir este fenómeno gráfico dentro de un discurso
histórico regional.
Abstract
Recent studies of the archaeological complex of Sillustani have exposed a series of sculptural motifs
and figures in part of the monumental area, which has always been characterized by chullpas
or funerary architecture from different archaeological periods. Following the documentation
and organization of all the carved stone imagery, this study develop a sequence and chronology
proposing explanations about its cultural correspondence, temporal dimension and spatial
distribution, trying to integrate this graphic phenomenon within a regional historical discourse.
SÁNCHEZ, Berenguela y ECHEVARRÍA LÓPEZ, Gori Tumi, 2015. Quilcas en Sillustani, Puno. Cronología e
implicancias. Revista Haucaypata. Investigaciones arqueológicas del Tahuantinsuyo. Nro. 9: 21-43. Lima.
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Quilcas en Sillustani, Puno. Cronología e implicancias
Figura 2. Vista satelital de la península de Sillustani, Puno. Imagen satelital tomada de Google Earth 2014.
Figura 3. Mapa de ubicación de las quilcas registradas en Sillustani. Sistema UTM WGS84. Elaborado por el
Proyecto Sillustani 2011.
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Quilcas en Sillustani, Puno. Cronología e implicancias
Figura 4. Sector Caracachi, zona con afloramientos de roca, donde se ubica la quilca 1.
Quilca N° 2
Ubicación.- En el sector Yurac Aya Huasi sobre
una de las dos chullpas restauradas por el pro-
yecto, específicamente la Chullpa 18 (figura 6).
La quilca se encuentra en la plataforma de base
de la edificación, una sola hilera de piedras so-
bre la superficie del suelo, siendo producida en
un bloque particular externo de esta estructura
(figura 7). La quilca forma parte de un conjunto
de tres motivos individuales en esta misma es-
tructura.
Figura 5. Vista de la quilca 1, en un afloramiento de Descripción técnica.- Es un motivo singular
roca. producido mediante percusión sobre la superfi-
Figura 6. Vista panorámica de las Chullpas 18 y 19. Se nota la plataforma circular basal de la Chullpa 18, siendo
excavada, sobre la cual se registraron las quilcas 2 y 3 y se descubrió la quilca 4 con cúpulas (en la parte de
derecha de la unidad de excavación).
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Investigaciones arqueológicas del Tahuantinsuyo
Figura 9. Vista de la quilca 4 en posición estructural. La imagen fue tomada luego de su descubrimiento y con-
solidación.
Figura 1o. Vista de la quilca 4 tal como fue expuesta Figura 11. Vista del muro tipo pirca en el sector Puka
por la excavación de la Capa 2, Nivel 4, al pie de la Rumi, que contiene la quilca 5.
chullpa 18. Sector Yurac Aya Huasi.
lineal continuo como un plano relieve uniforme.
gua que parece cerrarse al interior formando Descripción formal.- Los tres motivos muestran
un pequeño semicírculo, la espiral mide 20 por formas abstractas geométricas (figura 14). El
12 cm. (figura 12). primero consiste en una curvilínea rematada en
sus extremos por un círculo y un hoyo percutido.
Quilca N°6 El segundo es un espiral regular de dos vueltas
Ubicación.- A pocos metros de la Chullpa del y media, con la línea externa proyectada de ma-
Lagarto, una de las principales de Sillustani (fi- nera curva. El último es un círculo concéntrico
gura 13). Los motivos de esta quilca están sobre formado por cuatro circunferencias. El motivo
uno de los bloques líticos que aparentemente lineal, de 93 cm. de largo, destaca por presentar
conformaron parte de la edificación de la chu- dos ángulos cerrados casi rectos en su configu-
llpa, ahora en situación aislada en la superficie ración y los extremos finalizados en un círculo y
del sector. Las figuras marcadas se hallan en un punto como ya mencionamos. El espiral tiene
una de las caras pulidas laterales de la piedra 35 por 25 cm. de diámetro, incluyendo la línea
y no sobre su cima actual, lo que sugiere que la externa proyectada; y la figura de círculos con-
piedra fue movida sucesivamente. Dentro de la céntricos mide 15 por 15 cm., cuya configuración
zona con escombros y piedras de los edificios es muy regular.
funerarios, es la única que expone motivos.
Descripción técnica.- Tiene tres motivos pro- Quilca N° 7
ducidos por percusión, configurados por surco Ubicación.- En el Sector Wacacancha, sobre uno
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Quilcas en Sillustani, Puno. Cronología e implicancias
de los lados de un gran bloque de roca que re- segundo presenta forma de V, conformado por
posa sobre la escalinata que lleva al área con las dos líneas paralelas yuxtapuestas. El vértice de
principales edificaciones funerarias del com- la V es un hoyo semicircular de 6.5 por 5 cm.,
plejo (figura 15). La piedra parece estar en con- mientras toda la figura tiene 31 por 27 cm. de diá-
texto secundario ya que se encuentra en una metro. Este es el único motivo formado comple-
situación geológica irregular, lo que sugiriere tamente por líneas rectas y ángulos cerrados.
que fue trasladada en tiempos antiguos de su
ubicación original en algún lugar del sitio. Los Quilca N° 8
motivos están marcados en una faceta lateral Ubicación.- En la “Chullpa Lagarto” (figura
ladeada de la roca ocupando parte de la super- 17), que es nominada así a partir del contenido
ficie, no obstante sin cubrirla toda, ni los otros figurativo de esta quilca. Se encuentra en la sex-
lados expuestos de la roca. ta línea de aparejo horizontal del edificio, sobre
Descripción técnica.- Fueron producidos me- la mitad superior izquierda del bloque de piedra
diante percusión directa, que da forma al surco que es parte de la estructura, donde destaca del
lineal que configura el motivo. plano del paramento.
Descripción formal.- Se trata de dos motivos Descripción técnica.- El motivo es un alto relie-
asociados de carácter abstracto geométrico (fi- ve producido probablemente cuando se trabajó y
gura 16). El motivo principal es un espiral de pulió el paramento de la estructura que confor-
cinco vueltas, de 40 por 31 cm. de diámetro, ma el edificio, por ende es parte de la edificación
conformado por una línea simple continua. El original de la chullpa.
Quilca N° 9
Ubicación.- En la “Chullpa Lagarto” (figura
17), sobre la tercera línea horizontal del apare-
jo de la edificación circular. La quilca ocupa la
superficie externa de una piedra rectangular,
encajada sobre la parte superior de uno de los
grandes bloques líticos que forma el aparejo del
muro, como un bloque independiente sin valor
estructural. Se descubrió durante el proyecto
del 2011 cuando se hizo la limpieza del muro.
Descripción técnica.- Se trata de un relieve pro-
ducido aparentemente por la reducción de la su-
perficie del paramento del bloque, después que
la piedra se ubicó en el muro, pero todavía se re-
quiere examinar mejor la muestra. Aún no es cla-
ro el momento exacto de producción del motivo. Figura 13. Vista panorámica de la “Chullpa Lagarto”,
Análisis formal.- Se trata aparentemente de en primer plano el bloque de la edificación que consti-
una figura zoomorfa seminaturalista que des- tuye la quilca 6.
Quilca N° 10
Ubicación.- En la estructura de la “Chullpa
del Amaru”, o “Chullpa de la Culebra” (figura
20), llamada así debido a la naturaleza figura-
tiva de la quilca, localizada a 20 m. aproxima-
damente de la “Chullpa Lagarto”. La quilca está
sobre la sexta hilera de bloques del aparejo que
remata la construcción del edificio, el mismo
que aparentemente no fue concluido en su to-
talidad (Eduardo Arizaca, com. pers. 2014).
Descripción técnica.- Como en la Quilca 9,
este motivo fue producido probablemente
cuando se concluyó el aparejo superior del edi-
ficio, mediante técnicas de percusión y abra-
sión, dando como resultado un alto relieve que
atraviesa la piedra en sentido diagonal en toda
su longitud.
Descripción formal.- Motivo seminaturalis-
ta que describe un amaru o serpiente con un
cuerpo sinuoso de diez curvas en zigzag que
incluyen detalles como la cabeza, en la esqui- Figura 17. Vista panorámica de la parte conservada de
na superior izquierda de la piedra, y una cola la “Chullpa Lagarto”, que soporta la quilca 8 y 9.
apuntada en la esquina inferior derecha (figura
21). Toda la figura mide 83 cm. de largo por 87 constructivo para su componente de mayor mo-
cm. de ancho y 2 cm. de alto. Es visualmente numentalidad (las grandes tumbas), destacando
prominente y con cualidades formales bastante el correspondiente al Tawantinsuyo.
explícitas. El motivo presenta una fractura mo-
derna en la mitad del bloque de roca, causada Grupos de producción de quilcas
probablemente por un rayo. - El primer grupo destaca por haber sido princi-
palmente producido en rocas aisladas dentro de
Análisis y resultados toda la zona arqueológica, ya sea en afloramientos
Como se pudo ver en la descripción de las rocosos (quilca 1), sobre rocas sueltas en diferen-
quilcas, el sitio de Sillustani presenta un cor- tes ubicaciones dentro de la península (quilcas 5,
pus gráfico variado de marcas y figuras sobre 6, 7), e incluso se encuentra sobre los restos de
roca (tabla 1), los cuales pueden ser articulados una de las edificaciones funerarias del complejo
entre sí mediante diversas variables analíticas, (quilcas 2 y 3). A nivel formal este grupo destaca
como las formales, las técnicas y las de ubica- por su tendencia a las figuras abstracto-geomé-
ción. Siguiendo estas premisas, el análisis ha tricas (tabla 1), generalmente en motivos indivi-
dado como resultado una separación de tres duales, aunque existe una pieza con dos motivos
grandes grupos de producción gráfica, cuyas formando una figura compuesta. Los motivos
connotaciones materiales y culturales van más son generalmente curvilíneos, resaltan los espi-
allá de la complejidad arquitectónica y cons- rales que se hallan en número de cinco, tres con
tructiva del sitio arqueológico, que ha enfren- giro a la izquierda y dos a la derecha; también se
tado al menos tres momentos de desarrollo puede incluir en esta serie un círculo concéntrico,
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Quilcas en Sillustani, Puno. Cronología e implicancias
Figura 21. Vista de la quilca 10, una figura seminaturalista en alto relieve.
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Quilcas en Sillustani, Puno. Cronología e implicancias
se puede discutir la producción cultural de la las chullpas, siendo parte del acabado final de las
imagen, es evidente que esta figura correspon- mismas, en este caso, el grupo 2 de quilcas debe
de a una serie gráfica particular hecha poste- considerarse el primero en ser elaborado dentro
rior al edificio y que implica un momento de del complejo, constituyendo la primera fase de
producción también particular para el comple- producción gráfica del sitio.
jo arqueológico. Debido a que esta figura aún Segunda fase: Debe estar constituida por el ter-
debe resolverse con más investigación, vamos a cer grupo, (quilca 4 con cúpulas), la misma que
mantenerla al margen de los resultados, como parece haberse producido una vez que el edificio
el último grupo de la serie, sin implicancias cul- fue concluido. El hecho que las cúpulas se hayan
turales por el momento. Finalmente los princi- realizado en una pieza de la plataforma y que
pales grupos aislados en el análisis se aprecian esta sección de la edificación se haya encontrado
en la tabla 2. enterrada debajo de una capa arqueológica con
cerámica de diversos estilos, parece indicar defi-
Secuencia nidamente que esta quilca se produjo durante un
Existe una serie de indicadores para poder tiempo en que todavía tuvieron vigencia algunos
ubicar los grupos aislados en una secuencia de tipos de comportamiento arqueológico relaciona-
producción gráfica para Sillustani, y estos es- dos a la edificación. De cualquier forma, la quil-
tán comprendidos principalmente dentro de ca con cúpulas es un momento gráfico, si viene
los contextos arqueológicos relacionados a la el caso llamarlo así, completamente diferente al
edificación de las chullpas o al proceso de des- precedente, constituyendo un momento particu-
estructuración de estas edificaciones; en este lar definido en la historia de marcas del sitio.
último caso, cuando las quilcas se incluyen en Tercera fase: Integrada por el grupo 1, el cual
los contextos arqueológicos secundarios de al- aparece en diversos contextos arqueológicos den-
gunos elementos constructivos del complejo. tro y fuera de las zonas constructivas monumen-
De acuerdo a lo dicho, consideramos que la tales de Sillustani. Su ubicación en la secuencia
relación entre edificación y producción gráfica se puede inferir principalmente por su presencia
es lo suficientemente sólida como para poder dentro de restos de la desestructuración de la
establecer una secuencia sin recurrir a otros “Chullpa Lagarto”, como se puede verificar en
elementos aleatorios, como la secuencia o la la quilca 6; y fuera de esta evidencia particular
variación cerámica de Sillustani, que incluye también en la quilca 7, que parece ser una roca
varios estilos: Inca, Colla, Sillustani (Arizaca, dejada de lado al momento del abandono del si-
com. pers. 2014) e incluso Tawanaku Expansi- tio. Incluso en esta serie las quilcas 2 y 3 deben
vo (Paz 1991). considerarse muy posteriores al edificio y su ubi-
Primera fase: Según lo mencionado, se pue- cación en la estructura solo apunta a confirmar el
de inferir que las quilcas fueron producidas patrón aleatorio de la disposición de este corpus
primero dentro de las labores de edificación de gráfico en el sitio. Es claro que los motivos que
del lugar para la ejecución de estas quilcas. Esta adecuadamente definida tiene un valor nominal
fase, cuyo corpus formal está constituido por estándar para un estudio arqueológico culturalis-
motivos abstracto-geométricos, puede relacio- ta, como el que se expone.
narse con quilcas del mismo tipo en Chinche- Un aspecto importante del análisis es el orden
ro (Echevarría 2010) cuya cronología colonial de la secuencia de grupos gráficos, que permite
ayuda a considerar la extensión del fenómeno y distinguir dos procesos mayores de producción
su correspondencia temporal específica. de quilcas, representados claramente por el gru-
Visto los parámetros temporales de la secuen- po 2 (fase 1) y el grupo 1 (fase 3), que corres-
cia, la cronología queda definida en la tabla 4. ponden al Tahuantinsuyo y a la época colonial,
Aunque es posible estimar la cronología ge- respectivamente. Estos grupos se distinguen en
neral de estos grupos, los márgenes tempora- la secuencia debido a que han sido identificados
les deben permanecer abiertos, especialmente independientemente en otros lugares, como en la
para la fase 3 de la secuencia, ya que estos no llajta imperial del Cusco, Chinchero (Cusco), San
pueden ser definidos con más precisión en base Jerónimo (Cusco), Huamanga (Ayacucho), Vil-
a la evidencia reconocida del propio complejo cashuaman (Ayacucho), Pomacocha (Ayacucho),
arqueológico, siendo necesario ahondar más la Pari (Junín) o Cutimbo (Puno) entre otros (Kau-
investigación de algunos contextos arqueológi- ffmann 1965; Bueno 1977; Alcina 1980; Echeva-
cos y establecer relaciones cruzadas con otros rría y Valencia 2010; Tello 2013), donde se en-
materiales similares. cuentran en contextos urbanos definidos. Estos
ejemplos contrastan con las formas escultóricas
Discusión que han sido advertidas en Urco (Echevarría y
El análisis de las quilcas de Sillustani ha pues- Valencia 2010) o Saccsayhuaman (Echevarría
to en claro que en el sitio se han sucedido al y Valencia 2010, Monteverde 2011 y 2014), que
menos tres tradiciones gráficas independien- pueden separarse de esta muestra principal-
tes, las cuales presentan diferentes contenidos mente por el soporte de la quilca, y la posible
figurados y representativos, que corresponden distinción funcional que esta relación implicaba,
a determinados y específicos contextos de arti- aunque algunos ejemplos se encuentran cerca de
culación cultural, del dominio de las ideas y el contextos arquitectónicos (Monteverde 2011 y
desarrollo gráfico de las poblaciones de la zona. 2014).
Los tres grupos, como se puede reconocer en Sitios como Sillustani o Cutimbo, donde las
los valores cuantitativos expuestos, no se han quilcas se ubican en arquitectura funeraria, o
establecido en relación al número de mues- sitios como Vilcashuaman y Pomacocha, donde
tras identificadas o descubiertas, sino respecto las quilcas se encuentran en arquitectura para
a su diferenciación dentro de un esquema de los vivos, funcionalmente variada, demuestran
variables analíticas, las que están dominadas que el grupo 2 de quilcas de Sillustani se incluye
por el aspecto formal y en menor medida, por dentro de una tradición gráfica cusqueña domi-
el técnico y el situacional. Esto es importante nada por los altorelieves, que se presentan en di-
de advertir, porque se puede argumentar que ferentes partes de los paramentos de los edificios
los grupos pueden o no ser representativos y que describen una enorme variedad de figuras
respecto de la muestra completa de quilcas del seminaturalistas y abstractas, destacando los
yacimiento, que deja al grupo 2 con un solo chinchays (felinos), amarus (serpientes), araran-
ejemplo, lo que no tiene mayor importancia cas (lagartos), pariguanas, y otras figuraciones
en términos de una distinción cualitativa, es- zoomorfas. Esta expresión gráfica, ampliamente
pecialmente cuando se estima que la existencia extendida, constituye una tradición cuando se
del conjunto completo de quilcas está condi- verifica su continuidad en sitios como Huaman-
cionada por factores tafonómicos (Bednarik ga, Pari o el mismísimo Cusco, donde las quilcas
2007); mientras el índice cuantitativo parece se encuentran en edificaciones hechas durante la
expresar solamente el grado de supervivencia colonia, ya sea en edificios religiosos o en arqui-
de las quilcas del sitio. Dado que es muy difí- tectura secular de diferentes usos.
cil de saber la cantidad de quilcas que fueron Aunque en Sillustani los altorrelieves solo se
producidas cuando el complejo arqueológico registran durante la vigencia de la ocupación
estuvo en funcionamiento, cualquier muestra cusqueña del sitio, en el Cusco o Huamanga, la
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Quilcas en Sillustani, Puno. Cronología e implicancias
de una larguísima tradición religiosa pan-an- ron estas quilcas, Alcina (1980) sugiere que sir-
dina documentada en los mitos andino ama- vieron como juegos rituales tomando en cuenta
zónicos y en información etnohistórica (Tello a la muestra de Chinchero, pero la variación for-
1923). Es probable que Tello tenga razón al res- mal, y la situación de muchas de estas quilcas en
pecto y nuevas discusiones se vienen plantean- los diferentes sitios no parece indicar un mismo
do (Monteverde 2014), que además de coinci- patrón de uso, y no hay que perder de vista que en
dir en parte con las propuestas de Tello, están Cusco o en Sillustani, muchas de las quilcas han
aportando a comprender mejor éste y otros ti- sido removidas de sus sitios originales y los con-
pos de representación gráfica; aunque todavía textos funcionales en los que se incluyeron han
queda mucho por explorar. sido trastocados fuertemente, lo que no permite
Respecto al grupo 1 de quilcas, fase 3 de nuestra discernir claramente su utilidad específica. Como
secuencia, es todavía poco lo que se puede afir- en el caso anterior, se requiere más investigación
mar. Aunque la situación temporal de este gru- de estos materiales, tratando de localizar contex-
po es conocida a grosso modo, estamos todavía tos originales y si es posible sellados, lo que no se
lejos de comprender la motivación de su expre- conoce hasta hoy para la muestra disponible.
sión gráfica y la función que esta tuvo. Está cla- Por último, hay que resaltar la quilca 4 de Sillus-
ro en Sillustani que la mayoría de estas quilcas tani, que individualmente conforma el grupo 3
se hicieron cuando el sitio se abandonó, lo que (fase 2) de la secuencia de producción de quilcas
contrasta con los casos del Cusco o Chinchero en el complejo arqueológico. El descubrimiento
donde las quilcas, de este tipo, se produjeron en de esta pieza lítica con cúpulas es notable por-
contextos funcionales vigentes en la ciudad; lo que permite establecer con seguridad la corres-
que parece indicar que la selección de los luga- pondencia temporal y el uso tardío de este tipo
res para la producción de quilcas no ha depen- de evidencia en la arqueología del sur peruano.
dido directamente del uso corriente de los asen- La comprobación de su uso, en un contexto si-
tamientos donde estos motivos se produjeron. multáneo a la ocupación cusqueña de Sillusta-
Es también interesante considerar la selección ni, permite establecer una correspondencia con
de los soportes, ya que las quilcas se han realiza- quilcas similares en otras regiones, como los
do principalmente en edificaciones de diferen- que se encuentran dentro del Parque Arqueoló-
te carácter, incluyendo arquitectura religiosa y gico de Choquequirao, relacionadas a diversos
secular. Aunque en el Cusco estas quilcas se en- contextos arqueológicos expuestos y asociadas a
cuentran en claro contexto secundario –dada sitios tardíos; o las de la cuenca del Amaybam-
la gran cantidad de remodelaciones y cambios ba, también en Cusco, donde hemos registrado
que ha atravesado la ciudad- en Chinchero y estas evidencias en varios sitios cercanos a asen-
San Jerónimo el soporte es preferentemente la tamientos tardíos locales o vinculados a la ocu-
arquitectura religiosa, ya sea los atrios de los pación Tahuantinsuyo del área4. Aunque toda
templos o los pedestales de las cruces. Es cono- esta información espera todavía ser publicada,
cido, sin embargo, que todavía existen muchas es importante mencionarla para poder valorar
muestras en otros tipos de edificaciones, tanto inicialmente estos materiales, cuya importancia
al interior como exterior de los edificios, por lo no ha sido advertida adecuadamente por falta de
que un índice definitivo de preferencia no está investigación; de allí también que ninguna refe-
claro aún, destacando más bien el hecho que rencia funcional ha podido ser establecida para
se encuentren estos motivos en toda clase de este tipo de expresión gráfica.
arquitectura (Echevarría y Valencia 2010). Se
puede inferir preliminarmente, a partir de aquí,
que la selección de los soportes o los sitios don-
de se han producido estas quilcas siguieron una 4 Durante las investigaciones del “Proyecto Sector VIII,
motivación particular que no se ha restringido Llamas de Choquequirao”, temporada 2005 y el “Pro-
a la función de los edificios, los asentamientos, grama de Investigaciones en el valle de Amaybamba”
o la vigencia funcional de los mismos dentro de del 2012, dirigidos ambos por el arqueólogo Zenobio
un plano urbano general, tomando en cuenta Valencia, se registraron sitios con quilcas en forma de
todos los asentamientos conocidos. cúpulas en diversos contextos, data que aún está en
No sabemos a ciencia cierta para que se hicie- proceso para su publicación.
Berenguela Sánchez y Gori Tumi Echevarría López 42
Quilcas en Sillustani, Puno. Cronología e implicancias
Estamos frente a un enorme panorama for- historia del país. Tal como en Sillustani, y a par-
mal-representativo que presenta muchas incóg- tir de su inclusión dentro de un conjunto regional
nitas. Lo que Sillustani está aportando con sus de evidencia gráfica, esperamos que nuevos ya-
quilcas, es un fragmento de la historia gráfica de cimientos empiecen a hablar más de sus quilcas
los antiguos pobladores de la puna del sur del para poder estructurar, poco a poco, la todavía
Perú, cuyo conocimiento había sido soslayado. extraña y casi desconocida historia de las ideas
Por tanto, se requería una nueva observación del sur peruano, que están escritas en sus marcas
de esta evidencia, su ubicación dentro de un en piedra y que pronto, sin ninguna duda, han de
esquema temporal definido y el establecimien- ser leídas por sus por sus propios herederos.
to explícito de sus principales lazos culturales.
Bibliografía
Conclusiones
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