El Fondo Nacional del Ganado, desde q es fundado, ha recibido una cifra
aproximada de UN BILLON DE PESOS, suma que ha sido pagada por los ganaderos sin que se vean los beneficios. El Ministerio de Agricultura y Fedegan deben una explicación al país. También debe explicar porque los pequeños productores, las cooperativas y la industria láctea, que son los principales aportantes y recaudadores, no tienen ninguna participación en la orientación y administración de estos recursos, que maneja a su antojo FEDEGAN. Imponer un gravamen de $75.000 millones de pesos, que es lo que FEDEGAN y el Ministerio de Agricultura pretenden captar con el nuevo parafiscal, al 45% del sector lácteo, el formal, el que reinvierte permanentemente, el que genera empleo, el que reconoce precios rentables, garantiza abastecimiento y calidad al consumidor, el legal y al mismo tiempo exonerar al otro 55%, el informal, el que vende leche cruda, sin ningún análisis de control de calidad, ni garantiza precios al productor, crea una situación de competencia desleal que viola claras normas comerciales y principio de igualdad consagrado en la Constitución Nacional. Esos $75.000 millones que aspiran captar superan con creces las utilidades de toda la industria láctea. En algunas empresas lácteas crea problemas insalvables de liquidez y afecta su viabilidad., porque es de todos conocidos que trabajan con márgenes mínimos de rentabilidad (promedio del 2%).
Los casos del sector palmero y el azucarero, que el Ministerio ha puesto como ejemplos a imitar, son muy diferentes. Gozan de la libertad de precios, no tienen competencia desleal como el de la venta de la leche cruda; en el aceite de la palma y en el azúcar los productores gozan de márgenes de rentabilidad muy superiores al de la leche líquida; exportan aproximadamente el 40% de la producción, mientras el sector lácteo exporta menos del 1% de la producción total (incluye la cruda); los recursos se utilizan exclusivamente para compensar precios según las circunstancias del mercado y nunca para hacer inversiones que compiten en el sector productivo, como ocurre con los recursos del Fondo Nacional del Ganado; además, los fondos de compensación en la palma, y el privado en el azúcar, son manejados directamente por quienes aportan y recaudan, también los varían según las necesidades, llegando a suspenderlos; la industria láctea, las cooperativas y los pequeños productores de leche no tienen participación en Fedegan, que además pretende que el parafiscal sea permanente. El Ministerio de Agricultura, en su desorientación, no puede evadir su responsabilidad en la falta de control de la calidad de la leche cruda y pasteurizada y en el abandono del mercado natural de los lácteos colombianos, como Venezuela. Por último, desde la Cámara de Representantes, estamos dispuestos a contribuir a la concertación con todos los sectores de políticas lecheras que tiendan a lograr un crecimiento continuado del sector lácteo y el mejoramiento social de campesinos y consumidores, sin discriminación y dentro de la equidad.